ACTUANDO LA REALIDAD

Algún ser humano está feliz porque se compró una moto; acaba de comprar unos muebles

de madera y compró tantos cuadernos para su hijo que ahora va a la escuela. Sin duda está

progresando, pero también está contribuyendo a la destrucción del planeta y la desaparición

de los bosques que suplen de oxígeno al planeta.

“Les contamos en sketch —actuaciones cortas— con chistes, desde cuando el hombre

comenzó a contaminar la tierra, comenzó a construir ciudades, a inventar la máquina de

vapor y a producir alimentos de manera industrial”, adujo Aguirre.

Se trata entonces de una obra que refleja una realidad actual, tan cotidiana, tal común y tan

“necesaria”; sólo que sus personajes son unos verdaderos payasos.

Ahí estará Big Boy, Titi, Toti, Triqui, Ronnie, el doctor Kelo Kura y las payasitas del Club,

interpretando escenas de la vida cotidiana en un ambiente que para muchos sería un

basurero; ya que la utilería y la escenografía estarán compuestos por desechos sólidos

reciclados como cartón, botellas plásticas, aluminio, latas y bolsas plásticas; materiales con

los que también decidieron confeccionar su vestimenta.

TAMBIÉN HAY SOLUCIONES

En los cinco bloques que componen la obra, se abordan temas como el efecto invernadero,

el calentamiento de la tierra y el impacto socioambiental que esto causa.

Sin embargo, no sólo se trata de poner sobre la mesa los problemas, sino de ofrecer algunas

soluciones al respecto.

Así, pues, los payasos les proponen a los niños que usen papel reciclado, que no soliciten

bolsas plásticas en el supermercado, que no usen tanta eenrgía eléctrica y que tengan

conciencio que por cada mueble u hoja de papel se tienen que sacrificar algunos árboles.

La obra Payasos, Recalentamiento y Alegría Global, se presentará todos los domingos de

mayo en la Sala Experimental Pilar Aguirre, del Teatro Nacional Rubén Darío, a partir de

las 4:00 p.m. Los boletos tienen un costo de 50 córdobas.

Es posible que se suelte alguna carcajada durante la presentación de la obra, aunque cada

uno de los problemas que se plasman en ella, no sean necesariamente un chiste del que

tengamos que reírnos.