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¿Qué es un Modelo? Un modelo es un arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo, y por su poder de influencia determina los comportamientos y aprendizajes de quienes lo imitan, estos pueden generar consecuencias positivas o negativas y los podemos encontrar de manera consecutiva en el entorno o el ambiente donde el adolescente se desenvuelve o relaciona. Dichos modelos los adolescentes los encuentran dentro del hogar, en su grupo de amigos, en los medios de comunicación, en los diferentes estilos de música, en las pandillas, etc., y todos ejercen una fuerte influencia en la formación de la identidad del adolescente. También podemos observar que encuentran muchos modelos en varios actores de la sociedad, tales como deportistas, artistas, formas y estilos de música, bandas, modelos de pasarela, etc., todos estos llegan a conocimiento y vista de los jóvenes a través de una serie de medios, que sobretodo en la actualidad, están bombardeando a las personas con información sin clasificarla de buena o mala, y la facilidad con la que pueden acceder los adolescentes a dicha información es sorprendente, y es tal la forma en que ellos asimilan esos personajes que llegan inclusive a confundirse con ellos y a producir una alteración de su personalidad, o un trastoque en su proceso de formación de la Identidad. Causas y Consecuencias de la imitación Partimos de la conceptualización de la imitación, la cual es entendida como un aprendizaje que está basado en la observación de la conducta de un modelo, los adolescentes se encuentran muy propensos a la imitación, pero imitan solo lo que admiran, lo que verdaderamente los hace sentir satisfechos y a gusto, y existe una variada cantidad de modelos con quienes los adolescentes pueden identificarse, ahora, cabe indicar que los modelos pueden ser positivos o negativos, y esto es lo que va a provocar que las consecuencias sean de igual manera positivas o negativas, así podemos citar por ejemplo que si el adolescente puede apreciar dentro del hogar un ambiente de absoluto respeto entre sus miembros, o el padre demuestra responsabilidad, cariño, comprensión, su hijo tomará como patrón de conducta dicho ejemplo, sin embargo, si este mismo padre se muestra irresponsable, es agresivo o puede inclusive ingerir alcohol, sería muy probable que el adolescente imite dicha actitud. Cada acto de imitación tiene

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¿Qué es un Modelo?

Un modelo es un arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo, y por su poder de influencia determina los comportamientos y aprendizajes de quienes lo imitan, estos pueden generar consecuencias positivas o negativas y los podemos encontrar de manera consecutiva en el entorno o el ambiente donde el adolescente se desenvuelve o relaciona. Dichos modelos los adolescentes los encuentran dentro del hogar, en su grupo de amigos, en los medios de comunicación, en los diferentes estilos de música, en las pandillas, etc., y todos ejercen una fuerte influencia en la formación de la identidad del adolescente.

También podemos observar que encuentran muchos modelos en varios actores de la sociedad, tales como deportistas, artistas, formas y estilos de música, bandas, modelos de pasarela, etc., todos estos llegan a conocimiento y vista de los jóvenes a través de una serie de medios, que sobretodo en la actualidad, están bombardeando a las personas con información sin clasificarla de buena o mala, y la facilidad con la que pueden acceder los adolescentes a dicha información es sorprendente, y es tal la forma en que ellos asimilan esos personajes que llegan inclusive a confundirse con ellos y a producir una alteración de su personalidad, o un trastoque en su proceso de formación de la Identidad.

Causas y Consecuencias de la imitación

Partimos de la conceptualización de la imitación, la cual es entendida como un aprendizaje que está basado en la observación de la conducta de un modelo, los adolescentes se encuentran muy propensos a la imitación, pero imitan solo lo que admiran, lo que verdaderamente los hace sentir satisfechos y a gusto, y existe una variada cantidad de modelos con quienes los adolescentes pueden identificarse, ahora, cabe indicar que los modelos pueden ser positivos o negativos, y esto es lo que va a provocar que las consecuencias sean de igual manera positivas o negativas, así podemos citar por ejemplo que si el adolescente puede apreciar dentro del hogar un ambiente de absoluto respeto entre sus miembros, o el padre demuestra responsabilidad, cariño, comprensión, su hijo tomará como patrón de conducta dicho ejemplo, sin embargo, si este mismo padre se muestra irresponsable, es agresivo o puede inclusive ingerir alcohol, sería muy probable que el adolescente imite dicha actitud. Cada acto de imitación tiene su consecuencia, y cada uno de ellos repercute en la formación y consecución de una adecuada identidad, la rebeldía contra las prohibiciones y el rechazo de la dependencia, la reacción que busca autoafirmación ante la autoridad de los padres puede conducir a una permanencia de la imitación, como una forma de alcanzar la libertad, la independencia.

Una característica psicológica propia del adolescente es el sentimiento de invulnerabilidad asociado a una fase egocéntrica del desarrollo, este sentimiento de invulnerabilidad es que de cierta manera ciega a los adolescentes, y no les permite determinar un adecuado modelo que se convierta en un verdadero apoyo para superar los cambios ahí generados.

Aunque una de las características de la adolescencia es que los jóvenes rechazan el mundo de los adultos, es indispensable que estos busquen ídolos a quienes admirar e imitar, se trata de una etapa más a la hora de formar su identidad.

Sin embargo, es importante saber diferenciar entre imitar a un ídolo o modelo, obsesionarse por él y el aporte positivo o negativo que le puede traer para su formación futura.

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A veces los adolescentes admiran a personas a las que ni siquiera conocen, a ese artista favorito, a aquel jugador famoso, modelo e incluso en sus propios padres, hermanos y amigos, aunque, tener un ídolo es algo normal, sobretodo en dicha etapa ya que a estas edades comienzan a tomar conciencia de la identidad propia y desean tener guías, referentes a quien poder seguir e imitar.

En principio, estos modelos de los adolescentes no pueden catalogarse como buenos o malos, más que la figura en sí, lo que determina que sean positivos o negativos será la actitud del joven hacia ellos, una excesiva veneración será negativa, como medida puede ser una buena herramienta para ayudar a las personas a desarrollarse como tal, algunos adolescentes ven en sus modelos de imitación las cualidades que les gustaría tener y no poseen.

Otros buscan en ellos modos de autoafirmarse, es decir, ven reflejado en sus personajes preferidos su propia personalidad, para ver con ello aumentando y mejorado su autoestima que es muy tocada e inestable en esta época.

La identidad del adolescente

En la etapa del ciclo vital el adolescente realiza ensayos en todos los aspectos de su vida, aunque en ocasiones dichos ensayos son mal vistos, pero cada uno de estos es necesario para ir formando su identidad. Es decir, este proceso de identidad que se comienza a desarrollar en la niñez se va consolidando en la adolescencia y es aquí donde toma fuerza ya que ésta identidad forjada y establecida los acompañará el resto de la vida. Si hablamos de “identidad” tenemos que hacer referencia a la teoría de Erik Erickson (fue un psicoanalista estadounidense de origen alemán, destacado por sus contribuciones en psicología del desarrollo) en donde presenta su tesis que es básicamente una teoría de la psicología del Yo a diferencia de Freud que se centró en el inconsciente y el Ello. La identidad es según esta afirmación, "un sentirse vivo y activo, ser uno mismo, la tensión activa y confiada y vigorizante de sostener lo que me es propio; es una afirmación que manifiesta una unidad de identidad personal y cultural". Estos dos niveles, el de identidad personal y el de la identidad cultural, interactúan durante el desarrollo y se integran para lograr una unidad cuando se logra culminar exitosamente este desarrollo. La Identidad se da como el resultado de tres procesos: biológico, psicológico y social, los cuales están en una interacción ininterrumpida de todas las partes y gobernado por una relatividad que hace que cada proceso dependa de los otros, lo que llama: "fisiología del vivir". Los procesos psicológico y social confluyen en uno solo: "En realidad todo el interjuego entre lo psicológico y lo social, lo referente al desarrollo individual y lo histórico, para lo cual la formación de la identidad tiene una significación prototípica, podría conceptualizarse sólo como una clase de relatividad psicosocial".

En esta transición, surge una gran pregunta “¿Quién soy?”, en donde los adolescentes buscan hallar una respuesta, saliendo hacia el mundo exterior, hacia “afuera” donde se encuentran lleno de desafíos y también de oportunidades. En su búsqueda de la identidad adolecente recurre como comportamiento defensivo a la búsqueda de uniformidad, que puede brindar seguridad y estima personal. Allí es cuando surge el espíritu de grupo al que tan afecto se muestra el adolescente. A veces el proceso de identificación puede ser tan fuerte que la separación del grupo es casi imposible y el individuo pertenece más al grupo, que a su familia. Estas agrupaciones, tiene una actuación que representa la imposición a las figuras parentales y una mera activa de determinar una identidad distinta de la del medio familiar. El padre o la madre, serán remplazados por un líder que se busca dentro del grupo que pertenecen.

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Los adolescentes van a poner énfasis en la apariencia física, y la prolijidad y el esmero que invierten en su caracterización se vincula directamente con su búsqueda de identidad y van construyendo así sus rasgos de identidad, aquellos que les permiten empezar a contestarse ese “quien soy” que repica incesantemente en sus cabezas. Emos, ravers, indies, flogger, góticos, punks, heavies, roockeros, hippies, son algunas de las agrupaciones, a las cuales se denominan tribus urbanas. De esta forma los jóvenes construyen estereotipos en donde cada una de las tribus intentara, imponer su estereotipo que los identifica. Estos grupos, son pasajeros, con el paso del tiempo, y como parte del crecimiento, estos grupos quedan en el pasado retomando los estereotipos más internos, generalmente los adquiridos desde la familia. Cabe destacar que las tribus urbanas con el tiempo evolucionan por ejemplo: en los años ochenta se caracterizó por los “indies” (independientes) en donde tenían una postura contracultural, en los años noventa los “ravers”, basada en música electrónica caracterizado por eventos de larga duración y características particulares, como es en caso de la famosa “Creamfields” en donde tiene lugar hasta la actualidad. En el marco de la tribu, cada integrante compone una imagen, y desarrolla actitudes y comportamientos comunes a los del resto del grupo. De esto modo reafirma su identidad, su “ser persona”, y su sentido de pertenencia a la agrupación, el cual, además, se refuerza al participar de experiencias conjuntas y de rituales; por ejemplo fiestas como la “Creamfields”. La tribu urbana funciona así como un ámbito que congrega, que produce el encuentro con los “semejantes” (los que son “como nosotros), y que aparta a los “diferentes” (los otros, los que “no son como nosotros”, “los que se nos oponen”)

Muchos trabajos calificaron negativamente dichas bandas juveniles, y asociaron sus conductas delictivas o desviadas con la falta de normas. Caso contrario es el estudio como por ejemplo “las pandillas en Chicago”, Frederick Thrasher, y la sociedad de las esquinas, de William Foote Whyte, en donde destacaron la solidaridad interna de estos grupos, la lealtad entre sus miembros, los lazos afectivos, la ayuda que se brindaban unos a otros. Estos constataron que los jóvenes habían hecho del grupo su familia y de la calle su territorio, y en el recreaban sentimientos positivos, de pertenencia, solidaridad y fidelidad. A partir de ello, criticaron a quienes etiquetaban a estos jóvenes como “desviados” o “patologías”.

Concluyendo podemos afirmar que las tribus urbanas representa un instrumento del que se valen los jóvenes hoy para darle un significado y una cierta intensidad a su experiencia personal; para desarrollar lazos de afecto con otros sujetos; para encontrarse y compartir con pares, con otros que sienten como ellos; para elaborar su imagen social, su aspecto, la forma en que se muestran ante los demás. Llevar adelante este proceso le demanda al joven ir adentrándose en su propio ser, ir conociéndose, es decir, construyendo las respuestas tentativas a las preguntas que apuntan a la identidad: ¿Quién soy?, ¿Hacia dónde voy?, ¿Con quiénes? Las tribus urbanas, ofrecen a los jóvenes la posibilidad de re crear formas de socialización, de confluencia y reunión, y también de conocimiento del sí mismo. Esta manera de aprender a mirar y descubrir lo propio y, al mismo tiempo, establecer vínculos y relacionarse con los semejantes daría pie a la recomposición de solidaridades que han perdido o afectado, en particular durante las últimas décadas del siglo XX.

Influencia de la música y televisión en la adolescencia

La música siempre ha formado uno de los elementos principales en la formación de la cultura a su vez puede influir en costumbres y emociones de los adolescentes. Durante la historia la música ha

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sufrido grandes cambios, cada época ha tenido un estilo musical. Los adolescentes son los más propensos a ser influenciados por los nuevos estilos musicales, ya que se sabe que los jóvenes construyen su identidad con el vestuario, peinado lenguaje y música. Los jóvenes se unen a grupos, los amigos son el centro donde se forman los patrones de conducta que sigue los adolescentes. El deseo de ser independiente de la familia lo van a suplir con la dependencia de un grupo. En definitiva se crea un sistema de creencias, en un mundo que tiene homogeneidad extrema, la música es la única y última salida, donde mostrar una diferencia, ser original, independiente o rebelde e ir contra la corriente.

A muchos adolescentes los ayuda a definir la realidad. La música está donde están los jóvenes y responde a sus preguntas de forma excitante y atractiva. Influye en el mundo que los rodea, en su visión de la vida, da forma a sus valores y actitudes y juega un papel muy significativo en determinar en qué se convertirán cuando sean adultos, para bien o para mal. La música interpreta y define la vida para los adolescentes. Sugiere respuestas apropiadas y legítimas a las distintas situaciones, problemas y oportunidades con los que se enfrentan. La música está muy bien preparada para proveerles de la información que necesitan. Están aprendiendo, aun cuando aprender no es la razón principal por la que escuchan música.

La música actual se caracteriza por tener cada día más mensajes violentos, sexuales y promiscuos que son escuchados por los jóvenes, además los artistas famosos en sus videos se muestran cada vez con menos ropa y muestran mensajes sexuales que los jóvenes buscan seguir. Un ejemplo de esto se puede ver en el reggaetón que esta tan de moda hoy en día, se nota que sus letras no traen mensajes positivos, pero aun así todos las cantan y las bailan con solo escucharlas.

La música fue evolucionando a través del tiempo trayendo aspectos negativos y positivos, en el desarrollo de los adolescentes. Por ejemplo:

En las décadas 1960/70 nos encontramos con “Los Beatles, Rolling Stones, Palito Ortega, Sandro, Los Gatos, Almendra, Sui Géneris”

En las década de 1980/90 los cantantes o grupos más destacados eran “U2, Madonna, Michael Jackson, Rolling Stones, Redonditos de Ricota, Soda Estéreo, Charly García.

En la década 2000 los cantantes o grupos más destacados fueron “Rolling Stones, Oasis, Nirvana, Los Ramones, Bersuit Vergarabt, Los piojos, Intoxicados, Los pibes Chorros”.

La música ha influenciado sin duda alguna a la estructura social de la actualidad, donde impone tendencias de comportamiento, pensamiento y de comunicación. Podemos decir que esta influencia vivió su inicio en los años 60, donde la música representaba una forma de pensar, fueron en los 80 cuando la música influyó en su totalidad a los jóvenes de la época cambiando su forma de vestir, de peinarse, de comunicarse y de relacionarse siendo esta década el auge de la influencia de la música en la sociedad. Ya para el 2000 esta influencia se había por fin consolidado de tal modo que la música en la sociedad posee un papel sumamente importante puesto que ésta ha tomado un sentido principalmente comercial en el que las empresas según sus necesidades utilizan la música para enriquecer sus productos, se puede concluir que la música es vital para nuestra sociedad actual, pero a su vez puede actuar positivamente o actuar negativamente, dependiendo principalmente de la canción, del género y de la letra. Es una edad en la que todo se hace muy fácil y realizamos cosas por impulsos o por modas, tenemos una mente muy

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manipulable y también estamos en estados muy cambiantes, por lo que puede que no nos guste un tipo de música pero al poco tiempo sí. Los adolescentes buscan principalmente la música como refugio o escape de sus problemas, para sentirse identificados pues es un momento de sus vidas en los que se sienten más incomprendidos y las canciones siempre estarán allí para hacerlos sentir mejor sin preguntarles qué tienen, sólo haciéndolos sentir mejor.

La televisión al igual que la música, es un elemento que influye a los adolescentes directamente. En la segunda mitad del siglo XX, la televisión se ha convertido en el principal escenario y a la vez en la fábrica de creación de famosos. Ha Jóvenes: Ídolos mediáticos (persona o cosa amada o admirada con exaltación) y nuevos valores favorecido la creación de comunidades de fans que siguen algunos seriales televisivos y programas de concursos, incluyendo los llamados reality shows como por ejemplo: Gran Hermano u Operación Triunfo, donde pone de manifiesto que “la televisión es la principal fábrica de relatos de la cultura popular de la época contemporánea”. Al mismo tiempo construyen una cultura fans, que constituyen el segmento más activo del público mediático. El fan (seguidores incondicionales de determinados grupos musicales, equipos deportivos y, especialmente, a los admiradores entusiastas de las figuras o estrellas más destacadas) muestra una actitud activa queriendo ser partícipe en referencia a su ídolo, esta actitud y, en general, la visión de los fans se han visto dañadas por comportamientos obsesivos, en ocasiones considerados patologías. Encontramos los casos más extremos en las acciones homicidas perpetradas por Charles Manson, John Hinkley o Dwight Chapman, éste último fan y asesino de John Lennon, cantante de la banda musical The Beatles. No obstante, no sería correcto caer en el error de entender al fan como el prototipo de ‘psicópata peligroso’ ya que los casos de violencia son poco habituales y se trata de situaciones más complejas. En la actualidad el grupo musical con más repercusión son “One Direction”, en donde después de leer e observar en diversas redes sociales, comentarios, fotos de las fans, con una gran obsesión por este grupo.

También en los últimos tiempos la televisión se ha convertido en un miembro más de la familia, en donde los jóvenes son quienes más la utilizan, y esto no es lo preocupante, lo verdaderamente grave es que ahora pasan más tiempo en compañía de ésta que de sus mismos familiares y amigos. Además el exceso de estar frente una pantalla es un riesgo para la capacidad de atención y aprendizaje de los adolescentes. Estudios recientes señalan que más de tres horas diarias viendo la televisión, concretamente, aumentan notablemente este riesgo. La razón es sencilla: la concentración y la capacidad cognoscitiva no son cualidades innatas, sino potenciales que deben ser trabajados y desarrollados, y de una forma más decidida precisamente en estas edades. Esto nos lleva a una realidad innegable: leer un libro o escribir requiere un mayor esfuerzo intelectual que ver programas televisivos de ocio.

El visionado excesivo de programas televisivos y la construcción de toda una cultura paralela a su alrededor contribuye, además, a una ruptura clara y rotunda con la enseñanza en los colegios e institutos, lo que desemboca en un desinterés, aburrimiento, dificultad a la hora de resolver las tareas encomendadas y, como consecuencia de todo ello, un mayor grado de fracaso escolar.

A todo esto hay que sumarle un problema, la forma como la televisión presenta los valores al adolescente. Los ejemplos y modelos a seguir (mujeres semidesnudas, la utilización de vocabulario no adecuado, la presencia de jóvenes que escapan de la escuela para irse a divertir, entre otros) son en la mayoría de los casos nocivos para una mente y espíritu en desarrollo. Las actitudes, las

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opiniones o comportamientos que se transmiten por televisión no siempre ayudan a dignificar a la persona, sino que la ridiculiza, degradan o someten, entonces se habla de difusión de anti valores.Y cuando la televisión transmite valores rescatables estos sufren frecuentes maltratos al ser presentados por héroes que generalmente son individuos rudos y violentos como en el caso de Rambo o Rocky.

Como ya vinimos haciendo referencia, la adolescencia con el paso de los años, fue evolucionando. En la actualidad se encuentran expuestos tanto a constantes y rápidos cambios tecnológicos y de acceso a la información como a modelos de vida notoriamente distintos de aquellos que tuvieron sus padres o en la década de los ochenta. Ser adolescente en este tipo de sociedad globalizada–afectada hoy, además, por drásticos cambios en los escenarios económico y social derivados de la crisis actual– tiene implicancias quizá determinantes en la etapa de tránsito hacia la vida adulta en la que los adolescentes se encuentran. El andamiaje de certezas en el que crecieron, en medio de la bonanza que experimentaba el país en las últimas décadas, podría haberse fragilizado, resultando así afectadas las competencias y habilidades para encontrar cauces hacia la concreción de sus proyectos. De ese modo, al adolescente actual le ha tocado crecer en un escenario caracterizado por cierta incertidumbre. Este es un escenario nuevo porque, si bien un sector de sus padres supo –más bien por el relato de los abuelos– lo que fue la estrechez económica en España, en general los padres de los adolescentes de hoy no se vieron expuestos a un ambiente como el actual.

Podemos notar todos los cambios negativos a través del tiempo, para lo cual se necesita:

Velar porque los medios de comunicación dirijan a los jóvenes mensajes y modelos que coadyuven a su desarrollo

Propiciar la promoción de programas y campañas dirigidas al cuestionamiento y la concientización de los jóvenes acerca de estereotipos tradicionales que refuerzan

relaciones de desigualdad entre varones y mujeres. Patrocinar foros de debate entre adolescentes respecto de varias de las cuestiones que

actualmente constituyen fuentes de su preocupación, que les faciliten la búsqueda de alternativas de atención a sus demandas.

Difundir valores que conduzcan a la formación de ciudadanos no centrados en el consumo.

Estamos frente a una cultura del no esfuerzo en donde se produce la derrota del pensamiento. Los adolescentes quieren vivir aquí y ahora, por eso hay derecho a la expresión sin límites, a divertirse a cualquier costo, a practicar la sexualidad sin tabúes. Ya no existe verdad, ni mentira, estereotipo ni invención: la revolución ha arrasado con los valores y virtudes, por eso es tiempo de tomar medidas en un mundo globalizado. No hay que olvidar que los adolescentes están en búsqueda de la identidad, no conocen su cuerpo y es por esto mismo que surgen casos de comas alcohólicos y excesos a veces tan usuales en grupos de jóvenes. Hay que revisar y apuntalar los vínculos de aquellos que los rodean, enseñarles a querer la vida, a estar atento y ver las señales.