Afrodescendientes: luchando en el siglo XXI

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RACISMO > PROBLEMA VIGENTE 3 de diciem- bre de 1854; en el Perú, el entonces presidente Ramón Castilla promulga el decreto de la abolición de la esclavitud (manumisión), dándole la libertad a todos los hombres (fundamentalmente, a los afro- peruanos). 16 de noviembre de 2011; casi 160 años después, los participantes del Foro de la So- ciedad Civil del Encuentro AFROXXI, emiten la «Carta de Salvador, por la Dignidad, los Derechos y el Desarrollo de las Personas, Pueblos y Comunidades Afrodescendientes», consignando puntos urgentes a ser atendidos por los Estados. Lamentablemente, se trata de los mismos puntos de siempre: racismo, discriminación, pobreza, escaso acceso a la salud y educación. Hubiese sido genial decir que, desde 1854 hasta 2011, corrió mucha agua bajo el puente y que muchos han sido los avances en materia de derechos humanos para esta etnia, pero la realidad es otra (mejor dicho, la misma de siempre). AÑO INTERNACIONAL La Asamblea General de la ONU declaró, mediante Resolución No. 64/169, que 2011 sería el Año Internacional de los Afrodes- cendientes, enfocando sus esfuerzos en los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. La ONU consagra años internacionales para las poblaciones en situación de desven- taja. Lo hizo con los pueblos indígenas… y como en 12 meses no se resuelve problemas enraizados durante siglos (por incapacidad, desconocimiento y falta de voluntad polí- tica), se tuvo que consagrar para ellos un 52 > SIETE-DEL 4 AL 10 DE DICIEMBRE decenio completo. Algo parecido sucede con los afrodes- cendientes. Los Estados no solo no crean ni incorporan políticas públicas que bene- ficien a esta población sino que ni siquiera dan los primeros pasos en dicha dirección: por ejemplo, no han sido realizados censos poblacionales desagregados por etnias, con un enfoque basado en la diversidad cultural, que ayuden a comprender necesidades espe- cíficas para brindar soluciones satisfactorias. Y esto no es un capricho de las ONG a favor de sus derechos humanos; la Defensoría del Pueblo ha explicado muy bien esta necesidad: «resulta fundamental contar con estadística oficial, actualizada, específica y desglosada, como un paso previo para el diseño e imple- mentación de políticas públicas que mejoren la situación del grupo afroperuano. Para ello, se recomienda la inclusión de este segmento de la población en las encuestas y censos que en adelante aplique el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), conside- rando además, entre otros criterios técnicos, la autodeterminación de las personas que se reconocen como afrodescendientes, el enfoque de género y otras variables que per- mitan conocer la situación de otros grupos vulnerables, como los niños y adolescentes que integran el colectivo afroperuano». La razón de esta necesidad, señalada por la Defensoría, es la existencia de graves pro- blemas estructurales, como el racismo y la discriminación, que «hacen referencia a la desigualdad social, por la cual los colec- tivos discriminados no solo tienen menor acceso a las instituciones sociales y económicas de desarrollo y bienestar, sino que, además, cuando lo obtienen, los resul- tados para ellos son inferiores». Según Oswaldo Bilbao Lobatón, Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo Étnico (Cedet), si bien el Año Internacional de los Afrodescendientes tendría que haber ayudado a mostrar la realidad de esta población en el ámbito internacional para incentivar la crea- ción de políticas nacionales relevantes, solo algunos países como Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador han dado pasos firmes al respecto. Hace poco, el 19 de noviembre de 2011, mediante la Declaración de Salvador de Bahía firmada, entre otros, por nuestra Ministra de Cultura, se recomendó el establecimiento de una «Década de los Afrodescendientes en América Latina y el Caribe». LOS INVISIBLES DE SIEMPRE En el Perú, según Bilbao Lobatón, «El Estado ni siquiera ha hecho una mención al año internacional». Es más, en el informe oficial presentado al Comité de la ONU contra el Racismo, «pretendió mostrarse como logros el haber derivado la articulación y análisis de nuestras propuestas al Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Ama- zónicos y Afroperuano (Indepa), así como el perdón histórico por parte del entonces presidente Alan García… y no hay que ser muy avispados para darnos cuenta que los gestos, en sí mismos, no son logros», agrega. Para Bilbao Lobatón, el problema radica en la poca visibilidad que tiene la po- blación afroperuana en la sociedad. Bromeando sobre el tema, señala que «ni siquiera somos un colectivo problemático para el país; nadie nos ofrece cultivos alternativos para sacar adelante nuestra eco- nomía, porque nuestras activi- dades no incluyen el cultivo de la coca», y durante la época del terror no fueron enemigos ni para el gobierno ni para los te- FOTO: LORRY SALCEDO, MANOS EN LA TUMBA / EL CÁRMEN 1992 M a r g i n a d o s e n e l s i g l o El 2011 ha sido el Año Internacional de los Afrodescendientes. Sin embargo, el racismo y la discriminación siguen persiguiendo a los miembros de esta población que, en los Estados Unidos, recién pudo compartir los buses en la década de los 60. ¿Alguien dijo (nuevamente) discriminación? 52-53 -AFRODESCENDIENTES.indd 52 01/12/2011 05:34:07 p.m.

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El Año Internacional de los Afrodescendientes (2011) está por finalizar y poco o nada se ha hecho en la política nacional a favor de los derechos de este grupo étnico y cultural. Y ni hablar del absolutamente nulo abordaje mediático sobre este tema. ¿Alguien dijo (nuevamente) discriminación?

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RACISMO > PROBLEMA VIGENTE

3 de diciem-bre de 1854; en el Perú, el entonces

presidente Ramón Castilla promulga el decreto de la abolición de la esclavitud (manumisión), dándole la libertad a todos los hombres (fundamentalmente, a los afro-peruanos).

16 de noviembre de 2011; casi 160 años después, los participantes del Foro de la So-ciedad Civil del Encuentro AFROXXI, emiten la «Carta de Salvador, por la Dignidad, los Derechos y el Desarrollo de las Personas, Pueblos y Comunidades Afrodescendientes», consignando puntos urgentes a ser atendidos por los Estados. Lamentablemente, se trata de los mismos puntos de siempre: racismo, discriminación, pobreza, escaso acceso a la salud y educación.

Hubiese sido genial decir que, desde 1854 hasta 2011, corrió mucha agua bajo el puente y que muchos han sido los avances en materia de derechos humanos para esta etnia, pero la realidad es otra (mejor dicho, la misma de siempre).

Año internAcionAl La Asamblea General de la ONU declaró, mediante Resolución No. 64/169, que 2011 sería el Año Internacional de los Afrodes-cendientes, enfocando sus esfuerzos en los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.

La ONU consagra años internacionales para las poblaciones en situación de desven-taja. Lo hizo con los pueblos indígenas… y como en 12 meses no se resuelve problemas enraizados durante siglos (por incapacidad, desconocimiento y falta de voluntad polí-tica), se tuvo que consagrar para ellos un

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decenio completo. Algo parecido sucede con los afrodes-

cendientes. Los Estados no solo no crean ni incorporan políticas públicas que bene-ficien a esta población sino que ni siquiera dan los primeros pasos en dicha dirección: por ejemplo, no han sido realizados censos poblacionales desagregados por etnias, con un enfoque basado en la diversidad cultural, que ayuden a comprender necesidades espe-cíficas para brindar soluciones satisfactorias.

Y esto no es un capricho de las ONG a favor de sus derechos humanos; la Defensoría del Pueblo ha explicado muy bien esta necesidad: «resulta fundamental contar con estadística oficial, actualizada, específica y desglosada, como un paso previo para el diseño e imple-mentación de políticas públicas que mejoren la situación del grupo afroperuano. Para ello, se recomienda la inclusión de este segmento de la población en las encuestas y censos que en adelante aplique el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), conside-rando además, entre otros criterios técnicos, la autodeterminación de las personas que se reconocen como afrodescendientes, el enfoque de género y otras variables que per-mitan conocer la situación de otros grupos vulnerables, como los niños y adolescentes que integran el colectivo afroperuano».

La razón de esta necesidad, señalada por la Defensoría, es la existencia de graves pro-blemas estructurales, como el racismo y la discriminación, que «hacen referencia a la desigualdad social, por la cual los colec-

tivos discriminados no solo tienen menor acceso a las instituciones sociales y económicas de desarrollo y bienestar, sino que, además, cuando lo obtienen, los resul-tados para ellos son inferiores».

Según Oswaldo Bilbao Lobatón, Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo Étnico (Cedet), si bien el Año Internacional de los Afrodescendientes tendría que haber ayudado a mostrar la realidad de esta población en el ámbito internacional para incentivar la crea-ción de políticas nacionales relevantes, solo algunos países como Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador han dado pasos firmes al respecto.

Hace poco, el 19 de noviembre de 2011, mediante la Declaración de Salvador de Bahía firmada, entre otros, por nuestra Ministra de Cultura, se recomendó el establecimiento de una «Década de los Afrodescendientes en América Latina y el Caribe».

los invisibles de siempreEn el Perú, según Bilbao Lobatón, «El Estado ni siquiera ha hecho una mención al año internacional». Es más, en el informe oficial presentado al Comité de la ONU contra el Racismo, «pretendió mostrarse como logros el haber derivado la articulación y análisis de nuestras propuestas al Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Ama-zónicos y Afroperuano (Indepa), así como el perdón histórico por parte del entonces presidente Alan García… y no hay que ser muy avispados para darnos cuenta que los gestos, en sí mismos, no son logros», agrega.

Para Bilbao Lobatón, el problema radica en la poca visibilidad que tiene la po-blación afroperuana en la sociedad. Bromeando sobre el tema, señala que «ni siquiera somos un colectivo problemático para el país; nadie nos ofrece cultivos alternativos para sacar adelante nuestra eco-nomía, porque nuestras activi-dades no incluyen el cultivo de la coca», y durante la época del terror no fueron enemigos ni para el gobierno ni para los te-

FOTO: LORRY SALCEDO, MANOS EN LA TUMBA / EL CÁRMEN 1992

marginados en el siglo XXi

El 2011 ha sido el Año Internacional de los Afrodescendientes. Sin embargo, el racismo y la discriminación siguen persiguiendo a los miembros de esta población que, en los Estados Unidos, recién pudo compartir los buses en la década de los 60. ¿Alguien dijo (nuevamente) discriminación?

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rroristas; «al menos, no como comunidad».

Pero la discriminación y el ra-cismo no son bromas. Están instaurados en nuestra sociedad y se manifiestan en cues-tiones como el escaso acceso a la educación y la salud, así como en cifras terribles que indican, por ejemplo, que solo el 1,8% de los afrodescendientes tiene posibilidades de culminar estudios universitarios, por razones básicamente socioeconómicas.

Cifras como estas, son proporcionadas en el Perú por el Cedet y otras ONG. Porque, ante la inacción del Estado, es la sociedad civil la que se pone las pilas: presenta informes alternativos ante la ONU, realiza labores de incidencia, organiza a las comunidades, etc.

Y, para terminar, compartimos algunos datos interesantes. Por ejemplo, ¿sabía usted que Chincha no es ni la única ni la más grande comunidad afroperuana? Existen 82 de ellas, desde Tumbes hasta Tacna, y la más grande es Yapatera, que queda en Piura, a 15 minutos de Chulucanas.

¿O sabía usted que, según un estudio de la Encuesta Nacional de Hogares del 2004, el 35,7% de los afroperuanos vive en situación de pobreza, lo que supera el porcentaje del promedio nacional (34,8%)? ¿Y que apenas el 25% de ellos, en promedio, accede a los servicios de salud cuando se enferman o acci-dentan? ¿Que el 13,8% de esta población no accede a la Educación Básica Regular, que apenas el 50% termina la secundaria y que el 93,8% de ellos no puede cursar estudios superiores o universitarios?

Por último… ¿se enteró usted que 2011 fue el Año Internacional de los Afrodescendientes?

Como vemos, les queda un largo camino para reivindicar sus derechos. Veremos si el decenio iberoamericano es suficiente para subsanar siglos de discrimi-nación, racismo y olvido.

(Daniel Ágreda Sánchez)

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