AL JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA NUMERO 37€¦ · Web viewA LA SALA. Dª ESTHER RODRÍGUEZ PÉREZ,...

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Tribunal Supremo Sala Segunda Secretaría Sra. De la Cuesta Recurso 2/10.084/08 Audiencia Nacional Sala de lo Penal Sección 3ª Rollo de Sala 27/02 Sumario 18/98 Juzgado Central de Instrucción nº 5 A LA SALA Dª ESTHER RODRÍGUEZ PÉREZ, Procuradora de los Tribunales y de D. FERNANDO OLALDE ARBIDE, según tengo acreditado en autos, ante la Sala comparezco y D I G O : Que, por medio de este escrito y con arreglo a lo dispuesto en los artículos 874 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, vengo a interponer RECURSO DE CASACIÓN en su día preparado contra la sentencia dictada en autos al margen reseñados. No se acompaña testimonio literal de la sentencia recurrida y del auto de aclaración de la misma por no haber sido entregado a esta representación, por los motivos anteriormente expresados en nuestro escrito de fecha 14 de febrero, pero que será o habrá sido aportado por la anterior representación procesal del recurrente, el Procurador Sr. Dorremochea. I

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Tribunal SupremoSala SegundaSecretaría Sra. De la CuestaRecurso 2/10.084/08Audiencia NacionalSala de lo PenalSección 3ªRollo de Sala 27/02Sumario 18/98Juzgado Central de Instrucción nº 5

A LA SALA

Dª ESTHER RODRÍGUEZ PÉREZ, Procuradora de los Tribunales y de D. FERNANDO OLALDE ARBIDE, según tengo acreditado en autos, ante la Sala comparezco y D I G O :

Que, por medio de este escrito y con arreglo a lo dispuesto en los artículos 874 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, vengo a interponer RECURSO DE CASACIÓN en su día preparado contra la sentencia dictada en autos al margen reseñados.

No se acompaña testimonio literal de la sentencia recurrida y del auto de aclaración de la misma por no haber sido entregado a esta representación, por los motivos anteriormente expresados en nuestro escrito de fecha 14 de febrero, pero que será o habrá sido aportado por la anterior representación procesal del recurrente, el Procurador Sr. Dorremochea.

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FUNDAMENTOS DOCTRINALES Y LEGALES ADUCIDOS COMO MOTIVO DE CASACIÓN.

PRIMER MOTIVO DE CASACIÓN.- Breve extracto de su contenido:

Al amparo del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por

infracción de preceptos constitucionales, concretamente el derecho

a la tutela judicial efectiva, a un proceso con todas las garantías y

a no sufrir indefensión (artículo 24.1 y 2 C.E.).

Con carácter previo, necesariamente hemos de denunciar la indefensión padecida por mi representado.

No nos estamos refiriendo a la indefensión producida a lo largo del proceso, por la irregular instrucción del mismo y por las violaciones de derechos fundamentales sufridas tanto en la fase de instrucción como en la fase intermedia y en el acto del juicio oral, que serán objeto de análisis en posteriores motivos.

Nos estamos refiriendo ahora a la grave indefensión en que coloca a esta defensa la propia sentencia, en su estructura y redacción, que dificulta, hasta hacer prácticamente inviable, la interposición del correspondiente recurso de casación.

En efecto, la sentencia, con olvido de la más elemental técnica procesal, mezcla en sus hechos probados no ya hechos que en absoluto lo son (lo cual será objeto de atención en siguientes motivos), sino valoraciones subjetivas, opiniones, reiteraciones e inexactitudes tales que hacen prácticamente imposible ajustar el recurso de casación a las rígidas especificaciones técnicas del mismo, con sujeción estricta a los motivos tasados por la ley y con arreglo a los formalismos tradicionalmente exigidos por la jurisprudencia de este Tribunal.

Desde luego, somos conscientes de la dificultad técnica y de redacción que comporta la confección de una sentencia tan compleja, en la que se abordan (indebidamente) conductas relativas a multitud de personas y

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entidades que, muchas de ellas, no tienen absolutamente nada que ver entre sí.

Tal empeño en la instrucción (y luego en el enjuiciamiento) conjunta de todos estos hechos, además de haber comportado intolerables perjuicios y quebrantos del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas a los procesados, ha dificultado, sin duda, la exacta individualización de las conductas, confundiéndolas en una inexistente amalgama.

Pero tal dificultad, que reconocemos, no exime a la Sala de sus obligaciones legales y, entre ellas, la de construir técnicamente la sentencia con arreglo a los parámetros legales, separando lo que son hechos probados (o que se estiman probados) de subjetivismos, valoraciones o hipótesis. Sin que sea tampoco aceptable que, por el indebido entrecomillado de textos, aparezcan, indebidamente, como autores de éstos quienes realmente no lo son.

Aunque quizás la mayoría de los motivos de recurso pudieran reconducirse a la violación del principio de presunción de inocencia (pues la orfandad probatoria de cargo con respecto a mi representado es evidente), lo cierto es que, además, se han producido toda una serie de irregularidades procesales, bastantes de ellas de alcance constitucional, tanto a lo largo de la instrucción sumarial como en el desarrollo del juicio oral y de la propia sentencia.

Trataremos, por tanto de efectuar una exposición ordenada, comenzando por aquellas cuestiones formales que efectivamente han causado indefensión a mi representado, pasando más tarde al verdadero núcleo del recurso, que no es otro sino la condena sin prueba de mi representado, finalizando por las cuestiones de derecho material, alguna de ellas de carácter subsidiario.

Ante la ausencia de una efectiva doble instancia de cognición plena en el proceso penal en el derecho español, nos vemos obligados a utilizar este cauce

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casacional, a tenor del auto de esta Sala de 16 de febrero de 2.004, dictado precisamente en recurso de revisión instado tras la resolución del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas de 20 de julio de 2.000, que había mantenido que el actual sistema de casación español vulnera el artículo 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Máxime cuando el referido Pacto Internacional, por el mandato establecido en el artículo 10.2 C.E., debe ser no sólo considerado parte de nuestra legislación positiva, sino elemento interpretativo de la misma.

En cualquier caso, el referido auto de 16 de febrero de 2004 entiende que, a través de este cauce, puede establecerse un sistema de revisión del proceso valorativo, suficiente para llenar las expectativas de una doble instancia penal. En el mismo sentido, la S.T.S. de 25 de abril de 2002, que afirma que "se reconoce la asimilación funcional entre la casación y el derecho

a la revisión de la culpabilidad y de la pena impuesta que exige el artículo 14.5

del Pacto".

Solicitamos, por tanto, que la Sala interprete de manera amplia las facultades de revisión y examen de la prueba que le confiere el referido artículo 899 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, a fin de paliar, en la medida de lo posible, el déficit que el sistema procesal español, en su institución del recurso de casación, presenta con respecto al "principio de doble instancia en

materia penal" (artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 16 de diciembre de 1.966), puesto de manifiesto por el dictamen del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas de 20 de julio de 2.000 (Comunicación 701/96, caso Gómez Vargas contra España) y el dictamen de 7 de agosto de 2.003 (comunicación 1.007/01, caso Sineiro Fernández contra España).

A este respecto, hemos de destacar también las conclusiones preliminares efectuadas por el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Promoción y la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades

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Fundamentales en la Lucha Contra el Terrorismo, Sr. Martin Scheinin, emitidas recentísimamente, en 14 de mayo, tras su reciente visita a España.

En la página 7 de las referidas conclusiones preliminares podemos leer:

"Toda persona condenada por un delito tiene, según el artículo 14, párrafo 5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, derecho a que su condena y sentencia sean revisadas par un tribunal superior. Según establece la jurisprudencia del Comité de Derechos Humanos sobre este artículo, el recurso de casación por un tribunal superior, limitado a cuestiones de derecho, no es suficiente para dar cumplimiento al Pacto. Debido a que un solo tribunal conoce de los casos de terrorismo en España, la Audiencia Nacional, y a que la función del Tribunal Supremo tradicionalmente se limita a cuestiones de derecho, los mecanismos existentes de revisión por un tribunal superior aparentemente adolecen de una deficiencia estructural. El Relator Especial tiene presentes las medidas judiciales y legislativas que han tomado las autoridades españolas en cumplimiento del artículo 14, párrafo 5 del Pacto. Sin embargo, desea resaltar que el problema sigue vigente para decenas de personas acusadas o condenadas en algunos de los principales casos relacionados con el terrorismo, que siguen pendientes.".

En este sentido, las S.T.C. 60/85, 110/85, 139/85 y 102/86 han destacado "la relevancia que en nuestro ordenamiento procesal penal tiene la casación

como medio que permite al justiciable someter el fallo en que fue condenado

al 'tribunal superior' a que se refiere el artículo 14.5 del Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos, conforme al cual, según establece el artículo 10.2

de la Constitución, han de interpretarse las normas relativas a los derechos

fundamentales reconocidos en ella". Recordando además que las normas "han

de interpretarse en el sentido más favorable a la plena sustanciación y decisión del recurso, pudiendo revisarse en sede constitucional la aplicación

efectuada para evitar en su caso la imposición de obstáculos y formalismos

enervantes contrarios al indicado derecho fundamental ".

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En el mismo sentido, la STC 42/82 expresa que "... estas

consideraciones... obligan a entender que entre las garantías del proceso penal

se encuentra la del recurso delante de un Tribunal superior y que, por tanto,

todas las normas de derecho procesal de nuestro ordenamiento han de ser interpretadas en el sentido más favorable a un recurso de este género".

Siendo ciertamente curioso que, posteriormente a dichos dictámenes de Naciones Unidas, se haya instaurado en nuestra legislación un sistema procesal en el que la segunda instancia penal se reconoce y garantiza por la ley, al haber entrado en vigor el día 15 de enero de 2.004 la modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial por Ley Orgánica 19/03, de 23 de diciembre, en cuya Exposición de Motivos se dice que "en el Libro I destaca

la generalización de la segunda instancia penal, potenciándose las Salas

de lo Penal y los Tribunales Superiores de Justicia, en las que se residencia la

segunda instancia penal respecto de las resoluciones dictadas por las

Audiencias Provinciales en primera instancia, así como la creación de una Sala de Apelación en la Audiencia Nacional. Con ello, además de la

previsible reducción de la carga de trabajo de la Sala 2ª del Tribunal Supremo,

se pretende resolver la controversia surgida como consecuencia de la

resolución de 20 de julio de 2.000 del Comité de Derechos Humanos de

Naciones Unidas, en la que se mantuvo que el actual sistema de casación

español vulneraba el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos". Sin que, por el contrario, cuatro años después, se haya establecido ni regulado esa prevista segunda instancia penal.

Por tanto, si ciertamente esta Sala viene entendiendo que el recurso de casación actual es suficiente para colmar el derecho a la doble instancia penal (Pleno no jurisdiccional de 13 de septiembre de 2.000), aunque se insista en la conveniencia de instaurar un recurso de apelación previo al de casación, deberá interpretarse de forma amplia y flexible el cauce casacional, para así asimilarlo, en la medida de lo posible, al recurso de apelación, derecho que reconoce pero no regula nuestro derecho positivo.

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Así, como refiere, entre otras, la S.T.S. 1119/08, de 8 de enero, tras el Pleno de 28 de septiembre de 2.001, en A.T.S. de 14 de diciembre de 2.001, esta Sala precisó que "los antiguos criterios que consideraban intangible la valoración de la prueba realizada por el tribunal de instancia... han sido superados. Las reglas del criterio racional constituyen el núcleo sobre el que se articula la valoración de la prueba. La vía de la presunción de inocencia ha supuesto un importante impulso a la posibilidad de entrar, por el cauce de la casación, en el análisis y ponderación de la actividad probatoria. Por otro lado, la obligación de motivar las resoluciones judiciales y el rechazo constitucional a cualquier vestigio de arbitrariedad en la actuación de los poderes públicos obliga a razonar suficientemente el proceso seguido para la valoración de la prueba. El análisis racional de la prueba es una exigencia del propio valor de justicia, la irracionalidad y el abandono de la lógica vulneran el derecho a un juicio justo, que constituye el paradigma de un modelo de proceso penal en una sociedad democrática".

Continúa la referida sentencia 1.119/08 expresando que "el atento examen de la realidad revela que en la práctica judicial los tribunales de apelación siguen técnicas de análisis de las sentencias sometidas a su consideración cada vez más semejantes a las utilizadas por el tribunal a cuyo cargo está la casación, y, a la vez, que la revisión que éste realiza se aproxima progresivamente a la de aquéllos, a través no sólo de la valoración de la legalidad o ilegalidad de la prueba, sino del contenido de la misma y verificación de si puede ser considerada incriminatoria o de cargo".

Así, por medio del presente recurso, entre otras pretensiones, se pretende hacer valer el derecho del condenado a que la pena que le ha sido impuesta sea sometida a revisión por este tribunal superior, revisión que ha de desplegarse en un triple efecto: 1) La revisión de los hechos. 2) La revisión de la calificación jurídica y 3) La revisión de la pena.

Por supuesto, para centrar nuestro recurso, éste se ceñirá única y exclusivamente a los hechos probados y fundamentos referentes solamente a

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él y, lógicamente, también por extensión, a la Fundación Joxemi Zumalabe (en adelante, la Fundación). Haciendo abstracción del resto del cúmulo de irregularidades procesales que, aunque repugnen jurídicamente, no han constituido una efectiva y concreta indefensión de nuestro representado.

Pues bien, retomando nuestro inicial discurso, en los hechos probados se incluyen (más que como tales, casi podríamos decir, como "dogmas de fe") afirmaciones subjetivas literalmente contenidas en los informes de la UCI. En efecto, la sentencia no se limita a transcribir documentos, sino que "trasplanta" a los hechos probados las conclusiones efectuadas por la UCI, que, a su vez, efectuaban valoraciones subjetivas, afirmaciones apriorísticas y conclusiones que de ninguna manera se desprenden de los documentos transcritos.

La técnica empleada en la redacción de la sentencia revela que, en realidad, el Tribunal ha llegado a una conclusión (quizá con carácter previo incluso al enjuiciamiento) y después se han buscado los datos fácticos que puedan justificar tal conclusión.

Queda totalmente al descubierto dicha perversa técnica, por ejemplo cuando, en la página 298, aparece un comentario revelador, posiblemente utilizado en el borrador y a eliminar, pero no eliminado en la redacción final, que reza textualmente "(averiguar si estos documentos fueron objeto de contradicción)".

En efecto, no importaba si se declaraban probados unos hechos a consecuencia de pruebas aportadas al proceso con todas las garantías, sino tratar de justificar "a posteriori" una "conclusión" apriorísticamente asumida, basándose en cualquier dato, aunque el mismo no hubiera sido traído al proceso con todas las garantías. De hecho, lo cierto es que no existió tal contradicción, puesto que los dichos documentos no fueron sometidos a lectura en el acto del juicio oral. Aunque, repetimos nada de eso parecía importar, pues la conclusión aparecía como previa al examen de la prueba.

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Así, en otras ocasiones se adjetiva algún documento (concretamente el "Piztu Euskal Herria") como de "extremo radicalismo" (pág. 290), o "de corte exclusivamente radical" (pág. 301), se efectúan elucubraciones (sin el menor indicio para sustentarlas) sobre los propósitos de los acusados, y se efectúan en la relación de hechos valoraciones y conclusiones subjetivas.

Y todo ello, repetimos, en la relación de hechos probados, lo que convierte en un imposible la correspondiente impugnación, por los cauces técnicos del recurso de casación, para las defensas.

Y así, en muchísimas ocasiones, como hemos señalado, se incluyen hipótesis, valoraciones o subjetividades en los hechos probados. En otras, sin embargo, se complementan o integran éstos con los fundamentos jurídicos, también en deficiente técnica procesal.

A este respecto, este Tribunal, haciendo autocrítica de su anterior doctrina, últimamente ha censurado la técnica de "complementación del hecho". Así, la STS de 31 de mayo de 2003 expone:

“La permisividad de una corriente jurisprudencial de esta Sala ha intentado salvar la incorrecta técnica y sistemática de los redactores de algunas sentencias, complementando los hechos probados con las referencias fácticas camufladas en el seno de las argumentaciones jurídicas. De esta forma, además de hacer una interpretación contra ley, perjudicial para el reo, se origina una cierta indefensión en la parte afectada, que tiene que escudriñar e interpretar cuáles son las partes fácticas de la fundamentación jurídica, para conseguir combatir la calificación jurídica de la sentencia. No sabe de antemano qué pasajes van a ser considerados complementarios del insuficiente y deficiente relato fáctico; sin embargo esta Sala puede, a su elección, elegir aquéllos que considera integradores y llegar a una solución a la que no ha tenido oportunidad de oponerse la parte recurrente.

La técnica de la complementación del hecho no sólo produce indefensión, sino que es contraria a la legalidad al contradecir en sus

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propios términos el tenor literal y estricto del relato fáctico, en el que, por exigencias de sistemática y de tutela judicial efectiva, se tiene que concentrar todo el bagaje y sustento fáctico de la calificación jurídica.

[…]Exige, por tanto, el legislador y nuestro sistema tradicional, ahora reforzado por las previsiones constitucionales de la tutela judicial efectiva y la interdicción de la indefensión, que la base y contenido de la imputación jurídica se concentre única y exclusivamente en los hechos que se declaran formal y restrictivamente probados. Es evidente que cuando la sentencia se olvida de unos hechos y los recoge de manera puramente dialéctica en los fundamentos de Derecho, nunca se dice, de forma concluyente, que dichos pasajes se declaran expresa y terminantemente probados. Este modelo de sentencias está además expresamente avalado por el ancestral art. 142 de la LECrim., que establece, desde hace más de un siglo, cuál es la técnica legal que debe seguirse, imponiendo hacer una declaración «expresa y terminante» de los hechos que se estimen probados. Más recientemente, el art. 248.3 de la LOPJ dispone que se consignarán en párrafos numerados y separados los diversos apartados que constituyen la estructura de la sentencia, para que pueda ser comprendida y en su caso recurrida por la parte a la que perjudica.

La tesis de la complementación ha sido una rechazable técnica que se ha utilizado, casi siempre, en contra del reo y para salvar las deficiencias imputables a los redactores y firmantes de la sentencia. Lejos de contribuir a la perfección del sistema, se ha coadyuvado a la vulneración de elementos sustanciales que deben ser observados en la aplicación del derecho por parte de los órganos jurisdiccionales”. (Negrita añadida).

La STS de 26 de marzo de 2004 también aborda la cuestión en los siguientes términos:

“Desde el punto de vista metodológico, una resolución debe estructurarse de forma que permita conocer el objeto del debate, así como la posición de la Sala sentenciadora sobre los hechos confrontados por las acusaciones y la defensa. Parece lógico exigir, y así lo hace el legislador, que se diga

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cuáles son los hechos probados. En caso contrario la sentencia se construye sobre el vacío al carecer de un cimiento indispensable, como es el del relato fáctico.

Reiteramos una vez más que la doctrina tradicional de esta Sala, permitiendo integrar los hechos probados con las alegaciones fácticas deslizadas en los fundamentos de derecho, vulnera las garantías de defensa y son un artificio frecuentemente utilizado para fundamentar condenas, -que nunca absoluciones- sobre datos que no han sido declarados de forma taxativa como hechos probados. Su traslado a los apartados jurídicos de la sentencia es ilegal y asistemático.

El artículo 142.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, vigente desde los orígenes de la ley, exige, y nadie lo ha cuestionado, que se haga 'una declaración expresa y terminante de los que estime probados'.

Por ello no se puede fundamentar una sentencia condenatoria con retazos fácticos que son simples añadidos argumentales, que el órgano juzgador no consideró, expresa y terminantemente, probados. Si se utilizan como base de una resolución en contra del reo, se le causa una gravosa indefensión, al no saber exactamente qué es lo que taxativa y limitadamente se le ha imputado” (Negrita añadida).

Todo ello conlleva en el presente caso a que, en ocasiones, no sepamos ciertamente cuál pueda ser el cauce casacional adecuado, dada la mezcla entre hechos y valoración de la prueba, lo que ocasiona patente indefensión. La única fórmula, como anteriormente sugeríamos, de paliar, ya que no evitar totalmente, dicha indefensión sin declarar la total nulidad de la propia sentencia, sería una amplísima interpretación de las posibilidades revisorias del recurso de casación que permitiese, en definitiva, como antes se dijo, cumplimentar la exigencia de la doble instancia penal que prevé el artículo 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Así, y aunque formalmente hemos anunciado separadamente, como corresponde hacerlo en buena técnica procesal, como diferentes motivos los

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articulados al amparo del artículo 849.2º (error de hecho resultante de documentos) y del artículo 852 (infracción del derecho fundamental a la presunción de inocencia), de hecho desarrollaremos conjuntamente ambos motivos, bajo el epígrafe de "violación del derecho fundamental a la presunción de inocencia", analizando los hechos probados y demostrando que aquéllos que contienen o de los que puede extraerse algún indicio en contra de mi representado, en realidad, o no están sustentados en ninguna prueba o lo están en pruebas traídas al proceso de forma ilegal (infracción del principio de presunción de inocencia en sentido propio) o están basados en interpretaciones contradictorias, irrazonables o incluso contrarias al propio texto literal de algunos documentos (error de hecho resultante de documentos).

SEGUNDO MOTIVO DE CASACIÓN.- Breve extracto de su contenido:

Al amparo del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por

infracción de preceptos constitucionales, concretamente el derecho a un proceso con todas las garantías y a no sufrir indefensión (artículo 24.1 y 2 C.E.).

A lo largo de todo el proceso se han venido produciendo no ya irregularidades, sino flagrantes violaciones de la legalidad no sólo ordinaria sino también constitucional, de los cuales ha sido consciente en todo momento la Sala de enjuiciamiento. Hasta el punto que ésta, si bien en ocasiones ha provocado o tolerado tales violaciones de la legalidad, en otros casos, incluso, ante la evidencia y gravedad de las mismas, ha tratado, en parte, de paliar o "parchear" dichas gravísimas violaciones, intentando, a veces, subsanaciones a posteriori que en absoluto podían convalidar los quebrantamientos constitucionales y de legalidad ordinaria cometidos.

Si la Sala a que nos dirigimos, haciendo uso de las facultades conferidas en el artículo 899 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, examina las actuaciones, podrá comprobar cómo las múltiples protestas de las defensas

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alegando indefensión no eran ardides o estratagemas procesales, sino justas denuncias con base más que real.

En cualquier caso, no vamos a dedicar gran espacio a esta cuestión, que fue ampliamente desarrollada en el juicio en sus informes por otras defensas y que, con toda seguridad, reiterarán en sus recursos. Pero es que, además, y aunque, lógicamente, la nulidad de todo el proceso redunde en beneficio de esta parte, ni siquiera es primordial para la misma la denuncia de las numerosas causas de nulidad, pruebas ilegales y demás irregularidades, pues, con ellas o sin ellas, no existe el menor apoyo probatorio para dictar una sentencia condenatoria contra mi representado, como examinaremos más en profundidad en el motivo en el que se denunciará la vulneración del principio de presunción de inocencia.

Pero, por "higiene procesal", no podemos por menos que efectuar alguna mención, siquiera sea breve, a alguna de las múltiples irregularidades observadas, generadoras de indefensión.

A) Intervenciones telefónicas.-

Nuestra Ley de Enjuiciamiento Criminal no contiene normativa detallada sobre las intervenciones de conversaciones telefónicas, lo que le ha valido no pocos reproches de la doctrina y también de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Pero tal vacío legal se ha ido llenando en la jurisprudencia constitucional y de este tribunal.

Así, la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en los casos Valenzuela Contreras contra España, de 30 de julio de 1.998 y Prado Bugallo contra España, de 18 de febrero de 2.003, declararon que la legislación española sobre la materia anterior a la reforma de 1.988 no cumplía los requisitos de habilitación legal exigidos y que carece de la "calidad requerida

por la exigencia de previsibilidad". Asimismo se indica que la ley "debe utilizar

términos lo suficientemente claros para indicar a todos en qué circunstancias y

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bajo qué condiciones habilita a los poderes públicos para adoptar tales

medidas".

Pero, además, la última de estas sentencias, que estima la vulneración del artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, afirmaba: "Las

garantías introducidas por la Ley de 1988 no responden a todas las

condiciones exigidas por la jurisprudencia del Tribunal, especialmente en las

sentencias Kruslin c. Francia y Huvig c. Francia, para evitar los abusos. Se trata

de la naturaleza de las infracciones susceptibles de dar lugar a las escuchas,

de la fijación de un límite a la duración de la ejecución de la medida, y de las

condiciones de establecimiento del procedimiento de transcripción de las

conversaciones interceptadas. Estas insuficiencias afectan igualmente a las

precauciones a observar, para comunicar intactas y completas, las grabaciones

realizadas, a los fines del eventual control por el juez y la defensa. La ley no

contiene ninguna disposición en relación con ello” (§ 30 a 32).

Recogiendo dicha doctrina, la STC de 23 de octubre de 2003 proclamaba: "El art. 579 LECrim adolece de vaguedad e indeterminación en aspectos esenciales, por lo que no satisface los requisitos necesarios exigidos por el art. 18.3 CE para la protección del derecho al secreto de las

comunicaciones, interpretado, como establece el art. 10.2 CE, de acuerdo con

el art. 8.1 y 2 del CEDH. En la STC 49/1999, de 5 Abr., FJ 5, en la que

proyectamos a partir de nuestra Constitución dichas exigencias, dijimos que se

concretan en: «la definición de las categorías de personas susceptibles de ser

sometidas a escucha judicial; la naturaleza de las infracciones susceptibles de

poder dar lugar a ella; la fijación de un límite a la duración de la ejecución de la

medida; el procedimiento de transcripción de las conversaciones

interceptadas; las precauciones a observar, para comunicar, intactas y

completas, las grabaciones realizadas a los fines de control eventual por el

juez y por la defensa; las circunstancias en las cuales puede o debe procederse

a borrar o destruir las cintas, especialmente en caso de sobreseimiento o

puesta en libertad […]

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De la lectura del transcrito precepto legal resulta la insuficiencia de su regulación sobre el plazo máximo de duración de las intervenciones, puesto que no existe un límite de las prórrogas que se pueden acordar; la delimitación de la naturaleza y gravedad de los hechos en virtud

de cuya investigación pueden acordarse; el control del resultado de las intervenciones telefónicas y de los soportes en los que conste dicho resultado, es decir, las condiciones de grabación, y custodia, utilización y

borrado de las grabaciones, y las condiciones de incorporación a los atestados

y al proceso de las conversaciones intervenidas. Por ello, hemos de convenir

en que el art. 579 LECrim no es por sí mismo norma de cobertura adecuada, atendiendo a las garantías de certeza y seguridad jurídica, para la

restricción del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones

telefónicas (art. 18.3 CE).

Pero, además, tampoco regula expresamente y, por tanto, con la

precisión requerida por las exigencias de previsibilidad de la injerencia en un

derecho fundamental las condiciones de grabación, custodia y utilización

frente a ellos en el proceso penal como prueba de las conversaciones grabadas

de los destinatarios de la comunicación intervenida, pues el art. 579 LECrim

sólo habilita específicamente para afectar el derecho al secreto de las

comunicaciones de las personas sobre las que existan indicios de

responsabilidad criminal en el momento de acordar la intervención de las

comunicaciones telefónicas de las que sean titulares o de las que se sirvan

para realizar sus fines delictivos, pero no habilita expresamente la afectación del derecho al secreto de las comunicaciones de los terceros con quienes aquéllos se comunican. A estos efectos resulta

conveniente señalar que al legislador corresponde ponderar la

proporcionalidad de la exclusión, o inclusión, y en su caso bajo qué requisitos,

de círculos determinados de personas en atención a la eventual afección de

otros derechos fundamentales o bienes constitucionales concurrentes al

intervenirse sus comunicaciones, o las de otros con quienes se comunican,

como en el caso de abogados o profesionales de la información el derecho al

secreto profesional [arts. 24.2 pár. 2.º y 20.1.d) CE], o en el caso de diputados

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o senadores el derecho al ejercicio de su cargo de representación política (art.

23.2 CE), su inmunidad parlamentaria y la prohibición de ser inculpados o

procesados sin previa autorización de la Cámara respectiva (art. 71.2 CE)”.

Reiteradamente tiene declarado este Tribunal que la diligencia de intervención telefónica debe respetar unas claras exigencias de legalidad constitucional, cuya observancia es del todo punto necesaria para la validez de la intromisión en la esfera de la privacidad de las personas. En este sentido, los requisitos son tres: 1) judicialidad de la medida; 2) excepcionalidad de la medida; y 3) proporcionalidad de la misma.

De la nota de la judicialidad de la medida se derivan las consecuencias siguientes: a) que solo la autoridad judicial competente puede autorizar el sacrificio del derecho a la intimidad; b) que dicho sacrificio tiene la finalidad exclusiva de proceder a la investigación de un delito concreto y a la detención de los responsables, rechazándose las intervenciones predelictuales o de prospección; c) que por ello la intervención debe efectuarse en el marco de un proceso penal abierto, rechazándose la técnica de las Diligencias Indeterminadas; d) que al ser medida de exclusiva concesión judicial, esta debe ser fundada en el doble sentido de adoptar la forma de auto y tener suficiente motivación o justificación de la medida; e) que es una medida temporal, sin perjuicio de prórroga; f) que el principio de fundamentación de la medida, abarca no solo al acto inicial de la intervención, sino también a las sucesivas prórrogas; y g) que consecuencia de la exclusividad judicial, es la exigencia de control judicial en el desarrollo, prórroga y cese de la medida, cuestión sobre la que volveremos posteriormente.

De la nota de excepcionalidad se deriva que la intervención telefónica no supone un medio normal de investigación, sino excepcional en la medida que supone el sacrificio de un derecho fundamental de la persona, por lo que su uso debe efectuarse con carácter limitado. Ciertamente en la mayoría de los supuestos de petición se estará en los umbrales de la investigación judicial,

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normalmente tal petición será la cabeza de las correspondientes diligencias previas, pero en todo caso debe acreditarse una previa y suficiente investigación policial que para avanzar necesita, por las dificultades del caso, de la intervención telefónica.

De la nota de proporcionalidad se deriva como consecuencia que este medio excepcional de investigación requiere, también, una gravedad acorde y proporcionada a los delitos a investigar. Ciertamente que el interés del Estado y de la sociedad en la persecución y descubrimiento de los hechos delictivos es directamente proporcional a la gravedad de éstos, por ello, sólo en relación a la investigación de delitos graves, que son los que mayor interés despiertan su persecución y castigo, será adecuado el sacrificio de la vulneración de derechos fundamentales para facilitar su descubrimiento, pues en otro caso, el juicio de ponderación de los intereses en conflicto desaparecería si por delitos menores, incluso faltas, se generalizase este medio excepcional de investigación, que desembocaría en el generalizado quebranto de derechos fundamentales de la persona sin justificación posible.

Estos requisitos expuestos hasta aquí integran el estándar de legalidad en clave constitucional, de suerte que la no superación de este control convierte la medida en ilegítima por vulneración del artículo 18 de la Constitución. Siendo apreciable una nulidad insubsanable, susceptible de arrastrar a todas aquellas otras pruebas directamente relacionadas y derivadas de las intervenciones telefónicas (doctrina de los "efectos reflejos" o de "los frutos del árbol envenenado").

A lo largo de este procedimiento se han intervenido innumerables líneas telefónicas, en muchos casos por períodos de hasta dos años, y miles de comunicaciones telefónicas, grabándose conversaciones de centenares de personas no investigadas, sobre hechos que, ni de lejos, tenían que ver con los hechos investigados.

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Nos vamos a ceñir única y exclusivamente a las escuchas practicadas en la "pieza Zumalabe", que afectan a la Fundación Joxemi Zumalabe y, por ende, directamente a mi representado.

La intervención policial sobre el teléfono de la Fundación Joxemi Zumalabe (en adelante, la Fundación) tiene su origen en una solicitud policial de 16 de noviembre de 1.998 (folio 4.850 de la pieza separada Ekin) y es acordada por auto de 30 de noviembre de 1.998 (folio 4.860 de la misma pieza).

Pero, como veremos a continuación, ni la solicitud estaba motivada, ni tampoco el auto, cuya motivación lo es por referencia a aquélla.

La policía se limita a afirmar que "se están llevando a cabo

investigaciones", sin concretar en qué consisten éstas, personas a las que se refieren, hechos delictivos concretos, sospechas o indicios en las que se funden.

Si bien dicha solicitud parece centrarse sobre una persona, María Isabel Pac Villahoz, proporcionando, como único motivo de sospecha, que "fue

detenida" el 2 de mayo de 1.998 "quedando posteriormente en libertad".

Es evidente que el hecho de la detención de una persona, no supone indicio de comisión posterior de hecho delictivo alguno, y mucho menos, si, como en dicho caso, la detenida queda inmediatamente en libertad. Además, recordemos que habían transcurrido más de seis meses desde su detención e inmediata puesta en libertad.

Por tanto, no hay ningún dato objetivo concreto que justifique la investigación.

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Además, se da la circunstancia de que la referida persona, María Isabel Pac Villahoz, no era la titular de la línea telefónica intervenida. Es más, ni siquiera era usuaria de la misma.

En el acto del juicio compareció como testigo y declaró que había trabajado en los locales de la Fundación un año, desde finales de 1.997 hasta finales de 1.998. Siendo así que la solicitud policial data de noviembre de 1.998 parece que, en aquel momento, ya no era ni siquiera "usuaria" de dicha línea telefónica.

La primera prórroga de las escuchas, acordada por auto de 15 de enero de 1.999 (folio 4.883, pieza Ekin), tras solicitud policial de 8 de enero de 1.999 (folio 4.873), incurre en los mismos defectos.

Se amplía la solicitud, además, como "presunto usuario" del teléfono a Mikel Aznar e Ignacio Yurrebaso, pero sin solicitar la intervención de sus comunicaciones. Es decir, no eran estas personas las investigadas, sino que en principio, continuaba siéndolo María Isabel Pac.

La segunda prórroga, por auto de 18 de febrero de 1.999 (folio 4.904), subsiguiente a solicitud policial de 9 de febrero de 1.999 (folio 4.891), es prácticamente idéntica y, por tanto, incurre en los mismos defectos.

Si bien aquí ya no se refiere a ninguna sospecha respecto de Mikel Aznar y de Iñaki Yurrebaso, sino que se sigue refiriendo a María Isabel Pac que, como antes se ha dicho, hacía tiempo que no trabajaba ya en la Fundación ni era usuaria de dicho teléfono.

Por otra parte, los supuestos indicios relatados al folio 4.894 carecen, desde luego, del carácter de delictivos.

Por tanto, no concurre el requisito de excepcionalidad y especialidad de la medida, pues las escuchas telefónicas fueron generales y prospectivas y no

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específicamente encaminadas a la investigación de un delito pre-existente por parte de persona determinada.

En realidad, ni existía conciencia cierta de la comisión previa de un delito, ni de las personas a quienes se podía imputar el mismo, sino única y exclusivamente se tenía conocimiento de la existencia de una Fundación cuya actividad no debía resultar grata a la policía por aglutinar y dinamizar la actuación de diversos grupos disidentes o antisistema y se adopta, a priori, la decisión de investigarla y someterla a escucha, para ver qué concretos delitos podrían en el futuro atribuírseles y a qué personas.

Es decir, lo más parecido a una causa general y lo menos parecido a las garantías que deben rodear un proceso penal en un estado de derecho.

Y para ello se aprovecha la fugaz detención, hacía ya meses, de una persona que temporalmente había trabajado en la Fundación y que ya ni trabajaba en la misma ni utilizaba sus teléfonos, ni posteriormente fue objeto de acusación.

Por tanto, el déficit de motivación, radical e insubsanable, que se da en el origen de la solicitud y del primer acuerdo y sucesivas prórrogas de intervención telefónica, ocasiona el incumplimiento de los estándares mínimos de garantía constitucional. Y también lo incumple la generalidad y falta de excepcionalidad e individualización de la medida.

Y sin olvidar que tampoco superan los estándares mínimos de legalidad ordinaria, ya que no consta que, en su momento, se hubiesen ido remitiendo las cintas al Instructor, ni que por aquél hubiesen ido siendo escuchadas y seleccionadas, para pronunciarse sobre el interés de las mismas y la conveniencia de su prórroga.

En definitiva, dichas intervenciones son incorporadas más tarde al proceso, de forma acrítica, sin que el Instructor realice una verdadera labor de

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instrucción, sino simplemente de acumulación de pruebas practicadas por la policía.

Destacaremos después cómo, de hecho, ha sido la policía la que ha llevado la instrucción de todo el procedimiento sin que, en realidad, las partes acusadoras hayan propuesto diligencia alguna. La policía propone medidas limitadoras de derechos, acríticamente aceptadas por el Instructor, la policía instruye, la policía remite informes, que luego se convierten en "pruebas

periciales" por obra y gracia de la llamada prueba pericial de inteligencia que después comentaremos más en profundidad, y que luego la Sala se limitará, también acríticamente, a transcribir, en algún caso de forma literal, como hechos probados de la sentencia.

En definitiva, las intervenciones telefónicas no han superado el estándar de legalidad constitucional, y tampoco el estándar de legalidad ordinaria, y como quiera que todos los medios de prueba derivan directamente de estas intervenciones telefónicas, según se acredita por las declaraciones de los policías que han intervenido en las investigaciones, en aplicación de la doctrina de "los frutos del árbol envenenado", debe declararse la nulidad de toda la prueba (STC 94/99, 184/03, 165/05, 259/05).

Si dichas pruebas, por su nulidad radical, inicial e insubsanable, no debieron haberse aportado al plenario mediante su audición, mucho menos aún cabe predicar la eficiencia de otras intervenciones telefónicas que ni siquiera fueron escuchadas en el juicio y que el Ministerio Fiscal solicitó, en su informe, que se valorasen por el Tribunal al amparo de lo dispuesto en el artículo 726 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Lo que, lógicamente es imposible en buena técnica jurídica, ya que no se trataba de prueba preconstituida ni era imposible su reproducción en el acto del juicio oral.

Todo ello, además, sin perjuicio de que, en contra de lo que sostiene la sentencia, de ninguna de las intervenciones telefónicas practicadas pueda

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extraerse ni el más mínimo elemento de cargo en contra de mi representado, como después analizaremos.

B) Respecto de la prueba secreta o, al menos, desconocida u ocultada al conocimiento de las defensas.

Recordemos a este respecto que en el Juzgado Central de Instrucción nº 5 se había prohibido taxativamente a las defensas fotocopiar las actuaciones, por lo que los letrados tenían que instruirse, en la Oficina Judicial, en condiciones harto precarias, de los miles de folios que contenían las actuaciones, que, además, frecuentemente ni siquiera estaban disponibles, por estar en poder del Juez, trasladados a Fiscalía, o trabajando con ellos los oficiales encargados de su tramitación.

En el trámite de instrucción (que el Ministerio Fiscal había tardado 7 meses en evacuar) y para el cual a la defensa solamente se concedían 2 meses, las defensas consiguieron que se les entregasen copias de parte de la causa. Si bien, como oportunamente se denunció, al menos en dos ocasiones, la copia resultó ser parcial, faltando infinidad de folios, incluso tomos enteros, que, al parecer, faltaban también en los autos originales y que se aseguró que se entregarían posteriormente a la defensa, sin que muchos de aquellos folios llegasen a entregarse jamás al inicio del juicio.

En cuanto a las piezas de convicción jamás estuvieron, en su integridad, a disposición de la Sala ni de las partes, existiendo numerosas discordancias entre los oficios de remisión del Juzgado Central y las actas de recepción de la Sección 3ª, e incluso ciertas actuaciones sorprendentes respecto de algunos documentos, si bien es justo precisar que no afectan al derecho de esta parte.

Otras muchas irregularidades se cometieron durante la vista oral (llegada de 120 bultos en cajas precintadas 7 días antes del juicio, sin que fueran puestas a disposición de las partes, inicio de los interrogatorios sin que las pruebas documentales anticipadas hubieran llegado, etc.), sobre las que no

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efectuaremos un análisis en profundidad por no afectar directamente al derecho de esta parte, aunque sí nos dan una idea del ambiente anómalo y de infracción de la legalidad vigente en que se desarrolló el juicio.

En definitiva, no sólo los trámites de instrucción y calificación, sino incluso el acto del juicio oral transcurrieron sin que las defensas tuviesen cabal conocimiento de la totalidad de las actuaciones y/o documentos obrantes en la causa.

C) Derecho a no declarar.-

Llegado el momento del interrogatorio de los acusados en el acto del juicio, la mayoría de ellos se negaron a responder a las preguntas de las acusaciones. Si bien es cierto que dicho derecho fue formalmente respetado, no es menos cierto que sólo lo fue en parte, puesto que por la Presidenta del Tribunal se denegó a los acusados la explicación de las razones por las que se negaban a contestar las preguntas de las acusaciones.

La imposibilidad de dar explicación a este silencio afecta directamente a la valoración que la Sala ha podido realizar de las manifestaciones y de los silencios, por lo que resulta muy relevante a efectos de valoración de la prueba.

D) Sobre la "pericial de inteligencia".-

a.- La recusación de los peritos.

En el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal, curiosamente, no se solicitaba la práctica de ninguna prueba. Sin embargo, días después, se incorporó a la causa, no sabemos con qué fecha, un escrito complementario en el que el Ministerio Fiscal proponía prueba y, entre otras, una pericial a cargo de funcionarios de la U.C.I. y miembros del Servicio de Información de la Guardia Civil.

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Por las defensas, en el plazo previsto en el artículo 662 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se presentó escrito solicitando la tramitación de incidente de recusación de peritos, acompañándose un extenso anexo, donde se relataban, caso por caso, las intervenciones que los supuestos peritos propuestos habían efectuado en el sumario, poniendo de manifiesto su evidente parcialidad.

Así, estos peritos habían confeccionado atestados, habían sido instructores o secretarios de los mismos, habían interesado la práctica de pruebas incriminatorias, habían participado en registros, detenciones e interrogatorios, habían practicado escuchas telefónicas. Alguno de los peritos había tenido más de 250 intervenciones en diligencias policiales, siendo, como anteriormente se ha denunciado, los reales instructores de la causa.

La Sala dio traslado del escrito de recusación de las defensas al Fiscal para informe, que fue cumplimentado el 7 de marzo de 2.005, sin que se resolviese nada al respecto.

Así se llegó al 26 de octubre de 2.005, en que la Sala dictó auto señalando fecha para el inicio de la vista oral y declarando pertinentes, entre otras, la prueba pericial solicitada por el Ministerio Fiscal.

Las defensas volvieron a plantear el incidente de recusación de peritos, que nunca había quedado resuelto.

Dicha cuestión, junto con otras que quedaban aún pendientes, se resolvió por auto de 8 de noviembre en el que, curiosamente, se inadmitía a trámite el incidente de recusación pero afirmando que los peritos no estaban incursos en ninguna de las causas de recusación del artículo 468 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Es decir, que no inadmitía la recusación por ninguna cuestión formal, sino que entraba en el fondo, pero lo hacía prescindiendo de los trámites señalados en el artículo 662 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

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El auto fue objeto de recurso de súplica por escrito de 18 de noviembre de 2.005, dándose inicio al juicio oral sin resolverse el recurso.

Al plantearse la cuestión de forma oral, la Sala acordó también oralmente no haber lugar a la recusación, confirmándolo por escrito, en auto de la misma fecha, 21 de noviembre de 2.005.

En dicha resolución se consideraba extemporáneo el incidente y se decía que ya había sido resuelto, por lo que, por escrito de 24 de noviembre, además de formularse formal protesta, se solicitó aclaración, ya que ningún auto anterior resolviendo la recusación había sido notificado a las partes ni, salvo error, aparece en el rollo de Sala.

Se resolvió la aclaración por simple providencia, "aclarando" que se refería a la recusación planteada en enero de 2.005. Como a las defensas no les constaba la resolución de tal incidente, volvieron a plantear, por escrito de 29 de noviembre, que se notificara tal auto, si es que existía.

Por providencia de 1 de diciembre la Sala acordó "estar a lo dicho en el

auto de 8 de noviembre de 2.005", esto es, el auto que inadmitía a trámite la recusación, pero entrando en el fondo.

Por escrito de 9 de diciembre se formuló formal protesta.

b) Sobre el carácter de la supuesta "prueba pericial" .

Aún sin ignorar alguna, a nuestro juicio y dicho sea con todo respeto, desafortunada sentencia de este Tribunal que admite tal prueba, lo cierto es que la supuesta "prueba pericial de inteligencia" no son sino informes elaborados a partir de datos suministrados por los propios funcionarios actuantes, que forman parte del atestado policial y, por tanto, con valor de

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simple denuncia a tenor de lo dispuesto en el artículo 297 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Disponiendo también el artículo 717 que "las declaraciones de las

autoridades y funcionarios de policía judicial tendrán valor de declaraciones

testificales, apreciables como éstas según las reglas del criterio racional".

La pretensión de convertir los atestados en "informes periciales" y los testigos en "peritos" no debe ser aceptada, puesto que supone una grave desnaturalización del proceso y un intento de "sacralización", mediante el recurso artificioso de dotarles de un aura pericial, de las declaraciones de los funcionarios policiales.

Cabe recordar que la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece la prueba pericial únicamente en los casos en los que sean necesarios especiales conocimientos técnicos, científicos, artísticos o prácticos (artículos 456 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y 335 de la Ley de Enjuiciamiento Civil).

Así, la sentencia de esta misma Sala de 26 de septiembre de 2005, de idéntica ponente, afirmaba, en un supuesto similar, que "sin embargo, ha

resultado luego que esos informes no merecen tal calificativo, ya que no se

han confeccionado utilizando conocimientos técnicos, científicos, artísticos o

prácticos de los que carezca este Tribunal, sino que se han realizado sobre la

base de estudios minuciosos hechos por los funcionarios policiales... y también

sobre el material encontrado en las numerosas diligencias de entrada y

registro, interpretando el significado del mismo.

La S.T.S. de 13 de diciembre de 2001 establece con claridad meridiana la

naturaleza de la prueba pericial, manifestando que dicha prueba de naturaleza

personal constituye una declaración de conocimiento del perito tendente a

suministrar al Juzgado una serie de conocimientos técnicos, científicos,

artísticos o prácticos (artículos 456 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y 335

de la Ley de Enjuiciamiento Civil) cuya finalidad es fijar una realidad no

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constatable directamente por el juez (a diferencia de la testifical), que no es en

ningún caso vinculante para aquél... Por eso, sólo «en la medida de que no sea

constatable directamente por el Tribunal la realidad o las conclusiones que

constituyen el contenido de la prueba pericial será necesario acudir a la

misma, como medio de auxilio o colaboración con el propio juez para alcanzar

el convencimiento sobre la existencia o inexistencia de determinados hechos».

Pero es que la adecuación a la realidad o no de las conclusiones obtenidas por los funcionarios de UCIE, las tiene que extraer y las ha

extraído directamente este tribunal tras analizar la profusa documentación que obra en la causa, en cumplimiento del deber que le atañe...".

Por ello la Sala decidía no basarse "ni en las deducciones ni en las

conclusiones a las que llegaron los referidos funcionarios, porque, en puridad

de concepto, esa labor compete a los juzgadores y a nadie más". Por tanto,

dicha sentencia les otorgaba única y exclusivamente carácter de "testigos de

referencia".

Igualmente, la sentencia nº 556/06, de 31 de mayo, dictada en recurso de casación 1.158/05, que traía causa de la referida sentencia, expresaba que "“hemos manifestado en la sentencia nº 1029/2005, de 26 de septiembre,

respecto a los denominados 'informes policiales', que no pueden calificarse de prueba pericial… Salvo, claro está, en aquellos aspectos puntuales cuya

fijación pudiera eventualmente reclamar una precisa mediación técnica… Y a

este respecto, dijimos en la sentencia nº 1372/2002, de 19 de julio, que las

investigaciones policiales, y sus resultados expuestos en cada proceso por

medio de informes escritos y luego trasladados al juicio oral mediante las

declaraciones testificales, pueden tener valor como prueba de cargo,…”.

Pero lo cierto es que tampoco pueden ser aceptadas como pruebas testificales.

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En primer lugar, por la falta de imparcialidad de los funcionarios policiales, ya que, "en general, la investigación implica intensamente a quien

la realiza, reduciendo su capacidad de crear distancia crítica respecto de la

propia actuación, que, así, resulta inevitablemente teñida de parcialidad

subjetiva" (STS 1940/02, de 21 de noviembre).

En segundo lugar, porque las declaraciones de los supuestos peritos, tanto de la UCIE como del SIGC, se practicaron en conjunto, y no individualmente, en contra de lo previsto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal para la práctica de la prueba testifical, con posibilidad, por tanto, de interactuar unos sobre otros, influyéndose, corrigiéndose y, en definitiva, prestando un testimonio absolutamente viciado y que en absoluto puede valorarse como prueba hábil de cargo.

Y esto solamente desde el punto de vista formal y de garantías, y sin entrar en el contenido de la prueba o de las conclusiones o hipótesis de los supuestos peritos, en muchos casos más que discutibles, en otros disparatadas e incluso, en algunos casos, como después veremos, contradictorias entre sí y con las tesis acusatorias y las sustentadas por la sentencia recurrida y claramente favorables a las tesis de esta defensa.

TERCER MOTIVO DE CASACIÓN.- Breve extracto de su contenido:

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por infracción de preceptos constitucionales, concretamente el derecho a la presunción de inocencia (artículo 24.2 C. E.).

Como anteriormente hemos anunciado en el desarrollo del primer motivo, aunque formalmente hemos anunciado separadamente, como corresponde hacerlo en buena técnica procesal, como diferentes motivos los articulados al amparo del artículo 849.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (error de hecho resultante de documentos) y del artículo 852 (infracción del derecho fundamental a la presunción de inocencia), de hecho vamos a

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desarrollar conjuntamente ambos motivos, bajo este epígrafe de "violación del derecho fundamental a la presunción de inocencia", analizando los hechos declarados probados y demostrando que aquéllos que contienen o de los que puede extraerse algún indicio en contra de mi representado, en realidad, o no están sustentados en ninguna prueba o lo están en pruebas traídas al proceso de forma ilegal (infracción del principio de presunción de inocencia en sentido propio) o están basados en interpretaciones contradictorias, irrazonables o incluso contrarias al propio texto literal de algunos documentos (error de hecho resultante de documentos).

Y para ello deberemos seguir, analizándolo exhaustivamente, el texto de los hechos declarados probados, y siguiendo el supuesto hilo argumental de la sentencia recurrida.

Dada la extensión de los hechos probados que, por lo que se refiere a la Fundación Joxemi Zumalabe y a mi representado, se extiende desde los folios 274 a 302, ambos inclusive, y por la circunstancia de que algunos párrafos de los hechos declarados probados, en realidad, no contienen elementos incriminatorios o son repetición unos de otros, el exhaustivo examen que proponemos no será absolutamente literal de la integridad de todos estos folios, pero sí abarcará la inmensa mayoría de ellos.

Tal examen se hará en relación con los supuestos argumentos contenidos en los fundamentos jurídicos relativos a la desobediencia civil (folios 599 a 605) y de los folios 1026 a 1044, que se refieren a las supuestas pruebas que afectan a los imputados en el ámbito de la desobediencia civil, entre ellos mi representado.

Y hay que hacer constar que las referencias que efectuaremos respecto de la supuesta prueba pericial practicada a lo largo del juicio oral lo son sin perjuicio de la impugnación que hemos articulado en el anterior motivo y por tanto, con carácter subsidiario al mismo. Es decir, se sostiene la invalidez de tal prueba pericial, pero, subsidiariamente, venimos a solicitar que la misma se interprete lógica, racionalmente, y en todos sus extremos, y no única y

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exclusivamente en las conclusiones o hipótesis que puedan perjudicar a mi representado.

Efectuaremos el análisis siguiendo la redacción y el hilo argumental que, en sus diversos apartados, propone la sentencia recurrida:

1.- El SUPUESTO "PROYECTO DE DESOBEDIENCIA" DE E.T.A.

La sentencia, bajo el apartado general de "La desobediencia como uno de los ejes de construcción nacional de E.T.A., K.A.S. y E.K.I.N.", declara como hecho probado (folios 274 y siguientes de la sentencia) que:

“La desobediencia” fue propuesta como método de acción política para la “construcción nacional” en el documento KAS resultante del debate denominado “Karramarro” que se desarrollo durante el año 1994. Los resultados que se obtuvieron de dicho debate se asumieron y oficializaron por el brazo armado de ETA en su publicación “Zutabe”, correspondiente al nº 72, difundido en el mes de septiembre de 1995, obrante también en la causa como anexo nº 1 que acompaña al informe pericial “Sobre el proyecto de

desobediencia de ETA KAS y ETA-EKIN, y su puesta en práctica por la

Fundación Joxemi Zumalabe, el organismo Autodeterminazioren

Biltzarrak y la plataforma Bari Euskal Herriari”, con fecha de salida 3 de abril de 2001, oficio nº 200100006573, informe que aparece a los folios 14.517 a 14.582, del tomo 50, de la Pieza EKIN.

En dicho Zutabe, folios 14.600 al 14.642, se expresa:

“Desobediencia civil: hacer frente continuamente a la imposición

española y francesa.

La Izquierda Abertzale tiene un gran reto a la hora de encauzar la

desobediencia civil. Nadie pone en duda la postura a favor y solidaria de los

miembros de la izquierda abertzale respecto al movimiento insumiso pero a

medida que pasa el tiempo desde el debate y el cambio de postura, en la

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izquierda abertzale no ha habido capacidad para poner en marcha dinámicas

que apoyen, motiven y que sean complementarias con la lucha que

desarrollan los jóvenes insumisos.

En la ponencia de base de hace un año mencionábamos más de una vez

que se debían multiplicar los niveles de implicación en la lucha, y que los

miembros de la izquierda abertzale debían mostrar su coherencia también en

la vida diaria. En todas las iniciativas que recoge esta ponencia existen un

cambio de posturas tal, pero es necesario encontrar nuevas maneras de

enfrentarnos a los Estado que nos oprimen y gracias a estas luchas poder dar

pasos concretos y sin retorno en la construcción de Euskal Herria. En este

sentido el rechazo existente en nuestro pueblo a los ejércitos extranjeros no

se puede limitar a que diversos sectores de la sociedad expresen su

solidaridad testimonial a esos jóvenes castigados o encarcelados. Año tras

año esos ejércitos extranjeros han dado pasos para integrarse en la sociedad

vasca. No integración social, pero sí una integración práctica, pues los

ejércitos se nutren de la sociedad que les rodea. Debemos analizar cómo la

izquierda abertzale debe socializar e integrar en la vida diaria ese rechazo y

presión.

La insumisión no se debe aplicar solo al servicio militar, pues eso solo

afecta a los jóvenes y sus familias, mientras que la función opresora del

ejército se extiende a toda la geografía de Euskal Herria y a toda la sociedad.

Por lo tanto el/la ciudadano/a Vasco/a debe enfrentarse al ser español/a o

francés/a poniendo en práctica el ser ciudadano/a vasco/a, en el día a día y en

el máximo de sectores de la vida.

Al fin y al cabo todos debemos participar en esa lucha:

- Abriendo vías para no utilizar la documentación francesa o española,

utilizando documentos que sean únicamente de Euskal Herria, y obligando a

las instituciones e instancias que las acepten en la práctica.

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- Rechazando los documentos que desde el momento mismo del

nacimiento nos reconocen como españoles o franceses, y creando y utilizando

un registro sustitutorio.

- Enfrentándonos a la tendencia que multiplica la españolidad o la

francesidad por medio de los deportes, y encauzando una dinámica activa y

creíble representada por deportistas vascos. Avergonzándonos y rechazando

que un/a ciudadano/a vasco/a se presente como española/a o francés/a.

Creando y poniendo en práctica formas efectivas de desarrollar la insumisión

fiscal.

- Luchando contra la lotería y quiniela, instrumentos de negocio para el

Estado, y creando posibilidades para que Euskal Herria pueda gestionar su

propio dinero.

- Y otras tantas y tantas iniciativas, que al fin y al cabo nos volverán

más ciudadanos/as vascos/as, y que serán expresión práctica del

enfrentamiento con el Estado. Por lo menos los miembros y organizaciones de

la izquierda abertzale deberían reflexionar sobre la efectividad y la posibilidad

de aplicación de esta línea de intervención en las áreas o entornos en los que

actúe cada uno. Y ponerlas en marcha, poniendo en la práctica

continuamente la contradicción que vivimos hoy en día, creando la

incomodidad en todas partes, en todos los lugares donde se dé la imposición

francesa o española, pues los ciudadanos vascos no nos podemos sentir

cómodos mientras estemos oprimidos.” (f 1925, 1926 y 1927)

Estas directrices, enmarcadas dentro de la actividad terrorista de ETA, de carácter desobediente estaban específicamente dirigidas al denominado “movimiento popular”, constituido por un amplio número de organismos proclives a activarse ante cualquier tema que suscitara una mínima sensibilidad social.

32

Reitera la sentencia estos hechos probados en el Fundamento Jurídico 25 (folio 599), donde expresa:

En el relato de los hechos probados expresábamos que “la

desobediencia” fue propuesta como método de acción política para la “construcción nacional” en un documento KAS resultante del debate “Karramarro”. Los resultados que se obtuvieron se asumieron y oficializaron por ETA. En el nº 72 de su publicación “Zutabe”, correspondiente al mes de septiembre de 1995, se contempla por la organización terrorista la desobediencia civil como otra forma de lucha en aras a alcanzar “la

construcción nacional en Euskal Herría”.

En el “Zutabe” mencionado, ETA expresa: -Desobediencia Civil: Hacer

frente continuamente a la imposición española y francesa. La izquierda

abertzale tiene un gran reto a la hora de encauzar la desobediencia civil… En

la ponencia base de hace un año mencionábamos más de una vez que se

debían multiplicar la implicación en la lucha, y que los miembros de la

izquierda abertzale debían mostrar su coherencia también en la vía diaria ….

Es necesario encontrar nuevas maneras de enfrentarnos a los Estados que

nos oprimen y gracias a estas luchas, poder dar pasos concretos y sin retorno

en la construcción de Euskal Herría….Al fin y al cabo, todos debemos

participar en esa lucha…. y ponerla en marcha, poniendo en la práctica

continuamente la contradicción que vivimos hoy día, creando la incomodidad

en todas las partes, en todos los lugares donde se da la imposición francesa o

española, pues los ciudadanos vascos no nos podemos sentir cómodos

mientras estemos oprimidos.”

Y completa la Sala sus consideraciones respecto del proyecto de desobediencia de E.T.A. al analizar las "pruebas que afectan a los imputados

en el ámbito de la desobediencia civil" (folios 1.027 y siguientes de la sentencia):

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En el Fundamento Jurídico que hemos titulado "Actividad delictiva de la

causa", ya indicábamos sobradamente que la "desobediencia", objeto de imputación, es la que ETA contempla como otra forma de lucha mas, complementaria a la lucha armada, a la lucha ejercida por su frente de masas, a la desarrollada por su frente mediático, a fin de alcanzar la "construcción nacional" en Euskal Herría.

Y eso no lo dice el Tribunal en base a deducciones extraídas de tales o cuales datos, más o menos aislados hallados en la causa, no, Eso lo dice, y con una claridad palmaria la propia ETA en su publicación "oficial" Zutabe, en la falsa creencia de que diga lo que diga, aquí no pasa nunca nada a nadie. Por eso, la organización terrorista, hablando de la "desobediencia civil", preconizaba que ya había tratado con anterioridad el tema relativo a la necesidad de multiplicar la implicación en la lucha global a todos los miembros de la Izquierda Abertzale, buscando así nuevas formulas de enfrentamiento a los Estados opresores de España y Francia, en orden a conseguir "gracias a todas estas luchas" dar pasos efectivos, en la construcción de Euskal Herría, como país independiente; y así, actuando por la vía de hechos consumados, y con independencia de los oportunos actos de violencia terroristas protagonizados por su facción armada, traumatizantes para el conjunto de la sociedad española, incluida, naturalmente, la ubicada en la Comunidad Autónoma del País Vasco, imponer, al margen de la legalidad vigente, la independencia "de facto" de dicha Comunidad Autónoma del resto de España.

Lo que resulta claro a todas luces es que la "desobediencia civil", es contemplada por la organización terrorista ETA como un frente de lucha, de crucial importancia, que tiene que actuar en perfecta armonía con los otros frentes de lucha, para conseguir los objetivos perseguidos por todos ellos.

A) Inexistencia de prueba sobre el proyecto y desarrollo, por parte de E.T.A., de ningún "proyecto de desobediencia".

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La sentencia se basa para afirmar la existencia de tal proyecto, única y exclusivamente, en los párrafos del documento denominado "debate

Karramaro", publicado en el Zutabe nº 72, que se transcribe parcialmente en la misma, como acabamos de ver.

Pero si acudimos a tal documento, que la propia sentencia señala que se encuentra a los folios 14.600 a 14.642, veremos que el mismo no expresa la existencia de "proyecto" alguno, sino una simple reflexión, y, además, no existe en la causa la más mínima prueba de que tal texto fuese de la autoría de E.T.A.

En efecto, así lo vienen a reconocer las periciales de la Guardia Civil y la U.C.I. practicadas en el acto del juicio oral:

Pericial Guardia Civil.

Acta 109, folio 8 a) "No se sabe si la ponencia Karramarro es de E.T.A. o

de K.A.S.. El Zutabe reproduce literalmente el Karramarro; es cortar y pegar".

Misma acta, folio 15 b) También se afirma en Acta 111, folio 41 a)

Acta 122, folio 18, último y 19 b). "Todos los artículos del Zutabe no son

de E.T.A."

Pericial U.C.I. Acta 153, folio 10, último párrafo. "No es documento de

E.T.A., sino elaborado por alguna organización de la Izquierda Abertzale (folio

11, c).

Pericial U.C.I., Acta 153, folio 10 f) . Zutabe 72, documentos de debate

“para informar sobre documentos que están utilizando para el debate”.

Por otra parte, si vamos al texto del Zutabe, veremos que el mismo en ningún momento pone en relación la "desobediencia civil" sobre la que allí se reflexionaba con ningún tipo de lucha armada.

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Antes bien, la única relación que establece es "con la lucha que

desarrollan los jóvenes insumisos". Es decir, el texto reflexiona sobre la posibilidad de aplicar el éxito registrado por el movimiento de insumisión y/o objeción de conciencia, de carácter netamente pacifista, a otros ámbitos de la vida civil, tales como la burocracia y la Administración, el deporte, la insumisión fiscal, la lotería y la quiniela y otras iniciativas.

En ningún momento, por supuesto, se habla de violencia alguna, sino única y exclusivamente de crear "la incomodidad en todas partes", lo que es una finalidad típica de todos los movimientos históricos de desobediencia civil.

Por tanto, constituye no ya un error, sino una auténtica falsedad, dicho sea con todos los respetos, proclamar, como hace la sentencia, que estas directrices estaban "enmarcadas dentro de la actividad terrorista de E.T.A.". Ni hay prueba de que fueran directrices de E.T.A., ni hay el más mínimo indicio de que tales iniciativas pudiesen "enmarcarse en la actividad terrorista de dicha banda".

Aunque, inevitablemente, saldrá a colación alguna otra vez a lo largo de este recurso, es hora de dejar ya sentado que, aparte de que no consta debidamente probado ningún proyecto de desobediencia civil o incivil por parte de E.T.A., la desobediencia civil y todas las manifestaciones de la misma que en el referido Zutabe se expresaban son, en algunos casos, muy anteriores a E.T.A. y, desde luego, totalmente ajenas a dicha organización armada, incompatibles con la misma y nacidas en el seno de la sociedad civil.

La más típica y conocida demostración de "desobediencia civil" es precisamente la preconizada por Mohandas (Mahatma) Gandhi para conseguir la independencia de la India, y que precisamente se caracterizó por su pacifismo a ultranza ("la violencia es el miedo a los ideales de los demás"), y que defendía el esfuerzo y la resistencia como un método de lucha por los

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derechos inalienables de los ciudadanos. En el mismo sentido, las marchas por las libertades civiles en Estados Unidos, encabezadas por Martin Luther King. Y, tanto en el País Vasco como en España, precisamente el movimiento de desobediencia más caracterizado ha sido el de la insumisión al servicio militar y la objeción de conciencia, también de carácter netamente pacifista.

La desobediencia civil, como manifestaron en sus declaraciones varios de los procesados miembros de la Fundación Joxemi Zumalabe, "es una filosofía,

una herramienta de participación social para tratar de enfrentarse a una

injusticia; es la no cooperación con esa injusticia. Se opone a una ley y

requiere un compromiso personal, asumiendo sus costes, debiéndose ejercer

con fines pedagógicos y de forma pública y no violenta" (declaración de Sabino Ormazábal, transcrita al folio 1.001 de la sentencia).

Es posible (muy probable o casi seguro) que a E.T.A. le interesen los movimientos de desobediencia civil, para tratar de aprovecharlos. Exactamente igual que cualquier otra formación política, legal o ilegal, armada o no, puede interesarse, para instrumentalizarlos en su propio beneficio, por los movimientos populares, sociales, sindicales, deportivos o de cualquier otro tipo. Recordemos, por ejemplo, cómo los partidos legales, en los primeros años de la transición, fueron manipulando y prácticamente fagocitando la mayoría de las organizaciones feministas y la práctica totalidad del movimiento vecinal.

Por supuesto, seguramente E.T.A. aprovechará en su propio beneficio trabajos de entidades humanitarias y de derechos humanos, como informes de Amnistía Internacional, de la Comisión para la Prevención de la Tortura, de la Coordinadora contra la Tortura u otras entidades y organismos oficiales. Incluso es posible que hayan aparecido copias de informes o documentos de estas entidades y organizaciones en registros efectuados a miembros de la organización, o que aparezcan referencias a ellos en sus comunicados. Sin que ello implique, naturalmente, que dichas organizaciones trabajen para E.T.A., sigan sus directrices o colaboren con ella.

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Como tendremos ocasión de analizar más adelante, una cosa es que una organización, de cualquier signo o tipo, trate de aprovecharse del trabajo de una entidad o de un movimiento popular, y otra cosa muy diferente es que éstos y mucho menos aún todos los miembros, estén colaborando de manera voluntaria con aquélla.

Concretamente, consta en la causa que muchas de las prácticas habituales de desobediencia civil, y precisamente algunas de las referidas en el Zutabe, son preconizadas en el País Vasco por grupos y entidades muy diferentes y declaradamente opuestas a la actividad violenta de E.T.A.

Así, en el campo de la insumisión militar, necesariamente hemos de referirnos al Movimiento por la Objeción de Conciencia (M.O.C.), con amplia implantación y actividad en la totalidad del Estado, y a que se han referido varios testigos en la causa (Antonio Escalante, acta 91, folio 6 y siguientes, Ajangiz, acta 91, folios 11 y siguientes ...).

La insumisión fiscal es preconizada, también en todo el ámbito del Estado, por numerosos grupos pacifistas, cristianos, etc., evidentemente contrarios a E.T.A. en todos sus planteamientos.

En el ámbito del deporte, también es conocida la potenciación de las selecciones "nacionales" de las "nacionalidades históricas" (hoy incluso de algunas comunidades autónomas de más reciente cuño). Consta al respecto la declaración testifical del Sr. Errekondo (acta 93, folios 32 y 33).

Y respecto del rechazo a los DD.NN.II. oficiales español y francés, es una postura que desde hace tiempo han defendido partidos políticos legales y críticos con E.T.A. como el P.N.V. y Eusko Alkartasuna (testificales de Joseba Egibar, acta 85, folios 21 y siguientes, Ramón Labaien, acta 90, folio 27, y Luis Barinagarrementeria, acta 90, folio 23).

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B) Falta de prueba sobre la identidad, que la sentencia establece, entre los A.S.K. y la Fundación Joxemi Zumalabe y sobre la pretendida relación con K.A.S.

La sentencia recurrida identifica, como una misma realidad o, en todo caso, como una mera continuación, a la Fundación Joxemi Zumalabe con los A.S.K..

Así, en el folio 279 de la sentencia se afirma:

Como hemos reiterado, en 1.995 los ASK desparecieron de la estructura de KAS, y sus antiguos responsables trasladaron sus sedes en 1996 al mismo domicilio de la Fundación Joxemi Zumalabe, que el año anterior había aparecido públicamente, autodefiniéndose como: "Fundación dedicada a

prestar infraestructura, formación, ayuda y todo tipo de apoyo a los

movimientos populares del País Vasco", en un libro publicado por la propia Fundación titulado: "Euskal Herrico Herri Mugimenduaren Gida" (Guía de los movimientos populares del País Vasco), que recogía las 14.967 organizaciones populares y sociales de la Comunidad Vasca, Navarra y el País Vasco Francés, estructuradas en fichas, según los sectores del movimiento popular a que se refiere cada organización.

Igualmente, al folio 283, viene a establecer una identidad de objetivos entre los A.S.K. y la Fundación en los siguientes términos:

Desde dicha Fundación, a partir del año de 1996 se perseguían los mismos objetivos de los Comités Socialistas Patrióticos o ASK, y bajo la dirección de su Patronato, se recogieron las iniciativas de coordinación de las antiguas organizaciones sectoriales de ASK, tales como "Eguzki", dedicada a la ecología; “Gestoras Pro-Amnistía”, destinada a la antirepresión; "Eguizan",

orientada a la coordinación del movimiento feminista.

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En diversos párrafos y frases se viene a abundar en esta supuesta identidad y así, por ejemplo, al folio 301, que hace expresa mención a mi representado:

- FERNANDO OLALDE ARBIDE. Fue el principal promotor de la creación de la Fundación Joxemi Zumalabe, dotando a la misma de unos 172 millones de pesetas procedentes de la herencia de su difunto padre, fallecido el 11 de diciembre de 1994, a fin de crear el instrumento de coordinación de los movimientos populares, asumiendo la tarea que hasta entonces veía siendo desarrollada por los ASK, dentro de la "Koordinadora Abertzale

Socialista" (KAS).

Y continúa la sentencia imputando relación de dependencia o continuación a la Fundación respecto de K.A.S. cuando afirma, al folio 280:

La referida Fundación, siguiendo puntualmente los criterios de remodelación impuestos por la "Facción Armada" de la organización ETA al comienzo de la década de los años noventa, mezcló, desde la legalidad, el impulso de actividades que antes habían sido controladas por KAS, desarrollando dicha labor en los locales situados en la calle Ametzagaña nº 19, bajo, del barrio de Eguia de San Sebastián, que compartía con KAS y Ardatza S.L., el mismo en el que estaban ubicadas las empresas APIKA, S.A. y ANTZA, S.A., la primera destinada a la gestión informática, y la segunda dedicada a la impresión fotomecánica y fotocomposición, estando ambas relacionadas en el documento "Reunión de responsables del proyecto

Udaletxe" , como entes de trascendencia financiera para ETA.

En el despacho que el acusado Mikel Aznar Ares poseía en la sede de la Fundación Joxemi Zumalabe se intervino el contrato de compra venta de ANTZA S.A.L. y ZERUKO ANGIA S.A.L. a la Fundación, contrato en el que aparece que, previamente, estas sociedades habían adquirido dicho inmueble a APIKA, S.A., mercantil reflejada en el documento:"Reunión de

Responsables del proyecto Udaletxe" de ETA, incluida como Orain y Egin,

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en el apartado de "Restos de empresas" de la que José Miguel Zumalabe Goenaga era el administrador solidario de estas empresas, persona, fallecida en el año de 1994, de quien la Fundación tomó el nombre.

Pues bien, ninguna de estas afirmaciones tiene el menor soporte probatorio.

a) Respecto de la afirmación de que los antiguos responsables de los A.S.K. trasladaron sus sedes en 1.996 al mismo domicilio de la Fundación Joxemi Zumalabe.

No se ha practicado ninguna prueba que acredite que algún "antiguo

responsable de A.S.K." (por cierto, cuya identidad no se revela en la sentencia) hubiese trasladado su sede a la del domicilio de la Fundación. Nada en las actuaciones permite sostener tal traslado de sedes ni la menor relación entre K.A.S. o los A.S.K. y la Fundación.

b) En cuanto a la publicación de la Guía.

Establece la sentencia que la misma apareció públicamente "el año

anterior", no se sabe si a 1.995 ó 1.996.

En cualquier caso, se trata de un error manifiesto porque, según consta en la propia Guía, aportada como prueba documental por la defensa entre la prueba referida a la Fundación junto con el escrito de calificación provisional, consta su publicación en febrero de 1.999 (véase carátula, lomo y página 4, donde se hace constar la ayuda recibida del Gobierno Vasco, y el depósito legal y la primera edición en febrero de 1.999).

Lo cierto es que tal elemento cronológico no tiene excesiva importancia respecto de esta parte de la sentencia, salvo que haya sido utilizado por ésta para "aproximar" la aparición de la Guía a la supuesta formulación del proyecto de desobediencia de E.T.A. o a la desaparición de los A.S.K.

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c) En cuanto a la afirmación de que "La referida Fundación, siguiendo puntualmente los criterios de remodelación impuestos por la “Facción Armada” de la organización ...".

Rotundamente ha de rechazarse tal apriorística afirmación, huérfana de todo sustento probatorio. Ni la Fundación ha seguido, ni puntual ni impuntualmente, los criterios de remodelación impuestos por lo que la sentencia denomina "facción armada" de la organización E.T.A. al comienzo de la década de los años noventa, ni tampoco se establece cuáles eran estos criterios de remodelación ni en qué elemento probatorio se encuentran expuestos tales criterios.

d) Sobre la afirmación de que la Fundación compartía locales con K.A.S. y Ardatza, S.L.

La Fundación jamás ha compartido su local ni con K.A.S. ni con Ardatza. No existe la menor prueba al respecto.

El local de la Avenida de Ametzagaña nº 19 de San Sebastián, en que la Fundación estableció su sede social, fue adquirido por compra a Antza S.A.L. y Zeruko Argia S.A.L. en 27 de octubre de 1.997 (escritura de compraventa unida como documento nº 11 del Volumen I de la prueba aportada por la defensa con su calificación provisional y certificación del Registro de la Propiedad obrante como documento nº 7 del Volumen II). La razón de la elección de este local por parte de la Fundación fue su proximidad (contiguo, pared con pared) con el despacho profesional de abogados en el que trabajaban dos de los miembros del Patronato (mi representado, y promotor de la Fundación, Sr. Olalde, y su Presidente, Carlos Trénor), sito en el número 17 de la misma avenida.

Las empresas referidas en la sentencia, Antza, S.A.L., Zeruko Argia, S.A.L. (en la actualidad Argia S.A.L.) y Apika, S.A. son empresas que tanto en la fecha de la compraventa como en la de la actuación policial, como en la actualidad,

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continúan su normal actividad mercantil, sin que jamás hayan sido objeto de persecución policial o judicial. Por tanto, la relación, puramente mercantil, por razón de la citada compraventa, de la Fundación con estas entidades (que no con K.A.S.ni con los A.S.K. ni con Ardatza) es absolutamente inane e irrelevante a efectos penales.

e) Sobre la identificación de la Fundación con los A.S.K.

Ningún soporte probatorio se ofrece sobre esta supuesta identidad, que resulta totalmente inexistente. Así, nada tienen que ver una y otra entidad ni por su origen, ni por sus objetivos, ni por su ideología, ni por sus medios de expresión o comunicación, ni por su número de miembros ni composición, ni por su disciplina, ni estructura, financiación ni, en definitiva, nada de nada.

1.- Origen.

a).- Los A.S.K. nacen en el año 1.976, como evolución de las llamadas Asambleas del Pueblo.

b).- La Fundación nace por iniciativa personal de mi representado, Fernando Olalde Arbide, que decidió destinar a un fin altruista el patrimonio que había heredado de su padre, cuantificado en ciento setenta y nueve millones quinientas cuarenta y dos mil cientos setenta y dos pesetas con noventa céntimos (179.542.172,90 Ptas.) (escritura de adjudicación de bienes de la sociedad conyugal y de partición de herencia -documento 2 del Volumen I de la prueba presentada por la defensa con su calificación provisional-).

Extremo también ratificado testificalmente por los siguientes testigos:

María Eugenia Arbide, madre de Olalde, Acta 86, folio 8Esteban Olalde, hermano de Fernando Olalde, Acta 86, folio 9.Felipe Urkidi, Acta 85, folios 32- 33Federico Sáenz de Santa Maria, Acta 85, folio 34 fin y 35 a)

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El 27 de diciembre de 1.995 (doc. nº 3 del Volumen I de prueba de defensa aportada con la calificación provisional) se constituye la Fundación Joxemi Zumalabe. Aunque el fundador real, el que dona la práctica totalidad del patrimonio de la Fundación, es Fernando Olalde Arbide, a fin de no aparecer como "mecenas", decide, junto con quienes van a figurar como patronos, Carlos Trénor Dicenta, José Ignacio Uruñuela Nájera, Ignacio María O`Shea Artiñano y Sabino Ormazábal Elola, que figuren como constituyentes de la Fundación los cinco, con una aportación inicial de cien mil pesetas (100.000,- Ptas.) cada uno. Los cinco patronos constituyentes estaban unidos por una vieja amistad, y, sobre todo, por su larga trayectoria en diversos movimientos sociales, particularmente en los movimientos obrero, ecologista, vecinal y de objeción de conciencia.

El 29 de diciembre de 1.995, dos días después de la constitución de la Fundación, Fernando Olalde dona a la Fundación bienes por valor de ciento treinta y siete millones trescientas dieciocho mil ciento setenta y dos pesetas (137.318.172,- Ptas.) (documento nº 4 del Volumen I de la prueba unida al escrito de calificación provisional). Esto es, todo lo heredado, salvo los valores correspondientes a las acciones de las que era titular en la empresa IGEPAK, S.A.

En fecha 31 de diciembre de 1.996, vende las acciones de IGEPAK, S.A. a su madre (documento nº 8 del Volumen I de prueba unida a calificación provisional), en la cantidad de veintisiete millones seiscientas mil pesetas (27.600.000,- Ptas.).

En la misma fecha, mi representado dona esta cantidad íntegra a la Fundación Joxemi Zumalabe (documento nº 9 del Volumen I de prueba anexa a la calificación provisional).

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La Fundación se inscribió en el Registro de Fundaciones del País Vasco, por Orden de 11 de diciembre de 1.996, debidamente publicada en el Boletín Oficial del País Vasco.

Por tanto, su origen y financiación es absolutamente claro y meridiano, y nada tiene que ver con los A.S.K.

2.- Objetivos.

a).- El objetivo de los A.S.K. era la liberación nacional, la independencia y socialismo. Era una organización revolucionaria del bloque K.A.S. (véase "Estatutos de A.S.K.", en la prueba documental de esta causa y pericial tanto de la Guardia Civil como de la U.C.I. (actas 121 y 152).

b).- La Fundación tiene un objetivo estrictamente altruista, que es el de favorecer los movimientos sociales, ofreciéndoles infraestructura, servicios y, en alguna forma, dinamizando su actuación y facilitando el diálogo y conocimiento mutuos. Véanse los Estatutos de la Fundación (Volumen I, documento 3). En el mismo sentido, la declaración de los funcionarios de la U.C.I. (Acta 152, folio 22.a).

3.- Medios de expresión o de comunicación.

a).- Los medios de los A.S.K. eran "Jo Ta Ke" y el "Barne Agerkaria", revistas de contenido netamente político y absolutamente "ortodoxas".

b).- La revista de la Fundación, "FITE", es un simple boletín, que publicita actividades absolutamente diversas y referidas a todo tipo de movimientos sociales, sin discriminación alguna ni por su ideología ni por sus objetivos. No contiene artículos de fondo, ni imparte doctrina.

Si bien es cierto que recogía algunas convocatorias de movimientos vinculados al movimiento de liberación nacional vasco, como se dice al folio

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283 de la sentencia, también recogía convocatorias de otros grupos absolutamente enfrentados a aquéllos (por ejemplo, pacifistas).

4.- Miembros.

a).- A.S.K. contaba con centenares de militantes, según declararon los funcionarios de la U.C.I. (acta 152, folio 18, párrafo b).

b).- La Fundación se componía, única y exclusivamente de los patronos y los trabajadores, llegando a alcanzar, entre unos y otros, la docena de personas.

5.- Disciplina.

a).- Los militantes de A.S.K. estaban sometidos a estricta disciplina política.

b).- En la Fundación no ha existido jamás ningún tipo de disciplina política. Primero, porque no se hacía política. Y segundo porque la mayor parte de las organizaciones que trabajaban en su entorno y a quien iban dirigidos sus servicios son organizaciones totalmente refractarias al concepto cerrado de disciplina, siendo, por el contrario, en su mayoría, organizaciones abiertas, poco jerarquizadas y de estructura generalmente asamblearia.

En la prueba pericial de la U.C.I. (Acta 152 Disciplina en A.S.K., 18 b) No disciplina en Fundación, 221 final 22 a)) se acreditan tales extremos.

6.- Estructura.

a).- En la documental obrante en autos y en la pericial de la U.C.I. y la Guardia Civil, se puso de manifiesto que la estructura territorial y sectorial de A.S.K. era muy compleja y extensa.

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b).- La Fundación no tenía ni tiene ningún tipo de estructura, ni territorial ni sectorial.

7.- Financiación.

a).- La financiación de los A.S.K. provenía de cuotas, rifas, etc.

b).- La financiación de la Fundación proviene de los rendimientos del capital fundacional, cuyo origen, como ya se ha expresando anteriormente, es la herencia paterna recibida por parte de mi representado y destinada íntegramente a tal fin altruista.

Aunque también pueda volverse a ello a lo largo de este recurso, debemos señalar ya que la Fundación Joxemi Zumalabe nunca ha sido clausurada ni suspendida por orden judicial. Única y exclusivamente, después de la intervención policial que afectó a sus patronos iniciales, fue objeto de una medida de bloqueo de cuentas, a efectos de investigación. Tal investigación no reveló ninguna irregularidad financiera ni de ningún otro tipo.

La transparencia ha sido absoluta y constan documentalmente acreditadas todas las cuentas y balances (Volumen III Registro de Fundaciones,

documento 3, Rendiciones de cuentas; II, Certificaciones, Documento 6,

certificación de Safei). Documentos todos ellos adverados por la declaración testifical de los apoderados de Safei Jesús Santaolalla Presilla y José María González Blanch (Acta 90, folios 6 y 7) y de Germán Valderrama Carranza (Acta 86, folios 10 y siguientes). Y también avalados por la pericial de la U.C.I.E. (acta 152, folio 20, párrafo último y 21.a).

Durante la situación de bloqueo judicial de las cuentas, que duró sólo unos meses, la Fundación fue dando cuenta de sus necesidades económicas para sus actividades habituales y el Instructor autorizó todos los pagos solicitados. Constan documentalmente acreditados los bloqueos y desbloqueos

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(Auto de bloqueo de 4/10/00 Folio 5889; Auto de primer desbloqueo 4/6/01

Folio 18248; Auto de desbloqueo 15/01/02, Folio 25.458, Tomo 83; Auto de

desbloqueo definitivo 6/3/02,. Folio 25.744, Tomo 84).

Por supuesto, repetimos, la actividad de la Fundación continúa desarrollándose normalmente en la actualidad, sin ningún tipo de cortapisa judicial. Y siguen formando parte del Patronato varios de los condenados en la sentencia recurrida, entre ellos, mi representado.

Así pues, A.S.K. y la Fundación no han tenido absolutamente nada que ver.

Y así consta incluso en la pericial de la U.C.I.E. (sesión del 29 de noviembre de 2.006, acta 152, folio 12, párrafo 1º): “…Obedecen a impulsos

muy distintos los A.S.K. y la Fundación Joxemi Zumalabe. Que la Fundación

Joxemi Zumalabe no tiene fines políticos. La Fundación tiene una estructura

propia de una Fundación. La Fundación Joxemi Zumalabe no tiene que ver con

los A.S.K. en su financiación…”).

Ninguna prueba existe en autos ni ofrece la sentencia sobre la supuesta identidad entre tan diferentes, y a veces contrapuestas, entidades. Por el contrario, los documentos obrantes en las actuaciones y a que hemos hecho referencia ponen de manifiesto esta total y absoluta discordancia.

C) Confusión en la sentencia entre la Fundación Joxemi Zumalabe y los Herria Mugi y entre los "encuentros" de los movimientos populares, los "talleres" y los "grupos de trabajo".

Con manifiesto error, la sentencia recurrida establece en diversos párrafos que la Fundación Joxemi Zumalabe organizó diversos encuentros ("topaguneak") de los movimientos populares en los que se trató el tema de la desobediencia civil y que la propia Fundación puso en marcha "talleres de desobediencia" que funcionaban en el seno de la Fundación.

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Y así, en el folio 281 refiere que

Desde la Fundación y, dentro de dicha actividad, se promovieron encuentros a fin de concertar en ellos las actividades “Desobedientes” de los movimientos populares,…

Al folio 283:

La Fundación Joxemi Zumalabe, se dedicó a organizar los llamados “Topaguneak” (encuentros) entre los organismos populares...

Tras su constitución, los responsables de la Fundación Joxemi Zumalabe se encargaron del desarrollo de la propuesta “desobediente” de ETA, y su difusión y puesta en marcha a través del denominado “taller de desobediencia” que operaba en su seno.

A los folios 289 y 290:

"… para informales acerca de la fecha y lugar de los encuentros y solventarles cualquier problema que tuvieran en orden a la asistencia efectiva de los miembros de las organizaciones a dichos encuentros organizados por la Fundación Joxemi Zumalabe".

Al folio 293:

El referido documento [Piztu] modificado fue distribuido entre los responsables de los movimientos populares que participaron en los primeros encuentro. (Topagune) organizado por la Fundación Joxemi Zumalabe el 15 de mayo de 1999.

Al folio 296:

En cumplimiento de la directriz de ETA de generar y difundir el uso de forma masiva del ENA, en fechas no concretadas, se constituyó un

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organismos carente de estatuto legal, que recibió el nombre de “Autodeterminazioaren Biltzarrak”, o “ABK” (Asamblea para la autodeterminación), vinculada a la Fundación Joxemi Zumalabe, constituyéndose la referida ABK en uno de los organismos del Movimiento Popular integrados para su coordinación en el llamado “taller de desobediencia” que operaba en el seno de la Fundación.

Todas estas afirmaciones son absolutamente erróneas y no se encuentran sustentadas en prueba de clase alguna.

Previo.- El supuesto desarrollo de la supuesta propuesta desobediente de ETA.

Como antes hemos expresado, no existe constancia en autos ni siquiera de que E.T.A. tuviese tal proyecto. Pero, en cualquier caso, la Fundación no se encargó del desarrollo de dicha supuesta propuesta de E.T.A.ni de ninguna otra entidad. El tema de la "desobediencia civil" fue uno de los muchos tratados en el seno de la Fundación y, desde luego, la importancia del mismo fue muy marginal, como lo demuestra toda la documentación aportada por la defensa, en la que puede apreciarse el mínimo tiempo y esfuerzo que la Fundación dedicó a este tema en relación con otros muchos.

Más concretamente, designamos como documentos que demuestran tal error todas las actas de la Fundación aportadas en el Volumen IV de la prueba adjuntada con el escrito de calificación provisional de la defensa.

Prueba no contradicha por ninguna otra sino, por el contrario, ratificada por testifical (Socorro Sotés Ruiz, miembro del Patronato de la Fundación. Acta 87, folio 14 c); Lucio Tabar Purroy, miembro del Patronato de la Fundación. Acta 87, folios 11 a); César Martínez García, miembro del Patronato de la Fundación. Acta 87, folio 22 b), e incluso a través de la prueba pericial de la U.C.I. (Acta 152, Folio 15, párrafo último. Misma acta, folio 20 antepenúltimo. Misma acta, folio 23 párrafo último, hasta el folio 28,B).

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La sentencia parece dar a entender que la única o prácticamente la única actividad de la Fundación estaba relacionada con el tema de la "desobediencia civil", lo que, como está documentalmente acreditado, en nada se parece a la realidad.

Sostener tal sería como, permítasenos el símil, sostener que El País o El Mundo son periódicos que se encargan de publicar crucigramas, o de información deportiva. Tomar la parte por el todo no es sino una verdad a medias, lo que constituye, probablemente, la falta de realidad más peligrosa.

a) Herria Mugi, la Fundación Joxemi Zumalabe y los encuentros de los movimientos populares (Topaguneak).

La sentencia incurre en un grave error al confundir a la Fundación con el grupo Herria Mugi.

La Fundación, en cumplimiento de sus objetivos estatutarios, ha prestado infraestructura y soporte técnico a los organizadores de diversos encuentros o jornadas (Herria Mugi, el Foro Social, etc.).

Concretamente, respecto de los "encuentros" o "Topaguneak" a los que se refiere la sentencia, la Fundación se limitó a una labor de "secretaría técnica", estando organizados dichos encuentros por Herria Mugi, que era una coordinadora de diferentes grupos. Así consta en el informe de la U.C.I.E. (acta 153, folio 15.d).

Consta en la causa la celebración de dos encuentros o Topaguneak en mayo de 1999 y febrero de 2000, ambos organizados por la referida coordinadora de grupos Herria Mugi, que aparece en todos los documentos como "grupo promotor". A este respecto, designamos como documentos que demuestran el error de la sentencia los aportados por la defensa contenidos en el Volumen IX, Primeros encuentros, Cartel anunciador

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y tríptico de los encuentros, y en el Volumen X, Segundos encuentros, Cartel y tríptico.

Dichos documentos no se encuentran contradichos por prueba alguna y, por el contrario, se encuentran ratificados por prueba testifical (Ainhoa Permach Martín, miembro de Zai Zoi y de Herria Mugi. Acta 88, folios 26 ultimo 27 a) b); Iñaki Soto Nolasco, colaborador de Herria Mugi en la preparación de los Primeros Encuentros, y que realizó el tríptico y el cartel anunciador. Acta 88, folio 32, último párrafo; Iñaki Otamendi Gutiérrez, miembro del grupo antimilitarista Kakitzat, de Herria Mugi y del grupo de trabajo sobre desobediencia. 89, folio 25 último párrafo y 26 a) e incluso por la prueba pericial de la U.C.I.E. (acta 153, folio 15.d) y folio 14 antepenúltimo 18 b)

Herria Mugi era un grupo abierto de trabajo, que incluía un amplísimo número de movimientos sociales y ONGs, constituido en su mayoría por una serie de grupos que habían acudido a la presentación de la Guía publicada por la Fundación Joxemi Zumalabe en febrero de 1.999.

Se trataba, por tanto, de una entidad diferente de la Fundación, con funcionamiento propio y autónomo, como puede observarse en sus actas de reunión, que constan en el Volumen XIX. Consta, además abundante prueba testifical en las actas 88 y 89, por parte de múltiples testigos, miembros de algunos de los muy diferentes grupos sociales que conformaban Herria Mugi y miembros, a su vez, de diferentes grupos de trabajo creados en su seno. Todos ellos ratifican lo que era Herria Mugi, su falta de identidad con la Fundación, y asimismo, la pluralidad de actividades y, consiguientemente, grupos de trabajo creados en el seno de la coordinadora, siendo el tema de la "desobediencia

civil" uno más.

Para hacernos una idea de la diversidad de participantes, temas tratados y posturas que estaban representadas en Herria Mugi, baste leer el listado completo de participantes que obra en el Volumen XIX.- "Listado de participantes". Entre ellos, por ejemplo, había coordinadoras culturales de barrio, grupos de radios, ecologistas, antimilitaristas, pacifistas, un grupo por

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la legalización de la marihuana, grupos de investigación y ciencias sociales, psicología, salud y medicina alternativa, de lucha contra las drogodependencias, grupos de homosexuales, etc. Incluso también formaba parte el Euskadiko Gazte Kontseilua (Consejo de la Juventud del País Vasco, dependiente del Gobierno Vasco).

Los primeros encuentros se celebraron en el mes de mayo de 1.999, en la Casa Municipal de Cultura del barrio de Egia de San Sebastián.

Se presentaron varias ponencias, de muy diversos temas, entre las que estaba el documento Piztu. En el Volumen IX de la prueba de la defensa, constan los documentos 6, 7 y 8, conteniendo las ponencias presentadas a los Primeros Encuentros, todo ello ratificado por los numerosos testigos a que hemos venido haciendo referencia, que depusieron en las Actas 87, 88 y 89.

Los segundos encuentros se celebraron en febrero de 2000, también organizados por Herria Mugi, como consta en el Volumen X de la prueba documental de la defensa, mediante documental ratificada por numerosos testigos.

b) Talleres y grupos de trabajo.

En los primeros encuentros se constituyeron tres talleres o comisiones de trabajo sobre los temas de ordenación territorial, desobediencia y comunicación. Los talleres, por tanto, no tenían continuidad, sino que, según práctica en muchos congresos o similares reuniones, para una mayor operatividad, además de tratar de los temas generales en plenario, se trabajaba en grupos más reducidos o "talleres".

Dentro del "Taller de Desobediencia" en absoluto se desarrolló ninguna propuesta de E.T.A. Sí se trató sobre la ponencia "Piztu", ponencia de Miguel Ángel Zuluaga Uriarte ("Mikelón") y no de la Fundación. Posteriormente analizaremos en profundidad todo lo relacionado con la ponencia Piztu.

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A raíz de la celebración de dicho primer encuentro se crearon, para ir trabajando temas de cara a sucesivos encuentros, unos "grupos de trabajo", que tuvieron una cierta estabilidad. En el documento obrante a los folios 9.141 y siguientes se contempla la creación de los grupos de diagnóstico, comunicación, formación, participación, globalización y desobediencia. Constan en el Volumen XI las actas de cada uno de los grupos de trabajo, ratificadas por numerosos testigos, a que antes se ha hecho referencia, miembros de los diversos grupos de trabajo, incluido el de desobediencia.

Por tanto, los encuentros fueron organizados por Herria Mugi y no por la Fundación.

En el seno de los encuentros se trabajó en comisiones o "talleres", uno de ellos dedicado a la desobediencia y en el que en absoluto se trató de ninguna propuesta de E.T.A.

A raíz de las jornadas, y por iniciativa de Herria Mugi, y no en el seno de la Fundación, se constituyeron varios grupos de trabajo, uno de ellos sobre desobediencia.

En el seno de la Fundación no existió jamás ningún "taller de desobediencia".

D) La revista Ezpala, el supuesto manual sobre "desobediencia" y el artículo de Mario Zubiaga publicado en la misma. Su errónea vinculación con la Fundación.

La sentencia establece en sus hechos probados (folio 281 y siguientes):

Pero también para la difusión de teoría sobre la propuesta “Desobediente de ETA y KAS” en el mes de noviembre de 1999 la Fundación utilizó la publicación de la revista “Ezpala” (astilla), que en su edición nº 12 argumentaba la necesidad de difundir conductas colectivas de “desobediencia” , pretendiendo configurar un manual sobre esta materia, que

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obra en la causa como anexo 48 de los que acompañan al informe pericial “Sobre el proyecto de desobediencia de ETA-KAS y su puesta en

práctica por la Fundación Joxemi Zumalabe”, anexo que figura a los folios 15.089 al 15.096, revista que se encabezaba: “Ezpala 12,

monográfico sobre la desobediencia civil”, elaborado por Mario Zubiaga Gárate, profesor de la Universidad del País Vasco y miembro de la Fundación Joxemi Zumalabe. Se decía en dicha revista:

"Esa nueva situación en la que se encuentra la Izquierda Abertzale exige

una adaptación de las distintas formas de lucha y, entre ellas, de la

desobediencia, que debe transformarse, en primer lugar en desobediencia

institucional, es decir ejercida y promovida desde las instituciones frente a

la normativa emanada del Estado. Dicha práctica desobediente y decisiones

más audaces en los distintos foros institucionales y vigentes deben permitir la

consolidación de la nueva institucionalidad.

La desobediencia civil en el sentido más exacto del término, es decir,

ejercida por la sociedad civil, debe complementar a la anterior, en primer

lugar, porque es una forma de deslegitimación del Estado, y de legitimación

del nuevo marco jurídico-político que se quiere alumbrar; y en segundo lugar,

porque es necesaria una cierta impunidad que solo el amparo institucional

vigente puede dispensar."

Más tarde se dice: "...concebir la desobediencia como práctica no

excluyente de otras formas de lucha, sino además, incluyente de formas de

violencia de baja intensidad, contra las que el Estado se verá

inevitablemente obligado a actuar, generando una dinámica de respuesta

anti-represiva, que puede llegar a constituirse, por lo desmedido de las

sanciones, en un nuevo eje deslegitimador del sistema político".

En el fundamento de derecho septuagésimo sexto (folios 1.028 y 1.029), afirma:

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Desde luego esta "desobediencia civil" no era producto de una decisión adoptada por "los desobedientes" de "motu propio", de forma unipersonal y de manera espontánea, a consecuencia de una íntima convicción acerca del total desacuerdo entre lo legislado y lo justo.

Si esto fuera así, como contaron los acusados miembros de la Fundación Joxemi Zumalabe, tales conductas serían atípicas. Pero no lo es.

Recordemos lo que se decía en el texto monográfico de la revista "Ezpala" en su monográfico nº 12, revista dirigida por el Patrono de la Fundación Ignacio Mª O´Shea Artiñano, siendo autor de dicho texto el también Patrono Mario Zubiaga Gárate, cuando expresaba la necesidad "de

una adaptación de las distintas formas de lucha, y entre ellas, de la

desobediencia", dada la situación en la que se encontraba la Izquierda Abertzale. Y aclarando bien las cosas, Zubiaga Gárate mantenía la necesidad de concebir la desobediencia como práctica no excluyente de otras formas de lucha, sino por el contrario incluyente de formas de violencia callejera, contra las que el Estado se vería forzado a actuar, generándose una dinámica antirrepresiva que a ellos les pudiera servir para deslegitimar el sistema político vigente.

Es decir, con el ejercicio colectivo y concertado de la desobediencia civil, promovida desde E.T.A. lo que se perseguía no es otra cosa que alterar de forma grave la paz pública. Eso por ahora.

La sentencia, con una criticable práctica, que utiliza a lo largo de todo el texto, de subrayar y resaltar con mayúsculas o con negritas, dentro de textos entrecomillados, términos y párrafos que no aparecen así en el original, sin aclarar que lo resaltado es una adición propia, utiliza también el entrecomillado de forma falaz, enmarcando textos y párrafos no textuales o literales, y a veces no procedentes de los textos a que se refiere, sino del análisis sobre los mismos efectuados por los presuntos informes periciales.

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Respecto de estos párrafos literalmente transcritos, pero con negritas, subrayados y entrecomillados añadidos, se realiza una multitud de afirmaciones gravemente erróneas, que a continuación pasaremos a rebatir, una por una:

a) La Fundación no utilizó la publicación "Ezpala". Ninguna relación tenía la Fundación con la publicación "Ezpala" ni nada tuvo que ver, por tanto, la Fundación en el contenido del número 12 (ni de cualquier otro) de la revista. Al parecer, según declararon los acusados Mikel Aznar y Olatz Altuna y el testigo Patxi Azparren, Ezpala llamó a la Fundación solicitando se le remitiesen los trabajos que se habían tratado en el taller de desobediencia de los primeros encuentros y que habían sido presentados por una de las entidades coordinadas en Herria Mugi, concretamente A.B.K.

La Fundación invitó a Ezpala a ponerse en contacto directo con ABK y, por tanto, los informes recogidos o en que se basó la publicación de dos artículos del número 12 de Ezpala fueron los directamente remitidos por ABK a dicha revista, sin intervención de la Fundación. Para que no exista ninguna duda al respecto, expresamente designamos como documento las páginas 86 y 87 ("desobedientzia praktikara") y las páginas 111 a 114 ("taller de desobediencia"), obrantes, por fotocopia, a los folios 15.172 a 15.176 y 15.199 a 15.202 del Tomo 52 de la pieza Ekin y, el original, adjuntado al escrito de calificación de la defensa.

El procesado Sr. Aznar declaró (folio 23 del acta de la sesión nº 47, minutos 46 y siguientes de la grabación):

"Como trabajador de la Fundación cogía el teléfono y desde Ezpala se

llamó a la Fundación Joxemi Zumalabe porque querían hacer un monográfico

sobre «Desobediencia Civil». Llamaron para pedir su aportación, respondió que

ese no era su ámbito de trabajo, pero como ese tema ya se trató en Herria

Mugi les dijo que se pusieran de acuerdo con ABK y ellos coordinaron el tema

de «Desobediencia Civil»".

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La procesada Sra. Altuna, al folio 14 del acta de la sesión 48, minuto 46'30 y siguientes, declaró:

"La revista Ezpala sabe que llamaron a la Fundación Joxemi Zumalabe

porque querían hacer un monográfico sobre la «Desobediencia Civil» y les

pidieron si podían escribir un artículo entorno a «Desobediencia Civil» y si

tenían material sobre la «Desobediencia Civil». Ellos dijeron que no, que era

Herria Mugi quienes tenían el resumen del taller sobre «Desobediencia Civil».

El tema de la «Desobediencia Civil» lo trataba A.B.K. y les pusieron en contacto

con ellos. La Fundación no colaboró con el monográfico y ella personalmente

tampoco".

Por último, el testigo Sr. Azparren (miembro de A.B.K., y no de la Fundación), al folio 18 del acta de la sesión del día 5 de julio de 2.006, minuto 16'30 y siguientes, reconoció que era el autor del referido artículo.

b) En su número nº 12, la revista Ezpala no "argumentaba la necesidad de difundir conductas colectivas de desobediencia, pretendiendo configurar un manual sobre esta materia".

De nuevo nos remitimos a los dos referidos artículos incluidos en el citado número de la referida revista, solicitando del Tribunal su atenta lectura, al amparo del artículo 899 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

La afirmación de la sentencia de instancia no sólo no constituye un "hecho probado", sino una valoración subjetiva, y, además, tal valoración no tiene la menor base lógica.

En dichos artículos se encuentran diversas reflexiones teóricas, pero de ninguna manera puede entenderse que tales reflexiones teóricas puedan constituir un "manual sobre desobediencia".

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c) El número monográfico no fue elaborado por Mario Zubiaga, ni el mismo es autor de los tres párrafos transcritos en la sentencia.

Volvemos otra vez a la utilización perversa del entrecomillado por parte de la sentencia que, a su vez, no es sino transcripción de esta perversa práctica en los informes policiales.

Así, se expresa en la sentencia: ""Ezpala 12, monográfico sobre la

desobediencia civil", elaborado por Mario Zubiaga Gárate, profesor de la

Universidad del País Vasco y miembro de la Fundación Joxemi Zumalabe. Se

decía en dicha revista... "

Al expresar "se decía en dicha revista" inmediatamente después de referirse a Zubiaga como autor del monográfico, parece darse a entender que el mismo es autor de todos los textos de la revista y, en particular, de los tres párrafos que a continuación se transcriben.

Esta aparente intencionalidad de la sentencia se ratifica en los fundamentos de derecho cuando expresa: "recordemos lo que se decía en el

texto monográfico de la revista Ezpala…siendo autor de dicho texto el también

patrono Mario Zubiaga".

Pues bien, el Sr. Zubiaga no es autor, por supuesto, de todos los textos que aparecen en la revista, sino única y exclusivamente de uno de los artículos, titulado "La nueva desobediencia", que aparece en las páginas 12 a 17 (original unido a la calificación de la defensa y copia en folios 15.106 a 15.111 del tomo 52 de la pieza Ekin).

Pero es que, además, los párrafos que la sentencia transcribe a continuación entrecomillados no son transcripción de ningún artículo de la revista, sino reproducción literal de párrafos de un informe de la U.C.I.E. al referirse a los contenidos de los artículos. Repetimos, en ningún artículo de la revista se contienen los tres citados párrafos, sino que ello constituye

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un "colage", permítasenos la expresión, efectuado por la U.C.I.E., compuesto con textos de diferentes artículos.

Y de estos párrafos, única y exclusivamente los dos primeros (y no textualmente) están extraídos del referido artículo del Sr. Zubiaga ("La nueva desobediencia").

El tercero (el que habla de "…concebir la desobediencia como una

práctica no excluyente de otras formas de lucha sino, además, incluyente de

formas de violencia de baja intensidad…”) está extraído de un artículo de Juantxo Estebaranz ("Desobediencia como ilegalismo"), que obra en las páginas 40, 41 y 42 de la revista.

Por tanto, ni el Sr. Zubiaga es autor de todo el monográfico, ni tampoco del tercer párrafo transcrito por la sentencia, en el que se hace mención a "formas de violencia de baja intensidad".

d) En ningún texto se habla de "violencia callejera".

Pero es que, además, la sentencia efectúa una valoración (bien es cierto que en los fundamentos y no en los hechos) absolutamente gratuita y no basada en prueba alguna, cuando, al folio 1.029, interpreta el párrafo transcrito en los hechos ("...concebir la desobediencia como práctica no

excluyente de otras formas de lucha, sino además, incluyente de formas de

violencia de baja intensidad" -las negritas son de la propia sentencia-), como equivalente a "concebir la desobediencia como práctica no excluyente de otras

formas de lucha, sino por el contrario incluyente de formas de violencia

callejera" -los subrayados son de la propia sentencia-).

La diferencia es bien notable: ni la Fundación (que nada tiene que ver con la revista Ezpala ni con el número 12), ni el Sr. Zubiaga (que no es el autor ni de dicho artículo ni de dicho párrafo), ni siquiera el auténtico autor de aquel párrafo, D. Juantxo Estebaranz, han hablado jamás de "violencia

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callejera", sino de "violencia de baja intensidad". Ello es una interpretación absolutamente gratuita y aventurada de la Sala de instancia, no basada en prueba alguna y, desde luego, contraria al propio documento en que dice basarse.

Es evidente que las prácticas históricas de desobediencia civil, por suponer una violación de la legalidad vigente, han comportado generalmente en todo tiempo y lugar ciertas formas de violencia atenuada o de baja intensidad. Pensemos, por ejemplo, entre otros muchos supuestos, en la realización de "sentadas", manifestaciones o concentraciones no autorizadas, el corte de vías públicas, la ocupación temporal de edificios, el encadenamiento a edificios o material urbano, el lanzamiento de huevos o pintura contra fachadas o monumentos, la práctica de actos de sabotaje de baja intensidad, la retirada de carteles y "re-denominación" de poblaciones o calles, no pagar en supermercados, grandes superficies o "franquicias"

internacionales, la realización de "pintadas", la interceptación o retención temporal de transportes de residuos nucleares, el uso de lanchas neumáticas para dificultar maniobras militares navales o prácticas de pesca abusiva... Desde luego, no es misión de esta defensa ofrecer un catálogo de posibles respuestas de baja intensidad, pero posiblemente, todas éstas y muchas otras más podrían estar en la mentalidad del autor (que, repetimos, no era el Sr. Zubiaga) de aquel párrafo, y no, necesariamente, la "violencia callejera" a que gratuitamente alude la sentencia.

Y es más, es razonable entender que el mismo no sólo no se estaba refiriendo a la kale borroka o violencia callejera, sino que, por el contrario, la estaba excluyendo expresamente.

Así, al folio 42 de la revista, en el texto de este propio artículo, podemos encontrar un texto que nos puede ayudar a la exégesis de la intención del autor del artículo, párrafo que, por cierto, no transcribe la sentencia. Nos estamos refiriendo a la expresión "… no puede la Desobediencia Civil

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prescindir del uso de niveles de baja violencia (puesto que implican por tanto penas mínimas…)".

A la vista de las descomunales penas que se venían imponiendo en la Audiencia Nacional a los autores de hechos calificados como "kale borroka", incluso antes de la última reforma del Código Penal, ya desde la vigencia del Código Penal de 1995, parece lógico suponer que el autor se estaría refiriendo a otras prácticas de "baja violencia" a las que se aplicasen penas inferiores ("mínimas", dice el texto).

Por tanto, nadie (y, desde luego, no la Fundación ni ninguno de sus miembros) había propuesto en el número 12 de la revista Ezpala (ni en sitio alguno) la práctica de "violencia callejera". Suponiendo dicha afirmación de la Sala una imputación gratuita y no basada en prueba alguna.

E) La colaboración de José Antonio Etxeberria Arbelaiz con la Fundación Joxemi Zumalabe.

La sentencia afirma en el folio 282:

Coincidiendo con la disolución de los ASK, el acusado José Antonio

Etxeberria Arbelaiz colaboró con la Fundación Joxemi Zumalabe para la elaboración de la Guía de los movimientos populares en el País

Vasco, aunque su detención, que tuvo lugar en 1998 por su presunta participación en la formación, financiación y desarrollo en las empresas de K.A.S. ya explicitadas, le impidieron culminar su trabajo.

Es cierto que el Sr. Etxeberria colaboró en la elaboración de la Guía y que fue detenido en mayo de 1.998.

El Sr. Echeberría nunca fue miembro de la Fundación ni empleado de la misma. Única y exclusivamente se le adjudicó, previo concurso, al que optaron una quincena, aproximadamente, de personas y entidades, la realización del

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trabajo de campo necesario para la elaboración de la Guía de los movimientos sociales, que finalmente fue publicada en febrero de 1.999. Constan en los documentos nos. 1 y 2 del Volumen VII de la documental de la defensa de las convocatorias para el concurso. Consta la presentación de varias propuestas de diversos concursantes (bloque de documentos nº 3 del mismo Volumen VII), incluida la Propuesta Lan Plana (plan de trabajo), presentada por el Sr. Etxeberría.

En el número de la revista Fite, órgano de la Fundación, del mes de noviembre de 1.997 (documento nº 5 del Volumen VII) se daba cuenta del inicio de dicho trabajo.

Por tanto, la única vinculación del Sr. Etxeberría con la Fundación tuvo lugar entre noviembre de 1.997 y mayo de 1.998, por el motivo antes expresado y documentalmente acreditado, resultando totalmente errónea la afirmación de la Sala de que ello tuvo lugar "coincidiendo con la disolución de

los A.S.K.", lo que, según afirma la propia sentencia al folio 279, ocurrió en 1.995.

Por tanto, nada tiene que ver la desaparición de los A.S.K. con la única puntual colaboración del Sr. Etxeberria con la Fundación, en contra de lo que afirma la sentencia.

F) Miembros del Patronato.

La sentencia, al folio 283, expresa:

El Patronato de la Fundación estaba formalmente constituido por el acusado Carlos Trenor Dicenta, que ostentó el cargo de presidente, persona esta que, como ya se dijo, era también presidente del Consejo de Administración de Ardatza S.A., y desde esa posición, copartícipe de la descapitalización de Orain S.A. También lo conformaban los acusados Fernando Olalde Arbide, (Secretario) Ignacio O´shea Artiñano, director de la

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revista "Ezpala", Sabino Ormazabal Elola, Alberto Frias Gil, vinculado a "Eguzki", organización del llamado "Movimiento de Liberación Nacional Vasco"

dedicada al ecologismo y Mario Zubiaga Gárate, profesor de Derecho Constitucional y Ciencias Políticas de la Administración, vocales. Todos los mencionados eran mayores de edad y carecían de antecedentes penales. Igualmente era patrono José Ignacio Uruñuela Nájera, respecto del que, las acusaciones, en el trámite de conclusiones definitivas, retiraron la acusación que pesaba contra el mismo.

La composición formal del Patronato se vio en la práctica complementada con la participación real y efectiva de los acusados Mikel Aznar y Olatz Altuna Zumeta, mayores de edad y sin antecedentes penales. Los dos últimos citados si bien aparecían formalmente como supuestos trabajadores de la Fundación, no como patronos, sin embargo tomaban parte activa de los debates del Patronato, y los dos últimos citados, junto con los patronos "formales" planificaron y desarrollaron la puesta en funcionamiento y el impulso del proyecto de "desobediencia civil" a través de los movimientos populares que dinamizaban.

Lo cierto es que la cuestión no tiene excesiva relevancia por lo que a mi representado respecta, pero señalaremos, al objeto de poner de manifiesto el escaso rigor de la sentencia, que ésta yerra tanto en lo que considera como "composición formal" del Patronato como en cuanto a la "composición

práctica" del mismo.

1.- Según las escrituras de constitución y la inscripción obrante al Registro de Fundaciones el Patronato siempre ha estado compuesto por los cinco patronos fundadores, Sres. Trénor, Olalde, O'Shea, Ormazábal y Uruñuela.

2.- Los Sres. Zubiaga y Frías es cierto que formaron y forman en la actualidad parte "real" del Patronato y, aunque nunca se escrituró ni inscribió tal pertenencia, sí figuran en las actas del Patronato.

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Pero asimismo figura en las actas de las reuniones del Patronato (volúmenes III y IV) que también otro importante número de personas (unas 15), tanto antes como después del operativo policial contra la Fundación, fueron patronos de la misma. Personas sobre las que jamás se ha instado procedimiento alguno, a pesar de que varias de ellas asistieran a reuniones en las que se trató el tema de la desobediencia civil. E incluso también asistieron, con voz pero sin voto, otros 2 trabajadores que tampoco han sido judicialmente perseguidos.

3.- La docena, aproximadamente, de trabajadores que, en distintos momentos, ha tenido la Fundación, asistían a las reuniones del Patronato con voz pero sin voto. Salvo los Sres. Aznar y Altuna, ninguno de ellos ha sido objeto de proceso alguno. Todos ellos y, desde luego, los Sres. Aznar y Altuna, eran trabajadores reales y no "formales", con sus correspondientes formalidades legales, como consta acreditado documentalmente.

4.- Precisamente los Sres. Aznar y Altuna no asistieron a ninguna de las reuniones en las que se trató el tema sobre desobediencia, puesto que aún no trabajaban para la Fundación. Sí lo hacían, por el contrario, los Sres. Fuertes y Yurrebaso, entonces trabajadores de la Fundación, que, como antes se ha dicho, no han sido objeto de persecución judicial.

G) El documento Kronika, la Guida y la presunta dependencia de la Fundación respecto de E.T.A.

Al folio 286 afirma la sentencia

La dependencia de la Fundación Joxemi Zumalabe respecto de E.T.A. y de la "Koordinadora Abertzale Socialista" (K.A.S.), se pone de relieve en el documento titulado "Kronika", intervenido con ocasión de la detención de José Javier Arizcuren Ruiz el 9 de marzo de 1.999 en París, documento obrante en la Comisión Rogatoria Internacional, Diligencias Previas 72/99, Tomo VII

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del Juzgado Central de Instrucción nº 3, cuya copia se incluye como anexo nº 16 al informe pericial "Sobre el proyecto de desobediencia de E.T.A.-K.A.S. y

E.T.A.-EKIN y su puesta en práctica por la Fundación Joxemi Zumalabe…", que figura a los folios 14.517 al 14.582 del Tomo 50 de la Pieza EKIN. El referido anexo se plasma en los folios 14.794 a 14.800 del Tomo 51 de la misma Pieza. El mencionado documento finaliza con el párrafo siguiente: "La

Fundación Joxemi Zumalabe.- Tienen hecha la Guía (la guía de los

movimientos populares) y están teorizando su continuación, la estabilidad de

la Fundación y los encuentros de los movimientos populares de Euskal Herria.

Pasan un borrador para que se trate en la siguiente reunión. Es muy

interesante y tenemos que definir nuestra visión del asunto, y también

nuestro compromiso…" Eso lo decía E.T.A., plasmándolo en su documento "Kronika", intervenido al jefe del aparato político de la organización terrorista.

En dicho documento E.T.A. venía a recordar la necesidad de someter la

actividad de la Fundación Joxemi Zumalabe al control del aparato político de la organización terrorista y su gestión sobre las actividades de los movimientos populares del país Vasco.

Por supuesto, a pesar de su inclusión en los hechos probados, las afirmaciones sobre la "dependencia de la Fundación", sobre que "eso lo decía

E.T.A." y que "E.T.A. venía a recordar la necesidad de someter la actividad de

la Fundación ..." no son, en absoluto, hechos probados, y sí valoraciones subjetivas (y, además, como a continuación veremos, erróneas y no sustentadas en prueba alguna) de la Sala, y que no debieran tener cabida en dicho lugar de la sentencia.

A continuación, reitera en los fundamentos dichas apreciaciones subjetivas, afirmando, en el fundamento de derecho 76 (folios 1.034 a 1.036) lo siguiente:

5) Aparición de la "Guida" en poder de la cúpula de E.T.A.

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La dependencia de la Fundación Joxemi Zumalabe respecto de E.T.A. nos parece ya incuestionable analizando el último párrafo del documento "Kronica", también intervenido a José Javier Arizcuren Ruiz, tras su detención en París el 9 de marzo de 1.999, en el que se hace referencia a la "Guida" de los movimientos populares del País Vasco.

La Fundación Joxemi Zumalabe fue quién procedió a confeccionar la "Guida", siendo materialmente elaborada por el acusado José Antonio Etxeberria Arbelaitz hasta que se produjo su detención. Sobre estos extremos, no se polemizó en el plenario y, es cierto que se trataba de una guía destinada a los numerosos grupos de esa Comunidad Autónoma, llamada a ponerlos en contacto entre sí, para planificar y llevar a cabo trabajos conjuntos, con las aportaciones de todos.

Sin embargo esa "Guida" de contenido tan aséptico –realidad constatable con su simple lectura y constatada por este Tribunal- también fue remitida a la cúpula de la organización terrorista E.T.A., y lo fue por parte de la Fundación Joxemi Zumalabe.

El párrafo del documento "Kronica" de E.T.A., antes referido, tiene su reflejo en los hechos probados de esta sentencia, pero por su clarividencia merece ser aquí reproducido, pues en él se expresa: "La Fundación Joxemi

Zumalabe. Tienen hecha la guía (la guía de los movimientos populares) y

están teorizando su continuación, la estabilidad de la Fundación y los

encuentros de los movimientos populares. Pasan un borrador para que se

trate en la siguiente reunión. Es muy interesante, y tenemos que definir

nuestra visión del asunto y también nuestro compromiso".

Del simple tenor literal de este texto resulta indiscutible que es la propia E.T.A. la que desenmascara a la Fundación, al decir que ésta le pasa un borrador de la "Guida" que estaba confeccionando, en el que analizaban, desde un punto de vista teórico, tanto la continuación de dicha "Guida", como

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la estabilidad de la Fundación y también el desarrollo de los encuentros de los movimientos populares en Euskal Herria.

Y hemos de preguntarnos ahora ¿con qué objetivos remitió la Fundación a E.T.A. un borrador de su "Guida"?, ¿qué finalidad perseguía con ello dicha Fundación?. Para que la organización pasara el rato leyéndola, en orden a su divertimento o por simple curiosidad, descartado por absurdo. Y es que el objetivo perseguido por la Fundación lo pone de relieve la propia E.T.A., al decir en su documento "Kronica": pasan un borrador para que los temas en él tratados (la continuación de la Guida, la estabilidad de la Fundación y el enfoque de los movimientos populares en el País Vasco) fueran analizados en la próxima reunión de la organización.

También E.T.A. explica el fin que nos preguntamos con palmaria claridad al decir como decía en el repetido documento "Kronica" que el borrador de la "Guida": "es muy interesante", añadiendo a continuación: "tenemos que definir nuestra visión sobre el asunto y también nuestro

compromiso". Términos estos que requieren un somero análisis. La Fundación envió a E.T.A. el borrador de la "Guida" para que esta

organización analizara su contenido (objetivo), solicitándole asimismo que le suministrara las directrices a seguir en el futuro, tanto en relación con la continuidad de la "Guida", como respecto a la estabilidad de la Fundación y sobre el enfoque que se estaba dando a los encuentros de los movimientos populares (finalidad), encuentros en el que, entre otras materias, se trataba de la desobediencia civil, esa que impulsaba la organización terrorista, tal y como se reflejaba en su Zutabe nº 72", al que nos hemos referido reiteradamente. Consecuentemente con ello, E.T.A., considerando que las cuestiones que la Fundación Joxemi Zumalabe sometía a su consideración no eran precisamente baladí, proclamó: "Tenemos que definir nuestra visión

sobre el «asunto», y también nuestro compromiso". Pero ¿qué asunto? se pregunta el Tribunal, y enseguida halla la respuesta: aquellos concernientes a la continuidad de la "Guida", la estabilidad de la propia Fundación, y la

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trayectoria y enfoque de los movimientos populares en el País Vasco. Hasta tales extremos se somete la Fundación a los dictados de E.T.A., y hasta tales extremos intenta esta organización imponer sus directrices a la llamada izquierda abertzale, a la que iba dirigida la "Guida", según los propios procesados.

Y también tenía que decidir la organización terrorista "su compromiso",

¿compromiso de qué?.

Sin ninguna duda de apoyar a la propia Fundación.

1.- Es absolutamente incierta la intervención de la "Guida" a la "cúpula de E.T.A.".

En primer lugar, si vamos a los hechos probados, vemos que ello no se afirma en ningún sitio, sino única y exclusivamente se afirma la intervención del "documento Kronika al jefe del aparato político de la organización

terrorista", "con ocasión de la detención de José Javier Arizcuren Ruiz el 9 de

marzo de 1.999".

Por tanto, la afirmación del fundamento de derecho de que "la Fundación

envió a E.T.A. el borrador de la Guida" no solamente no viene sustentada en elemento probatorio alguno sino que ni siquiera viene recogida en los hechos probados.

La Guida no aparece en ningún acta de intervención a ningún miembro de E.T.A. Así, la comisión rogatoria que, según la sentencia, incluiría el acta de ocupación del documento Kronika, además de estar en francés, no habiendo sido traducido al español, lo que le priva de cualquier validez jurídica, no incluye ninguna mención a la ocupación de la Guida, texto que no podría pasar desapercibido, ya que se trataba de un libro de más de 800 páginas.

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Pero, es más: puesto que la ocupación de documentos a Arizcuren tuvo lugar el 9 de marzo de 1.999, aunque la Guida le hubiese sido ocupada a él (lo que no consta y expresamente negamos) o el documento Kronika, que se fecha en febrero de 1.999, haga mención al borrador (con independencia de la cuestión formal, pero relevante, de la falta de traducción de la comisión rogatoria), ello no implicaría, de ninguna manera, necesariamente, una remisión por parte de la Fundación a E.T.A., toda vez que, como hemos acreditado documentalmente con anterioridad, la Guida ya había sido publicada, presentada y puesta a la venta en febrero de 1.999.

Por tanto, la Guida en febrero y marzo de 1.999 ya estaba en poder de numerosas personas y entidades y, por tanto, también podría estar en poder de algún miembro o de la cúpula de E.T.A., pero, desde luego, ni hay constancia de ello en las actuaciones ni, mucho menos aún, de que hubiese llegado a su poder a través no ya de algún miembro de la Fundación, sino mediante decisión colegiada y consensuada de cuatro de sus patronos y dos de sus trabajadores (sin que sepamos exactamente por qué precisamente de éstos). Posteriormente volveremos sobre esta "autoría colectiva y

consensuada" que predica la sentencia.

2.- El documento Kronika.

a) En primer lugar, existe un error de traducción. Una copia de dicho documento se encuentra al folio 14.804 del Tomo 51 de la pieza Ekin y la inicial traducción de la U.C.I. se halla al folio 14.800.

En la vista oral, los funcionarios traductores de la U.C.I. corrigieron su error explicando que la expresión "Zirriborro bat pasatzen da" debe traducirse correctamente como "se pasa" un borrador y no "pasan" un borrador, como erróneamente sostiene la sentencia.

Véanse folios 12, párrafo último, y 13 del acta de la vista correspondiente al día 4 de diciembre de 2.006:

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"Al folio 14.804 texto en euskera y al 14.800 en castellano.

El perito funcionario de la Unidad Central de Inteligencia con carné

profesional número 64.861. Manifiesta: que se pasa un borrador. Está

traducido "pasan un borrador”, la traducción es incorrecta. Se pasa un borrador está bien y dijo pasan un borrador que está mal.”

Consta esta corrección de la traducción a los 53 minutos 13 segundos y 54 minutos 35 segundos de la grabación de dicha sesión.

Por tanto, no es que "los miembros de la Fundación Joxemi Zumalabe

pasen un borrador", sino que el desconocido autor del documento Kronika (a continuación nos referiremos a ello) afirma que "se pasa", en forma impersonal.

b) En cuanto al posible autor del documento.

El Fiscal, en su modificación de conclusiones, en trámite de definitivas, (folio 164, párrafo último del escrito) sostenía que el citado documento Kronika era "un documento en el que la estructura de coordinación y enlace con la

organización armada reconocía expresamente la necesidad de someter la

actividad de la Fundación Joxemi Zumalabe al control del aparato político de

E.T.A. ..."

La modificación de conclusiones sin duda obedecía a que los peritos de la U.C.I. (folio 7 del Acta 153, sesión 4.12.06) habían sostenido su sospecha de que el autor del documento Kronika era algún militante de K.A.S. y que les costaba "mucho trabajo pensar que el comité ejecutivo de E.T.A. se

haya podido haber reunido con la Fundación Joxemi Zumalabe".

Por otra parte, el funcionario de la U.C.I. 19.242 (folio 12 del acta de la sesión de 4 de diciembre, acta 153) declara: "…que está claro que este

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documento está realizado por persona ajena a la Fundación Joxemi Zumalabe (folio 14.800 párrafo final). El autor o autores está distanciado de la Fundación"

Por tanto, ni existe prueba de que el autor del documento Kronika sea de E.T.A., ni mucho menos aún, de que sea miembro de la Fundación. Por el contrario, la lógica lleva a pensar que no es así.

c) En cuanto al contenido del documento Kronika.

En cualquier caso, el documento dice lo que dice y no lo que quiere hacerle decir la sentencia. En ningún momento se expresa la "necesidad de

someter la actividad de la Fundación Joxemi Zumalabe al control del aparato

político de la organización terrorista", sino simplemente que se califica de muy interesante un borrador, cuyo contenido se desconoce y que alguien tiene que definir al respecto su "visión" y su "compromiso".

Pero es más: aunque la deducción (que jamás hecho probado) de la sentencia fuese correcta, una cosa es que E.T.A. pensase en la "necesidad de

someter la actividad de la Fundación a su control", y otra cosa muy distinta es que fuese la propia Fundación la que hubiese solicitado u ofrecido su control a la organización E.T.A. Ya hemos dicho que, lógicamente, todos los movimientos populares, en general, pueden ser un goloso objetivo para cualquier tipo de organización política, legal o ilegal, pero cosa distinta es que éstas traten de controlarlas de que aquéllos nazcan y se desarrollen con la consciente voluntad de ser controlados, gratuita imputación que se hace a lo largo de la sentencia hacia la Fundación sin el menor asomo de prueba alguna.

E.T.A. también ha logrado infiltrarse en otras entidades, e incluso se han practicado detenciones de más de un "ertzaina" implicado en actividades de integración o colaboración con E.T.A. sin que, lógicamente, ello haya

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significado una imputación generalizada contra todo el colectivo, sus mandos o responsables políticos. Más tarde volveremos también sobre este punto.

Por otra parte, no comprendemos bien a qué se refiere el inciso "su

gestión sobre las actividades de los movimientos populares del País Vasco". En efecto, la sentencia, como hemos visto, declara probado que "en dicho

documento E.T.A. venía a recordar la necesidad de someter la actividad de la

fundación Joxemi Zumalabe al control del aparato político de la organización

terrorista y su gestión sobre las actividades de los movimientos populares del

País Vasco".

Pues bien, el párrafo contiene una serie de faltas de concordancia gramaticales que impide conocer lo que la sentencia declara expresamente probado (aunque, repetimos, se trataría, en todo caso, de una deducción o valoración y no de un hecho probado).

Parecería querer dar a entender la sentencia que E.T.A. venía a recordar la necesidad de someter la actividad de la Fundación Joxemi Zumalabe y la gestión de las actividades de los movimientos populares del País Vasco al control del aparato político de la organización. Lo que abundaría en nuestra tesis de que, efectivamente, es posible que todos los movimientos populares puedan ser del interés de E.T.A. pero que, lógicamente, no se puede criminalizar por ello a dichos movimientos populares.

d) En cuanto al "borrador que se pasa".

Igualmente existe absoluta indeterminación sobre el contenido del borrador. No sabemos, pues en ningún sitio queda acreditado, cuál era el contenido de aquel borrador. Lo que sí está claro es que, desde luego, no podía tratarse del borrador de la Guida, puesto que si el documento es de febrero de 1.999 (véase mencionada declaración del funcionario de la U.C.I. 19.242), ningún sentido tendría que alguien le pasase el "borrador" a E.T.A., cuando ya estaba el original en el mercado y ampliamente difundido.

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e) En cuanto a la persona que remitió la Guida a E.T.A.

Ya hemos visto anteriormente que no se dice en los hechos probados (ni hay prueba alguna de ello, aunque así se afirme en los fundamentos jurídicos) que la Guida estuviese en poder de la cúpula de E.T.A. Tampoco se afirma en los hechos probados que la misma hubiese sido remitida por algún miembro de la Fundación Joxemi Zumalabe. Sin embargo, como ya hemos visto, en el fundamento de derecho 76, se afirman tanto uno como otro extremo, sin el menor apoyo probatorio.

Pues bien, tras atribuir en el fundamento jurídico 76 a la Fundación, sin mayor precisión, la responsabilidad de tal remisión, más tarde la sentencia, a los folios 1.039 y 1.040, aborda el tema de la individualización de responsabilidades por esta presunta remisión de la siguiente forma, estableciendo una suerte de "autoría colectiva".

En honor a la verdad, debemos decir que lo que si resulta improbado, de forma directa, es la determinación respecto a qué miembro de la Fundación Joxemi Zumalabe fue el que remitió la "Guida" a la cúpula de E.T.A., para someterla a su aprobación, recabando al mismo tiempo su compromiso, en los términos ya expresados.

Pero ahora es preciso acudir al simple sentido común, que muchas veces queda relegado al menor común de los sentidos, sentido, que todos los humanos compartimos, juristas y no juristas, y que siempre no admite respuesta coherente en contraria dirección al que dicta ese sentido sobre el real acaecer de las cosas (sic).

Y acudiendo al mismo, debemos meditar profundamente acerca de esta cuestión, en absoluto baladí, poniendo con total claridad sobre la mesa lo que tenemos y lo que no tenemos, para llegar finalmente, a pesar de las no tenencias, a las conclusiones condenatorias, respecto de estos acusados,

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reflejados en el fallo de esta sentencia.

En este contexto, resulta ya obligatorio preguntarse ¿es lógico pensar que algún Patrono de la Fundación Joxemi Zumalabe, o algún trabajador de la misma, se permitiera, sin contar con la aprobación de todos los demás, actuar subrepticiamente en orden a hacer llegar la "Guida" a los responsables de la organización terrorista E.T.A., a fin de obtener su aprobación y el apoyo en cuanto a su contenido?, la respuesta lógica es No, sin más añadiduras (sic).

Pero además, no podemos perder de vista un hecho, que no por indiscutido deviene en indiscutible (sic) para el Tribunal, cual es que el acceso a los miembros de la cúpula de la organización terrorista E.T.A. no estaba, ni está al alcance de cualquiera. A estos alturas pensar lo contrario representa un completo absurdo.

Las férreas medidas de seguridad que esta organización imponía a la hora de comunicarse con destacados miembros de la "Koordinadora Abertzale

Socialista" (K.A.S.) y el evidente papel predominante y autoritario que aquella ejercía, como se desprende de la prolija documentación, incautada por los miembros y cuerpos de Seguridad del Estado tras la caída de la cúpula de E.T.A. en Bidart y en París.

Por eso pensar que Carlos Trenor, u Olalde Arbide, o Sabino Ormazabal Elola, o Ignacio Mª O´Shea Artiñano, o Mario Zubiaga Garate, o Alberto Frías Gil, o Mikel Aznar Ares, o Altuna Zumeta, por si solos o en convivencia con algunos de los mencionados, a espaldas de los demás, procedieran a remitir la "Guida" a E.T.A., a los fines indicados, resulta inadmisible ni siquiera pensar, con esa gran confianza, camaradería y amistad que existía entre todos ellos. Luego tal remisión fue producto de un acuerdo adoptado por todos ellos, sin excepción alguna.

Pues bien, aparte de lo ya expresado sobre la falta de prueba de que la Guida hubiese estado alguna vez en poder de E.T.A. o de su cúpula y de que la

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remisión de la misma se hubiese efectuado por parte de algún miembro de la Fundación, la afirmación de que se "remitió la Guida a la cúpula de E.T.A. para

someterla a su aprobación", "recabando su compromiso" es totalmente absurda.

En primer lugar, porque no tiene sentido lógico alguno remitir una guía (que la propia sentencia califica como "aséptica"), que no era nada más que eso, es decir, una recopilación de datos de unos 1.500 movimientos sociales y populares muy diversos (denominación, objetivos, actividades, direcciones de contacto) para "someterla a su aprobación". Única y exclusivamente puede pensarse en la "aprobación" de una guía si se trata de establecer una especie de "comisariado político" sobre quiénes deban figurar en la misma, a fin de que se trate de entidades afines. Pero si se trata de 1.500 colectivos, la mayor parte de los mismos expresamente contrarios a la actividad de E.T.A., e incluso muchísimos de ellos no encuadrables en lo que se ha venido denominando "izquierda abertzale", no comprendemos qué sentido pudiera haber tenido la sumisión a tal aprobación.

Y respecto del "compromiso", es evidente que el documento Krónica, como antes se ha analizado, es de una persona totalmente ajena a la Fundación: ("La Fundación Joxemi Zumalabe.- Tienen hecha la Guía... y están teorizando ... nuestra visión... nuestro compromiso…”).

Es evidente que unos son los que teorizan y hacen la guía (la Fundación) y otras personas, absolutamente diferentes, son las que piensan que tienen que definir su visión y su compromiso.

La sentencia alcanza uno de sus puntos más altos de irrazonabilidad y de falta de motivación, dicho sea con todos los respetos, cuando se pregunta: ¿es lógico pensar que algún Patrono de la Fundación Joxemi Zumalabe, o algún trabajador de la misma, se permitiera, sin contar con la aprobación de todos los demás, actuar subrepticiamente en orden a hacer llegar la “Guida” a los responsables de la organización terrorista E.T.A., a fin de obtener su aprobación y el apoyo en cuanto a su contenido?. Y viene su respuesta: “La

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respuesta lógica es No, sin más añadiduras" (negrita y subrayado en el original).

En ningún momento motiva la sentencia por qué la única respuesta es el taxativo "no", al que, además, añade " sin más añadiduras", seguramente para dar por zanjado apriorísticamente dicho punto y esquivar cualquier intento de fundamentación que hubiese podido poner de relieve lo inconsistente de su afirmación. Es decir, que en un fundamento jurídico, que es donde se debe motivar y razonar, la respuesta del Tribunal es "no, sin más añadiduras". "Punto redondo" y "dogma de fe", podría haber añadido.

Pero tal monumento a la irracionalidad, dicho sea otra vez en términos de defensa, no desmerece tampoco con el de la atribución colectiva de responsabilidad, al afirmar que hubo un "acuerdo adoptado por todos ellos, sin excepción alguna" con base en la "confianza, camaradería y amistad que existía entre todos ellos", porque era imposible otra posibilidad, sin mayor análisis ni razonamiento.

Siguiendo la técnica de la sentencia, tampoco dedicaremos ningún tiempo a rebatir dicha deducción, que por sí misma se descalifica ("res ipsa loquitur").

H) Tratamiento del tema de la "desobediencia civil" en el Patronato de la Fundación.

Para la sentencia tiene singular importancia el hecho de que el tema de la "desobediencia civil" fuese tratado en varias reuniones del Patronato, documentándose en las correspondientes actas.

Así, al folio 284 y siguientes refiere:

En el transcurso de la diligencia de entrada y registro practicado en la sede de la Fundación Joxemi Zumalabe, que tuvo lugar el 5 de octubre de 2000, en el marco de las Diligencias Previas 324/98 del Juzgado Central de Instrucción nº 5, se intervinieron los siguientes documentos:

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- Acta de una reunión del Patronato celebrada en fecha 27.12.96, cuya copia se incluye como Anexo 11, a la que asisten Alberto Frias Gil, José Ignacio Uruñuela Najera, Sabino Ormazabal Elola, Carlos Trenor Dicenta, Fernando Olalde Arbide, Ignacio María O'Shea Artiñano, y Mario Zubiaga Gárate, En el desarrollo de dicha reunión, se trata sobre la "Desobediencia

Civil", significando que "Se comenta que se puede organizar para hacerlo en

un día. Se menciona como fecha marzo" .

- Acta de una reunión del Patronato celebrada en fecha 31.01.97, cuya copia se incluye como Anexo 12, a la que asisten Alberto Frias Gil, José Ignacio Uruñuela Najera, Lucio Antonio Tabar Purroy, Sabino Ormazabal Elola, Carlos Trenor Dicenta, Fernando Olalde Arbide, Ignacio María O'Shea Artiñano y Mario Zubiaga Garate, En el desarrollo de dicha reunión, se trata sobre la "Desobediencia Civil", significándose que "Se la presentación de lo preparado

por los grupos de trabajo. Como fecha posible se mencionan 12 y 19 de Abril.

Con el planteamiento de estas jornadas no hay acuerdo total, por tanto,

quedan en presentar para el próximo Patronato un proyecto más definido".

- Acta de una reunión del Patronato celebrada en fecha 13.06.97, cuya copia se incluye como Anexo 13, a la que asisten Fernando Olalde Arbide, Carlos Trenor Dicenta, José Ignacio Uruñuela Najera, Mario Zubiaga Garate e Ignacio María O'Shea Artiñano. En el desarrollo de dicha reunión, en el apartado 8.2.1 se hace referencia a "Desobedientzia Zibilari Buruzko

Ihardunaldiak? Luziok Ekarpenak Jaso Behar Ziren Taldeetatik" (Jornadas

sobre la desobediencia Civil? Lucio debería recoger aportaciones de los

grupos?".

- Acta de una reunión del Patronato celebrada en fecha 21.10.97, cuya copia se incluye como Anexo 14, en la que figuran como asistentes Fernando Olalde Arbide, Carlos Trenor Dicenta, Mario Zubiaga Gárate, Ignacio María O'Shea Artiñano y Sabino Ormazal Elola. En dicha reunión, tal y como

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se refleja en el acta, se tratan, entre otros temas, sobre las "Jornadas sobre

Desobediencia Civil. Para seguir trabajando la materia quedan Lucio y Mario".

- Acta de una reunión del Grupo Permanente de Trabajo del Patronato, celebrada en fecha 13.03.98, cuya copia se incluye como Anexo 15, a la que asisten Carlos Trenor Dicenta, Sabino Ormazabal Elola, Fernando Olalde Arbide y Mario Zubiaga Gárate. En dicha reunión se trata sobre la "desobediencia", significándose que "el tema de la Desobediencia Civil, se va

intentar reconducir en la Jornadas de Onki-Xin al respecto".

También participaron en dichas reuniones otras personas ajenas a esta causa.

Pues bien, si acudimos a estos concretos documentos que cita la sentencia, podremos observar que de los mismos no se deduce la comisión de delito alguno. Nada de lo que se refiere en dichas actas tiene que ver con ningún "proyecto desobediente de E.T.A.". Única y exclusivamente se trata de "desobediencia civil", uno más entre otras docenas de asuntos tratados en el seno de la Fundación y su Patronato.

Incluso, precisamente el hecho de que se haga constar abiertamente el tratamiento del tema y se documente por escrito hace pensar que, desde luego, ninguno de los allí reunidos tenía la más mínima conciencia de estar haciendo nada ilícito o prohibido y, mucho menos aún, colaborando en ningún proyecto de E.T.A.

Analizaremos una por una todas las actas a que se refiere la sentencia:

1.- Acta de reunión del Patronato de 27/12/96. (Folios 9089 a 9091 del Tomo 30. Original, euskera, folios 9.092 y 9093.) En el acta, con relación al tema de la desobediencia civil, se hace constar lo siguiente:"Desobediencia Civil. Se comenta que se puede organizar para hacerlo un día. Se menciona como fecha Marzo".

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Este es el texto que figura en la traducción, aunque en la vista oral, sesión nº 152 (folio 24 del acta del juicio), el funcionario de la U.C.I. nº 64.861, autor de las traducciones de las actas (en euskera, en original) afirmó que la traducción correcta de la última frase es "Se menciona como fecha posible Marzo”.

Pues bien, en aquella reunión se comenta sobre la posibilidad de organizar una charla o jornada, de un día de duración, sobre dicho tema. Jornada que, finalmente, como después veremos, se realizó en el mes de abril de 1.997.

2.- Acta de reunión del Patronato de 31/1/97. (Folios 9.095 a 9.097 (castellano) y 9.098 y 9.099 del tomo 30 de la Pieza EKIN-Zumalabe).

En el acta, en su traducción correcta al castellano (véase corrección efectuada por el funcionario de la U.C.I.E. y por los intérpretes de euskera en la vista oral), se hace constar: "Jornadas: Desobediencia Civil: Se hace la presentación de lo preparado por el grupo de trabajo (la sentencia lo transcribe como los grupos de trabajo, a pesar de la corrección realizada por el traductor –ver acta de la sesión nº 152, folio 25). Como fecha posible se mencionan 12 y 19 de abril. Con el planteamiento de estas jornadas no hay acuerdo total, por tanto quedan en presentar para el próximo Patronato un proyecto más definido."

El grupo de trabajo (y no "taller") que había venido trabajando solamente desde la anterior reunión, hacía un mes, hizo la presentación del esquema de contenido y posibles participantes. Se constata que no hay acuerdo total y se mencionan como fechas posibles el 12 ó 19 de abril. En efecto, la jornada se llevó a efecto el 19 de abril de 1.997, en lugar tan poco sospechoso como la sede de la Bolsa de Bilbao (consta el programa de mano, cartel anunciador, reseña de la prensa y memoria en el Volumen XVIII de la documentación aportada por la defensa).

Participaron José Antonio Pérez (autor de la obra "Manual Práctico de la Desobediencia Civil", Rafael Saiz de Rozas (abogado y miembro del

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Movimiento de Objeción de Conciencia, hoy profesor de Derecho de la Universidad del País Vasco, José Luis Barrenetxea (miembro de la Asociación por la paz Elkarri) y Alfonso Zenón (abogado). Personas todas ellas de reconocida trayectoria pacifista y que, por supuesto, no han sido objeto de persecución judicial.

3.- Acta de reunión del Patronato de 13/6/97 (Folios 9.101 y ss. del Tomo 30 de la Pieza).

En el acta consta: “Jornadas sobe la desobediencia civil. (seminario). Lucio debía recoger aportaciones desde los grupos”.

En realidad, según el perito traductor, en las correcciones realizadas a la sesión nº 152 (folio 26 del acta de 29 de noviembre de 2.006), la palabra seminario no consta en el original y la traducción correcta es “las aportaciones se deberían recibir por Lucio desde los grupos”.

Hay referencias a las jornadas de Bilbao, que ya habían tenido lugar, encargándose Lucio Tabar de recoger las aportaciones que habían hecho representantes de diversos grupos.

4.- Acta de la reunión del Patronato de 21/10/97. (Folios 9.109 y ss. del Tomo 30 de la Pieza).

En la misma se hace constar: "Jornadas sobre desobediencia civil. Para seguir trabajando la materia quedan Lucio y Mario”.

Aclararon los peritos traductores que la materia que se iba a seguir trabajando, según el acta, era la organización de unas segundas jornadas que se proyectaban, y no la desobediencia civil.

En realidad, estas nuevas jornadas no se llegarían a realizar jamás.

5.- Acta del grupo permanente de la Fundación de 13/03/98. (Folios 9.123 y 9.124 del Tomo 30 de la Pieza Ekin-Zumalabe):

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También existe algún problema de traducción, remitiéndonos al acta anteriormente reseñada . Se hace contar:

"El tema de la desobediencia civil se va intentar reconducir en las jornadas de Onki-Xin al respecto. Y el tema del trueke?? Se valora la posibilidad de tocarlo dentro del Foro (ambas)”.

Lo que ocurrió es que se tuvo conocimiento de que la asociación vizcaína Onki-Xin estaba preparando también otras jornadas sobre el mismo tema, por lo que, para no duplicar esfuerzos, se recondujo el tema, renunciando a organizar las previstas segundas jornadas que, efectivamente, jamás se hicieron.

Todos estos extremos, además de constar en las propias actas complementadas por los documentos a que hemos hecho referencia sobre la jornada de Bilbao, se encuentran ratificados y completados por declaraciones de multitud de procesados y testigos.

Asimismo, por la declaración del perito de la U.C.I.E. nº 19.242 (acta de la sesión 152, de 29/11/06), que refiere:

"Que en las actas también se pone de manifiesto que la Fundación Joxemi Zumalabe estaba organizando charlas sobre trueque, consumo y demás. Esto no obedece a directrices de E.T.A. (Euskadi Ta Askatasuna)- Koordinadora Abertzale Socialista (K.A.S.). Es posible que en esa fase la Fundación Joxemi Zumalabe estuviera tratando o debatiendo de la “Desobediencia Civil” como tema de interés social. Que del contenido de las actas se ve que el tema de la Desobediencia Civil se trata de forma tradicional sin ningún elemento novedoso.”

Por último, y con relación al inciso de que "También participaron en dichas reuniones otras personas ajenas a esta causa”, es absolutamente cierto, ya que, como anteriormente se expresó, a las reuniones del Patronato

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asistían regularmente no sólo los miembros fundadores (y que constaban inscritos como tales), sino también los restantes miembros del Patronato y, con voz pero sin voto, los trabajadores de la misma.

Por cierto, que, a pesar de que muchos de éstos, a quienes no identifica la sentencia, pero que están perfectamente identificados en las actas, asistieron a varias de las reuniones, con toda lógica no se ha seguido respecto de ninguno de ellos ningún procedimiento penal, ni incluso de D. Lucio Tabar, que compareció como testigo y que, según las actas, parece que tuvo un trabajo algo más continuado ("recoger las aportaciones de los grupos") en el tema de la desobediencia. Respecto de D. José Ignacio Uruñuela, las acusaciones, certera pero tardíamente, retiraron su acusación.

2.- EL DOCUMENTO PIZTU EUSKAL HERRIA.

En realidad, en lugar de "documento Piztu Euskal Herria" (en adelante "Piztu"), deberíamos referirnos a los "documentos Piztu", pues, como la propia sentencia declara a los folios 298 y 299, son varios los documentos así titulados que aparecen en la causa.

Pero ello sólo demuestra que, en realidad, no se trataba de ningún proyecto acabado sino que, por el contrario, era una simple ponencia de un individuo, que iba siendo debatida, enmendada y enriquecida por todo el que quería.

A) La autoría del documento y su entrega a E.T.A.

La sentencia declara, correctamente, que el autor fue Miguel Zuloaga (Mikelon).

También declara que el documento fue entregado a E.T.A. por miembros del colectivo Santi Brouard, aunque existe contradicción sobre si uno de ellos fue el propio Zuloaga:

Así, refiere la sentencia a los folios 288 y 289

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Este documento fue confeccionado por el acusado Miguel Angel Zuloaga Uriarte y, en principio, fue sometido a aportaciones del colectivo "Santi

Brouard Taldea". Llegó a poder de la dirección de E.T.A., a través de reuniones mantenidas entre el aparato político de la organización con personas no identificadas del colectivo "Santi Brouard Taldea", entre los que se encontraba Zuloaga Uriarte.

En el documento denominado "Kronika 2" también intervenido a José Javier Arizcuren Ruiz, tras su detención obrante igualmente en la Comisión Rogatoria Internacional, Diligencias Previas 72/99, que aparece en la causa como anexo nº 21 de los que se adjuntan al informe pericial elaborado por la UCI sobre el "Proyecto de desobediencia de ETA-KAS y ETA-EKIN y su puesta

en práctica por la Fundación Joxemi Zumalabe", anexo que obra en las actuaciones a los folios 14.483 al 14.853, se dice literalmente:

"Reunión con el grupo Santi Brouard.- Se llevó a cabo para informarles

de nuestro proceso, y para tomar contacto en un sentido general y para

compartir reflexiones globales. Por su parte Izaskun L, Mikelon y Patxi

Goenaga. Se invirtieron casi cuatro horas en la reunión. La impresión es

buena. Desde el principio un ambiente de honestidad, bien. Estos hacía

tiempo que andaban hablando con unos y con otros, pero lo que querían

desde hace tiempo era establecer contacto con nosotros, recuperar este

contacto: Tienen dos trabajitos para pasarlos a las organizaciones de la

Izquierda Abertzale: uno organizativo, y el otro referente a la desobediencia.

De nuestra parte, se les hizo la valoración de estos dos últimos años". (f 14.852).

De esta forma narraba E.T.A. la reunión bilateral del órgano de coordinación de dicha organización con el mencionado colectivo…

Sin embargo, con cierta contradicción, al folio 300 se afirma:

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Zuloaga se encargó de hacer llegar su documento al aparato político de la organización, tras una reunión que mantuvo con un miembro del colectivo Santi Brouard, no identificado, para su fiscalización por E.T.A.

De todo lo anterior se deduce:

1.- Que Zuloaga no solamente era su autor, sino su, por así decirlo, "propietario intelectual" (todo lo "propietario" que puede ser una persona que elabora una ponencia totalmente abierta y que la somete a discusión general). Así lo demuestra el uso de la expresión "hacer llegar su documento".

2.- Que la Fundación Joxemi Zumalabe nada tuvo que ver con la autoría de dicho documento ni con su entrega a E.T.A. Se rechaza así por la sentencia la imputación del Ministerio Fiscal que, en sus conclusiones definitivas (folio 165, último párrafo), implicaba a la Fundación en la remisión de tal documento.

Todo ello con independencia sobre el acierto o desacierto (que no afecta a esta representación) de la Sala respecto de la narración o forma de llegada del documento a E.T.A.

B) El contenido del documento.

La sentencia refiere parcialmente (en la doble acepción del término, esto es, que lo hace sólo en parte, pero también sin imparcialidad) algunos párrafos de dicho documento, mezclados con inferencias y afirmaciones, una vez más, impropias de unos hechos probados.

Así, al folio 287 expresa:

Junto al documento referido también se intervino a José Javier Arizcurren Ruiz, tras su detención, otro titulado "Piztu Euskal Herria"

(“encender la tierra vasca”), en el que se describían las bases para el

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desarrollo de la campaña de desobediencia civil, con el fin de lograr una total ruptura con España y sus instituciones, conteniéndose además en el mismo referencias a la complementariedad entre “lucha institucional” y “lucha de

masas” , y a la virtualidad de la “acción guerrillera armada”, proponiendo la puesta en marcha de una estrategia “desobediente” como complemento de aquellas...

En él [en el documento Piztu Euskal Herria], se expresa literalmente:

"No hay que despreciar la lucha institucional, pero tiene que ir

íntimamente ligada a la lucha de masas. Puede que en ciertos omentos una

lucha institucional bien concebida tome más protagonismos que la de masas,

y que esta se supedite a la anterior, ero es peligroso dejar todos los huevos

en la misma cesta".

"...Tenemos que ir conformando un contrapoder popular desde las

bases, para que núcleos cada vez mayores de población rechacen política

neoliberal desde la Resistencia Cívica, para que la Autodeterminación se llene

de contenido desde la cotidianidad, desde la práctica diaria de una nueva

cultura progresista, para que los acuerdos progresistas del Pacto de Lizarra

sean irreversibles".

"...La cuestión es ir creando un Espíritu ilegal en la gente para avanzar

escalonadamente a mayores cotas de desobediencia y de contrapoder. Es

crear una Red de Resistencia que se configure como el colchón social de

nuestra estrategia desobediente".

"Es un proyecto de lucha que pretende crear una ideología rupturista en

lo personal forzando la insumisión colectiva al Estado y su modelo a través de

la Desobediencia Civil (DC), sin renunciar a otros actos de masas".

"...Una estrategia que se plantea, a la vez, acciones de desobediencia

de avanzada como la punta de lanza de este nuevo movimiento emergente.

SI HEMOS SIDO CAP ACES DE DESBORDAR AL ESTADO CON LA ACCIÓN

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GUERRILLERA ARMADA, PORQUÉ NO VOLVERLES LOCOS CON

ACCIONES DESOBEDIENTES, PARA QUE, NO PUDIÉNDONOS ACUSAR

DE NADA, LES ROMPAMOS LOS MORROS EN SU PROPIA LEGALIDAD.

Tiene que ser una guerra de guerrillas de la inteligencia que con ataques

relámpagos subvierta el orden constitucional…”

Y a continuación, nuevamente con deficiente técnica procesal, se llega a la siguiente valoración, que se incluye como hecho probado (folio 290):

El documento "Pitzu Euskal Herria" se caracterizaba por su extremo radicalismo, pues en él se hablaba de la "lucha armada", de la complementariedad entre las distintas formas de "lucha" , de subvertir el orden Constitucional y crear espacios de contrapoder con la conjunción de todas ellas, etc.

El error resultante de documento y contrario al principio de presunción de inocencia no puede ser más evidente.

Para ello, nada mejor que someter a lectura íntegra, aun abusando de la paciencia de la Sala a quo, el referido documento, a fin de que pueda valorarse el mismo tanto en su conjunto como en sus más mínimos detalles.

Y para facilitar ello, nos permitimos transcribirlo literalmente para evitar cualquier posible tergiversación o sustitución del texto, manteniendo todos los subrayados o énfasis tipográficos (pero únicamente los propios del texto, sin adición alguna), y con sus errores ortográficos, sintácticos y mecanográficos. Introducimos, pues, en el presente recurso, el documento Piztu Euskal Herria al que se refiere como nº 2 la sentencia en la página 298 de la misma, presuntamente intervenido (aunque no lo diga expresamente la sentencia) en el registro de la Fundación. Aparecía con unas anotaciones a mano, aparentemente de varias personas que no han sido identificadas y que parecen carecer de relevancia alguna.

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Estamos seguros de que, tras su lectura, ninguno de los magistrados de esta Sala podrá compartir las afirmaciones que efectúa la de instancia, tales como la de que "se caracterizaba por su extremo radicalismo" y de que, en definitiva, se trataba del desarrollo de la propuesta desobediente de E.T.A. o, al menos, complementaba el mismo.

El documento se encuentra a los folios 6.341 a 6.360 del Tomo 21 y su texto literal es el que sigue:

Piztu Euskal Herria.

Ahora que las brisas de la Paz se aproximan a las Costas de la revoluçao abertzale debemos crear nuevas claves para una renovada práctica de lucha de masas desde la Resistencia Civil.

El planteamiento de Piztu es potenciar una nueva cultura política alejada de los centros del Poder. Cultura política que se identificará por el énfasis de la lucha popular respecto a la lucha institucional. Por cuanto de todos es sabido que las instituciones tienen en sí el carácter de instrumentos de integración al sistema capitalista. Desde la perspectiva de Piztu la lucha institucional debe concebirse también como una transmisión de la lucha de masas.

La mayoría estamos impresionados por el discurso modernista, intimidados por la fragancia neo-liberal que nos acerca sin querer a un nuevo mundo que se anuncia como inevitable, donde parece imposible cambiar las inercias del capitalismo. Muchas veces vemos más fácil acceder a la Autodeterminación que dejar el desenfrenado consumismo.

¿Pero para que queremos autodeterminarnos si construimos otra vez una sociedad alienante?. Cambiemos radicalmente sus planteamientos, desobedezcamos desde las entrañas del pueblo, hagamos la revolución; no la maquillemos como ha ocurrido en otros procesos cuando se encontraban en

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situaciones históricas, de algún modo similares a las que ahora vivimos, que posibilitaban transformaciones reales.

Desde estas páginas sólo pido que con la misma virtualidad e inteligencia que se crea el Acuerdo Lizarra-Garazi se active una lucha de masas para que construyamos País desde el pueblo, para que desde la cotidianidad construyamos la Autodeterminación. Creo sinceramente que desde Euskal llerria podemos desarrollar una ideología solidaria que desde el resto del mundo se mire con respeto y admiración. Para ello planteo Piztu Euskal Herria. Todo lo que apunto es precario y poco definido, solo pretendo sugerir pautas para una nueva forma de practicar lucha ideológica, Santos tendrá la Santa Madre Iglesia para formular lo que hoy es sólo un apunte.

Antes de abordar Piztu Euskalherria recurro con cierta acritud a algunos puntos previos:

- Después de la brillante Tregua táctica ofertada por ETA, entramos en una nueva fase que ofrece la dualidad entre las perspectivas del Paraíso utópico y por otro una Selva llena de hienas donde los movimientos revolucionarios que han entrado han salido trasquilados. Un gratificante paraíso de Autodeterminaciones y una selva de grandes poltronas y largos pasillos institucionales en laberinto donde las babas corren más sucias que el Nervión.

El mayor peligro del neoliberalismo para las ideas revolucionarias, es que te lleva al reformismo sin que te enteres y es una realidad que cuando se alcanzan acuerdos de paz, renacen las borracheras de las tendencias socialdemócratas tan en boga, que son formas refinadas de la misma explotación.

Escribe Galeano que una pintada en las elecciones de Chile decía: "Con Frei todos los pobres tendrán zapatos". Una contrapintada abajo respondía: "Con Allende no habrá pobres". Clara diferencia entre reformismo y

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revolución.

-Salir de esta jungla sin malaria es harto difícil, solo con mucho Pueblo y comiendo mucha Tierra, pero que mucha tierra. se puede salir victorioso ó al menos endeble de este infierno donde los lobos se disfrazan de lagarteranas democráticas.

Para ello propongo proyectar una Estrategia Liberadora lo más al ras de tierra que se pueda, que organiza cada día mayores cotas de poder popular para la construcción de la Independencia y el Socialismo desde la base, desde las entrañas del pueblo.

-Instituciones y demás ejes del Sistema. en función y supeditada a la lucha popular. Aunque algunos vean la vía institucional y otras sugerentes monerías tecnócratas como la repanocha, hay que recelar de una estrategia basada exclusivamente en su utilización. La burguesía basa su estrategia en la inclusión del revolucionario - en esa vía domesticadora e insistentemente nos recordarán que es la única salida para la resolución de los problemas populares. Es una de las caperucitas camufladas, es la casa del lobo que cuando entras no sales.

Su estrategia consiste en hacerte cortesano, refinarte en las formas y estas en los contenidos, dar más importancia al protocolo-estética- que al contenido-ética-, domesticar las prácticas revolucionarias, consensuar por arriba y alejarte del pueblo. Si juegas tendrás tele y prestigio, si no te marginarán. Nos harán políticos de plástico, revolucionarios de chaqueta y corbata, despreciarán los buzos frente a las cámaras, seremos la cuarta pata que sustenta el Sistema. Ellos necesitan de una izquierda moderada y "moderna" porque así legitiman su democracia.

No hay que despreciar la lucha institucional pero tiene que ir íntimamente ligada a la lucha de masas. Puede que en ciertos momentos una lucha institucional bien concebida tome más protagonismos que la de masas,

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y que esta se supedite a la anterior pero es peligroso dejar todos los huevos en la misma cesta.

- La lucha institucional es tan sugerente que es muy difícil no caer enredado en sus tentáculos. Solo con la creación de una lucha de masas fuerte se puede contrarrestar las tendencias institucionalistas. Pero si todo el aparato se dedica a la lucha institucional, ¿cómo va a progresas la lucha de masas?. De todos es sabido que la lucha electoral hace que los partidos se aparaticen y institucionalicen porque siempre hay elecciones, nunca hay lugar para otro tipo de pelea porque hay que responder electoralmente. Por eso considero oportuno crear dentro de EH una nueva línea de lucha de masas que la llamo Piztu Euskalherria. Un trabajo renovador que puede sugerir nuevos cauces de pelea en la cacareada lucha de masas.

-En el bienvenido Pacto de Lizarra-Garazi las fuerzas progresista forzarán a las conservadoras a acuerdos tendentes a la consecución de la Autodeterminación desde posiciones de la IA Para que la sokatira no se desbalancee para el bando contrario, las fuerzas de izquierda solo pueden tirar de la cuerda con mucho Pueblo.

Tenemos que ir conformando un contrapoder popular desde las bases, para que núcleos cada vez mayores de población rechacen la política neoliberal desde la Resistencia Cívica. para que la Autodeterminación se llene de contenido desde la cotidianidad, desde la práctica diaria de una nueva cultura progresista, para que los acuerdos progresistas del Pacto de Lizarra sean irreversibles.

-La explotación que directamente ejerce el Estado está supeditada a un Orden Internacional que impone un sistema al que todos los pueblos, todos los individuos están supeditados. Este nuevo Imperio regido por las grandes Multinacionales tienen más poder económico-político que los Estados. Es un sistema complejo a analizar en profundidad, que entra por las rendijas de las ventanas libres de los pueblos, de las colectividades, de los individuos

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imponiendo unas reglas que en muchos casos son tan peligrosas que las que ejerce el Estado como tal.

Clonan los pueblos como la oveja Doly, unifican sus costumbres, siendo cada vez más evidente que intentan crear un modelo social donde la gorra de beisbolista y la hamburguesa se socializan.

Tres reflexiones en alto:

1º.- Nuestra identidad como pueblo se encuentra tan amenazada por los nuevos hábitos tecnológico-consumo de las relaciones humanas que por el propio Estado y su ejercito.

2º.-El capitalismo se devanea en las neblinas de nuevos conceptos de explotación que generan las multinacionales. Un Neo-capitalismo de formas y estilos diferentes necesarios de analizar profundamente.

3º.- Las nuevas formas de dominación ideológica y económica se vehiculizan a través del control mediático y el consumismo desenfrenado.

Por poner un ejemplo sencillo; posiblemente a la larga haga más daño para la identidad de Euskal Herria, y del resto de los pueblos, que los niños jueguen -que sienten sus raíces- en los Hipermercados que otras campañas que consideremos imprescindibles.

-Una muestra atractiva para todo el movimiento desobediente es la creación de La Asamblea de Municipios. Es algo inédito por en otras latitudes realizar desobediencia en lo institucional. Como órgano institucional es un paso que acerca más rompe el sistema parlamentario, que pretende la territorialidad, que te une con aquella historia de las Juntas Generales donde los representantes de los pueblos acudían a Gernika y otros foros de nuestra geografía a debatir bajo el árbol.

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Es una desobediencia institucional que en pocos pueblos se puede realizar, es una desobediencia imaginativa para la lucha institucional, es no encorsetar la desobediencia con una nona sino dejarla libre para que en cada lugar la desobediencia tome los rumbos que requiera cada terreno, en este caso institucional.

Este ejemplo inédito es el que propongo seguir en la lucha de masas que esa misma imaginación la podamos trasladar a Piztu Euskalherria.

- Así y para terminar repito un concepto anteriormente planteado. Con la misma inteligencia e implicación que se crea el Acuerdo Lizarra-Garazi se active la lucha de masas para que construyamos País desde el pueblo, para que desde la cotidianidad construyamos la Autodeterminación. Creo sinceramente que desde Euskal Herria podemos construir una nueva lucha popular, una lucha popular donde el resto del mundo progresista mire con admiración. Para ello formulo Piztu Euskal Herria, para algunos una utopía

-Escribía Galeano que la Utopía era como el horizonte. Me acerco dos pasos y se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. Entonces ¿para qué sirve la utopía?. Pues, para caminar.

Hasta hace poco "casi nadie" se creía que nuestro pueblo podría ser Euskaldun. Pero la voluntad soterrada de esos "casi nadie", su terquedad por hablar euskera, su persuasión por enseñar su lengua, su convicción en lo que hacían, hacen que las utopías se vuelvan realidad. Busquemos la utopía, hagamos revolución.

¿Qué es Piztu?

Desde que milito en la IA siempre hemos teorizado sobre el Contrapoder popular, de la liberación del día a día, de la desobediencia ... Pocos ejemplos ilustrarían dichas prácticas de forma organizada, pero esos pocos, son los que

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refuerzan que esta vía ha sido el único camino posible para vencer a un enemigo tan poderoso que ha entrado en nuestras casas sin llamar a la puerta. Recogiendo esta experiencia de lucha popular me lanzo a explicar lo que es Piztu Euskalherria acomodando las prácticas a los nuevos tiempos.

Piztu son multitud de hojas, de borradores, de trabajo inacabado que entre todos tenemos el derecho y el deber de rellenar. Ahora trascribo un resumen.

Unas definiciones:

-Piztu es una nueva forma de practicar la lucha ideológica, una nueva cultura política, una nueva educación democrática que acentúa el cambio gradual de las masas hacia posiciones progresistas y abertzales desde la práctica diana.

Es crear zonas liberadas en la conciencia del pueblo para la creación de una nueva Euskal Herria, subvirtiendo los moldes fundamentales del Estado desde la práctica desobediente y otros actos de masas.

Más clásicamente lo conceptúo como un proyecto liberador que llena la Autodeterminación de contenidos progresistas desde la cotidianidad, una lucha de Resistencia Popular que adopta la Desobediencia Civil al Estado como método principal -no el único- de lucha de masas.

Sencillamente es ir haciendo País antes de conseguir los objetivos estratégicos.

Piztu se concibe como la nueva estrategia de masas de EH, que pelea desde la calle para conseguir una sociedad nueva.

Los objetivos:

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-El objetivo es crear espacios alternativos en la cotidianidad, es conseguir la trasformación social desde las bases sin tener en cuenta al Poder. Piztu no pretende tomar la Bastilla, solo quiere crear zonas liberadas en amplias capas de la población para que los que ostenten el Poder tengan que gobernar bajo la presión de prácticas que desde las bases ya están "legisladas".

- Es hacer la revolución día a día, es liberar las mentes hacia territorios libres, es creer en conceptos como solidaridad, es forzar colectivamente la Independencia y el Socialismo.

- Realizar una práctica de izquierda abertzale desde ya, que llene a la Autodeterminación de contenidos progresistas desde la base; lo importante es que vayamos conformando una nueva cultura, una forma de vida desde la práctica diaria que resulte más atractiva que la que ofrece el Sistema burgués. La cuestión es ir creando un Espíritu llegal en la gente para avanzar escalonádamente a mayores cotas de desobediencia y de contrapoder. Es crear una Red de Resistencia que se configure como el colchón social de nuestra estrategia desobediente.

- Es un proyecto de lucha que pretende crear una ideología rupturistas en lo personal forzando la insumisión colectiva al Estado y su modelo a través de la Desobediencia civil (DC), sin renunciar a otros actos de masas.

-Es la lucha de masas que mantenga el Pacto de Lizarra-Garazi en la calle y que llene de contenido los acuerdos progresistas para que estos sean irreversibles. Piztu pretende llevar la desobediencia a las instituciones y para ello el Pacto de Lizarra-Garazi ha comenzado con buen pie -Asamblea de Municipios, Gobiemo Provisional ...-

-Otro objetivo es crear una vía popular que se contraponga a la institucionalización electoral de la sociedad como única posibilidad resolutoria de los problemas tal y como se tienen conceptuados los parlamentos actuales.

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A su vez, y aunque parezca contradictorio con el punto anterior, crear un respaldo de masas a las propuestas progresistas que se realicen en las instituciones, ya que no descarto que en algunos momentos la lucha institucional pueda alcanzar mayor relevancia que la de masas.

La estrategia:

-La estrategia es similar a la emprendida por el Euskara. Es ir impregnando a la sociedad de elementos progresistas para que cada vez sea más irreversibles los avances, porque están dentro de los hábitos, de las costumbres de las gentes. Siguiendo el ejemplo de las lkastolas que han conseguido que cada vez más chavales hablen Euskara y que en pocas generaciones será una realidad la utopía de un pueblo Euskaldun; nosotros tenemos que ir poco a poco impregnado Piztu, creando una cultura diferente, una nueva forma de hacer política consiguiendo de esa manera que además de un pueblo Euskaldun seamos un pueblo Libre.

Piztu centra su estrategia en la Insumisión al Estado con la Desobediencia civil como columna vertebral de la lucha popular y el consenso con los organismos populares, sindicarles y de otra índole como base de acción política.

- Piztu recurre como acción de lucha masas principal a la desobediencia y a la insumisión al sistema, pero no todos los actos incluyen la desobediencia. Los actos son diversos y las expresiones adquieren multitud de gamas que van desde las manifestaciones más clásicas a las acciones propagandísticas más locas, desde el boicot a la no-colaboración. En cada momento y en cada lugar se tiene que contextualizar la respuesta.

-Piztu no tiene tiempo ni espacio, son una amalgama de actos y expresiones de las más diversas índoles que todas llevan el sello de Piztu Euskalherria. Muchos harán desobediencia sin enterarse, porque la cuestión

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es crear una "moda alternativa" que sea más atractiva que la que les ofrecen en telecinco. Cada uno en su trabajo, en la casa, en la calle hace el esfuerzo de hacer algo en contracomente de lo establecido. En Piztu no existen obligaciones, cada uno se engancha a las partes de la campaña que más le interese y con la intensidad que más le plazca.

-El proyecto se basa en acciones sencillas y atractivas de desobediencia, y otros actos, que pueden ser asumidas por amplias capas de población. No es una desobediencia suicida, sino que son pequeños actos que te arrastran poco a poco a formar una sociedad diferente a la que están creando los poderosos.

-Una estrategia que se plantea, a la vez, acciones de desobediencia de avanzada como la punta de lanza de este nuevo movimiento emergente. Si hemos sido capaces de desbordar al Estado con la acción guerrillera armada, porque no volverles locos con acciones desobedientes, para que no pudiéndonos acusar de nada les rompamos los morros de su propia legalidad. Tiene que ser una guerra de guerrillas de la inteligencia que con ataques relámpagos subvierta el orden constitucional. Los valores guerrilleros en la lucha desobediente son mucho más necesarios, el coraje, la resistencia, la disciplina, la inteligencia ...

-Los militantes más comprometidos acometerán las acciones más ilegales y adoptarán vidas más alternativas. Las acciones de avanzada son parte importante de Piztu, ya que serán el altavoz de la desobediencia. Para ello se preparan militantes para acciones desobedientes de envergadura. Personas especialmente dispuestas a todo. Contra más personas sepamos involucrar en estas acciones más avance adquirirá la Resistencia Civil.

-Para que estas acciones tengan sentido tenemos que ir creando un "colchón social" que las proteja y legitime. Así iremos creando una Red de Resistencia que involucre cada vez más a las masas en las acciones desobedientes. Los juicios y demás represión para estos desobedientes tienen que ir acompañados de todo tipo de actos de masas que den cobertura a su

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acción.

-Pero la estrategia no se basa tanto en prioritar este tipo de acciones sino más bien en crear un estilo, un hábito que nos identifique como pueblo. Aquí no hay que ser sectarios, ñoños ó margaritos para considerar que porque lancemos una campaña contra los hipermercados no podemos ir nunca a uno, Ó porque queramos descender la audiencia de TV no podamos ver el partido del Atlethi. La desobediencia que practicamos es una desobediencia libre y nadie censura a nadie, solo tu propia conciencia y la atracción que hayamos creado, la "moda" en la construcción de una sociedad más sana serán las únicas pautas a seguir.

-Piztu es un acción que no anda por las nubes y en cada coyuntura deberá responder con las propuestas mas adecuadas. Tendrá que responder por una parte con su trabajo estratégico de crear los hábitos soberanistas, pero no puede olvidarse de objetivos prioritarios ó coyunturales, llámense campañas de amnistía ó contra el TAV.

-El Poder necesita orden para funcionar, por eso una de las bases para que la práctica de la insumisión al Estado tenga sentido son las acciones relámpago ó imprevisibles y otra base es el carácter abierto, atemporal y individualizado de la desobediencia. A una manifestación es fácil atacar pero a miles de acciones individuales distintas y de diversa índole son más difíciles de parar.

-El poder -es sabido que actúa de tres maneras: fuerza, riqueza y conocimiento. Las opciones populares, siempre en desventaja. pueden adquirir con suerte fuerza con la lucha armada- y conocimiento, pero nunca riqueza. Ahora tendremos que hacer el gran salto mortal, ya que nos tendremos que blandir solo con el conocimiento, la sabiduría, la inteligencia, la lucidez ...

Esa llamada a la imaginación desobediente obliga a una nueva cultura

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política que ataque al Estado desde la base. Desobedecer desde las mismas entrañas del pueblo, no solo con una acción sino con miles de actos voluntarios -uno por persona- que desordenen el entramado jurídico-legal.

La Desobediencia civil (DC)

Una de las novedades que introducimos en Piztu para la práctica de la lucha de masas es la Desobediencia Civil (DC), concepto muy amplio al que veo necesario definir tal y como lo ve Piztu.

-La desobediencia civil la defino como un conjunto de actos voluntarios, en algunos casos ilegales, que tienen la intención de violar y cambiar las injusticias vigentes.

-La desobediencia es algo natural en el ser humano. Todo el mundo obedece a la gravedad porque son leyes físicas naturales, pero es lógico que el mulo se subleve del hombre que lleve a cuestas. La desobediencia se practica y se legitima cuando se ejerce la injusticia. Mucha de la desobediencia que practiquemos no será ilegal en el sentido del delito tipificado por las leyes, pero será una práctica desobediente porque atentará las bases del Estado.

- Desde que el amigo Thoreau se negase a pagar los impuestos porque desaprobaba moralmente a un Estado y diera origen a su escrito "La Desobediencia Civil", mucho se ha hablado y poco se ha hecho teóricamente.

La teoría se agolpa en las sedes de los movimientos sociales, se escriben miles de imaginativas propuestas desobedientes, pero la realidad rompe tanta teoría por una práctica inactiva, o mejor inexistente.

Muchos ejemplos ilustran la práctica de la desobediencia y son muchas las maneras que se han practicado desde que Adán y Eva desobedeciesen tan sencillamente como comiendo manzanas. Este pueblo ejerce la DC sin

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enterarse, ó enterándose a medias, porque aquí la desobediencia está muy unida a otro concepto más amplio llamado Resistencia Civil.

Hemos desobedecido y mucho, pero sin llamarle de esa manera. Así muchos movimientos desobedientes creen que en Euskal Herria no se ha practicado la desobediencia, porque existe La Regla que solo se le puede llamar Desobediencia Civil a una tipificación clásica de la desobediencia, a una norma dogmática de su práctica.

-Los conceptos se entremezclan, para definir algo que este pueblo viene practicando desde hace mucho pero que no le llamábamos Desobediencia Civil. Le llamamos Huelga, le llamamos hablar euskera o quemar banderas, nunca desobediencia. Si ahora, por ejemplo, Piztu quema una bandera se llama desobediencia y antes una acción contra el Estado Español. La acción es igual, los objetivos son parecidos y la práctica en ambas es desobediente. Lo único que cambia es que una es una desobediencia consciente y la otra le pone el apellido de desobediencia.

-Desde Lemoniz hasta nuestros días ha habido numerosas llamadas a la desobediencia consciente pero pocas se han puesto en práctica. La mayor desobediencia "sin apellidos" es la practicada por los euskaltzales, desde su terquedad de hablar euskera, pasando por los juicios euskaldunes a las organizaciones que apoyan el Euskara, como AEK, Seaska, Ikastolas. ... y de desobediencia consciente es la protagonizada por los jóvenes con la insumisión a la mili ó la puesta en práctica de gaztetxes y en medida más aisladas los Solidarios, los okupas ...

- Desde esa práctica nos hacemos multitud de preguntas para responder a una nueva desobediencia que tenemos que crear: ¿Pero la DC es colectiva ó personal? ¿Es pacífica ó violenta? ¿Todo lo que vaya contra el Sistema es desobediencia? ¿Se puede desobedecer institucionalmente? ...

Unos se plantearán la desobediencia a nivel personal y como los hippys

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de los 68 crearán comunas de amor libre, otros recurrirán al sabotaje como los Solidarios, otros como el movimiento obrero a la Huelga, otros considerarán que por el simple hecho de mandar a los hijos a una Ikastola desobedecen, otros como los chavales recurrirán a la insumisión a la mili, otros se disfrazarán de Olentzero y mamporrearán la cárcel de Almería para regalar la libertad a los presos ...

Cada uno en su campo ejercitará ese conjuntos de actos voluntarios que pretenden violar y cambiar las injusticias en algo que como hemos dicho definimos como Desobediencia Civil.

-Los movimientos desobedientes, desde mi punto de vista, los hemos encorsetado en definiciones y acciones que estancan un concepto tan amplio como es la desobediencia. Los libros y los escritos teóricos no introducen nuevos elementos creativos que supongan una revolución desde las bases a través de la DC.

Uno de los dogmas supone que la DC abraza a la no-violencia, al pacifismo. Los desobedientes pueden adoptar aptitudes no-violentas ó algunos desobedientes pueden legítimamente no ejercer la violencia pero no creo que haya que predeterminar como teoría desobediente el pacifismo.

Ghandi fue un gran desobediente, pero creo que nadie pondrá en duda que la indígena tzotzil Ramona lo es tanto, aunque a veces recurra a la violencia con un tirachinas mientras los militares le atacan con los bazookas último modelo.

- Es necesario crear desobediencia en la cotidianidad, en la vida, en las costumbres, en lo personal para que la práctica diaria cambien el sistema, construyendo uno nuevo. En la privacidad de su casa si alguien desobedece no viendo la tele estará además de cambiando hábitos -porque algo tendrá que hacer mientras tanto- avanzando en positivo como persona. Leerá, irá al monte, hablará con la vecina. saldrá a la calle ... Desobedecemos para

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construir para cambiar las costumbres.

-Hay que conceptuar la desobediencia desde Euskal Herria, creando un modelo nuevo para nuestro pueblo. No es que haya que ser originales porque si, sino porque tenemos que adecuar la desobediencia a nuestra Tierra. Cada tierra ofrece sus productos y es difícil que en Bizkaia florezca la naranja. De la misma forma hay que adecuar la desobediencia al terreno.

-Tenemos que abrir las puertas de la desobediencia a todas las iniciativas desobediente sin poner barreras, dogmas ó corsés a una práctica que como acuñó Erich Fromm "la humanidad comenzó con un acto de desobediencia y no es improbable que termine con un acto de obediencia".

Comunicación de Piztu- La comunicación es una de las bases del sistema y superar el bloqueo

informativo es algo fundamental para la dar cobertura a Piztu. Sabemos que como a los niños, si te portas bien, si refinas tus planteamientos te darán tele como chupa-chus; pero como es un proyecto antisistema no nos vamos a jamar un rosco en, como está ahora de moda en decir, los mediáticos. Por ello hay que romperles su disciplina integradora con acciones propagandísticas de imaginación y fuerza.

-Muchas veces se cree que los Medios te sacan porque eres más listo que el resto, más audaz. Esto ocurrió cuando algunas plataformas pacifista salían todos los días en la tele. Hablando con ellos creían que habían dado con la estrategia precisa, con la sabiduría exacta para aparecer todos los días. Una vulgar manera de no conocer al enemigo mediático. Si te portas bien tele y si no ni agua.

- Entendemos que Piztu basa parte de su estrategia en una buena comunicación con las masas, con el pueblo. Por ello tenernos que generar una propaganda alternativa que no ate al movimiento en los tentáculos mediáticos del Sistema. Una comunicación que rompa el plástico que nos hacen generar

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para tener buena imagen. Dos líneas de trabajo prioritarias:

-Una propaganda de acción que se encarama a las torres más altas del riesgo, que rompe por la fuerza de la acción su silencio, una propaganda libre que comunica con la imaginación. Una comunicación que va desde la teatralización, ridiculización del Sistema, hasta acciones de embergadura, conciviendo el mismo gesto desobediente como propaganda.

- Propaganda de puerta en puerta, con ello Piztu pretende crear una propaganda y comunicación diferente, que no quiere llegar al siglo XXI con efectos especiales y espaciales, sino que vuelve a los orígenes revolucionarios de la propaganda personalizada. Una propaganda de casa en casa, de voz en directo -no en off-, una propaganda de portal, de barrio, imaginativa, creativa y revolucionaria, que salga de los marcos impuestos por la publicidad actual.

- Para ello planteo dos proyectos:

-Una agencia de prensa alternativa que rentabilice comunicativamente la propaganda de acción y los gestos desobedientes, que grabe, fotografíe y dé cobertura informativa a Piztu. Está claro que si contamos a la prensa las acciones a realizar, los gestos a practicar, la policía estará atenta a la sorpresa. Por eso necesitamos que una agencia de prensa alternativa que realice la información con el que poder trasmitir al resto de los mediáticos.

- Para la creación de la propaganda de puerta en puerta, debemos poner en marcha un mecanismo de que en cada calle haya el Cartero

Desobediente, una persona de EH que esté dispuesta a poner un cartel en cada portal, a conversar con los vecinos, a informar al barrio a la calle de las propuestas. Al principio se contará personas por zonas, para intentar la larga que cada calle contase con un cartero. Igualmente a la larga lo que se pretende es que esa persona sea el portavoz ó el pregonero de EH en esa calle, para que la gente pueda trasmitir sus inquietudes y para que EH pueda

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hablar con todos los vecinos de las propuestas desobedientes y de otro carácter que se generen.

Piztu y EH

-Piztu es un proyecto integrador donde todos los organismos populares, sindicales, culturales, partidos y organizaciones intervienen adoptándolo como su proyecto. Una huelga, una manifestación ó una encartelada no son patrimonio de nadie, la Desobediencia Civil, el Boicot ó la propaganda de acción tampoco. Todo el mundo desde su rincón practica la desobediencia al Sistema e intenta llenar de contenidos la Autodeterminación.

La organización de Piztu toma vida propia y corresponde a cada movimiento, a cada organización, a cada individuo ponerlo en práctica.

-Pero para que Piztu tome fuerza necesita de un dinamizador, un organismo que impulse la propuesta, que la organice. EH como gran eje de la organizacion de masas de la IA, es el que genuinamente debería tomar las riendas de Piztu.

Piztu es la lucha de masas que EH practica, haciendo posible que la calle se mueva, que la lucha popular se revitalice, que las decisiones se tomen lo más cerca del pueblo, que cree cobertura institucional,...

- Para ello planteo una organización básica que dentro de EH dinamice la lucha de masas y en este caso Piztu. Si dentro de EH la lucha institucional tiene su comisión, si propaganda ó tesorería tienen lo propio, porque la lucha de masas no tienen unos dinamizadores, unos militantes que su labor sea crear una nueva práctica de lucha de masas. Se entiende que la lucha de masas la desarrolla toda la organización y por ello hasta ahora no ha tenido una comisión específica, ya que la lucha de masas que practicábamos se resumía en manifestaciones, encarteladas...

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Pero si queremos desarrollar una lucha de masas diferente, creativa, innovadora donde el poder popular tome las riendas del proceso creo necesario que los mejores militantes de EH, lo mismo que se capta para las instituciones, se dediquen al espíritu desobediente

-Para ello EH priorita relanza Piztu a todos los organismos de forma ordenada y con proyectos para cada uno, crea una comisión desde la Mesa Nacional hasta los niveles locales para dinamizar Piztu, coordina, pacta, define y dinamiza.

- Como hemos comentado Piztu basa su propuesta organizativa en EH por diferentes argumentos ya esgrimidos que los resumo:

- EH se quedaría siempre cojo si no desarrolla una lucha de masas renovada a los nuevos tiempos, quedando al vaivén de las coyunturas.

-Contraresta y complementa con la lucha de masas la vía institucional emprendida por EH.

-Crea una dinámica popular que acentúe las convicciones de izquierda de EH, para poder abordar con éxito las Alianzas -PNV, EA ...- que siempre desbarran hacia posturas más de derechas.

-Da una cobertura de masas al Acuerdo Lizarra-Garazi.

-Desarrolla un poder desde la calle que llena a la Autodeterminación de contenidos progresistas.

-Si a través de Piztu Lurra, por ejemplo, logramos descender el consumo sumando a un Pacto Nacional a todos los sectores, la única que habrá ganado será la Autodeterminación. Por eso Piztu es un proyecto que subliminalmente hace que construyamos la Autodeterminación desde las posiciones de la Izquierda Abertzale. Piztu Euskalherria, es un instrumento de la IA para

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avanzar hacia un proyecto liberador.

Apuntes prácticos para desarrollar Piztu Euskal Herria.

No voy a definir en su totalidad el proyecto, porque sería interminable, pero intentaré dar las claves con ciertos ejemplos para la comprensión de lo que sería Piztu Euskal Herria. Como veis cada ejemplo esta tratado de forma desigual porque cada campaña es diferente y cada caso tiene su particularidad, pero como se verá todos tienen una sintonía que les une al Piztu Euskal Herria.

Piztu Euskal Herria está subdividida en infinidad de apartados, como Piztu Kalea que tiene como objetivos recuperar la calle, reactivar la cultural popular, humanizar la calle, romper el individualismo y la tendencia universal de cerrarse en casa junta al TV y de ocio ir a pasear al hiper, revitalizar los pueblos y barrios; euskaldunizar la vida-Piztu Euskera; combatir el consumismo y vivir con los ritmos naturales-Piztu Lurra; a desterrar el machismo-Piztu Emakumeak; crear proyectos liberadores para los jóvenes-Piztu Gazteria; Piztu Langileria supone la pelea por la justicia social; desmilitarizar la sociedad-Piztu Pakea,... Cada organismo y hasta cada individuo puede crear su propio Piztu.

- PlZTU KALEAPiztu kalea es una parte del proyecto de Piztu Euskal Herria que

pretende que volvamos a recuperar la calle con diferentes propuestas que las pasamos a describir, anunciando de antemano que los JUEVES POTEO, los jueves dejamos el televisor y a la calle a pasear, a hacer deporte, al teatro ó charlar con los amigas. Si además del jueves es el resto de la semana, algo habremos ganado.

-Circuito CulturalPara salir a la calle tenemos que crear los mecanismos para que la gente

le apetezca salir a la calle. Es crear una vida cultural alternativa a las

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fantasmagóricas pirámides guggenjenianas del Sistema.

Es un circuito constituido por diversas tabernas, bares, pubs, salas, gaztetxes ... de cada pueblo y barrio que están dispuesto a pagar un día a la semana a un grupo de musical, de teatro, una exposición, una charla, un campeonato de mus ... etc. Puede ser que un conjunto de bares o de comercios se pongan de acuerdo para que cada semana toque un grupo es su calle, zona, barrio ...

Habría que hablar en cada pueblo con los interesados en el circuito unos igual solo tienen espacio para exposiciones, otros les interesan charlas pequeñas, otros solo trikitrixa, bertsolaris ... Posteriormente habría que tratar con todos los grupos, representantes,... para que adecúen sus conciertos, obras...a las dimensiones de las salas y a las tarifas que pueden pagar los bares y comercios.

Supongo que los objetivos no hacen falta enumerarlos. Pero como quiero que se cojan las claves del Piztu Euskal Herria, los resumiré:

-crear un sin número de actividades en las calles para que la gente no se quede mirando la tele, salga a la calle compartiendo humanidad con el resto del barrio.

-reactivar la cultura popular de los pueblos sin tener que ir a los grandes centros de la cultura. Que el teatro pueda llegar hasta el último rincón de Euskal Herria ó que los músicos trabajen algo más que el verano.

-revitalizar los pueblos y barrio activando su vida cultural, no solo porque exista una actuación sino porque se crean las sinergias para que en cada zona la gente exija y cree mayores talleres culturales.

-para que la cultura popular para acercar a las mayorías al proyecto liberador, para que la Autodeterminación se abarrote de cultura.

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- Reducción de las audiencias de TV

La campaña comienza con una cartel que dice "las autoridades sanitarias advierten que la TV perjudica seriamente la salud". Más abajo se advierten de los posibles problemas derivados de ver excesivamente la tele, desde la perdida de la visión hasta la individualización, alineamiento ó otros problemas para los niños.

En el mismo cartel damos una recomendación: Ve televisión con moderación, comparte la tele con otras personas -partidos de fútbol, de pelota, películas..-,.. MEJOR escucha música, lee libros, compra el periódico, haz deporte...sal a la calle. Desobediencia civil, Piztu Euskal Herria.

La campaña pretende que en Euskadi las audiencias de TV desciendan. Los objetivos son claros así que no los explico. Solo decir que en la campaña habría que implicare a todas las fuerzas populares y partidos que puedan estar de acuerdo.

-Los Hiper, Grandes Cadenas y los Fast Food

Los grandes Hipermercados, Grandes Cadenas y los Fast food requieren de un PACTO NACIONAL para que la vida de nuestros pueblos no se vea alterada de forma sustancial.

- Los Hiper se han convertido últimamente en la única referencia de comunicación de muchas personas, organizando toda sus vida en estos macrocentros. El ocio, la cultura y sus relaciones sociales se desarrollan en ese espacio de plástico. Pero que un sector de la población adopte esa vía para la sus relaciones es su problema, lo malo que es que los hiper están vaciando los pueblos, impide las relaciones vecinales, mata al pequeño comerciante y altera la belleza de nuestros pueblos.

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En este aspecto el Pacto Nacional -en Francia se ha promulgado una ley que impide construir más hiper, por el evidente deterioro y vacío de los pueblos- se desarrollaría en tres ejes:

- Impedir la instalación de nuevos hiper

- Obligar a las grandes compañías que por cada hiper tienen que abrir un ultramarinos, con productos más elementales y al mismo precio.

-Crear un desprestigio social para que el ir al hiper sea mal visto y poco a poco vayamos creando una desobediencia que consista en comprar en los ultramarinos.

Con Las Grandes Cadenas y los Fast food, aunque con matices, ocurre algo parecido que con los Hiper pero con el agravante que sus aspectos negativos no son tan evidentes. Hay que reducir su estrategia expansionista que uniformiza los pueblos y nuestra idiosincrasia, comiendo basura de plastiqué.

- Control social

Comentábamos en el anterior escrito de la Propuesta liberadora "existen nuevas prácticas, que cada vez nos acercan más a las futuristas películas basadas en la obra de Orwel, en las que el terror institucional es anunciado por los altavoces de la calle, llamando a las personas por los números de la seguridad social. Un mundo implacablemente vigilado de video-cámaras, fichas y escuchas ...que no garantizan un futuro alentador.

No solo es el Estado policial el que incurre en este endemoniado proyecto, sino que desde diversas instituciones públicas y privadas se advierte una tendencia a la práctica del fichero. Cuando todos estos ordenadores se unan, la persona será solo un numero, una ficha. Datos que ya empiezan a ser utilizados para dar trabajo ó para ofrecer seguros.

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Terrorismo futurista, que es presente." La desobediencia hacia la practica del fichero tiene que ser sistemática, las video cámaras anulan toda intimidad personal, las fichas médicas, genéticas y de otra índole llevan a creación de hombres dóberman, las escuchas y otras prácticas similares solo acercan al estado policial.

Se me ocurren a bote pronto algunas propuestas, se materializan en una Ciúdad Robinson Crusoe para salvaguardar la intimidad personal:

-no se rellenan más datos -bancos, instituciones ...- que los mínimamente necesarios.

-no te pueden enviar cartas ó folletos de propaganda si anteriormente no has indicado para que te envíen.

-nadie puede allanar tu casa, ni puede intervenir el teléfono, ni abrir correspondencia,...

-ninguna entidad privada puede tener tu ficha en el ordenador si tú no lo consientes de antemano.

-ninguna entidad privada puede dirigir video cámaras a la vía pública.

-ninguna video cámara en la vía pública.

-y así hasta miles de propuestas por las que hay que pelear y desarrollar la insumisión en respuesta a la intimidad personal.

- PlZTU EUSKERA.No me extenderé de la importancia del Euskera para el proyecto

nacional porque es harto conocido. Solo recordar que el Euskara es la reivindicación que más ha practicado la desobediencia civil en Euskadi. La necesidad de un PACTO NACIONAL en esta materia es prioritario. Apunto unas

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ideas de desobediencia que ya han sido tratados por el Kontseilu.

- un día al mes -Último domingo de cada mes- insumisión al castellano, todo el mundo habla en euskera. Habría que hacerlo bien para que nadie se mosquee y cree simpatías en vez de rechazo. Ese día todo el mundo ve ETB en vez de otras teles, escucha radios euskaltzales, compra Egunkaria ó el Egin es todo en Euskara y a los otros periódicos se les recomienda que escriban artículos en euskera.... Todo el mundo hace el esfuerzo de hablar ese día en euskera.

- hablar siempre en euskera en todas las ventanillas institucionales, bancos y grandes almacenes.

-comenzar las primeras frases en euskera hasta comprobar si es euskaldun ó erdeldun.

-suscripción al periódico Egunkaria.

-el sueldo de un día al año para las organizaciones del Euskara.

-campaña antes de las escolarizaciones para que los niños se matriculen en euskera. Hablar una por una de cada madre para que el niño se matricule en la lengua nacional.

-otras desobediencias a la justicia en euskera, a la administración..

- PlZTU LURRA -REDUCCION DEL CONSUMO

Un ejemplo, muy recurrido por los ecologistas ilustra a la perfección lo ocurre en el mundo: Un tren lanzado a toda velocidad y sin rumbo fijo es alimentado por la madera hecha pedazos de sus vagones, hasta desguazar la locomotora. Uno de los mayores problemas con los que se enfrenta la humanidad es la falta de recursos naturales si seguimos consumiendo al nivel que lo hacemos ahora. Hay que parar la máquina o por lo menos relentizarla

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para que el mundo no se convierta en un desierto.

Es urgente un PACTO NACIONAL para que Euskal Herria sea un modelo a seguir en lo relativo a consumo. Es claro que lo principal no es generar más energía sino de parar el consumo de esta.

Además está claro que el consumo en general es una de las ataduras que el Capital utiliza para amarrarnos al sistema. No voy hacer aquí una apología de los atractivos del consumo, porque el mercado lo indica. Somos una sociedad consumista impregnada de cosas innecesarias hasta las patas. Acumular cosas y dinero es el deporte nacional. Cuanto antes nos alejemos de esta lacra, más libres seremos. Advierto en este aspecto que es diferente austeridad que racanería, y que las cosas hay que tomarlas con tranquilidad, porque se plantee reducir el consumo del agua, por eso no hay que dejar de ducharse.

Propongo para ello:

1º Una comisión de expertos elaboran un plan general para la reducción científica del consumo en Euskadi, que abarque desde un plan general institucional hasta los niveles domésticos.

2º Se hace revisar por todos los grupos ecologistas sin excepción.3º se lleva la propuesta a todos los movimientos sociales: sindicatos,

organizaciones populares, partidos, iglesia...

4º Se hace un PACTO NACIONAL a "la sueca" para reducir el consumo.

5º Parlamento, Diputaciones y Ayuntamientos asumen el Pacto por lo que se posibilitan las condiciones para reducir el consumo. Fábricas, comercios, grandes almacenes... se presentan planes desde los sindicatos para reducir la energía.

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6º Se plantea una campaña popular para que la gente reduzca el consumo doméstico. Al principio seria una campaña para descender la energía eléctrica, de carburantes y agua. Posteriormente se iría incrementando la campaña para abarcar otros elementos para que la gente fuera comprendiendo que consumiendo algo menos no se pierde calidad de vida y con pequeños cambios se puede conseguir una sociedad menos consumista. Además de que estos cambios suponen menor gasto de la economía doméstica.

7º Ya nadie hecha un papel en la calle, porque existe una conciencia y educación al respecto y porque las instituciones han equipado las calles con papeleras. Este pequeño ejemplo sirve para ilustrar que no cuesta echar el papel en la papelera, pero para ello se necesita que estas existan. Lo mismo ocurre con el consumo. Nadie puede decirte que no vayas al pueblo de Ubidea en coche cuando no hay autobús ó no puedes reciclar si no existen contenedores para el reciclaje. El Pacto Nacional exige a las instituciones que provean de las infraestructuras necesarias para llevar la campaña.

8º La campaña se basaría en un programa bien definido y coordinado para que las instituciones en diferentes plazos de tiempo se comprometen a realizar cambios sustanciales y diversas instrucciones para que a nivel doméstico nos impliquemos con la reducción, acompañado con pequeñas acciones de desobediencia que podrían ser consensuadas en el Pacto Nacional, por ejemplo: Un dia determinado nadie coge el coche, se coge solo trasporte público, se peatonizan todas las calles y se cena con velas. La mayor manifestación de bicicletas del mundo antecede a este día.

- PIZTU PAKEA-DESARME TOTAL

Siempre he pensado en la hipocresía de algunos pacifistas que obligan a los humildes a desarmarse sin exigir el desarme del poderoso.

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Si somos realmente pacifistas y pretendemos construir un mundo sin violencia, las armas de cualquier estilo tienen que desaparecer del globo, es el único ejemplo. Los ejércitos son el brazo armado del capitalismo, el desarmarlo supone que le amputamos uno de los miembros más coercitivos de su estrategia terrorista.

Por ello una de las exigencias prioritarias es exigir que en Euskadi todo el aparato policial llámense ertzaintzas o municipales no deven portar armas. Igualmente hay que impedir que cualquier ejercito se instale en en Euskal Herria. No quiero ni hablar del resto de las fuerzas represivas, ni del nuevo ejercito de matones de empresas privadas que amenazan cada vez que entras a un banco, a una sala de fiestas ó al mercado de turno. Recordar aunque sea brevemente que el antimilitarismo es uno de los movimientos que más eficazmente han practicado la insumisión.

Cuatro líneas de trabajo:

- Movilizaciones para el desarme total de las fuerzas policiales y salida de las militares y txakurras.

- Declarar en todos los municipios Zona Desarmada, obligando a los munis a no portar armas.

- Desobedecer a personas armadas y manifestar en todos los lugares que esta prohibido portar armas.

-Ir reciclando las fábricas de armas, sin traumas.

- ESTOS SON UNOS PEQUEÑOS DETALLES PARA QUE SE COMPRENDA QUE PIZTU, HE ESCOGIDO DIFERENTES CAMPAÑAS PARA QUE SIRVAN DE MUESTRA, RETIRAMOS LAS ACCIONES SORPRESAS Y DE AVANZADA POR RAZONES OBVIAS. TENEMOS ELABORADO TODO UN DOSSIER DE CAMPAÑAS QUE VAN DESDE PIZTU EMAKUMEAK, LANGILERIA, GAZTERIA HASTA PlZTU

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AUTODETERMINAZIOA, PIZU IPARRALDE, KOMUNIKABIDEAK, PIZTU AMNISTIA....

Pues bien, el examen del referido texto nos llevará, sin duda y sin esfuerzo, a las siguientes conclusiones:

1.- Que se trata de una ponencia personal del Sr. Zuloaga.

Así, aunque en ocasiones el autor utilice la primera persona del plural, en una especie de "plural de modestia" o "sociativo", sintiéndose y haciendo partícipes a sus destinatarios de todas o cualquier iniciativa revolucionaria -luego volveremos sobre el tema-, en general el autor utiliza la primera persona del singular: "pido, creo, planteo Piztu Euskal Herria, apunto, pretendo, recurro,

propongo, considero, propongo, repito, milito, conceptúo, no descarto, veo,

defino, desde mi punto de vista, no creo, creo, planteo, otra vez planteo, no

voy, no me extenderé, apunto, no voy, advierto, propongo, he pensado, no

quiero, he escogido..."

2.- Que no se trata, en absoluto, de un manual o conjunto de directrices, sino más bien de una reflexión casi filosófica.

El texto contiene numerosos símiles y licencias literarias, citas de numerosos autores y expresiones de lenguaje que, desde luego, poco tienen que ver con los de un comunicado o documento de una organización terrorista.

3.- Que se trata de un proyecto o texto inacabado, destinado a ser sometido a debate público y desarrollo.

Así, son constantes en el texto los llamamientos no sólo a su debate por los distintos grupos que conforman el movimiento popular, sino incluso a su diferente vivencia interna y desarrollo personal por parte de cada individuo. Nada más lejos de un intento jerarquizado y disciplinado de promover una estrategia, como correspondería a una organización armada.

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El propio Zuloaga manifiesta en sus declaraciones que, en efecto, se trataba de un proyecto abierto a discusión y a diferentes aportaciones, que lo había llevado a múltiples foros, que se lo había enseñado a multitud de personas y grupos que, a su vez, lo habían ido difundiendo. Confirma también que confeccionó diferentes textos de Piztu, algunos de los cuales obran en las actuaciones y están reseñados en la sentencia, partiendo de la misma idea, pero recogiendo las diversas aportaciones de los grupos.

La propia redacción del texto, con numerosos errores mecanográficos, sintácticos y hasta ortográficos, transmite la idea de mero borrador o proyecto llamado a ulteriores revisiones y aportaciones.

4.- El texto habla de "lucha de masas", "lucha institucional" y "lucha

ideológica". En absoluto se refiere a la lucha armada.

Respecto de la única vez que se emplea la palabra "armada" a lo largo de los 20 folios del texto ("si hemos sido capaces de desbordar al Estado con la

acción guerrillera armada, por qué no volverles locos con acciones

desobedientes, para que, no pudiéndonos acusar de nada, les rompamos los

morros en su propia legalidad" -texto que la sentencia transcribe en mayúsculas, negritas y subrayado sin que aparezca así, desde luego, en el original-), es evidente que no contiene ninguna llamada a la lucha armada. (Por el contrario, al folio 19, en el apartado Piztu Pakea-Desarme total, se expresa "las armas de cualquier estilo tienen que desaparecer del globo").

En primer lugar, porque el escenario que contempla el autor es un escenario futuro de paz. No olvidemos que el mismo fue elaborado durante la anterior tregua de E.T.A. Así se deduce de la frase "después de la brillante

tregua táctica ofertada por E.T.A. entramos en una nueva fase".

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El propio Zuloaga, al folio 20 de su declaración en el juicio (acta 042) declara que "ahora estamos en tiempos similares de tregua", refiriéndose a la última tregua de E.T.A., vigente en el momento de dicha declaración, y que tantas esperanzas, finalmente frustradas, había despertado tanto en el País Vasco como en el resto de España.

E incluso el texto comienza "ahora que las brisas de la paz se aproximan

a las costas de la revoluçao abertzale...". (Por cierto, ¿alguien contempla la posibilidad de un texto de E.T.A., o asumido por E.T.A., que hable de la "revoluçao abertzale..."?).

En definitiva, una de las tesis del documento, que claramente se deduce, sobre todo, de los dos primeros folios del documento, es que, alcanzada la paz, sería el momento de que el movimiento popular luchase en las instituciones, pero el ponente alerta sobre el peligro de que la lucha institucional pueda llevar a un neoliberalismo y reformismo que conduzca a las ideas revolucionarias a tendencias social-demócratas, que considera que forman parte del mismo sistema explotador, temiendo que "nos" (afectando el plural a todos quienes sustentan ideas revolucionarias) harán convertirnos en "políticos

de plástico, revolucionarios de chaqueta y corbata". Pero afirmando, a continuación "“No hay que despreciar la lucha institucional, pero tiene que ir

íntimamente ligada a la lucha de masas. Puede que en ciertos momentos una

lucha institucional bien concebida tome más protagonismos que la de masas, y

que ésta se supedite a la anterior, pero es peligroso dejar todos los huevos en

la misma cesta" (por cierto, uno de los párrafos seleccionados por la sentencia para, sorprendentemente, sostener su imputación).

Volviendo a la única utilización del término "armada", a la que tanta trascendencia otorga injustificadamente la sentencia, es evidente que, como antes hemos apuntado, se trata única y exclusivamente de un simple recurso de estilo, utilizando el plural con referencia a todas las luchas revolucionarias, posiblemente a escala universal, que se han mantenido a lo largo de la historia.

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Es evidente que el autor (que, por cierto, habla de "acción guerrillera

armada" en pasado) no se define como participante material y directo en ninguna lucha o acción armada, sino como partícipe genérico de todas estas luchas históricas revolucionarias. Al modo, por ejemplo, en que la izquierda occidental se ha podido sentir, en diversos momentos históricos, partícipe de las luchas revolucionarias del Ché en Sudamérica, del triunfo de Castro en Cuba o de la victoria de Vietcong frente a EE. UU. en Vietnam, por poner algunos ejemplos, aunque ningún componente de esa izquierda occidental haya disparado un solo tiro ni haya pensado jamás en hacerlo.

Y este recurso de estilo le permite, en el mismo párrafo, contraponer la "acción guerrillera armada" con la "guerra de guerrillas de la inteligencia" y para reclamar para la lucha desobediente los valores guerrilleros del "coraje, la

resistencia, la disciplina, la inteligencia....".

Ni se propone la práctica de la lucha armada, ni se plantea la desobediencia civil como parte o complemento de la misma, sino que se propugna la desobediencia como práctica civil en un futuro e hipotético escenario de paz, que la situación de tregua permitía vislumbrar en aquellos momentos.

Como antes hemos expresado, el documento es de carácter filosófico, y no constituye un manual de acción de una organización armada. El propio autor del texto, Sr. Zuloaga insistió una y otra vez en ello tanto en su declaración sumarial como en el acto del juicio oral, insistiendo (como han hecho otros procesados) en la absoluta incompatibilidad de un proyecto de desobediencia civil con la estrategia militarista de una organización armada. Así, de forma muy gráfica expresa en su declaración (folio 20 del acta) "Ojalá tuviera E.T.A. en vez de la violencia la desobediencia

civil como una lucha política. Son incompatibles. Quería decir en su

manifestación ante el instructor que no cree que la desobediencia civil sea del

acervo de las bandas armadas". Enfatizando así que una estrategia de

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desobediencia civil es radicalmente incompatible con una estrategia de violencia armada.

5.- Pero es que, además de referirse a la desobediencia institucional, el texto es principalmente un llamamiento a la desobediencia "a nivel personal", "en la cotidianeidad", para "crear espacios alternativos en la

cotidianeidad" y, de hecho, la mayor parte de las propuestas del autor se refieren a esta liberación del individuo en su cotidianeidad: "recuperar la calle,

reactivar la cultura popular, humanizar la calle, romper el individualismo y la

tendencia universal de cerrarse en casa junto al TV y de ocio ir a pasear al

hiper, revitalizar los pueblos y barrios, euskaldunizar la vida, combatir el

consumismo y vivir con los ritmos naturales, desterrar el machismo, crear

proyectos liberadores para los jóvenes, pelea por la justicia social,

desmilitarizar la sociedad... cada organismo ... individuo puede crear su propio

piztu".

Y así, todas las propuestas que efectúa son propuestas absolutamente pacíficas, extrapolables a cualquier punto del globo (con la excepción, claro está, de la "euskaldunización") y que no causarían alarma incluso en foros "reformistas" y moderados. Y que, por otra parte, no son sino una recopilación no exhaustiva de formas de desobediencia civil que vienen practicando en el País Vasco, en el resto de España, y en muchas otras partes del globo, infinidad de grupos sociales que no solamente no tienen nada que ver con E.T.A., sino que mantienen puntos de vista muy diferentes, y no sólo respecto de la práctica de la lucha armada.

C) Sobre el supuesto "maquillaje del documento Piztu" por algunos de los patronos y trabajadores de la Fundación.

La sentencia declara probado (folio 289 a 293).

Las propuestas del documento original “Pitzu Euskal Herria” ..fueron objeto de revisiones y correcciones por parte del Presidente de dicha

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Fundación, Carlos Trenor Dicenta, y de sus vocales Sabino Ormazabal Elola, Ignacio O´Shea Artiñano, Mario Zubiaga Gárate y Alberto Frias Gil antes de su presentación pública desde la Fundación, contando para ello con la asidua actividad de los acusados Mikel Aznar Ares y Olatz Altuna Zumeta, que figuraba como trabajadores de la reiterada Fundación…

El documento “Pitzu Euskal Herria” se caracterizaba por su extremo radicalismo, pues en él se hablaba de la “lucha armada” , de la complementariedad entre las distintas formas de “lucha” , de subvertir el orden Constitucional y crear espacios de contrapoder con la conjunción de todas ellas, etc. Tal circunstancia hizo que los responsables de la Fundación, teniendo en cuenta que los destinatarios de los mensajes plasmados en dicho documento eran los componentes de todo el espectro de la Izquierda Abertzale, aglutinados en organismos constitutivo del movimiento popular, de los que solo una mínima parte comulgaban con esos postulados, y temiendo por ello que la difusión del documento “Pitzu Euskal Herria” pudiera obtener un resultado contrario al pretendido por la organización ETA, decidieron “suavizarlo”, eliminando de su contexto la referencia a la “lucha armada” y al objetivo de subvertir el orden Constitucional, a fin de que pudiera ser asumido por las organizaciones del Movimiento Popular.

Presunta suavización que deduce la sentencia de varias conversaciones telefónicas:

El día 26 de abril de 1999 se produjo una conversación telefónica desde el aparato instalado en la Fundación Joxemi Zumalabe en la que dialogaron el acusado Mikel Aznar Ares y un colaborador de dicha entidad, acerca de un manifiesto que el primero de los referidos había enviado a Mario, Sabino, Alberto y Carlos a fin de que lo revisaran, añadiéndole que a Olatz le parecía el texto muy contundente y que a Carlos le había dicho que el manifiesto estaba destinado a un público muy determinado.

En el transcurso de la referida conversación, Mikel Aznar

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Ares comentaba a su interlocutor que el texto del manifiesto se asemejaba a lo que era un artículo de opinión, respondiendo éste: “manifiesto, si, pero un manifiesto muy….lo que estábamos diciendo, que no se come mucho en el movimiento popular, luego aparte de eso, muy sectario…una perspectiva que no da el punto de vista del movimiento popular.” A todo esto, Aznar respondía: “Yo eso se lo he dicho a Carlos, va para un público muy determinado”.

Ese mismo día se registró otra conversación telefónica desde el mismo aparato. Los interlocutores eran los acusados Mikel Aznar Ares y Sabino Ormazabal Elola. En la conversación, Sabino comentó a Aznar que ya había leído el manifiesto, precisándole esta último que creía que plasmaba extremos muy directos, muy concretos, así como que ya le había enviado una copia del mismo a Carlos, pero éste se hallaba en juicio y lo leería más tarde, mientras que Alberto, lo estaba leyendo en esos momentos.

Poco después se produjo una tercera conversación desde el mismo teléfono entre el acusado Mikel Aznar Ares y un colaborador de la Fundación. En este diálogo, comunicó a su interlocutor: “Soy Mikel, te llamo para comentarte que Carlos ha leído el manifiesto y ha dicho que con el contenido está de acuerdo, pero que se debía maquillar. Luego Alberto ha dicho, pues eso, que después de leerlo nos llamaría, y con Sabino lo mismo, que le daría algunas vueltas, y luego a la tarde nos llamará. Entonces falta Mario, o sea…….” Ambos interlocutores estimaban importante la intervención de Mario Zubiaga Gárate, persona licenciada en Derecho y profesor de la Universidad desde 1988 en Derecho Constitucional y Ciencias Políticas de la Administración, precisando el colaborador: “Es importante….. porque a pesar de todo tiene un poco mas de clarividencia, desde mi punto de vista”, y concluyendo Mikel Aznar: “Eso es, recogeré la opinión de todos. Por eso te llamo, para decir lo que hay, Vamos sin más”.

El mismo día, 26 de abril de 1999 se detectó una cuarta conversación, también a través del teléfono de la Fundación Joxemi Zumalabe. En esta ocasión la mantienen los acusados Olatz Altuna Zumeta y Mario Zubiaga Gárate, y en el transcurso de la misma,

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Olatz comunica a Mario: “Aquí, a vueltas con el manifiesto. Hemos recogido lo que ha enviado Mikelon, y también te lo he enviado; lo que pasa es que no se si lo recogiste en la Universidad”, diciendo más tarde: “Es que, un poco, lo que hemos hecho ha sido recoger lo de Mikelon y repartirlo a Carlos, Sabino, Alberto y a ti, y si se acepta, pues meterlo”.

Termina la sentencia afirmando:

Después de todos los retoques y modificaciones introducidos tanto por Carlos Trenor Dicenta, como por Mario Zubiaga Gárate, Alberto Frias Gil y Sabino Ormazabal Elola, en el documento “Pitzu Euskal Herria” se suprimió las referencias a la “lucha armada” y el objetivo de “subvertir el orden constitucional” viniéndose a trasformar en otro distinto…

Finalmente, el documento “Pitzu Euskal Herria” originario realizado por el acusado Zuloaga Uriarte, quedó modificado en los términos ya dichos: suprimiendo de su contexto las referencias a la lucha armada, a la complementariedad de las distintas formas de lucha, a crear espacios de contrapoder y el objetivo de subvertir el orden constitucional por los patronos de la Fundación expresados, con la colaboración de Aznar Ares y Altuna Zumeta evitando así la posible inminente criminalización de todos ellos si hubieran difundido el “Pitrzu” originario.

El referido documento modificado fue distribuido entre los responsables de los movimientos populares que participaron en los primeros encuentro. (Topagune) organizado por la Fundación Joxemi Zumalabe el 15 de mayo de 1999.

Algunas de estas afirmaciones no tienen el menor soporte probatorio y otras están radicalmente contradichas por la prueba documental aportada, ratificada, a su vez, por la declaración de procesados y numerosos testigos.

1.- En primer lugar, hemos de destacar la circunstancia, aunque no es la más importante, de que mi representado, Fernando Olalde, no aparece,

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ni como interlocutor ni como referenciado en ninguna de las llamadas telefónicas transcritas. Es decir, que mi representado no habría tenido la menor intervención en ese supuesto "maquillaje" del documento Piztu, ni tenía por qué haber tenido conocimiento de dicho supuesto maquillaje.

2.- En segundo lugar, la conclusión (que no hecho probado) contra reo de la sentencia es ilógica e infundada. La sentencia presume, no se sabe por qué motivo, que algunos de los patronos y de los trabajadores (parecería ser que todos los finalmente condenados, pero ya hemos visto que respecto de mi representado y de algún otro no es así tampoco) trataban de "vender un

producto" a los movimientos populares por cuenta de E.T.A. y que, para ello, suavizarían el documento a la medida de sus destinatarios, suprimiendo toda referencia a la "lucha armada".

Descartándose así otra posible lectura, bastante más lógica, como sería la de inferir que, como ninguno de ellos estaba de acuerdo con la lucha armada, se eliminaba cualquier referencia por propia convicción, y no por estrategia de "marketing".

3.- Pero tal posible interpretación, aunque sea mucho más lógica y a favor del reo, tampoco habría sido acertada, ya que lo cierto es que jamás se operó maquillaje alguno sobre el documento Piztu ni se eliminó referencia alguna a la lucha armada.

Simplemente porque el documento Piztu no era el objeto de análisis en las conversaciones que sacan a la luz las intervenciones telefónicas.

En efecto:

1.- Piztu era una reflexión filosófica del Sr. Zuloaga que había remitido y mostrado a numerosas personas e identidades que, a su vez, la habían ido

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transmitiendo a otros, y así sucesivamente, por lo que existían múltiples versiones.

2.- Los organizadores de los encuentros del movimiento popular que se llevaron finalmente a cabo en el mes de mayo de 1999 en San Sebastián (Herria Mugi y no la Fundación Joxemi Zumalabe, como anteriormente se expuso) le solicitaron a Zuloaga, ya que era el autor, que elaborara una ponencia sobre Piztu.

3.- Como introducción o preparación de la presentación de su ponencia, el Sr. Zuloaga remitió, a instancias de Herria Mugi, un "manifiesto" a la Fundación Joxemi Zumalabe, en su calidad de "Secretaría técnica" (que no organizadores ni promotores) del encuentro.

4.- Tal envío, como quedó documental y testificalmente acreditado en el acto del juicio oral, se realizó por correo electrónico del día 23 de abril de 1999, a las 19'52 horas, desde la dirección de correo electrónico de Zuloaga ([email protected]) a la de la Fundación ([email protected]). Consta dicho correo electrónico en las actuaciones, aportado por la defensa como documento nº 4 del Volumen IX de la prueba adjunta con el escrito de calificación, y reconocido en el juicio oral por Zuloaga (páginas 14 y 15 del acta nº 042).

El texto del envío está redactado en un lenguaje absolutamente informal ("después de estudiar durante días el Manifiesto Comunista he decidido no

hacerle la competencia a Marx y Engels y hacer un antimanifiesto, o sea, lo

que me ha salido. Le he dado la hostia de vueltas, al principio empecé con algo

serio y al final me decidí por algo diferente, más informal pero con más fuerza.

Como veis no es un manifiesto ni nada que se le parezca, pero creo que

puede funcionar").

Y, a continuación, adjunta el "manifiesto- antimanifiesto", que jocosamente, titula "ex-manifiesto". Como puede comprobarse con su simple

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lectura, se trata también de un texto literario-filosófico ("un tren neoliberal

arrolla a la humanidad cruzando por las ventanas libres de los pueblos...").

5.- Tres días después, 26 de abril, es cuando se producen las conversaciones telefónicas reseñadas en la sentencia y que versan no sobre el documento Piztu, objeto de la futura ponencia, sino sobre el manifiesto. Lo curioso es que la sentencia correctamente, al transcribir o resumir las conversaciones telefónicas, se refiere en los folios 290 y 291 a "manifiesto" y después, contradictoriamente, al folio 293, se refiere al "documento Piztu Euskalerría" como presuntamente suavizado a consecuencia de estas conversaciones telefónicas que, repetimos, no habrían tenido como objeto dicha ponencia sino el manifiesto.

Así, la sentencia con relación a la primera llamada de 26 de abril de 1.999, se refiere, por tres veces, al término "manifiesto" y, cuando reproduce la conversación de forma literal lo hace así: "manifiesto, si, pero un

manifiesto muy..." (la negrita es nuestra).

Al referirse a la segunda conversación, la sentencia utiliza también el término "manifiesto".

Respecto de la tercera conversación se transcribe literalmente "Carlos ha

leído el manifiesto...". Y en la cuarta conversación se transcribe literalmente " Aquí, a vueltas con el manifiesto".

Ninguna duda, por tanto cabe al respecto: lo que fue objeto de análisis por algunos miembros de la Fundación (entre los que, repetimos, no se hallaba mi representado) no fue el documento Piztu, sino el manifiesto.

6.- La ponencia Piztu (véase declaración de la testigo Sra. Huarte en la sesión de 3 de julio de 2006) fue elaborada para los referidos Primeros Encuentros de San Sebastián por el Sr. Zuloaga en castellano y, como la jornada se iba a desarrollar en euskera, fue traducida por la Sra. Huarte. Los

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Sres. Huarte y Zuloaga han acreditado tal extremo, habiendo aportado la primera, en su declaración testifical en el juicio (acta 3/7/06), copia del correo electrónico correspondiente, incorporado a los autos por la vía del artículo 729.2º L.E.C.Cr., y asimismo, y respectivamente, han adverado la identidad del texto original con el traducido y también con el intervenido a "Kantauri".

Por tanto, del documento Piztu original no se suavizó ni modificó nada en la Fundación, ni se eliminó la menor referencia a la "lucha armada"

y al "objetivo de subvertir el orden constitucional". La ponencia se presentó tal como lo decidió su autor, sin óbice ni cortapisa alguno, sin que le conste a mi representado (que no asistió a las jornadas y que no conocía personalmente al Sr. Zuloaga -según éste declara en el juicio-) si se incluyó o no el término "armada" que tan destacadamente transcribe la sentencia como elemento incriminador y que, como ya hemos expresado, es absolutamente inane e irrelevante desde el punto de vista penal.

7.- El manifiesto, finalmente, formó parte, sin apenas cambios, del tríptico anunciador de los encuentros, y que consta en el Volumen IX de la prueba unida por la defensa al escrito de calificación provisional, documento nº 5.

Fue, por tanto, el "manifiesto" el que, tras ser analizado, fue ligeramente modificado para su inclusión en el tríptico, y no la ponencia. Pero, como se puede observar en una lectura comparativa de uno y otro texto, las modificaciones son única y exclusivamente de redacción, sin afectar para nada a las ideas contenidas en el manifiesto, y desde luego, sin eliminar referencia alguna a la "lucha armada" o "lucha guerrillera" o "subversión del orden constitucional", sencilla y llanamente porque no constaba ninguna expresión parecida en el texto original del manifiesto.

Sin embargo, obsérvese que sí figura el siguiente párrafo, precisamente el único que el autor había transcrito literalmente de su ponencia o documento Piztu Euskal Herría: "el poder actúa con fuerza, armas, riqueza, dinero y

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conocimiento. Como movimiento popular sólo podemos blandir la experiencia

de siglos, la sabiduría, la inteligencia, la lucidez popular. Son nuestras únicas armas y es nuestra única riqueza..."

Finaliza el manifiesto con una alusión a la "utopía de una Euskal Herria

libre y en paz".

Lo que, sin duda, poco tiene que ver con la "lucha armada".

En cualquier caso, el término "maquillaje" que efectivamente parece ser que se utiliza en una conversación telefónica no es sinónimo de "camuflaje" como torticeramente interpreta el informe de la U.C.I.E. y erróneamente parece interpretar la sentencia. Maquillaje, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua es "acción y efecto de maquillar" y "maquillar" es "componer con afeites el rostro para embellecerlo o pintarlo

para obtener en el teatro o en el cine determinada caracterización". Es decir, que con preferencia al concepto asimilable al disfraz de la segunda acepción, relacionada con las artes escénicas, su primitiva acepción es la de "embellecimiento" y eso es lo que se hizo, ligeramente, con el manifiesto (que no con la ponencia Pitzu): embellecerlo, dejarlo más "bonito", con mejor presentación, mejorarlo, en suma, con unas leves correcciones de estilo y gramaticales.

No deja de ser curioso que la propia sentencia venga a reconocer (folio 1.033) que el documento Pitzu Euskal Herria poco tenía que ver con el perfil de E.T.A.. Así, con discutible ironía, refiere, con relación al que denomina "Pitzu

Euskal Herría originario", lo siguiente: "Desde luego las otras versiones

«descafeinadas» cuando no «angelicales», llenas de loables intenciones con

algún que otro verso, descartamos que fuera del interés de E.T.A., pues no

casa con el perfil de esta organización terrorista". Invitamos a la Sala a que analice detenidamente el texto originario también plagado no de "versos", pero sí de metáforas, citas de autores y licencias literarias, y compruebe si el

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texto podía ser también del "interés de E.T.A." o "casar con su perfil", tanto en el fondo como en la forma.

Sin que sepamos, ciertamente, cuáles puedan ser las "profundas

diferencias" entre unos y otros textos, más allá del párrafo referido a la "lucha

guerrillera de la inteligencia" (la negrita es nuestra, para destacar este inciso que, curiosamente, olvida la sentencia en casi todas sus menciones al párrafo), y cuya irrelevancia penal ya hemos analizado.

D) LA PRESUNTA DIFUSIÓN DEL PIZTU EUSKAL HERRIA POR PARTE

DE LA FUNDACIÓN Y SU ASUNCIÓN, PUESTA EN MARCHA Y DESARROLLO POR PARTE DE E.T.A..

Sorprendentemente, la sentencia declara (folio 295):

Todas las propuestas del proyecto “Pitzu Euskal Herria” contenidas en el documento confeccionado por Zuloaga Uriarte, con las precauciones y cautelas necesarias para evitar su criminalización, de cuya difusión se encargo la Fundación, fueron plenamente asumidas por el aparato político de ETA, que decidió su puesta en marcha.

No existe la menor prueba al respecto ni de una ni de otra afirmación.

a) La Fundación no difundió ningún proyecto desobediente de E.T.A. ni tampoco el Piztu Euskal Herria. Ya ha quedado relatada la única relación de la Fundación con el manifiesto, que no con el documento o ponencia, en su cualidad de secretaría técnica de los encuentros organizados por Herria Mugi.

b) Respecto de la plena asunción del aparato político de E.T.A. del proyecto Piztu Euskal Herria, no sabemos de dónde pueda haber sacado la sentencia tal convicción. Ni consta que hubiera habido tal asunción ni, lógicamente, por el carácter del documento, resulta imaginable que E.T.A. lo asumiese.

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Por último, afirma la sentencia que E.T.A. decidió también "su puesta en

marcha". Tampoco sabemos dónde consta esto. En cualquier caso, si E.T.A. tomó tal decisión, lo debió hacer muy torpemente, habida cuenta del escaso seguimiento de las concretas propuestas del Sr. Zuloaga en su ponencia: ni el nivel de audiencia de televisión ha bajado, ni el de ventas ni expansión de los supermercados, ni se ha asistido a una significativa revitalización de la cultura, ni ha disminuido (sino todo lo contrario) la vigilancia por videocámaras, ni la exigencia de datos y control que denunciaba el documento Piztu, ni ha descendido el consumismo...

Y, desde luego, parece fuera de toda duda que E.T.A., desgraciadamente, no asumió los postulados que se contenían tanto el documento Piztu como en el manifiesto que se plasmó en el tríptico que constituían llamamientos a la paz y la democracia.

Tras esta sorprendente afirmación de la sentencia (folio 295) de que "todas las propuestas del proyecto Piztu Euskal Herria contenidas en el

documento confeccionado por Zuloaga Uriarte... fueron plenamente asumidas

por el aparato político de E.T.A.", afirma que la puesta en marcha de dicha decisión se cumplió "por medio de Ekin", extremo que no afecta a esta representación. Afirmando a continuación:

Entre las propuestas de desobediencia destacaba la pretensión de sustituir el Documento Nacional de Identidad Español por una especie de cartulina, a la que se pretendía otorgar el carácter de documentación alternativa, denominada “Euskal Notasuaren Agiria” o “ENA” (documento de identidad vasco) emitido desde la asociación “Euskal Nostasuaren Elkartea” (asociación para la identificación vasca).

La idea de utilizar un instrumento de identificación propio, diferente del Documento Nacional de Identificación Español, había sido asumida históricamente por diversas formaciones políticas vascas; pero la visión sobre esta materia que imponía ETA iba mucho más allá, pues partía del rechazo absoluto del instrumento de identificación español y la destrucción del mismo, de forma que jamás se identificarían ante los organismos públicos vascos o

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del resto de España con otro instrumento que no fuera el ENA.

El documento titulado “Kointura KOP” que aparece en las Diligencias Previas 75/89 del Juzgado Central de Instrucción nº 5, a los folios 1075 y 1077, del tomo 6 de la Caja 80 de la Pieza 18 de dichas previas, fue ocupado a Dorronsoro Malacheverría tras su detención en París; y en su apartado 4 de tal documento, denominado “Tareas a desarrollar en un futuro inmediato”, se hace constar: “imprescindible es también una readecuación del lenguaje y de los medios y formas de comunicación con nuestro entorno y su periferia…..En el terreno programático-político, es vital y urgente la profundización en el estudio del ENA, auténtica pieza maestra de la normalización jurídico-política. Así, independientemente del rechazo manifestado por los partidos reformistas a todo debate público con 20, todas nuestras estructuras han de volcarse a la tarea de elaboración y profundización del futuro ENA, para popularizar paralelamente su contenido y el debate imprescindible en torno a él. Este será un elemento decisivo y la afloración y denuncia argumentadas de las contradicciones de peso y el fondo que tiene el marco cultural de la reforma.

Ello va unido intrínsicamente con la necesidad de popularizar la imprescindibilidad del inicio definitivo del proceso negociador entre 11 y el Estado.

Añadir, por último, la importancia clave que tiene todos y cada uno de los frentes de lucha en los que se manifiesta y combate el conjunto del MLNV. Su conjunción adecuada y coordinada hará avanzar decisivamente nuestro proceso hacia la materialización de la alternativa KAS.”

A todo ello cabe objetar:

1.- La propuesta de sustituir el documento nacional de identidad español, como la propia sentencia reconoce, "había sido asumido

históricamente por diversas formaciones políticas vascas" y es, por tanto, muy anterior a E.T.A. y a su presunto proyecto desobediente, que la sentencia dicta en 1.995.

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2.- Casualmente, si leemos detenidamente el documento Piztu, no encontraremos a lo largo del mismo ni la menor mención a tal propuesta de sustitución del D.N.I. español.

Lo más parecido que podemos encontrar son, al folio 17 del documento (folio 6.357 de la causa), las siguientes propuestas de liberación frente a prácticas que calificaba "orwellianas": "La desobediencia hacia la práctica del fichero tiene que ser sistemática, las video cámaras anulan toda intimidad personal, las fichas médicas, genéticas y de otra índole llevan a creación de hombres dóberman, las escuchas y otras prácticas similares solo acercan al estado policial. Se me ocurren a bote pronto algunas propuestas, se materializan en una Ciudad Robinson Crusoe para salvaguardar la intimidad personal: no se rellenan más datos -bancos, instituciones...- que los mínimamente necesarios...". Ni forzando hasta distorsionarlo el texto y el sentido de lo expresado en el documento Piztu puede sensatamente sostenerse que se esté propugnando la sustitución del D.N.I. español por un D.N.I. vasco.

Precisamente el documento Piztu trata de luchar contra la burocracia y el exceso de control, lo que, obviamente, no se combate mediante la sustitución de un documento por otro, con independencia de que, repetimos, para nada se refiere a este extremo.

3.- Pero es que, además, la sentencia confunde el E.N.A. (Estatuto Nacional de Autonomía) con el E.N.A. (Euskal Nortasunaren Agiria - documento de identidad vasco-). En efecto, el E.N.A. al que alude el documento "Kointura KOP" es ni más ni menos que de 1.990, cuando la propia sentencia data el nacimiento del proyecto desobediente de E.T.A. en 1.995 y Piztu fue presentado en 1.999. Por tanto, difícilmente dicho documento, presuntamente demostrativo del proyecto de sustitución del D.N.I. español, podría ser fruto de la plena asunción por el aparato político de E.T.A. de todas las propuestas del proyecto Piztu, como se refiere al folio 295.

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Pero es que, además, es evidente que existe tal confusión, como demuestra el propio texto transcrito en la sentencia y el contexto histórico en el que el mismo se produce (cuando el Estatuto Nacional de Autonomía estaba siendo impulsado por Herri Batasuna). El texto se refiere a "la profundización y

debate en torno al nuevo E.N.A., auténtica pieza angular del futuro marco

jurídico político para nuestro pueblo". Ni un D.N.I. puede ser objeto de "profundización y debate" ni puede constituir una "pieza angular del futuro

marco jurídico político" de pueblo alguno.

A continuación refiere la sentencia (folio 296 y siguientes):

En cumplimiento de la directriz de ETA de generar y difundir el uso de forma masiva del ENA, en fechas no concretadas, se constituyó un organismos carente de estatuto legal, que recibió el nombre de “Autodeterminazioaren Biltzarrak”, o “ABK” (Asamblea para la autodeterminación), vinculada a la Fundación Joxemi Zumalabe, constituyéndose la referida ABK en uno de los organismos del Movimiento Popular integrados para su coordinación en el llamado “taller de desobediencia” que operaba en el seno de la Fundación.

“Autodeterminazioaren Biltzarrak”, o “ABK” puso en marcha una campaña coordinada por la Fundación a fin de que los ciudadanos vascos devolviesen su Documento Nacional de Identidad Español a través de diversas vías, entre ella mediante la designación de varios apartados de como destinados a recibir dicha documentación que pertenecían a personas vinculadas al referido ABK.

Ni la sentencia detalla de dónde ha podido extraer tales imputaciones, ni existe prueba alguna, documental ni de ningún tipo, que abone dicha gratuita afirmación.

Respecto a la presunta vinculación de A.B.K. con la fundación, era exactamente la misma que con las otras 1.500 entidades que figuraban en la guía. Ninguna otra diferente ni mayor vinculación existía ni se ha acreditado en la causa, ni tampoco la vinculación de dicha entidad con la organización E.T.A.

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Por último, y respecto de este punto, afirma la sentencia (folio 297):

El desarrollo que alcanzó el proyecto desobediente de la organización ETA se plasma en los documentos que, a continuación, se expresan:

- El titulado “Desobedientzia dela ETA” (a cuenta de la desobediencia), que fue intervenido en el transcurso de las diligencia de entrada y registro en la sede de la Fundación Joxemi Zumalabe.

-Los documentos de la organización EKIN, intervenidos en el registro de su sede, en Bilbao, llamados “Desarrollo de la Izquierda Abertzale” y “Métodos de trabajos-Nuevos métodos”.

-El documento de Jarrai, intervenido en el registro de la sede de la

Fundación Joxemi Zumalabe, titulado “Herria mugi ekimena. Eraikuntza nacional zein szialari eta desobedentziari buruzco eztabadidei zuzenduriko ekarpena”.

En este último se ponía de manifiesto el compromiso de Jarrai-Haika en el desarrollo del proyecto de desobediencia, poniendo en práctica actuaciones contra las empresas de trabajo temporal, y la viviendas desocupadas; el rechazo a toda simbología de vinculación con España o el cambio de lucha de las denominaciones de algunas vías públicas. (Averiguar si estos documentos fueron objeto de contradicción)

Ya hemos puesto de manifiesto al inicio de este recurso como, desde luego, no se "averiguó si estos documentos fueron objeto de contradicción". Si se hubiera "averiguado" se hubiera comprobado, efectivamente, que no lo fueron y que, por tanto, no pueden constituir prueba de cargo. Bien es cierto que, en realidad, ello poco parecía importar, ya que la inducción se ha hecho en sentido contrario, partiendo de la tesis que se intenta mantener e intentando adecuar las supuestas pruebas a la misma.

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Por tanto, desconocemos el contenido de los documentos que se refieren en el primer y tercer párrafo (el del segundo no afectaría a esta representación), y que no es transcrito en la sentencia.

En cualquier caso, estamos seguros de que tales documentos nada tienen que ver con el presunto proyecto desobediente de E.T.A. ni con la Fundación.

En la Fundación se encontraban, archivados o pendientes de archivar, cientos de documentos, que iban llegando, procedentes de centenares de entidades, en las formas más diversas. La mayoría de ellos única y exclusivamente se archivaban como documentación, y no daban lugar ni a análisis ni a actividad alguna por parte de la Fundación.

Por cierto, el primer documento no se denomina "Desobedientzia dela

E.T.A." como dice la sentencia, sino "Desobedientzia dela eta" (en castellano: "A propósito de la desobediencia"), lo cual es muy diferente y enerva toda sospecha de relación con E.T.A. que podría sugerir la denominación transcrita erróneamente en la sentencia.

Y, por cierto también, con respecto al presunto documento de Jarrai, único a cuyo contenido efectúa alguna mención la sentencia, y que se refiere a "actuaciones contra las empresas de trabajo temporal, y la viviendas

desocupadas; el rechazo a toda simbología de vinculación con España o el

cambio de lucha de las denominaciones de algunas vías públicas" (sic), ninguna de estas acciones corresponde con propuesta alguna contenida en el documento Piztu.

No deja de ser curioso que las únicas referencias (aunque erróneas, basadas en documentos traídos al proceso sin garantías e ilógicamente interpretadas por el Tribunal) respecto del supuesto desarrollo del proyecto desobediente de la organización E.T.A. (sustitución de D.N.I. español y francés por el vasco, o las inmediatamente antes referidas en el presunto documento

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de Jarrai) no estén, ninguna de ellas, contenidas en el proyecto Piztu Euskal Herria.

Sin embargo, también curiosamente, nada se dice del desarrollo, no ya por parte de E.T.A., ni por parte de nadie, de las propuestas, todas ellas pacíficas, que sí se recogían en el citado Piztu Euskal Herria (véanse, en especial, las páginas reproducidas a los folios 106 a 115 de este recurso), incluido el "desarme multilateral" que se proponía.

Por tanto, la sentencia efectúa una relación de hechos probados no sustentados en prueba traída legalmente al proceso y, además, de su contenido no se revela elemento de cargo alguno contra mi representado.

3.- LA CAMPAÑA DE INCULPACIÓN TRAS EL OPERATIVO POLICIAL Y JUDICIAL CONTRA LA FUNDACIÓN.

Sorprendentemente, al folio 298 incluye la sentencia en los hechos probados el siguiente párrafo:

Cuando se produjo la intervención judicial sobre la Fundación Joxemi Zumalabe por el desarrollo del proyecto desobediente, a impulso del acusado Miguel Angel Zubiaga Uriarte, y bajo la coordinación de las plataformas “Bai Euskal Herriari” y “Autoderminazioaren biltarrak” se realizó una campaña masiva de autoinculpación a realizar el 28 de octubre de 2000, promovida por diversos grupos inmersos en el “movimiento popular”, patronados por el acusado Mario Zubiaga Gárate.

Con independencia del error que se contiene respecto de los apellidos de los procesados (Zubiaga por Zuloaga) y de las contradicciones en que incurre con las afirmaciones contenidas en el folio 311 de la sentencia, no sabemos qué virtualidad inculpatoria puede tener el hecho de que, con posterioridad a la intervención judicial se produjese una masiva oleada de protestas, ni que en la misma interviniesen los procesados Zubiaga y Zuloaga, cosa absolutamente lógica, pues se trataba de personas directamente afectadas por la operación judicial.

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Pero es que esta oleada de protestas, con independencia de las formas diversas en que se manifestaban (autoinculpaciones, manifestaciones, comunicados, coloquios, textos de apoyo o de protesta...), se desarrolló no solamente en grupos del movimiento popular en el País Vasco y Navarra ligados a la izquierda Abertzale, sino también en otra gran cantidad de grupos perteneciente a dicho movimiento, que habían tenido relación con la Fundación y habían recibido de ésta servicios y que conocían su irreprochable actuar.

Y no solamente en el País Vasco y Navarra , puesto que tal operativo provocó una oleada de alarma y de solidaridad también entre los movimientos populares y numerosas organizaciones del resto del Estado que, como muchos otros ciudadanos individuales, y que no eran ni violentos, ni vascos, ni independentistas, ni siquiera nacionalistas, tenían -teníamos- la convicción de que la criminalización de las actividades de la Fundación Joxemi Zumalabe podía suponer la criminalización de todas las formas de disidencia política y social, ya que suponía la criminalización, por razón de sus ideas, de todos aquéllos que, por ejemplo, sustentasen postulados teóricos contrarios al Estado español (por ejemplo, independistas) o a todo Estado (por ejemplo, anarquistas), aunque en su actuación nunca hubiesen hecho uso de la lucha armada.

4.- LA SUPUESTA ASUNCIÓN Y COMPARTIMIENTO POR PARTE DE MI REPRESENTADO DE LA CONSIDERACIÓN, POR PARTE DE E.T.A., DE QUE LA EJECUCIÓN DEL PROYECTO DE DESOBEDIENCIA CIVIL CONSTITUÍA OTRO FRENTE DE LUCHA MÁS.

Bajo un epígrafe denominado "los documentos Pitzu" (sic) y tras referir, sin expresión alguna de su contenido, los diversos documentos titulados "Pitzu

(sic) Euskal Herria", y aunque nada tenga que ver con dichos documentos, ni expresamente se establezca ninguna relación en dicho pasaje de los hechos probados, se dice a continuación (página 299).

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Como venimos repitiendo, la organización terrorista ETA consideraba que la ejecución de su proyecto de “desobediencia civil” constituía otro frente de lucha más, complementario también junto con las otras formas de luchas ejecutadas por su “frente de masas, frente mediático” y su “frente institucional”, a la lucha desarrollada por su brazo armado; y todas ellas encaminadas a lograr la desestabilización del orden constitucional español, y así obtener, por medio de esa “acumulación de fuerzas” , formas de luchas supeditadas a la lucha armada, la independencia absoluta de la Comunidad Autónoma española del País Vasco del resto de España.

Tal consideración, era plenamente asumida y compartida por los acusados siguientes:

...

Refiriéndose concretamente a mi representado de la siguiente forma (página 301):

- FERNANDO OLALDE ARBIDE. Fue el principal promotor de la creación de la Fundación Joxemi Zumalabe, dotando a la misma de unos 172 millones de pesetas procedentes de la herencia de su difunto padre, fallecido el 11 de diciembre de 1994, a fin de crear el instrumento de coordinación de los movimientos populares, asumiendo la tarea que hasta entonces veía siendo desarrollada por los ASK, dentro de la “Koordinadora Abertzale Socialista” (KAS).

Fue secretario del patronato de la Fundación, y como tal, participó en todas las reuniones del mismo que tuvieron por objeto la adopción de acuerdos para el desarrollo del proyecto de desobediencia impulsado por ETA, además de otras muchas cuestiones, de lo que era plenamente consciente.

Olalde Arbide se encargó de elegir a los Patronos de la Fundación, seleccionando al efecto a personas que contaban con su absoluta confianza, como sucedió con Carlos Trenor Dicenta, Sabino Ormazabal Elola e Ignacio Mª O´Shea Artiñano.

Posteriormente se integraron en el Patronato Alberto Frías Gil y

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Mario Zubiaga Gárate, a propuesta del referido Ormazabal.

De esta forma, Fernando Olalde logró conformar una Fundación cuyos miembros tenía gran fe los unos con los otros.

Este acusado fue plenamente consciente y consentidos del “maquillaje” realizado al originario documento “Pitzu Euskal Herría”, elaborado por Miguel Ángel Zuloaga Uriarte, así como de la remisión de la “Guida”, confeccionada por la Fundación Joxemi Zumalabe a la cúpula de ETA, a efectos de que ésta decidiera sobre la oportunidad de su continuación, la estabilidad de dicha Fundación y sobre la marcha de los “movimientos populares”, asumiendo así el “proyecto desobediente” impulsado por ETA como forma de lucha complementaria.

Pues bien, repárese, en primer lugar, que la sentencia refiere que "la

organización terrorista E.T.A. consideraba que la ejecución de su proyecto de

«desobediencia civil» constituía otro frente de lucha más..." (la negrita es nuestra).

Ya hemos dicho que, desde luego, no consta en autos que E.T.A. tuviese un proyecto de desobediencia propio, pero, en todo caso, la sentencia lo único que predica es que era su proyecto desobediente el que constituía un frente de lucha más, y no la ponencia (que la sentencia prefiere llamar "proyecto") sobre desobediencia civil de la que era autor el Sr. Zuloaga y que fue presentada por el mismo en el primer encuentro de San Sebastián, organizado por Herria Mugi, actuando la Fundación como secretaría técnica de dichos encuentros.

Y, a continuación, se declara probada la valoración, que no elemento fáctico, de que "tal consideración, era plenamente asumida y compartida"

entre otros, por mi representado.

Y, seguidamente, establece los concretos hechos probados referidos a mi representado que no pueden ser más pobres ni estar menos infundados. Pues bien, de tan lacónica relación de hechos probados respecto de mi

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representado, son absolutamente inciertos, y no están basados en prueba alguna, según hemos analizado anteriormente, las siguientes afirmaciones:

1.- Que la Fundación hubiese asumido "la tarea que hasta entonces veía

siendo desarrollada por los A.S.K., dentro de la “Koordinadora Abertzale

Socialista” (K.A.S.)".

Francamente, no sabemos de dónde pueda haber inferido tal hecho probado la sentencia, y ya hemos argumentado detalladamente la falta de identidad, e incluso de semejanza o de acción común de la Fundación tanto con K.A.S. como con los A.S.K.

2.- Que "participó en todas las reuniones del mismo que tuvieron por

objeto la adopción de acuerdos para el desarrollo del proyecto de

desobediencia impulsado por E.T.A., de lo que era plenamente consciente".

Es cierto que asistió a reuniones del Patronato en las que se trató el tema de la desobediencia, pero en absoluto el "proyecto de desobediencia

impulsado por E.T.A." como anteriormente ha quedado expresado y demostrado.

3.- Que fue plenamente consciente y consentidor del maquillaje del documento Piztu Euskal Herria.

Anteriormente ha quedado ya demostrado que tal documento no fue objeto de maquillaje y, además, la propia sentencia reconoce que no existe la menor prueba ni indicio de que mi representado hubiera participado en ese supuesto maquillaje. La presunción de conocimiento y consentimiento que se predica de mi representado es absolutamente gratuita y no basada en prueba alguna.

4.- Que era plenamente consciente y consentidor de la remisión de la Guida a la cúpula de E.T.A..

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Ya hemos expresado que en absoluto existe la más mínima prueba de que la Guida fuese remitida por nadie de la Fundación a la cúpula de E.T.A..

Y ya hemos visto también cómo la sentencia, a pesar de que dice que, en honor a la verdad, se desconoce la persona que efectuó tal presunta remisión, zanja, de un plumazo, tal cuestión afirmando que, en razón de la amistad de unos y otros, no existía otra posibilidad que el pleno consentimiento de todos ellos, añadiendo: "sin más añadiduras", estableciéndose una presunción contra reo, una autoría colectiva y sin proceder a individualizar conductas.

Todos los referidos "hechos-fundamentos" que hemos venido analizando en el presente motivo de recurso son reiterados una y otra vez, como si así fuesen a cobrar más credibilidad o relevancia, a lo largo de la sentencia. Pero finalizaremos aquí nuestro análisis casi literal para no incurrir, a nuestra vez, en excesivas reiteraciones que hagan inabarcable este motivo de recurso, cuyo objeto es demostrar, como creemos haber conseguido, que la totalidad de las afirmaciones de la sentencia, tanto fácticas como valorativas, que contienen imputaciones respecto de mi representado no tienen el menor apoyo probatorio (infracción del derecho fundamental a la presunción de inocencia en sentido propio) y que, cuando dice la sentencia apoyarse en algunos documentos, tales documentos no permiten extraer tal deducción probatoria e, incluso, precisamente los mismos obligan a llegar a otra deducción de signo contrario (error de hecho resultante de documentos).

Mi representado ha sido, pues, condenado sin la existencia de la más mínima prueba de cargo en su contra.

CUARTO MOTIVO DE CASACIÓN.- Breve extracto de su contenido:

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por infracción de precepto constitucional, concretamente el principio de presunción de inocencia (artículo 24.2

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C.E.) en relación con la concurrencia del elemento subjetivo del tipo del delito de colaboración con banda armada (artículo 576 C.P.).

A tenor de reiterada jurisprudencia constitucional, la presunción de inocencia que protege la Constitución abarca todos los elementos esenciales del delito (STC 222/2001, 219/2002, 56/2003, 137/07, entre otras).

Y, por supuesto, entre estos elementos esenciales se encuentran los elementos subjetivos del tipo que, en el caso concreto del artículo 576 del Código Penal, estaría constituido por el dolo directo y específico, esto es, la "conciencia o voluntad de ayudar o favorecer las actividades de una

organización terrorista" (STS de 17 de marzo y 21 de diciembre de 1983, 8 de abril de 1985 y 23 de junio de 1986, entre otras) y en la forma o con las actividades típicas que se examinarán en otro motivo.

Por tanto, a tenor de reiterada jurisprudencia, la denuncia de la violación de la presunción de inocencia sería el cauce adecuado para denunciar la inexistencia del dolo, toda vez que éste se deduce, como refiere la STS 968/04, de 29 de julio, "a través de indicadores de carácter objetivo que se refieren a

la disposición interna del autor", por lo que las sentencias condenatorias se han de ver en la "necesidad de inferir la concurrencia del dolo de determinados

indicios".

Según otra corriente jurisprudencial, las "intenciones son hechos

psicológicos cuyo sitio en la sentencia se sitúa en los hechos probados" (STS 555/01, STS de 7 de abril de 2.005, STS 1.060/05, STS 361/06). Y así, la sentencia 1.095/07, entre otras, encuentra admisible la denuncia de la falta del elemento subjetivo del delito por la vía del recurso por infracción de ley tradicional, al amparo del párrafo primero del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, de tal forma que se pueda denunciar la "falta de

motivación o la arbitrariedad en la inferencia a la hora de descubrir los

propósitos o intenciones del sujeto activo".

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Por último, la corriente jurisprudencial más ecléctica y extendida en la actualidad, de la que podemos citar, a título de ejemplo, la STS 896/07, de 8 de noviembre, entiende que ambas vías son aptas para el planteamiento de la cuestión relativa al elemento subjetivo.

En definitiva, parece la solución más aceptable, a la vez que la que mejor se compadece con el principio de tutela judicial efectiva y el principio pro

actione, ya que la diferencia entre la "falta del elemento subjetivo" (artículo 849.1º) o la "falta de prueba sobre la existencia del elemento subjetivo"

(artículo 852) es bien sutil.

Por tanto, planteamos formalmente de forma alternativa una y otra vía casacional.

Respecto del desarrollo del motivo, damos por reproducido todo lo anterior y prolijamente argumentado en el motivo referente a la violación de la presunción de inocencia.

En efecto, ni existe prueba de la concurrencia de los elementos objetivos del tipo ni prueba sobre la concurrencia de los elementos subjetivos.

Es más, podemos afirmar que toda la sentencia está montada sobre la apriorística y nunca probada afirmación de que mi representado tenía el ánimo de favorecer a E.T.A. Puesto que, en caso contrario (y la sentencia así viene a reconocerlo en algún punto), las actividades de mi representado (o, mejor dicho, las actividades que de la Fundación se predican, puesto que ningún elemento fáctico individualizado se refiere en la sentencia acerca de mi representado más allá de su carácter de patrono de la Fundación), jamás podrían haber sido objeto de condena.

Y necesariamente hemos de volver a insistir aquí en esta especie de "autoría colegiada" que establece la sentencia.

142

Podría pensarse que la Sala hubiera podido referirse a la responsabilidad penal de las personas físicas que desempeñan funciones de dirección o administración, de hecho o de derecho, de las personas jurídicas, que prevé el artículo 31 del Código Penal.

Pero ello no es así, porque ni tal título de imputación formaba parte de los escritos de calificación definitiva de las acusaciones, ni la sentencia hace la menor alusión al respecto a la hora de fundamentar la individualización de la responsabilidad.

Por otra parte, jamás se ha dirigido la acción en contra de mi representado ni del resto de los procesados en cuanto legales representantes de la Fundación, sino por su supuesta responsabilidad individual. De hecho, la Fundación Joxemi Zumalabe, repetimos una vez más, nunca ha sido objeto de enjuiciamiento formal en el presente proceso, ni se han instado ni adoptado medidas de suspensión, declaración de ilicitud de sus actividades, disolución o comiso de su patrimonio, como ha ocurrido (sin entrar a valorar el posible acierto o desacierto) con otros colectivos en el presente procedimiento.

Por tanto, se trata de una responsabilidad individual por autoría material del artículo 28 Código Penal que la sentencia resume en tres puntos (páginas 1.151 y 1.152): 1) financiar la dotación económica para la creación de la Fundación, 2) colaborar en el proyecto de desobediencia civil, 3) participar en la redacción del definitivo texto público del manifiesto Piztu y su desarrollo.

1) Pues bien, con respecto a la financiación de la Fundación, única y exclusivamente se podría mantener que constituye un acto típico si se estimase, como efectivamente hace la sentencia, que la creación de la Fundación iba predeterminada, desde su inicio, a colaborar con E.T.A. Tesis que creemos haber rebatido ya suficientemente y que, repetimos, es absolutamente incongruente con la continuidad de funcionamiento de la Fundación. Esta no fue nunca ni un apéndice, ni un apoyo, ni tuvo la menor relación jamás con E.T.A.

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Creemos que ha quedado demostrado que la intención de mi representado al promover la Fundación Joxemi Zumalabe, aportando el patrimonio fundacional de la misma, proveniente de la totalidad (deducidas cargas tributarias) de la herencia paterna, fue, sin duda alguna, una decisión altruista y desinteresada, movida única y exclusivamente por el ánimo de promover la actividad, la comunicación y el diálogo de los grupos de los movimientos populares, sin distinción alguna de ideología. A ello dedicó su patrimonio, su tiempo y su esfuerzo. Evidentemente, si hubiera pretendido colaborar con E.T.A., es patente que la cantidad de dinero (165.018.172,- Ptas. de 1.996) aportada a la Fundación, aun sin contar su tiempo y esfuerzo, hubiese podido reportar mayor fruto a E.T.A. con otra diferente inversión.

El funcionamiento de la Fundación fue absolutamente transparente. Las cuentas fueron revisadas sin que se hallase la más leve desviación o irregularidad. Todos los gastos e ingresos estaban declarados y justificados. Todas las reuniones estaban documentadas en sus correspondientes actas, lo que revela que nadie era consciente de que allí se pudiera estar cometiendo delito alguno, y menos el de colaboración con una organización terrorista. A tal extremo llegaba esta fidelidad documental que incluso constan en las actuaciones, aportadas entre la documental de la defensa, las actas de las reuniones previas, mantenidas en un bar, antes de la propia constitución de la Fundación, cuando ésta era sólo un proyecto, en septiembre, noviembre diciembre de 1.995 (página 28 del acta 042 del juicio oral -declaración de mi representado- y documentos 1, 2, 3 y 4 de la pieza documental Zumalabe).

2) Respecto de la presunta colaboración en el proyecto de desobediencia de E.T.A., ya hemos argumentado también como ni existe constancia en los autos de un proyecto de desobediencia por parte de E.T.A. ni, muchísimo menos aún, que las actividades, en relación con la desobediencia civil, llevadas a cabo en la Fundación tuviesen la más mínima relación con tal presunto proyecto desobediente etarra.

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3) Y con relación a la imputación de "participar en la redacción del definitivo texto público del manifiesto Piztu", ya hemos argumentado abundantemente cómo el texto Piztu no fue ni retocado, ni maquillado, ni corregido en el seno de la Fundación, y solamente se retocó ligeramente un manifiesto, del mismo autor de Piztu, que finalmente fue incluido en el tríptico de las Jornadas donde se presentó la ponencia Piztu por su autor.

Con independencia, además, de que la propia sentencia declara probado respecto de mi representado (página 1.038) "que no hay constancia de su

intervención en el maquillaje del documento original Pitzu Euskal Herría”.

También hemos ya argumentado cómo, aunque se hubiese producido (lo que expresamente negamos) la modificación de Piztu, ello no puede interpretarse de forma lógica y racional como un intento de favorecer las tesis de E.T.A., sino, en cualquier caso, todo lo contrario.

Por cierto, tan superficial fue el contacto personal de mi representado con el proyecto Piztu (ni conocía personalmente a Miguel Ángel Zuloaga, ni asistió a las jornadas de San Sebastián donde se presentó, ni intervino en la corrección de estilo del manifiesto) que cuando se le pregunta por el Instructor por "Piztu" lo único que se le viene a la mente (véase declaración sumarial y en el acto del juicio oral) fue una asociación, de nombre Piztu, que organizaba un macroconcierto de música, de varios días de duración, en la localidad vasco-francesa de Saint Martín du Arrossa, del que pueden encontrarse referencias, entre otras páginas web, en:

http://www.humanite.fr/2001-06-29_Cultures_-Musique-Le-Pays-basque-accueille-l-un-des-plus-important

http://www.forumsocialpaysbasque.org/article71.fr.html

Asimismo, consta referenciada dicha asociación cultural, con sede en Baiona, en la página 542 de la Guida, aportada en la prueba documental de la

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defensa, y en una carpeta de color marrón, caratulada "PIZTU-IPARRALDE", que fue mostrada a mi representado en el acto del juicio.

Resulta, por tanto, absolutamente gratuito afirmar, como hace la sentencia, que la actuación de mi representado, en el seno de la Fundación, tenía el objetivo de colaborar con E.T.A.

Y téngase en cuenta que el delito de colaboración con banda armada es un delito esencialmente doloso, que únicamente puede cometerse con dolo directo y específico, esto es, como antes hemos expresado, la plena conciencia o voluntad de ayudar o favorecer las actividades de una organización terrorista.

Ello significa que no es posible la colaboración meramente culpable o imprudente y que, por tanto, cualquier posible aprovechamiento (por otra parte, improbable e improbado) por parte de E.T.A. de las actividades de la Fundación, sería absolutamente impune.

Pues bien, no existe en autos no ya la menor prueba, sino ni siquiera indicio, de que mi representado hubiese supeditado su actuación en la Fundación, ni la Fundación misma, a las exigencias, directrices o dictados de E.T.A.(ni tampoco de ninguna otra entidad ajena a la propia Fundación).

La Fundación, que tenía el objetivo de facilitar el contacto y trabajo en común, promoviendo el diálogo y el debate entre los diversos grupos que conformaban el movimiento popular (y no sólo, desde luego, de la izquierda abertzale), tuvo siempre exquisito cuidado en mantener un total equilibrio, evitando decantarse políticamente en ningún sentido, lo que en ocasiones no era sencillo, en la polarizada vida política del País Vasco.

Cualquier supeditación a directriz exterior ajena a la propia Fundación hubiese supuesto una auténtica contradicción insalvable con los propios fines

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de la Fundación, y hubiese impedido su objetivo estatutario, que era el de llegar a la totalidad de los grupos que conformaban el movimiento popular.

Como antes se apuntó, es posible que E.T.A. o alguna persona vinculada con la misma, hubiese podido tener algún interés por las actividades de la Fundación, pero, en todo caso, parece más probable que hubiese sido por su capacidad de aglutinamiento y coordinación de los grupos del movimiento popular que por el tema de la desobediencia civil, radicalmente incompatible con estrategias que incluyen algún elemento de violencia.

Pero el hecho de que se hubiese podido producir tal intento (desde luego no logrado) de manipulación, infiltración o aprovechamiento, no podría, desde luego, y de ninguna manera, suponer la criminalización de los miembros de la Fundación y, en concreto, de mi representado, que, repetimos, jamás supeditaron ni coordinaron su actividad con la de la organización armada.

Anteriormente hemos hecho alusión al interés de todas las formaciones políticas, legales o ilegales, armadas o no, de manipular y fagocitar los movimientos populares.

Recientemente, el Juzgado Central de Instrucción nº 5, en sumario 11/08, se refería a la cuestión, en un auto de 7 de febrero, del siguiente modo, hablando de la complejidad de todo el entramado terrorista liderado por E.T.A., afirmándose que "actúa con vocación fagocitadora y depredadora de todo el

espectro conocido como izquierda abertzale, que, en ningún caso, como quedó

demostrado en el sumario 35/02, puede equipararse a Batasuna, pero que, sin

lugar a dudas, ésta ha procurado y procura instrumentalizar y aprovechar el

espacio político que supone para instalarse en él y absorber a la denominada

izquierda abertzale, anulando así cualquier opción de discrepancia o

independencia". Así pues, la responsabilidad estará, en todo caso en el posible "fagocitador" y no en el involuntariamente "fagocitado", e incluso en el supuesto de haber mediado algún tipo de falta de diligencia por parte de éste, ya que, repetimos, se trata de un delito doloso, que no puede cometerse por

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imprudencia. (Todo ello, repetimos, a efectos polémicos, pues sostenemos que, en el presente caso, la Fundación no sólo ha tratado de lograr absoluta independencia respecto de cualquier grupo, incluida E.T.A., sino que, además, no existen pruebas de que no lo haya logrado).

La sentencia recurrida, dicho sea con todo respeto, asume una óptica "militarista" de "conmigo o contra mí", que es precisamente la que también trata de imponer, con las armas en la mano, la organización E.T.A..

Así, se puede llegar a un punto, inasumible políticamente y menos aún jurídicamente, en el que todo lo que no sea comulgar ciegamente con el sistema puede ser sospechoso de pertenecer o colaborar con E.T.A.. Situación que recuerda un tanto (salvadas sean, por supuesto, las evidentes diferencias) con la que propugnaba el general Ibérico Saint-Jean ("primero iremos por todos

los subversivos; después, por sus colaboradores; después, por los

simpatizantes; después, por los indiferentes; y por último, por los tímidos") en los inicios de la dictadura militar argentina. Y también podríamos llegar a recuperar la histórica figura del "compañero de viaje" que, durante la dictadura española sirvió para la persecución de todo tipo de disidencia política y social, incluida no sólo la totalmente pacífica, sino incluso la absolutamente moderada (liberales y cristiano-demócratas).

No puede admitirse en derecho una interpretación extensiva de los conceptos terrorismo y colaboración, so pena de violación de los principios de seguridad jurídica, legalidad y taxatividad de la norma.

La sentencia interpreta extensivamente dichos conceptos, llegando a la conclusión de que, no sólo en el ámbito de la izquierda abertzale, sino también en el ámbito de las personas que se relacionan con ella, "todo es terrorismo y

todo es E.T.A.".

Tan lejos llega en su exasperación interpretativa que, por ejemplo, en el fundamento jurídico 89 se ordena deducir testimonio respecto de dos letrados

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(uno de ellos, el que venía desempeñando la defensa de mi representado, aunque, en el momento a que se refiere dicho fundamento, estuviese haciendo uso de la palabra en defensa de otro de los procesados) por haber efectuado alegaciones sobre la posible mendacidad de unos peritos y sobre la posible existencia de torturas y malos tratos. Expresiones que, a pesar de que, sin duda, deben considerarse emitidas en uso de su derecho a la libertad de expresión, en el marco de la libertad e independencia inherentes al derecho de defensa (artículos 10 y 24 C.E. y 1.1 y 33.2 y 3 del Estatuto General de la Abogacía Española), para la Sala son constitutivas de un delito no especificado pero, sorprendentemente, competencia de la Audiencia Nacional, ya que se ordena la deducción de testimonios para el "Juzgado de Instrucción de Guardia

de la Audiencia Nacional", lo que supone una extensión del ámbito de competencia especial de dicha jurisdicción, y una criminalización especial de los letrados que actúen y de los ciudadanos que, por cualquier concepto, comparezcan ante dicha jurisdicción, y que daría lugar a la construcción de novedosas figuras jurídicas, tales como los posibles delitos de denuncia falsa terrorista, falso testimonio terrorista o injurias terroristas o cualquier otro presunto delito que, por acaecer en los locales de la Audiencia Nacional, sería así conceptuado.

Se crea así una suerte de delito de "afinidad ideológica" mediante el cual ya no se persigue al "entorno de E.T.A.", según expresión popularmente acuñada, sino al "entorno del entorno del entorno" y a aquéllos que hayan podido alguna vez dialogar o relacionarse, de alguna manera, con estos últimos.

La sociedad vasca es una sociedad rica, viva y plural, en la que, a pesar de la polarización y violencia que padece, no todo es blanco o negro, sino que existen multitud de grises de diferentes escalas, todos ellos oscurecidos o acallados por estos potentísimos "blancos" y "negros".

La Ley de Partidos Políticos vino a sancionar la posibilidad de "penar"

políticamente al que no condene la acción de E.T.A., pero tal criminalización no

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puede extenderse al campo penal no ya al que no condena, sino incluso al que disiente públicamente de la actividad de E.T.A., como es el caso de mi representado.

Recientemente (véase El País 25 de abril de 2008) el profesor López Basaguren, Catedrático de la Universidad del País Vasco, en un artículo, por cierto muy crítico con la izquierda abertzale, afirmaba: "el Derecho Penal no

puede usarse a bulto. Porque no todo lo que se mueve en el entorno de la

banda es actividad delictiva...

...Parece que algunos jueces corren el riesgo de dejarse arrastrar por la

corriente. Existen hipótesis que son seductoras y, seguramente, ciertas en

muchas ocasiones; pero deben ser probadas individualmente y sin forzar la

construcción de la responsabilidad penal realizada en el marco del Estado de

derecho...

Nuestros jueces supremos han demostrado en numerosas ocasiones

reunir aquella condición de «hombres de Estado» a la que se refería Alexis de

Tocqueville (De la démocratie en Amérique) cuando hablaba, con tanta

admiración, de los jueces federales norteamericanos. Necesitamos que, en el

filtrado de las decisiones judiciales sobre esa trama civil, vuelvan a demostrar

que, como aquéllos, además de los méritos exigibles a cualquier juez, poseen

el de saber apartarse de la corriente cuando la riada amenaza con arrastrarles

junto a la obediencia debida a las leyes.

Necesitamos que garanticen el imperio de la ley en toda su extensión, sin

ámbitos de inmunidad, pero sin desbordar los fundamentos de nuestro sistema

penal. Porque dotarán al sistema democrático de una fuerza moral y política

superior, que nos permitirá defendernos mejor de sus enemigos

protegiéndonos, al mismo tiempo, de nosotros mismos".

Más recientemente aún, el Relator Especial de NN. UU. para los Derechos

Humanos y las Libertades Fundamentales de la Lucha contra el Terrorismo, en

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sus conclusiones preliminares de 14 de mayo del corriente año, tras la visita girada a España, ha expresado su grave preocupación por la tipificación, entre otros, del delito de "colaboración", en relación con el principio de legalidad, sancionado en el artículo 15 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, alertando a las autoridades españolas del riesgo de un "deterioro gradual" por la ampliación de "la noción de terrorismo a actos que no

constituyen, y no guardan suficiente relación con actos de violencia grave

contra la población en general". Efectuando una breve remisión que, sin duda, debe referirse precisamente, entre otras, a esta sentencia, aunque, por respeto a los tribunales españoles, se abstiene de comentar la aplicación del referido tipo penal al estar pendiente de recurso. Textualmente el Relator expresa lo siguiente:

"Definiciones de delitos terroristas

Muchas de las reuniones durante la visita se centraron en cómo los delitos de terrorismo se definen en el derecho estatutario español y en la práctica judicial. Refiriéndose a su labor anterior sobre el tema (véase en particular E/CN.4/2006/98), el Relator Especial recalca de nuevo que, para tener éxito, la lucha contra el terrorismo exige un cumplimento estricto del requisito de legalidad a tenor del artículo 15 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, para que todos los elementos del delito sean explícitos, y los términos concretos definidos legalmente como delitos terroristas. Subrayando el elemento fundamental de -violencia física mortal o grave contra la población en general o sus segmentos como elemento que define los delitos terroristas, el Relator Especial advierte en contra de definiciones vagas y amplias que acaban socavando el firme mensaje moral inherente en las definiciones estrictas basadas en el carácter inexcusable de cada acto de terrorismo individual. Legítimamente, en cumplimiento de los tratados internacionales y europeos contra el terrorismo, España ha penalizado no sólo la violencia terrorista sino también delitos asociados, como la financiación del terrorismo o la incitación al terrorismo.

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Tras un detenido examen de la ley y la práctica, según evoluciona, de definición de delitos de terrorismo en España, el Relator Especial señala, al finalizar su visita a España, dos conclusiones preliminares:

a) El Artículo 571 del Código Penal, que define los elementos objetivos de delitos de terrorismo, en opinión del Relator, se basa en un entendimiento adecuado del fenómeno de terrorismo y el requisito de legalidad.

b) Otras disposiciones de la sección pertinente del Código Penal (artículos 572¬580), incluyendo la referencia a "cualquier otro delito" del artículo 574, la noción de "colaboración" del artículo 576 y la disposición enmendada del articulo 577 sobre la violencia callejera, sin embargo, conllevan el riesgo de un "deterioro gradual'", es decir, que poco a poco se vaya ampliando la noción de terrorismo a actos que no constituyen, y no guardan suficiente relación con actos de violencia grave contra la: población en general.

El Relator Especial señala a las autoridades españolas esta última conclusión, debido especialmente a la existencia de factores múltiples que, en el contexto de España, ponen de manifiesto el riesgo de un "deterioro gradual": la clasificación de delitos como terrorismo desencadena la aplicación de la detención en régimen de incomunicación; sustituye a la jurisdicción de los tribunales por la de la Audiencia Nacional, un tribunal especializado con jurisdicción sobre todo el territorio nacional, y desencadena penas agravadas y cambios en las normas que rigen el cumplimiento de las sentencias. Puesto que muchos de los casos recientes más famosos están pendientes ante la Audiencia Nacional o en apelación ante el Tribunal Supremo, el Relator Especial, por el momento, no comentará la aplicación de los artículos 571 a 580 del Código Penal en estos casos. Es sin embargo consciente de las críticas articuladas contra la tendencia a ampliar el alcance de la aplicación práctica de estas disposiciones por parte de la Audiencia Nacional. Consciente del doble riesgo de que esta sentencia comprometa el requisito de legalidad que conlleva el artículo 15 del

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Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, y del riesgo de comprometer la legitimidad y por ende la eficacia de la lucha contra el terrorismo, el Relator Especial llama al Gobierno español a iniciar un proceso de examen pericial independiente sobre lo adecuado de las actuales definiciones" (Negritas añadidas).

Todo el que conoce a mi representado sabe de su compromiso con el diálogo, su pasión por el debate y su apuesta por las soluciones pacíficas, incompatibles con la acción armada de E.T.A..

Tal inequívoca trayectoria y pública postura no ha sido suficiente para evitar su condena. Parecería que fuese necesario someter a los ciudadanos a una especie de ordalía para que, en un obligado "strip-tease ideológico", expliciten sus diferencias con E.T.A., y, si no lo hacen en tono suficientemente alto y claro, y abrazando públicamente los postulados "estatalistas", abjurando de toda identidad no sólo con la actividad delictiva de E.T.A., sino incluso con sus fines u objetivos políticos o ideológicos, corran el riesgo de ser condenados.

Pues bien, nuevamente, y a través de los medios de comunicación social, mi representado no solamente ha negado cualquier vinculación personal y de la Fundación con E.T.A. sino que, además, expresamente ha rechazado de forma tajante la actividad armada de E.T.A., no sólo desde el punto de vista ético, por la vulneración de derechos humanos que ocasiona, sino también desde el punto de vista político, por entenderla absolutamente contraproducente contra el progreso político del País Vasco (véanse, entre otros, diario El País, de 6 de enero de 2008, Diario Vasco, de 4 de febrero de 2.008 y Noticias de Guipúzcoa, de 17 de febrero de 2.008).

A este respecto, cabe destacar que el recentísimo informe de Amnistía Internacional sobre el año 2.008, en el apartado correspondiente a España, hace referencia a la sentencia que ahora recurrimos, destacándose que "varios

de los condenados habían declarado públicamente su oposición a E.T.A. y al

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uso de la violencia con fines políticos". Este es, repetimos, el caso de mi representado.

QUINTO MOTIVO DE CASACIÓN.- Breve extracto de su contenido:

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 849.1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por infracción de ley, por aplicación indebida del artículo 576 del Código Penal (colaboración con banda armada).

Argumentada ya inexistencia del elemento subjetivo del tipo, constituido por la consciente y deliberada voluntad de colaboración con las actividades de una banda armada, pasaremos a continuación a examinar como tampoco concurren los elementos objetivos del tipo.

Así, y aunque diésemos por cierta (lo que expresamente negamos) la existencia de un ánimo de colaboración con E.T.A., como sostiene la sentencia, tampoco estaríamos en presencia de un delito de colaboración.

En efecto, no toda colaboración con "las actividades o las finalidades" de una banda armada constituye, por sí y sin más, el tipo penal previsto en el Código.

Para ello debemos hacer un análisis en profundidad del referido tipo legal.

Debemos partir de que la legislación sobre terrorismo, aunque actualmente se encuentre incluida en el Código Penal, es una legislación de excepción o de emergencia, que, incluso, en determinados lapsos temporales ha estado incluida en leyes especiales. En cualquier caso, se trata de normas de contenido especial, que suponen, en la mayor parte de los casos, excepciones agravatorias a las situaciones comúnmente previstas en

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nuestra legislación penal, procesal y penitenciaria y que, por tanto, deben interpretarse con especial cautela y restrictivamente.

Tan excepcional es, en concreto, el tipo penal de colaboración con banda armada que, en sí mismo, como refiere este propio Tribunal en su STS de 23/6/86, "supone una excepción a la regla general de impunidad de los actos

preparatorios".

Y, más en concreto, el párrafo segundo, que es el que se aplica a mi representado, constituye un tipo penal abierto que, si no es que llega a incumplir los requisitos de taxatividad y legalidad de la norma penal, sí que obliga también a una interpretación cautelosa y restrictiva.

Pero es más, es que ni siquiera tenemos que llegar a una interpretación restrictiva, sino a una interpretación lógica, teleológica, sistemática, auténtica, doctrinal y jurisprudencial para llegar a la conclusión de que el tipo penal referido no es predicable respecto de la conducta imputada a mi representado.

1.- Origen y evolución del precepto.-

El tipo penal de la colaboración con banda armada, incorporado al Código Penal, texto refundido de 1.973, era del siguiente tenor:

"174.bis a).- 1. Será castigado con las penas de... el que obtenga, recabe

o facilite cualquier acto de colaboración que favorezca a la realización de las

actividades o la consecución de los fines de una banda armada o de elementos

terroristas o rebeldes.

2.- En todo caso, son actos de colaboración la información o vigilancia de

personas, bienes o instalaciones, la construcción, cesión o utilización de

alojamientos o depósitos, la ocultación o traslados de personas integradas o

vinculadas al bandas armadas, o elementos terroristas o rebeldes, la

organización o asistencia a prácticas de entrenamiento o cualquier otra forma

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de cooperación, ayuda o mediación, económica o de otro género, con las

actividades de las citadas bandas armadas o elementos".

El precepto, pues, constaba de un tipo general ("cualquier acto de

colaboración") y de algunos tipos o, mejor actividades o conductas que, a título de ejemplo, que no exhaustivamente, constituían colaboración "con las

actividades de las citadas bandas".

Tal redacción legal, podría permitir, en teoría, incluso, en una interpretación rigorista, la persecución de aquellas personas que ayudasen a un terrorista "intuitu personae", esto es, no en razón de su pertenencia a una banda, sino como favor o ayuda personal.

Tanto el artículo 174.bis a) del Código Penal como su antecedente inmediato, el artículo 9 de la Ley Orgánica 9/84, de 26 de diciembre, fueron muy criticados por la doctrina por su indefinición y el establecimiento de tipos en blanco, excesivos o analógicos.

Así, el hasta el fin de la pasada legislatura portavoz parlamentario del P.S.O.E., Sr. López Garrido, lo criticaba por la "obsesiva criminalización de conductas de colaboración", criticando la "huída del necesario sentido objetivo de la tipicidad penal para entrar de lleno en un acentuado subjetivismo (un derecho penal del reo más que un derecho penal del delito)".

Y esta Sala, si bien declaró en su STS 2/97, de 29 de noviembre (caso de

la Mesa Nacional de Herri Batasuna), citando jurisprudencia del Tribunal Constitucional, que no atentaba contra el principio de legalidad penal, no es menos cierto que acotaba el alcance del precepto tras un análisis conjunto del artículo 174.bis a) del Código Penal de 1.973 y del artículo 576 del Código Penal de 1.995 (-vigente en el momento de aquella sentencia, aunque ésta aplicó el tipo anterior, por razón de la fecha de comisión de los hechos-), en la forma que después analizaremos más detenidamente.

Y numerosas sentencias de esta Sala criticaron duramente dicha redacción legal: "no es ejemplo de rigor técnico jurídico (STS 9 de marzo de

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1990), "la actual redacción del artículo 174.bis a) entraña una mayor inseguridad jurídica que sus precedentes" (STS de 20 de noviembre de 1.991), "...padecen sin duda los principios de legalidad y de seguridad jurídica" (STS 8 de marzo de 1.995).

Por tanto, era evidente que no cualquier tipo de colaboración era punible, sino única y exclusivamente lo era la colaboración relevante (o incluso potencialmente relevante) con las acciones violentas de la banda que guardasen alguna semejanza con las conductas o acciones que ponía como ejemplo el párrafo segundo.

Pero es que, después, este criterio interpretativo pasó a ser una exigencia del precepto tras la promulgación del Código Penal de 1.995.

El texto actual es el siguiente:

"576.- 1. Será castigado con las penas de... el que lleve a cabo, recabe o facilite, cualquier acto de colaboración con las actividades o las finalidades de una banda armada, organización o grupo terrorista.

2. Son actos de colaboración la información o vigilancia de personas, bienes o instalaciones; la construcción, el acondicionamiento, la cesión o la utilización de alojamientos o depósitos; la ocultación o traslado de personas vinculadas a las bandas armadas, organizaciones o grupos terroristas; la organización de prácticas de entrenamiento o la asistencia a ellas, y, en general, cualquier otra forma equivalente de cooperación, ayuda o mediación, económica o de otro género, con las actividades de las citadas bandas armadas, organizaciones o grupos terroristas.

Las diferencias más relevantes entre uno y otro precepto son las siguientes:

1.- La utilización, en el texto de 1.995, de la expresión " el que lleve a cabo, recabe o facilite...", frente a la expresión "obtenga, recabe o facilite".

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Tal diferencia no es muy importante, pero sí permite, quizá, incidir especialmente en que debe tratarse de una acción plenamente dolosa (no cabe la incriminación a título de culpa, el autor debe tener conciencia de ayudar al grupo armado) y que, desde luego, no cabe la comisión por omisión, ni aunque el actor se encuentre en posición de garante.

2.- Ambos textos preveían un enunciado general, en el párrafo 1, que anteriormente hemos analizado, y después, en el párrafo 2º, establecían, a modo de ejemplo y sin ánimo de exhaustividad, una serie de conductas que, en todo caso, constituyen actos de colaboración punibles. Y decimos que sin ánimo de exhaustividad porque uno y otro texto añaden después, en su último inciso, una cláusula abierta.

Pues bien, esta cláusula abierta es mucho más restrictiva en el Código penal de 1.995, que recoge, en parte, las críticas de la doctrina a la anterior formulación legal y, además, los criterios, que hasta ese momento eran meramente interpretativos, de la jurisprudencia de este Tribunal.

Y la diferencia viene representada por el término "equivalente", puesto que el actual artículo 576 se refiere a "cualquier otra forma equivalente de cooperación, ayuda o mediación, económica o de otro género".

En efecto, la colaboración que, en cláusula abierta, se establece en el quinto inciso, solamente puede ser punible cuando sea "equivalente" a las conductas o acciones previstas en los cuatro primeros incisos, esto es:

- Información o vigilancia de personas, bienes o instalaciones.

- Construcción, acondicionamiento, cesión o utilización de alojamientos o depósitos.

- Ocultación o traslado de personas vinculadas a las bandas armadas, o elementos terroristas o rebeldes.

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Cualquier otra interpretación sería contraria al principio de taxatividad, ínsito en el de legalidad penal, que proclaman los artículos 25.1 C.E. y 4.1 del Código Penal de 1.995.

2.- Interpretación jurisprudencial.

Y a tal interpretación, como antes hemos apuntado, llegaba la referida STS 2/97, de 29 de noviembre, que estimaba que, a pesar de la amplitud de la cláusula abierta, tanto del tipo penal del antiguo 174.bis a) como del actual 576, no se violaban los imperativos derivados del principio de legalidad penal, y que podían sintetizarse mediante la fórmula "lex scripta, praevia y certa" (por todas, STC 133/87, 150/89 y 127/90), siempre que se efectuase una interpretación conforme a la que efectuaba dicha sentencia.

Así, expresaba que "las exigencias dimanantes del principio de legalidad pueden ser compatibles con el empleo de cláusulas normativas necesitadas de complementación judicial, si bien, en tales casos, para que pueda entenderse respetado el principio de legalidad es preciso que la complementación exista realmente". Toda vez que, si no, existiría una indeterminación de la conducta punible, contrario al principio de legalidad.

Prosigue la sentencia afirmando que "ambos preceptos, tanto el anterior 174.bis a)... como el vigente artículo 576..., describen un elenco de conductas, varias y heterogéneas , que convergen y ofrecen nota común, en cuanto que, merced de las mismas, se favorece el logro de los fines a través de la colaboración en la realización de las actividades de elementos u organizaciones terroristas... De ahí que el párrafo segundo de los citados preceptos se muestre abierto y ejemplificativo -no vago, impreciso- y termine con una fórmula comprensiva que, solo desconectada de las precedentes descripciones, merecería tacha de inadmisible indeterminación. El núcleo de la conducta típica del delito de colaboración con banda armada gira así en torno al concepto de "colaboración" para describir, seguidamente y a título ejemplificador - con referencia al favorecimiento de los fines o actividades terroristas- una serie de actividades...".

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"Así, la cláusula general del texto analizado no puede estimarse lesiva del principio de legalidad dado que permite determinar con claridad cuáles son las acciones prohibidas...".

Es decir, que ya esta propia sentencia interpretaba que el anterior texto, en el que no aparecía el término «equivalente», sólo podía estimarse constitucionalmente aceptable si se interpretaba la cláusula abierta en relación con los anteriores incisos en los que, a título ejemplificador, se describían ciertas conductas punibles.

Lógicamente, tal criterio interpretativo ha pasado ahora, el actual Código, a ser un criterio normativo, constituyendo exigencia legal para la existencia del elemento objetivo del tipo penal: no cualquier tipo de colaboración es punible, sino sólo las acciones que sean "equivalentes" a las de los cuatro primeros incisos.

"Equivalente", según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua significa "que equivale a otra cosa"; y "equivaler" significa "ser igual una cosa a otra, en la estimación, valor, potencia o eficacia".

Por tanto, las conductas equivalentes, potencialmente punibles, que prevé la cláusula abierta del párrafo quinto deben ser las que sean iguales en la estimación, valor, potencia o eficacia a las de los cuatro primeros incisos, condición que no concurre, en modo alguno, en las conductas imputadas a mi representado.

Aunque últimamente hemos oído hablar sin rubor alguno de "derecho anticipatorio" y de interpretaciones analógicas extensivas de los tipos penales de terrorismo y colaboración, so pretexto de lucha contra las nuevas formas de la criminalidad terrorista, tal interpretación extensiva contra el reo está taxativamente vetada.

Es evidente que no puede practicarse no ya una interpretación analógica extensiva en contra del reo, sino una auténtica retorsión del texto legal como

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la que efectúa la sentencia recurrida para incluir las conductas imputadas a mi representado, que nada tienen que ver con las ejemplificadas en el artículo 576.2, como constitutivas de un delito de colaboración.

En efecto, y aún prescindiendo de la cuestión de la ausencia del elemento subjetivo, nada tendría que ver la actividad que, en el seno de la Fundación Joxemi Zumalabe se predica de mi representado, con información o vigilancia, cesión de alojamientos, ocultación de personas o prácticas de entrenamiento. No se trata, por tanto, de una acción típica prevista en el precepto.

La sentencia de la sección segunda de la Audiencia Nacional 32/03, de 27 de junio, si bien es cierto que lacónicamente, absolvía de la imputación de colaboración a unas personas acusadas de la difusión pública de un boletín que, enmarcado en una campaña de desprestigio de la Guardia Civil, titulada "Fuera de aquí", incluía informaciones tendenciosas contra dicho cuerpo. Se razonaba que dichas finalidades de expulsión de la Guardia Civil del territorio vasco "son compartidas por asociaciones no violentas... y por movimientos independentistas no violentos", destacándose también que dichos boletines (exactamente igual que ocurre en el presente caso, añadimos nosotros, respecto de la Guida y del ejemplar de Piztu que, presuntamente aparecieron en poder de E.T.A.) "eran de conocimiento y difusión pública", no quedando acreditado el exigible dolo específico de ayuda y colaboración con E.T.A., sea o no para fines violentos, sino un dolo de denuncia tendenciosa contra la Guardia Civil, cuestión distinta y que la Audiencia no encontró tipificable como delito de colaboración.

3.- Interpretación sistemática.

Obsérvese que cuando el legislador, en el año 2000, promulga la Ley Orgánica 7/2000, de 22 de diciembre, lo hace por afirmar (véase Exposición de Motivos) que "los poderes públicos tienen que afrontar que los comportamientos terroristas evolucionan y buscan evadir la aplicación de las normas aprovechando los resquicios y las complejidades interpretativas de las mismas. Tanto más si se considera que, cuanto más avanza la sociedad

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ganando espacios de libertad frente al terror, más numerosas y variadas son las actuaciones terroristas... ".

Pues bien, pudo el legislador haber incluido nuevos tipos legales o conductas punibles como colaboración en el ámbito del artículo 576 del Código Penal. No lo hizo así.

Sin embargo, sí exasperó las penas y amplió el tipo penal relativo al "terrorismo urbano", supuestos en los que, se decía, a la vista de que "perseguían atemorizar a una población o colectivo para favorecer los fines terroristas", para hacer frente a lo que denominaba "complejidades interpretativas", se modifica el precepto y así "resuelve las dudas interpretativas, por ejemplo, sobre la tenencia de explosivos utilizadas para cometer actos de terrorismo" (véase Exposición de Motivos).

También, creó un nuevo tipo penal de exaltación del terrorismo en el nuevo artículo 578 por constituir "no sólo un refuerzo y apoyo a acciones criminales muy graves y a la sostenibilidad y perdurabilidad de las mismas, sino también otra manifestación muy notoria de cómo por vías diversas generar el terror colectivo para hacer avanzar los fines terroristas". "... Se trata de algo tan sencillo como perseguir la exaltación de los métodos terroristas".

Por tanto, respecto de esta conducta que, indudablemente, suponía un apoyo a los fines de las organizaciones armadas, se decide su tipificación, puesto que la misma no podía entenderse incluida, de ninguna manera, en el inciso quinto del párrafo 2 del artículo 576. Pero obsérvese también que se hace no como un delito de colaboración, sino como un delito autónomo, y penado, además, con una pena muy inferior (1 a 2 años, frente a 5 a 10 años y multa).

Y obsérvese también que, además, se matiza que "no se trata, con toda evidencia, de prohibir el elogio, la defensa de ideas o doctrinas, por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco constitucional" (Exposición de Motivos).

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Por tanto, ello demuestra que ni el legislador de 1.995 ni el de 2.000 estimaban pertinente la tipificación, como delitos de colaboración con banda armada, de aquellas actividades que supusiesen, por ejemplo, algún tipo de apoyo verbal o ideológico a los fines de las organizaciones terroristas.

4.- La colaboración con las "actividades" y "finalidades".

Además, el artículo 576 requiere que la colaboración con la banda armada, organización o grupo terrorista lo sea respecto de "sus actividades o finalidades".

Pero como anteriormente ya hemos apuntado, el concepto "finalidades y actividades" se deberá entender única y exclusivamente en el sentido de "finalidades y actividades propiamente terroristas". Esto es, aquellas actuaciones armadas y violentas destinadas a provocar el terror en la población.

El apoyo (y menos aún la mera coincidencia) con otras actividades o finalidades que no constituyan un ilícito penal no pueden constituir delito.

A este respecto, la tan repetida STS 2/97, de 29 de noviembre, expresaba que "el título básico incriminador del terrorismo -concepto de obligada referencia en todas estas conductas- [recordemos que estaba analizando el párrafo segundo del artículo 576] no es su teórica finalidad política tomada aisladamente, sino la actividad violenta que los terroristas diseñan y ejercitan para alcanzar sus objetivos y el efecto social que el mismo produce..."

Dicho de otra manera: lo "malo" (desde el punto de vista de la relevancia penal) de E.T.A. no es que sea independentista, sino lo "malo" (desde el punto de vista penal) es que sea "terrorista", esto es, que practique la violencia armada.

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Por tanto, todas aquellas finalidades políticas que persiga la banda que no estén estrechamente ligadas a dicha ilegal actividad armada no tienen relevancia penal y, por ende, la cooperación en las mismas es impune.

Y así, por ejemplo, actividades que persigan pacíficamente la independencia (objetivo común con E.T.A.) son impunes. Actividades que persigan la implantación del euskera (objetivo también común con E.T.A.) son también impunes. Actividades de desobediencia civil (aunque puedan constituir, lo que no se demuestra en la sentencia y expresamente negamos, objetivo común con E.T.A.) no son actividades punibles.

5.- Interpretación doctrinal.

Carmen Lamarca ("Tratamiento Jurídico al Terrorismo", página 254) afirma que la única lectura constitucional de la norma es la que interprete que "el título básico para la incriminación del terrorismo no es su finalidad política, sino la actividad que el mismo diseña y ejecuta para obtenerla". Por consiguiente, "la única colaboración penalmente relevante es aquélla que se proyecta sobre esa actividad delictiva. Del mismo modo que no hay delito de terrorismo sin ese sustrato de crimen común, tampoco cabe la colaboración por la mera coincidencia ideológica con los fines políticos... El objeto de la colaboración ha de ser, por consiguiente, la inmediata actividad delictiva, y ello porque, como también se puso de relieve en el curso del debate [parlamentario], los fines de modificación o cambio del orden constitucional no son en sí mismos ilícitos, sino que «la colaboración con el fin, mientras no sea con la actividad o con el medio que desarrolla la actividad terrorista, no puede ser objeto de sanción penal (diputado Sr. Vizcaya Retana)»". Y en el apartado de su obra referente a "La desobediencia civil y la revolucionaria" (página 85) expresa: "seguramente por la tradición anarquista existe una cierta tendencia a identificar el terrorismo con el radicalismo político, con la oposición al sistema político e incluso económico y social en su conjunto...

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Se trata de poner de relieve que la finalidad política no se criminaliza por su contenido «más o menos radical», sino por la violencia que la acompaña...

Al margen de cuáles puedan ser los postulados políticos últimos del terrorismo, lo verdaderamente relevante es lo que tiene de ruptura del orden constitucional, de intervención o participación política a través de la violencia y no de las reglas del juego del sistema.

También la llamada desobediencia civil suele caracterizarse como una forma de participación política al margen de las reglas del sistema. Sin embargo la actitud del desobediente civil es pública y no clandestina, pacífica y no violenta, por lo general acepta la sanción por el incumplimiento de la norma y, sobre todo, desea hacer patente su protesta, pero en último término, no pretende imponer sus objetivos contra la voluntad de la mayoría... Es más, desde una perspectiva de política criminal, extender a los postulados ideológicos la ilicitud que caracteriza a los medios resulta a todas luces desaconsejable e incluso contribuye a dotar de legitimidad a la acción terrorista".

Más adelante afirma (página 90) que conviene distinguir el terrorismo de otras formas de violencia político-social pues, "de no aceptarse tal distinción, se corre el riesgo de incluir en la categoría del terrorismo toda forma de violencia que, sin adoptar el título de guerra, presente una directa o indirecta relevancia política, y de modo particular las acciones individuales o populares...".

Terradillos Basoco ("Terrorismo y derecho", página 89), con cita de la

STS de 2 de febrero de 1987, mantiene la misma postura, al entender que, para la punición de los actos de colaboración, es necesario que "se favorezca la comisión de delitos tipificados como de terrorismo" y por tanto, cuando el párrafo primero se refiere a las "finalidades" y a las "actividades", "la colaboración referida a los objetivos últimos, es decir, a los efectos esperados de la actuación delictiva no es típica si no se refiere también a ésta, a los medios delictivos que se utilizan".

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José Luis Rodríguez-Villasante y Prieto (Comentarios sobre legislación penal, tomo XI, editorial Eversa, página 227) entiende que es exigible la conexión de las conductas punibles con las actividades propias de las bandas terroristas.

García Pablos ("Colaboración con bandas armadas") exige que, para su inclusión en el tipo penal, los actos de colaboración deben tener una particular relevancia o eficacia en favorecer a la organización o las actividades delictivas programadas por la misma.

6.- Interpretación auténtica: el debate parlamentario.-

La cuestión de la colaboración con las "finalidades" de una banda terrorista ya había sido objeto de debate cuando se discutió en el Parlamento el texto de lo que luego fue la Ley Orgánica 9/1984, de 26 de diciembre (aunque hablase de "fines" y no de "finalidades", como hace el texto actual).

La posibilidad de interpretación rigorista o extensiva de dicho término suscitó la alarma de numerosos grupos parlamentarios, que presentaron enmiendas que, si bien no fueron aceptadas, provocaron un debate que nos proporciona una interpretación auténtica, por boca del legislador, de lo que allí quiso decirse.

Así, el diputado Sr. Vizcaya criticaba la utilización de la palabra "fines" solicitando la supresión de dicha expresión argumentando del siguiente modo:

"Por ejemplo, la banda terrorista E.T.A. tiene como uno de sus fines, diríamos, la modificación de la Constitución o la independencia. La colaboración con el fin, mientras no sea con la actividad o con el medio que desarrolla la actividad terrorista, no puede ser objeto de sanción penal". Por ello, en coherencia con la supresión que se había

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efectuado de dicho término en el artículo 1, párrafo 2, letra K) del proyecto, propugnaba tal supresión.

El Sr. Castellano Cardalliaguet, en defensa del texto de la ponencia contestó que:

"La expresión «fin» no es el fin abstracto, que podríamos llamar ideológico, sino que estamos hablando de actividades terroristas o rebeldes. Y estamos hablando de comisión de delito comprendido en esta Ley o realización de los fines. ¿Cuáles son los fines de una organización terrorista? Su actividad; allí sí que eliminamos aquellos fines y hablamos de actividades, pero aquí entendemos que la expresión «fines» es el fin inmediato al que conduce la actividad terrorista. Por eso preferimos dejar la expresión fin para que queden perfectamente comprendidas la comisión del delito como tal, en cuanto ya un delito concreto, y la predisposición a la comisión del delito en un carácter mucho más genérico, que son las actividades terroristas o rebeldes”.

Y más adelante, podemos leer en el Diario de Sesiones, continuaba: "¿Qué fines pueden ser? Los comprendidos en esta ley. ¿Y cuáles son los fines comprendidos en esta ley? Todos los que se reflejan a lo largo de la misma y en el artículo 2º. Por tanto, creemos que está perfectamente claro para el Tribunal que en su día tenga que interpretarlo que ésos son los fines que esta ley sanciona. Aquellos otros de carácter ideológico, programático o manifestación de un deseo de carácter político, si no constituyen acto u omisión ¿cómo van a poder ser contemplados en la ley?”

En posteriores sesiones, y con relación a la concreta conducta de asistencia a cursos de entrenamiento, el Sr. Vizcaya preguntó que si era delito el asistir, por ejemplo, a un curso ideológico, respondiendo nuevamente el Sr. Castellano: "Que no contempla dicha letra d) del artículo 10 la organización o asistencia a ninguna clase de cursillos de formación ideológica

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de cualquier tipo, porque estamos hablando de delitos de colaboración que vienen definidos en el número 1 de este artículo y en virtud de los cuales se favorezca la comisión de delitos y, obviamente, con el pensamiento todavía no se delinque”.

Esperemos que el "todavía" del legislador se siga manteniendo.

Y reitera más adelante el Sr. Castellano: "El acto en sí de organización o asistencia a un curso, si no va vinculado y relacionado con la comisión de los delitos comprendidos en esta ley, no será un acto de colaboración... Estamos hablando de delitos... siempre vinculados a una actividad de los terroristas... siempre vinculados a los delitos que la ley contempla en su artículo 2”.

Interpelado también por el diputado Sr. Bandrés, el Sr. Castellano reiteró: "Sr. Bandrés, al hablar de delitos de colaboración es obvio que se hace relación a la comisión de delitos comprendidos en esta ley".

Por tanto, la interpretación auténtica de los términos "finalidades" y "actividades" es indiscutible: sólo es posible la colaboración con los fines de la organización terrorista directamente ligados a la puesta en práctica de métodos violentos o de lucha armada.

7.- Interpretación jurisprudencial del concepto "finalidades".-

La Sentencia del Pleno de Tribunal Constitucional 48/2003, de 12 marzo, resolviendo el recurso de inconstitucionalidad 5.550/02, en su Fundamento Jurídico 13, nos da una pauta interpretativa de lo que legalmente puede entenderse como "fines terroristas". Si bien el objeto del recurso era la Ley Orgánica 6/02, de partidos políticos, refiriéndose a la inhabilitación de personas que no hayan rechazado públicamente los "fines y los medios

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terroristas", aclara que "la alusión a los fines terroristas ha de entenderse ceñida sólo a los fines inmediatos de perturbar la paz, generalizar el miedo, etc., y no a la ideología del partido".

La S.T.S. de 2 de febrero de 1.987, ya citada, y la de 23 de junio de 1.986, se refieren a actos que "favorezcan la comisión de los delitos tipificados como de terrorismo".

La S.T.S. de 9 de marzo de 1.990 afirma que "las intenciones, ideologías o pensamientos no delinquen".

La S.T.S. de 27 de junio 1.994, refiere que "la afinidad o simpatía ideológica de determinadas organizaciones por los métodos criminales de la banda terrorista merecen sin duda el reproche de una sociedad democrática pero no constituyen un dato cierto de valor inculpatorio si no va acompañado de una participación o colaboración cierta en las actividades u organización de la banda armada".

La S.T.S 398/96 de 9 de mayo, en relación al delito de apología del terrorismo, distingue la "coincidencia con la ideología de la organización armada", de la coincidencia "con su método principal, consistente en la comisión de graves delitos", de donde deduce implícitamente que compartir los fines ideológicos no es delictivo.

La S.T.S. 532/03 de 19 de mayo (FJ 22), con cita de las 1.230/97 de octubre y 197/99, de 16 de febrero, expresa que, si bien el delito de colaboración con banda armada incluye no solamente las acciones armadas, sino también las que facilitan cualquiera de las actividades de la organización, enumera actividades de carácter material (infraestructura, comunicaciones, organización, financiación, reclutamiento, entrenamiento, transporte, propaganda, etc.). Esto es, añadimos nosotros, las actividades típicas a que se refieren los cuatro primeros incisos del párrafo 2 del artículo 576. Y ello, añade

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la sentencia, "prescindiendo de la coincidencia de los fines, pues lo que aquí se sanciona no es la adhesión ideológica ni la prosecución de determinados objetivos políticos o ideológicos", sino la consecución de dichos fines "precisamente a través de la violencia".

Por tanto, aunque, a efectos puramente polémicos, diésemos por cierta la existencia de un ánimo de colaboración con ETA, como predica la sentencia, no estaríamos en presencia de un delito de colaboración, puesto que en absoluto se trataría de colaboración con los fines violentos de la banda.

SEXTO MOTIVO DE CASACIÓN.- Breve extracto de su contenido:

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por infracción de precepto constitucional, concretamente del principio de legalidad (artículo 25 c), en relación con el principio de proporcionalidad de las penas).

El presente motivo de casación se interpone, por supuesto, de forma subsidiaria, a su vez, con relación al anterior.

La sentencia recurrida impone a mi representado, como autor de un delito de colaboración con banda armada, la pena de 10 años de prisión y multa de 24 meses, a razón de 30,00 €/día, más accesorias.

Pena que estimamos incumple con el principio de proporcionalidad, básico en el derecho sancionador, a tenor de reiterada jurisprudencia que, cada vez en mayor medida, viene exigiendo tal proporcionalidad como principio básico en la justa retribución del reproche penal.

En tal sentido, recordemos que el artículo 49 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea se titula "De los principios de

legalidad y la proporcionalidad de los delitos y las penas", previendo en su

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párrafo tercero que "la intensidad de las penas no deberá ser

desproporcionada en relación a las infracciones".

Bien es cierto que la pena impuesta (muy superior, por cierto, a la solicitada por el Ministerio Fiscal) se encuentra comprendida entre los límites previstos en el artículo 576 del Código Penal, que prevé para el delito de colaboración en banda armada penas de prisión de 5 a 10 años y multa de 18 a 24 meses. O, mejor dicho, constituye el límite máximo de dicha pena, pues no cabe imponer otra mayor.

Pero, como quiera que el artículo 516.2º del Código Penal prevé para los integrantes de las citadas organizaciones la pena de prisión de 6 a 12 años e inhabilitación especial, estimamos que toda pena que exceda de los 6 años de prisión impuesta a un colaborador es excesiva por no cumplir el principio de proporcionalidad.

En efecto, muchas han sido las voces que se han alzado contra la exasperación de las penas en los delitos de colaboración con banda armada, incluidas en nuestro ordenamiento como intento de acabar, a cualquier precio, con lo que se venía considerando como el "entorno" de las organizaciones armadas y, más en concreto, de E.T.A.

Llegándose a tal exasperación que, en determinados casos, la pena por colaboración puede ser igual o superior a la pena por integración. Por supuesto, estamos hablando de ambos delitos en sí mismos considerados, es decir, de sus tipos genéricos y no agravados, y sin concurrencia con cualquier otro delito.

En efecto, nunca la pena de un colaborador debiera ser igual o mayor que la de un integrante de la organización terrorista. Y si el mínimo de pena para un integrante es de 6 años de prisión e inhabilitación, la pena máxima para un colaborador nunca podrá llegar a esta cuantía. Es decir, todo lo que exceda de los 6 años de prisión es excesivo y desproporcionado.

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La cuestión es tan simple, incluso para cualquier persona lega en derecho, que no merecería mayor comentario.

Entendemos que, para realizar tal declaración, esta Sala no tendría necesidad de plantear la cuestión de inconstitucionalidad, prevista en el artículo 35.1 L.O.T.C. (que, en caso contrario, solicitamos subsidiariamente se plantee antes de dictar sentencia), puesto que el planteamiento de tal cuestión solamente es imprescindible, según reiterada doctrina constitucional, "cuando

por vía interpretativa no sea posible la acomodación de la norma al

ordenamiento constitucional", puesto que el Tribunal Constitucional "no es el

órgano competente para realizar directamente la interpretación de las leyes de

acuerdo con la Constitución, tarea que entra dentro de la potestad

jurisdiccional" (A.T.C. 361/04), por aplicación directa de las normas supralegales que la Constitución establece.

Y a este respecto necesariamente hemos de traer a colación la S.T.C. 136/99, de 20 de julio, que anuló la S.T.S. de 29 de noviembre de 1997.

En dicha sentencia el Tribunal Constitucional declaraba que "nuestro

juicio de proporcionalidad debe dirigirse a analizar si resulta proporcionada una

figura delictiva que condena las conductas descritas [colaboración con banda

armada] a penas de un mínimo de 6 años y 1 día de prisión".

La sentencia reconoce paladinamente que el principio de proporcionalidad de las sanciones penales está ínsito "en la relación entre el artículo 25.1 C.E. y los demás derechos fundamentales y libertades públicas, en este caso la libertad personal del artículo 17 C.E.", resaltando que "en materia penal, ese sacrificio innecesario o excesivo de los

derechos puede producirse bien por resultar innecesaria una reacción de tipo

penal o bien por ser excesiva la cuantía o extensión de la pena en relación con

la entidad del delito (desproporción en sentido estricto)".

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Y si bien la sentencia reconoce, claro está, la potestad exclusiva del legislador para configurar los bienes penalmente protegidos, los comportamientos penalmente reprensibles, el tipo y la cuantía de las sanciones penales y la proporción entre las conductas que pretende evitar y las penas con las que intenta conseguirlo, no es menos cierto que, en aplicación del principio de proporcionalidad, habrá que "verificar que la norma penal no produzca un patente derroche inútil de coacción que

convierte la norma en arbitraria y que socava los principios elementales de

justicia inherentes a la dignidad de la persona y al Estado de Derecho" (S.T.C. 55/96).

La sentencia efectúa un detallado examen de la evolución del tipo penal de colaboración con banda armada (en aquella sentencia, artículo 174 bis a) del Código Penal de 1.973), observando su evolución expansiva, si bien exigiendo siempre el dolo específico de "favorecer la comisión de delitos de las organizaciones terroristas", favorecimiento de la "'realización de las actividades de elementos terroristas" o favorecer "la consecución" de los fines del grupo terrorista, según las sucesivas reformas y según hemos examinado anteriormente.

A tal efecto, el Tribunal compara la pena de 6 años y un día a 12 años (de 5 a 10 años en el actual artículo 576.1 del Código Penal de 1995, ya en vigor cuando se dictó la sentencia, aunque ésta analiza sólo el tipo penal anterior) con las penas establecidas a los ejecutores de una sedición, al aborto doloso no consentido por la embarazada, a las mutilaciones de miembro no principal, a las agresiones sexuales graves, al robo con torturas, o al incendio de masas forestales con peligro para la vida de las personas, supuestos con penas similares y, sobre todo, compara esta pena con "la misma pena de prisión mayor que se asignaba en el Código Penal de 1.973 a los integrantes de bandas armadas (artículo 174.3)"

Efectuando un análisis de derecho comparado, "se constata que la

pena de prisión prevista para las conductas de colaboración con el

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favorecimiento de bandas armadas en la legislación penal de los países de nuestro entorno jurídico y sociocultural es de 1 ó 6 meses a 5 años en

Alemania (apartados 129 y 129 a) del Código Penal alemán), de un día a 3

años en Austria (apartado 279 del Código Penal austríaco), de hasta 5 años en

el Reino Unido (artículos 10 y 11 de la Ley de Prevención del Terrorismo) y de

15 días a 4 años en Italia (artículos 307 y 378 del Código Penal italiano)", es decir, considerablemente más bajas que en nuestro ordenamiento.

El Tribunal, además, efectúa un análisis crítico de la "relativa

indeterminación del precepto", concluyendo que, si bien no plantea problemas desde el punto de vista de la taxatividad, sí puede crear alguna incertidumbre respecto de determinadas conductas. Estableciendo, en el fundamento jurídico 30, críticas sobre la pena mínima aplicable.

Y, si bien lo cierto es que la sentencia se limita a declarar la desproporción del límite mínimo (6 años y 1 día) del tipo penal del artículo 174 bis a) del Código Penal de 1.973, no es menos cierto que tales razonamientos deben ser de aplicación, con mucha mayor razón aún, al análisis de la posible desproporción de la pena impuesta en virtud del actual artículo 576.1 del Código Penal de 1.995 en cuanto ésta supere el mínimo previsto para el tipo penal de integración en banda armada. En efecto, en su voto particular (bien es cierto que disidente y favorable a la desestimación) formulado por el Magistrado Conde Martín de Hijas, ya se preveía que "el hecho de que la

norma que declaramos constitucional esté en la actualidad derogada no

elimina el riesgo, habida cuenta de la sustancial similitud entre el tipo del artículo 174 bis a) del Código Penal de 1973, modificado por la Ley

Orgánica 3/88 y el del artículo 576 del de 1995, cuya sanción, según lo

razonado en la sentencia del Tribunal Supremo, resulta en la realidad mucho más grave que la que hemos calificado de desproporcionada".

Recuérdese que el Código Penal de 1.995 elimina la redención de penas por el trabajo, por lo que la actual pena mínima de 5 años es, en realidad, más elevada que la de 6 años del Código de 1.973.

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Si al Tribunal Constitucional, en la referida S.T.C. 136/99, de 20 de julio, le parecía que el artículo 174.bis.a) del Código Penal derogado contenía una pena desproporcionada para aquel caso concreto "en la medida en que no incorpora

previsión alguna que hubiera permitido atemperar la sanción penal de estos

concretos actos de colaboración con banda armada", con mucha mayor razón se habrá de entender que existe desproporción en el actual artículo 576, que contempla una pena mínima superior (habida cuenta de la desaparición de la redención de penas por el trabajo).

Pero, por encima de juicios de desproporción absoluta, llamamos la atención de la Sala sobre la cuestión de la desproporción relativa que existe con respecto al tipo penal de integración.

En efecto, por relevantes que puedan ser los actos de colaboración de un "extraneus" a la banda, nunca cabe equiparar su grado de maldad o peligrosidad y, por tanto, su reprochabilidad jurídica, con la del integrante. Ello sería tan absurdo como imponer igual o mayor pena al cómplice, es decir, al que "colabora" en la ejecución de un delito, que al autor.

Pero es más, es que, prevista una pena para el colaborador de 5 a 10 años y multa y para los promotores y directores la de 8 a 14 años, podemos observar de forma aún más clara la evidente desproporción.

En definitiva, al penarse a mi representado, presunto colaborador, con una pena de 10 años de prisión y multa, se le ha impuesto una pena superior a la de un posible integrante de grupo terrorista (que, hipotéticamente, hubiera podido ser condenado a pena de prisión de sólo 6 años) y una pena equivalente o superior a la de dirigente (8 años mínimo). Es decir, que, en teoría, el mismísimo Bin Laden podría ser condenado, como dirigente de un grupo terrorista, a la pena de 8 años, frente a lo que los 10 años de prisión y multa impuestos a mi representado se revelan totalmente desproporcionados.

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SÉPTIMO MOTIVO DE CASACIÓN.- Breve extracto de su contenido:

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por infracción de principio de tutela judicial efectiva, en el sentido de falta de motivación de la sentencia (artículos 24.1 y 120.3 C.E.).

Es reiterada la doctrina de este Tribunal, y cada vez se hace mayor hincapié en ello, en que la exigencia de motivación de las resoluciones judiciales alcanza también a la cuantificación individualizada de la pena a imponer, dentro de los límites legales previstos.

Y, desde luego, dichas motivaciones deben ser lógicas, coherentes, congruentes y razonables.

Pues bien, si analizamos el por qué la sentencia recurrida impone la gravísima pena de 10 años de prisión y multa de 24 meses (la máxima que se puede aplicar) a mi representado, habremos de acudir a las páginas 1.151 y 1.152 de la sentencia:

"En orden a la individualización de las penas, en primer lugar hemos de

considerar, que si bien todos los citados a excepción del procesado Carlos

Trenor, tienen idéntica pertenencia a la Fundación Josemi Zumalabe a traves

de la cual se instrumentaliza el proyecto de desobediencia civil de E.T.A., los

procesados Fernando Olalde Arbide, Miguel Angel Zuluaga Uriarte y José

Ignacio O’Shea Artiñano realizan un plus de actividad en el sentido siguiente:

Fernando Olalde es quien financia con su patrimonio la dotación

económica precisa para la creación de la mentada Fundación en los términos

ya indicados.

Por su parte Miguel Angel Zuluaga Uriarte es el creador reconocido del

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manifiesto Piztu y de la nota resumida que aparece en los folletos

correspondientes a los encuentros realizados para el desarrollo de la actividad

de la desobediencia civil.

Y por su parte Jose Ignacio O’Shea actúa como director de la revista

EZPALA la cual como ha quedado indicado anteriormente es asumida por ETA

como publicación propia.

Existe por tanto dentro de la misma conducta de colaboración dos

actividades diferenciadas porque los procesados Olalde, Zuluaga y O’Shea

además de colaborar en el proyecto de desobediencia civil y participar en la

redacción del definitivo texto publico del manifiesto PIZTU y su desarrollo

anterior y posterior, realizan actividades no efectuadas por los procesados

Frias, Ormazabal y Zubiaga y los dos trabajadores coordinadores de la

Fundación, los procesados Altuna y Aznar, que participan activamente en

dicha labor de preparación, de organización de los denominados encuentros y

de sus efectos con reuniones posteriores.

Ello impone en el caso de los procesados Olalde, Zuloaga y O’shea la

aplicación en el grado máximo de la pena prevista, habida cuenta que

aplicarles el mínimo y único plus de actividad lógica superior a la realizada por

los mismos llevaría a considerarlos como integrantes de la organización

terrorista.

Se produce pues una afectación mayor del bien jurídico protegido que

determina una mayor penalidad derivada de dicho plus de actividad...

En segundo lugar se ha de mencionar que habida cuenta la conducta

observada, en apoyo de una directriz elaborada por la organización terrorista,

procede ponderar la pena aplicable en su mitad superior, y atendiendo a que

como consecuencia de tal colaboración se ha generado un gravísimo perjuicio

social determinado anteriormente y del que es resultado entre otros el carnet

de identidad y su progresión ante organismos internacionales en contra del

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Estado español, procede aplicar la mitad superior del límite indicado,

resultando: ...

FERNANDO OLALDE ARBIDE, como autor de un delito de colaboración

con organización terrorista previsto en el artº 576 del Código Penal, a la pena

de DIEZ AÑOS DE PRISIÓN Y MULTA DE VEINTICUATRO MESES A RAZÓN DE 30

€ DÍA, con la accesoria de inhabilitación especial para empleo o cargo público

durante el tiempo de condena."

Sinceramente, ha resultado imposible a este letrado averiguar qué se ha querido decir con el párrafo de que "ello impone en el caso de los procesados

Olalde, Zuloaga y O’shea la aplicación en el grado máximo de la pena prevista,

habida cuenta que aplicarles el mínimo y único plus de actividad lógica superior a la realizada por los mismos llevaría a considerarlos como integrantes de la organización terrorista".

Lógicamente, una motivación ininteligible ha de tenerse por no puesta y, por tanto, la sentencia debe ser casada por falta de motivación.

En este sentido, las S.T.S. 532/03, de 19 de mayo (FJ 15 y 37) y 240/04, de 3 de marzo (FJ 5), casaron sendas sentencias de la Audiencia Nacional por falta de motivación en la cuantificación de la pena. Exactamente igual ocurre cuando tal motivación es ininteligible, ilógica e irrazonable o contraria a los criterios legales, como sucede en el presente caso. Obsérvese la desproporción en la aplicación de la pena en los supuestos de aquellas dos sentencias dictadas en relación con la que aquí nos ocupa. En efecto, en aquéllas se contemplaban conductas consistentes en vigilancias a un juez y a una fábrica de armas, con entrega de la información a E.T.A., y ocultamiento y alojamiento de miembros de E.T.A. Esta Sala, ante la falta de motivación, estimó excesivo y desproporcionado todo lo que supusiera una pena superior a la mínima de cinco años legalmente prevista en la fecha de comisión de los hechos.

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Pero es que, además, aunque fuese absolutamente cierta (que no lo es, como ha quedado demostrado en los anteriores motivos) la realización de las actividades que la sentencia atribuye en general a la Fundación Joxemi Zumalabe y, en concreto, a mi representado, y aún suponiendo que tales conductas pudieran ser delictivas (que tampoco lo son, como también hemos demostrado con anterioridad), valorar tales conductas como el máximo de lo máximo en cuanto a una colaboración con banda terrorista puede imaginarse raya en lo absurdo y única y exclusivamente demuestra la desmesura de la Sala de instancia y su falta de objetividad, que si ya parecía seriamente comprometida al inicio del proceso, fue posteriormente acentuándose en el devenir de la dureza del juicio, por los larguísimos meses transcurridos, los incidentes procesales y de otro tipo surgidos, etc., circunstancias que, sin duda, hicieron perder todo tipo de ecuanimidad a la Sala en el momento de dictar sentencia.

II

ARTÍCULOS DE LA LEY DE ENJUICIAMIENTO CRIMINAL Y DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL QUE AUTORIZAN LOS MOTIVOS POR LOS QUE SE INTERPONE EL RECURSO.

Según el artículo 847 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, procede el recurso de casación por infracción de Ley contra las sentencias dictadas por las Audiencias en juicio oral y única instancia.

A tenor del artículo 849.1º de la citada ley se autoriza recurso por infracción de Ley cuando, dados los hechos que se declaren probados, se hubiere infringido un precepto penal de carácter sustantivo u otra norma jurídica del mismo carácter que deba ser observada en aplicación de la Ley penal.

El artículo 849.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal autoriza el recurso de casación por infracción de ley cuando haya existido error en la apreciación de la prueba, basado en documentos que obren en autos, que demuestren la

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equivocación del juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios.

Por último, el párrafo cuarto del artículo 5º de la Ley Orgánica del Poder Judicial y el artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establecen que, en todos los casos en que, según la Ley, proceda recurso de casación, será suficiente para fundamentarlo la infracción de precepto constitucional.

Por lo expuesto,

SOLICITO A LA SALA que, teniendo por presentado este escrito, con sus copias, se sirva admitirlo, y tener por interpuesto, en tiempo y forma, RECURSO DE CASACIÓN por infracción de ley y por infracción de preceptos constitucionales preparado contra la sentencia recaída en las actuaciones al margen reseñadas, y, en su día, y previos los trámites legales pertinentes, incluida la celebración de vista, dictar sentencia por la que, acogiéndose los motivos alegados por esta parte, anule y case la recurrida, dictando nueva sentencia a continuación, más ajustada a derecho, por la que absuelva a mi representado, y declarando de oficio las costas de este recurso.

Madrid, a nueve de junio de dos mil ocho.

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