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Adaptación del cuento de Oscar Wilde Por: Grupo de Trabajo “Talleres para construir la Igualdad”. C.E.I.P. Sierra de las Nieves. Yunquera. Ilustraciones de Gerardo Baró en “Cuentos infantiles” de El País.

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Adaptación del cuento de Oscar Wilde

Por:

Grupo de Trabajo “Talleres para construir la Igualdad”.

C.E.I.P. Sierra de las Nieves. Yunquera. Ilustraciones de Gerardo Baró en “Cuentos infantiles” de El País.

Había una vez…

Un gigante egoísta ... Un grupo de niños y niñas

con ganas de jugar ...

Y un jardín lleno de flores y pájaros.

El gigante, de viaje había salido, dejando el jardín abandonado.

El jardín, contento de jugar con niñas y niños, florecía y se llenaba de pájaros.

Pero el gigante volvió… ¡y ya lo creo que se enfadó…!

-¡Fuera de aquí, granujas! ¡El jardín es mío! ¿Por qué entráis sin permiso?

El gigante, enfadado, un gran muro construyó.- ¡En mi casa y en mi jardín sólo entraré yo!

¡Qué miedo!

¡Qué terror!

¡Vaya enfado que cogió!

¡Qué fastidio!

¡Ya no podemos jugar!

En la calle pasan coches que nos pueden atropellar…

Sin niñas y niños que jugaran, el jardín entristeció.

El frío trajo la nieve y el viento las hojas arrancó.

Tan sólo una flor salió y al verse tan sola, se marchitó.

“¡Qué raro! La primavera no llega”.- pensaba el gigante, mirando cómo nevaba.

“¡Con este temporal, no hay quien salga de casa!”

Por fin un día, el gigante oyó un sonido…¡Era el canto de un pajarillo!¡Ha llegado la primavera! ¡Qué bien! ¡Creía que no ibaa volver!

El granizo y el viento,el muro habían destrozado.Y por aquel agujero,niñas y niños entraron.

Los árboles florecían,los pájaros revoloteaban.El jardín estaba contento,mientras niños y niñas jugaban.

Pero el gigante observaba,detrás de su ventana,que en un rincóndel jardín,un árbol aún tiritaba.- Sube a mis ramas,niño, que quiero florecer también.- No puedo, soy pequeñito y tus ramas no puedo coger.

El gigante se acercó y cogió al niño en sus brazos.

Al instante el árbol floreció cuando el niño lo tocó con su mano.

Jugad en mi jardín sin miedo.He sido un gigante egoísta.¡Ya no quiero más invierno!¡Quiero flores, pájaros, risas!

El corazón del gigante por fin se descongeló.Gracias a las niñas y los niños que en su jardín acogió.

Y así pasaron los años… Y el gigante contento vivió, disfrutando de los juegos, de las risas y de su jardín en flor.