Acerca Del Ensayo de Autocritica

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A Parte Rei 70. Julio 2010 http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei 1 Una justificación estética del mundo. Acerca del «Ensayo de autocrítica» del Nacimiento de la tragedia. Eduardo A. Enríquez UBA Fórmula de mi felicidad: un sí, un no, una línea recta, una metaF. Nietzsche, Crepúsculo de los ídolos. 1. Introducción En este trabajo intentaremos reflexionar acerca de qué elementos de El Nacimiento de la tragedia continúan articulándose en el pensamiento nietzscheano de madurez. 1 Más específicamente, por qué continúa sosteniéndose una justificación estética de la existencia vinculada a la sabiduría trágica de los griegos, pese al abandono de los pilares fundamentales de la obra sobre el pesimismo griego. En este sentido trataremos de defender la idea de que la herencia romántica hace sucumbir a la décadence a El Nacimiento de la tragedia debido a la influencia del esquema metafísico schopenhaueriano y hegeliano. 2 Para lo cual primero repasaremos la influencia de Schopenhauer en la obra y, luego, revisaremos los comentarios que Nietzsche realiza tanto en el “Ensayo de autocrítica” que adosara como prólogo a la obra, así como sus comentarios en Ecce Homo, Crepúsculo de los ídolos y algunos Fragmentos póstumos de los años 1887-1889. 2. La herencia schopenhaueriana en El nacimiento de la tragedia. En El nacimiento de la tragedia lo dionisíaco y lo apolíneo reproducen el esquema general de Schopenhauer de El mundo como voluntad y representación, en el marco de un estudio del mundo griego. Bajo la influencia de la visión pesimista schopenhaueriana de la vida, y en oposición constante al paradigma tradicional que interpretó el mundo griego sólo a partir de sus caracteres de mesura y armonía, Nietzsche considera necesario para entender este mundo también lo absurdo e irracional que en él se manifestaba. A través de las figuras emblemáticas de Dionisos y Apolo, Nietzsche logra explicar esos dos aspectos del espíritu y de la cultura griega que se encontraban en constante oposición; y esta visión de un mundo constituido por la lucha y la antítesis entre estos dos “instintos” representados por tales divinidades, 1 La periodización de la obra nietzscheana suele dividirse en tres momentos (Cfr. Gianni Vattimo, Introducción a Nietzsche, ed. Península, Madrid, 2001.) Un primer momento de juventud con El nacimiento de la tragedia y las Consideraciones intempestivas, un segundo momento signado por Humano demasiado Humano, La ciencia Jovial y Aurora; y un último momento de madurez iniciado con la publicación de Así hablo Zarathustra, Crepúsculo de los ídolos y Genealogía de la moral por nombrar algunos de los títulos más importantes. 2 Cabría aclarar que pese a la aparente antítesis teórica que dichos autores hacen notar –o al menos por parte de Schopenhauer que, en varias oportunidades de El Mundo como voluntad y representación manifiesta estar en contra de las tesis adoptadas por Hegel– pueden congeniarse entre sí en esta obra nietzscheana.

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  • A Parte Rei 70. Julio 2010

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    Una justificacin esttica del mundo.

    Acerca del Ensayo de autocrtica del Nacimiento de la tragedia.

    Eduardo A. EnrquezUBA

    Frmula de mi felicidad: un s, un no, una lnea recta, una metaF. Nietzsche, Crepsculo de los dolos.

    1. IntroduccinEn este trabajo intentaremos reflexionar acerca de qu elementos de El

    Nacimiento de la tragedia continan articulndose en el pensamiento nietzscheano demadurez.1 Ms especficamente, por qu contina sostenindose una justificacinesttica de la existencia vinculada a la sabidura trgica de los griegos, pese alabandono de los pilares fundamentales de la obra sobre el pesimismo griego.

    En este sentido trataremos de defender la idea de que la herencia romnticahace sucumbir a la dcadence a El Nacimiento de la tragedia debido a la influencia delesquema metafsico schopenhaueriano y hegeliano.2 Para lo cual primerorepasaremos la influencia de Schopenhauer en la obra y, luego, revisaremos loscomentarios que Nietzsche realiza tanto en el Ensayo de autocrtica que adosaracomo prlogo a la obra, as como sus comentarios en Ecce Homo, Crepsculo de losdolos y algunos Fragmentos pstumos de los aos 1887-1889.

    2. La herencia schopenhaueriana en El nacimiento de la tragedia.

    En El nacimiento de la tragedia lo dionisaco y lo apolneo reproducen elesquema general de Schopenhauer de El mundo como voluntad y representacin, enel marco de un estudio del mundo griego. Bajo la influencia de la visin pesimistaschopenhaueriana de la vida, y en oposicin constante al paradigma tradicional queinterpret el mundo griego slo a partir de sus caracteres de mesura y armona,Nietzsche considera necesario para entender este mundo tambin lo absurdo eirracional que en l se manifestaba. A travs de las figuras emblemticas de Dionisosy Apolo, Nietzsche logra explicar esos dos aspectos del espritu y de la cultura griegaque se encontraban en constante oposicin; y esta visin de un mundo constituido porla lucha y la anttesis entre estos dos instintos representados por tales divinidades,

    1 La periodizacin de la obra nietzscheana suele dividirse en tres momentos (Cfr. GianniVattimo, Introduccin a Nietzsche, ed. Pennsula, Madrid, 2001.) Un primer momento dejuventud con El nacimiento de la tragedia y las Consideraciones intempestivas, un segundomomento signado por Humano demasiado Humano, La ciencia Jovial y Aurora; y un ltimomomento de madurez iniciado con la publicacin de As hablo Zarathustra, Crepsculo de losdolos y Genealoga de la moral por nombrar algunos de los ttulos ms importantes.2 Cabra aclarar que pese a la aparente anttesis terica que dichos autores hacen notar o almenos por parte de Schopenhauer que, en varias oportunidades de El Mundo como voluntad yrepresentacin manifiesta estar en contra de las tesis adoptadas por Hegel puedencongeniarse entre s en esta obra nietzscheana.

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    nos recrea la oposicin que Schopenhauer sealaba entre el mundo regido por elprincipio de razn suficiente y por el principium individuationis y el mundo de lavoluntad, irracional e irrepresentable. De la bella apariencia de los mundos onricos3de lo apolneo surge el sentimiento translucido de su apariencia, esto es, de queesta realidad en que vivimos y somos yace oculta a una realidad del todo distinta4: loapolneo puede ser entonces comparado con el velo de Maya e incluso se podradesignar a Apolo como la magnfica imagen divina del principium individuationis5. Elespanto del que hablaba Schopenhauer reaparece en la embriaguez que produce eldesgarramiento de ese velo; pero este sentimiento ahora est unido a un xtasisdelicioso porque, una vez superada la separacin impuesta por el principiumindividuationis, se infringen las rgidas, hostiles delimitaciones que la necesidad,arbitrariedad o la moda insolente han establecido entre los hombres6. Con eldespertar del sueo apolneo, y una vez ms en consonancia con Schopenhauer,descubrimos lo Uno Primordial opuesto a ese mundo de lo individual y lo diferenciado.

    El dolor primordial en ese Uno es expresado por la msica en la queSchopenhauer haba visto la expresin artstica ms cercana a la voluntad. La msicaocupaba para l un lugar privilegiado en la medida en que no reproducemimticamente las ideas como las otras artes, sino que permite un acceso a lonoumnico a travs de una imagen no representativa de l.7 Nietzsche entoncesretoma esta concepcin de la msica: msico dionisaco, sin ninguna imagen, es totaly nicamente dolor primordial y eco primordial de tal dolor.8 El lenguaje paraNietzsche no puede alcanzar el simbolismo universal de la msica, porque sta serefiere a ese Uno primordial que est por encima de toda apariencia; el lrico en estesentido no puede expresar lo ms profundo de la realidad porque el lenguaje es sloexpresin de apariencias.9 Nietzsche seala adems el lmite del acierto de su padrefilosfico: ste haba reconocido la dificultad que el lrico representa pero no habadado una respuesta satisfactoria para su dilucidacin. Nietzsche ve en el planteoschopenhaueriano todava una concepcin del arte que piensa a travs de la anttesisde lo subjetivo y lo objetivo, mientras que para l el sujeto est redimido de suvoluntad individual en el arte y este es un medio a travs del cual el nico sujetoverdaderamente existente festeja su redencin en la apariencia10. El Uno Primordialdebe pensarse como una especie de artista primordial creador y nuestra existencia noes ms que una proyeccin artstica de aquel. El arte y la experiencia dionisacapermiten entonces un sustraerse de nuestra subjetividad y un confundirse con el Unoque nos hace parte de la creacin: el genio gracias a esta redencin se fusiona con

    3 Apolo, en cuanto dios de todas las fuerzas figurativas, es a la vez el dios vaticinador. El quees [] la divinidad de la luz, domina tambin la bella apariencia del mundo interno de lafantasa. Los sueos por tanto estn vinculados con el instinto apolneo por su carctervaticinador y los efectos salvadores y auxiliadores que producen el dormir y el soar.Nietzsche, F., El nacimiento de la tragedia, trad. A. Snchez Pascual, ed. Alianza, Madrid,1990, pg. 424 Inmediatamente el autor cita a Schopenhauer y su idea de que el don filosfico se manifiestajustamente en esta capacidad de ver los objetos de la realidad como imgenes onricas.Nietzsche, F., idem, pg. 42.5 Nietzsche, F., idem, pg. 436 Ibidem.7 Recordemos que la msica es slo uno de los caminos posibles para superar la dicotomaentre voluntad y representacin, al conciliarnos con lo noumnico. Otro camino es el camino delasceta que niega su voluntad individual. Cfr. Schopenhauer, A., El mundo como voluntad yrepresentacin, Vol. I: Libro III, trad. R. Aramayo, Madrid, FCE, 2003.8 Nietzsche, F., idem, V, pg. 63.9 Cfr. Nietzsche, F., idem, VI, pg. 71-72.10 Cfr. Nietzsche, F., idem, V, pg. 66.

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    el Uno Primordial, o con aquel artista primordial que lo embriaga y ahora l es a la vezsujeto y objeto, a la vez poeta, actor y espectador11 porque en esta embriaguezdionisaca lo subjetivo desaparece hasta llegar al completo olvido de s12.

    Nietzsche encuentra, por tanto, que la nica justificacin posible de nuestraexistencia y del mundo es esttica.13 Justificacin que Nietzsche descubre en latragedia tica donde la msica, que tiene carcter dionisaco, logra convivir con losimblico de lo apolneo en un milagroso acto metafsico de la voluntad helnica.14El consuelo metafsico que [] deja en nosotros toda verdadera tragedia de que enel fondo de las cosas [] la vida es indestructiblemente poderosa y placentera, eseconsuelo aparece con corprea evidencia como coro de stiros [] Con este coro escon el que se consuela el heleno dotado [] de una capacidad nica para elsufrimiento [] y que corre peligro de anhelar una negacin budista de la voluntad. Aese heleno lo salva el arte.15

    3. Una autocrtica acerca de la tesis de la justificacin esttica del mundo.Pasados quince aos de la publicacin de El Nacimiento de la Tragedia o los

    Griegos y el pesimismo (1871), Nietzsche escribe un Ensayo de autocrtica (1886),una suerte de prlogo en el cual se mostrar con cierta disconformidad con respecto asu lectura de los griegos. Evidentemente se trata de una relectura crtica en la que lmismo se acusa de haber sido demasiado joven y romntico; de haber escuchadodemasiado a Richard Wagner y Arthur Schopenhauer aunque el mismo Nietzscheremarque que inclusive en la obra ya se encuentran puntos de distancia con dichosautores.

    La reproduccin del esquema metafsico schopenhaueriano atestigua ladecadencia en la que sucumbe el Nacimiento de la tragedia. El mundo como voluntady representacin y la primera obra nietzscheana no son conscientes del carcterinterpretativo que toda perspectiva terica supone. Recordemos una de las mximasdel pensamiento nietzscheano de madurez: no se puede explicar el mundo sino slointerpretarlo. Lo nico que tenemos son interpretaciones sin ningn mundo noumnicoque las sostenga. De esta manera quedan invalidados tanto aquel mundo de lavoluntad, noumnico, que Schopenhauer cree como fundamento, as como el Unoprimordial nietzscheano. Invalidados estos fundamentos no porque son errores frentea una verdad de la que estn alejados, sino errores porque no dan cuenta del carcterinterpretativo de todo fundamento. Son intentos de dar cuenta de la esencia delmundo: lo cual no es sino una sombra de Dios, un intento de buscar un fundamentoltimo para toda la realidad. Pero tal como Nietzsche lo presentara en el Crepsculode los dolos, el mundo verdadero no es ms que La historia de un error de la que elmismo Nacimiento de la tragedia forma parte. No hay un mundo por detrs de losfenmenos; no hay, por ende, un mundo verdadero ni un mundo aparente. Por lotanto, la justificacin esttica de la existencia no es una verdad alcanzada sino unainterpretacin ms. Sin embargo, el consuelo metafsico que dicha justificacin nosbrinda puede ser recuperado no en virtud de lo que posibilita en tanto sabidura oacercamiento a una verdad por develar, sino en tanto ficcin que permite sostener lavida. La msica como fenmeno dionisaco, como condicin de posibilidad paradesprendernos de nuestra subjetividad que nos acerca al Uno primordial, es una 11 Cfr. Nietzsche, F., idem, V, pg. 41.12 Nietzsche, F., idem, I, pg. 41.13 Cfr. Nietzsche, F., idem, V, pg. 66.14 Nietzsche, F., idem, I, pg. 41.15 Nietzsche, F., idem, VII, pg.77.

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    interpretacin metafsica ms. No hay fundamento para la vida porque lo que hay es lanada, un Ab-Grund. De esta manera la dcadence est dada, principalmente, porcreer que existe un fundamento. De la misma manera, pero en sus ltimos das delucidez, Nietzsche dir de la obra que desprende un repugnante olor hegeliano, sloen algunas formulas est impregnada del amargo perfume cadavrico deSchopenhauer. Una idea la anttesis dionisaco y apolneo, traducida a lometafsico; la historia misma, como el desenvolvimiento de esa idea; en la tragedia,la anttesis superada en unidad.16 Nietzsche ve, al mismo tiempo, que el juego entrelo apolneo y lo dionisaco reproduce el esquema dialctico hegeliano archirrival deSchopenhauer y condena la obra a la dcadence o al menos en un primermomento por creer que existe una unidad o sntesis posible para alcanzar una verdadltima.

    Ciertamente podramos decir que es otro Nietzsche el que escribe esta suertede prlogo y comentarios al Nacimiento. No slo otro Nietzsche porque difieren losaos entre un escrito y otro sino porque no hay un nico y verdadero Nietzsche. Msall de si hay o no un nico Nietzsche, son los textos los que trazan las relacionesentre ellos. As, Nietzsche se llama a s mismo el perfecto nihilista de occidente ya queha atravesado las diversas etapas del nihilismo17. Ha sido un nihilista pasivo al escribirEl nacimiento de la tragedia porque ha credo, en ese momento, que exista unfundamento metafsico para toda la realidad. Sin embargo, pese a su decadentismo suobra de juventud anuncia acaso por vez primera, un pesimismo ms all del bien ydel mal [] una filosofa que osa situar, rebajar la moral misma al mundo de laapariencia y que la coloca no slo entre las apariencias [], sino entre losengaos, como apariencia, ilusin, error, interpretacin, enderezamiento, arte.18

    Qu es lo que se anuncia? Nietzsche ve en el Nacimiento de la tragedia elprimer signo de su transvaloracin de todos los valores. Por vez primera, surge unaoposicin al pesimismo moral cristiano que desdea el mundo terrenal. En estesentido tengo derecho a considerarme el primer filsofo trgico es decir, la mximaanttesis y antpoda de un filsofo pesimista19 En esta primera obra, Nietzsche sesiente un inmoralista20 porque en ella aparece la sabidura trgica aunque todavarevestida en un contexto decadente que se opone al pesimismo que niega la vida yque la oprime con una moral decadente. La sabidura trgica es la afirmacin del fluiry del aniquilar, que es lo decisivo en la filosofa dionisaca, el decir s a la anttesis y ala guerra, el devenir, el rechazo radical incluso del mismo concepto ser.21 Elnacimiento de la tragedia defendi tambin en varias ocasiones la agresiva tesis deque slo como fenmeno esttico est justificada la existencia en el mundo.22 Tesisque se opuso tajantemente a la tesis moral del mundo alabada por la moral cristiana:

    16 Nietzsche, F., Ecce Homo, trad. A. Snchez Pascual, ed. Alianza, Madrid, 1980, Elnacimiento de la tragedia, 1, pg. 6817 El trmino nihilismo, que se desarrolla con profundidad en los Fragmentos Pstumos,posee varias acepciones. En este trabajo ahondaremos en la acepcin que da pie a ladistincin entre un nihilismo pasivo, decadente, y un nihilismo activo. Para otrasinterpretaciones del trmino nihilismo cfr. Cragnolini, Mnica, Nietzsche, camino y demora,Biblos, Bs. As, 200318 Nietzsche, F., El Nacimiento de la Tragedia, op. cit., Ensayo de Autocrtica, 5, pg. 32.19 Nietzsche, F., Ecce Homo, op. Cit., El nacimiento de la tragedia, 3, pg. 70-71.20 En el fondo dos son las negaciones que encierra en s mi palabra inmoralista. Yo niego, enprimer lugar, un tipo de hombre considerado hasta ahora como el tipo supremo, los buenos, losbenvolos, los benficos; yo niego por otro lado, una especie de moral que ha alcanzadovigencia y dominio de moral en s -la moral de la dcadence, hablando de manera mstangible, la moral cristiana Ibidem., Por qu soy un destino, 4, 126.21 Idem., nota al pie nro. 19.22 Nietzsche, F., idem., Ensayo de Autocrtica, 5, pg. 31.

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    [] no existe anttesis ms grande de la interpretacin y justificacin puramenteestticas del mundo, tal como en este libro se ensea, que la doctrina cristiana, la cuales y quiere ser slo moral, y con su veracidad de Dios por ejemplo, relega el arte, todoarte, al reino de la mentira []23

    Frente al cristianismo que pone a Dios y a su bondad en el origen, y oculta elacto mismo de creacin de los valores o al menos, borra la heterogeneidad delorigen, es decir, la multiplicidad de aspectos sociales, culturales, polticos y fisiolgicosque operan en el surgimiento de nuestras valoraciones morales, el Nacimiento de latragedia puso al arte como justificacin ltima del mundo. Es decir que slo unpensamiento esttico que resalte la actividad creadora del hombre puede justificarnuestra existencia en el mundo. Adems la justificacin en trminos estticos tiene unplus frente a la justificacin moral. Plus que est dado por los efectos de lajustificacin. La moral cristiana desde sus conceptos y, principalmente, en sus efectosha atentado contra la vida. Ha llevado a una vida llena de miserias y ha vanagloriadoun mundo post mortem. Con otros trminos, a travs de un pesimismo de la vida, lamoral ha desacreditado el mundo terrenal en el que vivimos. No as la interpretacinesttica que nos brinda, con palabras del mismo joven Nietzsche, el consuelometafsico que [] deja en nosotros toda verdadera tragedia de que en el fondo delas cosas [] la vida es indestructiblemente poderosa y placentera []24 Lainterpretacin esttica salva a la vida porque no la niega sino que, todo lo contrario, laafirma como tal e integra al sufrimiento.

    Frente al vacio de la existencia y para no sucumbir en un pesimismo, lasabidura trgica ensea el decir s a la vida, el asumirla como tal dolorosa y siempredeviniente. Asumir la vida de tal forma implica una actitud totalmente distinta de lapropiciada por el cristianismo. Implica una actitud creadora, artstica que intenteplasmar formas y sentidos que no atenten contra la vida. Temor y compasin era loque precisamente [los griegos] no queran!25 sta es la concepcin de arte que veaNietzsche en los griegos y que intent plasmar en el Nacimiento; el carcter poiticodel hombre como nico fundamento posible para aceptar el devenir y soportar el sinsentido de la vida.

    Por ende, si la continuidad en el pensamiento nietzscheano es la sabiduratrgica, podramos preguntarnos por qu El nacimiento de la tragedia es una obradecadente. Algo ya comentamos anteriormente, la obra segn el propio Nietzschehuele repugnantemente a hegelianismo porque reproduce el esquema dialctico detesis y anttesis Apolo y Dionisos con la sntesis puesta en la tragedia. Por otraparte, tal hegelianismo tambin se debe a que la obra considera a la sabidura trgicacomo una excelsa superacin del pesimismo moral. Tal vez se recuerde, por lomenos entre mis amigos, que en un comienzo me abalanc sobre este mundomoderno con algunos gruesos errores y sobreestimaciones, y en todo caso como unesperanzado. Entenda [] el pesimismo filosfico del siglo diecinueve como si fueseel sntoma de una fuerza superior del pensamiento, de una valenta ms osada, deuna plenitud ms victoriosa de la vida, que la que haba sido peculiar al siglo dieciocho[] de tal manera que el conocimiento trgico se me apareca como el lujo ms propiode nuestra cultura, como su forma ms preciosa []26 Este pesimismo dionisaco27esperanzado fue decadente porque crey que con la sabidura trgica se haballegado a la forma ms alta para soportar la vida. Sin embargo, la naturaleza evaluada

    23 Nietzsche, F., idem, Ensayo de Autocrtica5, pg. 32.24 Nietzsche, F., idem, VII, pg.77.25 Nietzsche, F., La ciencia Jovial, trad. Jos Jara, ed. Monte vila, Caracas, 1992, Libro II,80, pg.79.26 Nietzsche, F., La ciencia Jovial, op. Cit. , Libro V, 370, pg. 239-241.27 Cfr. Ibidem.

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    artsticamente deforma28. No hay una perspectiva nica sobre el mundo, no hay unaverdad a develar. La transposicin de la msica al mbito metafsico era un acto deveneracin y gratitud; en el fondo, todos los hombres religiosos han actuado as hastaahora con su vivencia. Entonces apareci la otra cara: el efecto innegablementenocivo y destructor que tenia sobre m precisamente esa msica venerada y con ellotambin el fin de la veneracin religiosa.29 El Nietzsche de madurez ve en la adopcinde la justificacin esttica de la existencia de su juventud un acto religioso deveneracin. Veneracin a los griegos, veneracin a Wagner y veneracin aSchopenhauer. Y es aqu donde nos topamos con el gran supuesto nietzscheano: nohay una explicacin del mundo porque todo no es ms que una interpretacin. Porende, toda perspectiva, incluida la esttica, no es neutral. No hay superacin posibleporque no hay una verdad ltima por develar. No debemos entender que hay unaespecie de cosa en s que es posible de ser interpretada de diversas maneras y quecada una de ellas deforma esa cosa. No hay una esencia o fundamento ltimo y porende no hay una interpretacin ms verdadera que otra; por ende, no hay superacinposible. Por debajo de todas las interpretaciones no hay ningn fundamento. Que elvalor del mundo reside en nuestra interpretacin [], que las interpretaciones habidashasta ahora son estimaciones perspectivistas en virtud de las cuales nos mantenemosen vida [] esto recorre mis escritos. El mundo que en algo nos concierne es falso,es decir, no es un hecho, sino una invencin y un redondeo a partir de una magrasuma de observaciones: est siempre fluyendo, como algo que deviene, como unafalsedad que continuamente vuelve a trasladarse, que no se acerca nunca a la verdad:porque no hay verdad.30

    Quizs con Agamben31 podramos decir que al igual que el nihilismo, el artepuede pensarse de una manera decadente, pasiva y, a la vez, pensarse de unamanera positiva, activa: Es el arte una consecuencia de la insatisfaccin con lo real?O una expresin del agradecimiento por la felicidad gozada? En el primer caso,romanticismo; en el segundo, aureola de gloria y ditirambo (en suma, arteapotesico)32 Cabra preguntarse si la primera concepcin del arte decadente comoinsatisfaccin de lo real, puede emparentarse con El nacimiento de la tragedia y sujustificacin esttica de la existencia. En primer lugar, podramos decir que s en lamedida en que Nietzsche pens haber encontrado una verdad ltima.

    4. Pesimismo dionisacoPese a las continuidades y rupturas en el pensamiento nietzscheano, hay algo

    que a nuestro entender perdura y es el hecho de caracterizar el arte como una de laspocas actividades que pueden dar sentido al sinsentido de la vida. De manera que seconcibe el arte como una actividad que trasciende lo puramente esttico y se laemparenta con la propiamente metafsica, ya que el plasmar sentidos a travs deficciones o errores aunque algunos ms tiles que otros es lo ms propio de lametafsica. Por lo tanto, el arte es metafsica tanto para el Nietzsche del Nacimiento dela tragedia como para el de madurez, en la medida en que da sentido a este mundo enque vivimos. Con la salvedad de que el primer Nietzsche es todava un decadente y,

    28 La naturaleza, evaluada artsticamente, no es un modelo. Ella exagera, deforma, dejahuecos. La naturaleza es el azar. Nietzsche, F., Crepsculo de los dolos, trad. SnchezPascual, ed. Alianza, Madrid, 2004, Incursiones de un intempestivo, 9, pg. 96.29 Nietzsche, F., Fragmentos Pstumos IV (1885-1889), trad. Vermal y Llinares, ed. Tecnos,Madrid, 2006, 2 [113].30 Ibid., 2 [108]. Pg. 108.31 Agamben, G., El hombre sin contenido, ed. ltera, Barcelona, 2005.32Ibid., 2 [114]. Pg. 110-111

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    por tanto, concibe a esta creacin de sentidos que logra el arte (tanto en el espectadorcomo en el artista) no como una ficcin que se sostiene en la nada del sinsentido sinocomo posibilitadora de redencin, de verdad. Este contexto decadente es abandonadopor el Nietzsche de madurez quien concebir la tarea propia de la metafsica no comoposibilitadora de verdad sino como pura creacin de ficciones para soportar la vida. Eneste sentido, el arte perdura en tanto actividad metafsica, pero ahora con estascaractersticas cambiadas. Al mismo tiempo, Nietzsche redefine el concepto deembriaguez cuya centralidad en el Nacimiento de la Tragedia estaba dada en suarticulacin con el fenmeno apolneo. En el Crepsculo de los dolos, afirma que paraque haya arte es necesaria la embriaguez. sta es la condicin de posibilidadnecesaria para que el sujeto logre la creacin y el goce esttico. Este estar inmerso enla embriaguez de la voluntad produce un sentimiento de plenitud y de intensificacinde las fuerzas33 con el que nos apropiamos de las cosas y les otorgamos sentido. Porlo cual, el arte es un fiel reflejo de aquella actitud no decadente tan deseada porNietzsche. El arte como embriaguez es actitud poderosa, es voluntad de poder queplasma para s su potestad de destruccin y creacin. Es por esto que el arte34 seopone al cristianismo, y no porque uno es pesimismo y el otro no, ya que ambos loson. El problema resulta que en un caso tenemos un pesimismo moral cristiano queentiende a la vida terrenal como carente de sentido y crea trasmundos desdeandoeste mundo terrenal y proponiendo ascetismo y, por otro lado, tenemos pesimismodionisaco: arte apotesico que pese a afirmar al mundo como carente de sentido,asume la tarea de creacin de sentidos para soportar la vida de una manera poderosay no rencorosa35.

    Por tanto, podemos decir que lo que perdura es la bsqueda de unajustificacin que haga mejor nuestra vida en este mundo. Razn por la cual nosotrosnecesitamos la mentira para vencer esa realidad, esa verdad, esto es, para vivir[] En este sentido, necesitamos creer en mentiras, creer en errores tiles y por endedebemos querer crearlas. El ser humano ha de ser ya por naturaleza un mentiroso, hade ser ms an que cualquier otra cosa, un artista Con lo cual la tesis de lajustificacin esttica perdura en la medida en que el arte es el gran posibilitador de lavida, el gran seductor para la vida, el gran estimulante para vivir...36 Como lo atestiguaeste Fragmento pstumo de los aos 87-88, Nietzsche sigue pensando que la nicajustificacin que puede sostener la vida es esttica. El arte dionisiaco logramantenernos en ese pensamiento que no cae en extremos y que se encuentrasiempre en tensin porque slo en el arte se da siempre y, de manera constante, esejuego de creacin y destruccin que no cesa nunca. Como no hay una obra ltimapara el artista, tampoco la hay para el espectador; ambos, como el caminante, seencuentran siempre en trnsito hacia el porvenir; se demoran es verdad, pero juntocon cada una de las obras parten hacia nuevos horizontes.

    33 Nietzsche, F., Crepsculo de los dolos, op. Cit, Incursiones de un intempestivo, 9, pg.97.34 Aunque debemos recordar, como dijimos anteriormente, que hay un arte decadente y unoque no lo es, poderoso y afirmador de la vida.35 El arte como apotesico, como una ficcin til privilegiada, permite decir el s por la vida sindesasociarla de sus no; Amor fati: asumir lo que acontece para ganar fortaleza, para hacersefuerte frente a la vida. Asumir el arte de esta manera, sera un verdadero error til y, en ltimainstancia, por qu no, un consuelo metafsico.36Ibid., 11[415] pg. 491-492

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    Bibliografa

    - Agamben, G., El hombre sin contenido, ed. ltera, Barcelona, 2005.- Cragnolini, M., Nietzsche, camino y demora, ed. Biblos, Bs. As., 2000.- Nietzsche, F., Crepsculo de los dolos, trad. Snchez Pascual, ed. Alianza,

    Madrid, 2004- Nietzsche, F., El nacimiento de la tragedia, trad. A. Snchez Pascual, ed. Alianza,

    Madrid, 1990- Nietzsche, F., Fragmentos Pstumos IV (1885-1889), trad. Vermal y Llinares, ed.

    Tecnos, Madrid, 2006.- Nietzsche, F., La ciencia Jovial, trad. Jara, ed. Monte vila, Caracas, 1992.- Schopenhauer, A., El mundo como voluntad y representacin, trad. R. Aramayo,

    Madrid, FCE, 2003.- Gianni Vattimo, Introduccin a Nietzsche, ed. Pennsula, Madrid, 2001.