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183 Huellas nº 14 (2010), ISSN 0329-0573 | ¿Unidad en la diversidad? La incorporación de los países del centro-este… (pp. 183-207) ¿Unidad en la diversidad? La incorporación de los países del centro-este europeo a la Unión Europea Melina Ivana Acosta Estudiante de Geografía - Facultad de Ciencias Humanas – UNLPam Instituto y Departamento de Geografía @ [ [email protected] ] Resumen En este trabajo se abordan las transformaciones socio-territoriales que se produjeron en el continente europeo durante las últimas incorporaciones de Países de Europa Central y Oriental (PECO) a la Unión Europea (UE), entre los años 2004 y 2007, las más importantes respecto al número de estados admitidos desde la firma del Tratado de Roma en 1957. En este periodo se incorporaron 12 países a la entidad supranacional, de los cuales 10 pertene- cen a dicha región. El propósito es conocer los diversos factores que contribuyen a configurar las características de estos espacios, tanto en los aspectos socio-económicos y geopolíticos, como demográficos y culturales, considerando la complejidad y los contrastes propios de su inserción al bloque regional. La decisión de la UE de expandirse hacia el oriente europeo fue una medida trascendental tendiente no solo a lograr la inclusión de los países del este, contribuyendo al intercambio comercial y a su desarrollo bajo el capita- lismo, sino también, alcanzar una mayor presencia geoestratégica en un territorio en disputa por la influencia de otras potencias como Estados Uni- dos y Rusia. Hacia la década de 1990, con la desintegración de la URSS y la finalización de la Guerra Fría, se desarrollaron una serie de crisis económicas y políti- cas que afectaron gravemente su estabilidad. Las incipientes democracias comenzaron a insertarse bajo el sistema capitalista de mercado, a través de reformas estructurales. Su lenta y dificultosa incorporación les otorgaba, indudablemente, una situación de desventaja y desigualdad con la que comenzaron el camino de la integración al seno de la UE. Palabras Clave: Unión Europea, Europa Central y Oriental, desequilibrios, contrastes, transformaciones socio-económicas. Artículo 9

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    Unidad en la diversidad? La incorporacin de los pases del centro-este europeo a la Unin Europea

    Melina Ivana Acosta

    Estudiante de Geografa - Facultad de Ciencias Humanas UNLPam Instituto y Departamento de Geografa

    @ [ [email protected] ]

    ResumenEn este trabajo se abordan las transformaciones socio-territoriales que se produjeron en el continente europeo durante las ltimas incorporaciones de Pases de Europa Central y Oriental (PECO) a la Unin Europea (UE), entre los aos 2004 y 2007, las ms importantes respecto al nmero de estados admitidos desde la firma del Tratado de Roma en 1957. En este periodo se incorporaron 12 pases a la entidad supranacional, de los cuales 10 pertene-cen a dicha regin.El propsito es conocer los diversos factores que contribuyen a configurar las caractersticas de estos espacios, tanto en los aspectos socio-econmicos y geopolticos, como demogrficos y culturales, considerando la complejidad y los contrastes propios de su insercin al bloque regional.La decisin de la UE de expandirse hacia el oriente europeo fue una medida trascendental tendiente no solo a lograr la inclusin de los pases del este, contribuyendo al intercambio comercial y a su desarrollo bajo el capita-lismo, sino tambin, alcanzar una mayor presencia geoestratgica en un territorio en disputa por la influencia de otras potencias como Estados Uni-dos y Rusia.Hacia la dcada de 1990, con la desintegracin de la URSS y la finalizacin de la Guerra Fra, se desarrollaron una serie de crisis econmicas y polti-cas que afectaron gravemente su estabilidad. Las incipientes democracias comenzaron a insertarse bajo el sistema capitalista de mercado, a travs de reformas estructurales. Su lenta y dificultosa incorporacin les otorgaba, indudablemente, una situacin de desventaja y desigualdad con la que comenzaron el camino de la integracin al seno de la UE.

    Palabras Clave: Unin Europea, Europa Central y Oriental, desequilibrios, contrastes, transformaciones socio-econmicas.

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    Unidade na diversidade? A incorporao dos pases do centro-leste europeu Unio Europia

    ResumoNo presente trabalho so abordadas as transformaes scio-territoriais pro-duzidas no continente europeu durante as ltimas incorporaes de Pases da Europa Central e Oriental (PECO) Unio Europia (UE), entre os anos 2004 e 2007, as mais importantes com respeito ao nmero de estados admi-tidos desde a assinatura do Tratado de Roma, em 1957. Nesse perodo se incorporaram 12 pases entidade supranacional, dos quais 10 pertencem quela regio.O propsito conhecer os diversos fatores que contribuem para configu-rar as caractersticas desses espaos, tanto nos aspectos socioeconmicos e geopolticos, como demogrficos e culturais, considerando a complexidade e os contrastes prprios de sua insero ao bloco regional.A deciso da UE de expandir-se para o oriente europeu foi uma medida transcendental tendente no s a lograr a incluso dos pases de leste, con-tribuindo para o intercmbio comercial e para seu desenvolvimento sob o capitalismo, mas tambm para uma maior presena geoestratgica em um territrio em disputa pela influncia de outras potncias como Estados Uni-dos e Rssia.At a dcada de 1990, com a desintegrao da URSS e o fim da Guerra Fria, se desenvolveram una srie de crises econmicas e polticas que afetaram gravemente sua estabilidade. As incipientes democracias comearam a se inserir no sistema capitalista de mercado, atravs de reformas estruturais. Sua lenta e atribulada incorporao lhes outorgava, indubitavelmente, uma situao de desvantagem e desigualdade com a que comearam o caminho da integrao no seio da UE.

    Palavras-Chave: Unio Europia, Europa Central e Oriental, desequilbrios, contrastes, transformaes socioeconmicas.

    Unity in diversity? The integration of the Central and East European Countries into the European Union

    AbstractThis paper focuses on the socio-territorial transformations that had been produced in Europe alongside the recent incorporation of Central and East European Countries (CEEC) into the European Union (EU) between 2004 and 2007; the most relevant ones regarding the number of states admitted since the signing of the Treaty of Rome in 1957. Twelve countries were integrated into the supra-national entity since then, out of which 10 belong to this region.The purpose of this report is to know about the different factors that con-tribute to configure the socio-economic and socio-political aspects as well as the demographic and cultural features that characterize this space bear-ing in mind their complexity and the contrasts that emerged as part of the process of integration to the regional block.The EUs decision to expand towards eastern Europe constituted a tran-scendental step, which aimed at, not just integrating the East European Countries through trade exchange policies and their development within a

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    capitalist system, but also at having a greater geo-strategical presence in a territory in dispute under the influence of the USA and Russia.Toward the 1990s, with the dismembering of the USSR and the end of the Cold War, a series of economic and political crises occurred, which seriously affected their stability. The incipient democracies began to operate within the market capitalist system, by means of structural reforms. Their slow and difficult integration put them, undoubtedly, in a situation of disadvantage and lack of equality from which to start their way towards incorporation into the EU.

    Key Words: European Union, Central and East Europe, imbalance, contrasts, socio-economic transformations.

    Introduccin

    Este trabajo se enmarca en la Adscripcin como estudiante de la carrera de Geografa a la ctedra Problemtica del Mundo I y forma parte del Proyecto de Investigacin Territorios locales en el mundo actual. Contex-tos socio-culturales y productivos (Aprobado por Resolucin N 170/09 del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Humanas, UNLPam. Ins-tituto de Geografa. Perodo 2009-2012).

    La estructura del texto aborda las transformaciones socio-territoriales que se produjeron y se estn produciendo en el continente europeo durante las ltimas incorporaciones de Pases de Europa Central y Oriental (PECO) a la Unin Europea (UE), entre los aos 2004 y 2007. La ms importante ampliacin respecto al nmero de estados admitidos desde la fi rma del Tratado de Roma en 1957. En este periodo se incorporaron 12 pases a la entidad supranacional, de los cuales 10 pertenecen a dicha regin1.

    El propsito de este trabajo es conocer los diversos factores que contri-buyen a confi gurar las caractersticas de estos espacios, tanto en los aspectos socio-econmicos y geopolticos, como demogrfi cos y culturales, consi-derando la complejidad y los contrastes propios de su insercin al bloque regional. Adems, analizar si se producen, realmente, escenarios posibles de

    1 Los 12 estados son: Polonia, Hungra, Eslovenia, Repblica Checa, Eslovaquia, Estonia, Lituania, Letonia, admitidos en 2004, y Rumania y Bulgaria en 2007. Chipre y Malta, incor-porados en 2004, son islas enclavadas en el mar Mediterrneo. Estonia, Lituania y Letonia pertenecieron a la URSS. El resto de los PECO estaba bajo la rbita comunista pero no haban quedado insertos en territorio sovitico como los tres estados blticos.

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    Unidad en la diversidad2 entre los pases miembros de la UE, tal como expresa su lema.

    La decisin de la UE de expandirse hacia el oriente europeo fue una medida trascendental tendiente no solo a lograr la inclusin de los pases del este, contribuyendo al intercambio comercial y a su desarrollo bajo el capitalismo, sino tambin una mayor presencia geoestratgica en un terri-torio en disputa por la infl uencia de otras potencias como Estados Unidos y Rusia.

    Luego de la Segunda Guerra Mundial, los Peco estuvieron durante ms de 40 aos bajo la rbita ideolgica y econmica de la Unin de Repbli-cas Socialistas Soviticas (URSS). Por lo tanto, a partir de 1955 quedaron dentro del denominado Pacto de Varsovia, en el contexto de la Guerra Fra. Esta situacin provoc luego de la cada y desintegracin de la URSS, hacia la dcada de 1990, una gran inestabilidad y vulnerabilidad en los estados, refl ejadas en una serie de crisis econmicas y polticas que afectaron gra-vemente su estabilidad.

    Las incipientes democracias comenzaron a insertarse bajo el sistema capi-talista de mercado, a travs de reformas estructurales. Su lenta y difi cultosa incorporacin les otorgaba, indudablemente, una situacin de desventaja y desigualdad con la que comenzaron el camino de la integracin al seno de la UE.

    La cada del Muro de Berln, elemento fundamental en la recomposi-cin de los equilibrios mundiales, marca tambin un punto de infl exin en la construccin europea. Pero la ampliacin acenta la contradiccin entre los objetivos proclamados de la Europa poltica y la realidad explosiva de un gran mercado competitivo (El Atlas de Le Monde II, 2006: 60).

    Qu es la Unin Europea?

    La UE es una entidad supranacional que asumi como principal meta incrementar la integracin econmica y poltica, reforzando la cooperacin entre sus estados miembros, adems de lograr un espacio geogrfi co conso-

    2 Unidad en la diversidad, segn publicaciones ofi ciales, es el lema de la Unin Europea, y alude de manera ideal a la convivencia y la unin entre los ciudadanos europeos que trabajan juntos en aras de la paz y la prosperidad de la regin.

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    lidado, sin fronteras, que permita la libre circulacin de bienes, capitales, servicios y personas. Se constituy el 1 de noviembre de 1993 cuando entr en vigencia el Tratado de la Unin Europea (TUE). Actualmente, est integrada por 27 estados: Alemania, Austria, Blgica, Bulgaria, Chipre, Dina-marca, Eslovaquia, Eslovenia, Espaa, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungra, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Pases Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Repblica Checa, Rumania y Suecia.

    La UE posee un PBI total de 18,5 billones de dlares, lo que la sita en el primer puesto a nivel mundial, por delante de Estados Unidos con un PBI total de 14,2 billones y de Japn con 4,9 billones, que juntos confor-man lo que se denomina trada de poder. Esto es una muestra indudable del rol que ocupa en el mundo como uno de los bloques econmicos ms consolidados.

    En cuanto a las caractersticas que adquiere esta unin, no cualquier Estado puede solicitar el ingreso a la UE; slo podr ser miembro de la Comunidad cualquier pas europeo, si cumple con las siguientes tres con-diciones requeridas para su adhesin: poseer instituciones democrticas estables, tener una economa de mercado en condiciones de competir y la capacidad probada de cumplir con las obligaciones de los pases miembros. El esfuerzo realizado por los Peco para incorporarse ha sido enorme, dado que la mayor parte de ellos estuvieron bajo un rgimen de tipo comunista, con una economa planifi cada y centralizada, hasta la cada del muro de Berln en 1989 y se han visto obligados a realizar profundas transforma-ciones en todos los mbitos sociales y econmicos en un plazo muy corto (Hay, 2003).

    La UE se constituye como uno de los conjuntos regionales ms poblados del mundo. Ocupa una superfi cie de 4,3 millones de km2, de los ms de 10 millones en los que se extiende el continente europeo. En dicha entidad habi-tan poco menos de 500 millones de personas, de los cules alrededor de 400 millones pertenecen a la Europa de los Quince y 100 millones correspon-den al conjunto de los 10 estados del este incorporados en los ltimos aos. En cuanto a sus indicadores socio-demogrfi cos, muestra difi cultades en las tasas de crecimiento demogrfi co, con valores bajos o negativos respecto a natalidad y un elevado porcentaje de poblacin envejecida; pero, por otra parte, presenta alta esperanza de vida con un nivel bajo de mortalidad. De este modo, () aunque la Europa media contaba con una fuerte proporcin

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    de jvenes a fi nales del siglo XX, las reducidas tasas de fecundidad harn que en 2015 se produzca el descenso de la poblacin que se haba previsto inicialmente para 2023 a escala de la antigua UE de los Quince (Estado del Mundo, 2009: 541). Igualmente, manifi esta un poblamiento urbano superior al 80% del total poblacional y cuenta con 45 aglomeraciones urbanas con ms de un milln de habitantes.

    Esta entidad supranacional genera un volumen de produccin equiva-lente al 40% de la produccin mundial, aunque la capacidad productiva y la generacin de riquezas hacen de Europa un continente desigual, pues en tan slo el 6% de su territorio (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) se concentra algo ms de la mitad su PBI, lo que se agudiza si se tiene en cuenta que slo Alemania (1,5% del espacio geogrfi co europeo) aporta el 20% (Lpez Palomeque, 2000: 423). Esto demuestra las profundas distan-cias que separan a los PECO del resto de los pases de Europa occidental, cuyas economas se encuentran fuertemente tercerizadas: el 70% del PBI es generado por el sector servicios, mientras que la industria ocupa un 28% y apenas un 2% el sector agrario (Mndez y Molinero, 1998).

    Proceso de formacin de la Unin Europea

    El antecedente inmediato de formacin de la UE lo constituye la instaura-cin de la Comunidad Econmica del Carbn y del Acero (CECA) en 1951, integrada por Francia, Italia, la Repblica Federal Alemana y el Benelux (Blgica, Pases Bajos y Luxemburgo), en un intento de terminar con las tensiones entre Francia y Alemania por los recursos de los yacimientos carbonferos de las regiones de Lorena y el Sarre, y a su vez potenciar su expansin econmica luego de la crisis de los pases de Europa al fi nalizar la II Guerra Mundial.

    El xito de la CECA promovi la conformacin, mediante el Tratado de Roma de 1957, de la Comunidad Econmica Europea (CEE), cuya fi nalidad fue la creacin de un mercado comn ms amplio, y la Comunidad Europea de Energa Atmica (Euratom), cuyo propsito fue consolidar el abasteci-miento regular y equitativo de la energa atmica. Las tres se unieron en 1967 bajo el Tratado de la Comunidad Europea (CE).

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    La primera expansin de la UE aconteci en 1973, a la que se integraron Reino Unido, Irlanda y Dinamarca. Posteriormente, en 1981, Grecia; en 1986, Espaa y Portugal; en 1995, Austria, Suecia y Finlandia. La mayor ampliacin sucedi hacia el centro-este europeo el 1 de mayo de 2004 cuando se integraron 10 pases: los estados blticos que haban formado parte de la Unin Sovitica (Letonia, Lituania y Estonia); Polonia, Hungra, Repblica Checa, Eslovaquia (antiguos integrantes del bloque socialista); Eslovenia (ex repblica yugoslava); Chipre y Malta (dos pases-isla medi-terrneos). Finalmente, la ltima expansin ocurri el 1 de enero de 2007 con los ingresos de Bulgaria y Rumania, que pertenecieron como miembros plenos al Pacto de Varsovia, bajo la hegemona sovitica.

    En la actualidad, la Unin Europea analiza las incorporaciones de Tur-qua, Serbia, Croacia y Macedonia. El caso de Turqua es particular ya que su territorio se encuentra en una encrucijada entre Europa y Asia, aunque slo el 4% de su territorio pertenece a Europa. Este pas cuenta con difi cultades histrico-polticas que no han sido resueltas hasta el da de hoy, como las persecuciones y segregaciones cometidas a diferentes grupos tnicos. En 1915, aproximadamente 800.000 armenios murieron, en uno de los episodios que marc el siglo XX. Armenia acus al antiguo Imperio Otomano (del cual Turqua es el heredero) de provocar la matanza de cientos de miles de armenios, sucesos que no pocos analistas califi can de genocidio, aunque ello no ha sido reconocido an de manera unnime por la comunidad inter-nacional y menos por Turqua.

    El otro frente de confl icto es el desatado contra el pueblo kurdo (minora tnica, que habita parte de los territorios de Turqua, Siria, Irak e Irn), con el que mantiene una histrica pugna, sin que se le haya reconocido an el derecho a un territorio propio, a su idioma y a su identidad cultural. Este enfrentamiento ha ocasionado la muerte de ms de 300.000 kurdos desde el inicio de las hostilidades.

    Entre las reticencias que presenta la UE al ingreso de Turqua se destacan () la extensin territorial, el retraso socioeconmico del pas, la mala tra-yectoria en derechos humanos, la amenaza de la inmigracin descontrolada o la falta de preparacin institucional de la Unin (Shmite y Nin, 2006: 148). Adems, implicara la inclusin de un pas de religin casi en lo absoluto musulmana (98%) que podra llegar a ser un impedimento para conservar el laicismo de los estados que conforman la entidad, en el hipottico caso que

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    el estado turco pierda esa cualidad. Las tratativas se hallan en progreso tras haberse verifi cado supuestos avances en materia de democracia, derechos humanos, respeto a las minoras y Estado de Derecho, pese a la reticencia de varios estados europeos y una opinin pblica dividida. Algunos se pre-guntan si esta es la Europa multicultural, multitnica, y en la que conviven varias religiones.

    La poblacin con la que cuenta Turqua actualmente es de 70 millones de habitantes, y representara el 14% de la poblacin de la UE. Esto signifi cara que tendra mucho peso en el Parlamento Europeo, colocndola en igualdad de condiciones, en cuanto a escaos y posibilidad de decisiones, que estados de la talla de Alemania, Gran Bretaa y Francia (Shmite y Nin, 2006).

    Dinmica territorial

    La poblacin europea () est muy desigualmente repartida en el terri-torio, Europa Occidental es la regin ms densamente poblada del mundo, con 164 habitantes por km2, ms que los 122 de Asia del Sur; mientras que Europa Oriental es una de las menos pobladas, con 16 habitantes km2 (Sarrible Pedroni y Martnez Peinado; 2002: 9). Al mismo tiempo se ve apremiada por un crecimiento muy escaso y lento o directamente por un proceso de decrecimiento de su poblacin. Este fenmeno ocurre debido al comportamiento de la natalidad y la mortalidad, las ms bajas tasas de fecundidad del mundo, alta esperanza de vida al nacer, en una estructura demogrfi ca por edades caracterizada por un progresivo envejecimiento de la poblacin. Es por ello que el mercado laboral se enfrenta a grandes retos como el creciente desempleo que es una de las problemticas con las que acechan a estos pases actualmente. Por otra parte, se produce una creciente presin inmigratoria procedente de territorios extra-europeos. Estas carac-tersticas no son ajenas en el contexto mundial, dada las transformaciones econmicas y sociales (incluyendo las demogrfi cas) que han tenido lugar en el largo e intenso siglo XX (Sarrible Pedroni y Martnez Peinado, 2002).

    La desaceleracin en el crecimiento poblacional del continente se refl eja en los valores estadsticos de sus tasas y resulta alarmante en la totalidad de los Peco que integran la UE donde se registran cifras negativas: Bulgaria, -0,7 %; Letonia y Lituania, -0,5 %; Rumania, -0,4 %; Estonia y Hungra,

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    -0,3 %; Polonia, -0,2 %, o prcticamente nulo crecimiento, Rep. Checa, Eslovaquia y Eslovenia (El Estado del Mundo, 2009). Esta situacin da la pauta del comportamiento demogrfi co europeo en la actualidad, poniendo profunda atencin a determinadas actitudes socio-culturales que se desa-rrollaron en el ltimo siglo como un mejor bienestar en las condiciones de vida, una mayor incorporacin femenina al mercado laboral, el incremento de los niveles educativos y la aplicacin de polticas de planifi cacin familiar (Mndez y Molinero, 1998).

    Es para destacar la participacin de las mujeres en el universo laboral, que se ha ido incrementando desde la dcada del 70 en los pases del antiguo blo-que socialista, siendo stos los que muestran una mayor presencia femenina en el mundo del trabajo: por encima del 45% de la contribucin femenina se encuentran Estonia, Lituania, Ucrania, Eslovaquia, Repblica Checa, Polonia, Hungra; y con el 50%, Letonia (Lpez Palomeque, 2000).

    Las tendencias de los niveles de participacin femenina son cada vez ms similares a la de los hombres. Las razones de esta transformacin, deben buscarse en una serie de acontecimientos culturales y sociales como la emancipacin de la mujer, la transformacin de la familia y la cada de la natalidad, que han modifi cado su actitud hacia el trabajo. Tambin se debe destacar la creciente demanda en el sector servicios, en particular en aquellas profesiones en las que se requiere menos esfuerzo fsico y un ritmo de trabajo fl exible, que le permiten a la mujer desempearse laboralmente y ocuparse de su propio hogar (Lpez Palomeque, 2000).

    Proceso histrico-econmico de ampliacin hacia el este

    Con el advenimiento de la denominada Guerra Fra luego de concluida la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de los pases de Europa Occidental se integr a organizaciones intergubernamentales, no exclusivamente euro-peas: la Organizacin Europea de Cooperacin Econmica (OECE), actual Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (OCDE), a cargo del Plan Marshall (1947), surgido para la reconstruccin de Europa, y la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte (OTAN, 1948).

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    La otra Europa (a excepcin de la disidente Yugoslavia, que se separa de la rbita sovitica hacia 1948 para continuar con una experiencia ms particular y autnoma) respondi con la creacin del Consejo de Ayuda Mutua Econmica (CAME o COMECON) en 1949, y el Pacto de Varsovia, tratado de cooperacin conjunta entre los pases de este en los aspectos poltico y militar, en 1955 (El Atlas de Le Monde II, 2006).

    Teniendo en cuenta, entonces, este breve panorama, se puede analizar la trayectoria que tuvieron las llamadas democracias populares, a partir de la segunda posguerra, desde un tipo de economa planifi cada3 hasta su transformacin en economas de mercado, luego de la cada del Muro de Berln (1989) y el desvanecimiento de la Unin Sovitica (1991). Siguiendo la experiencia colectivista que la URSS desarroll a partir de la revolucin de 1917, la Europa Central y Oriental estaba constituida, con la excepcin de Checoslovaquia, que contaba con algunos ncleos industriales, por pases como Polonia, Hungra, Rumania, Bulgaria y Yugoslavia, que haban con-servado, hasta 1939, estructuras esencialmente agrarias. Las reformas que se produjeron en los primeros aos de las democracias populares europeas se caracterizaron por intentar organizar una economa mixta de tres sectores: sector nacionalizado, sector cooperativo y sector privado.

    Entre los procesos que el sistema de planifi cacin llev a cabo en estos pases se encontraron las reformas agrarias y las nacionalizaciones. Las primeras implicaron la divisin de los grandes dominios, difusin de la pequea propiedad campesina y muy accesoriamente creacin de explota-ciones agrcolas pblicas y cooperativas; las segundas, transferencia al sector pblico de industrias claves como minas, electricidad, seguros, siderurgia, productos qumicos (Lajugie, 1976).

    Los diferentes planes econmicos establecidos (bienales, trienales o quinquenales) tuvieron como propsitos coordinar la actividad de las dife-rentes empresas y establecer un orden de prioridad a favor de las necesidades

    3 En la economa colectivista ya no hay mercado en el sentido clsico del trmino. Es todava una economa de intercambio, en cuanto los individuos se especializan en una sola clase de mercaderas que cambian por los bienes que no producen. Pero estos intercambios no se hacen ya en un mercado en donde la oferta y la demanda se confrontan para determinar los precios y orientar la produccin. Se realizan en las condiciones decididas autoritariamente por los pode-res pblicos, que fi jan tambin los objetos que deben producirse, la tarea de cada uno y su parte de renta social. En general, todo ello est determinado por medio de un plan peridico que establece el programa de la actividad econmica; de ah el nombre de economa planifi cada. (Lajugie, 1976: 100).

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    juzgadas ms urgentes, la reconstruccin y la elevacin del nivel de vida. Una nueva fase se inicia a partir de 1948, signada por una inclusin ms completa de esas economas al bloque oriental. Tal integracin constituye la creacin del CAME o COMECON.

    Los estados adoptaron posteriormente planes quinquenales ms favora-bles para un crecimiento coordinado. Su objetivo comn fue la edifi cacin de una economa socialista que implicaba () una industrializacin rpida centrada principalmente en el aumento de los medios de produccin, la eli-minacin de toda infl uencia capitalista en la industria, el desarrollo de las instituciones cooperativas en el artesanado y la agricultura, y la elevacin del nivel de vida y de la cultura de las masas trabajadoras. (Lajugie, 1976: 124). Igualmente se intensifi caron los intercambios al interior del bloque oriental. Las actividades de sus miembros se especializaron y una nueva divisin del trabajo se instaur entre ellos. Estos intercambios dieron lugar a que algunos de ellos se quejen violentamente de ser explotados por la URSS, la que les impondra relaciones de precios arbitrarios y desfavorables y procedera, en ciertos casos, a la explotacin de los recursos nacionales Pero si los primeros aos de aplicacin del nuevo rgimen dan respuestas satisfactorias, a partir de 1951 en varias democracias populares aparece netamente la imposibilidad de realizar las exigencias demasiado ambiciosas de los planes. La parte exagerada de los recursos nacionales consagrados al desarrollo de la industria pesada frena el de las otras ramas y especialmente el de la agricultura. De ah un insufi ciente abastecimiento de las ciudades, que a su vez repercute desfavorablemente sobre la productividad industrial y provoca un descontento del que, muy pronto, un vuelco poltico se impondr a la vez en la URSS y en los pases satlites. (Lajugie, 1976: 124-25)

    Entre las primeras manifestaciones aparece la revuelta ocurrida en Hun-gra en 1956, rpidamente reprimida por el Ejrcito Rojo que invadi al pas para sofocar el levantamiento. Mayor repercusin mundial tuvo an la denominada Primavera de Praga, desarrollada en Checoslovaquia en 1968. Esta poltica de intervencin por parte de la URSS se llam Doctrina Breznhev y se ejerca cuando ocurra alguna revolucin de tipo reformista del rgimen comunista en los estados satlites. Bajo este sistema se obligaba a todos los estados miembros del Pacto de Varsovia a subordinar sus intereses nacionales a los del bloque sovitico. En el caso particular de la revuelta checoslovaca, se reclamaba por una mayor liberalizacin del sistema (res-

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    pecto a funcionamiento del rgimen, partidos polticos, sindicatos, derecho a huelga, libertad de prensa y expresin), que fue entendida por el gobierno de la URSS como un intento de giro hacia el capitalismo, que provoc la invasin del pas por parte de los ejrcitos de solo cuatro pases del Pacto de Varsovia (la URSS, Bulgaria, Polonia y Hungra) ya que Rumania y Albania no formaron parte del ataque por diversos motivos. Dicha represin se sald con cientos de muertes y miles de desplazados.

    Del anlisis de estas situaciones se pueden inferir, entonces, los intentos de iniciar procesos de apertura polticos-econmicos por parte de los estados del bloque del este debido a los problemas que se comenzaron a presentar en la implementacin de los planes de desarrollo y reestructuracin econmica que no tuvieron los resultados esperados. Las difi cultades en los programas de desarrollo industrial, el decaimiento de la agricultura, la burocratizacin del sistema, la recesin econmica, se convirtieron en problemticas que no solo afectaron a los gobiernos comunistas locales sino tambin la hegemona sovitica. La situacin de crisis y estancamiento empez a minar lentamente al sistema comunista de los pases del este. Los ensayos reformistas y aper-turistas comenzaron a producirse inevitablemente, hasta que en la dcada de los 80, desde el propio seno de la Unin Sovitica se emprendieron nuevas doctrinas. Bajo el rgimen de Mijal Gorbachov se promovieron polticas liberalizadoras (1985-1990) conocidas como perestroika (reestructuracin econmica) y glasnost (transparencia poltica), pero el deterioro econ-mico continuaba.

    En los pases del este europeo la situacin desmejoraba y se profundiza-ban las crisis poltico-econmicas. La llamada Revolucin del Terciopelo, por sus caractersticas de reclamos y protestas pacfi cos, provoc la cada del comunismo en Checoslovaquia (1989), en consonancia con procesos similares en Polonia (que en ese mismo ao fue el primer pas en instaurar un rgimen poltico no comunista y con una poltica exterior independiente de Mosc), Hungra y la Repblica Democrtica Alemana (RDA). Tras la cada del muro de Berln, en noviembre de 1989, ambas Alemanias se reunifi caron al ao siguiente.

    Estos hechos culminaron en el colapso general del sistema cuyo des-membramiento fi nal ocurri en diciembre de 1991 con la desaparicin de la URSS. Es importante destacar que la divisin poltica y la imposicin de modelos socioeconmicos diferenciados en Europa desde mediados de

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    siglo hasta 1990 subrayaron los desequilibrios y desigualdades a una escala ms general entre la Europa occidental y la Europa del este y el espacio sovitico, aunque ni el libre mercado ni la planifi cacin socialista hicieron desaparecer las disparidades internas. Frente al desarrollo y la consolidacin de unas estructuras socioeconmicas y polticas enmarcadas en un contexto liberal, capitalista y de economa de mercado que distinguieron a Europa occidental, la antigua Europa del este y el espacio sovitico sustentaron su evolucin y organizacin productiva, social y territorial sobre unos principios regidos por el aparato del estado y la planifi cacin centralizada. (Lpez Palomeque; 2000: 436).

    Desequilibrios socio-territoriales al interior de la UE

    La integracin continental se enfrenta a un gran reto: corregir y recon-ducir los desequilibrios socio-econmicos que dividen a Europa () Pro-fundas distancias separan a Europa centro-oriental del resto del continente, prolongado una divisin, que si bien ya superada su fragmentacin poltica pasada, tiene todava sus diferencias socio-econmicas. (Lpez Palomeque, 2000: 423)

    Las asimetras se manifi estan, por ejemplo, en los indicadores socioeco-nmicos, a travs de los cules se pueden comparar los ndices de los estados europeos occidentales con los orientales (ver cuadro anexo). Por caso, del anlisis del IDH, se desprende que todos los Peco, con excepcin de Eslo-venia, poseen un ndice inferior a 0.900; en cambio, de los occidentales solo Portugal se encuentra en esa situacin. Respecto del ndice de morta-lidad infantil (la media de la UE es de 5%0), solo dos de diez Peco tienen un valor inferior (Rep. Checa y Eslovenia). En cuanto a esperanza de vida, y teniendo en cuenta que la media europea es de 75 aos, solo Eslovenia, Polonia y Rep. Checa superan ese umbral. Si consideramos el PBI/hab, se observa que respecto a la media de aproximadamente U$S 30.000, ninguno de los Peco sobrepasa ese promedio, y de los pases del oeste todos, excepto Grecia y Portugal, superan dicho valor. Evidentemente, Eslovenia, el pas ms desarrollado de la ex Yugoslavia (conformaba el 40 % de su PBI), y en menor medida Rep. Checa, son los nicos estados de los 10 Peco, que

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    comprenden la comunidad europea, que tienen indicadores similares a la media de todos los miembros de la UE.

    Es evidente que en los PECO, la crtica situacin derivada de la cada de la URSS, profundiz la recesin econmica durante la dcada de los 90, haciendo muy difi cultosa la transicin del sistema comunista al capitalista. Estas desigualdades iniciales respecto a la Europa Occidental, se convirtieron en desventajas comparativas que los Peco, para realizar una insercin efi caz a la UE, debern continuar ajustando sus sistemas poltico y econmico a las exigencias de la UE, a efectos de poder competir en el mercado interno y actuar como miembros en igualdad de condiciones (Revista Comercio Exterior, 2004: 372).

    Autores como Lpez Palomeque destacan otras causas, adems de las citadas, como razones y factores que explican los desequilibrios interterrito-riales. Una de ellas est vinculada a la herencia de una historia econmica desigual, que se relaciona con los contextos histricos del despegue de las regiones litorales y de la gran dorsal europea y la consolidacin y desarrollo de una red urbano-portuaria y comercial extendida a lo largo de las reas septentrionales del continente y hacia las periferias atlnticas franco-britnicas. Otra de las causas se halla sujeta a la desigual apropiacin de los benefi cios de la industrializacin. Las transformaciones tecnolgicas aparecieron originariamente en un ncleo central y paulatinamente se fueron difundiendo hacia las periferias. Gran parte de la Europa centro-oriental se industrializara solo a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La acu-mulacin de capitales procedentes de las corrientes comerciales de pocas anteriores, la creacin de mercados, los avances tcnicos que atendan las nuevas necesidades demogrfi cas y productivas se dieron en mayor medida en los pases centrales. El resto se volvi ms dependiente de los anteriores, retrasando su participacin en el conjunto de cambios sociales, econmicos y espaciales introducidos por el empuje industrial (Lpez Palomeque, 2000: 433). Todas estas condiciones sustentaron los contrastes que se mantienen an en la UE.

    En el mismo sentido, Rodrguez Surez, manifi esta que la UE necesita reformar sus instituciones y encontrar el correcto equilibrio de poder. Al respecto, antes de su ampliacin ya prevalecan graves difi cultades, como el desequilibrio de poder entre los miembros ms pequeos y los miembros ms grandes. En coincidencia con el autor, aparecen una serie de interrogantes

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    que la entidad deber resolver en un futuro teniendo en cuenta la incorpora-cin de los estados del este europeo. Qu papel desempear la UE en el concierto internacional?, qu tipo de relaciones de poder se desarrollarn entre la UE y los Estados Unidos?, cules pases de Europa se integrarn a la UE y cules sern excluidos?, en dnde se establecern las fronteras fi nales de la UE en el este de Europa?, hasta qu punto puede sobrevivir la UE con miembros que poseen tan diversas culturas, intereses, idiomas y niveles de desarrollo? (Rodrguez Surez, 2006: 321)

    A pesar de todas estas cuestiones que el bloque deber resolver, una entidad democrtica y superadora de la divisin histrica entre las dos Europas solo ser posible con la unifi cacin de la mayora de los pases europeos. Los Peco lograron integrarse a la UE, despus de la cada del comunismo, su incorporacin trajo aparejado un cierto desarrollo econmico, mayor inversin extranjera, estabilidad e integrarse al bloque econmico ms fuerte del mundo. Para los pases de Europa occidental, la ampliacin signifi c incrementar los mercados de la UE y su podero en el mbito internacional.

    Migraciones desde los Peco y transformaciones territoriales en la UE

    Las transformaciones ocurridas a partir de los procesos de cambios pol-tico-econmicos desarrollados en los Peco a partir de la dcada de 1990, pro-vocaron un reacomodamiento en Europa en el contexto de un nuevo perodo de reformas en los aspectos institucional, sociopoltico y econmico.

    Como sostiene Ferrero Turrin (2005:18), junto con la instauracin de las democracias formales y el advenimiento de las libertades, tambin lleg un perodo de fuerte crisis econmica unida a la apertura de las fronteras, lo que provoc una ola de emigracin hacia los pases en los que estos ciudadanos consideraban que podran progresar en mejores condiciones que en los suyos.

    Asimismo, al desvanecerse la infranqueable barrera que constitua la clebre cortina de hierro durante dcadas, el desplazamiento progresivo de la lnea de los fl ujos migratorias va camino hacia el oriente conforme el proceso de ampliacin e integracin de la UE hacia el este continental. Este

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    factor determinante tuvo consecuencias fundamentales, ya que un menor aislamiento de los Peco implic por un lado, un importante riesgo de fuga de cerebros, es decir, de mano de obra califi cada, vital para el desarrollo de sus propios pases hacia los mercados occidentales, en el marco de un sistema donde prima el libre mercado, pero que como contrapartida, signifi c la remisin de divisas a travs de esos mismos inmigrantes. Por otro lado, la Europa comunitaria, se ha percatado de la existencia de una presin migratoria de la cual nunca se haba hablado de manera signifi cativa.

    Las migraciones de poblacin desde el este europeo plantean transfor-maciones territoriales, polticas y socio-econmicas para la comunidad. En las economas y sociedades de Europa Occidental provocan un cambio en la estructura poblacional al ser el rango etario de las personas ms jvenes las que bsicamente originan los desplazamientos, conduciendo al rejuve-necimiento de la pirmide poblacional de los estados, fenmeno que no ocurre con la poblacin nativa, que por pautas culturales, tiende cada vez ms hacia el envejecimiento.

    De igual modo, este tipo de migracin, cuando no es califi cada, contri-buye a cubrir las demandas de trabajo de baja productividad o poca remu-neracin, que la mano de obra local no ocupa. Esta situacin laboral de los inmigrantes, se agrava por su situacin migratoria irregular en muchos casos, donde deben aceptar duras circunstancias de trabajo (condiciones precarias derivadas de su situacin ilegal o en negro).

    Pero lo ms importante es que las transformaciones de las economas del este requieren que mercados exteriores ms desarrollados absorban parte de la poblacin trabajadora que no va a encontrar a corto plazo empleos desaparecido en la dcada pasada y de los que an deben desaparecer por la inevitable reestructuracin de sus economas (Luengo, 2003).

    Con la expansin de la UE hacia el este, muchos habitantes de los Peco empezaron a viajar a la UE en busca de empleos bien remunerados. Sin embargo, el acceso a los mercados de trabajo comunitarios sigui estando severamente limitado. De hecho, la mayora de emigrantes procedentes de la parte oriental del continente se vean forzados a aceptar trabajos irregulares (Oklski Marek, 2008: 15).

    Luego de las crisis econmicas derivadas del derrumbe de la URSS cualquier programa de reformas econmicas profundas, incluidas la libe-ralizacin, la privatizacin y la reestructuracin sectorial, tendra que llevar

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    necesariamente a la creacin de una elevada presin migratoria. La migra-cin se vera luego estimulada por un desempleo creciente, unos salarios bajos y diversos shocks de ajuste (Oklski Marek, 2008: 30).

    El de la etnia de los gitanos, por ejemplo, es un caso especial en la con-fi guracin del territorio europeo. Tradicionalmente nmadas, los gitanos se estn desplazando hacia los pases de Europa Occidental. Durante el rgimen anterior les fueron prohibidos los desplazamientos, y ahora estn restableciendo sus tradiciones culturales y religiosas. Algunos han escapado de una forzada aculturacin hacia la vida industrial para renovar su estilo de vida y escapar de unas pobres condiciones en las que se combinan pobreza y discriminacin. No se puede olvidar que este colectivo, independientemente de su pas de origen, es el que compone una parte importante de los fl ujos migratorios procedentes del este de Europa y uno de los que ms problemas de integracin estn provocando en los pases de acogida. En el caso espaol destaca la proporcin de la inmigracin procedente de Rumania pertene-ciente a la comunidad gitana (Ferrero Turrin, R. 2005: 19).

    En este mismo sentido, Almudena Macas, que en su tesis doctoral trata sobre la migracin gitana de Rumania hacia Espaa, sostiene que la pobla-cin roma/gitana se ha caracterizado por ser un pueblo nmada durante gran parte de su historia y que la constante migratoria en dicha poblacin podra interpretarse como una seal de bsqueda permanente de mejores condiciones de vida. Otros autores, sin embargo, consideran esta movi-lidad como una estrategia utilizada para mantener su libertad y vitalidad cultural.

    De todos modos, luego de 1989, el caos en los PECO estall con una ola de violencia y prejuicios contra la minora tnica gitana en estas sociedades supuestamente en vas de democratizacin. Inclusive hasta el da de hoy en los territorios de la ex Yugoslavia existe un fuerte rechazo hacia la comu-nidad gitana. Durante el proceso de emancipacin de Kosovo en 2008 (no reconocida por la mayora de los pases del mundo) ms de 100.000 gitanos fueron expulsados de estas regiones. En Rumania, por ejemplo, representan un milln de personas, siendo la segunda minora, luego de los hngaros.

    Este embate de principios de los 90 en los Peco y las guerras de los Bal-canes desencadenaron una nueva ola de migraciones para el pueblo gitano. Las personas solicitaban asilo en los pases de destino: muchos huyeron a Alemania y a Francia; Espaa es actualmente, uno de los principales destinos

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    de esta minora tnica. En Alemania, el tratamiento recibido por parte de algunos grupos de la sociedad y el gobierno fue hostil. Tambin se produjeron violentos brotes racistas. Finalmente se fi rm un acuerdo entre los gobiernos rumano y alemn para retornar a 50.000 ciudadanos rumanos, la mayora roma/gitanos. Tiempo despus de la fi rma de este acuerdo el parlamento alemn aprob una nueva legislacin que hizo ms difcil a los solicitantes de asilo entrar en el pas (Macas, 2008: 59).

    Problemticas asociadas al proceso de integracin

    Los acuerdos econmicos constituyeron la base para la adhesin de los Peco a la UE. El incremento del comercio bilateral fue uno de los pilares de la integracin, de la mano de los ajustes econmicos que se produjeron para alcanzar los llamados estndares occidentales. En el proceso de transforma-cin del bloque oriental, los otros dos ejes de integracin fueron el poltico, a partir de una mayor cooperacin y la consolidacin de las instituciones democrticas, y el geoestratgico, vinculado a la ampliacin hacia el este, ocupando el lugar dejado por la URSS.

    Polonia fue uno de los primeros pases en implementar una democracia pluralista y una economa de mercado y junto con Hungra enfrentaron una grave crisis econmica despus del desplome del comunismo. Por su parte la Rep. Checa, se vio severamente afectada por una drstica cada de las relaciones comerciales dentro del CAME y la desaparicin del mercado de la URSS.

    Entre los mayores desafos que debieron enfrentar los Peco estuvieron: lograr una consolidacin del orden democrtico, su adaptacin a la econo-ma de mercado, mejorar sus estndares socio-econmicos y reducir los indicadores como infl acin, dfi cit, entre otros. Por otro lado, los procesos de apertura han posibilitado un importante fl ujo de inversiones extranjeras directas (IED).

    Una de las discusiones que se presentan en la actualidad entre los Peco y el bloque occidental es la relacionada con la poltica agraria comn (PAC) ya que debido al gran peso de la agricultura en estos pases, gran parte de los recursos procedentes de la poltica agrcola se canalizaran a los Peco, poniendo en peligro el sostenimiento de esta poltica en el presupuesto comunitario. (Revista Comercio Exterior, 2004: 374)

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    En esta otra cara, opuesta a los benefi cios de la integracin, la elimi-nacin de las barreras comerciales y el aumento del comercio bilateral, se manifi estan ms difi cultades como las sostenidas por muchos autores que opinan que aparecern ms diferencias y se profundizarn las existentes. Se seala que se modifi car el patrn de las relaciones comerciales actua-les, de forma que [los Peco] se especializarn en productos intensivos en mano de obra y recursos naturales, y los actuales miembros de la UE, en productores intensivos en tecnologa y capital humano. De ser esto as, la convergencia no ser real, puesto que los pases competirn en otros secto-res, no se producirn intercambios de conocimientos tcnicos, y el hecho de que estos sectores pudiesen evolucionar de forma distinta incrementara las diferencias. (Revista Comercio Exterior, 2004: 376)

    Adems de los fl ujos de capital e inversin, que favorecern las estrate-gias de las corporaciones transnacionales para adquirir empresas pblicas (privatizaciones), se estima que en los prximos aos, y refl ejo de las dis-paridades entre los estados miembros, se incrementarn las migraciones de ciudadanos de los Peco hacia los estados europeos occidentales debido a la afl uencia de mano de obra barata dispuesta a aceptar empleos y salarios poco atractivos para los habitantes de dichos pases. Se debe tener en cuenta tambin la elevada preparacin de determinada mano de obra y un capital humano califi cado, heredero del sistema comunista que prestaba gran impor-tancia a la educacin. Asimismo, las tasas de desocupacin en los Peco y las menores rentas per cpita son factores que podran llegar a incrementar las corrientes migratorias en busca de una mejor calidad de vida.

    La agricultura ocupa un lugar destacado en los PECO. En trminos gene-rales, ms del 27% de la mano de obra trabaja en la agricultura, frente a 4% de la UE-15, y la participacin del sector agrcola en el PBI es de 6,9% en los Peco, frente a 2% en la UE-15 () El considerable peso de la agricultura en estos pases es herencia de la era comunista. Antes de la ruptura del socialismo de tipo sovitico en los Peco se procuraba asegurar la autosufi ciencia alimentaria (Revista Comercio Exterior, 2004: 384). El dilema en torno a un aumento del gasto agrcola derivado de la ampliacin implicara un incremento signifi cativo del costo de la PAC, teniendo en cuenta que ya en 2004, previa adhesin, el gasto total de la PAC en la UE supona el 46% del presupuesto.

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    Perspectivas actuales de la UE

    Se destacan matices positivos de las dos ampliaciones hacia la Europa centro-oriental. Por ejemplo, en 2007, las tasas de crecimiento de los Peco oscilaron de un 4 a un 12 % anual, y solo Eslovaquia contina con una tasa de desocupacin superior al 10 %. El desempleo de larga duracin contina siendo un fenmeno expandido. Entre los aspectos negativos, se destacan el signifi cativo excedente comercial del bloque occidental respecto a los Peco. A algunos aos de su incorporacin, los pases mantienen an valores en sus indicadores socio-econmicos inferiores a la media europea, con escasas excepciones.

    Existen tambin, a las diferencias interestatales, numerosas divergencias intraestatales, como fenmeno geogrfi co multidimensional a tener en con-sideracin. Ciertamente, coexisten reas dinmicas bien dotadas econmica-mente, bien equipadas en infraestructura, tecnologas y recursos humanos, y regiones menos desarrolladas an no consolidadas donde los desequilibrios se presentan ms evidentes. Tales los casos de Lombarda-Mezzogiorno en Italia; Flandes-Valonia en Blgica; rea de Estocolmo-resto de Suecia; el Portugal litoral (Eje Lisboa-Oporto) y el interior; Eslovenia y el resto de la ex Yugoslavia (Lpez Palomeque, 2000).

    La desaparicin del teln de acero no ha desplazado el centro de gra-vedad de Europa. Es cierto que los mercados centroeuropeos continan atra-yendo a los exportadores e inversores de Europa Occidental. Sin embargo, los fl ujos de personas y mercancas, ms orientados conforme a un eje este-oeste que norte-sur, se han reducido; adems, la Europa media no tuvo que esperar a estar representada en las instituciones de la unin para participar en las redes energticas, comerciales y fi nancieras europeas (Estado del Mundo, 2009:541).

    Por otra parte, a los nuevos pases europeos todava les quedan varias etapas que franquear para lograr la plena integracin Si bien se han podido integrar al espacio Schengen de libre circulacin, solo Eslovenia integra la Zona Euro al haber cumplido las condiciones requeridas. El resto, excepcin hecha de Hungra, estaban cerca de satisfacer los criterios de Maastricht. Sin embargo, la infl acin, alimentada por el fuerte creci-miento, obstaculiz su rpida adhesin a la moneda comn (El Estado del Mundo, 2009: 545).

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    Una observacin fra de la situacin de la Unin Europea en 2008 per-mite concluir que no est avanzando para nada hacia una zona econmica y monetaria unifi cada, sino ms bien retrocediendo hacia una aglomeracin de regiones sin solidaridad, donde los ricos no quieren pagar por los pobres. En semejante Europa, las regiones pobres van a volverse an ms pobres y las regiones ricas an ms ricas (Artus y Virard, 2009: 126).

    La lucha geoestratgica por el espacio europeo

    Estados Unidos plantea su presencia para imposibilitar que la Europa ampliada se convierta en su contrapeso. Es por eso que Estados Unidos tratar de reforzar su posicin en el Viejo Continente, particularmente en su zona este, aprovechando el ingreso a la UE de la mayora de los ex pases comunistas de Europa Central y Oriental. Ello se debe a que [] la regin no perdi nada de su importancia estratgica, a pesar de la desaparicin de sus regmenes totalitarios [] estrategia que fue implementada desde el fi n de la Segunda Guerra Mundial (Diario Le Monde Diplomatique. Mayo de 2004: 20).

    Y estos pases4 ven en su alianza con los Estados Unidos no solo un mayor peso dentro de la UE, frente a Alemania, Francia y el Reino Unido, sino tambin ante el gobierno de Mosc. Adems, son interesantes mercados para la industria armamentstica estadounidense, sobre todo para reemplazar el obsoleto material sovitico. Acaso Bulgaria y Rumania no embolsaron decenas de millones de dlares por alquilar sus bases militares a la aviacin estadounidense en 2003? [] As es como EE.UU. planea acercarse a las zonas crticas de Medio Oriente y Asia Central, y tambin del Cucaso, comenzando por Georgia, su nuevo socio privilegiado (Diario Le Monde Diplomatique. Mayo de 2004: 22).

    Aqu, evidentemente, los procesos de ampliacin de la UE y de la OTAN se hallan visiblemente relacionados, aunque su nexo ms notable llegue de la mano de una ley no escrita: la que sugiere que aquellos estados que desean incorporarse a la UE deben acatar antes sus deberes en materia de

    4 Hungra, Polonia y Rep. Checa ingresaron a la OTAN en 1999; mientras que Eslovenia, Eslo-vaquia, Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia y Lituania lo hicieron en 2004.

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    seguridad y sumarse previamente, por ello, a la alianza atlntica. (Taibo, 2002: 132-33)

    El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decidi en septiembre de 2009 abandonar el proyecto de construir en Europa un escudo anti-misiles. El sistema haba sido ideado por la anterior administracin, de George W. Bush, para contrarrestar la posible amenaza de Estados como Corea del Norte o Irn sobre el continente europeo. En realidad, los planes de instalar una batera de misiles interceptores en Polonia y una estacin de radares en la Repblica Checa eran tomados por Rusia como una seria amenaza a sus intereses en el sector oriental del continente y una mayor presencia hege-mnica de EE.UU. sobre la regin. Esta situacin, evidentemente, abre las puertas a una nueva etapa sobre el juego geoestratgico de ambas potencias sobre el otrora bloque poltico-econmico del este europeo.

    Reflexiones finales

    Es evidente que los diez pases de Europa Central y Oriental incorporados a la Unin Europea entre los aos 2004 y 2007 provocaron transformaciones en la entidad comunitaria, pero tambin sufrieron cambios en sus estructuras internas.

    Desde la cada del Muro de Berln y la disolucin de la Unin Sovi-tica, los PECO iniciaron procesos de apertura poltico-econmicos para incorporarse a las economas de mercado y al mismo tiempo, ir cumpliendo con los requisitos de adhesin de la UE, lo que favoreci la integracin a la comunidad en el mediano plazo. Es cierto tambin que las desigualda-des iniciales de los pases del bloque oriental respecto de los estados de la Europa Occidental se convirtieron en importantes desventajas comparativas, que se apreciaron al momento de una insercin efi caz a la UE. Ello implic una situacin de debilidad, sobre todo a los efectos de poder competir en el mercado intra-europeo y actuar como miembros en igualdad de condiciones respecto de los socios comunitarios occidentales.

    Las signifi cativas crisis poltico-econmicas y sociales generadas desde fi nes de siglo con el inminente derrumbe de la URSS, sumado a la paulatina apertura de sus fronteras, provoc una ola migratoria de miles de personas hacia el oeste, pues se consideraba que podran progresar econmicamente

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    y mejorar su propia calidad de vida y la de sus familias. Las transforma-ciones territoriales que se presentaron desde entonces en la UE, derivadas de dichas migraciones, plantearon cambios vinculados con la estructura socio-demogrfi ca y econmica. La inmigracin, bsicamente de poblacin joven, y por otro lado necesaria en los estados occidentales envejecidos por sus nfi mas tasas de natalidad, contribuye directamente a mantener los efectivos poblacionales de la unin. Adems de los trabajadores califi cados, bien remunerados, un gran nmero pertenecen a obreros en condiciones irregulares que aportan a cubrir las demandas de mano de obra de baja pro-ductividad o poco remunerativas, que la mano de obra local y la poblacin nativa no ocupa.

    Los pases del centro-este europeo, indudablemente, conforman un blo-que de estados de inters geoestratgico no solo para la Unin Europea, sino tambin para los Estados Unidos y Rusia. Constituyen el lugar de encuentro, de encrucijada entre Europa y Rusia, y la puerta de entrada de la produccin de petrleo y gas proveniente de Asia.

    Por ltimo, es importante tener en cuenta que ms all de los benefi cios que les ha trado a los PECO la incorporacin a la Unin Europea, todava continan manifestndose importantes desequilibrios y desigualdades socio-econmicas con sus vecinos occidentales, que los muestra susceptibles ante eventuales crisis que requieran de una solidez econmica y comercial que la mayora de ellos an no posee. Ante una realidad compleja y diversa que se avecina con muchas ms incertidumbres que certezas, debern estar entre los objetivos de la comunidad europea reducir los contrastes y las disparidades no solo internas sino tambin regionales, para evitar las fragmentaciones que pongan en riesgo su propia confi guracin territorial.

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  • 207Huellas n 14 (2010), ISSN 0329-0573 | Unidad en la diversidad? La incorporacin de los pases del centro-este (pp. 183-207)

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    Anexo

    Cuadro 1. Indicadores seleccionados - Pases de la Unin Europea. Fuente: Elaboracin propia en base a El estado del mundo (2009).