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    633Estudios Constitucionales, Ao 11, N 12013, pp. 633 - 654

    AFINANDO LAS CUERDAS DE LA ESPECIALARTICULACIN ENTRE EL DERECHO

    INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOSY EL DERECHO INTERNO*1

    COMENTARIODELASENTENCIADELACORTEDEAPELACIONESDERANCAGUAENELCASODELHOMICIDIOSIMPLEDELUISALMONACID

    ARELLANO, SENTENCIADEFECHA14 DEENERODE2013

    GONZALOAGUILARCAVALLO**2

    Profesor Universidad de Valparaso y Andrs Bello

    INTRODUCCIN

    La Sentencia de la Corte de Apelaciones de Rancagua en el caso del Homici-dio simple de Luis Almonacid Arellano, de fecha 14 de enero de 2013, aborda eltradicional tpico de la articulacin entre el derecho internacional y el derechointerno, pero centrado, en este caso, en el campo especfico de los derechoshumanos.

    El fallo que se pretende examinar, abunda en apreciaciones y afirmacionesrespecto de principios y valores que rigen la relacin entre estos dos mbitos delderecho, a saber, el derecho internacional y el derecho de creacin interna delEstado. Desde nuestra ptica, esta sentencia representa una inusual ocasin en laque un tribunal chileno aborda con profundidad diversos aspectos derivados dela relacin derecho internacional y derecho interno. Muchos de estos aspectos seencuentran controvertidos tanto en la doctrina como en la jurisprudencia y eneste caso, la Corte de Apelaciones, adopta su posicin. Es evidente que este falloes el el reejo de cuestiones jurdicas que se plantean en forma creciente en el

    *Trabajo recibido el 6 de marzo y aprobado el 27 de marzo de 2013.**Abogado (Chile), Doctor en Derecho (Espaa), Magster en Relaciones Internacionales (Espaa), Msteren Derechos Humanos y Derecho Humanitario (Francia). Posdoctorado en el Max Planck Institute forComparative Public Law and International Law (Heidelberg, Alemania). Profesor de Derecho de la Uni-versidad de Valparaso (Valparaso, Chile) y de la Universidad Andrs Bello (Santiago, Chile). [email protected]

    Estudios Constitucionales, Ao 11, N 1, 2013, pp. 633 - 654.ISSN 0718-0195

    Centro de Estudios Constitucionales de Chile Universidad de TalcaAfinando las cuerdas de la especial articulacin entre el derecho internacional

    de los Derechos Humanos y el derecho internoGonzalo Aguilar Cavallo

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    mundo contemporneo ante los tribunales estatales y que demandan de los juecesel dominio, aplicacin, interpretacin y ponderacin simultnea de un derechode creacin exclusivamente estatal y del derecho internacional.

    En trminos generales, este caso trata de la ejecucin efectiva de la decisin dela Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante la Corte IDH) en elcasoAlmonacid Arellano y otros vs. Chilede 2006. En dicha decisin, la Corte IDHdeclar por unanimidad que al pretender amnistiar a los responsables de delitosde lesa humanidad, el Decreto Ley N 2.191 es incompatible con la ConvencinAmericana y, por tanto, carece de efectos jurdicos, a la luz de dicho tratado. Y,junto con ello, los jueces interamericanos, por unanimidad, dispusieron respectode Chile que el Estado debe asegurarse que el Decreto Ley N 2.191 no sigarepresentando un obstculo para la continuacin de las investigaciones de la eje-

    cucin extrajudicial del seor Almonacid Arellano y para la identificacin y, ensu caso, el castigo de los responsables []1. Cabe agregar en este contexto, quecon anterioridad el Estado de Chile ha ejecutado varias sentencias condenatoriasde la Corte Interamericana, por ejemplo, en el conocido caso de la ltima Ten-tacin de Cristo y el caso Claude Reyes y otros2. Como se recordar, estos casosimplicaron para su cumplimiento o como consecuencia del mismo la reforma ala Constitucin chilena y la dictacin de nueva legislacin.

    Desde una perspectiva general, las principales lneas argumentativas de la Cortede Apelaciones de Rancagua apuntan a que es el propio Estado de Chile quien

    voluntariamente se ha obligado a ejecutar las sentencias de la Corte Interameri-cana de Derechos Humanos y ha aceptado la competencia y la interpretacin dela Corte IDH. Adems, agrega que no le corresponde al juez nacional calificar,sino slo cumplir el fallo internacional.

    I. LOSHECHOS

    Este caso penal es el resultado de la decisin de la Corte IDH en 2006 enel casoAlmonacid Arellano y otros vs. Chile3. En dicha decisin, la Corte Intera-

    1 Corte IDH: Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones yCostas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C N 154, p. 65.2 Corte IDH: Caso La ltima Tentacin de Cristo (Olmedo Bustos y otros) vs. Chile. Fondo, Reparacionesy Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C N 73; Corte IDH: Caso Claude Reyes y otros vs. Chile.Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de septiembre de 2006. Serie C N 151.3 Corte IDH: Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones yCostas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C N 154.

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    mericana de Derechos Humanos conden al Estado de Chile por haber violadola Convencin Americana sobre Derechos Humanos (en adelante, la CADH)al haber aplicado por sus tribunales nacionales el Decreto Ley N 2.191 de1978 sobre Amnista4, sobreseyendo la causa, e impidiendo a las vctimas elacceso a la justicia. Cabe resaltar que los hechos de este caso fueron calificadospor la Corte IDH como crmenes internacionales por su especial gravedad yenvergadura. En este contexto, la Corte IDH confirma que no caben pres-cripciones, amnistas o indultos tendientes a lograr la impunidad respecto deeste tipo de crmenes. Y que todo proceso que se haya beneficiado de este tipode amnistas es un proceso aparente que genera justamente una cosa juzgadaaparente o fraudulenta.

    Frente a esta condena de la Corte IDH, la Corte Suprema orden remitir los

    antecedentes al juez instructor para que disponga lo que corresponde en derecho.En efecto, el fallo seala que en el exclusivo marco de nuestro sistema judicialinterno, la situacin ya ha sido despejada por la resolucin de la Excma. CorteSuprema que dispuso remitir los autos, que se encontraban archivados ante elJuzgado Militar, al Sr. Ministro Instructor5. Frente a esta decisin de la CorteSuprema chilena, el juez instructor luego de superar un conicto de competen-cias reabri el sumario y orden una serie de diligencias. Finalmente, el procesoculmin en una sentencia condenatoria. Esta sentencia condenatoria fue recurridaante la Corte de Apelaciones de Rancagua, que se pronunci en ltimo trmino

    a travs de la sentencia que en este acto se comenta.

    II. CULESSONLOSPASOSARGUMENTALESQUESIGUEELTRIBUNAL?

    En trminos bastante lgicos, la Corte de Apelaciones sigue bsicamente dospasos a lo largo de su sentencia. En primer lugar, centra y encuadra la cuestinjurdica medular sobre la cual debe pronunciarse (1) y en segundo lugar, concen-tra su atencin en la cuestin relativa a si es posible ejecutar el fallo de la CorteInteramericana de Derechos Humanos o si existira algn argumento, como elde la cosa juzgada, que lo impedira (2).

    4 Artculo 1. Concdese amnista a todas las personas que, en calidad de autores, cmplices o encubridoreshayan incurrido en hechos delictuosos, durante la vigencia de la situacin de Estado de Sitio, comprendidaentre el 11 de Septiembre de 1973 y el 10 de Marzo de 1978, siempre que no se encuentren actualmentesometidas a proceso o condenadas.5 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 10.

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    1 DEFINELACUESTINJURDICAARESOLVER

    Desde este punto de vista, la Corte de Apelaciones parece tener claro cul es

    el punto central de la discusin, aun cuando se enreda en los trminos. En efecto,por un lado, la Corte de Apelaciones parece indicar que el debate se centra enla fuerza obligatoria de la sentencia expedida por la Corte IDH, al sealar quetoda la cuestin aqu, para estos efectos, se reduce a determinar cul sea la fuerzaobligatoria de la sentencia expedida por la Corte Interamericana de DerechosHumanos, con fecha 26 de septiembre de 2006, en el caso denominado Almo-nacid Arellano y otros contra Chile, frente a la existencia de un sobreseimientodefinitivo previamente dictado en la causa criminal que se instruyera precisamentepor la muerte del Sr. Almonacid6.

    Pero luego, por otro lado, hace alusin al cumplimiento de la sentencia pro-nunciada por la Corte IDH, cuando indica que o bien la sentencia a que hacemosreferencia no se cumple, por chocar con la cosa juzgada interna, o, de cumplirse,no puede atenderse a la alegacin de la defensa, ni en cuanto a la amnista, puesel fallo internacional prohbe aplicarla a la especie, ni en cuanto a la prescripcin,pues tambin de modo expreso la Corte Interamericana ha dicho que ste es uncaso de delito de lesa humanidad, y que en tal calidad resulta imprescriptible,conforme a las reglas del derecho internacional de los derechos humanos, quedeben primar sobre las del derecho interno7.

    A nuestro modo de ver, la fuerza obligatoria de la decisin de la Corte IDHdifiere de su ejecucin o cumplimiento. En efecto, esta sentencia y todas las sen-tencias de la Corte IDH son obligatorias, esto es lo propio de cualquier tribunal,pero, adems, es exactamente eso lo que los Estados acordaron en la ConvencinAmericana de Derechos Humanos8.

    Junto con ello, los Estados parte en la CADH se obligaron a ejecutar y darlecumplimiento a los fallos de la Corte IDH9. Es ms, en el caso de sentencias

    6 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.

    Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 1.7 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 2.8 Artculo 67. El fallo de la Corte ser definitivo e inapelable. En caso de desacuerdo sobre el sentido oalcance del fallo, la Corte lo interpretar a solicitud de cualquiera de las partes, siempre que dicha solicitudse presente dentro de los noventa das a partir de la fecha de la notificacin del fallo.9 Artculo 68: 1. Los Estados Partes en la Convencin se comprometen a cumplir la decisin de la Corteen todo caso en que sean partes.

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    que dispongan indemnizaciones, los Estados parte se obligaron especficamentea adoptar un sistema de ejecucin en particular10.

    Dentro de los argumentos adelantados por la defensa de los acusados seencuentra la prescripcin y la ya mencionada amnista. Sin embargo, en su afnpor centrar el debate, la Corte de Apelaciones desplaza estos dos argumentos dela discusin principal y se focaliza en la cosa juzgada y menormente en el prin-cipio ne bis in idem. En efecto, la Corte de Apelaciones afirma que la cuestinsobre por qu podra dejar de cumplirse el fallo de la Corte Interamericana serefiere no a la prescripcin o la amnista, entonces, sino antes que ello a la cosajuzgada11.

    De este modo, la Corte de Apelaciones destina sus primeros razonamientosa discurrir si es que la cosa juzgada es una justificacin suficiente para dejar de

    cumplir con el fallo de la Corte IDH. Con todo, desde el comienzo de su fallola Corte de Apelaciones nos adelanta que su solucin jurdica ser afirmar la eje-cucin de la sentencia de la Corte IDH. As, el tribunal de apelacin nos indicaque la cuestin propuesta la tiene que resolver la judicatura nacional a favor dela aplicacin del fallo de la Corte Interamericana, por diversas razones12.

    2 PORQUDEBEOPTARSEPOREJECUTARELFALLODELACORTEIDH?

    Como se ha mencionado, la Corte de Apelaciones concentra su atencin enla cuestin de si es posible ejecutar el fallo de la Corte Interamericana de Dere-

    chos Humanos o si existira algn argumento, como el de la cosa juzgada, que loimpedira. En este sentido, el tribunal de apelacin desarrolla bsicamente cuatroargumentos: En primer lugar, seala que el Estado ha otorgado su consentimientoen obligarse respecto de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos y,adems, ha habido un reconocimiento expreso de parte del propio Estado de lajurisdiccin y competencia de la Corte IDH. En segundo lugar, afirma la supre-maca del derecho internacional por sobre el derecho interno. En tercer lugar, losjueces de alzada indican que la conveniencia o no de someterse a la jurisdiccin dela Corte IDH es una decisin poltica ajena a los jueces. Y, por ltimo, confirman

    10 Artculo 68: [] 2. La parte del fallo que disponga indemnizacin compensatoria se podr ejecutar en elrespectivo pas por el procedimiento interno vigente para la ejecucin de sentencias contra el Estado.11 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 3.12 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 5.

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    que el Estado de Chile no poda ignorar que la Corte IDH ya haba desarrolladola doctrina de la cosa juzgada aparente en su jurisprudencia.

    a) El Estado ha otorgado su consentimiento en obligarse respecto de la ConvencinAmericana sobre Derechos Humanos y, adems, ha reconocido expresamente la

    jurisdiccin y competencia de la Corte IDH

    La primera de las razones invocadas por la Corte de Apelaciones de Rancaguaencuentra su fundamento ltimo en la teora general del derecho internacionalpblico, y, particularmente, en las obligaciones que emanan para el Estado a partirde los principios generales, la costumbre y las normas convencionales. En cuantoa los principios generales y a las obligaciones internacionales consuetudinarias,

    ya la Corte Permanente de Justicia Internacional haba afirmado la obligacindel Estado de adecuar su comportamiento y la globalidad de su orden jurdicointerno a las obligaciones internacionales (convencionales y consuetudinarias)que ha asumido13. As, se haba sealado que [u]n Estado que ha contradoobligaciones internacionales vlidas, est obligado a hacer las modificaciones quesean necesarias dentro de su legislacin, para garantizar el cumplimiento de lasobligaciones adquiridas14.

    Igualmente, en este sentido, tal como lo seal el Juez Seplveda Amor de laCorte Internacional de Justicia, [l]a Corte ha afirmado repetidamente dentro desu jurisprudencia que un Estado no puede invocar derecho interno para justificarsu incumplimiento de una obligacin jurdica internacional. Al realizar la accinrequerida en la sentencia del caso Avena, Estados Unidos no puede invocar suConstitucin frente a otro Estado con el fin de evadir obligaciones que le incum-ben en virtud del derecho internacional o los tratados en vigor15. Este mismo

    13 MONROYCABRA, Marco Gerardo: El Derecho Internacional como fuente del Derecho Constitucional,enACDI, Ao 2008, N 1, 107-138; MOYANOBONILLA,Csar: El principio de la primaca del derechointernacional, enJurdica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, nm.24, 1995-1, pp. 311-337.14 Intercambio de Poblacin Griega y Turca, Opinin Consultiva del 21 de febrero de 1925, PCIJ, serieB, nm. 10, 1925, p. 20; Request for Interpretation of the Judgment of 31 March 2004 in the case con-cerning Avena and other Mexican Nationals (Mexico v. United States of America) (Mexico v. United Statesof America) Judgment of 19 January 2009, I.C.J. Reports 2009. Dissenting opinion of Judge Seplveda-

    Amor, para. 8, p. 33.15 Vid. Tratamiento de Nacionales Polacos y Otras Personas de Origen Polaco o Idioma en el Territorio deDanzing, Opinin Consultiva, 1932, PCIJ, series A/B, nm. 44, p. 24; Request for Interpretation of the

    Judgment of 31 March 2004 in the case concerning Avena and other Mexican Nationals (Mexico v. United

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    principio ha sido reiterado en diversas ocasiones por la Corte Interamericana deDerechos Humanos16. Por ltimo, la Corte Permanente de Justicia Internacionalha reconocido en sus sentencias el principio firmemente establecido de derechointernacional consistente en que si la adecuada y apropiada aplicacin de unaConvencin estuviera en conicto con alguna ley o reglamento local o interno,estos ltimos no prevaleceran por sobre la Convencin17.

    Adems, desde el punto de vista convencional, el argumento que esgrime laCorte de Apelaciones encuentra su concrecin en la Convencin de Viena sobre elDerecho de los Tratados de 1969, en sus artculos 26 y 27, que son las disposicio-nes relativas a la observancia de los tratados18. En efecto, la Corte de Apelacionesde Rancagua seala que ha sido el propio Estado quien se ha obligado a ello,al ratificar tanto la Convencin Interamericana de Derechos Humanos como la

    competencia misma del tribunal19.A propsito del argumento de que el Estado de Chile ha tomado voluntaria-

    mente la decisin de obligarse por la CADH y ha voluntariamente reconocidoy aceptado la competencia para pronunciarse sobre los derechos contenidos enla Convencin, la Corte de Apelaciones, aprovecha de razonar sobre dos puntos

    States of America) (Mexico v. United States of America) Judgment of 19 January 2009, I.C.J. Reports 2009.Dissenting opinion of Judge Seplveda-Amor, para. 8, p. 33.16 En esta misma lnea de ideas, esta Corte ha establecido que [s]egn el derecho internacional las obli-

    gaciones que ste impone deben ser cumplidas de buena fe y no puede invocarse para su incumplimiento elderecho interno. Esta regla ha sido codificada en el artculo 27 de la Convencin de Viena sobre el Derechode los Tratados de 1969. Corte IDH: Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares,Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C N 154, para. 124; Cfr.Responsabilidad Internacional por Expedicin y Aplicacin de Leyes Violatorias de la Convencin (Arts. 1y 2 Convencin Americana sobre Derechos Humanos). Opinin Consultiva OC-14/94 de 9 de diciembrede 1994, Serie A N 14, para. 35.17 In the first place, it is a generally accepted principle of international law that in the relations betweenPowers who are contracting Parties to a treaty, the provisions of municipal law cannot prevail over those ofthe treaty. [] In these circumstances, if a proper application of the Convention were in conict with somelocal law, the latter would not prevail over the Convention. The Greco-Bulgarian Communities. AdvisoryOpinion, July 31, 1930, Series B, N 17, p. 32.18 Articulo 26. Pacta sunt servanda. Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido porellas de buena fe; 27. El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no podr invocar lasdisposiciones de su derecho interno como justificacin del incumplimiento de un tratado. Esta norma seentender sin perjuicio de lo dispuesto en el artculo 46. Convencin de Viena sobre el Derecho de losTratados, Viena, 23 de mayo de 1969. U.N. Doc A/CONF.39/27 (1969), 1155 U.N.T.S. 331, enteredinto force January 27, 1980.19 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 5.

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    jurdicos extremadamente relevantes. Por un lado, el tribunal de apelacin aludeal contenido de la limitacin de la soberana a que se refiere el artculo 5 de laConstitucin chilena (i) y, por otro lado, los jueces de apelacin se refieren alintrprete de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos (ii).

    i) La supremaca de los derechos a la base de la supremaca constitucional

    En cuanto a este punto, la Corte de Apelaciones nos proporciona extraordi-narios elementos de reexin para intentar responder, respecto de la CADH, ala siguiente pregunta: la limitacin de la soberana a la que se refiere el artculo5 de la Constitucin chilena viene dada por los tratados internacionales de dere-chos humanos o por los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana

    garantizados por dichos tratados?A este respecto, la Corte de Apelaciones de Rancagua razona de una manera,a nuestro modo de ver, adecuada. En efecto, el tribunal de apelacin seala res-pecto de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos que [s]e trata, contoda evidencia, de un tratado sobre derechos humanos, como su propio nombrelo indica, y en tal calidad sus normas tienen rango constitucional, al tenor delo dispuesto en el artculo 5 de la propia Carta Fundamental. A todo evento,si es efectivo que la anterior afirmacin es discutida en doctrina, no puede serloel que el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana,garantizados por la Convencin Interamericana, constituyen una limitacin a lasoberana del Estado, pues as surge en forma ineludible de la lectura del citadoartculo 5 de la Constitucin20.

    Aun cuando la afirmacin anterior nos parece suficientemente clara y, adems,totalmente en la lnea de las tendencias ms contemporneas que desarrollan losordenamientos y las jurisdicciones comparadas e internacionales, la Corte de Ape-laciones agrega, a mayor abundamiento, un corolario natural a su razonamiento.La vulneracin por actos internos del Estado de los derechos reconocidos en laCADH no slo implica una violacin de la propia CADH sino tambin unaviolacin de la Constitucin chilena, a travs de su artculo 5.

    En este sentido, el Tribunal Constitucional chileno ha tenido, a veces, unrazonamiento similar al expresado por la Corte de Apelaciones de Rancagua. Enefecto, por ejemplo, respecto del derecho a la identidad personal estrechamente

    20 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 5.

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    vinculado al valor de la dignidad humana los jueces constitucionales han reivin-dicado la proteccin constitucional del mismo y han sealado que ha de tenersepresente que aun cuando la Constitucin chilena no lo reconozca expresamenteen su texto, ello no puede constituir un obstculo para que el juez constitucio-nal le brinde adecuada proteccin. Lo anterior, precisamente, por su estrechavinculacin con la dignidad humana y porque tampoco puede desconocerse quel s se encuentra protegido expresamente en diversos tratados internacionalesratificados por Chile y vigentes en nuestro pas, como la Convencin sobre losDerechos del Nio (artculo 7), el Pacto Internacional de Derechos Civiles yPolticos (artculo 24.2) y la Convencin Americana de Derechos Humanos(artculo 18)21.

    En este mismo mbito, el Tribunal Constitucional chileno ha afirmado que

    debe reconocerse, en efecto, que los diversos instrumentos internacionales,ratificados por Chile y vigentes, que cita el juez requirente en apoyo de su argu-mentacin, consagran el derecho a la identidad personal generando, por ende,la obligacin de los rganos del Estado de respetarlos y promoverlos, en lostrminos aludidos en el inciso segundo del artculo 5 de la Carta Fundamental.La afirmacin precedente se concilia perfectamente con el criterio sostenido poresta Magistratura en el sentido de que el derecho a la identidad personal estestrechamente ligado a la dignidad humana, en cuanto valor que, a partir de suconsagracin en el artculo 1, inciso primero, de la Ley Suprema, constituye la

    piedra angular de todos los derechos fundamentales que la Ley Suprema consagra.Asimismo, que aun cuando la Constitucin chilena no reconozca, en su texto,el derecho a la identidad, ello no puede constituir un obstculo para que el juezconstitucional le brinde adecuada proteccin []22. Y en este mismo caso, losjueces constitucionales agregan que las consideraciones que preceden justifican,precisamente, incluir el derecho a la identidad personal entre aquellos derechosesenciales a la naturaleza humana a que alude el artculo 5, inciso segundo, de laConstitucin, y que se erigen como lmite de la soberana, debiendo los rganos

    21 Tribunal Constitucional chileno: Requerimiento de inaplicabilidad presentado por Julio Magri Rabaglio,RIT N C-680-2007, RUC 07-2-0098411-5, del Cuarto Juzgado de Familia de Santiago. Rol N 834-07.Sentencia de fecha 13 de mayo de 2008. Considerando 22.22 Tribunal Constitucional chileno: Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del JuezPresidente del Juzgado de Familia de Pudahuel, seor Carlo Marcelo Casaula Mezzano respecto del artculo

    206 del Cdigo Civil, en la causa RIT N C-111-2009, seguida por investigacin/reclamacin de paterni-dad, caratulada Muoz con Muoz. Rol N 1340-09. Sentencia de fecha 29 de septiembre de 2009.Considerando 9.

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    del Estado respetarlos y promoverlos, ya sea que estn asegurados en la propiaCarta Fundamental o en tratados internacionales ratificados por Chile y que seencuentren vigentes23. Y, todo lo anterior puede entenderse en perfecta armonacon lo que han afirmado los propios jueces constitucionales en el sentido de queno es la Constitucin la que ha creado esos derechos sino que, simplemente, seha limitado a reconocerlos, a regular su ejercicio y a garantizarlos a travs de me-canismos jurdicos adecuados para no tornar ilusoria su proteccin. De all que elpropio ejercicio del Poder Constituyente, en cuanto expresin de la soberana dela nacin, reconoce como lmite el respeto a los derechos esenciales que emanande la naturaleza humana, tal y como ordena el inciso segundo del artculo 5 dela Carta Fundamental24.

    Por lo tanto, en concordancia con las aseveraciones provenientes del Tribunal

    Constitucional, la Corte de Apelaciones sostiene que [e]n suma, tenga o no laConvencin Interamericana de Derechos Humanos un rango constitucional, locierto es que los derechos que garantiza no pueden conculcarse, ni mantenerseconculcados, en base a reglas del derecho interno, pues entonces no slo se infringela Convencin misma, sino directamente el mandato del artculo 5 de nuestrapropia Constitucin25.

    ii) El intrprete ltimo de la Convencin Americanasobre Derechos Humanos

    La Corte de Apelaciones de Rancagua extrae otra conclusin adicional de-rivada de la aceptacin voluntaria por parte del Estado de Chile de la CADHy de la expresa aceptacin de la competencia de la Corte IDH para interpretarautorizadamente los derechos y normas contenidos en dicha Convencin. Enefecto, la Corte de Apelaciones concluye que el intrprete de esa Convencin es,

    23 Tribunal Constitucional chileno: Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del JuezPresidente del Juzgado de Familia de Pudahuel, seor Carlo Marcelo Casaula Mezzano respecto del artculo

    206 del Cdigo Civil, en la causa RIT N C-111-2009, seguida por investigacin/reclamacin de paterni-dad, caratulada Muoz con Muoz. Rol N 1340-09. Sentencia de fecha 29 de septiembre de 2009.Considerando 10.24 Tribunal Constitucional de Chile: Requerimiento de inconstitucionalidad deducido en contra de algu-nas disposiciones de las Normas Nacionales sobre Regulacin de la Fertilidad, aprobadas por el DecretoSupremo N 48, de 2007, del Ministerio de Salud. Rol N 740-07. Sentencia de fecha 18 de abril de 2008.Considerando 47.25 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 5.

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    precisamente, la Corte Interamericana, y esto por haberlo aceptado as nuestropropio Estado al reconocerle esa competencia26. En este sentido, Garca Ramrezse ha expresado sealando que [e]n un creciente nmero de resoluciones judi-ciales nacionales se reconoce la funcin de la Corte como intrprete calicado dela Convencin, y por lo tanto se acogen sus determinaciones a ttulo de criterioecaz para establecer el sentido de las normas de aqulla en lo que concierne asu aplicacin en el plano interno27. Esta interpretacin de autoridad que efectala Corte IDH tambin es reconocida por Castilla cuando arma que [l]a CorteInteramericana de conformidad con los procedimientos existentes en el sistemainteramericano de derechos humanos, as como el reconocimiento que le dieronlos Estados al aprobar la Convencin Americana y su Estatuto, es la intrprete msautorizada de aqulla, quien en ltima instancia establece qu alcance y sentido

    tiene un derecho o libertad all contenido. Es lo que un tribunal constitucionalrepresenta en un Estado28.

    En este sentido, la Corte de Apelaciones de Rancagua parece querer tras-mitirnos que Chile ha expresamente aceptado la competencia de la Corte IDHpara interpretar en ltimo trmino la CADH, razonamiento que compartimos.Adems, la interpretacin de este rgano internacional jurisdiccional debe ser laltima palabra autorizada acerca del contenido y el alcance de los derechos con-tenidos en la CADH para que el sistema interamericano de proteccin al menosmantenga una unidad y coherencia lgica, y no se transforme en un mosaico

    arbitrario de quereres y voluntades antojadizas nacionales a propsito de lo quecada Estado entendera qu signica tal o cual derecho consagrado en la CADH.Admitir que cada Estado puede darle a los derechos reconocidos en la CADH elalcance y significado que desee, segn su propio entendimiento o el de sus tribu-nales estatales, equivaldra a transformar el sistema interamericano de proteccinen una especie de men a la carta. En otras palabras, equivaldra a desmantelarel sistema interamericano de proteccin y, adicionalmente, nos hara caer en las

    26 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 5.27 GARCARAMREZ, Sergio y NEGRETEMORAYTA, Alejandra: El debido proceso en la jurisprudencia de la CorteInteramericana de Derechos Humanos, nota 3. Disponible en: [Visitado el 1/4/2013].28 CASTILLA, Karlos: El control de convencionalidad: un nuevo debate en Mxico a partir de la sentenciadel caso Radilla Pacheco, en Anuario Mexicano de Derecho Internacional, Vol. XI, 2011, pp. 593-624,especialmente, p. 597.

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    interpretaciones antojadizas de cada Estado, con el consiguiente peligro inminentepara los individuos bajo la jurisdiccin de dicho Estado.

    b) La supremaca del derecho internacional por sobre el derecho interno

    Esta aseveracin es especialmente relevante para los efectos del derecho inter-nacional en su dimensin interna, es decir, en su vigencia al interior de la juris-diccin del Estado. En general, el derecho internacional de los derechos humanosest destinado a ser aplicado y a recibir concrecin prctica en el mbito internode los Estados, donde convergen en su aplicacin con las normas de produccinestatal, incluso aquellas referidas a los derechos humanos, tales como aquellascontenidas en el catlogo de derechos de la Constitucin.

    Mientras el derecho internacional de los derechos humanos y el derechoconstitucional de los derechos humanos sean concordantes o complementarios,no hay riesgo de conicto. Cuando ambas estructuras normativas entran en co-lisin en el mbito interno de los Estados, se plantea un conicto de normas dederechos humanos que, normalmente, ser el juez estatal quien deber resolver,ponindose la toga de juez comn de los derechos humanos y, en particular, enAmrica, de juez comn de derecho interamericano de los derechos humanos29.En esta esfera, las afirmaciones de la Corte de Apelaciones de Rancagua sonrelevantes.

    En efecto, el tribunal admite expresamente la supremaca del derecho in-ternacional, aceptado por Chile y por ende tambin derecho nacional, por sobrelas normas de orden estrictamente interno. Esa supremaca ha sido ya latamenteasentada por la doctrina, y tambin por fallos de nuestra Corte Suprema, peroes adems claro que, de no ser as, la firma y ratificacin de tratados valdra demuy poco, pues cualquier pas podra excusarse de las obligaciones que stos leimpongan, mediante el recurso de preferir normas de derecho interno, anteriores,coetneas o posteriores, que los contradigan30.

    29 Con la figura del juez estatal asumiendo el rol de un juez comn de los derechos humanos operara unaespecie de lo que Scelle denominaba el desdoblamiento funcional. Vid. SCELLE, Georges: Droit InternationalPublic: Manuel lmentaire. Paris, Domat-Montchrestien, 1944, pp. 21-22; Para una crtica relativa a lateora del desdoblamiento funcional, Vid. CASSESE, Antonio: Remarks on Scelles Theory of Role Split-ting (ddoublement fonctionnel) in International Law (1990) 1 European Journal of International Law,pp. 210-34.30 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 6.

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    c) La conveniencia o no de someterse a la jurisdiccin de la Corte IDHes una decisin poltica ajena a los jueces

    La Corte de Apelaciones de Rancagua separa muy bien las aguas respectode las diversas consideraciones que se presentan a propsito de la CADH y dela aceptacin voluntaria de la competencia de la Corte IDH. Y separa las aguasrespecto de aquello que debe formar parte del debate pblico propio de todasociedad democrtica con la debida garanta de una participacin integral detoda la comunidad estatal, esto es, la decisin de someterse al escrutinio de untribunal internacional de derechos humanos el cual supervisa el respeto, protecciny satisfaccin al interior de las fronteras estatales de los derechos humanos. Estadecisin, evidentemente, no le corresponde a un tribunal estatal y no puede entrar,

    de ningn modo, dentro de las consideraciones jurdicas de un tribunal. As, laCorte de Apelaciones sostiene que la cuestin ahora en debate no es ni puede serla conveniencia de someterse a la jurisdiccin de una Corte Internacional31.

    Un tribunal nacional no puede entrar a calificar la conveniencia u oportuni-dad de someterse a la jurisdiccin de un tribunal internacional. Un juez estatal,ordinario o constitucional, simplemente aplica e interpreta el derecho vigente, queincluye, desde el punto de vista constitucional de los derechos humanos, valores,principios y reglas escritas. En esta lnea, clara es la afirmacin efectuada por elTribunal Constitucional chileno, en el sentido de que desde 1970, el ordena-miento constitucional chileno ha previsto un sistema de solucin de conictos

    constitucionales recientemente reforzado con la reforma de 2005 que est radi-cado en este Tribunal Constitucional, al cual se ha encomendado la interpretacindefinitiva e inapelable de la Constitucin, interpretacin que debe desarrollarseen forma integral, esto es, considerando tanto la letra como los valores, principiosy espritu de la Carta Fundamental, a fin de asegurar la vigencia efectiva de lasupremaca constitucional, que es la que garantiza, en definitiva, la eficacia delEstado constitucional de Derecho y el respeto de los derechos fundamentales delas personas32.

    31 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 7.32 Tribunal Constitucional de Chile: Requerimiento de inconstitucionalidad deducido en contra de algunasdisposiciones de las Normas Nacionales sobre Regulacin de la Fertilidad, aprobadas por el Decreto SupremoN 48, de 2007, del Ministerio de Salud. Rol N 740-07. Sentencia de fecha 18 de abril de 2008. Consi-derando 20; Tribunal Constitucional chileno: Requerimiento de inconstitucionalidad de la Resolucin ExentaN 584 (Ministerio de Salud), fechada el 1 de septiembre de 2006, la cual aprueba Normas Nacionales sobreRegulacin de la Fertilidad. Rol N 591-06. Sentencia de fecha 11 de enero de 2007. Considerando 3.

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    De este modo, el tribunal de apelacin afirma, correctamente en nuestra opi-nin, que [e]n tanto la Convencin rija y la competencia de la Corte permanezcaaceptada, por no haberse denunciado el tratado que la contempla, el deber decumplir sus fallos pesa sobre el Estado de Chile. Y el Estado est compuesto porsus tres Poderes. No se trata de una obligacin que deba cargar slo alguno deellos. Es el Estado, de manera indivisible, el obligado y, por ende, lo es cada unode sus Poderes, segn la faceta de actividad estatal en que nos encontremos33.

    Frente a una sentencia adversa de la Corte IDH, el Poder Judicial, en cuantoEstado de Chile, en su faceta jurisdiccional, no tiene alternativa, como no fuerela de incumplir, derechamente, un tratado vigente y, con ello, infringir el derechoy comprometer el honor del Estado de Chile34.

    d) El Estado de Chile no poda ignorar que la Corte IDH ya haba desarrolladoen su jurisprudencia la doctrina de la cosa juzgada aparente

    Desde una perspectiva de la actuacin de buena fe del Estado, que es unprincipio general del Derecho, la Corte de Apelaciones claramente afirma que elEstado de Chile saba o deba saber la interpretacin desarrollada por la Corte IDHa travs de su jurisprudencia. As, los jueces de alzada sealan que el Estado deChile no poda ignorar que la Corte Interamericana ya haba asentado desde hacetiempo la doctrina jurisprudencial de la cosa juzgada aparente o fraudulenta35.Luego, haciendo alusin a la propia jurisprudencia de la Corte Interamericana

    de Derechos Humanos, el tribunal de apelacin concluye que [d]e este modo,es innegable que el Estado de Chile saba, o no poda menos que saber, que parala doctrina de la Corte Interamericana la cosa juzgada no es obstculo para orde-nar reabrir procesos y perseguir responsabilidades, si estima que esa cosa juzgadacalifica como fraudulenta o aparente, segn lo decida su propio fallo36.

    En nuestra opinin, sta es una de las principales armaciones con repercu-sin en el derecho internacional de los derechos humanos que efecta la Corte de

    33 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 7.34 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 7.35 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 8.36 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 8.

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    Apelaciones de Rancagua. En efecto, para los jueces de alzada es obvio y evidenteque un Estado que ha ratificado la CADH y que ha aceptado expresamente lacompetencia de la Corte IDH para pronunciarse sobre las violaciones a esta Con-vencin, saba o deba saber el sentido y el alcance que la propia Corte IDH lehaba asignado a una violacin de la CADH de la naturaleza y envergadura de quetrata el caso Almonacid en relacin con el Decreto Ley de amnista, la impunidady el impedimento del acceso a la justicia. En estas condiciones, el Estado de Chilesus tres poderes debe compenetrarse de la actividad interpretativa de la CorteIDH y de su jurisprudencia. Fundndose en el elemento de la buena fe, aqu sepodra aplicar el principio nemo auditur.

    En este mismo sentido, aqu queda representado el efecto educador, inspi-rador y gua de los fallos de la Corte IDH para la actuacin de los tres poderes

    del Estado en su integralidad. Todo el aparato del Estado, todos los agentes delpoder pblico, y, en general, todos los miembros de la comunidad estatal sontenidos de buena fe de conocer y seguir las enseanzas de la Corte IDH comoel intrprete autorizado y reconocido de los derechos humanos. Por lo tanto, enesta sentencia en comento, hay un reconocimiento expreso de la doctrina delseguimiento de la jurisprudencia de la Corte IDH. Esta lnea de reexin, es laque podra proporcionar la necesaria unidad y coherencia lgica a un sistemaintegral de proteccin de los derechos humanos. En cambio, sostener que lospoderes pblicos pueden, a pesar de saber o deber haber sabido la jurisprudencia

    de la Corte IDH, apartarse o derechamente contradecir las enseanzas de la CorteIDH, provocara una dispersin y desmantelamiento del sistema de proteccin,y en el fondo una entrega de la proteccin de los derechos de las personas alcapricho interpretativo de los Estados. En esta lnea, la Corte de Apelaciones deRancagua afirma que [e]n tales circunstancias, la decisin poltica de mantenera Chile bajo la jurisdiccin de ese tribunal internacional, admitiendo como obli-gatorios para el pas sus fallos, implicaba el riesgo cierto de tener que cumpliralguno que, precisamente, desbaratara un efecto interno de cosa juzgada, comoahora ha ocurrido. Si esto se decidi, aunque fuera por omisin, por los poderespolticos, la Judicatura no puede cargar con la responsabilidad de desvincular defacto al pas de un tratado vigente, negndose a cumplir un fallo que ni siquieraplantea un escenario nuevo o desconocido, en la trayectoria jurisprudencial de laCorte Interamericana37.

    37 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 8.

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    Por lo dems, el argumento de la reconduccin final del entendimiento delos derechos a las enseanzas de la Corte IDH es de toda lgica. El intrpreteltimo de los derechos garantizados en la CADH es la Corte IDH. Los derechosfundamentales garantizados por la Convencin son obligatorios para el Estado deChile como norma de carcter internacional. Adems, dichos derechos representanobligaciones para el Estado y para toda persona, institucin o grupo como nor-mas de derecho interno, ya que han sido incorporadas al ordenamiento interno.La Corte IDH y los tribunales en general entiende que las obligaciones queemanan para el Estado corresponde a la regla positiva sumado a la manera que eltribunal la ha aplicado e interpretado en el curso del desempeo de su oficio38.Esto mismo ocurre en otros tribunales tanto estatales como internacionales e in-cluso supranacionales39. La Corte Suprema chilena procede de la misma manera.

    Igualmente, el Tribunal Constitucional chileno utiliza el mismo mtodo, lo cualqueda en evidencia con sus constantes referencias a su jurisprudencia pasada. Elderecho es viviente y la norma jurdica se actualiza da a da a travs del juzga-miento del tribunal correspondiente40. En este sentido, la Corte Constitucional

    38 La jurisprudencia constitucional ha reconocido el papel neurlgico que desempean los mximos tribunalesde cada jurisdiccin en la definicin del sentido de una norma jurdica, en atencin a que son ellos los que,con autoridad, han interpretado los conceptos tcnicos que sta contiene y han desentraado, para efectosde aplicarla en cada caso que conocen, sus sentidos literal, histrico, natural, sistemtico y sociolgico. As,la jurisprudencia que los rganos de cierre de cada jurisdiccin profieren, constituye un referente indispen-sable para apreciar el significado viviente de las normas jurdicas. Corte Constitucional, Sentencia C-557de 2001, M.P. Manuel Jos Cepeda Espinosa Sentencia T-248/08 de Corte Constitucional de Colombia,6 de marzo de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.39 Por su parte, la Corte Internacional de Justicia ha establecido que un instrumento internacional debeser interpretado y aplicado en el cuadro del conjunto del sistema jurdico en vigor en el momento en que lainterpretacin tiene lugar. Legal Consequences for States of the Continued Presence of South Africa in Namibia(South West Africa) notwithstanding Security Council Resolution 276 (1970), Advisory Opinion, I.C.J. Reports1971, p. 16 ad 31; y, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha armado que no es a la luz delo que en 1948 se estim que era el valor y la significacin de la Declaracin Americana como la cuestindel status jurdico debe ser analizada, sino que es preciso determinarlo en el momento actual, ante lo que eshoy el sistema interamericano, habida consideracin de la evolucin experimentada desde la adopcin de la

    Declaracin. Corte IDH: Interpretacin de la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombreen el Marco del Artculo 64 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos. Opinin Consultiva OC-10/89 de 14 de julio de 1989. Serie A N 10, para. 37.40 As, la Corte Constitucional de Colombia ha establecido que en materia de interpretacin de las normasdel ordenamiento jurdico colombiano, es necesario atender a la teora del derecho viviente, la cual comportaun reconocimiento de que el mbito de aplicacin de stas no slo se determina por su tenor literal sinopor el uso que de ellas han realizado los operadores jurdicos y el entendimiento que de las mismas tienenla jurisprudencia y la doctrina. Corte Constitucional, Sentencia C-875 de 2003, M.P. Marco GerardoMonroy Cabra.

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    de Colombia ha sealado que [e]s as como el tribunal lmite de la jurisdiccinconfiere a la normatividad legal el desarrollo prctico que le otorga una vida realen el mundo concreto de los conictos jurdicos. La doctrina constitucional ha

    denominado esta dinamizacin de la norma, el derecho viviente por oposicinal estatismo que reposa en la descripcin abstracta del canon, y ha consideradoque cuando la interpretacin que la jurisprudencia y la doctrina hacen de la leyrepresenta una orientacin predominante y definida de la norma, es deber deljuez constitucional en principio el de acogerla, a menos que resulte palpablesu oposicin con los preceptos superiores41.

    Un tribunal estatal podra ser contumaz y actuar de manera contradictoriacon la doctrina jurisprudencial asentada y consolidada por la Corte IDH. Peroello significara que actuara a sabiendas de que viola la norma de la Convencin

    segn la interpretacin que de ella hace la Corte.

    III. LACORTEDEAPELACIONESYELCONTROLDECONVENCIONALIDAD

    En los ltimos aos ha habido una abundante literatura respecto del deno-minado control de convencionalidad en derecho comparado latinoamericano42.El debate sobre control de convencionalidad se puede encontrar en Francia conbastante anterioridad a los desarrollos de la Corte IDH y referida exclusivamentea la obligacin que pesara sobre los rganos judiciales internos de los Estados.En efecto, en este pas aparece en los aos 70 una discusin pretoriana relativaa qu rgano jurisdiccional le corresponde efectuar el denominado control deconvencionalidad, teniendo en consideracin que en Francia la Constitucinconsidera que los tratados internacionales son una norma con jerarqua supra-

    41 Cfr. Corte Constitucional, Sentencia C-557 de 2001, M.P. Manuel Jos Cepeda Espinosa; CorteConstitucional, Sentencia C-955 de 2001, Marco Gerardo Monroy Cabra; Sentencia T-248/08 de CorteConstitucional de Colombia, 6 de marzo de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.42 Dentro de la doctrina latinoamericana, entre muchos excepcionales aportes, dos excelentes acadmicos hanllevado adelante, no slo en sus pases, el debate acerca del control de convencionalidad. Nos referimos al

    profesor mexicano Eduardo Ferrer Mac-Gregor y al profesor chileno Humberto Nogueira Alcal. Cfr. FERRERMAC-GREGOR, Eduardo (Coord.): El control difuso de convencionalidad. Dilogo entre la Corte Interamericanade Derechos Humanos y los jueces nacionales. FUNDAp, Quertaro, Mxico, 2012; NOGUEIRA, Humberto(Coord.): El dilogo transjudicial de los Tribunales Constitucionales entre s y con las Cortes Internacionales deDerechos Humanos. Santiago: Librotecnia, 2012; Vid. tambin, REYCANTOR,Ernesto: Control de Convencio-nalidad de las Leyes y Derechos Humanos. Mxico, Editorial Porra-Instituto Mexicano de Derecho ProcesalConstitucional, 2008; SAGES, Nstor Pedro: El control de convencionalidad. En particular sobre lasconstituciones nacionales, La Ley, Ao LXXIII, N 35, 19 de febrero de 2009, pp. 1-3;ALBANESE, Susana(Coord.): El control de convencionalidad. Buenos Aireas, Ed. Ediar, 2008.

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    legal. En Amrica Latina, la Constitucin de El Salvador y la de Paraguay sondos ejemplos que contienen la misma solucin que la francesa43. El ConsejoConstitucional (equivalente del Tribunal Constitucional chileno) francs rechazefectuar el control de convencionalidad, por lo que ste fue asumido por la justiciaordinaria y administrativa44.

    Primeramente, concordamos con Jinesta cuando afirma que [e]l control deconvencionalidad implica la necesidad de despojarse de una serie importante delastres histrico-dogmticos muy arraigados en la ciencia jurdica, derribar una seriede mitos (v. gr. la supremaca exclusiva de la Constitucin) y, en definitiva, un nuevoparadigma del Derecho Pblico de los pases del sistema interamericano.45

    El control de convencionalidad es una doctrina propuesta por la Corte IDH,aun cuando el trmino no es original de la misma como ya se ha mencionado.46

    Segn esta doctrina se le indica a los Estados y particularmente a los jueces dedichos Estados, que es su deber velar porque se respeten las obligaciones de laCADH y, haciendo ello, adems, tomar en consideracin la jurisprudencia de laCorte IDH.47

    En efecto, en el caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile, de cuyo cumpli-miento trata esta sentencia, los jueces interamericanos expresaron esta doctrinade la siguiente manera:

    La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos estn sujetos al imperiode la ley y, por ello, estn obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordena-

    miento jurdico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional comola Convencin Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, tambinestn sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las disposicionesde la Convencin no se vean mermadas por la aplicacin de leyes contrarias a suobjeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurdicos. En otras palabras,

    43 CORCUERA CABEZUT, Santiago: Derecho constitucional y derecho internacional de los derechos humanos.Oxford University Press, Mxico, 2012, pp. 162-163.

    44 QUOCDINH,Ngyuen: Droit international public. Paris, LGDJ, 8edition, 2009, p. 311 et seq.

    45JINESTAL., Ernesto: Control de convencionalidad ejercido por los Tribunales y Salas Constitucionales,en FERRERMAC-GREGOR,Eduardo (Coord.): El control difuso de convencionalidad. Dilogo entre la CorteInteramericana de Derechos Humanos y los jueces nacionales. FUNDAp, Quertaro, Mxico, 2012, p. 3.46Corte IDH: Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones yCostas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C N 154.47JINESTAL., Ernesto: Control de convencionalidad ejercido por los Tribunales y Salas Constitucionales,en FERRERMAC-GREGOr, Eduardo (Coord.): El control difuso de convencionalidad. Dilogo entre la CorteInteramericana de Derechos Humanos y los jueces nacionales. FUNDAp, Quertaro, Mxico, 2012, p. 4.

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    el Poder Judicial debe ejercer una especie de control de convencionalidad entre lasnormas jurdicas internas que aplican en los casos concretos y la Convencin Ameri-cana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta

    no solamente el tratado, sino tambin la interpretacin que del mismo ha hecho laCorte Interamericana, intrprete ltima de la Convencin Americana48.

    En este contexto, coincidimos con Garca Ramrez cuando seala que [e]sta jurisprudencia, que la Corte desarroll, en un primer momento, teniendo enmente principalmente a los jueces, evolucion en el sentido de extender la doctrinadel control de convencionalidad a todos los rganos del Estado. En este sentido,tambin las legislaturas y el Poder Ejecutivo, entre los dems rganos del Estado yen virtud de las obligaciones asumidas por el mismo, debern vigilar que las leyesque emitan las legislaturas o los reglamentos y polticas pblicas que implemente

    el Ejecutivo no sean contrarias a la Convencin Americana49.Ha habido una tendencia a asimilar el control de convencionalidad con el

    control de constitucionalidad, en circunstancias que, a nuestro parecer, son doscosas distintas50. Ello explicara, por ejemplo, el uso de nomenclatura como controldifuso de convencionalidad, propio de la clasificacin terica entre control difusoy control concentrado de constitucionalidad51.

    48 Corte IDH: Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparacionesy Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C N 154, para. 124.49 GARCARAMREZ, Sergio y NEGRETEMORAYTA,Alejandra: El debido proceso en la jurisprudencia de la CorteInteramericana de Derechos Humanos, p. 35. Disponible en: [Visitado el 1/4/2013]50 HITTERS, Juan Carlos: Control de constitucionalidad y control de convencionalidad. Comparacin,Estudios Constitucionales, Centro de Estudios Constitucionales de Chile, Ao 7, N 2, 2009, pp. 109-128;FERRERMAC-GREGOR, Eduardo: Interpretacin conforme y control difuso de convencionalidad el nuevoparadigma para el juez mexicano, en Derechos Humanos: Un nuevo modelo constitucional.Mxico, UNAM-IIJ, 2011, pp. 339-429.51 Se trata, en realidad, de un control difuso de convencionalidad, debido a que debe ejercerse por todoslos jueces nacionales. Existe, por consiguiente, una asimilacin de conceptos del Derecho Constitucional, locual est presente desde el origen y desarrollo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, especial-

    mente al crearse las garantas y rganos internacionales de proteccin de los derechos humanos. Se advierteclaramente una internacionalizacin del Derecho Constitucional, particularmente al trasladar las garantasconstitucionales como instrumentos procesales para la tutela de los derechos fundamentales y salvaguardade la supremaca constitucional, a las garantas convencionales como mecanismos jurisdiccionales y cuasi

    jurisdiccionales para la tutela de los derechos humanos previstos en los pactos internacionales cuando aqullosno han sido sucientes, por lo que de alguna manera se congura tambin una supremaca convencional.Corte IDH: Caso Cabrera Garca y Montiel Flores vs. Mxico. Excepcin Preliminar, Fondo, Reparaciones yCostas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C N 220. Voto razonado del Juez ad hoc EduardoFerrer Mac-Gregor Poisot. Considerando 21; FERRERMAC-GREGOR,Eduardo: El control difuso de con-

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    En la sentencia de la Corte de Apelaciones de Rancagua, este mismo tribunalutiliza el procedimiento de control de convencionalidad a propsito de las reglasde derecho interno relativas a la cosa juzgada y a la regla de ne bis in idem, ya queellas, en el caso concreto, infringen los derechos fundamentales de la CADH.Adems, la Corte de Apelaciones de Rancagua recurre para efectuar el control deconvencionalidad a la jurisprudencia de la propia Corte IDH, abordando en suanlisis la interpretacin jurisprudencial proporcionada por la Corte IDH.

    Tan fuerte es el control de convencionalidad que se produce en este caso que ala sazn es un caso de ejecucin de una sentencia pronunciada por la Corte IDHque incluso la Corte de Apelaciones de Rancagua, dentro de su argumentacin,razona utilizando los criterios jurdicos indicados por la sentencia de la Corte IDHen el caso Almonacid Arellano (2006). En efecto, los jueces de alzada sealan que

    si el derecho vulnerado, segn la decisin ya inamovible del tribunal internacional,es, en suma, el de acceder a la justicia para obtener el enjuiciamiento y castigo delos que resulten culpables de un delito, y si la Corte Interamericana tiene comoexpreso y primer deber, cuando decida que hubo tal violacin, disponer que segarantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados, segn lodispone el artculo 63 N 1 de la Convencin, parece imposible imaginar cmopodra disponer tal cosa sin ordenar que el proceso en que se busca esclarecer ycastigar aquel delito, contine. Y si la cosa juzgada interna pudiera impedir talcosa, es claro que en los casos de infraccin al derecho a acceder a la justicia, el

    sealado artculo 63 N 1 sera letra muerta. La Corte Internacional, pues, noha hecho otra cosa, al desarrollar su tesis de la cosa juzgada aparente, que darcumplimiento a su propia obligacin, de suerte que es evidente que no se tratade una arbitrariedad, sino de una decisin jurdica, fundada en las atribuciones ydeberes de ese tribunal. Lo anterior se expone sin perjuicio de que no correspondaal juez nacional calificar, sino slo cumplir, el fallo internacional, como obligatorioque es para nuestro Estado []52.

    IV. UNACTOINFRACTORDEDERECHOSFUNDAMENTALESSINEFECTOJURDICO

    Una de las afirmaciones ms relevantes que aparecen en la sentencia de la Cortede Apelaciones de Rancagua es la referida a las consecuencias jurdicas derivadas

    vencionalidad en el Estado constitucional, en FIX-ZAMUDIO, Hctor, y VALADS, Diego (coords.): Formaciny perspectiva del Estado mexicano, Mxico, El Colegio Nacional-UNAM, 2010, pp. 151-188.52 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 9.

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    de un acto o de una norma que infringe derechos humanos. Y, en este sentido,los jueces de alzada son muy claros. Un acto infractor de derechos humanos noproduce ni puede producir efectos jurdicos. As, el tribunal de apelacin afirmaque un acto infractor, vulnerador de garantas fundamentales, no puede tenerefecto jurdico, so pena de desbaratarse todo el sistema de proteccin que laConvencin de que se trata prev53.

    Del mismo modo, se seala que una norma interna de un Estado que infrinjao vulnere derechos humanos pierde su eficacia jurdica para el caso en que esanorma est llamada a aplicarse. Si ese acto infractor de los derechos reconocidosen la CADH es una norma interna, dicha norma pierde su eficacia. Esa es laconsecuencia que le asigna la Corte IDH y que lo reitera la Corte de Apelacionesde Rancagua. La Corte de Apelaciones de Rancagua admiti tambin que si la

    Corte IDH decide que una norma interna ha infringido los derechos garantiza-dos por la Convencin, es evidente que esa norma de derecho interno pierdesu eficacia para el preciso caso de que hablemos, porque de otra manera no secumplira lo dispuesto por la propia Constitucin, en cuanto a que la regla dederecho fundamental, garantizada por el tratado, limite la soberana, ni tampocose cumplira el deber, que tambin el citado artculo 5 impone, de respetar ypromover el derecho esencial de que se trate54.

    V. REFLEXIONESFINALES

    La sentencia pronunciada por la Corte de Apelaciones de Rancagua es uncaso concreto de cumplimiento y ejecucin de una sentencia obligatoria para elEstado de Chile emanada de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en elcasoAlmonacid Arellano y otros vs. Chile, en 2006. Asimismo, se trata de un casoextraordinario de cumplimiento de una sentencia dictada por la Corte IDH. Eneste caso, es posible hablar de un caso extraordinario porque no es de ordinariaocurrencia que los Estados partes del sistema interamericano de proteccin delos derechos humanos cumplan de la manera que aqu se ha efectuado con lassentencias de la Corte IDH. Es ms, sabido es que en el tiempo presente, hasurgido al interior de algunos Estados partes en la CADH voces que ponen en

    53 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 8.54 Corte de Apelaciones de Rancagua: Homicidio simple de Luis Almonacid Arellano. Recurso de Apelacin.Rol N 103-2011. Sentencia de fecha 14 de enero de 2013. Considerando 5.

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    tela de juicio las sentencias de la Corte IDH e incluso siembran dudas sobre laobligatoriedad de sus pronunciamientos.

    Del mismo modo, contemporneamente se ha generado un amplio debateacerca de la denominada doctrina del control de convencionalidad, postulada porla Corte IDH precisamente a partir del casoAlmonacid Arellano y otros vs. Chilede2006. Una parte de la doctrina nacional de los Estados que participan del sistemade proteccin ha criticado cidamente esta doctrina. Sin embargo, como se havisto, la sentencia de la Corte de Apelaciones de Rancagua, que se ha examinado,lleva a cabo un proceso efectivo de control de convencionalidad. Ello se desprende,como se ha visto, claramente de sus razonamientos y fundamentos.

    Un ltimo pilar muy interesante de esta sentencia de la Corte de Apelacionesde Rancagua es que logra sintetizar prolijamente los dos mbitos normativos pre-

    dominantes del derecho de los derechos humanos, id est, por una parte, el derechointernacional de los derechos humanos y, por otra parte, el derecho constitucionalde los derechos humanos. Estos dos mbitos constituyen dos caras de la mismamoneda, cuyo entendimiento global queda reejado de una manera prstina enlos razonamientos de esta sentencia.

    La Corte de Apelaciones de Rancagua se pronuncia respecto de los efectosjurdicos derivados de la infraccin de los derechos fundamentales, tanto si estainfraccin es provocada por un acto o bien por una norma. En este sentido, si-guiendo las enseanzas de la Corte IDH en el caso Almonacid, seala claramente

    que cuando una norma interna viola o vulnera derechos fundamentales sta nopuede tener o producir efectos jurdicos. Son, precisamente, estas enseanzas queha aprovechado la Corte de Rancagua para argumentar en favor de la ejecucindel fallo de la Corte IDH de la manera que hemos analizado. Resta por ver cules la secuela de esta historia y ms interesante an, si las enseanzas derivadas deeste fallo de la Corte de Apelaciones de Rancagua rinden fruto y nos permitenver nuevos ejemplos como ste en los tribunales chilenos.