Acercarnos

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“ACERCARNOSLa palabra “Acercarnos” nos indica una dimensión profunda de lo que quiere hoy en día nuestra Iglesia de Cochabamba y que está reflejado en nuestro Plan Pastoral Diocesano. Lo relacionamos con la encarnación de nuestro Señor Jesucristo “El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús” Lc. 1, 30-31. Este gesto de Dios hacia la humanidad, tiene ciertos matices que no podemos obviarlos: Jesucristo siendo de naturaleza divina, no dudo en hacerse uno de nosotros, se re-bajó, y quiso ser el servidor de todos. Dios se acerca a nosotros, se hace uno de nosotros, vive como nosotros, vive en nuestro contexto humano, experimenta nuestras dificultades, necesidades y esperanzas “siendo de la misma naturaleza divina, no se aferró con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó la condición de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como uno cualquiera, se humillo a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en cruz” (Fil 2, 6-8) Al mismo tiempo, aquí en el mundo, Jesús reconoce su misión de acercarse a la humanidad con palabras y signos. Anunció el Reino, nos redimió y levantó nuestra naturaleza junto a toda la creación. “Jesús el nazareo que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo” (LC 24, 19). Por eso, el encuentro fraternal que hace Jesús con la humanidad, nos refleja a un Dios cercano, un Dios Amor que sale de sí y se hace uno de nosotros, para levantar nuestra naturaleza caída y hacernos partícipes del amor del Padre y reconocernos como hermanos. "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna" Juan 3, 14. De igual forma, necesitamos nosotros encarnarnos con Cristo, y como Iglesia reconocer la importancia de acercarnos al hermano y hermana, para caminar por el sendero que Jesucristo nos muestra en su evangelio “Yo soy el camino la verdad y la vida” Jn 14,6. Camino que se hace concreto en la recomendación del Señor “en esto reconocerán que son mis discípulos, en que se aman los unos a los otros” (Jn13, 35). Solo así, nuestro trabajo como agentes de pastoral de nuestra comunidad parroquial, será liviana, agradable y lo haremos con felicidad. Somos testigos de su vida y resurrección, y estamos injertados en Él por el bautismo, para ser multiplicadores de su Evangelio, obedeciendo su mandato, “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura” Mc 16, 15. Por tanto, al tener como modelo a Cristo encarnado y resucitado, estamos llamados a acercarnos al hermano con humildad, respeto y sobre todo amor. Él nos amó hasta el extremo, “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”, y nos invita a tener la misma actitud ante el prójimo, acercarnos a la realidad del “otro”, sacándonos las sandalias de los prejuicios y

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Este documento nos habla sobre la actitud del Acercarnos dentro lo que es el proceso pastoral

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“ACERCARNOS”

La palabra “Acercarnos” nos indica una dimensión profunda de lo que quiere hoy en día nuestra Iglesia de Cochabamba y que está reflejado en nuestro Plan Pastoral Diocesano. Lo relacionamos con la encarnación de nuestro Señor Jesucristo “El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús” Lc. 1, 30-31. Este gesto de Dios hacia la humanidad, tiene ciertos matices que no podemos obviarlos: Jesucristo siendo de naturaleza divina, no dudo en hacerse uno de nosotros, se re-bajó, y quiso ser el servidor de todos. Dios se acerca a nosotros, se hace uno de nosotros, vive como nosotros, vive en nuestro contexto humano, experimenta nuestras dificultades, necesidades y esperanzas “siendo de la misma naturaleza divina, no se aferró con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó la condición de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como uno cualquiera, se humillo a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en cruz” (Fil 2, 6-8) Al mismo tiempo, aquí en el mundo, Jesús reconoce su misión de acercarse a la humanidad con palabras y signos. Anunció el Reino, nos redimió y levantó nuestra naturaleza junto a toda la creación. “Jesús el nazareo que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo” (LC 24, 19). Por eso, el encuentro fraternal que hace Jesús con la humanidad, nos refleja a un Dios cercano, un Dios Amor que sale de sí y se hace uno de nosotros, para levantar nuestra naturaleza caída y hacernos partícipes del amor del Padre y reconocernos como hermanos. "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna" Juan 3, 14. De igual forma, necesitamos nosotros encarnarnos con Cristo, y como Iglesia reconocer la importancia de acercarnos al hermano y hermana, para caminar por el sendero que Jesucristo nos muestra en su evangelio “Yo soy el camino la verdad y la vida” Jn 14,6. Camino que se hace concreto en la recomendación del Señor “en esto reconocerán que son mis discípulos, en que se aman los unos a los otros” (Jn13, 35). Solo así, nuestro trabajo como agentes de pastoral de nuestra comunidad parroquial, será liviana, agradable y lo haremos con felicidad. Somos testigos de su vida y resurrección, y estamos injertados en Él por el bautismo, para ser multiplicadores de su Evangelio, obedeciendo su mandato, “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura” Mc 16, 15. Por tanto, al tener como modelo a Cristo encarnado y resucitado, estamos llamados a acercarnos al hermano con humildad, respeto y sobre todo amor. Él nos amó hasta el extremo, “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”, y nos invita a tener la misma actitud ante el prójimo, acercarnos a la realidad del “otro”, sacándonos las sandalias de los prejuicios y

andar por sus senderos, entrar en esa tierra santa que es mi hermano, con respeto y amor. Por tanto, este año tenemos un gran reto en nuestra actividad pastoral como Parroquia, como Vicaría y como Iglesia Diocesana: reconocemos la necesidad de acercarnos a las diferentes realidades que vive nuestra comunidad parroquial, encarnarnos en esas realidades para conocer a fondo sus necesidades y esperanzas. Un ejemplo claro es la imagen de nuestra Madre la Virgen María, como primera discípula, fue aquella que aceptó con amor la voluntad de Dios y lo puso en práctica por el bien del hermano. Ella, después de la encarnación del Verbo en su seno, fue al encuentro de su prima Isabel “En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel” Lucas 1:39. Con la actitud de María, sumiremos el reto que tenemos; el acercarnos sin temores ni miedos a cada uno de los miembros de nuestras comunidades parroquiales y mostrarles que Dios está con nosotros, que camina con nosotros y que se encarna con nosotros en nuestra historia y en nuestra vida cotidiana.