Adán de Maríass Donde apenas empezaba a ser yo

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ADÁN DE MARÍASS DONDE APENAS EMPEZABA A SER YO POESÍA

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Libro de poemas, de contenido autobiográfico.

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ADÁN DE MARÍASS

DONDE APENAS EMPEZABA A SER YO

POESÍA

Page 2: Adán de Maríass   Donde apenas empezaba a ser yo

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© ADÁN DE MARÍASS

© DONDE APENAS EMPEZABA A SER YO

Hecho el Depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú - BNP

Depósito Legal Nº 2005-3134

Ilustración © Eduardo Zapata Colán

Lima, Perú 2012

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«Libro de poemas escritos con ruidosa

desesperación, con muchísimo amor que enajena,

con inocultable rabia por la proximidad de la

muerte, con la ternura de quien no alcanza y se

esquina, con la abusiva frustración de quien no se

siente reconocido por la vida misma».

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A mi familia

A mis amigos que no son muchos

A los poetas que son pocos

y apenas sobreviven

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Continuidad

Madre presentías renacer

conmigo

cuando respirabas dolor

y

procreabas mi imaginación

en

el espacio ilimitado de la vida

donde apenas empezaba a ser yo

tu pequeño inmenso

el que corre intentando atrapar sueños

el que juega con la ingravidez de la ilusión

mis primeros pasos

mis primeros años

se los llevó la fiesta de tu memoria

al destino irrepetible

donde sonríe tímidamente el fundamento de mi amor

a medianoche febrilmente concebido

bajo la lluviosa inspiración de una canción de abril:

donde la sublime letra fue escrita por mi padre

y la música inolvidable la compuso Dios

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Detrás de la página en blanco

intento salir de mis ojos

que me ofrecen la mezquina visión

de las imágenes repetidas

admitir que se contraen los días

cuando la tensión actúa insoportable

el cómplice silencio de la página en blanco

me mira detenidamente

hay cierta tibieza en el papel

cuando presiente mis pulsiones

y su densidad atrae lo que va a ser escrito

hasta que se desequilibra el instante

donde urge la absorción de las ideas

la esperada inspiración asoma irresistible

cuando abre las ventanas del poema

ensimismado preciso las palabras

como si la eternidad estuviera dispuesta a escucharme

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Del nudo al nido

uno nace anudado

a las circunstancias de un destino provisional

años primeros de entusiasmada fábula

cuando aún no se descascaraba mi pequeña realidad

de pronto carraspeaba la noche

para que no salgan las estrellas

mientras el señor del miedo al tartamudear

provocaba la oscilación de la luz

preocupada mamá venía corriendo para abrazar

mi comprensible nerviosismo

se despierta la curiosidad de querer conocerme

cuando un día bajo los espasmos del asombro

me veo reflejado en los espejos de agua

donde mi rostro apenas puede salir del fondo

aquella multitud de danzarinas letras

abrieron una senda hacia el nido

donde me esperaban sentadas y sonrientes

las conversadoras ilusiones

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los años + los sueños se me fueron acumulando

como quien las dejaba caer

desde el cielo vaporoso de los presentimientos

aquel deseado tren de la niñez

regalo navideño de mi siempre recordado padre

era importado y la envidia del barrio

hasta que lo perdí de vista

otras veces me iba a jugar con mis amiguitos invisibles

soldaditos de plástico que siempre morían

en las incontables batallas de mi infancia

no olvido el azucarado reino de mi ansiedad

donde me regodeaba comiendo casi todos los chocolates

que mi queridísima abuela Guillermina mientras dormitaba

dejaba a propósito sobre la mesa cubierta con nuevo hule

para que se acercara de puntillas mi salivada tentación

y ante los enloquecidos vientos de aquel atardecer

imaginaba que el sol se ocultaba en el bolsillo de Dios

tiempos aquellos donde me desnudaban

las rencorosas pesadillas

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y me arropaban tiernamente los cuidados de mis padres

aún no me sentía entre versos y hojas de papel bond

atrapado por la obsesiva mirada de esas fotografías

como pequeños espejos del recuerdo

derretidas por la pureza lacrimal de la desbordante emoción

hasta que empecé a deletrear

las promesas del futuro

como un niño enamorado de la vida

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La vida en off

para Arístides el personaje ribeyriano de una aventura nocturna

tengo

nada en los bolsillos

y una desilusionada sonrisa

que aprieta

hasta incomodar mis labios

deleznable amanecer

herida por una celosa neblina

que la va silenciando

hasta hacerla caer como un sucio pañuelo

sobre los ojos enrojecidos

de la enferma ciudad

apenas suspira

el cansancio de mi cuerpo

mis palabras se caen

como si mi voz se estuviera deshojando

la claridad de mis pies se despiden

y se dejan ir oscuramente

el ventarrón existencial

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abre un resignado paréntesis

donde empieza mi vida a girar

lentamente

sin música

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Soleadas expresiones de amor

a Diane Lane por Bajo el Sol de Toscana

es tu amor que no se evapora

tan persistente como aquella luz

que sale desde el fondo del mar

asciende hasta expandirse

como si su amor se derramara

para ampliar los inquietos espacios de mi corazón

donde se desquicia la intensidad

y a veces se me caen los besos

cuando apresuro la plenitud del amor

bailamos una música que está dentro de nosotros

y cuando se involucran los sonidos del alma

no sabemos qué hacer con la respiración

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Las palabras tienen alas

se desordenan las palabras

cuando se enamoran entre ellas

y son tan celosas que

no dejan ver ni las alas de su inspiración

otras veces miran cautelosas

por un resquicio de la boca semántica

cuando la repugnante censura intenta callarlas

ya la protesta se desliza desde el último aliento

hasta la reseca punta de la lengua que empieza a extenderse

y sale con toda la fuerza que estuvo contenida

como quien abre las ansiosas ventanas del habla

para que salga aleteando rápidamente como un mágico torrente verbal

el poderoso sol de la voz

intento cuidarlas siempre

pero muchas veces la tolerancia permite que

hasta las malas palabras expresen sus demonios gramaticales

otras veces se van enmudecidas

entre los puntos suspensivos de la desesperanza

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porque ha caído estrepitosamente la razón

pero mi Dios piadosamente las eleva

cuando intentan ser arrastradas

por la insensatez de quien las expresa

mis compañeras palabras son los pasos de mi imaginación

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Modulaciones

frenesí

rimando todo el amor

te quiero así

desnudando mis ganas

comprometiendo tu respiración

cuando deshilo

suavemente

tu punto de rocío

para que llueva todo el amor

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Teoría de la degustación

la brisa gustativa entra en la cocina de mis sentidos

y deja los ingredientes cerca de las manos del día

presiento olores sabores que vendrán

no quiero exagerar con la sal de las delicias

ni encariñarme con el lírico azúcar

equilibrar las apetitosas rodajas de papas y cebollas

no condimentando con exceso las carnes de la más íntima suculencia

se van armonizando los sonidos de humo en las verduras precocidas

mientras disfruto de la lujosa ensoñación del aceite cuando está bien

caliente

dejo que se vayan aderezando mis pensamientos cuando culinariamente

descubro

dentro de la olla de barro laten los ingredientes coloridos

al ritmo de los ansiosos latidos de mi sazonado corazón

el plato limpio espera inquieto en un rincón de aquella mesa

también una jarra de vino tinto y trozos de pan bendecido

danzan los cubiertos anticipándose al ritual de mis manos

pruebo un poco la comida y mi paladar se entusiasma

cuando he terminado apenas media hora a fuego moderado

vierto sobre el plato olores y sabores que presentí

brilla tanto la comida que la dejo respirar

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la cocina y yo nos alimentamos de esta elevada esencia

vuelvo a probar y mi exigente paladar se rinde con inevitable devoción

entre el deglutir del éxtasis y la impaciente saliva

cuando el cucharón de palo que descansa en mi mano izquierda

es levantado nuevamente

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Atmósfera HOPPER

en la austera habitación

de un antiguo hotel neoyorkino

una mujer desnuda y de perfil

miraba a través de la ventana abierta

qué estará mirando

imaginemos que

algunas nubes blancas

se desprenden de ese cielo que las contiene

hasta caer sobre el ebrio mar de la irrealidad

como si fueran ángeles sedientos

el viento apurado de la noche

dispara su aire frío que la estremece

con la desnuda sensación

de sentir mojados los pies

al cerrar la ventana un inesperado vértigo

inclina su cabeza golpeando el vidrio donde

se duplica la imagen

deja pasar algunos segundos se viste con cierto cuidado

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y sale de todos los espejos de su habitación

al bajar por esas escaleras

se encuentra con una mujer que extrañamente se le parece

quien sube pensativa como si alguien la estuviera esperando

algo sorprendida intenta hablarle

pero el ruido lejano de un presentimiento la detiene

a dónde se irá es la pregunta que deja escapar como una bocanada de humo

afuera el sospechoso vacío de la noche

la recibe entre los fríos paréntesis

de la callada vida

mientras la luna se va perdiendo en la agreste lejanía

donde desciende premeditadamente el olvido

otra vez se desperdician los pasos del tiempo

y la desolación de la muerte arroja sus cenizas a las veredas

para que nadie vuelva a caminar sobre ellas

una noche cualquiera de 1942

al llegar a la esquina donde está el bar Phillies

observa que adentro hay cuatro personas y un gato que sólo ella ve

allí la mujer pensativa busca establecer una conversación

al lado de un señor que al entrar

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aún no se ha quitado el sombrero

como si se conocieran

como si la consoladora tregua del aire de los recuerdos

los señalara discretamente

la mujer desnuda y de perfil

cree reconocer al señor del sombrero negro y pies grandes

dice que se llama Edward Hopper

es pintor y todas estas noches viene como si no estuviera

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La paz mutilada

se rompen los días

como espejos de mal augurio

la desprotegida vida

deja acumular espacios vacíos muy profundos

donde se derraman gritos llantos suspiros de agonía

que desde abajo la crueldad del dolor espera con la boca abierta

así quedaron tantísimas vidas perdidas

detenidas en la sorda miseria del tiempo donde no hay destino

el testigo y ensangrentado sol se arrincona

al final de esa extensa hilera

de árboles mutilados

un río oscuro y punzante

pasa por debajo de ella

los que no sobrevivieron

tienen marcado el rostro con una cruz de ceniza

y llevan ilusiones marchitas

de rancia eternidad

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entre sus manos muertas

deprimidas noches que ruedan y ruedan

a través de la prolongada y dolorosa voz

de los que apenas sobreviven

gentes resignadas

que expulsan todo el aire caliente

y enfermo del odio

apartando de sus ojos

los misiles sarcásticos de la demencia

que anuncia desafiante más y más muertes

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La escalera

casi todos los días

abro y cierro la puerta de mi casa

digo casi

porque muchas veces contra mi voluntad

me encierran mis propios pensamientos

llego allí por una escalera que registra

la escrupulosa memoria del tiempo

donde aparece inesperadamente el indefenso niño de los recuerdos

transpirando apresuramiento

a tres pasos hacia la derecha está esquinada la silenciosa escalera

esperando el ruido cotidiano de mis pisadas

subo sus ocho peldaños

para llegar al cielo o al infierno de mi cuarto

dependiendo de mi estado de ánimo

no es cierto que la escalera pertenezca a

la eternidad del pasado

pero sin ella no puedo

subir a mi cuarto

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Réquiem

querido César

hoy amaneció sin ninguna razón

se nos fue la voz

no podemos creerlo

cuántos días muchas tardes tantas noches

trabajando y trabajando y trabajando

con esa invariable intensidad

que presenta la música de tu esfuerzo

dueño de una conversación amena y pintoresca

que escala la ansiada montaña de la alegría

no te has ido estás con nosotros

como el aire que respira tu familia

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Composición del amor puro

soy como la ausencia que aparece

el que no esperabas

el que amanece y permanece

el que sueña y ensueña

el que besa tu sonrisa

el que cae y se levanta para llegar hacia ti

el que desliza entre tus largas piernas mucha agua de caricias

el que ve en tus ojos la desesperación del amor

el que interrumpe el paso del viento para abrazar tus deseos

el que te ama sin pausas conjugando tus latidos

el querer que te quiere y mucho

él de ti lo que perturba y consagra

tú con él lo que trasciende y encarna

soy yo y la luz reflejada en el inquieto y suspirado mar de tu corazón

amorosos

intensos

inagotables

devorados

soy como la ausencia que enloquece tu destino

el que nunca esperabas

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tu amor de hombre

mi maravillosa preciosa

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Biblioteca imaginaria

libros que se fueron

porque ya no los podía tener

alguna necesidad

me impidió retenerlos

estuvieron conmigo

en diferentes épocas de mi vida

y ahora forman parte de mi biblioteca imaginaria

son esos libros que se instalan en la ingravidez

como atractivas esferas del conocimiento

de pronto extrañamente algunos libros se abren

y muestran sus páginas vacías

los demás libros estarán así

o he perdido quizás temporalmente la memoria de todos esos libros

ojalá algún día la persistencia del sueño

me devuelva todo lo que allí estuvo escrito

la biblioteca imaginaria corre el riesgo

de quedar en la más absoluta oscuridad

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Confesiones que giran

«me he preguntado qué Dios parece esconderse detrás del sufrimiento».

Antes del fin, Ernesto Sábato

me despierto

sin recuerdos

con amanecer de sombras

con asfixia

violenta oscuridad

que me aísla

hacia un estúpido destino

de emociones truncas

donde me sorprende

inútilmente

la belleza congelada del silencio

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Deterioro

mi casa no es de cartón

pero una envidiosa humedad

la está debilitando

temo pensar que pueda venirse abajo

como las pocas monedas

que tenía en el fondo de mi bolsillo

antigua casa donde estuvo reunida toda la familia

sólo quedo yo

y las sillas vacías

donde se sientan a conversar los recuerdos

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Posible amor

déjate enamorar

inquieta intensidad

acrecienta cariños

y deja fluir la insistencia de mi amor

no descuides esa amorosa mirada

que imanta el perfil de tus deseos

y motiva tu resistente emoción

lo que promete el ensueño

necesita de tus delicias

y de aquella luz que te sorprenda

imaginándome sin ningún pudor

entre los puntos suspensivos del delirio

intenta absorber

mis pretensiones

mis más íntimos bullicios

posible amor

intuye la ansiedad de la lluvia

y aspira lo inevitable

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que agita tiernamente la ilusión

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Viviré viviendo lo vivido

su destino se fue acercando

entró en sus ojos

sólo tuvo que abrirlos

sin esperar que aquella música de infancia

intentara salir de un lugar que solo le pertenece a

la región más transparente de su memoria

retiró los globos sin fiesta

de los días perdidos

que flotaban en la sala oscura del pasado

porque un querido hermano se le había ido

ni sospechaba de la maliciosa velocidad del tiempo

cuando cansados sus pasos empezaron a envejecer

dejando atrás un rastro de olvido y desesperación

pero cuando se enfermaba de amor

le subía la presión arterial de los deseos

sus palabras una por una se fueron deshidratando

de tanta incontenible emoción

no se siente distinto sino solidario

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no distrae la ansiosa luz de su mirada

suavemente la sostiene cuando algo origina su atención

posee la vanidosa disciplina de verse bien

retratado en las románticas alturas de sus proyectos

con una inspirada conversación que se entusiasma

bajo la melódica complicidad de un piano suspirado

aquella inolvidable y soñada casa de angaraes

donde nació y vivió durante más de treinta años

es la que estoy mirando

y maravillado pongo el oído en cada una de sus paredes

para escuchar las voces de todas las personas que vivieron aquí

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Parque de la ausencia

arrojo el cigarrillo

y lo piso con tanta fuerza

que se queda pegado en la suela de mi zapato

de tanto esperarte en este parque donde anida el pasado

la descorazonada impaciencia rompe

todos los espejos biselados de la ilusión

y no es casualidad que aparezca mi indiferencia

intento ponerme de pie

pero la voluntad de mis piernas me contradice

precipitando una terrible lluvia que baja desde mi frente

el breve cielo del atardecer

ha caído como una Venus mutilada

sobre la hierba cubierta de cenizas

la noche viajera de mi voz enmudece

por la triste noticia de la muerte del amor

que se anticipa a todos los incendios de mi cuerpo

angustia que corre dentro de mis pensamientos

sintiéndome como un animal acorralado

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un discreto viento reúne mis huellas

que creí perdidas

y las acerca hacia mí

a través de una senda otoñal

donde las hojas caídas señalan

mi presencia que se derrite

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Sexus

unos bellos labios carnosos

que regresan de humedecer

la habitual sequedad de mis labios

caprichosamente la borran del guión original de la película

porque no les da la gana repetir ese acto de amor

pero se levanta mi emoción

cuando un cruce de piernas a lo Sharon Stone

debilita la elevación de mi voz

abre lentamente la ansiedad de mi boca

me hace perder la cabeza

y hasta el pasaje de regreso

cuando filman la escena en que viene hacia mí

todo se desborda en ella

imagino que tengo en mi mano izquierda una copa de champán

y que su preciosa sensualidad al caminar por sus bordes

hiciera temblar mi mano derramándose toda su excitante belleza

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La edad de la bohemia

entre esos años desenfrenados

donde moría irremediablemente parte de mi juventud

todo se aceleraba sin dar la vuelta

ebrio de dudas la tristeza me prestaba su máscara

y muchos días las dificultades me impidieron quitármela

alguna vez de pie frente a la oceánica admiración de mis libros

sentí la necesidad de abrirlos y leerlos

como si uno entrara al ambiente otoñal de una casa abandonada

donde descansa la oscuridad y se respiran silencios con olor a naftalina

y cuando entraba en el final de cada libro

una luz impaciente se acerca y me encuentra

tendido sobre una cama que felizmente la antigua casa no había retirado

es la seductora luz de la revelación que hoy se manifiesta

con fuegos artificiales dentro de mi imaginación

pero la fiera realidad interrumpe una vez más

arrojándome esa sombra gigantesca de las preocupaciones

que intenta aplastarme sin piedad como un insecto

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debajo de mis ojos veo sorprendido que alguien sostiene mis piernas

es mi amigo Franz Kafka

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La mirada perdida del tiempo

mi padre

se derrumba

como un templo sagrado

verlo así

sin esencia

sin lágrimas

sin años

me conmueve en lo más íntimo

parece que mirara

hacia adentro

buscándose a sí mismo

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Agonismo

no hay luz en mis ojos

noche igual como anoche

tu imagen se disipa en lo irrespirable

no tengo vientos en mi boca

tu besar ya no provoca

se fragmentan las emociones

arde lo que ya es muy tarde

el vivir es excesivo

el amor se deshace

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Nadie

nadie se enamora

de mí

tal vez porque fui error

quizás porque soy olvido

ojalá tenga amor

pronto urgente ya

antes de que se fugue la ilusión

antes de que me haya ido

entre las sombras del tiempo diluido

a clausurar mi destino

cuando retroceden los años vividos

colgando lágrimas y furias

en cada espacio que se va cerrando

como un amanecer negado

y el corazón se va

restando sus latidos

porque es atroz

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no saberse querido

porque nunca quisieron que existiera

un gran amor como el mío

y el riesgo de no ser

puede ser infinito

porque no hay ninguna razón

que me exija

ser el mismo

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Cumpleaños sin happy birthday to you

el avión ha descendido

sobre la torta rectangular bañada de chantillí

que simula ser una pista de aterrizaje

ah me olvidaba decir que el avión es de chocolate

todos menos el dueño del santo

se lamen la boca

es que no está entre nosotros

el no quiso pero a la fuerza se lo llevaron de viaje

dijo con cierta frustración el que trae los platitos y el cuchillo

nos olvidamos de las velitas

el otro corrigió sacándolas de su bolsillo derecho

que puestas y encendidas

rodearon al avión de chocolate

sin apagar la luz de la pequeña sala

intentaron cantar el happy birthday

pero se habían quedado mudos

las velitas una por una fueron sopladas

por alguien a quien nadie pudo ver

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Debajo de mis ojos cerrados

inspirado en Hemingway

la otra realidad de estar echado en mi cama

es como un incómodo bote anclado

en el humeante mar de los sudorosos sueños

y las sábanas que me cubren son los oleajes

que acompañan la intranquila respiración del tiempo

cuando la terquedad de la tormenta existencial me desarraiga

y me obliga a arrojar mis pensamientos

pero después de un burbujeante minuto

al salir hacia la azulada superficie salina

son como peces que saltan de tanta desesperación

un zumbido en los oídos me despierta sin saber a donde mirar

estando echado en mi cama algo aturdido en medio del mar

mientras alguien desde lo más alto me observa microscópicamente

cuando desaparezco entre los tropiezos de las olas

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Ella es

ojalá que la casualidad

atraiga lo que antes

estuvo por ahí

abstraídos inadvertidos

nos miramos sin mirar

quizás hipnotizados

por las dificultades de la vida diaria

pero algo de ella me detuvo

al voltear ya no estaba

me había dejado la atracción perfumada de su bellísimo cuerpo

en esta desbordante prisa mañanera

confundido entre tanta gente

que todas me parecen

ella es

con mi destino temblando

y el corazón distraído

me senté en la banca de un parque

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al otro lado del árbol

que la abraza con su sombra

la vi sentada y más hermosa

invitada por la inquietante lectura de un libro

premeditadamente le fui acercando mis desesperadas ilusiones

pero ella elevando su indiferencia continúa leyendo

despertando esa curiosidad

que hace saltar las palabras

frente a sus ojos conmovidos

quizás estas desatadas palabras

que quisiera decirle

estén escritas por mí

en ese libro

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Amo irremediablemente a un maniquí

no exagero

ni pretendo mentir

acudo a muchas fiestas

invito tragos comidas cigarrillos

pero nadie quiere bailar conmigo

cuando extiendo la mano

se queda muchísimas veces

suspendida en el aire

y tengo que meter mi mano en el bolsillo

antes de que se enfríe

alguien me sugirió muy amablemente

la silenciosa compañía de un maniquí

no te rechaza ni se cansa

y no necesitas invitarle algo

me dijo el gran amigo

esa noche tan esperada

al extender mi mano

rápidamente cogí la suya

para no quedar en ridículo

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pero para consolarme ella extrañamente me sonrió

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Cielo sin cielo

por quererte tanto

no me encuentro

en tu sonrisa

no debo fingir

ni tener prisa

esta es mi realidad

de vivir sin ti

asfixiado por tu irrespirable verdad

lejos muy lejos

del sol de tu presencia

ya no hay palomas blancas

en los cielos enamorados de la ilusión

ni caricias de brisa

en las confidentes ventanas de mi amanecer

ah belleza que enredas hasta el aire que respiras

por qué te permites tanto desamor

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si no me quieres

no me lo digas

porque alimentas en mí

un extraño placer

si me llegas a querer

ya no me lo digas

porque se me cansó la emoción

me bastará

con cerrar los ojos

de mi propio corazón

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Breve vida impaciente

en este instante estuve aquí

estaré allá

quizás acá

engañoso destino que se enmaraña

porque ignora donde estoy yo

tal vez deambulando por aquellos cielos caídos

sórdidas calles desangeladas

donde las tristes redundancias de la vida

exhalan fracasos

y ahora

todos me miran

como si no estuviera

entraré en un breve espacio

que todavía no me es permitido

me alcanzarán algunos años idos

y esperaré a que llueva

la voluntad de Dios

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sobre ese desierto que representa mi cuerpo en penumbra

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En el principio el fin

ido

saturado

diluido

empujando su destino

hacia el vacío ineluctable del olvido

que le sugiere la fastidiosa insensatez

la vulgar interpretación de lo sombrío

ya no había Dios en sus ojos

ni tuvo dudas ni deudas como es usual

cuando se me fue en vertical agonismo

entrando en penosa retrospectiva

lo ocurrido

sin la fingida humanidad de los indiferentes

mientras los perros huraños de la muerte

continúan devorando lentamente

su inexistencia

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Música de presentimientos

quizás tenga que imaginar

otro amanecer

para que mis ojos puedan ver

sin esa odiosa puntualidad

de las tinieblas depresivas

que al tropezar conmigo

dejan un espacio vacío

entre la sombra que proyectaba y yo

el dolor entra en mis ojos

como una luz invisible y punzante

que daña la reposada penumbra del alma

racimo de angustias

que se cuelgan de mis párpados caídos

hasta caer ensuciando violentamente mis pies de vidrio

a mis ojos que hablaron con miradas

nadie le quiere hablar

qué difícil es aprender a mirar

cuando todos se han ido

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lejos de sus propios ojos

animal oscuridad que devoraste

la última posibilidad de luz

que regresaba a mis ojos

encierras mi cuerpo en sí mismo

y niegas hasta el alma que la sostiene

ojos desiertos ojos humeantes ojos abandonados

ojos de cielo cerrado

silencio visual que se acompaña de presentimientos

en lo más profundo de mis ojos

no estoy yo

sino la silenciosa imagen

de una habitación vacía

que pronto se va llenando de agua iluminada

hasta que los gritos de la oscuridad

la hacen salir por mis oídos

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[57]

(yo)

me rodean

las viajeras melodías del viento

hasta despeinar mis pensamientos

el ruido de mis ojos

ensordece la realidad

que está mirándome

no quiero desesperado amanecer

que me irrite

la piel de los sueños

se abandonan mis manos

dejando caer

la esperada creación

el aire que transita nerviosamente

debajo de mis pasos

se desorienta

envejece rápidamente aquella promesa (yo)

y ya no me dan ganas

de acudir al ingenuo entusiasmo de las ideas

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[58]

se precipitan los años inútiles

por los acantilados salinos de mi lengua

la indiscutible urgencia

de abrazar un destino

se eleva

como si levantaran mi mirada

las preocupaciones

pero aquella incertidumbre

se abre amenazante

como una boca devoradora

enmudecido ante lo imprevisto

la egoísta razón intenta alejarme

de sus rigurosos dominios

pero mi corazón la detiene

se proyecta un amanecer distinto

donde la luz de mi sensibilidad

la extiende

como quien despliega

el brillante contenido de las ilusiones

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donde se despierta un destino para abrazarme

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Contenido

Continuidad

Detrás de la página en blanco

Del nudo al nido

La vida en off

Soleadas expresiones de amor

Las palabras tienen alas

Modulaciones

Teoría de la degustación

Atmósfera Hopper

La paz mutilada

La escalera

Réquiem

Composición del amor puro

Biblioteca imaginaria

Confesiones que giran

Deterioro

Posible amor

Viviré viviendo lo vivido

Parque de la ausencia

Sexus

La edad de la bohemia

La mirada perdida del tiempo

Agonismo

Nadie

Cumpleaños sin happy birthday to you

Debajo de mis ojos cerrados

Ella es

Page 61: Adán de Maríass   Donde apenas empezaba a ser yo

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Amo irremediablemente a un maniquí

Cielo sin cielo

Breve vida impaciente

En el principio el fin

Música de presentimientos

(yo)

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Libro escrito en la Ciudad de Lima en el año 2005