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    Gnesis y Teologa del Cursillo de

    Cristiandad

    Jos ngel Saiz Meneses

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    Gnesis

    PrlogoIntroduccin

    Cap. 1. El ambiente de los aos 40

    A. Ambiente de Espaa

    B. Ambiente de Mallorca

    Cap. 2. Antecedentes prximos

    Cap. 3. La ocasin

    A. Ambiente de preparacinB. Preparacin ideolgica

    Cap. 4. Peregrinacin a Santiago

    Cap. 5. El nacimiento del Cursillo

    A. Preparacin

    B. Novedad respecto a Cursillos anteriores

    C. Paternidad

    D. La "novedad" de los Cursillos

    Cap. 6. Un movimiento evangelizador?

    A. Esencia, finalidad y mtodo de los Cursillos de Cristiandad

    B. Evangelizacin

    Teologa

    1. Introduccin

    2. Fundamentos doctrinales del Cursillo

    3. Medios y Tcnica del Cursillo

    A. Pedagoga del Cursillo

    B. Palabra y testimonio

    C. Respeto a la libertad

    D. Heterogeneidad

    E. Prcticas de piedad en el Cursillo

    F. Estructura del Cursillo

    G. Desarrollo del Cursillo

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    4. Descripcin Teolgica del Cursillo

    A. Prembulo

    B. Jesucristo

    C. Gracia

    D. Iglesia.

    E. Mundo

    5. Valoracin crtica

    CONCLUSIONES

    ABREVIATURAS

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    Gnesis

    PRLOGO

    Al disponerme a prologar este libro, GNESIS Y TEOLOGA DEL CURSILLO DECRISTIANDAD, viene a mi mente el comienzo de la carta a los Hebreos: Muchas veces y demuchos modos habl Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los Profetas; enestos ltimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituy heredero de todo...(Heb 1, 1-2). Dios que se ha ido revelando progresivamente al gnero humano, entra en lahistoria de un modo definitivo enviando a su Hijo, culminacin y plenitud de la revelacin,con la finalidad de establecer la comunin plena de los hombres con l, as como de todo elgnero humano entre s. Su misin consiste en anunciar el Evangelio, la buena nueva de lasalvacin a todos los hombres, y que stos lleguen al conocimiento del Padre mediante la feen la persona y en la palabra del Hijo.

    Jess predica el Reino de Dios, proclama por los pueblos y ciudades la buena nueva delEvangelio, anuncia la salvacin, que llega mediante la conversin profunda de la persona; ylo hace de una forme nueva, que asombra a los oyentes, que llama poderosamente laatencin sobre todo por su autoridad, autoridad propia de profeta, y ms que profeta, porqueno se trataba de alguien que transmita la palabra de Dios, sino que l era la Palabra eternadel Padre, la cima de la revelacin, la culminacin del profetismo.

    A lo largo de todo su ministerio pblico, culminado con la muerte y resurreccin, instituye suIglesia como sacramento de salvacin y enva a los Apstoles dicindoles: Id, pues, y haceddiscpulos a todas las gentes bautizndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del EsprituSanto y ensendoles a guardar todo lo que yo os he mandado(Mt 28 19-20). De ah

    proviene la misin de la Iglesia: propagar la fe y la salvacin de Cristo. Una misin quecontina, que proyecta y desarrolla, que va actualizando y aplicando a lo largo de la historiala misin de Cristo. Una misin que la Iglesia realiza a impulsos del Espritu Santo, siemprepresente y activo.

    La Iglesia, por tanto, ha nacido de la accin evangelizadora de Jess y participa de sumisin: Ella existe para evangelizar(EN 14). Los que acogen la Buena Nueva e intentanhacerla vida construyen una comunidad que es evangelizada y a la vez evangelizadora. Suvida slo tiene sentido pleno cuando se convierte en testimonio, en anuncio de la BuenaNueva. Necesita ser evangelizada para conservar su frescor y vitalidad, para renovarseincesantemente. Como depositaria del Evangelio, enva a los evangelizadores. El tiempoque sigue a la Ascensin del Seor es el tiempo de la Iglesia. Mientras dure este tiempo, esresponsabilidad suya la tarea de evangelizar.

    Esta Iglesia depositaria del Evangelio, continuadora de la misin de Cristo, cmo realiza sumisin evangelizadora? En primer lugar, escuchando atentamente la Palabra, como Mara ycon Mara. En segundo lugar, siendo consciente y consecuente con su realidad esencial,que es misionera. Por tanto, viviendo el envo de Jess, que se hace a todo bautizado. Porltimo, en virtud de los carismas que el Espritu Santo va suscitando a lo largo de la historiasegn las necesidades de cada momento concreto.

    El Movimiento de Cursillos de Cristiandad es uno de esos carismas-servicios que el EsprituSanto ha suscitado en orden a la edificacin de la Iglesia y a la evangelizacin del mundo.Surgi a principios de 1940 en Mallorca tras una maduracin que dur varios aos a travs

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    de la peregrinacin de los Jvenes de Accin Catlica a Santiago de Compostela en el mesde agosto de 1948.

    Nace en una poca que se caracteriza por un cierto florecimiento religioso, tanto a nivelpopular y social como a nivel personal. La Accin Catlica est implantada en la casi

    totalidad de las parroquias de Espaa, y se da una presencia religiosa oficial en lasmanifestaciones civiles. Aparentemente, la sociedad espaola goza de una orientacin y deuna vida cristiana ms que aceptables.

    Pero se detectaba un dficit a nivel de evangelizacin, de testimonio, de transformacin deestructuras, as como de interiorizacin profunda de la prctica religiosa. No era tan sencilloen el ambiente de aquellos aos cuarenta en que los planteamientos religiososacostumbraban a tener pocas fisuras. Sin embargo, ya en aquellos momentos existe uncolectivo de jvenes de Accin Catlica en Mallorca que denuncian la falta de coherenciaentre la fe y la vida, falta de autenticidad, falta de vitalidad. Para ellos se est cayendo en elaburguesamiento, en el conformismo, en la inoperancia apostlica. En el fondo, y como es

    propio de la juventud, son corazones insatisfechos, rebeldes, inquietos, inconformistas, a lavez que sumamente idealistas y creativos.

    En esta tesitura, se da un factor que aglutinar providencialmente ese caudal de energas.Las actividades preparatorias de la peregrinacin a Santiago propiciarn esa energa decorazones, mentes, mtodos, contenidos doctrinales, gracias de Dios..., y sobre todo unsoplo poderoso del Espritu Santo que cristaliz en un revulsivo dinmico, en un antdotoperfecto contra la mediocridad que iba contagiando paulatinamente a los mismos militantes.

    Nace as el Cursillo de Cristiandad y nace el Movimiento de Cursillos de Cristiandad: uninstrumento y un movimiento que se han situado siempre en el ministerio proftico de laIglesia, en el ministerio de la palabra, que tiene como finalidad despertar y madurar la fe.Dentro de este ministerio, en su primer momento, en la proclamacin del kerigma, en laevangelizacin; y como nota especfica y especificadora, en la evangelizacin de losambientes.

    En el mes de agosto del presente ao tendr lugar el 50 aniversario de aquella peregrinacina Santiago y del 7 al 10 de enero de 1999 se cumplirn, asimismo, cincuenta aos desde elprimer Cursillo de Cristiandad propiamente dicho. No podemos preguntar si, hoy da, con lastransformaciones tan profundas que se han producido en la sociedad, los cambios acaecidosen la misma Iglesia, la mentalidad de finales de siglo y de milenio, tan distinta de la de hace

    slo unas dcadas, continan siendo vlidos tanto el Cursillo como el Movimiento deCursillos, si mantienen alguna vigencia en su esencia, finalidad y mtodo: si no se hanconvertido en algo trasnochado y obsoleto. Supongo que respuestas podramos recoger casitantas como personas que se planteen la cuestin. Ahora bien, pocas habr tan claras yconvincentes como la que encontramos en palabras de Juan Pablo II:

    La misin de Cristo redentor, confiada a la Iglesia, est an lejos de cumplirse. A finales delsegundo milenio despus de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra queesta misin se halla todava en los comienzos y que debemos comprometernos con todasnuestras energas en su servicio(RMI)

    Si estamos en los comienzos de la misin de la Iglesia y conviene aplicarse con todas lasfuerzas a la tarea, y el Movimiento de Cursillos de Cristiandad es sobre todo un movimientoevangelizador, no pueden caber dudas sobre su sentido, sobre su vigencia, sobre su

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    actualidad. Ser preciso, eso s, considerar cmo se puede actualizar y potenciar. Lacelebracin de unas bodas de oro siempre constituye un momento privilegiado para dargracias a Dios por los dones recibidos, por el trabajo realizado y por los frutos cosechadosen la etapa que se culmina, as como para mirar hacia el futuro desde la esperanza firme enla fidelidad del Seor.

    Me permito abundar aqu en algunas lneas de fuerza en orden a esa actualizacin continuadesde la fidelidad al carisma. Ser conveniente una slida formacin centrada en Cristo, enla misin de la Iglesia y en la misin concreta del Movimiento de Cursillos. Ser convenienteprofundizar en las caractersticas de los ambientes y de las personas de hoy. Convendrcultivar los elementos pedaggicos ms genuinos de la fenomenologa del Cursillo: Palabradesde la vida, testimonio, libertad, heterogeneidad... Convendr una organizacin que cuidelos aspectos comunitarios y de proyeccin en los ambientes. Convendr alimentar unaespiritualidad de la relacin fe-vida.

    GNESIS Y TEOLOGA DEL CURSILLO DE CRISTIANDAD es la tesina de Licenciatura en

    Teologa Sistemtica que Jos ngel Saiz Meneses, sacerdote diocesano de laArchidicesis de Barcelona, present en la Facultad de Teologa de Catalua. En ellaconstatamos la seriedad y la objetividad del estudio, as como su experiencia como jovenmilitante primero y posteriormente como sacerdote consiliario.

    Me siento en el deber de felicitar al autor por este trabajo realizado. Se trata de un trabajomuy interesante distribuido en dos partes bien diferenciadas. La primera, de tipo histrico,describe un proceso que culminar felizmente en el movimiento del Cursillo, y enconsecuencia, del Movimiento de Cursillos. No va ms all, se queda en el nacimiento y enla constatacin de que se trata de un movimiento evangelizador. Pero en esta gnesis,aporta unos datos fundamentales y a la vez entraables, unos muy conocidos y otros enparte inditos, de aquella primera hora. La segunda parte es una descripcin teolgica delCursillo, basada en los Rollos Originales, y articulando el nervio doctrinal en cuatro puntos:Jesucristo, la Gracia, la Iglesia y el Mundo.

    Es nuestro deseo que junto a sta, se realicen muchas otras publicaciones y tambin actosconmemorativos de la efemrides que nos ayuden a seguir bebiendo en nuestras fuentesms genuinas, que nos ayuden a profundizar en el carisma recibido, y a la vez, que nosempujen a actualizar el Cursillo y hacerlo eficaz en los nuevos tiempos y en los nuevosambientes.

    Juan Garca-Santacruz Ortiz,Obispo de Guadix,

    Consiliario del Secretariado Nacional del M.C.C.

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    Introduccin

    El tema de la evangelizacin, que haba adquirido un claro protagonismo en laIglesia desde el Concilio Vaticano II, se ha convertido en un tema estrella de laactualidad eclesial tanto a nivel de reflexin teolgica como a la hora de la puesta en

    marcha de planes pastorales a todos los niveles (1).

    Es obligado sealar un precedente sumamente significativo -por la oportunidad y lainfluencia posterior- en el Snodo de los Obispos de 1974 unido a la ExhortacinApostlica Evangelii Nuntiandiofrecida por Pablo VI. Se puede considerar que eneste Snodo queda consagrado oficialmente el concepto de evangelizacin.(2)

    Actualmente, a la palabra evangelizacin se le aade el calificativo de "nueva".Fernando Sebastin (3)recoge la pequea y reciente historia del concepto nuevaevangelizacin, que Juan Pablo II acua y comienza a difundir desde el 9/3/1983 enPuerto Prncipe, Hait, en un discurso al CELAM. Desde entonces es frecuente en elMagisterio Ordinario del papa el tratamiento de este tema en discursos a obispos delos cinco continentes, as como en sus continuos viajes. La Exhortacin ApostlicaChristifideles Laici(4)aportar un anlisis ms amplio y profundo del concepto denueva evangelizacin. Finalmente, la Carta Encclica Redemptoris Missioconstituyeen esta lnea el ltimo hito destacable, publicada en coincidencia con el XXVaniversario de la promulgacin del decreto Ad gentesdel Vaticano II y quince aosdespus de la Exhortacin Apostlica Evangelii Nuntiandi.

    Supuesto lo anterior, nada ms oportuno que revisar las realidades antiguas ynuevas que tienen un propsito evangelizador. Por eso me ha parecido muy

    conveniente seguir los antecedentes y los pasos iniciales de un Movimiento quedesde su nacimiento apunta precisamente como intuicin fundamental a ladimensin evangelizadora de la Iglesia.

    Nace en Mallorca, en enero de 1949, en unas circunstancias religiosas que hadescrito certeramente Monseor Capmany:

    En un momento histrico en que aparentemente pareca no haber en Espaaproblemas de fe, pues todos se manifestaban creyentes, el Movimiento de Cursillosintuy que el problema bsico de una cristiandad que no funcionaba con coherencia,era la falta de una verdadera aceptacin del anuncio bsico de la fe: una aceptacin

    con clara percepcin de lo que constituye el ncleo de la fe cristiana, con respuestaclara a la interpelacin del gran acontecimiento de Jess Redentor, y con vivenciasa fondo de esta aceptacin y respuesta fundamentales(5).

    Por eso el presente trabajo quiere hacer en lo posible la historia de la preparacin yel nacimiento del primer Cursillo de Cristiandad y comprobar si nos encontramosante un Movimiento evangelizador. Asimismo, pretendemos adentrarnos en elentramado doctrinal del Cursillo en sus inicios con el fin de llevar a cabo unadescripcin teolgica del mismo, sealando las claves de su nervio doctrinal yaportando una valoracin crtica de sus contenidos.

    El trabajo se compone de dos partes bien diferenciadas. Primeramenteestudiaremos la historia resumida de la gnesis del Cursillo. Eso implica un anlisisdel ambiente de los aos 40 en Espaa y Mallorca, as como la descripcin de los

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    antecedentes prximos, la ocasin, la peregrinacin a Santiago y el nacimiento delCursillo. Por ltimo, la consideracin de si es un Movimiento evangelizador. Ensegundo lugar procederemos a la descripcin teolgica del Cursillo analizando susfundamentos doctrinales, sus medios y tcnica, para llegar a la descripcin teolgicapropiamente dicha con su consiguiente valoracin crtica.

    Por ltimo, estableceremos las conclusiones pertinentes.

    Finalmente, dejar constancia de mi agradecimiento a don Sebastin Gay por elasesoramiento siempre cordial y el material de incalculable valor que me hafacilitado; a monseor Josep Capmany Casamitjana por el inters y apoyomanifestados; y, por ltimo, al Dr. Josep Mara Rovira Belloso por haber aceptadodirigir el presente trabajo, por su estmulo constante y por haber podido gozar de sumagisterio teolgico.

    Cerdanyola del Valls, 25 de julio de 1993

    Nota_1 Como muestra, baste sealar el Congreso sobre la parroquia evangelizadoracelebrado en Madrid los das 11, 12 y 13 de noviembre de 1988 con su publicacinposterior Parroquia evangelizadora,Madrid 1989; el Pla Pastoral de lArquebisbat deBarcelonadel 24/9/1992, est centrado en la evangelizacin prioritariamente; elCongreso Internacional de Teologa celebrado en Barcelona del 3 al 6 de mayo de1993 en conmemoracin de los 25 aos de la fundacin de la Facultad de Teologa de

    Catalunya, ha tenido como lema: Misin y Encarnacin. La Iglesia catalana y el retode su labor evangelizadora; El Concilio Provincial Tarraconense tiene tambin comouno de sus objetivos prioritarios el tema de la evangelizacin, y as se percibe en loscuestionarios previos que se estn trabajando en la Iglesia catalana.

    Nota_2 Cf. J. Guiteras, Evangelitzaci, Barcelona 1985, pp. 85-148.

    Nota_3 Cf. F. Sebastin, Nueva evangelizacin, Madrid 1991, pp. 18-21. De labibliografa que aporta el autor, recogemos la siguiente muestra: Discurso al CELAM,9-III-1983, AAS 75 (1983-I) pp. 775-779; Discurso a los fieles en Santo Domingo, AAS77 (1985) pp. 354-361; Discurso a los fieles de Viedma, 7-IV-1987, AAS 80 (1988-I) pp.186-193; Homila en Salta, 8-IV-1987, AAS 80 (1988-I) pp. 193-200; Alocucin alConsejo General de la Pontificia Comisin para Amrica Latina, 28-IV-1987, AAS 79(1987-II) pp. 1320-1322; Carta del Santo Padre a los participantes en la XV Asambleageneral ordinaria de los religiosos de Brasil, 11 de julio de 1989; Discurso de laprimera reunin de la Pontificia Comisin para Amrica Latina, 7-XII-1989,AAS 82(1990) p. 763; Los Caminos del Evangelio. Carta del Santo Padre a los religiosos deAmrica Latina con ocasin del V Centenario de la Evangelizacin del Nuevo Mundo(26-VII-1990); Carta a los Presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa, 2-I-1986, AAS 78 (1986) pp. 454-457; Discurso a la Asamblea Plenaria del consejoPontificio para la Cultura, 13-I-1986, AAS 78 (1986) pp. 655-658; Discurso a losObispos de Umbra, 19-IV-1986, AAS 78 (1986) pp. 1131-1137.

    Nota_4 Cf. ChLnn. 34 y ss.

    Nota_5 J. Capmany, En la lnea del kerigma en "Imgenes de la fe",n. 254, (1991) p.

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    1. EL AMBIENTE DE LOS AOS 40

    A. Ambiente de Espaa

    Fernando Urbina (6)define la vida eclesial del perodo 1939 a 1950 como una etapa

    cuyo rasgo bsico es un intento de restauracin religiosa total. Distingue unasformas religiosas dominantes y unas formas pastorales que sintetizamos acontinuacin.

    Dentro de las formas religiosas dominantes separa lo que l califica de "formas dereligiosidad popular" y las "formas de religiosidad personal".

    En cuanto a las formas de religiosidad popular recoge la tesis de A. A. ORENSANZ(7)segn el cual las misiones populares constituyen el modelo ms acertado parainterpretar la religiosidad durante este perodo.

    Otras formas de religiosidad popular masiva sern: la restauracin de imgenes yfiestas tradicionales, las repetidas consagraciones a los corazones de Jess y deMara por dicesis y ciudades y por ltimo, el efecto religioso popular producido porel paso de la "Virgen Peregrina" de Ftima.

    Estos elementos de religiosidad popular estn interrelacionados entre s y conectanen la bsqueda de una restauracin religiosa "ortodoxa" segn el modelo quepueden ofrecer los siglos XVI y XVII. Procesiones, romeras, santuarios, cofradas,misiones populares se articulan alrededor de las imgenes con unas visionesreligiosas excesivamente centradas en los "novsimos".

    Por otra parte, la presencia de autoridades y jerarquas rubrica la significacinpoltico-religiosa de los actos y hace intuir la unidad de un proyecto restaurativointegral que abarcara la estructura social entera y que estara dotado de unasignificacin sagrada.

    Hay en todo esto una clara repeticin de la voluntad pastoral del Barroco (laContrarreforma), con su integracin emocional y triunfal de la religiosidad popular enlos moldes pastorales de las misiones, devocionalismo pblico y culto parroquial, ysu proyecto, en cierto sentido grandioso de restaurar -incluso por la fuerza- el mitounitotalitario de "cristiandad", como espacio total y sagrado de la vida social. Slo

    que este intento de repeticin de los modelos pastorales del Barroco, y de suespiritualidad "clsica", va a fracasar por la clara anacrona del contexto histrico.No se pueden repetir ya unas formas que tuvieron validez en un contexto agrario yde incipiente capitalismo mercantil, del Barroco, en pleno desarrollo de lamodernidad y de sus fuerzas, en este caso, del capitalismo industrial y tcnicodesarrollado a partir de los aos 50.(8)

    En la conclusin del apartado en que analiza las formas de religiosidad popular,Urbina matiza y destaca tambin el lado positivo de este tipo de religiosidadafirmando que sobre todo la ms tradicional, contiene valores humanos culturales yreligiosos que no deben ser despreciados. Lo negativo, en el momento histrico que

    estamos estudiando no es tanto el "contenido" de muchas de estas tradicionespopulares, sino la "forma" como fueron reactivadas entonces con un sentidotriunfalista, apoyado en la confusin eclesial-estatal del momento, unido esto a la

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    falta de planteamientos ms serios y profundos, de evangelizacin y educacin de lafe, y ms realistas y respetuosos de la condicin de un pueblo recin salido de unaterrible guerra civil.(9)

    Respecto a las formas de religiosidad personal, distinguimos de acuerdo con Urbina

    dos que pueden representar todo un resumen de la poca que nos ocupa: La AccinCatlica y los Ejercicios Espirituales.

    La Accin Catlicaes una de las formas religiosas que definen la estructura de lavida de la Iglesia en esta poca. En el tiempo anterior a la Guerra Civil aparecafuertemente vinculada con movimientos de accin social, con los sindicatoscatlicos y la Accin Catlica Nacional de Propagandistas. De esta ltimaasociacin procede Manuel Aparici, presidente nacional de la juventud de AccinCatlica durante los aos de la guerra y la postguerra hasta su ingreso en elSeminario en 1941. Aparici dio al movimiento juvenil de la Accin Catlica de lainmediata posguerra un cuo heroico y asctico, que corresponda tambin al

    contexto heroico-triunfal del tiempo, y que se manifest en las dos peregrinaciones,de Zaragoza de 1940 y de Santiago de Compostela de 1948, y de una forma msprofunda en la gran cantidad de vocaciones sacerdotales y religiosas que brotaronde la Accin Catlica(10).

    A partir de 1936 se produce un fenmeno en la Accin Catlica espaola paralelo alque se produce en la italiana que consiste en la adquisicin de un carcter msexclusivamente espiritual(11). Esto se produce en claro contraste con su trayectoriaprevia a la guerra. Segn algunos autores (12),esta coincidencia de formas entreambas realidades de la Accin Catlica responde a la coincidencia de un contextosocial y poltico fascista que se da tambin en ambos pases.

    La estructura de la Accin Catlica de este periodo, que responde al modeloideolgico de Mons. Zacaras de Vizcarra (13),presenta un modelo unitario, dejerarqua piramidal, bajo la imagen de un ejrcito unido y disciplinado. Este esquemaes homlogo a la visin eclesiolgica de la poca de Po XI y Po XII, as como almodelo poltico dictatorial-verticalista, tpico del momento.

    Un profundo conocedor de la Accin Catlica de esta poca como es Miguel Benzollega a afirmar que la Accin Catlica posterior a 1939 respondi a una "pastoral deautoridad".La ilusin de una unanimidad religiosa conquistada para siempre le hizo

    participar del clima triunfal. Por eso, porque en el optimismo del momento se creaasegurada la orientacin cristiana de toda la sociedad espaola, ms quepreocuparnos de dar testimonio en los distintos ambientes, ms que de la atraccinde los que no creen a la fe, ms que de la inspiracin cristiana de las estructurassociales, la Accin Catlica es la proclamacin pblica por parte de los seglares desu pertenencia y fidelidad a la "cristiandad victoriosa". Este es el sentido queadquieren entonces las insignias, los estandartes y los desfiles espectaculares. LaAccin Catlica busca, ms que la formacin profunda de sus miembros, lapresencia en todas las parroquias de Espaa, en todas las ceremonias religiosas eincluso civiles (14).

    Pero si queremos ser equitativos, habr de resaltarse tambin lo que hubo depositivo y que podramos resumir en las numerosas vocaciones sacerdotalesseculares que surgieron con un realzamiento de la figura del sacerdote diocesano,

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    en el impulso serio que supuso para la conciencia social del laico, y en el campo deexpansin humana y social que proporcion a muchos jvenes de la clase mediaurbana en unos aos difciles y oscuros por los problemas sociales y vitales engeneral de aquella poca (15).

    La segunda gran forma de religiosidad personal son los Ejercicios Espirituales.Esuna forma de religiosidad y de accin pastoral eminentemente minoritaria ypersonal, especialmente si tratamos de la prctica de Ejercicios, segn el modeloignaciano al que se refieren fundamentalmente los que se daban en los aos de laposguerra. A pesar de ello tambin en este punto hay una tendencia a las cifraselevadas, apuntando a esa "conquista de la totalidad", sello general de las formasreligiosas, pastorales y sociales de la poca(16).

    Cmo se daban los Ejercicios?: La "edad de oro" de los Ejercicios de masa,inspirados en el mtodo ignaciano, termin alrededor de 1952. El contexto socio-religioso estaba empezando a cambiar rpidamente: aparecieron nuevas formas de

    prctica pastoral como los Cursillos de Cristiandad, las Ejercitaciones del MundoMejor, las "semanas impacto" de la A.C., los Cursillos de la HOAC, etc. pero sobretodo se puede decir que esa forma masiva de dar los Ejercicios entr en crisistambin por razones internas. Se inici una puesta en cuestin de ellos queproceda tambin de un intento de autenticidad, de vuelta a los orgenesignacianos.[..](17).

    A la hora de hacer una valoracin conjunta, la crtica de Urbina no se centra en losEjercicios ignacianos en s mismos, mtodo de una gran profundidad espiritual,fundado en el respeto a la libertad personal para que pueda afrontar, con la mayorclaridad posible el Evangelio y el Espritu, sino al modo como se llevaban a cabo enaquella poca que implicaba tambin una supervaloracin del acto de Ejercicios.[...]. Hoy podemos ver mejor los fallos de una prctica del tiempo de la Restauracinreligiosa, con su voluntad, tan discutible, de "conquista" y de "totalizacin"(18).

    Tambin se cay en una valoracin desmesurada de los Ejercicios. Como si fueranalgo infalible eficaz por s mismo y capaz de convertir a quien fuese en unos das.La supervaloracin del tiempo de Ejercicios supona el detrimento lgico de lostiempos "normales" de la vida ordinaria.

    La influencia de los Ejercicios en aquellos aos no se calcula solamente por las

    personas que asistan a ellos. Tambin influyeron indirectamente en el mundoreligioso del pueblo a travs de las misiones populares y de los libros demeditaciones, puesto que unas y otras dependan con frecuencia de lasmeditaciones ignacianas en la estructura y en los contenidos (19).

    De todas formas, los Ejercicios Espirituales de aquellos aos tenan valores muyimportantes. Sera un anacronismo juzgarlos con ligereza desde nuestra ptica delos aos 90. La mayora de los predicadores de Ejercicios eran hombres de reciavirtud y slida formacin. Dependan lgicamente de la disposicin de losejercitantes, pero sirvieron de ayuda en unos momentos de no pocas dificultades.Entonces y ahora, unos Ejercicios bien realizados constituyen una experiencia

    religiosa profunda y constructiva. Las limitaciones estaban ms en la forma que enel fondo, y procedan sobre todo del aislamiento general que se viva en Espaa por

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    aquella poca y que produca un estrechamiento de perspectiva en todos lossentidos.

    Una vez repasadas las formas religiosas dominantes en sus niveles popular ypersonal, siguiendo el esquema de Urbina en conjunto (20), trataremos ahora las

    formas pastorales en tres aspectos: formacin del clero, espiritualidad sacerdotal yprctica pastoral.

    En cuanto a la formacin del clero, para ayudar a la comprensin de muchasactitudes posteriores, hay que recordar la situacin de muchas dicesis el ao 1939,con sus contingentes sacerdotales necesarios para el desempeo de las actividadespastorales en gran parte mermados como consecuencia de las cruelespersecuciones en tiempos de la guerra civil (21). A esta situacin se ha llegado porunos hechos concretos acaecidos durante la guerra que no tienen otro calificativoque el de persecucin religiosa. De ah que la generacin de sacerdotes que vivi laguerra quedara enormemente marcada por aquellos acontecimientos; es cuestin

    de sensibilidades. En cualquier caso, y sin querer justificar nada, tener estos datosen cuenta nos ayudar a entender ciertas actitudes y expresiones de esta pocaque a primera vista podran llamar la atencin pero que en aquel contexto resultanms "lgicas".

    Respecto a la espiritualidad sacerdotal, el ambiente fsico y espiritual con que seencontraban esos nios y adolescentes al entrar en el Seminario y Casas deformacin religiosa fue en aquellos aos (1939-50) muy peculiar (22). Urbina cita(23)un anlisis realizado por F. Sopea (24), que viene a sintetizar las condicionesfsicas, intelectuales y espirituales del Seminario de Vitoria, uno de los de mayorenvergadura de la poca:

    - En lo fsico una alimentacin muy deficiente que adems no era compensada poruna vida sana o una cierta posibilidad de apertura. Al hambre se una una disciplinargida y un ascetismo un tanto sombro.

    - En lo intelectual haba un vaco equivalente. La formacin se basabaprcticamente en exclusiva en los manuales neoescolsticos. Frecuentementeprohibicin de entrada de literatura actual e incluso de peridicos.

    - En lo espiritual se presenta un cuadro ms positivo. Hay una revitalizacin de la

    vida espiritual, que para muchos jvenes es el nico espacio de expansin en unambiente tan rido en su conjunto.

    Se trata de una espiritualidad de elevado tono heroico y asctico, con franjasmsticas y con una falta de horizonte tanto en lo social como en la dimensinprctico-pastoral y en lo que ms tarde, en los aos 50, se llamarn "valoreshumanos". En esta poca, a los seminaristas y a los religiosos de vida apostlica[...] parece formrseles ms para monjes que para apstoles o pastores(25).

    La descripcin no es precisamente halagea en sentido global, pero en esta pocase iniciaron algunos movimientos de espiritualidad que contienen valores

    indiscutibles. El ms importante de ellos tanto por su profundidad como por latrascendencia en el resto de Espaa tuvo origen en el seminario de Vitoria y tuvocomo principal inspirador a Rufino Aldabalde. Se alcanz una sntesis entre el

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    espritu ignaciano y el sulpiciano, integrando el acento apostlico y la dimensinms litrgica. Conjug tambin la accin y la contemplacin abrindose incluso a laproblemtica social, dentro de las posibilidades de la poca (26).

    Comillas constituye el segundo centro irradiador de espiritualidad sacerdotal.

    Comillas era una Universidad Pontificia, un centro de formacin intelectual porantonomasia. Pero all descollaba una personalidad muy particular que marcaba unestilo concreto, el P. Nieto. Un hombre de fuego, recio y profundo, lleno de ardor yde bondad a la vez. Junto al sello fuertemente contemplativo que el P. Nieto daba,se conjuga y madura la dimensin apostlica. Comillas ser cuna de numerososconsiliarios futuros en toda la geografa espaola en los diferentes movimientos deapostolado (27).

    En tercer lugar, debemos resear a vila como fuente de renovacin espiritual. DonBaldomero Jimnez Duque fue el principal promotor de esta renovacin e impulsode la espiritualidad carmelitana, y a l, junto a Don Alfonso Querejazu, se deben

    tambin principalmente las Conversaciones de Gredos, unos interesantesencuentros de intelectuales en que se trabajaba en la bsqueda de sntesis entreespiritualidad religiosa y pensamiento filosfico moderno (28).

    Por ltimo, cabe resear a Mlaga como foco interesante de renovacin sacerdotal.Como dinamizador principal estaba el P. Soto. Se trataba de construir unaespiritualidad sacerdotal alrededor de la figura de san Juan de vila. Unaespiritualidad sta de fuerte ascetismo y exigencia (29). Este movimiento todavamantiene una cierta estructura.

    A la hora de hacer el balance de los movimientos de espiritualidad sacerdotal, hayque destacar como nota positiva la intencin y el logro de una espiritualidad intensade cuo asctico, con tintes heroicos, y con referencias sobre todo a los grandesmaestros del Siglo de Oro espaol. Junto a ello, resaltar tambin la experienciareligiosa autntica de muchas personas que supieron integrar la fe y la vida conrealismo y sensatez (30). Muchos sacerdotes de aquellas hornadas se curtieron enuna piedad slida y encarnada en la realidad y han dado esplndidos frutospastorales con el paso del tiempo.

    En el lado negativo habremos de situar como limitaciones la obsesin por el pecado,sobre todo en materia de sexo, el ascetismo sombro, la disociacin espritu-vida a

    causa del poco contacto con el exterior, y tambin el hecho de que la espiritualidadera repeticin sin creaciones ni sntesis vlidas para aquel momento (31).

    Por ltimo, la prctica pastoral tiene una conexin dialctica con las formasreligiosas dominantes y est ligada tambin con el tipo de formacin que reciben lospastores. La actividad de la Iglesia en esta poca se centra en la pastoral parroquialque mantiene sus formas tradicionales, de origen agrario(32). Es decir, se limitaprcticamente a la administracin de sacramentos, y al ministerio de la palabra en elnivel de catequesis infantil ordinaria y grandes prdicas en las ocasionesextraordinarias.

    La predicacin catecumenal fundamental para adultos (misiones populares ypredicacin cuaresmal) est en aquellos aos muy limitada a la ideologa de la"Primera Semana de Ejercicios", como preparacin para la "buena muerte",

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    desemboca en la "confesin y comunin", totalmente alejada de un sentido de"transformacin cristiana de la vida" como compromiso vital y social(33).

    La revista oficial de la Accin Catlica, "Ecclesia", rezuma un cierto triunfalismo enlos nmeros de aquellos aos cuando trata de los temas que hemos ido analizando.

    Un triunfalismo no compartido por muchos sacerdotes rurales y urbanos queconvivan da a da con una realidad ms prosaica (34)en medio de un pueblo conlas heridas recientes abiertas y con una prctica religiosa que no se interiorizaba.

    B. Ambiente de Mallorca

    Como Pastor diocesano de Mallorca encontramos en los aos 40 al Dr. Don JosMiralles Sbert. Llega all procedente de Barcelona el 13 de marzo de 1930. En elnmero 96 de la revista "Proa", correspondiente a noviembre de 1946, viene unartculo-editorial por su treinta y dos aniversario episcopal con un prrafosignificativo: Y para nosotros -los Jvenes de la Accin Catlica- fueron sus

    preferencias y sus predilecciones, si las hubo. Sabemos de sus palabras deconsuelo y de aliento; sabemos de sus dignaciones y esperanzas. No le falt paranosotros nunca su minuto; porque ha cuidado siempre hasta los minutos de esa sulongeva existencia de sembrador(35). Al pie de pgina una foto en que se leadvierte venerable y patriarcal, rodeado de jvenes.

    El Dr. Miralles encomend la consiliara de Jvenes de Accin Catlica a don JosDameto, un hombre constante, sacrificado y fiel, que ejerci el cargo de 1941 a1947. En noviembre de 1947 es promovido por la Jerarqua para el cargo de Vice-Consiliario de la Junta Diocesana de la Accin Catlica de Mallorca. Para sustituirlecomo consiliario de los jvenes ha sido nombrado por el Sr. Arzobispo-Obispo D.Sebastin Gay, que ya colaboraba como asesor de la escuela de dirigentes (36).Don Sebastin es un sacerdote joven en la edad y maduro en el sacerdocio queconecta a fondo con los jvenes y que se caracteriza ante todo por su dinamismo ycreatividad.

    El Dr. Hervs lleg a Mallorca el 1 de marzo de 1947 como obispo coadjutor paradescargar de trabajo al anciano patriarca Miralles y sucederle tras su muerte. Notard mucho en producirse la sucesin ya que el 22 de diciembre del mismo aofalleca despus de una vida dilatada y ejemplar. Don Juan Hervs llega con laaureola de ser un obispo joven. De hecho, cuando en enero de 1944 fue

    consagrado era el obispo ms joven de Espaa, y, una vez nombrado obispoauxiliar de Valencia lanza la consigna de "El obispo de los jvenes". Los jvenes deAccin Catlica de Mallorca conociendo su destino y antes de que llegue a la isla yaproclaman que si Monseor Hervs es el Obispo de los jvenes, nosotros seremoslos jvenes del Obispo(37). Por otra parte, se trata de todo un especialista encuestiones de Apostolado Seglar y Accin Catlica tanto por sus estudios como porsu activa experiencia (38). Monseor Hervs sorprendi a todo el mundo por suestilo directo, por su facilidad para conectar con los jvenes, por su entusiasmo paratodas las empresas. Supo ganarse enseguida a aquella juventud que le esperabacon ansia, y tuvo en don Sebastin Gay a su principal colaborador.

    La revista "Proa" es un suplemento del Boletn Oficial del Obispado de Mallorca, queeditaban y componan los Jvenes de Accin Catlica de aquella dicesis.Repasando los nmeros correspondientes a esta dcada de los 40, hay que concluir

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    forzosamente que si bien se dan all puntos de conexin con el ambiente, estilo,problemas, limitaciones,... del resto de Espaa, se da tambin una efervescencia devida con unas notas caractersticas y en buena parte diferenciales.

    En el mbito de la Juventud de Accin Catlica, hay un clima especial de

    inconformismo, de insatisfaccin, de bsqueda y todo se orienta hacia laperegrinacin de Santiago. Podemos concluir con el P. Cesreo Gil que por los aos46-50 la Juventud de Mallorca era modelo para los jvenes de toda Espaa. En laJACM destacaba un grupo numeroso de jvenes muy bien formados. Destacaba porsu insatisfaccin manifiesta del pasado y por su inconformidad no disimulada con elpresente(39).

    Como precedente hay que hacer notar que la Juventud de Accin CatlicaMallorquina comienza a funcionar en 1932 como asociacin. En los difciles aosprevios a la guerra crecen hasta casi cien los centros en la isla. Tras el parntesisde la guerra se volvieron a organizar con rapidez gracias a los cursillos que organiz

    la Juventud de Accin Catlica Espaola. (40)

    Nota_6 Cf. F. Urbina, Formas de vida de la Iglesia en Espaa: 1939-1975,en Iglesia ysociedad en Espaa: 1939-1975, Madrid 1975, pp. 12-26.

    Nota_7 Cf. A. A. Orensanz, Religiosidad popular espaola 1940-1965, Madrid 1974.

    Nota_8 F. Urbina, o. c., p.17. Cf. J. Vilar, Notes a les veus episcopals en la Catalunya de lapostguerra, i la seva circumstncia, en "Qestions de vida Cristiana", n. 75-76, (1975), pp.

    9-33.

    Nota_9 F. Urbina, o. c., p.17. Cf. J. Vilar, Notes a les veus episcopals en la Catalunya de lapostguerra, i la seva circumstncia, en "Qestions de vida Cristiana", n. 75-76, (1975), p.18.

    Nota_10 F. Urbina, o. c., p.17. Cf. J. Vilar, Notes a les veus episcopals en la Catalunya dela postguerra, i la seva circumstncia, en "Qestions de vida Cristiana", n. 75-76, (1975) ,p.19.

    Nota_11 Cf. F. Urbina, o. c., p.17. Cf. J. Vilar, Notes a les veus episcopals en la Catalunyade la postguerra, i la seva circumstncia, en "Qestions de vida Cristiana", n. 75-76, (1975),,

    p.19; lacursiva es nuestra.Nota_12 Cf. F. Urbina, o. c., p.17. Cf. J. Vilar, Notes a les veus episcopals en la Catalunyade la postguerra, i la seva circumstncia, en "Qestions de vida Cristiana", n. 75-76, (1975),., p. 19; tomado de J. M. De Crdoba, Notas para una posible historia de la Accin Catlicaespaola, "Pastoral Misionera" 6 (1969), pp. 681-688.

    Nota_13 Monseor Zacaras de Vizcarra fue el primer consiliario General de la JuntaTcnica; Cf. Ibid., p.20.

    Nota_14 M. Benzo, Pastoral y Laicado,en "Ecclesia", 8-II-1964, nm. 1178, p. 185.

    Nota_15 Cf. F. Urbina, o. c., p.21.

    Nota_16 Cf. F. Urbina, o. c., pp. 21-22.

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    Nota_17 Cf. F. Urbina, o. c., p. 24.

    Nota_18 Cf. F. Urbina, o. c., p. 25.

    Nota_19 Cf. F. Urbina, o. c., p. 26.

    Nota_20 Cf. F. Urbina, o. c., pp. 26-40.

    Nota_21 Cf. F. Urbina, o. C., pp. 26-27.

    Nota_22 Cf. F. Urbina, o. c., p. 30.

    Nota_23 Cf.F. Urbina, o. c., pp. 30-31.

    Nota_24 Cf. F. Sopea, En defensa de una generacin,Madrid 1969.

    Nota_25 F. Urbina, o. c., p. 30.

    Nota_26 Cf. F. Urbina, p. 31.

    Nota_27 Cf. F. Urbina., p. 32.

    Nota_28 Cf. F. Urbina., p. 32.

    Nota_29 Cf. F. Urbina., p. 32.

    Nota_30 Cf. F. Urbina., p. 33.

    Nota_31 Cf. F. Urbina., pp. 33-34.

    Nota_32 F. Urbina.,p. 36.

    Nota_33 F. Urbina., p. 39.

    Nota_34 Cf. F. Urbina.,p. 40.

    Nota_35 "Proa",n. 96, noviembre de 1946, p. 2.

    Nota_36 Cf. "Proa", n. 108, noviembre de 1947, p. 1.

    Nota_37 "Proa", n. 96, noviembre de 1946, p. 3.

    Nota_38 Cf. CCIRC, pp. 35-37.

    Nota_39 C. Gil, El Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC),en Historia de la Iglesia,Fliche -.Martin, vol. XXXI, 1 complemento, Valencia 1981, p. 550.

    Nota_40 Cf. C. Gil, El Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC),en Historia de laIglesia,Fliche -.Martin, vol. XXXI, 1 complemento, Valencia 1981, p. 550.

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    2. ANTECEDENTES PRXIMOS

    Los Cursillos de Cristiandad nacieron en el seno del Consejo Diocesano de losJvenes. En l, durante varios aos, todas las actividades de apostolado secentraron casi exclusivamente en la preparacin particularmente espiritual de la

    Peregrinacin a Santiago (41).

    Es entonces cuando se dibuja y perfila el ideal y el estilo peregrinante, plasmacinde la concepcin apostlica de la juventud y del que se impregnan primeramente losdirigentes mediante los "Cursillos de Adelantados de Peregrinos" que, en nmero deseis y dirigidos por propagandistas del Consejo Superior, se celebran durante estosaos en nuestra Dicesis(42). El primero de estos Cursillos se remonta al mes deabril de 1941 en el Santuario de Santa Mara de Lluch. Se darn otros cinco en lassemanas santas de los aos 1943, 1945 y 1946. En estos Cursillos se impartannueve lecciones sobre vida cristiana por parte de sacerdotes, y unos seglaresexponan once temas que versaban sobre la Accin Catlica y la Hispanidad (43).Ese era el contenido doctrinal. El ambiente queda recogido por un editorial de larevista "Proa", del que extraemos un prrafo: Impera la verdadera caridad cristiana,no hay contrariedades ni asperezas; egosmos y comodidades no se conocen enese ambiente juvenil. Jvenes no conocidos, venidos desde los ms distantespuntos de nuestra Isla traban lazos de imperecedera amistad; han quedado, s ,como fruto de estos Cursillos estelas perennes de quehaceres apostlicos, anchascalzadas abiertas a nuestro peregrinar con fe; en fin, han sido los Cursillos de Lluch,jalones de una ascensin hacia nuestro Ideal, hacia el "siempre ms y mejor"(44).

    Los frutos de estos Cursillos tienen una triple vertiente: producen una seria

    movilizacin apostlica de los dirigentes que haba en Mallorca en aquellosmomentos, facilitan la incorporacin de nuevos jvenes que con el tiempo tendranun destacado protagonismo en el nacimiento de los "Cursillos de Cristiandad", ysobre todo, siembran en el interior de aquellos jvenes una inquietud apostlica quecon la perspectiva del tiempo podemos afirmar que iba ms all de la merapreparacin de la peregrinacin (45).

    Esta inquietud apostlica de comunicar la experiencia vivida prende pronto y cuajaadaptando a nivel diocesano los "Cursillos de Adelantados de Peregrinos". Nacenas los "Cursillos de Jefes de Peregrinos", que vienen a ser lo mismo peroorganizados y dirigidos por los miembros del Consejo Diocesano mallorqun, an

    siguiendo los contenidos, estructura,... de los anteriores. No comienzancronolgicamente cuando acaban los otros, sino que se van dando paralelamente.

    En este punto no encontramos coincidencia entre las distintas fuentes. SegnMonseor Hervs y los autores del libro El Cmo y el Porqu, fueron cinco losCursillos que se celebraron de 1942 a 1948 (46). El P. Cesreo Gil, por su parte(47), afirma que fueron nueve los Cursillos que se dieron para formar jefes deperegrinos. De los cuatro primeros no quedara crnica en el Boletn, mientras quelos otros cinco se impartieron en agosto de 1944, en julio de 1945, en septiembre de1946 y por ltimo, dos en abril de 1947.

    Yo me inclino por la tesis del P. Gil, en el sentido de que fueron nueve ya que almenos con los datos que poseo, puedo dar fe del octavo y noveno, que vienenreseados en "Proa" (48).El octavo tuvo lugar en el Monasterio de Lluch del 29 de

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    marzo al 5 de abril con asistencia de 35 jvenes y con visita del Sr. Obispo incluida.El noveno tuvo lugar del 16 al 20 de abril en el Santuario de Santa Mara de Cura ycon asistencia de 21 jvenes. Aunque no haya noticia de los primeros, es desuponer que la numeracin es vlida, y que fueron en efecto nueve los Cursillos deJefes de Peregrinos.

    En estos cursillos de adelantados y de jefes de peregrinos sin duda actuaba a fondoel Espritu Santo. Gabriel Segu subraya ampliamente esta accin del Espritu. Yfundndose en intervenciones de varios cursillistas, adivina en los cursillos unmovimiento de renovacin conciliar y carismtica veinte aos antes de que sehablara de dicha renovacin(49).

    Es opinin comn entre quienes asistieron al proceso y entre los principalesconocedores del mismo que los temas, los contenidos, la estructura,... fuerontrabajados y experimentados en aquellos cursillos (50).

    Si antes sealbamos en una triple vertiente los resultados de los Cursillos deAdelantados de Peregrinos, como fruto concreto de los Cursillos de Jefes dePeregrinos sealaremos que en ellos se constat que el contenido luminoso delcristianismo era captado en toda su amplitud e intensidad por quienes vivan almargen, no slo de la Accin Catlica, sino tambin de la religin, los cuales seinflamaban y llenaban de Cristo en pocos das. Con todo esto no caba duda de queDios pona ante la consideracin de los dirigentes de la Juventud de Accin Catlicamallorquina una fuente inagotable de apostolado(51).

    En los Cursillos de Adelantados de Peregrinos parece que el fruto se orienta a la"movilizacin", a la "incorporacin", a la "siembra de inquietudes". An tratndose dela misma estructura y de los mismos contenidos, vemos aqu una diferenciaprofunda consistente en que el fruto principal se cifra en la captacin del mensajepor parte de los alejados y en el entusiasmo y alegra consecuentes. No se trata yade revitalizar dirigentes o incorporar otros nuevos. Se trata de una eficacia nueva ydistinta en el apostolado con personas alejadas.

    En palabras de Monseor Hervs, un filn qued al descubierto; haba que aplicar lainteligencia y el corazn para explotarlo. Una fuente comenz a manar y era precisorecoger aquel caudal. Dios haba descorrido un velo y descubra un gran campo alas ansias de apostolado(52).

    La escuela de Dirigentes del Consejo Diocesano se aplica al estudio del fenmenoen profundidad y extensin. Se trata de experimentar, de revisar, de confrontar; endefinitiva, de ir perfeccionando el mtodo. Despus de cada Cursillo, los resultadoseran sometidos a minuciosos anlisis, a la luz de la Teologa y de una Psicologaprofundamente humana, convencidos de que, con el auxilio divino, muchas almaspodran beneficiarse de la labor(53).

    En conclusin podemos afirmar que de los Cursillos de Jefes de Peregrinos,fundados sobre los de Adelantados, iba surgiendo una nueva modalidad que,meditada largo tiempo, estudiada con detencin y experimentada una y otra vez,

    dar la pauta a los Cursillos de Cristiandad, de los que el primero comenz en latarde del 7 de enero de 1949, en el Monasterio de san Honorato del Monte Luliano,de Randa, en la isla de Mallorca(54).

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    Hemos situado y comentado unos hechos, interrelacionados entre s, pero queseran insuficientes para explicar el fenmeno de los Cursillos de Cristiandad.Hemos de analizar tambin las ideas que van dando forma y vida a este proceso.

    Los fundadores o iniciadores no se cansan de repetir (55)que no fueron un producto

    de la casualidad, ni consecuencia de una improvisacin genial, ni tampoco el efectode una iluminacin privada. Se insiste en la preparacin, en el trabajo, en lainsatisfaccin y el inconformismo de unos sacerdotes y unos jvenes que quierenbuscar "algo ms" alentados por su Pastor diocesano, sin preterir, lgicamente, laaccin del Espritu.

    Puestos a buscar un origen, una causa, podramos decir que, en sntesis, no es sinoel desarrollo de aquella inicial inquietud apostlica despertada en Mallorca por losCursillos de Adelantados de Peregrinos, la cual, partiendo de un ncleo central delpensamiento catlico y encaminada siempre hacia la mayor eficacia, cristaliz, porla gracia de Dios, en una visin ecumnica de todo el problema apostlico. Este fue

    el origen de un pensar del que surgieron todas las ulteriores realizaciones(56).

    Una inquietud que parte y quiere partir del ncleo doctrinal catlico y que aspira a laeficacia total en el apostolado. No resulta fcil esquematizar doctrinalmente lasideas que preceden al nacimiento del Cursillo, pero en el proceso que se vaperfilando cada vez con mayor claridad, los iniciadores distinguen lo que llamarnlas lneas fundamentales del nervio ideolgico de los Cursillos de Cristiandad(57).Son las siguientes:

    a) Un concepto triunfal del cristianismo, que es el nico exacto y verdadero, comosolucin integral de todos los problemas humanos, en contraposicin con laconcepcin aburguesada, esttica, conformista e inoperante, que de cristiana notiene sino el nombre que usurpa.

    b) Una visin dinmica del catolicismo militante, entendido el apostolado no comouna superabundancia, sino como una exigencia de vida que, lejos de realizarse enuna organizacin burocrtica, constituye la vanguardia decidida del Reino de Dios,el fermento vivo y operante de la Iglesia.

    c) Un principio de insatisfaccin sincero, recto e ilusionado, nico punto de partidaposible para toda accin eficaz inagotable de mltiples y siempre mejores

    realizaciones.d) Un conocimiento profundo y exacto de los hombres de hoy, de sus problemas yde su angustia; pero un conocimiento experimental, vivo, sacado no de frmulasestadsticas o tomado de "manuales sencillos y prcticos", sino aprendido en la vidamisma, nacido de la convivencia ntima con la masa que el fermento evanglicodebe vivificar.

    e) Un convencimiento profundo de la insuficiencia o inadaptacin de ciertos mtodospara conseguir el objetivo esencial de toda accin apostlica, convencimiento que,lejos de esterilizarse en lamentaciones o resignarse a la fatalidad de los

    acontecimientos, impulsaba con creciente inters a la vitalizacin de todo loaprovechable y a la bsqueda de nuevos y fecundos horizontes.

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    f) Una firme conviccin de que era realmente posible que cuantos vivan al margende lo religioso sintieran la fuerte sacudida de la gracia y que, por ms alejados queestuvieran de Cristo, eran capaces de entregarse totalmente a El, siempre que seles presentaran las cosas de Cristo y de su Iglesia tales como son en s,prescindiendo, si era necesario, de cualesquiera preferencias o criterios personales

    por ms arraigados que estuvieran, y que, en ltimo trmino, no eran sino aspectosaccidentales.

    g) La firme esperanza de que, al llevarse a cabo esta experiencia, sucedera lomismo que en tiempo de Cristo: las samaritanas y los zaqueos se convertiran en losms dinmicos apstoles del Seor.

    h) Un esfuerzo tenso por encontrar una tcnica de realizacin concreta que, calcadaen los procedimientos apostlicos, tuviera en cuenta los problemas personales y lasexigencias concretas de cada individuo para solucionarlas de raz, con una solucinque partiera de Cristo y de su gracia aceptados como fuerza y peso que

    influenciaran toda su vida.

    i) La conviccin de que la solucin era simple, y, por simple, universal; por ello debavivirse en el Cursillo la catolicidad efectiva de la fe al toparse en una misma soluciny en un mismo ambiente, aunque lanzadas a distintos horizontes, las diferentesclases y las diversas culturas.

    He aqu las caractersticas fundamentales o lneas fundamentales de la "ideologa"de los Cursillos de Cristiandad. Ms que a ideologa, suena a programa de accin.El problema consista en encontrar el vehculo apto para transmitir ese mensajeluminoso y eficaz. Ese vehculo ser el Cursillo. No se trata de inventar nada, sinode vivir y comunicar el Evangelio, que es la solucin total para los problemas delhombre. Por lo tanto, el Evangelio ser la fuente primera, el motivo y el objeto deoracin y de estudio. Y como consecuencia lgica y como paradigma para los quequieren vivir el Evangelio, tambin el libro de los Hechos de los Apstoles, que es laprimera experiencia comunitaria cristiana pascual. (58)

    En principio, no conocan otro cauce para aplicarlo todo y vivirlo que la AccinCatlica. Por tanto, el tercer elemento fontal sera el estudio de la doctrina pontificiasobre la Accin Catlica as como la colaboracin generosa, decidida y fiel en elapostolado jerrquico. (59)

    Asimilada esta doctrina y experimentada en sus diversos resultados, faltaba slo eltroquel con el que modelar a cuantos fuera posible, inyectndoles el vigor y la fuerzarenovadora del ideal pleno del cristianismo: y ese troquel fueron los Cursillos. Peromucho antes de comenzarse los Cursillos estas ideas haban hecho ya una doble yesencial aportacin: Haban definido e impregnado la mentalidad de los dirigentes, yofrecan el cuerpo de doctrina que formara el contenido de los Rollosfundamentales del Cursillo, estructurados tambin antes de celebrarse el primero(60).

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    Nota_41 CCIRC,p. 39.

    Nota_42 CPSNE, p. 12.

    Nota_43 Cf. C. Gil, o. c., p. 550.

    Nota_44 "Proa", n. 90, mayo de 1946, p. 1.

    Nota_45 Cf. CCIRC,pp. 39-40; CPSNE, p. 12.

    Nota_46 Cf. CCIRC,p. 40; CPSNE, p.12.

    Nota_47 Cf. C. Gil, o. c.,p. 550.

    Nota_48 Cf. "Proa",n.102, mayo de 1947, pp. 2-3.

    Nota_49 C. Gil, o. c., pp. 550-551; El P. Gabriel Segu es testigo y colaborador en elproceso de nacimiento de los Cursillos, y, segn hace constar Cesreo Gil, escribi aciclostil una obra sobre el origen, Orgenes de los Cursillos de Cristiandad, Roma 1969.

    Nota_50 Cf. C. Gil, o. c., pp. 550-551; El P. Gabriel Segu es testigo y colaborador en elproceso de nacimiento de los Cursillos, y, segn hace constar Cesreo Gil, escribi aciclostil una obra sobre el origen, Orgenes de los Cursillos de Cristiandad, Roma 1969,p.551.

    Nota_51 CPSNE, p. 12.

    Nota_52 CCIRC, p. 40.

    Nota_53 CCIRC, p. 41.

    Nota_54 CCIRC, p. 41.

    Nota_55 Cf. CCIRC,p. 47; Cf. CPSNE,p. 15.

    Nota_56 CPSNE, p. 15.

    Nota_57 CPSNE,pp. 16-17.

    Nota_58 Cf. CCIRC,p. 52.

    Nota_59 Cf. CPSNE, pp. 17-19.

    Nota_60 Cf. CPSNE, p.21.

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    3. LA OCASIN

    A. Ambiente de preparacin.

    Para situar correctamente la peregrinacin a Santiago de Compostela de agosto de

    1948, conviene remontarnos al Segundo Congreso Nacional de la Juventud deAccin Catlica Espaola, que tuvo lugar en 1932. A los pies de la Virgen del Pilar,en el acto de clausura, se hace pblico el compromiso de organizar el tercerCongreso, esta vez en Santiago de Compostela en el ao 1937. Cuando el ConsejoNacional planifica el citado Congreso, se les ocurre la idea de organizar a la vez unagran peregrinacin de jvenes espaoles y latinoamericanos a Santiago. Recibentodos los permisos pertinentes de la Jerarqua, y adems, el santo Padre Po XI lesencarga la formacin de dirigentes en todas las dicesis. Vuelven a Espaadispuestos al trabajo, fundan dos revistas para propagar la peregrinacin ycomienzan la visita de los distintos Consejos Diocesanos (61).

    El Alzamiento nacional del 18 de julio de 1936 y la posterior guerra civil hicieroninviable la iniciativa de la peregrinacin. Pero una vez retorna la paz, en 1941relanzan la idea de peregrinar a Santiago. La consigna: "100.000 jvenes aSantiago!". Para prepararse cualitativamente y alcanzar tambin la cantidadanunciada: Cursillos de Adelantados de Peregrinos en todas las dicesis, y Cursillosde Jefes de Peregrinos en todas las parroquias (62). La peregrinacin se celebr enagosto de 1948, y asistieron ms de 70.000 peregrinos, por lo que se convirti en elacontecimiento religioso ms relevante del ao en Espaa.

    Se podra resear el acontecimiento de la peregrinacin a Santiago, o incluso

    comentar pormenorizadamente el diario de aquellos 700 peregrinos mallorquines,pero creo que esta peregrinacin, como "leit motiv" de las actividades de aquellosaos por parte de la juventud mallorquina, requiere una profundizacin que despusarrojar abundante luz sobre el estudio.

    El fruto que el ser humano recibe o consigue en su actividad, depende en buenaparte de la disposicin con que la realiza. Mucho ms si se trata del mbito delespritu. Es muy importante la disposicin, y para disponerse adecuadamente, serequiere una seria preparacin. A Santiago acudieron jvenes de todas las dicesisde nuestra geografa; en todas ellas se haban dado cursillos preparatorios para laperegrinacin; la estructura de la Accin Catlica en su rama de juventud era

    homognea,... pero un fenmeno eclesial como el de los Cursillos de Cristiandadslo se produjo en Mallorca. Sin duda estaba en los designios de la providencia deDios, y sin duda tuvo lugar una colaboracin humana.

    En el punto anterior hemos analizado como antecedentes prximos unos Cursillosde preparacin a la peregrinacin, que son considerados comnmente como laprincipal concrecin prctica de dicha preparacin. Pero en este apartado quisieradestacar dos aspectos ms que se han de tener en cuenta y que son tambinimportantes. Primero, el hecho de que todos los acontecimientos eclesiales localesde aquellos aos, se encuadran en una perspectiva de peregrinacin. Segundo, laimportancia -en orden a la formacin- que tienen unos artculos escritos en "Proa"

    por D. Sebastin Gay, junto con la Pastoral que Mons. Hervs dirige a los jvenes.As es como se va gestando "el ideal y el estilo peregrinante", que ser tancaractersticos de este Movimiento.

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    Para no extendernos en exceso, nos ceiremos a los dos ltimos cursos previos a laperegrinacin.

    - Peregrinaciones locales.

    El programa del curso 1946-47, tiene tres pilares formativos: Ejercicios Espirituales,Cursillos intensivos de formacin, y la Escuela de Dirigentes, a la que podr asistirquien lo desee (63). El editorial de "Proa" expresa el anhelo de que todos loscatlicos se sientan peregrinos y conozcan el sentido espiritual de la peregrinacin.Se apunta, por otra parte, a obras concretas... como la organizacin y realizacin deperegrinaciones locales y comarcales que, antes de culminar con la Diocesana deLluch, nos sirvan para ejercitar y dar a conocer nuestro espritu y nuestro estilo deperegrinos(64).

    Rpidamente comienzan las peregrinaciones parroquiales. El centro de santaEugenia realiza una el 6 de octubre a la Ermita de Ntra. Sra. de la Paz. El nmero

    siguiente de la revista "Proa" dar cuenta de ella (65)con el ttulo: Han comenzadoen Mallorca las Peregrinaciones Marianas.

    En mayo de 1947, los das 17 y 18, la comarca de Cura lleva a cabo superegrinacin comarcal a Santa Mara de Cura. 302 peregrinos han participado en elacontecimiento (66).

    El plan del curso 1947-48 mantiene los tres pilares formativos (Ejercicios, Cursillos yEscuela de Dirigentes) y en lugar de presentar una peregrinacin diocesana a Lluch,como haba hecho el curso anterior, anuncia un congreso previo a la peregrinacinde Santiago: Todas nuestras actividades, antes de acudir a la cita de Santiago, hande culminar con nuestro I Congreso de Jvenes en el Santuario de Ntra. Sra. deLluch(67).

    Los nimos iban "in crescendo". La revista "Proa" del mes de noviembre da noticiade otra peregrinacin comarcal. Las comarcas de Manacor y Felanitx peregrinan alsantuario de San Salvador. Participan nada menos que 800 jvenes. En la alocucinfinal el obispo les habla de corazn de oro, brazo de hierro, alma de fuego(68).

    - Congreso de Lluch

    Por fin llega el Congreso de Lluch (69), preludio de Santiago. Los das 24 y 25 deabril de 1948. participan en l 3000 jvenes mallorquines. La noche del da 24 seconcentran en la Plaza Mayor de Inca, y desde all se dirigen en autobuses haciaCaimari. All reciben la acogida y el saludo de su Cura Ecnomo, y el ConsiliarioDiocesano, don Sebastin Gay les lanza la consigna del da: "Vigilad y orad".Parten entonces en peregrinacin hacia Lluch. La marcha hasta el santuario esjalonada por un Via Crucis que con palabra vibrante les va predicando el Consiliario.Por la maana tiene lugar un solemne Pontifical presidido por el Sr. Obispo.Despus, la consagracin de la juventud de Mallorca al Sagrado Corazn de Mara.Luego vendr la entrega de bordones de peregrino. El primero que lo recibe es elObispo de manos del Consiliario Diocesano.

    Ms tarde tiene lugar la "proclamacin de ideales", un acto en que tienen lugardeferentes parlamentos y que clausura el Obispo. Intervienen el Presidente

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    Diocesano, Eduardo Bonnn; el Secretario del Consejo Superior y el Sr. Obispo. DeEduardo, destacar su ardor y su conviccin de que la doctrina cristiana es unadoctrina de conquista y por lo tanto hay que entregarse incansablemente hasta queCristo llene de vida y de sentido a todos los jvenes. De Jos Mara Castn, elrecuerdo que hizo de la consigna recibida del Santo Padre Po XII para los

    peregrinos y que se resume en fe firme, pureza para vivir a Cristo, y accin deconquista. Del Obispo destacar las cuatro necesidades que seal elocuentemente:necesidad de apstoles, de hroes, de mrtires, de santos.

    De nuevo se organiza la comitiva, esta vez de retorno y llevando consigo unaimagen de la Virgen de Lluch, la reina de Mallorca. Vuelven a Caimari, y despus decomer se clausura el Congreso.

    Estas peregrinaciones locales, comarcales, que culminan con el Congreso de Lluchtienen mucha importancia como exponentes del clima que se viva en Mallorca ycomo antecedentes de los Cursillos de Cristiandad porque preparan la peregrinacin

    a Santiago, que no hubiese tenido ni el nmero, ni el impacto, ni la trascendenciaque tuvo, sin estos precedentes reseados. Visto en perspectiva, fue una frutamadura largamente trabajada.

    - Asambleas diocesanas.

    Dentro de la consideracin de los acontecimientos eclesiales de la juventudmallorquina marcados por la peregrinacin, vamos a examinar tambin les tresltimas Asambleas Diocesanas de los Jvenes de Accin Catlica de Mallorca.

    La VII Asamblea Diocesana tiene lugar el 17 y 18 de noviembre de 1945. En lacrnica que nos ofrece el suplemento del Boletn Oficial del Obispado de Mallorca(70)se destaca la presencia de Jos Mara Mohedano, a la sazn PresidenteNacional de los Jvenes de Accin Catlica. Presidan el acto de clausura -celebrado en el Saln de Sesiones del Ayuntamiento de Palma- el Capitn Generalde Baleares, el Cannigo Arcediano en representacin del Obispo, el Vicepresidentede la Diputacin representando al Gobernador Civil, el Delegado de Hacienda, elGeneral Gobernador, el Cannigo J. Espases en representacin del Cabildo, elDirector del Instituto "Ramn Llull", el Consiliario Diocesano, el Presidente Nacional,y el Presidente Diocesano.

    En esta asamblea se revisa el curso 1944-45 y se expone el plan para el cursosiguiente, con discusin incluida por parte de los asistentes. Se subrayan las tandasde Ejercicios Espirituales y los distintos Cursillos. La cuarta conclusin afirma que setender a crear la Escuela de Dirigentes por parte del Consejo Diocesano.

    Las lecciones impartidas han tratado sobre el Joven de Accin Catlica, su perfilasctico, su formacin.

    Menciones expresas a la peregrinacin de Santiago que recoja esta crnicaencontramos propiamente una, cuando resea que Eduardo Bonnn, Presidente

    Diocesano, al final de su parlamento, termina centrando los ideales en Santiagocomo objetivo de los cursos inmediatos. En menor medida hay que valorar el hechode que despus de visitar al anciano Prelado para manifestarle la adhesin, hay otra

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    reunin entre otras cosas, para entregar los carnets del III Cursillo de Adelantadosde Peregrinos. El final de la crnica dice as: Por Santa Mara de Lluch! ASantiago!(71).

    Dos detalles a constatar de esta crnica que refleja la Asamblea de Noviembre de

    1945. Una la poca incidencia que todava tiene el tema "Santiago". Por supuestoque est presente, que los Cursillos que se anuncian se darn para preparar laperegrinacin, pero se detecta poco protagonismo todava. En segundo lugar, latpica presencia de "autoridades" propia de la poca, pero que resulta un tantochocante en un acto de juventud, salvo que sea un tanto explicable por el hecho deque se realiza en el saln del Ayuntamiento.

    La VIII Asamblea Diocesana tiene otro estilo muy distinto, al igual que cambianmucho las reseas y noticias que de la misma nos llegan en la revista (72). Secelebra los das 10 y 11 de mayo de 1947. Monseor Hervs preside el acto deapertura y presidir el acto de clausura. Se da lectura de la memoria del curso 1945-

    46, con 12 tandas de Ejercicios y 5 Cursillos. Se expone el plan del curso siguiente.A las 5 de la tarde del domingo 10, reciben la visita del Sr. Arzobispo Miralles. Seinaugura la Escuela de Dirigentes.

    En esta Asamblea hay dos ponencias: Obras Marginalesy Cmo llegar santos aSantiago.

    En vanguardia!era el titular que resuma la Asamblea. El Obispo haba exhortado ala oracin y al trabajo en sus palabras de apertura. Orar con gran confianza ytrabajar con abnegacin. Ambas cosas con moral de victoria. Su discurso declausura se puede resumir en un deseo: queremos jvenes de calidad, con unaformacin slida y una vida espiritual intensa.

    Las conclusiones de esta Asamblea Diocesana se elaboraron en dos bloquesdiferenciados, dada la diversidad de contenido que haba entre las dos ponencias.De la primera - que hace referencia el tema que nos ocupa- el ttulo ya lo indicabatodo. La conclusin es que para poder llegar santos a Santiago hay que sentir lailusin y el gozo de vivir en gracia y de amar ardientemente a Jesucristo. Para elloes preciso intensificar la piedad personal y colectivamente sobre todo los dirigentes,para poder arrastrar a los otros. Que los centros sean fragua de apstoles y que elplan del Consejo Diocesano - Cursillos, Ejercicios,... - se lleve a trmino.

    Dos detalles podramos remarcar tambin aqu: por un lado el protagonismo quetiene el Obispo tanto en la Asamblea como en las crnicas de la misma. Paradestacar la importancia que presta a sus jvenes, asiste incluso al acto inaugural,cosa infrecuente. En la clausura se explaya en el discurso. Ilusiona con su presenciay alimenta con su palabra. En segundo lugar, el protagonismo que tiene laperegrinacin a Santiago en el desarrollo y contenido de la Asamblea. Huelgarepetir el ttulo de la primera leccin.

    Finalmente, evidenciar cmo ha cambiado el estilo. La asamblea anterior y sucrnica se asemejan ms a las tpicas de aquellos aos 40. En sta se detecta un

    estilo distinto, ms fresco, ms jovial, hasta ms netamente eclesial eindependiente, sin presencia de autoridades civiles y militares.

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    La IX Asamblea Diocesana tiene lugar el 31 de enero y 1 de febrero de 1948 (73).La tarde del 31 se hace presente Mons. Hervs para bendecir la imagen de laVirgen de Lluch que ir a Santiago con los peregrinos y tambin para leer unmanifiesto del Cardenal Primado convocando a la juventud hispano-americana enSantiago para ser vanguardia de cristiandad. El sentido de la peregrinacin es hacer

    de la juventud mallorquina una juventud que viva en gracia.

    Se presentan tres ponencias, que versan sobre el funcionamiento de los centros,sobre las minoras que han de actuar en ellos, y la tercera sobre el Congreso deLluch. Para la Clausura van al Sagrario y rezan la "Hora Apostlica", una largaoracin que junto con otras, ha sido editada por el Consejo Diocesano en un libritotitulado Gua del Peregrino.

    Despus de leer la memoria del curso anterior y de distintos parlamentos -adestacar los del Consiliario Diocesano y el Presidente Diocesano, que da laconsigna del curso: En marcha!- el Obispo entrega a algunos miembros de la

    Escuela de Dirigentes una ficha de compromisos de piedad, estudio y accin, quefamiliarmente llaman el Cristo cuenta contigo.

    Termina la Asamblea con la alocucin del Obispo. Segn l, necesitamos apstolespara ser vanguardia de cristiandad, es decir, para infundir en la sociedad elautntico espritu del Evangelio. El Santo Padre quiere jvenes valientes, creyentes,vivos, santos, llenos de amor a Jesucristo. Valientes, alegres y entregadosconfiando plenamente en Dios.

    Mons. Hervs ha dejado los nimos de sus jvenes ms que enardecidos. En mediode la euforia general, acompaan al Obispo por las calles de Palma hasta el palacioepiscopal entre cantos y aclamaciones. Terminan ante el Sagrario de la capilla delobispado. Para redondear la fiesta, el Obispo les ha anunciado que se unir a ellosen la peregrinacin a Santiago de Compostela.

    Hay muchos detalles a destacar en esta Asamblea. La presencia del Obispo vuelvea ser notoria, al principio para leer el manifiesto del Primado y bendecir la imagen dela Virgen del Lluch, y al final para clausurarla hacindose eco de las palabras ydeseos del Santo Padre y enardeciendo el ambiente. El clima va in crescendoconmucha intensidad y ritmo y se desborda juvenilmente por las calles de la ciudad conun Obispo joven, rodeado de un cortejo ciertamente inusual. La consigna de la

    Asamblea expresa la inmediatez del acontecimiento que ha ido llenando de sentidosus ilusiones y sus quehaceres.

    No quiero dejar de mencionar dos detalles de la crnica, discretos, perosignificativos para el futuro. Ha sido editado por el Consejo un librito titulado Guadel Peregrino, que se da a conocer en aquella Asamblea segn resea la crnica. Elttulo del librito lo dice todo, es la gua espiritual para el peregrino. Este librito es eloracional tpico que los cursillistas de cristiandad tienen, y que continaentregndose a cada asistente a un Cursillo hoy da. Actualmente, y as ha sidosiempre en los Cursillos, tambin se entrega una hoja de compromisos en las tresvertientes de piedad, estudio y accin, continuadora del Cristo cuenta contigoque el

    Obispo estreg a miembros de la Escuela de Dirigentes en esta Asamblea.

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    B. Preparacin ideolgica.

    Las Peregrinaciones, Asambleas, y el Congreso de Lluch fueron actos queenardecieron los nimos, que encendieron los corazones, que fortalecieron lasvoluntades.

    Por otra parte los Ejercicios, Cursillos, Retiros daban alimento al espritu y a lamente, as como la Escuela de Dirigentes. En el apartado anterior hemosexaminado los Cursillos de Adelantados y de Jefes de Peregrinos, y hemos visto enellos los antecedentes prximos de los Cursillos de Cristiandad. Yo destacaratambin otras dos realidades que alimentaron y dieron contenido doctrinal a lapreparacin de la peregrinacin. En primer lugar, una serie de artculos aparecidosen "Proa" bajo el ttulo Etapas de un peregrinar, firmados por don Sebastin Gay, yen segundo lugar, la Carta Pastoral que Monseor Hervs dirige a los jvenesmallorquines de Accin Catlica con motivo de la peregrinacin.

    Curiosamente, los dos elementos sealan momentos clave a mi entender dentro dela preparacin a Santiago. Etapas de un peregrinarse publica mensualmente dediciembre del 45 a junio del 46. Tras la interrupcin del verano, hay otras tresseguidas de octubre a diciembre del 46. Ntese que la VII Asamblea Diocesana,segn nuestro anlisis, haba tenido escaso color compostelano. Estamos ennoviembre de 1945. La VIII Asamblea Diocesana (mayo de 1947) tiene un estilomuy distinto y un sabor mucho ms marcado a peregrinacin. Entre una y otra sesitan estas Etapas de un peregrinarque sin duda realizaron un serio trabajoformativo de fondo. Como prembulo de la primera, viene una nota explicativa:Cumpliendo el plan de actividades sealado en el lema "Estudio", aprobado en laAsamblea para el presente curso, empezamos en este nmero una serie deartculos bajo el ttulo "etapas de un peregrinar", en torno al tema "la gracia y lacaridad" enfocado bajo el prisma de Santiago. Los artculos irn divididos enepgrafes o partes, para que puedan servir de norma y pauta, si pareciere bien, paralas reuniones de estudio del mes. Se ha encargado de su redaccin el Rdo. D.Sebastin Gay, Pbro.(74).

    La Carta Pastoral de Mons. Hervs aparece en "Proa" (75), en el nmerocorrespondiente a abril de 1948, el mismo mes en que tiene lugar el Congreso deLluch. Continuando con el argot atltico, creo que se puede definir como el sprintfinal de la preparacin doctrinal. Tambin tiene una nota en que se explica que se

    leer en los crculos de estudio de los jvenes de Accin Catlica, y tambin detodas las dems Asociaciones juveniles.

    Intentaremos ahora hacer una sntesis de la doctrina contenida en ambos lugares.

    - Artculos de Sebastin Gay.

    Los siete artculos que aparecen como Etapas de un peregrinaren el curso 45-46,de diciembre a junio, tratan del sentido de la vida, de la gracia, de los sacramentos,

    la oracin, el pecado, Cristo y Mara, y por ltimo, la Iglesia. Un pequeo yenjundioso compendio de la vida cristiana.

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    Comienza la primera "etapa" en diciembre de 1945: En marcha, los peregrinos!.Somos viandantes, seres en camino hacia la eternidad, y caminamos por la fe. Lameta es Dios. No hay que embelesarse en el camino. Los atractivos del caminolejos de ser rmora, han de ser estmulo para llegar a la meta: Dios.

    Hay que llegar santos. Porque Dios es santo y nos llama a la santidad. El sentidoespiritual y profundo de la peregrinacin es la santidad. La peregrinacin a Santiagoes un jaln de la peregrinacin hacia Dios por caminos de santidad (76).

    La segunda etapa nos habla de la vida del peregrino, la gracia del peregrino. Lasantidad es hacer la voluntad del Padre, dciles al Espritu, en la Iglesia. La santidadconsiste en vivir la vida de la gracia que Dios comunica. Es imposible para elhombre. Es posible cimentados en Cristo, vivificados por l, incorporados a laIglesia, por la gracia. Slo con ella soy peregrino de santidad.

    La gracia es el don ms grande. Don sobrenatural, permanente, que, en virtud de

    los mritos de Cristo, infunde Dios y por el que Dios se infunde en el alma para lasalvacin eterna del hombre. Sus efectos son la justificacin, la filiacin divina, laparticipacin en la naturaleza divina, el ser templos del Espritu Santo y herederosde Dios (77).

    La tercera etapa nos presenta los sacramentos como fuente en el desiertode la vidadel peregrino. Los sacramentos son las fuentes de la gracia, merecida por Cristo yrecibida en la Iglesia. Son signos sensibles instituidos por Cristo, para significar ycomunicar la gracia. Sacramentos "de vivos" y "de muertos". Todos confieren juntocon la gracia santificante, la gracia sacramental. Tres de ellos imprimen carcter.

    La Eucarista es el ms sublime. Alimenta y vivifica al peregrino, le da vigor deespritu, madurez de juicio, agilidad para seguir hacia la cumbre. Ni un da sin l!(78).

    En la cuarta etapa nos encontramos con otro elemento indispensable para elperegrino, la oracin, que se convierte en cayado, brjula y norte. La brjula quemarca el norte es la oracin. El cayado en el que apoyarse en las dificultades es elcontacto con el Seor. Dilogo amoroso con Dios.

    Necesitamos la oracin. Para alabarle, darle gracias e interceder. Tambin para

    pedir su perdn. Oracin vocal y oracin meditativa. Confianza en la oracin depeticin ya que el Seor nos ha dicho que pidamos y as recibiremos. Ah est lafuente del optimismo, el triunfo asegurado, la fuente de la alegra (79).

    Confianza en la oracin y confianza en Dios, pero no "confiarse" nunca, no dormirseen los laureles, porque podemos tropezar y caer en los "baches" del camino, esdecir en el pecado (80).

    La gracia no destruye la naturaleza, sino que la realza, la sublima, la endiosa. Lagracia nos transforma. Hay que morir al hombre viejo y nacer al nuevo. La anttesisde la gracia es el pecado. Es el bache que paraliza en el camino e impide seguir la

    ruta. La gracia es la fuente del autntico optimismo. Todo lo humano que no seapecado es compatible con la gracia.

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    La peregrinacin no funciona anrquicamente, sino en orden, por eso la sexta etapaprofundiza sobre la Cabeza de la peregrinacin. La Iglesia es el Cuerpo Mstico deCristo. El principio vital que nos unifica y vivifica es la gracia de Cristo que noscomunica el Espritu Santo. La Cabeza del Cuerpo Mstico es Cristo. Rige todo elCuerpo y de l deriva la vida del Cuerpo.

    Todos estamos llamados a ser miembros de la Iglesia Santa, por eso somosllamados a la romera de la santidad. Los que viven en gracia reciben la vida deCristo. El principal de los miembros es Mara. Ella nos dio a Cristo. Dispensadora detoda gracia y Madre de los peregrinos (81).

    La ltima etapa de este curso, la sptima, nos ensea cmo es La vida delperegrino, una vida en familia, una vida en Iglesia (82). Los miembros de la Iglesia,Cuerpo Mstico de Cristo, deben vivir para s, para los dems y para todo el Cuerpo.

    Vivir para s es vivir la propia vida. Cristo es la fuente de la vida. Vivir para s ser,

    pues, introducir a Cristo en s, llenarse de l.

    Vivir para los dems miembros. Comunidad y comunicacin de vida en el CuerpoMstico.

    Vivir para el Cuerpo Mstico. La Iglesia debe crecer en calidad y cantidad. Vivir parala Iglesia es sentir con ella, trabajar por ella, entregarse a ella.

    El curso 46-47 est jalonado por tres etapas ms. La primera es una actualizacindel espritu peregrino al principio de curso, la segunda es un aviso de navegantes, yla tercera viene a ser un exhaustivo plan de vida cristiana.

    Tras el lapsus del verano, hay que actualizar el espritu peregrino. La "etapa" deoctubre se titula Otra ms!. Nos hallamos ante un nuevo curso. Hay que retomarconcha y bordn, y lanzarse camino de Santiago. A Santiago, santos. Es precisolevantar el espritu para una nueva etapa mayor y mejor (83).

    Sal, espuela, luz y aliento es el ttulo de la etapa de noviembre. Es un aviso para losque no caminan con paso de peregrino.

    Aviso a los desalados, los que llevan rotas las alas, tienen el gusto estragado y se

    arrastran a ras de tierra. Aviso a los aletargados. Duermen un sueo soporfero. Sonjvenes viejos. Aviso a los desalentados, que son incapaces de sacrificio.Empezaron el camino, pero se frenan por las dificultades. Aviso a los despistados, alos desorientados que quedan junto al camino sin saber qu direccin tomar (84).

    La dcima etapa es un plan de vida para el peregrino que plantea la meta y loscaminos para alcanzarla, es el Itinerario del peregrino de Cristo. Ofrecemos unextracto sinttico: (85)

    Meta suprema: ser un autntico apstol. Ser sal, luz, fermento, gua. La misin esconquistar.

    Caminos para llegar a la meta: piedad, estudio y accin.

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    Piedad:metas:

    - conservar y defender a Cristo en m a travs de lavigilancia, la lucha y la oracin.- desarrollar a Cristo en mi alma a travs de lossacramentos, el estudio y la prctica de virtudes.

    Estudio:metas:

    - conocer al Cristo personal y al Cristo mstico,-dejar de lado la literatura insana e intil- y reflejar lasenseanzas en mi vida.

    Accin:metas:

    - imprimir a Cristo en las almas de los jvenes.- tcnica de conquista: tres cooperaciones: de Dios, delapstol y del sujeto.- armas: virtudes humanas, oracin, cruz, prudencia audaz.

    Pastoral del Obispo Hervs.

    La Carta Pastoral (86)de Monseor Hervs est dirigida a los jvenes de Mallorca yse puede sintetizar diciendo que se trata de una exhortacin a peregrinar a Santiagosantos, viviendo la vida de la gracia, sintiendo con la Iglesia para devolver a la vidael sentido de peregrinacin.

    El Obispo exhorta a sus jvenes a responder generosamente a la invitacin delPrimado visitando el sepulcro del Apstol dentro del Ao Santo Compostelano, y node cualquier manera ya que la consigna es esta: A Santiago, santos!, es decir,viviendo la vida de la gracia, incorporados a Jesucristo en el Espritu Santo. Santos,esto es, dispuestos a defender en lucha a muerte, contra este mundo pecador quequiere devorar a nuestros jvenes, la vida del alma, que es la nica vida verdadera

    (87).Adems de vivir la vida de la gracia, el hecho de participar en la peregrinacindemuestra el sentir con la Iglesia, que es muy importante en este momento porquemuchas personas lo estn perdiendo, adems de recibir las gracias propias del AoSanto.

    Todo ello ha de servir para devolver el sentido de peregrinacin a la vida, en la lineams genuinamente cristiana. Los materialistas buscan la felicidad perfecta en estavida, negando la trascendencia y el sentido de peregrinacin. El cristiano, por elcontrario, sabe que no tiene aqu su morada definitiva, y siempre est en camino

    hacia la patria celestial, donde est la meta final de su peregrinacin.

    En nombre de Mara y consagrados a ella. Acaba la Carta Pastoral con una fraselgica para clausurar un escrito como este, pero que desde la perspectiva de losaos no podemos negarle una cierta visin proftica: Caminad, peregrinos; quesean stas como unas maniobras espirituales para templar los espritus y tenerlospreparados para las futuras empresas en el nombre del Seor. (88)

    Nota_61 Cf. C. Gil, o. c., p. 550.

    Nota_62 Cf. C. Gil, p. 550.

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    Nota_63 Cf. "Proa", n. 94, septiembre de 1946, p. 1.

    Nota_64 "Proa", n. 94, septiembre de 1946, p. 1.

    Nota_65 "Proa", n. 95, octubre de 1946, p. 3.

    Nota_66 Cf. "Proa", n. 104, julio de 1947, pp. 1 y 3.

    Nota_67 "Proa", n. 106, septiembre de 1947, p. 1.

    Nota_68 "Proa", n. 108, noviembre de 1947, p.3.

    Nota_69 Cf. "Proa", n. 114, mayo de 1948, pp. 1-8.

    Nota_70 Cf. "Accin Catlica",n. 85, diciembre de 1945, pp. 1-2. As se denomina elsuplemento del Boletn Oficial del Obispado de Mallorca que inmediatamente despus pasa llamarse "Proa".

    Nota_71 Cf. "Accin Catlica",n. 85, diciembre de 1945, p. 2..As se denomina elsuplemento del Boletn Oficial del Obispado de Mallorca que inmediatamente despus pasa llamarse "Proa"

    Nota_72 Cf. "Proa", n. 102 , 103 y 104, correspondientes a mayo, junio y julio de 1947.

    Nota_73 Cf. "Proa", n. 111, febrero de 1948, pp. 1-6.

    Nota_74 "Accin Catlica", n. 85, diciembre de 1945, p. 5.

    Nota_75 Cf. "Proa", n. 113, abril de 1948, pp. 2-3.

    Nota_76 Cf. "Accin Catlica", n. 85, diciembre de 1945, p. 5.

    Nota_77 Cf. "Proa", n. 86, enero de 1946.

    Nota_78 Cf. "Proa", n. 87, febrero de 1946, pp. 3-4.

    Nota_79 Cf. "Proa", n. 88, marzo de 1946, pp. 3-4.

    Nota_80 Cf. "Proa", n. 89, abril de 1946. Esta referencia est sin paginar debido a que no

    dispongo de este nmero de la revista original sino de una transcripcin hecha a mquinade lo esencial de dicho nmero, segn consta en la coleccin personal de Sebastin Gay.

    Nota_81 Cf. "Proa", n. 90, mayo de 1946, pp. 3-4.

    Nota_82 Cf. "Proa", n. 91, junio de 1946, pp. 3-4.

    Nota_83 Cf. "Proa", n. 95, octubre de 1946, p. 4.

    Nota_84 Cf. "Proa", n. 96, noviembre de 1946, p. 4.

    Nota_85 Cf. "Proa", n. 97, diciembre de 1946, p. 4.

    Nota_86 "Proa", n. 113, abril de 1948. Dptico sin paginar que acompaaba a la revista.

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    Nota_87 "Proa", n. 113, abril de 1948. Dptico sin paginar que acompaaba a la revista.

    Nota_88 "Proa", n. 113, abril de 1948. Dptico sin paginar que acompaaba a la revista.

    4. PEREGRINACIN A SANTIAGO.

    La revista "Proa" (89)nos narra las andanzas de los 700 peregrinos mallorquines,desde la tarde del 25 de agosto hasta la maana del tres de septiembre.

    Se concentran la tarde del 25 en la Plaza de Santa Eulalia, y se entusiasman con lallegada de la Virgen de Lluch. Don Sebastin da lectura a la carta del Obispo, queno les puede acompaar en la peregrinacin, pero les exhorta a traer el fuego de

    Santiago a los jvenes que no acaban de encontrar el camino de la vida, pero estnesperando el mensaje de vida y de gracia. Los jvenes peregrinos son la esperanzay la ilusin de la Iglesia. Embarcan rumbo a Barcelona y llegan al amanecer del 26.

    A las 13.30 del da 26, junto a menorquines y catalanes, se congregan en la Merced,y despedidos por el Obispo de Barcelona, emprenden la segunda etapa, haciaMadrid. Llegan a las 9.30 del da siguiente. De Madrid salen al mediodaacomodados en 17 camiones camino de Santiago. San Rafael, Valladolid, Medinade Rioseco, y descanso en Len. A las seis de la maana del da 28 parten denuevo, se detienen en Lugo para comer, y al anochecer llegan a Santiago, la meta.

    Llegan a la explanada de la Residencia Universitaria y se suman a los actos de laPeregrinacin. Diversos Obispos van dirigiendo distintas oraciones desde losmicrfonos. Despus, un gran Acto Eucarstico, y la palabra del Papa.Seguidamente, un pequeo descanso y la cena correspondiente.

    Posteriormente, tiene lugar el rezo del Santo Rosario y la preparacin para lacelebracin de la Eucarista. A las dos del la madrugada del da 29, se celebra laMisa, centro de la peregrinacin, momento clave y cumbre para el que se hanestado preparando durante aos. Actualizan el sacrificio del Cristo y ofrecen sussacrificios de peregrinos. Terminada la Misa, van a descansar a las iglesias de

    Santiago y a la catedral, que a tal efecto abrirn sus puertas.A la maana siguiente, visita al sepulcro del Apstol, y a las 10, el ltimo acto oficial,solemne pontifical presidido por el Primado de Espaa, Legado Pontificio de laperegrinacin. En el momento del ofertorio, la juventud de Accin Catlica deEspaa ofrece una patena y un cliz a la Iglesia de Santiago en recuerdo de laperegrinacin. Y al final, un acto de afirmacin proclamando los deseos de santidad,la unidad de la juventud catlica frente al mal y la adhesin a la Iglesia y al Papa.

    A las seis de la tarde del da 29 abandonan Santiago. Lugo, Ponferrada, Len,Madrid y Barcelona, sern las etapas del Viaje de vuelta. A las nueve de la noche

    del da dos de septiembre embarcan en Barcelona rumbo a Mallorca.

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    Llegan a Mallorca la maana del da 3, y el recibimiento es multitudinario. Se entonaun Te Deum de accin de gracias, y encabezados por la Virgen de Lluch se abrenpaso hasta la Plaza de Cort. Reciben la bienvenida del alcalde, y don SebastinGay, consiliario diocesano, es llevado a los balcones del ayuntamiento para quedirija unas palabras, en medio de la euforia general. Ser un resumen profundo y

    lapidario, sintetizando el sentido de la peregrinacin y la proyeccin de futuro:Fuimos a Santiago 700 peregrinos. Volvemos 700 apstoles para iniciar la marchade la conquista sobre la juventud(90).

    La portada de ese nmero de "Proa" es enormemente significativa. Contiene doseditoriales. Uno titulado Cara al ayerfirmado por el Presidente diocesano, que dalas gracias a cuantos colaboraron a la realizacin de la peregrinacin, el otro,titulado Cara al maana, firmado por el Consiliario diocesano, que plantea laproyeccin de continuidad que hay que dar a la experiencia de la peregrinacin contodo lo que haba supuesto de renovacin, de formacin y de crecimiento desde losaos anteriores en que se haba ido preparando. Extraemos los tres prrafos ms

    significativos:

    No podemos vivir de recuerdos. La vida es algo ms. No podemos anquilosarnospensando en la grandeza de ayer. Hay que proyectar hacia el maana la impresiny la leccin de los das que, por la gracia de Dios, nos cupo en suerte vivir.

    Santiago no era una meta final sino un punto de partida. No bamos all a una"parada" apostlica, sino a un "reenganche" apostlico. No bamos a buscar relevo ydescanso, sino a pedir fuerzas y posibilidades de conquista, a merecer servanguardistas y adelantados. No decamos: He ah, Seor, lo que hemos hecho.Decamos: Seor, dinos lo que quieres que hagamos. Quienes se conforman con loque hicieron, no merecen haber sido peregrinos.

    Si los dirigentes quisiramos de veras! Y es hora de querer. Hay que dar cauce atanta vida. Hay que canalizar tanto potencial. No se puede dejar estancada tantaactividad. Hay que echar la inteligencia, el corazn, la voluntad, los brazos, lasrodillas, en la empresa apostlica(91).

    Vemos claramente la intencin de continuidad. La mirada al futuro es clara ydecidida. El final del escrito es una concrecin prctica para el curso quecomenzaba: Qu hemos hecho desde entonces? El Consejo tiene elab