Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

157
Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL Mejorar el carácter, una sabia inversión morgan editores ©2010 para la edición electrónica m

Transcript of Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Page 1: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló

CARÁCTER Y

VALÍA PERSONAL

Mejorar el carácter, una sabia inversión

morgan editores ©2010 para la edición electrónica

m

Page 2: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

2

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

PARTE PRIMERA ―A‖ PROTAGONISTAS DE LA PROPIA VIDA

Capítulo 1: NECESITAS REFLEXIONAR

Capítulo 2: TOMAR LAS RIENDAS DE LA VIDA

Capítulo 3: UN NUEVO MODO DE VER LAS COSAS

Capítulo 4: FORTALEZA Y CLARIDAD INTERIOR

PARTE SEGUNDA ―B‖: HACER RENDIR EL PROPIO TALENTO

Capítulo 5: HACER RENDIR EL TIEMPO

Capítulo 6: MEJORAR LA RELACIÓN CON LOS DEMÁS

Capítulo 7: BARRERAS A LA COMUNICACIÓN

PARTE TERCERA ―C‖: UNA CABEZA BIEN AMUEBLADA

Capítulo 8: CULTURA, RENOVACIÓN, FORMACIÓN

Capítulo 9:UNA PROGRESIVA COLONIZACIÓN DE NOSOTROS

MISMOS

GUÍA DE TRABAJO INDIVIDUAL

Page 3: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

3

Hacer rendir las propias capacidades

Mejorar la relación con los demás

Optimismo y estabilidad de ánimo

Carácter y acierto en el vivir

ALFONSO AGUILÓ PASTRANA ha tenido relación durante más de

quince años con la formación de gente joven en diversos trabajos de

carácter educativo y docente. Es autor de numerosas publicaciones,

entre las que se cuentan siete libros en esta Colección y más de un

centenar de artículos. Desde 1991 es Vicepresidente del Instituto

Europeo de Estudios de la Educación (IEEE).

Muchas personas jóvenes hacen grandes inversiones de tiempo,

energía y dinero para ampliar cada vez más sus conocimientos y

mejorar su propia preparación personal.

Sin embargo, la experiencia de los mejores especialistas en educación,

orientación familiar y recursos humanos, señala que la mayor parte de

las veces esas personas presentan luego serias carencias en lo que se

refiere a la formación básica de su propio carácter: pesimismo,

indecisión, desorden, inseguridad, dependencia de los estados de

ánimo, dificultad para trabajar en equipo y relacionarse con los demás,

u otros defectos en su modo de ser que suponen un lastre importante,

no sólo para su valía profesional sino también para su felicidad y su

realización como personas.

El carácter de una persona es, muy frecuentemente, lo que marca el

techo de sus posibilidades en lo profesional, o en sus relaciones

familiares o de amistad. Las más de las veces, lo que nos falta no son

más conocimientos, títulos o idiomas, sino una mejor relación con los

demás, dominar más los estados de ánimo, saber organizarnos mejor,

ser más cordiales y optimistas, comprender mejor los problemas

Page 4: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

4

propios y ajenos, cultivar más los valores que dan luz y sentido a

nuestra vida.

Casi todo el mundo intuye que tendría que mejorar en muchos de esos

aspectos, pero pocos saben cómo lograrlo. El autor, con un método

claro y certero, sirviéndose de ejemplos y anécdotas de la vida

cotidiana, reflexiona sobre cómo desde la familia se puede acceder a

ese cambio: un cambio que pasa por cambiar nosotros mismos, y en

muchos casos por cambiar antes nuestra percepción de los problemas.

Page 5: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

5

INTRODUCCIÓN

Quien no arriesga nada,

arriesga aún más.

Erica Jong

¿Dónde está la felicidad: en ser joven, en tener mucho dinero,

en gozar de salud...? Durante más de diez años, un nutrido equipo de

investigadores norteamericanos dirigido por David Myers y Ed Diener

ha intentado arrojar alguna nueva luz sobre esta cuestión a través de

amplios estudios estadísticos.

Desde el principio se propusieron no fijarse sólo en las

sensaciones subjetivas de felicidad que tenían los encuestados, sino

también en el juicio que merecían ante los demás. Este enfoque les

facilitó una de sus primeras conclusiones: casi todos los que se sentían

felices también lo eran a los ojos de sus más íntimos amigos, de sus

familiares y de los propios psicólogos que les interrogaban.

También observaron que la impresión personal de felicidad está

distribuida de modo bastante homogéneo en casi todas las edades,

niveles de ingresos económicos o de titulación académica, y tampoco

se ve afectada de modo significativo por la raza o el sexo. Por

ejemplo, sólo encontraron una cierta relación entre ingresos

económicos y sensación de felicidad en algunos países muy pobres,

como la India o Bangladesh; en los demás casos, solía ser incluso

ligeramente más frecuente lo contrario.

La investigación concluía señalando una serie de rasgos de

carácter que parecen comunes a casi todas las personas que se sienten

felices: ―la persona feliz es cordial y optimista, tiene un elevado

control sobre ella misma, posee un profundo sentido ético y goza de

una alta autoestima‖.

Aunque es difícil saber en qué medida esos rasgos de carácter

contribuyen a la felicidad o son más bien parte de sus efectos, sí

Page 6: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

6

podemos concluir con Myers y Diener en destacar la gran importancia

que para toda persona tiene la mejora de su carácter.

Es frecuente observar, por ejemplo, cómo muchas personas

jóvenes hacen grandes inversiones de tiempo, energía y dinero para

ampliar cada vez más sus conocimientos y mejorar su propia

preparación personal; y, sin embargo, a pesar de ese gran esfuerzo, se

encuentran luego con serias carencias en lo que se refiere a la

formación básica de su propio carácter: pesimismo, indecisión,

desorden, inseguridad, dependencia de los estados de ánimo,

dificultad para trabajar en equipo y relacionarse con los demás, u otros

defectos en su modo de ser que suponen un lastre importante, y no

sólo para su valía profesional sino también para su felicidad y su

realización como personas.

El carácter de una persona es, muy frecuentemente, lo que

marca el techo de sus posibilidades en lo profesional, o en sus

relaciones familiares o de amistad. Las más de las veces, lo que nos

falta no son más conocimientos, títulos o idiomas, sino una mejor

relación con los demás, dominar más los estados de ánimo, saber

organizarnos mejor, ser más cordiales y optimistas, comprender mejor

los problemas propios y ajenos, cultivar más los valores que dan luz y

sentido a nuestra vida.

Casi todo el mundo intuye que tendría que mejorar en muchos

de esos aspectos, pero pocos saben cómo lograrlo. El propósito de

estas páginas es reflexionar sobre cómo desde la familia se puede

acceder a ese cambio: un cambio que pasa por cambiar nosotros

mismos, y en muchos casos por cambiar antes nuestra percepción de

los problemas.

Este libro se presenta como un rato de conversación con un

interlocutor que plantea numerosas cuestiones. He procurado servirme

de abundantes ejemplos y anécdotas de la vida cotidiana. También, y

aunque he procurado señalar en cada caso las citas de los autores

correspondientes, quiero desde el principio dejar constancia explícita

de las deudas que tengo con algunas personas a cuyas ideas se deben

gran parte de los aciertos que pueda haber en este libro: indico sus

Page 7: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

7

datos en la bibliografía recomendada al final de cada una de las tres

partes del libro.

PARTE PRIMERA ―A‖ PROTAGONISTAS DE LA PROPIA

VIDA

Nadie tiene tanto poder para persuadirte a ti

como el que tienes tú mismo.

Epícteto

Capítulo 1: NECESITAS REFLEXIONAR

Una experiencia en los campos de concentración nazis

La puerta del cambio

Una opción decisiva en la vida

Inteligencia, voluntad, sentimientos

Pensar es el trabajo más difícil que existe.

Quizá sea esta la razón por la que haya

tan pocas personas que lo practiquen.

Henry Ford

Una experiencia en los campos de concentración nazis

Sus padres, un hermano y su mujer habían muerto en las

cámaras de gas. Él mismo había sido torturado y sometido a

innumerables humillaciones. Durante meses, nunca pudo estar seguro

de si al momento siguiente lo llevarían también a la cámara de gas, o

Page 8: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

8

se quedaría de nuevo entre los que se salvaban, o sea, entre aquellos

que luego tenían que llevar los cuerpos a los hornos crematorios, y

retirar después sus cenizas.

Víctor Frankl había nacido en Viena pero era de origen judío, y

eso precisamente le había conducido hasta aquellos campos de

concentración nazis de la Segunda Guerra Mundial. Allí experimentó

en su propia carne la dura realidad de una tragedia que asombró y

asombra aún al mundo entero. Fue testigo y víctima de un gigantesco

desprecio por el hombre, de todo un cúmulo de vejaciones y hechos

repugnantes que, por su dimensión y su crueldad, constituyeron una

dolorosa novedad en la historia.

Frankl era un psiquiatra joven, formado en la tradición de la

escuela freudiana, y fiel a sus principios, era determinista de

convicción. Pensaba que aquello que nos sucede de niños marca

nuestro carácter y nuestra personalidad, de tal manera que nuestro

modo de entender las cosas y de reaccionar ante ellas queda ya

esencialmente fijado para el futuro, sin que podamos hacer mucho por

cambiarlo.

Sin embargo, aquel día, estando desnudo y solo en una pequeña

habitación, Frankl empezó a tomar conciencia de lo que denominó la

libertad última, un reducto de su libertad que jamás podrían quitarle.

Sus vigilantes podían controlar todo en torno a él. Podían hacer lo que

quisieran con su cuerpo. Podían incluso quitarle la vida. Pero su

identidad básica quedaría siempre a salvo, sólo a merced de él mismo.

Comprendió entonces con una nueva luz que él era un ser

autoconsciente, capaz de observar su propia vida, capaz de decidir en

qué modo podía afectarle todo aquello. Entre lo que estaba sucediendo

y lo que él hiciera, entre los estímulos y su respuesta, estaba por

medio su libertad, su poder para cambiar esa respuesta.

Fruto de estos pensamientos, Frankl se esforzó por ejercitar esa

parcela suya de libertad interior que, aunque sometida a tantas

tensiones, era decisivo mantener intacta. Sus carceleros tenían una

mayor libertad exterior, tenían más opciones entre las que elegir. Pero

él podía tener más libertad interior, más poder interno para decidir

Page 9: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

9

acertadamente entre las pocas opciones que se presentaban a su

elección.

Gracias a esa actitud mental, Frankl encontró fuerzas para

permanecer fiel a sí mismo. Y se convirtió así en un ejemplo para

quienes le rodeaban, incluso para algunos de los guardias. Ayudó a

otros a encontrar sentido a su sufrimiento. Les alentó para que

mantuvieran su dignidad de hombres dentro de aquella terrible vida de

los campos de exterminio. En aquel momento de tanto desprecio por

el hombre, de un desprecio como quizá no había conocido la historia,

cuando una vida humana parecía no valer nada, precisamente entonces

la vida de este hombre se hizo especialmente valiosa.

En las más degradantes circunstancias imaginables, Frankl supo

sacar partido de modo singular al privilegio humano de la

autoconciencia. Y le sirvió para comprender con mayor hondura un

principio fundamental de la naturaleza humana: entre el estímulo y la

respuesta, el ser humano tiene la libertad interior de elegir. Una

libertad que nos caracteriza como seres humanos. Ni siquiera los

animales más desarrollados tienen ese recurso: están programados por

el instinto o el adiestramiento, y no pueden modificar ese programa; es

más, ni siquiera tienen conciencia de que exista.

En cambio, los hombres, sean cuales fueren las circunstancias

en que vivamos, podemos formular nuestros propios programas,

proponernos proyectos en la vida y alcanzarlos. Podemos elevarnos

por encima de nuestros instintos, de nuestros condicionamientos

personales, familiares o sociales. No es que esos condicionamientos

no influyan, porque sí influyen, y mucho, pero nunca llegan a eliminar

nuestra libertad.

Entre el estímulo y la respuesta

está nuestra mayor fuerza:

la libertad interior de elegir.

Y son esas dotes específicamente humanas las que nos elevan

por encima del mundo animal: en la medida en que las ejercitamos y

desarrollamos, estamos ejercitando y desarrollando nuestro potencial

humano.

Page 10: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

10

La puerta del cambio

Aquel chico tenía catorce años y se puede decir que era un

auténtico desastre. Tenía un carácter muy difícil y una apatía

impresionante. Apenas atendía en clase, y luego en su casa estudiaba

menos aún. Parecía no tener ilusión por nada, suspendía habitualmente

un montón de asignaturas, y sus padres estaban desesperados.

Recuerdo que sus profesores comentábamos con preocupación

el caso, sin duda el más problemático del curso: apenas escuchaba los

consejos que se le daban, nadie sabía bien qué hacer con él. Todo

parecía indicar que aquel chico estaba destinado al más negro de los

futuros.

El caso es que acabó el curso, y las vueltas de la vida hicieron

que durante mucho tiempo apenas volviéramos a tener noticias el uno

del otro, hasta que siete años después coincidimos una lluviosa tarde

de septiembre en una cafetería.

Me alegró verle sonriente, con sus flamantes veintiún años

recién cumplidos y sus casi dos palmos más de estatura. Fue una

coincidencia casual y, como procuro hacer siempre con quienes fueron

mis alumnos en aquellos años que dediqué a la enseñanza, quedamos

después para charlar un rato. Cuando nos sentamos, le pregunté cómo

iba su vida.

Mi primera sorpresa fue que estaba en cuarto curso de una

carrera bastante difícil. Además, no sólo no había perdido ningún año,

sino que llevaba esos estudios con unos resultados brillantes. Mientras

me lo contaba, venían a mi memoria aquellas reuniones de profesores,

cuando analizábamos la marcha del curso, donde varias veces se llegó

a decir –quizá alguna vez yo mismo– que aquel chico, salvo un

milagro, no llegaría a terminar el bachillerato.

El caso es que el milagro se había producido. Su vida había

cambiado. No es que hubiera cambiado un poco, podía decirse que

había cambiado por completo y en casi todo. Es como si fuera otra

persona. Como si de aquellos viejos tiempos conservara poco más que

su nombre y sus apellidos.

Page 11: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

11

Yo estaba intrigado por el cambio. «Oye –le dije–, tienes que

explicarme qué ha pasado contigo para que hayas cambiado de esa

manera. Me tienes asombrado».

La pregunta le sorprendió un poco. Calló por unos instantes,

como queriendo ordenar sus ideas, se puso un poco más serio, y

finalmente empezó su relato, despacio, pero con soltura:

«Mira. Fue un día concreto. A lo mejor te parece un poco raro,

y quizá lo sea, pero fue un día concreto, un día por la mañana. Llevaba

unas semanas fatal. Mejor dicho, unos años. Llevaba años oyendo

siempre lo mismo. De mis padres, de mis profesores, de todos.

Siempre lo mismo. Que yo era un desastre, que estaba hipotecando mi

vida, que iba a ser un desgraciado si seguía por ese camino, que me

estaba buscando la ruina, que nunca sería un hombre de provecho, y

todo eso que dicen las personas mayores».

Le interrumpí un instante, con un poco de curiosidad, para

preguntarle qué pensaba él entonces, cuando escuchaba esas cosas.

«Bueno, no sé cómo decirte, todo aquello me entraba por un

oído y me salía inmediatamente por el otro. Me parecía que era el

rollo de siempre, y estaba cansado de escuchar todos los días los

mismos consejos.

»No es que no entendiera las razones que me daban, es que ni

siquiera les prestaba atención. Me habían dicho ya mil veces lo

mismo, y cuando veía que me venían con esas, desconectaba y ya está.

Tenía como echada una barrera mental sobre todas esas cosas, prefería

no pensar, y todos esos sabios consejos me resbalaban por completo.

»Bueno, lo que te decía, fue un día concreto, me acuerdo

perfectamente. Estaba en plena época de exámenes, y esos días no

teníamos clase, para poder estudiar. Pero estudiar no me apetecía

absolutamente nada. Estaba con la angustia de los exámenes, y al

tiempo con la angustia de que no había dado ni golpe y me iban a

suspender otra vez.

»Tenía un sueño tremendo, y estaba tentado de volverme sin

más de nuevo a dormir, pero llevaba mal el curso, como siempre. Si

Page 12: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

12

me volvía a la cama, iba a ser muy difícil que aprobara, y las cosas se

iban a poner más feas que de costumbre.

»Me había despertado temprano, y desde ese momento no había

parado de darle vueltas en la cabeza a una idea: Oye, tío..., ¿qué es

esto? ¿Voy a estar toda la vida así? ¿Cincuenta o sesenta años más

así? Esto no funciona. Algo tiene que cambiar. No puedo seguir así el

resto de mis días.

»Debí tener un momento de especial lucidez, supongo, porque

vi como algo angustioso continuar el resto de mi vida con el mismo

plan que llevaba hasta entonces. Y me aventuré a pensar en cosas

serias, en cosas que hasta entonces casi nunca me había planteado.

»No encontraba ilusión en casi nada. Me veía dominado por la

pereza de una forma terrible. Es algo bastante angustioso, de verdad.

No sabía a qué podía conducirme todo aquello. Era como estar

deslizándose por una pendiente oscura, cada vez más rápido y con más

descontrol, y te das cuenta de que no sabes dónde puedes acabar.

»Pensaba en el fracaso de mi vida, en todo eso que me había

dicho tantas veces tanta gente. Pero aquella vez fue distinto. No me

dijo nada nadie. Aquella vez me lo dije todo yo a mí mismo. Y

cambié. Eso es todo».

Levantó la mirada, como dudando si hacer o no una glosa

personal de todo aquello, y finalmente concluyó: «Desde entonces,

tengo una idea bien clara: los buenos consejos te dan oportunidades de

mejorar, pero nada más. Si no los asumes, si no te los propones

seriamente, como cosa tuya, no sirven de nada, por muy buenos que

sean. Es más, para lo único que sirven es para que cada vez los valores

menos, para que se produzca una especie de inflación de consejos que

recibes.

»Oír una cosa es muy distinto de hacerla propia. Y para mejorar

realmente, la única manera es ser capaz de decirse a uno mismo las

cosas, ser capaz de cantarte las cuarenta a ti mismo».

Mientras le escuchaba, me acordaba de otros casos en cierto

modo parecidos. Pensé en esos chicos y chicas jóvenes que a veces

vemos ir como arrastrándose por la vida, y les hablamos de tantas

Page 13: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

13

cosas que deberían hacer, de tantas cosas que habrían de cumplir, y

nos desespera ver su apatía y su indolencia, y sin embargo quizá no

hemos advertido la raíz de su verdadero problema, que es algo mucho

más de fondo:

Aún no se han decidido a tomar realmente las riendas de su

vida.

Las causas de esa actitud pueden ser muy diversas: quizá han

recibido una educación muy pasiva, o hiperprotectora, que no les ha

ayudado a madurar; o tienen una fuerte tendencia a alejarse de la

realidad, consecuencia de una vida muy cómoda, o demasiado

sentimental; o no han aprendido a alzar un poco la mirada y aspirar a

valores e ideales más altos; o, por los motivos que sean, apenas

sienten responsabilidad sobre sí mismos, y olvidan, en la práctica, que

son sobre todo ellos quienes se están jugando –y no es poco– su

acierto en el vivir.

Aquel antiguo alumno mío había espabilado gracias a una sana

inquietud por su futuro. Me recordó algo que había leído tiempo antes

a Zubiri, que aseguraba con gran fuerza que la pregunta ¿Qué va a ser

de mí? resulta siempre decisiva en la vida ética de cualquier persona.

Me parecía muy interesante su relato, pero le interrumpí de

nuevo un momento. Quería preguntarle si le había costado mucho

cambiar después de aquella decisión de esa mañana tan provechosa.

«¿Que si me costó? Una barbaridad. Me costó muchísimo,

como es natural. Pero lo había visto bien claro, y eso es lo importante.

Ya estaba harto de seguir deslizándome por la cuesta abajo de la vida.

Y además, como estaba ya muy abajo, no podía perder ni un minuto

más. Así que acabé por cambiar. Y me costó muchísimo, pero aquello

fue como entrar en una nueva dimensión de la vida.

»Parece mentira, pero es tremendo lo que se puede sufrir

cuando uno opta por la vida fácil. Cuando estás en ella, lo otro te

parece insufrible, pero en realidad es al revés. Ahora veo con claridad

meridiana que aquella vida era un infierno. Lo que pasa es que

entonces no conocía otra, y no encontraba sentido a esforzarme más.

Tengo la impresión de que para encontrar sentido a las cosas, antes

Page 14: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

14

hay que luchar un poco por ellas. Pero, desde luego, lo peor es dejarse

llevar, porque vas como dando bandazos, pegándote golpes con todo,

como cuando pierdes el equilibrio y no sabes bien dónde puedes

acabar estrellándote».

Aquella narración, tan sincera y tan cargada de realidad, me

hizo pensar bastante en el fenómeno del cambio.

Hay decisiones que son

fundamentales en la vida,

y no siempre están unidas

a acontecimientos externos señalados,

sino que son fruto simplemente

de la lucidez de un pensamiento,

y a veces tienen día y hora concretos.

Salvando las distancias, me recordó aquella otra reflexión de

Víctor Frankl en el minúsculo calabozo del lager nazi: en nuestra vida

podemos realmente elevarnos bastante por encima de esos

condicionamientos en que estamos inmersos y que a veces parecen

marcarnos un destino inexorable.

Cada persona custodia

en su intimidad

una puerta del cambio,

una puerta que

sólo puede abrirse desde dentro.

Cambiar es algo asequible a todos. Lo decisivo es tratarlo

seriamente con uno mismo. El consejo viene de Epícteto:

Nadie tiene tanto poder

para persuadirte a ti

como el que tienes tú mismo.

Page 15: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

15

Una opción decisiva en la vida

Llega un momento en la vida del hombre, una vez superada la

niñez, en que tiene una clara percepción de su propia personalidad

moral. Aunque está claro que el bien o el mal está detrás de cada una

de las decisiones puntuales que toma muchas veces cada día, puede

decirse también que hay momentos de la vida en los que la persona

toma opciones de tipo mucho más global.

Muchas veces, esas decisiones no se toman explícitamente, o

son difíciles de situar con precisión en el tiempo, pero sin duda se

toman. Porque en una vida coherente no caben las rupturas continuas.

Una cosa es tener fallos, que son comprensibles aun en personas que

se esfuerzan seriamente por evitarlos, y otra bien distinta es que esos

fallos sean graves y habituales, y que los justifiquemos con cualquier

excusa.

Vivir con acierto exige una disposición de búsqueda solícita del

bien, un compromiso claro y firme de dirigirse hacia él.

La libertad se ensancha

cuando se compromete

con la verdad y el bien.

El ser humano necesita saber, sin trivializaciones, lo que es

bueno y lo que es malo. Cuando reflexiona con profundidad,

comprende que la vida fácil sólo proporciona satisfacciones fugaces

en medio de una insatisfacción general, descubre que su acierto en el

vivir está necesariamente ligado a su desarrollo moral.

—Sin embargo, la mayoría de las personas suelen dedicar poco

tiempo a reflexionar con profundidad, no se sabe bien por qué.

Quizá se deba a que la reflexión va muy unida a la conducta

diaria, y quizá advertimos que hemos de cambiar algo en nuestra vida,

y nos cuesta hacerlo, y por eso rehuimos un poco pensar en ello.

—Es muy humano, supongo.

Page 16: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

16

Sin duda, errar es muy humano. Pero también es muy humano –

y quizá más– el empeño por superar esos errores. Por eso, si en

nuestra vida hay una ruptura, sobre la que casi ni nos atrevemos a

pensar, debemos alertarnos.

Si la vida va por delante

de nuestro pensamiento,

y nos encontramos actuando

sin habernos dado casi tiempo

a hacer elecciones razonadas,

precisamente entonces

resulta urgente decirnos,

o que alguien nos diga:

necesitas reflexionar.

Inteligencia, voluntad, sentimientos

Todos habremos oído alguna vez el clásico comentario de la

madre del adolescente perezoso que, apesadumbrada ante los

deficientes resultados académicos de su hijo, acaba por decir al

profesor: «Sabe usted, si el chico es muy inteligente, en los tests sacó

un coeficiente muy alto. Lo que pasa es que es un poco vago...».

Cuando oigo comentarios de ese estilo, siempre pienso que, en

el fondo, no es así. Que no puede decirse con propiedad que esos

chicos sean inteligentes.

Pienso, como Shakespeare, que ―fuertes razones hacen fuertes

acciones‖. Que ser inteligente, en el sentido más propio de la palabra,

proporciona una lucidez que siempre conduce a un refuerzo de la

voluntad.

No niego que esos chicos –como subrayan sus

bienintencionadas madres– puedan tener un alto coeficiente de

capacidad especulativa del tipo que sea. Pero ser inteligente es algo

Page 17: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

17

más que multiplicar muy deprisa, gozar de una elevada capacidad de

abstracción o de una buena visión en el espacio, o de otras

capacidades semejantes que permiten obtener altos coeficientes en los

llamados tests de inteligencia.

Entre otras razones, porque si esos chicos fueran realmente tan

inteligentes como parece deducirse de esas pruebas, es seguro que se

habrían dado cuenta de que, así, con esa pereza y esa falta de

voluntad, no van a hacer nada en su vida. Habrían visto que si no se

esfuerzan decididamente por fortalecer su voluntad, toda su supuesta

inteligencia quedará lamentablemente improductiva, pues obtener una

puntuación elevada en un test, del tipo que sea, es algo que, por sí

solo, arregla muy pocas cosas en la vida. Habrían comprendido que

llevan camino de ser uno más de los muchos talentos malogrados por

usar poco la cabeza, y hace tiempo que se habrían ocupado de

cambiar.

De todas formas, aun admitiendo que ese tipo de personas

fueran inteligentes, debieran darse cuenta de que el valor real del

hombre no depende tanto de la fuerza de su entendimiento como de su

voluntad. Que la persona desprovista de voluntad no logra otra cosa

que amargarse ante la lamentable esterilidad en que quedan sumidas

sus dotes intelectuales.

Quizá las personas

más desgraciadas sean

las grandes inteligencias

huérfanas de voluntad,

porque esa gran inteligencia,

suponiendo que exista,

se pierde sin remedio.

Por eso se equivocan lamentablemente los padres que se

enorgullecen tanto del talento de sus hijos y en cambio apenas hacen

nada por que sean personas esforzadas y trabajadoras. Igual que esos

chicos vanidosos que tanto presumen de su coeficiente intelectual,

Page 18: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

18

pero a los que su orgullo y su pereza acaban conduciendo a

situaciones personales lamentables. O como aquellos maestros que

sólo juzgan los conocimientos, como si la enseñanza no fuera más que

una gasolinera donde se suministran conocimientos a los alumnos y se

comprueba posteriormente el nivel de llenado.

—De todas formas, a veces tengo la impresión de que la gente

tiene fuerza de voluntad sólo para lo que de verdad le interesa.

También puede verse desde esa óptica: las personas aplican con

firmeza su voluntad en la búsqueda de los objetivos que su

entendimiento les presenta con un interés más vivo. En ese sentido,

podría decirse que muchas veces sus problemas están más

relacionados con el entendimiento que con la voluntad.

Más que fuerza de voluntad,

lo que les falta es

una luz más intensa de su inteligencia

sobre ese objetivo.

—Pero antes decías que era mayor el valor de la voluntad que

del entendimiento.

No pretendía dar una preponderancia a la voluntad, sólo resaltar

su valor. La aparente contradicción que señalas nos remite a una

cuestión más de fondo, muy interesante:

La educación no se refiere

a una parte de la persona:

ha de llegar por entero

a la inteligencia,

a la voluntad

y a los sentimientos.

—Antes hemos hablado sólo de inteligencia y voluntad. ¿En

qué sentido añades ahora lo de los sentimientos?

Page 19: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

19

Son los tres grandes ámbitos que ha de impregnar cualquier

tarea educativa o formativa (tanto si está dirigida hacia uno mismo

como hacia otros):

§ ha de iluminar la inteligencia con un conocimiento

profundo de la verdad sobre el qué, el cómo y el porqué de las cosas;

§ ha de consolidar la voluntad con toda una serie de

virtudes que impulsen a vivir conforme a esas convicciones;

§ ha de educar los sentimientos de manera que generen

adhesión y atractivo hacia la verdad presentada por la inteligencia y el

bien deseado por la voluntad.

Resultaría un error grave minusvalorar cualquiera de estos tres

ámbitos, pues la vida verdaderamente humana ha de desarrollar

armónicamente la inteligencia, la voluntad y los sentimientos.

Por ejemplo, contribuir al fortalecimiento de la voluntad es

decisivo, pero conviene no caer en el voluntarismo, pues hay muchos

errores en la vida que no proceden de la relajación de la voluntad, sino

de un incorrecto conocimiento del cómo y porqué de las cosas, o de

una incorrecta educación de los sentimientos.

Algo parecido sucedería si un proceso formativo diera una

preponderancia excesiva a los sentimientos –podríamos llamarlo

sentimentalismo–, pues los sentimientos no piensan, sólo sienten:

cuando van por el camino de la verdad y del bien, son una gran ayuda;

pero cuando surgen sentimientos innobles o equivocados, o que no se

han educado debidamente, pueden acabar extraviando al

entendimiento más recto o a la voluntad más firme.

Y lo mismo podría decirse si se cayera en un intelectualismo

que olvidara la necesidad de una educación de la voluntad y los

sentimientos, tan decisiva para superar el ensueño o la debilidad, para

saber afrontar el sacrificio que la vida conlleva, y para evitar que nos

desmoronemos ante la presencia inesperada del fracaso o el dolor.

Capítulo 2: TOMAR LAS RIENDAS DE LA VIDA

Page 20: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

20

Artífices de la propia vida

Proyecto de vida

Estilos de vida

Una vida sin disfraces

Las personas que intentan hacer algo y fracasan

están definitivamente mejor

que los que tratan de no hacer nada y lo consiguen.

Anónimo

Artífices de la propia vida

Mientras lees este libro, trata por un momento de tomar

distancia sobre ti mismo. ¿Puedes mirarte a ti mismo como si fueras

otra persona? ¿Puedes definir, por ejemplo, el estado de ánimo en que

te encuentras, tu carácter, tus principales defectos o cualidades?

Piensa ahora en cómo ha trabajado tu mente ante esas

preguntas. Su capacidad de hacer lo que acaba de hacer es

específicamente humana. Los animales no la poseen. Esa

autoconciencia nos permite evaluar y aprender de nuestros propios

procesos de pensamiento. Gracias a ella, también podemos crear,

reforzar o rechazar nuestros hábitos personales, cambiar nuestro modo

de reaccionar ante las cosas, modelar nuestro carácter.

Usar con acierto de este privilegio humano nos permite

examinar las claves de nuestra vida.

Conocerse a uno mismo permite

convertirse en el artífice de la propia vida,

ser fiel a lo mejor de uno mismo,

Page 21: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

21

vivir la propia vida más como protagonista

y menos como un mero espectador.

Por eso la psicología y la filosofía han tratado con profusión

sobre el conocimiento propio, subrayando siempre la dificultad que

encierra profundizar en él. Si ya a veces es difícil incluso reconocer la

propia voz en una grabación, o la propia figura en una fotografía o un

vídeo en el que se nos ve de espaldas, resulta aún más difícil

reconocerse a uno mismo en las diversas facetas de la propia

personalidad.

El autoconocimiento supone siempre una labor ardua y

progresiva. Nunca acabaremos de conocernos del todo, porque el

hombre, cuando dirige su mirada hacia sí mismo, tiene que guiarse en

gran parte por intuiciones. Se pregunta con frecuencia por su propia

identidad, se hace cuestión de sí mismo, se vuelve a su interior en

busca de respuestas.

Se trata de reflexionar con hondura. También podemos –o

debemos– preguntar, y pedir consejo, pero al final nuestra vida debe

ser fruto de nuestras decisiones personales, todo lo contrastadas que se

quiera, pero la última palabra la debemos dar nosotros. Y esa última

palabra debe ser pensada con la seriedad que se merece.

Proyecto de vida

La vida de todo hombre precisa de un norte, de un itinerario, de

un argumento. La vida no puede limitarse a una simple sucesión

fragmentaria de días sin dirección y sin sentido. El hombre necesita

saber para qué vive. Ha de procurar conocerse cada vez mejor a sí

mismo y así encontrar sentido a su vida, proponerse proyectos y metas

a las que se siente llamado y que llenarán de contenido su existencia.

Toda persona tiene su propia misión

o vocación específica en la vida.

Y en esa misión no puede

ser reemplazada por nadie,

Page 22: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

22

ni su vida puede repetirse.

Para que la vida tenga sentido y merezca la pena ser vivida, es

preciso esforzarse por ir eliminando en nosotros los detalles de

contradicción o de incoherencia que vayamos detectando, esos

obstáculos que nos descaminan del itinerario que nos hemos trazado.

Porque si nos falta coherencia, o si con demasiada frecuencia nos

proponemos una cosa y luego hacemos otra, es fácil que estén fallando

las pautas que conducen nuestra vida.

—A todos nos gustaría hacer todo lo que nos proponemos, pero

luego viene la realidad de la vida, con su rebaja...

Es verdad que nadie logra todo lo que se propone, y que a veces

la vida parece tan agitada que no nos da tiempo a pensar qué

queremos realmente, o por qué lo queremos, o cómo podemos

conseguirlo. Pero hay que pararse a pensar, sin achacar a la

complejidad de la vida –como si fuéramos sus víctimas impotentes– lo

que muchas veces no es más que una turbia complicidad con la

debilidad que hay en nosotros.

Somos cada uno de nosotros los más interesados en averiguar

cuál es el grado de complicidad con todo lo inauténtico que hay en

nuestra vida. Si apreciamos en nosotros mismos una cierta

inconstancia vital, como si anduviéramos por la vida un poco

desnortados, sin terminar de tomar las riendas de nuestra existencia,

parece claro que esa actitud está comprometiendo seriamente nuestro

acierto en el vivir.

Es verdad que las cosas no siempre son sencillas, y que en

ocasiones resulta realmente difícil mantenerse fiel al propio proyecto,

pues surgen dificultades serias, y el desánimo se hace presente con

toda su paralizante fuerza. Pero hay que mantener la confianza en uno

mismo, no decir «no puedo», porque no suele ser verdad, porque casi

siempre se puede. Además, la dispersión, el excesivo activismo, la

frivolidad, la renuncia a aquello que vimos con claridad que debíamos

hacer, todo eso, tarde o temprano, puede terminar arruinando nuestra

vida.

Page 23: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

23

Por ejemplo, muchas personas consumen su existencia luchando

por ganar más dinero, o por gozar de una mayor fama o

reconocimiento, o por disfrutar de más poder, y al cabo de unos años

descubren que su ansiedad por alcanzar esas metas les ha privado de

cosas que importaban realmente mucho más, y que ahora,

lamentablemente, han quedado ya fuera de sus posibilidades.

Es la trampa del exceso de actividad, del dejarse absorber por el

ajetreo y el torbellino de la vida. Es –como apunta Stephen Covey– el

afán de trabajar cada vez más, para trepar más rápido por la escalera

del éxito, para descubrir al final que... la escalera estaba apoyada en

una pared equivocada.

Si la escalera no está apoyada

en la pared correcta,

cada peldaño que subimos

es un paso más

hacia un lugar equivocado.

Si uno quiere construir un chalé, revisa antes con detalle los

planos, para asegurar que se adecúa a lo que desea para su familia. Si

lo que quiere es lanzar un proyecto empresarial, primero estudia con

detalle los mercados, la financiación, los equipos humanos, etc. Si uno

quiere educar bien a sus hijos, debe tener claro qué valores busca

comunicar cuando trata con ellos día a día. Si queremos dar una charla

o una conferencia, primero pensamos qué queremos transmitir a las

personas que nos van a escuchar, luego vemos cómo decirlo, y

finalmente hacemos un guión suficientemente detallado, o la

escribimos por entero. Si vamos a emprender un viaje profesional,

estudiamos el recorrido, vemos cómo resolver el alojamiento, y

programamos las entrevistas o reuniones que queremos mantener.

Si no hacemos eso mismo con el proyecto de nuestra vida, y no

nos paramos a pensar qué buscamos en cada una de sus facetas,

entonces iremos por la vida como de oídas, improvisando, y

acabaremos asumiendo irreflexivamente los modelos que el azar, la

moda o las circunstancias nos presenten. Entonces nos sucederá algo

Page 24: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

24

parecido a lo que pasa a quien construye un chalé copiando los planos

de otro muy bonito, pero sin haber pensado bien lo que él necesitaba;

o a quien crea una empresa aplicando criterios que quizá eran muy

válidos, pero para otro tipo de negocios; o al que divaga

vaporosamente pronunciando una conferencia, y a los cinco minutos

del final advierte que se ha ido por las ramas y no ha logrado

transmitir lo que quería decir; o al que sale de viaje sin haber

concertado las entrevistas y reuniones, ni hecho las reservas

necesarias, y se encuentra con que al final no ha podido cumplir los

objetivos que lo motivaron.

Estilos de vida

Antes decíamos que, vistos retrospectivamente, muchos

pequeños objetivos que en un momento de nuestra vida nos parecieron

importantes y seductores, ahora, pasado el tiempo, los vemos como

algo insustancial y de poco valor.

La prueba del tiempo nos ha mostrado con nitidez ese contraste.

A lo mejor vemos ahora lo equivocado de aquella obsesión por ganar

aquel dinero más... ¿para qué sirvió al final? O aquel otro afán por

lograr neciamente ese poco de fama o de notoriedad... ¿en qué ha

quedado? O aquella otra tonta pasión por experimentar tal o cual

placer, que supuso aquellos atropellos... ¿qué nos aportó?, ¿en qué

quedó al final?

Cuando somos engañados y dejamos de lado otros valores

seguros para claudicar ante el espejismo del placer, o ante la inercia de

la comodidad y el egoísmo, al final siempre acabamos por advertir –si

somos sinceros con nosotros mismos– que aquello no nos condujo a

nada.

Son estilos de vida que, en sus comienzos, suelen presentarse

ante nosotros con gran esplendor, y son enormemente atractivos y

seductores. Pero sus consecuencias, los efectos que producen en el

interior de las personas, pocas veces se dan luego a conocer con la

crudeza que realmente tienen (a las víctimas de un engaño les suele

costar admitirlo).

Page 25: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

25

Las personas que centran su vida en el placer o el egoísmo

acaban por aburrirse de cada uno de los sucesivos niveles que van

alcanzando, pues constantemente piensan en uno mayor y más

excitante, en una cima más alta. Y esto es algo que sucede no sólo con

los placeres propiamente dichos, sino también con la tendencia a

rehuir el esfuerzo.

Cuando el hombre busca siempre

el camino de mayor comodidad

y menor exigencia, entonces

su vida se va erosionando gradualmente.

Sus capacidades se van adormeciendo, su talento no se

desarrolla, su espíritu se aletarga y su corazón se siente cada vez más

insatisfecho, desencantado por lo fugaces que finalmente resultan sus

efímeros logros.

—De todas formas, la mayoría de la gente procura vivir

conforme a unos principios, aunque estén algo difusos. Son pocos los

que se plantean formalmente vivir centrados en el placer.

Pero si esos principios son difusos, es fácil que esas personas

acaben un poco a merced de los estados de ánimo, acudiendo a

arreglos transitorios para las crisis que se presentan en sus vidas,

buscando evadirse mediante gratificaciones fugaces que les hagan

olvidar un poco que aquello no va bien. Pero cada vez que sube la

tensión en sus vidas, todo aquello que no funciona sale a la superficie,

y quizá entonces se muestran hipercríticos, malhumorados, pesimistas,

ensimismados, y la levedad de sus valores y principios acaba por

llevarles, casi inadvertidamente, a una vida muy centrada en la

comodidad y el egoísmo.

La realidad de la vida es muchas veces dura y dolorosa, y

cualquier esfuerzo nuestro por hacerla más habitable es siempre una

aportación importante, para nosotros y para los demás. Cada vez que

nos sacudimos la inercia e impulsamos los valores y principios que

nos inspiran, contribuimos –vayamos a favor o en contra de la

corriente– a nuestra felicidad y a la de los demás. Lo que no podemos

Page 26: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

26

es abandonarnos en el regazo cálido y adormecedor de las inercias de

la vida y luego quejarnos de su amargura.

Una vida sin disfraces

Todos solemos contemplar con admiración a las personas,

familias o instituciones que están basadas en principios sólidos y

hacen bien las cosas. Nos admira su fuerza, su prestigio, su madurez.

Y nos preguntamos: ¿cómo lo logran?, ¿cómo podría yo aprender a

hacerlo así?

Lo malo es que muchas veces buscamos la clave en cuestiones

que no pertenecen a la sustancia del problema. A lo mejor queremos

un consejo que sea una solución rápida y milagrosa a nuestros

problemas, como si fuera todo cuestión de una sencilla cosmética de

los valores.

Al calor de ese afán por los remedios rápidos, ha surgido en los

últimos años una extensa literatura dedicada a la efectividad personal,

que a menudo parece ignorar el proceso natural de esfuerzo y

desarrollo que la hacen posible. Es el esquema del «hágase rico en una

semana», «aprenda inglés sin esfuerzo», «cómo ganar un montón de

amigos», «cómo causar buena impresión», etc. Lo habitual es que esos

libros proporcionen una serie de consejos más o menos eficaces para

solucionar problemas superficiales, pero suelen dejar de lado las

cuestiones de fondo.

Sin embargo, desde los filósofos griegos hasta nuestros días, los

autores que han estudiado seriamente la búsqueda de las claves del

vivir con acierto, se han centrado básicamente en los esfuerzos que el

hombre hace por asumir ciertos principios y valores como la

honestidad, la justicia, la generosidad, el esfuerzo, la paciencia, la

humildad, la sencillez, la fidelidad, el valor, la prudencia, la lealtad, la

veracidad, etc. Y no como una cuestión cosmética, sino profunda, que

busca cambiar por dentro a la persona, constituir hábitos y rasgos que

conformen con hondura el propio carácter.

Podría compararse a las labores del campo. Sería ridículo

olvidarse de sembrar en primavera, querer holgazanear luego durante

Page 27: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

27

todo el verano, y pretender al final acudir afanosamente en otoño a

recoger la cosecha.

Tampoco se puede pretender

cosechar una vida lograda

sin haber puesto previamente

los medios necesarios.

En las labores del campo, como en la vida del hombre, lo

normal es –aunque siempre se está expuesto a incertidumbres–, que al

final se cosecha lo que se siembra. Y si no se siembra, si el campo no

se trabaja, lo normal es que no se recojan más que malas hierbas.

En la mayoría de las relaciones humanas ocasionales, se puede

salir del paso mediante técnicas superficiales que dan resultado a corto

plazo. En esas estrategias se centran los autores que antes hemos

mencionado. Y ciertamente se puede producir una impresión

favorable ante otras personas mediante el encanto y la habilidad

personales, o mediante cualquier técnica de persuasión, pero esos

rasgos secundarios no tienen ningún valor en relaciones personales

prolongadas.

Puedes producir de modo ficticio una buena imagen en un

encuentro o un trato más o menos ocasional, pero difícilmente podrás

mantener esa imagen en una convivencia de años con tus hijos, tu

cónyuge, tus compañeros o tus amigos (o contigo mismo).

Si no hay una integridad personal profunda

y un carácter bien formado,

tarde o temprano los desafíos de la vida

sacan a la superficie

los verdaderos motivos.

Hay personas que presentan una imagen exterior de cierta

categoría personal, e incluso logran un considerable reconocimiento

social de sus supuestos talentos, pero en su vida privada carecen de

una verdadera calidad humana. En esos casos, lo normal será que,

Page 28: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

28

antes o después, esa mezquindad personal se acabe trasluciendo en su

vida social y en todas sus relaciones humanas prolongadas, echando

por tierra su efímero triunfo anterior.

Capítulo 3: UN NUEVO MODO DE VER LAS COSAS

La teoría de los gérmenes

Saber usar los propios recursos

Dos modos de plantear las cosas

Una nueva clave

La libertad interior de elegir

El riesgo del autoengaño

Muchos hombres no se equivocan jamás

porque nunca se proponen hacer nada.

J. W. Goethe

La teoría de los gérmenes

Hasta que se llegó a conocer con suficiente profundidad la

acción patógena de los microbios, allá por la segunda mitad del siglo

XIX, había entre los investigadores médicos una enorme preocupación

ante el serio problema planteado por las frecuentes infecciones

hospitalarias.

Las complicaciones sépticas tras cualquier tipo de intervención

quirúrgica eran casi inevitables y de consecuencias muy graves.

También era habitual que tras pequeñas heridas se produjeran

importantes supuraciones o septicemias, y un elevado porcentaje de

mujeres morían como consecuencia de infecciones originadas por la

asistencia al parto. Pero nadie entendía bien por qué sucedía todo

aquello.

Page 29: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

29

Tras sus importantes descubrimientos bacteriológicos en el

campo de la fermentación, Louis Pasteur anuncia en 1859 su idea de

que los procesos infecciosos son consecuencia de la acción de un

germen. Pero, ¿de dónde vienen esos microorganismos? Hasta

entonces, quienes se habían planteado esa posibilidad pensaban que

surgían por generación espontánea. Sin embargo, Pasteur va hallando

microbios específicos de diferentes enfermedades, y observa que son

seres vivos que van pasando de un cuerpo a otro.

Poco después, el cirujano inglés Joseph Lister descubre que

aplicando enérgicas medidas antisépticas se frenan drásticamente las

infecciones: por ejemplo, en el caso de las fracturas abiertas, logra

reducir la mortalidad desde el 50% a cifras inferiores al 15%, gracias

al empleo de fenoles como producto antiséptico.

Más adelante, Pasteur descubre que esos gérmenes causantes de

la enfermedad pueden ser aislados y cultivados, y que si se amortiguan

y se inoculan en pequeñas dosis en cuerpos sanos –a ese hallazgo se le

puso el nombre de vacuna–, tienen un efecto inmunizador.

En cuanto se desarrolló la teoría microbiana, se implantó un

nuevo modo de entender la atención hospitalaria, y en general de toda

la medicina. Un pequeño cambio de enfoque hizo ver las cosas muy

distintas y generó poderosas transformaciones.

Comprender mejor lo que sucedía

hizo posible un avance extraordinario.

De manera análoga, muchas personas experimentan un notable

cambio en su pensamiento en determinados momentos de su vida.

Descubren una nueva faceta de la realidad, y esto provoca un cambio

en las claves con las que estaban interpretando esa realidad.

Un descubrimiento

nos hace sustituir viejas claves

por otras más acertadas.

Sucede, por ejemplo, cuando una persona sufre un accidente

grave, o afronta una crisis que amenaza cambiar seriamente su vida, o

Page 30: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

30

pasa por la prueba de la enfermedad y del dolor, y de pronto ve sus

prioridades bajo una luz diferente. O cuando comienza a ejercer

determinadas responsabilidades, o asume un nuevo papel en su vida,

como el de esposo o esposa, padre o madre, y entonces se produce un

cambio de su modo de ver las cosas.

Si en nuestra vida queremos realizar pequeños cambios, puede

que nos baste con esforzarnos un poco más en mejorar nuestra

conducta y luchar contra nuestros defectos.

Pero si aspiramos

a un cambio importante,

es preciso cambiar

nuestro modo de ver las cosas.

Un ejemplo. Piensa por un momento –recomienda Stephen

Covey– en tus bodas de plata, o en tus bodas de oro. Piensa en la

despedida en tu trabajo cuando llegue tu jubilación. Visualízalo con

riqueza de detalles. Piensa en los sentimientos y emociones que te

embargarán en ese momento. ¿Cuál será tu balance de todos esos años

de matrimonio o de trabajo? ¿Cuál quieres ahora que sea el balance

que hagas entonces?

Otro ejemplo. Piensa en que te enteras ahora mismo de que te

quedan sólo tres meses de vida. Visualiza mentalmente qué harías. Es

probable que, de pronto, todo aparezca con una perspectiva diferente.

Es probable que afloren a la superficie ciertos valores que antes casi

no tenías en cuenta.

Quizá veas entonces de modo distinto la relación con tus padres

o con tus hijos, o plantees de modo distinto el matrimonio, o la

relación con tus compañeros de trabajo. Quizá te parezcan futiles

cosas que hace un momento considerabas muy importantes.

—Bien, pero la vida no puede plantearse cada día como si te

quedaran tres meses de vida.

Por supuesto. Pero ese ejercicio mental nos puede ayudar a

pensar en cosas en las que habitualmente no pensamos, a reflexionar

Page 31: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

31

sobre los principios que rigen nuestra vida, a identificar mejor lo que

realmente importa.

La vida nos va cargando día a día de rutinas, de adherencias que

van entorpeciendo nuestra marcha. A veces hay que pararse y ver qué

es lo que queremos, no dar por bueno sin más nuestro status quo, no

seguir sumisamente la inercia de todo lo que hemos hecho hasta

entonces, sino repensar las cosas a fondo. No podemos olvidar que

esos valores y principios son la trama que da consistencia al tejido de

nuestra vida y, por tanto, son nuestro mayor tesoro (además, casi lo

único que tenemos a salvo de robos, incendios, quiebras o descensos

bursátiles).

Saber usar los propios recursos

Hay personas que achacan sus defectos a razones de tipo

genético. Son los que con un ―qué le vamos a hacer, he nacido así‖,

alejan rápidamente de su cabeza la posibilidad de esforzarse en serio

por erradicar un determinado defecto.

Algunos llegan incluso a hablar del mal genio de su abuelo (o

de toda una rama de la familia) para justificar, por ejemplo, que tienen

un carácter violento o imprevisible. Están convencidos de que su

herencia de irascibilidad viene inexorablemente determinada en su

carga genética y que, por tanto, nada pueden hacer por luchar contra

su propio ADN.

Otros parecen tranquilizarse echando las culpas a la educación

que recibieron de sus padres. Son los que con un cortés y lacónico

―me han educado así‖, dejan también de lado cualquier pensamiento

sobre su mejora personal.

Otros cifran casi todo en cuestiones del ambiente en que han

vivido, de su condición social, del modo de ser propio de su región o

su país de origen, del estilo educativo del lugar donde estudiaron, o de

lo que sea..., pero siempre hay algo o alguien fuera de él que es el

verdadero responsable de que él sea así.

Siempre piensan que el problema

Page 32: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

32

está fuera de ellos,

y precisamente ese pensamiento

es su gran problema.

Este peligroso planteamiento de la vida admite, como es lógico,

diversos grados.

En algunos casos, por ejemplo, esas personas aceptan que quizá

la solución está en ellos mismos, y se muestran teóricamente

dispuestos a afrontarlo, pero luego no llegan a tomar la iniciativa o no

dan los pasos necesarios para llevar a la práctica esas soluciones.

Veamos unos ejemplos, tristemente frecuentes, tomados del ámbito

escolar:

§ «En casa no hay quien estudie. Tendría que ir a una

biblioteca, pero la de mi barrio está llena desde primera hora de la

mañana y no tengo ni la menor idea de dónde habrá otra...». (Ni se

plantea madrugar un poco más, ni espabilar un poco para enterarse de

dónde hay otra biblioteca).

§ «No sé qué carrera estudiar. Tendría que enterarme bien,

pero no sé a quién preguntar. Nadie quiere ayudarme». (No ha

preguntado a nadie, y ya piensa que nadie le quiere ayudar; desde

luego, será difícil que alguien se brinde espontáneamente a orientarle

sobre un problema que él no ha manifestado).

§ «Sé que no tengo un buen método de estudio. Intento

aprenderme todo de memoria, y veo que eso no es solución, pero no sé

hacerlo de otra manera». (Está claro que con un afán investigador

como el suyo, la ciencia estaría aún como en el neolítico).

Otros tienen un talante que queda bien retratado en aquellas

famosas 6 normas para no prosperar que se difundieron tanto hace

unos años:

1. Espere sentado su oportunidad.

2. Comente su mala suerte con los demás.

3. No se esfuerce por mejorar su preparación.

Page 33: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

33

4. Laméntese de que los tiempos están muy difíciles.

5. Obstínese en que sin recomendaciones no se logra nada.

6. Confíe y aguarde a que vengan tiempos mejores.

Son personas pasivas, que siempre están como esperando a que

suceda algo exterior que les fuerce a cambiar; o a que alguien se haga

cargo de ellas y las empuje a decidirse a afrontar y resolver sus

problemas.

Su principal problema son ellas mismas:

no tienen una actitud ante la vida

que les lleve a usar

sus recursos y su iniciativa.

Tienen como entumecidos los músculos de la responsabilidad.

Pero esos músculos siguen siendo suyos y están ahí: lo que tienen que

hacer es ejercitarlos.

Dos modos de plantear las cosas

En este sentido, podríamos dividir nuestros pensamientos y

preocupaciones habituales en dos grandes grupos: los que están

centrados en cuestiones sobre las que no tenemos ninguna o casi

ninguna posibilidad de influencia, y los que, por el contrario, se

refieren a cuestiones sobre las que sí podemos influir.

Quienes centran su cabeza sobre ese primer conjunto de

pensamientos, es decir, sobre cuestiones que les vienen ya dadas y

sobre las que no pueden hacer nada o casi nada, suelen ser personas

pasivas, negativas e ineficaces. Dedican gran cantidad de tiempo y

energías a pensar en los defectos de los demás (casi nunca en los

propios, ni en ayudar a los demás a corregirse), y a lamentarse de las

injusticias que la sociedad tiene con ellos (nunca en cómo ellos

pueden contribuir a mejorar la sociedad). Se quejan continuamente de

los males que la salud, el clima o la situación política traen a su

Page 34: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

34

desgraciada existencia. Piensan en muchas cosas, pero todas tienen en

común que ellos poco o nada pueden hacer por cambiarlas.

Por el contrario, las personas sensatas procuran centrarse en el

segundo conjunto de pensamientos a que nos referíamos. Es decir, se

dedican fundamentalmente a cuestiones con respecto a las cuales

pueden hacer algo, aunque no sea de modo inmediato. Y gracias a que

hacen algo, logran que con el tiempo ese conjunto de ocupaciones –

podríamos llamarlo círculo de influencia– vaya creciendo, pues cada

vez son más eficaces, avanzan más e influyen sobre más cosas.

—Pero reducirse a pensar solamente en lo que uno tiene al

alcance de su influencia, ¿no supone un cierto empequeñecimiento

mental?

Es cierto que hay muchas cosas –por ejemplo, la información

sobre la actualidad nacional e internacional, la historia, etc.– sobre las

que poco o nada podemos influir, y sin embargo resulta importante y

positivo conocerlas, e ir formando una opinión sobre ellas. Por eso,

cuando hablo de centrarse en el propio círculo de influencia me refiero

fundamentalmente a la actitud general que uno toma ante los

problemas que tiene: si los sitúa dentro de su alcance y los acomete, o

si, por el contrario, tiende a despejarlos fuera para luego lamentarse de

no poder resolverlos.

Lo sensato es saber centrar

nuestros esfuerzos en

lo que está a nuestro alcance,

no perder nuestras energías

en lamentaciones utópicas.

De lo contrario, caeríamos en una especie de absurda

autofrustración, un estilo de vida por el que las personas se

autocastigan al pesimismo, la queja y el enterramiento de sus propios

talentos.

Recordando aquella vieja sentencia, podríamos decir que se

trata de tener:

Page 35: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

35

§ coraje para cambiar lo que se puede cambiar,

§ serenidad para aceptar lo que no se puede cambiar,

§ y sabiduría para distinguir lo uno de lo otro.

Hay quizá demasiadas ocasiones en que ponemos tontamente en

cosas ajenas a nosotros la capacidad de decidir sobre nuestra vida. Por

ejemplo, si uno se lamenta de no tener una casa o un coche mejor, o

de no haber llegado a una determinada posición profesional, o de no

haber tenido una familia distinta a la que tiene, puede plantearlo

básicamente de dos maneras.

La primera es quejarse de que los condicionantes de su vida le

impiden lograrlo, y que sólo cuando cambien podrá salir de su triste

situación.

La segunda es radicalmente distinta: ver qué es lo que podría

cambiar en él mismo, en su actitud, en su conducta, para que esos

condicionantes externos a su vez cambien: cómo puede mejorar él,

cómo puede ser más ingenioso y más diligente para facilitar así que

las cosas vayan cambiando. La diferencia es sencilla:

Acometer resueltamente los problemas,

en vez de limitarse a protestar.

Como se cuenta de aquella multinacional del calzado que envió

un delegado comercial a un país subdesarrollado que aún vivía en

régimen tribal. Al poco de llegar, el delegado envió un telegrama a la

Dirección General de la empresa diciendo: «Negocio imposible, todos

van descalzos». Lo cesaron y enviaron a otro, más resolutivo, y a los

pocos días recibieron otro telegrama, bien diferente: «Negocio

redondo, todos van descalzos. Envíen una remesa de quince mil

pares».

Se trata de cambiar el enfoque con el que se ven los problemas.

Es algo que resulta de vital importancia para aquellas personas que se

han habituado a refugiarse en actitudes de continua queja, de culpar de

sus problemas siempre a otros, o de responsabilizar de sus

frustraciones a la sociedad.

Page 36: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

36

Por ejemplo, si tu matrimonio no va bien, o no te llevas bien

con tu hijo, o con tu padre, o con tu jefe, poco puedes arreglar

repitiendo una vez y otra sus defectos, considerándote una víctima

impotente de su pésima actitud. Piensa en qué cosas son las que te

enfadan y examínalas con objetividad: seguro que bastantes responden

en buena parte a tu susceptibilidad, o a que te has obsesionado un

poco con una serie de detalles que valoras excesivamente; o quizá es

que eres bastante menos tolerante con los defectos de los demás que

con los tuyos; o a lo mejor estás dentro de una espiral de agravios

mutuos que difícilmente se romperá si tú no tomas la iniciativa.

Si de verdad quieres mejorar la situación,

debes empezar por actuar

sobre lo que tienes más control,

que eres tú mismo:

actúa primero sobre

tus propios defectos.

Has de centrarte en tu esfuerzo por ser un mejor esposo o

esposa, mejor hijo o mejor padre, mejor jefe o mejor empleado, mejor

amigo. De este modo, es más probable que la otra persona capte tu

buena disposición y te responda de la misma manera.

—¿Y si la otra persona no respondiera así, sino que siguiera con

su actitud negativa, como antes?

Puede suceder, claro está, y de hecho sucede. Pero en cualquier

caso, el modo de actuar más positivo que tienes (no el único) sigue

siendo ese. Actuando así, mejorarás como persona, y de la otra manera

sólo conseguirás reducir tu capacidad de recomponer la situación y

aumentar seriamente las posibilidades de amargarte la existencia.

Una nueva clave

Recuerdo el caso de otro alumno que desde el comienzo del

curso me produjo bastante mala impresión. Su actitud era

Page 37: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

37

habitualmente negativa, incluso un tanto desafiante. Parecía como si a

cada momento tuviera que comprobar hasta dónde estaba dispuesto el

profesor a permitir sus pequeñas provocaciones. También tenía

dificultades con sus compañeros, entre los que era bastante impopular.

Su talante y su comportamiento en clase llegaron a producirme

cierta irritación. A los pocos días de curso, decidí variar el orden que

seguía en mis entrevistas con los alumnos nuevos para hablar con él

cuanto antes. A la primera ocasión, le llamé. Nos sentamos, y le

pregunté cómo se encontraba en su nueva clase.

Los primeros diez minutos fueron por su parte de un mutismo

completo, sólo interrumpido por algunos parcos monosílabos. Aunque

me esforcé por mostrar confianza, buscando el motivo de su desinterés

y sus dificultades de relación con sus compañeros, apenas encontraba

respuesta por su parte.

Pasé a preguntarle por cosas más personales, por sus padres, por

el ambiente de su casa. Poco a poco, dejaba notar que en realidad sí

quería hablar, pero encontraba dentro de sí una barrera. Finalmente, y

sin abandonar ese tono altivo que parecía tan propio suyo, me

contestó: «¿Que cómo van las cosas en mi casa? Pues eso. Fatal. Que

se te quitan las ganas de todo. Usted lo ve todo muy fácil, claro. ¿Pero

cómo estaría usted si su madre estuviera en cama desde hace dos años,

y su padre volviera a casa bebido la mitad de los días? Estaría muy

entero, supongo. Pero, lo siento, yo no lo consigo».

Siguió hablando, al principio con cierto temple, pero a las pocas

frases se vino abajo, se le quebró la voz y se echó a llorar.

Una vez roto el hielo, aquel chico abandonó esa actitud postiza

de orgullo y de distancia que solía usar como defensa, y se desahogó

por completo. Poco a poco fue contando el drama familiar en que

estaba inmerso y que le hacía vivir en ese estado de angustia y de

crispación. La enfermedad, el alcohol y las dificultades económicas

habían enrarecido el ambiente de su casa hasta extremos difíciles de

imaginar. A sus catorce años llevaba ya sobre sus espaldas una

desgraciada carga de experiencias personales enormemente

frustrantes.

Page 38: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

38

No es difícil imaginar lo que sentí en aquel momento. Mi visión

de ese chico había cambiado por completo en sólo unos segundos. De

pronto, vi las cosas de otra manera, pensé en él de otra manera, y en

adelante le traté de otra manera. No tuve que hacer ningún esfuerzo

para dar ese cambio, no tuve que forzar en lo más mínimo mi actitud

ni mi conducta: simplemente mi corazón se había visto invadido por

su dolor, y sin esfuerzo fluían sentimientos de simpatía y afecto. Todo

había cambiado en un instante.

Me recordó aquella frase de Graham Greene: Si conociéramos

el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las

estrellas. Y pensé que muchos de los problemas que tenemos a lo

largo de la vida, que suelen ser problemas de entendimiento y relación

con los demás, con frecuencia tienen su raíz en que no nos esforzamos

lo suficiente por comprenderles.

Cuando oigo decir que los jóvenes no tienen corazón, o que no

tienen ya el respeto que tenían antes, siempre pienso que –como ha

escrito Susanna Tamaro– el corazón sigue siendo el mismo de

siempre, sólo que quizá ahora hay un poco menos de hipocresía. Los

jóvenes no son egoístas por naturaleza, de la misma manera que los

viejos no son naturalmente sabios. Comprensión y superficialidad no

son cuestión simplemente de años, sino del camino que cada uno

recorre en su vida.

Hay un adagio indio que dice así: Antes de juzgar a una

persona, camina durante tres lunas en sus zapatos. Vistas desde fuera,

muchas existencias parecen equivocadas, irracionales, locas.

Mientras nos mantenemos fuera,

es fácil entender mal a las personas.

Solamente estando dentro, solamente caminando tres lunas en

sus zapatos pueden entenderse sus motivaciones, sus sentimientos,

aquello que hace que una persona actúe de una manera en vez de

hacerlo de otra. La comprensión nace de la humildad, no del orgullo

del saber.

Page 39: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

39

La libertad interior de elegir

«Trabajo como enfermera y llevaba unos meses atendiendo al

hombre más desagradable que puedas imaginarte. Nada de lo que

hacía podía satisfacerle. Nunca lo apreciaba, ni agradecía nada, ni

mostraba ningún reconocimiento. Se quejaba constantemente y sacaba

defectos a todo.

»El caso es que por culpa de aquel hombre llevaba un tiempo

sintiéndome de bastante mal humor, pues atenderle me suponía mucho

tiempo diario, y me enfadaba mucho, y esos berrinches me dejaban

alterada para el resto del día, y al final eran los demás enfermos, mis

compañeros y mi familia quienes más sufrían las consecuencias de mi

estado de ánimo.

»Y fue entonces cuando una compañera mía, con la que tengo

mucha confianza, tuvo el descaro de decirme que nadie podía herirme

sin mi consentimiento; me explicó que, en el fondo, era yo quien

elegía mi propio estilo de vida emocional que me llevaba a la

infelicidad.

»De entrada, me pareció que su consejo era teórico e

inaceptable. Pero estuve pensándolo unos días, hasta que me enfrenté

a mí misma con verdadera sinceridad, y empecé a preguntarme: ¿soy

en realidad capaz de influir en mi reacción ante las circunstancias que

se presentan en mi vida?

»Cuando por fin comprendí que sí podía hacerlo, o que al

menos podía hacerlo bastante más, entendí que el hecho de que yo me

sintiera tan desgraciada era básicamente culpa mía. Y fue entonces

cuando supe que podía elegir no serlo, que debía liberarme de esa

extraña dependencia del modo en que me estaba tratando ese paciente.

Aquello fue un descubrimiento que ha influido después mucho en mi

vida, ahora lo veo, varios años después. Desde entonces, atiendo a ese

tipo de personas de una forma distinta, ya no se me hacen odiosos,

como antes. Es más, estoy convencida de que tratar con ellos me hace

mucho bien».

El relato de esta enfermera nos muestra que las circunstancias

de dificultad, si se saben afrontar juiciosamente, suelen dar lugar a

Page 40: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

40

cambios en el modo de entender la vida, nos abren marcos de

referencia nuevos, a través de los cuales las personas vemos al mundo,

a los demás y a nosotros mismos de modo distinto, y nos permiten

aumentar la perspectiva, madurar nuestros principios y alcanzar

nuevos valores.

Es verdad que nuestra vida está bastante condicionada por

muchas cosas que nos suceden y sobre las que apenas podemos actuar.

Pero todas pueden superarse si se saben asumir adecuadamente.

Todos hemos conocido, por ejemplo, individuos que

atravesaban circunstancias muy difíciles –una dolorosa enfermedad,

una deficiencia física grave, un duro revés económico o afectivo– y, a

pesar de ello, mantenían una extraordinaria fortaleza de ánimo.

Observar a esas personas, ver cómo afrontan el sufrimiento o superan

el embate de una desgracia o una fuerte contrariedad, deja siempre una

impresión y una admiración grandes. Son actitudes que dan vida a los

valores que les inspiran. En ese sentido, puede decirse que las

dificultades a las que nos vemos sometidos juegan, en cierta manera, a

nuestro favor:

Las dificultades

hacen lucir nuestra mediocridad,

y nos brindan una

espléndida ocasión de superarnos,

de dar lo mejor de nosotros mismos.

Y de la misma manera que en su infancia y juventud las

personas se curten y se superan a sí mismas con el esfuerzo ante la

dificultad, y, por el contrario, la vida fácil las convierte en criaturas

mimadas y endebles, de modo semejante, podría decirse que nuestra

valía profesional, nuestro amor o nuestra amistad, maduran ante un

ambiente difícil, arraigan con más fuerza y autenticidad en un entorno

en el que no todo viene dado.

La historia apenas conoce casos de grandeza, de esplendor, o de

verdadera creación, que hayan tenido su origen en la comodidad o la

vida fácil. El talento no fructifica sino en la fragua de la dificultad.

Page 41: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

41

Quizá por eso decía Horacio que en la adversa fortuna suele

descubrirse al genio, en la prosperidad se oculta.

El riesgo del autoengaño

Todo hombre sensato ha de tener una sana y equilibrada

preocupación por saber si actúa bien o no.

Una reflexión positiva

que nos haga estar prevenidos

contra el autoengaño.

Porque en las vueltas y revueltas de la vida aparecen muchas

ocasiones de obrar mal y apenas reparar en ello. Y aunque somos

libres de elegir nuestras acciones, no lo somos tanto para eludir luego

las consecuencias de esas acciones que hemos elegido.

Por ejemplo, podemos elegir tirarnos a la calle desde un quinto

piso, pero no podemos eludir lo que nos sucederá cuando nos

estampemos contra el suelo. De la misma manera, podemos optar por

ser deshonestos o corruptos en nuestro trabajo, con nuestros amigos o

con la sociedad, pero no podremos escapar de sus consecuencias.

—Bueno, hay bastante gente que sí escapa, puesto que, por

desgracia, no todos los corruptos son descubiertos ni acaban en la

cárcel.

Las consecuencias penales o sociales quizá puedan eludirse,

pues depende de que nos descubran o no.

Pero el daño personal que con

cualquier quebranto ético

se hace uno a sí mismo

es ineludible siempre.

Somos libres de elegir ante cualquier situación, pero nunca

podemos dejar de cargar con la otra cara de la moneda. Sin duda,

muchas veces nuestras decisiones tendrán consecuencias que

Page 42: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

42

preferíamos no padecer, y hemos llegado a ellas por no saber bien qué

había en la otra cara de esa elección, y es entonces cuando nos damos

cuenta de que nos hemos equivocado.

Sin embargo,

no son nuestros errores

lo que más nos daña,

sino nuestra respuesta ante ellos.

Porque, como decía Cicerón, todos los hombres pueden caer en

un error, pero sólo los necios perseveran en él. Cuando una persona no

reconoce sus errores, no los corrige, o no aprende de ellos, se

introduce en una espiral de autoengaño y encubrimiento que potencia

esos errores y causa un daño mucho más profundo.

—Lo malo es que supongo que todos tendemos en cierta

manera hacia el autoengaño y el encubrimiento de nuestros errores.

Por eso la educación del carácter requiere un serio esfuerzo

personal en ese sentido: cuando cometas un error, no te escudes en tu

debilidad, no te lances a señalar defectos de otras personas, a culpar o

acusar a otros. Es verdad que también habrá culpa en otras personas,

pero hay que evitar que esa parte de culpa ajena te impida ver la tuya.

Cuando observes en ti un error, lo verdaderamente necesario es,

simplemente, que lo admitas, te corrijas y aprendas de él: de esta

manera, además, una experiencia negativa puede convertirse en algo

muy positivo.

Y si ves que tu pensamiento deriva enseguida hacia cuestiones

que están fuera de tu alcance –fuera del círculo de influencia de que

hablábamos antes–, frena en seco y vuelve a empezar. Hemos de tener

la valentía de descubrir y afrontar las áreas de error o de debilidad que

hay en nuestras vidas, para eliminarlas o reformarlas.

—También será positivo conocer nuestras áreas de talento, para

potenciarlas, supongo.

Sí, y en ambos casos el proceso de avance es muy parecido:

establecer una meta personal, hacer un propósito de mejora y

Page 43: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

43

mantener un compromiso serio con uno mismo para cumplirlo (un

compromiso serio y firme, pero también cordial y deportivo).

Capítulo 4: FORTALEZA Y CLARIDAD INTERIOR

Independencia personal

Autoestima

Aprender a fracasar

Capacidad de ilusionarse

Capacidad de resolución

Dominio de uno mismo

Superar el egoísmo

Si de verdad vale la pena hacer algo,

vale la pena hacerlo a toda costa.

G. K. Chesterton

Independencia personal

Todos hemos venido al mundo como niños totalmente

dependientes de otros. Hemos sido dirigidos, educados y sustentados

por otros durante bastante tiempo, y está claro que si no hubiera sido

así no habríamos vivido más que unas pocas horas, o a lo sumo unos

pocos días. Después, nos fuimos haciendo cada vez más

independientes. Se podría decir que nos fuimos haciendo cargo

gradualmente de nosotros mismos.

Una persona con una dependencia física (un paralítico o un

enfermo de Alzheimer, por ejemplo), necesita ayuda de los demás.

Una persona que sea muy dependiente emocionalmente, tomará sus

decisiones y se sentirá segura muy en función de la opinión de los

demás, de lo que otros piensen de él. Una persona que sea muy

Page 44: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

44

dependiente intelectualmente, cuenta con que otros piensen y decidan

por él ante los principales problemas de su vida.

En cambio, una persona independiente se desenvuelve por sus

propios medios, tiene su propia opinión sobre las cosas y sus propias

pautas para la construcción de su vida.

—Parece claro que la independencia es un logro importante en

la vida, pero debe tener también su justa medida, porque ser

absolutamente independiente no parece que tampoco sea el gran

paradigma de la existencia.

Naturalmente. Entre otras cosas, porque –como señala Stephen

Covey– los más altos logros de nuestra naturaleza tienen siempre que

ver con nuestra relación con los demás: la vida humana es de por sí

interdependiente, y por esa razón hay que encontrar un equilibrio

adecuado, una justa medida entre ambos extremos erróneos.

Podría decirse que la sensibilidad de nuestra época ha

entronizado a veces de modo exagerado la independencia, como si

fuera la más grande meta humana y una garantía segura de felicidad.

Sin embargo, un exagerado o mal entendido afán de independencia

puede en muchos casos acabar en dependencias mucho más amargas.

Por ejemplo, la que se ve en esas personas que abandonan su

matrimonio y sus hijos en nombre del amor y la independencia,

aunque en el fondo lo hacen por razones egoístas bastante fáciles de

suponer. O la de aquellos que desatienden a su familia, o traicionan a

sus amigos, o renuncian a sus principios, en razón de un desmedido

afán de afirmación personal en su trabajo, por ganar más dinero o

alcanzar mayores cotas de poder. O la que se ve en aquellos otros que

hablan de romper las cadenas, liberarse, vivir la propia vida..., y en

realidad están con ello sujetándose a otras cadenas que suponen

dependencias mucho más fuertes, porque son dependencias que están

en su interior: en una búsqueda egoísta de placer o comodidad, en una

renuncia a enfrentarse a la propia responsabilidad, o en echar la culpa

a los demás de todo lo que les resulta difícil en sus vidas.

Page 45: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

45

La independencia personal nos hace actuar por cuenta propia,

en vez de entregar a otros el control de nuestra vida, y eso es un logro

muy importante. Pero no es suficiente como meta final de una vida.

Hay que añadir siempre a la independencia

una buena dosis de sensatez y buen criterio,

para tampoco caer en la idiotez independiente,

que por ser independiente

no deja de ser idiota.

La vida, por naturaleza, es interdependiente. El hombre no

puede buscar la felicidad poniendo la independencia como valor

central de su vida. De entrada, porque cualquier logro en la vida

afectiva de una persona pasa necesariamente por depender en cierta

manera de su mujer, su marido, sus hijos, sus amigos, su proyecto

profesional, etc.; y todos también necesitamos depender de unos

principios, ideales y valores que dan sentido a nuestra vida.

En definitiva, se puede ser independiente y comprender que se

avanza más trabajando en equipo, que necesitamos enriquecer nuestro

pensamiento con el de otras personas, que hay que ser fiel a unos

valores acertados, o que todo hombre necesita dar y recibir afecto. La

vida ha de plantearse buscando compartirla profunda y

significativamente con otros, y esto supone siempre un contrapunto

ante un afán de independencia mal entendido.

Autoestima

Como ha señalado Miguel Ángel Martí, a veces parece como si

sólo existieran dos tipos de personas: unas que se sobrevaloran,

cayendo así en actitudes más o menos engreídas o prepotentes; y otras

que se infravaloran, que únicamente son capaces de ver en su

personalidad los aspectos negativos y las deficiencias, y con eso su

relación con ellos mismos es autodestructiva, se sienten culpables de

todos sus fracasos, aunque estos se deban a factores externos, y esto

Page 46: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

46

les lleva a una cruel inseguridad, a valorar siempre más la opinión de

los otros que la suya propia.

La falta de autoestima, además, suele conducir a un círculo

vicioso de actitudes mentales negativas. Esa persona puede comenzar

pensando, por ejemplo, que no será capaz de alcanzar una meta que se

ha propuesto, porque tiene la impresión de que rara vez logra lo que se

propone. Con esa premisa, se encamina hacia esa meta con talante gris

y mortecino, tarde y sin entusiasmo, con más miedo al fracaso que

afán de lograr el éxito. Si luego las cosas no salen –y no suelen salir

cuando se acometen así–, la experiencia, una vez más, vuelve a

reforzar el juicio negativo anterior: de nuevo se ha demostrado que no

es posible, que no valgo, que he fallado y que las cosas seguirán igual

en el futuro.

En cambio, cuando alguien aprende a respetarse a sí mismo, y a

no compararse dañosa e inútilmente con los demás, tiene entonces

mayor facilidad para tomar conciencia de su propia singularidad y

dignidad. Es decisivo comprender que cada ser humano posee unas

virtualidades propias que sólo él mismo –con la ayuda que sea

necesaria– puede llegar a hacer rendir, proponiéndose proyectos y

metas a las que se siente llamado y que llenarán de contenido su

existencia.

—¿Y piensas que fomentar la autoestima puede llevar, de

alguna manera, a promover un modelo de personalidad narcisista?

Puede suceder si no se hace adecuadamente. Por eso hay que

plantear la autoestima como un sensato y equilibrado afecto por uno

mismo, que no tiene por qué conducir al egoísmo ni a la vanidad. La

autoestima es respeto a la propia persona, convicción de que cada uno

es portador de una alta dignidad como hombre, y comprensión

profunda de que cada ser humano es irrepetible y está llamado a

realizar en el mundo una tarea que dará sentido a su vida y que nadie

puede hacer por él.

Estimarse a sí mismo

es necesario para

el propio equilibrio interno,

Page 47: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

47

y necesita encontrar su justa medida.

Quien se sobreestima, lo hace habitualmente a costa de

minusvalorar a quienes tiene a su alrededor, que suelen interesarle

básicamente como meros servidores o espectadores. También para

quien se subestima resulta difícil estimar a los demás, y esto provoca

con facilidad conflictos personales en el ámbito de la amistad, la

familia o el trabajo. Tanto en un caso como en otro, manifiestan un

amor propio destructivo y frustrante.

—¿Piensas entonces que son compatibles autoestima y

humildad?

Entendidas correctamente, no sólo son compatibles sino que se

exigen una a otra. Algunas personas consideran que son excluyentes

porque imaginan que la autoestima es una tonta y arrogante

sobrevaloración propia, o porque piensan que la humildad es algo tan

simple como tener una mala opinión acerca de los propios valores y

talentos. La verdadera humildad no es una absurda simulación de falta

de cualidades: la humildad no puede violentar la verdad, no está en

exaltarse ni en infravalorarse, sino que va unida al conocimiento

propio, a la sinceridad, a la sencillez y a la naturalidad.

—Pero las personas de mucho talento tienen más fácil caer en la

vanidad o la egolatría...

No estoy muy seguro de eso. A veces tengo la impresión de que

las actitudes vanidosas o ególatras no son cuestión de mucho o poco

talento, sino que son más bien un problema de falta de virtud,

educación y sentido común. Es más, podría incluso decirse que las

actitudes engreídas revelan, en cierta manera, poca cabeza: porque con

todo ese tórrido presumir suyo (casi siempre por talentos que han

recibido sin ningún mérito propio) hacen el ridículo y sólo logran

producir rechazo en los demás, lo que quizá viene más bien a mostrar

que todo ese supuesto talento es bastante escaso.

Aprender a fracasar

Page 48: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

48

El conocido estadista británico Winston Churchill aseguraba

que el éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.

Nadie puede decir que no fracasa nunca, o que fracasa pocas

veces. El fracaso es algo que va ligado a la limitación de la condición

humana, y lo normal es que todos los hombres lo constaten con

frecuencia cada día.

Por eso, los que –por llamarlo de alguna manera– triunfan en la

vida, no es porque no fracasen nunca, o lo hagan muy pocas veces: si

triunfan es porque han aprendido a superar esos pequeños y constantes

fracasos que van surgiendo, se quiera o no, en la vida de todo hombre.

Por el contrario, los que –por seguir con el mismo lenguaje– fracasan

en la vida, son aquellos que con cada pequeño fracaso, en vez de sacar

experiencia, se van hundiendo un poco más.

Por eso quizá el aprendizaje más duro de la vida sea el de la

decepción: aceptar que las cosas no son como las queríamos, como las

pensábamos o como nos las habían contado. En cierta manera, triunfar

es aprender a fracasar:

El éxito en la vida

viene de saber afrontar

las inevitables faltas de éxito

del vivir de cada día.

De esta curiosa paradoja depende en mucho el acierto en el

vivir. Cada error, cada descalabro, cada contrariedad, cada desilusión,

lleva consigo el germen de una infinidad de capacidades humanas

desconocidas, sobre las que los espíritus pacientes y decididos han

sabido ir edificando lo mejor de sus vidas.

Por otra parte, es positivo –además de natural– que notemos con

intensidad el peso de nuestros errores: si no fuera así, quizá sería

mucho más difícil que nos corrigiéramos.

—Pero de los errores también hemos de aprender a ver cuáles

son nuestras limitaciones, para no estar dándonos golpes contra lo

mismo toda la vida...

Page 49: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

49

Sin duda, porque si nos empeñamos en pedirle a la vida lo que

ésta no puede dar, surgirá en nosotros un sentimiento de permanente y

continua frustración. Es positivo ser ambicioso en los deseos, si son

nobles, pues llenarán de luz nuestra existencia. Pero no podemos

perder de vista nuestra limitación: proponerse metas

desproporcionadas produce insatisfacción y desencanto.

A lo mejor, por ejemplo, habíamos idealizado nuestro trabajo,

nuestra vida familiar, o a nuestros amigos, casi sin darnos cuenta; y en

un momento dado, al encontrarnos ante la dura realidad, surge

irremediable en nosotros una profunda sensación de fracaso.

En esos casos, lo que a veces nos falta

es algo tan simple como

aprender a encontrar satisfacción en

las cosas ordinarias de la vida.

Algunos lo descubren demasiado tarde, cuando ya no queda casi

tiempo para vivir, y han consumido sus mejores años en un estado de

permanente ansiedad.

Capacidad de ilusionarse

La ilusión –vuelvo a glosar a Miguel Ángel Martí– constituye

una manera de vivir de unas personas determinadas:

Son esos hombres y mujeres que,

de una forma habitual,

encuentran diariamente

motivos para ilusionarse.

Se suele decir que son personas de temperamento alegre, tienen

capacidad para ilusionarse con las cosas. Es algo que responde a una

actitud básica de su modo de vivir. Son personas de refrescante y

perpetua juventud, que saben encontrar, en lo que otro ve tal vez la

monótona repetición de un acto, una ocasión para disfrutar de la vida.

Page 50: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

50

La ilusión está presente en los más variados ámbitos de nuestra

vida, iluminándola y llenándola de alegría. Todos quisiéramos hacer

de nuestra vida una existencia ilusionada, libre de planteamientos

tristes y ramplones, de cansancios y de desencantos. Todos deseamos

aprender de esas personas que han encontrado, a lo mejor casi sin

saberlo ellas mismas, el arte de vivir, y lo manifiestan en el lenguaje

vivo de sus ojos, en la frescura de su sonrisa o en los temas de sus

conversaciones, que no suelen centrarse en agravios, quejas,

ingratitudes o cosas semejantes.

La alegría es como una criatura frágil con la que todos

queremos vivir, pues todos quisiéramos ser alegres, pero es una

criatura huidiza. Hace falta energía, grandeza de ánimo y finura de

espíritu para poseerla, para hacer de la vida algo más que un producto

a granel envuelto en una triste monotonía. Nunca poseeremos la

alegría por entero, pero debemos apostar decididamente por ella,

porque es una exigencia de nuestra condición de hombres.

El temperamento alegre, como la capacidad de ilusionarse, o la

de sintonizar con las alegrías de los demás, son en buena parte

conquistas personales que hay que lograr con esfuerzo.

Debemos hacer todo lo posible para

adueñarnos de nuestro humor

y no dejarnos llevar a su merced,

acostumbrar los ojos a la luz que hay

en cada momento de nuestra vida.

—Pero hay temporadas en las que casi no hay nada de luz, y es

difícil evitar la tristeza.

Es natural que a veces nos invadan sentimientos de tristeza,

remordimiento o angustia. Pero todos contamos con la posibilidad de

reconducir en bastante grado esos sentimientos. Hemos de buscar

dónde está el origen, y según cuál sea, rectificar lo que haya que

rectificar, o aceptar serenamente lo que ya no tenga remedio. Así

combatiremos esa carcoma silenciosa e implacable que es la tristeza.

Page 51: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

51

Volviendo al símil de la luz, piensa en las oscuras

profundidades del mar, donde no llega ni un rayo de sol y hay una

presión abrumadora, en ese ambiente lóbrego y asfixiante de esos

parajes abisales. Allí hay peces que viven sin dificultad. Son ellos los

que con su cuerpo luminoso hacen de linterna. El hombre debe saber

hacer, cuando sea preciso, como esas criaturas de los abismos:

procurar acomodar nuestra pupila a la luz que hay y, si es preciso,

hacer de linterna nosotros mismos, sabiendo sobreponernos a los

motivos de tristeza.

Capacidad de resolución

Las personalidades tímidas, vacilantes, inseguras, suspiran

siempre por tener a su lado dictadores, aunque a veces se revistan de

la modesta apariencia de consejeros. ¿Qué debo hacer?, preguntan

siempre, con la esperanza de que una receta les libre de cualquier

decisión personal. No quieren decidir, no quieren arriesgar, se les hace

insoportable la responsabilidad.

Otros son excesivamente razonadores y se ahogan en la

perplejidad. Tienen miedo a la realidad. Son individuos que retrasan

siempre sus decisiones, porque les paraliza su ansia de seguridad y su

terror a asumir riesgos. Siempre les parece que aún no han

reflexionado suficientemente.

Quizá son personas que fueron educadas con excesiva dureza, o

con excesiva blandura, que sufrirán mucho en su vida a consecuencia

de ese apocamiento de carácter. Es como si hubieran quedado heridas

en el núcleo de su personalidad, con unas heridas que sangrarán por

mucho tiempo, y que harán difícil asumir el riesgo de sus decisiones

personales y superar el desánimo de posibles frustraciones.

Una buena formación del carácter

ha de fomentar tanto

las decisiones rápidas como la reflexión,

la libertad como la responsabilidad,

Page 52: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

52

la pasión como el juicio.

El verdadero consejero, el verdadero educador, jamás debe

dejarse seducir por esa especie de compasión que le llevaría a

limitarse a prescribir acciones, recetar criterios e imponer conductas.

Educar exige ayudar al perplejo a reconocer su verdadero problema,

dejándole luego la responsabilidad de tomar él mismo sus decisiones.

Para no quedarse habitualmente paralizados ante la duda, para

no tirar la toalla a la primera dificultad, para no cambiar

inmediatamente de objetivo en cuanto este se presenta costoso, para

todo eso, es preciso educar y educarse en un ambiente de cierta

resolución ante los habituales problemas de la vida.

Para lograrlo, es preciso fortalecer la voluntad, imponerse el

cumplimiento de actos que a uno le cuestan, obligarse a decidir a un

plazo determinado, no sustraerse a la realidad, por dura que sea. Así,

poco a poco, la voluntad indecisa se irá consolidando.

Se trata de una cuestión importante, porque la vida de cualquier

persona requiere ordinariamente una considerable capacidad de

decisión. No hay que olvidar que –como dice J. R. Ayllón–, el

gobierno más difícil es el gobierno de uno mismo, que supone colocar

y mantener la razón en el vértice de una pirámide donde se amontonan

libertades, deberes, responsabilidades, sentimientos, afinidades,

deseos, aficiones, e incluso manías y rarezas. Una especie de circo

nada fácil de gobernar, sobre todo para las personas indecisas.

Dominio de uno mismo

«Ayer comencé, por quinta vez en este año, un nuevo régimen

de comidas. Sé que tengo que perder peso, y estoy empeñado en

lograrlo. Me leo todo lo que encuentro sobre este tema. Me mentalizo.

Pienso que voy a lograrlo. Pero todas las veces me pasa igual. A las

pocas semanas me vengo abajo. Me parece imposible mantener mis

propósitos siquiera unos meses».

Ideas semejantes a estas atormentan con frecuencia la mente de

muchas personas, que sufren la angustia de comprobar que son muy

Page 53: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

53

poco dueñas de sí mismas, que apenas logran tomar las riendas de su

existencia. Son personalidades un poco flojas, flácidas. Se encuentran

enganchadas a la televisión, pesan diez kilos de más, han intentado ya

quince veces dejar de fumar, les cuesta una barbaridad levantarse de la

cama o de su sillón, apenas prestan atención a nada que exija pensar

un poco y, junto a eso, sienten un aburrimiento que les abruma.

—¿Y cómo crees que puede combatirse esa situación?

Lo mejor es prevenirla, si es posible, llevando una vida de cierta

exigencia. Ya hemos hablado de los males que tienen su origen en la

vida fácil: mediocridad, pereza, falta de dominio sobre uno mismo.

Uno de los mayores riesgos del exceso de bienestar es que, como la

experiencia nos enseña, muchos terminan quedando bastante

dominados por ese bienestar. La seducción de una vida excesivamente

cómoda hace que los hombres perdamos a veces un poco esa libertad

interior, ese necesario señorío sobre nosotros mismos, convirtiéndonos

en esclavos de esas comodidades.

No quiere esto decir que la formación deba conducir a una

crispada lucha contra el bienestar. Pero las circunstancias reales en

que se mueve el hombre hacen necesario insistir en la necesidad de la

templanza, en el dominio de uno mismo, en saber poner límites a las

desmesuradas exigencias de nuestras apetencias personales. La

templanza es muy importante para evitar que el bienestar se revuelva

contra el hombre, apartándolo de los valores superiores que está

llamado a alcanzar.

La templanza es señorío sobre uno mismo. Con ella el hombre

aprende a prescindir de lo que le produce un daño, y con el tiempo

advierte que el sacrificio es sólo aparente, porque al vivir así, con

sacrificio, se libra de muchas esclavitudes. La lucha y el sufrimiento –

apunta Enrique Monasterio– son peajes inevitables en el camino de

nuestra vida, y para ser feliz es indispensable perderles un poco el

miedo. La felicidad, o el amor, no son simples fenómenos químicos de

escasa duración, sino que exigen siempre un compromiso y un

sacrificio mantenidos. Quien pretende ingenuamente eludirlos, sólo

logra alejarse de la felicidad, sólo encuentra pequeños placeres, cada

Page 54: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

54

día menos intensos y más frustrantes, porque, queramos o no, el

paladar –y lo digo en sentido amplio– también se desgasta.

Como decía Ortega, mientras el tigre no puede dejar de ser

tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de

deshumanizarse. Y buena parte de ese riesgo de deshumanización

proviene de la pérdida de libertad interior, casi siempre más grave que

la privación de la libertad física.

—¿Por qué dices que es más grave?

Sobre todo por sus efectos, pero también por la facilidad con

que pasan inadvertidos. Los peligros que nos acechan para

desposeernos de la libertad interior suelen ser bastante solapados,

difíciles de descubrir.

Se producen –como ha señalado José Antonio Ibáñez-Martín–

cuando se impide que la acción pase por el tamiz de la deliberación,

de la reflexión, de manera que se insta a actuar de modo instintivo más

que racional; cuando una persona queda esclavizada por sus propias

pasiones, inmersa en el error o atenazada por la ignorancia.

Esto es lo que sucede cuando se busca conseguir en las personas

unas respuestas determinadas, manipulando para ello las diversas

pasiones humanas. Por ejemplo, cuando se busca exacerbar el impulso

sexual, o la pasión por el juego, la bebida o la droga, con objeto de

desencadenar de modo compulsivo esas fuerzas para provecho de

quien lo induce; o cuando se trata al hombre como una mera

afectividad a captar, y para ello se le engaña con un inexistente cariño,

o mediante la seducción o el miedo; o cuando se fomentan

sentimientos de egoísmo, odio, venganza, etc.

Es importante estar prevenidos ante esos posibles errores. El

inmoderado afán de placer y de satisfacción causa una angustiada

atención al yo, que destruye precisamente lo que anhela. Kierkegaard

decía que la puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que

retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.

Superar el egoísmo

Page 55: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

55

Cualquier persona, cuando bucea en su interior y busca en lo

mejor de sí misma, encuentra bien nítida esa llamada humana a la

entrega desinteresada, a darse a los demás. Educar o educarse en ese

impulso generoso de servir a los demás sin esperar nada a cambio, es a

todas luces decisivo para llevar una vida verdaderamente humana.

Aunque por fortuna son pocos quienes reivindican el egoísmo

como elemento de la propia tabla de valores, no por eso sus efectos

dejan de estar presentes de modo constante en la vida de todo hombre.

Se trata de una pugna que durará toda la vida.

Quien no lucha decididamente

contra sus tendencias egoístas,

se encamina hacia una

auténtica quiebra personal.

Igual que una persona generosa encuentra la felicidad haciendo

felices a los demás, el egoísta pasa su vida quejándose de que el resto

del mundo no se consagra a hacerle feliz a él.

—Tengo la impresión de que la generosidad y el egoísmo

pugnan por lograr el dominio de cada persona, y parece como si esa

dominación cristalizara ya desde muy temprana edad.

Un niño o una niña con muy pocos años de edad ya distingue

bastante bien la generosidad del egoísmo, y hace opciones morales

bien concretas. Son decisiones en las que influye mucho el ejemplo

que reciben, pues en la educación de los hijos, como en cualquier

proceso de formación, los gestos son más importantes de lo que

parece. Las conductas o actitudes egoístas engendran a su vez otras

similares en quienes las observan, pues su capacidad de imitación es

grande y los modelos vivos son los que tienen mayor capacidad de

persuasión. Los comportamientos, las palabras, los gestos, los modos

de reaccionar ante sucesos concretos son imitados con rapidez y

trasladados a la vida, y así se crea una dinámica que luego no siempre

es fácil reconducir.

—Supongo que sucederá lo mismo en sentido positivo...

Page 56: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

56

Afortunadamente. Por eso es importante que las personas

descubran pronto la satisfacción personal que brota de la generosidad,

del servicio, del hecho de ayudar a otros. Incluso el trabajo nos

satisface verdaderamente sólo cuando vemos que aporta algo, que está

contribuyendo a hacer algo positivo para otros.

―La mejor forma de conseguir la realización personal –asegura

Víctor Frankl– es dedicarse a metas desinteresadas‖. La búsqueda

egoísta de la felicidad constituye una contradicción en sí misma,

puesto que el egoísmo obstruye el camino de la felicidad. Cuando el

placer o la comodidad se deben a intereses egoístas, se produce una

curiosa paradoja: cuanto más se buscan, tanto más se diluyen; cuanto

más se persiguen, tanto más se apartan de nosotros.

Querer a los otros

es el mejor regalo

que podemos hacernos

a nosotros mismos.

Porque ese cariño que damos a los demás revierte en nuestro

propio enriquecimiento haciéndonos mejores.

—¿Y ser generoso para alcanzar una satisfacción interior no es,

en el fondo, una forma solapada de egoísmo?

Existe ese riesgo, sin duda, aunque no me parece muy

peligroso, puesto que la propia dinámica de la generosidad va

mejorando a la persona y purificando su intención y sus intereses.

para recordar...

El carácter de una persona es,

muy frecuentemente,

lo que marca el techo de sus posibilidades

en lo profesional,

Page 57: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

57

o en sus relaciones familiares o de amistad.

Casi todo el mundo intuye que

tendría que mejorar en muchos aspectos.

Es preciso elevarse

por encima de esos condicionamientos

en que estamos inmersos

y que a veces parecen

marcarnos un destino inexorable.

para pensar...

Cada persona custodia

en su intimidad

una puerta del cambio,

una puerta que

sólo puede abrirse desde dentro.

Conocerse a uno mismo permite

convertirse en el artífice de la propia vida,

ser fiel a lo mejor de uno mismo,

vivir la propia vida más como protagonista

y menos como un mero espectador.

para ver...

§ Bailar en la oscuridad (Lars Von Trier).

§ Descubriendo a Forrester (Gus van Sant).

§ Huracán Carter (Norman Jewison).

Page 58: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

58

para leer...

§ Víctor Frankl, El hombre en busca de sentido, Ed.

Herder.

§ Enrique Rojas, El hombre light: una vida sin valores, Ed.

Temas de hoy.

§ Alfonso Aguiló, Educar el carácter, Col. Hacer Familia nº

65, Ed. Palabra.

para hablar...

Mantener una conversación entre los padres sobre qué puntos

del carácter de cada hijo deberían mejorar.

Comentar en un rato de tertulia familiar algunos detalles del

modo de ser de todos que harían más grata la vida familiar.

para actuar...

SITUACIÓN:

Tomás es un gran empresario, hecho a sí mismo. Empezó con

muy poco, y ahora, con menos de cuarenta años, tiene ya un

patrimonio nada despreciable. Eso sí, le lleva un trabajo enorme. Viaja

mucho, come y cena casi siempre fuera de casa y, la verdad es que

apenas puede pasar tiempo con su mujer y sus dos hijos.

De vez en cuando piensa en que las cosas no deberían ser así,

pero casi nunca esas ideas le duran mucho. La urgencia de atender

miles de compromisos le hace olvidarlas pronto. Lo que sí advierte es

que se enfría cada vez más la relación con su mujer y sus hijos. Se

hablan poco, viven como indiferentes unos de otros. Se ha creado un

clima de individualismo, de mucho consumo y poca preocupación por

los demás, y los roces surgen de modo inevitable a la menor ocasión.

Un día, al volver a casa, palpa esa realidad de un modo muy

doloroso. Además, durante las últimas semanas ha sufrido varios

reveses importantes en sus negocios, a causa de unas operaciones

importantes que han fallado por la deslealtad de uno de sus socios.

Tomás siente una gran sensación de fracaso vital, una frustración que

jamás había imaginado que pudiera llegarle a él, tan acostumbrado

Page 59: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

59

siempre a triunfar: ―He sacrificado casi todo por el trabajo, y ahora se

me hunde, y me encuentro sin ilusión por trabajar, y además veo que,

por mi culpa, estoy sin el cariño de mi mujer y de mis hijos‖.

OBJETIVO:

Recuperar el buen clima familiar.

MEDIOS:

Tener una clara jerarquía de valores.

MOTIVACIÓN:

Poner ilusión en las cosas de la casa y de la familia, para

manifestar con hechos el cariño y para que todos también se sientan

queridos.

HISTORIA:

Tomás estaba muy abatido. Por suerte, se encontró durante esos

días con un viejo amigo, al que confió todas sus preocupaciones.

Aquel desahogo le alivió de una forma sorprendente y clarificó mucho

las ideas en su cabeza.

En aquella conversación sacó varias conclusiones, pero la

primera y más clara es que debía empezar por reconocer su error, y así

lo hizo. Nada más volver a casa, habló largamente con su mujer y le

pidió perdón por las innumerables desconsideraciones que había

tenido con ella a causa de su excesiva dedicación al trabajo durante

todos esos años.

Su mujer no se lo esperaba, y lo acogió muy bien. Ella también

le pidió perdón, pues –decía– ―hemos sido todos los que nos hemos

deslizado por esa pendiente del egoísmo, de refugiarnos cada uno en

nuestro trabajo, de tener mucho de todo pero pensar poco en los

demás‖.

Aquella conversación con su mujer fue decisiva. Los dos

supieron estar a la altura de las circunstancias, y gracias a eso las

cosas cambiaron bastante en poco tiempo. Se dieron cuenta de que

aquel fracaso económico podía ser providencial, pues había facilitado

que cayeran en la cuenta de muchos de sus errores. Comprendieron la

Page 60: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

60

necesidad de unirse más en la familia y de tener una clara jerarquía de

valores, tanto en sus intereses personales como en el empleo de su

tiempo.

Tomás comprendió que había caído en la trampa del exceso de

actividad, del dejarse absorber por el ajetreo y el torbellino de la vida,

en el afán de trabajar cada vez más, y trepar más rápido por la escalera

del éxito, para descubrir al final que... la escalera estaba apoyada en

una pared equivocada.

No fue fácil cambiar el ambiente de la casa, pues las inercias

siempre pesan mucho, y cuesta trabajo superar todo ese cúmulo de

pequeños egoísmos que se habían hecho habituales. Procuraron hablar

mucho, decirse las cosas con lealtad y cariño, y ser muy constantes en

su empeño por mejorar el clima familiar.

RESULTADO:

Las cosas cambiaron bastante en unos meses, y pocos años

después todos veían aquel revés económico como lo mejor que les

había sucedido en mucho tiempo. La familia estaba mucho más unida

–también era mayor, pues tuvieron dos hijos más–, y aunque los

ingresos no eran los de antes, disfrutaban mucho más lo que tenían.

Comprobaron que el éxito en la vida no está en ganar mucho

dinero, tener muchas cosas, o hacer muchas cosas, sino en hacer lo

que estamos llamados a hacer, y establecer una juiciosa distribución

de nuestro tiempo, en el que tenga cabida el trabajo, la familia, las

amistades, la propia formación, la atención de otras obligaciones, etc.

PARTE SEGUNDA ―B‖: HACER RENDIR EL PROPIO

TALENTO

No es que nos falte valor

para emprender las cosas

Page 61: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

61

porque sean difíciles,

sino que son difíciles

precisamente porque nos falta

valor para emprenderlas.

Séneca

Capítulo 5: HACER RENDIR EL TIEMPO

No dejarse llevar por la corriente

Aprender a organizarse

Aprender a decir «no»

Equilibrio y flexibilidad

Aprender a contar con los demás

Basarse en la confianza

Orden y previsión

Dueños de la agenda

Tienes tal desorden en ti,

que crearás tu propio infierno.

Walter Starkie

No dejarse llevar por la corriente

E. M. Gray escribió hace unos años un ensayo bastante famoso,

que tituló The Common Denominator of Success: El común

denominador del éxito. Lo hizo después de dedicar mucho tiempo a

Page 62: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

62

estudiar qué era lo común a las personas que tenían éxito en su trabajo

y, más en general, en el resultado global de su vida.

Curiosamente, su conclusión no situaba la clave en trabajar

mucho, ni en tener suerte, ni en saber relacionarse (aun siendo todas

estas cuestiones muy importantes), sino en otra cosa.

Las personas con éxito

han adquirido la costumbre

de hacer cosas

que a quienes fracasan

no les gusta hacer.

Hay muchas cosas que no les apetece en absoluto hacer, pero

subordinan ese disgusto a un propósito de mayor importancia. Saben

educar su carácter de modo que sus intereses y sus actos dependan de

los valores que guían su vida y no del impulso o el deseo del

momento.

Cualquier persona, sea un estudiante universitario o una

profesora de un instituto, un médico o una juez, un empleado de la

industria o una ejecutiva de una multinacional, en todo caso, en su

vida tiene planteado un reto importante en cuanto a su capacidad de

organizarse.

Para una persona con un mínimo de inquietudes en la vida (y

supongo que será tu caso si has tenido paciencia para llegar hasta este

punto del libro), el reto no es ocupar el tiempo, ni siquiera hacer

muchas cosas, sino hacer rendir con acierto el tiempo de que

disponemos.

No se trata simplemente de

lograr hacer muchas más cosas,

sino hacer las que pensamos

que estamos llamados a hacer.

Page 63: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

63

Se trata de establecer una juiciosa distribución de nuestro

tiempo que nos permita alcanzar una alta efectividad en el trabajo y, a

la vez, un uso equilibrado del resto del tiempo, en el que tenga cabida

la familia, las amistades, la propia formación, la atención de otras

obligaciones, etc.

Se trata de vivir a conciencia la vida, de manera que no

lleguemos a la muerte y descubramos entonces que apenas lo hemos

logrado. Salir de la monotonía o la mediocridad, sacar a la vida todo

su partido. Porque cuando se es joven, es fácil tener la impresión de

que la vida todavía no ha comenzado realmente, que la parte decisiva

de la vida, aquella que requiere un serio esfuerzo para encauzarla bien,

empezará quizá la semana que viene, o el mes que viene, o después de

las vacaciones, o el año que viene, pero siempre en otro momento. Lo

malo es que, si uno se descuida, un buen día te encuentras, de repente,

con que el tiempo se ha pasado y la vida no ha ido por donde debía.

Aprender a organizarse

Siguiendo el esquema propuesto por Stephen Covey, pueden

distinguirse cuatro fases o generaciones en cuanto al modo de

administrar el tiempo.

Una primera generación son aquellos que elaboran listas de

tareas pendientes. Con ellas toman conciencia de lo que les queda por

hacer, lo van abordando cuanto antes pueden, y van tachando, lo que

siempre proporciona una sensación gratificante. Esto, no cabe duda, es

ya bastante más de lo que son capaces de llegar a hacer muchos. Sin

embargo, es aún un esquema de organización muy pobre, puesto que

la mayoría de las veces la distribución del tiempo viene impuesta

externamente por la mera sucesión de los acontecimientos.

Pertenecen a la segunda generación aquellos que intentan mirar

un poco más adelante, y se programan mediante el uso de la agenda:

van anotando acontecimientos, compromisos y proyectos de actividad

futura, en la medida en que su tiempo les permite darles cabida. Su

anticipación les confiere una mejor organización, pero aún

Page 64: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

64

rudimentaria, puesto que así no pueden valorar debidamente las

prioridades: son simples distribuidores de tiempo.

La tercera generación suma a las dos precedentes la idea básica

de establecer prioridades. Se centra en la necesidad de fijarse unos

objetivos, con sus correspondientes plazos, y de acuerdo con ellos se

prepara una planificación diaria que alcance la mayor eficiencia. Este

planteamiento supone un gran avance respecto a la segunda

generación.

La clave no es dar prioridad

a lo que está en la agenda,

sino ordenar la agenda

con arreglo a las prioridades.

Sin embargo, centrarse en la simple eficiencia en la

programación y el control del tiempo tiene a menudo efectos

contraproducentes. Por ejemplo, es frecuente que dificulte la necesaria

liberalidad y espontaneidad en el modo de organizarse, y que en

consecuencia se resienta el desarrollo de las relaciones humanas, que

son tan importantes y enriquecedoras. Por esa razón, cabe pensar en

una cuarta generación, que da aún un paso más: por decirlo de una

manera poco académica: en vez de organizar el tiempo, procurar

organizarse a uno mismo.

Hay tareas que, por su naturaleza, necesitan una atención

inmediata. Son urgentes. Actúan sobre nosotros de forma imperiosa.

El timbre del teléfono, por ejemplo, es urgente, reclama una atención

inmediata. Suelen ser tareas cercanas, que dan impresión de actividad,

entretenidas. Lo malo es que muchas veces carecen de importancia y

nos desorganizan.

Ante lo urgente, reaccionamos;

ante lo importante, no siempre.

Las cuestiones importantes pero no urgentes requieren más

iniciativa, más esfuerzo, más reflexión personal, y es fundamental

centrar en ellas la organización personal.

Page 65: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

65

Hemos de actuar creativamente,

no simplemente

reaccionar ante lo que ocurre.

De lo contrario, nuestra vida se verá desviada con mucha

frecuencia hacia lo urgente no importante, pues, curiosamente, las

tareas más entretenidas y que más nos reclaman son precisamente

esas, las urgentes pero no importantes.

—Pero habrá también muchas otras tareas que son urgentes e

importantes a la vez, supongo.

En efecto. Para mayor claridad, las tareas que una persona

puede hacer se podrían distribuir en cuatro cuadrantes, según su grado

de urgencia e importancia:

Más urgente -------> Menos urgente

Más importante

|

|

v

Menos importante

I.

Importantes y urgentes

II.

Importantes y no urgentes

III.

Urgentes pero no importantes

Page 66: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

66

IV.

Ni urgentes ni importantes

Está claro que las tareas no se dividen de modo tajante en

importantes y no importantes, sino que hay una gradación, pero, para

entendernos, consideramos que todas pudieran clasificarse dentro de

estos cuatro cuadrantes.

En un día cualquiera de la mayoría de las personas, suele haber

bastantes tareas del cuadrante I, o sea, urgentes y que además tienen

importancia.

—Me imagino que las personas que tengan grandes

responsabilidades estarán todo el día atendiendo cosas urgentes e

importantes, y aún le quedarán muchas para el día siguiente.

Si lo analizamos con detalle, veremos que no debería ser así.

Precisamente por sus grandes responsabilidades es más importante

que se organicen de modo que esas tareas urgentes e importantes no

llenen su día por entero.

Si una persona dedica todo el día solamente a cosas del

cuadrante I (urgentes e importantes), nunca dedicará nada de tiempo al

II (a lo importante pero no urgente). Y funcionando así, será difícil

que organice su vida adecuadamente, porque irá a remolque de los mil

pequeños problemas urgentes e importantes que le surgirán cada día y

no dispondrá del sosiego necesario para acometer otras muchas

cuestiones también importantes pero menos acuciantes, que quedarán

habitualmente sin hacer.

Lo urgente e importante consume y agota la vida de muchas

personas: listas interminables de cosas pendientes, constantes crisis

menores que sólo ellos pueden atender, frecuentes interrupciones y

retrasos que le impiden atender debidamente sus obligaciones, etc.

Cuando uno centra su vida en el cuadrante I (en lo urgente e

importante), ese cuadrante va creciendo cada vez más, hasta que nos

domina por completo.

Page 67: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

67

Así se genera estrés, sensación de crisis continua, de estar

siempre apagando incendios. Es como hacer frente a un oleaje fuerte y

prolongado. Llega una ola, un problema importante y urgente, y lo

intentamos resolver, y quizá lo logramos, o quizá nos deja tendido en

la arena. Se pone uno de nuevo en pie, y llega otra ola, que vuelve a

golpearnos, y así una vez y otra, sin que podamos retirarnos un

momento para pensar qué queremos hacer, adónde queremos ir, o

cómo podemos hacer frente con eficacia a lo no inmediato (porque el

problema es que resulta difícil pensar en nada que no sea la siguiente

ola).

Además, otro inconveniente es que esos asiduos ocupantes del

cuadrante I, que son literalmente vapuleados por los continuos

problemas de cada día, con frecuencia buscan alivio huyendo hacia

actividades del cuadrante III (urgentes pero no importantes), o incluso

–con más facilidad de lo que parece– hacia el cálido y acogedor

cuadrante IV, refugiándose en tareas que no son ni urgentes ni

importantes. Por eso es necesario pensar en cómo nos organizamos.

Más que orientarse hacia los problemas,

es preciso tomar la iniciativa

y dirigirse hacia las oportunidades,

no dejarse organizar por los problemas.

De esta manera, se puede reducir el tamaño del cuadrante I, o

sea, disminuir el número de tareas urgentes e importantes de cada día,

de modo que éstas puedan atenderse bien, pero dedicando suficientes

energías al cuadrante II (el de lo importante no urgente), que ha de ser

el espacio más amplio en una persona debidamente organizada.

—Me parece que se trata de algo difícil de planificar, y también

difícil de llevar a la práctica.

Avanzar en el modo de organizar el tiempo es efectivamente un

reto tan difícil como importante. Y para muchas personas, un terreno

tan inexplorado que, sólo con tener una cierta preocupación por

avanzar en él y reflexionar de vez en cuando sobre qué camino tomar,

sólo con eso, podrían lograr mejoras sorprendentes.

Page 68: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

68

De lo contrario, uno se puede pasar la vida corriendo de un lado

a otro, hablando por teléfono compulsivamente, debatiéndose entre

cientos de gestiones inaplazables y multitud de reuniones

interminables, intentando hacer más cosas de las que razonablemente

somos capaces, y, encima, después de tanta fatiga, fracasar

estrepitosamente. Y quizá entonces viéramos que podríamos haberlo

evitado con sólo hacernos unas cuantas consideraciones básicas sobre

el modo de organizarnos.

En resumen, corremos el grave peligro de dejar de hacer

muchas cosas, aun siendo muy importantes para nosotros, por el

sencillo hecho de que no reclaman de modo imperioso nuestra

atención.

Aprender a decir «no»

—Entonces, si uno está agobiado por cosas urgentes e

importantes (con el cuadrante I muy lleno, según esa terminología),

¿cómo puede sacar tiempo para esas cosas que no apremian tanto pero

que son también importantes (las del cuadrante II)?

Al principio habrá que seguir atendiendo las numerosas

actividades urgentes e importantes del cuadrante I, pues estamos

inmersos en ellas y no podemos dejarlas sin más. En esa situación, el

tiempo necesario para el cuadrante II se puede obtener sacándolo

fundamentalmente de los cuadrantes III y IV.

Luego, a medida que consigamos tiempo para trabajar en el

cuadrante II, estaremos mejor organizados y empezará a disminuir el

cuadrante I. Así irá aumentando el rendimiento del tiempo, pues le

daremos un uso más efectivo.

—¿Entonces, la clave está en identificar cuáles son esas tareas

no importantes (o sea, los cuadrantes III y IV), para sacar de ahí

tiempo?

Es una de las claves, sin duda. En las personas más perezosas,

será el cuadrante IV (aquello que no es ni urgente ni importante) la

principal fuente de pérdidas de tiempo. En las personas más activas

Page 69: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

69

pero mal organizadas, será el cuadrante III (el de lo urgente no

importante) el que más llene sus vidas y en el que habrá que entrar con

decisión.

Hay que aprender a decir no

a esas actividades que

nos urgen frecuentemente

pero que no debemos acometer.

Hace algún tiempo, un antiguo compañero mío me contaba, sin

disimular su angustia, que en su empresa le habían encomendado una

nueva tarea de considerable responsabilidad. Viajaba muchísimo,

tenía un horario agotador y estaba bastante estresado, aunque, eso sí,

había aumentado sensiblemente sus ingresos.

«Lo malo –me decía– es que en realidad yo no deseaba ese

nombramiento. Sabía que me supondría unas obligaciones que

difícilmente podría atender con el tiempo de que dispongo. Además,

me está apartando de la línea de trabajo que me había marcado hace

años y, por si fuera poco, no me deja atender bien a mi familia. Cada

día tengo más problemas, pero ahora me resulta muy difícil dejarlo,

tenía que haberlo pensado antes.

»Y lo realmente triste es que sabía que esto me iba a pasar.

Cuando me lo propusieron, lo pensé, pero me sentía presionado. Puse

algunas excusas, me fueron convenciendo, intenté retrasarlo, puse

algunas condiciones que estaba seguro que no aceptarían, pero las

aceptaron, y al final ya me daba reparo echarme atrás.

»Lo mío ha sido tan sencillo y tan triste como esto: no supe

decir no. Después he sabido que también habían ofrecido este cargo a

otro compañero mío, y que en su caso la conversación no duró más

allá de un minuto. Les dijo que lo agradecía muchísimo, que se sentía

muy honrado por esa elección, pero que tenía serias razones para no

aceptarlo.

»Es curioso, no sabía yo los líos en que uno puede meterse por

no saber contestar en el momento oportuno con un atento y cortés ―lo

siento muchísimo, pero NO‖. Ha sido un auténtico calvario que podría

Page 70: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

70

haber evitado con sólo superar una situación un poco violenta durante

unos minutos».

En realidad, toda persona está diciendo constantemente no a

algo. Lo malo es que si no lo dice a las cosas que nos acosan

invasivamente pero que no debemos hacer, probablemente lo esté

diciendo a cosas mucho más fundamentales pero que no reclaman su

atención.

—Pero habrá personas cuyo problema no sea que les cueste

decir no, sino al revés: siempre dicen que no, siempre llevan la

contraria, parece como si les costara sangre manifestar acuerdo o

asentir a algo.

Por supuesto, cada uno tiene que ver por qué lado va su

problema (y que en unos ámbitos de su vida puede ser distinto que en

otros). Cada día decimos sí o no a muchísimas cosas. La esencia de

una buena organización personal está precisamente en saber discernir

en cada caso si debemos decir sí o no, y nuestro error puede provenir

de establecer mal las prioridades, de prever mal su puesta en práctica o

de una falta de suficiente disciplina personal para atenernos a ellas.

La mayor parte de las personas piensan que su problema suele

estar en esa última razón, en que les falta constancia y disciplina para

llevar a cabo lo que repetidamente se han propuesto. Sin embargo, si

lo analizaran con más profundidad, es probable que advirtieran que su

principal problema no es de autodisciplina, sino que está antes, en que

no tienen unas prioridades suficientemente claras y desarrolladas. El

modo en que cada uno organiza su tiempo es consecuencia del modo

en que cada uno ve sus prioridades. Para decir no al reclamo del

entretenido cuadrante III, o al cálido y adormecedor cuadrante IV,

hace falta tener las ideas muy claras en la cabeza, no sólo una gran

fuerza de voluntad.

Equilibrio y flexibilidad

Aún recuerdo con tristeza el lamento de una persona que a sus

treinta y pocos años había logrado coronar una carrera profesional

Page 71: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

71

muy brillante, pero que explicaba su difícil situación con una crudeza

y un dolor sorprendentes.

«Gozo de un prestigio y un éxito extraordinarios. Sin embargo,

veo con claridad que he sacrificado casi todo en la vida para lograr esa

meta. Veo que estoy fracasando en mi matrimonio, que apenas

disfruto del afecto de mis hijos, que me siento rodeado de personas

que simplemente me adulan y me tratan de forma interesada.

»Ha llegado un momento en el que no estoy seguro de tener

verdaderos amigos. Soy una persona muy ocupada, y apenas

encuentro tiempo para pensar con calma, pero no logro alejar una

duda que martillea mi cabeza desde hace años: no sé si todo lo que

estoy haciendo tendrá algún valor para alguien.

»A estas alturas casi no sé qué es lo que realmente me importa.

Me pregunto con frecuencia: todo esto que he hecho... ¿ha merecido la

pena?».

Casos como este, tristemente frecuentes, nos invitan a

reflexionar sobre nuestro modo de organizarnos, sobre el necesario

equilibrio personal entre todos los ámbitos de nuestra vida.

El éxito profesional

no puede compensar

el fracaso de un matrimonio roto,

la salud perdida,

el quebrantamiento ético

o la traición a los propios principios.

¿Cuáles son esos ámbitos? Está la atención a la familia: el

cónyuge, los hijos, los padres, etc. Está el propio trabajo, con sus

realizaciones, sus expectativas y su necesidad de atender a la

preparación profesional. Está la salud y el descanso, que no conviene

menospreciar. Es muy importante la cultura. No hay que olvidar

tampoco las prácticas personales que requiera la coherencia con

nuestras convicciones religiosas, que son un elemento muy importante

en la vida de cualquier persona.

Page 72: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

72

Para no equivocarse a la hora de diseñar el propio proyecto de

vida, es preciso, en primer lugar, identificar los diversos papeles que

cada uno tiene que simultanear en su vida. Por ejemplo, si nos fijamos

en el ámbito familiar, uno puede tener su papel como padre o madre,

como esposo o esposa, como hijo o hija, como suegro o suegra, como

abuelo o abuela, o nieto o nieta, como hermano, etc.

En cada uno de esos papeles (lo digo en plural porque uno

puede ser al tiempo esposa, madre, hermana e hija, por ejemplo),

hemos de ver qué meta queremos alcanzar, es decir, qué modelo de

familia buscamos, cómo ha de ser la relación entre los miembros de la

familia y a qué valores se da especial relevancia.

Y dentro de ese proyecto, hay que proponerse unos aspectos de

mejora personal, y procurar ponerlos en práctica mediante detalles

concretos: por ejemplo, ser más generoso en la dedicación de tiempo a

tu mujer o a tu marido, atender con más cariño a los hijos, ser más

paciente con tu suegro, actuar con mayor fortaleza o mayor

comprensión en determinados casos, etc.

Si nos fijamos en el ámbito laboral, los papeles que nos toque

representar pueden ser también muy diversos: como jefe de un equipo

de personas y, a la vez, como subordinado y compañero de otras;

como vendedor, como comprador o como competidor; como patrono o

como trabajador; como profesor o como alumno; etc. En cada caso

hemos de saber qué esperamos de nuestro trabajo. Por ejemplo, sería

muy pobre que lo viéramos sólo como un medio de obtener unos

ingresos económicos, o como una simple forma de autoafirmación

personal. Siendo objetivos legítimos, serían insuficientes si no van

unidos a otros más elevados, que nos hagan ver ese trabajo –entre

otras cosas– como un servicio a los demás y a la sociedad. A su vez,

hemos de procurar concretar esas ideas: crear un mejor ambiente con

los compañeros de oficina, fomentar el trabajo en equipo con

determinadas personas, ser más puntual, trabajar con más esmero,

cuidar más los detalles, adquirir una mayor cultura profesional, etc.

—Supongo que estas consideraciones de tipo familiar y laboral

se pueden extender a otros ámbitos de la vida, pero el papel más

importante será el que representamos simplemente como personas.

Page 73: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

73

En ese ámbito podrían incluirse cuestiones más de fondo: ser

más sensible a las necesidades de quienes nos rodean, proponerse

mejorar seriamente nuestra coherencia ética y religiosa, ver el modo

de acrecentar nuestra formación y nuestra cultura, etc.

De todas formas, al final siempre se acaba por descubrir que

todos los ámbitos están muy relacionados, y que muchas veces se

mezclan y confunden. Es natural que sea así, por la unidad que posee

en sí la vida del hombre, y aunque los hayamos separado por razones

de mejor exposición, está claro que se intercomunican y no pueden

tratarse como compartimentos estancos.

Es decisivo encontrar un equilibrio en el que quepa la atención

a todas las áreas de nuestra vida. Un equilibrio alejado de la utopía del

que quiere abarcarlo todo ingenuamente y también lejano de la

simpleza de quien se polariza en un tema y no ve nada más. Si no

alcanzamos ese equilibrio, es fácil equivocarse en aspectos

importantes.

La forma más lamentable

de perder el tiempo

es equivocar el camino.

—De todas formas, dentro de tanta organización tendrá que

haber bastante flexibilidad.

Por supuesto. Nuestra planificación, nuestra agenda, nuestras

metas, han de ajustarse a nuestro estilo, nuestras necesidades y nuestra

forma de ser.

Es la organización para ti,

no tú para la organización.

Por más cuidado que uno ponga, siempre surgirán imprevistos

que obligarán a subordinar nuestro plan a una necesidad superior. Pero

eso no debe inquietarnos, puesto que la organización ha de basarse en

unos principios, no en sí misma. Por eso sería un grave error

identificar la constancia y la firmeza propias de una buena

organización personal con la idea de volverse rígidos e inflexibles.

Page 74: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

74

Además, suele ser más bien al revés, pues la flexibilidad necesita de

un recio fondo de firmeza, del mismo modo que la rigidez esconde

muchas veces una débil y mal disimulada inseguridad.

Aprender a contar con los demás

Lee Iacocca, aquel legendario primer ejecutivo de la Ford que

años después lograría un espectacular reflotamiento en la Chrysler,

explicaba así su experiencia de varias décadas al frente de grandes

multinacionales:

«Son muchos los individuos inteligentes y cualificados que han

desfilado ante mis ojos, pero que no sirven para el trabajo en equipo.

»Parecen reunir todas las condiciones. Son personas

emprendedoras, y trabajan con gran empeño, pero luego nunca llegan

muy lejos: se quedan donde estaban, o poco menos. Y lo que les

impide progresar es precisamente eso: que no logran trabajar y

compenetrarse con sus compañeros.

»Por eso hay una frase que detesto encontrar en la evaluación

de las capacidades de un ejecutivo, por mucho talento que posea, y es

la siguiente: ―tiene dificultades para llevarse bien con otras personas‖.

A mi modo de ver, esa frase equivale al beso de la muerte en su

carrera profesional. Si esa persona es incapaz de trabajar en equipo

con sus compañeros, ¿qué beneficio puede reportar su presencia en la

empresa?».

Son muchas las personas

que fracasan en su trabajo

por motivos que no son

estrictamente profesionales,

sino de carácter

y de relación con los demás.

Hay toda una serie de hábitos que son claves para nuestra

capacidad de relación con quienes nos rodean: saber trabajar en

Page 75: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

75

equipo, contar más con lo que pueden aportar otros, aprender a

discrepar constructivamente y sin enconarse, conjugar exigencia y

cordialidad, procurar mandar sin humillar y obedecer sin sentirse

humillado, evitar tanto la terquedad con la excesiva influenciabilidad,

etc.

Es muy frecuente, por ejemplo –y tanto en el ámbito familiar

como en el laboral, o en otros–, que los repartos de tareas sean

tremendamente poco efectivos: unos pueden estar sobrecargados y

otros sin saber qué hacer, o bien haciendo tareas que corresponderían

más a otros, o para las que otros están mejor preparados.

Por eso, cuando unos padres delegan en sus hijos buena parte de

la organización de la limpieza de la casa o del cuidado del hermano

pequeño, o un profesor sabe organizar entre sus alumnos un reparto de

tareas de cuidado del aula y de preparación de actividades en beneficio

de todos, o un ejecutivo consigue formar equipos humanos que

funcionen coordinadamente bajo su dirección, lo habitual es que de

esa manera se logren resultados mucho mejores, pues se multiplica la

efectividad de su esfuerzo.

Hacer equipo, saber delegar, repartir juego, alentar la iniciativa

de los demás, generar confianza, descubrir cualidades en otras

personas..., son ejemplos de capacidades personales importantes en

muchos ámbitos de la vida. Hay personas que no saben resistir la

tentación de hacerlo todo personalmente, y eso les resta eficacia de

una forma dramática. Cuando, además, ocupan un puesto de cierta

responsabilidad, es lo que marca el límite de su valía. Así lo explicaba

Iacocca a uno de sus ejecutivos más brillantes: «Quieres hacerlo todo

tú. No sabes delegar. Eres quizá el mejor colaborador que he tenido.

Hasta es posible que tu trabajo valga por el de dos..., pero olvidas que

dependen de ti docenas de personas...».

Lograr un reparto de tareas realmente efectivo –en la familia, en

el trabajo, o donde sea– no es algo tan simple como repetir frases del

estilo de «ve a buscar esto y tráeme esto otro», «ve allí y dile eso»,

«hazme esto y avísame cuando acabes». No se trata de dar órdenes en

las que apenas cabe la iniciativa personal, sino de transmitir con

Page 76: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

76

claridad lo que se desea conseguir y dejar un amplio margen a la

iniciativa y la creatividad de todos.

También es importante saber transmitir la propia experiencia,

de modo que los demás comiencen donde nosotros hemos acabado, y

no tengan que ―reinventar la rueda‖ a cada momento. Se trata, en

definitiva, de facilitar que cada uno pueda aprender de los errores de

los demás, no sólo de los que él mismo vaya a cometer (aunque de

esos también aprenderá mucho).

Basarse en la confianza

Muchas personas apenas logran trabajar en equipo (y por tanto

no se benefician de las consiguientes posibilidades de multiplicar su

tiempo), por algo muy sencillo: no se deciden a depositar confianza en

los demás.

Unos lo hacen porque viven bajo una desconfianza general en

las personas: no quieren correr riesgos. Otros, por simple desorden: no

hay manera de que se paren a pensar en cómo mejorar su rendimiento

personal. Otros, simplemente porque no son capaces de descubrir la

valía de quienes le rodean, o porque quizá no advierten los grandes

efectos que la confianza tiene en la motivación humana.

La confianza saca a la luz

lo mejor que

cada uno tiene dentro.

Otros, por último, no se deciden a depositar confianza en los

demás, y tienden a realizar por sí mismos la mayor parte de su trabajo,

simplemente por ahorrarse el esfuerzo que inicialmente supone

preparar a esas otras personas hasta que puedan ser eficaces.

Multiplicarían su eficacia

si comprendieran que

hay muchas tareas en las que

una dinámica de confianza y cooperación

Page 77: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

77

puede resolver todo mejor,

en menos tiempo

y de modo más gratificante para todos.

Es sorprendente, por ejemplo, cómo algunas familias de pocos

miembros y elevados gastos en personal de servicio no logran alcanzar

el nivel de atención que tienen otras que son más numerosas y tienen

poca o ninguna ayuda doméstica, pero están mejor organizadas. Si se

saben distribuir las tareas, se puede estructurar el trabajo de modo que

se hagan más cosas, en menos tiempo y con más satisfacción para

todos los miembros de la familia.

—De todas formas, me parece que el problema de la mayoría de

las familias no es sólo de organización, sino de disciplina. Porque

pueden hacerse planes perfectos sobre el papel...; el problema es que

cada uno luego quiera cumplirlo.

Sí, pero quizá en muchos casos no será tanto cuestión de

disciplina –que algo siempre hace falta–, como de crear un clima

adecuado. Aquí habría que hablar de motivación, y de sinergias, que

son temas que trataremos más extensamente en los dos próximos

capítulos. De todas formas, mi impresión es que –si se plantean bien

las cosas– la gente está habitualmente más dispuesta a cooperar de lo

que parece: todo el mundo tiene dentro muchas cosas buenas, lo que

nos falta muchas veces es ingenio para saber sacarles brillo.

Por ejemplo, al principio tú puedes ordenar la habitación mejor

y más rápido que tu hijo de siete años. Pero es mucho mejor despertar

el interés del niño para que sea él quien lo haga. Eso lleva un mayor

tiempo y trabajo iniciales, porque hay que enseñarle a hacerlo, y hay

que motivarle, pero luego ese esfuerzo se recupera con creces, en

todos los sentidos.

Lo ideal al delegar o sugerir una tarea es lograr que el

encargado de hacerla sea su propio jefe. Con personas menos

maduras, hay que especificar más las directrices que han de seguir, y

estar más pendiente de cómo lo hacen, pero lo deseable es que todo

eso vaya disminuyendo, de forma que baste con que cada uno sepa lo

Page 78: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

78

que debe hacer, esté motivado y sepa aplicar luego su ingenio y su

creatividad personal al modo de llevarlo a efecto.

Orden y previsión

La compañía Priority Management of Pittsburgh Inc. publicó

hace unos años unos estudios francamente originales, cargados de ese

pragmatismo tan típicamente norteamericano. Uno de los datos

estadísticos que aportaba ese estudio era que ―el ciudadano medio de

aquel país pasa aproximadamente un año de su vida buscando cosas

que no recordaba dónde había puesto‖.

He de confesar que cuando lo leí me pareció un poco

exagerado. Hice unos sencillos cálculos: supongamos que un año es

1/80 de la vida de una persona; como el día tiene 1440 minutos, perder

un año entre 80 es como perder 1440/80 = 18 minutos cada día.

Después de esto ya no me parecía tan exagerado. Y si en esos 18

minutos diarios se incluyera el tiempo que perdemos cada día como

consecuencias de olvidos, desorden y mala organización, me parece

que se queda bastante corto.

Pensándolo bien..., un año entero buscando cosas perdidas,

agobiado por olvidos imperdonables, lamentándonos de no habernos

acordado de cosas, o de no haberlas previsto, es algo tremendo.

Además, eso será la media, porque hay gente muy ordenada, a la que

corresponderá mucho menos de un año, pero hay otros que son un

caos, y pasarán en esa angustia durante dos, tres, diez años... ¡quién

sabe!

Francamente, resulta un poco frustrante imaginar tanto tiempo

pasado así. Al menos, es una buena razón para pensar un poco en

cómo ser algo más ordenados. ¿Cuánto tiempo perderemos cada día

por falta de previsión, por no organizarnos mejor, por no hacer lo que

tenemos que hacer...? Si te interesa, haz un cálculo estimativo en

minutos diarios, multiplica por 0.055 y tendrás la cifra de años de vida

perdidos en la vorágine del caos.

Cuando no hay orden en la cabeza, acabamos siempre por elegir

lo que más nos apetece, o lo que más reclama nuestra atención, y es

Page 79: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

79

natural que en bastantes ocasiones no coincida con lo que debemos

hacer en ese momento.

Muchas veces hablamos de

agobios por falta de tiempo

que son más bien

agobios por falta de orden.

Para ganar en orden, puede resultarte útil revisar estos puntos:

§ si procuramos detectar los aspectos importantes,

concretarlos, y después establecer un orden de prioridades adecuado;

§ si lo que hacemos es lo que realmente tenemos que hacer

nosotros, no sea que dediquemos muchas horas a cuestiones que nos

gustan mucho pero que deberían hacer otros (o las hacemos nosotros

para evitarnos la molestia de hacer que las haga quien tiene que

hacerlas);

§ si sabemos cortar a tiempo con esas tareas, para las que

siempre falta tiempo, pero que quizá son menos importantes que otras

que solemos dejar sistemáticamente;

§ si podemos trasladar algunas ocupaciones menos

importantes a horas de menos agobio de tiempo (por ejemplo, a horas

que no sean las cruciales para atender a la familia, estudiar o trabajar

con serenidad); etc.

Dueños de la agenda

«No puedo menos que asombrarme –vuelvo a citar a Lee

Iacocca– ante el gran número de personas que, al parecer, no son

dueñas de su agenda. A lo largo de estos años, se me han acercado

muchas veces altos ejecutivos de la empresa para confesarme con un

mal disimulado orgullo: fíjese, el año pasado tuve tal acumulación de

trabajo que no pude ni tomarme unas vacaciones.

»Al escucharles, siempre pienso lo mismo. Pienso que no me

parece que eso deba ser en absoluto motivo de presunción. Tengo que

Page 80: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

80

contenerme para no contestarles: ¿Serás idiota? Pretendes hacerme

creer que puedes asumir la responsabilidad de un proyecto de ochenta

millones de dólares si eres incapaz de encontrar dos semanas al año

para pasarlas con tu familia y descansar un poco?»

Hay muchos hombres y mujeres que se suponen bien

preparados profesionalmente, pero que no saben casi nada sobre cómo

organizar su tiempo: les falta reflexión y sosiego, y no son dueños de

su tiempo ni de su agenda. En algunos casos extremos, ese desorden

interior se manifiesta en un auténtico aceleramiento vital que les lleva

a lanzarse a hacer las cosas sin antes pararse siquiera un minuto a

pensar si deben hacerlas o no, o cómo deben hacerlas.

Es algo parecido a lo que cuenta aquel viejo chiste, en que

llaman por teléfono a un bar para dar recado a un tal Pepe de que su

mujer ha tenido un accidente y está grave, para que vaya urgentemente

al hospital. Uno de los hombres que está allí sale a toda prisa, se

monta en una bicicleta que había en la puerta, y a los cuatro metros, en

la misma acera, pierde el equilibrio y se estrella contra un árbol.

Cuando se levanta, dolorido y maltrecho, masculla en voz baja: «La

verdad es que me está bien empleado, porque... ni me llamo Pepe, ni

estoy casado, ni sé montar en bicicleta».

Si esas personas un poco hiperactivas, como ese Pepe del chiste,

se pararan un poco más a pensar las cosas, se evitarían muchos golpes

y lograrían hacer más con menos esfuerzo.

—De todas formas, también hay otras personas que necesitan

precisamente lo contrario: pasar más de la reflexión a la acción, o sea,

lanzarse un poco.

Sin duda: unos necesitan pararse a pensar, y otros necesitan

atreverse de una vez a poner en práctica lo que piensan. Cada uno

debe ver en cada caso. Tenemos delante muchos problemas, muchas

opciones, y nuestra disponibilidad de tiempo es escasa, y hay que

optar continuamente entre una cosa u otra, y hacer frente lo mejor

posible a esa complejidad que se nos presenta. Es un reto que hemos

de superar mediante un constante empeño personal, aunque siempre

de forma cordial, sin angustias ni crispación, con optimismo.

Page 81: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

81

Sin caer en extremos patológicos,

es preciso ser críticos con nosotros mismos

en lo que se refiere a

nuestra forma de trabajar

y de organizarnos.

Capítulo 6: MEJORAR LA RELACIÓN CON LOS DEMÁS

El símil de la cuenta bancaria

Claridad en las expectativas recíprocas

Lealtad, cercanía

No basta con pedir disculpas

Evitar antagonismos innecesarios

Conjugar lo que parece difícil de conjugar

Acuerdos yo-gano/tú-ganas

Descubrir y potenciar sinergias

No hay más que un modo

de ser felices:

vivir para los demás.

Leon Tolstoi

El símil de la cuenta bancaria

Es probable que la mayor parte de los problemas por los que

pasamos las personas, y quizá los que más dolorosamente nos marcan,

sean precisamente problemas de relación con otras personas.

Page 82: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

82

Algunos quizá poseen una gran capacidad de relación en su vida

profesional, y son altamente estimados y respetados en su trabajo, al

que dedican todo el tiempo del mundo, pero está muy deteriorada su

relación con su mujer o su marido, o con sus hijos.

En muchas empresas y organizaciones, cuando llegamos a

conocerlas de cerca, advertimos que los problemas más graves

también suelen provenir de dificultades de relación entre sus máximos

responsables, o de ellos con el resto de los integrantes de la entidad.

Lo malo es que, tanto en unos casos como en otros, cuando

comprueban que se ha deteriorado su relación con otra u otras

personas, muchas veces, en vez de esforzarse por mejorarla, buscan

refugio en otros ámbitos de su vida, o en otras relaciones, eludiendo

así la grave necesidad de reconstruirlas. De este modo, los problemas

se cronifican y son cada vez más difíciles de resolver.

Muchos expertos en relaciones humanas han recurrido, a la hora

de abordar estas cuestiones, al símil de la cuenta bancaria emocional.

En una cuenta bancaria ingresamos nuestro dinero, y con ello

creamos un depósito. Cuando sacamos el dinero de allí, o hacemos

cualquier pago a través de esa cuenta, reducimos parte de ese depósito.

Continuando con este símil, todos tenemos abierta una especie

de cuenta emocional con cada una de las personas que tratamos. En

esa cuenta efectuamos ingresos mediante la cordialidad, el trato

afable, la honestidad, la lealtad, el cariño, etc. A medida que hacemos

ingresos en esa cuenta, aquella persona irá acumulando un mayor

depósito en relación a nosotros. Cuando actuamos mal respecto a ella,

es como si efectuáramos una salida, y el depósito disminuye. Cuando

la cuenta de confianza es alta, la comunicación es buena y la relación

es grata (en esto sucede también como con los bancos).

Pero si adquirimos la mala costumbre de mostrarnos ingratos y

desagradables con esa persona, y traicionamos esa confianza, la cuenta

irá bajando hasta llegar a un nivel bajo, incluso hasta ponerse en

números rojos. Y si estamos continuamente haciendo equilibrios entre

los números negros y los rojos, la relación será tensa y difícil (aquí

Page 83: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

83

también sucede como con los bancos); y si estamos habitualmente en

números rojos, ya no será simplemente difícil, sino muy difícil.

El problema de muchas empresas e instituciones de todo tipo es

que sus miembros funcionan entre ellos precisamente así, con su

cuenta emocional en números rojos, o al borde de estarlo. En lugar de

una buena comunicación, hay –como mucho– una difícil convivencia

entre estilos diferentes, o una crispada tolerancia. Y muchas familias,

muchos matrimonios, funcionan también ordinariamente así. Y entre

muchos compañeros, vecinos o conocidos, hay también una relación

de este género, fácilmente hostil, defensiva, susceptible.

Las buenas relaciones humanas, y sobre todo las más

prolongadas –familia, trabajo, amistad, etc.– exigen ingresos

continuos en eso que estamos llamando cuenta emocional, porque el

desgaste de la vida diaria ya supone siempre un goteo continuo de

salidas.

Apliquemos este símil a la relación de unos padres con su hijo.

Por ejemplo, si a pesar de que le quieres sinceramente, el trato con un

hijo tuyo adolescente se reduce en la práctica a periódicas

reconvenciones (ordena tu cuarto, has llegado tarde, vístete como una

persona normal, córtate el pelo, baja la basura, a ver si ayudas en casa,

baja el volumen de la radio, dónde vas con esas pintas, etc.), más

algunas conversaciones insustanciales, unos cuantos consejos (por

desgracia, frecuentemente inoportunos), y poco más, entonces, es muy

probable que la cuenta emocional con tu hijo esté en números rojos

desde hace tiempo.

En esas circunstancias, si tu hijo tiene que tomar una decisión

importante, la comunicación con él será tan difícil, y su receptividad

tan baja, que toda tu sabiduría, tu experiencia de padre o de madre y tu

afán de ayudarle te servirán en ese caso realmente para bien poco.

—¿Y cuál es la solución entonces?

Si es esa la situación, lo más práctico es salir cuanto antes de los

números rojos y llegar pronto a niveles de cierta solvencia emocional

en esa relación.

Page 84: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

84

Habrá que tener pequeñas atenciones, mostrar una mayor

capacidad de interesarse por él, de escucharle y comprenderle. Habrá

quizá que dedicarle más tiempo, y procurar ponerse más en su lugar.

Tendrás que hacerle sentir que se le acepta como es, que se le quiere

ayudar a mejorar respetando lo más posible sus ideas y su

personalidad.

Probablemente no logres mejoras rápidas ni espectaculares,

porque quizá hay muchos números rojos y no somos capaces de hacer

ingresos tan rápidamente: bien porque tenemos ingresos bajos (poco

hábito de preocupación efectiva por los demás); o porque tenemos

grandes y arraigados hábitos de gasto (por egoísmo, impaciencia,

irascibilidad, susceptibilidad, distancia emocional, etc.); o bien porque

somos de carácter cíclico o inestable, y hacemos grandes ingresos hoy

pero mañana lo despilfarramos todo tontamente.

—Lo malo es que a veces no sabes si estás acertando o no,

porque a lo mejor piensas que estás haciendo ingresos y resulta que

estás haciendo una auténtica sangría en esa famosa cuenta...

Efectivamente.

En las relaciones humanas

no basta con tratar a los demás

como quisieras que te trataran a ti.

Porque quizá hay cosas que a ti te agradan y a esa otra persona

no, o cosas que nosotros consideramos triviales pero que para ella son

muy importantes.

Hay que asegurar, por ejemplo, que nuestros intentos de

acercamiento no se produzcan en momentos inoportunos y generen

nuevos rechazos. Y comprobar que no hay una profunda falta de

comprensión mutua que haga que esa relación se esté construyendo

sobre cimientos minados.

Hacerse cargo de la realidad intelectual y emocional de los

demás –cómo piensan y qué sienten–, así como de su capacidad real

de superarse –muy relacionada con su fuerza de voluntad–, es decisivo

Page 85: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

85

para construir una buena relación (dedicaremos a ese tema el próximo

capítulo).

—Otras veces, a lo mejor piensas que algo ha sido un error sin

más trascendencia, y resulta que él le da una importancia enorme...

Es verdad que hay multitud de pequeños detalles que, aun

siendo cosas objetivamente pequeñas, en la subjetividad emocional de

la otra persona pueden llegar a ser muy grandes.

Pero, por fortuna, ese efecto, que observamos que se produce en

sentido negativo ante pequeñas faltas de respeto o consideración,

breves enfados, sencillas promesas incumplidas, etc., puede

producirse igualmente en sentido positivo ante sencillas muestras de

afecto, de reconocimiento, de deferencia, de lealtad, etc.

Cada uno valora de modo especial algunas cosas, y es verdadera

muestra de buena convivencia esforzarse por conocerlas y mantenerlas

en la memoria para poder así hacerles la vida más agradable. Todo el

mundo valora en mucho los detalles, entre otras cosas porque por lo

general las personas suelen ser más sensibles de lo que aparentan.

Claridad en las expectativas recíprocas

Muchas relaciones personales se deterioran seriamente por algo

tan simple como no haber hablado las cosas en su momento con

normalidad, por falta de claridad en las expectativas recíprocas. Quizá

a veces nos enfadamos porque no se ha hecho lo que habíamos pedido

o deseado, y el problema es simplemente que no se había entendido lo

que queríamos. O resulta que molestamos a alguien sin querer, y el

problema se reduce a que no sabíamos que con nuestra actitud o

nuestra conducta estábamos perjudicando o molestando a esa persona.

Por eso es preciso actuar con la necesaria naturalidad y

sencillez.

Hemos de crear a nuestro alrededor

un clima de confianza

en el que sea fácil saber

Page 86: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

86

qué es lo que cada uno

espera de los demás.

Otro ejemplo. A lo mejor un día nos sorprendemos de que

tenemos pocos amigos. Es algo que sucede a bastante gente en algún

momento de su vida: advierten que su círculo de relación es corto, que

hay poca gente que cuente con ellos de modo habitual.

Si eso nos sucede, es preciso recordar que tener verdaderos

amigos siempre supone esfuerzo y constancia. Aunque, como es

lógico, depende mucho de la forma de ser de cada uno, siempre es

preciso vencer inercias, superar pasividades y arrinconar timideces

(por cierto que es sorprendente el elevado porcentaje de personas que

se consideran tímidas: en nuestro país, del orden del 40% según

algunas estadísticas).

—¿Y no es un poco antinatural eso de esforzarse para tener

amigos, cuando la amistad debe entenderse como algo relajado y

natural?

La amistad debe ser, efectivamente, algo relajado, natural y

gratificante. Sin embargo, la amistad, como tantas otras cosas en la

vida que también son naturales y gratificantes, exige, para llegar a

ella, superar un cierto umbral de pereza personal, y por eso muchos se

quedan encallados en ese obstáculo. El tirón de la pereza puede

llevarnos a una vida de considerable aislamiento o pasividad, y eso

aunque sepamos bien que superándola nos iría mucho mejor y

disfrutaríamos mucho más.

De todas formas, tienes razón en que a veces la causa de las

pocas amistades está en algo más de fondo, y hemos de pensar si no

vivimos bajo una cierta capa de egoísmo, si no hay una buena dosis de

encerramiento en nuestros propios intereses, de refugio en una

perezosa soledad.

Quizá tenemos un carácter difícil (o al menos manifiestamente

mejorable) y somos de trato poco cordial, o hablamos sólo de lo que

nos gusta, o vamos sólo a lo que nos gusta, o nunca nos acordamos de

felicitar a nadie en su cumpleaños o en Navidad, ni nos interesamos

Page 87: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

87

por su salud o la de su familia, ni hacemos casi nada por estar cerca de

ellos en los momentos difíciles.

O quizá ponemos poco empeño en todo lo que no nos reporte un

claro interés, y aunque quizá tengamos una conversación paciente y

educada, ponemos en esos casos un interés –exagerando un poco–

similar al que se pone al hablarle a un canario en su jaula.

O quizá manifestamos habitualmente una actitud rígida o

imperativa, que genera rechazo; o tendemos hacia una beligerancia

dialéctica que nos lleva a buscar siempre quedar victoriosos en

cualquier conversación, como si fuera una batalla, y encima queriendo

dejar claro que hemos ganado; o escuchamos poco y hablamos mucho,

y resultamos pesados; o somos demasiado premiosos, o prolijos (no

debe olvidarse que el secreto para aburrir es querer decirlo todo); o

nos pasamos de obsequiosos, y nuestro trato resulta un poco asediante,

o untuoso; o tratamos a los demás con excesiva vehemencia, o con

aires de superioridad, como dando lecciones.

Podríamos enumerar muchos otros defectos, pero quizá la clave

para contrarrestarlos podría resumirse en algo muy sencillo: esforzarse

por ser personas que saben escuchar y que buscan servir a los demás.

Lealtad, cercanía

La lealtad, y en primer lugar con los ausentes, es otra cuestión

clave en las relaciones humanas. Cuando una persona habla mal de

otra a sus espaldas, o revela detalles que alguien le ha manifestado de

modo confidencial, además de actuar injustamente en la mayoría de

los casos, destruye su propia capacidad para generar confianza. Quizá

esa persona busca ganarse la confianza de la otra gracias a esa

indiscreción o ese desahogo, pero esa falta de integridad personal está

minando en sus cimientos aquella confianza.

Ante los errores o defectos de nuestros amigos o conocidos, la

lealtad exige que procuremos –en la medida en que eso sea posible–

ayudarles a corregirse. Como es obvio, esto será más fácil cuanto

mayor sea nuestra confianza con ellos.

Page 88: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

88

Si no nos resulta posible decirles nada, o se lo hemos dicho y

aparentemente no ha habido ningún cambio, no por eso la

murmuración y el chismorreo dejan de ser una deslealtad. Sólo cuando

lo exija la justicia o el bien de los demás, será legítimo advertir a otros

–y siempre extremando la prudencia– de aspectos negativos que

hemos observado en una persona.

Cuando hay una buena relación personal, los errores de quienes

nos rodean son, si sabemos aprovecharlos, ocasiones excelentes para

ayudar lealmente a esas personas a corregirse.

Muchas veces,

una advertencia sincera y prudente

hecha a tiempo

es la mejor forma de

mostrar el afecto por una persona.

En cualquier ambiente, una persona con capacidad de decir las

cosas a la gente sin herirla, se convierte pronto en una gran autoridad

moral ante todos.

—El problema es que muchas veces, cuando ves que habría que

hacer una advertencia a alguien, precisamente entonces tu relación con

esa persona está bajo mínimos, y no la aceptaría bien...

Por eso es importante que haya una buena relación general entre

las personas con las que uno trata (dentro de la familia, en el trabajo,

con los vecinos, etc.).

Por ejemplo, si en la familia hay unos lazos fuertes entre padres,

hijos, hermanos, abuelos, tíos, primos, etc., esa relación puede resultar

decisiva en situaciones de mayor dificultad. Sentir y saber que hay

muchos otros miembros de la familia que nos conocen y se preocupan

por nosotros, aunque quizá vivan lejos, puede suponer una ayuda

mutua importante para la convivencia familiar. Si uno de tus hijos, por

ejemplo, tiene dificultades para relacionarse contigo en un momento

determinado, quizá pueda ayudar a arreglarlo tu cónyuge, un hermano,

o una tía, o el abuelo. En una familia unida, cada uno de sus miembros

Page 89: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

89

representa una referencia y una ayuda que pueden resultar de vital

importancia en el momento más insospechado.

No basta con pedir disculpas

Recuerdo ahora el relato de un padre de familia, hombre sensato

aunque quizá un poco impulsivo, que un buen día advirtió que la

bronca que acababa de echar a uno de sus hijos era desproporcionada

e injusta.

No habían pasado más que unos minutos cuando comprendió

que había interpretado la situación de un modo totalmente erróneo, y

que su reacción había sido impropia y exagerada.

Como era un hombre leal y de principios, se dirigió hacia la

habitación de su hijo para disculparse. En cuanto abrió la puerta, lo

primero que escuchó fue:

—No quiero perdonarte, papá.

—Lo siento, no me había dado cuenta de que tenías razón. ¿Por

qué no quieres perdonarme, hijo?

—Porque hiciste lo mismo la semana pasada.

En otras palabras, venía a decir: «Papá, no pienses que vas a

resolver este problema simplemente pidiendo disculpas. Tienes que

cambiar».

Aunque no sea este un ejemplo especialmente modélico en

cuanto al perdón, de este relato puede sacarse una enseñanza

importante:

No basta con pedir disculpas,

es preciso también corregirse

y procurar reparar el daño causado.

Sería un error pensar que pidiendo disculpas se arregla todo sin

más. El daño que se haya hecho, aunque se perdone, suele tener unas

consecuencias que no pueden ignorarse. Por eso la petición de

Page 90: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

90

disculpas ha de ir siempre unida a un sincero y eficaz deseo de

corregir en ese punto nuestro carácter, rectificar nuestra conducta y

compensar de algún modo ese daño.

Evitar antagonismos innecesarios

Muchísimas personas tienen en su carácter una marcada

tendencia a plantear todo en términos de oposición y de dicotomía:

§ «si yo consigo lo que quiero es porque alguien se queda

sin ello»;

§ «si yo salgo ganando, si quedo más arriba, será

básicamente porque tú sales perdiendo, porque te quedas más abajo»;

§ «si a él le interesa eso, será por algo, y seguramente a mí

me conviene que suceda lo contrario»; etc.

Es lo que podría llamarse la filosofía del yo-gano/tú-pierdes.

Una forma de entender la vida en la cual parece que el éxito sólo

puede lograrse a expensas de otros, o excluyendo el éxito de otros, o a

costa del fracaso de otros.

Se trata de una mentalidad que acaba conduciendo a continuas

situaciones de angustia y frustración. Tanto es así que en toda la

literatura mundial en torno a la efectividad humana que se ha escrito

en los últimos decenios se ha impuesto con rotundidad un estilo muy

distinto, que podríamos llamar del yo-gano/tú-ganas. No es una simple

técnica para mejorar las relaciones humanas, sino todo un modo de

sentir y de entender las cosas, que busca el beneficio mutuo en todas

las relaciones e interacciones humanas. La filosofía del yo-gano/tú-

ganas busca que los acuerdos o soluciones sean mutuamente benéficos

y satisfactorios.

Hay que buscar alternativas,

no se trata de luchar

entre tu éxito o el mío,

sino de buscar un éxito mejor,

Page 91: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

91

y que sea de los dos.

—Pero eso no siempre será fácil. Por ejemplo, en un partido de

fútbol no pueden ganar los dos equipos al tiempo; o en unas

elecciones no pueden salir elegidos a la vez los dos principales

candidatos a la presidencia del gobierno...

Es cierto que en la vida hay bastantes cuestiones que se

plantean en clave yo-gano/tú-pierdes, y ciertamente esa

competitividad es positiva en muchas ocasiones, o al menos es

inevitable. Pero hay otros muchos casos en los que surgen

planteamientos de competitividad agresiva que no tienen sentido

alguno.

Por ejemplo, en la familia: ¿tiene sentido hablar de quién de los

dos está ganando en tu matrimonio?; ¿o de quién gana en la relación

con tu hijo, o con tu padre, o con tu hermana?

Son casos en los que parece obvio que, si no ganan ambos, esa

relación está mal planteada. No tenemos por qué vivir compitiendo

con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, con nuestros padres, con

nuestros vecinos o nuestros amigos. En ese sentido, la filosofía del yo-

gano/tú-pierdes es una nociva mentalidad que muchas personas tienen

profundamente inculcada, consecuencia quizá de muchos años de

vivir bajo planteamientos de ese estilo.

Además, incluso en las relaciones más competitivas, siempre

debe haber un nivel al que esas relaciones sean del tipo yo-gano/tú-

ganas. Por ejemplo, en un partido de fútbol los dos equipos salen

ganando si se considera que están participando con deportividad en un

campeonato cuyo desarrollo beneficia a ambos; varios candidatos a la

presidencia de una nación pueden estar ganando si se consideran las

cosas desde el punto de vista del servicio que ambos con su campaña

electoral prestan al sistema democrático de esa nación; etc. El hecho

de que cada uno compita leal y honestamente, respetando las reglas

del juego, es algo que beneficia a todos y que por tanto cabe dentro de

la filosofía del yo-gano/tú-ganas.

Otro error de enfoque en la relación personal puede venir de

una mentalidad parecida, aunque opuesta: la del yo-pierdo/tú-ganas.

Page 92: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

92

Se da, por ejemplo, en frases como: «haz lo que te dé la gana, nunca

me haces ningún caso»; «sigue perjudicándome, siempre harás lo que

a ti más te convenga»; «eso me pasa por haber querido ser honrado»;

etc. Son actitudes que generan conformismo, resentimiento,

victimismo o excesiva indulgencia.

Por último, y para completar todas las variantes de este tipo de

errores, cabe también la mentalidad del yo-pierdo/tú-pierdes, propia

de conflictos entre personas envidiosas y vengativas que, en su afán de

ver perder a su competidor, logran amargarse mutuamente la

existencia.

Conjugar lo que parece difícil de conjugar

—A ver, contésteme con rapidez, ¿cuánto suman dos más dos?

—Cinco.

—No, hombre, no: dos y dos son cuatro.

—Pero bueno..., ¿usted qué quería, precisión o rapidez?

Muchas personas son como el interrogado en este viejo chiste,

tienen una gran tendencia a los planteamientos dicotómicos. Son gente

que todo lo quiere establecer en términos de dicotomías: esto o lo otro,

blanco o negro, así o nada, y punto.

Sin embargo, sabemos que la mayoría de las realidades de la

vida son complejas y resulta un error plantearlas forzadamente así. Es

más, muchas veces la clave está precisamente en hacer una cosa sin

dejar de hacer la otra: no queremos lo uno o lo otro, sino las dos cosas,

lo uno y lo otro (o sea, precisión y rapidez, si volvemos a lo del

chiste).

Por ejemplo, la madurez exige un equilibrio entre defender con

energía las propias convicciones e intereses y, al tiempo, saber tratar

con consideración a los demás. En cambio, los personajes dicotómicos

creen que si uno es amable no puede ser exigente; que si uno trata con

consideración a los demás no puede ser audaz; que si uno tiene

confianza en sí mismo no puede confiar en los demás; que si uno

Page 93: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

93

quiere triunfar en la vida tiene que prepararse para pisotear a quienes

le rodean. Y como actitud vital es un gran error, pues la vida no puede

basarse en el radicalismo o la confrontación.

Esos planteamientos dicotómicos pueden llegar a extremos

bastante sorprendentes, si se miran las cosas con un poco de

objetividad. Un ejemplo muy claro es la envidia. Hay personas que se

sienten verdaderamente mal si tienen que compartir el éxito o el

reconocimiento con otras personas. La envidia les corroe. Les duele en

el alma que otros triunfen más que ellos, o incluso que se aproximen a

su nivel de triunfo. Les molesta que otros tengan suerte, habilidades o

méritos que ellos no tienen, en especial si se trata de personas

cercanas a él.

El envidioso basa su propia valía

en la comparación negativa

con quienes le rodean:

necesitan del fracaso ajeno

para aliviar su amargura vital.

Para esas personas, parece que la felicidad es una realidad tan

terriblemente escasa que los demás se la arrebatan cuando disfrutan de

ella.

—Estoy de acuerdo, pero aunque digas esas cosas tan fuertes

sobre la envidia, parece claro que es una mala inclinación que todos

tenemos dentro, en mayor o menor medida.

Por supuesto. Quizá por eso puede decirse que la filosofía del

yo-gano/tú-pierdes hunde sus raíces en inclinaciones humanas torcidas

contra las que todos tenemos que luchar.

Normalmente la envidia no nos hará desear que otros sufran

grandes desgracias (no somos tan perversos), pero sí puede incitarnos

a una secreta e íntima satisfacción al ver que a otros no les va tan

bien..., porque sentimos que eso nos sitúa de alguna manera mejor

respecto a ellos.

Page 94: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

94

Cuando se produce de un modo espontáneo ese sentimiento, es

preciso esforzarse personalmente por superarlo, buscando nuestra

seguridad y nuestra satisfacción dentro del propio proyecto personal

de vida. Un proyecto, además, que si está bien diseñado se sustentará

en buena parte sobre un firme propósito de hacer y desear el bien a

quienes nos rodean.

Acuerdos yo-gano/tú-ganas

En todas las clases hay alumnos que destacan y otros que suelen

quedarse atrás. Recuerdo el caso de un profesor de enseñanza media

que utilizaba un ingenioso sistema de motivación para recuperar a los

alumnos más retrasados.

El sistema consistía en hacer un acuerdo con toda la clase. Todo

alumno que hubiera aprobado el examen parcial de la evaluación

podía ofrecerse a ayudar a otro que hubiera suspendido, y preparar

juntos el siguiente examen. Si lo hacían, ese alumno anotaba al

comienzo de su examen el nombre del que le había ayudado. Si

después aprobaba, el profesor recompensaba con una subida de un

punto al que con sus explicaciones había logrado sacar al otro de las

tinieblas del suspenso.

Así lograba que los más inteligentes ayudaran a los que iban

más retrasados, y esto cubría dos objetivos a cual más interesante: que

unos aprendieran la asignatura y que otros aprendieran a ser más

generosos y preocuparse de los demás (además, enseñando es como

mejor se aprende).

Cuando lo oí contar, me dispuse a experimentar ese método con

mis alumnos, que por entonces tenían catorce o quince años. Aunque

comencé con un cierto escepticismo, pronto comprobé sus buenos

resultados. Los más aventajados ayudaban a los que iban peor, y las

calificaciones medias subieron bastante.

—Pero eso no sería propiamente generosidad, puesto que no lo

hacían de modo desinteresado, sino por ganar ese punto más en sus

calificaciones.

Inicialmente quizá hubiera más de interés personal que de deseo

de ayudar. Pero enseguida se vio que para ellos el punto que podían

Page 95: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

95

ganar era casi lo de menos: al final estaban casi más orgullosos del

aprobado de su compañero que del suyo propio.

El mayor éxito era que quizá con esto algunos redescubrían la

alegría que siempre acompaña a la preocupación por los demás. Una

prueba de cómo generosidad y felicidad están indefectiblemente

ligadas, tanto como el egoísmo y la amargura.

Aquella experiencia docente propiciaba un beneficio mutuo en

todas las direcciones, tanto entre el profesor y los alumnos como de

ellos entre sí: se trata, pues, de un caso del tipo yo-gano/tú-ganas. Con

esto no quiero abominar de otras fórmulas más competitivas, que

también pueden ser útiles, sino simplemente resaltar la eficacia de

crear un clima de cooperación.

—Entre otras cosas, porque supongo que la tendencia de

algunos educadores a la excesiva competitividad lesionará fácilmente

la autoestima de los menos dotados.

Es preciso encontrar un equilibrio. No es malo inducir un sano

deseo de emulación ante los que son mejores, o presentar como

estímulo el modelo que encarnan otras personas. Lo que no puede

olvidarse es que los frutos que cada persona puede obtener de la

ejercitación de sus facultades son enormemente variados, y nadie debe

sentirse menospreciado por no conseguir los resultados que obtienen

otros.

—Además, cada persona está más dotada para unas cosas y

menos para otras, así que siempre habrá otros aspectos de su vida en

los que podrá ser ayudada por los demás.

Cualquier relación humana bien planteada supone siempre un

beneficio mutuo, pues toda persona siempre tiene cosas que aportar a

cualquier otra. Por eso toda persona debiera sentirse necesitada de la

ayuda de los demás, y una generosidad que fuera ostentosa o

paternalista sería ridícula e injusta: lo ideal es que quien está siendo

ayudado casi no se dé cuenta de ello, por la elegancia y delicadeza de

quien le ayuda.

—¿Y cómo piensas que puede crearse ese clima de

cooperación?

Page 96: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

96

Para que un profesor (o el gerente de una empresa, o un padre o

una madre de familia, etc.) logre ese clima de colaboración con sus

alumnos (o empleados, hijos, etc.), han de estar bien claros los valores

y objetivos que presiden esa relación, así como los modos en que se

evalúan los resultados. Naturalmente, esto será más formal en la clase

o la empresa, y menos en la familia, pero también en ella ha de existir.

Estando esto claro previamente, a partir de ahí el deseo del

profesor ha de ser que todos saquen las mejores notas posibles, el del

gerente que todos sus empleados cumplan su misión de forma

excelente, y el del padre de familia que todos sus hijos se eduquen

libremente de acuerdo con esas metas y valores. En la mayoría de los

casos, ese sistema de cooperación suele resultar mucho más efectivo

que el del autoritarismo o la simple confrontación, pues disminuye la

necesidad de control, incrementa la motivación, y revela cómo en

muchas ocasiones los problemas no estaban en las personas sino en el

sistema de relación adoptado.

Descubrir y potenciar sinergias

Probablemente todos tenemos en la memoria experiencias

personales en las que hemos llegado a una relación de entendimiento y

complementariedad grandes con otra u otras personas. Quizá fue

practicando un deporte, o trabajando con un equipo de personas con

las que nos compenetramos extraordinariamente, o con ocasión de

tener que acometer alguna cuestión grave y urgente que facilitó aunar

esfuerzos para resolverla. Son ejemplos de situaciones de sinergia.

La sinergia es un efecto que se produce entre dos o más

personas y que les hace sincronizar y complementar sus esfuerzos e

intereses de tal manera que logran alcanzar un resultado notablemente

superior al que saldría de la simple suma aritmética de sus

aportaciones individuales. En ese sentido, podría decirse que la

sintonía humana y la armonía propias de la amistad o el amor son

buenos ejemplos de situaciones de sinergia.

Para algunos, esas situaciones se reducen a su relación con muy

pocas personas, o sólo a algunos ámbitos de una vida que, por lo

Page 97: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

97

demás, discurre teñida de experiencias negativas en la relación con los

demás.

Sin embargo, otras personas han aprendido a descubrir y

estimular lo positivo de quienes le rodean, y saben establecer sinergias

con casi todo el mundo: son como los buenos escaladores, que logran

encontrar pequeños puntos de apoyo donde otros no ven más que una

pared totalmente lisa e impracticable.

Cuando alguien aprende a descubrir y potenciar sinergias en su

relación con los demás, abre su vida a una infinidad de nuevas

posibilidades y alternativas.

—Pero a muchas personas, por la educación que han recibido,

les será muy difícil incorporar a su vida esa actitud, supongo.

Les costará más, sin duda, pero –como cualquier otro rasgo del

carácter– puede incorporarse regular y sistemáticamente a sus modos

de plantear la vida cada día. Es cuestión de poner el necesario esfuerzo

personal y, también, cierto espíritu de aventura.

—¿En qué sentido hablas de aventura?

Me refiero a que exige un talante mínimamente activo, pues

cualquier esfuerzo creador precisa de algo de arrojo e imaginación, y

siempre se asumen algunos riesgos. El que no hace nada no se

equivoca, pero el que hace algo a veces se equivoca, y precisa por

tanto de una mínima resistencia a la frustración: debe abandonar la

triste paz de la apatía y el apocamiento para adentrarse en la alegre

satisfacción de una relación humana plena.

Por ejemplo, muchas personas no logran un mayor

entendimiento entre ellas simplemente porque no hablan las cosas. Por

eso, un recurso clásico de comunicación sinérgica es el brainstorming,

la tormenta de ideas, que consiste en provocar un profuso y abundante

intercambio de ideas y puntos de vista a lo largo de una reunión de un

grupo de personas.

—Supongo que te refieres a una reunión de trabajo.

Se puede aplicar a cualquier relación humana, también a una

reunión familiar informal o a una tertulia entre amigos. Una tormenta

Page 98: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

98

de ideas puede aportar un torrente de imaginación y creatividad que

desbloquee una situación de rutina o estancamiento. Desde luego,

muchas de las ideas que surjan serán inútiles; pero otras serán

interesantes, y puede que incluso alguna, en medio de tantas otras,

llegue a tener rasgos de espontánea y auténtica genialidad.

En general, lograr que pueda darse un intercambio natural y

fluido de impresiones entre dos o más personas siempre resulta

estimulante y permite superar las barreras de algunas inhibiciones

negativas, o visualizar errores que de otra manera no habríamos

advertido.

Cuando se logra esa comunicación sinérgica, se puede unir de

un modo extraordinario a un grupo de amigos, una familia, un equipo

de investigadores o un consejo de administración.

—Y cuando se lanza uno y no se logra ese ambiente, puede

caerse en el caos más absoluto...

Sucede de vez en cuando, a veces incluso justo después de

haber estado en un momento de buena sintonía, pero que por alguna

razón se pierde y el curso de la conversación se desvía hasta

descarrilar por completo y precipitarse en el caos. Por eso decía antes

lo de tener cierto espíritu de aventura, pues en esa situación podemos

pensar que habría sido mejor no arriesgarse a llegar a esos

desencuentros.

—Y puede ser cierto, porque habrá veces en que será

imprudente tratar determinados temas en determinados momentos y

circunstancias.

Por supuesto. Unas veces comprenderemos que no era un modo

acertado de tratar esas cuestiones, y hemos sido efectivamente

imprudentes, pero en otros casos el error procederá del modo de

conducir la conversación, y entonces debemos sacar experiencia para

posteriores ocasiones y no refugiarnos en la incomunicación, porque

en la incomunicación el desencuentro es permanente.

—Supongo que el éxito dependerá más de las personas que del

método que se siga, porque hay gente con la que no hay forma de

entenderse en ningún sitio.

Page 99: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

99

Para lograr una buena comunicación no es suficiente el método,

ni el simple respeto, ni la cortesía o la diplomacia. Lo deseable es que

la consideración de cada uno por los demás sea tan alta que, si surge

un desacuerdo, en lugar de oponerse inmediatamente y procurar

rebatir al otro, se inicie un esfuerzo personal de comprensión hacia la

postura de esa otra persona.

Es decir, que ante una diferencia de opinión con otro, se parta

de una actitud que sea como decir: si una persona de tu valía disiente

de mí, debe haber algo en tu desacuerdo que no entiendo, una nueva

perspectiva que me interesa mucho percibir.

La esencia de la sinergia

está en valorar la diferencia

y saber respetarla

y complementarla.

De esta manera, evitando las actitudes innecesariamente

defensivas y autoprotectoras, se produce un sano deseo de mejorar

nuestras ideas con lo que piensan los demás. Quizá nos sobran

evidencias, y se trata, en definitiva, de no defender como cuestión de

principios lo que no son más que unos puntos de vista que

probablemente nos interese enriquecer.

Otras veces, cuando una situación parece enfrentar sin remedio

dos alternativas (y quizá pensamos que podrían calificarse como la

nuestra y la errónea), casi siempre podremos buscar una salida más a

gusto de los dos: lo que podríamos llamar una tercera alternativa

sinérgica. La clave está en reemplazar la mentalidad dicotómica de o

esto o aquello por una nueva solución que, sin ser quizá perfecta

(sobre todo porque los problemas complejos no suelen tener

soluciones perfectas), deje satisfechos a ambos.

—¿Te refieres a aquello de que «a veces lo mejor es enemigo de

lo bueno»?

Sí, si se entiende bien ese dicho. Porque si la solución que a

nosotros nos parece mejor va a provocar un conflicto que no guarda

Page 100: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

100

proporción con la ventaja que aporta esa solución, entonces esa

solución deja de ser mejor, y será preferible que cedamos un poco.

Esto no quiere decir que ceder sea bueno de por sí, puesto que

otras veces lo sensato será demostrar firmeza, y tan equivocado sería

ceder por sistema como encastillarse en la obstinación.

En cualquier caso, la excesiva rivalidad, los conflictos y

agravios permanentes, la continua preocupación por proteger la propia

retaguardia, la desconfianza, la lucha por el dominio, la crítica

destructiva... son siempre actitudes y planteamientos que consumen

una energía enorme en cualquier relación personal. Son como

conducir un coche con un pie en el acelerador y otro en el freno: la

solución no es apretar más el acelerador –más elocuencia, más

presión, más argumentos para fortalecer la propia posición–, sino

levantar un poco el pie del freno y saber usar armónicamente ambos

pedales.

Capítulo 7: BARRERAS A LA COMUNICACIÓN

Una visita al oculista

Escuchar, pero escuchar para comprender

Detectar y eliminar barreras

Un buen empleo del lenguaje

Errores de interpretación

Capacidad de guardar secreto

Superar las diferencias generacionales

Credibilidad personal

La oportunidad de explayarse

Operaciones de cirugía

El ojo que ves

Page 101: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

101

no es ojo porque tú lo veas,

es ojo porque te ve.

Antonio Machado

Una visita al oculista

Imagínate –sugiere Stephen Covey– que padeces un serio

problema de visión y decides acudir a la consulta del oculista.

El médico, después de escuchar brevemente tu explicación del

problema, saca del bolsillo sus gafas y te las entrega mientras dice con

gesto solemne: ―Póngase usted estas gafas. Yo las he usado durante

diez años y me han ido estupendamente.‖

Tú pones una cara de asombro mayúsculo, y el oculista, sin

pestañear, añade: ―No se preocupe, tengo otras en casa, puede usted

quedarse con estas‖.

Con un escepticismo difícil de superar, te pruebas esas gafas y,

como era de prever, ves aún peor que antes, y te quejas: ―Por favor,

¿cómo me van a servir sus gafas a mí? Veo todo borroso‖.

―Oiga, haga el favor de poner más empeño‖, responde con

gravedad el oculista. ―Ya lo pongo, pero no veo nada‖, contestas ya al

borde de la ira.

El oculista insiste: ―Sea usted más paciente y colabore, por

favor. Tienen que servirle. A mí me han ido muy bien todos estos

años‖.

Finalmente te vas de allí, escandalizado ante semejante

ineptitud, y el oculista –por llamarle de alguna manera– se queda

pensando: ―Hay que ver, qué hombre más ingrato. No he logrado que

me comprenda. Yo sólo pretendía ayudarle y... ¡cómo se ha puesto!‖.

Lo que este ejemplo pretende resaltar es que muchas veces,

cuando damos un consejo a alguien, nos está pasando algo bastante

parecido a lo que sucedía a ese oculista. Nos sentimos frustrados

porque una determinada persona no nos comprende, o porque rechaza

nuestros consejos, y quizá nos quejamos de que no pone interés en

Page 102: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

102

escucharnos. Y en realidad el problema no es que a esa persona le

falte interés, o le falten entendederas, sino que nosotros estamos

equivocando el planteamiento, y esa persona no entiende lo que le

decimos porque no hemos logrado antes comprender nosotros cuál es

su verdadero problema: le estamos recomendando con vehemencia

usar unas gafas que a nosotros nos van bien, pero a él probablemente

no. Tenemos que diagnosticar antes qué gafas necesita.

Es preciso

primero comprender bien,

para luego poder diagnosticar bien,

y finalmente aconsejar bien.

Pongamos otro ejemplo (este quizá bastante más real y posible

que esa esperpéntica conversación con el oculista):

—Venga, Carlos, hijo mío, ¿por qué estás así?

—Mamá, no puedes entenderlo.

—De verdad que sí, cuéntame.

—Que no, mamá.

—Sí que te entiendo, hijo mío. ¿Qué te pasa?

—No lo sé, mamá.

—Venga, Carlos, ¿por qué estás tan triste?

—Bueno..., en fin, es que el colegio no hay quien lo aguante.

Quiero dejar de estudiar.

—Pero..., ¿estás loco? ¿A los quince años ponerte a trabajar?

¿Después de los sacrificios que tu padre y yo hemos hecho tantos años

para que puedas ir a un buen colegio? Ni hablar. La educación es la

base de tu futuro. Tienes que hacer una carrera. Lo que pasa es que

hay que estudiar más, y ya verás cómo termina por gustarte. Venga,

hijo mío, que podrías sacar muy buenas notas si no fueras tan

perezoso y tan soñador.

—Déjalo, mamá, no lo entiendes...

Page 103: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

103

Se podrían poner otros muchos ejemplos como este, que

revelan una considerable falta de comunicación. En este caso, es muy

probable que Carlos esté pasando por algunas dificultades en el

colegio, dificultades que, al menos para él, son importantes y le hacen

sentirse muy triste. Para poder ayudarle, parece importante saber

cuáles son esas causas. Pero si cuando el chico abre una puerta de su

intimidad, y empieza a contar lo que le inquieta..., si entonces, sin

dejarle terminar, descargamos sobre él una retahíla de sesudos

consejos y sabias advertencias, antes de hacernos cargo de qué le

sucede; entonces, lo más probable es que la confianza sea muy difícil,

y que la conversación acabe en un amargo ―Déjalo, mamá, no lo

entiendes...‖, o algo parecido.

Hay una cuestión clave

en cualquier relación personal:

procura primero entenderle tú,

y sólo después,

procura que te comprenda él.

Si pretendes ayudar en algo a otra persona –sea tu hijo, tu

cónyuge, tu padre, tu jefe, tu subordinado, tu colaborador, tu amigo, o

quien sea–, lo primero que necesitas es comprenderle. A medida que

lo vayas logrando, te será mucho más fácil que comprenda lo que tú

querías decir o hacer (e incluso, quizá, después de haberle

comprendido mejor, lo que quieres hacer o decir es ya distinto de lo

que al principio pensabas).

Escuchar, pero escuchar para comprender

Cada persona está permanentemente dándose a conocer,

irradiando mensajes, comunicando. A través de esos mensajes –la

mayoría de ellos no directamente conscientes–, cada persona se gana

la confianza o desconfianza de quienes le rodean.

Si tienes un carácter irascible, o voluble, o inmoderado, es

difícil que llegues a crear confianza a tu alrededor. Si no coinciden tus

Page 104: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

104

hechos con tus palabras, tampoco. Si eres demasiado distante o

mordaz, o escuchas poco, menos aún.

Es preciso escuchar,

pero escuchar

con verdadera intención de comprender.

Hay personas que quizá escuchan bastante, pero no escuchan

para comprender, sino que escuchan para contestar, para colocar sus

ideas o sus aventuras en cuanto tengan el más mínimo resquicio.

Mientras escuchan, sólo prestan atención a las ocasiones que su

interlocutor les brinda para hablar entonces ellos de sí mismos.

Apenas les interesa lo que oyen y, en cuanto pueden, interrumpen con

su consejo vehemente, con su historieta aburrida, con su opinión

reiterativa y no solicitada, con su verborrea agotadora. No se

esfuerzan en dar consejos útiles, se limitan a recomendar lo que

piensan que a ellos le ha ido bien. Como el oculista de que

hablábamos antes: ofrecen sus gafas al paciente sin reparar en si son

adecuadas para él o no.

Para acertar con cualquier consejo –parece bastante obvio, pero

quizá no esté de más decirlo–, hay primero que dedicar atención al

problema y hacerse cargo bien de qué le pasa a la persona a quien se

lo vamos a dar. Mi experiencia en conversaciones de orientación

personal, sobre todo en los casos más delicados y complejos, es que

casi siempre, después de un buen rato de escuchar con atención,

acabas sacando conclusiones sensiblemente diferentes a las que venías

predispuesto al comenzar la conversación.

Hay padres, por ejemplo, que se quejan amargamente diciendo

cosas como ―No entiendo a mi hijo. Está en una edad muy difícil. Es

tremendo, es que... ¡ni me escucha!‖. Y quizá en la propia formulación

de la queja está la raíz del problema: parecen decir que no entienden a

su hijo porque no les escucha, cuando para entenderle lo que deben

hacer es sobre todo escucharle ellos, no que les escuche él. Muchos de

estos casos se habrían resuelto –o pueden aún resolverse– con una

adecuada actitud de escucha.

Hay que escuchar con verdadera intención

Page 105: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

105

de comprender a la otra persona,

y no sólo en el plano intelectual,

sino también en el emocional.

Esto es importante porque no basta con entender lo que piensa,

también hay que entender lo que siente. Porque la vida no es sólo

lógica, ni sólo emocional, sino las dos cosas.

Detectar y eliminar barreras

Cuando hablamos, hay modos nuestros de expresarnos que

facilitan la conversación y contribuyen a crear un clima de distensión

y confianza. Y hay otros que, por el contrario, merman en gran manera

nuestra capacidad de entendernos: son afirmaciones, preguntas,

comentarios o rasgos de nuestro carácter que entorpecen el diálogo, y

si prestamos atención descubriremos que son auténticas barreras; y

cada uno tiene las suyas.

—Y supongo que además esas barreras son mucho más fáciles

de advertir en los demás que en uno mismo.

Pienso que de ordinario es así. Si uno tiene un mínimo de

capacidad de observación, le resulta bastante sencillo detectar las

causas por las que otra persona es de difícil relación. Sin embargo,

cuando se trata de buscarlas en uno mismo, las cosas son mucho más

complejas.

Nadie es buen juez

en causa propia.

Sin embargo, es importante descubrir esas barreras, que tanto

limitan nuestras posibilidades de comunicación. Se trata de un

ejercicio de autoconocimiento sumamente eficaz, y es una pena que,

como parece, sean tan pocos los que llegan a conocerse lo suficiente

como para detectar cuáles son sus defectos o sus errores dominantes y

así poder mejorar su carácter.

—¿Por qué piensas que son tan pocos?

Page 106: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

106

Quizá porque en esa labor de conocimiento propio es bastante

fácil caer en un círculo vicioso. Para descubrir esas barreras es preciso

conocerse a uno mismo; para conocerse, es importante estar muy

abierto a las observaciones o advertencias que los demás puedan

hacernos; a su vez, para llegar a recibir esos comentarios es preciso no

haber levantado antes personalmente barreras a la comunicación con

esas personas que pueden ayudarnos.

—¿Cuál es la solución entonces?

Lo mejor es no haber entrado en ese círculo vicioso, gracias a

una educación centrada en la confianza y en la buena comunicación,

desde muy niño. Si uno no ha tenido esa suerte, ha de hacer un serio

esfuerzo personal para salir de ese ciclo cerrado de incomunicación.

—¿Y qué tipo de barreras piensas que son las más importantes?

De algunas ya hemos hablado. Por ejemplo, levantamos una

barrera si prodigamos demasiado nuestros consejos, sobre todo si los

formulamos dentro de nuestra propia experiencia y sin esfuerzo por

hacernos cargo de las circunstancias de la otra persona. Es lo que

sucedía en el ejemplo del oculista; o en el de la madre que descarga

una batería de sabios consejos cuando el chico está tratando de

expresar sus sentimientos; o en esas personas que interrumpen

continuamente a los demás con su verborrea impenitente; o en los que

se dan a opinar de todo inmoderadamente, o miran a los demás por

encima del hombro. Todas son excelentes maneras de ganarse la

antipatía de los demás y hacer el más soberano de los ridículos.

Otra gran barrera es lo que podríamos denominar la pregunta

compulsiva. Es un defecto que algunas personas tienen en grado muy

considerable y que les lleva a hacer auténticas baterías de preguntas de

sondeo, formuladas habitualmente sin salir de su propio marco de

referencia, y con las que irrumpen invasivamente en la intimidad

ajena.

Un buen empleo del lenguaje

Page 107: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

107

Hay otras barreras a la comunicación que proceden

directamente del torpe empleo del lenguaje. En esos casos, lo que hay

que hacer es esforzarse seriamente por aprender a expresarse. A veces,

como apunta Mario Clavel, se dice de algunas personas que son

buenos comunicadores, porque saben transmitir sus ideas y sus

proyectos con una simpatía que provoca adhesión; y sin embargo, lo

que aportan, más que simpatía, es sobre todo claridad en la

exposición: una idea, y después otra, bien relacionadas entre sí;

sabiendo ejemplificar lo necesario, siguiendo un orden lógico,

empleando expresiones claras, destacando los mensajes que se quieren

transmitir, etc.

Para comunicarse bien es preciso proponerse mejorar la calidad

de nuestra conversación, empezando por el vocabulario: un

vocabulario rico suele corresponder a una interioridad rica, pues cada

acto de habla refleja un acto mental y es una ventana de la propia

psicología. También hay que aprender a manejar el registro adecuado

a cada ocasión: con el anciano, emplear el lenguaje de la paciencia;

con el niño, ponerse a su nivel, pero sin mostrarse tontamente infantil;

tratar al poderoso con deferencia, pero sin adulación; expresarse con

precisión sobre cuestiones profesionales, pero sin pedantería; en casa

y con los amigos, mostrarse distendido y usar términos más

coloquiales, pero sin caer en la vulgaridad; etc.

También es importante la cordialidad, no ser personas

quisquillosas ni susceptibles. Ni de esos que marchan por la vida con

tan poca fijeza y tan poco tacto que van pisando callos continuamente.

Ni ser como esos pelmazos cuya incontinencia verbal parece

incapacitarles para escuchar, y van enhebrando un tema a partir del

anterior, conduciendo siempre la conversación hacia un terreno que

les permita hablar sin respiro. Ni voceras, de esos que llenan todo el

espacio donde se encuentran, aunque estén hablando sólo a una

persona y haya otras muchas presentes. Ni personas de conversación

confusa o prolija, o demasiado lenta y premiosa. Ni del tipo

metomentodo o sabelotodo, o de esas que pretenden siempre agotar

los temas y consiguen sobre todo agotar a quienes le escuchan

(tampoco hay que pasarse por el otro lado, el del silencioso y

taciturno).

Page 108: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

108

Hay que buscar ese punto de equilibrio que lleva a hablar con

sencillez, sin afectación, sin autoencumbrarse, refiriéndose poco a uno

mismo, siendo buen escuchador, buen razonador y poco discutidor.

Errores de interpretación

Podríamos hablar de otro bloque de barreras a la comunicación,

que consiste básicamente en hacer frecuentes interpretaciones

personales en las que tratamos de descifrar a alguien, o explicar sus

motivos, o su conducta, sobre la base de nuestros propios motivos o

nuestra propia conducta, sin hacernos cargo de su situación personal.

Volvamos a un ejemplo –inspirado en otro de Stephen Covey–

de un chico que se siente frustrado en el colegio a consecuencia de un

serio fracaso. Lo pongo como ejemplo típico de conversación sorda

entre un padre y su hijo adolescente:

—Papá, estudiar no sirve para nada.

—¿Por qué dices eso, hijo?

—En el colegio no se aprende nada que sea útil realmente...

—Lo que te pasa es que aún eres joven para entender la

importancia de los estudios. Yo, a tu edad, pensaba lo mismo. Ya lo

entenderás.

—Llevo ya un montón de años estudiando y sé que no es lo

mío.

—Entonces... ¿qué es lo tuyo?

—Lo mío es ser futbolista. Soy muy bueno. Hice una prueba la

semana pasada y para la próxima temporada es posible que me fichen

en un equipo.

—Como diversión me parece muy bien, pero no vas a vivir de

eso.

—A un amigo mío que empezó hace dos años, ahora le pagan

una ficha muy alta, y ha dejado los estudios.

Page 109: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

109

—Pero son muy pocos los que a la larga llegan a vivir del

fútbol. Lo más probable es que dentro de unos años ese chico esté

lamentándose de no haber hecho una carrera. ¿Qué te pasa? ¿Es que

quieres arruinar tu vida?

—Vale, papá, déjalo.

Está claro que el padre de este chico ha actuado con excelente

intención, y que inicialmente se muestra dispuesto a escuchar, pero se

ve que no llega a facilitar de modo eficaz que su hijo exprese sus

verdaderos sentimientos.

El muchacho empieza a explicarse y su padre le interrumpe con

una rápida interpretación de lo que le sucede, cuando el chico aún no

había podido terminar su segunda frase. Es entonces cuando se

equivoca, como suele suceder cuando uno juzga antes de escuchar:

trata de descifrar la situación de su hijo sobre la base de su propia

situación personal, y sólo logra cortar el flujo de la confianza que

débilmente se había iniciado.

También abusa de frases como lo que te pasa es que..., o aún

eres joven para entender..., o yo, a tu edad..., u otras semejantes, que

suenan a un paternalismo un poco desagradable. Usar ese tipo de

entradillas es una buena forma de ganarse una rápida descalificación.

Repasemos de nuevo el diálogo, prestando atención a los

posibles sentimientos del chico (se señalan junto a cada frase en

cursiva y entre paréntesis):

—Papá, estudiar no sirve para nada. (Papá, quiero hablar

contigo).

—¿Por qué dices eso, hijo? (¡Bien!, parece que hoy papá está

dispuesto a escuchar).

—En el colegio no se aprende nada que sea útil realmente...

(Tengo problemas serios en el colegio y me encuentro fatal).

—Lo que te pasa es que aún eres joven para entender la

importancia de los estudios. Yo, a tu edad, pensaba lo mismo. Ya lo

entenderás. (¡Horror!, otra vez está papá con que soy un niño que no

Page 110: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

110

entiende nada de la vida. ¿Pero no te das cuenta de que estoy hecho

polvo, que necesito desahogarme?).

—Llevo ya un montón de años estudiando y sé que no es lo

mío. (Papá, ¿cómo quieres que te diga que tengo problemas serios en

el colegio y no quiero ni volver a pisarlo?).

—Entonces... ¿qué es lo tuyo? (¿No te das cuenta de que voy a

acabar repitiendo curso si siguen las cosas como van, y quizá me

echen del colegio, y que para eso prefiero irme yo mismo?).

—Lo mío es ser futbolista. Soy muy bueno. Hice una prueba la

semana pasada y para la próxima temporada es posible que me fichen

en un equipo. (Casi no sé ni por qué digo esto...).

—Como diversión me parece muy bien, pero no vas a vivir de

eso (Ya estamos con lo de siempre. No sé por qué habré sacado el

tema, es inútil con este hombre...).

—A un amigo mío que empezó hace dos años, ahora le pagan

una ficha muy alta, y ha dejado los estudios. (Si no sé si quiero ser

futbolista, pero no pienses que voy a replegarme tan fácilmente...; me

estás sacando de quicio).

—Pero son muy pocos los que a la larga llegan a vivir del

fútbol. Lo más probable es que dentro de unos años ese chico esté

lamentándose de no haber hecho una carrera... (En fin, encima,

profeta). ¿Qué te pasa? ¿Es que quieres arruinar tu vida?

—Vale, papá, déjalo. (Sencillamente, no comprendes).

Como se ve, padre e hijo hablan en distinto plano. No logran

alcanzar un mínimo de sintonía que haga productiva la conversación.

No brota la confianza, porque desde el inicio el chico comprueba que

su padre no capta sus sentimientos.

La conversación ganaría en eficacia si ambos interlocutores

lograran ponerse del mismo lado del mostrador –o sea, no

enfrentados–, y cada uno se hiciera cargo de los sentimientos del otro.

Esto no siempre es fácil, pero se puede avanzar mucho si uno se fija

en qué tipo de preguntas facilitan la confianza y cuáles la desbaratan

(no son las mismas para todas las personas). Con un poco de agudeza,

Page 111: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

111

se pueden intuir cuáles son, aunque sólo sea por el sistema

ensayo/error.

No conviene reducir estos problemas a cuestiones de método,

pero hay muchos modos más o menos prácticos de facilitar la

confianza. El más simple, pensando en una conversación como la de

este ejemplo, es hacer preguntas sencillas en las que –quizá

empezando por parafrasear lo que se ha escuchado– se aventura con

delicadeza el sentimiento que se intuye que late en el interlocutor, de

modo que se sienta comprendido y así se le facilite explayarse.

Analicemos de nuevo cómo sería ese diálogo siguiendo este

método, para ver cómo podría mejorarse la comunicación entre padre

e hijo. También señalamos entre paréntesis los posibles sentimientos

del chico.

—Papá, estudiar no sirve para nada. (Papá, quiero hablar

contigo).

—¿Por qué dices eso, hijo? (¡Bien!, parece que hoy papá está

dispuesto a escuchar).

—En el colegio no se aprende nada que sea útil realmente...

(Tengo problemas serios en el colegio y me encuentro fatal).

—¿Te sientes decepcionado por lo que se estudia allí? (Menos

mal, parece que no me suelta un sermón para empezar).

—Sí. Me parece que no saco nada en limpio.

—¿Piensas que no es lo mejor para ti? (Bueno, en fin, tampoco

quería decir eso).

—Cada vez me va peor. Acabamos de terminar los exámenes

y... (¿Lo digo..., o no lo digo? ¿Qué puede pasarme?).

—¿Y te han ido mal, ¿verdad? (Hombre, menos mal que se ha

dado cuenta y no me lo hace decir a mí).

—Pues..., bueno..., sí, eso parece. He tenido muy mala suerte.

Me ha ido peor que nunca. Se me quitan las ganas de seguir con esto...

(¿Te das cuenta de que estoy en crisis completa con los estudios y

necesito que me animen?).

Page 112: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

112

—¿Y por qué crees que te ha ido peor esta vez? (En fin..., para

ser sincero, he hecho bastante el vago, no sé cómo decirte...).

—Me parece que este año me he organizado fatal... (¿Soy

suficientemente claro?).

—¿Y crees que tiene remedio?

—Hombre, remedio siempre hay... (Bueno..., en fin, tonto

tampoco soy; si me lo propusiera...).

—Me parece que si te lo propones seriamente este último

trimestre, y haces un buen plan de estudio, puedes recuperar el tiempo

perdido y sacar bien el curso (Por fin, alguien que cree en mí, creía

que ya no quedaba nadie en el mundo capaz de semejante cosa).

—¿Tú crees? (Necesito escucharlo otra vez).

—Estoy seguro. Si quieres, descansa hoy un poco, te despejas, y

mañana por la tarde vamos a hacer deporte, charlamos con más calma

y hacemos juntos ese plan. ¿Te parece? (Estoy seguro de que me

vendrá bien, estoy –estaba– en plena crisis).

—Vale, de acuerdo (¡qué fácil ha salido todo, menos mal, vaya

alivio!).

En este caso, el padre ha logrado ir superando una a una las

barreras que había en la comunicación con su hijo, hasta llegar al

problema real.

Al principio, el chico está muy afectado, y sus afirmaciones y

respuestas no destacan por su rigor lógico. No sigue un discurso

lógico, sino más bien emocional, y abre su intimidad buscando

desahogo y comprensión. Su padre lo percibe, le deja hablar sin

apabullarle con consejos, facilitándole decir lo que más le avergüenza

–evitándole las palabras más difíciles–, y al final, cuando se ha

desahogado y aflora a un discurso más lógico, aprovecha para

aconsejar, y entonces resulta eficaz.

Hay momentos para enseñar

y momentos para escuchar.

Page 113: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

113

El intento de enseñar, cuando la relación es aún tensa o el

ambiente está cargado emocionalmente, se recibe fácilmente como

una forma de rechazo.

Hay otro aspecto interesante en este ejemplo. El padre no suelta

su consejo de sopetón, con aire paternalista o de superioridad. No hace

innecesarias manifestaciones de aprobación o desaprobación. Procura

sobre todo conducir al chico de modo que se enfrente con su propia

responsabilidad.

Siempre son más eficaces

los consejos no impositivos,

aquellos que hacen que sea uno mismo

quien llegue a la solución

con su propio ritmo, sin forzar.

Capacidad de guardar secreto

Otra peligrosa barrera a la comunicación es la falta de

capacidad para guardar secreto. Por eso una cualidad que todos

valoramos mucho a la hora de hablar confiadamente con alguien es

encontrar en él la necesaria lealtad.

Bien sabemos que no todas las personas son capaces de dejar de

comunicar a otros las cosas que saben, sobre todo cuando vienen a

colación en un momento dado, y quizá les parece que quedarían muy

bien contándolo y así poder dárselas de enterados. En este punto, la

vanidad de que los demás sepan que ellos conocen cuestiones

confidenciales suele ser la principal causa por la que los desvelan. Son

personas inmaduras e indiscretas, que se sienten obligadas a alardear

de todo lo que saben, aun sabiendo que no deberían decirlo, y carecen

de ese elemental sentido de la prudencia tan necesario en el mundo de

la confianza.

Generalmente, cualquier padre o madre, cualquier educador,

cualquier persona, conoce mucha más información de la que es

conveniente comunicar a otros en un momento dado. Es algo que

Page 114: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

114

sucede en el ámbito profesional, en el de la amistad, en la familia, en

todo.

Por ejemplo, los hijos suelen tener con sus padres determinadas

confidencias o desahogos, que, aunque no les hayan solicitado

formalmente que no las difundan, se entiende que no deben sacar esa

información de su ámbito y darla a conocer a terceros. Hay que

pensar, además, que los niños, por pequeños e infantiles que puedan

parecernos, no suelen considerar que esos pensamientos, inquietudes,

sentimientos, zozobras grandes o pequeñas, sean cosas triviales o

insignificantes; y si no lo son para ellos, no deben serlo tampoco para

quienes puedan escucharlas.

En cualquier confidencia

hay una persona que hace

partícipe de su intimidad a otra,

y eso es siempre algo muy serio.

Otra posible barrera a la comunicación puede provenir de la

falta de oportunidad o de discernimiento al decir las cosas. No

tenemos por qué saberlo todo, pero sí debemos ser prudentes.

Prudentes, por ejemplo, en la suposición, sobre todo cuando se trata de

hablar sobre personas: a veces hablamos demasiado deprisa, o

hacemos un uso algo ligero de la poca información que tenemos, y nos

vemos obligados a suponer lo que no sabemos, y nos equivocamos

con facilidad. Los rumores, los bulos, el se dice, no siempre tienen la

garantía suficiente para darles crédito, y si son asuntos graves, será

necesario, antes de repetirlos, confirmar que esas informaciones son

verdaderas, y aún así considerar después si es conveniente su difusión.

Hay momentos para hablar y momentos para callar, igual que

hay momentos para el valor y momentos para la prudencia. Y una

persona inteligente debe aprender a distinguirlos.

Superar las diferencias generacionales

Page 115: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

115

A veces se ha dicho que lo ideal sería poder vivir la vida dos

veces, para en la segunda acertar; pero lo malo es que esto no es

posible.

Sin embargo, aun en la hipótesis de que se nos brindara esa

imposible oportunidad, es muy probable que acabáramos advirtiendo

que de una vida a la siguiente han cambiado muchas cosas, y que

nuestra experiencia, unas cuantas décadas después, ya no es tan eficaz

como creíamos.

Algo parecido ocurre en la falta de entendimiento que a veces

se da entre diferentes generaciones, tanto en un sentido como en otro:

si uno se instala en su propia situación sin poner esfuerzo en asomarse

un poco a la del otro, está en un claro riesgo de encerrarse en actitudes

de seria incomunicación, y a veces incluso de intolerancia (en ambos

sentidos).

Ante las diferencias generacionales, hay que procurar hablar y

entenderse, dejar un poco de lado las posturas viscerales, y los

argumentos de autoridad (también por ambas partes), entre otras cosas

porque muchas veces esos cambios lo que cuestionan es precisamente

la autoridad que da los argumentos. Es preciso actuar con sensibilidad

e inteligencia para remontar esos años de distancia, que siempre dan

de la vida una visión distinta.

Hay personas (y este es un defecto más propio de los mayores)

que, por sistema, se enfrentan a todo lo nuevo, a todo lo que sea

distinto de lo que ellos han vivido siempre. Identifican novedad con

perdición, desconfían de todo lo que ven nacer, como si sólo los siglos

pudieran conferir bondad a las cosas, o como si toda variación en el

rumbo que lleva la sociedad fuera absurda o temeraria.

Hay un regusto rancio de pesimismo y de acritud en esos

planteamientos. Cuando repiten tanto que hoy día es una vergüenza

cómo están las cosas, que la juventud de ahora no sabe lo que es la

vida, que se ha perdido la idea de nosequé, que estamos en una

sociedad sin valores, o cosas semejantes, incurren en un quejismo que

–además de ser normalmente poco objetivo– les hace volver las

Page 116: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

116

espaldas al presente y al futuro, y que, sobre todo, dificulta la

comunicación con las nuevas generaciones.

Lógicamente, igual de injusta sería la actitud opuesta, de

considerar equivocado o ridículo todo lo que no sea nuevo, o llamar

anticuado a todo lo que sea distinto a lo que ellos están viviendo.

Y aunque esa actitud sea más frecuente en los más jóvenes,

como la otra en los más mayores, la causa de fondo no está en la edad,

pues hay abundantísimos ejemplos de personas mayores, e incluso

ancianas, que están enormemente abiertas hacia lo nuevo, igual que

hay multitud de jóvenes vivamente interesados por aprender de lo

antiguo.

Me parece que quienes manifiestan ese prejuicio obsesivo, tanto

por lo viejo como por lo nuevo, suelen haber caído en él por culpa de

su talante nada receptivo.

Hay que superar la pereza

para entender lo diferente,

lo que a lo mejor al principio

se resiste a ser comprendido.

Quizá su prejuicio proviene de que ven todo bajo el prisma de

sus propias frustraciones, y no se dan cuenta de que es un error

plantear las cosas como si la anterior o la siguiente generación tuviera

las mismas percepciones de las cosas que ellos.

Pienso que son personas que están como un poco condenadas a

perder, porque la vida no puede dejar ni de ir hacia delante ni de

aprender del pasado, así que les conviene ser más receptivas ante lo

viejo y ante lo nuevo, aunque sólo sea para no acabar viendo la vida

con la misma trivialidad de que acusan a los otros.

Hemos de amar el tiempo

que nos ha tocado vivir,

porque un hombre feliz

ha de ser un hombre

Page 117: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

117

enamorado de su tiempo.

Las situaciones ideales sólo existen en la imaginación, o en una

mala memoria, y una mente abierta siempre sabe descubrir –sin

ingenuidades– los valores positivos de la sociedad en que vive, y en

particular de la juventud; y sabe encontrar esos valores emergentes,

esos rasgos y esas sensibilidades que siempre hay, y que llenan de

optimismo el futuro de cada nueva generación.

Credibilidad personal

Para ganarse –mereciéndola– la confianza de los demás, resulta

muy útil pensar cuáles son los rasgos de la persona a la que primero

acudiríamos para confiar una preocupación seria, para desahogarnos

de una inquietud que nos agobia.

Se trata de preguntarse cuáles son las condiciones que tendría

esa persona, para así examinar nuestro propio caso y avanzar un poco.

Es muy probable que ese perfil de confianza sea el de una

persona afable y serena, cercana, asequible, que sabe escuchar, leal.

Ahora pensemos si nosotros tenemos esos rasgos, si reunimos

esas condiciones de credibilidad personal que estimulan la confianza

de otras personas, y veamos cómo procurar adquirirlas.

—Pero la confianza exige sintonía entre dos personas. La culpa

no tiene por qué estar siempre en uno mismo.

Es verdad, pero si de modo habitual no logramos ganarnos la

confianza de las personas, es bastante probable que el problema esté

básicamente en nosotros. Además, aunque estuviera sobre todo en el

otro, nosotros sólo podemos remover esa barrera del otro en la medida

en que actuemos sobre nosotros mismos para superarla entre los dos.

La comparación no es muy buena, porque son cosas muy

distintas, pero lo normal es que cuando un vendedor no vende, al que

hay que mandar a hacer un curso de reciclaje es al vendedor, no a los

posibles compradores. Si no valoran nuestros consejos, si no

generamos confianza, es probable que el principal problema esté en

Page 118: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

118

nosotros, en nuestro modo de ser, en que quizá nos falta comprender y

escuchar mejor a los demás. En ese sentido, echar demasiado la culpa

a los demás es como si el vendedor que no vende culpara siempre a

los clientes cuando el problema es su propia incompetencia, puesto

que hay otros vendedores que están vendiendo con éxito ese mismo

producto a clientes similares.

—Pero en la vida no vamos vendiendo nada, y tampoco hay que

buscar que todo el mundo tenga mucha confianza con nosotros, como

si eso fuera un fin en sí mismo.

Tienes razón, y por eso decía que traigo esa comparación sólo

para fijarnos en que no se puede culpar siempre a los demás de que no

sientan confianza en nosotros.

Respecto a lo segundo, efectivamente, cuando buscamos

mejorar nuestra credibilidad personal, procurando incorporar esos

rasgos de carácter que hemos ido comentando, no lo hacemos como

fin en sí mismo, ni como estrategia para generar morbosamente

confidencias ajenas o repartir consejos de modo paternalista. Lo que

buscamos es nuestro desarrollo humano pleno y el de los demás, una

confianza mutua que será siempre origen de un enriquecimiento

mutuo, porque ayudaremos y porque también aprenderemos mucho de

los demás.

Por esa razón hemos de escuchar con una disposición que no

sea de curiosidad, ni de afán de dominar la situación o de mostrar

superioridad, ni de un paternalismo mal entendido, o un mezquino

deseo de enterarse de todo.

Ganarse la confianza de una persona

no se parece en nada

a un deseo malsano de curiosear

en la intimidad ajena.

La confianza brota cuando

se escucha para comprender.

Page 119: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

119

Glosando ideas de Miguel Ángel Martí, podríamos decir que la

actitud correcta es la de quien escucha con verdadero deseo de hacerse

cargo, con el deseo de comprender y, si puede, aconsejar, consolar,

animar o alegrarse con la otra persona. No nos interesa sobre todo lo

que nos cuentan, sino más bien la repercusión que eso ha tenido en

quien nos está hablando: nos debe interesar más la persona que las

cosas que hayan podido sucederle, pues estas son siempre pasajeras, lo

definitivo son las personas.

Por otra parte, la credibilidad que infundimos en otros está

bastante unida a la que nosotros les damos. Creer en los demás tiene

efectos que muchas veces son sorprendentemente positivos. Todos

hemos pasado alguna vez por pequeñas crisis, por momentos en los

que nos faltaba un poco de fe en nosotros mismos, y quizá entonces

encontramos a alguien que creyó en nosotros, que apostó por nosotros,

y eso nos hizo crecernos y superar aquella situación. Goethe escribió:

Trata a un hombre tal como es,

y seguirá siendo lo que es;

trátalo como puede y debe ser,

y se convertirá en

lo que puede y debe ser.

La oportunidad de explayarse

Cuando las personas están dolidas, o pasan por cualquier

dificultad, y se les escucha con verdadero deseo de comprender,

dejándolas explayarse, sin querer contestar o precisar cada una de sus

afirmaciones, es sorprendente lo rápido que manifiestan sus

inquietudes. Desean hacerlo. En realidad, todos lo necesitamos –en

algún momento incluso desesperadamente–, pero sólo lo hacemos si

encontramos suficiente comprensión; y si no la encontramos,

tendemos a encerrarnos en nosotros mismos, nos vamos

transformando en personas que se amargan, se enrarecen y acaban

saliendo por los registros más imprevisibles y menos lógicos.

Page 120: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

120

Cuando las personas tienen

la oportunidad de abrirse,

cuando tienen la suerte de encontrar

alguien sensato que les escuche,

es frecuente que, sólo con contarlos,

desenmarañen sus problemas.

Y esto sucede muchas veces por el mismo proceso de

explicación –de verbalización– de sus problemas. Porque, sólo con

contarlos, perciben con claridad la solución, cosa que difícilmente

habrían logrado rumiándolos a solas.

—Pero en muchos otros casos más complejos no será suficiente

con explayarse para resolver los problemas.

Por supuesto, y entonces harán falta consejos claros y bien

ponderados que le ayuden a desliar la maraña. Son casos que suelen

llevar más tiempo, entre otras cosas porque su complejidad hace que

esas personas necesiten recorrer un camino más largo antes de abrir

suficientemente su intimidad. Necesitan una preparación previa, un

tiempo de conocimiento que les facilite mostrarse con confianza.

Hacerse cargo de la situación es no caer en el consejo rápido y

ligero después de una confidencia atropellada, no actuar como un

médico insensato que dijera ―mire, no tengo tiempo para hacerle un

diagnóstico, pero pruebe con este tratamiento, que es muy bueno‖.

—Pero habrá veces en que no tendremos modo de dar solución

a sus problemas.

Es cierto, pero al menos esa confianza mutua hará posible

compartirlos, y eso siempre es ya un alivio grande. Quizá esas

personas necesitan simplemente hablar, y en algunas ocasiones

incluso que no se tenga demasiado en cuenta lo que dicen.

—Pero tener poco en cuenta lo que dice una persona es tratarla

como si fuera un poco tonta, y eso sería indigno.

Page 121: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

121

Me refiero a que hay veces en que no es momento de entrar al

trapo de lo que una persona dice, sino que sobre todo hay que dejar

que termine, que se desahogue.

En esos casos, ha llegado la hora de escuchar. En la vida de

bastantes personas, las situaciones de incomprensión, cansancio,

aburrimiento, cambios de estado de ánimo, etc., a veces forman una

madeja de inquietudes que rompe en un largo discurso en donde habla

más el corazón que la cabeza, y donde el estrépito y la fuerza iniciales

suelen acabar –si se les deja tiempo hasta desahogarse– en un final

más sensato y moderado.

En esos momentos, si el que escucha no se ha percatado de qué

es lo que le pasa a quien habla, puede con sus intervenciones provocar

una verdadera catástrofe, tomando excesivamente en serio lo que está

oyendo, o adoptando en la conversación la misma actitud que el otro.

Actuando así, no sólo no deslía la madeja de quien habla, sino que con

ella se enreda también quien le contesta. La persona que se siente

agobiada, no necesita un interlocutor que le conteste y discuta, pues

con eso sólo consigue sobrecargar sus ya maltratados nervios. Lo que

necesita es una actitud de escucha, de interés, de comprensión.

Esa actitud nos llevará a dejar hablar, a omitir comentarios

innecesarios sobre cuestiones parecidas a las que estamos oyendo, que

quizá vendrían a cuento pero romperían el hilo de su desahogo. Hay

que dejar espacio por delante a quien siente la necesidad de hablar, y

no interrumpirle, a no ser que nos lo pida, y comprender que en ese

momento él es el protagonista, no nosotros.

Y saber demostrar nuestra atención con el silencio, con la

mirada, quizá con un pequeño movimiento de cabeza, a lo sumo con

una sencilla pregunta si hay alguna cuestión que no entendemos, o en

esos momentos en los que –se ven muy claros– es preciso preguntar

para reabrir el cauce de una confidencia que amenaza con extinguirse

prematuramente.

Hay personas que digieren con facilidad las contrariedades y

dificultades que cada jornada lleva consigo. Pero hay otras, en

cambio, cuyos sufrimientos parecen ir amontonándose en su interior

Page 122: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

122

hasta que llega un momento que tanto dolor parece superior a sus

fuerzas. Es entonces cuando la presencia de otro puede ayudar a

eliminar eso que no se ha sabido digerir en el día a día. Necesitan a

alguien que les ayude con su actitud humanitaria a hacer humo de

todas esas astillas que se les han ido clavando, y que no han podido

arrancar por sí solas.

—¿Y por qué crees que alivia tanto?

Fundamentalmente porque ayuda a aclararse sobre lo que a uno

le está ocurriendo, y facilita caer en la cuenta de la mayor o menor

importancia de cada una de las cosas que se están verbalizando. No

hay que olvidar que, como decía Ortega, muchas veces lo peor que

nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa.

Exteriorizar lo que a uno le pasa

produce siempre un desahogo afectivo.

De esta manera, al hilo de la propia exposición, se van

encontrando soluciones, o sencillamente se comprende una vez más

que a la vida quizá no se le puede pedir más de lo que en ese momento

nos da.

Si la persona que escucha es capaz además de esbozar

brevemente algún comentario inteligente y oportuno, es probable que

el otro, aunque a veces en ese momento quizá no lo valore demasiado,

al menos sí lo guarde en su memoria y le sirva de ayuda más adelante,

cuando reflexione sobre aquello, que lo hará.

—Pero a mucha gente le cuesta bastante depositar su confianza

en otros. Cuesta, por ejemplo, ganarse la confianza de los hijos a

determinadas edades, o de nuestros compañeros, o de nuestros

vecinos.

Si uno se esfuerza realmente en escuchar, y escuchar con deseo

de comprender, es fácil que se sorprenda al comprobar la confianza

con que se acaban manifestando las personas.

—O sea, que tiene su técnica y hay que aprenderla.

Sí, pero no es cuestión de técnica (aunque la hay).

Page 123: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

123

Ganarse la confianza

de una persona

ha de ser consecuencia

de un deseo sincero de ayuda.

De lo contrario, si buscáramos la confidencia de una persona sin

sinceridad, sin aprecio, sin importarnos realmente su dolor, esa

confidencia, si es que llegara a producirse, sería más bien una invasión

inmoral de la intimidad ajena, que dejaríamos expuesta y herida.

Ganarse la confianza requiere ser grandes escuchadores,

personas que saben mostrar una aceptación y comprensión tales que

quien habla no sienta reparo en ir descubriendo su intimidad, capa tras

capa, hasta llegar al lugar donde está supurando el problema, para

prestarle entonces nuestra ayuda desinteresada.

Desde el momento en que una persona adquiere confianza con

otra, se abre hacia el futuro un camino de mutua satisfacción. Cuando

una persona –por decirlo así– deja abierto el interruptor del circuito

comunicativo con otra, pocas veces desaprovechará la oportunidad de

hablar de sí misma, de sus inquietudes y de sus sentimientos. Y eso

ayuda mucho a hacer la vida verdaderamente humana.

Operaciones de cirugía

Hemos dicho que consolidar una relación de confianza –con un

amigo, con un compañero, con tu cónyuge, con uno de tus hijos–

requiere una buena dosis de paciencia, y que de ordinario no conviene

empujar ni presionar nada.

Sin embargo, hay situaciones más extraordinarias en las que las

cosas pueden ser algo distintas.

Por ejemplo, imagínate que has sabido a través de terceros que

una persona te oculta algo de importantes consecuencias y que, por su

bien y por el tuyo, es preciso aclararlo. Esto puede suceder en el

ámbito familiar con uno de tus hijos, porque descubres quizá unas

mentiras en cuestiones escolares, o pequeños robos, o que bebe más

Page 124: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

124

de la cuenta cuando sale con sus amigos, o incluso que ha hecho sus

primeras incursiones en el mundo de la droga, blanda o dura (y

sabemos bien que no se trata de posibilidades tan lejanas hoy para el

ciudadano medio). O puede sucederte en el ámbito laboral, porque

descubres una deslealtad de un compañero, o un atropello de tu jefe, o

una camarilla de críticas entre unos subordinados, o lo que sea. O

puede tratarse de una dificultad de entendimiento con tu cónyuge, tu

hijo o tu suegra. O a lo mejor eres un adolescente que por una serie de

detalles has visto ir deteriorándose la relación con tu padre o tu madre,

hasta hacerse muy desagradable. O estás pasando un momento difícil

en el noviazgo, o ves cómo una serie de agravios y malentendidos han

llegado a enfriar una relación de amistad antes muy gratificante.

Son todas ocasiones que pueden presentarse y se presentan con

cierta frecuencia. Es difícil dar reglas generales, pero en muchas de

ellas sería un error –a veces un daño grave– dejar pasar las cosas y

perder torpemente la oportunidad de tener una amplia conversación

clarificadora con la persona en cuestión. Las situaciones pueden ser

muy diversas, y es fácil que puedan en su comienzo resultarnos

costosas, e incluso algo violentas, y exijan por nuestra parte un cierto

ejercicio de fortaleza personal.

Lo que nunca conviene es

ignorar neciamente la realidad:

los problemas no desaparecen

por ignorarlos.

Las cosas que no se aclaran a su debido tiempo van formando

como un muro de escoria entre las personas, una barrera que se va

endureciendo poco a poco a base de inercias y cobardías, produciendo

incomprensiones y agravios cada vez más lacerantes, y es una lástima

dejar que ese muro crezca hasta hacerse inderribable.

Si vemos, por ejemplo, que alguien quizá no está siendo sincero

con nosotros, y hay motivos que reclaman una solución a esa situación

anómala, conviene afrontar el problema con decisión y lealtad. Será

preciso comprobar las cosas que parece que no cuadran, atar cabos,

contrastar, aclararse, hablar. Y no con una necia o dolida

Page 125: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

125

desconfianza, sino con un diligente y respetuoso deseo de arrojar luz y

aire fresco sobre una relación que vemos –porque se nota– que se está

enrareciendo.

Son conversaciones muchas veces difíciles, pero es preciso

afrontarlas. A veces será necesario pasar por momentos de cierta

tensión, porque serán verdaderas operaciones quirúrgicas, en las que

quizá haya que causar dolor, porque es preciso abrir hasta dejar a la

vista el tumor, y así poder curar.

Hay que pensar bien la conversación,

y acometerla con valentía,

ofreciendo nuestra sinceridad

y nuestra franqueza

al tiempo que solicitamos la suya.

Y procurar dejarle una salida fácil, sin poner su amor propio en

contra de la sinceridad, sino a favor. Y plantear las cosas dejando fácil

que se desahogue por completo, ayudándole con preguntas sencillas,

quizá incluso aventurando delicada y prudentemente lo que

suponemos que está en su mente y no termina de salir a la luz; y lo

hacemos incluso pasándonos un poco, para que simplemente tenga

que asentir, o matizar a la baja lo que nosotros hemos dicho y quizá a

él le costaría decir por sí mismo.

Quizá, además del dolor propio, causemos también en el otro un

dolor inicial, pero es preciso hacerlo, con la delicadeza necesaria,

porque muchas veces será la única forma eficaz de ayudar, y otra cosa

sería engañarnos, algo así como querer curar un cáncer a base de

esparadrapo y mercromina. La cirugía de la sinceridad, si se hace bien,

desatasca el cauce de la confianza y hace brotar ese agradecimiento

grande que nace del desahogo.

—Supongo que en los casos en que, después de una cirugía

profunda, haya salido a la luz un problema serio, de los que humillan,

el postoperatorio puede ser largo...

Page 126: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

126

Sí, y entonces hay que saber profundizar en la psicología de

esas personas en esos momentos, saber hacerse cargo del temporal que

puede haberse desatado en su interior, de su posible desesperanza, de

su tentación de dar un desplante y tirarlo todo por la borda si no

encuentra en nosotros la acogida que él esperaba a su sinceridad. La

clave está en saber valorar la dificultad que el otro puede tener para

asimilar la humillación que subjetivamente le haya podido suponer.

—De todas formas, supongo que lo ideal sería que raramente

hiciera falta esa cirugía porque haya suficiente confianza.

Por supuesto. Si uno procura ser asequible, y se ocupa de ser

receptivo a los problemas que surgen, pocas veces se presentarán

problemas serios, porque se detectarán cuando son aún pequeños y

pueden resolverse de forma sencilla.

Hay que saber aprovechar los momentos favorables, esas

ocasiones en que se percibe una mayor confianza, cuando se distingue

en la mirada un matiz que invita a la confidencia, una especie de

receptividad especial por parte de la otra persona. Es una pena dejar

escapar esos momentos en que resulta mucho más fácil hablar de una

forma lúcida y relativamente serena acerca de esos temas delicados

que necesitábamos tratar, sobre todo en aquellas relaciones personales

en las que esos momentos no son frecuentes.

También hay que procurar llegar a tiempo. En esto sucede como

en la medicina: se adelanta mucho si se detecta el mal en sus

comienzos, cuando los síntomas son menos notorios. Es verdad que

entonces es más difícil hacer el diagnóstico, y deducir cuál es el mal,

pero también se cura mucho más fácilmente. En cambio, después,

aunque el diagnóstico fuera perfecto, ya no es tan fácil curar. Y

siguiendo esa comparación, podría decirse que hay que apostar

decididamente por la medicina preventiva: favorecer estilos de vida

sanos, diagnosticar a tiempo y dar tratamientos que curen pronto y sin

secuelas: ahí se demostrará la calidad de nuestras relaciones humanas.

Se trata, por ejemplo, de crear a nuestro alrededor un clima que

inspire confianza, que fomente la sinceridad y lealtad mutuas; de ser

personas de talante positivo, animante, abierto, alentador: que la

Page 127: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

127

gente, después de hablar con nosotros, después de escucharnos, se

sienta optimista, alegre, ilusionada (y eso aunque alguna vez hayamos

tenido que decirles –por su bien– cosas fuertes); de ser personas que

no se atrincheran en sus propias afirmaciones, como un retórico

grandilocuente que se encastilla en sus excesivas seguridades; de ser

personas que escuchan, que desean sinceramente enriquecer su mente

con la aportación de los demás.

Cuanto más profundamente comprendemos

los problemas de los demás,

más apreciamos a esas personas, y

más respeto sentimos por ellas.

para recordar...

El éxito en la vida

viene de saber afrontar

las inevitables faltas de éxito

del vivir de cada día.

Hay una cuestión clave

en cualquier relación personal:

procura primero entenderle tú,

y sólo después,

procura que te comprenda él.

para pensar...

El tiempo es limitado;

no se puede comprar;

no espera a nadie;

Page 128: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

128

no se almacena ni se ahorra;

pasa lenta pero inexorablemente;

es lo mejor repartido:

todo el mundo tiene

la misma cantidad cada día.

para ver...

§ La viuda de San Pierre (Patrice Leconte).

§ El patriota (Roland Emmerich).

§ Prueba de vida (Taylor Hackford).

para leer...

§ Stephen R. Covey, Los siete hábitos de la gente altamente

efectiva, Ed. Paidós.

§ Mario Clavel, Saber hablar, Ed. Rialp.

§ Carlos Ros, Los estudios y el desarrollo intelectual, Col.

Hacer Familia nº 17, Ed. Palabra.

para hablar...

Mantener una conversación entre los padres sobre cómo ayudar

a cada uno de sus hijos a sacar un mayor rendimiento de su tiempo y

de sus talentos personales.

Comentar en un rato de tertulia familiar algunas de las posibles

barreras a la comunicación que hay en la convivencia de la familia.

para actuar...

SITUACIÓN:

Natalia tiene 18 años y acaba de empezar su carrera

universitaria. Es una chica muy activa. Todo le atrae y le interesa. El

problema es que no sabe medir bien sus posibilidades y se ilusiona

con muchas cosas que nunca consigue terminar. Llega tarde a todo, se

Page 129: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

129

le olvidan las cosas, y se siente agobiada por no poder cumplir lo que

se ha comprometido a hacer.

El curso avanza y el susto de los primeros exámenes es

tremendo. Ha suspendido todas las asignaturas menos una. Está

estresada y hundida.

OBJETIVO:

Hacer rendir el tiempo.

MEDIOS:

Aprender a organizarse.

MOTIVACIÓN:

Podrá hacer más cosas, con menos tiempo, y cansándose menos.

HISTORIA:

Sus padres, al saber los resultados de los exámenes, se

enfadaron muchísimo. Luego, al ver que su hija estaba tan hundida, se

dieron cuenta de que el enfado no era la mejor solución, y menos

estando su hija como estaba.

Pensaron que había que hablar con ella y cambiar de actitud.

Era mejor ayudarle de manera práctica y positiva, en vez de querer

resolver las cosas a base de broncas o castigos. Quedaron en que sería

la madre quien hablaría con ella.

La madre de Natalia buscó un momento adecuado para charlar

con calma. Primero dejó tiempo a que su hija se desahogara por

completo, cosa que ella agradeció muchísimo, pues –como le dijo

después– ―la verdad, mamá, es que no estaba para sermones...; me

habría puesto como una fiera‖.

Cuando la chica estaba ya más serena y animada, empezaron a

hablar del futuro. ―Mira, Natalia –le dijo su madre con un tono

tranquilo y animoso–, un pequeño batacazo en los estudios no tiene

más importancia. Lo malo es dejar que el desorden nos gane terreno,

porque eso sí que es peor. Además, lo que más cansa es el desorden.

Trabajar..., cansa mucho menos. Estamos todo el día haciendo cosas, y

Page 130: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

130

nos cansamos, es verdad, pero tampoco tanto. En cambio, nos

sentimos mucho peor, mucho más cansados, cuando, por desorden,

hemos atropellado las cosas: esto que se nos ha olvidado, aquello que

no habíamos previsto y nos ha llevado el doble de esfuerzo, esa cita a

la que hemos llegado tarde, ese detalle de desconsideración que hemos

tenido simplemente por ir tan acelerados, eso otro que hemos dejado

mal por comprometernos sin haberlo pensado bien, o por no saber

decir que no...‖. Natalia escuchaba con atención. Se sentía retratada en

esa descripción sobre el desorden.

Su madre había hablado de todos esos defectos en plural, como

incluyéndose ella, y, gracias a eso, lo que decía no resultaba hiriente.

―Si lo pensamos bien –prosiguió–, el desorden es agotador. En

cambio, con un poco de orden, podemos hacer muchas más cosas, con

menos tiempo, y cansándonos menos. Tú, Natalia, tienes ilusión por

hacer muchas cosas –ahora se dirigía a ella en singular, para

estimular–, porque veo que eres una mujer activa, con muchas

ilusiones y proyectos en la vida. Si consigues ser una persona

ordenada, llegarás muy lejos‖.

Hablaron bastante más, y la eficacia de aquella conversación

fue sorprendente. Su madre supo activar sus ilusiones, que eran

muchas, en vez de pretender solucionar el asunto a base de controles y

restricciones, que era lo que Natalia se temía que sucediera. Quedaron

en charlar con frecuencia sobre detalles de organización, con toda

confianza. Las dos leyeron un libro sobre gestión del tiempo, y lo iban

comentando, haciéndose bromas, con gracia.

Natalia se compró una agenda electrónica y se propuso

seriamente llevarla siempre encima, apuntar todo, y mirar con mucha

frecuencia lo apuntado. Se dio cuenta de su gran eficacia como

instrumento de planificación, como almacén de datos, e incluso como

memoria auxiliar. Anotaba en la agenda todo lo que se le ocurría, sin

interrumpir el trabajo que estaba haciendo. Cada día dedicaba un

tiempo a organizarse: temas pendientes, llamadas, correo electrónico,

etc.

También se propuso tener bien ordenada su mesa, el armario,

las estanterías, sus apuntes, etc. Se dio cuenta de que ganaba mucho

Page 131: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

131

tiempo ordenando las cosas en el momento, y que además así luego

las encontraba enseguida.

Otro gran descubrimiento fue darse cuenta de que caía con

frecuencia en la llamada ―pereza activa‖. Es muy fácil estar siempre

ocupado, pero hay muchas ocupaciones que son pura y simple evasión

de las cosas que nos cuestan más, y nos autoengañamos. Natalia se

propuso esforzarse en ese punto, llamando a las cosas por su nombre,

y en pocos meses dio grandes pasos. Aprendió a decir que no a cosas

que le apetecían pero no debía comprometerse, y a establecer unas

prioridades en la organización del tiempo.

RESULTADO:

Pronto comprobó lo cierto que era eso de que con un poco de

orden el tiempo se multiplica, y se multiplican también las

satisfacciones, en la misma medida en que se ahorran disgustos y

ansiedades.

PARTE TERCERA ―C‖: UNA CABEZA BIEN

AMUEBLADA

Hay mucho que saber,

y es poco el vivir,

y no se vive si no se sabe.

Baltasar Gracián

Capítulo 8: CULTURA, RENOVACIÓN, FORMACIÓN

No tengo tiempo

Preparación personal

Cultura

Cabezas bien hechas, no bien llenas

Page 132: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

132

La historia no es útil

tanto por lo que nos dice del pasado

como porque en ella se lee el futuro.

J. B. Say

No tengo tiempo

Un hombre trabaja serrando árboles en un bosque. Pone mucho

empeño y, sin embargo, está angustiado por el bajo rendimiento que

obtiene de su prolongado esfuerzo. Cada día le lleva más tiempo

acabar su tarea, de modo que le sorprende la noche cuando aún le

quedan bastantes troncos por serrar.

En su afán por trabajar cada día más, no se da cuenta de que esa

lentitud se debe a que tiene muy gastado el filo de la sierra. Un buen

día se le acerca un compañero y le pregunta:

—Oye, ¿cuánto tiempo llevas con este árbol?

—Más de dos horas.

—Es raro que lleves tanto tiempo si trabajas a ese ritmo..., ¿por

qué no descansas un momento y afilas la sierra?

—No puedo parar, llevo mucho retraso.

—Pero luego irás más deprisa y pronto recuperarás los pocos

minutos que supone afilar la sierra.

—Lo siento, pero tengo mucho trabajo pendiente y no puedo

perder ni un minuto.

Y así concluyó aquella conversación.

Algo muy parecido a este diálogo se repite con frecuencia en el

interior de muchas personas preocupadas por problemas que afectan

seriamente a sus vidas. Se plantean que quizá deben mejorar su

Page 133: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

133

preparación profesional, que deben aumentar su cultura, que tienen

que formarse, que necesitan una renovación personal que les saque de

su fatigosa y rutinaria monotonía...; pero al final concluyen que no

tienen tiempo, que tienen tanto trabajo que no pueden perder ni un

minuto en teorías.

—Me parece que en muchos casos la culpa está en que la

formación es efectivamente muy teórica y no resuelve los problemas

que tiene la gente.

De acuerdo, pero la solución entonces es procurarse una

formación que no sea tan teórica y se adapte a las propias necesidades,

pero no renunciar a la formación.

El riesgo de caer en agotadoras disquisiciones teóricas no debe

hacernos desdeñar la buena y sana teoría de las cosas. Es preciso

encontrar un equilibrio, porque muchas veces, cuando alguien dice

que la teoría no le interesa, que ya se la sabe, lo que probablemente le

suceda es que esté confundiendo la teoría con una vaga y soporífera

verborrea, puesto que no hay nada más práctico que una buena teoría.

Y a bastantes que aseguran no querer ni oír hablar de teorías lo que

quizá les falle es precisamente la teoría (en el buen sentido del

término). O, visto de otra manera, lo que les pierde es una teoría de

segundo grado:

Lo que les pierde es

la teoría del

desprecio por la teoría.

Atender con esmero a la propia formación es decisivo para la

mejora del carácter y, en general, para alcanzar una vida lograda. El

problema es que casi todas las actividades encaminadas a mejorar

nuestra formación son de esas actividades importantes pero no

urgentes (aquel famoso cuadrante II) que, por no apremiarnos en el día

a día, muchas personas suelen dejarlas para un hipotético momento

futuro que luego nunca llega.

Preparación personal

Page 134: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

134

Si consideramos los diversos ámbitos de la propia preparación

personal, podríamos hablar en primer lugar de un nivel referido a lo

estrictamente corporal: atender al cuidado de la salud, llevar una

alimentación sana y equilibrada, hacer el necesario ejercicio físico,

etc.

Estas exigencias pueden resultar bastante costosas para algunas

personas. Y si uno no está acostumbrado a ellas, al comenzar a

tomarlas más en serio, es fácil que el cuerpo proteste contra el cambio,

y quiera seguir en su cómoda cuesta abajo de la vida: comer y beber lo

que nos venga en gana, desdeñar el ejercicio físico, ser negligentes en

el cuidado de la salud, etc. Se necesita un tiempo para acostumbrar al

cuerpo a esa disciplina, pero a medida que se logra, uno se encuentra

con más energía y mejor humor, las actividades normales van

resultando menos costosas y aumenta la capacidad para hacer cosas

más exigentes.

Si pasamos a analizar otro nivel más alto de nuestra preparación

personal, referido por ejemplo a nuestras capacidades intelectuales, es

probable que advirtamos que nuestras circunstancias de vida quizá no

nos empujan a usar mucho de ellas. Depende mucho del tipo de

ocupaciones de cada uno, pero sucede con frecuencia a quien ha

dejado ya la disciplina exterior de sus obligaciones de estudiante, y su

trabajo tampoco le obliga a ejercer con exigencia su capacidad de leer,

o de pensar analíticamente, o de expresarse por escrito con un mínimo

de riqueza y corrección.

—Lo malo es que, si el trabajo no nos lo exige, luego, en el

poco tiempo libre que uno tiene, tampoco está uno para demasiadas

florituras intelectuales...

Tampoco se trata de caer en un obsesivo afán de ejercer las

capacidades mentales, de la misma manera que hacer periódicamente

un poco de ejercicio físico no es pasarse las tardes en un gimnasio

dedicado al culturismo. Pero si nos detenemos a pensar en cómo

empleamos nuestro tiempo libre, quizá advirtamos que pasamos

bastante tiempo con distracciones demasiado pasivas y que nos

aportan muy poco, y que podríamos dedicarnos más a otras que nos

aportarían más, y que también descansan más.

Page 135: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

135

Un ejemplo típico es la televisión. Ser capaz de autorregularse

en su uso con sensatez y equilibrio es un hábito que puede tener unas

importantes consecuencias para el futuro de una persona.

—¿No exageras un poco?

Me refiero a que un consumo excesivo e indiscriminado de

televisión supone perder la ocasión de hacer muchas cosas en la vida.

Basta pensar que si una persona dedica tres horas diarias a ver

televisión –y aún estaría por debajo de la media del mundo

occidental–, ese tiempo supone casi la quinta parte del que se pasa

cada día levantado de la cama. O sea, que es como dedicar quince

años de la vida a ver la televisión quince horas diarias. Y en ese

tiempo realmente se pueden hacer muchas cosas.

—Es cierto, pero supongo que viendo la televisión también se

pueden aprender cosas.

Hay programas que efectivamente tienen una alta calidad, bien

por su contenido formativo o informativo, o incluso de

entretenimiento y de descanso, y es verdad que pueden enriquecernos

y ayudarnos mucho. Pero también es cierto que muchos otros

sencillamente nos hacen perder el tiempo (y eso sin contar con los que

puedan influirnos negativamente, que también los hay).

Además, si resulta que vemos la televisión a granel, sin que

medie una selección y búsqueda de los espacios que de verdad nos

interesan, tragándonos todo, de un canal a otro, todas las tardes, todas

las noches, lo que haya... eso habría que calificarlo de adicción, y sus

efectos no pueden ser positivos. La televisión es un buen siervo pero

un mal amo, y no debemos dejar que su uso nos domine, sino ser

capaces de emplearla con moderación y sensatez.

—¿Y cómo es que, hablando de la preparación personal, has

casi empezado hablando de la televisión, y con tanta insistencia?

Quizá porque es la ocupación –quitando el trabajo y el sueño– a

la que dedica más tiempo cada día el ciudadano occidental de tipo

medio. Y parece claro que de ahí es de donde más tiempo puede sacar

para su preparación personal en todos los ámbitos.

Page 136: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

136

Cultura

La vida de un hombre sin cultura es como una llanura desértica.

La cultura nos facilita interpretar la realidad del mundo que nos rodea.

Con la cultura podemos despejar un poco de ese misterio que somos

cada hombre. La cultura enriquece al hombre, le lleva a profundizar en

sus raíces y en su historia. La cultura nos pone sobre la pista de

nuestro pasado, nos hace valorar lo que ha sido nuestra andadura sobre

la tierra –la nuestra personal y la de toda la historia del hombre–, y

nos empuja –si es verdadera cultura– hacia la verdad y, por ella, hacia

la libertad.

—Pero supongo que la cultura de un hombre no se improvisa.

Para llegar a tener un pensamiento y unas valoraciones profundas y

acertadas, será preciso dedicar mucho tiempo y esfuerzo.

Tiempo y esfuerzo, y también acierto, puesto que ser culto no es

tanto saber muchas cosas como tener una explicación coherente, y en

clave de verdad, de lo que es el hombre y el mundo que le rodea.

Lo importante no es tener muchos conocimientos, sino que esos

conocimientos nos ayuden a dar una respuesta acertada a los

problemas nuestros y de quienes nos rodean. Porque, de lo contrario,

¿de qué nos sirve tener muchos conocimientos, si luego resultan

fragmentarios y contradictorios, si no sabemos la verdad que pueda

haber en ellos? Sin un criterio de verdad, la multiplicidad de

conocimientos desemboca en una erudición simple y ramplona, pero

no en una verdadera cultura. Cultura es todo y sólo aquello que ayuda

al ser humano a ser plenamente hombre.

El término cultura viene del latín, del verbo colere: cultivar. Su

empleo era metafórico, y es Cicerón quien insiste en que al igual que

una tierra sin cultivar, por buena que sea, sólo produce abrojos, el

espíritu del hombre necesita ser ejercitado para producir los frutos que

le son propios.

Y para cultivarse cada día un poco más, el hombre ha de tener

un proyecto mínimamente definido. Cada uno ha de buscar una

síntesis personal de sus intereses y necesidades culturales, y de este

Page 137: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

137

modo contribuir a forjar conscientemente su propia personalidad y su

actitud ante la vida. Sólo así podrá superar la seductora mediocridad

de esas subculturas superficiales y masificadas que a veces parece que

se nos quieren imponer, con una sutil y terca persistencia, y contra las

que es preciso oponer una auténtica búsqueda que nos sirva para

aprehender la realidad, vivir en ella y saber a qué atenernos.

La verdadera cultura

ha de servir para

interpretar correctamente la vida.

La verdadera cultura ha de hacer la vida más humana, ha de

hacernos descubrir sus posibilidades más genuinas y apuntar a sus más

auténticas aspiraciones. El hombre no se agota en su biología, sino

que tiene todo un mundo interior: puede ser sabio o ignorante,

cultivado o tosco, lleno de luces o cubierto de sombras, ordenado o

caótico, coherente o ilógico, puede buscar la verdad o intentar de

algún modo sobrevivir en el sórdido mundo del error, la ignorancia o

la mentira.

Cultivar el propio mundo interior tiene siempre su consiguiente

reflejo en el exterior de cada persona. Y no sólo en su carácter, sino

hasta en lo aparentemente más inmotivado del porte externo: la

mirada, los gestos, el rostro, el mismo tono de la voz; todo eso es

matizado, vivificado y mediatizado por el propio talante personal, por

la propia forma de ser, que nace de lo más profundo del hombre: allí

es donde al hombre se le presenta la apasionante oportunidad de

cultivarse, de proyectarse, de hacerse a sí mismo.

Por eso, un buen camino para mejorar el propio carácter es

enriquecer el propio mundo interior. Así, lo que de ese mundo interior

salga luego al exterior se parecerá lo más posible a lo que uno anda

buscando.

—Pero a veces parece que la cultura se promociona demasiado

a golpe de marketing, y que los medios de comunicación imponen

mucho las modas y hacen como de filtro del gusto mayoritario.

Page 138: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

138

Precisamente por eso conviene presentar una cierta resistencia a

esos embates del marketing cultural. Y como no sirve de mucho

añorar tiempos mejores (que además quizá nunca existieron), lo mejor

es –como sugiere Ignacio Aréchaga– resistir a esa uniformización con

métodos más plurales de selección: en vez de guiarse sólo por la lista

de best-sellers, perder tiempo hojeando libros en las librerías y

compartiendo los hallazgos con gente cuya opinión valoramos; no

sentirse raro por elegir una película recomendada de boca a oreja, en

vez de aquella otra promocionada al alimón en todos los dominicales;

o descubrir ese programa de televisión que aporta algo, aunque esté

permanentemente expulsado del prime time.

Cabezas bien hechas, no bien llenas

Con el saber, entendido como un serio compromiso de

búsqueda de la verdad, vienen siempre al hombre grandes bienes.

La ignorancia, por el contrario, está casi siempre en el origen de

los comportamientos autoritarios, de los conflictos absurdos, de las

descalificaciones necias, de los insultos y las agresiones. La

ignorancia es simplificadora, drástica en sus afirmaciones, amiga de

trivializar y poco aficionada a matices o aclaraciones.

Sócrates decía que

lo peor del ignorante

no es que no sepa,

sino que no sepa que no sabe.

Por eso, ganar terreno a la ignorancia –sobre todo a la no

reconocida, que es la más peligrosa– es uno de los grandes retos para

la vida de cualquier sociedad, de cualquier institución, de cualquier

familia, de cualquier persona.

—Para ganar terreno a la ignorancia será preciso mejorar la

formación, pero habría que precisar primero cómo debe ser una buena

formación.

Page 139: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

139

Una buena formación –apunta José Antonio Ibáñez-Martín– no

puede reducirse a un simple enciclopedismo, a almacenar datos en la

cabeza.

Educar es formar

cabezas bien hechas,

no bien llenas.

Una buena formación exige en primer lugar un conjunto de

conocimientos que permita mejorar cualitativamente nuestra

existencia. No se trata de almacenar datos, sino de lograr un conjunto

de saberes bien estructurado: unos amplios conocimientos de la propia

especialidad profesional, junto a un deseo universal de tener un

mínimo de iniciación a otros saberes.

En segundo lugar, es preciso buscar la formación del juicio: de

ese juicio que en ciencia significa espíritu crítico y método, que en

arte se llama gusto, y que en la vida práctica se traduce en

discernimiento y lucidez.

Junto a esa formación en los conocimientos y en el juicio, es

preciso añadir, en tercer lugar, el ejercicio de las virtudes individuales

y sociales, así como el cultivo de otras dimensiones humanas, porque

bien sabemos que para vivir con acierto no basta con el conocimiento.

Los hombres de bien

no se identifican simplemente

con los que saben ética,

ya que luego

hay que ponerla en práctica.

La formación debe despertar en lo más profundo del corazón

del hombre una atracción hacia los valores. Debe descubrir la vida

como un proyecto que parte de una plataforma que no hemos

escogido, pero que discurrirá por los cauces que nos marquemos.

Como afirmaba Ortega,

Page 140: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

140

la vida nos ha sido dada,

pero no nos ha sido dada hecha.

Platón, por ejemplo, aseguraba que el objetivo de la educación

es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano, e insistía

en que no puede calificarse de educativa una tarea orientada a

transmitir conocimientos que no vayan acompañados de la razón o la

justicia. Séneca también señalaba que una buena educación ha de

dotar a la persona de una sólida contextura moral, que le haga avanzar

en la adquisición de la ciencia del bien y del mal.

La formación ha de ayudar a orientar rectamente el uso de la

libertad. Y esto exige primero la enseñanza del bien y después el

aliento para ponerlo por obra mediante un responsable compromiso

personal:

Lucidez para ver lo que debemos hacer

y fuerza para querer hacerlo,

pues los hombres no somos

como unas máquinas

que basta con programar.

Junto al desarrollo de la inteligencia debe estar la consolidación

de la voluntad y la educación de los sentimientos.

—Y supongo que gran parte de ese aliento al que te refieres

debe estar en el buen ejemplo que se recibe.

El ejemplo es, sin duda, muy importante. Pero lo

verdaderamente decisivo es que ese buen ejemplo nos lleve a un

compromiso personal por avanzar en ese camino. Un camino que

requiere esfuerzo, sentido del deber, disciplina personal y sacrificio.

—Pero deber, disciplina y sacrificio suenan un poco a antiguos

estilos voluntaristas...

No se puede negar la necesidad de purificar alguno de estos

conceptos para descontaminarlos de ciertos resabios negativos que les

han dado un aire frío, rígido y pasivo. Son términos que se han

Page 141: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

141

empleado muchas veces en un contexto muy poco educativo, es

verdad, pero eso no puede llevarnos a minusvalorar la importancia del

esfuerzo, pues sin él casi nada valioso puede lograrse, ni en la vida

intelectual ni en la moral.

Capítulo 9:UNA PROGRESIVA COLONIZACIÓN DE

NOSOTROS MISMOS

Independencia y formación

Apertura y receptividad

Cuidado del espíritu

El peligro de la trivialidad

Forjar el carácter: el león y la gacela

Quienes viven en armonía con su conciencia

muestran siempre un semblante atractivo.

Aleksander Solzenytsin

Independencia y formación

—De todas formas, hay gente que piensa que formar a otros en

unos valores supone una imposición de esos valores. Dicen que

debería ser cada uno quien reconozca los que le interesen; que formar

a otros en unos valores determinados es forzar a las personas,

ahormarlas, someterlas a una influencia más o menos autoritaria y, en

esa medida, destructora de la originalidad personal.

Sin embargo, parece claro que toda nuestra existencia está tejida

con aportaciones de los demás, y que sería ridículo querer eludir de

modo absoluto su influencia. Basta pensar en el proceso que sigue

Page 142: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

142

cualquier persona desde su nacimiento: el hombre viene al mundo

como el más desvalido de los vivientes, incapacitado para casi todo

durante largos años; y así como su desarrollo corporal no se produce

sin una alimentación proporcionada por otros, algo parecido ocurre

con su inteligencia, cuya potencialidad se desarrolla mediante la

influencia de los demás, una influencia que –al menos durante los

primeros años– resulta totalmente imprescindible. De hecho, los

escasos ejemplos conocidos de niños que se criaron de modo salvaje,

al margen de la civilización, muestran a las claras esa realidad.

Los más recientes estudios acerca de los factores que influyen

en el desarrollo de la inteligencia –vuelvo a glosar al profesor Ibáñez-

Martín–, coinciden en otorgar un considerable valor, al menos

estadísticamente hablando, al medio cultural en que se ha vivido. El

hombre apenas puede progresar en su propia vida, intelectual o moral,

sin ser auxiliado por la experiencia colectiva que han acumulado y

conservado las generaciones pasadas. Podría decirse que la sociedad

atesora el pasado, y que gracias a ella en el hombre hay progreso e

historia.

La pretensión de que todas nuestras acciones fueran realizadas

de modo absolutamente autónomo y personal, significa desconocer la

limitación del hombre. La búsqueda de la absoluta autonomía personal

llevaría a una existencia empobrecida y agobiante, e incluso irracional

en la medida en que sólo admitiría soluciones originales, renunciando

sistemáticamente a todas las comprobadas y claras realidades que la

humanidad ha ido acumulando a lo largo de los siglos.

Apertura y receptividad

Es un triste error pensar que cualquier cosa que hagamos, para

que sea verdaderamente personal, debe hacerse de modo totalmente

original y solitario, ajeno a toda influencia o colaboración.

Como si cualquier influencia

atentara de inmediato

contra nuestra personalidad.

Page 143: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

143

Eso supondría confundir el hecho de tener personalidad con

adoptar una actitud de autosuficiencia y absolutez, que es un desatino

de los más frustrantes en que se puede caer.

—Pero en esto puede haber grados, y siempre será bueno dejar

un margen amplio a la creatividad personal...

Por supuesto, aunque cuidando cada uno de procurar no

confundir la creatividad con esa vanidad pseudoinfantil que a algunos

les hace pensar que están llamados a introducir novedades geniales en

todo lo que hacen, y que además lo lograrán partiendo únicamente de

sí mismos, sin contar con aportaciones ajenas.

—Desde luego, eso sería confundir la espontaneidad con la

sabiduría.

La verdadera creatividad precisa siempre de un equilibrio: no es

ni el originalismo necio de quien busca llevar la contraria a todo lo

establecido; ni la producción serializada y gris de quien es incapaz de

introducir una aportación personal en nada de lo que hace; ni tampoco

el originalismo mimético de esa gran oleada de mediocres que suele

seguir a los verdaderos creadores, imitando ingenuamente su estilo sin

llegar a captar su sustancia.

—Entonces, volviendo a lo de la influencia de los demás en

nuestro desarrollo personal, ¿qué crees que corresponde a uno mismo

en esa tarea?

Ninguno nos hemos dado a nosotros mismos la vida, ni hemos

determinado las características de nuestra personalidad. Sin embargo,

a nosotros corresponde desarrollarla.

La plena realización de nuestra

personalidad es como

una progresiva colonización

de nosotros mismos.

Y para lograrlo, no tiene por qué ser obstáculo el hecho de ser

ayudado por otros, es decir, recibir estímulo, consejo, ánimo, ejemplo.

Page 144: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

144

—Bien, pero también existe el peligro de que ese consejo acabe

transformándose en una cierta dominación por parte de otra persona...

Naturalmente, y por eso una cosa es recibir ayuda, hacer uso de

esa segunda mano que se nos ofrece, y otra muy distinta es convertir

nuestra vida en una existencia de segunda mano. Son cosas bien

distintas, y de una no hay por qué pasar a la otra.

Podríamos compararlo a lo que sucede con otros fenómenos

humanos como, por ejemplo, el lenguaje. El lenguaje puede parecer

que coarta la libertad porque obliga a usar un repertorio estereotipado.

Sin embargo, hay una enormidad de posibilidades de expresarse: basta

ver, por ejemplo, la diferencia que hay entre un buen orador y quien

habla torpemente.

De la misma manera, recibir de otros una buena formación es

muy distinto a ser dominado y manipulado por ellos. Es evidente que

el hombre puede abdicar de su personalidad allí donde debía

mantenerla, de modo que esa ayuda deje de ser una colaboración para

transformarse en una dictadura, pero eso sería una perversión –o al

menos una trivialización– del recto sentido que tiene el hecho de

formarse.

—¿Y dónde está el límite entre una influencia realmente

formadora y legítima, y otra que fuera autoritaria e invasora?

Para que esa influencia sea legítima, es preciso que busque

formar una auténtica interioridad en aquellos a quienes se dirige. Una

interioridad que, entre otras cosas, pueda resistir a las tendencias

superficializadoras y dispersoras de cada época. Un sólido núcleo

personal que no deje a la persona a merced de los vaivenes de la moda

del mundo del pensamiento.

Por otra parte, tener una notable autonomía personal no está

reñido en absoluto con mostrar una conveniente receptividad, es decir,

una apertura de mente que busque un constante enriquecimiento

personal gracias a las aportaciones de los demás. Una receptividad

que, como es natural, debe mostrarse solamente ante quien merezca

esa actitud, y que no ha de ser pasiva sino activa, tanto en la búsqueda

de las opiniones que nos merecen autoridad como en el esfuerzo por

Page 145: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

145

mantener después una actitud despierta ante ellas. Para lograrlo resulta

preciso superar el orgullo y la pereza, mantener la necesaria frescura

de imaginación y proceder con una cabal aceptación de las exigencias

de la verdad que vayamos percibiendo.

Y quien asume la tarea de formar, ha de procurar siempre hacer

pensar, pues formar no es modelar desde fuera el espíritu del otro a

nuestra imagen y semejanza.

Formar es

despertar en su interior

al artista latente que esculpirá

desde dentro su obra.

Y eso aunque el resultado sea una obra imprevisible para

nosotros, e incluso extraña a nuestros deseos. Mediante la formación

no tratamos de conseguir la realización de unos actos determinados, ni

buscamos simplemente transmitir unos criterios de conducta, por

acertados que estos fueran. Se trata de buscar en cada persona el

desarrollo más plenamente humano de sus capacidades, de modo que

de ahí fluya con naturalidad un modo de ser y de actuar acorde con la

formación que se ha ido asimilando.

Cuidado del espíritu

Todos tenemos un conjunto de verdades y de valores que nos

inspiran, unas creencias que dan sentido a nuestra vida; y la gran

mayoría de las personas tienen, además, una fe que llena de luz su

existencia. En todo caso, siempre hay un espíritu que cultivar, y cuya

renovación y cuidado exige una dedicación de tiempo.

—Supongo que se trata de otra de esas muchas ocupaciones del

famoso cuadrante II, que no apremian con urgencia pero son

realmente importantes.

En efecto, aunque en este caso habría que decir que son algo

más, puesto que no son simplemente ocupaciones –aunque las

supongan–, sino sobre todo algo que ha de impregnar por completo

nuestra vida.

Page 146: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

146

Ese cuidado del espíritu requiere –para que no quede en algo

vago y genérico– una dedicación periódica de tiempo lo más concreta

posible. Un tiempo en el que trabajamos por renovarnos, por

refrescarnos, por revisar nuestro compromiso con las verdades que nos

inspiran (en el caso de la fe, además, una exigencia de trato personal

con quien nos ha creado y a quien debemos todo).

Cultivar nuestro espíritu

requiere tiempo,

y es un tiempo importante,

pues las más grandes batallas

de nuestra vida se libran cada día

en el silencio del alma.

Si ganamos esas batallas, si resolvemos bien esos conflictos

interiores, obtendremos esa paz y esa satisfacción interior que tanto

necesitamos.

—¿Recomiendas entonces algún tipo de preparación

psicológica para alcanzar la paz con uno mismo?

Diría más bien que tendremos esa paz cuando nuestra vida esté

en armonía con los principios y valores que la rigen, y cuando esos

valores sean acertados.

—O sea, cuando tengamos tranquila la conciencia.

Ya que lo dices, sí. La conciencia percibe la congruencia o

incongruencia de nuestra conducta, y nos invita –si está bien formada–

a elevarnos hacia la verdad moral, por la senda de la libertad y la

sabiduría. Por eso la formación de la conciencia es tan decisiva para

cualquier persona.

Formar bien la conciencia exige un deseo eficaz de hacerlo –

leyendo, pensando, comentando con otras personas–, y exige, sobre

todo, esforzarse por vivir en armonía con ella. Porque así como el

exceso de comida o la falta de ejercicio pueden estropear la buena

forma de un atleta, el hecho de actuar en contra de la verdad moral

Page 147: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

147

llena de oscuridad nuestra sensibilidad interior y embota nuestra

conciencia.

—Me parece que hay mucha gente que no se preocupa por

formarse porque no tiene mayores aspiraciones. Se conforma con su

nivel, y le parece que es suficiente para los problemas que se le

plantean.

Sin duda, pero esas actitudes tan conformistas encierran serios

peligros. No luchar por la propia superación equivale a entregarse en

brazos de la pasividad, renunciar a muchas realidades a las que

estamos llamados y, en consecuencia, arriesgarse a hipotecar

seriamente la vida.

Hay que pensar, además, que algún día, quizá dentro de muchos

años, o quizá dentro de pocos, nos encontraremos con dificultades

mayores que las actuales, o nos sentiremos angustiados ante

decisiones, reveses o tentaciones verdaderamente duras. Pero la lucha

real por superar esa situación futura está en buena parte aquí y ahora.

Con nuestra vida de ahora estamos condicionando en buena parte si el

día que lleguen esas dificultades extraordinarias, fracasaremos

miserablemente o las superaremos.

Es preciso prepararse

mediante un proceso constante

de mejora personal.

El peligro de la trivialidad

Las cosas son, con frecuencia, bastante más complejas de lo que

a primera vista parecen. Es preciso tener en cuenta matices y detalles

que, si no se valoran, muchas veces desfiguran la realidad.

La trivialización

es un peligro constante.

Y podría decirse, como ha escrito Messori, que la verdadera

cultura consiste precisamente en adquirir el sentido de la complejidad

de las cosas, en rehuir las simplificaciones, en respetar el misterio que

hay detrás de toda apariencia.

Page 148: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

148

Sin problematicismos patológicos,

hemos de procurar

ser lo suficientemente lúcidos

para profundizar en la realidad

sin empobrecerla.

Para lograrlo, es importante –entre otras cosas– leer mucho y

con acierto: es ese uno de los mejores modos de abrirse a lo que han

expuesto con brillantez los más grandes pensadores, de poder entrar

en las mejores cabezas del presente y del pasado.

Siempre está la excusa de la falta de tiempo, pero si uno sabe

organizarse, siempre se puede quitar tiempo a otras cosas menos

productivas. Y empezar quizá por un libro al mes, para procurar pasar

luego a dos –no es tan difícil como parece–, o incluso a más.

—También en esto, creo que si muchos no leen más es,

simplemente, porque no tienen mayores inquietudes.

Por eso, fomentar el deseo de saber es lo que puede

introducirnos de una vez por todas en el mundo de la lectura, tan

necesaria para no ir por la vida a tientas. Una lectura atenta y

reflexiva, puesto que la sabiduría no surge ordinariamente por

generación espontánea.

—Pero supongo que no todos los libros han de exigir una

lectura analítica y reflexiva.

Todos no. Como decía Francis Bacon, hay libros para probar,

libros para tragar, y otros, muy pocos, para masticar y digerir. Lo que

sería una pena es reducirse sólo a los de evasión o entretenimiento.

—De todas formas, también la lectura se puede convertir en una

adicción, y es bien conocido que el exceso de información nubla la

inteligencia y favorece la pedantería.

Si la lectura es indiscriminada y errática, existe ese peligro. Por

eso decíamos antes que no se trata de un simple acopio de lecturas,

Page 149: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

149

sino de buscar el modo de comprender mejor el mundo, a los demás y

a uno mismo.

Por último, cabe añadir que otra actividad que contribuye a

mejorar nuestra claridad mental es la escritura. Escribir ayuda a tender

puentes con algunas zonas menos exploradas de nuestra mente, destila

y cristaliza el pensamiento, nos facilita expresarnos con más precisión,

glosar nuestras ideas con un poco más de método y de contexto,

razonar con más rigor y hacernos comprender mejor.

Forjar el carácter: el león y la gacela

«Imaginen ustedes la escena...», decía pausadamente Fred

Smith, al inicio de una conferencia en Tennessee (USA) hace unos

años.

»Sitúense en la sabana africana, a orillas del lago Victoria, por

ejemplo.

»Una gacela se despierta por la mañana, con la salida del sol, y

piensa: "Hoy tengo que correr más que el más rápido de los leones, si

no quiero acabar devorada por uno de ellos".

»A pocos kilómetros de allí, se despierta también un león, e

inicia su día pensando: "Si no quiero morir de hambre, hoy tengo que

correr al menos un poco más que la más lenta de las gacelas".

Smith hace una pausa más larga, y, dirigiéndose al auditorio,

concluye:

»No sé si el papel de cada uno de ustedes en su vida es ahora el

de león o de gacela. Pero, en cualquier caso, por favor, ¡corran!».

Aunque en aquel momento Smith se refería al fenómeno de la

competencia en los mercados financieros, podemos aplicar esa imagen

al esfuerzo por la mejora personal del carácter. En la vida de cualquier

persona sucede algo semejante. Nos puede parecer que las

circunstancias en que vivimos son duras, incluso crueles, como esa

sabana africana en la que hay que estar siempre corriendo para lograr

comer y no ser comido.

Page 150: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

150

Ante esa coyuntura, tan real como la vida misma, podemos

dedicarnos a pensar en el porqué de nuestra situación, o en la causa de

todo lo que nos sucede, o en lo que sea...; y seguramente serán

reflexiones positivas, pero lo que no podemos hacer, mientras, es dejar

de correr.

—¿Y eso no se contradice un poco con todo lo que has dicho

antes sobre las sinergias y sobre la necesidad de superar los

planteamientos innecesariamente competitivos?

Es preciso buscar sinergias, y superar los planteamientos

innecesariamente competitivos, ciertamente, pero eso no quita que la

vida suponga un reto permanente, que exige un esfuerzo y una

exigencia constantes.

De hecho, la mayor parte de los fracasos humanos son causados

por una precipitada cancelación del esfuerzo, porque uno admite

demasiado pronto que no es capaz de resolver un problema, o que el

problema no tiene solución.

En estas páginas hemos tratado muchas cuestiones sobre las que

quizá conviene reflexionar con hondura, porque son cosas

importantes, necesarias, incluso decisivas. Pero lo que no podemos

hacer es dedicarnos plácidamente a pensar en ellas y dejar de correr: o

sea, no podemos dejar de poner esfuerzo en las cosas.

Hay que esforzarse, espabilar, correr...; tanto si pensamos estar

en el papel del león (peleando por alcanzar un objetivo), como si nos

vemos más bien en el puesto de la gacela (intentando evitar un

desastre). La vida es así, qué le vamos a hacer.

—Pero tampoco el león y la gacela pasan el día en una carrera

continua...

En efecto, y por eso tampoco sería exacto decir que la vida es

una simple y extenuante carrera, puesto que lo que importa no es

simplemente ir más rápido o ganar más tiempo.

Lo que importa es

nuestra capacidad

Page 151: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

151

de acertar en la diana.

Y es verdad que hay muchos periodos más tranquilos, de cierto

respiro, de mayor calma, pero también hay otros momentos de largas

carreras, en los que todo parece muy difícil, y podemos llegar a estar

cansadísimos, y desanimarnos.

Son ocasiones en las que notamos el desgaste de un esfuerzo

continuado en determinada dirección, y la tentación que nos acecha es

muy sencilla: dejar de correr.

Cuando esto sucede, hemos de pensar que, como el león o como

la gacela, es preciso seguir corriendo si es que queremos sobrevivir.

En eso la vida no va a cambiar. Bueno, mejor dicho: cambiará si nos

paramos, porque ese será el principio del fin.

Forjar con acierto el propio carácter no es una tarea fácil ni

rápida. Sin embargo, es posible y asequible a cualquiera, y, sobre

todo, es decisiva para el resultado de nuestra existencia.

Es preciso centrar nuestra vida en principios y valores

acertados, pero después hay que cultivar con paciencia esa buena

simiente, sin desfallecer.

Hay que irrumpir con decisión

en esas zonas cómodas y oscuras

de nuestra vida, donde buscan cobijo

nuestros errores y debilidades,

para arrancar de allí la maleza

y lograr que no gane terreno en nuestra vida.

Si acometemos esa tarea con empeño, constancia y

deportividad, en poco tiempo nos sorprenderemos del resultado.

para recordar...

Forjar con acierto el propio carácter

Page 152: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

152

es decisivo para el resultado de la vida.

No es una tarea fácil ni rápida,

pero trae muchas satisfacciones.

Es preciso cultivarse,

renovar un deseo permanente de aprender,

prepararse mediante un proceso constante

de mejora personal.

para pensar...

Nada como el intento inmoderado

de escapar de la dureza de la vida

hace dura la vida.

La pereza es un enemigo formidable.

Es como una droga,

que te adormece,

te calma el rechazo al esfuerzo,

pero te despiertas mucho peor.

Con el tiempo, estás peor siempre.

para ver...

§ Titanes (Boaz Yakin).

§ El camino a casa (Zhang Yimou).

§ Trece días (Roger Donaldson).

para leer...

§ José Antonio Ibáñez-Martín, Hacia una formación

humanística, Ed. Herder.

Page 153: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

153

§ Miguel Ángel Martí, La intimidad, Ed. Eunsa.

§ Antonio Jiménez Guerrero, Enseñar a pensar, Col. Hacer

Familia nº 69, Ed. Palabra.

para hablar...

Mantener una conversación entre los padres, o con otro

matrimonio, sobre cómo lograr en la casa un mayor ambiente cultural

y de interés por las humanidades.

Comentar en un rato de tertulia familiar las películas que se ven,

lo libros que se leen, los eventos culturales a los que se asiste, etc.

para actuar...

SITUACIÓN:

Los padres de Luis están preocupados. Advierten en su hijo una

cierta insustancialidad de fondo que les inquieta. Ven que su cabeza

está ocupada casi siempre por la música, el fútbol, las modas de cada

momento... y poco más. Es cierto que siempre ha sido buen estudiante,

pero ahora parece que está dejando de serlo. Dice que no se concentra,

que le aburren todas las asignaturas, que este año ha tenido muy mala

suerte con los profesores, que son todos insoportables.

OBJETIVO:

Superar esa insustancialidad.

MEDIOS:

Fomentar intereses y aficiones de mayor nivel.

MOTIVACIÓN:

Hacerle ver el atractivo de ser una persona cultivada, y del

mismo hecho de cultivarse.

HISTORIA:

Los padres de Luis ven que su hijo apenas lee, que no le

preocupa la actualidad, ni la historia, ni el pensamiento. Comprenden

Page 154: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

154

que una persona así tendrá serios problemas a medio o largo plazo, si

no cambia.

Es la madre quien más insiste en que no pueden permanecer

pasivos: ―Hemos de hacer algo para que se ilusione con cosas un poco

más altas, con más contenido. Tiene 16 años, y no podemos dejar que

esto siga así, porque va a más‖.

Su marido es bastante escéptico respecto a ese empeño: ―Si no

le interesan esas cosas, poco podemos hacer. La gente joven de hoy es

así. Ya madurará‖. Pero ella no está de acuerdo: ―No podemos

quedarnos tranquilos pensando que la culpa es suya por no interesarse

por esas cosas: nuestro reto es interesarle por esas cosas‖.

Finalmente estuvieron de acuerdo en hacer algo. Pensaron que,

para ser sinceros, los primeros culpables eran ellos, pues llegaban los

dos muy cansados de trabajar, y el poco tiempo libre que tenían lo

dedicaban a ver la televisión. Tuvieron la honradez de reconocer que

ellos mismos ponían poco empeño en cultivarse y, en el fondo, vivían

de las rentas.

Además, pensaron que no basta con decir a los hijos que lean,

que se organicen, que se dejen de tonterías... Tenían que ir ellos por

delante, porque de otra manera sería difícil cambiar las cosas.

Se propusieron hacer que en la casa hubiera un tono más alto,

que se trataran más cuestiones de tipo cultural, temas de cierta

envergadura, que dieran una mayor amplitud de miras.

Empezaron por encender la televisión sólo para programas

concretos de interés, y apagarla luego enseguida.

Compraron libros, pero poco a poco, y asegurándose de que

fueran interesantes y asequibles a un tiempo, pues no querían limitarse

a recomendar genéricamente la lectura, sino recomendar títulos

concretos; y veían que si fallaban en los primeros consejos

bibliográficos perderían su prestigio como promotores de la lectura.

Procuraron poner imaginación para hacer planes culturales.

Querían hacerlos con sus hijos, y organizarlos con ellos, pero sin

dárselos hechos. Al principio parecía difícil encontrar ideas del gusto

Page 155: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

155

de todos, pero con un poco de observación, y gracias a las

conversaciones que empezaron a surgir desde que la televisión estaba

más callada, fueron saliendo a la luz algunas aficiones e intereses de

los hijos, que estaban latentes pero tenían fuerza. Tirando de esas

inclinaciones, poco a poco, salieron planes muy diversos: viajes

culturales, visitas a exposiciones, hobbies constructivos, etc. De esos

planes, así como de las lecturas de todos, y de las tertulias que

formaban para comentar cada película después de verla, salían

siempre conversaciones e ideas interesantes.

Todos se dieron cuenta –y quizá los padres fueron los más

sorprendidos– de que eran buenos modos de descansar, de mejorar la

cultura y de preocuparse de los demás.

RESULTADO:

En algún momento pensaron si estaban exagerando, pero pronto

se dieron cuenta de que era difícil que ese fuera el problema. El nivel

tiende a bajar solo, y el problema suele ser la constancia en mantener

la línea emprendida.

Al cabo de unos meses había mejorado mucho el ambiente de la

familia, con un resultado palpable en los resultados académicos de los

hijos y en el enriquecimiento mutuo de todos.

GUÍA DE TRABAJO INDIVIDUAL

Una vez concluida la lectura del libro y obtenida una idea

global de su contenido, es quizá momento adecuado para profundizar

personalmente en aspectos concretos que puedan llevarnos a un mejor

conocimiento propio y una mayor superación personal.

Una primera sugerencia es ir releyendo cada capítulo con la

idea previa de tener luego que explicarlo de modo resumido a otra

persona. Cuando se lee pensando en comentar luego con otro, la

lectura suele ser muy distinta, pues se desarrolla más la motivación, la

comprensión se hace más profunda y se recuerda mejor lo que se lee.

Mantener una conversación sobre la mejora del carácter,

compartir con otras personas esa preocupación por reflexionar con

Page 156: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

156

hondura sobre estas cuestiones, buscando un intercambio de razones y

de respuestas, resultará habitualmente enriquecedor para todos: se

aportan nuevos matices y puntos de vista, se diluyen o desaparecen

percepciones negativas que a veces se tienen de esas u otras personas

(que tantas veces responden a un insuficiente conocimiento de ellas),

y se demuestra ante los demás la propia voluntad de cambio.

Es recomendable ir haciendo un esquema, y anotar también

quizá los puntos de especial acuerdo o desacuerdo personal con el

texto (el autor agradecerá mucho recibir cualquier observación,

dirigiéndose a la editorial o a [email protected]).

Se propone, como guía para desarrollar un trabajo individual a

partir de este libro, plantear una serie de conversaciones en el seno de

la familia, o de un grupo de amigos o conocidos, sobre algunos de los

puntos que consideren de más interés entre los tratados a lo largo del

libro, como por ejemplo:

§ Definir con cierto detalle el propio proyecto personal de

vida, detallando los valores y principios fundamentales y evaluando

hasta qué punto ahora mismo ese proyecto está a merced del azar, la

moda o las circunstancias.

§ Imagínate en tus bodas de oro, o en la despedida en tu

trabajo cuando llegue tu jubilación. Piensa en los sentimientos y

emociones que te embargarán en ese momento, en cuál será tu balance

de todos esos años de matrimonio o de trabajo, y cuál quieres ahora

que sea.

§ Piensa cuáles son los rasgos principales de tu carácter –o

de tu cónyuge, o tus hijos–, y cómo corregir sus defectos y potenciar

sus cualidades. Repasa, por ejemplo, los siguientes puntos:

—Dominio propio. Constancia. Capacidad de resolución.

Generosidad.

—Estabilidad de ánimo. Capacidad de superar los propios

errores.

Page 157: Aguilo Alfonso - Caracter Y Valia Personal

Alfonso Aguiló CARÁCTER Y VALÍA PERSONAL

157

—Orden, previsión y capacidad de organizarse. Saber decir que

no.

—Capacidad de contar con los demás y de trabajar o actuar en

equipo.

—Equilibrio y flexibilidad. Cordialidad. Afabilidad.

—Confianza y capacidad de relación con los demás.

—Descubrir y potenciar sinergias en la relación personal.

—Capacidad de escuchar y de comprender. Lealtad. Sinceridad.

—Determinar posibles barreras a la comunicación.

—Afán de cultivarse y mejorar la propia formación.

—Acierto y constancia en el esfuerzo por mejorar el carácter.

De esta manera, haciéndose preguntas que nos lleven a una

comprensión más profunda de lo que supone mejorar el carácter, todas

esas ideas se irán contrastando hasta llegar a una síntesis personal de

los puntos que cada uno considere más decisivos. Puede ser

interesante, con el fin de ayudar a fijar y madurar las ideas, poner por

escrito la línea argumental básica de cada respuesta. Para

cumplimentar la guía de trabajo individual, deben elegirse al menos la

mitad de esos temas.