Akakor, en busca de la civilizacion perdida

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por Alberto Borrás

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Tras quince años llegando a los quioscos deEspaña y América, ponemos en marcha estanueva sección con la pretensión de rescataralgunos de los grandes reportajes que sepublicaron en los primeros números deENIGMAS, revisando cómo haevolucionado lo que en ellos se exponía eneste largo tiempo transcurrido. Ycomenzamos extractando un magníficoartículo que en 1997 publicaba AlbertoBorrás Gabarró acerca del misterio deAkakor.

Nuestro colaborador comenzaba así su andadura en torno a es-te enigmático lugar: “En 1976, el periodista alemán Karl Bruggerpublicó su libro Die Chronik Von Akakor, traducido al español en1978 como La Crónica de Akakor. En esta obra se relata la his-toria de los Ugha Mongulala, una civilización humana fundada

por seres extraterrestre hace más de 10.000 años y cuya existencia sehabría perpetuado hasta la actualidad en ciudades subterráneas comoAkakor, supuestamente ubicada en algún lugar de la Amazonia, y que ja-más ha sido hallada. ¿Mantuvo este pueblo, como sostiene la crónica,contactos con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial? ¿O quizásel relato fue una invención de los alemanes para tender una cortina dehumo sobre algo que querían ocultar? ¿No sería, después de todo, unaobra de pura y simple ficción? Y si así fuera, ¿por qué su autor encontróla muerte en extrañas circunstancias?”.Y es que, como veremos, Karl Brugger sería asesinado en Manaos ha-

cia 1980 a la salida de su apartamento, sin que existiese móvil aparen-te. ¿Había averiguado demasiado? Volviendo de nuevo a la crónica, ésta “estaba basada en un relato he-

cho a Brugger por Tatunca Nara, un mestizo que se proclamaba príncipede Akakor. Ambos habían quedado citados por vez primera en la taber-na de Manaos Graças a Deus el 3 de marzo de 1972. La narración co-mienza en el año cero de la Era de la Civilización de los Ugha Mongulala,correspondiente al año 10481 a. de C., fecha de partida de los diosesque venían en naves doradas procedentes de Schwerta.De aspecto humano como nosotros, pero con seis dedos, estos seres

sacaron a los hombres de su salvaje ignorancia. Excavaron largos túne-les y enormes bóvedas subterráneas en las que edificaron ciudades que,finalmente, se vieron obligados a abandonar por culpa de una especiede guerra cósmica. Este enfrentamiento bélico provocó en la Tierra el tre-mendo cataclismo con el que empieza la crónica. Parece que pagamosel pato de una trifulca extraterrestre”.

La historia se complicaEran tiempos en los que fascinaba la posible existencia de civilizacionesdesaparecidas cuyo contacto con inteligencias alienígenas podía expli-car su avanzado desarrollo tecnológico, y que animó a muchos buscavi-das y aventureros a partir hacia su conquista. Borrás continúa explican-do la teoría de Brugger, cada vez más enrevesada y un tanto alucinada:“En sucesivos capítulos se desarrolla la historia de este pueblo hostiga-do por otros salvajes, así como las luchas que sostuvieron hasta un se-gundo cataclismo, que tuvo lugar 6.000 años después. Regresaron losextraterrestres, pero sólo estuvieron unos meses, lo justo para reorgani-zar aquel caos y dejar a dos de ellos, Lhasa y Samón, que permanecie-ron 300 años y fundaron dos imperios: el de Lhasa en Sudamérica y el