1. El autor, excusndose de su yerro en esta obra que escribi, contra s arguye y comparaEl silencio escuda y suele encubrir Las faltas de ingenio y torpeza de lenguas; Blasn, que es contrario, publica sus menguas Al quien mucho habla sin mucho sentir. Como la hormiga que deja de ir, Holgando por tierra, con la provisin: Jactse con alas de su perdicin: Llevronla en alto, no sabe dnde ir.ProsigueEl aire gozando ajeno y extrao, Rapia es ya hecha de aves que vuelan Fuertes ms que ella, por cebo la llevan: En las nuevas alas estaba su dao. Razn es que aplique a mi pluma este engao, No despreciando con los que me arguyen, As, que a m mismo mis alas destruyen, Nublosas y flacas, nacidas de ogao.ProsigueDonde sta gozar pensaba volando, O yo de escribir cobrar ms honor, De lo uno y de lo otro naci disfavor; Ella es comida y a m estn cortando Reproches, revistas y tachas. Callando Obstara, ya los daos de envidia y murmuros Insisto remando, y los puertos seguros Atrs quedan todos ya cuanto ms ando.ProsigueSi bien queris ver mi limpio motivo, A cul se endereza de aquestos extremos, Con cul participa, quin rige sus remos, Apollo, Diana o Cupido altivo, Buscad bien el fin de aquesto que escribo, O del principio leed su argumento: Leedlo y veris que, aunque dulce cuento, Amantes, que os muestra salir de cautivo.ProsigueComo el doliente que pldora amarga O la recela, o no puede tragar, Mtenla dentro de dulce manjar, Engase el gusto, la salud se alarga: De esta manera mi pluma se embarga, Imponiendo dichos lascivos, rientes,

2. Atrae los odos de penadas gentes: De grado escarmientan y arrojan su carga.Vuelve a su propsitoEstando cercado de dudas y antojos, Compuso tal fin que el principio desata: Acord dorar con oro de lata Lo ms fino tbar que vi con sus ojos, Y encima de rosas sembrar mil abrojos. Suplico, pues, suplan discretos mi falta. Teman groseros y, en obra tan alta, O vean y callen o no den enojos.Prosigue dando razones por que se movi a acabar esta obraYo vi en Salamanca la obra presente, Movme acabarla por estas razones: Es la primera, que estoy en vacaciones, La otra, inventarla persona prudente; Y es la final, ver ya la ms gente Vuelta y mezclada en vicios de amor. Estos amantes les pornn temor A fiar de alcahueta ni falso sirviente. Y as que esta obra en el proceder Fue tanto breve, cuanto muy sotil, Vi que portaba sentencias dos mil, En forro de gracias, labor de placer. No hizo Ddalo, cierto, a mi ver, Alguna ms prima entretalladura, Si fin diera en esta su propia escritura Cota o Mena con su gran saber. Jams yo no vide en lengua romana, Despus que me acuerdo, ni nadie la vido, Obra de estilo tan alto y subido En tusca, ni griega, ni castellana. No tiene sentencia, de donde no mana Loable a su autor y eterna memoria, Al cual Jesucristo reciba en su gloria, Por su pasin santa, que a todos nos sana.Amonesta a los que aman que sirvan a Dios y dejen las malas cogitaciones y vicios de amorVosotros, los que amis, tomad este ejemplo; Este fino arns con que os defendis; Volved ya las riendas, porque no os perdis; Load siempre a Dios visitando su templo. Andad sobre aviso; no seis de ejemplo De muertos y vivos y propios culpados: Estando en el mundo yacis sepultados. Muy gran dolor siento cuando esto contemplo. 3. Oh damas, matronas, mancebos, casados, Notad bien la vida que aqusto hicieron; Tened por espejo su fin cul hobieron: A otro que amores dad vuestros cuidados. Limpiad ya los ojos, los ciegos errados, Virtudes sembrando con casto vivir, A todo correr debis de huir, No os lance Cupido sus tiros dorados.