ADELA BAZO (1905-1984), PINTORA DE LA EMIGRACIÓN … · 2008. 12. 10. · 5 ÍNDICE ·...
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ADELA BAZO (1905-1984), PINTORA DE LA EMIGRACIÓN NAVARRA EN ARGENTINA.
ADELA BAZO (1905-1984), PINTORA DE LA EMIGRACIÓN NAVARRA EN ARGENTINA.
EDITAGobierno de NavarraDirección General de Relaciones Institucionales
COORDINACIÓNGlobal Servicios Culturales
TEXTOSCrisanto Miguel AyanzCarlos OliverAndres Waissman
FOTOGRAFÍAJosé Luis Larrión, Enrique Pimoulier
DISEÑO GRÁFICOJosé Joaquín Lizaur
AGRADECIMIENTOSFrancisco Javier ZubiaurMuseo de Navarra
IMPRIMEImprenta
DEPÓSITO LEGALNA- /2008
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ÍNDICE· Presentación
Alberto Catalán Higueras 07
· Adela Bazo, pintora navarra que dio a Argentina lo mejor de sí
Crisanto Miguel Ayanz 09
· Artista internacional
Carlos Oliver 11
· Viajera, con raíces en varias tierras
Andres Waissman 13
· Obras 15
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PRESENTACIÓNComo tantos y tantos navarros que emigraron al continente americano, fundamentalmente enel último siglo, Adela Bazo y Cunchillos trazó en Argentina las pinceladas más importantes desu vida. Y como ellos, sentía añoranza y soñaba con volver a su patria. Por eso, la exposición dela obra de esta mujer nacida en Cascante no es sólo una muestra del legado artístico de unapintora navarra que alcanzó con sus retratos, paisajes e interiores gran proyeccióninternacional, sino también un puente más que tendemos con la tierra de adopción de muchosnavarros y con la que la Comunidad Foral sigue manteniendo estrechos lazos afectivos,históricos y culturales.
La pasión por la pintura guió en todo momento a Adela Bazo, hasta convertir este arte en sumedio de vida y de relación social, con el que se ganó el respeto y la consideración de la críticaargentina. Pero su trayectoria tanto vital como artística no se entiende tampoco sin el amor y laadmiración a Navarra, de la que siempre se sintió orgullosa. Así lo constatan familiares,artistas y amigos que la conocieron, quienes nos la describen como una “buena persona,severa, piadosa y hasta un poco aventurera, a la que le costaba desprenderse de su obra”.
El reconocimiento con el que, a través de la recuperación y exposición de su obra, le quierehomenajear esta Navarra que no olvidó y en la que se inspiró para crear muchos de sus cuadrosse une al de la ciudad de Pamplona, que ha dedicado a Adela Bazo y Cunchillos una de sus calles,y al tributado por sus paisanos de Cascante en 2005 con motivo del centenario de sunacimiento.
La iniciativa del Gobierno foral ha permitido restaurar los lienzos conservados en el Museo deNavarra que se encontraban en peor estado, del casi centenar que se poseen, y en cuyaadquisición y recuperación para nuestra Comunidad ha desempeñado un papel muyimportante Crisanto Ayanz, nieto de emigrante navarro y hoy presidente del Centro Navarro deBuenos Aires, del que formó parte Adela Bazo.
El reconocimiento y el aprecio a todo aquello que constituye su patrimonio cultural y artísticoson síntomas del impulso, el sentimiento y la fuerza de una sociedad avanzada y moderna. Laexpresividad, la emotividad y la naturalidad que caracterizan la obra de Adela Bazo y Cunchillostiene un lugar reservado dentro de ese patrimonio que la sociedad navarra debe proteger y dar aconocer para orgullo y satisfacción de sus generaciones presentes y futuras.
Alberto Catalán Higueras
Consejero de Relaciones Institucionales y Portavoz del Gobierno de Navarra
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ADELA BAZO, PINTORA NAVARRA QUE DIO A ARGENTINA LO MEJOR DE SÍLa distinción que el Gobierno de Navarra me ha ofrecido al nominarme comisario de estaexposición itinerante de obra artística de la pintora navarra doña Adela Bazo y Cunchillos nosólo representa para mí un gratísimo honor, sino que es, muy principalmente, la causa de uníntimo alborozo.
Tuve el inmenso privilegio de conocer a doña Adela Bazo y frecuentar su trato durante más dediez años en la Argentina. En esta tierra, Adela decidió vivir y la escogió como segunda patria, yademás le brindó lo mejor de sí misma, reflejando en sus pinturas la expresión de muchoslugares, pueblecitos y montañas de regiones argentinas, en los que reprodujo semejanzas queella recordaba de su Navarra natal, a la que nunca dejó de recordar con profundo cariño.
Como fruto de ese amor hacia su tierra, Navarra, elaboró por placer y para regalar a nuestrainstitución, la pintura de una de nuestras reinas del Centro Navarro de Buenos Aires, con eltraje de roncalesa –que es la manera con que nuestra entidad inviste siempre a sus reinas–.Este cuadro de Adela Bazo, de grandes dimensiones, se encuentra adornando una de lasparedes de la biblioteca de la sede social del Centro.
Mucho le gustaba a doña Adela recorrer lugares en los que solía buscar las estampas que más leagradaban, para dejarlas plasmadas en sus óleos y acuarelas. De gran curiosidad era descubrir ala pintora caminando con su atril, su paleta de pinturas y su maleta de madera, donde llevabatodos los elementos necesarios para elaborar, diseñar y estampar sus ideas, por muchos de lossuburbios del gran Buenos Aires. También le gustaba viajar por la Argentina y recorrer susprovincias, de las que siempre retrataba lugares, personas y paisajes característicos.
Por lo general, sólo realizaba retratos a pedido de los propios interesados Sin embargo, debodestacar que esta norma tiene su excepción en una pintura que no le fue solicitada y que fue elretrato de su propia madre, que al decir de la pintora, simbolizaba y plasmaba a manera dehomenaje, a la persona más entrañable y querida de su vida.
Reproducía en sus cuadros, con absoluta solvencia, muchos paisajes de la Argentina y tenía unaespecial predilección en retratar el conocido puerto de La Boca, –límite sur de nuestra capitalcon los suburbios del gran Buenos Aires–. Las barcazas y barcos allí amarrados resaltaban conun notable realismo y parecían estampas vivas más que imágenes plasmadas en un cuadro.
Por ser discípula ejemplar de su maestro, el gran pintor argentino don Quinquela Martín, logróperfeccionar los reflejos de los barcos sobre las aguas. Fue de tal manera que el propioQuinquela aseveró que no tenía empacho en decir que esos reflejos superaban en realidad yexactitud a los de sus propios cuadros.
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A lo largo de su prolífica y dinámica existencia, atendió los numerosos requerimientos
recibidos para que su obra formara parte de numerosas exposiciones en numerosas
galerías de arte, tanto de Argentina como de muchos otros países, de lo que se da
cuenta en otro artículo que, por separado, ilustra este catálogo.
Fue siempre muy bien apreciada y requerida en particular por las embajadas españolas de
Argentina y de la República Oriental del Uruguay, que mucho y bien la promocionaban y de
las cuales muchos diplomáticos de su tiempo adquirían constantemente para sí obras de la
artista navarra.
Rasgo característico de su personalidad fue siempre su gran humildad, la que se
demostraba en todos los lugares a los que era invitada para distinguirla y rehusaba siempre
aceptar los primeros lugares. En lo personal puedo aseverar que se resistía
sistemáticamente, en cada oportunidad que era invitada, por su destacada significación
artística, a compartir la cabecera presidencial de los actos del Centro y de los banquetes.
En este sentido, tuve el inmenso privilegio de que aceptase acompañarnos en la
celebración del último San Fermín antes de su definitivo alejamiento, tal vez como
despedida inconsciente de su terruño en Argentina, como lo es para todo navarro su
Centro Navarro.
De las muchas obras suyas que se conservan en el Museo de Navarra, las que se han
seleccionado para la realización de esta exposición son demostrativas del notable arte
pictórico, de la manera bien acabada y de la calidad de esta querida pintora doña Adela
Bazo y Cunchillos.
La obra de esta artista, que casi durante cuarenta años vivió en la Argentina, nación a la que
regaló con sus obras y exposiciones lo mejor de sí, es un destacado exponente de la
aportación que miles de navarros, de distintas generaciones, han realizado a lo largo del
tiempo en esta tierra argentina, que les acogió en el momento difícil de su emigración y
permitió que en ella forjaran su vida, su familia y su carrera profesional o artística – como
en este caso–. Como muchos otros compatriotas navarros, Adela Bazo no dejó jamás de
recordar a su tierra de nacimiento, a la que nombraba permanentemente y recordaba con
inmensa gratitud, en toda oportunidad en la que podía expresar públicamente el cariño a
su terruño particular de Cascante y por extensión a toda Navarra.
Crisanto Miguel Ayanz
Comisario
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ARTISTA INTERNACIONALDesde el descubrimiento de América, durante la conquista y en la formación de lo que hoy es laRepública Argentina, fue una notable constante la presencia de la colectividad navarra a lolargo y ancho de las efemérides iniciadas en el recordado 12 de octubre de 1492.
Aquellos navarros fundadores, luego sucedidos por sus descendientes y por el agregado dedistintas corrientes migratorias que se fueron sumando a través de los tiempos, constituyeronmuy importantes aportes a la historia de esta Patria Rioplatense que tan activamentecontribuyeron a conformar.
La religión, la producción, las ciencias, la educación, la política, la música, las artes, las fuerzasarmadas y todo el quehacer socio económico y cultural de la Nación han contado con su directaparticipación, habiendo sido impactados por las calidades de esta colectividad integrada y co–forjadora de la argentinidad.
Así, en todos los órdenes y actividades de la naturaleza que se trate, la República Argentina lucecon singular orgullo el nombre y recuerdo de aquellos navarros originales y sus descendientes,recibiendo como a propios a los visitantes de tal origen.
Ese fue el caso de nuestra homenajeada, quien, aunque licenciada en ciencias exactas en 1928,conoció la fama por su singular arte pictórico.
Tras largo peregrinar por Europa y América, portadora de un gran bagaje cultural y de unapaleta siempre ligada a sus paisaje navarros, (había nacido en Cascante, en 1905) se radica enestas tierras en 1948, la distinguida y exquisita Adela Bazo y Cunchillos.
El mar, los ríos, los colores intensos de una tierra dura y tierna a la vez supo conjugarlos muypronto en su importante producción, con las vivencias obtenidas entre esta y la gran parte de suvida en que vivió del otro lado del océano.
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Su figura, siempre ligada a la hispanidad, le permitió una ágil adaptación a estas tierras en
las que transcurriría la última parte de su vida. Sus obras se encuentran repartidas por
todo el mundo: España, Francia, Italia, Noruega, Dinamarca, Portugal, Alemania, Canadá,
EE.UU, Venezuela, Uruguay, Colombia; son algunos de los lugares que recorrió con su
presente mirada y donde dejó parte de su obra llena de color, pero fue Argentina, el país
que la acogió hasta su muerte en Buenos Aires el año 1984, a los 79 años de edad, el lugar
donde ella obtuvo el máximo reconocimiento.
Aquí se rodeó de una gran corte de amigos, intelectuales, artistas y damas de la diplomacia.
Dicen que en este exquisito reducto de amistades, doña Adela encontró las caras que le
sirvieron para expresar sus pasiones. Pero si sus retratos son de una absoluta sensibilidad,
los paisajes marinos que apreció desde este lado del océano le sirvieron como excusa para
recordar el mar que casi la vio nacer.
Gustavo Martinez Zuviría (1883-1962), el insigne Hugo Wast, uno de los más prolíficos
hombres de letras argentinos, historiador y miembro de la Real Academia Española,
apreciando su obra expresó: “La pintura de Adela Bazo es como una escala de Jacob, se
apoya en la tierra pero sube a los Cielos”, cálido homenaje con el que sintetiza toda su
admiración y la de la República Argentina, que la recibió y adoptó como una de sus hijas
predilectas y donde descansan cristianamente sus restos mortales.
Carlos Olivera Avellaneda
Historiador
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VIAJERA, CON RAÍCES EN VARIAS TIERRASAunque fuera española y mantuviera la herencia de la gestualidad de los grandes artistasibéricos (hay quien dice que la Argentina es la otra España), Adela Bazo y Cunchillos supocaptar el río y sus múltiples brumosidades, los barcos en su quietud sugerente, el agua pardadel riachuelo porteño, uno de los lugares emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires.Paralelamente a su trabajo, fueron varios los artistas de ascendencia europea que formaron elGrupo de La Boca. La escenografía de este barrio en las orillas, aún mantiene susconstrucciones casi precarias y pintorescas. Ella prefirió el puerto, con sus envolventesmarrones y negros, la vida de los otros, detrás de las siluetas que no aparecen. Una de suspinturas lleva el título de “Riachuelo”, y en la sensualidad de su pincelada, se elevan losmástiles y el danzante juego de las sombras.
Vivió la Argentina, llegó a ella decididamente pintora, pero sólo fue uno de sus viajes.
Los paisajes antecesores a su estadía en el sur de América, bien podrían ser de cualquier lugar,pero fueron realizados en los Pirineos, otros en ríos de Galicia o en las sierras de Andalucía. Yaen Argentina toma el marrón rioplatense y hace otra propuesta, queda atrás el azul trasparentede su tierra. Retratos de mujeres lánguidas, cubiertas con mantones negros y flores, interioresclaroscuros, en donde el caballete con un cuadro, los platos en las paredes, algún libro sobre lamesa y las sombras de las lámparas, crean también climas enigmáticos.
No faltan las naturalezas muertas, ni el empaste que caracteriza certeramente toda suproducción, dándole intimidad y elocuencia a sus creaciones.
Expuso en la mítica galería Witcom de Buenos Aires, exitosamente, con su cuadro, “El Milagrode Fátima”. Museos de España, Portugal, Noruega, Canadá, Estados Unidos, Colombia,Venezuela y Uruguay tienen el privilegio de contar con sus óleos.
Es interesante ver cómo, en la época que le tocó vivir, fue viajera incansable, como si losterritorios le quedaran chicos, como si todo paisaje fuera su propio paisaje interior,comprometiéndose con las formas, desde su oficio y cómo, al ver hoy su obra, se retoman lassingularidades de las estructuras clásicas, debidamente correspondidas y no por eso menoscontemporáneas. Hay reglas que no cambian y es el espíritu el que prevalece y define.
Homenajearla, hacer una lectura totalizadora de su trayectoria, hacerlo en su tierra, es untributo generoso y justo, en épocas de olvido. Sus obras reunidas en un mismo espacio, formanun conjunto que se hace uno, porque todo artista es único y deja la herencia del esfuerzo, de lapersonalidad, de la interpretación de un mundo que le tocó vivir, que se recrea y que inspira aque continúen otros. Son verdades, son caminos, es el arte, el arte de vivir como mirandodesde la ventana abierta.
Adela Bazo y Cunchillos está en todas partes, pero abraza sus orígenes, desde la estética de unapreclara visión sensible que transporta en el tiempo su obra y a su personalidad marcada por laherencia: pinta tu aldea y pintarás el mundo. En este caso el mundo fue su aldea.
Andrés Waissman
Artista
15
OBRAS
17
Aldeanas al portal
Óleo sobre lienzo. 50 x 55 cm
18
El ocaso pesquero
Óleo sobre cartón. 50 x 60 cm
19
El solitario
Óleo sobre lienzo. 40 x 50 cm
20
La cosecha
Óleo sobre lienzo. 58 x 74,5 cm
21
Lancha marginada
Óleo sobre lienzo. 40 x 50 cm
22
Las rosas
Óleo sobre cartón. 40 x 50 cm
23
Los Pirineos
Óleo sobre lienzo. 50 x 60 cm
24
Mi madre
Óleo sobre lienzo. 60 x 55 cm
25
Neologismo o Pájaros y flores
Óleo sobre cartón. 65 x 45 cm
26
Quinta oligarca
Óleo sobre lienzo. 50 x 56 cm
27
Rincón de Abaiz
Óleo sobre lienzo. 50 x 55 cm
28
Tranquilidad del Plata
Óleo sobre cartón. 49,7 x 69,2 cm.
29
Arte y belleza
Óleo sobre lienzo. 59,5 x 49 cm.
30
Balcones de Navarra
Óleo sobre tela. 63,5 x 54,5 cm
31
Camino del bosque
Óleo sobre tela. 54,5 x 45 cm
32
El jardín
Óleo sobre lienzo. 39 x 49 cm
33
El redomón
Óleo sobre lienzo. 44 x 54,4 cm
34
El riachuelo
Óleo sobre cartón. 45,5 x 55 cm
35
La serranía
Óleo sobre cartón. 49,5 x 69 cm
36
La siesta
Óleo sobre cartón entelado. 37,3 x 52 cm
37
Luminocidades
Óleo sobre lienzo. 54 x 37,5 cm
38
Opacos
Óleo sobre lienzo. 44,5 x 44,5 cm
39
Portuaria
Óleo sobre lienzo. 50 x 60 cm
40
Primer plano
Óleo sobre lienzo. 33,5 x 27 cm
41
Tapera
Óleo sobre lienzo. 49,5 x 59 cm
42
Torso femenino
Óleo sobre lienzo. 72 x 59 cm
43
Tupido y primaveral
Óleo sobre lienzo. 49,5 x 40 cm
44
Arreglo floral
Óleo sobre lienzo. 45 x 34,5 cm
45
Camino y flora o La Herrería
Óleo sobre lienzo. 39 x 49 cm
46
Rincón de lectura
Óleo sobre lienzo. 91 x 72 cm