Acuerdo y Sentencia Nº 472-2004

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Acuerdo y Sentencia Nº 472/04 ACUERDO Y SENTENCIA Nº 472/04 JUICIO: "RAÚL ALEXIS MARTÍNEZ MEDINA C/ MARTA RODRÍGUEZ VDA. DE STROESSNER Y OTROS S/ INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS".- En la ciudad de Asunción, capital de la República del Paraguay a los quince días del mes de marzo del año dos mil cuatro, estando reunidos en su Sala de Acuerdos los Excelentísimos Señores Miembros de la Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y Comercial, Doctores ANTONIO FRETES, VÍCTOR MANUEL NÚÑEZ RODRÍGUEZ y WILDO RIENZI GALEANO, por ante mí el Secretario autorizante se trajo al acuerdo el expediente caratulado: "RAÚL ALEXIS MARTÍNEZ MEDINA C/ MARTA RODRÍGUEZ VDA. DE STROESSNER Y OTROS S/ INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS" a fin de resolver los recursos de apelación y nulidad interpuestos por el Abog. Carlos Alberto Ruffinelli (Mat. N° 500), contra el Acuerdo y Sentencia N° 88 de fecha 4 de Septiembre de 2.001, dictado por el Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, Tercera Sala. Previo estudio de los antecedentes del caso, la Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y Comercial, resolvió plantear las siguientes: CUESTIONES: ¿Es nula la sentencia apelada? En su defecto, ¿se halla ella ajustada a derecho? Practicado el sorteo de ley para determinar el orden de votación dio el siguiente resultado: NÚÑEZ, FRETES y RIENZI.- A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA EL Dr. NÚÑEZ dijo: El recurrente no ha fundamentado el recurso de nulidad interpuesto, tampoco se observan vicios o defectos, que de conformidad con lo dispuesto en los Arts. 113 y 404 del Código Procesal Civil, pudieran ameritar la declaración de oficio de su nulidad. En consecuencia, dicho recurso debe declararse desierto. Voto pues en ese sentido. A SU TURNO LOS DOCTORES FRETES y RIENZI DIJERON: Que se

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Indemnización de daños y Perjuicios

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Acuerdo y Sentencia Nº 472/04

ACUERDO Y SENTENCIA Nº 472/04

JUICIO: "RAÚL ALEXIS MARTÍNEZ MEDINA C/ MARTA RODRÍGUEZ VDA. DE STROESSNER Y OTROS S/ INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y

PERJUICIOS".-

En la ciudad de Asunción, capital de la República del Paraguay a los quince días del mes de marzo del año dos mil cuatro, estando reunidos en su Sala de Acuerdos los Excelentísimos Señores Miembros de la Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y Comercial, Doctores ANTONIO FRETES, VÍCTOR MANUEL NÚÑEZ RODRÍGUEZ y WILDO RIENZI GALEANO, por ante mí el Secretario autorizante se trajo al acuerdo el expediente caratulado: "RAÚL ALEXIS MARTÍNEZ MEDINA C/ MARTA RODRÍGUEZ VDA. DE STROESSNER Y OTROS S/ INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS" a fin de resolver los recursos de apelación y nulidad interpuestos por el Abog. Carlos Alberto Ruffinelli (Mat. N° 500), contra el Acuerdo y Sentencia N° 88 de fecha 4 de Septiembre de 2.001, dictado por el Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, Tercera Sala.

Previo estudio de los antecedentes del caso, la Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y Comercial, resolvió plantear las siguientes:

CUESTIONES:¿Es nula la sentencia apelada?En su defecto, ¿se halla ella ajustada a derecho?Practicado el sorteo de ley para determinar el orden de votación dio el siguiente resultado: NÚÑEZ, FRETES y RIENZI.-A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA EL Dr. NÚÑEZ dijo: El recurrente no ha fundamentado el recurso de nulidad interpuesto, tampoco se observan vicios o defectos, que de conformidad con lo dispuesto en los Arts. 113 y 404 del Código Procesal Civil, pudieran ameritar la declaración de oficio de su nulidad. En consecuencia, dicho recurso debe declararse desierto. Voto pues en ese sentido.A SU TURNO LOS DOCTORES FRETES y RIENZI DIJERON: Que se adhieren al voto que antecede, por los mismos fundamentos.

A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA EL Dr. NÚÑEZ dijo: Cabe recordar que el presente juicio fue promovido por el Sr. Raúl Alexis Martínez Medina por indemnización de daños y perjuicios en contra del Estado Paraguayo y de la Sra. Martha Rodríguez Vda. de Stroessner, alegando que protagonizó un accidente de tránsito el día 09 de enero de 1994, a las 04:30 horas, en la intersección de las calles Roma y Nuestra Señora de la Asunción, de esta capital, por culpa del vehículo Toyota Crown, propiedad del Estado Paraguayo y a cargo de la Sra. Marta Rodríguez Vda. de Stroessner. El principal motivo del accidente de tránsito fue el hecho de haber cruzado el semáforo en luz roja, quien estaba al volante del Toyota Crown, guiado en ese momento por el Sr. Teófilo Antonio Rodríguez, acompañado por el señor Cándido Alcaraz, produciéndose aparte del accidente de tránsito, las consecuencias aún más

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graves para el accionante, quien estuvo por más de un mes en terapia intensiva en el Sanatorio Español y luego más de dos meses para una recuperación solo parcial, no pudiendo coordinar sus movimientos, lo cual le imposibilita trabajar normalmente, demandándole ello importantes gastos, como el préstamo por Guaraníes quince millones (Gs. 15.000.000), otorgado por el ABN-AMRO BANK a 4 años de plazo con un interés del 22% anual, para cubrir los gastos de sanatorio y medicamentos que ascienden a la suma de Guaraníes veintidós millones setecientos cincuenta y tres mil cincuenta y siete (Gs. 22.753.057). Asimismo estima el daño moral en la suma de Guaraníes ciento cincuenta millones (Gs. 150.000.000), la cual no puede ser precisa, ya que no puede determinar si tendrá o no un restablecimiento definitivo.

Al contestar la demanda, el Estado Paraguayo opone excepción de falta de acción fundado en que no se halla acreditada la propiedad atribuida al Estado Paraguayo del vehículo Toyota Crown, es decir, funda la excepción en la falta de legitimación pasiva de su parte. Manifiesta asimismo, que la culpa del conductor del Toyota no está probada, en razón de que el parte policial constituye una presunción, debiendo tenerse en cuenta la preferencia de la calle Roma en caso de falta de funcionamiento del semáforo. Por último, cuestiona la falta de justificación de los daños materiales y del daño moral reclamados.

La Sra. Martha Rodríguez de Stroessner, codemandada, contesta la demanda oponiendo excepción de falta de acción, argumentando que para que exista la responsabilidad indirecta por hecho ajeno establecida en el art. 1842 del Código Civil debe existir relación de dependencia entre el autor del hecho ilícito y la demandada, que el autor haya causado el daño en ejercicio de la función encomendada y que el hecho ilícito sea imputable al dependiente. Para que se configure la responsabilidad por hecho ajeno es necesario que la persona responsable tenga dirección y ejerza vigilancia sobre el ejecutor del hecho dañoso. En el caso de que el vehículo pertenezca al Estado Paraguayo, niega su utilización "a cargo de" la codemandada.En Primera Instancia, por S.D. N° 1068 del 24 de diciembre de 1999 (fs.241/248) se resolvió rechazar con costas las excepciones de falta de acción opuestas por los demandados y hacer lugar a la demanda contra la Sra. Marta Rodríguez Reig de Bedoya y el Estado Paraguayo, condenando a los demandados a abonar la suma de Guaraníes ciento trece millones doscientos cincuenta y nueve mil ciento setenta y uno (Gs. 113.259.171), importe establecido en forma provisoria de conformidad con el Art. 1860 del Código Civil y que debería ser abonado al momento del dictamiento de la resolución, debiendo establecerse el monto definitivo, en el término de dos años a partir de la fecha de dicha sentencia. Se impusieron las costas a la perdidosa.En segunda instancia, por Acuerdo y Sentencia N° 88 de fecha 4 de Septiembre de 2.001 (fs. 299/302), el Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, Tercera Sala resolvió: 1) Desestimar el recurso de nulidad; 2) Hacer lugar a las excepciones de falta de acción; y por último, 3) Revocar la sentencia apelada e imponer las costas a la perdidosa. Contra el mencionado fallo se alza la parte actora (fs. 310/320), alegando fundamentalmente que el recurso interpuesto por el Abog. Hirán Delgado Von Leppel, en representación de Marta Rodríguez, contra la sentencia de Primera Instancia (f. 248) no fue refrendado por el actuario o el Oficial de Secretaría, por lo que los recursos contra dicha

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resolución fueron mal concedidos; considerando así que es aplicable la nulidad establecida en el Art. 144 del Código Procesal Civil para las notificaciones. En cuanto a la argumentación del Tribunal de que debía haber planteado el incidente de nulidad, ello no resultaba posible por haber concluido la jurisdicción del juzgado de primera instancia con el pronunciamiento de la sentencia, y mal puede considerarse como consentida tal nulidad, atento a lo dispuesto en el Art. 163 del Código Procesal Civil. Agrega que el Tribunal puede declarar de oficio la nulidad de todo o parte del proceso y solicita en consecuencia se declaren mal concedidos los recursos de apelación y nulidad interpuestos por el Abog. Hirán Delgado en contra de la Sentencia N° 1068 de Primera Instancia. En cuanto al fondo de la cuestión manifiesta que la dependencia del causante del accidente y la responsabilidad de la demandada quedó demostrada por la documental agregada a f. 203 como hecho nuevo. Que surge de manera incuestionable el reconocimiento de la codemandada de la dependencia del causante del accidente, por lo que la excepción debe ser desestimada. Por último, señala lo dispuesto en el art. 1842 del Código Civil sobre la responsabilidad directa e indirecta: probada la dependencia sólo queda exceptuado de responsabilidad si el daño se produjo por causa de la víctima o por caso fortuito; en consecuencia, probada la dependencia por la codemandada surge su responsabilidad de reparar el daño.-El Estado Paraguayo, al contestar la fundamentación de los recursos, expresa que no existe en la expresión de agravios mención hacia el Estado Paraguayo como supuesto co-responsable. Asimismo manifiesta que no quedó demostrada la propiedad del vehículo atribuida al Estado paraguayo, obrando a f. 127 de autos el informe de la OPACI del cual se desprende que la patente municipal que portaba el vehículo se halla a nombre de Saturnina Vda. de López.-

La Sra. Marta Rodríguez de Bedoya, en su contestación (fs. 325/326) manifiesta que el apelante pretende enmendar la desidia de no haber impugnado en la instancia correspondiente el supuesto vicio. Ha quedado demostrado que el causante del daño era funcionario público asignado a la custodia de Marta Rodríguez en calidad de hija de Ex-presidente, y que a la fecha del accidente se hallaba de vacaciones. Concluye, expresando que la sentencia recurrida se halla plenamente ajustada a derecho por lo que la misma, debe ser confirmada por ese alto tribunal, con costas.

En primer término, en cuanto a los agravios vertidos contra la "cuestión previa" del Acuerdo y Sentencia recurrido, el vicio aludido -la falta de firma del Actuario o el Oficial de Secretaría al pie de la notificación personal- fue consentido en la instancia en que se produjo. En efecto, el recurrente no ha utilizado en primera instancia, los medios procesales que la ley le otorga, por lo que tal defecto ha quedado convalidado tácitamente. En el caso en estudio, la parte actora pretende la Indemnización de Daños y Perjuicios derivada de un accidente de tránsito, invocando la relación de dependencia del conductor del vehículo causante del siniestro con la Sra. Marta Rodríguez de Bedoya, ya que aquel se desempeñaba como guardia o personal de seguridad de la misma y que además el mencionado vehículo se encontraba en posesión de ésta. En el presente juicio corresponde la aplicación de las disposiciones de los Arts. 1842 y 1847 del Código Civil, referentes a la responsabilidad por hecho ajeno y a la responsabilidad del dueño o guardián de una cosa inanimada,

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respectivamente. Se desprende del escrito de fundamentación de recursos que el accionante ha expresado sus agravios únicamente contra la codemandada Marta Rodríguez de Bedoya, no así contra el Estado Paraguayo. Esta instancia de revisión se encuentra limitada por la medida de los agravios, bajo pena de incurrir en incongruencia, no pudiendo esta Corte examinar la resolución en lo que hace relación al Estado Paraguayo, fundado en lo dispuesto en elArt. 420 del Código Procesal Civil.

Con relación a la supuesta responsabilidad como guardián de la cosa, el Art. 1847 del Código Civil dispone: "El dueño o guardián de una cosa inanimada responde del daño causado por ella o con ella, si no prueba que de su parte no hubo culpa, pero cuando el daño se produce por vicio o riesgo inherente a la cosa sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder. El propietario o guardián no responderá si la cosa fue usada contra su voluntad expresa o presunta". De la interpretación de la norma surge que el dueño o guardián no responde por el daño causado por o con la cosa, en los siguientes casos: a) cuando prueba que de su parte no hubo culpa; b) cuando la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta. Reviste la condición de guardián quien tiene de hecho un poder efectivo de vigilancia, gobierno y control sobre la cosa productora del daño. Lo que caracteriza la guarda es el poder de hecho que se tiene sobre la cosa, con prescindencia del título o derecho que se tenga. Requiere un poder de mando, así como la posibilidad de ejercer un poder autónomo e independencia sobre la cosa y el impartir órdenes relativas a ella (Vide: Ghersi, Carlos Alberto. "Teoría General de la Reparación de Daños". Ed. Astrea Año 1997, pág. 151). Para liberarse de responsabilidad, el dueño o guardián debe acreditar el rompimiento del nexo causal, es decir, culpa de la víctima, de un tercero por quien no debe responder. La simple falta de autorización o el uso de la cosa en ausencia del propietario o guardián no son suficientes para tener por configurada esta causal, sino que se requiere una oposición expresa o presunta (Ghersi, Carlos Alberto. Ob. cit. págs. 153 y 154). Atento a las consideraciones expuestas y las constancias de autos, queda configurada la calidad de guardián en la parte demandada, correspondiendo rechazar la excepción de falta de acción que fuera planteada por la misma, que fuera admitida en la instancia inferior. No es suficiente como causa para liberarse de responsabilidad, que la cosa haya sido utilizada sin autorización y contra la voluntad del dueño o guardián, si no han sido adoptadas las medidas necesarias para evitar que fuere usada. Asimismo, tampoco puede ser invocada como causal de liberación de la responsabilidad el robo o el hurto, habida cuenta de que en autos no obra ninguna denuncia formal presentada ante autoridad competente, que acredite que la cosa causante del daño fue usada contra su voluntad.

El Código Civil Paraguayo, ha incorporado específicamente la responsabilidad del dueño o guardián de la cosa inanimada y la causa de exoneración de la misma, demostrando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no deba responder, con la observación muy importante que en ambos casos la exoneración de responsabilidad puede ser parcial o total, según la circunstancia particular del litigio. En estos autos, con claridad no se ha demostrado ninguno de los supuestos de exoneración de responsabilidad, en

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consecuencia, es aplicable la norma del Art. 1847 del Código Civil.El Art. 1842 del Código Civil establece: "El que cometiere un acto ilícito actuando bajo la dependencia o con autorización de otro, compromete también la responsabilidad de éste. El principal quedará exento de responsabilidad si prueba que el daño se produjo por culpa de la víctima o caso fortuito".-

En virtud de la Orden General N° 112 del 10 de agosto de 1993 (fs. 128/9), de la Comandancia de las Fuerzas Armadas de la Nación, que ha reglamentado el inc. e) del Art. 113 de la Ley N° 216/93, se estableció la obligación de las tropas del Cuartel General, como parte integrante del Comando en Jefe de las FF.AA. de la Nación, de proporcionar seguridad a los señores Presidentes, Vice-Presidentes y Ex-Presidentes de la República, como asimismo a sus respectivas familias. La Sra. Marta Rodríguez de Bedoya, en la audiencia respectiva de absolución de posiciones (f. 221), manifestó que el Sr. Teófilo Rodríguez era Guardia de Seguridad suya por disposición legal (Orden General N° 112), por ser hija del Presidente, tenía seguridad y el vehículo era de la seguridad y no de ella, al momento de ocurrir el accidente. Constituye un hecho admitido por la demandada, que el causante del accidente era guardia de seguridad suya, asignado por la Comandancia en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación. Asimismo, fue reconocido por las partes que el vehículo causante del accidente fue el Toyota Crown, color blanco, con Chapa N° J-72134, guiado por el Sr. Teófilo Rodríguez, quien cruzó el semáforo ubicado en la esquina de las calles Roma y Nuestra Señora de la Asunción en luz roja, a las cuatro horas y treinta minutos de la mañana del dia 09 de enero de 1994. La denuncia formulada por la Sra. Marta Rodríguez de Bedoya solo fue presentada al Diario Noticias (f. 203), no existiendo en autos denuncia alguna presentada por la misma ante dependencia policial o autoridad competente. Asimismo, la confesión ficta del Estado Paraguayo (f. 201) acredita que el vehículo Toyota Crown de referencia estaba siendo utilizado por dependencias del Estado Paraguayo, comisionado en el domicilio de la Sra. Marta Rodríguez de Bedoya.

De las probanzas de autos, surge que el accionante ha sufrido un menoscabo económico importante, a raíz del accidente de tránsito que se produjo. Esta circunstancia no puede ser dejada de lado por este alto Tribunal, así como los comprobantes de pagos presentados por la parte actora, referentes a gastos hospitalarios, medicamentos y demás deben ser examinados en la seriedad de su contexto. Atento a lo establecido en el Art. 452 del Código Civil, habiendo sido justificado el perjuicio, esta Corte puede fijar de oficio un monto indemnizatorio. En este sentido comparto el monto establecido en Primera Instancia en concepto de daño emergente, fijando la suma de Guaraníes treinta y siete millones setecientos cincuenta y tres mil cincuenta y siete (Gs. 37.753.057).El rubro de daño moral procede cuando se produce un menoscabo físico, psíquico o contra el honor de la persona, que en forma permanente afecta a la misma. Es necesario poner de relieve, que el daño a la persona encierra una serie de afecciones, lesiones a los bienes jurídicos tutelados por el orden legal, así los agravios pueden resultar de carácter patrimonial, físico, o moral y algunos hechos, como el caso que nos ocupa, ocasiona una lesión a derechos cuya reparación nuestro ordenamiento jurídico prevé, pues la vida humana, como conjunto de valores de por sí representa un valor económico y su pérdida en algunos casos podría producir un agravio moral mayor que otros, por

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ejemplo la muerte de un ser querido, o como resultado de un accidente una persona quede discapacitada, o con grave afección física o psíquica permanente.

Para probar el daño moral, en su existencia y entidad no es necesario aportar prueba directa, lo cual es imposible, sino que el juez deberá apreciar las circunstancias del hecho lesivo y las calidades morales de la víctima para establecer objetiva y presuntamente el agravio moral en la órbita reservada de la intimidad del sujeto pasivo. Además, es preciso considerar que la estimación del daño moral debe hacerse con independencia de la cuantía del daño material, porque la valuación de aquél solo debe establecerse en función de los valores espirituales afectados sin consideración alguna a los bienes patrimoniales que resultaren lesionados (C.S.J. N. 16-VI-1988 E.D. 17-XI-1988 N° 7117-RESPONSABILIDAD CIVIL Y SEGURO-LA LEY 1999).

La doctrina sostiene: "El daño moral no supone la existencia de un propósito determinado o malicia en el autor del hecho ilícito, resultando indiferente que provenga de dolo o culpa. Se trata de un daño de naturaleza resarcitoria, pues es la relación de causalidad y no la de culpabilidad la que determina la extensión del resarcimiento. Asimismo, este daño no tiene que guardar relación estricta con los daños materiales, pues un hecho puede producir estos últimos y no lesionar las afecciones legítimas y viceversa. El daño moral se tiene por acreditado por la sola comisión del acto antijurídico" (Digesto Práctico La Ley. Daños y Perjuicios, Tomo IV, parág. 11547).

Siendo el daño moral un rubro que queda al arbitrio del Juzgador en un marco de discrecionalidad y ante la clara concepción que tiene nuestro derecho actual en materia de reparación integral del daño injusto, el ordenamiento jurídico pone en manos de los magistrados justipreciar este daño (Arts. 452, 1835, 1857 del Código Civil), lo que en este caso particular encuentro ajustada en Guaraníes setenta y cinco millones quinientos seis mil ciento catorce (Gs. 75.506.114). Por esas razones voto por la revocatoria del fallo recurrido y en consecuencia hacer lugar a la demanda de Indemnización de Daños y Perjuicios promovida por el Sr. Raúl Alexis Martínez Medina.Por estas consideraciones soy de opinión que el Acuerdo y Sentencia N° 88 de fecha 4 de Septiembre de 2.001 dictado por el Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, Tercera Sala, debe ser revocado y en consecuencia se debe hacer lugar a la demanda, condenando a la Sra. Marta Rodríguez de Bedoya al pago de la suma de Guaraníes ciento trece millones doscientos cincuenta y nueve mil ciento setenta y uno (Gs. 113.259.171.-), más los intereses, los cuales deben ser computados a partir de la fecha del accidente que generó el daño, de conformidad con lo establecido en el Art. 424 del Código Civil. Las costas deben ser impuestas a la parte perdidosa.A SU TURNO LOS DOCTORES FRETES y RIENZI DIJERON: Que se adhieren al voto que antecede, por los mismos fundamentos.-

Con lo que se dio por terminado el acto firmando S.S.E.E., todo por ante mí, que lo certifico quedando acordada la sentencia que inmediatamente sigue:

Ante mí:

SENTENCIA NÚMERO: 472

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Asunción, 15 de marzo de 2.004.-

VISTOS: Los méritos del Acuerdo que antecede, laCORTE SUPREMA DE JUSTICIA,

SALA CIVIL Y COMERCIALRESUELVE:

DECLARAR desierto el recurso de nulidad interpuesto.REVOCAR el Acuerdo y Sentencia N° 88 de fecha 4 de Septiembre de 2.001 dictado por el Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, Tercera Sala, y en consecuencia hacer lugar a la demanda, condenando a la Sra. Marta Rodríguez de Bedoya, al pago de la suma de Guaraníes ciento trece millones doscientos cincuenta y nueve mil ciento setenta y uno (Gs. 113.259.171.-), más los intereses, los cuales deben ser computados a partir de la fecha del accidente que generó el daño.IMPONER las costas a la parte demandada.ANÓTESE y notifíquese.Ministros: Víctor Manuel Núñez Rodríguez, Antonio Fretes y Wildo Rienzi Galeano. Ante mí: Alfredo Benítez Fantilli, Secretario Judicial

(FLM)

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