21 de marzo de 2014 Declaración del Nuevo Partido Comunista (NPC – FADA – FA) Acerca del caso del joven supuestamente desaparecido del campamento de Punta Espinillo Antecedentes Como sabe todo el pueblo – porque ha sido de permanente conocimiento público a través de las páginas de Liberarce -, durante 12 años consecutivos hemos realizado campamentos en Punta Espinillo; continuando con la vieja tradición de campamentos de la Unión de la Juventud Comunista durante años, antes de los 90 y luego de los 90. Durante 12 años consecutivos las arenas y playas de Punta Espinillo vieron pasar miles de personas, niños, adolescentes, jóvenes, veteranos y veteranas, cuando de esta zona casi no se hablaba como centro de veraneo. Entre trescientas y cuatrocientas personas formaron parte de la mayoría de los campamentos en cuya población destacaba y destaca la participación de niños y adolescentes. Lo impulsamos en la lucha por desarrollar el amor al estudio, al trabajo, al deporte, a la cultura, a la vida; buscando integrar a la juventud, como herramienta contra la situación negativa creada por el narcotráfico y otros males que azotan la periferia de Montevideo. A la vez que aportamos a que el cambio económico, social y político del país emprendido el primero de marzo de 2005, con la asunción de los gobiernos del Frente Amplio, se desarrolle y nos ayude a reafirmar el presente y la esperanza de la juventud. Muy pocas organizaciones mantienen una política seria y sostenible en el tiempo de trabajo en la periferia de Montevideo y Canelones, de integración y desarrollo para la juventud, en un camino no exento de tropiezos y frustraciones, donde a veces hay que volver a comenzar cada vez. Nuestro campamento es una iniciativa justa, que se ha desarrollado con éxito en el correr del tiempo, donde muchísimos niños se volvieron adolescentes y donde muchos jóvenes se volvieron adultos asumiendo su lugar como obreros o profesionales en la sociedad. Decimos esto porque en esta tarea contamos siempre con la confianza y el apoyo de los padres, de las familias y de los trabajadores organizados sin los cuales no podríamos desarrollar la actividad. A través de los años fuimos superando adversidades, diversas problemáticas que se iban presentando al movilizar un grupo tan amplio y diverso de personas. Y para ello nos basamos en colaborar a potenciar y organizar el protagonismo colectivo e individual de cada uno de los participantes. El campamento se prepara entre todos, fomentando el espíritu de integración, de trabajo, de solidaridad. A todos se los integra y se los invita a ser parte de cada una de las tareas que demanda la actividad; desde la organización de las actividades deportivas como el campeonato hasta las tareas de levantar la infraestructura, carpas, iluminación, fogones y de cocina. Los jóvenes y hasta los niños que nos han pedido y vemos que se defienden, han participado de las tareas de la picada para la olla colectiva. Sin duda hay experiencia y tenemos establecidos criterios de funcionamiento, que no son reglas estrictas, sino eso, orientaciones generales a los efectos de favorecer la convivencia y el buen desempeño y fin de la actividad. Es público a través de Liberarce y otros medios nuestra posición y discurso contra las drogas y el robo como forma de vida, filosofía que se impulsa en la periferia por parte de aquellos que quieren vivir a costilla de la juventud, parasitando y utilizándola como carne de cañón para sus fines. Sin embargo no excluimos a ningún joven, no buscamos trabajar con ninguna élite, no tendría ninguna gracia. Somos una organización de masas, con una larga tradición comunista y frenteamplista de movilización, y el arte es construir y desarrollar las herramientas de educación, de cultura que nos permitan ayudar a la superación de la juventud y también de cada una y uno de nosotros mismos. Estamos preparados y con mucha experiencia, cada campamento igual, es único en su potencia, en su magnitud y también en sus dificultades. Queremos decir que como todo colectivo humano, factible del error, a pesar de toda la teoría del mundo y toda la experiencia práctica, aprendemos de

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verdad, haciendo, concretando, en cada experiencia nueva, de la cual tratamos de extraer las enseñanzas del caso. El campamento también es un resumen de la actividad desarrollada a través de cada año, y como parte de la experiencia sabemos que la mejor manera para lidiar con la problemática de cada joven es conocerlo, saber sobre su vida. Por ejemplo, en el registro previo de cada campamento en una planilla por lugar intentamos saber sobre sus enfermedades y problemas de salud en general, para tratar de estar en condiciones de atender posibles situaciones que se nos pueden presentar en el transcurso de los tres días; así pasa por ejemplo con las medidas a tomar en el uso de medicaciones o tratamientos especiales a seguir, como pasa con los niños celiacos que necesitan una alimentación particular. Por ejemplo en los temas de la seguridad del campamento, sabiendo que cada actividad de masas se vuelve un “mercado” potencial para los narcos, previo al mismo tratamos de saber antecedentes de consumo o venta para alertar a los pibes y tratar de evitar que se ingrese por parte de algunos, drogas al campamento. No es que excluimos a los consumidores si a los que distribuyen, para la mayoría, en los casos que lo logramos, son días de abstinencia. Podríamos seguir con otras precauciones que tomamos año a año, pero estos ejemplos nos parecen suficientes. Con respecto a la problemática suscitada con el joven supuestamente desaparecido Él llega al campamento invitado por un camarada nuestro, trabajador del CASMU, allí conoce a la madre, y a él lo ve en un par de actividades del sindicato. Previo a la actividad la única vez que vimos a los padres, el padre nos manifiesta “que quería que se integrara con nosotros para que dejara algunas juntas”. Eso fue todo lo que nos dijo. El viernes 14 de febrero en el medio de la instalación del campamento, el compañero y trabajador antes mencionado presenta al joven a las diferentes agrupaciones concurrentes. Allí se lo integra a la actividad, donde participó, siendo parte en el correr de las horas y los primeros dos días de la ayuda a levantar la infraestructura, la comida y la organización del campeonato de fútbol. El viernes como no tenia carpa propia, un compañero integrante de la dirección del Partido le dio lugar en la suya. El campamento se desarrolló normalmente, cumpliendo con las actividades previstas hasta el domingo. Este último día el joven se negó a cumplir con las tareas del campeonato de fútbol a las que se había comprometido, siendo su actitud distante. Alrededor de las 16 horas, del domingo 16, en el marco de la preparación del regreso, nuestro compañero de Partido que había dado lugar al joven en su carpa, constata la falta del dinero (2.800 pesos) correspondiente al pago del camión de la zona de la cual él era responsable. Habiendo revisado todo, más de una vez, comunica esto al resto de la dirección. El criterio establecido todos estos años, conocido por la amplia mayoría de la juventud que participa, es que ante la falta de alguna pertenencia, se solicita, previa consulta y consentimiento de los propios gurises, la revisación de los bolsos. Entendiendo que no es justo el manto de duda y desconfianza general después del sacrificio que hacen muchos para ir. No fue a todo el campamento, el criterio se aplica en el lugar específico de los hechos y en las carpas ubicadas en su entorno. Allí todos los gurises menos el joven referido, estuvieron de acuerdo con el criterio. Él, para sorpresa de todos, se tornó agresivo y comenzó a insultar y a provocar a todo el campamento a medida que se alejaba. Allí, frente a nuestros planteos de dialogar, sale corriendo. Lo siguen varios participantes, menores y adultos. A la altura de la zona de picnic se lo alcanza. Hubo forcejeo sí, pero nunca una golpiza. Se encuentra en su poder la bolsita con parte de la plata del camión (2074 pesos). Frente a la opción de llamar a la policía y hacerle la denuncia, retenerlo por la fuerza o dejarlo ir, optamos por dejarlo ir, pensando que volvería a la casa. Suponíamos que él tenía dinero que la madre le había dado y parte del dinero no encontrado. Esta fue una situación nueva para nosotros. Lo primero que hicimos fue llamar a la madre e informarle de lo sucedido. A lo que ella respondió afligida pero sin asombro, que esto confirmaba suposiciones que tenía. También

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enviamos una brigada para confirmar que no le faltara el dinero del boleto. Pero la misma no lo encontró. Más tarde gurises participantes del campamento nos dicen que lo vieron irse caminando en dirección a la parada y contando plata. El joven en cuestión no volvió a la casa y ante nuestra insistencia la madre hizo la denuncia el jueves 20 en la seccional 24. Recién al cuarto día acepta hacer la denuncia la madre. Desde las primeras horas de tener conocimiento comenzamos a buscarlo por nuestra cuenta, fuimos a la casa de los padres y nos pusimos a disposición de la familia. En esa primera semana surgió un primer testimonio de una compañera que lo vio el lunes 17 de febrero, alrededor de las 20 hs, en el barrio, a tres cuadras de la casa. Entre tanto intentamos averiguar más acerca de las características o la situación de vida del joven para poder ayudar en su búsqueda, preguntando por sus vínculos, amigos, lugar donde paraba, etc. En conversaciones con la madre nos confiesa “que muchas veces sabia si él iba a la casa si le faltaba comida o la ropa estaba fuera de lugar”. También nos dijo que “a veces faltaba dinero pero no tenia como probar que era él”. Y que en discusiones internas de la familia el renegó del pasado de los padres, de trabajo y sacrificios, auto promoviendo una vida fácil y de dinero rápido. La madre en ningún momento nos dijo nada de sus cuatro entradas por desacato con violencia frente a la policía y que se lo habían devuelto a la casa. Ni de sus problemas con el consumo. El padre por su lado más allá de nuestra buena voluntad nunca nos quiso recibir en esta situación. En una de las ocasiones, luego de haber estado reunidos con la madre, y habiéndole preguntado expresamente si tenia amigos en los palomares de Cerro Norte nos dijo que por ese lado él no iba. No obstante esto, con su foto en mano recorrimos cada uno de los pasajes de Cerro Norte, confirmando que él sí paraba todos los días ahí; decimos esto al solo efecto de direccionar su búsqueda. Por otro lado, en conversaciones que sostuvieron compañeros nuestros del Casmu con integrantes de la agrupación gremial a la cual pertenece la madre, nos enteramos que habían tenido problemas similares en sus campamentos. Mientras tanto, surge un segundo testimonio de un compañero que también vive en la zona que se lo cruza el 26 de febrero, alrededor de las 18 hs, a dos cuadras de la casa y conversa con él. El compañero le dice que lo andan buscando por todos lados, preocupados, a lo cual él responde “que ya está en su casa”. De todo esto vamos informando a la familia y a la policía en nuestras declaraciones. Al tiempo que estos testigos declararon ante varias seccionales policiales y prefectura. También informamos sobre todos los hechos en reunión sostenida con el director Nacional de Policía, Julio Guarteche y con el Subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez. Surge de gente que por distintos motivos no quieren hacer declaraciones a la policía, testimonios de que lo ven en el barrio. Uno de ellos afirma haberlo visto en “una boca”. También el 13 de marzo sobre el muro del facebook de la madre una amiga dice haberlo visto el domingo cerca de la casa. La policía en diferentes instancias en que nos ha recibido nos ha dicho que por este tema hay fuertes presiones políticas. A lo cual nosotros confirmamos el intento de la utilización política por parte de varios actores que buscan hacernos daño explotando en forma oportunista el tema, sin advertir o prescindiendo de la gravedad de una situación que afecta al joven en particular, pero que sabemos que está planteada lamentablemente, en más de un hogar. Grupos supuestamente “radicales de izquierda” y grupos de derecha, quieren sacar su cuota de ventaja ante elecciones gremiales y políticas sin importarle verdaderamente las consecuencias que pueden traer estas formas de tratar el

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tema. Los medios de prensa de derecha han desvirtuado la información, sin llamarnos ni una vez, hablando de que está desaparecido de Punta Espinillo. Estuvimos en silencio público hasta ahora, más allá repetimos que hemos declarado todo esto a la policía, porque no queríamos afectar la decisión del joven, ni generar un show mediático como nos tiene acostumbrado la oligarquía de este país cada vez que se trata la problemática de sectores de la juventud. Lo último que queremos es caer en la criminalización del joven, pero no nos han dejado opción ante tanta mentira y falta de responsabilidad frente a una situación tan delicada y compleja que hacer público los hechos. Conocida es nuestra posición política contraria a la baja de la edad de imputabilidad penal para los adolescentes menores de 18 años. Podemos cometer errores en la conducción y en la resolución de muchísimos problemas que afectan a la juventud, no somos dioses, y no creemos en el mejor aparato aceitado para resolverlo. Si creemos en la resolución del problema junto a la juventud, con la juventud. Si creemos en las políticas que se está dando el Frente Amplio, el gobierno y los sindicatos para incluirla y darle una oportunidad, sabiendo que no hay una solución de la noche a la mañana para el deterioro creado, más cuando los responsables de la crisis del ayer, y de la acumulación de riquezas que pertenecen a todos, se niegan a compartir y hablan incluso de detener, de recortar, lo que para ellos es el llamado “gasto social”, y que para nosotros es la oportunidad de tener un país diferente. El joven, que hoy tiene 17 años, como muchos gurises no deja de ser una victima del narcotráfico y de la falta de contención de su entorno que en lugar de enfrentar los problemas hacen de cuenta que no pasa nada. Concediendo, dejando hacer, dejando pasar, buscando responsables afuera, lo que para nosotros agrava el problema. Igual manifestamos nuestra disposición y voluntad al dialogo con la familia. El joven, para nosotros, no está desaparecido, diversos testimonios demuestran su presencia en el barrio, sí no se ha reintegrado a lo que entendemos por su hogar. Nuestra confianza en que el tema sea tomado en forma correcta por los trabajadores organizados en sus múltiples formas. Seguiremos detrás de la tarea de que aparezca sano y salvo, por encima de lo que él decida hacer del resto de su vida. Continuaremos trabajando con la juventud uruguaya como hasta ahora, con abnegación y consecuencia revolucionaria para darle una perspectiva de vida y un lugar de lucha, y seguiremos haciendo los campamentos y atendiendo todo lo que ello demanda. Comité Central ampliado del Nuevo Partido Comunista (NPC – FADA – FA) Montevideo, Uruguay, viernes 21 de marzo 2014.

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