Actividades sobre el Islam

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Page 1: Actividades sobre el Islam

- Actividades y documentos -

Actividades y documentosA continuación, vamos a tratar de encontrar respuesta a las dudas, preguntas y discusiones

que han ido surgiendo en la actividad inicial. Para ello, investigaremos aspectos históricos que habéis planteado y algunos otros: se trata de intentar comprender por qué se han producido, a lo largo de la historia, enfrentamientos entre el mundo árabe-musulmán y el mundo cristiano; tal vez podamos, de esta manera, entender mejor a qué se deben algunos conflictos actuales, como el que hemos estudiado en la primera actividad.

A partir de ahora, utilizaremos muchos documentos (fuentes) de distinto tipo: mapas, vídeos, imágenes y textos, tanto de historiadores como de la época que estamos estudiando. Es necesario leer con atención los documentos escritos y buscar las palabras que no se entiendan (muchas veces, aparecen en negrita los términos relacionados con la asignatura). Generalmente, haremos el trabajo junto a otros compañeros/as, para poder ayudarnos unos a otros.

Ten en cuenta que, con toda esta información, es como deberéis elaborar el trabajo final en grupo, así como el artículo personal, y contestar la prueba o pruebas que hagamos.

Actividad 1. El Islam: Origen y doctrina.a) Busca información sobre la figura de Mahoma (Muhammad): dónde vivió, cómo era la sociedad en la que nació, qué religiones había en su tierra, a qué se dedicaba, qué problemas tuvo…

¿Qué representa Mahoma en el Islam? ¿Qué importancia tuvo en los primeros tiempos de esta religión?

b) Lee la página 6 y analiza el mapa de la página 8.

A partir de lo que has leído, ¿puedes explicar la diferencia entre árabe y musulmán?

¿Consideras que la expansión del Islam fue rápida o lenta? Puedes compararla con la del Imperio romano que estudiamos el año pasado, para hacerte una idea.

Investiga cuáles fueron los reinos e imperios a los que se enfrentó el Islam en su expansión, durante los siglos VII y VIII.

¿Qué países actuales abarcó esta expansión?

c) Lee los siguientes textos y responde las preguntas; para cada cuestión se indica los textos relacionados, pero es mejor que los leas todos antes de empezar a contestar:

¿A quiénes tenían que combatir los musulmanes, según los textos del Corán? [Ver textos 1C y D]

¿Puedes suponer alguna explicación histórica a esta obligación “revelada por Allah”? Es decir, ¿puede tener algo que ver este mensaje con la existencia de diferentes religiones en Arabia durante el siglo VII, o con los enemigos de Mahoma? Recuerda la información que has encontrado en la actividad a).

¿Crees que -según el Islam- la yihad es la acción más importante que puede hacer un musulmán? ¿Por qué? [Ver textos 1 y 2]

¿El Corán pone condiciones para llevar a cabo la yihad, o predica la guerra indiscriminada? [Ver textos 1B, C y D]

¿Crees que las promesas del Corán a los guerreros tienen algo que ver con la rápida expansión del Islam en los siglos VII y VIII? ¿Por qué? Recuerda cómo es el paisaje en Arabia, cuna del Islam, para entender mejor esto. [Ver texto 3]

¿Qué dice el Islam sobre los judíos y los cristianos, según estas fuentes?

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Texto 1. La importancia del yihad en el Islam

1. A) «Alguien preguntó: “¡Mensajero de Dios [Mahoma]! ¿Quién es el mejor entre toda la gente?” El Mensajero de Dios respondió: “Un creyente que combate en la causa de Dios con su persona y sus bienes”.»

«El caso de un muyāhid [el que combate en la yihad] por la causa de Dios […] es como el caso de alguien que ora y ayuna permanentemente. Dios le garantiza al combatiente por Su causa que lo hará entrar al Paraíso si muere o que lo hará retornar a casa a salvo y con ganancias o botines».

AL-BUJARĪ, «El Libro del Yihad», II:1205-1206. En Sahīh al-Bujarī. Versión resumida, Oficina de Cultura y Difusión Islámica, Argentina, s.f., p. 187-188.

1. B) «Cuando os enfrentéis a los incrédulos, matadles hasta que les sometáis, y entonces apresadles. Luego, si queréis, liberadles o pedid su rescate. Sabed que esto es para que cese la guerra, y que si Allah hubiese querido, os habría concedido el triunfo sobre ellos sin enfrentamientos, pero quiso poneros a prueba con la guerra; y a quien caiga en la batalla por la causa de Allah, Él no dejará de recompensar ninguna de sus obras.»

El Corán, azora 47, aleya 4 [adaptado].

1. C) «Combatid a vuestros enemigos en la guerra encendida por defensa de la religión; pero no ataquéis los primeros. Dios no ama a los agresores. 

Matad a vuestros enemigos donde quiera que los encontréis […]. No combatáis a los enemigos en la mezquita sagrada a menos que ellos os ataquen allí. Mas si os atacaran, bañaos en su sangre. Tal es la recompensa debida a los infieles. 

Mas si cesan de combatiros, sabed que Allah es Clemente, Misericordioso.

Combatidlos hasta que […] triunfe la religión de Allah, pero si dejan de combatiros que no haya más enemistad, excepto con los agresores.

[…] La idolatría es peor que el crimen. Los infieles no cesarán de perseguiros con las armas en la mano, hasta que os hayan arrebatado vuestra fe, si esto les es posible. Aquel de vosotros que abandone el islamismo […] habrá anulado el mérito de sus obras en este mundo y en el otro. Las eternas llamas le quemarán eternamente.

Aquellos que creyeron, abandonaron su patria y se esforzaron [o “combatieron”] por la causa de Allah pueden esperar la misericordia divina, Dios es indulgente y misericordioso.»

El Corán, azora 2, aleyas 190-193 y 217-218 [adaptado].

1. D) «[Sabed, creyentes, que Allah y Su Mensajero [Mahoma] son libres de no respetar ya la tregua que habíais celebrado con los idólatras, pues ellos la han quebrantado. […]

Allah y Su Mensajero anuncian a los hombres que ya no tienen ningún pacto con los idólatras. Sabed, idólatras, que si os arrepentís y abandonáis vuestra incredulidad será mejor para vosotros, pero si os negáis no podréis escapar del castigo de Allah. Y recibiréis un doloroso castigo. […]

Cuando hayan pasado los cuatro meses sagrados [en los cuales está prohibido combatir], matad a los idólatras dondequiera les halléis, capturadles, cercadles y tendedles emboscadas. Pero, si se arrepienten y aceptan el Islam, cumplen con la oración y pagan el zakat, dejadles en paz. Ciertamente Allah es Clemente, Misericordioso.

Si alguno de los idólatras te pidiera protección, ampárale para que así recapacite y escuche la palabra de Allah; luego, si no reflexiona ayúdale a alcanzar un lugar seguro; esto es porque son gente ignorante.

¿Cómo podrían Allah y Su Mensajero respetar un pacto celebrado con los idólatras, si ellos os combaten? Pero si aquellos con quienes habéis pactado cumplen los acuerdos, cumplidlos vosotros también. Ciertamente Allah ama a los piadosos.»

El Corán, azora 9, aleyas 1-7 [adaptado].

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Texto 2. Qué debe hacer un musulmán para conseguir la “salvación eterna”

«[…] la única posibilidad de tener un saldo a nuestro favor en el momento de la muerte es, según el Profeta Muhammad:

Dejar una obra piadosa en funcionamiento, a título individual o comunitario, por ejemplo: un asilo o residencia de ancianos al servicio de los más necesitados, una escuela, un masyid (mezquita), etc.

Legar una obra científico-educativa, por ejemplo: un invento al servicio del bien común, una obra en pro de la ciencia y del progreso humano, etc.

Un hijo virtuoso, que no dejará de implorar el perdón divino para sus padres, y, al mismo tiempo, el hacerse cargo de sus deudas económicas.

Estos son los únicos legados que pueden seguir beneficiando al fallecido en la otra vida.»

WEBISLAM, «Funerales en el Islam», Webislam, 3/10/2013 [consultado el 25/8/2015].

Texto 3. El Paraíso islámico

«Si una mujer del Paraíso apareciese ante la gente de la tierra iluminaría el espacio entre el cielo y la tierra y lo llenaría de una agradable fragancia. El velo que cubre su cabeza es mejor que el mundo entero y todo lo que contiene».

AL-BUJARĪ, «El Libro del Yihad», V:1210. En Sahīh al-Bujarī. Versión resumida, Oficina de Cultura y Difusión Islámica, Argentina, s.f., p. 188.

«El Mensajero y quienes creen en él contribuyen con sus bienes y luchan. Éstos serán inmensamente agraciados, en esta vida y en la otra […].

Allah tiene reservado para ellos jardines en el Paraíso, por donde corren los ríos y donde morarán eternamente.»

El Corán, sura 9, aleya 89 [adaptado].

«Los siervos sinceros de Allah tendrán la recompensa prometida: ingresarán al Paraíso, donde tendrán los frutos que deseen. Estarán reclinados sobre sofás, unos frente a otros. Y bellos sirvientes circularán entre ellos con una copa de vino extraída de un manantial permanentemente, que será blanco y delicioso para quienes lo beban, y no les provocará jaqueca ni embriaguez.

También tendrán mujeres [las huríes] de recatado mirar, que tendrán siempre la misma edad, y de hermosos y grandes ojos, como si fuesen perlas celosamente guardadas.»

El Corán, sura 37, aleyas 40-49, y sura 38, aleya 52 [adaptado].

«[A los creyentes] les retribuirá con el Paraíso y con vestimentas de seda por haber tenido paciencia.

Y rondarán entre ellos jóvenes [sirvientes] con vasijas de plata y copas cristalinas, moldeadas en plata con la forma que a ellos les plazca. […]

Quienes lo habiten vestirán de verde satén y de brocado, y llevarán brazaletes de plata. […] Y se les dirá: Esto se os ha dado como recompensa por vuestras obras. Vuestro esfuerzo ha sido reconocido.»

El Corán, sura 76, aleyas 12-22 [adaptado].

«Los piadosos estarán en un lugar seguro, en jardines y manantiales. Vestirán fina seda y brocado, y se sentarán unos frente a otros. Podrán pedir allí toda clase de frutas, y vivirán en total seguridad. No sufrirán otra vez la muerte, salvo la que ya sufrieron en la vida mundanal, y Él les preservará del castigo del Infierno.»

El Corán, sura 44, aleyas 51-56 [adaptado].

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«En el Paraíso que les fue prometido a los piadosos hay ríos de agua cuyas propiedades son inalterables, ríos de leche que siempre tendrá buen sabor, ríos de vino que no embriaga y que será un deleite para quienes lo beban, y ríos de miel pura. Su Señor les perdonará. ¿Acaso el que disfrutará de estas gracias puede compararse con quien morará eternamente en el Infierno y sólo beberá agua hirviendo que cortará hasta sus intestinos?»

El Corán, sura 47, aleya 15 [adaptado].

«Y serán los que morarán más próximos a Allah, en los Jardines de las Delicias. Tendrán lechos recamados con oro y piedras preciosas […]. Les traerán las frutas que prefieran, y la carne de ave que deseen.

Esta será la recompensa que recibirán por sus obras. Allí, en el Paraíso, no oirán palabras que encierren pecado; sólo oirán palabras buenas y saludos de paz. […] Estarán entre lotos sin espinas, y plátanos alineados, bajo una extensa sombra, en jardines donde habrá agua de permanente fluir, y abundantes frutos que nunca se agotarán y siempre estarán al alcance de sus manos. Y reposarán en lechos elevados.

Ciertamente hemos creado a las huríes asombrosamente. Las hemos hecho vírgenes, afectuosas con sus maridos y siempre con la misma edad.»

El Corán, sura 56, aleyas 11-37 [adaptado].

«En el Paraíso hay jardines poblados de vegetación (palmeras, frutos, granados...) que remiten al medio rural de aquella sociedad; y ríos, arroyos y fuentes que producen una sensación placentera en los árabes, que habitaban una tierra que se caracteriza por su sequedad y aridez, y donde el agua era un medio de vida: era en los oasis donde se asentaba la población, familias de agricultores y pastores.

El paraíso está, además, habitado por bellas mujeres y repleto de alimentos, para una gente que seguramente carecía de medios. Puede decirse que es la imagen que el beduino de la época podía desear de acuerdo con sus medios de vida: sin sol ardiente ni frío, con enramados y manantiales, vergeles y emparrados, vestiduras opulentas, alhajas, sirvientes; en tiendas lujosas con cojines alineados y alfombras extendidas, etc.».

C. GÓMEZ CAMARERO, B. MOLINA RUEDA, C. PÉREZ BELTRÁN, A.R. VIDAL LUENGO, «Una lectura del Corán desde la paz», en Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos, sección Árabe-Islam, 46 (1997), p. 120-121 [adaptado].

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