AGRESION

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AGRESION REVISION DEL CONCEPTO Las noticias, 4 de febrero de 1998. Una mujer asesta 39 puñaladas al párroco de la iglesia de su vecindad porque dice que tiene el diablo dentro, deshechos con fugas radiactivas esparcidos en contenedores de basura en Alemania, asesinatos, maltratos, violaciones, guerras, guerras sucias, terrorismo, terrorismo de estado, mujeres que pactan castrar a sus maridos, heridos que son mutilados, ancianos que son torturados, social demócratas paidófilos, comunistas pederastas, una familia real sádica, otra, corriente de un pequeño pueblo de Málaga necrófila, Puerto Urraco, Antonio Anglés, Hitler, Mussolini, Hiroshima, el Bronx, en busca del fuego, J. C. Van Damme, dibujos para niños, el Rey de los Judios, Charles Manson, los políticos, militares, militares de remplazo, la T.V, las hormonas, la civilización... Existe un hilo conductor que hace que todas estas palabras sean la receta básica de un brebaje tabuizado e incomprendido; la agresión. Desde un punto de vista semántico el vocablo agresión se emplea en muy diferentes sentidos. Así, igualmente se utiliza el término u otro similar (por ejemplo; destruir) para referirse a una actitud o inclinación que siente una persona a realizar actos violentos, para definir al que es propenso a ofender o a provocar, para designar a la persona sexualmente impetuosa.... Originalmente en latín el término aggredior-aggredi significaba avanzar, acercarse, moverse activamente hacia algo. Más tarde, parece que hacia el siglo XVIII, el vocablo comienza a utilizarse para expresar el inicio de una discusión o el movimiento con intención de dañar. De esta forma, la palabra agresión pierde su sentido primitivo amplio de establecer conexión o contacto, con un propósito amistoso u hostil, para quedar reducida a su connotación más negativa.

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AGRESIÓNREVISIÓN DEL CONCEPTO

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AGRESION

AGRESION

REVISION DEL CONCEPTO

Las noticias, 4 de febrero de 1998.

Una mujer asesta 39 pualadas al prroco de la iglesia de su vecindad porque dice que tiene el diablo dentro, deshechos con fugas radiactivas esparcidos en contenedores de basura en Alemania, asesinatos, maltratos, violaciones, guerras, guerras sucias, terrorismo, terrorismo de estado, mujeres que pactan castrar a sus maridos, heridos que son mutilados, ancianos que son torturados, social demcratas paidfilos, comunistas pederastas, una familia real sdica, otra, corriente de un pequeo pueblo de Mlaga necrfila, Puerto Urraco, Antonio Angls, Hitler, Mussolini, Hiroshima, el Bronx, en busca del fuego, J. C. Van Damme, dibujos para nios, el Rey de los Judios, Charles Manson, los polticos, militares, militares de remplazo, la T.V, las hormonas, la civilizacin...

Existe un hilo conductor que hace que todas estas palabras sean la receta bsica de un brebaje tabuizado e incomprendido; la agresin.

Desde un punto de vista semntico el vocablo agresin se emplea en muy diferentes sentidos. As, igualmente se utiliza el trmino u otro similar (por ejemplo; destruir) para referirse a una actitud o inclinacin que siente una persona a realizar actos violentos, para definir al que es propenso a ofender o a provocar, para designar a la persona sexualmente impetuosa....

Originalmente en latn el trmino aggredior-aggredi significaba avanzar, acercarse, moverse activamente hacia algo. Ms tarde, parece que hacia el siglo XVIII, el vocablo comienza a utilizarse para expresar el inicio de una discusin o el movimiento con intencin de daar. De esta forma, la palabra agresin pierde su sentido primitivo amplio de establecer conexin o contacto, con un propsito amistoso u hostil, para quedar reducida a su connotacin ms negativa.

1. FORMAS DE AGRESIN

Dentro de la amplia investigacin realizada sobre las causas de la agresin tenemos teoras biolgicas, psicolgicas y socio-culturales, ya que el hombre est compuesto de una totalidad armnica en que se entrelaza lo corporal, lo psquico y lo socio-cultural, no podemos desechar ninguno de estos factores para poder explicar este concepto. As pues, se puede decir que la agresin tiene una gnesis multicausal.

Pero antes de ponernos a reflexionar sobre las causas de la agresin, quiero ahondar en las diferentes formas de agresin. Diferenciamos tres tipos:

a) Agresin biolgica.

b) Agresin destructiva.

c) Agresin como parte de nuestro funcionamiento organsmico.

1.1 Agresin Biolgica

La agresin biolgica se define como un impulso filogeneticamente programado para reaccionar a todo gnero de amenaza a la supervivencia, a los intereses vitales del animal.

As pues, cuando sentimos amenazada nuestra vida, nuestro alimento, nuestro espacio... se da una movilizacin de la agresin en las regiones cerebrales correspondientes. Es una agresin biolgicamente adaptativa.

Los estudios que aporta la neurofisiologa corroboran la hiptesis expuesta de que el cerebro est biolgicamente determinado para actuar ante cualquier estmulo que amenace al ser humano. Para ilustrar este tema basta citar los trabajos de R. Ackert (1967), W R. Hess (1954), J. M. R. Delgado (1969) y R. G. Heath (1962).

1.2 Agresin Destructiva

El hombre difiere del animal por el hecho de ser el nico primate que mata y tortura a miembros de su propia especie sin razn ninguna, biolgica ni econmica, y siente satisfaccin al hacerlo. (E. Fromm 1975).

Esta cita de E. Fromm detalla con claridad la visin ms obscura y truculenta a la que el ser humano puede llegar, pero en este punto no solo pretendemos englobar a asesinos en serie, a motoristas hitlerianos, a psicpatas, a torturadores, a perturbados...... aqu tambin queremos analizar a aquellos que mordisquean bolgrafos compulsivamente, aquellos que se devoran el estmago, alcohlicos, toxicmanos... es decir analizar que es lo que hacemos con la energa que no sabemos canalizar y que deriva en estilos neurticos de vida. La agresin destructiva no solo tomada desde su vertiente extrnseca, dirigida al exterior, sino que tambin explorar la agresin intrnseca, es decir, dirigida al interior.

Casi todo el mundo piensa que si el hombre civilizado es tan agresivo, mucho ms debieron haberlo sido los primitivos. Pero los resultados de Wright confirman la tesis, tal y como afirma E. Fromm, de que los hombres ms primitivos son los menos guerreros, y que la belicosidad aumenta a medida que aumenta la civilizacin.

Las guerras, la destruccin, la aniquilacin, la violencia surgi a medida que el ser humano empez a codiciar aquello de lo que no dispona, cuando descubri que se poda emplear a otro ser humano como instrumento econmico. As, los hombres mismos pasaron a ser dominados por quienes organizaban el trabajo. Tuvieron que aprender a obedecer y someterse y para ello, creer en sus gobernantes. Fue en ese preciso momento cuando ya no hubo lmites, y ms se hipotetiz sobre el concepto de libertad.

La historia de la civilizacin, desde la destruccin de Cartago y Jerusaln hasta la de Dresde, Hiroshima y los habitantes, la tierra y la vegetacin de Vietnam, es una trgica relacin de sadismo y destructividad " (Fromm 1976)

"A consecuencia de mi experiencia clnica en la terapia psicoanaltica hacia tiempo que yo haba llegado a la conviccin de que la esencia del sadismo es la pasin por el poder sin lmites, cuasi divino, sobre los hombres y las cosas. " (Fromm, 1941)

Los diferentes sistemas socioculturales, como la familia, la escuela, la religin, el contexto social, econmico y poltico, nos lanzaron en nuestro interior estilos de vida, reglas, costumbres, principios, prohibiciones... algunos elementos de dichas introyecciones fueron asimilados por el organismo y se convirtieron en parte de la personalidad del individuo. Otros elementos no fueron digeridos y se convirtieron en cuerpos extraos dentro del organismo, perturbando su funcionamiento. (C. Castanedo, 1988).

Desde nuestro punto de vista, este tipo de agresin, ya sea dirigida al exterior o al interior, est compuesta de una necesidad insatisfecha. Una necesidad insatisfecha provoca fustracin (como negacin de un deseo), y esto puede conducir a alguna forma de agresin.

El principio de homeostasis, o principio de adaptacin, en trminos psicolgicos, sirve para que logremos alcanzar nuestras necesidades personales percibidas, estableciendo contacto con fuentes humanas y fisicas de las cuales la persona espera lograr ayuda para completar sus necesidades.

Cuando el organismo logra satisfacer una necesidad, o da la espalda a la misma convencido de que no puede llegx a satisfacerla, ese asunto concluye. Si por el contrario se intenta "anular", ese equilibrio se rompe, y quizs puede que busque formas patolgicas de descargar esa agresividad que se acumula al no poder afrontar adecuadamente su necesidad, al intentar anularla.

S recogemos los mecanismos neurticos descritos por F. Perls, nos topamos con el introyector, el proyector, el hombre en confluencia y el retroflector.

La introyeccin es el mecanismo neurtico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros mismos, patrones, actitudes, modos de actuar y pensar que no son verdaderamente nuestros. El introyector depende de los otros para establecer sus propias normas, valores, y actitudes.

Existe un paralelismo entre el proceso de introyeccin y la alimentacin que se distingue en tres fases:

1. Fase de introyeccin total: Es la etapa en que el beb traga con ganas la leche maternal, con confianza: incorpora un elemento extrao y lo acepta en s, sin la menor discriminacin.

2. Fase de introyeccin parcial: El beb comienza a utilizar las encas, despus sus dientes para mordisquear la mama materna. Comienza a saber mejor qu es lo que quiere y lo expresa.

3. Fase de masticacin: el nio aprende a utilizar sus dientes; primero sus incisivos, para cortar la comida slida, despus los caninos para desgarrar y los molares para triturar y masticar los alimentos.

El ser humano a lo largo del ciclo vital, crece mediante el ejercicio de la capacidad de discriminar, lo que Perls llam la funcin del lmite entre lo propio y lo otro. Tomamos del ambiente aquello que necesitamos, lo digerimos plenamente y lb asimilamos. Pero lo que tragamos ntegro, aquello que aceptamos indiscriminadamente, lo que ingerimos en vez de digerir, pasa a ser un parsito, un cuerpo extrao que hace de nosotros su morada. As los conceptos, patrones de conducta, valores morales, ticos, estticos y polticos.... Tienen que ser digeridos y asimilados convirtiendose en algo propio. Pero si sencillamente estos conceptos los aceptmos, los engullimos sin crtica alguna, pasan a ser cuerpos extraos de nuestro organismo.

El peligro de la introyeccin fundamentalmente es el siguiente:

a) El hombre que introyecta nunca tiene la oportunidad de desarrollar su propia personalidad porque est tan ocupado asegurando los cuerpos extraos alojados dentro de su sistema.

b) La introyeccin contribuye a la desintegracin de la personalidad. Si uno traga entero dos conceptos incompatibles uno podr encontrarse a s mismo hecho pedazos en el proceso de tratar de reconciliarlos.

"Nuestra sociedad nos ensea a todos desde la ms temprana infancia dos tipos de actitudes enteramente diferentes y aparentemente opuestas. Una de stas puede resumirse en la Regla de Oro "tratad a los dems como te gustara que te tratasen a ti ". La otra es la ley de la sobrevivencia del ms fuerte que ha sido reducida al slogan "el hombre es lobo para el hombre" ("homo hominis lupus'). Si llegramos a introyectar ambos `pedacitos" de dogma terminaramos tratando de ser al mismo tiempo generosos, gentiles, poco exigentes y gratuitamente agresivos (agresivos al pedo). Amaramos a nuestro prjimo pero al mismo tiempo no confiaramos en ellos. Emularamos a los humildes Y al mismo tiempo seriamos brutales y sdicos. Aquellos quede hecho introyectan estos dos conceptos o cualquier otro conjunto de ideas reidas entre s, guerreantes, hacen de sus personalidades un campo de batalla. Y el conflicto interno del neurtico por lo general se guerrea hasta el jaque mate, donde ningn lado gana, donde la personalidad se ve inmovilizada para proseguir su crecimiento y desarrollo. " (F. Perls 1973)

Con esta cita queremos constatar el hecho que para poder nutrirnos de lo que es bueno a nuestro alrededor, debemos desarrollar nuestra agresividad, criticar analizar, diseccionar, descuartizar aquello que se nos ofrece como cebo.

El proyectivo hace a los otros lo que les acusan a ellos de hacerle a l. Como ilustracin clnica puede recordarse a la persona paranoica, que es altamente agresiva, no toma responsabilidad de sus propias emociones y las proyecta a objetos o personas que forman parte de su medio ambiente.

El retroflexivo vuelve la hostilidad hacia s mismo, "golpearse" uno mismo en los casos en que la respuesta adecuada consistira en dirigir la agresin hacia la causa que origin la fustracin o la rabia. Desde este punto de vista el suicidio se considera como el sustituto del homicidio.

Existe una necesidad clara del organismo para concluir situaciones emocionales. Se podra decir que existen emociones incompletas, as el individuo que mordisquea compulsivamente un bolgrafo, el que se come las uas.... no acta plenamente, su agresin est reprimida, en parte esa agresin se retroflecta dando lugar a posibles problemas somticos de carcter psicgeno. Desde aqu quiero lanzar la idea de una reestructuracin de la agresin basada en la necesidad del organismo para concluir situaciones emocionales. Leamos esta curiosa cita de F. Perls:

"Se demuestra mejor la necesidad del organismo de concluir situaciones emocionales comparndola con el proceso de excrecin. Se puede retener la orina por unas cuantas horas, pero no se puede orinar por ms tiempo de un minuto. La retencin de emociones lleva a un envenenamiento emocional, del mismo modo que la retencin de orina provoca uremia. La gente est envenenada hacia todo el mundo si no logra descargar su furia contra un objeto particular. " (F. Perls 1947)

Tambin, tenemos individuos que mutilan y torturan a otros seres humanos por "ordenes" superiores. Las "ordenes" son distintivos de la confluencia, donde ambos flotan juntos como si fueran una sola unidad. Algunos individuos olvidan hasta quienes son y ejecutan conductas que ms tarde no pueden identificar como suyas. El torturador aparta su propia identidad y cumple "ordenes".

Manipulamos a los individuos con introyecciones, conseguimos seres confluyentes, y ms tarde creamos al autmata.

En esta era ciberntica, el individuo cada vez est ms sometido a manipulacin. Su trabajo, su consumo y su ocio se manipulan mediante el anuncio, la ideologa, lo que Skinner califica de "refuerzos positivos". El individuo pierde su papel activo, responsable en el proceso social; queda completamente "ajustado" y aprende que todo comportamiento, acto, pensamiento o sentimiento que no encaje dentro del plan general lo pone en grave desventaja; de hecho l es lo que se entiende que debe ser. Si se empea en ser s mismo pone en riesgo su libertad, su "cordura", y aun su vida.

Desde este punto de vista, no somos partidarios de la idea freudiana de la existencia de una tendencia primaria a la agresin. La agresin destructiva, ms bien, es producto del negociado poco arbitrario de los bienes terrestres, producto de la fustracin por no completar una necesidad, la agresin destructiva no es una lucha entre dos instintos (Eros y Thanatos), es ms bien una distorsin de la realidad (impotencia) que se da cuando existe un desarrollo incompleto del self La destructividad depende claramente de las circustancias sociales.

Sigmund Freud, hasta 1920, defendi una concepcin dualista de los instintos: Los impulsos del yo y los sexuales. En esta teora primitiva la agresividad es un instinto componente del sexual (una Teora Sexual, 1905). En esta etapa, la agresin es de naturaleza reactiva defensiva, no determinada biologicamente. Con su estudio sobre "Los instintos y sus destinos" (1905) finaliza la primera parte de la posicin freudiana sobre la destructividad. En ella siguen dos conceptos simultaneamente, a saber: La agresividad parte del instinto sexual (sadismo oral y anal y la agresividad es independiente de tal impulso e integrante de las pulsiones del yo).

Despus de la Primera Guerra Mundial y posiblemente influido por sus horrores, Freud revisa en 1920 ("Ms all del principio del placer") su posicin frente al tema. Considera que, adems de las pulsiones de vida (eros), existe una pulsin de muerte (thanatos) representada por un organismo que trata de volver al estado inorgnico. El nuevo enfoque, de raigambre biolgica, supone que cada clula viva dispone de dos propiedades bsicas: Eros y Thanalos, rigindose por el principio de reduccin de la energa con tendencia a cero principio de nirvana).

Segn esta nueva postura de Freud la destructividad se convierte en un fenmeno primario de vida. Sin embargo, a diferencia de Lorenz (corriente instintivista), que supone que tanto la motivacin agresiva como las inhibiciones son innatas, Freud defiende que, mientras existe una base biolgica para el impulso agresivo, las inhibiciones de ste se conforman en la infancia como consecuencia de la formacin del Super-Yo o conciencia.

En su proyeccin psicopatolgica estas ideas constituyen la adaptacin de un masoquismo primario o placer en el dolor, cuya reorientacin hacia el exterior se convierte en sadismo, concepcin contraria a la primitiva que consideraba el masoquismo como secundario a la pulsin sdica original. (J, Vallejo 1980).

1.3 La agresin como parte de nuestro funcionamiento organsmico

"Educar gente para la paz es permitir que los nios vacen su agresividad desde pequeos, impidiendo que acumulen fustraciones que, en unfuturo, necesitarn expulsar (C. Castanedo 1995).

La agresividad desde hace siglos, ha sido censurada por nuestra civilizacin. Ha sido suprimida por nuestros predecesores en forma de una educacin incondicional. No sometida a crticas. Desde nuestro punto de vista, la agresividad, en el ser humano nunca ha sido tomada como fuerza creativa de la que sin duda alguna se nutre nuestro organismo para su desarrollo.

El nio viene al mundo con un equipo de reflejos y capacidades biolgicas para iniciar los procesos de asimilacin y acomodacin y as adaptarse al medio que le rodea. Se muestra de una manera brusca, dificil de manejar, rebelde y obstinado. El nio comprende el mundo como una realidad que se le opone basado en el principio del placer.

Los adultos, en su intento de educarles bajo las exigencias de la realidad, responden a cualquier seal abierta de agresividad por parte del nio (llanto, rabieta, que muerda o rompa las cosas... ) con desaprobacin. A menudo sus rabietas dan lugar a un castigo severo. Los padres diligentes intentan realizar su ideal de ciudadano modelo (que ellos mismos no consiguen ser) en sus nios. Se le dice al nio que sea afable, obediente, respetuoso.

La agresividad de los nios pequeos les causa muchas molestias e irritacin a los adultos. Por lo tanto la mayora de ellos la ven como algo indeseable e intentar quebrar la voluntad del nio. Pero corren el peligro de inhibir no slo lo que llamamos la mala conducta" del nio, los llantos y gritos, los mordiscos y rabietas, el que arae, rasgue y rompa las cosas, sino que pueden reprimir tambin su curiosidad. Por supuesto que la curiosidad y la agresividad fisica del nio son muy molestas para los adultos. Satisfacerlas requiere tanto tiempo y tanta paciencia, y pueden resultar muy embarazosas. Incluso requieren que los padres reconozcan su propia ignorancia de conocimientos, lo cual, para muchos, perjudica su posicin de autoridad. Pero por otra parte la curiosidad es una condicin indispensable para el desarrollo intelectual del nio, para el desarrollo de su capacidad, para aprender y estudiar, para que entienda a la gente, las situaciones y las circunstancias. Inhibir la agresividad del nio por completo si no produce estupidez, s da como resultado una inhibicin seria de las facultades intelectuales, y le imposibilita para razonar de una forma crtica. Puede que esto parezca una ventaja dentro de la familia. La exigencia de respeto por parte de los padres supone que el nio no debe cuestionar a los adultos, que debe y tiene que hacer lo que le manden hacer, que debe creer lo que le enseen, en pocas palabras, que debe aceptar en vez de criticar. El nio ha sido obligado a tragar muchas cosas sin que le permitieran ni morder, ni masticar, ni digerirlas (introyeccin). Asimilar los alimentos fisicos (y, por otra parte, la capacidad de pensar, de criticar, de entender que son la forma de asimilar los alimentos intelectuales) son manifestaciones del mismo instinto agresivo.

Las personas a las que se les educa para la obediencia ciega, que no son capaces ni de pensar ni de actuar de una forma independiente, basndose en su propia intuicin y voluntad- este tipo de personas se convierte fcilmente en vctimas de cualquiera que asuma el mando. Este tipo de personas cree y acepta todo lo que se les intenta inculcar, sea mediante promesas o a la fuerza. Puesto que no han desarrollado su capacidad crtica, tienen pocas posibilidades de entender la situacin social o poltica y de actuar de acuerdo con su propio intuicin y juicio.

En todos los pases altamente civilizados observamos que mientras el individuo medio no desarrolla su capacidad para la agresividad casi nada, sino que, por el contrario, es ms bien medido y formal, incluso tiene miedo a los problemas, la comunidad, en cambio, desarrolla sus medios de agresin hasta niveles aterradores. Las mejoras en el armamento de guerra parecen estar directamente relacionadas con la anulacin de la agresividad individual, como si la agresividad reprimida de los individuos se hubiese acumulado para formar algo que va ms all de los individuos y que tuviera una salida a la fuerza.

La energa agresiva permanece dentro y tiene que encontrar una salida. En algunos casos se invierte en la resistencia, en contra de la agresin, y contribuye a crear una. fuerte conciencia, como forma de canalizar la energa. La agresividad acumulada que ha sido reprimida durante tanto tiempo sale a borbotones como vapor comprimido. Pero como haba estado completamente reprimida no ha existido la posibilidad de trasformarla, en la agresividad del nio pequeo. Estpida, cruel, animal -slo que ahora se expresa con la fuerza fisica y los medios tcnicos del adulto. El permiso que se otorga durante la guerra y en situaciones similares para cometer actos que, bajo circunstancias normales, atraeran sobre el individuo la censura social y legal, deshace, aniquila las inhibiciones de la agresividad desarrolladas durante la primera parte de la infancia. Y la persona o el sistema que otorga este permiso ocupa el lugar de la autoridad de los primeros aos de la infancia: Padre, madre, profesores.... Estas autoridades imponan inhibiciones y por lo tanto es posible que se encontraran con cierto resentimiento y miedo, pero en cambio si la autoridad deshace las inhibiciones se la acepta sin reservas; es acogida como a un libertador y un salvador; es el padre bueno, y la fijacin que se crea puede ser igual de fuerte o incluso mayor que las fijaciones de los primeros aos de la infancia. (L. Perls. 1939).

En este punto lo que queremos constatar es el hecho de que la agresividad no es solamente una fuerza destructiva, sino que tal y como sugiere Laura Perls, es la fuerza que impulsa todas nuestras actividades y sin la cual no conseguiramos hacer nada. La agresin no slo nos hace atacar sino que tambin hace que nos enfrentemos con las cosas dificiles de la vida, no slo destruye sino que construye, no slo nos hace robar y hurtar, sino que tambin impulsa nuestros intentos de conseguir y de conservar las cosas a las que tenemos derecho. Tenemos que utilizarla, desarrollarla y convertirla en una herramienta til para organizar nuestras vidas. Esto supone sobre todo que no debemos ponerle trabas a las primeras seales de la agresividad del nio pequeo, sino que debernos estimularla y ofrecer un apoyo adecuado. Las madres y los padres deben estimular la actividad del nio desde el principio. A los nios se les debe permitir descubrir las cosas, aunque esto suponga que de vez en cuando tengan que romper una mueca para descubrir lo que lleva dentro. Un nio que no ha reprimido su agresividad, sino que ha aprendido a utilizarla y a encauzarla, podr participar en la vida social y poltica de una forma inteligente.

Contemplamos la agresin como parte de nuestro funcionamiento organsmico. As, un organismo que no ha sabido reconocer su agresividad, que ha rechazado, suprimido, anulado ese potencial, tendr como resultado estilos neurticos de vida. La agresin es pues, un compromiso con nosotros mismos para el logro de la autorealizacin como seres humanos.

Nota: Para este ltimo punto he tomado texto directamente del artculo escrito por Laura Perls "Como educar a los nios para la paz" publicado en Johanesburgo, Surfrica, en 1939. Considero que sus observaciones son el mejor relato para poder ilustrar nuestras ideas sobre la agresin como parte de nuestro funcionamiento organsmico.

BIBLIOGRAFIA

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