Acidificación del oceano presentacion

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UNIVERSIDADEDAGÓGICA NACIONAL “FRANCISCO MORAZÁN” ENSAYO: ACIDIFICACIÓN DE LOS OCÉANOS Catedráticos: Lic. Bishara Wilfredo Vásquez Lic. Carlos Licona Integrantes: Lesbia Edith Aguilar Fátima Marilú Lara Geovany Castro Santa Rosa de Copán 12 de Enero de 2015 1

Transcript of Acidificación del oceano presentacion

UNIVERSIDADEDAGÓGICA NACIONAL “FRANCISCO MORAZÁN”

ENSAYO: ACIDIFICACIÓN DE LOS OCÉANOS

Catedráticos: Lic. Bishara Wilfredo Vásquez

Lic. Carlos Licona

Integrantes:

1

Lesbia Edith AguilarFátima Marilú LaraGeovany Castro

Santa Rosa de Copán

12 de Enero de 2015

INTRODUCCIÓN

¿Qué es la acidificación del océano?

La acidificación del océano es un proceso causado por el aumento de las

emisiones humanas de dióxido de carbono. Cuando el dióxido de carbono entra en

el océano, reacciona con el agua del mar, produciendo ácido carbónico, lo cual

aumenta la acidez del agua. Las crecientes emisiones de dióxido de carbono,

procedentes principalmente de la quema de combustibles fósiles para la obtención

de energía, han hecho que la acidificación del océano aumente un 30% en

comparación con los niveles pre-industriales. Esto ha provocado que el pH de las

aguas superficiales de los océanos haya descendido 0,1 unidades.

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Si las emisiones de carbono siguen aumentando a la velocidad actual, el pH del

agua de la superficie de los océanos caerá 0,2 unidades antes de 2050,

alcanzando el nivel más bajo de los últimos 20 millones de años. A finales de este

siglo, el pH habrá caído 0,4 unidades, casi el doble de los niveles naturales de

acidez del océano. Estos cambios se están produciendo a una velocidad 100

veces mayor que en cualquier otro momento en la historia del planeta.

El océano absorbe más del 26% del dióxido de carbono emitido a la atmósfera

como consecuencia de las actividades humanas. El resultado es un aumento de

la acidificación (disminución del pH) del océano, esto puede reducir la cantidad de

calcio a disposición del plancton y de las especies con estructuras calcáreas y

amenazar su supervivencia. Ya que muchos de estos organismos sirven como

base de gran parte de la cadena alimentaria marina, el posible impacto de la

acidificación en ecosistemas enteros puede ser dramático.

Objetivo general

Ampliar el conocimiento sobre la Actualización de lo que sabemos sobre la

acidificación de los océanos y de los principales retos globales a través de la

exposición que permitirá sensibilizar sobre temas claves relacionados con el acidificación de los

océanos y presenta las iniciativas que abordan dichos temas.

Objetivos específicos

Evidenciar que la acidificación del océano provoca cambios en los ecosistemas y en la biodiversidad marina.

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Dejar en claro que dentro de unas décadas, el agua de una gran parte de los océanos polares ya será corrosiva para las conchas sin protección de los organismos calcáreos marinos.

Enfatizar en la predicción científica de cómo se modificarán los ecosistemas en su conjunto ante la elevación de los niveles de CO2 sigue siendo problemática.

Contexto

Aumento de CO2 en el océano

Cada año, el océano absorbe cerca del 25% de todo el CO2 emitido por las

actividades humanas y la acidez del mar se ha incrementado en un 30% desde el

inicio de la Revolución Industrial. Según los científicos, si las emisiones de dióxido

de carbono siguen aumentando, la tasa de acidificación se acelerará en las

próximas décadas.

Ante este escenario, el objetivo de los investigadores de KOSMOS 2014 GC es

aportar datos sobre cómo está afectando la acidificación del océano en

ecosistemas oligotróficos con contenidos bajos en nutrientes. Los resultados de

este experimento global, que duró unas once semanas, representan “al 70% del

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océano, que se caracteriza por sus bajos niveles de nutrientes y su baja

productividad.

La campaña 2014 en Canarias, que cuenta con el apoyo logístico de PLOCAN,

completa una serie de experimentos realizados por la institución alemana en

colaboración con la red de investigación alemana BIOACID (Impactos Biológicos

de la Acidificación Biológica, por sus siglas en inglés) y SOPRAN (Procesos

Oceánicos Superficiales en el Antropoceno) en aguas del Ártico, ricas en

nutrientes, y que representan entre el 20% y el 25% de las aguas del océano.

En estas frías aguas los científicos observaron que la acidificación provoca un

desequilibrio de los organismos que alimentan a las especies pesqueras.

Acidificación oceánica: el gemelo malvado del calentamiento global

Aunque se presta mucha atención a los impactos del calentamiento, existe otro

efecto más directo derivado de la quema de combustibles fósiles y la

deforestación. Más del 30% del dióxido de carbono emitido por el ser humano se

disuelve en los océanos, haciendo que su agua se vuelva gradualmente más

ácida.

La evidencia recopilada por los científicos en todo el mundo durante los

últimos años sugiere que la acidificación oceánica podría representar una

amenaza igual, o quizás incluso mayor, para la biología de nuestro planeta

que el calentamiento global".

Así, un nuevo estudio titulado Paleoperspectivas acerca de la acidificación

oceánica califica a la acidificación de "gemelo malvado" del calentamiento

global.

La disolución del CO2 en los océanos produce un descenso en el pH. Este cambio

en la química oceánica afecta a los organismos marinos y sus ecosistemas de

varias maneras, especialmente a organismos como los corales y los mariscos

cuyas conchas o esqueletos están formados con carbonato cálcico.

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Actualmente, la superficie de los océanos se ha acidificado en promedio en 0,1

unidades pH desde los niveles preindustriales, y estamos observando señales de

sus impactos incluso en el océano profundo.

El pasado nos permite comprender mejor cuáles serán los futuros efectos de la

acidificación oceánica a medida que continuemos emitiendo más CO2 y

acidificando los océanos incluso más.

Los núcleos de hielo nos dan datos precisos de la evolución del CO2 en la

atmósfera durante los últimos 800.000 años. Estas reconstrucciones, junto con

datos derivados de los foraminíferos, muestran que el pH de la superficie oceánica

era menor durante los interglaciales (altos niveles de CO2 atmosférico) y, a la

inversa, el pH era mayor durante las glaciaciones, cuando el CO2 era menor.

Correspondiendo con eso, los foraminíferos parecen haber formado conchas más

gruesas o más finas en escalas de tiempo glaciales-interglaciales acoplados con

esos cambios en los niveles de CO2.

Figura 1: variabilidad glacial–interglacial en el pH del agua en superficie (puntos

azules, ver el eje de la derecha), superpuesta sobre la concentración atmosférica

de CO2durante los últimos 800.000 años (línea de color magenta)

Los niveles actuales de CO2 atmosférico son los mayores de los últimos 800.000

años. De manera similar, los niveles de pH son ya mayores que los

experimentados durante ese mismo periodo.

Para el final del siglo XXI, el descenso proyectado en el pH del agua marina

es tres veces mayor que cualquier cambio observado durante las

oscilaciones climáticas entre periodos glaciales e interglaciales. El momento

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en que el pH del agua marina cambia más rápido es en las terminaciones

glaciales, cuando la Tierra sale de una glaciación. El cambio en proyectado

durante el siglo XXI es unas 100 veces más rápido.

¿Cuál será el efecto de una caída así en los niveles de pH?

Es decir, la relación entre la concentración de iones hidrógeno (H+) y oxhidrilos

(OH-) PH= escala potencial del hidrógeno que le confiere las características de

alcalinidad o de acidez a una solución. El agua oceánica es ligeramente alcalina, y

el valor de su pH está entre 7.5 y 8.4 y varía en función de la temperatura; si ésta

aumenta, el pH disminuye y tiende a la acidez; también puede variar en función de

la salinidad, de la presión o profundidad y de la actividad vital de los organismos

marinos.

Echemos un vistazo más atrás, a momentos en los que el pH cayó a los mismos

niveles proyectados para el final del siglo XXI. Ha habido varios periodos en los

que se han inyectado pulsaciones de CO2 a la atmósfera, por actividad volcánica

o deshielo de hidratos de metano. Un ejemplo muy conocido es el Máximo

Térmico del Paleoceno-Eoceno, que ocurrió hace unos 55 milliones de años.

Durante este periodo, las temperaturas globales aumentaron en más de 5°C

en un periodo de menos de 10.000 años, lo cual coincidió con una liberación

masiva de dióxido de carbono a la atmósfera, que produjo la acidificación

del océano. Este cambio provocó una serie de respuestas biológicas entre

las que se incluye la extinción masiva de los foraminíferos bentónicos.

Retrocediendo aún más, hay otros ejemplos de extinciones masivas que coinciden

con un calentamiento global y aumentos en el dióxido de carbono atmosférico.

Un examen de la extinción masiva que tuvo lugar hace 251 millones de años,

muestra que los patrones de mortalidad son consistentes con los efectos

fisiológicos de concentraciones elevadas de CO2 (junto con los efectos del

calentamiento global). Hace 205 milliones de años, entre el Triásico y el

Jurásico, un repentino aumento en los niveles de CO2 coincidió con una

seria eliminación de la sedimentación de carbonatos, muy probablemente

relacionada con la acidificación del océano. Una situación similar tuvo lugar

hace 65 milliones de años durante la extinción masiva del Cretácico-

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Terciario. La mayoría de las especies calcáreas planctónicas pasaron a ser

poco comunes o desaparecieron.

La futura acidificación depende de cuánto CO2 emitamos los humanos

durante el siglo XXI. Para el año 2100, varias proyecciones indican que los

océanos se habrán acidificado en unas 0,3 o 0,4 unidades de pH, más de lo

que muchos organismos como los corales pueden tolerar. Esto creará

condiciones nunca vistas en la Tierra en al menos 40 millones de años.

¿Qué efectos tendrá la acidificación del océano en la vida marina?

La acidificación del océano produce una reducción de la cantidad de iones

carbonato en el agua. Muchos animales marinos necesitan iones carbonato

para el carbonato cálcico indispensable en la formación de esqueletos y

conchas. Esto afectará su desarrollo y su capacidad de reproducción,

llegando a suponer un peligro para sus poblaciones.

Entre las especies más inminentemente amenazadas están los corales,

cangrejos, langostas, almejas y ostras.

La disminución de especies menos conocidas, como los pterópodos (pequeños

caracoles marinos), tiene un efecto importante a niveles más altos de la cadena

alimentaria. Los pterópodos son una importante fuente de alimentación para

muchos tipos de peces, ballenas y pájaros de las regiones polares y

subpolares. También son preocupantes los efectos en los corales, ya de por

sí altamente sensibles al entorno, puesto que un cuarto de todas las

especies marinas depende de los arrecifes de coral como refugio, guardería,

fuente de alimentación. Es decir, nueve millones de especies marinas,

incluidas cuatro mil especies de peces. Se prevé que en este siglo haya una

extinción masiva de los corales tanto en aguas tropicales como frías si no se

controlan las emisiones de carbono.

¿Qué efectos tendrá la acidificación del océano en los seres humanos?

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Si se produce un mayor descenso en las poblaciones de peces y crustáceos, esto

tendrá un gran impacto en una fuente importante de proteínas para millones de

personas, en la actualidad el pescado supuso al menos el 15% de la ingesta

media de proteínas animales para 2,9 miles de millones de personas.

También se verá negativamente afectado el medio de vida de los 47,5

millones de pescadores que hay en el mundo.

Además, la industria pesquera da empleo a otros 120 millones de personas, que

sustentan al 8% de la población mundial.

La Prevención para minimizar la acidificación de los océanos

¿Qué podemos hacer para prevenir esto?

La causa de la acidificación del océano son las emisiones humanas de

dióxido de carbono, producidas principalmente por la quema de

combustibles fósiles para el transporte (coches, autobuses, trenes, barcos,

aviones), para algunos procesos industriales y para la producción de

electricidad (centrales eléctricas de carbón, petróleo y gas).

El nivel de las emisiones humanas de dióxido de carbono se suele obtener

midiendo la concentración de este gas en la atmósfera terrestre.

Dicho nivel del dióxido de carbono alcanzó el máximo histórico de 400 ppm,

partes por millón. El “punto crítico” para los arrecifes de coral (cuando se

extinguirán sin poder recuperarse) será cuando las concentraciones de

dióxido de carbono alcancen las 450 ppm. A la velocidad actual de

crecimiento, esto ocurrirá entre mediados y finales de siglo.(año 2050 o

2100)

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Para que los océanos vuelvan a la normalidad, las concentraciones de dióxido de

carbono tendrían que estabilizarse en 350 ppm o menos. Esto supone una

reducción de las emisiones globales en un 80-90% antes de 2050. Sólo

podremos conseguirlo con un cambio a gran escala de combustibles fósiles

a fuentes de energía alternativas (eólica, solar).

En 2100, el 70% de los corales de agua fría estarán expuestos a aguas

corrosivas.

Los ecosistemas de corales de agua fría proporcionan hábitat y zonas de alimento

para muchos organismos de aguas profundas, incluidas algunas especies

piscícolas comerciales.

Antecedentes

La reproducción selectiva de una especie de ostra muestra que se puede

aumentar la resistencia a la acidificación, lo que indica que algunos organismos

podrían tener cierto nivel de adaptación. No obstante, se desconoce cómo se

adaptarán la mayoría de los organismos a un ambiente de mayor acidez.

La gravedad de esos efectos podría depender en parte de la interacción entre la

acidificación y otras presiones ambientales como el incremento de las

temperaturas oceánicas, la pesca excesiva y las fuentes terrestres de

contaminación. En dos especies de cangrejo la acidificación del océano disminuye

la resistencia a las temperaturas extremas, lo que pone de manifiesto una mayor

sensibilidad al calentamiento, así como la posibilidad de que se reduzcan las

zonas de distribución de especies.

Los medios donde los niveles de CO2 son naturalmente elevados, como algunas

zonas costeras que se ven influidas por corrientes ascendentes de aguas o

aportaciones fluviales, o zonas que reciben aportaciones de CO2 de carácter

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volcánico o hidrotermal, ofrecen una visión de cómo serán los ecosistemas

marinos del futuro. En esas zonas la biodiversidad es reducida y existe un gran

número de especies invasoras.

La acidificación del océano podría dar lugar a una reacción en cadena a través de

la red alimentaria marina que afectará a la industria comercial de la pesca y el

marisco, la cual mueve miles de millones de dólares, y poner en peligro la

seguridad alimentaria de millones de personas que figuran entre las más

necesitadas del mundo.

Las larvas de pez y molusco podrían ser especialmente vulnerables.

Como consecuencia de la acidificación del océano, la mayoría de las regiones del

océano podrían ser inhóspitas para los arrecifes coralinos, lo que influirá en el

turismo, la seguridad alimentaria, la protección de las costas y la biodiversidad.

Los arrecifes coralinos podrían resultar particularmente afectados a raíz de las

distintas consecuencias de la decoloración de los corales provocada por el

aumento de la temperatura del agua y la acidificación del océano.

La capacidad del océano de absorber CO2 atmosférico está disminuyendo debido

a la acidificación del océano, que hará más difícil estabilizar las concentraciones

de ese tipo de CO2.

El costo derivado de la estabilización del CO2 atmosférico en un nivel que

evite la mayoría de las consecuencias perjudiciales es menor que el costo de

la inacción, y la estabilización se podría lograr con tecnología que pueda

utilizarse ahora y en un futuro próximo.

La generación de CO2 es disminuir el nivel del Carbono, pérdidas

millonarias en dólares.

Cuando los pequeños organismos oceánicos mueren, su concha dura se hunde en

el lecho oceánico, secuestrando el carbono durante largo tiempo. Ello forma parte

de la bomba de carbono oceánico y si las conchas son más finas, estas

transferirán menos carbono a los sedimentos marinos. Se puede estimar el

costo del servicio que el bombeo de carbono oceánico presta a los ecosistemas

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aplicando los precios vigentes en los mercados de crédito del carbono. Teniendo

en cuenta que el precio del mercado del carbono oscila entre 20 y 200 dólares

estadounidenses por tonelada de carbono, la absorción por los océanos del CO2

representa una subvención anual para la economía mundial de 40.000 a 400.000

millones de dólares, es decir, entre el 0,1% y el 1% del producto mundial bruto. La

disminución prevista de la eficiencia del bombeo de carbono oceánico

podría suponer una pérdida de varios miles de millones de dólares anuales.

Es posible que mediante las negociaciones internacionales destinadas a

mantener los niveles de CO2 atmosférico por debajo de 400 ppm, o incluso

450 ppm, no se logre evitar que una gran parte de los océanos polares se

vuelvan corrosivos para las conchas de especies marinas esenciales.

Incluso si se alcanzan esos niveles de CO2, los pronósticos indican que el

crecimiento neto de los corales en las zonas tropicales no podrá compensar

su erosión y desintegración.

La acidificación del océano es una disciplina relativamente nueva, pues el

62% de los informes de investigación sobre el tema se publicaron a partir de

2004.

A pesar de que se conocen mejor las consecuencias de la concentración elevada

de CO2 en una amplia gama de organismos marinos, todavía no se pueden

realizar predicciones válidas de las repercusiones que ello podría tener en los

ecosistemas marinos y la pesca en su conjunto ni determinar umbrales por encima

de los cuales esos ecosistemas podrían no recuperarse.

Existen pocos sitios en que se hayan efectuado mediciones relativas a varias

décadas de las variables químicas y de los ecosistemas que serían necesarias

para proporcionar un punto de referencia que permita evaluar a su debido tiempo

las consecuencias de la acidificación del océano. Se precisa una red mundial de

alerta temprana y predicción coordinada entre los países para estudiar, gestionar y

comprobar las acciones de estabilización.

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La acidificación de los océanos sobre la fauna marina y los procesos del

ecosistema

Aumento de HCO3 y H Disminución de CO3 Por lo tanto tenemos un incremento

de DIC y la acidificación del medio

Efectos y Respuestas biológicas a la acidificación

Disolución de la concha de un pterópodo (caracol) en agua acidificada:

Metodología: Se expuso 48 horas a pterópodos vivos al nivel de infra‐saturación

de aragonito que se prevé en el Océano Antártico para el 2100.

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) no sólo afectan al clima sino también

a nuestros mares y océanos. Una cuarta parte de todo el CO2 liberado a la

atmósfera es absorbido por los océanos. Una vez allí, este gas se convierte en

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ácido carbónico, que hace que el agua sea más ácida. Estudios anteriores

mostraron que las especies marinas y los ecosistemas pueden sufrir en un

ambiente acidificado.

Los modelos científicos indican que el promedio de la acidez de los océanos se

duplicará para finales del siglo si no disminuimos la velocidad a la que quemamos

los combustibles fósiles. Los científicos predicen que el Ártico será corrosivo para

algunos organismos con caparazón o concha dentro de unas décadas y la

Antártida a mediados de siglo. Esto es solo química, los caprichos del cambio

climático no se aplican a esta previsión. Se espera que la acidificación de los

océanos ponga en riesgo la pesca comercial mundialmente, la cual es una

industria de miles de millones de dólares. Por lo que, también amenazaría una de

las principales fuentes de alimentos para cientos de millones de personas. En

Estados Unidos, el turismo relacionado con los océanos, la recreación y la pesca

generan más de 2 millones de empleos. Muchos tipos de mariscos se verán

afectados directamente, lo que repercutirá en los peces que se alimentan de ellos.

Por ejemplo, los pterópodos, caracoles marinos pequeños que son particularmente

sensibles al aumento de la acidez, representan el 60 por ciento de la dieta de los

salmones jóvenes rosados de Alaska. Esto podría afectar a las dietas más arriba

en la cadena alimenticia, pues una baja en la población de salmón resultaría en

menos pescado sobre nuestras mesas. Los arrecifes de coral serán especialmente

afectados por la acidificación del océano. A medida que aumente la acidez de los

océanos, los arrecifes de corales se corroerán más rápidamente de lo que pueden

crecer, por lo tanto se teme que las estructuras de los arrecifes desaparecerán por

todo el mundo. Los científicos predicen que para el momento en que las

concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono lleguen a 450 partes por

millón (ppm), un nivel accesible para mediados de siglo ya que estamos llegando a

400 ppm, los arrecifes de coral dejarán de crecer, e incluso comenzarán a

disolverse. Las áreas que dependen de arrecifes saludables para la alimentación

de la gente, la protección del litoral, el turismo y otras industrias lucrativas, se

verán profundamente afectadas por su pérdida.

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Soluciones para salvar nuestros mares: la lucha contra la acidificación

requiere reducir las emisiones de CO2 y mejorar la salud general de los

océanos.

¿Qué podemos hacer?

Tenemos que mover nuestras vidas sin emitir grandes cantidades de dióxido de

carbono. Para acelerar nuestra transición a un futuro de energía limpia, tenemos

que promulgar una exhaustiva legislación climática y adoptar una política

energética que invierta en la eficiencia y acelere el desarrollo de las fuentes de

energía renovable. Pero también podemos ayudar a defender los océanos

asegurándonos de que sus ecosistemas estén completamente sanos. Así como

las personas con sistemas inmunes comprometidos son las más propensas a

morir de enfermedades comunes como la neumonía y la gripe, también los

organismos marinos son los primeros en sucumbir a las presiones, como la

acidificación del océano. La implementación de una fuerte política nacional para

proteger, mantener y restablecer la salud de los ecosistemas marinos, poniendo

fin a la sobrepesca, además de crear áreas marinas protegidas, como parques

marinos nacionales, son tres pasos esenciales para la restauración de los

asediados recursos marinos de nuestra nación y nuestro planeta.

Piensa en la acidificación del océano como una “advertencia final” porque

estamos cambiando fundamentalmente la forma en que funciona el planeta. Ya

hemos comprometido la atmósfera del planeta y el presupuesto de calor por la

quema de combustibles fósiles. Teniendo en cuenta que los océanos representan

un sistema mayor de 500 veces el peso de nuestra atmósfera, los cambios en la

química del océano señalan una interrupción masiva. El futuro del planeta azul

está en juego.

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Resumen

Prosigue el proceso de acidificación del océano a un ritmo sin precedentes

en la historia de la Tierra. Las investigaciones más recientes indican que

dicho ritmo puede ser el mayor de los últimos 300 millones de años.

A medida que aumenta la acidez del océano, disminuye su capacidad de

absorción del CO2 atmosférico.

Las repercusiones de la acidificación del océano en especies concretas han�

sido estudiadas en organismos en el laboratorio y en el campo desde los

polos a los trópicos.

En muchos organismos se observan efectos adversos, tales como una

menor capacidad de formar y mantener conchas y esqueletos, así como

una disminución de la supervivencia, crecimiento, abundancia y desarrollo

larvario. Por el contrario, otras observaciones indican que algunos

organismos toleran la acidificación y que otros pueden llegar incluso a

proliferar con ella.

Dentro de unas décadas, el agua de una gran parte de los océanos polares

ya será corrosiva para las conchas sin protección de los organismos

calcáreos marinos.

Los cambios en la química de los carbonatos de los océanos tropicales�

podrán dificultar o impedir, dentro de unas décadas, el crecimiento de los

arrecifes de coral.

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Se prevé que las consecuencias de largo alcance de la acidificación del

océano afecten a las redes alimentarias, la biodiversidad, la acuicultura y,

por tanto, a las sociedades.

Las especies difieren en su capacidad de adaptación a nuevos entornos.�

Las características químicas de los océanos pueden estar cambiando

demasiado rápido para que muchas especies o poblaciones se adapten a

través de la evolución.

Muchos factores de estrés, como la acidificación, el calentamiento, la�

disminución de las concentraciones de oxígeno (desoxigenación), el

aumento de la radiación ultravioleta debido a la reducción del ozono

estratosférico, la pesca excesiva, la contaminación y la eutrofización, así

como sus interacciones mutuas, están planteando desafíos importantes a

los ecosistemas oceánicos.

La predicción de cómo se modificarán los ecosistemas en su conjunto ante

la elevación de los niveles de CO2 sigue siendo problemática.

Sabemos lo suficiente para prever cambios en los ecosistemas marinos y la

biodiversidad en el plazo de nuestras vidas, pero somos incapaces de

hacer predicciones cuantitativas fiables sobre las repercusiones

socioeconómicas de tales cambios a largo plazo.

Quienes dependen de los servicios del ecosistema oceánico se encuentran�

en una situación especialmente vulnerable y pueden necesitar adaptarse o

sobrellevar las consecuencias de la acidificación del océano dentro de unas

décadas.

La pesca y la acuicultura del marisco en algunas zonas podrán hacer frente

a esta situación si desarrollan prácticas de gestión que eviten las

consecuencias de la acidificación del océano.

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La pérdida de arrecifes de coral afectará al turismo

Conclusiones

Los océanos como parte del ecosistema global, suplen necesidades del Ser

humano; sin embargo, es el Hombre el primer protagonista en los cambios

paulatinos sufridos por el recurso marino.

Las actividades del Ser Humano intervienen en el incremento del contenido de

acidez marina y a su vez éste desencadena los daños presentados en la

actualidad y en los que el Ser Humano percibe los perjuicios; ya que deja de

solventar sus necesidades, debido a sus actividades nocivas para los océanos.

Hay que fomentar un pensamiento crítico y empezar a actuar desde nuestro medio

Formal (educación) e Informal (comunidad) para preservar la maravillosa obra

Natural que es espectacular contenida en los océanos.

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