Actitud de los médicos en Venezuela ante los Testigos de Jehová

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Actitud de los médicos en Venezuela ante los Testigos de Jehová Dr. Augusto León C

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ACTITUD DE LOS MÉDICOSANTE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

Vol. 106, Nº 2, junio 1998264

Actitud de los médicos en Venezuelaante los Testigos de Jehová

Dr. Augusto León C

Individuo de Número

Gac Méd Caracas 1998;106(2):264-275

7. Comentario final

8. Referencias

Preámbulo

La Sociedad de los Testigos de Jehová es muyreciente. Su fundación data del último tercio delsiglo XIX. Su fundador, el norteamericano CharlesRussell, nació en 1852. Sus padres, presbiterianos,le educaron en el protestantismo calvinista. Carecíade conocimientos filosóficos. Su profesión fue elcomercio. Apoyado en la Biblia, predijo en 1874que cuarenta años después comenzaría el milenio dela paz de Cristo. Los cuarenta años se cumplieron en1914. Ante tan manifiesto fracaso, Russell y luegosu sucesor, Rutherford, hicieron nuevos cálculos ycorrecciones complementarias y afirmaron que elmilenio se iniciaría en 1918 o en 1925. Como no secumplieron estas previsiones sus discípulos hanoptado por no señalar fechas (1).

El nombre de la Sociedad no es correcto, puestoque la verdadera traducción del nombre de Dios(Exodo, 3, 14) es Yahvé y no Jehová. Se afirma queJehová, como traducción de Yahvé es debido a laversión errónea de King James (2).

En la actualidad, la Sociedad de los Testigos deJehová tienen una vasta organización en el mundoentero. No han obtenido la legalización en 11 países,entre ellos Cuba y Rusia.

Para la Iglesia Católica la doctrina de los Testigosde Jehová se basa en una selección arbitraria de lostextos de la Sagrada Escritura, de los que se eliminano deforman las ideas fundamentales de la enseñanzade Cristo y de sus apóstoles (3). Para sus opositoreses un error reducir todos los argumentos a palabrasaisladas. Éstas no pueden interpretarse sólo por laetimología, sino que deben serlo por el sentido quetuvieron en el momento de emplearse. Para

1. Preámbulo

2. Antecedentes

3. Disposiciones ético/legales vigentes en Vene-zuela, aplicables al problema de los Testigos deJehová.

- Constitución Nacional

- Código de Deontología Médica

- Ley de Ejercicio de la Medicina

- Ley Tutelar de Menores

- Ley Aprobatoria de la Convención sobre losDerechos del Niño.

4. Declaraciones Internacionales

- Declaración Universal de los Derechos Humanos

- Declaración de los Derechos del Niño de laUNESCO.

- Declaración de los Derechos del Paciente de laAsociación Americana de Hospitales.

- Declaración de los Derechos del Niño de laAsociación Nacional de Hospitales Pediátricos eInstituciones Afines.

5. Decisiones foráneas concernientes a los Testigosde Jehová.

6. Conducta apropiada entre nosotros. Análisis desituaciones concretas

- Pacientes adultos sin hijos

- Pacientes adultos con hijos menores de edad

- Pacientes embarazadas

- Hijos menores de edad

Leído en la Academia Nacional de Medicina.

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interpretar palabras bíblicas habrá que tener encuenta el momento y ambiente histórico en que sepronunciaron. Para la Iglesia Católica el erroraumenta al extremo de extender al Nuevo Testamentoel significado que las palabras tienen en el AntiguoTestamento. Este último no define todos los aspectosy matices de la revelación divina, la cual haprogresado hasta llegar a su plenitud en el NuevoTestamento.

Los Testigos de Jehová expresan respetarprofundamente la vida. Esta es una de las razonespor las cuales no fuman, no usan drogas que producenhábito, ni procuran el aborto. Su estudio de la Bibliales ha enseñado a ver la vida como algo sagrado,algo que debe protegerse y que ellos deben conservartanto para sí mismos como para sus hijos. La posiciónque adoptan, al rechazar la transfusión de sangre es,por encima de todo, religiosa; es una posiciónfundada en la interpretación que hacen de la Biblia(3,4). Los argumentos favorables y desfavorables alos Testigos de Jehová pueden hallarse en numerosaspublicaciones, algunas de las cuales utilizamos en labibliografía utilizada para esta publicación.

De acuerdo con información obtenida de laSociedad de los Testigos de Jehová —carta dirigidaal Comité Ejecutivo de la Federación MédicaVenezolana el 17-08-97— en Venezuela más de 120profesionales de la medicina forman parte de lamisma, incluidos tres pediatras, dos anestesiólogosy un hematólogo.

Los médicos nos enfrentamos a un gran reto altratar a los pacientes Testigos de Jehová, quienestienen la convicción de que su comportamientodescansa sobre sólidas creencias y están dispuestosa firmar exoneraciones legales que dejen al personalmédico y al hospital libre de toda preocupación encuanto a demandas, en el caso de que se atribuyanperjuicios al hecho de haber prescindido de latransfusión sanguínea. Para ellos es un artículo defe la prohibición de recibir sangre y en forma simul-tánea se hallan prestos a utilizar los restantesadelantos científicos de la medicina y, en formasimilar a los Calvinistas y otros Protestantes rechazanla posibilidad, en la era actual, de las curas milagrosas(5).

Es comprensible que los médicos consideremosun grave dilema el tratar a estos enfermos endeterminadas circunstancias, dedicados comoestamos, en forma tradicional a preservar la vida y lasalud de nuestros pacientes utilizando todos losrecursos que los avances científicos y tecnológicos

de la medicina ponen a nuestra disposición. De allíla importancia de encarar esta materia e intentardirectrices razonables, éticas y legales, que orien-ten el corportamiento de los médicos y restantesprofesionales de la salud.

Antecedentes

La información que a continuación se transcribe,acerca de la situación en Venezuela, se hace enorden estrictamente cronológico.

1. En la obra Ética en Medicina (6) publicada en1973, dedico al Capítulo 21 al tema “Ética yReligión”. Una sección de ésta se refiere a “lassectas religiosas”. Se analiza allí, en formapormenorizada, el problema de las transfusionesy los Testigos de Jehová en pacientes adultos ymenores de edad y se emiten recomendacionesconcretas.

2. En 1976, en mi carácter de Coordinador de laSub-comisión de Ética del Hospital Universitariode Caracas, envié a la Comisión Técnica de dichainstitución un ensayo para ser discutido por lasCátedras y Departamentos respectivos antes delograr su aprobación final. Analizaba el problemade las transfusiones y los Testigos de Jehová ysugería pautas para orientar el comportamientode los médicos y del restante personal de salud dedicha institución. Luego de varias semanas sóloun departamento respondió en sentido favorablehaciendo varias sugerencias de forma. Es obvioel resultado: no logré mi objetivo.

3. El 28 de diciembre de 1976 la Federación MédicaVenezolana publ icó un Bole t ín t i tu lado“Doctrinas Religiosas y el Acto Médico” (7).Expresaba lo siguiente:

“Mediante Memorándum Nº 501 de fecha 15 dejulio de 1976 de la Secretaría de Doctrina, se remitióa la Consultoría Jurídica copia del auto dictado el31 de mayo de ese año por el Juzgado 3º de Menoresde la Circunscripción del Distrito Federal y delEstado Miranda, para que se informara al ComitéEjecutivo si esta sentencia sentaría jurisprudenciasobre el asunto, ya que de ser así se difundiría elcitado documento a los Colegios de Médicos y a losCentros de atención médica en todo el país.

La situación era la siguiente. En el HospitalPérez Carreño, del IVSS, fue admitido con gravesquemaduras un paciente menor de edad a quiendebía suministrársele una transfusión de sangre.

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Los padres del menor, por profesar la religión“Testigos de Jehová”, hicieron resistencia a laaplicación del tratamiento, invocando razonesligadas a la doctrina religiosa de la cual participan.Ante el inminente peligro que corría la vida deln iño, la Di recc ión del Hospi ta l requi r ió laintervención de los abogados del IVSS y éstos a suvez ocurrieron ante el Tribunal de Menores paraplantearle la situación y en solicitud de un pronun-ciamiento judicial que avalara la actuación de losmédicos a cuyo cargo estaba el tratamiento de lamenor.

El derecho aplicado al asunto. El Juez requeridose pronunció autorizando la transfusión y utilizódos principios de rango constitucional: el de lalibertad de cultos, con especial referencia a laslimitaciones establecidas en la propia ConstituciónNacional y el de la garantía individual de la debidaprotección al menor, desarrollada en el Estatuto deMenores. Dichos preceptos citados en el auto delTribunal se referían al artículo 65 de la ConstituciónNacional y al artículo 1º del Estatuto de Menores”.

En el Boletín a que hacemos referencia se expresaque desde el punto de vista formal, en el presentecaso, la autorización expedida por el Juez noconstituye propiamente una sentencia en el sentidotécnico del concepto y al no estar sujeto aimpugnación de parte o revisión por órganojurisdiccional de mayor jerarquía de aquel que ladictó, impide formarse un criterio sobre su valorjurisdiccional, también desde el punto de vistatécnico. En la práctica forense el caso no esfrecuente. En los Tribunales del Distrito Federal secuentan unos tres o cuatro casos más o menossemejantes al de estudio, aunque con diferentemotivación especialmente referidos a discrepanciasentre los padres u otros familiares del paciente,sobre la conveniencia o inconveniencia de que éstesea sometido a determinada operación quirúrgica.En cada oportunidad los jueces han decidido,siguiendo el criterio del médico. Cierto número decasos han sido resueltos sumarialmente, esto es,llevados los padres a presencia del Juez, quienverbalmente les ha persuadido en la forma másconveniente. En la doctrina la cuestión ha sidoampliamente comentada y normalmente se alude acasos por el estilo dentro del temario de las reunionescientíficas sobre Derecho de la Familia o Derechode Menores.

Se llegó a la siguiente conclusión: “Aunque no setrate propiamente de una sentencia que resuelve

jurisprudencialmente el punto discutido, creemosque por los pocos antecedentes existentes y por laimportancia del caso planteado, a manera deorientación general, la decisión comentada y laopinión de esta Consultoría deben hacerse conocerde los médicos y las organizaciones gremiales. LaConsultoría Jurídica comparte plenamente ladecisión y los fundamentos contitucionales y legalesen que ella se basa”.

En la sección de esta publicación relativa a losaspectos ético-legales se transcribe el contenido delos artículos 65 de la Constitucion Nacional y Nº 1del Estatuto de Menores.

4 El 18 de febrero de 1993 recibimos en la ComisiónAsesora de Ética de la Federación MédicaVenezolana, la petición de la Secretaría deDoctrina para que emitiéramos nuestro criterioen relación con los “Testigos de Jehová. El 30 demarzo del mismo año dimos respuesta (CEM049), transcribiendo en forma literal la sección“Los Testigos de Jehová” de mi publicación (8).

5. El Comité de Ética del Decanato de la Facultadde Medicina de la Universidad Centrooccidental“Lisandro Alvarado”, elaboró recientemente, el15 de mayo de 1996, un “Protocolo para laatención de personas (o sus hijos) que pertenezcana la Organización Testigos de Jehová y ameritenel uso de sangre o sus derivados”. La elaboraciónde dicho protocolo se hizo a partir de un Foro“con part ic ipación de médicos, abogados,sacerdotes, laicos católicos y miembros de laOrganización “Testigos de Jehová”. Es un exce-lente documento, en el cual se analizan lassituaciones susceptibles de presentarse en lapraxis diaria, la conducta (sobre bases éticas ylegales) que debe adoptarse y las modalidadesterapéuticas, incluyendo el uso de terapiasalternativas. Concluyen sugiriendo el mantenerun directorio telefónico actualizado corres-pondiente a los Jueces, Procuradores de Menoresy Comités de Enlace con los Hospitales para losTestigos de Jehová.

6 Los Servicios de Informacion sobre Hospitalesde la Sociedad de los “Testigos de Jehová”elaboraron un protocolo para la atención médicade los pacientes que rechazan la hemoterapia.Analizan determinados artículos del Código deDeontología Médica, Ley de Ejercicio de laMedicina, Constitución Nacional y Ley Tutelarde Menores, entre otros. No hacen mención dedeterminados artículos de los instrumentos

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citados, manifiestamente adversos a las prácticasque preconizan.

Disposiciones ético/legales vigentes en Venezuelaaplicables al problema de los Testigos de Jehová

1. Constitución Nacional (9)

• Artículo 58. “El derecho a la vida es invio-lable...”

• Artículo 65. Todos tienen el derecho a profesarsu fe religiosa y de ejecutar su culto, privada opúblicamente, siempre que no sea contrario alorden público o a las buenas costumbres. Elculto estará sometido a la suprema inspeccióndel Ejecutivo Nacional, de conformidad con laley. Nadie podrá invocar creencias o disciplinasreligiosas para eludir el cumplimiento de lasleyes ni para impedir a otros el ejercicio de susderechos”.

• Artículo 74. “La maternidad será protegida, seacual fuere el estado civil de la madre. Se dictaránlas medidas necesarias para asegurar a todo niño,sin discriminación alguna, protección integral,desde su concepción hasta su completo desarrollo,para que éste se realice en condiciones materialesy morales favorables”.

• Artículo 76. “Todos tienen derecho a la protec-ción de la salud. Las autoridades velarán por...”.

2. Código de Deontología Médica (10)

• Artículo 1. “El respeto a la vida y a la integridadde la persona humana… constituye en todas lascircunstancias el deber primordial del médico”.

• Artículo 3. “En el ejercicio de sus obligacionesprofesionales el médico no hará distinción porrazones de religión, nacionalidad o raza, ni poradhesión a partidos o posición social”.

• Artículo 15. “El médico no expondrá a suspacientes a riesgos injustificados. Pedirá suconsentimiento para aplicar los procedimientosdiagnósticos y terapéuticos que considere indis-pensables y que pueden afectarlo física opsíquicamente”.

• Artículo 46. “Cuando se trata de menores deedad, siempre que no fuera posible localizar deinmediato a sus representantes legales y cuandola gravedad del caso o la preservación de la saludpública lo requiera, los profesionales de lamedicina pueden practicar exámenes clínicos,

tomar, en caso de excepción, o hacer tomar yanalizar muestras, ejecutar pruebas con fines dediagnóstico o de indicación o comprobación dela terapéutica que consideren necesaria y realizarintervenciones quirúrgicas, sin autorizaciónprevia de sus representantes legales. A la mayorbrevedad tratarán de localizar a los representanteslegales, a quienes informarán detalladamentesobre su actuación y sobre los motivos de lamisma”.

• Artículo 49. “El médico puede negarse a prestarasistencia cuando se haya convencido de que noexisten las relaciones de confianza indispen-sables entre él y el paciente, a condición deadvertir de ello al enfermo, a sus familiares oallegados y asegurar la continuidad de loscuidados y proporcionar todos los datos útiles almédico que le sustituya”.

• A rtículo 50. “Si el enfermo debidamenteinformado se niega a un examen o al tratamientopropuesto, el médico puede declinar su actuaciónen las mismas condiciones previstas en el artículoanterior”.

• Artículo 68. “Si el médico cree que el niño puedeser capaz de alcanzar mediante el tratamientouna vida normal y los padres expresan sudesacuerdo, debe solicitar la intervención deltribunal correspondiente. La posibidad deinfringir los principios religiosos de los padres,si es que existe ese factor, es responsabilidad dela ley, no del médico (Subrayado nuestro).

• Artículo 69 (numerales 4 y 8). “El enfermo tienederecho a recibir la información necesaria paradar un consentimiento válido (libre), previo a laaplicación de cualquier procedimiento diag-nóstico o terapéutico... rehusar determinadasindicaciones diagnósticas o terapéuticas, siempreque se trate de un adulto mentalmente competente;al derecho a la autodeterminación no puede serabrogado por la sociedad a menos que el ejerciciodel mismo interfiera los derechos de los demás.Si tal decisión pone en peligro la vida del enfermo,debe el médico exigir la presencia de testigos queden fe de la decisión del mismo y anotar lainformación pertinente en la correspondientehistoria clínica” (Subrayado nuestro).

3. Ley de Ejercicio de la Medicina (11)

• Artículo 24. “La conducta del médico se regirásiempre por normas de probidad, justicia y

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dignidad. El respeto a la vida y a la personahumana constituirá, en toda circunstancia, eldeber principal del médico; por tanto asistirá asus pacientes atendiendo sólo a las exigencias desu salud, cualesquiera que sean las ideas religiosaso políticas y la situación social y económica deellos” (Subrayado nuestro).

• Artículo 25 (numerales 2 y 3). “Sin perjuicio delo que establezcan las disposiciones legalesvigentes, los profesionales que ejerzan lamedicina están obligados: a) a respetar la voluntaddel paciente o de sus representantes manifestadapor escrito cuando éste decide no someterse altratamiento y hospitalización que se hubieraindicado. Esta circunstancia deja a salvo laresponsabilidad del médico. Sin embargo, lavoluntad del paciente no podrá prevalecer encaso en que están interesados la salud y el públicoconforme a la Ley...; b) actuar en forma acordecon las circunstancias y conocimiento científicosque posean en los casos de inconsciencia y deurgencia médica que puedan constituir evidentepeligro para la vida de éstos”.

• A rtículo 33. El texto de este artículo esenteramente similar al del artículo 46 del Códicode Deontología Médica.

4. Ley Tutelar de Menores (12)

• Artículo 1 (numeral 11). El Estado facilitará losmedios y condiciones necesarios para que seproteja al menor contra las prácticas o enseñanzasque puedan fomentar la discriminación o laintolerancia religiosa”.

• Artículo 147 (numeral 3). “Son atribuciones delos Jueces de Menores oir, atender y resolver lasquejas y denuncias que se formulen con respectoa maltratos, reclusiones indebidas, exceso en lacorrección, castigos exagerados, corrupción otodo otro hecho que exponga la vida o la salud...del menor” (Subrayado nuestro).

• Artículo 151 (numerales 1 y 2). “Son atribucionesde los Procuradores de Menores: velar por larecta aplicación de las normas de protección almenor... hacer valer los derechos del menorcuando éste se encuentre en situación irregular ocuando sus derechos no fueran ejercidos por faltao negligencia de sus representantes legales”.

5. Ley aprobatoria de la Convención sobre losDerechos del niño (13)

• Artículo 1. “Para los efectos de la presenteConvención, se entiende por niño todo ser humanomenor de dieciocho años de edad, salvo que, envirtud de la ley que le sea aplicable, hayaalcanzado antes la mayoría de edad”.

• Artículo 2. Los Estados Partes respetarán losderechos enunciados en la presente Convencióny asegurarán su aplicación a cada niño, sujeto asu jurisdicción, sin distinción alguna, indepen-dientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma,la religión...”

• Artículo 6. “Los Estados Partes reconocen quetodo niño tiene derecho intrínseco a la vida. LosEstados Partes garantizarán en la máxima medidaposible la supervivencia y el desarrollo del niño”.

• Artículo 12. “Los Estados Partes garantizarán alniño, que está en condiciones de formarse unjuicio propio, el derecho de expresar su opiniónlibremente en todos los asuntos que afectan alniño, teniéndose debidamente en cuenta lasopiniones del niño, en función de la edad ymadurez del niño.

Con tal f in se dará en particular al niño,oportunidad de ser escuchado en todo proce-dimiento judicial o administrativo que afecte alniño, ya sea directamente o por medio de unrepresentante o de un órgano apropiado, enconsonancia con las normas de procedimiento dela ley nacional”.

• Artículo 14. “Los Estados Partes respetarán elderecho del niño a la libertad de pensamiento, deconciencia y de religión... La libertad de profesarla propia religión o las creencias estará sujetaúnicamente a las limitaciones prescritas por laley que sean necesarias para proteger la seguridad,el orden, la moral o la salud públicos o losderechos y libertades fundamentales de losdemás”.

Declaraciones Internacionales

1. Declaración Universal de los Derechos Humanos(14)

• Artículo 2. “Toda persona goza de los derechosy libertades proclamados en esta Declaración,sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,religión, opinión política o de cualquier otraíndole, origen nacional o social, posición

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económica, nac imiento o cua lqu ier o t racondición”.

• Artículo 8. “Toda persona tiene derecho a unrecurso efectivo, ante los tribunales nacionalescompetentes, que la ampare contra actos queviolan sus derechos fundamentales reconocidospor la constitución o la ley”.

• Artículo 18. “Toda persona tiene derecho a lalibertad de pensamiento, de conciencia y dereligión, este derecho incluye la libertad decambiar de religión, de creencia, así como lalibertad de manifestar su religión o su creencia,así individual o colectivamente, tanto en públicocomo en privado por la enseñanza, el culto y laobservación”.

2. Declaración de los derechos del niño de laUNESCO (15)

• Principio 10. “El niño debe ser protegido contralas práct icas que puedan fomentar ladiscriminación racial, religiosa o de cualquierotra índole”.

3. Declaración de los derechos del paciente de laAsociación Americana de Hospitales (16)

• Artículo 4. “El paciente tiene derecho a rehusarel tratamiento, hasta donde las regulacioneslegales lo permitan y ser informado de lasconsecuencias de su acción”.

4. Declaración de los derechos del niño de laAsociación Nacional de Hospitales Pedriáticos eInstituciones afines (17)

• Artículo 7. “Toda persona, independientementede su edad, debe gozar del derecho a la atenciónmédica inmediata cuando su vida o su salud sehallan en peligro inminente. La calificación delpeligro inminente es decisión exclusiva delmédico tratante, quien decidirá el tratamientoque deberá indicarse y bajo cuáles circuns-tancias”.

• Artículo 9. “Cuando un niño ha sido examinadoo se halla bajo tratamiento de un médico calificadoy en opinión de éste el niño requiere atenciónmédica inmediata y el padre o representante le-gal de este ú l t imo rehusa suminist rar e lconsentimiento solicitado, el médico debenotificar a la corte juvenil. La corte juvenilnombrará de inmediato un guardián ad litem

quien representará a partir de entonces losintereses del niño. La corte determinará, sobre labase de la opinión médica y otros testimoniosrelevantes, y en beneficio de los mejores interesesdel niño, si el tratamiento médico se realiza o serechaza”.

Decisiones foráneas concernientes a los Testigosde Jehová

El rechazo a la transfusión de sangre por razonesreligiosas deriva de la autonomía de la persona y dela libertad religiosa.

Benjamín Cardozo, Juez de la Corte Suprema deJusticia de Nueva York sentenció: “Todo adultomentalmente competente tiene derecho a decidir loque se hará con su cuerpo y el cirujano que realizauna intervención quirúrgica sin el consentimientodel enfermo, puede ser demandado por interferenciacon la intimidad del mismo” (18). Cito a continua-ción tres ejemplos relacionados con la mencionadasentencia.

a. La Corte Superior del Estado de Nueva Yorkrehusó homologar el rechazo a la transfusión conel suicidio. A pesar de que las posibilidades demorir sin la transfusión eran grandes, la Cortedecidió a favor de la autodeterminación delenfermo: “Es el individuo, sujeto de una decisiónmédica, quien tiene la última palabra…; estaconcepción debe mantenerse en un sistema degobierno que suministre la mayor posibilidad deprotección al individuo en el cumplimiento desus deseos”. En este caso la decisión obedeció ala competencia mental del sujeto sin considerarsus objeciones de orden religioso (19).

b. Otro caso muy comentado fue el de una pacienteque durante 17 años había vivido en hogares paraancianos y había sufrido dos intervencionesquirúrgicas por gangrena de una extremidad.Cuando los médicos plantearon que la amputaciónera la única medida salvadora, la paciente senegó. El Juez defendió el derecho del enfermo aruhusar. “No es prerrogativa de esta Corte eltomar decisiones por un adulto mentalmentecompetente cuando éstas conciernen a seguirviviendo o morir” (20).

c. En la obra “Eustanasia”, en el capítulo tituladoMorir en Paz (21) describo los casos de trespersonajes célebres, en quienes se respetó suderecho a morir, independiente de conviccionesreligiosas: George Washington, Sigmund Freud

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y Charles Lindbergh.

Pero es diferente cuando el rechazo de un adultomentalmente competente concierne sólo a su per-sona y cuando su negativa se extiende a una personadependiente de él, tal como un hijo o la esposainconsciente.

Razones históricas, culturales y legales reconocenlos derechos y responsabilidades de los padres encuanto a las dec is iones que puedan tomarconcernientes a la salud de sus hijos. Con muypocas excepciones los derechos de la familia apreservar su in t imidad se han cons ideradoinviolables. A través de los años, sin embargo, laley ha introducido límites a la autoridad absoluta delos padres. El abuso infantil y la negligencia hanproducido legislaciones especiales para prevenir eldaño causado por el comportamiento irresponsablede los padres.

Algunos médicos aceptan los derechos de losenfermos siempre que no limiten su capacidad deacción. Expresan: “es un derecho o mejor requisito,para el cabal ejercicio de mi profesión, no serconstreñido a limitar mi acción terapéutica cuandoésta es requerida para lograr el bienestar o la vidadel enfermo”. Son puntos de vista controvertibles yluce legítimo el conflicto de intereses.

Los que así piensan prefieren dejar en manos deotros —y ello es ético y lícito— la responsabilidadde atender al enfermo. Otros médicos aceptan lanegativa del enfermo a la transfusión sanguínea yutilizan la amplia gama de recursos de que se disponeen la actualidad (hipotermia, acarreadores de O

2 y

otros “sustitutos” para la sangre), citados en elInforme del Comité de Ética de la Facultad deMedicina de la Universidad “Lisandro Alvarado”.

Otros médicos ocurren al expediente altamentereprochable de engañar al enfermo: aceptan elrechazo del mismo a la transfusión y ocurren a éstadurante la intervención quirúrgica. Calificamos dereprochable esta actuación porque la relaciónmédico/paciente es una relación fiduciaria, fundadaen la confianza, en la buena fe de ambas partes, locual difiere ampliamente de la actuación del médicoque, ante una situación grave e inesperada, invoca elestado necesidad. Este aspecto se describe másadelante.

Muchas de las reacciones presentadas por perso-nas con convicciones religiosas, residen en lasrelaciones entre el pecado y lo que sucedería luegode su muerte. Para los Testigos de Jehová aceptar la

transfusión es sinónimo de grave pecado. De allíque los miembros de esta secta rehusen la transfusiónporque les disminuiría o eliminaría la posibilidad delograr la inmortalidad (22).

En el dominio de la ética nos enfrentamos anumerosos problemas de carácter médico/legal. Paraalgunos “todo lo que puede hacerse debe hacerse”.La respuesta correcta es diferente: “la capacidadtecnológica para hacer algo no es garantía del derechoo legalidad de lo que se hace”. Irónicamente,decisiones recientes en algunos países permitenrealizarse —y a veces compelen— prácticas médicastradicionalmente consideradas inmorales por suspracticantes, tales como la necropsia en judíosortodoxos o el aborto en grupos católicos (23).

Los padres no tienen derecho, sobre la base dedoctrinas religiosas o de cualquier otra índole, anegar el necesario tratamiento médico a sus hijos.El Estado tiene el derecho, bajo la doctrina delparens patriae de asumir la tutela (amparo) del niñoy ordenar el cumplimiento del tratamiento requerido.El simple rechazo a permitir el tratamiento médicose considera negligencia. En situaciones que noconstituyan emergencia no se puede objetar ladecisión de los padres, al menos que se preveanserias consecuencias para el niño. La regla generales que el niño, en situación inmediata o próxima depeligro, es víctima de negligencia —de acuerdo conel significado legal atribuido a este término—, si suspadres no proveen el tratamiento requerido. Elpadre, cuyo hijo fallece como consecuencia deldeliberado rechazo al tratamiento médico puede seracusado de homicidio culposo y al hecho de que talcomportamiento derive de creencias religiosas seconsidera irrelevante (24).

A continuación describo algunas situacionessumamente ilustrativas en lo relativo a la materiaque tratamos.

a. Una mujer soltera, de 32 años, sufrió graveslesiones durante un accidente automovilístico.Los médicos certificaron que sin la intervenciónquirúrgica ineluctablemente moriría y querequería con urgencia transfusiones de sangre.La paciente, Testigo de Jehová, se negó. Deacuerdo con la petición de los médicos, el Juezordenó la realización de ambos procedimientos:“No existe un derecho constitucional que pres-cribe que la fe religiosa autoriza la muerte, lascreencias religiosas pueden ser absolutas, pero laconducta conforme con una creencia religiosa no

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equivale a inmunidad ante las restriccionesimpuestas por la ley” (25).

b. En 1944, por decisión de la Corte Suprema deJusticia de Estados Unidos, se decidió que “lospadres se hallan en libertad de convertirse enmártires si así lo desean, pero ello no implica quese hallan en libertad de convertir en mártires asus hijos” (26).

c. Un caso famoso es el de los Testigos de Jehová yla Corte Suprema de Justicia del Distrito Colum-bia en Estados Unidos. El Juez hizo la distinciónentre ser adulto y ser niño en lo relativo aelecc iones médicas. Decl inó ordenar latransfusión para la madre moribunda, pero laordenó para el niño, contraviniendo los deseosde la primera”.

d. La Corte de Apelaciones del Distrito de Colum-bia recibió la petición de autorización pararealizar transfusiones de sangre en una mujer de25 años, Testigo de Jehová y madre de un niño desiete meses, quien había sufrido una violentahematemesis. Tanto el la como el maridorehusaron la transfusión. La decisión opuesta dela Corte se basó en tres aspectos: la paciente noera competente para tomar tal acción, lo cualpermitió a la Corte homologar su situación a lade un menor de edad; invocó el parens patriaepara prevenir —ante la posibilidad de su muerte—el abandono del hijo y, finalmente, expresó: “lamuerte de la paciente coloca en entredicho elrecto juicio profesional y las habilidades demédicos y hospital, lo cual podría exponerlos ademandas por responsabilidad criminal” (27).

e. El año siguiente, 1965, sobre la base delprecedente anterior, se obligó al padre de cuatromenores de edad a recibir transfusiones de sangrea pesar de sus objeciones de carácter religioso.En este caso no se puso en duda la competenciadel enfermo. Más bien la Corte planteó el interésdel Estado en preservar el respeto por el juicioprofesional y no exigir a los médicos lo que escontrario a su responsabilidad profesional (26).

f. En mi obra “Etica en Medicina” (6) al tratar eltema de las sectas religiosas y los aspectos ético-legales”, narro en forma detallada una situaciónque dió lugar a la adopción posterior, por otrosjueces, de conducta similar.

“En septiembre de 1962 la Corte del Estado deOhio recibió petición de las autoridades de un hos-pital para administrar transfusiones a un niño de tres

años, con quemaduras de 2º y 3er grado en un 40%del cuerpo, y cuyo estado se deterioraba en formaprogresiva, negándose los padres a conceder laautorización porque violaría los principios religiososde los “Testigos de Jehová”.

La Corte autorizó las transfusiones basándose enuna disposición legal que reza: “con la certificaciónde uno o más médicos de reputación comprobada, laCorte puede administrar tratamientos médicos oquirúrgicos de urgencia que se consideren necesariospara proteger la vida de un niño”.

Los padres intentaron un nuevo recurso basándoseen que no existía una situación de emergencia. Elmédico tratante certificó que “aunque el niño noestaba en las puertas de la muerte”, la agravación eraprogresiva y moriría con seguridad si la transfusionno se aplicaba. La transfusión se efectuó y losresultados fueron favorables.

Es interesante conocer los argumentos esgrimidospor los padres del niño. La orden para efectuar latransfusión era anticonstitucional, a juicio de ellos,porque violaba una de las cláusulas de la Enmiendade la Constitución de los Estados Unidos. La Corterespondió que eso sería cierto en caso de que lospadres mostraran haber sido privados de la libertado del derecho de propiedad sin juicio previo. Puestoque no había evidencias de privación o de la libertad,sólo quedaba dilucidar si realmente había sidolesionado el derecho de propiedad.

La decisión de no aceptar la negativa de lospadres a que fuera practicada a su hijo una medidaterapéutica considerada como necesaria por la cienciamédica ¿viola el derecho de propiedad? ¿Pueden lospadres ejercer el derecho de propiedad en talsituación?

Los padres pueden, en determinadas circuns-tancias, privar a sus hijos del goce de la libertad.Pero, afirmó la Corte, los padres no pueden, enmomento alguno, con o sin sanción religiosa, privara sus hijos del derecho a vivir. La opinión médicaera precisa en el sentido de que la transfusión erarequerida para evitar la muerte del menor. Lospadres no tienen derecho a someter a su descendenciaa tales riesgos y, por otra parte, con la decisión de laCorte no les fue eliminado el derecho de propiedad.

El otro argumento esgrimido por los padres en unintento final para obtener cambio de opinión de laCorte fue el que la Sagrada Escritura prohibe lastransfusiones y en apoyo de esta afirmación citaronvarios pasajes bíbl icos. Tales pasajes y la

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interpretación teológica de los mismos, la cual datadel siglo XVII, escritos originalmente en lenguahebrea y griega, son bastante confusos. De cualquiermanera la decisión procedía de una Corte civil y portanto debe basar ésta su decisión en leyes civiles.Las doctrinas religiosas o dogmas, y más aún cuandoson de interpretación dudosa, no pueden esgrimirsepara objetar disposiciones legales. Los padres gozande absoluta libertad de religión. Pueden creer en loque les agrada o crean conveniente, pero los derechosde los padres terminan donde empiezan los derechosde cualquier otro. El niño es un ser humano, con unalma y un cuerpo que le pertenecen a él y tiene elderecho a vivir y a crecer sin impedimientos.Aunque un niño “pertenece” a los padres, también“pertenece” al Estado. El hecho de que pertenece alEstado, impone a este último una serie de deberes yel principal de los mismos es el relativo a losderechos de los niños a crecer con una mente sanay un cuerpo sano, sin interferencias, procedan deotra persona o de una organización. Por consi-guiente, cuando los derechos del niño a vivir y lascreencias religiosas de los padres coliden, es undeber del Estado tomar todas las disposiciones queconduzcan al mantenimiento de su seguridad per-sonal”.

Conducta apropiada entre nosotros. Análisis desituaciones concretas

Consideraré cuatro eventualidades susceptiblesde presentar en el diario ejercicio profesionalmédico.

Los argumentos que dan validez a los criteriosexpuestos se fundamentan en las numerosasdisposiciones —éticas y legales— vigentes en elpaís, las cuales se exponen detalladamente enpáginas anteriores de esta publicación.

1. Pacientes adultos sin hijos

Creo conserva plena validez lo que expresara en1973 (6):

“En el caso de un procedimiento electivo, dondeno existe urgencia, y el paciente es un adulto enplena posesión de sus facultades mentales, puedeéste ejercer el derecho a que su decisión searespetada. El médico, a su vez, puede elegir entreaceptar o rehusar la responsabilidad de continuaratendiendo al paciente. Si la renuencia del pacientees planteada cuando ya se ha establecido la relaciónmédico/paciente, el médico puede retirarse siempre

que justifique su acción ante el paciente y le de laoportunidad de obtener los servicios de otro médico.

Durante una emergencia, si el paciente, o la per-sona legalmente responsable, rehusa la adminis-tración de sangre, la situación se torna compleja. Yano hay tiempo para discutir las implicaciones médicasenvueltas en la petición y el médico no puede“abandonar” al enfermo. Lo razonable es procedercon gran cautela. Si el tiempo lo permite, debe elmédico solicitar otras opiniones y elaborar unacertificación pormenorizada de los hechos. De serposible se debe solicitar la presencia de testigos queden fe de lo sucedido y exigir la firma, en eldocumento, del paciente o de un familiar responsable.La responsabilidad del médico consistirá en describirla situación del paciente y las circunstancias bajo lascuales sus ind icac iones terapéut icas fueronrechazadas”.

Ricardo Antequera Parilli, en su obra “El Derecho,los Trasplantes y las Transfusiones (con especialreferencia a la legislación venezolana” (28) emitelos siguientes conceptos:

“La facultad de autorizar o no la transfusión desangre en el propio cuerpo, constituye un derechopersonal y que, además, si la negativa a recibir eltratamiento se funda en creencias religiosas, nosencontramos también ante el ejercicio del derecho ala libertad de cultos. Así las cosas, debemosigualmente concluir que una transfusión practicadaen el paciente que la prohibe, es ilícita.

Puede esgrimir el profesional… que actuó enestado de necesidad, causal de justificación, según lacual “no es punible el que obra constreñido por lanecesidad de salvar su persona, o la de otro, de unpeligro grave e inminente, al cual no haya dadovoluntariamente causa y que no pueda evitar de otromodo” (Código Penal, artículo 65, numeral 4).

La ilicitud del acto médico —transfusión—realizado contra la voluntad del paciente, pareceencontrar mejor ubicación en el campo del ilícitocivil, de cuyo análisis resultan las observacionessiguientes:

i. Si la intervención no fue beneficiosa, difícilmentese produciría un daño material, en razón de que elmédico podría demostrar que la transfusión nofue la causa del resultado fatal, si así hubieraocurrido, sino que de cualquier modo resultóinocua.

ii. Si gracias a la transfusión el paciente salvó la

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vida o recuperó su salud corporal, evidentementeno existe daño material que indemnizar.

iii. El daño ocasionado al paciente sería de naturalezamoral que generaría como consecuencia el dere-cho a reclamar una indemnización compensatoriadel agravio sufrido (Código Civil, artículos 1185y 1196). Sin embargo, tal indemnización estaríasujeta a las siguientes condiciones: a) la pruebade daño moral; b) la cuantificación compensatoriadel agravio; y c) el eventual alegato del médico,de que actuó conforme al dispositivo contenidoen el único aparte del artículo 1188 del CódigoCivil, según el cual: “El que causa un daño a otropara preservarse a sí mismo o para proteger a untercero de un daño inminente y mucho más grave,no está obligado a reparación sino en la medidaen que el Juez lo considere conveniente”.

2. Pacientes adultos con hijos menores de edad

En el exterior —ya lo describimos en páginasanteriores— algunos tribunales han autorizadoal personal médico y por ende a la institución, asuministrar la transfusión, sobre la base de que elEstado mantiene su legítimo interés en preservarel bienestar de los niños, justificando con ello lapreservación de la vida de los padres. Porconsiguiente, si la transfusión es rehusada, elhospital debe solicitar la autorización de un Juez.Si no se obtiene esta autorización, la transfusiónno debe realizarse.

3. Pacientes embarazadas

Algunos Tribunales de Justicia han establecidoque el bienestar del feto y el de la madre sonindisociables, lo que equivale a afirmar que no esposible hacer distinciones válidas entre ellos. Yaque los Tribunales han establecido que al Estadoconcierne la protección del feto, se infiere queapoyará a los médicos y a la institución autorizandola realización de la transfusión. El consultor jurídicodel hospital debe tramitar la autorización del Tribu-nal respectivo (29).

4. Los hijos menores de edad

En estas circunstancias el derecho de los padresde adherirse a determinadas creencias religiosasdebe ser contemplado detenidamente ante el riesgo,para el hijo, al no recibir transfusiones. La decisióndel Tribunal autorizando la transfusión aun cuandola condición del menor no es crítica se fundamenta

en el soberano poder del Estado en su carácter deguardián de personas incapaces de suministrar unconsentimiento válido. En una situación de graveemergencia el previo consentimiento de los padresno es esencial cuando hay dificultades para suobtención. La carga de la prueba de que se tratórealmente de una situación de emergencia querequirió la transfusión de sangre, descansa en elmédico tratante y en la institución.

Comentario final

El Comité Ejecutivo de la Federación MédicaVenezolana, solicitó al Presidente de la AcademiaNacional de Medicina (comunicación del 18 deseptiembre de 1997) la “revisión exhaustiva de lapetición formulada a nuestro máximo organismogremial por los representantes en nuestro país de laSociedad Testigos de Jehová, contribuyendo así lafijación de una posición al respecto”.

La exposición precedente la presenté, para sudebida consideración, a los restantes miembros de laComisión de Ética de la Academia Nacional deMedicina, la cual le dió su aprobación. En laAsamblea de la Academia del 5 de marzo de 1998, sediscutió ampliamente y fue aprobado el informe encuestión, enviando las recomendaciones del mismoal Comité Ejecutivo de la Federación MédicaVenezolana.

Resumo a cont inuac ión a lgunos de loscomentar ios que h ic iera a l comienzo de lamencionada Asamblea antes de la discusión delcitado informe.

1. Los Testigos de Jehová han contribuido a lareducción, en escala mundial, de las transfusionesinnecesarias, independientemente del argumentode carácer religioso, lo cual ha dado lugar a ladisminución de la hepatitis pos-transfusional(hepatitis A, hepatitis B, hepatitis no-A, hepati-tis no-B, hepatitis C, hepatitis delta), de lainfección por el citomegalovirus, del virus deEpstein-Barr, del virus de la inmunodeficienciahumana, de la contaminación bacteriana, porespiroquetas, y por los parásitos responsables dela malaria y la enfermedad de Chagas (30).

2. Han contribuido también a la utilización deopciones distintas a la transfusión sanguínea porparte de la profesión médica. A continuacióncito algunos ejemplos:

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a) La reducción de la presión arterial; b)hipotermia; c) hemostasis cuidadosa y técnicasoperatorias meticulosas; d) utilización de dispo-sitivos para la conservación hemática intraoperatoria(cell saver); e) transfusión autóloga con hemodiálisisy plasmaféresis; f) utilización de expansores de lavolemia; g) empleo de hemostáticos químicos y h)fármacos para pacientes con determinados padeci-mientos hematológicos (31).

3. Mediante su Organización Matriz (WatchtowerBible and Tract Society os New York), hanconstituido Comités de Enlace con los hospitalesde diversas partes del Mundo (31). Estos comitéshan coordinado sus esfuerzos con miras a reduciral mínimo las confrontaciones entre el personalmédico y los pacientes Testigos de Jehová y susfamil iares. Ayudan, además, a concertarconsultas con médicos que tienen experiencia enel tratamiento sin sangre de problemas médicos yquirúrgicos.

La Sociedad de los Testigos de Jehová en Vene-zuela, como lo mencionamos al comienzo de nuestraexposición —a través de los Servicios de Informaciónsobre Hospitales— ha elaborado un Protocolo parala atención médica de pacientes que rechazan lahemoterapia y han creado además un Comité deEnlace con los hospitales para colaborar en laatención de los pacientes Testigos de Jehová.

4. El médico debe ser receptivo con los Testigos deJehová y oir respetuosamente sus planteamientosmediante los cuales justifican su rechazo a laadministración de sangre. Adoptará la conductarecomendada en el texto de esta comunicación,la cual difiere en situaciones electivas o deemergencia.

Por ningún respecto el médico debe engañar alenfermo o sus familiares, aceptando su rechazo a latransfusión pero ocurriendo posteriormente a éstadurante el acto médico o quirúrgico.

La conducta adecuada ante la posición adversadel enfermo se describe en la sección correspondientede esta publicación, sobre la base de disposicioneséticas y legales vigentes en el país, de rigurosocumplimiento por parte de los integrantes de laprofesión médica.

REFERENCIAS

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11. Ley de Ejercicio de la Medicina, Vigente desde 1982.

12. Ley Tutelar del Menor. Gaceta Oficial Nº 2710Extraordinario del 30 de diciembre de 1980.

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“Homenaje a Lord Lister”

“Cuando a mediados de 1886 llegué a Londres,con el propósito de perfeccionar mis estudiosmédicos, portaba, entre otras recomendaciones, lasde mis honorables amigos RTC Middleton, entoncesMinistro de la Gran Bretaña residente en Caracas,quien quiso a Venezuela como a su segunda patria ycuya memoria esclarecida se mantiene siempre entrenosotros con reverente admiración, y la de mi maes-tro Dr. Adolfo Ernst, nuestro docto naturalista. Porellos conocí al Dr. John Curnow, Deán de la Facultadde King’s College y al Dr. Latley Solater, Secretariode la Sociedad Zoológica de Londres, quienesllegaron a ser mis generosos amigos y mentores enla gran metrópolis. Permitidme que tribute a todosellos en este momento un recuerdo cariñoso a sumemoria. Entonces había once Escuelas o centrosde enseñanza médica en Londres, anexas a losgrandes Hospitales como Bartholomew’s, Guy’s,Saint Thomas, London Hospital, y a otros máspequeños, como King ’s Col lege Hospi ta l ,Westiminter, Middlesex, e.

Debido a los sabios consejos de mis mencionadosamigos, por una parte, y a la férvida admiración queyo tenía por Lister, por la otra, me inscribí comoestudiante regular en King’s College Hospital. Allíestaban como Profesores Sir Joseph Lister, Wm.Playfair, Rose, Ferrier, Beale, Curnow, Wood yotros renombrados médicos. Como es sabido esteHospital está separado de la vieja institución King’sCollege, situada en el Strand, es moderno, sostenido

por contribuciones voluntarias, contaba entonces200 camas y está cerca del Law Courts, entre esecurioso barrio por su abigarrada población, situadoentre el Strand y Oxford Street.

El Dr. Curnow, el amigo franco de todos losestudiantes de King’s, me presentó personalmente aLister y desde entonces este hombre insigne metrató con una benevolencia y deferencia cada vezmayor.

Los martes y viernes eran los días en que SirJoseph practicaba operaciones en King’s. A las 21/2 en punto el portero tocaba dos golpes de campanay decía en voz alta: “Sir Joseph”. Descendía de sumodesto carruaje y apareciendo en el proscenio delhospital saludaba amablemente a un grupo demédicos extranjeros, que con frecuencia allí secongregaban y a varios estudiantes; subía hacia elprimer piso, donde estaba su anfiteatro. Vestíasiempre de levita y chaleco negros, pantalón oscuroangosta corbata negra para anudar, y sombrero decopa. Aquel hombre, cuya edad frisaba entoncescon los sesenta años, estaba ya solemnementeconsagrado por el éxito, pero en aquel momento nole llevaba “el vano prurito de alardear de docto entrelos sabios”; se dirigía a aquel anfiteatro, con lalimpieza de su vida y la calma celeste de su sabiduría,a demostrar con ingenuidad la veracidad de losprincipios que sustentaba, la solidez de su obra y sualta probidad profesional” (Rivero-Saldivia H GacMéd Caracas 1927;34:193-198).