Actitudes Que Hacen Prosperar

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ACTITUDES QUE HACEN PROSPERAR Introducción: Saludo y oración por la Palabra. Ser feliz es un anhelo muy humano. La pregunta es: ¿qué estamos dispuestos a hacer para conseguir a lo nos dará la dicha como pensamos? Demasiadas veces este deseo de ser feliz se convierte en ambición, en codicia, en agresión y observamos como el hombre obsesionado por obtener lo que anhela, no se detiene ante nada. Pero, ¿de veras se logra así? Leamos las declaraciones en Salmos 1:1-3. El TEMA de esta Palabra trata de nuestra actitud frente a Dios como el fundamento de la felicidad y del éxito . Examinaremos lo que se necesita para lograrlo con el PROPÓSITO de construir nuestro proyecto de vida sobre bases sólidas e indestructibles. 1. LA PROSPERIDAD AUTÉNTICA NO SE DESARROLLA POR MALOS CAMINOS A. El deseo por felicidad y el esfuerzo por prosperar son loables y lícitos, siempre y cuando nos mantengamos dentro de los principios de la verdad, honestidad y consideración para con los demás. Pero cuando este deseo nos conduce a “hacer lo que sea” sin cuidar la calidad moral de nuestros actos, caímos en una trampa de la que es difícil de escapar. B. Es posible que en la senda del mal se consigan riquezas, posiciones o fama, pero ¿por cuánto tiempo, con qué desenlace? No pasa día sin titulares que denuncian algún personaje que intentó llegar a la cima por mal camino. O vemos la tragedia cuando alguno en la familia la abandona para perseguir a sus propios deseos sin tomar en cuenta la desdicha de los demás. Al final, los actos malos destruyen la dicha y la prosperidad que quisimos lograr a través de ellos (v.6). 2. LA PROSPERIDAD AUTÉNTICA CRECE EN LA COMUNIÓN CON EL SEÑOR ¿De qué manera podemos esperar que nuestro reconocimiento de la autoridad de Dios y nuestra obediencia a Sus principios nos ayude en conseguir a este estado de prosperidad que tanto quisiéramos lograr? (v.2) Nos ayuda a definir en qué consiste la prosperidad verdadera. No siempre lo que más deseamos es lo que será bueno para nosotros (Stg 4:3). Nos ayuda a definir el camino correcto, el que no producirá tristeza posterior, para llegar a la meta que nos fijamos (2Co 7:10). Nos llena de Su Espíritu que es suficiente para cubrir y superar a cualquier situación de carencia o desdicha que tengamos (Fil 4:6-7) El que tiene a Dios, ¿qué más necesitará en este mundo? Nada se compara con la presencia del Señor y todo lo demás le será añadido (Mt 6:33) 3. LA PROSPERIDAD AUTÉNTICA PERMANECE

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ACTITUDES QUE HACEN PROSPERAR

Introducción: Saludo y oración por la Palabra.

Ser feliz es un anhelo muy humano. La pregunta es: ¿qué estamos dispuestos a hacer para conseguir a lo nos dará la dicha como pensamos?

Demasiadas veces este deseo de ser feliz se convierte en ambición, en codicia, en agresión y observamos como el hombre obsesionado por obtener lo que anhela, no se detiene ante nada. Pero, ¿de veras se logra así?

Leamos las declaraciones en Salmos 1:1-3. El TEMA de esta Palabra trata de nuestra actitud frente a Dios como el fundamento de la felicidad y del éxito. Examinaremos lo que se necesita para lograrlo con el PROPÓSITO de construir nuestro proyecto de vida sobre bases sólidas e indestructibles.

1. LA PROSPERIDAD AUTÉNTICA NO SE DESARROLLA POR MALOS CAMINOS

A. El deseo por felicidad y el esfuerzo por prosperar son loables y lícitos, siempre y cuando nos mantengamos dentro de los principios de la verdad, honestidad y consideración para con los demás. Pero cuando este deseo nos conduce a “hacer lo que sea” sin cuidar la calidad moral de nuestros actos, caímos en una trampa de la que es difícil de escapar.

B. Es posible que en la senda del mal se consigan riquezas, posiciones o fama, pero ¿por cuánto tiempo, con qué desenlace? No pasa día sin titulares que denuncian algún personaje que intentó llegar a la cima por mal camino. O vemos la tragedia cuando alguno en la familia la abandona para perseguir a sus propios deseos sin tomar en cuenta la desdicha de los demás. Al final, los actos malos destruyen la dicha y la prosperidad que quisimos lograr a través de ellos (v.6).

2. LA PROSPERIDAD AUTÉNTICA CRECE EN LA COMUNIÓN CON EL SEÑOR

¿De qué manera podemos esperar que nuestro reconocimiento de la autoridad de Dios y nuestra obediencia a Sus principios nos ayude en conseguir a este estado de prosperidad que tanto quisiéramos lograr? (v.2)

Nos ayuda a definir en qué consiste la prosperidad verdadera. No siempre lo que más deseamos es lo que será bueno para nosotros (Stg 4:3).

Nos ayuda a definir el camino correcto, el que no producirá tristeza posterior, para llegar a la meta que nos fijamos (2Co 7:10).

Nos llena de Su Espíritu que es suficiente para cubrir y superar a cualquier situación de carencia o desdicha que tengamos (Fil 4:6-7)

El que tiene a Dios, ¿qué más necesitará en este mundo? Nada se compara con la presencia del Señor y todo lo demás le será añadido (Mt 6:33)

3. LA PROSPERIDAD AUTÉNTICA PERMANECE

La imagen de un árbol plantado cerca de las orillas de un río explica por sí mismo la naturaleza permanente de la verdadera prosperidad.

Mientras los logros del mundo, sobre todo los mal habidos, aparecen y desaparecen, echar raíces en el Señor y Su Palabra es fuente de una dicha siempre floreciente, resistente a las sequías o tormentas que vengan. ¡No vaya detrás de las ilusiones efímeras, busque la prosperidad permanente!

Conclusión: La prosperidad auténtica, que es adquirida por buen camino y en comunión con Dios, no sólo permanece, sino se extiende pronto a todas las áreas de nuestra vida: las relaciones

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afectivas, la estabilidad económica, el reconocimiento por otras personas...!La bendición integral de Dios vendrá!

Ser feliz es un anhelo muy humano. La pregunta es: ¿qué estamos dispuestos a hacer para conseguir a lo nos dará la dicha como pensamos?

Demasiadas veces este deseo de ser feliz se convierte en ambición, en codicia, en agresión y observamos como el hombre obsesionado por obtener lo que anhela, no se detiene ante nada. Pero, ¿de veras se logra así?