Actividades para superar el miedo a los monstruos

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Gabinete Psicopedagógico “Kaposkly” c/ Fantasía Bética, 6 - 4ºB Tf: 692 42 77 01 / 956 07 63 62 [email protected] EL MIEDO A LOS MONSTRUOS 1-Le preguntaremos a Andrea qué tal ha pasado las noches en esta última semana. Le preguntaremos de nuevo por los monstruos. Qué le han dicho, qué han hecho...Vamos entonces a leerle un cuento de una niña que también ve a monstruos. Monstruos jugando al escondite Eran pasadas las 12 de la noche, Érika dormía tranquilamente en su cuna y papá se encontraba en la habitación del ordenador. Érika se había dormido apenas una hora antes y papá suspiraba aliviado porque por fin la niña empezaba a descansar. De repente Érika rompió a llorar de una forma en la que nunca papá había oído. Corrió hacia la habitación y la encontró sentada en la cuna con las mejillas surcadas por las lágrimas y llorando desconsoladamente. Papá la cogió en brazos y le preguntó: - Érika, mi vida, ¿qué te ocurre, por qué lloras mi amor? Como no sabía hablar bien todavía, señaló con su dedito las cortinas de la habitación. Papá se giró y vio que se movían ligeramente, pero además donde ella señalaba se encontraba tirado un pantalón suyo, que estaba tapado en gran parte por la cortina, sólo sobresaliendo un trozo del pie. Comprendió que Érika se asustó al pensar que ahí había algo escondido. Sentó a Érika en la cuna y dijo: - Cariño, no te asustes, ahí no hay nada, además si fuese un monstruito no tendrías que tenerle miedo, ¿y sabes por qué? Hace mucho tiempo, en una ciudad muy muy lejos, vivían todos los monstruitos juntos. En esa ciudad tenían de todo; tenían parques, tenían piscinas y muchas cosas más, pero lo que no tenían eran lugares para que los monstruitos niños jugaran sin molestar a los monstruitos papás y mamás, así que los monstruitos niños pensaron que, para poder jugar sin molestar y que no les castigaran, lo mejor era jugar fuera de la ciudad. Su juego favorito era el escondite, les encantaba esconderse, detrás de las cortinas, debajo de las camas y donde más les gustaba era en los armarios. Pero, claro, como estaban jugando fuera de la ciudad, no tenían esos sitios para jugar, así que uno de los monstruitos niños le dijo al resto: “tengo una gran idea, ¿por qué no nos escondemos en las casas de las otras ciudades? Allí sí que podríamos escondernos como nos gusta”. Todos los monstruitos niños entusiasmados decidieron que así lo harían. Como siempre, uno se quedó contando para que los demás se escondieran, cuando hubo acabado de contar empezó a buscar a los demás monstruitos niños, pero a mitad del juego empezaron a sonar muchos llantos, llantos de niños, los niños de las casas se habían asustado al ver a los monstruitos escondidos, pues pensaban que se escondían para asustarles, pero esa no era la intención de los monstruitos niños, así que se marcharon muy tristes sin poder jugar. Eso mismo ocurrió la noche siguiente, y la siguiente y así todas las noches, hasta que un día los monstruitos niños ya enfadados dijeron: “si ellos creen que queremos asustarlos, pues eso haremos. Veréis qué divertido va a ser ver la cara de esos niños”. Así ocurrió, todos los niños eran asustados y cada vez lloraban más y más, sin dejar descansar a sus

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EL MIEDO A LOS MONSTRUOS

1-Le preguntaremos a Andrea qué tal ha pasado las noches en esta última semana. Le preguntaremos de nuevo por los monstruos. Qué le han dicho, qué han hecho...Vamos entonces a leerle un cuento de una niña que también ve a monstruos.

Monstruos jugando al escondite

Eran pasadas las 12 de la noche, Érika dormía tranquilamente en su cuna y papá se encontraba en la habitación del ordenador. Érika se había dormido apenas una hora antes y papá suspiraba aliviado porque por fin la niña empezaba a descansar.

De repente Érika rompió a llorar de una forma en la que nunca papá había oído. Corrió hacia la habitación y la encontró sentada en la cuna con las mejillas surcadas por las lágrimas y llorando desconsoladamente. Papá la cogió en brazos y le preguntó:

- Érika, mi vida, ¿qué te ocurre, por qué lloras mi amor?

Como no sabía hablar bien todavía, señaló con su dedito las cortinas de la habitación. Papá se giró y vio que se movían ligeramente, pero además donde ella señalaba se encontraba tirado un pantalón suyo, que estaba tapado en gran parte por la cortina, sólo sobresaliendo un trozo del pie. Comprendió que Érika se asustó al pensar que ahí había algo escondido. Sentó a Érika en la cuna y dijo:

- Cariño, no te asustes, ahí no hay nada, además si fuese un monstruito no tendrías que tenerle miedo, ¿y sabes por qué? Hace mucho tiempo, en una ciudad muy muy lejos, vivían todos los monstruitos juntos. En esa ciudad tenían de todo; tenían parques, tenían piscinas y muchas cosas más, pero lo que no tenían eran lugares para que los monstruitos niños jugaran sin molestar a los monstruitos papás y mamás, así que los monstruitos niños pensaron que, para poder jugar sin molestar y que no les castigaran, lo mejor era jugar fuera de la ciudad.

Su juego favorito era el escondite, les encantaba esconderse, detrás de las cortinas, debajo de las camas y donde más les gustaba era en los armarios. Pero, claro, como estaban jugando fuera de la ciudad, no tenían esos sitios para jugar, así que uno de los monstruitos niños le dijo al resto: “tengo una gran idea, ¿por qué no nos escondemos en las casas de las otras ciudades? Allí sí que podríamos escondernos como nos gusta”. Todos los monstruitos niños entusiasmados decidieron que así lo harían. Como siempre, uno se quedó contando para que los demás se escondieran, cuando hubo acabado de contar empezó a buscar a los demás monstruitos niños, pero a mitad del juego empezaron a sonar muchos llantos, llantos de niños, los niños de las casas se habían asustado al ver a los monstruitos escondidos, pues pensaban que se escondían para asustarles, pero esa no era la intención de los monstruitos niños, así que se marcharon muy tristes sin poder jugar. Eso mismo ocurrió la noche siguiente, y la siguiente y así todas las noches, hasta que un día los monstruitos niños ya enfadados dijeron: “si ellos creen que queremos asustarlos, pues eso haremos. Veréis qué divertido va a ser ver la cara de esos niños”.

Así ocurrió, todos los niños eran asustados y cada vez lloraban más y más, sin dejar descansar a sus

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papás y mamás, hasta que un día uno de esos papás se dio cuenta de qué sucedía y fue a la ciudad de los monstruitos a hablar con los papás y mamás monstruitos. Les dijeron lo que sus hijos hacían y entre los papás y mamás acordaron que los monstruitos niños no asustarían a más niños, pero a cambio los papás y mamás deberían enseñar a los niños a no llorar para así no estropear el juego de los monstruitos niños.

Por eso, cariño, no debes asustarte aunque sea un monstruito, simplemente están jugando al escondite, y si lloras, seguro que a ese monstruito niño lo encuentran y entonces les estropeas el juego, ¿ y eso a ti no te gustaría que te lo hicieran, verdad?

Érika comprendiendo la historia, se tranquilizó un poco más, y desde entonces cuando creía ver un monstruito niño escondido en un armario, debajo de la cama o detrás de las cortinas, no lloraba, se reía pensando que ella también se escondería ahí para que no la encontraran.

1-¿Qué pasó? ¿por qué estaban los monstruos en casa de Érika?2-¿Te gustaría unirte al juego y localizar a los monstruos?

JUEGO: A la caza de monstruos. Aprovecha esta Halloween o cualquier otra ocasión para proponer una caza de monstruos en casa. Esconde por toda las habitaciones monstruos y fantasmas, brujas y otros seres imaginarios. Coloca dibujos de estos seres imaginarios debajo de las camas, dentro de los armarios, y buscadlos en plena oscuridad con la ayuda de una linterna. Tendréis que preparar también unas trampas recoge monstruos, que pueden ser perfectamente unas cajas de zapatos recicladas. Decoradlas con los motivos que más os gusten y meted en ellas todos los monstruos y los miedos. Realizad un recuento y premiad el esfuerzo y la valentía.

1-Bien, ¿crees que hay monstruos buenos y monstruos malos?2-¿Has hablado con los monstruos buenos? ¿Qué es lo que te cuentan? ¿Y con los malos?3-Exactamente, ¿recuerdas el primer día en que aparecieron los monstruos? ¿cuándo los viste? ¿cómo sabías que eran monstruos, quién te lo dijo? ¿los habías visto antes en la televisión?4-¿Cómo sabes los nombres de esos monstruos? ¿Ellos te lo dijeron o tú les pusiste esos nombres?5-¿Qué es lo que te cuentan esos monstruos? ¿Podrías contármelo a mí?6-El otro día quise que uno de los monstruos malos hablase contigo. Ahora que has probado la experiencia de cazar monstruos y de actuar como ellos, ¿te sientes mejor? ¿crees que serás capaz de enfrentarte a ellos?7-¿Te gustaría darle una oportunidad a que aparezca ese monstruo "malo" y hable contigo? ¿Por qué no lo intentas? (si no quiere, dejarlo)8-¿No te ves capaz de enfrentarte a un monstruo que sea malo? ¿Qué tiene de especial tu padre para combatirlos? ¿no podrías ser como él? ¿te puedo enseñar a serlo?9-¿Por qué no aprendes a vivir con esos monstruos? Es decir, asumir que están ahí, escondidos y jugando, y viviendo su vida. Has dormido muchas veces con tu padre y otras con tu hermano, y no os ha pasado nada. ¿Por qué crees que te pasará algo si te quedas sola incluso con tu hermano? ¿Por qué no hablas con el monstruo y llegas a un acuerdo con él? ¿Empezamos por el monstruo bueno para que así pueda hablar con todos los demás?10-¿Cómo crees que será vivir como un monstruo? ¿Te gustaría transformarte en un monstruo de verdad?

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JUEGO: Prepara una fiesta monstruosa. Deja que el niño escoja el tipo de monstruo que quiera ser, disfrázate tú también y dejaros llevar. A través de 'jugar a ser' y 'disfrazarse de' podemos ayudar a nuestros hijos a explorar su personalidad, a afrontar nuevos retos y/o superar ciertos temores. Juguemos a los sustos. Podemos incorporar este juego como parte del anterior o jugar sin necesidad de disfrazarnos. Se trata de que el niño se esconda y nos asuste y viceversa.

11-Bueno, ¿qué tal te has sentido? ¿cómo se siente actuando como un monstruo? ¿crees que somos malos o solamente jugamos?12-¿Los monstruos que están en tu cuarto también juegan contigo?13-¿Por qué no pruebas a jugar más con ellos?