actuación de la escuela ante os procesos de separación y divorcio
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GRADO DE MAESTRO EN EDUCACIÓN
INFANTIL
2012
ACTUACIÓN DE LA ESCUELAANTE LOS PROCESOS DE
SEPARACIÓN Y DIVORCIO EN LAETAPA DE INFANTIL
Autor: Olga Gutiérrez AbascalDirectora: Eva María Gómez Perez
JULIO 2012
VºBº DIRECTOR VºBº AUTOR
RESUMEN:
La actuación de la escuela en los procesos de separación y divorcio en la etapa de Infantil.
Este trabajo trata de explicar las consecuencias del divorcio sobre los niños al considerarlo una
situación de riesgo de gran impacto psicológico sobre los niños. La escuela como institución de
protección de la infancia debe responder de manera adecuada a esta situación que los menores
pueden estar atravesando, teniendo en cuenta tanto la edad como las problemáticas específicas
asociadas a cada caso.
Cuando una pareja se separa es común que se atraviesen momentos se incertidumbre y
sentimientos de fracaso pero pueden ser los niños y niñas los que mas sufren ya que dependen
de sus padres y son momentos en los que los intereses de ambas partes no coinciden.
Por ello es importante que los padres adviertan que cuento antes abandonen su rol marital y se
centren en su rol común como progenitores,mayores serán las ventajas que estarán ofreciendo a
sus hijos de cara a la adaptación a la nueva situación.
Partimos de una visión en la que el divorcio puede afectar ala infancia para intentar invertirla y que
sean los hijos e hijas los que puedan influir de manera positiva para hacer frente al divorcio.
ABSTRACT:
Performance of the School to the Processes of Separation and Divorce in the Childhood´s stage.
This paper aims to explain the consequences of divorce on children, as it emerges as a risk of
great psychological impact on children. The school as an institution of child protection must
respond appropriately to this situation that children may be going through taking into account both
age and the problems associated with specific cases.
When a couple separates is common to go through uncertainty and feelings of failure, but may be
children who suffer most as these are dependent on parents and given that the interests of parents
and children do not match. It is therefore important that parents are aware that the sooner they
abandon their marital roles and they focus in their common role of parents, more advantages they
will be offering their children to face and adapt to the new situation.
We start from a vision in which divorce can affect the childhood to try to reverse it and where
children can influence in a positive way to cope with divorce.
INDICE
1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………......................................................2
2. JUSTIFICACIÓN…………………………………………………………………….....................................2
3. ESTADO ACTUAL DE LA CUESTIÓN.................................................................................................3
4. OBJETIVOS…………………………………………….............................................................................5
5.MATERIALES Y MÉTODOS……………………………….......................................................................6
6 .REVISIÓN: ¿QUÉ CONCLUYEN LAS INVESTIGACIONES?.............................................................7
✗ 6.1.- CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO FAMILIAR
DERIVADOS DE LA SEPARACIÓN/DIVORCIO.........................................................................7
✗ 6.2.- CONSECUENCIAS PARA LOS HIJOS E HIJAS DE UNA SITUACIÓN
DE CONFLICTO PERMANENTE O SEPARACIÓN/DIVORCIO CONFLICTIVO…...................12
✗ 6.3. - PROBLEMÁTICAS INFANTILES ASOCIADAS A LA NUEVA SITUACIÓN......................19
7. FACTORES DE RIESGO / PROTECCIÓN……………………………………….....................................22
8. ¿QUÉ PODEMOS HACER DESDE LA ESCUELA?…………………………........................................26
✗ 8.1.- IMPORTANCIA Y CARACTERÍSTICAS DE LA ETAPA DE INFANTIL................................27
✗ 8.2.- LA FAMILIA...........................................................................................................................28
✗ 8.3.- RECOMENDACIONES..........................................................................................................32
9. CONCLUSIONES..................................................................................................................................36
10. ANEXOS…………………………………………………………………………….....................................38
11. REFERENCIAS…………………………………………………………………….....................................40
1. INTRODUCCIÓN:
Los procesos de separación o divorcio de los progenitores, constituyen un
momento de crisis importante para todos los miembros de la familia. Esta crisis
puede ser un momento especialmente difícil para los hijos que puede alterar su
desarrollo normal. Las investigaciones sobre las consecuencias del divorcio en
los niños y niñas proporcionan resultados contradictorios, como resultado en
ocasiones de las posiciones ideológicas contrapuestas (López, 2010). En este
trabajo nos planteamos resolver algunos interrogantes, a través de la revisión
de las investigaciones existentes, que tratarán de responder cuestiones
relevantes que como educadores podemos plantearnos. Algunas de estas
cuestiones serían ¿el divorcio es una situación siempre de especial dificultad
para los hijos? ¿Sus consecuencias pueden provocar importantes alteraciones
en el desarrollo psicológico infantil? ¿Existen factores que influyen en aumentar
o disminuir las consecuencias del divorcio en los hijos? ¿Puede la escuela
actuar como un agente protector en situaciones de divorcio para los niños y
niñas? ¿Cuáles pueden ser algunas recomendaciones aplicables a la etapa de
Educación infantil que permita a los docentes actuar en este sentido?
2. JUSTIFICACIÓN:
El presente trabajo surge como resultado de la reflexión sobre mi experiencia
en el ámbito educativo en la he podido constatar la existencia de casos
concretos de menores que evidenciaban estar pasando por la situación de
separación o divorcio de sus progenitores. Se trata de un momento difícil para
los niños y niñas, lo que se percibe a través de las problemáticas que muchos
de ellos manifiestan. Los docentes preocupados por esta situación que se
refleja y revierte directamente sobre el trabajo en el aula, en muchas ocasiones
no poseen ideas claras para poder afrontarla y ayudar así a los y la menores.
Como veremos más adelante, las cifras sobre aspectos relacionados con el
2
divorcio en nuestro país, muestran que se trata de un fenómeno
estadísticamente significativo, por lo que creemos que desde la escuela se
debiese de trabajar de una manera más explícita.
3. ESTADO ACTUAL DE LA CUESTIÓN:
El divorcio en nuestro país es aún un fenómeno relativamente reciente, que no
tuvo en décadas pasadas la magnitud de otros países debido al régimen
político de dictadura que presidió durante muchas décadas nuestro país
imponiendo una moral católica que censuraba cualquier forma de disolución del
matrimonio. Se imponía la familia tradicional como la única forma válida para
criar y educar a los hijos demonizándose cualquier modelo alternativo.
En la actualidad, aunque las posiciones conservadoras sobre la familia ligadas
aún a la moral católica siguen manteniendo la misma posición considerándose
el divorcio solo admisible en casos muy especiales, la sociedad española ha
evolucionado hacia una posición en la que se reconocen como válidas otras
formas de familia diferentes a la tradicional así como la disolución de las
parejas cuando estas deciden dar por finalizada su relación. Tanto el número
creciente de separaciones y divorcios como el aumento de nuevos modelos de
familia han provocado que se hayan ido regularizando legalmente estas
nuevas estructuras familiares.
Aunque el marco legislativo que regula la situación del divorcio en España no
supone para el ámbito educativo un dato primordial o de especial interés,
creemos que puede aportar una importante referencia histórica que nos permita
visibilizar los intereses que se priorizaban y las necesidades que se pretendían
resolver en cada momento. Así, como ejemplo, si analizamos la Ley 30/1981,
de 7 de julio, por la que se modifica la regulación de modificación sobre la
regulación del matrimonio en el Código Civil y se determina el procedimiento a
3
seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio, podemos observar que
trata responder a un interés social cada vez más latente que permitiese la
disolución del matrimonio a pesar de que en ella aún no se mencionaba ningún
aspecto relativo a la situación de los hijos. Será posteriormente, en la Ley
15/2005,de 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de
Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio, donde se incorporarán
aspectos alusivos a la descendencia, resaltando el hecho de que la ruptura
matrimonial no exime a los progenitores de la responsabilidad como padres /
madres. Además, esta ley añade otra opción para llevar a cabo la separación,
nos referimos a los servicios de mediación familiar que ambos progenitores
podrán solicitar paralizando así el proceso judicial para tratar de llegar a un
acuerdo de una manera amistosa y cordial por el bien de los hijos e hijas. La
Comunidad Autónoma de Cantabria aprobó la ley 1/2011, de 28 de marzo, para
regular la mediación y recoger todos los aspectos relevantes de este proceso
de resolución extrajudicial. Se propone una nueva alternativa para que las
parejas que hayan decidido divorciarse puedan hacerlo utilizando otras pautas
y vías de resolución de conflictos caracterizadas por la importancia que cobra
la comunicación, el respeto y la concordia entre las partes.
La necesidad social de regulación legal de este tipo de situaciones se puede
apreciar en los datos obtenidos a través del Instituto Nacional de Estadística.
Como puede comprobarse tras la aprobación de la ley 15/2005 el número de
parejas que en el año 2006 decidieron disolver sus lazos matrimoniales fue de
145.919 (un 6,48% más que el año anterior); de todos ellos 174 parejas
optaron por la nulidad matrimonial ( + 3,57%), 18.793 prefirieron la separación
( -70,65% ) y una gran mayoría, 126.952 eligieron el recién estrenado divorcio (
+70, 27%). Los datos de las estadísticas referentes al año 2010 siguen siendo
altos y son 110.321 parejas las que deciden romper su unión (un 3,91% más
que en el año anterior), siendo 69.261 las que deciden afrontar el
procedimiento de manera consensuada. Un dato interesante respecto al tema
que se aborda en este trabajo es el que revela que de la cifra total
correspondiente al 2010 un total de 53.366 parejas cuentan con hijos menores
de edad. Sobre la duración del procedimiento los últimos datos encontrados
corresponden al año 2008 en el que se produjeron un total de 118.939
4
nulidades, separaciones y divorcios, de los cuales 55.941 se resolvieron en un
plazo menor a 3 meses, 28.633 necesitaron entre 3 y 6 meses, 24.159 entre 6
y 12 meses y solo 10.090 necesitaron más de 12 meses para finalizarse. El
promedio de duración de los matrimonios se encuentra sobre los 15 años de
convivencia, es decir se trata de mucho tiempo de vida en común por lo que es
probable que sea un periodo traumático y duro para las ambas partes, incluso
cuando se trata de casos iniciados de mutuo acuerdo (López, 2006).
El debate actual se centra en la cuestión de la guarda y custodia de los
menores, los datos conocidos sobre el progenitor que obtiene la custodia
marcan una gran diferencia cultural en cuanto al progenitor que obtiene la
custodia. Habitualmente la tendencia es que sea la madre quien la obtiene; así
en 2010 del total de 102.933 divorcios y sobre un total del 52% de los mismos
la custodia se concedió a la madre en 45.284 casos, al padre en 3076 casos y
a ambos en 5.695 casos, en 356 casos la custodia se concedió a otras
personas diferentes. se producen un total de 102.933 divorcios, clarificando la
custodia de un 52% de ellos que contestaron a la encuesta, las cifras se
reparten entre padre (3.076), madre (45.284), ambos (5.695) y otros (356). A
comienzos del segundo semestre del año 2012 el Gobierno anunció el estudio
de un posible cambio en el Código Civil para establecer el régimen de custodia
compartida como opción preferente a la hora de dictar las sentencias, lo que ha
intensificado la discusión entre diferentes asociaciones y plataformas que
mantienen posturas contrapuestas.
4. OBJETIVOS:
✗ Realizar una revisión de las principales investigaciones que abordan el
tema del divorcio y los hijos.
✗ Analizar cómo afecta esta crisis familiar a la vida de los niños y niñas
analizando los principales cambios a los que están sometidos en estas
circunstancias.
5
✗ Analizar cuáles son los factores de los que depende que una situación
como la del divorcio afecte en mayor o menor medida a los hijos e hijas.
✗ Resaltar el papel de la escuela como institución de protección de la
Infancia.
✗ Analizar cuál debe de ser el rol de la escuela en estos procesos
familiares.
5. METODOLOGIA:
Para desarrollar este trabajo de revisión nos hemos ayudado de diferentes
“materiales”. En primer lugar hemos procedido a localizar todos aquellos libros
disponibles en la BUC acerca del tema del divorcio de los progenitores y los
efectos sobre la infancia para pasar después a realizar una búsqueda más
específica sobre los artículos de diferentes revistas.
Hemos utilizado diferentes bases de datos (Web of Knowlegde, Scopus, Isoc y
Redined), en las que inicialmente se han introducido como parámetros de
búsqueda los términos “divorcio” “hijos” “conflicto interparental” y sus
correspondientes en inglés (“divorced” “children” “interparental conflict”),
seleccionando aquellos artículos que nos resultaron más interesantes de
acuerdo a su título y año de publicación. Esta selección nos ha guiado en el
sucesivo proceso de búsqueda a través de las palabras claves y los autores de
los artículos ya revisados.
Tras analizar todas estas investigaciones se ofrece una síntesis de los
resultados acordes a los intereses y principales objetivos de este trabajo.
Hasta aquí se han expuesto las principales intenciones y finalidades de este
trabajo, la metodología utilizada, así como una serie de datos que justifica la
importancia del mismo. A continuación pasaremos a exponer los resultados de
la revisión de investigaciones y autores que hemos consultado.
6
6. ¿QUÉ CONCLUYEN LAS INVESTIGACIONES SOBRE ESTE TEMA?
Cuando un matrimonio toma la decisión de divorciarse es normal que pasen
por una situación de especial vulnerabilidad en la que será común el
desconcierto e incertidumbre sobre cómo afrontar el futuro y sobre qué pasará
con las relaciones familiares. Puede que también experimenten sentimientos
de fracaso tras tener que aceptar la ruptura de sus planes de vida y familia en
común. Es de vital importancia darse cuenta de que pueden ser los hijos los
que más sufren dicha situación dado que son dependientes de los padres y que
los intereses de los progenitores y de los hijos en estos casos no coinciden.
Analizamos a continuación algunos de los posibles cambios en la estructura,
funcionamiento y relaciones familiares derivados de la situación de divorcio.
Todos ellos nos serán de gran ayuda para valorar el impacto en los hijos e
hijas.
6.1.-CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO FAMILIAR DERIVADOS DE LA SEPARACIÓN/DIVORCIO:
Una de las consecuencias inevitables de todo proceso de separación o divorcio
es que uno de los progenitores debe abandonar el hogar. Para el niño o niña
esto supone una pérdida importante pues se produce la ruptura de sus
esquemas familiares generando en ocasiones incertidumbre sobre su futuro.
Esta situación genera durante algún tiempo un aumento de los niveles de
estrés y ansiedad que variarán en función del temperamento y otras
características de los propios niños y niñas y de cómo se aborda esta situación
(Keith 2003).
Un agravante de esta situación son los sentimientos que se generan cuando
uno de los progenitores no acepta lo sucedido, lo que puede sumirle en una
situación de depresión u hostilidad sobre la que se seguirá construyendo la
relación progenitor-hijo iniciándose un círculo vicioso en el que las relaciones e
interacciones entre ambos serán cada vez más negativas. Esta situación puede
7
ir minando el autoconcepto y autoestima de los pequeños. Además esta
dificultad para asumir la nueva situación, puede llevar al progenitor a un estado
de incapacidad a la hora de retomar el rumbo de su vida y hacerse cargo de la
de sus hijos. Autores como Boss y Couden (2002) señalan, en este sentido, el
mayor riesgo que corren tanto hombres como mujeres de sufrir depresión
derivada de las numerosas pérdidas que se asocian al divorcio (compañía,
relaciones intimas, circulo social, ingresos económicos...). Además el proceso
de desestructuración familiar suele ir seguido de un periodo en el que el
progenitor custodio se encuentra sin fuerzas, retraído o agotado tanto física
como mentalmente teniendo dificultad para mostrar afecto a sus hijos e hijas.
Estos autores consideran que en estos momentos son los familiares, amigos o
el propio profesorado quiénes pueden constituirse como una importante fuente
de apoyo en estos momentos que ayude a disminuir estos efectos (Owen y Cox
1997).
Los resultados de las investigaciones anteriormente comentadas se centran en
el progenitor custodia para determinar cómo le afecta la situación del divorcio y
su nuevo rol de “único progenitor” en la rutina diaria. De acuerdo con los
intereses de este trabajo y posicionándonos en el papel de los y las menores,
estos podrían sentir que la nueva situación no solo ha provocado que uno de
sus progenitores haya tenido que abandonar el hogar desapareciendo
parcialmente de su vida, sino que con el otro que sí que puede contar se
encuentra incapacitado para aportar toda la ayuda que necesiten los hijos e
hijas para poder adaptarse a la nueva situación.
Como hemos mencionado anteriormente se está estudiando en los últimos
tiempos un posible cambio legal sobre la existencia de la custodia compartida como una alternativa bastante adecuada para evitar tanto a los hijos e hijas
como a los progenitores la separación forzosa y pérdida de contacto entre
ellos. Nos parece que este tipo de custodia ofrece a los pequeños y pequeñas
la seguridad de mantener contacto continuo con ambos progenitores a la vez
que éstos pueden obtener beneficios al disponer de más tiempo en el que
recuperarse de las consecuencias y pérdidas que el divorcio también supone
para ellos.
8
Las conclusiones de los estudios como el de Kelly (2000) al comparar un grupo
de familias en situación de custodia exclusiva y otro grupo que disponía de
custodia compartida, apuntan que la custodia conjunta da lugar a mejores
resultados en el desarrollo general del niño. Una custodia compartida
responsable requiere respeto mutuo, colaboración y estabilidad emocional para
poder llegar a acuerdos dejando de lado nuestros intereses, lo que contribuirá a
la formación de dos contextos vitales para el niño en los que tendrá
oportunidad de ampliar sus relaciones y red de apoyos sociales. Por lo general,
la calidad del tiempo compartido en aquellas familias que hayan conseguido
superar sus diferencias matrimoniales para centrarse en el bien de sus hijos,
tenderá a mejorar, lo que ayudará a los niños y niñas a sentirse más cómodos y
seguros. Se trata de exigir y cumplir la igual implicación de ambos progenitores
en la crianza de los hijos independientemente de que residan en hogares
diferentes, (debemos tener en cuenta que cada caso es único, por lo que la
custodia compartida tampoco será la alternativa más adecuada en todas las
ocasiones ni tampoco un único modelo de custodia compartida para todos).
Macoby et al.(1993), establecen tres estilos de crianza distintos según el
comportamiento de los progenitores ; el estilo cooperativo es aquel en el que
los padres mantienen el contacto y hablan sobre sus hijos, el estilo conflictivo
en el que también hablan y contactan entre ellos pero con el fin de elogiar su
propia forma de hacer y criticar la del otro progenitor. Y por último, y el más
frecuente el estilo de crianza paralelo o de progenitores desconectados, en el
que cada uno actúa según su propio estilo y sin intervenir en el del otro.
La mayoría de parejas que confiesan estar satisfechas con esta custodia
conjunta, tenían ya antes de dictarse la sentencia de divorcio una buena
relación. Por el contrario, cuando la tras el divorcio la situación sigue siendo
hostil, se comprueba que esta situación aumenta los conflictos contribuyendo a
mantener procesos familiares disfuncionales, lo que a su vez provocará
problemas de adaptación en los hijos e hijas. Por todo ello, no parece que se
pueda atribuir a priori los beneficios al hecho de disponer de una tipología de
custodia concreta sino que aún siendo positivo depende también de otras
variables (Benjamin y Irving 1990).
9
Otra de las consecuencias habituales de esta situación es la posible pérdida de poder adquisitivo de ambos progenitores, los ingresos que antes
conformaban un mismo ahorro para hacer frente al mantenimiento de una
familia tras la ruptura habrán de destinarse a dos, por lo que la nueva familia
tendrá que enfrentarse a un reajuste económico en el que muchos de los
productos habituales serán sustituidos o eliminados. En general los resultados
de diferentes investigaciones indican que la desventaja económica solo explica
una pequeña parte de la diferencia entre la adaptación emocional
de los hijos de parejas divorciadas frente a los de parejas intactas, aunque
parece jugar un papel más importante en áreas como la académica frente a
otras sobre las que apenas tiene incidencia.(Cantón, Cortés y Justicia 2002).
La separación puede también generar un cambio importante en los tiempos y
lugares a los que los niños y niñas están habituados y puede que los
progenitores necesiten dejar a sus hijos con otros miembros de la familia,
adultos sustitutivos que hasta el momento del divorcio podrían no haber
desempeñado un papel importante en el desarrollo del menor (Owen y Cox
1997). Suele tratarse de familiares de uno de los progenitores que suelen
apoyarles y aportar su tiempo para que el progenitor custodio pueda realizar
sus actividades laborales o de ocio.
En este caso, se genera un mayor estrés para el bienestar infantil cuando la
convivencia no resulta cómoda para el niño por diferentes motivos como puede
ser el que no haya desarrollado la confianza necesaria con estos adultos
sustitutivos. Además se trata de un momento en el que necesitan de mayor
compañía de sus figuras de apego para poder preguntar y esclarecer todas las
dudas que tengan sobre lo que está ocurriendo, sintiéndose protegidos por
ellos y evitando sentimientos de soledad y abandono.
Cuando se respetan los tiempos de los niños y niñas y se establecen
relaciones de confianza progresivamente podrán salir beneficiados de estas
nuevas relaciones. La relación con las familias extensas de los progenitores
puede en estos casos resultar muy enriquecedora, ofreciendo una amplia red
10
de apoyos sociales y modelos de desarrollo adecuados para los menores
(Morgado y González 2001).
Una nueva relación sentimental puede ser un importante foco de conflictos, es
decir cuando uno de los progenitores vuelve a tener pareja y se incluye a la
misma en una dinámica familiar que hasta ahora ofrecía seguridad a los
pequeños pero que se encuentra en constante cambio. Autores como
Hetherington, Bridges e Insabella (1998), consideran fundamental informar a
los hijos e hijas de todos los cambios que van a suceder, dándoles tiempo para
asumir nuevas relaciones y haciéndoles sentir que su opinión es importante
para la familia viéndose reflejada en las futuras decisiones que se tomen. Las
relaciones entre hermanos de familias reconstruidas suelen ser más conflictivas
y formales, efectos más acentuados entre los hermanos biológicos que entre
hermanastros (Hetherington y Jodl 1994).
Hasta aquí hemos tratado de ofrecer algunos de los cambios y sentimientos
que se generan tras la ruptura matrimonial y que los padres han de considerar
para tratar de minimizar el malestar en los hijos. Creemos importante que estas
situaciones sean anticipadas para tratar de organizar estos momentos de la
mejor manera posible tanto para la pareja rota como para los hijos e hijas de
ambos. Sin embargo no siempre es fácil asumir esta situación ya que en
algunas ocasiones el conflicto entre los padres es tan grave que dificulta
cualquier posible estrategia adaptativa entre los miembros de la familia.
Veamos ahora algunas de las posibles consecuencias que puede tener una
situación de conflicto permanente en la familia o conflicto agudo asociado al
divorcio.
11
6.2.-CONSECUENCIAS PARA LOS HIJOS E HIJAS DE UNA SITUACIÓN DE CONFLICTO PERMANENTE O DE SEPARACIÓN/DIVORCIO CONFLICTIVO:
Antes de abordar el tema creemos importante comentar que cuando se inicia la
revisión sobre los efectos del divorcio en los hijos e hijas lo primero que se
observa es que los resultados de las investigaciones en muchos casos son
contradictorios entre sí. Parece pues, que existen dos posicionamientos
enfrentados, por un lado quiénes consideran que el divorcio es claramente
perjudicial para los menores y por el otro los que consideran que las
consecuencias no se derivan directamente de la situación del divorcio sino de
la manera en la que éste se resuelva. Esta confrontación ha provocado en
muchas ocasiones que se haya entrado en un continuo de réplicas y
contrarréplicas entre ambos grupos de investigaciones que lejos de determinar
las consecuencias reales del divorcio en los hijos no hacen sino alterar el
estado de la cuestión. Veamos algunos ejemplos de esta confrontación.
Es el caso de Wallerstein y Lewis (2004), estas investigadoras defendían tras
los estudios realizados que el divorcio constituía una experiencia traumática y
transformante, causante primaria de todos los problemas de los hijos. Por su
parte, Gordon (2005) critica dicha posición señalando que el divorcio supone
una situación estresante pero de la que el niño es capaz de recuperarse. Los
estudios posteriores de Wallerstein y Lewis (2005) vuelven a demostrar la
mayor dificultad de los hijos de divorciados para confiar en otras personas y
establecer relaciones sociales llegados a la vida adulta. El problema de muchas
de estas investigaciones, criticado en numerosas ocasiones, ha sido su falta de
rigor metodológico que en ocasiones ha podido provocar importantes sesgos
en los resultados obtenidos. Algunos de los problemas citados están
relacionados con la selección de muestras elegidas intencionalmente porque
benefician los resultados que se pretenden obtener, careciendo de
representatividad, o el hecho de que la metodología con la que se han obtenido
los datos no haya sido la adecuada. En resumen, se ha criticado en muchas
ocasiones la falta de fiabilidad y validez de los resultados (Arch 2010).
12
Creemos que el tema del divorcio es lo suficientemente complejo como para no
hacer afirmaciones rotundas sobre dicho fenómeno, sus causas,
consecuencias o problemas asociados ya que la extensión, magnitud y
duración del problema estará determinado en cada caso por la variedad de
respuestas y variables relacionadas.
Las investigaciones revisadas apuntan que no es la variable “divorcio” la que expone al niño a una mayor vulnerabilidad sino la variable “conflicto” y lo que durante éstos ocurre: intensidad, forma y contenido, lo que la provoca. En este sentido Camara y Resnick (1988) compararon los resultados
de dos grupos; uno con hijos de divorciados no expuestos a situaciones de
conflicto y otro con hijos de parejas intactas pero con altos niveles de conflicto
en su vida diaria, permitiéndoles concluir que los hijos de divorciados no
expuestos a conflictos tenían a largo plazo mejores niveles de ajuste y
adaptación que aquellos de matrimonios intactos pero con conflicto existente.
Como vemos los resultados de esta investigación no parecen apoyar la
afirmación de que los hijos de divorciados tengan más problemas que los hijos
de matrimonios no divorciados, ni que el divorcio de los padres sea siempre
algo negativo para los hijos, los resultados demuestran más bien que en los
casos en los que existe conflicto previo en la pareja el divorcio supone una
salida o vía de escape a dicha situación, lo que aporta bienestar psicológico a
las personas implicadas incluidos los hijos. Como señala Hauson (1999) el
divorcio será un momento difícil pero que puede aportar beneficios a largo
plazo.
La solución para una correcta adaptación a esta crisis no es ya no divorciarse,
sino la rapidez con la que consigan los padres ponerse de acuerdo por el bien
del menor, lo que aumentará las posibilidades de los niños de adaptarse a la
nueva situación sentando las bases de unas relaciones que le permitirán
afrontar los posibles problemas que se le presenten así contando con modelos
de adaptación adecuados. Los padres deben de ser conscientes desde el
primer momento que tal y como explican Arditti y Keith (1993), el divorcio
13
supone el fin de la relación matrimonial, un momento difícil para todos los
miembros pero que no debe verse como el fin de la familia, es decir el divorcio
marcará una nueva etapa en la que se necesita una nueva organización
familiar que pueda responder a las nuevas necesidades de todos los miembros
y en especial de los hijos.
Los resultados ofrecidos parecen señalar que es la forma en la que los
progenitores aborden el divorcio y la importancia que éstos concedan a la
manera en que lo experimentarán los menores lo que puede minimizar en gran
medida el impacto psicológico que esta situación causa en los hijos e hijas,
dando paso a una mayor aceptación de modelos familiares no tradicionales
como espacio viable para la crianza adecuada de los y las menores. Por ello
creemos que es importante que los padres tomen conciencia de que cuanto
antes abandonen sus roles matrimoniales enfrentados y se apoyen en su rol
parental común, más facilidades estarán ofreciendo a sus hijos e hijas de cara
a la adaptación a la nueva situación.
Si la hostilidad y el conflicto entre los progenitores continua incluso después de
producirse la separación espacial de la familia se estará contribuyendo a la
creación de un ambiente dañino en el que la salud psicológica de los hijos e
hijas puede verse mayormente afectada. Presentamos a continuación lo que
diferentes autores consideran que son algunas de las problemáticas derivadas
de una resolución conflictiva o de una situación de conflicto permanente en la
familia:
✗ Sensibilización e implicación: una posible consecuencia de una
situación conflictiva permanente es la normalización de la situación de
conflicto por parte de los hijos e hijas. Éstos pueden llegar a
sensibilizarse con el conflicto, que lejos ya de ser algo natural e
intrínseco al ser humano, se va convirtiendo en foco de problemas
resultando negativo para su desarrollo emocional y psicológico (Grych y
Fincham 1999, 2001). En estos casos hay que tener en cuenta que el
lenguaje que los padres utilizan para dirigirse a sus hijos tras una
discusión de pareja está cargado de órdenes más amenazantes y
14
autoritarias que en situaciones normales (Jouriles y Farris 1992), debido
a la dificultad de muchas personas para separar nuestros diferentes
roles ante una situación estresante. De igual forma los hijos que
presencian en su hogar continuamente las disputas de sus figuras
paternas, sienten la necesidad de implicarse en el conflicto,
posicionándose así y culpando a uno de sus progenitores (Grych y
Fincham 1993). Dependiendo de la edad y del nivel de comprensión que
los y las menores hayan desarrollado analizaran los argumentos y
réplicas escuchados durante los conflictos y las diferentes informaciones
de una manera errónea dado que muchas veces solo son testigo de
parte de las disputas lo que incrementa el estado de confusión.
Las dos consecuencias anteriores contribuyen a que el conflicto se extienda
también a los hijos, lo que se conoce como hipótesis de la transferencia y proceso de triangulación que según autores como Grych, Raynor y Fosco
(2004) aumentará el riesgo de que aparezcan problemas en los menores.
Para Albert Bandura (1982), principal representante del aprendizaje por
observación, la adquisición mediante modelado de vías erróneas de
comunicación y resolución de los conflictos será perjudicial para que los niños
y niñas afronten la situación y en general, para su vida futura. Favorecerá
también la construcción de esquemas y guiones inseguros a través de
representaciones internas sobre las relaciones familiares y matrimoniales.
✗ Estrés emocional y confusión cognitiva: el conflicto puede provocar
en los progenitores miedos y rechazo a compartir la decisión con los
hijos e hijas. Una de las principales causas por las que el periodo inicial
del divorcio resulta tan estresante es debido a la falta de explicaciones
honestas e información adecuada sobre la situación que la familia está
atravesando, lo que sin duda provocará en los pequeños una situación
de incertidumbre y de inseguridad, al no sentirse conocedor de los
cambios que su familia está experimentando (Chen y George 2005).
15
✗ Síndrome de Alienación Parental: término acuñado por Richard A.
Gardner en 1985 para referirse al conjunto de síntomas de los hijos
como resultado de las diferentes estrategias utilizadas por el progenitor
custodio para trasformar la conciencia de los pequeños e impedir,
obstaculizar o destruir los vínculos con el progenitor no custodio. Son los
casos más extremos en los que se llega a una situación en la que los
pequeños denigran, insultan o detestan sin justificación aparente a uno
de sus progenitores, la hostilidad existente entre los progenitores se va
trasladando a los hijos en el intento de que tomen partido o que vean a
la otra persona como un ser con muchos defectos. Se trata de
situaciones en las que se está forzando a los hijos e hijas a una
percepción no real ya que a pesar de sus defectos siempre será su
padre /madre, además de ser uno de los casos que más puede agravar
los efectos a corto y largo plazo sobre los hijos e hijas.
✗ Cambio en su estado emocional: la situación de divorcio de sus
padres hace que los menores experimenten múltiples y variadas
emociones que podrán afectarles en mayor o menor medida también
dependiendo de cómo sean abordadas por parte de sus figuras
significativas. También hay que recalcar que tampoco se deben asociar
todos los problemas que le ocurran con el suceso del divorcio, ya que su
desarrollo infantil sigue los cauces normales por lo que tendrá
dificultades propias de su edad: alimentación, sueño, regresiones...Los
hijos e hijas de divorciados tendrán momentos de pesimismo y
sentimientos de soledad, pero también momentos de esparcimiento en
los que juegan y ríen con sus compañeros, momentos que les permiten
distraerse así como compartir y mostrar afecto y confianza hacia otros
iguales. La mayoría de los niños presenta etapas predecibles en su
desarrollo a pesar de la diversidad de ritmos de aprendizaje como
consecuencia de sus características personales e influencias de los
diferentes contextos de crianza.
16
Creemos importante recoger algunos de los sentimientos que este colectivo de
niños y niñas pueden experimentar para planificar nuestro trabajo según las
necesidades que presenten. Seguimos la aportación de Silvia Russek,
psicóloga experta en el campo de la educación emocional quien elabora una
lista con los sentimientos más habituales que pueden presentarse durante el
proceso de divorcio. Son los siguientes:
✗ Miedo de ser abandonados por el padre con el cual viven (el otro ya lo
hizo), de perder su casa y la satisfacción de sus necesidades básicas.
También miedo a que progenitor que se ha marchado los deje de querer.
Este miedo puede manifestarse a través del llanto, cambios de
comportamiento y una mayor reticencia a separarse del progenitor
custodio.
✗ Tristeza es el sentimiento que más a se presenta en los pequeños
frente al divorcio. Se manifiesta a través de múltiples reacciones: llanto,
deseo de estar solos, mostrarse menos alegres y comunicativos, etc.
Todas son reacciones normales que los adultos debemos entender
puesto que es fácil empatizar con la sensación de ausencia de uno de
sus padres en las actividades de la vida diaria y de pérdida de la familia
que tenían hasta este momento. Un padre es irreemplazable para los
menores y lo extrañarán con nostalgia en muchas circunstancias
después de su partida y más en edades en las que no se comprenden
las razones y causas de la ruptura.
✗ Rabia: aunque no es tan visible ya que puede llegar a manifestarse a
través de actos irracionales o de manera indirecta a través de actos
destructivos, peleas con sus amigos, y discutiendo con sus progenitores,
profesores y otros adultos que los rodean. Lo que nunca debemos hacer
es negar su enfado o decirles que no es la manera de resolver la
situación ya que es de momento su forma más natural de expresarlo.
17
✗ Rechazo: es frecuente que piensen que al igual que sus padres se han
rechazado mutuamente, también los rechazarán a ellos en algún
momento de su vida, lo que va a incidir en la bajada de la autoestima al
sentir que no merecen aprecio y amor. Consideran que si ellos han roto
el compromiso que un día asumieron de amarse por el resto de su vida,
también podrán olvidar el que adquirieron cuando los hijos nacieron.
✗ Culpa: pueden atribuir la causa de la ruptura a sus comportamientos
negativos o dificultades escolares, siendo habitual que los menores no
compartan esta reacción con sus padres. Por otra parte, la pérdida de un
miembro en la vida cotidiana de una familia deja un espacio vacío en su
interior. Esta ha cambiado y no volverá a ser lo que era antes del
divorcio.
✗ Soledad: derivada de la pérdida del progenitor que ha salido de casa.
Se trata de un sentimiento que se presenta independientemente de la
cercanía que exista entre ellos. La nueva estructuración familiar también
causará en los pequeños más soledad, es probable que el progenitor
custodio tenga que desempeñar más horas laborales por lo que pasará
menos tiempo con ellos.
✗ Vergüenza: aunque aparentemente el -qué dirán-, suele ser la causa
primera de este sentimiento, esta afirmación parece indicada en el caso
de los progenitores, los sentimientos de vergüenza de los hijos e hijas
suelen deberse a otras situaciones como el ser diferente de sus
compañeros o la consideración de que llorar en público está mal.
En muchas ocasiones con la intención de no ver sufrir a los pequeños se les
enseña a no exteriorizar sus sentimientos, impidiéndoles enfrentar la situación
de manera que pasen por las fases de duelo que le servirán para hacer más
fácil la adaptación. Resulta muy importante ayudar a los niños a identificar y
expresar sus sentimientos y emociones, proporcionar un espacio emocional en
el que se les ayude a clarificar y elaborar todos sus sentimientos, así como
18
ayudarles a enfrentarse a estas nuevas situaciones. La forma de expresar
estas emociones no siempre es abierta y explícita, sino que muchas veces se
llegan a interiorizar los problemas de manera que repercuten en el estado físico
de los menores presentándose en cambios de conducta y de ánimo.
Señalamos a continuación un conjunto de problemáticas que los niños pueden
experimentar en las primeras fases del divorcio o cuando este se convierte en
un estresor permanente en sus vidas.
6.3.-POSIBLES PLOBLEMÁTICAS INFANTILES ASOCIADAS A LA NUEVA SITUACIÓN:
Reflejamos a continuación algunas de las problemáticas que autores como
Cantón, Cortés y Justicia (2002) exponen como resultado de una revisión de
investigaciones al respecto:
✗ Trastornos de sueño: insomnio, ansiedad o pesadillas. La nueva
situación que el niño o la niña está viviendo puede alterarle sus ciclos de
sueño por lo que es importante acompañar en este momento de
transición entre el ajetreo diario y la calma y descanso nocturno, así
como intentar no cambiar los hábitos o rituales relacionados con la hora
de irse a dormir o en caso de verse obligados a cambiarlo hacerlo de la
manera menos novedosa posible.
✗ Trastornos de alimentación: este tipo de trastornos suele ser más
numerosas en las niñas (debido a la interiorización de los problemas y
consecuencias somáticas), aunque claramente puede darse en ambos
sexos por lo que es recomendable observar si sus hábitos han
cambiado de manera significativa desde el divorcio de sus progenitores.
Es normal que pierdan el apetito y dejen de interesarse por la comida o
19
que ocurra todo lo contrario, pero si vemos que esta situación no remite
con el paso del tiempo y con la recuperación de la estabilidad familiar
será aconsejable acudir al pediatra.
✗ Regresiones: muchos reaccionan volviendo a etapas evolutivas
anteriores, lo que permite al niño desconectar se situaciones demasiado
complicadas y abrumadoras para el y descansar mentalmente mediante
actos y situaciones que controla y le aportan seguridad. Las conductas
más habituales son: chuparse el dedo, hacerse pipi, rabietas, volver a
necesitar los objetos de apego como el oso de peluche...
✗ Problemas físicos: como dolores de estómago, de cabeza, calambres o
tics o la probabilidad de enfermarse con facilidad debido a que las
defensas inmunológicas disminuyen con las tensiones. Muchas veces se
tiende a pensar que los niños solo intentan llamar la atención
quejándose de algún dolor, sin advertir que la interiorización de los
problemas y la no expresión de sentimientos puede ser la causa de
dolores reales que se han somatizado. Los problemas internos de
conducta más habituales según Forehand (1990) son depresión
ansiedad y retraimiento social.
✗ Bajada en el rendimiento académico: si nos centramos en los efectos
a corto plazo puede que los resultados de las investigaciones sean
significativos como para establecer una relación de causalidad entre
divorcio de los padres y fracaso escolar, es decir, momentáneamente es
indudable que la situación de divorcio afectará a los sentimientos y
estado anímico de los pequeños, lo que repercutirá sobre la escuela.
Autores como Bisnaire et al.,1990; Wadsby, Göran ySvedin, 1996,
reclamaron tener en cuenta el factor tiempo para obtener resultados más
objetivos. Las conclusiones de los estudios longitudinales afirman que la
inmensa mayoría no desarrolla problemas graves o permanentes y llega
a la etapa adulta con un nivel razonable de competencia (Cantón et
al.,2002)
20
✗ Dificultades en las relaciones sociales y familiares una vez llegados
a la vida adulta, como consecuencia de un inadecuado desarrollo del
autoconcepto. Suelen presentar niveles más bajos de habilidades
prosociales que los de familias intactas y tienen más problemas en las
relaciones con sus padres, hermanos e iguales (Amato y Keith 1991a).
✗ Problemas de conducta externalizantes como una mayor agresividad
que suele aparecer con índices superiores y mayor duración en los hijos.
Por el contrario las hijas suelen interiorizar sus problemas asi como su
insatisfacción, lo que aparecerá con el tiempo en forma de depresión
ansiedad y retraimiento (Ge, Natsuaki y Conger 2006).
Los hijos e hijas de divorciados muestran más conductas agresivas que
los de hogares intactos, bien es cierto que la forma de expresión si
cambia con el género; la agresión de los varones es más física y de mal
comportamiento mientras que la de las niñas es más encubierta e
indirecta (conseguir que los demás se enemisten, hablar mal a las
espaldas, contar intimidades de otros...).
Como ha sido expuesto, la forma en la que los padres resuelvan el conflicto
puede mediatizar el impacto en los hijos, lo que parece ser la clave para la
futura adaptación de los menores. Por otro lado, se ha producido un cambio de
orientación teórica en el análisis de las situaciones de divorcio desde una
perspectiva psicopatológica a otra basada en aquellos aspectos adaptativos de
la personalidad y de la conducta del menor que puedan ayudarle a superar la
situación.
Pero independientemente de la actuación de los padres y otras variables
situacionales existen además una serie de capacidades individuales que
parecen mediar para que las situaciones traumáticas de un hecho, como en
este caso, la crisis en la familia o el divorcio, tengan consecuencias más o
menos graves en las personas que los experimentan, en este caso en los niños
y niñas. Aludimos con esto al concepto de resiliencia. Este concepto se refiere
a la capacidad de un individuo –o de una familia- para enfrentarse a
21
circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles o situaciones
potencialmente traumáticas y recuperarse saliendo fortalecido y con más
recursos (Pereira 2007). Werner (1993) trató de determinar qué factores habían
favorecido la buena evolución por lo que empezaron a definirse los factores de
resiliencia, concluyendo que las primeras experiencias vitales, por adversas
que sean, no tienen por qué dejar necesariamente marcas permanentes, y que
la resiliencia puede darse en cualquier momento del Ciclo Vital.
A continuación ofrecemos algunos de los factores que pueden resultar
adaptativos a la hora de superar la situación que tienen que ver con la
resiliencia junto con aquellos otros factores que la literatura señala como
factores que pueden suponer un mayor o menor riesgo en la adaptación infantil
a la situación.
7. FACTORES DE RIESGO / PROTECCIÓN:
Entendemos por factores de riesgo todas aquellas características innatas o
adquiridas, individuales, familiares o sociales que incrementan la posibilidad de
sufrimiento, disfunciones y desajustes. Los factores protectores serían al
contrario aquellas características, hechos o situaciones que elevan la
capacidad para enfrentarse a circunstancias adversas y disminuye la
posibilidad de disfunciones y desajustes bio-psico-sociales, aún bajo el efecto
de factores de riesgo (Pereira 2010).
Werner (1993), afirmó que el elemento primordial para una resiliencia eficaz es
la “confianza en sí mismo” para enfrentarse a los problemas. Por todo ello será
adecuado trabajar con el alumnado aspectos relacionados con la autoestima, la
conciencia emocional, regulación emocional y habilidades sociales.
Analizaremos en primer lugar los factores personales para pasar
posteriormente a los conductuales y sociales.
22
✗ Autoconcepto: Se trata de un factor protector fundamental para logar
un adecuado equilibrio psicológico y desarrollo personal adecuado. En el
caso de hijos de divorciados la construcción de esta imagen puede verse
afectada por los sentimientos de culpa, vergüenza o simplemente por
ser diferente a sus compañeros, lo que le dificultará la construcción de
una imagen ajustada de sí mismo.
✗ Características personales: Como la capacidad de establecer
relaciones y vínculos con otras personas, la introspección o la confianza
en uno mismo, ligada al autoconcepto y que para muchos autores es el
factor protector por excelencia. Por ello es importante que trasmitamos a
nuestros alumnos y alumnas el ánimo y confianza que necesitan para
darse cuenta de que son capaces de todo lo que se propongan.
✗ Temperamento: Aquellos niños con un temperamento difícil tendrán
menor capacidad de adaptación debido a la mayor facilidad para
provocar respuestas negativas en sus padres, y a una menor capacidad
para asumir la negatividad del entorno, así como para conseguir apoyos
sociales. Por el contrario los hijos e hijas con temperamento fácil y
menos problemas de conducta estarán en mejores condiciones para
afrontar las transiciones familiares, ya que aumentará la posibilidad de
que obtengan respuestas positivas de apoyo (Hetherington, Bridges e
Insabella,1998).
Veamos ahora, otro tipo de factores, ligados a cada situación y que por tanto
deberemos de tener en cuenta a la hora de entender cómo viven y perciben
los pequeños y las pequeñas la situación de divorcio o separación de sus
progenitores:
✗ Edad: con respecto a la edad, Davies y Cummings (2002) apuntan que
ciertas respuestas aumentan y otras disminuyen así por ejemplo a
mayor edad mayor sensibilidad (factor de riesgo) pero también mayor
número de estrategias de afrontamiento que suavicen la situación y
23
también mayor comprensión y conciencia de las causas y
consecuencias (factor de protección). Entre los 3 y 5 años es común que
piensen que son los responsables de lo ocurrido y que esperen la
reconciliación durante años usando la fantasía e imaginación para negar
la situación e imaginar la futura reconciliación.
✗ Etapa del divorcio:en las primeras etapas de la separación es muy
factible que se presenten tristezas o momentos depresivos, algo que
resulta totalmente normal dada la situación de desestructuración familiar.
A medida que pasa el tiempo irán experimentando los efectos de la
situación, exteriorizando el malestar a través de comportamientos y
sentimientos de rabia, muchas veces dirigidos hacia el progenitor
custodio al que culpan de no haber hecho lo suficiente para evitar la
marcha del otro progenitor y hacia el no custodio por haberlo
abandonado e iniciado la desestructuración familiar.
Como ya hemos comentado anteriormente, el establecimiento de otras
relaciones por parte de los progenitores constituye una de las etapas de
mayores dificultades de adaptación y ajuste por parte de sus diferentes
miembros, en la que es probable que surjan celos y rivalidades entre
hermanastros al igual que en las relaciones con la madrastra / padrastro.
Con independencia de la etapa en la que se encuentre los padres
deberán estar atentos a las reacciones y estados de los niños para
ayudarles a superar esta situación con más tranquilidad y apoyarles en
estas situaciones.
✗ Intensidad del conflicto: estos pueden variar desde una discusión
hasta agresiones físicas. Parece comprobado que la presencia de
conflictos de baja intensidad no tiene efectos negativos en el desarrollo
del niño (a pesar de que tampoco será algo que le favorezca), son las
agresiones físicas y la hostilidad que aparece durante éstas lo que
expone a los menores a una mayor probabilidad de manifestar
problemas externos de conducta (McDonald y Jouriles, 1991). Los hijos
e hijas llevan siendo espectadores mucho tiempo antes de producirse el
divorcio de los conflictos entre los padres. Tras la ruptura solo cuando
24
los progenitores sean capaces de generar un ambiente estable, explicar
la nueva situación de una manera ajustada a la edad del niño y
mantener una buena comunicación, estarán propiciando un contexto
adecuado para que los hijos e hijas se adapten de mejor manera a los
cambios.
El riesgo en este caso se produce cuando las relaciones entre la pareja
están tan dañadas que se hace casi imposible establecer una
conversación aunque sea por el bien de los hijos, y se sigue
manteniendo contactos caracterizados y cargados de nuevos conflictos.
Un factor de protección por el contrario será que el progenitor custodio
facilite la función paterna/materna del otro progenitor.
✗ Red de apoyos familiares: el contacto y acercamiento con la familia
extensa, primos, abuelos, tíos, vecinos...de cada uno de los progenitores
servirá a los hijos e hijas de divorciados como fuente de apoyo, de
obtención de consejos y como modelos valiosos, además de diversificar
también la gama de actividades a realizar. Todo ello ayudará en el
desarrollo de la personalidad del menor ya que tendrá mayor variedad
de opciones tanto de actuar, pensar, como de ser y más personas que le
demuestran su cariño y para las que se considera significativo.
Será muy importante la densidad de estas redes, ya que el objetivo que
como docentes debemos de perseguir será la clarificación de los
sistemas en los que el niño se desarrolla, para que en el caso de que la
familia falle, otros sistemas más amplios como por ejemplo la escuela
pueda proveer de la protección que necesitan facilitándole maneras y
modelos adecuados.
Hemos ofrecido en las páginas anteriores lo que concluye la bibliografía
existente respecto al tema del divorcio con el objeto de analizar cómo puede
afectar esta crisis familiar a la vida de los niños y niñas comprobando cómo la
ruptura de los progenitores pueda alterar la cotidianeidad de nuestros alumnos
y alumnas debido a muchos de los cambios que se producen tanto en la
25
estructura familiar como en la rutina diaria. Hemos querido ofrecer desde esta
perspectiva lo que los autores consideran los principales sentimientos que
niños y niñas pueden experimentar al encontrarse en esta situación. Por último,
hemos querido exponer aquellos factores que podrán aumentar o minimizar el
impacto de la situación sobre los pequeños.
8. ¿QUÉ PODEMOS HACER DESDE LA ESCUELA?
La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (L.O.E) que regula las
enseñanzas educativas en España establece como una de las finalidades de la
acción educativa el fomentar el pleno desarrollo de la personalidad del
alumnado. La Organización Mundial de la Salud (O.M.S) define el concepto de
salud no solo como la simple ausencia de enfermedad, sino como un estado de
bienestar físico, social y psicológico. Por lo que el bienestar emocional de los
niños y niñas responsabilidad fundamental de la familia se convierte igualmente
en uno de los objetivos que la escuela deberá abordar como parte fundamental
de su trabajo.
La escuela, y el profesorado ha de ser consciente de la importante función que,
como contexto de desarrollo óptimo, ofrece a todo el alumnado. Muchos niños
y niñas pasan más de la tercera parte de la jornada diaria en la escuela, son
muchas horas que posibilitan al profesorado la observación continua y
sistemática de todo el alumnado. La posibilidad de conocer las características
individuales y las maneras de hacer de nuestros alumnos y alumnas nos
permitirá darnos cuenta de las situaciones en las que atraviesan un mal
momento para poder así diversificar nuestras actuaciones y poder atender cada
situación de la manera más adecuada posible.
Nuestra finalidad será pues la de contribuir a reducir los efectos de la
separación de los progenitores, intentar dar respuesta a sus necesidades de la
misma manera que lo haríamos con cualquier otra situación de riesgo para su
correcto desarrollo.
Según Goleman (1998), el cociente emocional (CE) es tan importante como el
26
cociente intelectual (CI) con respecto al desarrollo saludable del niño y su éxito
futuro, por lo que quizá sea necesario y acorde con los resultados de las
investigaciones trabajar desde la escuela más aspectos relacionados con la
inteligencia emocional. Si está comprobado que ante la existencia de
problemas que interfieren en el correcto desarrollo del alumnado, las
consecuencias derivadas de los diferentes sentimientos que en el pueden
surgir alterarán otros aspectos de su vida como el académico o el social, sería
más acertado resaltar la importancia del aprendizaje y dominio de las
emociones para aumentar la resiliencia de nuestros alumnos ante cualquier
situación problemática. Hemos visto como el elemento primordial para una
resiliencia eficaz es la “ confianza en uno mismo”, por lo que trabajaremos en el
aula aspectos relacionados con la autoestima, la conciencia emocional, la
regulación emocional y las habilidades sociales.
A continuación se exponen algunas de las características de la etapa educativa
de Infantil para poder ajustar nuestro trabajo a las necesidades de nuestros
alumnos.
8.1.-ETAPA DE INFANTIL: IMPORTANCIA Y CARACTERISTICAS.
Se conoce como infancia a la etapa de vida comprendida entre el nacimiento y
los 6-7 años, concretamente en Educación Formal la etapa educativa de Infantil
comprende de los 2 a los 6 años de edad. De todo el período evolutivo que los
niños pasan en la escuela quizás sea esta etapa la que más puede precisar de
algún tipo de ayuda debido a las limitaciones de razonamiento y comprensión,
así como a la falta de estrategias de afrontamiento que estos niños y niñas
pueden tener; nos referimos al desarrollo cognoscitivo de los niños de esta
etapa que según la teoría de Piaget pasará por los periodos de inteligencia
sensoriomotora y el periodo de la inteligencia de operaciones concretas.
Dentro de este último periodo se establecen dos fases, una caracterizada por
un pensamiento simbólico (2-4años) en la que comenzará la adquisición del
lenguaje gracias a la función simbólica y otra en la que se posee ya un
27
pensamiento intuitivo (4-7 años) basada en los datos intuitivos y perceptivos,
fase en la que aparece el raciocinio a través de juegos y experimentación sobre
una realidad manipulable. Es sin duda la etapa en la que el egocentrismo
infantil se hace más visible, al niño o la niña le resulta difícil aceptar las
opiniones de los demás simplemente porque supone un esfuerzo en estas
edades empatizar con los demás.
El juego además de ser la actividad propia y característica de la infancia, es la
forma a través de la cual pueden vivir y recrear sus experiencias adversas de
una manera más placentera y con un final diferente al real.
También como característica de esta etapa citaremos la dependencia que
tienen estos alumnos y alumnas de sus familiares y la relación tan estrecha que
se produce en estas edades.
8.2.-EL PAPEL DE LA FAMILIA:
Entendemos el concepto de familia desde la teoría de los sistemas familiares
como un conjunto de subsistemas que se influyen los unos a los otros, siendo
la relación matrimonial la pieza clave de estabilidad / inestabilidad de todos los
demás subsistemas y del conjunto. Puede definirse también como un conjunto
o sistema de relaciones de parentesco, biológico o político, con gran variedad
de tipologias dependiendo de factores sociales, culturales, económicos y
afectivos.
Independientemente de la forma o tipología familiar lo que está claro es que los
seres humanos somos seres sociales desde el nacimiento y dependientes para
poder desarrollarnos y no solo con un fin puramente funcional sino que
necesitamos afecto y cercanía con nuestros iguales para la adecuada
formación de una personalidad sana y equilibrada.
Es obvio que los niños y niñas tienen derecho a tener una familia aunque
creemos que los derechos de los menores deben de plantearse de otra
28
manera: los niños y niñas tienen la necesidad de establecer un vínculo seguro,
estable y eficaz con, al menos, una persona adulta que cubrirá todas sus
necesidades. Así será como el menor se sentirá parte de una familia adecuada,
por lo que podemos afirmar que lo que primará a la hora de “evaluar” una
familia, en este sentido será el funcionamiento de la misma y no su estructura.
(Lopez, 2010).
Pero, ¿qué es el vínculo de apego? y ¿Qué consecuencias tiene para la
persona establecerlo de una manera correcta?
Este vínculo responde a una necesidad humana fundamental; la de sentirse
seguro y protegido, sabiendo que una o varias personas estarán siempre
disponibles para nosotros. La teoría psicoanalítica señalaba como causas de la
formación del apego la relajación y satisfacción que producen los momentos de
amamantamiento, sin embargo, las investigaciones de Harlow y Zimmerman
(1959) llevadas a cabo con crías de mono demostraron que no es el hecho de
cubrir las necesidades alimentarias lo que determina el vínculo, sino el aporte
de un contacto suave y cálido. La teoría etológica lo define como una tendencia
cultural innata, instaurada en la filogénesis de nuestra especie gracias a su
valor de supervivencia.
En 1969 Bowlby formula la teoría del apego como necesidad, tendencia
biológicamente determinada en el niño hacia la interacción con los seres
humanos que finalmente se orienta hacia una figura específica.
Aunque el niño posea la capacidad de mantener contacto con diferentes
personas desde su nacimiento el vínculo de apego no es algo que se produce
de manera inmediata, ya que su formación conlleva un proceso; alrededor de
los 3 meses el bebe se orienta hacia las personas pero es aun incapaz de
reconocerlas, de ahí hasta los 7 meses ganará confianza con las figuras
familiares pero sin rechaza a los extraños. Será entre los 8 y los 12 meses
cuando se vincule de manera definitiva y comienza a desconfiar y temer la
presencia de extraños.
29
Como resultado podemos establecer tres patrones básicos de tipos de apego:
✗ Seguro: aquel que permite al niño la exploración del entorno y una
relación normal en la que se sufre la pérdida pero de manera aceptable
y transitoria.
✗ Ansioso ambivalente: cuando la relación se vuelve posesiva con la
persona apegada llegando a angustias altas ante la pérdida. Evitan el
contacto y se muestran esquivos cuando la madre lo inicia. Inseguros y
con exploración y creatividad nula.
✗ Evitativo: se muestran pasivos e indiferentes ante la presencia y la
perdida. Evitan el contacto y se sienten inseguros aunque no quieren
mostrarlo o han aprendido a no hacerlo.
El modelo tradicional de socialización familiar sostiene que en el proceso de la
educación de los hijos e hijas los padres son modelos que establecen unas
determinadas interacciones que determinaran los futuros contactos con sus
hijos e hijas y que tendrán gran peso sobre su conducta y personalidad. Los
aspectos del comportamiento de los progenitores que los menores consideran
fundamentales son la disponibilidad y sensibilidad con la que los progenitores
se dirigen a sus hijos en el día a día, es decir, la infancia reclama una persona
que lo considere significativo e importante en cualquier situación y que a la vez
sepa advertir las necesidades de cada momento, aportando un marco de apoyo
y comprensión.
La dependencia casi total de sus progenitores que tienen los y las alumnas de
esta etapa parece haber favorecido el continuo intercambio de informaciones
entre los padres y el profesorado, por lo general se implican más con la escuela
durante estos años lo que a su vez favorece que sus hijos e hijas integren
todas sus experiencias bajo un marco común familia-escuela.
Hemos visto que cuando las parejas logran superar sus altercados de manera
respetuosa y controlando sus reacciones para mantener al margen a sus hijos
e hijas, éstos modelan un patrón que les permite afrontar los problemas y las
nuevas situaciones de una manera mucho más adaptativa, por lo que creemos
conveniente y necesario aprovechar la implicación en la escuela por parte
30
de las familias para favorecer este óptimo desarrollo de nuestros alumnos y
alumnas.
Desde este punto de vista creemos que desde la escuela se pueden plantear
determinados objetivos aprovechando la relación con las familias. Algunos de
los que proponemos son:
✗ Informar sobre los procesos importantes que en el ámbito afectivo
experimentan sus hijos e hijas (formación del vínculo de apego).
✗ Ayudarles a comprender la repercusión que sus actos y emociones
pueden tener en el correcto desarrollo de sus hijos e hijas.
✗ Abordar determinadas situaciones de riesgo con el objeto de promover
el bienestar infantil.
✗ Conocer y abordar las opiniones, posturas, creencias de los padres y
madres sobre dichas situaciones de riesgo.
✗ Darles a conocer la existencia de una serie de factores de riesgo y de
protección infantil.
✗ Compartir informaciones para ayudar a desterrar falsas creencias.
Estos objetivos podrían desarrollarse mediante una serie de sesiones dirigidas
por los docentes de la etapa con la ayuda de la orientadora. La propuesta
planteada no debiera de ir únicamente dirigida a determinadas familias que se
encuentren en situaciones difíciles sino que desde nuestro punto de vista
debieran extenderse a todas las familias obteniendo así resultados preventivos.
La finalidad de este tipo de propuesta es poder transmitir a las familias que
existen situaciones que pueden ser de especial vulnerabilidad para los niños y
niñas y que dependiendo del afrontamiento familiar pueden perjudicar el
bienestar infantil. Es importante trasmitir esta idea a los padres ya que cómo
hemos visto también se trata de un momento de especial vulnerabilidad para
ellos y pueden sentirse intimidados.
31
Señalamos a continuación algunas de las ideas que al respecto debieran
transmitirse a través de una propuesta como la planteada o cualquier otra
forma de interacción con las familias:
8.3.-RECOMENDACIONES:
Recomendaciones dirigidas a los progenitores:
✗La importancia de que los niños sientan la disponibilidad permanente
del padre y la madre a pesar de los períodos de separación que los niños
deben ir afrontando.
✗La importancia de animar y permitir a los hijos e hijas a que sigan
teniendo un estrecho vínculo con ambas figuras; para ello será importante que
no hablen de manera despectiva de su ex-pareja delante de los niños y niñas,
que recuerden a menudo que la marcha no ha sido algo voluntario y deseado
para la persona que abandono el hogar y que faciliten las visitas e intercambios
telefónicos con el progenitor no custodio.
✗La necesidad de afrontar de forma positiva algunos problemas
conductuales que los niños pueden tener, más aún en situaciones que les
desestabilizan, evitando el uso del castigo. Abandonarán por si solo este tipo
de conductas si damos cabida a la expresión de sus sentimientos y se sienten
apoyados y valorados.
✗ La importancia que para los niños y niñas tiene la expresión de sus
sentimientos, de sentirse apoyados y valorados cuando los expresan. Los niños
deben sentir apoyo y seguridad por parte de sus figuras significativas.
✗La necesidad de ayudar a los pequeños a elaborar los diferentes
sentimientos, siendo para ellos un modelo que les ayude a entender que lo que
sienten tras esta crisis familiar es normal y que la situación se estabilizará
progresivamente.
32
✗La importancia de ayudar a los hijos e hijas a adquirir mayor confianza
en si mismos y haciéndoles ver que son capaces de afrontar cualquier
situación.
✗La importancia de ofrecer pequeñas nuevas responsabilidades que les
motiven y nuevas actividades que limiten el tiempo de entretenimientos pasivos
y les permita aprendan y relacionarse con otros.
✗La importancia de animarles a que traigan a sus amigos a casa ya que
será una inversión para los años de la adolescencia transmitiéndole que sus
amigos son bien recibidos porque también es su casa.
Las familias deben evitar:
✗ Que los niños y niñas escuchen opiniones que culpan o sitúan en mal
lugar a uno de sus progenitores
✗ Que los niños y niñas se conviertan en confidentes (no debe asumir el
papel de apoyo moral) o en el centro de todas las disputas.
✗ Que los niños y niñas sean utilizados como mensajero o espías de lo
que sucede en el otro hogar.
✗ Que los niños y niñas se vean obligados a elegir entre uno de los dos
progenitores, ya que para los y las menores supondrá la idea de pérdida
de uno de sus progenitores además de una decisión que no le
corresponde.
✗ Que los niños y niñas tengan que cambiar sus rutinas y costumbres ya
que perderán con ellos la confianza y seguridad que los limites que ya
tienen establecidos les aportan.
Puesto que en situaciones de dificultades familiares de crisis, como hemos
señalado al hablar del divorcio, los niños y niñas experimentan sentimientos de
tristeza, culpa, etc., un tema en el que se debe profundizar en el trabajo con las
familias es ayudarlas a afrontar estas emociones en sus hijos.
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Algunas recomendaciones serían las siguientes:
✗La importancia de expresar a los hijos e hijas sus propios sentimientos
(con explicaciones adecuadas a la comprensión según la edad) para que
sepan identificarlos con los suyos y adviertan que son adecuados, creándose
así un clima de comprensión y apoyo.
✗La necesidad de ayudar a exteriorizar estos sentimientos
especialmente a los hijos varones a los que la tradición ha prohibido llorar, y
aceptar inicialmente la agresión como una prueba de la asunción de la nueva
situación.
✗La necesidad de ayudarles a encontrar maneras adecuadas de
exteriorizar sus sentimientos y preocupaciones sin hacer daño a otras
personas.
✗La importancia de establecer con los niños y niñas una relación
incondicional en la que quede claro que siempre serán importantes y podrán
contar con ellos, minimizando así las posibilidades de experimentar miedo al
abandono.
✗La necesidad de explicar frecuentemente a los hijos e hijas que aunque
la relación entre los progenitores se ha modificado, no sucederá lo mismo con
él. Así, los menores comprenderán que la familia no se ha destruido, que se
está transformando y que todos sus miembros siguen perteneciendo a ella.
✗La importancia de que el progenitor que no vive de forma permanente con
ellos, haga los esfuerzos necesarios para estar cerca.
Creemos necesario anticipar todas estas situaciones de manera que los
progenitores puedan pensar de una forma coherente cómo abordarían el caso
34
de la separación o divorcio si se diese, facilitando que ambos se coloquen en la
perspectiva de las y los menores al no existir conflicto real que haga interferir
los diferentes pensamientos y sentimientos que la ruptura produce sobre los
progenitores. Obviamente serán válidas también para aquellos padres y
madres que nos pidan consejo, ayuda u opinión a la hora de afrontar la
ruptura.
Recomendaciones para el trabajo en el aula:
✗ La necesidad de trabajar en el aula aspectos relacionados con la
autoestima y el autoconcepto.
✗ La importancia del refuerzo de los logros en cada niño o niña para
aumentar la confianza en sí mismo.
✗ La obligación de ofrecer a nuestros alumnos y alumnas un espacio
donde puedan expresar sus sentimientos o preocupaciones y la necesidad de
intentar llevar a cabo esta labor todos los días y con todo el alumnado.
✗ La importancia de ofrecer varias alternativas a los alumnos y alumnas
ante una misma actividad, favoreciendo así una progresiva competencia a la
hora de tomar decisiones,sopesando las diferentes alternativas con sus
correspondientes consecuencias de una manera responsable y
comprometiéndose con su decisión.
✗ La obligación de dar respuesta a sus problemáticas e intentar paliar las
consecuencias de éstas de manera que incidan de la menor manera posible en
el adecuado desarrollo infantil.
✗ La exigencia de adaptar todos los materiales del aula para poder
responder de manera inclusiva a todos aquellos hijos e hijas de matrimonios
no convencionales. Nos parece especialmente importante la utilización de los
cuentos por los múltiples beneficios ya conocidos que aportan a la infancia.
35
En el Anexo I se encuentra una breve reseña de un libro de recopilación de
cuentos que nos ayudará a abordar esta temática en el aula con los menores.
Con toda la información anteriormente expuesta esperamos ayudar a la familia
a superar esta crisis, y que en casos en que dicho sistema no se encuentre
capacitado para ofrecer a los niños y niñas el apoyo que necesitan, puedan
encontrarlo en la escuela.
9. CONCLUSIONES:
Tras el análisis realizado y la síntesis aquí expuesta podemos concluir los
siguientes puntos:
✗ En cuanto al tema del divorcio, aunque actualmente en España no
constituye un hecho traumático a nivel social como en otros momentos
históricos es obvio que los procesos de separación y de divorcio siguen
constituyendo a nivel familiar un acontecimiento estresante pues genera
una serie de cambios en la estructura de sus relaciones familiares y
sociales.
✗ Inicialmente, al plantearnos el tema aquí tratado partíamos de una visión
en la que el divorcio podía afectar negativamente a los hijos. Los resultados
de las investigaciones y autores revisados nos han demostrado sin
embargo, que no es el divorcio o la separación lo que expone al niño a una
mayor vulnerabilidad, sino que son las situaciones de conflicto y sus
características (intensidad, forma y contenido), lo que sitúa a los hijos e
hijas en contextos de desarrollo poco adecuados afectándolos
negativamente. Este análisis nos ha llevado a cambiar nuestra visión
orientándola hacia otra más proactiva en la que tratamos de conocer cómo
conseguir que los niños y niñas afronten esta situación de una forma menos
negativa. La exposición de los datos ofrecidos inicialmente hace referencia
a aquellas parejas que han iniciado el proceso de separación o divorcio; si
se constata que es la situación de conflicto permanente lo que parece
36
afectar al adecuado desarrollo de los hijos e hijas y no el hecho del divorcio
en sí, el número de niños y niñas que podrían estar atravesando este tipo
de situaciones de riesgo para la infancia aumentará considerablemente.
✗ Se aumentarán las posibilidades de una adecuada adaptación a la nueva
situación en función de cómo los progenitores aborden el divorcio y según
la importancia que éstos concedan a la manera en que lo experimentarán
los y las menores. No se trata de plantearse el divorcio o dejar de hacerlo
por su bien, ya que las investigaciones demuestran que las consecuencias
serían más perjudiciales, una vez que la decisión está tomada se debiera de
velar siempre por los intereses de los hijos e hijos, e intentar llegar a unos
mínimos al menos en su presencia.
✗ Existen unos factores personales que favorecen la adaptación , entre los
que resalta como principal la “confianza en uno mismo”, por lo que creemos
conveniente trabajar con el alumnado aspectos relacionados con la
autoestima, autoconcepto, conciencia emocional, regulación emocional y
habilidades sociales.
✗ Es importante que los y las docentes aprovechemos la oportunidad de
contacto continuo individual que la escuela nos ofrece con todos ellos para
intentar ayudarles en situaciones difíciles. Nuestra actuación parte del
concepto de resiliencia para fomentar el trabajo sobre aquellos factores que
han demostrado favorecer un adecuada adaptación a la nueva situación.
✗ Asumiremos un papel activo en el intento de paliar los daños que todas
aquellas situaciones de vulnerabilidad para la infancia puedan causar a
nuestros alumnos y alumnas. Por ello, no nos limitaremos a un trabajo en
el aula sino que pretendemos extenderlo a los progenitores como
principales responsables de la situación, del menor y sistema central de la
familia.
* * *
37
10. ANEXO:
Se ofrece a continuación una breve reseña de este libro que creemos puede ser muy útil
para afrontar las situaciones de divorcio y separación.
Título: Cuentos para enseñar a tus hijos a entender el divorcio.
Editorial: Paidós.
Edición: Barcelona 2002.
Autores: Johnston, Janet R.
ISBN: 84-493-1310-4
Ofrece una recopilación de cuentos para ayudar a los niños y niñas a comprender y
afrontar una separación conyugal y las consecuencias negativas derivadas de cada caso.
Para ello se estructura en tres partes según la intensidad de los problemas y dentro de
cada una de ellas se tratan los siguientes aspectos:
PARTE I : Problemas ordinarios del divorcio:
• Imposibilidad de cooperar entre los padres.
• Nuevas parejas e hijos.
• Fantasías e imaginación. Tema de adultos.
• Distanciamientos y cambios personales (Primaria).
• Progenitores tristes y deprimidos.
38
PARTE II : Problemas graves del divorcio:
• Conflictos de lealtades.
• Implicación permanente de los hijos e hijas en los conflictos.
• Atrapados entre dos estilos de crianza diferentes
• S.A.P. Ver defectos y virtudes de ambos (10 años).
• Culparse de lo que les ha pasado a papá y mamá.
PARTE III : Problemas muy graves del divorcio:
• Temor a la ira y enfado de los progenitores.
• Problemas de abusos
• Traumas por observación altos niveles de violencia de manera frecuente.
También aporta una serie de indicaciones para poder crear cuentos especiales a la
medida de las necesidades y temores individuales.
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