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36 CANARIAS Domingo, 25 de marzo de 2007 ejecutivos del tropel de empresas foráneas (europeas, americanas, chinas, brasileñas...) que hoy en día engrosa la galopante inversión foránea en Marruecos, una vez li- beralizada su libre concurrencia. Se cena la típica comida de fusión (que no está mal), atendidos por unos atractivos y muy cool cama- reros y camareras. Luego algunas copas quizás, un poco de R&B urbano versionado, house, algo de trance... Una Babel de ensueño, en la que se suceden locales (Alanbar -del dueño del parisino Buddha Bar-, La Casa, Bo- dega, New Feeling, Paradise Club) en una noche trepidante, de lunes a lunes, al margen de lo turístico clásico, e inaudita para quien só- lo prevé un Marraquech histórico- cultural y pintoresco que, por otra parte, es capaz de originar la máxi- ma emoción estética. DESLOCALIZACIÓN GLOBAL. Se trata de un ejemplo de pura des- localización: un Marraquech hi- permoderno, un tanto Matrix Re- volution, con una noche a veces llena de caras famosas (del ám- bito francés y centroeuropeo), ro- deado de barrios misérrimos en los que late el integrismo islámico. Con todo, se trata de una legen- daria urbe que se constituye en pa- radigma del crecimiento de un pa- ís que ha apostado fuerte por la terciarización turística, con su ob- jetivo de diez millones de visitan- tes en 2010, y cuyo reto es que la distribución de la nueva renta en creación comience a destilar antes de que el sistema social estalle. Pero el mundo funciona así. Y en este época uno de los grandes cambios ha venido de la mano del cambio de rol de la geografía. En la era digital y de redes, las distancias se han recortado con consecuen- cias inauditas a cuenta del salto ex- ponencial de los transportes y co- municaciones de última generación. Fruto de ello estamos en un escenario que arroja por sal- do, entre otras cosas, que el centro y la periferia ya no tengan tanto que ver con la geografía física, e in- cluso que éstos ya no sean tanto un lugar en sí mismo, por el mero he- cho de estar donde están, sino que sean en función del papel que ocu- pa ese lugar en las redes del mun- do, su grado de conexión y, en con- secuencia, cuál es su capacidad para producir su propia centrali- dad en tiempo de geometrías va- riables. La geografía física, pues, se está volatilizando en favor de una malla de lugares que se le superpo- ne y reparte las cartas de nuevo, y que es tan virtual en su lógica in- terna como real en la vida diaria de la gente. GEOGRAFÍA HECHA TRIZAS. Por consiguiente, las Islas se en- frentan al hecho de que su renta de situación se va quedando casi es- trictamente reducida al factor cli- mático. Se trata de una circunstan- cia que paradójicamente se produce en un momento en el que se plantea el regreso de Canarias a su condición fronteriza, básica- mente proponiendo rebasar la uni- direccionalidad de la concepción ultraperiférica, con la que encajó con tantísimo éxito presupuesta- rio en la UE, y su sustitución por aquella triangulación interconti- nental que, en su ciclo de apogeo -el siglo XVII- hizo de las Islas una leyenda atlántica. No en vano, en este sentido se programa y oferta (con agresividad y empuje, como lo está haciendo el Gobierno cana- rio, después de años vegetando) como una plataforma logística en el Atlántico. El clima (la temperatura tem- plada), pues, es lo que hoy en día ha otorgado a las Islas mayor cen- tralidad en su condición de nodo de la malla turística global, que es el segundo círculo de centralida- des después del que conforman las megaciudades del planeta. Sin em- bargo, pasa lo contrario en rela- ción con la ventaja que suponía su proximidad física a determinados polos de actividad, consumo o in- tercambios. La renta de situación isleña en lo comercial ha saltado por los aires. Depende de la ca- pacidad y destreza de sus institu- ciones y empresas para interve- nir en tales acontecimientos (económicos, por ejemplo) que, si bien aún cuentan con ese men- guante factor geográfico, en nin- gún caso éste otorga exclusividad alguna en un mundo en el que, sin ir más lejos, el comercio de ma- leta mauritano es más intenso con Nueva York que con Las Palmas de Gran Canaria. UNA MIRADA PRÓXIMA. Hace unos meses varios canarios, con un cierto saber moverse por la no- che marraquechí, y que ni se ima- ginaban al otro en la ciudad, se en- contraron en el Comptoir. Uno estaba de fin de semana con unos amigos. El otro trabaja en la ofi- cina que su empresa de suminis- tros de material de construcción, E l Comptoir es ahora el restau- rante y local de copas de moda de Marraquech. El sello francés es (para bien, en esta ocasión) incon- fundible en Marruecos. Distribui- do en tres plantas, con los consa- bidos ambientes distintos, incluye un chill out en el patio-jardín con paredes rosa lengua de gato desde el que contemplar el cielo tumba- do sobre unos inmensos cojines. Hay que admitir que no sólo su de- coración neobarroca es exquisita - la firma un arquitecto galo, colabo- rador habitual de Jean Paul Gaultier, otro adicto a esta ciudad- sino que nada tiene que envidiar a los últimos locales de Nueva York o París. Por fuera parece un discreto y acogedor chalé de una zona residencial. Pero por dentro resulta de un sexy abrasador, con sus paredes rojas de color vino de- rramado y sus lustrosísimos mue- bles negros. Es el punto de encuentro de la gente bien de la ciudad. La prime- ra parada de la noche. Los cacho- rros de una exigua burguesía local plenamente occidentalizada, qui- zás más que los propios occiden- tales si de lo que se trata es de es- tar pendiente de las últimas tendencias, se entremezclan con grupos habituales de modelos, junto a sus fotógrafos de revista, y una pléyade creciente de extran- jeros visitantes o residentes, en su mayoría profesionales o altos En una apuesta por rebasar el sentido único del rol ultraperiférico y asumir la condición fronteriza, Canarias desempolva ahora el modelo de triangulación intercontinental para intervenir en unas relaciones atlánticas de geometría variable con el África del siglo XXI. Las Islas buscan así consolidar su hueco en el capitalismo de redes, en el que se insertaron en los 90 convertidas en nodo de la malla turística global. El regreso de la frontera ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i UN DESAFÍO INCIERTO E INEVITABLE (1) Satocan Maroc hace que sus proveedores abran instalaciones en Sus-Massa Draa, donde construye ya 22.000 camas; Riu lo repite en Cabo Verde La geografía física ha saltado por los aires; el ‘comercio de maleta’ mauritano con Nueva York casi triplica ahora al que existe con las Islas ANTONIO G. GONZÁLEZ

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36 CANARIASDomingo, 25 de marzo de 2007

ejecutivos del tropel de empresasforáneas (europeas, americanas,chinas, brasileñas...) que hoy endía engrosa la galopante inversiónforánea en Marruecos, una vez li-beralizada su libre concurrencia.Se cena la típica comida de fusión(que no está mal), atendidos porunos atractivos y muy cool cama-reros y camareras.

Luego algunas copas quizás, unpoco de R&B urbano versionado,house, algo de trance... Una Babelde ensueño, en la que se sucedenlocales (Alanbar -del dueño delparisino Buddha Bar-, La Casa, Bo-dega, New Feeling, Paradise Club)en una noche trepidante, de lunesa lunes, al margen de lo turísticoclásico, e inaudita para quien só-lo prevé un Marraquech histórico-cultural y pintoresco que, por otraparte, es capaz de originar la máxi-ma emoción estética.

DESLOCALIZACIÓN GLOBAL.Se trata de un ejemplo de pura des-localización: un Marraquech hi-permoderno, un tanto Matrix Re-volution, con una noche a vecesllena de caras famosas (del ám-bito francés y centroeuropeo), ro-deado de barrios misérrimos enlos que late el integrismo islámico.Con todo, se trata de una legen-daria urbe que se constituye en pa-radigma del crecimiento de un pa-ís que ha apostado fuerte por laterciarización turística, con su ob-jetivo de diez millones de visitan-tes en 2010, y cuyo reto es que la

distribución de la nueva renta encreación comience a destilar antesde que el sistema social estalle.

Pero el mundo funciona así. Yen este época uno de los grandescambios ha venido de la mano delcambio de rol de la geografía. En laera digital y de redes, las distanciasse han recortado con consecuen-cias inauditas a cuenta del salto ex-ponencial de los transportes y co-municaciones de últimageneración. Fruto de ello estamosen un escenario que arroja por sal-do, entre otras cosas, que el centroy la periferia ya no tengan tanto

que ver con la geografía física, e in-cluso que éstos ya no sean tanto unlugar en sí mismo, por el mero he-cho de estar donde están, sino quesean en función del papel que ocu-pa ese lugar en las redes del mun-do, su grado de conexión y, en con-secuencia, cuál es su capacidadpara producir su propia centrali-dad en tiempo de geometrías va-riables. La geografía física, pues, seestá volatilizando en favor de una

malla de lugares que se le superpo-ne y reparte las cartas de nuevo,y que es tan virtual en su lógica in-terna como real en la vida diaria dela gente.

GEOGRAFÍA HECHA TRIZAS.Por consiguiente, las Islas se en-frentan al hecho de que su renta desituación se va quedando casi es-trictamente reducida al factor cli-mático. Se trata de una circunstan-cia que paradójicamente seproduce en un momento en el quese plantea el regreso de Canarias asu condición fronteriza, básica-mente proponiendo rebasar la uni-direccionalidad de la concepciónultraperiférica, con la que encajócon tantísimo éxito presupuesta-rio en la UE, y su sustitución poraquella triangulación interconti-nental que, en su ciclo de apogeo-el siglo XVII- hizo de las Islas unaleyenda atlántica. No en vano, eneste sentido se programa y oferta(con agresividad y empuje, comolo está haciendo el Gobierno cana-rio, después de años vegetando)como una plataforma logística enel Atlántico.

El clima (la temperatura tem-plada), pues, es lo que hoy en díaha otorgado a las Islas mayor cen-tralidad en su condición de nodode la malla turística global, que esel segundo círculo de centralida-des después del que conforman lasmegaciudades del planeta. Sin em-bargo, pasa lo contrario en rela-ción con la ventaja que suponía su

proximidad física a determinadospolos de actividad, consumo o in-tercambios. La renta de situaciónisleña en lo comercial ha saltadopor los aires. Depende de la ca-pacidad y destreza de sus institu-ciones y empresas para interve-nir en tales acontecimientos

(económicos, por ejemplo) que,si bien aún cuentan con ese men-guante factor geográfico, en nin-gún caso éste otorga exclusividadalguna en un mundo en el que, sinir más lejos, el comercio de ma-leta mauritano es más intenso conNueva York que con Las Palmas deGran Canaria.

UNA MIRADA PRÓXIMA. Haceunos meses varios canarios, conun cierto saber moverse por la no-che marraquechí, y que ni se ima-ginaban al otro en la ciudad, se en-contraron en el Comptoir. Unoestaba de fin de semana con unosamigos. El otro trabaja en la ofi-cina que su empresa de suminis-tros de material de construcción,

El Comptoir es ahora el restau-rante y local de copas de moda

de Marraquech. El sello francés es(para bien, en esta ocasión) incon-fundible en Marruecos. Distribui-do en tres plantas, con los consa-bidos ambientes distintos, incluyeun chill out en el patio-jardín conparedes rosa lengua de gato desdeel que contemplar el cielo tumba-do sobre unos inmensos cojines.Hay que admitir que no sólo su de-coración neobarroca es exquisita -la firma un arquitecto galo, colabo-rador habitual de Jean PaulGaultier, otro adicto a esta ciudad-sino que nada tiene que envidiara los últimos locales de NuevaYork o París. Por fuera parece undiscreto y acogedor chalé de unazona residencial. Pero por dentroresulta de un sexy abrasador, consus paredes rojas de color vino de-rramado y sus lustrosísimos mue-bles negros.

Es el punto de encuentro de lagente bien de la ciudad. La prime-ra parada de la noche. Los cacho-rros de una exigua burguesía localplenamente occidentalizada, qui-zás más que los propios occiden-tales si de lo que se trata es de es-tar pendiente de las últimastendencias, se entremezclan congrupos habituales de modelos,junto a sus fotógrafos de revista,y una pléyade creciente de extran-jeros visitantes o residentes, ensu mayoría profesionales o altos

En una apuesta por rebasar el sentido único del rol ultraperiférico y asumir la condición fronteriza, Canarias desempolva ahora el modelode triangulación intercontinental para intervenir en unas relaciones atlánticas de geometría variable con el África del siglo XXI. Las Islasbuscan así consolidar su hueco en el capitalismo de redes, en el que se insertaron en los 90 convertidas en nodo de la malla turística global.

El regreso de la frontera

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i UN DESAFÍO INCIERTO E INEVITABLE (1)

Satocan Maroc haceque sus proveedoresabran instalacionesen Sus-Massa Draa,donde construye ya22.000 camas; Riu lorepite en Cabo Verde

La geografía físicaha saltado por losaires; el ‘comerciode maleta’ mauritanocon Nueva York casitriplica ahora al queexiste con las Islas

ANTONIO G. GONZÁLEZ

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con sede en Las Palmas de GranCanaria, acaba de abrir cerca deAgadir. Y le estaba enseñando laciudad a su chica, a la que habíanvolado ocho mil isleños (el ochen-ta por ciento de veinte mil pasa-jes en ida y vuelta, según la com-pañía) que visitaron en 2006Marraquech, volando directamen-te desde las dos capitales isleñascon Binter, que abrió esta ruta conéxito hace dos años. Es un vuelo dehora y pico, que tiene la virtud sor-prendente de producir una sen-sación de proximidad Canarias-África imposible de experimentarhasta ahora.

Binter, a la que ahora el Gobier-no mauritano acaba de ofrecer latotalidad de las rutas aéreas inte-riores de ese país, conduce a suspasajeros a Marraquech en unATR verde y blanco, unas azafatasde inconfundibles (bellísimos)rasgos canarios y melenas surfis-tas ofrecen ambrosías de Tirmaal pasaje, como cuando se va a LaPalma a almorzar con alguien y re-

gresar por la tarde, así de domésti-co... y de golpe, Las Mil y una no-ches ahí arrojadas, la legendariaplaza Xemáa el Fna, con los conta-dores de cuentos de Goytisolo alos pies. Miles de isleños disfrutany se dejan ahora su dinero en es-ta ciudad, primer destino turís-tico de Marruecos, contribuyendoasí a sostener miles de puestos detrabajo (mal pagados, ciertamen-te, pero pagados). Y toman el solen las piscinas -cuando las tienen-de los riad (palacete o casa seño-rial en la Medina reconvertidos enpequeños-hotelitos-con-encan-to), tan de moda ahora... como enel que trabaja R.B.

EL NUEVO ‘DORADO’. R.B. sirvecomo camarero en un riad, pero estopógrafo. Y experto en la zona deAgadir, donde ejerció muchosaños en una empresa pública. Has-ta que su padre “murió en el Sa-hara, mientras conducía un ca-mión” (se resistía a dar más datos),de modo que su interlocutor cana-rio, que era cliente del hotelito,no pudo saber más. El Sahara (lachina en el zapato de la monarquíaalauí) no se nombra mucho en Ma-rruecos. R. B. es cantante de râi,una suerte de rap magrebí por loque tiene de música antisistema,

nacida en los 80 en Argelia de lamano de artistas como Khaled yque, con cierto ritmo de reggae,asimila conceptos del folclore ma-grebí, finalmente reformulado enclave contemporánea. R.B. tieneletras durísimas en las que insul-ta a Mohamed VI y sus “esbirros”,acusándolos de vivir a todo tra-po, frecuentando lugares como elComptoir, mientras la mayoría so-cial marroquí continúa en la mise-ria. No tuvo que asegurárselo a suinterlocutor canario, cliente delhotelito, cuando R.B. lo invitó asu casa, con esa proverbial hospi-talidad magrebí, para tomar unatagine de pollo con su madre, her-manas y varios amigos. Cantaron,bailaron, el turista isleño grabóen su mp3 las clandestinas cancio-nes de R.B. Es bueno. Salieron decopas por unos garitos misérrimos

del Marraquech profundo y mar-ginal, en el que estos jóvenes ai-rados se disputan la calle, palmoa palmo, con islamistas de miradasescrutadoras, sobre todo ante lapresencia de un extranjero y el evi-dente tono de fiesta y alcohol delgrupo. Y finalmente R.B. pidió alamigo canario si podía lograr uncontrato de trabajo en alguna fin-ca de “tomates o plátanos, si tienesun amigo agricultor, sólo para elpermiso, no tendría que pagarme,me busco la vida en Las Palmas...”

LA ‘NOVENA ISLA’. La amistadcontinuó por correo electrónicovarios meses hasta que, cuandoel amigo canario había convenci-do a un familiar de que contrata-se al joven marraquechí en su fin-ca de Arucas, R.B. lanzó de prontootra propuesta. Su antiguo jefe en

Agadir le había dicho que un gru-po empresarial canario construíaun complejo hotelero y residen-cial, con campos de golf y polo in-cluidos, de veinte dos mil camasen Taghazout. Se refería a SatocanMaroc, en este caso aliado del fon-do de inversión norteamericanoColony Capital, tras la salida deLopesan del proyecto. Este último,liderado por Eustasio López, se hanegado a afrontar la construcciónbajo dirección única de la sociedadestadounidense, mayoritaria enla alianza que obtuvo los derechosde compra de los terrenos y cons-trucción del complejo, pero no asíen la constructora paralela que lossocios originarios crearon al efec-to. Una decisión, la de Lopesan,que ha sentado mal en el Gobier-no canario, por cuanto se entiendeque nada bueno avanza sobre la

capacidad para moverse en unmercado global de un buque insig-nia de la internacionalización ca-naria.

En tal escenario, R.B. continuórelatando a su contacto isleño quese estaban instalando en Tarfayatodas las empresas suministrado-ras de aquella constructora. Enrealidad, Juan Miguel Sanjuán, ca-beza de Satocan y quizás la cabezaempresarial mejor amueblada delas Islas, ha hecho lo mismo que elGrupo Riu en relación con los dosmegahoteles que éste ha construi-do en Cabo Verde: obligar a sus su-ministradores en Canarias a insta-larse en sus nuevos destinos.

Obviamente R.B. no lo sabe, pe-ro la elección del puerto de Tar-faya -que gestiona Tarima Maroc,una sociedad de mayoría tinerfe-ña- tiene que ver con la inminen-te apertura de la línea marítimaPuerto del Rosario-Tarfaya, quesaldrá a concurso este mismo año.La línea está proyectada con la in-tención de que ejerza un efecto en-tre Canarias y la región de Sus-Massa Dra (sur de Marruecos)paralela al que la línea Agaete-San-ta Cruz produjo en su día comomecanismo articulador de un mer-cado regional de bienes, serviciosy turismo interior. De modo que,junto a la construcción en curso deun moderno sistema viario hastaTánger al norte, y por el corredoratlántico hasta Dakar por el sur,Canarias quede conectada con eseborde magrebí y África Occiden-tal. Tras el incremento de líneasmarítimas y aéreas que ha tenidolugar con Marruecos, Mauritania,Senegal y Cabo Verde en los últi-mos años, la línea con Tarfaya tra-ta de ser el pistoletazo para el pro-

yecto en curso -apoyado por lanueva Política de Vecindad de laUE- de creación de un área regio-nal integrada entre las disparesorillas del Atlántico Medio Orien-tal, cuyo lado africano ha cobra-do atención internacional comofrontera última del capitalismotardío. Todo ello será abordado enesta serie de análisis. Y lo que, porcierto, el camarero marroquí y ac-tivista antisistema pidió al amigoisleño fue si conocía a alguien pa-ra trabajar con Satocan Maroc co-mo topógrafo o, en realidad, “loque sea...”

La línea marítimaPuerto del Rosario-Tarfaya pretende sera la nueva ‘región’Canarias-África loque la línea Agaete-Santa Cruz entre islas

Nuakchot ofrece aBinter todo el tráficoaéreo interior de esepaís; la línea canariatransportó en 2006 acasi 8.000 turistasisleños a Marraquech

NUEVAS GENERACIONES. Ana Cárdenes, experta de la D.G. de Relaciones con África del Gobierno canario; JavierMariscal, director de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Las Palmas; y Balla Camara Seck, consultorRiesgo Management Africa, el miércoles en la IV Semana de la Francofonía, organizada por el Liceo Francés. i A. CRUZ

SEGUIMIENTO. Primera entrega de un análisis sobre las perspectivas canario-africanas tras el escenario abierto con lamediación de EEUU en el Sahara y su penetración creciente en ese continente, publicada en este diario en 1998. i LP/DLP

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20 CANARIASLA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMASLunes, 26 de marzo de 2007

despertar de África lo ponen dosfactores añadidos. El primero es elhecho de que el petróleo, siendoa su vez el gran peligro que acechaal continente (como siempre lohan sido sus inmensas riquezas) eslo que por el momento también es-tá permitiendo un crecimientoeconómico continental del seispor ciento en 2006, cifra que tripli-ca la de 2002, lo que obedece altirón de los países productores decrudo. Este hecho está cifrandola emergencia de seis potencias re-gionales, encabezadas por Sudáfri-ca: Marruecos, Libia, Nigeria y, co-mo aspirantes, Angola y Senegal.

No obstante, lo que termina deorganizar un campo de posibilida-des distinto es la irrupción enor-memente agresiva en todo el con-tinente negro de las llamadaseconomías superemergentes: Chi-na, India, Brasil, Rusia. Sin olvi-dar el papel de la Venezuela deHugo Chávez, gran valedora del

ingreso de Angola, Nigeria y Gui-nea en la OPEP al objeto de quesus bajísimos royalties se disparen.

Las cifras y los pormenores deesta penetración asiática y latino-americana son tan espectacula-res que, por dar una idea, inquie-tan a la Unión Europea más que supérdida de influencia en el con-tinente en favor de EE UU. De he-cho alcanza a todos los sectores deactividad, lo que da cuenta de lavoluntad de penetración y perma-nencia. China se ha convertido enunos años en el tercer socio co-mercial de África tras EE UU yFrancia. India, cuyas multinacio-nales se han vuelto fuente decisi-va de tecnología de bajo coste pa-ra este continente, y Brasil -con susector agroindustrial- le siguen.

Con todo, a su vez, esto abrenuevas dificultades y retos. Áfricacorre al propio tiempo el riesgo dever desvirtuada su ansiada diver-sificación productiva (su capaci-dad de dar un salto en la produc-ción de valor añadido) por lainvasión asiático-americana, en-quistándose en el lastrante papelde suministrador de materias pri-mas. Y, de hecho, Sudáfrica ya seprotege arancelariamente ante talamenaza de destrucción de su te-jido industrial.

Pero también esta irrupción di-buja un escenario multipolar. Yesto reparte cartas no sólo a lasnuevas potencias foráneas, conlo que tiene de escenificación delnuevo juego que se juega en elmundo, sino también a los actoresafricanos frente a la lógica de la ra-piña que, con toda su inyección fi-nanciera, supone EE UU. Al me-nos acabó el monólogoestadounidense y europeo en elpatio trasero del mundo.

Todo está en el aire en África. Y,sin embargo, eso constituye ya

una avance sustancial, casi inaudi-to, después de que el continentehaya concurrido a todas las parti-das del periodo moderno de la his-toria occidental como seguro per-dedor, como actor derrotado ymasacrado. Así ha sido inclusohasta la vuelta de tuerca de las úl-timas décadas, en las que los nue-vos episodios de la secular rapi-ña de sus recursos naturales,minerales y energéticos, el sida,unos desastres naturales agudi-zados por el cambio climático y,por último, las políticas de ajusteestructural (liberalización y priva-tización forzada) aplicadas por or-ganismos financieros internacio-nales después de la extensiónplanetaria del capitalismo en la eradigital, ha destruido a buena par-te del continente negro, rebajandomucho peso específico del resto.

Desde la segunda mitad del pa-sado siglo XX al menos, este cami-no hacia el grado cero ha sido la-brado como un producto mixto: laactitud de las potencias foráneas(de Francia, Reino Unido y laURSS hasta 1989) y el fracaso ro-tundo que las propias élites africa-nas han cosechado en la experien-cia de la emancipación colonial,con lo que ello tiene de respon-sabilidad propia, que no es poca. Y,a partir de los 90, más de lo mismotuvo lugar, sólo que con la novedadde la penetración de EE UU, queentró entonces en competenciacon el viejo gendarme occiden-tal, Francia, sobre todo tras hallar-se nuevas reservas del light sweetoil en la costa occidental africana.

La concurrencia de Washingtonha sido -y continúa siendo- una su-cesión de episodios de juego suciopor ambas partes, en el que Wa-shington frecuentemente se haapoyado en países que habían es-tado bajo la ya extinta órbita sovié-tica y que luego, mal colocadosfrente a sus competidores histó-ricos (los viejos aliados de Fran-cia) se echaron en los brazos deEE UU para hacer el giro hacia la

economía de mercado. Como re-sultado, lo peor sin duda alguna loconstituye la situación en la que sehalla ahora gran parte del Sahel.

LA PARTE MALDITA. Esa franjasubsahariana que recorre a lo an-cho África (desde Malí y sur deArgelia hasta Chad y Sudán, al bor-de del mar Rojo) se ha converti-do en el rodaje de un guión cla-vado del Corazón de las tinieblasde Conrad. Se trata de una suce-sión de estados fracasados e ine-

xistentes o espacios territorialesescindidos en los que ejércitos demercenarios y grupos tribales sepasan de un postor a otro. Y queahora, bajo el influjo galopante delintegrismo islamista en toda Áfri-ca, está derivando en un nuevo Af-ganistán, en el que Al Qaeda hacreado nuevos campos de entre-namiento en la puerta de Europa.

Países árabes como Marruecos,Argelia o Libia -aliados tanto deEE UU como de Francia, por aho-ra- dan por documentada la exis-tencia de varios de estos camposde muyahidines en Malí y Sudán.Y, de hecho, la coordinación de susservicios de inteligencia -la últimamisión de Donald Rumsfeld comosecretario de Estado de Defensa-no ha hecho más que empezar. Ha-ce unos días, Argelia anunciabala creación de un unidad militarespecial, conformada por 450 tua-regs, para vigilar el sur del país,donde el GIA argelino ha servidola logística a Al Qaeda. Por lo de-más, no en vano EE UU acaba deconstituir a comienzos de 2007 unnuevo mando militar unificado enÁfrica (Africom). Con sede en Su-dán, en realidad está constituidopor un entramado de bases mó-viles preparadas para la acción in-mediata que, en lo que correspon-de al borde occidental del Sahel,tiene Washington previsto estable-cer la principal en una zona del in-terior de Mauritania de difícil ac-ceso, y otra base de escuchaelectrónica de comunicaciones enTamanrasset (al sur de Argelia).

Cuarteles de formación en Malí yNíger, y otra base en Santo Tomé,enfrente de Nigeria -primera po-tencia petrolera africana, aliada deEE UU, pero con una creciente pe-netración islamista- cierran el cír-culo. Senegal queda como ejér-cito colaborador, al igual que losde los países citados, dentro de laIniciativa Transahariana Contra elTerrorismo, dotada por el Pentá-gono con 500 millones de dólarespara el actual periodo 2005-2009.

A nadie se le esconde que elcurso de los acontecimientos in-ternacionales registrados tras lamezcla entre intereses petrolerosy lucha antiterrorista por partede EE UU, que nuevamente se po-ne tan de manifiesto en África, im-pide esperar nada bueno. Sin em-bargo, nuevas circunstancias hansurgido en el marco africano concondiciones de posibilidad parahacer que el rumbo incierto deWashington no lo determine todo.

LA GRAN INYECCIÓN. En pri-mer término, el grado cero que al-canzó África en los 90 llevó al G-8 a establecerla como prioridad enla Cumbre de Denver, en 1997, enlo que fue considerado por el Con-gressional Black Cuscus (el lobbynegro más poderoso de EE UU)como una “segunda Conferenciade Berlín”. Bajo los auspicios deBill Clinton y Tony Blair, el conti-nente negro pasó a la agenda inter-nacional tras años convertido enuna carretera perdida de la histo-ria. En realidad, había alcanzadotal grado de desintegración y fa-talidad que, más allá de la catástro-fe humanitaria que esto represen-taba, se había convertido en unpeligro potencial para el planeta:por la capacidad de exportaciónde enfermedades, por el éxodomasivo hacia países del Norte yel avance del integrismo islamista.

Al propio tiempo, en relacióncon el propio modelo productivodel capitalismo de redes Washing-

ton y Londres comenzaron a to-marse en serio no sólo el accesoa las inmensas reservas energéti-cas africanas. Lo que comenzó abarajarse fue la inversión que po-día representar el acceso a los cir-cuitos de consumo de la terceraconcentración de población delmundo a medio y largo plazo: 900millones de africanos. Como resul-tado, 90.000 millones de dólaresque el FMI y el Banco Mundial hanarbitrado para los próximos añospara la construcción de infraes-tructuras básicas (comunicacio-nes, educación y sanidad). A elloha venido a sumarse el llamadoInstrumento Europeo de Vecindady Partenariado (Magreb) y la Polí-tica Europea de Gran Vecindad

(África subsahariana), que es laversión que el Viejo Continente haproducido para mantener su pre-sencia y blindarse contra el poten-cial desestabilizador africano. Y,por último, se suma un nuevo hu-manitarismo -también contestado,como lo son las ONG en su po-sible condición de perpetuadoras-que representan fundaciones co-mo la de Bill Gates o los Rockefe-ller, que se han añadido al río de di-nero con aportaciones privadashasta ahora impensables. Se tra-ta, en definitiva, de la mayor inyec-ción financiera en toda la histo-ria de África.

IRRUPCIÓN SORPRESA. Pero loque, con todo, puede acabar porhacer que esta gran operación deOccidente conduzca finalmente al

Cuando ‘Alá no está obligado’, de Ahmadou Kourouma, ganó el Renadout en 2000, África era la desolación. Sin embargo, inscrita hoy en laactualidad tardocapitalista, la afluencia feroz de potencias foráneas emergentes (China, India, Brasil, Venezuela) dibuja un juego multipolarque reparte cartas también a los primeros actores africanos (Sudáfrica, Nigeria, Marruecos, Senegal, Angola) frente a la ‘lógica de la rapiña’.

El nuevo caleidoscopio africano

El presidente senegalés, Abdoulaye Wade, en el cierre de campaña de los comicios que el pasado 11 de marzo le llevarona revalidar el cargo. Tras Sudáfrica, Senegal es, junto a Nigeria y Angola, uno de los países emergentes de África. i AP

La pugna de EE UUy Francia en los años90 ha perpetuado laderiva del Sahel, quese ha convertido enel ‘nuevo Afganistán’

ANTONIO G. GONZÁLEZ

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i EL PANORAMA DE UN CONTINENTE (2)

La irrupción china,india y brasileña yaadelanta una escenamultipolar; se acabóel monólogo en elmayor patio trasero

El despliegue militaramericano en Áfricaamenaza los efectosde la gran inyecciónfinanciera previstapara este continente

El petróleo africanoestá permitiendo uncrecimiento del seispor ciento, y afianza,por el momento, seispotencias regionales

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30 CANARIASLA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMASMartes, 27 de marzo de 2007

La expresión sería “momentopropicio”. Y, en realidad, lo es.

¿Para qué? En primer término,para poner en marcha el mayordesembarco inversor público-privado de la historia de Canariasen la franja atlántica del Magreby África Occidental. ¿Qué es loque ello implica? Las lecturasrealizadas por la opinión públicainsular ante esta operación sonseriamente dispares. Y vienen areflejar, por lo demás, un debatepropio de sociedades opulentasque se topan con su condiciónfronteriza, lo que no sólo se cir-cunscribe a las realidades físicas.

Para los defensores del PlanÁfrica, como el propio Mauricio,Luis Padilla, director general pa-ra África, Diego León, directorgeneral de Proexca, Javier Maris-cal, director de Comercio Exte-rior de la Cámara de Comerciode Las Palmas, o Rafael MolinaPetit, director territorial de Co-mercio del Gobierno del Estadoen Las Palmas, de entrada va a su-poner la apertura de un campopara inversiones y oportunidadesde negocios estables. Y, en con-secuencia, se trata de un capítu-lo de especial interés estratégicopara el crecimiento y la diver-sificación productiva de un Ar-chipiélago cuya especializaciónturística debe, sin duda alguna,ser contrapesada. No obedece talimperativo tanto a que el turismopeligre como negocio -es el sec-tor de actividad más pujante delmundo-, sino a que las condicio-nes impuestas por el capitalismode redes minimizan las ámbitosde decisión locales, a los que só-lo imponen. Y crean incertidum-bres.

ECONOMÍA DE OCASIÓN. Deentrada, África constituye unaoportunidad obvia (al ampliar losmárgenes de la lógica de ocasiónpropia de su venta exterior) paraproducciones de escaso valorañadido, como lo son la mayo-ría de las del bloque agroindus-trial isleño. Sus volúmenes, contodo, ya han podido crecer en es-tos años gracias a la consolida-ción del mercado interior cana-rio con las nuevas líneas detransporte marítimo, que les haabierto mercado al permitir sudistribución en al menos cuatroislas. No obstante, limitar la recu-peración del famoso hinterlandnatural de las Islas (el corredornoroccidental africano) para re-producir la escena manufacture-ra del periodo industrial propiade la época del ex Sahara español(dicho en plata, seguir intenta-do vender galletas y refrescosen Dakar, Dajla, Agadir...) no só-lo parece extemporáneo, sinoque choca con los crecientes flu-jos del comercio atlántico sur-sur, frente a los cuales razonable-mente resulta mejor situarse enfunciones logísticas. Ahí entraríael puerto de La Luz como puer-ta de entrada al continente del

entramado variable de unos ga-lopantes intercambios atlánticos.

EXPORTAR SERVICIOS. El co-rredor africano sobre todo apare-ce como extraordinaria oportu-nidad para la transferencia ygestión de servicios y tecnolo-gías, que es lo que se correspon-de ahora con una sociedad inten-

samente terciarizada, como lacanaria, que se dirige a otras quese proponen serlo. De hecho,frente a la amenaza de la rapiña acargo de las potencias extranje-ras en el continente negro, la ex-portación y gestión de servicioscasa como un guante con lo queel Plan África tendría de contri-bución al desarrollo social y a laestabilización de una franja depaíses emisores de inmigraciónilegal. Unos países, sin embar-go, que, situados ahora en los ini-cios de un nuevo periodo de cre-cimiento estable e intenso (uncrecimiento aún sin desarrollo)gracias a las nuevas bolsas de pe-tróleo y otras materias primascon grandes perspectivas en losmercados internacionales... in-cluso hitos del sector primariolocal como el cacahuete y el ca-cao han estabilizado sus cotiza-ciones. Y esto, en suma, como su-cediera en la España de los años60 y 70, se traduce en la confor-

mación de una clase media es-table, lo que resulta el único mo-do que África Occidental tienepara tratar de zafarse del dualis-mo social infernal al que la ha lle-vado la explotación de su rique-za por las multinacionales.

TRANSFERIR LADRILLO. En loque toca a inversiones canariasen este punto se incluye por des-contado -y en primer lugar- laconstrucción y gestión de losgrandes núcleos turísticos pla-neados por Marruecos y CaboVerde, por ejemplo, y acariciadospor Mauritania y Senegal. Por lodemás, es -está siendo ya- unaforma de transferir ladrillo porparte de una economía recalen-tada por la actividad construc-tora, en unos momentos ademásen los que el crecimiento turís-tico insular sólo cabe ya en térmi-nos cualitativos si el sector noquiere fallecer por inanición me-dioambiental. Y también de ges-tionar parte de la competenciaturística al objeto de buscar com-plementariedades que, sin inter-venir en el otro lado, serían im-

posibles de lograr. Ya Alemaniautilizó en su día la incentivaciónincluso fiscal de las inversionesgermanas en el exterior para en-friar un desarrollo industrial queen un momento dado se pasabade rosca. Y fruto de aquello fue laconstrucción de la famosa Cos-ta del Sol. En paralelo pero a re-molque del ladrillo, se halla, co-mo será analizado en esta serie,la exportación de producción(limpia) de energías, de desala-ción de agua, y de servicios sa-nitarios, jurídicos y urbanísticosque en las Islas han adquirido yarol exportador ante lo que acaba-rá siendo en los países recepto-res una tupida trama urbana enun arco de integración regional.

APROVECHAR LA RAPIÑA.Por el contrario, desde las posi-ciones más críticas de la socie-dad canaria, el Plan África apare-ce hoy como una mera operaciónpara aprovecharse mezquina-mente de la nueva rapiña que lasviejas y nuevas potencias del si-glo XXI planean en África, lu-crándose -desde el papel de pla-

taforma logística del Atlántico- alaumento de la dependencia de laeconomía africana (y, de paso, dela canaria) de un mercado glo-bal que seguirá teniendo a ambascogidas por el cuello. Y mante-niendo así a la mayoría social deesos países en la miseria, a cam-bio de unos beneficios de ensue-ño para las sempiternas y corrup-tas élites del continente africano.

Se trata, desde esta perspecti-va crítica, de una operación quese proyecta, no en vano, cuandolos grandes capitales canarios nosaben dónde colocar el acumula-do de la Reserva de Inversioneso bien -mal acostumbrados comoestán- no quieren hacerlo más

que donde las rentabilidades re-basan el veinte por ciento. Esto,se aduce desde las posiciones crí-ticas, supone otra vuelta de tuer-ca al despropósito del modeloeconómico insular: en vez de ha-cer que devuelvan a las arcas delEstado el ahorro fiscal no inver-tido, España acabará permitien-do que las grandes empresas is-leñas se lucren con la miseriavecina con cargo al erario públi-co. Y, de paso, que avance esadualidad social en unas Islas enlas que los salarios del turismoapenas suben el dos por ciento.

Inmersa entonces en su mayor salto de escala, Canarias vio llegar en 1994 la primera patera. En 2006 arribaron 33.000 sin papeles... otros 1.000 seahogaron. Se trata de una catástrofe humanitaria ante la que la reacción no se hizo esperar. Impulsado por el consejero de Economía y Hacienda,José Carlos Mauricio, se ha articulado un discurso africanista -paralelo al desembarco inversor en África en curso- que tiene contestación social.

Un nuevo africanismo insular

José Carlos Mauricio, consejero de Economía y Hacienda del Gobierno canario, y Adán Martín, presidente canario, reunidos con Mohamed VI en Rabat. i LP / DLP

Más de mil africanosmurieron en el maren 2006 intentandollegar a Canarias; esla mayor catástrofehumanitaria insular

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i NUEVOS DISCURSOS ISLEÑOS (3)

La diversificaciónproductiva insularbusca su signo en el‘hinterland’ africanoen lo industrial y entérmino de servicios

Cuatro inmigrates ilegales yacen muertos en una playa grancanaria. i LP / DLP

Sectores críticos venen este ‘Plan África’una operación paraobtener tajada de larapiña que ya planeasobre ese continente

El Gobierno canariolidera ahora el mayordesembarco inversory turístico isleño enel corredor atlánticodel norte de África

ANTONIO G. GONZÁLEZ

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CANARIAS 31Miércoles, 28 de marzo de 2007LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS

europea (Canarias, Azores y Ma-deira) con Senegal, Cabo Verde yMauritania. Ambos planes tienenpor novedad –lo que implica uncambio radical de la concepciónde la cooperación al desarrollo–el hecho de que por vez primeraen el ámbito de la UE se fundenen un solo instrumento la dimen-sión asistencial (la ayuda al desa-rrollo de los fondos FED) y la di-mensión económica (la ayuda aproyectos económicos de fondosFeder). Sólo para estos progra-mas se permite poder invertir eldiez por ciento de lo asignado aCanarias (o a España) fuera de lasIslas (o del Estado).

Esto supone abrir la puerta alpartenariado público-privado en-

tre Canarias y sus vecinos, es de-cir, no sólo a la elección y gestiónconjunta de los proyectos (con loque ello tiene de garantía en rela-ción con los intereses de los paí-ses receptores), sino a la partici-pación del capital privado, lo quesupone un serio salto de escala fi-nanciero y un factor para el de-sembarco de empresas isleñas.

AYUDAS DE ESTADO. En esteescenario, de igual modo dos re-cientes excepciones en materiade transporte resultan de un ex-traordinario interés: la posibili-dad de que las nuevas rutas aé-reas y marítimas entre Canarias ysus vecinos africanos puedan re-cibir ayudas de Estado. En la re-exportación comercial, se ha ro-to el corsé de las llamadas“corrientes tradicionales” (cuyosvolúmenes se anclaron en la foto-fija de 1991). Ahora, sin límitespreestablecidos, Bruselas decidi-rá cada año el listado de países,productos y cupos que Canariaspuede colocar en África tras ad-quirirlos a precio internacional,devolviendo la ayuda de Bruselaspara productos originarios, o nosi hay transformación industrial.

Y por último se halla la nuevaReserva de Inversiones (RIC), enla que se abre la puerta a dotacio-nes de pequeña escala en proyec-tos empresariales isleños en elexterior. Se trata, por lo demás,del embrión de una modificacióndel REF -barajada ya por el Ejecu-tivo canario- para crear un nuevoincentivo fiscal vinculado a la“cooperación al desarrollo”.

El engarce en el ámbito euro-peo-comunitario de la tan ca-

careada internacionalización ca-naria es hoy un work-in-progressque apenas acaba de dar sus pri-meros frutos. Está en juego na-da menos que el encaje del PlanÁfrica en las líneas de actuación,los flujos financieros y los marcoslegales europeos, que son los queordenan la realidad insular. Y, dehecho, constituye el punto de par-tida para la consolidación de unamalla político-institucional y deuna conectividad transfronterizaque las Islas llevan un lustro cons-truyendo. Es más, es lo que debe-rá posibilitar la puesta en marchade la región económica euro-atlántica (canario-norteafricana).Adán Martín diseñó e inició pa-cientemente este trabajo como ti-tular de Economía y Hacienda apartir de 1999. Y José Carlos Mau-ricio redobló el impulso políti-co, convirtiéndose en el verdade-ro artífice de la movilizaciónpúblico-privada isleña y de la ma-lla de relaciones exteriores demáximo nivel (sobre todo, Ma-rruecos). Mauricio se olió rápida-mente el potencial que tenía para

las Islas en Bruselas una conexiónentre la nueva Política Europeade Vecindad y las regiones ultra-periféricas. Éstas podían ofrecerun papel de avanzadilla de la mis-ma, colgar de esta percha las me-jores garantías para sus actualestratamientos especiales más alláde lo dispuesto en los papeles eimpulsar –de paso– la internacio-nalización.

EL GIRO ULTRAPERIFÉRICO.El Plan África no es otra cosa, dehecho, que una apuesta fuerte porla recuperación –en las claves quele corresponden a una regiónopulenta y fronteriza en el sigloXXI– del hinterland (la extensióncontinental natural) de Canarias.La condición ultraperiférica, queha sido planteada como gran lo-gro por el establishment canario(y lo fue), acabó de convertir a lasIslas, sin embargo, en una regiónultraprotegida y prematuramen-te deslocalizada. Una región ce-rrada a su entorno regional inme-diato y a la dimensión atlántica,salvo por sus valores climáti-

cos/paisajísticos, que la ajustaronal mapa turístico de la era glo-bal. No obstante, si bien ese mar-co situó a las Islas en una rentamedia de 22.000 dólares por ha-bitante, ya no sirve hoy para ter-minar el trabajo: resituar a las Is-las en los procesos de integraciónregional que se generalizan en elplaneta como únicos instrumen-tos que pueden permitir –porcontrapeso– una estancia relati-vamente no traumática de los lu-gares en la globalización.

LAS NUEVAS VENTANAS. Laprimera modulación significa-tiva producida por Bruselas fueincluir a Canarias entre las regio-nes que podían participar en pro-gramas de cooperación territorialtransfronteriza con Marruecos,pues hasta entonces sólo lo era

Andalucía. Las Islas ya habían in-tentado en vano entrar a estosefectos en el programa europeoInterreg 3B en el periodo 2000-2006, pero de igual modo sólo lolograron para el 2007-2013. La UEdaba así carta de naturaleza –y ca-rácter estratégico– al interés delas relaciones entre el Marruecosatlántico y Canarias, ausente has-ta entonces de toda línea de ac-tuación europea y española. Es-to implica penetrar en la fichafinanciera del Instrumento Euro-peo de Vecindad y Partenariado,la gran estrella de la política eco-nómica de la UE con sus bordesfronterizos creada en octubre de2006. Y, de hecho, con 32 millo-nes de euros está dotado el PlanEspaña-Marruecos sur, que co-rresponde en realidad a proyec-tos de cooperación económica

aún por cerrar entre Canarias y laestratégica región de Sus-MassaDraa (con la que las Islas tienenya una intensa relación).

Poco después el entonces co-misario de Política Regional Mi-chael Barnier ideó la Acción deGran Vecindad, un instrumentopara la cooperación económicaentre las regiones ultraperiféricasy los países ACP (África, Caribey Pacífico) de su entorno, cuyabase jurídica ya había sido esta-blecida en los acuerdos de Co-tonú (entre la UE y los ACP en2000) a petición de Canarias. Sibien la Gran Vecindad aún nocuenta con un instrumento pre-supuestario definido, Bruselas yaha dado el visto bueno a un pro-grama piloto de gestión descen-tralizada de la cooperación trans-fronteriza entre la Macaronesia

Reformular la dimensión asistencial y coordinarla con el partenariado económico con África, redes de transportes y una malla político-institucionalpara armar un área económica canario-africana (euro-atlántica). Ése es el ‘Plan África’ diseñado por Canarias: 120 millones de euros públicos (2007-13)para propiciar un desembarco empresarial que va por las cien firmas isleñas a lomos de la Política Europea de Vecindad y el rol fronterizo de las Islas.

La ‘percha’ europea

A 120 millones deeuros asciende laaportación públicacanaria 2007-2013 ala convergencia conla franja norafricana

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i EL MARCO COMUNITARIO (4)

El encaje europeodel ‘Plan África’ loplaneó e inició AdánMartín en 1999; peroMauricio ha sido suartífice definitivo

ANTONIO G. GONZÁLEZ

El transporte isleñocon África podrárecibir ayudas deEstado; se ‘liberaliza’la reexportación alos países terceros

La nueva RIC abrela puerta a un nuevoincentivo fiscal delREF que se estudiavincular sólo a laayuda al desarrollo

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28 CANARIASLA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMASJueves, 29 de marzo de 2007

Gobierno canario ha optado poruna posición de “no interven-ción” declarada en relación coneste conflicto, después de déca-das de apoyo manifiesto al Po-lisario (y de hostilidad inercial-y mutua- hacia Marruecos). Entérminos estrictamente estraté-gicos, tras haber relegado cual-quier otro tipo de criterios, mataasí dos pájaros de tiro: de un la-do, se gana el favor de Marrue-cos y ve las puertas abiertas asu penetración económica en elsur de ese país, lo que consti-tuye un elemento indispensablede cara su llamado Plan África.

Del otro, manteniendo su apo-yo económico a la población sa-haraui (750.000 euros de ayudahumanitaria a los campos de re-

fugiados en 2006 y una línea enascenso de proyectos de ayuda aldesarrolllo a la población saha-raui en el Sahara), así como laejecución estricta de las directri-ces comunitarias de “ni un euroal sur de Tarfaya”, cumple for-malmente con la población saha-raui. Y, a su vez, zafándose delpronunciamiento político conambigüedad calculada, deja lapelota estrictamente en el cam-po del Gobierno español. Y noarriesga nada de cara al futuro.“Se trata de un asunto de alta po-lítica que le corresponde al Mi-nisterio de Asuntos Exteriores”,“nosotros, como Gobierno cana-rio, no intervenimos en el Saha-ra hasta que se resuelva el con-flicto”. Éstas son hoy las frases...

PATRONAL PRO-MARROQUÍ.La “no intervención” no es, sinembargo, la posición del capitalprivado canario, que ha hecho yauna apuesta evidente por un Sa-hara marroquí. La ruta aéreaGran Canaria-El Aaiún que cu-bre Binter, que vuela tres vecespor semana desde hace ya dosaños llegó a los 20.000 pasajerosen 2006. Y las cámaras de co-mercio isleñas no han dejado deestrechar lazos con las autorida-des marroquíes en la antigua Sa-guía El-Hamra, donde se encuen-tran numerosas constructoras ydistribuidoras comerciales pe-ninsulares “haciendo el agosto”.

Hace apenas veinte días unaspalabras de José Luis Rodrí-

guez Zapatero en Rabat -a favorde que la última propuesta ma-rroquí de autonomía para el Sa-hara fuera tomada en considera-ción como “un punto de partida”para la resolución de ese conflic-to político en la ONU- derivaronde inmediato en una amenaza deArgel de elevar en un veinte porciento el precio del gas a España.

Argelia es, como bien se sabe,el principal suministrador espa-ñol. Y esa decisión quebraría to-das las predicciones en relacióncon la factura energética hispa-na. Tuvo el Rey (de España) quecompensar días después en suvisita oficial a Argel las palabrasde Rodríguez Zapatero con unrespaldo a las tesis de la ONU (ala autodeterminación, etcétera).

El jefe del Ejecutivo españolhabía convocado la VIII cumbrehispano-alauita para tratar dedesbloquear las múltiples nego-ciaciones abiertas entre Rabaty Bruselas. Estaban rotas desdeque algunos países europeos(entre ellos, Holanda) repararanla inclusión del territorio del Sa-hara Occidental dentro del ma-pa de actuaciones del Plan deAcción Marruecos-UE dentrode la nueva Política de Vecindad,el nuevo instrumento de la co-operación económica comunita-ria con sus vecinos. Dentro delPlan de Acción previsto en esaPolítica de Vecindad con Rabat-a pactar entre ambas partes portener modelo de partenariado-figura, por lo demás, el Progra-ma Atlánticode coopera-ción territorialtransfronteri-za. Y en esteúltimo Anda-lucía y Cana-rias van a seragentes acti-vos con el nor-te y el sur deese país res-pectivamente.

Al parecerRabat, segúnla versión quecircula en laREPER espa-ñola en Bruse-las, no preten-da tal cosa enprincipio, so-bre todo desde el punto y horaen que el Acuerdo de Libre Co-mercio con EEUU firmado unosaños atrás por el reino alauita-el equivalente a lo que ahoranegociaba con la UE- había de-jado expresamente fuera de sucampo de aplicación al territo-rio del Sahara Occidental. Sinembargo, su inclusión fortuita-por lo visto- por parte de losfuncionarios comunitarios enlos borradores de dicho Plan deAcción provocó ese rechazo ho-landés en el último Consejo Eu-ropeo y éste, a su vez, se tradu-jo en tal reacción marroquí.

EEUU fue en 1975 el principalvaledor de la ocupación marro-quí del Sahara. Pero entonces sevivía en plena Guerra Fría y Ar-gelia era la pieza soviética en elMagreb árabe. Las cosas hancambiado. Y Washington tienehoy en día en Argelia a un aliadotan fiel y tan estratégico, sobretodo en lo que se refiere a suomnipresente política antiterro-rista, como Marruecos. Ese pa-pel se ha visto, por lo demás,sensiblemente incrementadocon la base militar que finalmen-te el Pentágono ha situado en

Tamanrasset(al sur de esepaís), desdedonde pro-yecta detectary atacar loscontinuos ymóviles cam-pos de entre-namiento queAl Qaeda ysus aliados le-vantan y des-montan en to-do el Sahel, unárea que se hac o nve r t i d oahora en unasuerte de ‘nue-vo Afganis-tán’. Y, por lodemás, las re-

laciones comerciales entre am-bos países crecen cada año deforma exponencial. Tal exquisi-to nuevo equilibrio que Wa-shington trata de mantener entreArgelia y Marruecos desde ha-ce ya una década se ha ido re-forzando por un motivo primor-dial: el petróleo de la costaoccidental africana, un doce porciento de las reservas mundialesdentro del cual el Sahara tieneuna cuota al parecer importante.Y la prueba no sólo de ello sinotambién del interés indesmaya-ble de ambos países magrebíespor el Sahara, es que ni siquiera

la mediación directa norteame-ricana de la era Clinton permitióresolver el conflicto. Sin embar-go, la consolidación del Saharacomo un espacio petrolero, en elque ya la norteamericana KerrMcGee está extrayendo crudocon licencia de la ONACEP (elorganismo marroquí que regulalas concesiones extractivas), nopodrá aguantar indefinidamen-te en su actual situación de ocu-pación marroquí. Se da por he-cho ya en medios diplomáticosespañoles que la bolsa petrole-ra y gasística sahariana es la queva a inclinar la balanza de las re-servas energéticas en favor deRabat o Argel, hoy en día relati-vamente en un empate técnico.Y este hecho se ha convertido enfuente de inquietud en los me-dios políticos norteamericanos.

En este marco, por lo tanto, yal margen del papel del FrentePolisario, en la actualidad a la de-fensiva y en medio de una en-gorrosa investigación incluso de

corrupción por la gestión delPMA (Programa Mundial de Ali-mentos) de la ONU en los cam-pos de Tinduf, EEUU está inde-fectiblemente llamado a hallaruna solución al conflicto saharia-no si no quiere que la tensióncreciente entre ambos conten-dientes magrebíes se le vaya delas manos con la aparición deterceros actores, como Sudáfri-ca, que lleva cierto tiempo inten-tando armar un papel (pro-ma-rroquí) como potencia africana.No en vano la propuesta de “par-ticiones estratégicas” ensayadapor EEUU en el conflicto de Su-dán ha comenzado a tomar for-ma en relación con el Sahara, sindescartarse algún tipo de gestiónárabe de este territorio que pre-figure, de paso, una progresivaintegración territorial magrebí.

COMPÁS DE ESPERA. Hastatanto, y habida cuenta de que elconflicto del Sahara se ha ele-vado seriamente de escala, el

La costa del Sahara es clave a medio plazo en la construcción del corredor atlántico norte-africano (del sur de Marruecos al Golfo de Guinea)que Canarias proyecta como ‘hinterland’ ineludible para toda diversificación económica (un despegue industrial, en concreto) y su ansiado rolde plataforma logística en el Atlántico. No obstante, sólo un ‘reparto’ territorial y del petróleo saharaui entre Argel y Rabat lo haría ya realidad.

El eterno ‘impasse’ del Sahara

Policías antidisturbios marroquíes por las calles de El Aaiún durante las protestas saharauis de hace dos años. i LP/DLP

El petróleo saharauicontinúa elevando lapugna entre Argeliay Marruecos, lo quepreocupa ya a EEUU

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i LOS CONTENCIOSOS HISTÓRICOS (5)

Ana María Rodríguez Díaz, secretaria general de la Asociación de MujeresEmpresarias de Canarias, hace unas semanas en una feria de cooperativasde mujeres de El Aaiún. A la dcha., el gobernador marroquí,

M. Hamid Charii i LP/DLP

ANTONIO G. GONZÁLEZ

La idea de “particiónestratégica” ensayadapor Washington enSudán se baraja parauna nueva mediación

Los empresarios delas Islas, sin embargo,han hecho su apuestapor participar en elreparto en curso dela ‘tarta’ de El Aaiún

El Gobierno canarioaprovecha el salto deescala del problemapara “no intervenir” yganar la posición enel sur de Marruecos

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CANARIAS 33Viernes, 30 de marzo de 2007LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS

ese país (China National Fishe-ries Corporation), que pesca enÁfrica Occidental, constituye elmejor antecedente de lo que loscanarios proponen ahora a Pekín.

El puerto de La Luz negocia, enconcreto, con el de Shanghai ycon la Zona Económica Especialde Zhen Zhen -la más importan-te del gran gigante asiático-acuerdos de colaboración, cuyafirma está prevista para este mis-mo año. Un objetivo que, en rea-lidad, es producto de los contac-tos derivados de los acuerdos yasuscritos en estos años con lospuertos de Tianjin, Xiamen yZhejian. Pero no sólo está puestala vista en la dimensión logísti-

ca isleña: la Autoridad Portua-ria de Shanghai muestra especialinterés en la experiencia cana-ria en el turismo de cruceros -de hecho, está construyendo laprimera megaterminal de este ti-po- y, sobre todo, en la posiciónde las Islas en relación con el fu-turo del crucerismo en el Atlán-tico, una modalidad en auge. LaOIT calcula que China será en2020 el principal emisor mundialde turistas. Y, a su vez, son obje-to de la atención china las tec-nologías en desarrollo en las Is-las en materia de protecciónmedioambiental de los espaciosportuarios -que La Luz aplica yano sólo en su propio ámbito, sinoen diversos puertos africanos- yque constituye un capítulo delque habrá de hacerse cargo al fi-nal economía tan contaminante.

SONDEOS EN EL CONO SUR.Cierran por ahora el círculo delos intentos de reedición de lahistórica triangulación atlánticade la economía canaria los son-deos de la Dirección General dePromoción Económica del Go-bierno canario en Brasil y Argen-tina. Las exportaciones brasile-ñas a África llegan en laactualidad a través de Amberes.Las conversaciones se mantuvie-ron hace dos años con el puertode Santos (Sao Paulo), principalde América del Sur, y varios gru-pos empresariales. Con éstos in-cluso los grupos empresarialescanarios Opcsa y Satocan co-menzaron a negociar la creaciónde una sociedad conjunta paraañadir valor añadido en las Islasa ciertos envíos agroalimentariosbrasileños a África.

Ahora se ha añadido al periploArgentina, donde Opcsa, Asticany Freiremar tienen ya intereses(hoteles, astilleros...). En concre-to, el puerto de Rosario (SantaFe), por donde sale la producciónagrícola. Y su frente marítimo, yaen plena reconversión.

Brenner se deshace en elogiossobre el potencial estratégico

de las Islas. “No sé cómo había si-do un secreto tanto tiempo estelugar. Una región europea en tér-minos políticos y en niveles dedesarrollo y seguridad jurídica,físicamente africana, con el me-jor puerto del Atlántico MedioOriental... Tienen, eso sí, que me-jorar mucho las líneas de trans-porte con el Cuerno de África.Pero si el planteamiento estra-tégico que hacen como platafor-ma logística es competitivo, vana tener mucho éxito”, subraya enla sede de Proexca en Las Palmas.

Brenner vino invitado por eldelegado de la Cámara de Co-mercio de EE UU en España, JuanVerde. Este teldense trabajó co-mo asesor de la Administraciónnorteamericana para asuntosafricanos y, en la actualidad, es-tá volcado ahora en insertar a lasIslas en el desembarco de EE UUen África. Un episodio -la inser-ción del continente negro en elmapa de la economía global, conlo que ello implica de bueno ymalo- para el cual, recalca Ver-de, está ya materializándose laanualidad correspondiente de los90.000 millones de dólares en in-versiones que las instituciones fi-

nancieras internacionales hanprogramado para los próximosaños, lo que implica un goteocontinuo de concursos para laconstrucción de infraestructurasde todo orden. Brenner resaltatambién esto último, no en vano,lo que busca es logística para lasoportunidades de negocios (co-merciales, contratas de suminis-tros para empresas norteamerica-nas) que se han abierto con estecaudal de recursos. “Ahí está Li-beria, por ejemplo. Bien, Wa-shington ha librado 300 millo-nes de dólares para proyectos enLiberia hace sólo dos semanas”,añade Brenner. “Y Nigeria tam-bién. EE UU importa ya el 10 %del petróleo que consume de esepaís, cuya capital, Lagos, es ade-más una de las ciudades más ex-tensas y pobladas del mundo. Eimportará cada vez más el cru-do de África Occidental. Y estáMarruecos, con el que tenemosun acuerdo de libre comercio: es-tá claro el interés petrolero y tam-bién en el desarrollo turístico ma-rroquí de EE UU. Y, bien, no eseficiente tener que pasar por Pa-rís para ir a Agadir”.

CIERTAS CAUTELAS. Sin em-bargo, Brenner llega en un mo-mento en el que se ha produci-

do cierto discreto cambio deactitud de las autoridades cana-rias respecto del originario papelpreponderante otorgado por laspropias autoridades canarias en2004 a la inserción canario-nor-teamericana como base para elPlan África de las Islas. En origenel papel de liderazgo políticootorgado por EE UU al Congres-sional Black Cuscus (el lobby ne-gro más poderoso de EE UU) ensu apuesta africana dotó a ésta deuna música diferente, un tono noneocolonial. Fue, de hecho, estelobby, el que labró contactos yaceleró el giro pronorteamerica-no de no pocos, como Senegal.Sin embargo, la creciente impli-cación militar estadounidense en

el continente negro en el contex-to de su política antiterrorista,cuyo diseño y ejecución se haproducido precipitadamente enlos últimos tres años, así como elasentamiento de Al Qaeda en elSahel, ha generado inquietud enimportantes ámbitos de decisión

política de las Islas. Y ha lleva-do, de hecho, a “bajar el perfil”del interés por EE UU, al que seintenta “diluir” dentro de una vi-sión marcadamente multipolarde Canarias como plataforma lo-gística en el Atlántico. “Que es-tén, pero que no se note”, es el le-ma. Y desde luego el rechazo auna identificación de las Islas co-mo portaaviones americano enÁfrica “en este nuevo escenario”es hoy rotundo.

No constituye ésta, sin embar-go, la opinión de las cámaras decomercio canarias, desde las quese considera que “EE UU goza demuy buena imagen allá dondese ha convertido en importantesocio comercial en África”. Pero,sin ir más lejos, un alto funciona-rio del Estado en Canarias cree“peligrosísima en este nuevocontexto de militarización africa-na la presencia de la Cámara deComercio de EE UU en Las Pal-mas, el buque insignia del capita-lismo estadounidense”. Mientrastanto, en el máximo nivel de de-cisión del Ejecutivo autónomo sequiere evitar “toda estridencia” ysimplemente se marca como me-ta que “la eventual presencia deEE UU sea tan importante comola de China o Brasil en las funcio-nes que las Islas pudieran ejercercomo plataforma logística”. Y,“en cualquier caso, la banderaes obviamente la UE... más ahora

que finalmente -a partir del Pro-ceso de Barcelona en 2004- se hamaterializado una gran inicia-tiva europea para África y que lasIslas tienen asignado un papel”.

EL FACTOR ASIÁTICO. Marga-ret Camejo es la responsable dela oficina abierta por la Autori-dad Portuaria de Las Palmas enShanghai. Su papel es, primero,intentar atraer el tráfico inter-nacional de contenedores en elAtlántico de las dos principalesnavieras chinas -China ShippingContainers Line y Cosco Contai-ners Lines, dos gigantes mundia-les- al puerto de La Luz como pla-taforma de transbordo parafuturas líneas marítimas con des-tino a África, Europa e Hispanoa-mérica. Ese país, como se sabe, seha convertido en el segundo pro-veedor de manufacturas en gene-ral al continente africano. Y supuerta de entrada es Durban (Su-dáfrica) por el sur y Génova porel norte, punto de transbordo delos tránsitos por el Canal de Suez.Pero Sudáfrica es cada vez máscrítica con Pekín, que amenaza

muy seriamente el incipientedespegue industrial africano.

Para atraer esos tráficos no só-lo de China, sino de Brasil -hoy elprimer proveedor de productosagroalimentarios a África- o Ar-gentina, el puerto grancanario hadesplegado una frenética activi-dad de coordinación con sus ho-mólogos de África Occidental. Yde hecho, ejerce ya como líder deun nuevo lobby portuario delAtlántico Medio Oriental en or-ganismos específicos e instanciasinternacionales, en el que ha ad-quirido el rol de hub. El hecho,por lo demás, de que Gran Ca-naria sea la primera base de laflota pública en el Atlántico de

James Brenner es director general de Broad Cove Partners, un gran fondo norteamericano de capital riesgo especializado enmercado emergentes. No conocía Canarias hasta hace semanas. Y se quedó sorprendido de sus “increíbles ventajas”. Su visita esfruto de las múltiples redes lanzadas para situar a Canarias como plataforma logística en el Atlántico ante el ‘despegue’ africano.

Una plataforma logística ‘neutral’

La ‘inserción’ militarde EE UU en Áfricacausa recelos en lasIslas, que buscan serplataforma atlánticapolíticamente limpia

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i EL PROYECTO DE PLATAFORMA LOGÍSTICA ECHA LAS REDES (6)

J. Brenner, director general de Broad Cove Partners, en Las Canteras. i QUESADA

ANTONIO G. GONZÁLEZ

La ‘conexión china’,a efectos portuariosy turísticos, es unreto central: La Luzha abierto oficinas ynegocia con Shanghai

Opcsa y Satocan hannegociado con empresasbrasileñas para colocar através de las Islas envíosde ese país hacia África

Argentina cierra elperiplo canario porahora: los tráficos delpuerto de Rosario, ysu frente marítimo,captan la atención

El presidente chino, Hu Jintao, saluda a José Segura en el puerto de La Luz en 2004. A su derecha, Adán Martín. i LP / DLP

Page 8: África

CANARIAS 25Lunes, 2 de abril de 2007LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS

Es un pequeño pueblo de pesca-dores a 17 kilómetros al norte

de Agadir. Y ésta última es el nú-cleo emergente de la región deSus-Massa Draa, con cuyas autori-dades el Gobierno canario pactóen 2006 una propuesta de coope-ración transfronteriza en el marcodel nuevo Instrumento Europeode Vecindad. Pero Taghazout estambién un gran paraíso del surf...

Descubierto en los setenta porhippies neoyorquinos, el pueblitose puso pronto de moda entre es-trellas del rock. No en vano aca-bó siendo frecuentado por leyen-das como Jimmy Hendricks yFrank Zappa, que compraron casasen Essaouira. Pero este pueblitopesquero hoy en día se está trans-formando en una suerte de CostaMeloneras desde que el pasadoenero comenzaran ya los movi-mientos de tierra por parte de laTaghazout Resort Company. Laorientación es que el sol y la arenade sus seis kilómetros y medio deplaya se combinen con un turismode salud, de congresos. Y tambiéncon rutas de cruceros y los depor-tes de nieve (las estaciones de es-quí del Alto Atlas están a 30 kiló-metros). Que seanespacios de en-cuentro social,con eventos cultu-rales (festivalesi n ter n a c i o n a -les)... y zona deturismo residen-cial -europeo, delarga temporada-para el que hay re-servadas 6.000 deesas camas. En su-ma, una nuevaciudad turística,como las queconstruyen igual-mente la españo-la Fadesa en PlayaBlanca (Sidi Ifni)y Saidia (Medite-rráneo) o bien lasadjudicadas a consorcios belgasy franceses en Mogador, Mazagány Port Lixus. Todo ello al objeto deque Marruecos alcance los diezmillones de turistas en 2010, en loque constituye, en palabras de LuisPadilla, director general para Áfri-ca del Gobierno canario, “una pla-nificación muy minuciosa”.

Juan Miguel Sanjuán, propie-tario de Satocan, es uno de los mir-los blancos del plan de insercióneconómica entre Canarias, el Ma-greb Atlántico y África Occidentaldiseñado en términos de partena-riado público-privado. “Es unaocasión para crear empleos no lo-cales [canarios] en el país. Y no só-lo de carácter directo, que tam-bién, sobre todo en nivelesdirectivos, sino en relación con losque pudieran derivarse del estre-chísimo contacto que ya hemosprogramado con nuestros provee-dores habituales de materiales enCanarias [Satocan los ha obliga-do a instalarse en ese país], y loque esta vía abre para el desarrollo

de estas empresas como operado-ras habituales” en toda esta zona.

REDES DE TRANSPORTE. Nopodrían, sin embargo, darse lascondiciones de posibilidad para loque Sanjuán propone -y, de hecho,no se han dado hasta ahora- sinque concurran, como sucede aho-ra, tres factores claves. El prime-ro es el incremento registrado de

los transpor-tes maríti-mos y te-r r e s t r e sentre las Is-las y el surde Marrue-cos. Hoy endía las líneasy tambiénfrecuenciasde compa-ñías navie-ras comoTrasmedite-rránea, Ar-mas, Pini-llos oBoluda conAgadir y ElAaiún sonfluidas, al

igual que lo son las áereas, comolas de Binter o la marroquí Re-gional Air Line. Y sólo los flujosde mercancías y personas, así co-mo la red viaria de conexiones pa-nafricanas, determinarán que seconviertan o no en puentes aéreosy marítimos, más aún con la po-lítica de cielo abierto que proyec-ta Rabat. En este punto todo estápendiente de la conexión inter-nacional Puerto del Rosario-Tarfa-ya, que es lo que puede hacer, a jui-cio de Rafael Molina Petit, que “uncontratista de Telde pueda final-mente optar a una obra en Agadir”.

DESARME ARANCELARIO. Elsegundo factor clave para que elsur de Marruecos vuelva a ser unhinterland isleño es el progresivodesarme arancelario del reinoalauita. Las necesidades de la in-versión extranjera han llevado aRabat a suscribir los acuerdospreferenciales con Europa, que loobligan al desarme total en 2012.

Hasta entonces el único modo

de proveer al mercado marroquídesde el exterior es tener insta-laciones propias en suelo alaui-ta. Y luego, una vez instalados, co-mo señala Javier Mariscal,director de Comercio Exterior dela Cámara de Las Palmas, trabajarcon precios de transferencia: unaempresa canaria de suministros lefactura a su filial en Agadir unapartida de sanitarios a un precioficticio que, en realidad, se reajus-ta tras sumar el coste de una exac-ción aduanera del 45 %.

En cualquier caso, como seña-la Arístides León (Proexca-Aga-dir), “Casablanca, por ejemplo, esun polo industrial muy competi-tivo, y de hecho distribuidores ca-narios han hecho acuerdos paravender llantas de vehículos ma-rroquíes en Canarias, porque lessalía así más barato”. De modoque el arancel cero puede abrir uncampo para el abaratamiento deciertos productos industriales enlas Islas, lo que convertiría a Ma-rruecos en proveedor. En estemarco, de las 40 empresas cana-rias de reciente instalación en esepaís (frente a las 800 peninsula-res) con una dimensión comercialhay industrias agroalimentariascomo el Grupo JSP, y plantas deprefabricados, como la de JuanPedro Armas, a las que se suma yael círculo de Satocan.

TORMENTA DE SERVICIOS. Yel tercer factor que está haciendo

posible el desembarco canario enMarruecos es la liberación inter-nacional en curso del comercio deservicios. Esta ventana acabará dehacer posible, en expresión con-junta de Rafael Molina Petit y JoséCarlos Mauricio, la creación deuna “cabeza de puente de enverga-dura” canaria en África, con 200empresas, apoyadas por una inver-sión pública fuerte y la construc-ción de una red política e institu-cional que dé seguridad jurídica.Lo que finalmente se ha abierto,pues, es la era de los serviciosavanzados: turísticos (gestión yasesoría), urbanísticos (construc-ción y ordenación urbana), ju-rídicos, sanitarios, agropecuarios(acuicultura) o energéticos (de-salación). Se trata, por lo demás,de una esfera de intercambios ycreación de actividades económi-cas que puede traducir el creci-miento en desarrollo y consolidaruna nueva clase media en esospaíses receptores.

VERSE EN EL AVIÓN. Es así quehoy en día resulta habitual que secrucen en aeropuertos canarios ymarroquíes directivos de las socie-dades de la familia Ucelay, que ges-tiona hoteles y aparthoteles, comoel Marina Agadir; o de Tarima Ma-roc, una sociedad marroquí-tiner-feña que dirige José Luis Delgado(del consulting Galileo), gestionael puerto de Tarfaya -el que conec-tará con Puerto del Rosario- y en

Taghazout es uno de los seis polos del desarrollo turístico del Plan Azur 2010: 22.000 camas (villas y hoteles), golf, polo, centros comerciales,medina, hospital... Adjudicado a Colony Capital y a la isleña Satocan, no es el único proyecto, pero sí lo más visible de una gradual incursióndel capital canario en el despegue turístico del Atlántico marroquí, en el que la competencia francófona y peninsular le lleva enome ventaja.

A toda pastilla en Sus-Massa Draa

Jardines del Riu Tikida Beach (Taghazout), donde Colony Capital y Satocan construyen una ciudad turística. i LP / DLP

Satocan Maroc ya hacomenzado a movertierras en Taghazout,que será una de lasseis nuevas ‘ciudadesturísticas’ marroquíes

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i SUR DE MARRUECOS, LA CABEZA DE PUENTE (7)

Plano de Marruecos con las zonas de desarrollo turístico adjudicadas. i LP / DLP

ANTONIO G. GONZÁLEZ

Tarima Maroc, unasociedad con capitaltinerfeño, gestiona elpuerto de Tarfaya yproyecta al lado un‘club de vacaciones’

breve construirá un club de vaca-ciones y una urbanización resi-dencial en ese entorno. Del mismomodo que en las Islas responsablesde Grupo San Roque o de la Clíni-ca del Perpetuo Socorro sondeanla instalación de servicios sanita-rios. O bien decenas de promoto-res isleños adquieren suelo enAgadir -cuyo frente marítimo hanplanificado parcialmente profeso-res de la Escuela de Arquitecturade Las Palmas de GC- y los alrede-dores de las zonas de expansiónturística citadas, y optan al goteocontinuo de adjudicación de vi-viendas y pequeñas infraestructu-ras, así como al de explotación decanteras. Salas de espera de aero-puertos en los que toman café abo-gados del bufete grancanario Llo-rens-Díaz de Aguilar, que llevanaños con oficina abierta en Rabat,o técnicos de Elmasa, la empresade desalación que dirige PedroAgustín del Castillo -a su vez, pre-sidente de Binter- y que, a travésde una nueva sociedad a mediascon Satocan, construye ya en GranCanaria potabilizadoras para Áfri-ca. O, por último, hacen tiempo pa-ra coger el avión algunos de los so-cios de la Sociedad Mixta

Marroquí-Canaria de Estudio e In-versión, empresa de capital-riesgoque, con un capital original simbó-lico de seis millones de euros, seconstituye en estos días entre 10grandes capitales canarios y ma-rroquíes. Entre los segundos se ha-llan los principales bancos de esepaís (Banco Central Popular, Atti-jariwasa Bank, Banc Credit Agri-cole, Detot y Caja de Gestión), va-rios grupos empresariales (AkwaHolding -promotora de la marinade Agadir-, Holmarcon o Unimer)e incluso un gran grupo industrial(Societé def Huileries de Souss).

La cuota isleña de esta alianza,creada para acometer proyectosde envergadura y que en breve se-rá hecha pública, la integran Eus-tasio López, Antonio Armas, Pe-dro Agustín del Castillo, JuanMiguel Sanjuán y Germán Suárez.Y por Tenerife González Santiago,Pedro Suárez (Gomaesper), Ma-nuel González (Otemba), Consor-cio Arico (Rodríguez de Azero)y, por último, Juan José Tabares.

Grandes capitalesisleños crean unaambiciosa sociedadde capital-riesgo conholdings industrialesy bancos marroquíes

Muchos promotoresmedianos comienzana adquirir suelo enAgadir; Elmasa hacedesaladoras en GranCanaria para África

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26 CANARIASLA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMASMartes, 3 de abril de 2007

El acelerón proyectado por Ca-narias para subirse -como fi-

nalmente parece haber sucedido-al último tren de las inversionesextranjeras en Marruecos se haproducido, con todo, en un paísque cuenta con una solidez po-lítico-institucional, una alta con-certación público-privada en tér-minos de opciones de desarrollo,larga experiencia geoestratégicacomo pieza del ajedrez internacio-nal en el Magreb, una presenciadiversificada del capital financie-ro global y unos grupos empre-sariales sólidos e igualmente in-sertos en la economía-red (almargen de las carencias democrá-ticas y la pésima redistribución dela renta en el país). Y aún así resul-ta palpable la inquietud del titularde Economía y Hacienda del Go-bierno canario, José Carlos Mau-ricio, por que muchos empresa-rios isleños aún “no se hayanatrevido primero, y pretendan lue-go, para intervenir, garantías” aje-nas a los “desafíos” y “cambio dementalidad” que exige un procesode internacionalización con acen-to africano que, “al ritmo que sea,es ahora inevitable e irreversible”.

Este primer episodio (marro-quí) de salto insular a África “conun plan, con conexiones y recur-sos”, aún cuando posiblementeal final se acomode en la cotidia-nidad canaria, proyecta serias du-

das y abre todo tipo de incógni-tas en relación con el segundocapítulo previsto -en paralelo- porlas autoridades canarias: la conso-lidación de la inserción isleña encurso en Mauritania, Senegal yCabo Verde. En palabras de Mau-ricio, “quien se crea que el desem-barco canario en África, toda laoperación de interés común quehemos diseñado, puede hacersesólo con dinero público, no sabecómo se equivoca. Así ni habrá di-versificación canaria. Ni contri-buiremos al desarrollo y la estabi-lización social de unos vecinosemisores de emigración ilegal, pe-ro que, lejos de seguir siendo só-lo un problema, pueden convertir-se en una gran oportunidad paralas Islas si relativizamos los be-neficios en el corto-medio plazo yasumir un reto que es complejo”.

La complejidad aparejada a laAcción de Gran Vecindad (que in-cluye la conexión Canarias-ÁfricaOccidental con medidas y fondoseuropeos, tras un despliegue fre-nético de las autoridades canariasante Bruselas en los últimos dosaños) obedece a que se trata, deentrada, de países que se hallan enel aire. No es un problema deri-

vado tanto de su nivel de estabi-lidad política, que quizás tambiénen el futuro, como del alto gradode exposición de sus respectivaseconomías a las necesidades delcapitalismo global. Es un factorque deriva de su consolidado po-tencial petrolero (EE UU prevéimportar el veinte por ciento delcrudo que consume de África Oc-cidental) y sus activos mineralesy naturales. Si bien en este cam-po abierto que es la África del si-glo XXI -en el inicio de una fase decrecimiento estable- el papel quese ha marcado Europa y el carác-ter multipolar de los intereses fo-ráneos puede también transfor-mar el crecimiento en desarrollo.

BELLEZA ROBADA. En el casode Cabo Verde, por lo demás, elrecurso natural es su bellísimo ysubdesarrollado territorio. Y elpeligro de que el país acabe pro-fundizando en la lógica de la de-pendencia económica de un exte-rior (anónimo y volátil) tiene quever con el interés compulsivo quepor éste han mostrado los infini-tos actores de la llamada malla tu-rística global. Los análisis críti-cos de la inversión privada canaria-contrapunto de una acción públi-ca isleña que no parece objeto decrítica, centrada en la formación,las energías blandas...- refiere unarepetición del peor modelo salvopara la óptica de tierra quemada.

Aprovechando la total ausenciade planificación urbanística -lo

contrario de lo que sucede en Ma-rruecos- y con la connivencia delGobierno caboverdiano, gruposcomo Riu, siempre según esta lec-tura crítica, han acometido seriosepisodios de destrucción ambien-tal con sus buques insignia, hipo-tecando las áreas mejor dotadas ygenerando escaso empleo local.No es ésa en absoluto la opinión,por ejemplo, de Javier Mariscal,director de Comercio Exterior dela Cámara de Las Palmas, para elque los hotel & resort Riu Garo-pa y Riu Funaná en la isla de Sal,o bien el Riu Karamboa, en cons-

trucción en Boavista, ejemplificanuna “apuesta obvia” de “diferen-tes grupos turísticos canarios, connotoria presencia en Cabo Verde”y una voluntad de “gestión dura-dera de los negocios” que ha lleva-do, por ejemplo, a que los provee-dores de esa cadena (Novapez,Emicela, Docian, Benito Álva-rez...) hayan instalado en ese paíscentros propios desde los que “su-ministran a otras cadenas [las ins-talaciones hoteleras británicas,

italianas y peninsulares son demuchísima mayor envergadura] ycrean ya sus radios de actividad”.

CAMPO ABIERTO. Menor pene-tración económica real existe tan-to en Mauritania, a pesar de los la-zos históricos con las Islas, ciertorepunte de un comercio de ma-leta sin grandes perspectivas fren-te a los costes ofrecidos ya desdediversas orillas del Atlántico, lasempresas pesqueras y las redes deayuda al desarrollo. Y aún másepisódico sigue siendo la inser-ción en Senegal, a pesar de quediez de las veinte empresas espa-ñolas radicadas son canarias, co-mo Almacenes Herreros, el Gru-po González Santiago o Palmasen.

Se trata, además, de dos escena-rios quizás más abiertos aún queCabo Verde, pero, por lo mismo,más permeables a diversos tiposde intervención económica. Nua-kchot extrajo su primer barril depetróleo hace tan sólo un mes. Ysus minas de oro están cada vezmás sujetas a la subasta interna-cional: un proveedor isleño, de he-cho, socio de una empresa mau-ritana, abastece a un campamentocon más de quinientos trabajado-res que trabajan en una de esas mi-nas en el interior del país. El Gru-po Boluda sabe mucho de esto...sobre todo desde que establecierauna línea marítima con Nuakchot.Y, de igual forma, Dakar, aunquebeneficiándose del tirón generalafricano del momento e inevita-

blemente abierto a lo que le ven-ga, busca sin descanso light sweetoil en su costa atlántica. Y lo hace,además, desde su reciente alianzaestratégica con Washington, conbases militares en los dos países.

A la espera, con todo, de que el

capital canario decida abrir el aba-nico de su intervención y se insta-le en esos países para producir asíla única inserción posible, las au-toridades españolas e isleñas hanpactado en 2006 la inclusión deCanarias en los Planes IndicativosNacionales de Mauritania y Ca-bo Verde. Y comienzan a negociarcon Senegal. Ello implica que losproyectos de cooperación econó-mica con las Islas (inversión pú-blico y privada conjunta) puedandotarse con cargo a los Fondosde Ayuda al Desarrollo, lo que su-pone insertarse con privilegios enunos flujos financieros en plenaexpansión... Lo siguiente es “inter-venir” en el plan de reexportaciónde las pymes europeas a África,otra pieza estratégica de Bruse-las para agregar recursos privados.

Todo salvo las instituciones (trato de socios europeos pero sin serlo). Es el lema de Europa para sus vecinos africanos en el Plande Acción de Gran Vecindad (que proyecta la integración regional de la Macaronesia, Mauritania y África Occidental). Un marcoque favorece la inserción inversora, de servicios y comercial isleña, pero que nada asegura hoy ante la feroz competencia global.

Nuevas músicas subsaharianas

Canarias entra en la‘tarta’ del FED, fondoeuropeo al desarrollo,y negocia su posiciónen el plan de pymespara la reexportación

ÁFRICA, EN LA ESTRATEGIA CANARIA ANTE LA ECONOMÍA GLOBAL i EL DISPAR CUERNO DE ÁFRICA (8)

ANTONIO G. GONZÁLEZ

Intensa legislatura. De izquierda a derecha, por arriba, el jefe del Gobierno canario, Adán Martín, con el presidente senegalés, Abdoulaye Wade, antes deuna reunión en Madrid en noviembre de 2004. A su lado, los consejeros canarios José Miguel Ruano y José Carlos Mauricio con altos dirigentes mauritanos en Nua-kchot en marzo de 2006. Debajo, el secretario general de la ONU para África Occidental, Ahmedou Ould Abdallah, con el director general para África del Gobierno ca-nario, Luis Padilla, el mes pasado. A la derecha, los presidentes de Brasil y Cabo Verde, Luis Inacio Lula da Silva y Jose María Neves, en 2005 en Brasilia. i LP / DLP

Los proveedores deRiu en Cabo Verdeya abastecen a otrascadenas; con todo, laestrategia del capitalisleño recibe críticas

Empresas canariassuministran a uncampamento de 500obreros que explotanuna mina de oro enel este de Mauritania

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LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS

25

Canario de Salud (SCS) represen-ta también un esfuerzo en la nue-va línea de organizar polos de de-sarrollo de actividadeseconómicas vinculadas, en este ca-so, al campo de la salud, que inclu-yen la formación e intercambioconstante de personal especializa-do entre Canarias y Mauritania. Eneste caso, por lo demás, la trans-ferencia de servicios y gestión sa-nitaria tiene lugar en un país cu-ya transición política modélica(por ahora) lo convierte en una re-ferencia regional en emergencia.

UNA LARGA ESPERA. Estos in-tentos, sin duda, audaces, de co-locar a Canarias en el escenario dela nueva ayuda al desarrollo, coor-dinando lo público y lo privado,la solidaridad y los negocios, pa-ra producir una inserción canariaen los mercados africanos de suentorno, son, sin embargo, un epi-sodio nuevo, en ciernes. Y, de he-cho, representan un cambio radi-cal respecto del bajísimo perfil enmateria de cooperación al desarro-llo que ha sido habitual en las Islas.

De hecho, los ratios del presu-puesto autonómico de ayuda al de-

sarrollo siguen siendo decepcio-nantes. Apenas el 0,26 % (12millones de euros para África),frente al 0,50 español y el 0,70 quese ha baremado como objetivo po-lítico por parte del tejido social in-ternacional vinculado a la coope-ración al desarrollo. Y, además, nisiquiera es ése el porcentaje real,pues se incluye ahí importantespartidas de ayudas a las coloniasde isleños en el exterior (Venezue-la, Cuba, Argentina...). Unas par-tidas que, de todo punto de vista,nada tienen de cooperación al de-sarrollo: todo lo más de partidas deorientación humanitaria en algúncaso y, sobre todo, de gran estruc-tura clientelar a cambio de votos.

De igual manera, el Ejecutivocanario tampoco ha fortalecidolo suficiente su estructura a losefectos: no existe aún ley canariade Cooperación al Desarrollo quedé cobertura legal, además, a unaAgencia Canaria de Cooperaciónque centralice los fondos -como latiene Cataluña, Navarra, Andalu-cía...-. Con todo, tampoco ha sidoeste asunto objeto de gran precu-

pación para la Oposición socia-lista, lo que revela finalmente unhecho incontestable: que la co-

operación al desarrollo ha estadofuera de la agenda política canariahasta que básicamente aparecie-ron por el horizonte la primera pa-

tera en 1994. En estas fechas, por elcontrario, otras autonomías lle-vaban años de presencia, gestión yexperiencia en buena parte deÁfrica Occidental, es decir, enfren-te del Archipiélago. Tenían, por asídecirlo, la posición tomada, deigual manera que la tenían en ma-teria de inversiones privadas enel Magreb y el área subsahariana,lo que ha orientado el orden depreferencias del Ejecutivo español.

ESTAR AUSENTES. “Critico, ycon razón, que en el último viajede Zapatero a Marruecos se dieronavances sólo a proyectos que te-nían que ver con las relaciones en-tre Andalucía y el norte de Ma-

rruecos: el tren de Tánger, variasautopistas...”, subraya José CarlosMauricio, consejero de Economíay Hacienda del Gobierno canario.“Ni una palabra de la línea marí-tima Puerto del Rosario-Tarfaya,que es pieza clave para la insercióneconómica canaria en el sur deMarruecos. Sin embargo, admitoque forma parte de una dinámicacreada, que tenemos que romper,pero de la que Canarias tiene bue-na parte de culpa. Cuando me que-jo en Madrid de que hayamos es-tado siempre fuera del cuadro deproyectos de cooperación econó-mica España-Marruecos, me di-cen: “Sí, vale, ¿pero acaso lo hanpedido ustedes alguna vez? Es queAndalucía -su Gobierno, sus em-

presas- lleva muchos años presen-tando proyectos. Canarias vieneahora, ¿pero dónde estaba hastaahora? Y es verdad, no estábamosen ello, no nos interesó”.

Con todo, y más allá de la ayudahumanitaria al pueblo saharaui,la solidaridad no sólo ha estadofuera de la agenda política en lasIslas, sino también de la agenda so-cial: la malla de organizaciones nogubernamentales -virtuales acto-res de la gestión de los proyectosde ayuda al desarrollo- aún hoyes endeble, poco experta y organi-zativamente inmadura. De hecho,el propio presidente de la coordi-nadora de ONG de Canarias, Jo-sé Montesdeoca, director a su vezde Fundescan (UGT), lo admite.“El Gobierno canario a veces nosachaca que no sabe para qué recla-mamos más fondos si las ONG notenemos capacidad ni estructurapara gestionar proyectos por esevolumen. Y es cierto, pero ello noresta fuerza a la crítica que hace-mos a la penuria en que se mantie-ne aún hoy este capítulo”, asegura.

“También es verdad que las co-sas han mejorado en los últimosaños, los incrementos presupues-tarios han sido hasta del veinte porciento anual, pero es que partía-mos de cantidades bajísimas...” Yno sólo eso. Se trataba de una ac-

ción descoordinada, sin un plan.Hasta que en torno a 1999 se

produjo un punto de inflexión re-presentado por la creación de laDirección General de Relacionescon África, a cuyo frente ha es-tado Luis Padilla. Este experto enÁfrica es, de hecho, uno de losprincipales ejecutores del giroabrupto (del olvido a la apuestadecidida) protagonizado por últi-mo por las autoridades canarias entorno a las relaciones con África.Un giro por el que incluso se as-pira a posicionar a las Islas parala radicación en los próximos añosdel aparato logístico para ÁfricaOccidental de grandes agencias in-ternacionales de cooperación, co-mo Cruz Roja, que se hallan aho-ra descentralizando sus propiossistemas de intervención. Su pre-sidente, el isleño Juan Manuel Suá-rez del Toro, ya se mueve para ello.Y el Centro Logístico de AyudaHumanitaria creado en el puertode La Luz trata de ser el embrión.

La cooperación aldesarrollo estuvofuera de la agendacanaria hasta queen 1994 apareció laprimera patera porel horizonte insular

Las Islas tratan deganar la posicióncolocándose comoespacio idóneo paraque la UE avance laayuda al desarrollode nueva generación

Canarias se postulaahora para albergarel aparato logístico deCruz Roja para ÁfricaOccidental: Suárezdel Toro ha colocadolas Islas en ese mapa

Antonio Sosa, enlace del Gobierno en el Centro Logístico de Ayuda Humanitaria, en el Puerto de La Luz. i LP/DLP

Luis Padilla (i), director general para las Relaciones con África del Gobierno canario, junto al director de la futura Casade África y el presidente internacional de Cruz Roja, Juan Manuel Suárez del Toro (d), en la capital grancanaria. i LP / DLP