afectosespiritua02cast.pdf

393

Transcript of afectosespiritua02cast.pdf

  • AUG 1 1997

    ^OlOGUl SE*'*'

    .C3S"

  • SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIN

    AFECTOS ESPIRITUALES

    _ , //

    RAT LIRA

    (JlImUtmlo dk^MucojcIoio (JauzcrnaSl

    BOLIVAR

  • I BOGOTA, COASIA12053

  • SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIN

    AFECTOS ESPIRITUALESde la venerable madre y observante religiosa FranciscaJosefa de la Concepcin, en el siglo doa Francisca Josefa

    de Castillo y Toledo, Guevara, Nio y Roxas.Escritos por ella misma, de mandato de sus confesoressegn primera copia hecha por don Antonio Mara deCastillo y Alarcn, en Santa Fe de Bogot, ao de 1896.

    a

    AUG 1 1997

    ni ulToteca de autores colombianos

  • AFECTOS ESPIRITUALES

    DE

    SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCION

    AFECTO i

    PIDE LAGRIMAS, QUE SEAN COGIDAS EX LASFUENTES DEL SALVADOR (i)

    Jess, nuestra redencin; Jess, maestro; Jess, ca-mino, verdad y vida: estos caminos, me parece, Seormo, enseis a la pobrecilla despreciada y vil. Que-ris, mi bien y mi Seor, que vaya a vos por el mardel llanto y amargura de mi corazn? Pues, desde lue-go, quiero y deseo anegarme en mis lgrimas, si hede ser tan dichosa que por aqu vaya a vos. Dadme,mi Seor, una fe viva y una segura esperanza, cuandoya la triste barquilla de mi alma se sienta sumergirentre las olas para que no sea sorbida del profundo,ni el mar tempestuoso me anegue. Mas dadme mise-ricordiosamente tales lgrimas, que sean como cogidasde las fuentes del Salvador, sean llorando mi ingra-titud a tus finezas, Dios mo; sean llorando tus dolo-res y pasin; sean llorando tus ofensas y la prdida

    (i) Los epgrafes o ttulos de los Afectos de este segundo to-mo fueron redactados por el seor don Antonio Mara de Cas-tillo y Alarcn, sobrino de la autora.

  • 8 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    de las almas; sean llorando con tu Santsima MadreDolorosa; sean llorando tu ausencia y mi destierro, ycontingencias de l; sean llorando mi ceguedad paraconocerte, mi frialdad para amarte, y mi flaqueza ydebilidad en el servirte.

    Llore como la trtola, que toda es llanto sin suamado consorte; llore como la esposa ausente de suseor y esposo; llore como la esclava que ofendi a suseor y se hizo al bando del fiero y cruel dragn. Llo-re como el pobre a quien dan una gruesa limosna,que llora agradecido y contento, y no se harta de be-sarla y mirarla mil veces. As has de hacer con los be-neficios que amontona en ti tu Seor. Llora como laesposa que, despus de larga ausencia, tiene cartas,noticias y promesas de su seor que la ama y ha dellevar al reino que le prepara. Llora como el perri-llo que perdi la vista de su seor, y no descansa hastatornarle a hallar. Llora como el cautivo y desterradoen esta gran Babilonia; llora sobre las cadenas y gri-llos de tu prisin, hasta que el Seor Dios tuyo te des-ate y libre.

    AFECTO 2

    ANHELA A MAS PERFECCION. IMAGINASE LLENA DEDELITOS. COMO NINGUNO VA AL PADRE, SINO POR

    CRISTO, PARA IR A CRISTO ES PUERTA FELIZLA MADRE

    Este da, dedicado al santo arcngel Seatiel, y a mipadre santo Domingo, con todos los santos de su re-ligin, entend en la oracin que poda el alma en-trar ms y ms en Dios, llevando por gua la fe, laadmiracin y el amor del sumo bien, y el conocimicjo-to, propio y propia aniquilacin; y en muchas ocasio-nes, y casi siempre, he visto que el camino para laoracin es la humillacin y el desasimiento de todo.Me pareca lo que dije arriba de entrar ms y ms

    en el mar de la suma bondad como los peces por el

  • Afectos Espirituales 9

    mar, que se espacian y profundan llevados de las sua-ves corrientes; o como un pobre y tosco gan que lefueran introduciendo en un gran palacio, que, admi-rado, se olvidara de s en su conocimiento y estima-cin, se volviera nada, quedando con ser slo lo quemiraba.

    Claramente he experimentado que yo sola soy mimal, porque yo sola puedo impedir todo mi bien; yas, al paso que deseo alcanzarlo, deseo huir de m,humillarme, deshacerme y aniquilarme; pues si lle-gara a una total mortificacin, muriendo en m, vi-viera en Dios. De donde muy fcilmente creo el odioque se tenan los santos; y as entenda que, perdien-do el nima para todo o en todo lo que es de estemundo, se guarda como en una vida del valor de laeterna.

    Esto me pareca entender en aquel suscitans a trrainopem (i).Despus de que os hayis reducido a vuestra tierra,

    deshecho en el propio conocimiento y desasimientode vos misma y de todo, os suscitar, levantar y darcomo un nuevo ser, el Seor, y de stercore (2) levan-tar al pobre. Se levantar, despus que se haya sen-tado en su propio conocimiento y en el muladar desu miseria, a raer y escudriar su podre y lepra. Don-de vea y conozca que no tiene ms que un casco viejoy quebrado, lo levantar el Seor y har que habiteen la casa de muchos hijos y de tanta alegra como loshermanos que habitan en uno, en la casa de su pro-pia madre. Ser contada el alma entre los hijos de lamadre del mismo Dios, y ver quam bonum et quamjucundum (3). Et venerunt mihi omnia bona paritercum illa, et Icelatus sum (4).

    As me parece que en este hallar a Dios el alma, o

    (1) PS., 112, 7.

    (2) Ibidem.

    (3) Ps., 132, 1.

    (4) Sap., 7, 11, 12.

  • 10 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    hallar puerta para esta oracin que digo, de entrar yesconderse en Dios, se hallan y vienen todos los bie-nes, porque se halla fcil, dispuesta, y con hambre ydeseo de toda virtud y justicia; y asimismo con odioa todo vicio, que parece lo que dice el salmo: Divertea malo, et fac bonum; inquire pacem, et persequereeam (i). Y se hace su lugar en paz, en aquella paz delSeor que sobrepuja a todo sentido.Y como aquel rstico que dije antes, si lo hicieran

    salir, o l saliera de aquel palacio o ciudad, se andu-viera por las puertas y ventanas deseando volver a en-trar; as el alma, fuera de aquella oracin o conoci-miento, se abraza con la santsima humanidad deNuestro Seor Jesucristo, y lugo con aquella sant-sima nima; y all encuentra lo que buscaba, y la hu-mildad con la alteza, y tambin, por la consideraciny amor de la Madre Virgen, de su pureza, hermosura,alteza y dignidad de su gracia y virtudes, especialmen-te su humildad, halla puerta grande y benigna paraintroducirse al palacio del Rey. Mas cuando no leconceden entrar, no deja de clamar y llamar a laspuertas, y no se aparta de ellas, teniendo all su con-suelo, y cuando ms no puede, no deja de gemir yllorar, morando en su llanto cuando se pone el sol, yesperando que sern vsperas de la alegra de la ma-ana.

    Otra puerta hallaba en los santos ngeles, mas enDios se hallan todos los bienes, porque all se encuen-tra la santsima humanidad, la Madre Virgen, nge-les y santos, respectivamente. Mas me parece es dife-rente hallar las cosas criadas en Dios, o a Dios en lascosas criadas; como es diferente buscar de noche oencontrar de da. Ya se ve que la santsima humani-dad de Nuestro Seor es la puerta nica, grande y se-gura, que el Seor es luz que alumbra a todo hombre,etc. Mi Seora Pursima y Madre de la Vida es aque-lla puerta felicsima para ir a Dios, y puerta feliz del

    (i) Ps., 33, 15.

  • Afectos Espirituales 11

    cielo. Como ninguno va al Padre sino por Cristo,para ir a Cristo es puerta feliz la Madre.Muchas veces he conocido que no edificara el alma,

    si primero no destruye, conforme a lo que dijo Nues-tro Seor: Mira que di mis palabras en tu boca y teconstitu sobre las gentes y reinos para que derribes,destruyas, arranques y disipes, y luego edifiques yplantes (i). As que, alma ma, no plantar Dios enti una hermossima humildad, si no estuvieren arran-cadas las profundas y amargas races de la soberbia,cavando y ahondando profundamente en tu propioconocimiento; y si conocindote no te aborreces, de-rribando y disipando los muros de tu amor propio,no levantar Dios en ti aquella ciudad cercada y murada de su especial proteccin, porque sta no se pro-mete a los soberbios gigantes que confan en sus fuer-zas, s a los que, desconfiados de sus propias fuerzas, yvacos de su propio amor, estiman, aman y confanen el sumo bien.

    Si no arrancas con la mortificacin tus quereres,pasiones y apegamientos a la tierra, tierra te queda-rs. Mas si quitares todo lo que es falso, vil y move-dizo, te levantar el Seor como columna de hierro,incontrastable a los golpes del enemigo.No seas como la paloma engaada, querindote

    mantener en tu nido deshecho, cuando toda la tierrase arde. Levanta el vuelo del deseo, amor y considera-cin, y habita y cohabita en la ayuda del Altsimo, yen la proteccin de Dios del Cielo, pues es tu Padrey habita en ellos, y sern tus muros como de bronce.

    As entend en aquel verso del salmo Declinantesautem in obligationes, adducet Dominas cum operantibus iniquitatem (2). Oh alma ma!, aunque no hu-bieras cometido tantas culpas, la ingratitud y negli-gencia, la tibieza y olvido de tantos beneficios recebi-dos de la tremenda Majestad de Dios, a que estabasobligada grandemente al agradecimiento y correspon-

    (1) Jer., 1, 10.

    (2) Ps., 124, 5.

  • 12 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    dencia, es una grande iniquidad, y verdaderamentepuedes ser contada con los ms grandes pecadores.Oh polvo, verdaderamente polvo! Cmo has de es-tar sentada a la mesa del Rey Omnipotente? Oh Se-or, quin soy yo, tu sierva, sino semejante a un pe-rro muerto? Quin soy yo, sino un tronco intil ydespreciable aun a los ojos humanos (que slo ven lavileza exterior) para ser mirada, sufrida y atendidade tu gran Majestad? Oh Dios benignsimo, refugiode los pobres y de los desvalidos! Cmo no est mialma atnita temblando y estremecindose en tu divi-na presencia? A qu piedra hubieras labrado contantos golpes, que hasta ahora se hubiera resistido sudureza? Cul maestro, por paciente y amante quefuera, no se hubiera cansado en tantos aos de estarenseando a quien tan totalmente ha despreciado tuenseanza? Quin jams persever tanto tiempo endar sus tesoros, a quien siempre los ha desperdicia-do? Oh alma ma!, mira la largueza de los beneficiosde Dios, hasta darse a S mismo.

    AFECTO 3ASOMBRO DE COMO PADECIO DIOS EX EL MISMOMUNDO QUE CREO. ELEVACIONES Y DELIQUIOS

    POR LA UNION AL SUMO BIEN.

    Esto conoc hoy habiendo comulgado: cmo Diospadeci en el mismo mundo que haba creado; y estocon tanta admiracin como si nunca lo hubiera odo,ni considerado. Toda el alma se va a este Seor, yest como el avecilla presa, que ve a la vista la liber-tad y la espaciosa regin del aire, que hace fuerza porvolar y desatarse, y no puede, y a veces su mismo ahin-co la rinde y amaina en las fuer/as, aunque no en losdeseos de hallar su centro, mas lo anda buscando den-tro de su prisin, y sustentndose de algunas migajas,y no hace ms que clamar, v dar unos cortos vuelos.Claro conoc cmo en llegando el alma a la inmensa

  • Afectos Espirituales 15

    y clara luz de su Criador, ser como el que despiertade una pesadilla y ve una inmensa luz. Oh, cmo sedesnudar de las tinieblas, y entrando en una inmen-sa luz; oh, cmo se sacudir o la sacarn de la corrup-cin, pena y tinieblas, y entrar y se unir a la luzincorruptible y inmortal! Senta el alma con esta es-peranza un modo de nuevo ser, y sin saber por qurepeta: Gande et litare Sion, exulta satis filia Jeru-salem quia venit rex tuus (i). Clmale a la bondadinmensa de quien tuviste ser: adveniat regnumtuum (2), y mientras no llega, clma, llora y trabja.Ama infinitamente, si pudieras, a un objeto infinitode todo y solo bien. Aborrce infinitamente todo pe-cado y culpa que le ofende. Espra infinitamente eriun dador de infinita liberalidad. Desa infinitamenteun bien infinito. Oh!, si de tal manera murieras enti, y slo en ti viviera Dios, que pudieras decir: mi for-taleza y mi alabanza es el Seor. Amarte Seor, for-taleza ma, virtud de mi vida, vida de la virtud de mialma, alma de la vida de mi ser.

    AFECTO 4ARDIENTES GEMIDOS POR LA PERDICION DE LAS

    ALMAS Y PORQUE SE SALVEN TODAS.

    Estando en una grande tribulacin, por ver cmolas criaturas de Dios se condenan y pierden, y van atener por ocupacin eterna, maldecir y blasfemar alsumo bien, pensaba morir por aquella mortal angus-tia y congoja, y ms viendo el riesgo en que estoy pormis pecados y desagradecimiento de ser una de ellas.Va como en una vista ms clara y penetrante que

    la vista del cuerpo, lo que Dios hace por el alma des-de que la saca del no ser, para que consiga su ltimofin, y en particular, toda la vida de Nuestro Seor

    (1) Zach., 9, 9.

    (2) Mat., 6, 10.

  • 14 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    Jesucristo, desde su encarnacin, pasin, muerte, y sa-cramentos, avisos por sus predicadores; donde me pa-reca haber enviado a la Compaa de Jess a estemundo para justificar su causa con los pecadores re-beldes, etc. Va los avisos, golpes, desengaos, conque llama y despierta a los pecadores; la fealdad delos vicios, su inquietud y horror; y el tormento queaun en esta vida causan, etc. Va la omnipotencia deDios, airada, caer sobre los malos como un rayo encendido, como un globo de bronce, mayor y ms pe-sado que todos los orbes de la tierra, etc. Va cadamisterio de la vida y pasin de Nuestro Seor, puestoa los ojos del alma para su remedio, enseanza y ejem-plo. Y llorando amargamente la ceguedad nustra, pe-da remedio a Nuestro Seor, Nuestra Seora y misanto ngel y santos. Parecame or como quejas quedaba de sus criaturas: qu es lo que deb hacer pormi via y no lo hice? Piensas que si hasta ahora leshubiera conservado la vida, cesaran de ofenderme cinjuriarme?Cmo pues, alma ma, hallas otra causa de llanto

    y de dolor? Ay de m, que fui nacido para ver losmuertos de la hija de mi pueblo, no cesen de llorar,ni callen las nias de mis ojos! Oh, si pudiera sertan grande mi llanto y mi dolor como el mar! Oh,si fuera un mar de sangre que anegara mis culpas ylas de todas las criaturas, que se cometen contra Dios!^Oh tiempo perdido el que no se gasta en esto! OhDios mo, recebid la sangre, la pasin, la muerte devuestro amado Hijo; sus mritos, los de su PursimaMadre, su intercesin y la de los ngeles y santos, paraalumbrar a los pecadores, y que no seis ms ofendidode vuestras criaturas! Oh, quin pudiera convertiren bendiciones, alabanzas y actos de amor vuestro,todas las ofensas que en la tierra y en el infierno secometen contra vuestra suma bondad y santidad! OhSeor, misericordia! Cristo, misericordia! Seor, mi-sericordia!

  • Afecos espirituales 15

    AFECTO 5

    SON LAS TRIBULACIONES EL CAMINO DE LAS CONSO-LACIONES. LA CRUZ DE CRISTO QUE DEBEMOSLLEVAR, NO ES IMAGINARIA SINO POSITIVA.

    Seor Dios, salud y esperanza ma! Cristo Jess,luz verdadera que iluminas a los que estaban sentadosen las tinieblas y sombra de muerte! Cmo no teme-r y temblar mi alma, Dios mo, cuando leo en tuSanta Escritura que entonces se corre el camino detus mandamientos, cuando dilatas el corazn; y estome parece a m, Dios mo, que ser cuando no se ha-lla como el mo tan apretado con angustias, tan opri-mido de temores, tan obscuro con dudas, tan acosadocon tentaciones, tan lleno de tedio, pavor y miedo, tanconsumido con tristeza, y acosado con persecucionesinteriores y exteriores, que me parece haber cado enlo profundo del mar, y que mi alma, luchando conlas amargas olas de la tribulacin, llega a tener tediode la vida; y hasta sus mismas palabras son adversasa s misma. Cmo as, Dios mo, correr el caminopara hallarte, ni esperar alcanzarte algn da? Masya oigo, Seor, que me decs: Oh estulta y tarda decorazn, no se contradicen mis palabras, ni dejan deconvenir entre s! Por el mismo Profeta que dije: elcamino de tus mandamientos corr cuando dilatastemi corazn (i) dir tambin: en la tribulacin me di-lataste. Dme, cundo dio mi cuerpo mortal y pasi-ble ms espontneamente la sangre para remedio delalma que cuando ms oprimido con tristeza, tedios ycongojas? Mrame en el huerto a m, Esposo tuyo, ymira la opresin y congoja de mi alma por la tuya.Cundo estuvieron ms liberales mis manos que, cuan-do cosidas con clavos a un madero, no tenan un levemovimiento, sin acerbo dolor. Cundo ms bien corrcomo gigante la carrera de la honra y honor de la di-vinidad, y salud del alma, que cuando se dilat, pro-

    (i) Ps., 118, 32.

  • 16 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    fund y subi mi tribulacin, y como en multitud deolas estuve como anegada, hacindome la grandeza dela tribulacin levantar la voz, y decir: Dios mo, Diosmo!, por qu me dejaste como hundir en este pro-fundo, de quien ya se haba dicho y previsto? SlvameSeor, que han entrado las aguas hasta mi alma. Noslo estoy anegado en ellas, mas han penetrado hastalo ms interior de mi alma, y embebido y tragado latribulacin, como un ro o como un mar; en lo altome cubren sus olas, a todos lados me anegan amargu-ras, su profundidad parece que me sepulta. Y enton-ces no fue cuando aplaqu la ira divina y obr la sa-lud del alma? Cundo con mayor clamor entregumi espritu en manos de mi Padre, que cuando, enlugar de alivios, gust amarguras? Y entonces dije:"Consumado es. Ya se ha perfeccionado la obra de laredencin."

    Qu quiere decir el tlamo de la Cruz, donde elalma se desposa con Cristo? No es la tribulacindonde se abraza con la imitacin de Cristo crucifica-do? Piensas que es una cruz de madera que puedascargarla un rato, y arrimarla otro, o que es una cruz,fabricada slo en tu pensamiento, contentando a timisma con que padeces? O piensas que el dilatarseel corazn para correr el camino para Dios, ha de seruna abundancia y continuacin de gustos sensibles,aunque espirituales, de consolaciones muy regaladasde ardores muy suaves, de visiones muy dulces, de rap-tos muy admirables a los hombres, de aprobacin yaceptacin de las criaturas? Pues en lo uno no ves cla-ro, que estabas metida en el mundo, y en lo otro, enti misma, agradndote en ti, buscndote en ti y ha-llndote en ti y en las criaturas. Y andando por estecamino ancho y angosto, no ibas entrandote yestrechndote en cosas bajas y viles? Esta poda serdilatacin del corazn? Como verdaderamente se di-lata es extremando slo el contento del alma en darcontento a Dios, pisando y hollando la propia vo-luntad, dilatndose en la e, en la confianza, en elamoi apreciativo del sumo bien, en un entrego total

  • Afectos Espirituales 17

    a su voluntad y rendimiento, a las disposiciones desu providencia, fiada en ella. Esta es la dilatacindel corazn, cuando ms y ms sube en el ejerciciode estas virtudes, considerando su polvo y su nada,y la nada y viento de todo lo terreno para alejarsede ello. Y como el ave que levanta el vuelo para es-paciarse en la regin del aire, tan extendida y libre,as el alma se dilata y corre cuando ha pasado porla estrecha senda de dejarse y negarse a s misma entodos sus quereres. Esta es la senda angosta quegua a la vida y la dilatacin del corazn, que hacecorrer el camino de los mandamientos cuando el al-ma no estriba en s misma en lo que siente o no sien-te; mas puesta en la eterna voluntad de Dios, le haceun continuo sacrificio de s misma. Entonces sube deldesierto como varita de humo, ya como consumido elser terreno y afectos de la carne y naturaleza, estriban-do slo en su amado, sabiendo que es Padre poderosoy amante, sabio y santo. No tiene en s confianza niquerer; mas arrojada en los brazos de tan gran seor,slo a El desea contentar, y estar unida y no apartar-se de El.

    AFECTO 6

    TRIBUTA FERVOROSOS ENCOMIOS AL CORAZON DEJESUS, Y AL DE MARIA; CUANTAS PENAS COMPRIMIE-RON, RESPECTIVAMENTE, ESTOS DOS PURISIMOS

    CORAZONES.

    Su corazn es mi corazn; y unido a l, gusta y sien-te sus amarguras. Oh corazn dulcsimo! Oh coraznpacientsimo! Oh corazn abrasado en el amor deDios y de las almas! Oh humanidad santsima: a laspuertas de tu piedad est mi alma, llamando, lloran-do y pulsando a la media noche de sus penas, igno-rancias y frialdades! Oh, amigo, amigo, amigo sloverdadero, fiel y poderoso amigo: dadme aquellos tres

  • 18 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    panes! Oh Jess, humano para mi consuelo! OhJess, divino para mi remedio!, criado a los pechos demi dulce Madre. Dadme, oh Seor mo, tres panes;abrsa mi frialdad con tu fuego de amor; almbramis tinieblas con tu caridad; conforta mi flaquezacon tu fortaleza. Mi corazn sediento y hambrientode tu corazn, te pide su sustento y su bebida. Ohfuente de la vida! Oh limpio corazn, sin ti no res-pira mi triste corazn, porque T eres su vida, y tucorazn es aliento del mo!

    Oh Madre Virgen! Oh madreperla que encerrasteen ti todo el ocano inmenso de Dios hecho hombre;que tu carne y tu sangre es carne y sangre de Dios!Mira desde tu alteza, levantada sobre todo entendi-miento creado, la bajeza y la pobreza ma; pues tulimpio corazn es corazn de Jess. Mira desde loexcelso, oh dulce Madre, las cosas humildes y desecha-das. Ea! corazn de Mara, anchsimo por la caridady misericordia, encendidsimo por el amor, candidsi-mo por la pureza; fuente manantial de dones, graciasy virtudes, abriga al desnudo en los senos de tu mise-ricordia, definde al hurfano, enriquece al pobre.De tu incendio, oh Madre Virgen!, una centellita bas-tar a encender mi helado corazn; de tu fuente pur-sima una gota; de tu inmensa luz, un rayo, para quemi corazn pueda amar a Jess dignamente. Oh Jessmo, quin te amara con el corazn de Mara! OhMara, Madre dulcsima, quin te amara con el cora-zn de Jess! Oh triste y pobrsimo corazn mo!,qu abrigas en ti? Ay de m! Mira bien si vive en tila monstruosa soberbia, la fiera envidia, la asquerosagula, la vil codicia, y tantos monstruos de culpas ypecados, de faltas y defectos; y llora sobre tu corazn,pues est indigno de (pie viva en l Jess, \ MaraVirgen. Ay triste destierro mo, cuando no viven enn corazn! No es posible que comprendas, alma ma,la menor parte (si pudiera haber parte menor) de lalongitud, latitud, alteza y profundidad del coraznamabilsimo de Jess y de Mara; bstate saber queser gloria llena, perfecta, y cumplido gozo vivir en

  • Afectos Espirituales 19

    l y por l. Oh cunta gracia! Oh cunta gloria

    t

    Cuntas penas comprimieron respectivamente estosdos pursimos corazones en la vida mortal! Cuntaprofundidad de humildad y sujecin al Eterno Padre;cunta alteza de santidad y amor; cunta latitud decaridad y misericordia para con los hombres; cuntalargueza de beneficios acerca de ellos; cuntas obras,en honor de la Divinidad!Tu santsimo corazn, Jess mo, siempre tuvo pre-

    sente su dolor todo el da de su vida santsima. De-de la maana de su concepcin tuvo presentes los azo-tes, castigo de esclavos, de afrenta y de dolor; y asdice el salmo: fui azotado todo el da, y mi castigoen la maana; todo el da me estropeaban mis ene-migos; todo el da estaba y andaba constristado. Micorazn se conturbaba entre m, hecho estaba mi co-razn como cera que se derrite en medio de mis en-traas, o en medio de mi vientre, que es la memoriade mis tormentos.

    Esta es la tribulacin por donde camin como porsenda estrecha y apretada; y entonces ambulabam inlatitudine, quia mandato, tua exquisivi (i). As que,.Seor mo, y llave verdadera de David, que abrs, ynadie cierra lo que vos abrs, cerris, y nadie abre laque vos cerris. Venistes, Seor, y abristes las Escritu-ras. Digno es el Cordero, que fue muerto, de abrir elLibro y soltar sus sellos, declarndolos con el hacery padecer de vuestra santsima vida.

  • 20 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    AFECTO 7FERVOROSAS ASPIRACIONES A LAS LLAGAS DE CRISTO.DALE NUESTRO SEOR A ENTENDER SEPULTE SU

    ALMA EN LA LLAGA DE SU COSTADO.

    Hoy, da de la degollacin de mi querido y muyamado san Juan Bautista, da martes, que tengo en-comendado a mi santo arcngel Rafael y a mi padresan Francisco con todos los santos de la Orden, enamaneciendo con mis continuas congojas, abrazadacon el Seor Crucificado, hall que el alma estaba em-'bebida en estos deseos, como si le dijeran: Deposita ydesea poner en la llaga de la mano siniestra del Seorcinco mil millones de actos de detestacin, aborreci-miento y horror de toda culpa, y de todo lo que pue-da disgustarlo. Asimismo, en la llaga de la mano de-recha, deposita y ofrece otros tantos actos de amor delSeor y deseos de llegarte a El, y cumplir en todo suamabilsima voluntad, uniendo tu alma al sumo bien.En la llaga del pie izquierdo, ofrece otros tantos ac-tos de humillacin y conocimiento de tu vileza, se-quedad e inconstancia, ms porque has ofendido alsumo bien. Y en la llaga del pie derecho del Seor,ofrece, con toda el alma, otros tantos actos de firmezaen la esperanza del sumo bien, para no apartartede l.

    Habiendo recebido al Seor en la santa comun ti,y estando en la presencia de mi Seora, la santsimaVirgen, encendascme ms el alma, y entend, comosi dijeran. De a dnde te han venido tan altos pensa-mientos, oh pobrccilla mujer, vaso de tierra y de po-dre, que slo te contentas con el amor de Jes yMara, y que no aspiras a menos, ni otra ninguna cosamenos alta te satisfaga, ni pueda contentarte? Esto,conoca con admiracin, nace de la fuente de la mi-sericordia.

    Parecame le daba Nuestro Seor al alma a enten-der, quera que en la llaga de su costado se sepulta-

  • Afectos Espirituales 21

    ra muerta al mundo y a s misma. Mira, este es elcampo de la sangre comprado con el precio de ellapara sepultura de los peregrinos que no tienen aqu,en la tierra, ciudad permanente. Como peregrina dela tierra se ha de portar el alma, lo cual ruega el Aps-tol, y se dice en muhas partes de los Salmos. Oh,pues, peregrina y muerta, ser tu sepultura mi pechoabierto; mas mira que ests bien muerta, y no vivaen ti la vida de la carne. Deja, como en el testamentoel que muere, a mis ojos, todo el juicio de las cosasas interiores como exteriores; en mi boca, lengua ypaladar renuncia y deja todos los gustos, consuelos ysabores, no slo naturales, mas espirituales. As queen este tu testamento y ltima voluntad, has de dejara las manos de Jess todas tus obras y acciones de to-da tu vida, para que disponga de todo como de cosapropia en tiempo y eternidad. As, a sus santsimospies has de dejar con total entrega, y como por escri-tura pblica a toda la corte celestial, el gobierno ydireccin de tus pasos y caminos, no queriendo yatener parte en ti misma, pues te entregas con una es-critura irrevocable para que as, muerta para ti mis-ma, viva slo en l, y seas sepultada en el sepulcrode los peregrinos. Mas advierte que este sepulcro esaquella zarza que arde y no se quema; te has de des-calzar de ti misma, y ofrecer los pies desnudos para irpor el camino de fuego y espinas, amando y pade-ciendo. Los santos ngeles cantarn: Bienaventuradoslos muertos que mueren en el Seor, y S3 dir del al-ma: posuit fines tuos pacem et jactas est in pace lo.cus ejus (i), y su habitacin en la S:n Santa. Y tpodrs decir: collocavit me in obscuris (2), poique to-da ciencia de Dios es oscura en la vida mortal, hastaque amanezca el da de la claridad eterna. Mas esta-rs sicnt mortuus sceculi (3), muerta al siglo y a ti mis-ma; y como el muerto del siglo, que est reducido al

    (0 p s-, M7 (146) i-l-(2) Ps., 142, 3.

    (3) Ibidem.

  • 22 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    polvo, y ya la carne no tiene corrupcin, mas ni sus-tancia. Y esto fue lo que se te mostr en aquella ima-gen de Cristo crucificado y hecha de huesos ridos,secos y enjutos. Entonces, cuando por la tribulacin,mortificacin, y imitacin de Cristo estuvieres comoaquellos huesos ridos que se le mostraron al Profeta,vivirs slo con el espritu de Dios, y te levantarssobre ti misma como ejrcito armado con la fortalezadel fuerte, que con huesos ridos triunfa y vence co-mo Sansn.

    Oh, alma ma! cundo seras tan dichosa que estssepultada en este divino sepulcro, que no te sientasa ti misma, que no te oigas, que no te veas, que no teencuentres, que no te halles; mas slo veas, sientas,oigas, encuentres, y halles a Jess?

    As como el que est en la sepoltura, a la diestra ya la siniestra, en lo superior y inferior, no le llega otracosa que el sepulcro, y la tierra de la sepoltura pa-rece que traga y devora al sepultado, unindolo yconvirtindolo en s, descarnndolo y desnudando loshuesos, y aun hasta ellos volvindolos en polvo comolos muertos del siglo, as has de desear, rogar y pedirser unida toda, mudada y traspasada en el corazn deJess, en el glorioso sepulcro de su amor, y campoextendidsimo de su sangre, que es sepoltura de losperegrinos y de aquellos que no tienen en la tierralugar de descanso, ni dnde reclinar la cabeza. Asque tn en la memoria aquella emulacin con quedeca el Apstol emulaba al alma para desposarla conCristo, como virgen casta de solo este Esposo. Esta esemulacin de Dios, fuerte como la muerte, y comoel lugar inferior que es la sepoltura.Dejando, pues, como en firme escritura todo mi

    ser, poder y entender en mi amado Seor, y mi cora-zn por firme voluntad, ponindolo y entregndoloen las manos de la pura, santa, y piadosa Madre su-ya, mi Se ora la Virgen Mara, quiero morir a mmisma, y no tener parte en nada mo. Quiero que mialma, mi cuerpo y corazn, mis fuerzas, mi salud ytiempo, todas las operaciones de mis sentidos y poten-

  • Afectos Espirituales 2%

    cias, se gasten, se ardan y se consuman en el fuego deldivino amor, en amar y padecer.Y en este gloriossimo sepulcro quiero quedar para

    siempre; y as pido a los ngeles santos, en particularal de mi guarda, como a mis tutores y curadores, mehagan sepultar de tal manera que, cerrada y sellada,,jams salga, ni se oiga mi voz en cosa que no sea enl, o por l, guiada y llevada del deseo de morir a mmisma, y slo vivir para Dios.

    AFECTO 8

    SE EXCITA A PENITENCIA, DESPUES DE GRANDESSUFRIMIENTOS.

    Hoy domingo, da que tengo encomendado al santoarcngel Miguel, san Jos y todos los santos de 1familia y casa de Nuestra Seora, la Virgen Mara, en-tend esto, como si dijera: Mira, alma ma, que hasexperimentado las penas del infierno, y lo ms terri-ble de l; y que puedes decir al Seor: libraste mi al-ma del infierno inferior, del ms profundo en tor-mentos. Qu penitencias, qu silencio, qu total abs-traccin de todas las criaturas, qu desprecios, quepobreza, qu dolores, qu continuos clamores y solicitud en buscar al sumo bien, te podr parecer mu-cho? Qu mayor premio puedes querer, por buscaral sumo bien, que buscarlo? Qu mayor merced paraservirlo que servirlo? Qu mayor paga por ocupartetoda en El, que ocuparte toda, alma y cuerpo, en El,esto es, en inquirir su voluntad para ejecutarla? Pues-casi has experimentado la pena de dao, que pudistedecir: arrojada soy de la presencia de tus ojos. Pro-bada esta pena, qu se te har difcil, o qu no serfcil?

    Ya has experimentado la abominacin, la tenacidady maldad de los espritus precitos y aborrecidos, yaborrecedores de Dios. Pues cmo querrs convenir

  • 24 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    con ellos, y aun en las cosas ms mnimas? Cmo note vengars con lo que ellos aborrecen, que es con hu-millarte, con adorar a Dios, amarlo y esperar en El;con reverencia a su pursima Madre, a los santos n-geles y a los santos (en que conoca particularmentea mi padre san Ignacio, como quien tanta guerra lesha hecho y les har con su santa compaa). Ellosaborrecen la gloria de Dios, y el bien de tus prjimosy hermanos.

    Padre mo, estas son las cosas que quera decirlesiento en mi alma, y no acert a decrselas de palabra.Ahora van aqu escritas, para que me advierta y en-see, pues el misericordiossimo Dios y Seor me hadado a mi padre.

    AFECTO 9DILATACION DEL CORAZON EN LA TRIBULACION.

    ALEN! ADA CON EL EJEMPLAR PUESTO EN EL MONTE.

    Esta es la total desnudez que te ense el hijo dela Virgen en el Monte Calvario. El es el varn queslo va su pobreza careciendo de toda estimacin, he-cho oprobio de los hombres y desecho del pueblo, m-dibrio y escarnio de la plebe ms nfima. No sloreputado con los inicuos, mas pospuesto a los facine-rosos, homicidas y ladrones (as juzga el mundo, y asse debe apreciar su juicio), escupido, blasfemado, te-nido por seductor y engaador. Pensaron muchasmaldades contra l, las dijeron con las palabras, y lasejecutaron con Jas obras.

    As estuvo tu Esposo, pobre y desnudo de todo ali-vio. El alma llena de angustia, desconsuelos y desam-paros; la cabeza traspasada con espinas, desaquecidacon desvelos; los cabellos mesados y arrancados; losojos llenos de lgrimas y sangre; las mejillas de golpesy bofetadas; la boca, lengua, y paladar, amargados couhu les; el olalo atormentado con los malos olores de

  • Afectos Espirituales

    aquel monte; la barba arrancada; la garganta lastima-da con los golpes y sogas; las manos traspasadas conclavos de duro y cruel hierro; los hombros llagados ymolidos con el peso incomportable de la cruz; las es-paldas y brazos desollados con azotes; y todo lo restan-te de su virginal cuerpo, atormentado, desflaqueo' doy azotado; los pies clavados a un madero y todo El sintener dnde estribar, ms que el duro lecho de lacruz, donde no poda tener un pequeo movimiento,ni una sombra de alivio. Sumergido de la tempestadde sus tormentos, cuyas aguas y amargas olas entra-ron hasta su alma, mira qu movimiento poda teneren el suelo, cuando tendida all la cruz lo clavaroncon clavos contra ella? As estuvo tu Seor, pobre ydesnudo, despojado de todos los bienes de la tierra,no slo de sus pobres vestiduras, mas hasta de su pro-pia piel y movimiento. Desamparado de su propiavirtud o fuerza corporal, y de la luz de sus ojos, obs-curecidos con el polvo, lgrimas y sangre; falto hastade una gota de agua, el que se dio todo como fuenteviva para lavar, recrear y embriagar al alma; falto desangre, de vigor y aliento, de defensores, de amigos niabogados, y hasta de la propia vida. Hasta su sepul-cro y mortaja fue dada de limosna. Esto vino a ense-arte el Seor del cielo, que como fuese rico se hizopobre.

    Oh, pues, alma, si eres nacida de varn, como va-rn has de ver tu pobreza! Mira que tu cabeza, Cristo,es esposo pobre y desnudo. Si quieres su vestidura en-sangrentada y vestirte de Cristo, has de desnudarte deli misma, y de todo lo criado, para que as seas ben-dita de Dios por las vestiduras de su Hijo Primogni-to, y te alcance y venga sobre ti el roco del cielo, ylo pinge de la tierra, aquel roco de la altsima di-vinidad, y lo pinge de la tierra en la amabilsimahumanidad con quien seas unida, para que quedesllena, feliz y dichosa por la unin de su sacramento devida, convite pinge y prenda del convite de la gloria;

    -2

  • 26 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    y as que, alma, aprende esta ciencia oculta y escondi-da. No te has de tener por feliz a tu Esposo; mas en-tonces sers dichosa, cuando tuvieres lo que El tuvo:pobreza, desprecio, y dolores.

    Mira las condiciones y propiedades del amor, ypor aqu conocers si amas. Una es desear y procurarcuanto se puede, parecerse a la cosa amada (aunquese amen cosas imperfectas), de modo que en el andar,en el vestir, en el hablar, en todo, querra el que deveras ama parecerse al amado; pues slo has de apre-ciar en ti lo que tuvieres de tu Esposo y Seor, y fue-ren seas suyas. No slo habras de conformar losdictmenes de tu nimo con los suyos; mas para tusojos, odos y lengua habra de ser el ejemplar y de-chado como de las dems acciones.

    Oh. dichosa el alma cuya lengua aprende de la deJess, gustando amarguras, callando a las injurias,alabando a Dios, y hablando palabras de vida para elconsuelo, desengao o enseanza de sus hermanos!Dichosas manos las que slo se emplearen en el obse-quio de Dios y bien de los prjimos, y para lo demsestuvieren fuertemente clavadas; y as los pies, y losojos, etc. As el sustento y el sueo, as la oracin ylas vigilias, slo por gloria y voluntad de Dios, y imi-tacin del amado Jess.

    Esta es la dilatacin del corazn, que se levanta ysube, y se ensancha y engrandece, llegndose ms yms a su nobilsimo objeto, y por eso pasa por la tri-bulacin o senda angosta de dejarse a s misma; y asdice bien que en esta tribulacin es dilatada, y en estadilatacin corre el camino. Mas el dejarte a ti mismaes camino angosto y prueba de fuertes, y en vencin-dote gustars el man que sabe llover el Seor DiosOmnipotente en el desierto. Y cmo te dejars? De-jando, venciendo y despreciando tus alectos desorde-nados. Porque has de desear con ansia y ahinco, gus-tos y consuelos (aunque sea en La oracin) con quecontentarte, saborearte a ti misma, adonde tan ocul-tamente puede esconderse el amor propio, y pensan-

  • Afectos Espirituales 27

    do que deseas a Dios, buscarte a ti misma. Busca aDios por s mismo, y recibe lo que te diere, porquegusta de darte. Por qu has de temer con temoresdesordenados, pues esto arguye falta de fe, y pocaconfianza? Si estando cercada de un muro de bronce,temieras el polvo o las saetas de paja que volaban porfuera, aun no sera tan fuera de camino, como temerlos espantos y ardides del demonio, estando el almacercada por todas partes de la inmensidad de Dios, desu poder y piedad. Por qu has de entristecerte, puesla vida temporal es fructuosa para padecer y mere-cer, y es breve y va volando a llevarte a tu centro, y alos brazos y casa de tu Padre Dios?, etc. As que su-biendo sobre tus afectos y saliendo de tu tierra, subi-rs y dilatars tu corazn, y corrers ms en un daque atada o arrastrada de ellos caminaras por muchosaos.

    Camino angosto, camino de humillacin, es la tri-bulacin; mas en ella se hacen los hombres recepti-bles, y es camino que gua a la vida. Fuego es la tri-bulacin, y fuego que quema hasta los huesos; masde ella dijo el profeta Jeremas: envi fuego a mishuesos, y me ense, y me hizo erudito (i). As tam-bin es dilatado el corazn o el alma en la tribula-cin, poique ensea, con un magisterio prctico, lanada de la criatura y la necesidad que tiene del Criador; arranca, y despega la voluntad, hasta de s mis-ma, donde tntos ve males, y conoce y ama al autorde los bienes que slo es Dios. Bueno es para m queme humillaras para que aprenda tus justificaciones.

    (i) Thren., i, 13.

  • 28 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    AFECTO 10

    A DIOS SE DEBE SERVIR POR SI MISMO, NO POR LASCONSOLACIONES, QUE ENTONCES ERA SERVIRTE ATI. LA VIDA DE JESUS FUE ATORMENTADA CON LA

    VISTA DE LOS PECADOS DEL MUNDO.

    El fin o intencin de las obras es el que les da va-lor, pues qu valor tuvieran, siendo el fin (aunqueescena

    1 idamente) satisfacer tu deseo? No has conocido,y puedes bien saber que t misma eres tu mayor con-trario, pues slo de ti nacen y en ti estriban los im-pedimentos de llegarte y unirte al sumo bien. Cmo,pues, quieres complacer y corroborar a tu enemigo,cuando pones la mira en estar satisfecha y contenta, yno dices: perseguir a mis enemigos, y los comprehen-der, conociendo y mortificando mis afectos desorde-nados, examinndolos y escudrindolos, sacando aluz la razn de mis quereres, y no me volver, no de-jar de seguirlos y perseguirlos hasta que descaezcanen s, y slo se rindan a D es, por El mismo, y por elcumplimiento de su santa ley y amable voluntad?Qu fineza hicieras por tan buen Seor, digno eletelo servicio y obsequio, en rjuerer gustar siempre elelas consolaciones divinas que tnto exceden a todaslas humanas? En algn modo tras eso andan teloslos hombres, aun los ms mundanos, pues, cul es elque no aspira a tener placer y darse contento? Si fue-ra grande estulticia, y eligna ele ser castigada y abo-rrecida, el usar de los ornamentos sagrados para use;sprofanos, gran locura es y elcsacato grnele, poner finde la oracin y trato con el Seor Dios omnipotentee n Jas consolaciones sensibles. El fin ha ele ser adorar-lo, alabarlo y conocerlo, para amarlo por ser dignoele telo amor, honra y reverencia, y porque fue susanta, justa y convencile voluntad criarte para amar-lo, porejue es el fin nobilsimo de tu ser, porque ha-einelose hombre por tu amor es aquel corelcro de

  • Afectos Espirituales 29

    quien se canta en la celestial patria: Digno es el Cor-dero que fue muerto de recebir gloria, honor, y ben-dicin. Redirnstenos, Seor, con tu sangre y noshiciste reino tuyo sujetos al suave dominio de tu im-perio, al yugo y el tributo, que siendo tan obligatorio,dejaste en algn modo voluntario para hacerlo msgracioso, y constituirte deudor cuando te pagan. Qudijeras de un criado que entrando a servir en el pala-cio de un gran seor, slo quisiera sentarse a la mesay comer de aquellos delicados y sabrosos manjaresdel plato del rey? Esta no fuera insania y locura; yms si se mostrara descontento cuando le dabanlugar entre los hijos? Qu vestidura de verdadera ca-ridad, que se funda en humildad, traa ste para elconvite? Revestido slo de una grosera villana, nofuera justamente repelido y arrojado del seor delconvite? Oh amigo!, a qu has venido? Con muestrasde paz aprecias ms tu corto inters que el respetodel Hijo del hombre, y su verdadero amor y caridad,su servicio y obsequio. Porque no fuiste como aquelafligido cojo que, llamado a la mesa del rey, exclamhumilde: quin soy yo, siervo tuyo, sino como unperro muerto que es semejante a m? Sers intil paraandar en el camino del servicio del rey, y para hacerobras que le agraden; y as, atado de pies y manos se;ra arrojado en la ceguedad de su entendimiento.

    Mira el criado fiel y leal cmo recibe el sustento yregalo de la mano de su seor, con qu reconocimien-to y alegra, por ser ddiva de quien tanto ama, ypoique le da prendas de su benevolencia; y cmo conaquel aliento se previene y se prepara para servir msy ganar ms la voluntad de su seor con la humilla-cin y con el servicio; cmo se hace ojos para ver enqu podr agradarlo, y por esto desprecia su propiaconveniencia. Cmo est en pie, ceido y preparado,velando con la luz en la mano, porque sabe que a lahora que no piensa tocar a la puerta su seor y pul-sar, recibindolo con amor, porque espera con alegra al juez que siempre lo tuvo presente en sus ope-raciones. Mas oh cun llena alegra y gozo inmenso

  • 30 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    ser or de la boca del Seor Dios: Oh siervo buenoy fiel, gzate conmigo, algrate por la eterna retri-bucin de la gloria de tu Seor y el gozo suyo en quehas de entrar, sin que jams le halles fin, como gozode Dios, eterno; como gozo inmenso que no se ha deacabar ni mudar, como quien despierta de un sueo,de una pesadilla, que apenas est en s de la admira-cin y el gozo. Abiertos los ojos a la luz inmensa, mi-rar como sueo el tiempo de la vida mortal pordonde pas, o que pas por l; y cantar alegre: La-qaeus contritus est, et nos liberad sumus (i).

    Treinta y tres aos estuvo aquella santsima huma-nidad en el mundo entre pecadores, y pecadores ma-lsimos y abominabilsimos; pues entr de esta Ba-bilonia cuando haba crecido tnto el fuego de lasculpas, que suban cuarenta codos sus llamas, ane-gando la tierra en vicios; y convers con los inicuosaquella sabidura inefable. Mira, alma ma, qu vistasera para aquella nima santsima la de tantas almasen pecado. Si uno solo, as afe y ennegreci tantamultitud de ngeles, ;qu vista de tanta congoja se-ra para aquella santsima humanidad la de tantasculpas y tantas almas manchadas, leas y abominablescon ellas? Qu dolor el de su santsimo corazn, vien-do por todas partes ofensas contra su Eterno Padrea quien tnto amaba? Quin podra medir este oca-no y pilago inmenso de dolor, sino es que pudieramedir la inmensa caridad de Dios! Ahora entiendobien, Seor mo, aquellas ansias y deseos con que de-cas: en un bautismo he de ser bautizado. Oh, cmome oprimo y aprieto hasta que se perfeccione! Ohcmo, Dios mo, habiendo de lavar con vuestra sangrevertida, manchas tan horribles en las almas, no qui-siste que quedara una gota en vuestro santsimo cuer-po, dndola a fuerza de congojas antes que los verdu-gos la sacaran; y queriendo que aun despus de muer-to diera vuestro santsimo cuerpo difunto la que se

    (i) Pt., it3 , 7.

  • Afectos Espirituales 31

    haba recogido al corazn, abrindolo al rigor de lalanza!

    Oh mansedumbre de Jess! Oh pacientsimo Je-ss! Treinta y tres aos de tan gran tormento! La in-mensa limpieza entre tnta inmundicia de culpas, des-rdenes, quebrantamientos de la divina ley, vindolo,Dios mo, vuestros pursimos ojos, y aquella santsimahumanidad en una tan apretada prensa de dolor y deamor. Amabas, Dios mo, a vuestro Eterno Padre conamor infinito, y amabas a los hombres y aborrecasla culpa con un odio inmenso, y conocas su maliciacontra la suma bondad y el incomprensible dao (in-comprensible a los hombres) que hace en las almas;y as me parece, amor mo dulcsimo, que vuestro pa-cientsimo corazn estaba comprimido como en unmar de grandes avenidas, que cada ola lo apretabams, y que aquella pacientsima humanidad por todoslados estaba oprimida. Slo veo, mi bien y mi Seor,que entre tnto diluvio de penas, aquella arca pursi-ma de tu santsima Madre te serva de descanso, y ensu pureza y santidad descansaba tu afligido y amoro-ssimo corazn; por ella te pido, Seor mo, seis yaservido, si te place mi peticin, de sacar mi alma de lacrcel, para que confiese tu santo nombre. Compla.cent tibi Domine ut eruas me: Domina, ad adjuvan-dum me rspice (i).

    AFECTO 11

    CAMINO V VIATICO PARA IR A DIOS, LA MEDITACIONDE LOS ARTICULOS DE LA FE CON LA ORACION

    DOMINICAL.

    El hombre, aunque en s vil y miserable, fue cr'adopara amar a Dios Todopoderoso, centro y origen delbien y todo bien; y el servirlo ha de ser con obras de

    (i) Ps., 39 , i.i.

  • 52 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    fe, esperanza y caridad, que todo se encamina alamor. Porque creyendo firmemente y considerandovivamente un solo Dios Todopoderoso, Padre y cria-dor de todo, y que este Padre es nustro y est en 1oj>cielos, como en casa y morada propia y herencia desus hijos, se espera ciertamente ir all a verlo y go-zarlo; y asi se ama y desea como a origen y fin delalma; y as viendo este altsimo fin de la vida eternay bienaventurada, se toma la vida temporal slo comomedio para ir al fin, y slo de ella se toma aquellosolo que pueda llegar al Padre, que es santificar >unombre, no haciendo cosas indignas de hijos suyospara que nos venga en herencia su reino, trabajandopor l en seguimiento de Jesucristo, su nico hijo na-tural, por los pasos que nos ense desde que se hu-mill a tomar la naturaleza humana en las entraasde la Virgen que nos dio por Madre; y concebido porvirtud del Espritu Santo, naci nio, pobre y desnu-do, y nos ense por palabra y ejemplo todo lo nece-sario y conveniente para cualquiera cosa y ocasin,accin o contingencia de la vida. Doctrina altsima yhumildsima, donde, como en los cedros del Lbano,las aves que vuelan alto y remontado hagan su nido,y el pjaro halle su casa, y la tortolilla humilde y queno tiene ms voz que los gemidos, tenga nido para s,y ponga all sus pequeitos pol hielos, y los prvulosvayan a l, y los gigantes los sigan a correr el camino,por el improperio de la cruz donde fue levantada. Ylos nios le sigan nio, ceido con humildes y pobresfajas. Quin cree firmemente y considera vivamentea Jess, Dios y hombre verdadero, por amor del almacrucificado, muerto y sepultado, que no desee darlegusto y hacer su voluntad ac en la tierra, si pudiera,como ya en el cielo, amando, y alabando, y contem-plando sin intermisin, sin defecto, sin falta?Quien cree y considera que descendi hasta los in-

    fiernos a sacar de all a los cautivos, y que nos mandpedir el pan de cada da, diciendo que era nustro;que nos confa ciertamente que nos quiere dar todolo necesario para andar por el desierto de esta vida

  • Afectos Espirituales 33

    hasta llevarnos consigo al cielo, no lo dejar por faltade amor, pues tnto nos mostr, ni de poder, pues esPadre, y Padre todopoderoso, que pudo con cinco pa-nes saciar cinco mil hombres. Y quin no ama unatal misericordia y tal poder, y qu razn habr dedesconfiar?Quien cree firmemente y considera vivamente que

    Jesucristo, nuestro hermano, Seor y rescatador, resu-cit y subi a los cielos, y est en el trono de la dies-tra de la virtud de Dios, interpelando y abogandopor nosotros, haciendo suya nuestra causa, comprn-dola con su sangre cmo no esperar con un tan po-deroso abogado, tan santo, justo y agradable al Padre,que ser odo por Este, y sern perdonadas nuestrasdeudas?

    AFECTO 12

    BIENAVENTURANZA V POSITIVOS CONSUELOS VENSEANZA PARA LOS PERSEGUIDOS Y LOS

    QUE LLORAN.

    Pues bienaventurado es, Seor, el que padece perse-cucin por la justicia y santidad, pues eres Padre quea los que amas corriges, y no los dejars caer en latentacin (i). A los que amas, arguyes y castigas, y losexaminas con fuego, como el que examina la plata;pruebas su corazn, visitndolos en la noche de latribulacin para que no se halle en ellos iniquidad.Envas, Seor, fuego a sus huesos, y los enseas en tudisciplina y ciencia; ncelos declinar de lo malo, bus-car lo bueno, buscar tu paz y seguirla; pues, bienaven-turados son cuando los humillas para que aprendantus justificaciones, y dichosos cuando siguen el cami-no que les mostr tu amado Hijo, padeciendo de loshombres persecuciones, sufriendo oprobios, tolerandotormentos, porque a la medida de sus dolores, ser

    (i) Cfr. Mat., 6, 13.

  • 34 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    despus la de sus consolaciones. Y alegrars eterna-mente sus almas, siendo herederas de tu unignitoHijo, a quien tiernamente aman, y se gozan en pade-cer por el amado, siendo sta la prueba del amor yfidelidad.

    Estos son tus soldados y fuertes guerreros, que es-peran los eternos laureles. Estos son tus fieles amigos,que no aspiran a ms premio que a ser fieles a tuamor. Esta es la esposa que ama en sus penas la se-mejanza de tu hijo, y su querido esposo; y sta es laque oir tu alegre voz en la primavera, cuando paseel invierno de esta vida. Estos son los que toman laspersecuciones de las criaturas como dispuestas de lamano que los ama y cura; pues deca uno: quare per-sequimini me sicut Deus (i), la mano del Seor esquien me toca. Y deca aquel a quien maldecan y ti-raban piedras: dejadlo que me maldiga, Dominusenim prcucepit ei . . . dimittite eum ut maledicat juxiaprceceptiim Domini (2). A stos, pues, tienta y prue-ba el Seor, a stos se ponen adversos sus amigos y pr-jimos, y sus enemigos diciendo mal, preguntan: cun-do morir y perecer su nombre? Unas cosas padecende los hombres, otras del cielo, otras de la tierra,otras del poder de las tinieblas, y otras de s mismos,hechos por s graves, pesados y enojosos con la guerray persecucin de sus pasiones. Mas, bienaventuradoes el varn que la tentacin sufre, porque cuando fue-re probado, recebir la corona de justicia, y comerel fruto de sus trabajos. Alegrarse han por los das enque los humillaste, y por los aos en que vieron ma-les, pues pesa ms y vale ms un da en los atrios delos palacios del reino que les prometes, que mil aosde la vida transitoria, que es como la tela de las ara-as, y como el da de ayer que ya pas.

    Pues bienaventurados los que lloran, porque T loslibrars de los males (3). Lloren llorando en la noche

    (1) Job, 19, 22.

    (2) 2 Rcg., 16, 10. ti.

    (3) Cfr. Esth., 10, 9.

  • Afectos Espirituales 35

    de su destierro y tribulacin, que cuando llegue elda de su libertad, les limpiars las lgrimas de susojos, y no habr ms llanto, ni dolor, ni clamor. Lio-re tu amada esposa la dolorosa ausencia de su bien,mientras dura su peregrinacin y destierro, comotrtola que gime por su consorte, que t oirs su voz,y consolars su llanto. Vuelto s? ha su ctara en llan-to, y su rgano en voz de lloro, porque en ajena tie-rra se lamenta sobre las corrientes de esta gran Babi-lonia. Cmo han de callar las nias de sus ojos, dar-les sueo, o dormir sus prpados, hasta que halle ellugar del Seor, el tabernculo del Dios de Jacob?Hechos sern como consolados, al convertir el Seorla captividad de Sin. Siembren, cuando caminan,lgrimas, que cogern en gozo, llevando el fruto desus trabajos.

    Estos son aquella piedra, que, en el desierto y pere-grinacin de esta vida temporal, heridos una y otravez con la vara de la contricin, sj desatan en arro-yos de lgrimas, diciendo de lo ntimo del corazn:Fxitus aqarum deduxerunt oculi me'i, quia non cus-todierunt legem tuarn (1). As buscan a su amado Es-poso, por las noches, en su lecho, trabajando en su ge-mido; lavando una y otra vez por cada noche su lechoy su descanso con sus lgrimas; teniendo por mejor lacasa del llanto que la del convite; reputando a la risapor error, y diciendo al gozo: para qu vanamenteme engaas? Riega su estrado con lgrimas, acordn-dose de l al amanecer la luz, y meditando en aquelque siempre fue su ayudador, crindolo, conservn-dolo, redimindolo, salvndolo, y consolndolo; y enla sombra de estas alas exulta, se goza y alegra, y elalma se va tras este bien, sumo bien y nico bien, has-ta que lo reciba su diestra, la diestra del Seor quehace virtud, trayendo al alma en pos de s por lassendas de la justicia y santidad; la diestra del Seorque levanta al alma a que corra, con gozo y exulta-cin, en su seguimiento, a lo sumo del cielo, al taber-

    (1) Ps., 118, 136.

  • 36 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    nculo de su eterna luz, a gozar la victoria y la pazque se hizo en su virtud, y la abundancia en sus to-rres y palacios, donde no slo ser consolada por sugozo y paz, tambin ser su consolacin por sus her-manos y prjimos, cuyos males llor y sinti comopropios. Pues bienaventurados los que lloran, si a sullanto se sigue tal consolacin. De lo que fue llantoa las vsperas, ser su alegra en la maana de la eter-na luz, y dirn: este es el da que hizo el Seor, exul-temos y alegrmonos en l, este es mi descanso en lossiglos de los siglos. Aqu habitar porque lo escog, yla que como viuda lloraba, bendiciendo lo bendecirpara siempre; y los que como pobrecitos tenan ham-bre y sed, sern hartos del pan de las bodas celestia-les. Esurientes implevit bonis (i).

    AFECTO 13

    DELIQUIOS V ANSIAS POR LLEGAR A DIOS, HABI AINTERIOR QLE ILUMINA Y TRANQUILIZA

    EL ESPIRITU.

    Padre mo y todo mi consuelo en este destierro: Es-tando hoy en la oracin con aquellas congojas y an-sias que le dije ayer; y de ver que no me s explicarcon vuestra reverencia ni atinar con lo que padecemi corazn, hacindose l pedazos entre el pecho, ypadeciendo mi alma unas ansias glandes, entend ome parece oa en lo ms interior de mi alma estas pa-labras: Oh, qu bascas miserable criatura? A que meparece responda mi corazn y mi alma: a ti, SeorDios mo y bien mo; a ti, centro de mis bienes; a ti,libertador de mi alma en sus males; a ti, sumo bien ynico bien; a ti, Dios y Seor mo, sin quien todopara m es muerte, dolor y tormento; a ti, centro demi corazn y mi alma, etc. Oh! cunto se alarga mi

    (1) Llic, 1. 53.

  • Afectos Espirituales 37

    destierro, pues el llegar a hallarte y tenerte, ha deser cuando se acabe la vida temporal, tan llena deriesgos de perderte. No es posible, me parece, explicarlos efectos que estas palabras causaron en mi almn.Un sosiego de mi temor de parecerme que no buscami corazn puramente a su Dios. Un concepto gran-de de su infinita bondad, y que es centro de todos Jos-bienes, y que es slo bien, que sin ningn discursose halla llena la voluntad de aquel bien y el ansia deabrazarlo. Un conocimiento grande de mi nada y vi-leza, sin afliccin ni congoja, antes con consuelo ygusto, de manera que parece no est ya en manos, nipodr el corazn hacer otra cosa que anhelar, deseary buscar este bien. Oh amor, cun dulce y podero-samente arrebatas! Oh poderoso fuego, cun fuertey poderosamente enamoras, y llevas tras ti toda el al-ma, y llegas a lo ms ntimo de ella! Y se ha de ha-llar ausente de ti, y ha de habitar con los moradoresde las tinieblas, que son sus pasiones? S, que te hade buscar por las calles estrechas de las tribulaciones,y ha de ser herida, castigada y despojada, sin que poreso deje de buscar al amado de su alma (i).

    AFECTO 14

    DESFALLECIMIENTO DEL ALMA AL CONOCER LA AL-TEZA DE DIOS Y BAJEZA PROPIA. ALIENTO CON LA

    INTELIGENCIA DEL SALMO Y GOCE DELSANTISIMO SACRAMENTO.

    En el nombre de Dios y de la santsima Virgen.Entre muchas cosas que pudiera, dir las que se meacordaren. Teniendo un gran conocimiento de la al-

    (1) En esta parte de la copia manuscrita se lee: "De otra le-tra dice: 'Ya respond a este papel, que lo puede leer, porqueest lleno de documentos del cielo, etc.Romero' ." (El P.Juan Romero, uno de los confesores de la V. M. de Castillo.)

  • Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    tcza de Dios y bajeza nustra, y como todas las cria-turas, respecto de aquella Altsima Majestad, son co-mo el polvo de la tierra, y como unos pequeos gusa-nillos y arena minutsima, se hallaba el alma comodesfallecida sin entender la causa de su congoja, hastaque rezando los salmos, lleg a aquel verso: Yoce meaDominum clamavi (i). Mi voz clam al Seor y meov de su Santo Monte. Senta una gran consolacin,alivio y esfuerzo, viendo que aquel Seor grande,aquella majestad incomprensible, oye, desde la altezadel monte excelso de su ser divino, la bajeza v peque-sima voz del gusanillo flaco, miserable y pobre. Sen-ta un gran aliento y confianza para clamar al Seorgrande y poderoso, no obstante mi gran miseria, vile-za v pobreza, etc.Como estuviera atormentada de muchas tentacio-

    nes y obscuridad en el alma, en recibiendo a NuestroSeor Sacramentado, entend: As como el ave cuvahabitacin es la extendida y clara regin del aire, sise entrara en las cuevas y rendijas de la tierra, o enlas cuevas de las raposas o topos, no podra all hallardescanso, ni extender sus alas, ni tener contento; asno podrs hallar descanso, libertad ni alivio en la~>criaturas y cosas terrenas, hasta tanto que saliendo deesta cueva estrecha y obscura de las cosas y acaeci-mientos temporales, y afectos humanos, vueles con laconsideracin y afecto a las cosas eternas y celestiales,y te extiendas y explayes en aquella anchurossimaregin y centro tuyo, que es el querer, saber, y poderde tu Dios y tu Seor y refugio. Dja esta oscura, yestrecha regin de la tierra, y de ti misma, y camina yvuela en alas del amor, confianza y resignacin.Xo te desprecies ni des por perdida por sentir en ti

    tan varios afectos y tribulaciones, pues tu padre David deca de s: que estaba seca su virtud como la teja,

    y que se haban secado como el heno sus huesos; quelo haba desamparado su virtud y la lumbre de susojos; que estaba como el llagado que ya lleg al se-

    (i) Ps., 3> 5.

  • Afectos Espirituales 39

    pulcro; que estaba como reducido al polvo de muer-te; que se congregaron sobre l azotes; que sus lomosestaban llenos de ilusiones; que estaba como extraopara sus hermanos, y era como peregrino a los hijosde su madre; que los prncipes y grandes lo perse-guan de balde, y tambin sus deudos y sus conocidos,y Ies que coman dj un pan, y andaban de un consen-timiento en la casa de Dios; que estaba hecho comoparbola de irrisin; que aun cuando les hablaba pa-cfico, lo impugnaban de balde, etc. Y todas estastentaciones y pruebas interiores y exteriores no lequitaron el ser hombre a medida del corazn de Dio;>,porque en todo tena recurso al Seor y le deca: Teres mi refugio en la tribulacin que me cerca (i).Alegra ma, lbrame de los que me cercan. Con latribulacin deca: hecho estoy como un jumento (2);pero mira lo que aade: Yo siempre contigo (3). Xile falt el llegar a estar como el vaso perdido, redu-cido a nada, y ignorando cubierto el rostro de con-fusin, seco el corazn, y olvidado de comer su pan,mezclando la bebida con lgrimas, y req-ando con ellassu estrado; ni le faltaron grandes temores cuando de-ca: mis ojos se turbaron con el temor (4); ni le falta-ron grandes temores de la muerte y del infierno, cuan-do deca: los temores del infierno me cercaron, y mepreocuparon los lazos de la muerte (5). Mas nada deesto le quit el conseguir el altsimo fin para que fuecriado; y al paso de sus tribulaciones, experimentregaladsimas providencias y misericordias del Alt-simo; y entre tntas desolaciones y tribulaciones va-rias, experiment la asistencia y luz del Seor, con-forme haba dicho: te dar entendimiento y yo te ins-truir en este camino que has de andar, y ms, quetendr fijos sobre ti mis ojos. No temas, pues, los

    .1) Ps., 31, 7 .

    (2) PS., 72, 23.

    ( 3) Ibidem.

    (4) Ps., 6, 8.

    (5) Ps-, 17. 6.

  • 40 Sor Francisca Josefa df. la Concepcin

    temores nocturnos, que mis palabras a los odos de tualma sern luz de tus caminos; ni temas la estrechezy variedad de las sendas, porque ser como una lucer-na que vaya alumbrando ts pies, aunque todo elcampo, y aun el camino, est oscuro y lbrego, tuspasos y tus pies llevarn lumbre, porque como escudote cercar mi verdad, y para que no temas las sombrasy horrores de la noche, ni las saetas que vuelan en elda, los que trazan negociando y trajinando contra tien las tinieblas. Ni la venida del demonio al medioda de la vida de la alabanza y prosperidad humana,porque yo te librar de los lazos de los cazadores y delas palabras speras. Caern a tu lado mil, y diez mila tu diestra, sin llegar a ti, porque esta victoria noser de tu mano, ni de tu diestra, pues sin llegar a tise doblaron y cayeron. Y as deca: el Seor se ha he-cho nuestro refugio; t eres Seor mi refugio; debajode la sombra de tus alas esperar hasta que pase lainiquidad. Los hijos de los hombres esperaron debajode la sombra de tus alas, tu brazo con potencia parasu defensa y escudo, porque el Seor ha hecho mi es-peranza, puso altsimo su refugio donde no lleganlos males ni el azote, antes mand a sus ngeles quete guarden en todos tus caminos, y que te lleven so-bre sus manos, para que acaso no ofendan las piedrasa tus pies. Ol dulcsimo regalo! oh grandsima mi-sericordia El Seor mand, y mand a sus ngeles,y mand de ti! El Seor de la majestad, grande, po-deroso y fuerte en las batallas. Seor grande y grandemente y sobre toda comprensin digno de alabanza,mand, y mand de ti! Los ojos del Seor se firma-ron, se lijaron sobre ti! Pues dichosa suerte de losque miran los ojos del Seor. Mand a sus ngeles,espritus sublimes, grandes, poderosos y fuertes, sa-pientsimos, diligentsimos y eficacsimos; y mandde ti que te guarden en todos tus caminos, en lo altoy en lo bajo, en lo estrecho y dilatado, en lo claro vobscuro, en la entrada v salida de cualquiera sendaen que te pusiere; desde la entrada de la vida hasta la.salida de ella. A sus ngeles mand de ti. 5 no mand

  • Aitctos Espirituales 41

    menos que te guarden en todos tus caminos, que telleven sobre las manos, por que acaso no se ofendancon las piedras tus pies! Pues qu importa que bra-men las gentes, que se junten los pueblos en uno adiscurrir contra el alma, que de balde la persiganJos prncipes, que se apresuren los negociantes de lastinieblas, ni que vengan al medio da, que disparensaetas y que tiendan lazos, que se oigan vituperacio-nes de muchos que moran en circuito. Si el Seormand, y mand a sus ngeles, si firm sobre el almasus ojos, quin la podr empecer? La tribulacin ola angustia, o la persecucin o el cuchillo? Cierto esque ni la muerte ni la vida, porque la ira verdadera-mente para temer, slo est en la indignacin del Se-or. Y la vida digna de desear, slo est en su vo-luntad.

    Pues mira todo lo que dicen los salmos de David,adems de hablar de sus tribulaciones, y en personasuya de lo que padeci y sinti, etc. Hablan en per-sona de Cristo, esposo tuyo, hijo de la Virgen y hijode David; y si la unin que se hace en el SantsimoSacramento del cuerpo y sangre de Cristo es tan real yverdadera con el alma, esposa suya, cmo no ha departicipar de las condiciones de su Seor y esposo, yseguir sus pasos, si fueres fiel esposa? Si El fue perse-guido, atribulado, despreciado y pospuesto a Barra-bs, reputado con los inicuos y viles hombres, qu hade extraar ni sentir el alma que fuere fiel esposade su esposo? El es hijo de David segn la carne, yella ha de desear ser hija de su espritu. El dijo:aprended de m que soy manso y humilde de corazn;y David haba dicho: acurdate Seor de David y detodas sus mansedumbres. Desde el principio se dijo:entre el esposo y la esposa, sern dos en uno; y si estose entendi de la que sali de su lado, cunto debedesear la semejanza de su esposo, la que tantas vecesentra a su corazn, y lo entra en su pecho en aquellapursima y altsima comunin del Sacramento en quecome, se apacienta y crece con la carne y sangre delhijo de David.

  • 42 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    AFECTO 15

    REPRESENTACION DE LA PUERTA QUE CONDUCE ALOS RELIGIOSOS AL DESPEADERO, Y DE LA QUE

    GUIA A BELEN, DONDE RECIBE ALTISIMASINTELIGENCIAS.

    Estando con mis ordinarias congojas, que por al-gunos acaecimientos haban crecido estos das, y congran temor de la muerte, me pareci en sueos ha-llarme a la entrada de un grande edificio que estabapuesto en una alta eminencia; y aquella primerapuerta tena tan poco espacio, que apenas sera unavara de plazuela, desde donde se miraban unos es-pantosos despeaderos y profundidades, que apenaslos alcanzaba la vista. Yo me espantaba diciendo: vl-game Dios, qu haiga quien quiera andar por estapuerta? No tiene otra puerta este convento? A queme respondan los que iban conmigo: otra puerta tie-ne. V andando por la iglesia, que era grande y salaa una plaza tan extendida, tan hermosa, tan clara,tan llana, tan firme, que me parece por mucho quediga, no ser nada. Estaba puesta en cuadro y cerca-da de unos claros y resplandecientes arcos como decristal, y se va que despus de ellos haba grandes ydivinas cosas, aunque de esas yo no va ninguna, sinoslo aquel concepto de que haba grandes cosas des-pus. Mas andaba por aquella dichosa y hermosa pla-za, tan sola, tan en silencio, con tanta paz, consuelo

    y tranquilidad, que parece gozaba alguna parte dela gloria, hasta que llegu a una ermita o capilla,donde estaba el nacimiento del Seor, y todos los queall asistan, tenan un divino silencio lleno de tran-quilidad y gloria.

    Despus he entendido que muchas cosas significa;y la primera es ser aquella puerta tan arriesgada laque andamos los religiosos tibios y relajados, quesie ndo estrecha es tambin paso para grandes despe-

  • Afectos Espirituales 43

    aderos; y por una vida triste y congojosa se caminapara la perdicin eterna. Y as pueden lamentarse las.que viviendo en la religin con el cuerpo entre pri-siones, sujecin y obediencia, con continuos trabajosy fatigas, traen el rostro y la mira en el cumplimien-to de sus pasiones, gimiendo debajo del peso y yugodel carro. Mas los que andan por la otra puerta claray espaciosa, son de la hermosa y clara generacin delos que buscan puramente la cara del Dios de Jacob,,y anhelan a la celestial patria. Y as estaba en lo l-timo del camino de aquella hermosa plaza (que mepareca ser el camino de la perfeccin), el primer pa-so de la vida de Nuestro Seor Jesucristo, modelo yejemplar de toda santidad y perfeccin; y en cuyoprimer paso de la vida mortal y humana, est lo sumode la santidad y perfeccin, y la regla altsima adon-de debe aspirar el alma religiosa. All la mayor po-breza y desasimiento, desnudez y retiro de todo lo te-rreno, pues como fuese rico, se hizo pobre, desnudaen unas pajas y desabrigado pesebre. All nos muestracunto ama el silencio y soledad, entre dos brutosmudos, y unos rudos pastores, en las grutas y retirodel campo. All la mayor pureza con la inocencia denio, en compaa de su madre Virgen, del pursimoJos y de los espritus anglicos. All la ms rendidaobediencia y sujecin a juicio y voluntad ajena, paraser envuelto en paos, fajado y reclinado en pajas,para tomar el sustento, estar en un lugar o en otroser tomado en brazos o puesto en el pesebre; y entodo esto nos muestra y ensea el ejemplar de la msprofunda y altsima humildad, de la ms eficaz y po-derosa caridad, dndose El, inmenso, por el remediodel miserable; tomando nuestra naturaleza mortal porremediar y sanar nuestras enfermedades, El, inmortal,e impasible; no despreciando ni desdendose de lacompaa del incapaz y humilde, El, sabio y poderoso,All nos muestra el amor a la aspereza y mortifica-cin, en el fro, incomodidad y desabrigo, en el durosuelo, en las speras pajas, en el rigor de los tiempos.,fros y yelos, etc. Mas all adverta aquel silencio y

  • 44 Sor Francisca Josefa de i a Concepcin

    paz, aquella llenura del alma, aquel gozo y quietuddel corazn y las potencias, que pareca parte, si noel todo, de la bienaventuranza.Tambin entend que la puerta angosta (como en-

    tremos por ella, y no nos quedemos fura, hacia aque-llos despeaderos) es la que dijo Nuestro Seor: Lapuerta es estrecha; contended en entrar por la puertaangosta, para llegar a la anchurossima, hermosa y/graciada del reino celestial, edificada de zafiros, es-meraldas, y piedras preciosas (i). Oh cun viles ymenguadas son todas las cosas de la tierra compara-das con aquellas altsimas, inmensas, que esperamos;y cun poco haremos en dejar y despreciar estos rate-ros males para adquirir, lograr y poseer aquellos bie-nes firmes, amables, inmortales y eternos. Qu mu-cho hacemos en dejar los riesgos y despeaderos porllegar a la seguridad y firmeza. Qu mucho en dejarlas tinieblas y el engao para lograr la luz, el descan-so y la paz. Ea! que toda la guerra es de una hora,

  • Arr.cTOS Espirituales 45

    AFECTO 16

    MIENTRAS MAS FUERTE EL PADECER, MAS SERA ELGOZAR. LO QUE SE LE MUESTRA EN UNA

    VISION INTELECTUAL.

    Padre mo: hasta aqu escreb por abril, y desde en-tonces hasta hoy, que es casi mediado agosto, han si-do tan grandes las penas y trabajos de mi alma, queno me parece ha quedado tentacin, trabajo ni amar-gura, temor ni espanto, que no haya padecido contnta ocuridad en el alma, con tanta debilidad en e!corazn, que como una pajita seca con un dbil so-plo, se arrebata y arroja. Con tai guerra contra mialma, como que se viera traspasada de una tempestadde saetas. Como que fuera imposible el volver a suDios, ni tener aliento aun para mirar las santas im-gnes, hallndome como arrojada de la presencia deDios, y arrojada en una regin de muerte, horror y ol-vido. Para lo cual me previno la inmensa piedad deaquel gran Seor que no mira la gravedad de misculpas para dejar por eso de usar de misericordia porser El quien es; pues al principio de mi enfermedad,va en sueos una cruz que estaba como escondida alos pies de la cama, que poco a poco iba descubrien-do un brazo, tan negro y oscuro, que pareca comouna noche, y as iba saliendo toda, y siguindome encualquier lugar o parte donde yo andaba, de modoque ya se esconda, ya se mostraba; mas con una dife-rencia, que en dndole los rayos y luz del sol (que es-taba en el cielo muy hermoso), se iba iluminando yllenando de hermosura como un claro cristal o virilde hermossimos colores, suaves y agraciados; y cuan-do se levantaba en la tierra y llegaba al cielo, estabatan resplandeciente y hermosa como el sol, teniendopor remate en los extremos unas hermossimas coro-nas de luz y resplandor. Mas donde caan las sealesde los clavos, en brazos y pie, era con tnto exceso la

  • 46 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    luz y el valor que se conoca, que no hay palabras conqu decirlo. As, toda hecha luz caminaba en compa-a del sol, hermosa, agraciada y resplandeciente.Vindola, algunas personas queran encenderle luces;mas estaban tan mal puestas alrededor de los corre-dores, tan ladeadas al patio, que ni podan alumbrar,ni encenderse, antes estaban para caer, etc. As anda-ba aquella cruz: cuando se llegaba al sol, clara y her-mosa; cuando se esconda cerca y junto de m, tristey oscura.

    As entiendo que mientras ms fuerte el padecer,ms sera el gozar; y que la tribulacin negra y oscu-ra, si se lleva bien, ser despus luz y gloria. De don-de debas tener esperanza, sufrir el tormento, agrade-cer el beneficio, no desmayar en la tribulacin, niquerer luces, alabanzas, ni consuelos de criaturas.

    AFECTO 17

    EL SEOR TIENE CONOCIDOS Y PREVISTOS TODOSLOS CAMINOS DEL ALMA, DESDE LA ETERNIDAD.

    DOCTRINAS ALTISIMAS.

    Habiendo comulgado, se pona como a la vista cla-ra de mi alma el salmo que comienza: Domine pro.basti me (1), etc. Y me hallaba en una suma aniquila-cin de m misma, y a la manera que el sol muy res-plandeciente, alumbrando descubre, no slo las cosasftidas y manchadas, mas hasta los tomos ms pe-queos; as me parece a vista de aquella luz vista,ciencia o conocimiento de Dios (que yo no s cmolo explique), se halla el alma profundsimamente sus-pensa, y parace que siente aquel ad nihilum redac-tus sum, et nescivi (2).

    Resplandece aquel sol de la eterna luz sobre la su-

    () Ps., 138. 1.

    (*) P8., 72, 2t.

  • Afectos Espirituales 47

    ma pobreza del alma por lo que tiene de s mismaOh! qu prueba es esta donde la hace ver claramen-te cmo el Seor conoce y tiene previstos sus caminostodos, todos los pasos de su vida, todas las sendas desu alma, todos los caminos en que andan sus inten-ciones. El omnes vias meas prcevidisti (1). Y este cono-cimiento o vista clara que Dios le da, la deja comomuda, no slo de palabras en su lengua, mas de con-ceptos en su entendimiento, que son las palabras delalma.

    All ve a la vista o luz de Dios aquellos caminos dela eternidad, anticipndose sus ojos a las vigilias, ytiene en la mente los aos eternos. T, Seor, cono-ciste cuando no tena ser, y cuando me diste vida yme sacaste, y entendiste aun desde entonces todos mispensamientos. Donde siente el alma una gran confu-sin viendo en aquel clarsimo espejo de la vista deDios patentes todos sus pensamientos, el principio, elmedio, y el fin de sus caminos. Seinitam meam et fu-niculum meum investgasti (2); aquel funiculum he-red i tatis (3), el fin de mis caminos, el trmino de miheredad. Oh! pues alma ma, si la ciencia del Seorve de dnde nacen tus acciones y deseos, cmo andasen su presencia estos caminos, y a dnde van a parar*tus intentos, por qu no miras y remiras en este es-pejo clarsimo de su divino conocimiento y examinascomo guila a la vista de este sol, todas tus obras, pa-labras y pensamientos? Y por qu no te animas enlos trabajos, viendo que tu trmino y heredad ser laheredad del Seor? Mira que si fueres limpia, se dirde ti: Novit Dominus viam immaculatorum; et here-ditas eorum in ceternum erit (4). Mira que ser tu he-redad eterna, y que el Seor ser la parte de tu here-dad. Mira que la medida o funculo de tu herencia,ser aquel de quien est dicho: Oh Israel, cun gran-de es la casa del Seor y el lugar de su posesin!

    (1)~Ps., 138, 4.

    (2) Ps., 138, 3.

    (3) Ps., 104, 11.

    (4) Ps., 36, 18.

  • 48 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    Pero advierte que el Seor ve patentes los princi-pios, medios y fines de tus caminos, y que si llevaresla inmundicia en tus caminos, sardes ejus in pedi-bus ejus (1), la parte de tu herencia ser el cliz deBabilonia, los espritus de tempestades; y el funculode tu heredad, los lazos de fuego que llovern sobrelos pecadores.

    Llora, pues, y sinte las inmundicias y desrdenesque ve el Seor en tus principios, digo en lo pasado;corrige y enmienda en su presencia, y a su vista, lo pre-sente de tu interior y exterior para que vea el Seory t halles felicidad en tus fines.

    Mas, qu podrs decir, cmo vanamente podrsengrerte o presumir, viendo que el Seor es el exa-minador de tu vida, de todos tus caminos, que tienepresente y claro lo pasado, presente y futuro? Y tno puedes claramente saber cul has sido, cul eres,ni cul sers en lo por venir? Slo saber que nacistehija de ira, que hiciste males y cometiste culpas, yque en lo presente, los ojos de Dios ven hasta tus im-perfecciones, y que en su memoria, como en un libroestn escritas todas tus cosas, y todos estn escritos inperfectum meum viderunt oculi tui (2); y en tu librotodos estn escritos. Cmo no tiemblas, alma ma,no sabiendo qu tienes escrito en el libro del Seor,o qu tiene el Seor escrito de ti en su libro? Miraqu cosas quisieras que se hallaran all en su libro es-critas de ti; y sas piensas sas abra, y esas di. Exa-mnalas a la luz, y prubalas en la piedra del toquedel padecer, porque no hayas formado en tu imagina-cin unos das claros y llenos, y cuando despiertes delsue o de la vida mortal, te halles sin nada en ellos.Dies formabuntur, et nemo in eis (3). Pide, pues alSeor a cada paso; proba me Deus et scito cor meum:interrgame, et cognosce semitas meas; et vide, si vid

    (1) Thren., I, 9.

    (2) Ps., 138, lo.

    (3) Ibidem.

  • Afectos Espirituales 49

    iniquitatis in me est; et deduce me in via eterna (1).Pues el seor rey David, empezando a convencerse ya animarse y corregirse con que el Seor lo prueba,acaba pidindole lo pruebe.Prubame pues, Seor, as como se prueba el oro

    en el crisol, aunque sea quemndome en el fuego dela tribulacin. Uve renes meos et cor meum (2). Ascomo el barro en manos del artfice, as del todo mearrojo en tus manos. Si quieres subirme al cielo delas consolaciones, all ests t con tu providenciasabia, poderosa y buena; si descendiere al infierno depenas, angustias y males, de all sacars mis bienes,porque all ests t con tu sabidura poderossima yprovidentsima, buena y fidelsima. Si ascendero inccelum, tu illic es; si descender infernum, ades (3).Si me amaneciere como da la felicidad temporal oespiritual consolacin, y al salir la luz tomare misalas, y ellas me llevaren a una gran tribulacin, de-jndome ya como habitadora en los extremos del mar,todas estas mudanzas gobernar tu providencia; allme llevar tu mano, y me tendr tu diestra. Oh Diosmo, refugio mo, todo el bien, y slo bien, en tusmanos est mi suerte y as en paz, en l mismo dor-mir y descansar; mirar como la paloma a mi ama-do compaero y mi descanso; y as buscando a l solo,el laborar del vuelo ser descanso!

    Oh pues, alma ma! qu te turba, qu te espanta?Donde te pusiere la Providencia, hallars a tu bien,tendrs su mano, te mantendr su diestra. Oh dicho-sa total entrega del alma! Oh manos sabias! Olmanos santas! Oh manos poderosas, no me dejis,probadme, corregidme, llevadme o traedme! No quie-ro saber ms, Dios mo, ni saber ms, ni apetecer ms,que estar en tus manos; y si la propia voluntad lo es-torba, si el amor propio es el impedimento, probad-me Seor, examinadme, aunque sea con fuego; y si

    (1) Ps., 138, 23, 24.

    (2) Ps., 25, 2.

    (3) Jonae, 4, 1. -3

  • 50 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    ven vuestros clarsimos ojos que hay en m caminosde iniquidad, quitadme y apartadme de ellos y dedu-cidme, y llevadme por los que guan a la dichosa yfeliz eternidad, donde el alma no se pueda apartarde vos.

    Oh Dios, amador de los hombres, si el corazn esla fuente de la vida, T, Seor, eres vida de mi co-razn, vivifcame para que procediendo de Ti, comode mi corazn todos mis movimientos y acciones, todami vida sea tuya y nada ma!

    AFECTO 18

    PROMESA DE QUE SE OIRAN LAS PALABRAS DE DIOSPOR MEDIO DE LA AUTORA, ESTANDO REVESTIDA

    DE PUREZA, CARIDAD Y ESPERANZA.

    Acordndose, o trayndole Nuestro Seor a la me-moria tres vestiduras, con que lugo que entr en lareligin, le pareca ver vestida su alma: la una blan-ca, la otra encarnada, y la otra verde, tan misteriosas,que tenindolas todas vestidas, y siendo todas comotnicas enteras, ninguna impeda a la otra, ni se em-barazaban, ni se confundan. Con esta memoria pe-da a Nuestro Seor una gran pureza de intencin yde acciones, no queriendo ningn inters propio msque darle gusto y gloria a Dios. Lo segundo, que lavistiera de una encendida caridad, tal que muera yviva slo de su amor y celo de su honra. Lo tercero,que la vista de una grande esperanza, y que sea fruc-tuosa, liberal y fecunda para sus hermanas, as comola vid en la casa del Seor.

    Parecile sentir y entender como si dijera: as ves-tida yo estar en tu corazn de asiento, y me asenta-r en l como en ctedra, y de all se oirn mis pala-bras, y ser la vida de tu corazn, que mueva todas tusacciones y ser La fuente de la vida de tu alma.

    (1) Ps., 138. 8.

  • Afectos Espirituales 51

    Todo esto no era con palabras formadas, mas conotro modo ms vivo y que pareca casi se experimen-taba en el alma. Con una semejanza de la gloria, odel amor y lleno, que en ella habr.

    AFECTO 19

    MIRANDO A LA LUZ DEL SACRAMENTO SUS IMPER-FECCIONES, LAS ANALIZA Y PIDE SU SANIDAD.

    Habiendo recibido a Nuestro Seor, conoca quecomo un cristal o espejo pursimo y clarsimo de in-mensa grandeza, cercaba al alma por todas partes, yen aquella inmensa y pursima luz, mejor que a losrayos del sol se descubren los ms mnimos tomos;as, con aquella luz se descubran las ms mnimasimperfecciones del alma. Mis imperfecciones vierontus ojos, y en tu libro todo est escrito. As no tieneel alma ms palabras en su boca que rogar y decir:ten misericordia de m, Dios mo, segn tu gran mise-ricordia, y segn la multitud de veces que te has mos-trado misericordioso, y usado de misericordias, su-friendo tantas fealdades de mi alma, que no puedenesconderse a tus pursimos ojos; quita Seor mi ini-quidad, y lvame una y otra vez, y tan ampliamenteme lava Dios mo con tu preciosa sangre y misericor-dia, que quede ms blanca que la nieve, para que asse vea sin horror, y dignamente se vea en Ti, pursi-mo espejo, amorossima luz, inmenso Dios.

    Domine probasti me, et cognovisti me (1). T. Se-or, me probaste con el agua de la contradiccin yconociste y entendiste cun lejos estn mis pensa-mientos de la verdadera imitacin de tu Hijo hechohombre, y oprobio de los hombres. Mis sendas, y loque escog por medida de mi heredad, y todos mis

    (1) Ps., 138, 1.

  • 52 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    caminos, los investigaste, y muy menudamente exa-minaste la mezcla del torcido camino del amor pro-pio y vana aceptacin de las criaturas; y as probasiemi corazn, como que quieres que sea oro para tuaceptacin, echndolo en el horno de la tribulacin,y angustia de la contradiccin y desprecios de loshombres. Oh! cun bueno es para m, Seor, queme humillaras, para que como T conoces en mi al-ma las imperfecciones, las vea yo (respectivamente),las sienta, las conozca y me humille. Salga, Seor, agolpes, de las criaturas, de mi corazn y alma, lamaldita y abominable soberbia, el asqueroso amorpropio, y todo lo que es mentira y falsedad; y comoen tierra bien arada, golpeada y mullida, plante tumano poderosa la hermossima humildad, el dulc-simo amor del sumo bien, el total despego de lascriaturas, y de sus vanos respetos. Mire al sol de hitoen hito, esto es, mire nica, sola y totalmente a Ti,Dios y Seor mo, porque en tu luz vea la luz y paraesto, oh mi amor! proba me, et scito cor meum: in-terroga me, et cognosce semitas meas, et vide si viainiquitatis in me est; (1), pues andando entre las tinieblas de este Egipto y destierro, yo no puedo dis-cernir, conocer, ni ver los caminos rectos de la purezay voluntad divina, que talvez conducen y deducen atus amados. Por medio del mar de las tribulaciones ypor medio del Mar Rojo de los trabajos y contradic-ciones, les das franco paso para ir a Ti y llegar a latierra prometida, tierra de los vivos que no estn su-jetos a la muerte de la culpa, ni de la pena, a la os-curidad ni a la angustia, antes viven en Dios vivo yen la claridad perpetua.

    Viva, entre tanto, a la luz de tu Verbo hecho hom-bre, saturado de oprobios, no escondiendo su faz delos que lo increpaban y escupan, queriendo ape-drearlo por las buenas obras. En esta piedra repro-bada de los hombres, se toquen, prueben y afinenmis obras, mis intenciones, acciones y palabras. Deuvi

    (\) IV. 13S, 23. 2[.

  • Afectos Espirituales

    exquisivi, manibus meis norte (i). Busqute, oh su-mo bien!, con las manos de la imitacin de tu Hijo,en la noche de esta vida de sombras de muerte. Exa-mina lo ms ntimo de mi corazn y de mi intencin,y no dejes en lo interior de mi alma escondido el vi-cio, la pasin, y la culpa; no sanen sobre falso misheridas; no quede el ladrn escondido dentro de lacasa de mi alma; no se entrae la psima calenturade la maldita codicia y soberbia entre las venas delalma; no encubra una sanidad aparente la postemaque acancera las entraas. Proba me, et vide si viainiqnitatis in me est: et deduc me in via eterna (2).Pregntame examinndome por medio de los hom-bres, probndome por sus lenguas a ver si hay pala-bras en la ma. Oh, si pudiera decir: Et omnes viasmeas prcevidisti; quia non est sermo in linguamea (3). Mira, Seor, T conociste todo lo nuevo ylo antiguo; T me formaste y pusiste sobre m tu ma-no, y tu ciencia s^ ha hecho admirable para m, por-que tus caminos son escondidos a los ojos de mi ig-norancia; T pones en tus obras tu mano, tocndo-las como a tu amigo Job; y cuando las quieres per-feccionar, parece que las desbaratas y aniquilas. Tllevas como hasta los infiernos de penas, para sacarlimpia y pura la obra de tus manos, deduces ad in-feros et reducs. T levantas para derribar y derri-bas para levantar, y en todas las cosas eres justo, Se-or, y es recto tu juicio.

    Yo vide la paz de los pecadores, y se turb en mmi corazn, viendo las aflicciones de los que te bus-can, y as se hizo tu ciencia admirable para m, hastaque ntre en el santuario de tus riquezas y ocultosjuicios, y entienda las postrimeras de unos y otros.En tanto, Dios mo, admirable se ha hecho tu cienciay para lo que toca a m, confortata est, et non potero

    (!) PS., 76, 3 .

    (2) Ps., 138, 23, 24.

    (3) Ps., 138. 4.

  • 54 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    ad eam (i); y as, Dios y Seor mo, slo s que es bue-no para m allegarme a Ti, y poner en el Seor Diosmi esperanza, no en ninguna criatura, ni en ningunacosa criada, y mucho menos en m misma, porque yoslo sabr despearme. Mas por tu mano, y con ella,si bajare al infierno, all ests T; si subiere al cielo,all te hallar; si habitare en los extremos del mar,o ya del levantamiento de sus olas, o ya del profundode la tribulacin, all en la alteza de la prosperidad,o en la profundidad de la conturbacin y adversidadme asistir tu diestra, y me tendr tu mano; y toman-do alas al dilculo de la maana, anticipndose misojos a las vigilias del da, pensar en los das anti-guos por adonde anduvieron tus escogidos (desde elprimer justo), y en los aos eternos de la gloria queno ha de tener fin para los de recto corazn, y de pe-na y amargura eterna para los que se apartan de Ti.

    AFECTO 20

    EL QUE ESTA CONSTANTE EN LA CARIDAD, EN DIOSPERMANECE, Y DIOS EN EL. ESPERA SER LIBERTADA

    DE LOS MALES.

    Amarete Seor, fortaleza ma. El que est perma-nente en la caridad, en Dios permanece y Dios en l.porque siendo T, Seor, mi fortaleza, quin podrapartarme de tu amor? Por cierto, ni la tribulacin,ni la angustia, ni la muerte, ni la vida, ni lo alto, nilo profundo; porque T eres mi fortaleza para man-tenerme en el bien y apartarme del mal. T eres mifirmamento, mi firme fundamento, in petra exaltm>itme (1), para librarme de los males antes que vengan,para huir de ellos. Eres, Seor, mi refugio, turris forii-

    (l) Pi., 138, (i.

    (1) ps., te, 6.

  • Afectos Espirituales 55

    ssima nomen Domini (1), y para librarme de los queya han venido sobre m, liberator meus (2). T eres,Seor, mi esperanza para conseguir los bienes quedeseo, espero y amo. Deus meus, adjutor meus (3). Siel Seor no me ayudara, poco menos que en el infier-no habitara mi alma; espero que me librar de losmales a que estoy sujeta: lo primero, para que no da-en, pues es mi protector, protector meus (4), lo segun-do, para que venciendo el alma, consiga la corona,protexisti me, Domine a conventu malignantium (5),y por la victoria et cornu salutis mece (6). As tuvirtud, Dios mo, se levantar en mi favor, in te ini-micos nostros ventilabimus cornu, et in nomine tuospefemus insurgentes in nobis (7). Et suceptor meus,cuando venciendo fuere el alma recibida con triunfo,laudans invocabo Dominum (8), no tendr propia ala-banza, mas buscar la tuya, porque T lo hiciste, etinvocabo te con seguridad y eficacia.

    (1) Pro., 18, 10.

    (2) PS., I 7 , 3.

    (3) Ps., 27, 7.

    (4) Ibidem.

    (5) Ps., 63, 3.

    Ps., 17- 3-

    (7) Ps., 43. 6.

    (8) Ps., ,7, .]

  • 56 Sor Francisca Josefa de la Concepcin

    AFECTO 21

    VEHEMENCIA DEL AMOR DE JESUS AL ALMA, Y PRO-PENSION DE ESTA AL AMOR DE DIOS, QUE NO LASATISFACEN OTROS OBJETOS; Y SOLO PUEDE REPO-

    SAR AMANDO Y PADECIENDO.

    Hallndose el alma con grandes deseos y ansias deDios, que la hacan como desfallecer y acabar sin ha-llar alivio ni consuelo en ninguna cosa fuera del mis-mo Dios, entendi esto: la esperanza que se dilata,aflige y comprime al alma. Yo haba de ser bautiza-do, baado y anegado en un mar de penas y tormen-tos; y el amor y deseo de que se cumpliera la eternavoluntad, me haca estar como oprimido y apretadohasta que se perfeccionara la obra, deseando con grandeseo la cena en que haban de ser sustentados y for-talecidos los hombres, mis amados y queridos, en queles haba de hacer el plato. Yo, como cordero muerto,para que ellos comieran y vivieran, asado en el fuegodel amor y del dolor. Y como el amor excede a todaotra fuerza y violencia, pues si el hombre diese por ltoda la sustancia de su casa, lo tendr por nada, aseste fuego poderoso transforma en s todas las cosas,y deshacindolas al parecer les da su misma figura ymodo, y slo descansa en unir y transformar el cora-zn amante en el amado, y en tanto que llega a re-posar en l, se est ardiendo, padeciendo y anhelan-do, hasta que llega a aquel padecer en que dejadotodo su ser, y rendido a la fuerza del poderoso fuegodel amor, ya no tiene accin propia, ni parece que esl, sino su amado. As el alma, como la mariposaamante de la belleza y resplandor de la Divina luz,anda en torno de ella sin reposo ni d