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La influencia del Estebanillo González en El lazarillo de ciegos caminantes: el juego entre la verdad y la ficción Enrique Rodrigo, Creighton University, Omaha La presencia de aspectos de la novela picaresca en El lazarillo de ciegos caminantes ha sido puesta de manifiesto por varios críticos. 1 Además de las inequívocas referencias que ofrece el mismo título del libro, se cita frecuentemente el fragmento siguiente del Prólogo, en el que Concolorcorvo se presenta: Yo soy indio neto, salvo las trampas de mi madre, de que no salgo por fiador. Dos primas mías coyas conservan la virginidad, a su pesar, en un convento del Cuzco, en donde las mantiene el rey nuestro señor. Yo me hallo en ánimo de pretender la plaza de perrero de la catedral del Cuzco, para gozar inmunidad eclesiástica y para lo que me servirá de mucho mérito el haber escrito este itinerario [...]. 2 En efecto, aquí se anuncia un narrador con ciertas características picarescas, pues se presenta a sí mismo como alguien de orígenes sociales poco claros, que se burla de su propia familia. El narrador además asegura que escribe para alcanzar un puesto de trabajo mejor, que no es otro que ser perrero de la catedral, por lo cual se demuestra su baja condición social y que sus aspiraciones en la vida se centran simplemente en la obtención de un puesto fijo en el que no tenga que esforzarse demasiado. Sin embargo, a pesar de ciertos rasgos picarescos en El lazarillo de ciegos caminantes, parece evidente que, como aseguran la mayoría de los críticos, no puede catalogarse al libro de Carrió como una novela picaresca. En efecto, el relato del narrador Concolorcorvo no se centra sobre sus andanzas y su propia vida, sino que da cuenta del viaje que el visitador Alonso Carrió de la Vandera realizó para la reforma del correo. De esta manera, falta un elemento tan característico de la picaresca como la identidad entre narrador y protagonista principal. La crítica no ha prestado atención, sin embargo, a cómo la presencia de un narrador con rasgos picarescos da forma a la manera que el viaje de Carrió de la Vandera es presentado ante los lectores. Este podía haber escrito un escueto informe oficial para dar cuenta de su viaje a las autoridades que le dieron la comisión, y para los curiosos interesados en saber más sobre los territorios por él visitados. En lugar de ello introduce como narrador a un personaje de baja condición social y con muy poca

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La influencia del Estebanillo González enEl lazarillo de ciegos caminantes:el juego entre la verdad y la ficción

Enrique Rodrigo, Creighton University, Omaha

La presencia de aspectos de la novela picaresca en El lazarillo de ciegoscaminantes ha sido puesta de manifiesto por varios críticos.1 Además delas inequívocas referencias que ofrece el mismo título del libro, se citafrecuentemente el fragmento siguiente del Prólogo, en el queConcolorcorvo se presenta:

Yo soy indio neto, salvo las trampas de mi madre, de que no salgopor fiador. Dos primas mías coyas conservan la virginidad, a su pesar,en un convento del Cuzco, en donde las mantiene el rey nuestro señor.Yo me hallo en ánimo de pretender la plaza de perrero de la catedraldel Cuzco, para gozar inmunidad eclesiástica y para lo que me serviráde mucho mérito el haber escrito este itinerario [...].2

En efecto, aquí se anuncia un narrador con ciertas característicaspicarescas, pues se presenta a sí mismo como alguien de orígenes socialespoco claros, que se burla de su propia familia. El narrador además aseguraque escribe para alcanzar un puesto de trabajo mejor, que no es otro queser perrero de la catedral, por lo cual se demuestra su baja condiciónsocial y que sus aspiraciones en la vida se centran simplemente en laobtención de un puesto fijo en el que no tenga que esforzarse demasiado.

Sin embargo, a pesar de ciertos rasgos picarescos en El lazarillo de ciegoscaminantes, parece evidente que, como aseguran la mayoría de los críticos,no puede catalogarse al libro de Carrió como una novela picaresca. Enefecto, el relato del narrador Concolorcorvo no se centra sobre susandanzas y su propia vida, sino que da cuenta del viaje que el visitadorAlonso Carrió de la Vandera realizó para la reforma del correo. De estamanera, falta un elemento tan característico de la picaresca como laidentidad entre narrador y protagonista principal.

La crítica no ha prestado atención, sin embargo, a cómo la presenciade un narrador con rasgos picarescos da forma a la manera que el viajede Carrió de la Vandera es presentado ante los lectores. Este podía haberescrito un escueto informe oficial para dar cuenta de su viaje a lasautoridades que le dieron la comisión, y para los curiosos interesados ensaber más sobre los territorios por él visitados. En lugar de ello introducecomo narrador a un personaje de baja condición social y con muy poca

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educación. Al examinar los motivos que pudo haber tenido Carrió de laVandera para configurar de esta manera su texto, resulta importanteexaminar los paralelos que existen entre El lazarillo de ciegos caminantesy la Vida de Estebanillo González. A este efecto, se tomará como base elanálisis del Estebanillo González como la autobiografía de un picaro querealizan Nicholas Spadaccini y Jenaro Talens, y se mostrará cómo muchasde las características de la narración de esta obra se relacionan con Ellazarillo de ciegos caminantes*

Una muestra de que las similitudes entre las dos obras no sonsimplemente una coincidencia, y que el autor de El lazarillo de ciegoscaminantes conocía al Estebanillo González, se puede apreciar en lasegunda parte del 'Epílogo' de la obra, cuando el visitador se dirige aConcolorcorvo:

Si Vm. logra sacar el costo de su impresión (que lo dudo mucho)aunque La Robada le haga mucha gracia por mi respeto y amistadantigua, siempre gana Vm. mucho difundiendo su nombre y apellidopor los dilatados dominios de España, con más fundamento queGuzmán de Alfarache y Estebanillo González, que celebran tantossabios e ignorantes en distinto sentido.4

Estas palabras del visitador Carrió de la Vandera, fuente de autoridada lo largo de toda la obra, sirven para situar a Concolorcorvo junto a losnarradores del género picaresco. Compárense ahora estas palabras conlas que se abre el 'Prólogo al lector' del Estebanillo González:

Carísimo o muy barato lector, o quien quiera que tú fueres, si curiosode saber vidas ajenas llegares a leer la mía, yo me llamo EstebanilloGonzález, flor de la jacarandaina. Y te advierto que no es la fingidade Guzmán de Alfarache, ni la fabulosa de Lazarillo de Tormes, ni lasupuesta del Caballero de la Tenaza, sino una relación verdadera conparte presente y testigos de vista y contestes, que los nombro a todospara averiguación y prueba de mis sucesos, y el dónde, cómo y cuándo,sin carecer de otra cosa que de día, mes y año, y antes quito que noañado.5

A primera vista, puede parecer que se trata de una declaración totalmenteopuesta a la que se acaba de ver en El lazarillo de ciegos caminantes, ya queel narrador aquí intenta distanciarse de otros personajes de la picaresca, enlugar de señalar sus semejanzas con ellos. Pero el simple hecho de que hagareferencia a estos personajes indica que es consciente de que está escribiendosu vida dentro de la tradición de la picaresca.6 Si en el caso de El lazarillo deciegos caminantes se observaba que la relación con la picaresca se establecíaa través de las características del narrador, aquí el narrador ('flor de lajacarandaina') también se presenta con rasgos similares.

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La diferencia que el texto del Estebanillo resalta con respecto a lapicaresca tiene que ver con la declaración de que el lector tiene ante éluna 'relación verdadera'. Esta es también una característica fundamentalde El lazarillo de ciegos caminantes ya desde el mismo título:

EL LAZARILLO DE CIEGOS CAMINANTES desde Buenos-Ayres,hasta Lima con sus Itinerarios según la más puntual observación, conalgunas noticias útiles a los Nuevos Comerciantes que tratan en Muías;y otras Históricas. SACADO DE LAS MEMORIAS que hizo donAlonso Carrió de la Vandera en este dilatado viage, y Comisión quetubo por la Corte para el arreglo de Correos, y Estafetas, Situación, yajuste de Postas, desde Montevideo. POR DON CALIXTOBUSTAMANTE CARLOS INCA, alias CONCOLORCORVO naturaldel Cuzco, que acompañó al referido Comisionado en dicho Viage, yescribió sus Extractos. CON LICENCIA en Gijón, en la Imprenta dela Rovada. Año de 1773.

Frases como 'según la más puntual observación' y noticias 'históricas',además del hecho de que sea un relato 'sacado de las memorias' de Carrió,un funcionario de la corona, se utilizan indudablemente para enfatizarla verdad de lo narrado. Este énfasis continúa en el 'Prólogo', donde seafirma nuevamente que Concolorcorvo lo que hace es 'perifrasear' laspalabras del visitador, así como en el 'Exordio', donde se produce unadefensa de los viajeros ante los ataques de mentirosos de que son objeto.7

Si en el Estebanillo se alude a los numerosos 'testigos' y 'contestes' quepueden dar fe de la verdad de los hechos narrados, en El lazarillo deciegos caminantes es suficiente indicar que se trata de un relato basadoen las memorias de un funcionario de la corona, el cual además corrigeen numerosas ocasiones el manuscrito de Concolorcorvo.

Otro elemento que llama la atención en el prólogo del Estebanillo es lamanera ambigua como se dirige al lector, llamándole 'carísimo o muybarato', con lo que pone al lector en el mismo rango que al narrador.Esto supone una burla de las convenciones con las que los autores tratabande ganar la benevolencia de sus lectores. Tal recurso, que se ve ya enQuevedo y aparecerá también en los prólogos de Torres Villarroel, puedeapreciarse igualmente en el prólogo de El lazarillo de ciegos caminantes,en el que se dice que el libro no se dirige a los hombres sabios, sino a losdel 'hampa, o cascara amarga', y en donde se asegura que cuando sehaga referencia al lector se escribirá una V 'para que cada uno se dé a símismo el tratamiento que le correspondiere o el que fuere de su fantasía'.8

A pesar de esta ambigüedad con respecto a la forma de dirigirse allector, se asegura en el prólogo del Estebanillo que el propósito del libroes 'dar gusto a toda la nobleza'.3 El libro se define entonces como unanarración de hechos graciosos publicada para entretenimiento de algunosaristócratas y sin incluir enseñanzas de tipo moral .10

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Si bien el lector que se postula en El lazarillo de ciegos caminantes no esel de la aristocracia, también se resalta en varias ocasiones su condiciónde obra escrita para la diversión, diciendo que se mezclan 'algunasjocosidades', siguiendo el estilo del visitador Carrió de la Vandera paraentretener a los caminantes."

Aunque citan un público concreto (la aristocracia en Estebanillo y loscaminantes en El lazarillo de ciegos caminantes) a quien se dirigefundamentalmente el libro, otro aspecto que muestra una coincidenciaentre los dos textos es precisamente la pluralidad de lectores posibles quese conciben para ellos. Así, en el Estebanillo se indica la existencia dedeterminados aspectos de la obra que serán particularmente atractivospara ciertos tipos de lector:

Aquí hallará el curioso dichos agudos; el soldado batallas campales yviajes a Levante; el amante enredos amorosos; el alegre diversidad dechanzas y variedad de burlas; el melancólico epitafios fúnebres a lostiernos malogros del Cardenal Infante, de la Reina de España y de laEmperatriz María; el poeta compostura nueva y romances ridículos;el recogido en su albergue las flores de la fullería, las leyes de la gentede la hampa, las preeminencias de los picaros de jábega, las astuciasde los marmitones, las cautelas de los vivanderos; y finalmente, losprodigios de mi vida, que ha tenido más vueltas y revueltas que ellaberinto de Creta.12

Se puede apreciar entonces que el narrador intenta dirigir su narrativaa unos lectores concretos, concebidos en términos de varias categoríasreceptivas: viveza mental y deseo de conocer; situación sentimental;disposición psicológica y predilecciones literarias; y, finalmente, el espaciofísico y mental desde el que el lector enclaustrado se aproxima a losepisodios de su vida."

También en El lazarillo de ciegos caminantes se hace referencia a variostipos de lectores. Después de indicar que se dirige a la gente del hampa,el narrador dice:

Ya sean de espada, carabina y pistola, ya de bolas, guampar y lazo.Hablo, finalmente, con los cansados, sedientos y empolvadoscaminantes, deteniéndolos un corto espacio, a modo de epitafio, desepulcro, panteón o cenotafio.

No porque mi principal fin se dirija a los señores caminantes, dejaréde hablar una u otra vez con los poltrones de ejercicio sedentario, y enparticular con los de allende el mar, por lo que suplico a los señoresde aquende disimulen todas aquellas especies que se podían omitir,por notorias, en el reino.14

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Se observa una división entre los caminantes, según las armas que lleven(lo que indica su condición social y su origen étnico), y otra entre lossedentarios a un lado u otro del Atlántico. Estos 'poltrones sedentarios'presentan una relación indudable con el 'recogido en su albergue' de quehabla el Estebanillo. Gracias a la narración de la Vida, el 'recogido en sualbergue' tiene acceso a otras esferas sociales, con su forma de hablar y deactuar.15 En El lazarillo de ciegos caminantes, por su parte, también los'poltrones sedentarios' pueden conocer unos territorios lejanos gracias ala mediación del texto que tienen delante. Los dos textos se ofrecen aeste tipo de lectores como substitutos para la experiencia directa. Se vuelvea resaltar así el carácter de verdad que ambas narraciones aseguran poseerfrente a otras obras de la picaresca.

La pluralidad de lectores que se citan en las dos obras lleva consigootra característica: la incorporación de otros géneros y modelos a lasnarraciones de las dos obras. Además del modelo de la autobiografíapicaresca, Spadaccini y Talens señalan para el Estebanillo la incorporaciónde las siguientes formas: vidas de soldados, el arquetipo del bufón, librosde viaje, baladas humildes, la tradición de la moria, poesía platónica,poesía gongorista, poesía mural, y el cuento folklórico.16 También en Ellazarillo de ciegos caminantes, además de los libros de viaje, se puederastrear la presencia de la picaresca, la novela pastoril, la crónica de Indias,el diálogo renacentista y las descripciones geográficas.

De esta manera, los dos textos se presentan como híbridos que cuentancon la presencia de un picaro, aunque expanden su esfera de operacióncon respecto a otros libros de la picaresca.17

Otro aspecto que muestra una semejanza entre las dos obras es que alos lectores no se les informa cómo leer e interpretar los varios discursosque se incorporan en los dos textos. Los narradores se limitan a indicarla presencia de bromas mezcladas con verdades. Así, pueden aplicarse alos dos textos las palabras que Spadaccini y Talens dedican al Estebanillo:

The recollected happenings of his Vida y hechos remind the impliedreader (the 'recogido en su albergue') that Estebanillo's function asnarrator is not to preach about good and evil; that, while the readingof his Vida y hechos might be undertaken with the notion of gainingexperience that would not be possible otherwise, this mediatedexperience is partial and, as such, requires a coherence attainable onlywithin the sphere of critical, constructive reading [...], one throughwhich the reader transforms the universe evoked by the narrator. If itis true that the text itself intends to guide the reception of its individualparts and of the whole, it is never a question of an explicit attempt tototalize experience.18

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En los dos textos las bromas y la diversión aparecen mencionadas comoalgo necesario para que se entretengan los altos personajes. Ya se vioanteriormente que el visitador Carrió de la Vandera, quien es retratado entodo momento con una serie de cualidades serias y positivas en elcumplimiento de su deber, tiene una actitud jocosa cuando escribe. Estajocosidad se confirma en los diálogos de la obra. Igualmente, la primera vezen que aparece Piccolomini en la narración del Estebanillo se dice de él:

Habiéndose informado del capitán las partes y méritos que en míconcurrían, se holgó de tener un rato con quien poderse entretener,que no siempre estuvo César venciendo batallas, ni Pompeyoconquistando reinos, ni Belisario sujetando provincias, que hay tiemposde pelear y tiempos de divertirse.19

Todavía un elemento más que pone en relación a los picaros de las dosobras es que, a diferencia del Lazarillo de Tormes o el Guzmán, lasnarraciones que se nos presentan no tienen el sentido de confesión orelato ejemplar. El picaro acepta su vida y sus hechos sin vergüenza niarrepentimiento.20 En las dos obras asume su condición social y se limitaa ser un observador de la realidad que le circunda.

Recapitulando lo dicho hasta ahora, se pueden trazar conexiones entrelas dos obras en cuanto a que presentan un protagonista con rasgos de lapicaresca, describen su propio texto como una narración verdadera, nose dirigen al lector en términos muy elogiosos, están escritas para ladiversión, ofrecen una pluralidad de posibles lectores, incorporan otrosgéneros a la narración, no intentan totalizar la experiencia para loslectores, muestran a personajes de la aristocracia en actitud jocosa y notienen un sentido claro de ejemplaridad en la narración. A pesar de todasestas características comunes, las diferencias entre las dos obras sontambién palpables. La más evidente se refiere al tipo de narración que seofrece. Si El lazarillo de ciegos caminantes es un relato de viajeprotagonizado por otra persona distinta al narrador, el Estebanillo es elrelato de la propia vida del narrador. Por esta razón, cuando Estebanillose ve envuelto en varios acontecimientos militares y políticos, destacaciertos episodios de la guerra, pero no como lo haría un cronista sinomás bien para hacer reír a los héroes mismos de la guerra. De esta manerarechaza en su narración la ordenación de los hechos a la manera de lascrónicas, y deja 'los sucesos de aquella campaña para el cronista a quienle competen'.21 En cambio, El lazarillo de ciegos caminantes presenta unnarrador que se atribuye una función que no le corresponde ni por sueducación ni por su condición social, la de escribir una relación de viaje.Por esta razón, Concolorcorvo se convierte en un bufón a pesar suyo,pues muestra su ignorancia al escribir un libro desigual que incluye unaserie de digresiones y de anécdotas que no se adecúan a las convencionesdel género.

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El lazarillo de ciegos caminantes, en conclusión, hace uso de lascaracterísticas de la novela picaresca y en especial del Estebanillo parasus propósitos. De esta obra utiliza especialmente su presentación comorelato verdadero escrito para la diversión por un narrador de condiciónsocial baja. Se trata de un tipo de narración que puede prestarse a todotipo de jocosidades sin necesidad de comprometer necesariamente la verdadde lo narrado. Esta procede de las supuestas 'memorias' escritas por elvisitador Carrió de la Vandera, aunque se vea distorsionada de algunamanera por la condición del narrador.

El tipo de narración aquí descrito se adapta perfectamente a lospropósitos de Carrió de conseguir un cargo más alto en la administracióncolonial. Así, Carrió podía escribir una narración destinada a resaltar susméritos delante de la corona, en lugar de escribir un seco informe quediera cuenta de su viaje. Con este procedimiento consigue dar una imagenmuy positiva de sí mismo, introduciendo todo tipo de digresiones dondepudiera exponer sus conocimientos, pero al mismo tiempo puede hacerlode una manera más disimulada, ya que la presentación de su propiafigura se hacía de una manera indirecta y serio-cómica, aparentementedestinada a un grupo de lectores más amplio. Cuando la administracióncolonial le acuse más tarde de haber escrito un libro para atacar a susenemigos, Carrió podrá decir que sólo pretendió hacer un libro divertido,sin aludir a nadie. No obstante, parece claro que el despliegue de sufigura en la narración adquiere unas características tan elevadas que nadiepodía competir con él.

Mucho se ha escrito acerca de las posibles claves cifradas que existenen la narración de El lazarillo de ciegos caminantes, y que justificaríanque la obra se publicara en una imprenta clandestina con un pie deimprenta falso. Sin embargo, más que buscar posibles referencias en eltexto contra los enemigos de Carrió de la Vandera, creo que es másproductivo ver el uso que se hace de ciertas estructuras para realzar lafigura del visitador. Los paralelismos que se encuentran en El lazarillo deciegos caminantes con textos de la picaresca, no son un simple recurso ala jocosidad, sino que abren unas posibilidades para ocuparse de ciertostemas que serían impensables en otro tipo de narración.

NOTAS

1 Alonso Carrió de la Vandera, El lazarillo de ciegos caminantes, editado porEmilio Carilla, (Barcelona: Labor, 1973), p.29; Richard A. Mazzara, 'SomePicaresque Elements in Concolorcorvo's El lazarillo de ciegos caminantes1,Hispania 46 (1963), 323-27; Segismundo Woisky, 'El léxico americano enEl lazarillo de ciegos caminantes', en Manuel Criado de Val (ed.), Lapicaresca: orígenes, textos y estructuras: actas del I Congreso Internacionalsobre la Picaresca, Publicaciones de la Fundación Universitaria Española:

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Documentación actual, 8 (Madrid : Fundación Universitaria Española,1979), pp.1013-30.

2 Carrió, El lazarillo de ciegos caminantes, p.116.' Véase Nicholas Spadaccini and Jenaro Talens (eds.), Autobiography in

Early Modern Spain (Minneapolis: Prisma Institute, 1988).4 Ibid., p.466.5 Vida y hechos de Estebanillo González, hombre de buen humor, compuesto

por él mesmo, editado por Nicholas Spadaccini y Anthony N. Zahareas,2 vols (Madrid: Castalia, 1978), II, 133-34.

6 Ibid., II, 33; Spadaccini and Talens, Autobiography, p.27.7 Véase Enrique Rodrigo, 'El lazarillo de ciegos caminantes como libro de

viaje' (Diss. University of Michigan, 1991), pp.100-168 Véanse Estebanillo González, II, 133, y El lazarillo de ciegos caminantes,

pp.99-100.9 Estebanillo González, II, 135.10 Véase Spadaccini and Talens, Autobiography, p.28.11 Carrió, El lazarillo de ciegos caminantes, p.117.12 Estebanillo González, II, 136.13 Véase Spadaccini and Talens, Autobiography, p.29.14 Carrió, El lazarillo de ciegos caminantes, pp.99-100.15 Véase Spadaccini and Talens, Autobiography, p 30.16 Ibid., pp.30-31.17 Ibid., p.31.18 Ibid..19 Estebanillo González, II, 331-32.20 Véase Spadaccini and Talens, Autobiography, pp.38-39.21 Estebanillo González, II: 393. Véase también Spadaccini and Talens,

Autobiography, p.49.