AJEDREZ ROMÁ TICO: LA HEROICIDAD JAQUELADA · 2 N.N. - LUCENA, 1497 10 ... conocida como Apertura...

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1 AJEDREZ ROMÁTICO: LA HEROICIDAD JAQUELADA Por el Maestro FIDE Daniel Alpern* El ajedrez decimonónico es frecuentemente asociado al juego de combinación per se desplegado a tientas; ignaro del arte de la maniobra, de una defensa serena y de un trabajoso final técnico. Si coincidiéramos con esta extendida creencia pobremente noticiaríamos al estimado lector sobre la verdadera naturaleza de los hechos; esto es, la enorme evolución operada en la estrategia del juego en el decurso de este período, y aun en épocas precedentes. Noticiaremos entonces, dado que en el magro espacio del que disponemos apenas si cabe noticia sobre tema tan arduo como el que nos ocupa. Sabido es que el ajedrez llegó a Europa como consecuencia de la invasión árabe a la península ibérica, y que sólo en la segunda mitad del siglo XV los movimientos de todas las piezas alcanzaron en esencia la forma que hoy rige. Al respecto, permítasenos una digresión para referirnos a una curiosa cuestión: el enroque; su nacimiento y evolución. En la versión medieval del juego la torre era la única pieza lineal (esto es, de desplazamiento a través de casillas alineadas); en la moderna, se sumaron la dama y el alfil. Esto produjo naturalmente una aceleración radical de los fenómenos tácticos sobre el tablero, con la consiguiente necesidad de crear una jugada de excepción que permita alejar con premura al rey de los peligros de un combate librado con fiereza. Surgió así la más bella movida de nuestro juego: la conformación de un milagroso castillo, custodiado por celosos infantes, para protección de su monarca; flanqueado por una torre defensora, a la vez presta a movilizarse al corazón de la batalla. Ya corto, ya largo, jugada de defensa y desarrollo, aunque uno en la idea, diverso adorno lució ante los siglos. El enroque en dos tiempos o enroque arábigo es el primero del que se tenga noticia; tuvo una corta vida, y desapareció por completo de la práctica magistral con la extinción de la décimo sexta centuria:

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AJEDREZ ROMÁ�TICO: LA HEROICIDAD JAQUELADA

Por el Maestro FIDE Daniel Alpern* El ajedrez decimonónico es frecuentemente asociado al juego de combinación per se

desplegado a tientas; ignaro del arte de la maniobra, de una defensa serena y de un trabajoso final técnico.

Si coincidiéramos con esta extendida creencia pobremente noticiaríamos al estimado

lector sobre la verdadera naturaleza de los hechos; esto es, la enorme evolución operada en la estrategia del juego en el decurso de este período, y aun en épocas precedentes. Noticiaremos entonces, dado que en el magro espacio del que disponemos apenas si cabe noticia sobre tema tan arduo como el que nos ocupa.

Sabido es que el ajedrez llegó a Europa como consecuencia de la invasión árabe a la

península ibérica, y que sólo en la segunda mitad del siglo XV los movimientos de todas las piezas alcanzaron en esencia la forma que hoy rige. Al respecto, permítasenos una digresión para referirnos a una curiosa cuestión: el enroque; su nacimiento y evolución.

En la versión medieval del juego la torre era la única pieza lineal (esto es, de desplazamiento a través de casillas alineadas); en la moderna, se sumaron la dama y el alfil. Esto produjo naturalmente una aceleración radical de los fenómenos tácticos sobre el tablero, con la consiguiente necesidad de crear una jugada de excepción que permita alejar con premura al rey de los peligros de un combate librado con fiereza. Surgió así la más bella movida de nuestro juego: la conformación de un milagroso castillo, custodiado por celosos infantes, para protección de su monarca; flanqueado por una torre defensora, a la vez presta a movilizarse al corazón de la batalla. Ya corto, ya largo, jugada de defensa y desarrollo, aunque uno en la idea, diverso adorno lució ante los siglos.

El enroque en dos tiempos o enroque arábigo es el primero del que se tenga noticia; tuvo

una corta vida, y desapareció por completo de la práctica magistral con la extinción de la décimo sexta centuria:

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N.N. - LUCENA, 1497 10..Td8 11.Tf1 Rc8 12.Rg1

Es entonces cuando los primeros maestros italianos, amantes del juego vivaz, crearon aperturas de rápido desarrollo de piezas (entre otras la hoy conocida como Apertura Italiana) y pusieron en use el enroque en un tiempo o enroque italiano, para responder con la necesaria celeridad al debido cuidado del rey ante posiciones en exceso abiertas. Es el enroque actualmente en vigencia. El primer maestro en popularizarlo fue Giulio Cesare Palerio hacia fines del siglo XVI; pero el que lo terminó por consagrar como el de uso masivo fue el genial calabrés Gioacchino Greco (1600-1634), sobre quien nos explayaremos mas adelante.

En España e Italia extraños enroques, algunos en dos tiempos, coexistieron con el

italiano:

SCOVARA-PAOLO BOUT. SIRACUSANO, Madrid 1575 11.Rg1 (sí; la torre no se mueve) Tf8 12.g4 (¡sí; la torre no se mueve!) Rg8 (enroque en

dos tiempos) 13.Th2 Q d6 1 4.T g2 (una evolución muy curiosa de la torre)

Una variedad interesante es la del enroque a caballo, versión en la cual el rey (la torre no participa) realiza un salto de caballo:

G. LEONARDO, IL PUTTINO - RUY LÓEZ DE SEGURA, Madrid 1575 8...Rc1!! (¡Bravo, Ruy López!)

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ARMINIO - SALVIO. 1604

5.Rg2!! gxh2 6.Txh2 Dxe4+ 7 .Cf3

No podrían faltar en esta selección de enroques insólitos los que se caracterizan por ubicar, una vez efectuados éstos, al rey y/o a la torre en casillas distintas de lo habitual:

CASCIO - N.N., Nápoles 1634 ¡¡(Rh1, Tf1) !!

NICODEMO – MANCINO, Nápoles 1634 4.O-O ¡¡(Rg1, Te1)!!

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N.N. – SEVERINO, Nápoles 1723 9…O-O-O ¡¡(Rb8, Te8)!! (¡este enroque es verdaderamente increíble!) 10.dxe5 Cxe5

11.Axd7 Cxf3+ 12.Rf1 Ad3+ 13.Dxd3 Te1 mate. Finalmente, hacia fines del siglo XVIII, el enroque de Polerio y Greco terminó por ser el único sobreviviente de su especie, en la modalidades largo y corto. Probablemente esto haya sucedido por la extraordinaria difusión que tuvo el "Analyse du jeu de. échecs" de Philidor; la enorme legión de jugadores que se nutrió de esta obra excepcional sólo conoció el enroque hoy vigente, por lo que, por decantación generacional, los reflejados en los ejemplos ya expuestos expiraron "de muerte natural". Volviendo al tema de la evolución histórica de la estrategia ajedrecística, debemos señalar que ya desde el libro Repetición de amores e arte de axedrés" del español Lucena (1497) encontramos aperturas sorprendentemente modernas que incluyen hasta las de Peón Dama. Cabe aquí formularnos una pregunta: ¿por qué fueron hasta el siglo XX las aperturas abiertas las de mayor predicamento? La respuesta no es sencilla, pero podemos encontrarla en la exposición que sigue. En los siglos XV y XVI los secretos del nuevo ajedrez eran propiedad exclusiva de contados maestros españoles y algún que otro italiano. Imperaba la celada, la trampa preparada. Para esto no hay mejor juego que el abierto, donde abunda la posibilidad de un traspié del rival. Las aperturas cerradas quedaron, entonces, casi descartadas de la práctica.

Hacia 1620 comenzó a destacar un verdadero visionario, un titán del ajedrez de todos los tiempos: Gioacchino Greco, vencedor de todos sus contemporáneos, táctico superlativo y jugador muy adelantado a su época.

Veintidós años después de su muerte, en 1656, se publicó un libro de su autoría con partidas y finales notables para su tiempo. Influyó decisivamente en la calidad de juego de las generaciones que de él aprendieron a impuso a través de su generoso legado un estilo exuberante en lo táctico, de elaborados sacrificios de material, con profusión de toda clase de gambitos: el estilo italiano, el que predominó en jugadores de todas las nacionalidades hasta las tres cuartas partes del siglo XIX.

Pero también conoció la maestría en el juego de posición; obsérvese la siguiente partida, extraordinariamente moderna:

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N.N. - Greco,1620 Defensa Francesa

1e4 e6 2.d4 d5 3.e5 c5 4.c3 9c6 5.Nf3 Ad7 6.Ae3 c4 7.b3 b5 8.a4 a6 9.axb5 axb5

10.Txa8 Dxa8 11.bxc4 dxc4 12.Ae2 Cge7 13.0-0 Cd5 14.Ad2 A2e7 15.Cg5 Axg5 16.Axg5 O-O 17.Af3 Na5 18.Axd5 Dxd5 19.f4 Ac6 20.Dd2 Cb3 21.Dc2

21...Cxd4 22.cxd4 Dxd4+ 23.Rh1 Ae4 24.Dc3 Dc5 25.Cd2 Ad3 26.Tc1 Tc8 27.Cb3

cxb3 28.Dxc5 Txc5 29.Txc5 h6 30.Tc3 b2 31.Tb3 b1= D+ 32.Taxb1 Axb1 33.Ae7 Rh7 34.g4 Ae4+ 35.Rg1 Af3 36.h3 h5 37.g5 Rg6 38.Rf2 Ad5 39.Re3 h4 40.Rf2 Rf5 41.Re3 Ag2 42.Af8 g6 43.Ab4 Axh3 44.Ae1 Rg4 45.Ad2 Ag2 46.Rf2 h3 47.Ac1 Ad5 48.Rg1 Rg3 49.Ae3 h2+ 50.Rf1 h1=D+ (0-1) ¡Créase o no, es de 1620.!

En el libro del Greco pueden admirarse partidas con gambitos de dama, defensa Owen, de doble fianchetto, Petroff y otras aperturas de carácter posicional. Un genuino pionero. Lamentablemente sólo es recordado por sus análisis de la Apertura Italiana, Ataque Fegatello, Gambito de Rey. Gambito Siciliano y todo juego que resalte el brillo del barniz; no así la nobleza de los elementos.

Maestros de segundo orden estudiaron de manera exhaustiva el arte del gambito: Ercole del Río, Gianbattista Lolli, Domenico Lorenzo Ponziani y otros que ni vale la pena citar.

Llegamos así al punto de considerar el aporte gigantesco del genial François André Danican Philidor (Dreux, 7/9/1726 - Londres, 31/8/1795). ¿Cómo resumir en contadas líneas la vida y obra de este coloso del ajedrez y de la música?

Digamos que a los veintiún años venció contundentemente al sirio-inglés Phillip Stamma, fortísimo jugador que publicara el "Essai sur le jeu des échecs" (1737), notable colección de finales y problemas escritos por vez primera en sistema algebraico, por to cual debe ser considerado su creador. Philidor ganó así: +8 -1 =1: ¡Un score aplastante! A continuación publica su "Analyse du jeu des échecs" (1749) en el cual señala que por ser los peones los trebejos que permanecen por más tiempo en posiciones estables deben éstos servir como principal guía para los acontecimientos a largo plazo sobre el tablero; nace así la revolucionaria idea de interpretar las condiciones de las cadenas de peones para la determinación de un plan, de un juego de maniobras: "Los peones son el alma del ajedrez" decía, iluminando para siempre el sendero que conduce a los arcanos del juego-rey. En esta obra magnífica (que sólo se popularizara en ediciones posteriores a la primera reimpresión de 1777) se manifestó como finísimo analista del final de partida; baste como muestra la célebre posición Philidor en el duelo "torre y alfil contra torre":

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1.Rf8+ Te8 2.Tf7 Te2 (lo mejor, puesto que el blanco desea que su rival pose la torre

en sexta fila, como se verá; desde luego, no 2...Th8?? 3.Ta7 Th6+ 4.Ae6 etc.) 3.Tg7! (para que la torre negra se ubique en una situación desfavorable el blanco

pierde un tiempo) 3...Te1 4.Tb7 Tc1 (no 4...Rc8?? 5.Ta7 Tb1 6.Th7! Rb8 7.Th8+ Ra7 8.Ta8+ Rb6

9.Tb8+,- ó 6...Tb6+ 7.Ac6 ganando) 5.Ab3!! (la clave; ahora el negro debe jugar la torre a la sexta fila) 5...Tc3 (si 5...Rc8 6.Tb4 Rd8 7.Tf4 Te1 ó 7…Rc8 8.Ad5 Rb8 9.Ta4 etc. 8.Aa4! Rc8

9.Ac6 Td1+ 10.Ad5 Rb8 11.Ta4) 6.Ae6 Td3+ 7.Ad5 Tc3 (no 7...Rc8?? 8.Ta7) 8.Td7+ Rc8 (si 8...Re8 9.Tg7 aquí se aprecia la importancia que tiene para la

decisión del final el que la torre negra esté en sexta fila: no puede defender por la columna “f”.

9.Tf7 Rb8 10.Tb7+ Rc8 11.Tb4! Rd8 (si 11...Td3 12. Ta4 y de nuevo, por estar la torre negra en sexta no puede abordar la columna "b')'

12.Ac4!!! y otra vez, por la toma en sexta no es posible defender con un jaque en la columna "d ", por lo que el mate es inevitable. ¡Un final incomparable!

Todos recordamos con afecto el nombre de Philidor cuando estamos seguros de entablar en su posición de "torre y peón contra torre"; pero, en cambio, no tenemos a bien el del pobre Lucena, si quiere la suerte que arribemos a su posición del mismo tipo de final conduciendo la parte débil.

Philidor superó a todos sus contemporáneos en cualquier modalidad ajedrecística; su habilidad para el juego "a la ciega" conmovió hasta al mismísimo Federico "el Grande" de Prusia, cuando el maestro visitara al emperador en Postdam. Por último, fue un gran compositor de óperas-bufas; un busto lo recuerda en el Opera de París. Amigo lector, no es necesario que viaje hasta allí; visite el Teatro Colón, alce su mirada a la soberbia cúpula, y con emoción entre los nombres de los demiurgos de la Lírica allí grabados contemplará al del inmortal maestro en la gloria del Empíreo. En la convulsionada hora napoleónica el ajedrez racionalista sufrió un eclipse total en virtud del surgimiento de un estilo de juego combinativo a ultranza, de barroca factura y de un arrojo hasta entonces desconocido. Esencia del siglo XIX, el movimiento romántico presente en las Bellas Artes no podía estar ausente del más estético de los juegos, de la más hermosa de las batallas: la incruenta. La tendencia se acentuó con el devenir de los lustros, pero pese a maestros como Deschapelles, Labourdonnais o Macdonnell, la evolución de la estrategia ajedrecística siguió

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su curso irrevocable. En algunos de los celebrados encuentros disputados entre los dos últimos jugadores citados podemos exhumar Gambitos de Dama, defensas francesas y otras aperturas de carácter posicional.

Cabe, sin embargo, considerar ahora a un maestro excepcional, un verdadero oasis de estrategia en pleno desierto donde sólo las añagazas tácticas brillaron sobre la arena. Robert Fischer lo juzga como uno de los diez jugadores más grandes de todos los tiempos: el inglés Howard Staunton (Londres 1810 - Londres 22/6/1874). Estos son algunos de los éxitos deportivos de Staunton: match contra H. W Popert, el mejor jugador del London Chess Club por aquellos tiempos, Londres 1840: +10 -5 =6; match contra Pierre Charles Fournié de Saint Amant, el temible campeón francés, que puede considerarse una lucha por el título extraoficial de campeón del mundo, París 1843: +11-6 =4; match contra Bernhard Horwitz, Londres 1846: +14 -7 =3; match contra Daniel Harrwitz, Londres 1846: +12 -9 =1; match contra Elyah Williams, Londres 1851: +6 -4 =1; match contra Carl A.F. von Jänisch, Londres 1851: +7 -2 =1. Fue un ajedrecista adelantado en muchísimos años a su tiempo, pues su juego casi hipermoderno tiene una notoria semejanza al de Richard Réti en los años veinte de nuestro siglo. Veamos dos producciones futuristas del genial inglés: Staunton - Horwitz Torneo de Londres,1851 1.c4 (esta apertura se denomina "inglesa " en homenaje a Staunton, el primer gran maestro en utilizarla con asiduidad) 1...e6 2.Cc3 f5 3.g3 Cf6 4.Ag2 c6 5.d3 Ca6 6.a3 Ae7 7.e3 O-O 8.Cge2 9e7 9.0-0 10.b3 De8 (otra forma de jugar esta posición es con 10...e5; pero no es ésta la idea de Horwitz) 11.Ab2 Df7 12.Tc1 Ad7 13.e4! fxe4 14.dxe4 Tad8 15.e5 Cfe8 16.f4 dxc417.bxc4 Ac5+ 18.Rh1 Ae3 19.Tb1 g6 (busca juego para el Ce8 a costa de un debilitamiento de “f6”) 20.Db3! Ac8 21.Ce4 Ab6 22.Tbd1 Ca6 (evita 23.c5; pero Staunton no la jugó con el Cc7 por dejar a su rival la posibilidad de un Cd5) 23.Dc3 Txd1 (si 23...Dc7 24.Cd6) 24.Txd1 Cc5 25.Cd6 Dc7 26.Dc2 Cg7 27.g4! De7 28.Ad4 Dc7 29.a4! Ca6 (triste necesidad ante la amenaza blanca 30.a5; si hubieran jugado 29...a5 seguiría 30.Tb1!) 30.c5 Aa5 31.Db3 b6 32.Ce4 bxc5 (si 32...Ce8 33. Cf6+ o bien si 32...Cxc5 33.Axc5! bxc5 34.Cf6+ Rh8 35. Dh3 Ce8 36.Td7! etc.) 33.Cf6+ Rh8 34.Dh3 Ce8 35.Aa1 (el blanco amenaza Td7!)

35…Cxf6 36.exf6 Rg8 37.Ae5 Db7 38.Ae4! Df7 39.Cg1! (rumbo a “g5” o “e5”) 39...Ad8 40.g5 Ab7 41.Cf3 Te8 42.Ad6 (esto es definitorio: Ce5 es imparable) 42...Axf6 43.gxf6 Dxf6 44.Cg5 Dg7 45.Ae5 De7 46.Axg6, abandonan (1-0).

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Staunton - Williams Octava partida del match Londres 1851 1.f4 e6 2.e3 f5 3.g3 Cf6 4.Ag2 d5 5.Cf3 c5 6.b3 Cc6 7.0-0 Ad6 8.Ab2 O-O 9.De2 Ac7 10.Ca3! a6 11.Tad1! b5 12.c4! (¡las blancas parecen ser conducidas por un Bent Larsen!) 12...bxc4 13.bxc4 Tb8

14.Axf6!! (profunda jugada dirigida a conmover los cimientos del centro de peones negros) 14. Dxf6 15.cxd5 exd5 16.d4! c4 17.Cxe5 Cb4 (si 17…Ce5 18.Caxc4 dxc4 19.Dxc4+ etc.; o también 17…Dd6? 18.Caxc4) 18.Caxc4! dxc4 19. a3! (Staunton no gusta de 19.Dxc4+ Tf7) 19…Axe5 (única; ya que 19…Cd3 20.Cxc4 igual sería el fin para el caballo negro, Williams busca salvar el peón de “c4”) 20.dxc5 Df7 21.axb4 Txb4 22.Td6 (amenaza Ad5) 22...Ab7 (si 22...Ae6 2.3.Dd2 amenazando a la vez Dxb4 y Txe6 con Ad5. si 22...Rh8 23.Ad5 Dc7 24.Tc6 Db7 25.Txc4 Dxd5 26.Txb4 .0b7 27C Txb7 7 Dxb7 28.Ta1 Ta8 29. Dd2 con final victorioso; si a 22...Rh8 23.Ad5 Da7? 24.Axc4 Txc4 25.Dxc4 Dxe3+ 26.Rg2 Ab7+ 27.Rh3 etc.) 23.e6! Dc7 24.Td7 Dc8 25.Dd1! (amenaza Dd4) 25...Ac6 (no 25..c3?? 26.e7 Te8 27.Axb7 Txb7 28. Dd5+) 26.Axc6 Dxc6 27.Dd4 Tf6 28.Td6! (la jugada justa. No servía ni 28.e7 Rf7 ni tampoco 28.Td8+ Tf8 29.e7 Te8) 28...Db5 29.Td8+ Tf8 30.Txf8+ Txf8 31.Dd6+ Re8 32.Td1, rinden (1-0). ¡Dos creaciones asaz plausibles! Fue Staunton hombre de una superlativa cultura, crítico literario de peso, amén de autoridad reconocida sin igual en el estudio de la obra del inmortal William Shakespeare, de quien publicara su opera ommia (1861) ornada con sabia glosa. En ajedrez nos legó "The Chessplayer's Handbook" (1847), "The Chessplayer's Companion" (1849) y sus valiosos artículos publicados en el "Illustrated London News" desde 1845 hasta su muerte, acaecida en 1874. Su influencia estilística se aprecia claramente en jugadores ingleses de posición, tales como Elyah Williams y Marmaduke Wyvill. Desgraciadamente, el cuarto puesto obtenido por Staunton y el primero alcanzado por Adolph Anderssen en el Torneo Internacional de Londres1851, fue el factor determinante en el camino a seguir por el común de los maestros de entonces en lo que a estilo triunfante respecta. La fiebre de gambitos y sacrificios varios también nutrió de victorias al astro americano Paul Charles Morphy (New Orleans, 22/6/1837 - New Orleans, 10/7/ 1884), quien derrotó a cuanto maestro europeo, incluyendo Anderssen, le hiciera frente. Despojado de innecesarios

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barroquismos, el sentido común fue el que le valió para batir a todos. Fue en el juego abierto lo que Staunton en el cerrado. Tocaría al inmarcesible genio de Wilhelm Steinitz (Praga, 14/5/ 1836 - New York, 12/8/1900) ponerle inapelable la mortaja al loco modo de la táctica angustiosa: nació la técnica tal como hoy la conocemos. Heredero de Philidor, continuó su obra con la construcción de un monumental edificio de lógica ajedrecística ante el cual se estrellaron los más agudos ingenios románticos. La virtuosa conducción defensiva de Steinitz provocaba furiosos embates del rival. el cual invariablemente fracasaba. Así, hacia 1870 el juego de los maestros se apaciguó un tanto para, hacia 1880, haberse ya embebido de los sólidos principios posicionales que en los noventa se impondrían para siempre. ¡El rugido transformado en bufido... ! Sobre el gran Steinitz trataremos en un artículo próximo a él consagrado. Por último, haremos memoria a unos muchachos soñadores: los de la “Pléyade de Berlin ". Karl Mayet (1810-1868), Wilhelm Hanstein (1811-1850), Thassilo von Heydebrand and der Lassa (1818-1899), Karl Schom (18021850), Bernhard Horwitz (18071885), Ludwig Bledow (17951846) y Paulus Rudolph von Bilguer (1815-1840) fueron quienes colaboraron en un proyecto delicioso: cristalizar en una suerte de gran manual la imponderable magia de la táctica, las más sublimes ensoñaciones ajedrecísticas; la definitiva aprehensión de la belleza y su tabulación en sendas variantes de gambito. Nació el tesoro hoy conocido como "Handbuch de Bilguer"; la primera enciclopedia de ajedrez, semejante a la “yugoeslava". Incomparable tratado sobre tantos gambitos como nadie pueda imaginarse jamás, ornado con bellísimas partidas de ilustración y una ideal selección de exquisitos finales de inigualable factura. Esta obra monumental, cuidadosamente, fue actualizándose con el pasar de las generaciones. Fue también con este celo amoroso creada la "Deutsche Schachzeftung" (1846) por Bledow, y continuada por sus amigos; siendo la revista de vida más prolongada, puesto que aun hoy goza de una generosa tirada, para deleite de quienes bebemos de su sabrosa hechura. La partida postrera del presente artículo, digna de un Anderssen y Zuckertort, fue jugada por Karl Mayet, uno de los astros de la "Pléyade de Berlín"; uno de los ministros de lo bello: Franz - Mayet Berlín 1858 1.e4 e5 2.Ac4 Cf6 3.Cf3 Cxe4 4.Cxe5 d5 5.Ab3 Ae6 6.0-0 Ad6 7.d4 Df6 (jugada barroca en exceso que denota un ánimo belicista. Sencillo era 7...0-0) 8.f4 (amenaza f5) 8...c5 (despreciando el peligro; esto es, el riesgo cierto consiste en la posibilidad de la apertura de líneas en el centro con el rey sin enrocar. Más conservador era 8..c6 9.f5 Ac8) 9.Aa4+! (y no 9.c3 Cc6; con la amenaza de 10...cxd4 11.cxd4 Cxd4 y Ac5) 9... Re7 (temerario. Más segura era 9...Ad7) 10. c4! (aceptando de buen grado el reto) 10...dxc4 (no se podía 10..cxd4; por 11.cxd5 Axd5 12.Cc3 con ventaja clara de las blancas) 11.Dc2! Af5 (amenaza Cg3. No servía 11....Ad5?? por 12.Tge1 y gana una pieza: 12...Df5 13.Cc3 ó 12...Dxe5 13.Txe4) 12.Dxc4 (si ahora 12.Te1 Axe5! 13.Txe4 cxd4! y el final es complicado. Si 12.g4 Cg3 13.gxf5 Cxf1 14.Rxf1 cxd4 15.Cxc4 ác8 16.ád3 Ca6! y es difícil) 12...cxd4 13.Db5 b6 14.Te1 Ac5 15.b4 (un duelo de golpes y contragolpes a cuál más ingenioso)

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15...a6 16.Dc4 b5 17.Dd5 Axb4 18.Txc4 Axe4 19.Dxe4 Tc8 20.Db7+ Rd8 21.Cxf7+ Dxf7 22.Dxf7 Txc1+ 23.Rf2 Cd7

(las negras tienen sólo una tome en compensación material por la dama blanca; pero la trabazón de piezas del primer jugador, unida a la ágil disposición del bando negro para el ataque, propician a Mayet la ocasión de un lucimiento como pocas veces han de verse sobre el tablero) 24.Ab3 (si 24.Dg8+ Af8 25.8b3 Rc7 y las blancas estarían en dificultades) 24...Rc7 25.Dxg7 Ac5 26. f5 (la dama debe permanecer en la diagonal "a1-h8" para restarle fuerza al avance del peón “d” . Por este motivo, poco ayudaría 26..Ae6 Td8 27.f5 Af8! seguido de d3 con rápida victoria) 26...Te8 27.Ae6 Te7 28.Dg3+ Rb7 29.Dd3 Rb6! 30.a4 Ce5 31.a5+ Rc7 32.De4 d3+ 33.Rg3 Ad6 34.Da8 Cc6+ 35.Rh4 Ae5 36.Dc8+ Rd6 37.Cd2 Axa1 (el negro ya consiguió dos torres por la dama, pero el peón “f” es sumamente peligroso) 38.Ce4+ Re5 39.f6 Txe6 40.f7 Th6+ 41.Rg5 Tg6+ 42.Rh5 Rxe4! (Mayet prefiere esta jugada en detrimento de la natural, pero inferior 42....Tf1 en vista de 43.Cg5!) 43.f8=D Ae5

(en esta posición increíble, en virtud de la acción coordinada de las piezas negras, amén del peón "d " a dos pasos de la promoción, las blancas han de buscar desesperadamente el jaque perpetuo pese a contar con dos damas. ¿Podrá Mayet evitar el perpetuo?)

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44.Df3+ Rd4 45.Dcf5 Tc3 46.D3e4+ Rc5 47.Df8+ Td6 48.Df2+ Td4 49.Df8+ Ad6 50.Df2 d2 (esto fuerza al blanco a desprenderse de una de las damas) 51.Dxc6+ Rxc6 52.Dxd4 Tc5+ 53.Rh6 Td5 54.Db6+ Rd7 55.Db7+ Re6 56.De8+ Re5 57.Dh8+ Rf4 58.Df6+ Re4 59.Df3+ Rd4 60.Rxh7 (sueña el blanco con coronar al menos un peón del flanco de rey) 60...Rc4! 61.De4+ Td4 62.Dc2+ Rd5 63.Df5+ Ae5 64.Df3+ Rc4 65.Dd1 (no hay movimientos mejores) 65...Td3! 66.h4 (demasiado tarde) 66...Ac3 67.h5 Te3 68.Df1+ Rb3 69.Dd1+ Rb2. Las blancas se rindieron. (0-1) ¡Jugó Mayet inspirado por Calíope, la musa de la Épica! Valga esta partida como un sentido homenaje a todos los maestros del período romántico, artistas y héroes de la dorada Era del Valor. Forjadores de superbas hazañas, son Manrico, son Lohengrin, son Parsifal... Y aunque la Razón los relegue a edades ya sepultas, con ellos nuestro corazón late en sus afanes de belleza virginal. *El MF Daniel Alpern es también un profundo conocedor de la historia del ajedrez y del Campeón Mundial Emmanuel Lasker, cuyas partidas comenta ante un público selecto en Buenos Aires. Es además pianista, crítico de ópera y anticuario.