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295 Cuad. Adm. Bogotá (Colombia), 19 (32): 295-317, julio-diciembre de 2006 HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE MODELOS AGROEMPRESARIALES EN UNA PERSPECTIVA TERRITORIAL * Laura Esperanza Rugeles Chacón ** Jean-François Jolly *** * Este artículo es una propuesta conceptual y operativa que está abierta y forma parte del marco conceptual de la línea y el Grupo de Investigación sobre Redes Agroempresariales y Territorio (RAET). Ha sido fuente de varios proyectos de investigación. Institución ejecutora: Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Institu- ción financiadora: OJTL y sector empresarial y territorial. El artículo se recibió el 23-10-2006 y se aprobó el 05-12-2006. ** Magíster en Teoría y Política Económica, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia, 1986. Economista, Universidad Nacional de Colombia. Investigadora de la Maestría en Mercadeo Agroindustrial, Facultad de Ciencias Económico-Administrativas, Fundación Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Colombia. Correo electrónico: [email protected] *** Doctor en Estudios de las Sociedades Latinoamericanas, Universidad de París III, La Sorbonne Nouvelle, Francia, 2004. Experto en Planificación Urbana y Regional, Institut d’Études Politiques de Paris, Francia. Economista, Universidad de Picardie, Amiens, Francia, 1974. Profesor asociado del Departamento de Arqui- tectura, Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Correo electrónico: [email protected]

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HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE MODELOS AGROEMPRESARIALES EN UNA PERSPECTIVA TERRITORIAL

HACIA LA CONSTRUCCIÓN

DE MODELOS AGROEMPRESARIALES

EN UNA PERSPECTIVA TERRITORIAL*

Laura Esperanza Rugeles Chacón**

Jean-François Jolly***

* Este artículo es una propuesta conceptual y operativa que está abierta y forma parte del marco conceptual dela línea y el Grupo de Investigación sobre Redes Agroempresariales y Territorio (RAET). Ha sido fuente devarios proyectos de investigación. Institución ejecutora: Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Institu-ción financiadora: OJTL y sector empresarial y territorial. El artículo se recibió el 23-10-2006 y se aprobóel 05-12-2006.

** Magíster en Teoría y Política Económica, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia, 1986.Economista, Universidad Nacional de Colombia. Investigadora de la Maestría en Mercadeo Agroindustrial,Facultad de Ciencias Económico-Administrativas, Fundación Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano,Colombia. Correo electrónico: [email protected]

*** Doctor en Estudios de las Sociedades Latinoamericanas, Universidad de París III, La Sorbonne Nouvelle,Francia, 2004. Experto en Planificación Urbana y Regional, Institut d’Études Politiques de Paris, Francia.Economista, Universidad de Picardie, Amiens, Francia, 1974. Profesor asociado del Departamento de Arqui-tectura, Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana, Colombia.Correo electrónico: [email protected]

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LAURA ESPERANZA RUGELES CHACÓN, JEAN-FRANÇOIS JOLLY

RESUMEN

El artículo presenta un modelo de análisis yde acción para abordar el problema de lacompetitividad agroindustrial colombiana enel mercado global. Es un modelo en cons-trucción, con una perspectiva de largo pla-zo, cuya consistencia se está validandoempíricamente. El planteamiento central ra-dica en que para cumplir las condiciones yrequerimientos del nuevo mercado, la com-petitividad agroindustrial del país está enfunción de la capacidad para incentivar, di-señar y poner en marcha modelos agroem-presariales en una perspectiva territorial. Elesquema de análisis se estructura sobre laidea de Santos (1997) sobre un espacio deflujos, configurado por lo sectorial produc-tivo o verticalidades, y el territorio, u hori-zontalidades, a manera de fuerzas que searticulan a través de la unidad productiva(empresas o redes de empresas). Dado loanterior, la acumulación de capacidad terri-torial y la especialización productiva –a tra-vés de agendas territoriales construidas poractores estratégicos– son las dos ideas fuer-za de este planteamiento; pero entre sí soncondición y resultado, causa y consecuen-cia. La aplicación del modelo demuestra quela sola perspectiva territorial es insuficientepara alcanzar la inserción de la agroindustriaen el mercado global y que los territoriostienen dificultades para desarrollar capaci-dades de competitividad.

Palabras clave: agroindustria, competitivi-dad agroindustrial, competitividad territorial,territorio, redes agroempresariales.

ABSTRACT

Towards Building Agribusiness Modelsfrom a Territorial Perspective

This paper presents an analysis and actionmodel for broaching the problem of Colom-bian agroindustry competitiveness in theworld market. The model is being built, froma long-term perspective, and its consistencyis being empirically validated. The mainproposition is that, to meet the conditionsand requirements of the new market, Co-lombian agroindustry competitiveness is di-rectly related to its capability to motivate,design, and start up agribusiness modelsfrom a territorial perspective. The analysisschema is structured on Santos’ concept(1997) of a space of flows, configured by aproductive sector called verticalities and offlows configured by the territory calledhorizontalities, as forces that articulatethrough a productive unit (businesses orbusiness networks). Due to the above, ter-ritorial capability accumulation and produc-tive specialization –by means of territorialagendas built by strategic actors– are thetwo driving ideas in this proposition. Yet,the two have a relation of condition and re-sult, cause and effect. Applying the modeldemonstrates that a mere territorial perspec-tive is not sufficient to achieve the entry ofagroindustry into the world market and thatterritories find it difficult to develop com-petitiveness capabilities.

Key words: Agroindustry, agroindustry com-petitiveness, territorial competitiveness, ter-ritory, agribusiness networks.

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Introducción

En Colombia, los mercados agroindustria-les enfrentan problemas de competitividadpara poderse insertar en una demanda muydinámica, pero cada vez más especializaday regulada. Un ejemplo es el caso de los pro-ductos hortofrutícolas, los cuales en un 91%no registran escalas comerciales significati-vas (Corporación Colombia Internacional[CCI], 2003).

La supremacía todavía existente de una pers-pectiva sectorial y gremial (lo vertical) sobreuna visión territorial (lo horizontal) de laagroindustria, sin propiciar los encuentros quedeben existir entre las dos, para las decisio-nes que se deben tomar en aras de desarro-llar una agroindustria nacional competitiva,es en parte el origen de estos problemas. Elplanteamiento de que la competitividad es unpropósito conjunto entre el territorio y lasorganizaciones empresariales es una consi-deración que aún no está presente en estosmodelos de decisión. En la perspectiva delcircuito local-global ahora compiten tanto lasempresas como los territorios, entre otrasrazones, porque los consumidores están exi-giendo y reconociendo condiciones ambien-tales y sociales de origen de los productosagroindustriales, a través de diferentes siste-mas de información y de protocolos diseña-dos para este propósito.

Una implicación evidente del desbalance en-tre lo gremial y lo territorial es la ausencia demodelos de organización empresariales. Ape-nas podemos hablar de concentraciones pro-ductivas sobre la base de condicionesculturales y de recursos similares, que sonun principio de proximidad económica, pero

no de organización empresarial territorial pro-piamente dicha. El problema está en que lastransformaciones de la demanda con nuevasregulaciones implicadas son fuente de ma-yor complejidad para la agroindustria y susmodelos de organización y, por supuesto, denuevas regulaciones sobre las ya existentesen los territorios.

El presente artículo, producto de una reflexiónteórica, con avances de investigación empíri-ca, tiene como objetivo presentar un modelode análisis que ha venido trabajando el Grupode Investigación Redes Agroempresariales yTerritorio o Grupo (RAET), inscrito en Col-ciencias. Este modelo, en construcción, bus-ca ligar aspectos analíticos (entender loscambios que se dan actualmente, especial-mente con el reto de la globalización) y utili-zaciones normativas (plantear las bases paraconstruir políticas públicas que permitan res-ponder este reto). Sostiene fundamentalmen-te que, para las condiciones que el mercadoglobal requiere, la competitividad agroindus-trial del país está en función de la capacidadque se tenga de incentivar, diseñar y poner enmarcha modelos agroempresariales-agroin-dustriales en una perspectiva territorial.

En la primera parte se establecen las dife-rencias del modelo con los planteamientossectoriales y con los planteamientos territo-riales relacionados básicamente con lo ru-ral. En la segunda se presenta el modeloRAET, mientras que en la tercera parte sehacen tres abordajes de experiencias prácti-cas o “pruebas de casos”1 desde la pers-

1 Se decidió llamar prueba de casos a los tres pri-meros abordajes que se han hecho tomando laperspectiva del modelo; cada uno representa una

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pectiva de este modelo. Finalmente, se pre-sentan conclusiones.

1. Los enfoques cercanos al RAET

Con el fin de ubicar las particularidades delmodelo RAET en relación con los plantea-mientos de tipo sectorial y los planteamien-tos de tipo territorial, se mostrarán losprincipales aspectos que en una primeraaproximación permiten diferenciar el modeloRAET: (i) lo sectorial sin territorio, (ii) loterritorial y la ruralidad y (iii): la reconcilia-ción entre sector y territorio

1.1 Lo sectorial sin territorio

En el escenario de la política económicacolombiana es sorprendente, pero compren-sible, seguir encontrando, y de muchasmaneras, un acento sectorial: productos ygremios (arroceros, avicultores, palmeros,azucareros, etc.). Dentro de éstos, lo agrí-cola o lo pecuario (no lo agroindustrial), ydentro de éstos, la ausencia de territoriodonde la producción tiene lugar.

Desde esta perspectiva, la posibilidad de quelos actores estratégicos en los cuales se apo-ya el ministro de Agricultura para identificarlos problemas de política económica, encuanto a la competitividad en el mercadoglobal, sean actores sectoriales, es muy alta.

En este caso son agrónomos, veterinarios,zootecnistas, productores agropecuarios ysus gremios, fundamentalmente. A esto debeagregarse que en lo sectorial productivo pri-ma el enfoque de mercado con su propiaracionalidad y, por supuesto, prima la lógi-ca y los intereses de los actores sectoriales.Los demás actores y las demás lógicas comola lógica pública, es decir, el interés comúnque corresponde a los asuntos territoriales,tienen menos posibilidad de estar presentesy de ser consultados. Por esta razón es po-sible afirmar que las políticas sectoriales aúnno son territoriales.

El caso más evidente de acento sectorial hasido el tratado de libre comercio (TLC). Lacompensación de las posibles implicacionesnegativas están dirigidas a los actores sec-toriales: arroceros, palmeros, avicultores. Enningún caso se ha mencionado compensara los territorios. Con contadas excepciones,la representación de intereses territoriales noestuvo presente durante el proceso de ne-gociación.

La cuestión es si esta perspectiva sectoriales suficiente para alcanzar la inserción de laagroindustria en el mercado global y quié-nes pueden favorecerse. Los hechos másrecientes revelan que el mercado globalagroindustrial tiene un nuevo marco de com-petitividad, donde la productividad es unacondición sine qua non siempre y cuandoesté adicionada con elementos que van másallá de lo estrictamente sectorial para colo-carse también en lo territorial. El cumpli-miento de protocolos y regulaciones decalidad y de seguridad, la sostenibilidad dela oferta y la confianza entre actores consti-

entrada diferente, porque tratan de responder pre-guntas diferentes relacionadas en su orden conterritorio, sector y empresa, para llegar al proble-ma de la competitividad agroindustrial. Los tres,una vez hecha su entrada, se guían por las relacio-nes esenciales generadas en el “espacio de flujos”,creado entre sector y territorio.

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tuyen fibras del entramado que se requierepara tejer el negocio agroindustrial en elmercado global.

La complejidad se encuentra en los facto-res que le son inherentes y se están inclu-yendo en esas nuevas condiciones delmercado, donde uno de los aspectos mássobresalientes es la forma de relación en-tre los actores involucrados, desde los pro-ductores hasta los consumidores, cada vezmás institucionalizada, menos anónima ymás cargada de identidad. Dicha relaciónva más allá de los actores directos comolos productores, por cuanto incluye todasu proximidad social, política, cultural yambiental, es decir, una relación que inclu-ye el territorio. La articulación de la dimen-sión local con el mercado ecológico dealimentos, por ejemplo, está asociada tam-bién con la gestión y el despliegue de losprocesos de educación y aprendizaje, de latoma de conciencia y de lo que Muller(2002) identifica como la capacidad demediación de actores líderes territoriales.

1.2 Lo territorial y la ruralidad

Los enfoques de desarrollo rural puedenconsiderarse enfoques de naturaleza terri-torial. Sin embargo, tal como lo define sunombre, tales enfoques asumen la separa-ción del territorio entre urbano y rural y sehan centrado en resolver problemas de laeconomía campesina, así como de la cali-dad de vida de ese grupo social, caracteri-zado por relaciones desequilibradas en ladisponibilidad de recursos productivos y porproblemas de baja rentabilidad y oportuni-dades de mercado.

Dentro de la problemática identificada, es-tos enfoques resaltan que el bajo nivel dedesarrollo tecnológico, en la mayor parte delpaís, ha sido uno de los principales limitantespara integrar en forma mucho más eficientela producción campesina a la economía na-cional. El Desarrollo Rural Integrado (DRI)evolucionó introduciendo el componente devías de comunicación, servicios básicos desalud, educación y electrificación y promo-ción de la organización y participación de lacomunidad. Se consideraron indispensablesun mayor esfuerzo y participación de losgobiernos locales, una mejor coordinaciónde las entidades comprometidas y, lo que esmás importante, un mayor interés y partici-pación de los productores (Chávez, 1991).

Más recientemente, a través del enfoque denueva ruralidad, se ha planteado la necesi-dad de una transformación productiva conel propósito de articular competitiva ysustentablemente la economía campesina delterritorio a mercados dinámicos (Sánchez,2004). No obstante, siguiendo la línea delas motivaciones explícitas de este enfoque:de lo rural y la economía campesina surgela necesidad de preguntarse si de esta ma-nera se logra integrar este grupo rural a unasociedad mayor y emparejar la calidad devida que se persigue.

1.3 RAET: la reconciliación entresector y territorio

El RAET es un modelo de mercado, analíti-co y normativo, cuya perspectiva apunta aresolver problemas de competitividadagroindustrial en el mercado global, a tra-vés de una competitividad territorial. A lamanera de Jessop (2002), el RAET busca

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explicar y aportar a este problema, reconci-liando el sector con el territorio, articulán-dolos y trascendiéndolos, “confiando enprocedimientos que atraviesan la fronteraentre mercado y Estado” (p. 8) y entre lorural y lo urbano, que signifique articula-ción de todos los actores territoriales, entreellos a los campesinos, a fin de generar lasreestructuraciones necesarias.

Bajo una mirada política y normativa, se tratadel papel público que, desde su perspectivaprivada, pueden ejercer las actividades y losactores agroindustriales en el escenario lo-cal; papel que se revierte como una estrate-gia central para aumentar la eficienciaagroindustrial. Se trata también de la inte-gración del componente técnico-económi-co privado con el componente social parauna noción de desarrollo local. El interés esencontrar cómo la actividad productiva sevuelve integradora y protagonista de terri-torios y de actores, pero también, cómo losterritorios y los actores son solidarios conlas actividades agroindustriales, lo que equi-vale a un crecimiento mutuo.

2. El modelo RAET: un enfoque deinvestigación-acción

Como ya se ha dicho, el RAET es un mode-lo “en construcción”, con una perspectivade largo plazo, es decir, que no está cerradoy que permite nuevos desarrollos principal-mente porque intenta seguir un enfoque deinvestigación-acción. Según Jorge Castilloen su síntesis sobre el enfoque de investiga-ción-acción, a éste lo caracteriza la formade operar el proyecto y de organizar el tra-bajo, de tal manera que “simultáneamentese puedan lograr avances teóricos y cam-

bios sociales”2 (2004, s. p.) que, en estecaso, son territoriales. Es ésta la principalambición de su promotor, el grupo RAET,que agrupa tanto a académicos dedicados ala reflexión y a la proposición como a pro-fesionales y empresarios, orientados haciala acción concreta.

Sin embargo, parece indispensable a los au-tores de este artículo seguir las pautas deun ejercicio académico y, por consiguiente,presentar a las comunidades científica yprofesional lo que podría denominarse elnúcleo central del modelo RAET, organiza-do a través de tres componentes:• Tres posturas fundamentales.• Una hipótesis de trabajo general y dos

hipótesis colaterales.• La estructura y operatividad del modelo.

2.1 Tres posturas fundamentales

El modelo RAET descansa sobre tres pos-turas:• Hay que ser proactivo frente a las dife-

rentes tensiones que genera la globali-zación.

• Para serlo, es necesario establecer un“camino de análisis” que apunte a la in-teracción entre redes agroempresaria-les y el territorio. Este camino de análisisse caracteriza por tres señales, que sepresentan más adelante.

• Es posible que a partir de las agendasterritoriales se pase del camino de aná-lisis al “camino de acción”.

2 Las cursivas de las citas no son originales.

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2.1.1 ¿Cómo ser proactivo frente adiferentes tensiones?

La tensión más grande a que se hallan en-frentadas las actividades económicas de lospaíses en desarrollo es la generada por elproceso de globalización. América Latina,en general, y Colombia, en particular, seocupan ahora mismo de los arreglos y ne-gociaciones concernientes a los tratados demercado bilaterales (TLC) y regionales–Área de Libre Comercio para las Améri-cas (ALCA) y Comunidad Andina de Na-ciones (CAN)–. El componente de mayoratención se relaciona con las actividadesagroindustriales en las cuales se prevé lanecesidad de introducir ajustes y regula-ciones de distinto tipo.

A su vez, “la globalización transforma las ciu-dades, las regiones y su gobernación” (Prats,2004, s. p.), es decir, su modo de gobierno.Este planteamiento se relaciona con la co-rriente de pensamiento (política pública) quebusca instalar los acontecimientos de las ac-tividades económicas en las realidades queles corresponde, es decir, en lo local, en elterritorio. Globalización y territorio están másque nunca interrelacionados, lo que permitea Prats afirmar que “la globalización y la lo-calización son las dos grandes fuerzas deldesarrollo del siglo XXI”, esto es, que “laglobalización no sólo nace en las ciudadessino que se asienta en ellas” (2004, s. p.).Los flujos (materiales, financieros, humanosy de información) se dan entre ciudades, en-tre localidades, entre territorios, y, el territo-rio, además de biofísico, se vuelve, según laexpresión de Milton Santos, “un espacio deflujos”. El problema entonces es cómo res-ponden tanto la agroindustria como los terri-

torios a las tensiones que se transmiten porlos diferentes flujos.

Desde esta perspectiva, el proceso que com-prende la generación de conocimiento y laidentificación, formulación e implementaciónde políticas públicas y de estrategias, desbor-da lo ligado exclusivamente a una actividadeconómica (como un sector de producción),la agroindustria, en este caso, y lo exclusiva-mente territorial o local. La experiencia delsector agroindustrial en Colombia, especial-mente en el desarrollo de componentes de laproducción y del procesamiento a través dela investigación y transferencia de tecnolo-gía, así como de la organización gremial hatenido algún respaldo. Por otra parte, en es-cenarios distintos, el Departamento Nacionalde Planeación, por ejemplo, se han configu-rado fortalezas en asuntos territoriales y dedesarrollo endógeno local.

Así las cosas, es probable que lo sectorialproductivo esté tomando una ruta y lo terri-torial otra, a fin de instalarse cada uno inde-pendientemente en los vericuetos y lugaresde la globalización3. Lo que se debe discutir yestá en juego es cómo los dos, que alcanzana ser una misma cosa, a tener lugares e inte-reses comunes y de beneficio mutuo, pue-

3 Las discusiones en el proceso de negociación delTLC, especialmente en el último tramo, corres-pondieron básicamente a los actores gremiales quedefienden sus intereses como productores. Nuncase pusieron sobre la mesa argumentos territoriales,de las implicaciones sobre los territorios producto-res, de nuevas estrategias para la posnegociación;las políticas compensatorias han sido referidas fun-damentalmente desde el gobierno hacia los produc-tores, no hacia los territorios. Sólo unos pocosrepresentantes territoriales estuvieron presentes enel cuarto del lado durante las negociaciones.

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dan ir juntos y responder con capacidad a lastensiones generadas por la globalización.

Hay muchas razones que justifican este plan-teamiento, entre otras, porque la competiti-vidad cada vez más sobrepasa las presionesde productividad para ser afectada por aque-llas de carácter social y político, de tal suerteque ya es común hablar de “productividadpolítica y social” (Santos, 1997, p. 134), deuna competencia eficiente con nuevas nor-mas éticas (Prats, 2004). El productor agroin-dustrial es cada vez más un subordinado delconsumidor tanto en exigencias de inocui-dad de los alimentos como de responsabili-dad social y ética económica de las empresasque los producen, procesan y distribuyen. Esdecir, la competitividad es un asunto de ca-pacidades de articulación territorial con todolo que en él ocurre y de innovaciones diná-micas y sistémicas en muchos frentes y áreaspara las cuales la ciencia y la tecnología tie-nen bastantes aportes que dar.

Como ya se mencionó, uno de los temas quese descubre como muy importante por susignificado en la crisis institucional de Co-lombia es el del papel público que desde superspectiva privada pueden ejercer las acti-vidades agroindustriales en el escenario lo-cal; papel que se revierte como una estrategiacentral para aumentar la eficiencia agroin-dustrial. Eso es también el de la integracióndel componente técnico-económico privadocon el componente social para una noción dedesarrollo local. El interés es saber cómo laactividad productiva se vuelve integradora yprotagonista de regiones y de actores, perotambién cómo las regiones y los actores sonsolidarios con las actividades agroindustria-les, lo que equivale a un crecimiento mutuo.

Sin embargo, como las regiones producto-ras de hortalizas y de frutas, por ejemplo, noson homogéneas las relaciones entre estaagroindustria y el territorio son también dife-rentes, la capacidad de competir en el con-texto de la globalización. Entonces, de algunamanera, estas diferencias territoriales justifi-can este enfoque territorial de la actividadeconómica agroindustrial.

2.1.2 Las tres señales de un “caminode análisis” para la interacción entreredes agroempresariales y territorio

Más que un marco de análisis que establecelímites, a menudo arbitrarios, el modeloRAET propone un camino de análisis, quesignifica salidas, dinámica, márgenes de li-bertad para la iniciativa y la acción.

Tres señales aparecen en este camino de aná-lisis, tres principios estructuran la trayecto-ria, la caminata de quien lo quisiera seguir. Elprimer principio plantea la necesidad de dis-tinguir dos fuerzas que configuran un espa-cio de flujos. Esas fuerzas son: la vertical,que corresponde a lo sectorial productivo, yla horizontal, que se refiere al territorio. Se-gún el segundo principio, el punto de articu-lación de las fuerzas es la unidad productiva(empresa, cadena), la cual actúa como pivo-te que sostiene los giros y oscilaciones detodo lo demás. Finalmente, el tercer princi-pio reconoce la existencia de fruticultores,horticultores, cacaoteros pachunos, del orien-te antioqueño, de la sabana de Bogotá, cadauno con sus particularidades y supone en sín-tesis que para ser un mejor horticultor,fruticultor o cacaotero hay que ser un mejorpachuno, un mejor antioqueño, un mejor sa-banero, etc.

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La fuerza vertical o verticalidad “reagrupaáreas o puntos al servicio de actores hege-mónicos frecuentemente distantes. Estos sonlos sectores de la integración jerárquica re-guladas desde ahí necesariamente en todoslos lugares de la producción, globalizados ycomandados a distancia” (Santos, 1997, p.140, las cursivas son del original). Ejemplode componentes de la verticalidad lo ofre-cen la tecnología, los activos específicos,los mercados, los consumidores.

Por el contrario, la fuerza horizontal o hori-zontalidad “debe su constitución, ya no a lasolidaridad orgánica creada sobre su lugar,sino a una solidaridad organizacional lite-ralmente teleguiada y fácilmente reconside-rada” (Santos, 1997, p. 140, las cursivasson del original). La horizontalidad está aso-ciada con todos los cotidianos, es decir, conel cotidiano de todo (individuos, colectivi-dades, firmas e instituciones). Está cimen-tada por la similitud de las acciones(actividades agrícolas modernas, ciertasactividades urbanas) o por su asociación ysu complementariedad (vida urbana, relacióncampo-ciudad)4. Pero cabe anotar con

Milton Santos que, frente a la horizontali-dad, la verticalidad:

… es un elemento perturbador, puesto quees el portador de cambio. De este modo,regulación y tensión se tornan en cada lugarindisociables. A mayor profundización de laglobalización que impone regulaciones ver-ticales nuevas a las regulaciones horizonta-les preexistentes, mayor y más fuerte es latensión entre globalidad y localidad, entre elmundo y el lugar. Pero más se afirma el mun-do en el lugar, aún más, este último se vuel-ve único. (Santos, 1997, p. 141)

La configuración de espacios de flujo porambas fuerzas explica por qué no es posibleconcebir sólo lo sectorial o sólo lo territorial–por ejemplo, la producción y distribuciónde hortalizas– aparte de la vida del municipiode Pacho, en Cundinamarca, donde hay cier-tas condiciones para su competitividad. Elasunto es que, dependiendo del grado o de lanaturaleza de la capacidad horizontal acumu-lada, se da la reacción a las tensiones de laverticalidad: flexibilidad, rapidez, coherenciay solidaridad. A mejor capacidad horizontalacumulada, mejor reacción frente a las ten-siones que genera la verticalidad.

4 Factores horizontales o territoriales pueden ser(Chiriboga, 2004):(a) Una infraestructura de carreteras adecuadasque le permiten conectarse con los centros deconsumo o con puertos y aeropuertos en formarápida y económica.(b) Sistemas de irrigación que funcionen adecuada-mente y que pueden desempeñar un papel centralen aumentar la productividad local.(c) Comunicaciones telefónicas y electrónicas quele permita relacionarse en tiempo real con abaste-cedores y consumidores.(d) Un ambiente de innovación tecnológico queincluya la presencia de universidades o centros deinvestigación cercanos y buenos sistemas de in-teracción entre empresas y ellas.

(e) Sistemas educativos y de servicios de salud queatiendan adecuadamente a la gente y fortalezcansu formación, salud y bienestar.(f) Sistemas financieros capaces de responder a lasnecesidades de los abastecedores locales, de lasempresas vinculadas y aquellas que proveen servi-cios y productos a la población local.(g) Sistemas y mercados de servicios a la produc-ción, incluyendo factores críticos como transpor-te, abastecimiento de insumos, soporte gerencialy contable, servicios legales, etc.(h) Organizaciones públicas y privadas funcionan-do en red.

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Desde esta perspectiva, una buena horizon-talidad permite una buena verticalidad o, di-cho de otra manera, la competitividad pasapor lo horizontal (el recurrir a las institucio-nes y organizaciones presentes en el territo-rio) y no solamente por lo vertical (el intervenirsobre el cambio técnico, los mercados, losprecios). Lo anterior significa también que enla protección ante la incertidumbre será clavela movilización de elementos de la horizonta-lidad, además de otras medidas y factores.

Resulta entonces que la reacción en la uni-dad productiva/empresa/cadena es por ciertonecesaria pero no puede ser en ningún casosuficiente, porque se necesita la reacción enlo público, o sea, en la cooperación explíci-ta con otros: autoridades nacionales y loca-les, otros gremios, otros sectores (vías,servicios), otros territorios (en la cadena,

por ejemplo). En este sentido, se puede de-cir que para ser un mejor cacaotero o unmejor productor de hortalizas y de frutashay que ser, respectivamente, un mejorsantandereano o araucano, un mejor saba-nero o habitante de la provincia de Rionegro,es decir, un mejor ciudadano de la región ala cual pertenece el productor.

Aplicando la dirección de las manecillas delreloj, en el Gráfico 1 es evidente que en elViejo Caldas la verticalidad ligada, por ejem-plo, a la agroindustria del cacao o a la delcafé, se articula a una fuerte horizontalidad,pero todo lleva a pensar, entre la gama deposibilidades, que en Arauca esta última esmucho menor. Podemos imaginar igual re-lación en el caso de las frutas y hortalizasentre la sabana de Bogotá y la provincia deRionegro, en Cundinamarca, por ejemplo.

Gráfico 1La estructura del modelo RAET

Fuente: elaboración Grupo RAET.

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El supuesto complementario de este cami-no de análisis es que si se quita la verticali-dad, desaparecen los factores fundamentalesde cambio: no hay en este caso desarrolloni dinámica, a no ser que estén dados loscambios por otras verticalidades o por otrosfactores como el caso de la violencia.

En el caso de la agroindustria de hortalizas,de frutales o del cacao, el productor es elactor clave de este proceso de desarrollo, ala vez sectorial y local, porque su unidad deproducción es el punto de articulación entrela fuerza de la verticalidad y la fuerza de lahorizontalidad. El camino de análisis con-duce entonces a trazar las marcas de un“camino de acción”.

La complejidad va siendo mayor en la medi-da en que se asume ya no la especie en sí

misma, sino la agroindustria (la cadena), queademás de poder implicar una desmembra-ción de valor, también implica la desmem-bración territorial, como es el caso del cacao.Los clusters constituyen en cierta medidaun modelo para concentrar los procesos enun polo industrial; en agroindustria estemodelo aún está por desarrollar.

En la medida en que cada territorio está cru-zado por varias verticalidades (cacao, horta-lizas, palma, frutas…), así como se observaen el Gráfico 2, surge el dilema de saber quéverticalidad elegir o qué tipos de arreglos ho-rizontales establecer entre verticalidades(pesaje de tensiones). Es entonces cuando hayque echar una mirada hacia el desarrollo lo-cal, buscar cómo diseñar “caminos de desa-rrollo local” o, si se prefiere, estrategiasencaminadas a lograr un desarrollo local.

Gráfico 2El dilema de la elección de verticalidades y el pesaje de tensiones territoriales

Fuente: elaboración Grupo RAET.

Municipio de Pacho

Café Ganadería Hortalizas

Gob. Educ. Vías S. Civil Riesgo

Municipio de Pacho

Café Ganadería Hortalizas

Gob. Educ. Vías S. Civil Riesgo

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Estas estrategias pueden determinarse a par-tir de cruzar efectivamente el desarrollo sec-torial, impulsado por “los elementosperturbadores, portadores de cambio”, ge-nerados por las diferentes verticalidadespresentes en un territorio dado (tensionesy presiones que se dan en el mercado glo-bal), con los “nodos de proximidad” (Muller)y con los actores estratégicos que actúan eneste territorio y lo constituyen y, además,son las fuerzas de la horizontalidad.

2.1.3 Del camino de análisis al“camino de acción”: las agendasterritoriales o la acción sugerida

El objetivo final del modelo RAET no es ana-lizar por analizar, sino analizar para orientary facilitar la acción de los actores clave queson los productores, los procesadores y loscomercializadores de un territorio específicoen el contexto de la globalización. Del análi-sis desarrollado deben resultar grandes linea-mientos de cómo puede actuar el horticultor,el fruticultor, el cacaotero en lo territorial,cuando se interesa de lo horizontal; a su vez,de cómo lo territorial alimenta el esfuerzo delempresario horticultor, fruticultor, cacaotero,pues al potenciar la competitividad, se soli-dariza con él y lo protege ante la incertidum-bre de la globalización y de otras tantasincertidumbres.

Se trata entonces de hacer que los produc-tores e industriales y sus gremios locales(comités, asociaciones) se vuelvan media-dores locales, según la expresión de PierreMuller (2002), es decir, constructores y re-guladores de horizontalidades en cada unode los territorios donde están presentes, altiempo que asumen las tensiones de la fuer-

za de verticalización que nacen en su orga-nización agroindustrial y toman en cuentalas particularidades del territorio donde es-tán ubicados. Sin embargo, dado que la ex-presión de la verticalidad es diferente en cadaterritorio, por las características de la hori-zontalidad existente, se vuelve necesarioadelantar un análisis de cada espacio deverticalidad y horizontalidad constituido, decada región agroindustrial en una perspecti-va comparada, con el fin de identificar lasestrategias y políticas públicas que puedanfavorecer a todos conforme a sus diferen-cias.

El modelo RAET conlleva entonces al diseñode los grandes lineamientos de unas agendasterritoriales para cada una de las regionesagroindustriales estudiadas, sin que éstas ten-gan un carácter rígido, normativo sino, porel contrario, sean flexibles, sugestivas, a finde que sugieran acciones adaptables a cadasituación local y, sobre todo, distinguidas porla voluntad de promover las iniciativas loca-les de los empresarios agroindustriales.

Estas agendas territoriales buscan facilitar porparte del agroindustrial la posibilidad de be-neficiarse de efectos de sinergia con otrosproductores que pertenecen a otros sectoresproductivos y sociales y de recurrir a exter-nalidades territoriales en las cuales cada uno(cada productor) participa y de las cuales cadauno se beneficia, construyéndolas poco a poco(perspectiva dinámica y acumulativa).

Cabe observar que lo anterior sólo es posiblesi cada productor busca articularse con otrossectores de producción y sociales con el finde firmar “alianzas estratégicas”, de cons-truir redes de políticas públicas (Muller y

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Surel, 1998) de temporalidad variable, alre-dedor de la identificación, el diseño y la im-plementación de acciones colectivas, deacciones públicas y de políticas públicas (ac-ciones de capacitación, construcción de in-fraestructuras, gestión pública, etc.). El modode actuar en estas redes es la gobernancia,cuya base ya no es como lo anota Santos“una solidaridad orgánica creada sobre sulugar sino una solidaridad organizacional”(1997, p. 135), construida por múltiples ac-tores presentes en el territorio. A diferenciadel modelo de desarrollo rural, el modeloRAET plantea el “desarrollo local” como unaconstrucción territorial a partir de una cons-trucción agroindustrial exportable.

2.2 Las hipótesis de trabajo

La hipótesis de trabajo, la más general, deri-vada de las tres posturas anteriores, planteaque la competitividad agroindustrial del país,para las condiciones que el mercado requie-re, está en función de la capacidad que setenga de incentivar, diseñar y poner en mar-cha modelos agroempresariales en una pers-pectiva territorial5 . De esta hipótesis generalse derivan dos hipótesis colaterales:

Hipótesis 1. Las verticalidades que no cuen-tan con una fuerte horizontalidad de sopor-te registran una menor competitividad.

Hipótesis 2. Los territorios que no cuentancon verticalidades diferenciadas o que tie-nen muchas verticalidades registran indica-dores de competitividad (territorial) menores.

Por sí mismos, los modelos agroempresaria-les no son suficientes para asegurar una vi-sión de sustentabilidad, la cual se estáconvirtiendo cada vez más en el requisito cen-tral para la entrada de productos al mercadoglobal de alimentos y de materias primas. Lageneración de riqueza (rentabilidad del nego-cio), el equilibrio ambiental y la equidad so-cial –que son los soportes de esta visión–tienen sentido y pueden concretarse cuandolos modelos agroempresariales adquieren per-tenencia, responsabilidad y compromisos te-rritoriales. Es el encuentro entre lo sectorialy lo territorial, encuentro que debe ser el pi-vote equilibrador entre el mercado con suslógicas y el territorio con sus especificidadesde recursos, de cultura y de vida.

Sin embargo, el encuentro6 de lo sectorialcon lo territorial, como acontecimiento con-junto, es un enfoque con escasos desarro-llos, porque, considerados de maneraindividual, territorio y sector, sí tienen unaimportante producción científica y tecnoló-gica y una praxis en Colombia7 . Es enton-ces necesario comprobar y validar el modelode análisis propuesto, en cuanto al estadodel encuentro de lo sectorial con lo territo-rial, lo que el Grupo RAET ha empezado ahacer a través de las “pruebas de caso” (véa-se sección 3).

5 Para reiterar, la perspectiva territorial equivale alo público, a la cooperación explícita con otros, alo cotidiano.

6 Se trata aquí del encuentro como un concepto queimplica articulación, pero más en orden a lograracuerdos y compromisos, sin excluir las posibili-dades de conflicto entre las lógicas de la verticali-dad y la horizontalidad.

7 Véase, por ejemplo, los estudios e investigacionessobre la “nueva ruralidad”.

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2.3 La estructura y operatividad delmodelo RAET: elementos de lamatriz y factores de análisis

Cualquiera que sean las posturas fundamen-tales y las hipótesis de trabajo, “la calidad”de un modelo de investigación-acción semide, en realidad, a la luz de la consisten-cia de su estructura y operatividad y de larelevancia de sus indicadores y factores deanálisis. En efecto, como alguien lo señaló“una toma de decisiones acertada debe pro-venir de información de buena calidad yparte del proceso lo constituye un exitosoproblema de indicadores” (autor no identi-ficado).

La estructura del modelo RAET está dise-ñada a través de una matriz de doble entra-da, es decir, una matriz con cuatro elementosque se determinan mutuamente y en una di-

rección de espiral, de tal manera que llevanimplícita una dinámica de transformacionespermanentes tanto en las verticalidades osectores como en el territorio. Estas trans-formaciones deseadas no excluyen la exis-tencia de tensiones, ni la posibilidad decírculos viciosos, sino que, antes bien, de-ben alimentarse de ellas, porque, según elsupuesto, las tensiones son las portadorasde cambio. Igualmente, la estructura matri-cial permite en cualquier momento análisishorizontales, verticales y transversales. Loscuatro elementos de la matriz son:• Atributos de la cadena o de las cadenas.• Grado de territorialidad de la(s) cadena(s).• Atributos del territorio.• Grado de sectorialidad del territorio.

En el Gráfico 3 pueden observarse estos ele-mentos y la dirección propuesta de análisis.

Gráfico 3Matriz de sectorialidad y territorialidad

Fuente: elaboración Grupo RAET.

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Cada uno de los cuatro elementos contieneunos indicadores o dimensiones a través delos cuales se lleva a cabo el análisis y se esta-blecen las relaciones. La complejidad radi-ca, por un lado, en extraer, según el caso, losindicadores esenciales que expliquen el pro-blema y, por el otro, en examinar las interac-ciones importantes entre ellos. La definiciónde cada uno de los cuatro elementos, asícomo de los indicadores que se van a consi-derar, se desarrolla enseguida8.

2.3.1 Atributos de la cadena

Los atributos de la cadena son las caracte-rísticas y particularidades de la cadena, enla perspectiva de su naturaleza como pro-ducto y de su organización como procesoeconómico. Su importancia radica en queesas características definen las articulacio-nes de la cadena con el territorio; igualmen-te, permiten prever el tipo y la manera dehacer las innovaciones que se necesitan parareaccionar a las tensiones que el mercado uotros actores le plantean.

Algunos factores de análisis:• La referencia histórica, desarrollo en el

país e instalación en el territorio.

• La naturaleza del producto y grado deespecificidad de los activos.

• El grado de inserción en el mercado glo-bal (mercado nacional y exportable).

• El modelo tecnológico aplicado en elterritorio.

• Las tensiones actuales (cantidad, gro-sor, hojas, oportunidad en el mercadoprincipal actual, etc.) y potenciales (éti-ca de producción: no destruya el medioambiente y sea ecológica).

2.3.2 Grado de territorialidad de lacadena

El grado de territorialidad trata de estable-cer lo que ha dejado o ha construido el de-sarrollo de esta cadena en el territorio9 .

Algunos factores de análisis:• El grado de organización empresarial

(integración horizontal, redes, clusters,etc.).

• El grado de adopción de protocolos(trazabilidad, prácticas BPA y BPM).

• La proporción del excedente y del valoragregado que se queda en el territorio,por ejemplo, distribución del ingreso yacumulación del capital.

• El nivel de gobernancia logrado, es decir,el grado de vinculación de los actores lo-cales al negocio y el grado de organiza-ción y articulación con actores públicos

8 Siguiendo a Joan Robinson, en la lógica económi-ca un modelo es un método de análisis que “…consiste en extraer los simples elementos esen-ciales de un problema, despojándolos de todos losdetalles superfluos y examinar la interacción en-tre sus partes”. Y explica, “Cuando se han elegidolos elementos y sus formas de actuación que co-rresponden a la realidad, las relaciones que puedendeducirse manipulando el modelo son esclarece-doras” (Robinson y Eatwell, 1982, p. 23). El peli-gro está en dejar un elemento clave por fuera.

9 Por ejemplo: el desarrollo de la cadena productivade la palma de aceite en Puerto Wilches (Santander)originó a Fundewilches y la participación de lospalmicultores en la Sociedad Portuaria Regional.

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y con otros actores privados organiza-dos.

• El nivel de interacción y de articulacióncon otros territorios.

2.3.3 Atributos del territorio

Los atributos del territorio corresponden alos recursos y condiciones propios del te-rritorio y a las capacidades que el territoriodesarrolla para usar bien esos recursos, parahacerlos productivos, para provocar inno-vaciones, entre otros aspectos. Los atribu-tos del territorio se expresan especialmentecuando entran en operación las tensiones delmercado.

Algunos factores de análisis:• La localización, extensión y población.• Los recursos naturales y ambientales.• El entorno institucional (seguridad, go-

bernabilidad, regulaciones aplicadas, po-líticas específicas).

• El sistema educativo y ambiente de in-novación tecnológico.

• La infraestructura.• Los servicios y productos a la pobla-

ción local.• La intensidad de la articulación con

otros territorios.

2.3.4 Grado de sectorialidad delterritorio

El grado de sectorialidad del territorio se re-fiere a la estructura productiva desarrolladaen el territorio, es decir, a las verticalidadesque comparten con la cadena considerada los

recursos y los incentivos territoriales, así comoel grado de articulación entre estas verticali-dades. Es lo que se logra, lo que se alcanzacon los atributos territoriales, son los arreglosentre cadenas, el pesaje de tensiones.

Algunos factores de análisis:• La consolidación de un desarrollo em-

presarial competitivo, en términos degeneración de redes empresariales, de ar-ticulación a cadenas productivas, declústers, etc.

• El número de verticalidades consolida-das y tipo de arreglos entre verticalida-des que se han hecho en el territorio.

• La especialización o diversificación delterritorio.

3. Perspectiva analítica yperspectiva normativa: “las pruebasde caso”

Dentro del proceso de comprobar y validar laconsistencia y pertinencia del modelo RAETy de mostrar su utilidad como una opción di-ferente para abordar el problema agroindus-trial en una perspectiva de investigación-accióny de largo plazo se han desarrollado las tres“pruebas de caso” que se presentan ensegui-da. Constituyen una forma de experimenta-ción que alimenta lo que Castillo llama “unproceso continuo, una espiral donde se vandando los momentos de problematización,diagnóstico, diseño de una propuesta de cam-bio, aplicación de la propuesta y evaluación,para luego reiniciar un nuevo círculo, partien-do de una nueva problematización” (s. f., s.p.). Esto coincide con las direcciones analíti-ca y normativa que se han dado al modelo através de los estudios realizados.

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• Las utilizaciones analíticas, que permi-ten avanzar hacia nuevas poblematiza-ciones, al confrontar el avance delmodelo a nuevos contextos, ya sean és-tos sectores, territorios o una combi-nación de ambos.

• Las utilizaciones normativas, que apun-tan a plantear las bases de una propues-ta de cambio, es decir, de políticaspúblicas y las acciones por desarrollar.

Estos estudios son:• La construcción de una agenda territo-

rial en Pacho (Cundinamarca).• Una comprobación de todo el modelo,

con ocasión del estudio de la cebolla derama en el municipio de Aquitania, enBoyacá.

• Las reflexiones sobre la empresaagroindustrial como articuladora entre-sector y territorio, a partir de un estu-dio exploratorio desarrollado en cincodepartamentos de la amazorinoquía co-lombiana.

3.1 La construcción de una agendaterritorial en el municipio de Pacho

La idea de esta prueba de caso, que está enmarcha y que se originó a partir de la deman-da de la primera autoridad del municipio dePacho10 , consistió en aprovechar la oportu-

nidad que ofrecía este escenario para armarun laboratorio in situ que permitiera diseñary desarrollar investigación-acción en el cam-po del desarrollo agroempresarial (verticali-dades), atravesando el desarrollo territorial(horizontalidad). Desde esta perspectiva, laatención del Grupo se ha orientado a exami-nar en qué ayuda el modelo RAET a la cons-trucción de una agenda territorial.

Por muchos factores, Pacho y la provinciade Rionegro tienen ventajas comparativaspara intensificar su inserción en el mercadomundial agroindustrial y también para desa-rrollar un mayor mercado interno. Sin em-bargo, registran retrasos y dificultades paraalcanzar ventajas competitivas sostenidastanto en estos mercados específicos comoen general de su territorio.

En cuanto a la sectorialidad del territorio,la ausencia de escalas comerciales signifi-cativas en una parte importante de la pro-ducción agropecuaria del municipioconstituye un indicador fundamental de lascondiciones en que se desenvuelve la ofer-ta de estos productos y, por consiguiente,los problemas de competitividad que enfren-tan. Como bien lo muestra el Gráfico 4, elportafolio de los principales productos esamplio, lo que puede corresponder a la di-versidad de pisos térmicos existentes, y estoseñala la multiplicidad y diversidad de lasverticalidades. En cuanto al grado detecnificación, fuera del café (que tiene 70%)se destaca que a mayor extensión menortecnificación –incluso algunos productosalcanzan el 100% como las papas, la mora,las fresas y los tomates–. Los cítricos ape-nas alcanzan un 5% de tecnificación, y esel segundo cultivo después del café.

10 Para más detalles sobre esta prueba de caso, véaseen Jolly y Rugeles (2005): El municipio de Pacho:un laboratorio in situ para la investigación y laacción sobre modelos agro empresariales com-petitivos y sostenibles. Una estrategia de investi-gación-acción.

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En cuanto a lo territorial/horizontal o atri-butos del territorio (Gráfico 5), Pacho secaracteriza por tener apenas un 10% de tie-rras cultivadas –pero en todos los pisos tér-micos–, de tal suerte que su oferta potencialde productos es amplia, con más razón si seconsidera que dispone de abundantes recur-sos hídricos. La proximidad de Bogotá, me-nos de dos horas, una vía de comunicaciónen relativo buen estado, una fama de producirfrutas de calidad, la existencia de un centrode acopio para la primera transformación defrutas (selección, jugos, etc.) son factores queconstituyen oportunidades por explotar.

A estos atributos territoriales favorables parauna buena producción agroindustrial se lespueden agregar la existencia de una granjamunicipal concebida como un “centro depromoción y difusión de innovaciones” yde un Instituto Técnico Agrícola con voca-

ción provincial. Sin embargo, en la realidadlas relaciones entre estas diferentes venta-jas son todavía escasas. Las iniciativas de laadministración municipal son frecuentemen-te puntuales a pesar de su voluntad de fo-mentar el desarrollo de su territorio y depotenciarlas gracias a la práctica de la go-bernancia municipal, que busca articularhorizontalmente actores y sectores para lo-grar el desarrollo.

En la medida en que la agenda territorial laconstruye una serie de redes de actores queactúan en un espacio de flujos (territorio) so-bre los atributos de la horizontalidad o atribu-tos del territorio y a partir de éstos, el desafíoha sido encontrar y movilizar los actores es-tratégicos, tanto los existentes en el territoriocomo nuevos actores con intereses coinci-dentes (inversionistas, comercializadores, etc.)que se vuelven constructores de territorio.

Gráfico 4Las verticalidades del municipio de Pacho

(área sembrada y % de tecnificación de especies agrícolas)

Fuente: Plan de Desarrollo del Municipio, 2004-2008.

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La experiencia de Pacho muestra que laconstrucción de una agenda territorial quese mueve entre creación de negocios com-petitivos y coordinación de intereses entreactores dispersos y poco organizados, esun proceso complejo y de alto contenido degestión. Tiene mucho valor dentro del pro-pósito de un laboratorio in situ que debeservir como referente para otras agendas

3.2 La cebolla de rama en elmunicipio boyacense de Aquitania

A través de un trabajo de tesis alrededor dela problemática del mercado de la cebollade rama en el municipio de Aquitania,Boyacá (Chaparro, Peñalosa y Zuluaga,2006), se quiso aplicar todo el modeloRAET, teniendo en cuenta que el trabajode campo preliminar dio señales de que losacontecimientos del mercado y del territo-

rio que allí tenían lugar eran útiles para va-lidar dicho modelo11.

Ciertamente, y como los avances alcanza-dos lo demuestran, en el cruce entre las es-pecificidades de la cebolla y los atributosfísicos del territorio, básicamente alrededordel recurso agua, se puede entender por quéeste negocio agroindustrial ha sido allí com-petitivo. De igual forma, este cruce sirvepara explicar por qué dicha competitividadse está deteriorando, especialmente por de-ficiencias territoriales en cuanto a la capaci-dad de organización y gestión de los actores

Gráfico 5Atributos del territorio del municipio de Pacho

Fuente: elaboración grupo RAET a partir, entre otros, del Plan de Desarrollo 2004-2008.

11 Cabe indicar que desafortunadamente el estudio,aunque avanzó en trabajo de campo y en recolec-ción de información primaria y secundaría, termi-nó terciando hacia los enfoques clásicos de losestudios de mercado, por lo que permanece la ne-cesidad de continuarlo desde la perspectiva inicial.

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públicos y privados, de la educación y el de-sarrollo tecnológico para manejar el conflic-to generado y para cambiar y ajustarse frentea las tensiones actuales y potenciales.

El grado de territorialidad alcanzado por lacadena es positivo, por cuanto la economíade la cebolla ha sido la portadora de cambiosen el municipio, reflejados tanto en el incre-mento de la calidad de vida, por la articula-ción de la población a una actividad económicacompetitiva, como en la generación de rique-za. Esta última corresponde a un modelo de-nominado por el estudio la ruta de la cebolla,puesto que en Aquitania se produce y se trans-porta, en Bogotá se comercializa y enSogamoso tiene lugar la principal acumula-ción y realización del excedente económicogenerado. Por esta razón, el nivel empresarialy la agregación de valor son incipientes, sus-tentados básicamente en unidades producti-vas muy fragmentadas y en propietarios decamiones que a la vez son productores. Elgrado de sectorialidad del territorio está sus-tentado en la especialización territorial en elnegocio de la cebolla; cualquier otra activi-dad ha quedado casi desterrada, lo que hacontribuido a la competitividad y reconoci-miento de ese territorio como municipiocebollero. Sin embargo, esta misma especia-lización es la principal fuente de tensionesdesde la perspectiva ambiental, ya que seconvierte en su propia gran amenaza para lacompetitividad de la cadena y del territorio.

Desde esta perspectiva se identificaron pro-blemas nuevos del mercado, y se trascen-dió del modelo clásico sectorial de análisisbasado en problemas de comercialización auno que reconcilia lo sectorial con lo terri-torial y con un acento puesto en la capaci-

dad de oferta. Sin embargo, el problema noradica en qué tipo de cambios hacer –sobreeso ya está casi todo claro–, sino en cómohacer los cambios, quiénes lo financiarían,cuándo empezarlos a hacer; todo ello sin quese afecte el bienestar económico de todoslos grupos sociales que se ha alcanzado enAquitania a través del negocio de la cebolla.Pero, como lo sugiere Prats: “Es muy dife-rente predicar el respeto al medio ambientey los animales que realmente aplicar el prin-cipio” (2005, s. p.).

3.3 La empresa agroindustrial en laamazorinoquía colombiana

Como se mencionó en la configuración delmodelo RAET, la unidad productiva (em-presa o redes de empresas) es, nada más ynada menos, el punto de articulación entreverticalidades y horizontalidades, entre mer-cado y territorio. Significa que la búsquedade competitividad y todos los asuntos deinserción de la agroindustria en el mercadoglobal pasan por la empresa y por ello esnecesario estudiarla y comprenderla. Sinembargo, la complejidad radica en que lareacción de la empresa, que es por ciertanecesaria, no puede ser en ningún caso su-ficiente porque requiere la reacción en lopúblico, esto es, la cooperación explícita conotros: autoridades, sectores no productivoscomo ciencia y tecnología, otros sectoresproductivos y hasta otros territorios.

La investigación se desarrolla en cinco de-partamentos de la amazorinoquía colombia-na: Meta, Casanare, Guaviare, Vichada yGuainía, con el propósito de analizar el sus-tento empresarial existente e histórico sobreel cual se establecerán las 35 apuestas

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exportadoras establecidas para ese territoriopor el Ministerio de Agricultura y DesarrolloRural en el período 2006-202012 . El primergran escollo de la investigación estuvo cons-tituido por la calidad de la información, porcuanto, a pesar de tratarse de los registrosadministrativos empresariales de las cáma-ras de comercio, se identificaron bastantesinconsistencias que hubo que resolver.

Los resultados preliminares muestran que, enese territorio, el sistema agroindustrial –agro-pecuario, industrial, comercio, servicios deapoyo y otros– es en un 94% microempre-sarial, gestionado en un 80% y más por per-sonas naturales, y que 66% se concentra enactividades de comercio, y 9%, en agrope-cuarias. La experiencia con el mercado ex-terno es apenas del 10% de las empresas delsistema. Aun no se tienen resultados clarossobre el grado de articulación entre empre-sas ni la forma como esto tiene lugar.

Un resultado que preocupa es la bajísima uti-lización y aprovechamiento que las empre-sas hacen de los diferentes programas que elterritorio o el ámbito central organizan paraestimular el desarrollo sectorial. En un 90%y más las empresas no han tenido ningunarelación con programas de apoyo al desarro-llo empresarial; en un 13% han tenido rela-ción con centros de investigación, y en un17%, con universidades. Igualmente, preocu-pa que entre agenda interna, como ejercicioterritorial de prospectiva entre actores terri-toriales, y la apuesta exportadora, un ejerci-cio más técnico del gobierno nacional, existen

muy pocas coincidencias13 . El problema eneste caso es lo que en RAET se consideracomo el pesaje de tensiones entre productoso entre verticalidades, que termina siendo unconflicto entre actores, para resolver el dile-ma de qué productos elegir finalmente paracolocar los incentivos de política.

De cualquier manera, y según Schultz(1974), estudiar la organización económica(la empresa) agropecuaria es entrar en unterreno difícil, donde no hay caminos com-pletamente trazados por los que se puedaavanzar cómoda y rápidamente; a pesar deello es necesario afrontarlo y no rehuir lasopciones ni las creencias respecto a los re-sultados. Lo importante es comprender esaposición y esa función de las empresas deser articuladoras entre mercado de produc-to y territorios, pero que su dimensión y suforma pueden variar al igual que la cantidadde recursos que domina, y sus reglas y nor-mas de funcionamiento pueden responder aprincipios muy diferentes (Castaño, 2001).

Los resultados de las tres pruebas de casorefuerzan las expectativas respecto a la con-sistencia del modelo, pero fundamentalmentea su poder analítico y normativo. En los trescasos, es evidente la ausencia de articulaciónentre lo territorial y lo sectorial, y dentro deesto la dificultad de asociar desarrollo territo-rial con desarrollo empresarial robusto y com-petitivo. Las capacidades territoriales son

12 Véanse más detalles sobre esta investigación enArosa, Vargas, Cárdenas, Mora, Barrera y Ávila(2006), así como en Rugeles y Jolly (2006).

13 En el caso del departamento del Meta, por ejem-plo, hay más apuestas exportadoras que priorida-des de agenda interna. De diecinueve apuestasexportadoras, sólo cinco están incluidos en la agen-da interna. Caso semejante sucede con el departa-mento del Casanare.

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difusas, pues si bien, por una parte, hay mu-chos programas de diversa naturaleza paraincentivar el desarrollo empresarial, por la otra,dichos programas no son utilizados por losactores destinatarios. Igualmente, se nota ladificultad para ensamblar los programas y laspreocupaciones de carácter nacional con losacontecimientos territoriales. Indudablemen-te, para el RAET es necesario avanzar enmuchos más estudios territoriales que resal-ten las diferencias y permitan la comparación.

Conclusiones

El RAET es un modelo en construcción queestá revelando su utilidad y su pertinenciaen el campo analítico y normativo de la pro-blemática de competitividad en el escenarioque relaciona al sector y al territorio con elmercado global.

En lo que se alcanza mucha claridad es quecada sector –por ejemplo, el productor decebolla de rama– y cada territorio –por ejem-plo, Aquitania (Boyacá), Pacho (Cundinamar-ca) y los departamentos de la amazorinoquia–deben encontrar su propia vía, su propio “sen-dero de acción”, a partir de su propio “cami-no de análisis”.

Es evidente que la ausencia de articulación entresector y territorio imposibilita el desarrollo decapacidades territoriales que permitan la com-petitividad sectorial en el mercado global.

Lista de referencias

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