Aldazabal, Pascual - Ferias de Cuaresma

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  • 8/7/2019 Aldazabal, Pascual - Ferias de Cuaresma

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    Pascual Aldazabal

    CUARESMA

    Mircoles de ceniza-CAMBIA EL AMBIENTE: EMPIEZA EL CAMINO CUARESMAL DE LA PASCUATodo debe apuntar hoy al inicio de la Cuaresma como camino hacia la Pascua. Los varioselementos clsicos en esta ambientacin -que trataremos de nuevo el domingo prximo- debenestar ya presentes desde hoy: el color morado, la ausencia de las flores y del aleluya, elrepertorio propio de cantos...

    Al comienzo de la celebracin se omite el acto penitencial: se reza o canta, por tanto, el Seorten piedad, sin intenciones.

    Y cosas que si siempre son importantes, lo son ms todava cuando se inicia un tiempo consignificado ms intenso: proclamar de un modo ms expresivo y cuidado las lecturas del da,

    cantar el salmo responsorial, al menos su antfona entre las varias estrofas, y hacer una brevehomila, ayudando a entrar en el clima de la Cuaresma. La Plegaria puede ser una de las deReconciliacin.

    -LA CENIZA, UN GESTO QUE PUEDE SER EXPRESIVO

    El gesto simblico propio de este da es uno de los que ha calado en la comunidad cristiana, ypuede resultar muy pedaggico si se hace con autenticidad, sin precipitacin; con sobriedad,pero expresivamente. Como ya ha resonado y se ha comentado la Palabra de Dios, laimposicin de la ceniza comunica con facilidad su mensaje de humildad y de conversin.

    El sacerdote se impone primero l mismo la ceniza en la cabeza -o se la impone el dicono uotro concelebrante, si lo hay- porque tambin l, hombre dbil, necesita convertirse a la

    Pascua del Seor. Luego la impone sobre la cabeza de los fieles, tal vez en forma de unapequea seal de la cruz. Si parece ms fcil, se podra imponer en la frente, por ejemplo a lasreligiosas con velo. Es bueno que vaya diciendo en voz clara las dos frmulasalternativamente, de modo que cada fiel oiga la que se le dice a l y tambin la del anterior ola del siguiente.

    Si no va a resultar complicado, se podra introducir una manera nueva de realizar el gesto.

    Una frmula apunta a la conversin al Evangelio: Convertos y creed el Evangelio (queparecera ms propio que se dijera en singular, como la otra es ms interpelante). Mientras quela otra alude a nuestra caducidad humana: Acurdate de que eres polvo y al polvo volvers.Ahora bien, parece que sera ms educador acompaar estas palabras con dos gestos

    complementarios: el sacerdote impone la ceniza a cada fiel, diciendo la frmula de la ceniza yel polvo, y a continuacin el fiel pasa a otro ministro que est al lado y que le ofrece elevangelio a besar, mientras pronuncia sobre l la frmula que habla del evangelio. No creo quecomplique mucho el rito, y podra resultar ms expresivo de la doble dimensin de laCuaresma. Ya se ha experimentado con xito en algunas comunidades, tanto parroquiales comoms homogneas y reducidas.

    -LA CONVERSIN Y SUS OBRAS

    Las tres lecturas de hoy expresan con claridad el programa de conversin que Dios quiere denosotros en la Cuaresma: convertos y creed el Evangelio; convertos a m de todo corazn;misericordia, Seor, porque hemos pecado; dejaos reconciliar con Dios; Dios es compasivo y

    misericordioso...

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    Cada uno de nosotros, y la comunidad, y la sociedad entera, necesita or esta llamada urgente alcambio pascual, porque todos somos dbiles y pecadores, y porque sin darnos cuenta vamossiendo vencidos por la dejadez y los criterios de este mundo, que no son precisamente los deCristo.

    Es bueno que en la homila se haga notar la triple direccin de esta conversin que apunta elevangelio:

    a) la apertura a los dems: con la obra clsica cuaresmal de la limosna, que es ante todo caridad,comprensin, amabilidad, perdn, aunque tambin limosna a los ms necesitados de cerca o delejos,

    b) la apertura a Dios, que es escucha de la Palabra, oracin personal y familiar, participacinms activa y frecuente en la Eucarista y el sacramento de la Reconciliacin,

    c) y el ayuno, que es autocontrol, bsqueda de un equilibrio en nuestra escala de valores,renuncia a cosas superfluas, sobre todo si su fruto redunda en ayuda a los ms necesitados.

    Las tres direcciones, que son como el resumen de la vida y la enseanza de Cristo, nos ayudan areorientar nuestra vida en clave pascual.

    1. Joel 2,12-18

    El profeta Joel llama al pueblo de Israel a una jornada de penitencia. Les urge a que se conviertande su mal y se pongan con decisin en la lnea del seguimiento de Dios. Esto suceda unos cuatrosiglos antes de Cristo.

    El ambiente se ve que estaba bastante aptico y decadente. Adems, estaban padeciendo enaquellos momentos los efectos de una catstrofe natural, una larga sequa y una plaga delangostas o saltamontes que haba arrasado toda la cosecha.

    El profeta aprovecha la circunstancia para convocar en asamblea general a pequeos y mayores,sacerdotes y laicos, para que todos juntos pidan perdn a Dios. Para l, la causa fundamental de la

    situacin es que se han olvidado de Dios y descuidan su alianza. Eso s: no se tienen quecontentar con un ayuno oficial, ni con unas lgrimas o con un cambio de vestidos exteriores enseal de luto. La conversin tiene que ser interior: volverse de corazn a Dios, buscarsinceramente su voluntad y cumplirla.

    El argumento con el que les anima a dar este paso es la bondad de Dios. Les recuerda unadefinicin de Dios que se repite muchas veces en la Biblia: es compasivo y misericordioso, lentoa la clera, rico en piedad.

    El Salmo 50, el Miserere, da a este da inaugural de la Cuaresma un tono penitencial porexcelencia. Es el salmo -atribuido a David- en el que un pecador muestra su arrepentimiento eimplora humildemente de Dios que le perdone y que le ayude a renovar su vida: borra miculpa... crea en m un corazn puro... devulveme la alegra de tu salvacin.

    2. 2 Corintios 5,20-6,2

    Pablo se lo dijo a los corintios hace dos mil aos, pero nosotros lo omos hoy: ahora es el tiempode la gracia, ahora es el da de la salvacin.

    El se muestra orgulloso de ser embajador de Cristo, y la embajada que trae de parte de l essta: dejaos reconciliar con Dios. Esta reconciliacin se la ofrece Dios a todos por medio de lamuerte salvadora de su Hijo Jess. Hay que aprovechar esta ocasin y no echar en saco roto lagracia de Dios. Es el tiempo propicio para reconciliarse: o sea, para recomponer la relacin entrenosotros y Dios, por si se hubiera roto o debilitado.

    3. Mateo 6,1-6; 16-18

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    Jess, en el sermn de la montaa, ensea a sus discpulos cmo tiene que ser su estilo de vida.Es una hermosa pgina, con paralelismos y anttesis muy expresivos.

    Describe tres aspectos de la vida de un creyente que se puede decir que abarcan las tresdirecciones de cada persona: para con Dios (oracin), para con el prjimo (limosna) y paraconsigo mismo (ayuno). En las tres, el discpulo de Jess tiene que profundizar, no quedarse en loexterior, sino situarse delante de Dios Padre, que es el que nos conoce hasta lo ms profundo del

    ser, sin buscar premios o aplausos aqu abajo:

    - la limosna: no vayas tocando la trompeta para que todos se enteren; al revs: que tu manoizquierda no sepa lo que hace tu derecha; el Padre te lo recompensar;

    - la oracin: no orar para que os vea la gente; al revs: entra en tu cuarto y reza; el Padre telo pagar;

    - el ayuno: no andis cabizbajos para que la gente sepa que ayunis; al revs: perfmate lacabeza; el Padre te premiar.

    4. Las lecturas de hoy nos invitan a convertirnos, a ponernos en camino hacia la nueva existenciaque Cristo nos quiere comunicar en su Pascua.

    a) Como en tiempos de Joel, suena la trompeta convocando a ayuno y conversin.

    Muchos cristianos estn asustados de la situacin presente: la gran sequa de fe y de vocaciones, ylas plagas peores que las langostas que arrasan valores humanos y cristianos. Tiene futuro todoesto? La Cuaresma nos viene a responder que s. Ante todo porque Dios sigue siendo rico enbondad y misericordia, y est siempre dispuesto a perdonar y empezar de nuevo. Y tambinporque las personas, por amodorradas que estn, pueden sentirse movidas por el Espritu ycambiar.

    Por eso somos invitados a emprender un camino pascual, un camino que incluye la cruz y larenuncia, y por tanto ser incmodo. Somos invitados a reconocer que algo no va bien en

    nosotros mismos, adems de en la sociedad o en la Iglesia, y a cambiar, a dar un viraje, aconvertirnos. Conversin se dice en griego metnoia, que significa cambio de mentalidad.

    El gesto penitencial de la ceniza que hacemos hoy, despus de la homila, nos recuerda, por unaparte, que somos polvo y al polvo volveremos, cosa que nos hace bien recordar. Y por otra, nosinvita a que aceptemos el Evangelio como norma de vida, como mentalidad propia de losseguidores de Jess.

    b) La apremiante exhortacin de Pablo a los cristianos de Corinto se repite hoy para nosotros atravs de la Iglesia, cuyo ministerio principal es el de la reconciliacin: tenemos que saberaprovechar la mano tendida de Dios, la reconciliacin que nos ofrece en este tiempo de gracia quees la Cuaresma y la Pascua.

    Ser bueno que desde ahora pensemos en el sacramento que ms explcitamente nos comunica lavictoria y el perdn de Cristo: la Reconciliacin o Penitencia. Confesar y comulgar por Pascuasigue teniendo un sentido pleno: es como mejor nos sumamos e incorporamos los cristianos a laPascua de Cristo.

    c) Tambin nosotros necesitamos que se nos diga que la conversin ha de ser interior. En las tresdirecciones que Jess apunta en el evangelio.

    Cara al prjimo, una caridad y una apertura que no busca ostentacin, sino que se basa en unamor verdadero y desinteresado. Cara a Dios, una oracin que no se conforma con palabras ygestos exteriores, sino que brota del corazn. Cara a nosotros mismos, un ayuno que esautocontrol, capacidad de renuncia de valores secundarios en favor de los principales.

    Todo ello -dar limosna, rezar, ayunar- no lo hacemos para llamar la atencin, sino con sinceridady profundidad, para abrirnos a los dems, abrirnos a Dios y cerrarnos un poco a nosotros mismos.

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    Exactamente lo contrario de lo que tendemos a hacer: abrirnos a nosotros mismos y cerrarnos aDios y al prjimo.

    Jueves ceniza

    1. Moiss dirige a su pueblo un discurso, cuyo resumen leemos hoy. Les dice que les vendr

    toda clase de bendiciones si son fieles a Dios. Pero si no lo son les esperan desgracias de lasque ellos mismos tendrn la culpa.

    Se lo plantea como una alternativa ante una encrucijada en el camino. Si siguen la voluntad deDios, van hacia la vida; si se dejan arrastrar por las tentaciones y adoran a dioses extraos,estn eligiendo la muerte.

    Es lo mismo que dice el salmo responsorial, esta vez con la comparacin de un rbol queflorece y prospera si sabe estar cerca del agua:

    dichoso el que ha puesto su confianza en el Seor, que no entra por la senda de lospecadores... ser como rbol plantado al borde de la acequia, no as los impos, no as: sern

    paja que arrebata el viento; porque el Seor protege el camino de los justos, pero el camino delos impos acaba mal.

    2. Tambin Jess nos pone ante la alternativa. El camino que propone es el mismo que l va aseguir. Ya desde el inicio de la Cuaresma se nos propone la Pascua completa: la muerte y lanueva vida de Jess. Ese es el camino que lleva a la salvacin.

    Jess va poniendo unas anttesis dialcticas que son en verdad paradjicas: el discpulo quequiera salvar su vida ya sabe qu tiene que hacer, que se niegue a si mismo, cargue con sucruz cada da y se venga conmigo. Mientras que si alguien se distrae por el camino con otrasapetencias, se pierde y se perjudica a s mismo. El que quiera salvar su vida, la perder. Elque pierda su vida por mi causa, la salvar.

    3. a) La Cuaresma es tiempo de opciones. Nos invita a revisar cada ao nuestra direccin en lavida. Desde la Pascua anterior seguro que nos ha crecido ms el hombre viejo que el nuevo.Tendemos ms a desviarnos que a seguir por el recto camino. En el camino de la Pascua nopodemos conformarnos con lo que ya somos y cmo vivimos.

    Esa palabrita hoy, que la 1 lectura repite varias veces, nos sita bien: para nosotros elhoy es esta Cuaresma que acabamos de iniciar. Nosotros hoy, este ao concreto, somosinvitados a hacer la opcin: el camino del bien o el de la dejadez, la marcha contra corriente ola cuesta abajo.

    Si Moiss poda urgir a los israelitas ante esta alternativa, mucho ms nosotros, que hemosexperimentado la salvacin de Cristo Jess, tenemos que reavivar una y otra vez -cada ao, enla Pascua- la opcin que hemos hecho por l y decidirnos a seguir sus caminos. Tambin anosotros nos va en ello la vida o la muerte, nuestro crecimiento espiritual o nuestra debilidadcreciente. Ah est nuestra libertad ante la encrucijada, una libertad responsable, siempre arenovar: como los religiosos renuevan cada ao sus votos, como los cristianos renuevan cadaao en Pascua sus compromisos bautismales.

    Todos tenemos la experiencia de que el bien nos llena a la larga de felicidad, nos conduce a lavida y nos hace sentir las bendiciones de Dios. Y de que cuando hemos sido flojos y hemoscedido a las varias idolatras que nos acechan, a la corta o a la larga nos tenemos quearrepentir, nos queda el regusto del remordimiento y padecemos muchas veces en nuestrapropia piel el empobrecimiento que supone abandonar a Dios.

    b) Claro que el camino que nos propone Jess -el que sigui l- no es precisamente fcil. Esms bien paradjico: la vida a travs de la muerte. Es un camino exigente, que incluye lasubida a Jerusaln, la cruz y la negacin de s mismo: saber amar, perdonar, ofrecerse

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    servicialmente a los dems, crucificar nuestra propia voluntad: los que son de Cristo Jess,han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias (Ga 5,24). Pero es el camino quevale la pena, el que sigui l. La Pascua est llena de alegra, pero tambin est muy arriba: esuna subida hasta la cruz de Jerusaln. Lo que vale, cuesta. Todo amor supone renuncias.

    En el fondo, para nosotros Cristo mismo es el camino: yo soy el camino y la verdad y lavida.

    Celebrar la Eucarista es una de las mejores maneras, no slo de expresar nuestra opcin porCristo Jess, sino de alimentarnos para el camino que hemos elegido. La Eucarista nos dafuerza para nuestra lucha contra el mal. Es autntico vitico, alimento para el camino. Y nosrecuerda continuamente cul es la opcin que hemos hecho y la meta a la que nos dirigimos.

    Que tu gracia inspire, sostenga y acompae nuestras obras (oracin)

    Elige la vida y vivirs, pues el Seor tu Dios es tu vida (1 lectura)

    Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Seor (salmo)

    El que quiera seguirme que se niegue a s mismo, cargue con su cruz cada da y se venga

    conmigo (evangelio)Oh Dios, crea en m un corazn puro, renuvame por dentro (comunin)

    Viernes de ceniza.

    Puede resultar sorprendente la actitud de Jess ante el ayuno. Parece como si no le dieraimportancia. En efecto, el estilo de vida que Jess ensea es sobre todo estilo de alegra: se comparaa s mismo con el novio, y esto nos recuerda espontneamente la fiesta y no precisamente el ayuno.

    Pero tambin anuncia Jess que se llevarn al novio y entonces ayunarn.

    3. a) Tampoco nosotros tenemos que conformarnos con un ayuno -o con unas prcticascuaresmales- meramente externos. Sera muy superficial que quedramos satisfechos por habercumplido todo lo que est mandado en la Cuaresma -colores de los vestidos litrgicos, cantos,supresin del aleluya, las pequeas privaciones de alimentos- y no profundizramos en lo msimportante, de lo que todo los ritos exteriores quieren ser signo y recordatorio.

    El ayuno, por ejemplo, debera conducir a una apertura mayor para con los dems. Ayunar parapoder dar a los ms pobres. Si la falta de caridad contina, si la injusticia est presente en nuestromodo de actuar con los dems, poco puede agradar a Dios nuestro ayuno y nuestra Cuaresma. Nospodremos quejar, como los judos del tiempo de Isaas, de que Dios no nos escucha? Ser mejor queno lo hagamos, porque oiramos su contraataque como lo oyeron ellos por boca del profeta.

    La lista de obras de misericordia que recuerda Isaas tiene plena actualidad para nosotros: elayuno cuaresmal debe ir unido a la caridad, a la justicia, a la ayuda concreta a los ms marginados,a la amnista concedida a los que tenemos secuestrados. Todava ms en concreto: "no cerrarte atu propia carne", o sea, a los miembros de nuestra familia, de nuestra comunidad, que son a los quems nos cuesta aceptar, porque estn ms cerca.

    b) Nuestro ayuno cuaresmal no es signo de tristeza. Tenemos al Novio entre nosotros: el SeorResucitado, en quien creemos, a quien seguimos, a quien recibimos en cada Eucarista, a quienfestejamos gozosamente en cada Pascua. Nuestra vida cristiana debe estar claramente teida dealegra, de visin positiva y pascual de los acontecimientos y de las personas. Porque estamos conJess, el Novio.

    Pero a la vez esta presencia no es transparente del todo. A Cristo Jess no le vemos. Aunque estpresente, slo lo experimentamos sacramentalmente. Est y no est: ya hace tiempo que vino y sinembargo seguimos diciendo ven, Seor Jess. Y la presencia del Resucitado tiene tambin sus

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    exigencias. Las muchachas que esperaban al Novio tenan la obligacin de mantener sus lmparasprovistas de aceite, y los invitados al banquete de bodas, de ir vestidos como requera la ocasin.

    Por eso tiene sentido el ayuno. Un ayuno de preparacin, de reorientacin continuada de nuestravida. Un ayuno que significa relativizar muchas cosas secundarias para no distraernos. Un ayunoserio, aunque no triste.

    Nos viene bien a todos ayunar: privarnos voluntariamente de algo lcito pero no necesario, vlidopero relativo. Eso nos puede abrir ms a Dios, a la Pascua de Jess, y tambin a la caridad con losdems. Porque ayunar es ejercitar el autocontrol, no centrarnos en nosotros mismos, relativizarnuestras apetencias para dar mayor cabida en nuestra existencia a Dios y al prjimo.

    Como dice el III prefacio de Cuaresma: con nuestras privaciones voluntarias (las prcticascuaresmales) nos enseas a reconocer y agradecer tus dones (apertura a Dios), a dominar nuestroafn de suficiencia (autocontrol) y a repartir nuestros bienes con los necesitados, imitando as tugenerosidad (caridad con el prjimo).

    Muchos ayunan por prescripcin mdica, para guardar la lnea o evitar el colesterol y las grasasexcesivas. Los cristianos somos invitados, como signo de nuestra conversin pascual, a ejercitar

    alguna clase de ayuno en esta Cuaresma para aligerar nuestro espritu (y tambin nuestro cuerpo),para no quedar embotados con tantas cosas, para sintonizar mejor con ese Cristo que camina haciala cruz y tambin con tantas personas que no tienen lo suficiente para vivir dignamente.

    El ayuno nos hace ms libres. Nos ofrece la ocasin de poder decir no a la sociedad de consumoen que estamos sumergidos y que continuamente nos invita a ms y ms gastos para satisfacernecesidades que nos creamos nosotros mismos.

    No es un ayuno autosuficiente y meramente de fachada. No es un ayuno triste. Pero s debe ser unayuno significativo: saberse negar algo a s mismo, en el terreno de la comida y en otros parecidos,como signo de que queremos ayunar sobre todo de egosmo, de sensualidad, de apetencias de podery orgullo. Tome su cruz cada da y sgame. No hace falta que vayamos buscando cruces raras: la

    vida de cada da ya nos ofrece ocasiones de practicar este ayuno y este va crucis hacia la Pascua.Confrmanos, Seor, en el espritu de penitencia con que hemos empezado la Cuaresma (oracin)

    El ayuno que yo quiero es ste: partir tu pan con el hambriento (la lectura)

    Yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado (salmo)

    Seor, ensame tus caminos e instryeme en tus sendas (comunin) 24

    Sbado de ceniza.

    Seguimos escuchando lecturas del profeta Isaas que nos ensean cules son los caminos de

    Dios, qu es lo que l quiere de nosotros en esta Cuaresma.Si ayer era el ayuno el que se relativizaba, para que fuera acompaado de obras de caridad,hoy es la observancia del sbado, otro de los puntos fuertes de los judos, y que aquaparece alabado, pero en un marco ms amplio de vida de fe.

    Se alaba lo que se haca en este da del sbado: abstenerse de viajes, consagrar el da a lagloria de Dios, no tratar los propios negocios. O sea, que el sbado sea tu delicia, o bien,que el Seor sea tu delicia.

    Pero esto lo sita el profeta en un contexto de otras actitudes que vuelven a incidir en lacaridad fraterna y en la justicia social: desterrar la opresin y la maledicencia, partir el pan

    con el hambriento. Entonces s, brillar tu luz en las tinieblas y el Seor te dar reposopermanente y te llamarn reparador de brechas.

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    Ensame tus caminos. Siempre estamos aprendiendo. Es la invocacin que cantamos enel salmo responsorial de hoy, pidindole que nos escuche y tenga misericordia de nosotros.Porque somos dbiles y no acabamos nunca de entrar en el camino de la Pascua y deconvertirnos a ella.

    2.

    La llamada del publicano Mateo para el oficio de apstol tiene tres perspectivas: Jess quele llama, l que lo deja todo y le sigue, y los fariseos que murmuran.

    Jess se atreve a llamar como apstol suyo nada menos que a un publicano: un recaudadorde impuestos para los romanos, la potencia ocupante, una persona mal vista, un pecadoren la concepcin social de ese tiempo.

    Mateo, por su parte, no lo duda. Lo deja todo, se levanta y le sigue. El voto de confianzaque le ha dado Jess no ha sido desperdiciado. Mateo ser, no slo apstol, sino uno de losevangelistas: con su libro, que leemos tantas veces, ha anunciado la Buena Nueva de Jessa generaciones y generaciones.

    Pero los fariseos murmuran: come y bebe con publicanos y pecadores. Comer y beber

    con es expresin de que se acepta a una persona. Estos fariseos se portan exactamenteigual que el hermano mayor del hijo prdigo, que protestaba porque su padre le habaperdonado tan fcilmente.

    La leccin de Jess no se hace esperar: no he venido a llamar a los justos, sino a lospecadores a que se conviertan. No necesitan mdico los sanos, sino los enfermos.

    3.

    a) Lo que el profeta dice con respecto al sbado -hay que observarlo, pero con un estilo devida que supone bastantes ms cosas- se nos dice hoy a nosotros con respecto a laCuaresma. No se trata slo de unos pocos retoques exteriores en la liturgia o en el rgimen

    de comida. Sino de un estilo nuevo de vida. En concreto, una actitud distinta en nuestrarelacin con el prjimo, que es el terreno donde ms nos duele.

    Lo que Isaas peda a los creyentes hace dos mil quinientos aos sigue siendo vlidotambin hoy:

    - desterrar los gestos amenazadores: palabras agresivas, caras agrias, manos levantadascontra el hermano;

    - desterrar la maledicencia: no slo la calumnia, sino el hablar mal de los dems propalandosus defectos o fallos;

    - partir el pan con el que no tiene, saciar el estmago del indigente.

    Tenemos mltiples ocasiones para ejercitar estas consignas en la vida de cada da. No valeprotestar de las injusticias que se cometen en Yugoslavia o en Ruanda, o del hambre quepasan en Etiopia o en Hait, si nosotros mismos en casa, o en la comunidad, ejercemossutilmente el racismo o la discriminacin y nos inhibimos cuando vemos a alguien quenecesita nuestra ayuda. Qu cara ponemos a los que viven cerca de nosotros? nocometemos injusticias con ellos? les echamos una mano cuando hace falta? Sera muchoms cmodo que las lecturas de Cuaresma nos invitaran slo a rezar ms o a hacer algunalimosna extra. Pero nos piden actitudes de caridad fraterna, que cuestan mucho ms.

    b) Siguiendo el ejemplo de Jess, que come en casa del publicano y le llama a ser suapstol, hoy nos podemos preguntar cul es nuestra actitud para con los dems: la de

    Jess, que cree en Mateo, aunque tenga el oficio que tiene, o la de los fariseos que,satisfechos de s mismos, juzgan y condenan duramente a los dems, y no quierenmezclarse con los no perfectos, ni perdonan las faltas de los dems?

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    Somos de los que catalogan a las personas en buenas y malas, naturalmente segnnuestras medidas o segn la mala prensa que puedan tener, y nos encerramos en nuestracondicin de perfectos y santos? damos un voto de confianza a los dems? ayudamos arehabilitarse a los que han cado, o nos mostramos intransigentes? guardamos nuestrabuena cara slo para con los sanos, los simpticos, los que no nos crean problemas?

    Ojal los que nos conocen nos pudieran llamar, como deca Isaas, reparador de brechas,

    restaurador de casas en ruinas. O sea, que sabemos poner aceite y quitar hierro en losmomentos de tensin, interpretar bien, dirigir palabras amables y tender la mano al que lonecesita, y perdonar, y curar al enfermo...

    Es un buen campo en el que trabajar durante esta Cuaresma. Haremos bien en pedirle alSeor con el salmo de hoy: Seor, ensame tus caminos.

    Mira compasivo nuestra debilidad (oracin)

    Cuando destierres de ti la maledicencia, brillar tu luz en las tinieblas (la lectura)

    Ensame, Seor, tu camino, para que siga tu verdad (salmo)

    Convertos a m de todo corazn, porque soy compasivo y misericordioso (aclamacin alevangelio)

    1 Semana Cuaresma

    Lunes

    1. Levtico 1,1-2.11-18

    En el libro del Levtico, Moiss le presenta al pueblo de Israel un cdigo de santidad, paraque pueda estar a la altura de Dios, que es el todo Santo.

    Hay mandamientos que se refieren a Dios: no jurar en falso. Pero sobre todo se insiste en lacaridad y la justicia con los dems. La enumeracin es larga y afecta a aspectos de la vidaque siguen teniendo vigencia tambin hoy: no robar, no engaar, no oprimir, no cometerinjusticias en los juicios comprando a los jueces, no odiar, no guardar rencor. Hay dosdetalles concretos muy significativos: no maldecir al sordo (aprovechando que no puedeoir) y no poner tropiezos ante el ciego (que no puede ver).

    La consigna final es bien positiva: amars a tu prjimo como a ti mismo. Todo ello tieneuna motivacin: yo soy el Seor. Dios quiere que seamos santos como l, que lehonremos ms con las obras que con los cantos y las palabras.

    El salmo nos hace profundizar en esta clave: tus palabras, Seor, son espritu y vida... los

    mandatos del Seor son rectos y alegran el corazn.2. Mateo 25,31-46

    Esta pgina casi final del evangelio de Mateo es sorprendente. Jess mismo pone en labiosde los protagonistas de su parbola, tanto buenos como malos, unas palabras de extraeza:cundo te vimos enfermo y fuimos a verte? Cundo te vimos con hambre y no teasistimos? Resulta que Cristo estaba durante todo el tiempo en la persona de nuestroshermanos: el mismo Jess que en el da final ser el pastor que divide a las ovejas de lascabras y el juez que evala nuestra actuacin.

    Para la caridad que debemos tener hacia el prjimo Jess da este motivo: l mismo seidentifica con las personas que encontramos en nuestro camino.

    Hacemos o dejamos de hacer con l lo que hacemos o dejamos de hacer con los que nosrodean.

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    Es una de las pginas ms incmodas de todo el evangelio. Una pgina que se entiendedemasiado. Y nosotros ya no podremos poner cara de extraados o aducir que no losabamos: ya nos lo ha avisado l.

    3. Desde los primeros compases del camino cuaresmal, se nos pone delante el compromisodel amor fraterno como la mejor preparacin para participar de la Pascua de Cristo.

    Es un programa exigente. Tenemos que amar a nuestro prjimo: a nuestros familiares, a losque trabajan con nosotros, a los miembros de nuestra comunidad religiosa o parroquial,sobre todo a los ms pobres y necesitados.

    Si la 1 lectura nos pona una medida fuerte -amar a los dems como nos amamos anosotros mismos-, el evangelio nos lo motiva de un modo todava ms serio: cada vez quelo hicisteis con ellos, conmigo lo hicisteis; cada vez que no lo hicisteis con uno de ellos,tampoco lo hicisteis conmigo. Tenemos que ir viendo a Jess mismo en la persona delprjimo.

    Si la primera lectura urga a no cometer injusticias o a no hacer mal al prjimo, la segundava ms all: no se trata de no daar, sino de hacer el bien. Ahora sern los pecados de

    omisin los que cuenten. El examen no ser sobre si hemos robado, sino sobre si hemosvisitado y atendido al enfermo. Se trata de un nivel de exigencia bastante mayor. Se nosdeca: no odies. Ahora se nos dice: ayuda al que pasa hambre. Alguien ha dicho que tenerun enfermo en casa es como tener el sagrario: pero entonces debe haber muchos sagrariosabandonados.

    En la Eucarista, con los ojos de la fe, no nos cuesta mucho descubrir a Cristo presente en elsacramento del pan y del vino. Nos cuesta ms descubrirle fuera de misa, en el sacramentodel hermano. Pues sobre esto va a versar la pregunta del examen final. Al Cristo a quienhemos escuchado y recibido en la misa, es al mismo a quien debemos servir en las personascon las que nos encontramos durante el da.

    Ser la manera de preparar la Pascua de este ao: anhelar ao tras ao la solemnidad de laPascua, dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, (prefacio Ide Cuaresma).

    Ser tambin la manera de prepararnos a sacar buena nota en ese examen final. Alatardecer de la vida, como lo expres san Juan de la Cruz, seremos juzgado s sobre elamor: si hemos dado de comer, si hemos visitado al que estaba solo. Al final resultar queeso era lo nico importante.

    Amars a tu prjimo como a ti mismo (1 lectura)

    Tus palabras, Seor, son espritu y vida (salmo)

    Estuve enfermo y me visitasteis (evangelio)Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis(evangelio)

    Martes

    1. Ayer era la caridad fraterna. Hoy, la oracin. Las lecturas nos van guiando para vivir laCuaresma con un programa denso, preparando la Pascua. Como una novia que se vapreparando -adornos y joyas incluidos- a la venida del esposo.

    Isaas nos presenta la fuerza intrnseca que tiene la palabra de Dios, que siempre es eficaz yconsigue lo que quiere. La comparacin est tomada del campo y la podemos entendertodos: esa palabra es como la lluvia que baja, que empapa la tierra y la hace fecunda.

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    2. Jess nos ensea a orar. A la palabra que desciende de Dios, eficaz y viva -es siempreDios el que tiene la primera palabra, el que tiende puentes, el que ofrece su comunin y sualianza-, responde ahora la palabra que sube a l, nuestra oracin.

    Ante todo Jess nos dice que evitemos la palabrera cuando rezamos: no se trata deinformar a Dios sobre algo que no sabe, ni de convencerle con argumentos de algo que noest seguro de concedernos.

    A continuacin Jess nos ensea la oracin del Padrenuestro, la oracin del Seor, quese ha convertido en la oracin de la Iglesia, de los que se sienten hijos (Padre) yhermanos (nuestro), la oracin que se ha llamado con razn resumen de todo elevangelio.

    El Padrenuestro nos educa a una visin equilibrada de nuestra vida. Se fija ante todo enDios. Dios es el centro, no nosotros: Padre... santificado sea tu nombre... hgase tuvoluntad... venga tu Reino. Luego pide para nosotros: el pan de cada da... el perdn de lasofensas... que no caigamos en la tentacin... que nos libre de mal.

    Jess hace, al final, un comentario que destaca la peticin ms incmoda del Padrenuestro:

    hemos pedido que Dios nos perdone como nosotros perdonamos. Se ve que, para Cristo,esta historia de nuestra relacin con Dios tiene otros protagonistas que tal vez no nosresultan tan agradables: los dems. Jess nos ensea a tenerlos muy en cuenta: siperdonis, tambin os perdonar... si no perdonis, tampoco os perdonar.

    3. a) Uno de los mejores propsitos que podramos tomar en esta Cuaresma, siguiendo lalnea que nos ha presentado Isaas, sera el de abrirnos ms a la palabra de Dios que bajasobre nosotros. Es la primera actitud de un cristiano: ponernos a la escucha de Dios,atender a su palabra, admitirla en nuestra vida, comerla, comulgar con esa palabra quees Cristo mismo, en la primera mesa, que se nos ofrece en cada Eucarista.

    Ojal a esa palabra que nos dirige Dios le dejemos producir en nuestro campo todo el fruto:

    no slo el treinta o el sesenta, sino el ciento por ciento. Como en el principio del mundodijo y fue hecho; como en la Pascua, que es el comienzo de la nueva humanidad, elEspritu de Dios resucit a Jess a una nueva existencia, as quiere hacer otro tanto connosotros en este ao concreto.

    b) A la palabra descendente que acogemos le responde tambin una palabra ascendente,nuestra oracin.

    Cuando nosotros le dirigimos la palabra a Dios, l ya est en sintona con nosotros. Lo queestamos haciendo es ponernos nosotros en onda con l, porque muchas veces estamosdistrados con mil cosas de la vida. En eso consiste la eficacia de nuestra oracin.

    Sera bueno que estos das leyramos, como lectura espiritual o de meditacin, la parte IVdel Catecismo de la Iglesia Catlica: qu representa la oracin en la vida de un creyente,cmo or Jess, cmo rez la Virgen Mara y, sobre todo, el sabroso comentario alPadrenuestro.

    Doble programa para la Cuaresma, imitando a Cristo en los cuarenta das del desierto:escuchar ms la palabra que Dios nos dirige y elevarle nosotros con ms sentido filialnuestra palabra de oracin. Para que nuestra oracin supere la rutina y el verbalismo, y seaen verdad un encuentro sencillo pero profundo con ese Dios que siempre est cercano, quees Padre, que siempre quiere nuestro bien y est dispuesto a darnos su Espritu, el resumende todos los bienes que podemos desear y pedir. Tambin nosotros podemos decir, comoJess en la resurreccin de Lzaro: Padre, yo s que siempre me escuchas.

    Como baja la lluvia y empapa la tierra y la fecunda, as ser mi palabra (1 lectura)

    Si el afligido invoca al Seor, l lo escucha y lo salva de sus angustias (salmo)

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    No slo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios(aclamacin)

    Vosotros rezad as: Padre nuestro del cielo... (evangelio)

    Si perdonis a los dems sus culpas, tambin vuestro Padre os perdonar a vosotros(evangelio)

    Mircoles

    El profeta Jons -el nico personaje judo que aparece en este libro- no es precisamente unmodelo de creyente ni de profeta. Si por fin va a predicar a Nnive es porque se veobligado, porque l bien haba querido escaparse de su misin. Nnive era una ciudadconsiderada frvola, pecadora, y Jons teme un estrepitoso fracaso en su misin. Adems,se enfada cuando ve que Dios, compadecido, no va a castigar a los ninivitas. Mal profeta.

    No hace falta que consideremos como histrico este libro de Jons. Es un aplogo a modode parbola, una historia edificante con una intencin clara: mostrar cmo los paganos -en

    este caso nada menos que Nnive, con todos sus habitantes, desde el rey hasta el ganado-hacen caso de la predicacin de un profeta y se convierten, mientras que Israel, el puebloelegido, a pesar de tantos profetas que se van sucediendo de parte de Dios, no les hace caso.

    2. La reina de Sab vino desde muy lejos, atrada por la fama de sabio del rey Salomn.Los habitantes de Nnive hicieron caso a la primera a la voz del profeta Jons y seconvirtieron.

    Jess se queja de sus contemporneos porque no han sabido reconocer en l al enviado deDios. Se cumple lo que dice san Juan en su evangelio: vino a los suyos y los suyos no lereconocieron. Los habitantes de Nnive y la reina de Sab tendrn razn en echar en cara alos judos su poca fe. Ellos, con muchas menos ocasiones, aprovecharon la llamada de

    Dios.3. Nosotros, que estamos mucho ms cerca que la reina de Sab, que escuchamos la palabrade uno mucho ms sabio que Salomn y mucho ms profeta que Jons, le hacemos caso?nos hemos puesto ya en camino de conversin? Los que somos buenos, o nos tenemospor tales, corremos el riesgo de quedarnos demasiado tranquilos y de no sentirnosmotivados por la llamada de la Cuaresma: tal vez no estamos convencidos de que somospecadores y de que necesitamos convertirnos.

    Hoy hace una semana que iniciamos la Cuaresma con el rito de la ceniza. Hemos entradoen serio en este camino de preparacin a la Pascua? est cambiando algo en nuestrasvidas? Conversin significa cambio de mentalidad (metnoia). Estamos realizando en

    esta Cuaresma aquellos cambios que ms necesita cada uno de nosotros?La palabra de Dios nos est sealando caminos concretos: un poco ms de control denosotros mismos (ayuno), mayor apertura a Dios (oracin) y al prjimo (caridad). TendrJess motivos para quejarse de nosotros, como lo hizo de los judos de su tiempo por suobstinacin y corazn duro?

    Jons anunci que dentro de cuarenta das Nnive ser arrasada. A nosotros se nos estdiciendo que dentro de cuarenta das ser Pascua, la gran ocasin de sumarnos a la graciade ese Cristo que a travs de la muerte entra en una nueva existencia. De veras podremoscelebrar Pascua con l? de veras nos creemos la oracin del salmo de hoy: oh Dios, creaen m un corazn puro, renuvame por dentro con espritu firme?

    La Cuaresma es la convocatoria a la renovacin: has establecido generosamente estetiempo de gracia para renovar en santidad a tus hijos, de modo que, libres de todo afecto

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    desordenado, vivamos las realidades temporales como primicias de las realidades eternas(prefacio II de Cuaresma).

    Los que esperan en ti no quedan defraudados (entrada)

    Cuando vio Dios cmo se convertan de su mala vida, tuvo piedad de su pueblo (1lectura)

    Oh Dios, crea en mi un corazn puro, renuvame por dentro con espritu firme (salmo)Que se alegren los que se acogen a ti con jbilo eterno (comunin)

    Jueves

    1. Es admirable la oracin que este libro pone en boca de la reina Ester. Ester es unamuchacha juda que ha logrado pertenecer al grupo de esposas del rey de Persia. Ahora esttemblando de miedo porque su pueblo -y ella misma, por tanto- corre peligro dedesaparecer vctima de las intrigas de un ministro que los odia.

    El libro no pertenece al gnero histrico. Ms bien est escrito con una intencin religiosa,espiritual: animar a los lectores de todos los tiempos a tener confianza en Dios, porquesiempre est dispuesto a ayudarnos en nuestra lucha contra el mal. La reina toma la atrevidadecisin de presentarse ante el rey -el len- sin haber sido llamada. Pero no se fa de suspropias fuerzas y por eso invoca humildemente a Dios para que la ayude en este momentotan decisivo.

    En su oracin reconoce ante todo la grandeza de Dios y su cercana para con el puebloelegido. Reconoce tambin que hemos pecado contra ti y hemos dado culto a otrosdioses. Y le pide que una vez ms les siga protegiendo. Es una oracin humilde y confiadaa la vez. Que result eficaz, porque el rey accedi a su peticin, el pueblo se salv y elministro enemigo -no sin cierta dosis de astucia por parte de Ester y los suyos- pag suambicin con la vida.

    2. Esta pgina del AT nos prepara para escuchar las afirmaciones de Jess: pedid y se osdar, llamad y se os abrir. Dios est siempre atento a nuestra oracin.

    El ejemplo que pone Jess es el del padre que quiere el bien de su hijo y le da cosasbuenas. Cunto ms Dios, que es nuestro Padre, que siempre est atento a lo quenecesitamos!

    3. La oracin de Ester fue escuchada. Y Jess nos asegura que nuestra oracin nunca dejade ser escuchada por Dios.

    Esto nos hace pensar que, aunque a veces no se nos conceda exactamente lo que pedimostal como nosotros lo pedimos, nuestra oracin debe tener otra clase de eficacia. Como decasan Agustn, si tu oracin no es escuchada, es porque no pides como debes o porque pideslo que no debes. Un padre no concede siempre a su hijo todo lo que pide, porque, a veces,ve que no le conviene. Pero s le escucha siempre y le da cosas buenas.

    As tambin Dios para con nosotros. En verdad, nuestra oracin no es la primera palabra: esya respuesta a la oferta de Dios, que se adelanta a desear nuestro bien ms que nosotrosmismos. Cuando nosotros pedimos algo a Dios, estamos dicindole algo que ya saba,estamos pronunciando lo que l aprecia ms que nosotros con su corazn de Padre. Nuestraoracin es, en ese mismo momento, eficaz, porque nos hemos puesto en sintona conDios y nos identificamos con su voluntad, con su deseo de salvacin para todos. De alguna

    manera, adems, nos comprometemos a trabajar en lo mismo que pedimos.Tenemos un ejemplo en Jess. l pidi ser librado de la muerte. Dice la carta a los Hebreosque fue escuchado. Esto puede parecer sorprendente, porque muri. S, pero fue liberado

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    de la muerte... despus de haberla experimentado, y as entr en la nueva existencia deSeor Glorioso. A veces es misteriosa la manera como Dios escucha nuestra oracin.

    Podemos estar seguros, con el salmo, y decir confiadamente: cuando te invoqu, meescuchaste, Seor. Muchas veces nuestra oracin, como la de Ester, se refiere a lasituacin de la sociedad o de la Iglesia. No est tambin ahora el pueblo cristiano enpeligro? Tambin en esta direccin debe ser confiada y humilde, seguros de que Dios la

    oye, y entendiendo nuestra splica tambin como una toma de conciencia y decompromiso. Por una parte, estamos dispuestos a trabajar por la evangelizacin de nuestromundo, y por otra, le pedimos a Dios: extiende tu brazo, Seor, no abandones la obra detus manos.

    Concdenos la gracia, Seor, de pensar y practicar siempre el bien (oracin)

    Cuando te invoqu, me escuchaste, Seor (salmo)

    Mi alma espera en el Seor, espera en su palabra (aclamacin al evangelio)Pedid y se os dar (evangelio)

    Viernes

    1. Hoy, viernes, las lecturas bblicas nos invitan a pensar en nuestra conversin cuaresmal,porque tambin en nuestra vida puede darse el pecado.

    Se nos recuerda que cada uno es responsable de sus propias actuaciones: no vale echar laculpa a los antepasados o a la sociedad o a los otros. En otras ocasiones se nos pone delanteel carcter colectivo y comunitario de nuestras acciones, pero esta vez Ezequiel personaliza

    claramente tanto el pecado como la conversin.Dios quiere la conversin de cada uno y que cada persona viva segn sus caminos. Si unpecador se convierte, lo que importa es esto, y Dios no tendr en cuenta lo anterior. Pero,por desgracia, tambin puede pasar lo contrario: que uno que llevaba buen camino caiga enla dejadez y se haga pecador, y tambin aqu lo que cuenta es la actitud que ha asumidoahora.

    Por parte de Dios una cosa es clara: lo suyo no es castigar y estar espiando nuestra falta,sino que quiere que todos se conviertan de sus caminos y vivan, y est siempre dispuesto aacoger al que vuelve a l. Es lo que subraya ms el salmo de hoy: de ti procede elperdn... del Seor viene la misericordia y l redimir a Israel de todos sus delitos.

    2. Es un programa exigente el que Jess nos propone para la conversin pascual: quenuestra santidad sea ms perfecta que la de los fariseos y letrados, que era ms bien deapariencias y superficial.

    Osteis... pero yo os digo. No podemos contentarnos con no matar, sino que hemos dellegar a no estar peleado con el hermano y a no insultarle. La conversin de las actitudesinteriores, adems de los hechos exteriores: los juicios, las intenciones, las envidias yrencores.

    No slo reconciliarse con Dios, sino tambin con el hermano. Y, si es el caso, dar prioridada este entendimiento con el hermano, ms incluso que a la ofrenda de sacrificios a Dios en

    el altar.3. Ambas lecturas nos pueden hacen pensar un poco en nuestro camino de Cuaresma haciala nueva vida pascual.

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    Nos urgen a convertirnos. Porque todos somos dbiles y el polvo del camino se va pegandoa nuestras sandalias. Convertirnos significa volvernos a Dios.

    El peligro que sealaba Ezequiel tambin nos puede acechar a nosotros. Tenemos latendencia a echar la culpa de nuestra flojera a los dems: a la sociedad neopagana en quevivimos, a la Iglesia que es dbil y pecadora, a las estructuras, al mal ejemplo de losdems? Es verdad que todo eso influye en nosotros. Pero no hacemos bien en buscar ah un

    alibi para nuestros males. Debemos asumir el mea culpa, dndonos claramente golpesen nuestro pecho (no en el del vecino). S, existe el pecado colectivo y las estructuras depecado de las que habla Juan Pablo II en sus encclicas sociales. Pero cada uno de nosotroses pecador y tenemos nuestra parte de culpa y debemos volvernos hacia Dios en el caminode la Pascua.

    En concreto, lo que ms nos puede costar es precisamente lo que seala Jess en el evangelio:el amor al prjimo. No estar peleado con l y, si lo estamos, reconciliarnos en esta Cuaresma.Cmo podremos celebrar con Cristo la Pascua, el paso a la nueva vida, si continuamos con losviejos rencores con los hermanos? Ve primero a reconciliarte con tu hermano. No esperes aque venga l: da t el primer paso. Cuaresma no slo es reconciliarse con Dios, sino tambin

    con las personas con las que convivimos. En preparacin a la Pascua deberamos tomar ms enserio lo que se nos dice antes de la comunin en cada Misa: daos fraternalmente la paz.

    Hoy sera bueno que rezramos por nuestra cuenta, despacio, el salmo 129: desde lo hondo a tigrito, Seor..., dicindolo desde nuestra existencia pecadora, sintindonos dbiles, peroconfiando en la misericordia de Dios, y preparando nuestra confesin pascual.

    Seor, ensancha mi corazn oprimido y scame de mis tribulaciones (entrada)

    Acaso quiero yo la muerte del malvado y no, que se convierta de su camino y que viva? (1lectura)

    Del Seor viene la misericordia, la redencin copiosa (salmo)

    Vete primero a reconciliarte con tu hermano y entonces vuelve a presentar tu ofrenda(evangelio)

    Sabado

    1. Te has comprometido con el Seor a ir por sus caminos. La idea del camino describebien nuestra vida. Moiss se lo dice hoy a su pueblo. A nosotros, en la Cuaresma, se nosrecuerda de un modo ms explcito que los cristianos tenemos un camino propio, un estilode vida, el que nos traza la palabra revelada de Dios, que escuchamos cada da.

    Son las exigencias internas de la Alianza: nosotros tenemos que portarnos como el pueblode Dios, siguindole slo a l. Dios, por su parte, nos promete ser nuestro Dios, ayudarnos,hacer de nosotros el pueblo consagrado, elegido, que da testimonio de su salvacin enmedio del mundo.

    Es el nico camino que lleva a la salvacin. A la felicidad. A la Pascua. Dios nos essiempre fiel. Nosotros tambin debemos serle fieles y cumplir su voluntad con todo elcorazn y con toda el alma.

    2. El evangelio de hoy nos pone delante un ejemplo muy concreto de este estilo de vida queDios quiere de nosotros. Jess nos presenta su programa: amar incluso a nuestrosenemigos.

    El modelo, esta vez, es Dios mismo (otras veces se presenta Jess como el que ha amado deveras; esta vez nos propone a su Padre). Dios ama a todos. Hace salir el sol sobre malos ybuenos. Manda la lluvia a justos e injustos. Porque es Padre de todos. As tenemos que

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    amar nosotros. Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. As seris hijos devuestro Padre que est en el cielo.

    3. Varias veces ha aparecido en la primera lectura la palabra hoy. Es a nosotros a quienesinterpela esta palabra, para que en esta Cuaresma, la de este ao concreto, revisemos si elcamino que llevamos es el que Dios quiere de nosotros o tenemos que reajustar nuestradireccin.

    Si los del AT podan sentirse urgidos por esta llamada, mucho ms nosotros, los quevivimos segn la Nueva Alianza de Cristo: nuestro compromiso de caminar segn Dios esmayor. De modo que pueda decirse tambin de nosotros, con el salmo de hoy: dichoso elque camina en la voluntad del Seor... ojal est firme mi camino para cumplir tusconsignas.

    Hoy tenemos que recoger, en concreto, la difcil consigna de Cristo: amar a los enemigos.Su lenguaje es muy claro y concreto (demasiado para nuestro gusto): si amis a los que osaman, qu premio tendris?... si saludis slo a vuestro hermano, qu hacis deextraordinario?.

    Somos de corazn ancho? amamos a todos, o hacemos seleccin segn nuestro gusto onuestro inters? Segn el termmetro que nos propone Jess, podemos decir que somoshijos de ese Padre que est en el cielo y que ama a todos?

    Es arduo el programa. Pero la Pascua a la que nos preparamos es la celebracin de unCristo Jess que se entreg totalmente por los dems: tambin a l le cost, pero muriperdonando a los que le haban llevado a la cruz, como perdon a Pedro, que le habanegado. Ser seguidores suyos es asumir su estilo de vida, que es exigente: incluye el sermisericordiosos entregados por los dems, y poner buena cara incluso a los que ni nossaludan.

    La ley del Seor es perfecta y es descanso del alma (entrada)

    Dichoso el que camina en la voluntad del Seor (salmo)

    Si amis a los que os aman, qu premio tendris? (evangelio)

    Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (evangelio)

    A los que has iluminado con el don de tu palabra, acompales siempre con el consuelode tu gracia (poscomunin)

    Segunda semana de cuaresma

    Lunes

    1. Empezamos la segunda semana de la Cuaresma con una oracin penitencial muy hermosa, puestaen labios de Daniel. l reconoce la culpa del pueblo elegido, tanto del Sur (Jud) como del Norte(Israel), tanto del pueblo como de sus dirigentes. No han hecho ningn caso de los profetas queDios les enva: hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos sido malos, nos hemos apartadode tus mandamientos y de tus normas, hemos pecado contra ti.

    Mientras que por parte de Dios todo ha sido fidelidad. Daniel hace una emocionada confesin de labondad de Dios: Dios grande, que guardas la alianza y el amor a los que te aman... Al Seor Diosnuestro la piedad y el perdn.

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    2. Si la direccin de la primera lectura era en relacin con Dios -reconocernos pecadores y pedirleperdn a l- el pasaje del evangelio nos hace sacar las consecuencias (cosa ms incmoda): Jessnos invita a saber perdonar nosotros a los dems.

    El programa es concreto y progresivo: sed compasivos... no juzguis... no condenis... perdonad...dad. El modelo sigue siendo, como ayer, el mismo Dios: sed compasivos como vuestro Padre escompasivo. Esta actitud de perdn la pone Jess como condicin para que tambin a nosotros nos

    perdonen y nos den: la medida que usis, la usarn con vosotros. Es lo que nos ense a pedir enel Padrenuestro: perdnanos... como nosotros perdonamos.

    3. a) Nos va bien reconocer que somos pecadores, haciendo nuestra la oracin de Daniel.Personalmente y como comunidad.

    Reconocer nuestra debilidad es el mejor punto de partida para la conversin pascual, para nuestravuelta a los caminos de Dios. El que se cree santo, no se convierte. El que se tiene por rico, no pide.El que lo sabe todo, no pregunta. Nos reconocemos pecadores? somos capaces de pedir perdndesde lo profundo de nuestro ser? preparamos ya con sinceridad nuestra confesin pascual?

    Cada uno sabr cul es su situacin de pecado, cules sus fallos desde la Pascua del ao pasado. Ah

    es donde la palabra nos quiere enfrentar con nuestra propia historia y nos invita a volvernos a Dios.A mejorar en algo concreto nuestra vida en esta Cuaresma. Aunque sea un detalle pequeo, peroque se note. Seguros de que Dios, misericordioso, nos acoger como un padre.

    Hagamos nuestra la splica del salmo: Seor, no nos trates como merecen nuestros pecados...Lbranos y perdona nuestros pecados.

    b) Pero tambin debemos aceptar el otro paso, el que nos propone Jess: ser compasivos y perdonara los dems como Dios es compasivo y nos perdona a nosotros. Ya el sbado pasado se nospropona ser perfectos como el Padre celestial es perfecto, porque ama y perdona a todos. Hoy senos repite la consigna.

    De veras tenemos un corazn compasivo? Cuntas ocasiones tenemos, al cabo del da, paramostrarnos tolerantes, para saber olvidar, para no juzgar ni condenar, para no guardar rencor; paraser generosos, como Dios lo ha sido con nosotros! Esto es ms difcil que hacer un poco de ayuno oabstinencia.

    Ah tenemos un buen examen de conciencia para ponernos en lnea con los caminos de Dios y conel estilo de Jess. Es un examen que duele. Tendramos que salir de esta Cuaresma con mejorcorazn, con mayor capacidad de perdn y tolerancia.

    Antes de ir a comulgar con Cristo, cada da decimos el Padrenuestro. Hoy ser bueno que digamosde verdad lo de perdnanos como nosotros perdonamos. Pero con todas las consecuencias:porque a veces somos duros de corazn y despiadados en nuestros juicios y en nuestras palabras conel prjimo, y luego muy humildes en nuestra splica a Dios.

    Slvame, Seor, ten misericordia de m (entrada)

    Hemos pecado, hemos sido malos, no hemos escuchado la voz del Seor (1 lectura)

    Seor, no nos trates como merecen nuestros pecados (salmo)

    Sed compasivos, no juzguis, no condenis (evangelio)

    Martes

    1. De nuevo una llamada a la conversin. Esta vez con palabras del profeta a los habitantes de dos

    ciudades que eran todo un smbolo del pecado en el AT: Sodoma y Gomorra.Pues bien, por grandes que sean los pecados de una persona o de un pueblo, si se convierte,quedarn blancos como la nieve, como lana blanca, y podrn comer de lo sabroso de la tierra que

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    Dios les prepara. Es expresivo el contraste de los colores: rojos como la grana... blancos como lanieve. Eso s, tienen que cambiar su conducta, abandonar el mal y comprometerse activamente enel bien: escuchad la enseanza de nuestro Dios... Iavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestrasmalas acciones, cesad de obrar mal, defended al oprimido, sed abogados del hurfano.

    El salmo de hoy da un paso ms: compara la liturgia con la caridad, y sale ganando, una vez ms, lacaridad: no te reprocho tus sacrificios... por qu recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca

    mi alianza, t que detestas mi enseanza y te echas a la espalda mis mandatos?. La acusacin deDios se hace dramtica: esto haces y me voy a callar? Te acusar, te lo echar en cara.

    2. La hipocresa que ya denunciaba el salmo -rezar a Dios, pero no cumplir sus enseanzas en lavida- la desenmascara todava con mayor fuerza Jess en el evangelio.

    Su punto de mira son una vez ms los fariseos, que hablan pero no cumplen, que son exigentes paracon los dems y permisivos para consigo mismos, que todo lo hacen para recibir las alabanzas de lagente y andan buscando los primeros puestos. Jess les acusa de intransigentes, de vanidosos, decontentarse con las formas exteriores, para la galera, pero sin coherencia interior.

    Jess quiere en los suyos la actitud contraria: el primero entre vosotros ser vuestro servidor.

    Como l mismo, que no vino a ser servido sino a servir y dar la vida por los dems.3. a) La llamada la omos este ao nosotros: cesad de obrar mal, aprended a obrar bien, buscad la

    justicia...

    Con mucha confianza en el Dios que sabe y que quiere perdonar. Pero dispuestos a tomardecisiones, a hacer opciones concretas en este camino cuaresmal. No seremos tan viciosos como losde Sodoma o Gomorra. Pero s somos dbiles, flojos, y seguro que podemos acoger en nosotros conmayor coherencia la vida nueva de la Pascua. Si cambian algunas actitudes deficientes de nuestravida, entonces s que nos estamos preparando a la Pascua: al que sigue el buen camino le har verla salvacin de Dios. Algo tiene que cambiar: qu defecto o mala costumbre voy a corregir? qupropsito, de los que he hecho tantas veces en mi vida, voy a cumplir este ao?

    Haciendo caso al salmo, est bien que recordemos que nuestra Cuaresma ser un xito, no tanto sihemos cambiado algunas cosas de la liturgia, los colores o los cantos. Ni siquiera si hemoscumplido los das prescritos de abstinencia de algunos alimentos. Sino, como la palabra de Diosinsiste en proponernos todos estos das, si cambiamos nuestra conducta, nuestra relacin con losdems. No puede ser buena una Eucarista que no vaya acompaada de fraternidad, una comuninque nos une con Cristo pero no nos une ms con el prjimo.

    b) Apliqumonos en concreto la dura advertencia de Jess a los fariseos, que eran unos catedrticosa la hora de explicar cosas, pero ellos no las cumplan.

    La hipocresa puede ser precisamente el pecado de los buenos. Nos resulta fcil hablar, explicar alos dems el camino del bien, y luego corremos el peligro de que nuestra conducta est muy lejos delo que explicamos.

    Podra decir Jess de nosotros -los que hablamos a los dems en la catequesis, en la comunidadparroquial o religiosa, en la escuela, en la familia-, haced lo que os digan, pero no hagis lo queellos hacen? Qu hay de fariseo en nosotros? nos conformamos con la apariencia exterior?somos exigentes con los dems y tolerantes con nosotros mismos? nos gusta decir palabrasbonitas -amor, democracia, comunidad- y luego resulta que no corresponden a nuestras obras?buscamos la alabanza de los dems y los primeros puestos?

    La palabra de Dios nos va persiguiendo a lo largo de estas semanas de Cuaresma para que no nosquedemos en unos retoques superficiales, sino que profundicemos en nuestro camino de Pascua.

    Da luz a mis ojos para que no duerma en la muerte (entrada)Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien (1 lectura)

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    Al que sigue buen camino le har ver la salvacin de Dios (salmo)

    Convertos a m de todo corazn porque soy compasivo y misericordioso (aclamacin) Que estaEucarista nos ayude a vivir ms santamente (poscomunin)

    Mircoles

    1. Jeremas fue una figura impresionante de la pasin de Jess. Tuvo que hablar en nombre de Diosen tiempos difciles, inmediatamente antes del destierro final. No le hicieron caso. Le persiguieron.

    En el primer prrafo hablan los que conspiran contra el profeta. Les estorba. Como estorbansiempre los verdaderos profetas, los que dicen, no lo que halaga los odos de sus oyentes, sino loque les parece en conciencia que es la voluntad de Dios. No haremos caso de sus orculos.Irnicamente dicen estos judos malvados que, aunque eliminen a un profeta como Jeremas, noles faltarn ni sacerdotes ni sabios ni profetas que s digan lo que a ellos les agrada. Son los falsosprofetas, que siempre han hecho carrera.

    En el siguiente prrafo es el profeta el que se queja ante Dios de esta persecucin y le pide su

    ayuda. Se siente indefenso, me acusan, han cavado una fosa para m. La splica contina en elsalmo: scame de la red que me han tendido, oigo el cuchicheo de la gente, se conjuran contra miy traman quitarme la vida... pero yo confo en ti, slvame, Seor. Y eso que Jeremas hablaintercedido ante Dios en favor del pueblo que ahora le vuelve la espalda.

    Lo que pasa con Jeremas es un exacto anuncio de lo que en el NT harn con Jess sus enemigos,acusndole y acosndole hasta eliminarlo. Pero l muri pidiendo a Dios que perdonara a susverdugos. Jeremas es tambin el prototipo de tantos inocentes que padecen injustamente por eltestimonio que dan, y de tantos profetas que en todos los tiempos han padecido persecucin ymuerte por sus incmodas denuncias.

    2. Qu contraste de actitudes entre Jess y sus discpulos!

    Jess iba subiendo a Jerusaln: iba a cumplir su misin, aunque fuera a costar. Iba a ser entregadoy condenado, a morir por la humanidad y a resucitar. Este es el tercero de los anuncios que hace desu pasin a sus asustados discpulos, que no entienden o no quieren entender. El Hijo del hombreha venido a dar su vida por muchos. Ellos siguen a Jess como al Mesas, pero no entra en sucabeza que el estilo de la salvacin sea a travs de la cruz.

    En efecto, basta ver la escena que Mateo cuenta a continuacin: la madre de Santiago y Juan pidepara sus hijos los puestos de honor. Exactamente lo contrario de lo que Jess les estaba inculcando.No es de extraar que los otros diez apstoles reaccionaran disgustados: pero es porque ellostambin queran lo mismo, y esos dos se les haban adelantado.

    Los criterios de aquellos apstoles eran exactamente los criterios de este mundo: el poder, elprestigio, el xito humano. Mientras que los de Cristo son la entrega de s mismos, ser servidores delos dems, no precisamente buscando los puestos de honor.

    3. En nuestro camino de preparacin de la Pascua se nos propone hoy un modelo soberano: CristoJess, que camina decididamente en el cumplimiento de su misin. Va camino de la cruz y de lamuerte, el camino de la solidaridad y de la salvacin de todos.

    No he venido a ser servido, sino a dar mi vida por los dems.

    Es el camino de todos los que le imitan. Ya antes, Jeremas haba sido fiel, a pesar de lasdificultades, a lo que Dios peda de l. Y despus, millones de cristianos han seguido el camino desu Maestro hasta la cruz y la vida resucitada.

    No nos suele gustar el camino de la subida a la cruz. A Jeremas tambin le hubiera sido mucho mscmodo renunciar a su fuego interior de profeta y callarse, para volver a su pueblo a divertirse con

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    sus amigos. A Jess le hubiera ido mucho mejor, humanamente, si no hubiera denunciado con tantaclaridad a las clases dirigentes de su tiempo.

    A un cristiano le puede parecer que en medio de este mundo es mejor contemporizar y seguir lasmismas consignas que todos, en busca del bienestar personal. Pero el camino de la Pascua escamino de vida nueva, de renuncia al mal, de imitacin de un Cristo que se entrega totalmente, quenos ensea a no buscar los primeros puestos, sino a ser los servidores de los dems, cosa que en este

    mundo parece ridcula.

    Aquellos discpulos de Jess que en esta ocasin no haban entendido nada, entre ellos Pedro,madurarn despus y no slo darn valiente testimonio de Jess a pesar de las persecuciones y lascrceles, sino que todos morirn mrtires, entregando su vida por el Maestro.

    Nos est ayudando la Cuaresma de este ao en el camino de imitacin de Jess en su camino a lacruz? o todava pensamos con mentalidad humana, persiguiendo los xitos fciles y el serservidos, salindonos siempre con la nuestra, sin renunciar nunca a nada de lo que nos apetece?organizamos nuestra vida segn nuestros gustos o segn lo que Dios nos est pidiendo?

    En la noche de la Vigilia Pascual se nos harn dos preguntas claves, que ya desde ahora debemos ir

    respondiendo en nuestra actuacin concreta: renunciis al mal?... creis en Dios... en Cristo?.Es el tiempo de las opciones.

    En la Eucarista comemos a Cristo Jess como el entregado por los dems, como el panpartido, como el que ha derramado su sangre por todos. Estamos aprendiendo de l esa actitudde entrega?

    Seor, guarda a tu familia en el camino del bien que le sealaste (oracin)

    Tus palabras, Seor, son espritu y vida, t tienes palabras de vida eterna (aclamacin)

    El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para dar su vida por muchos (evangelio)

    Seor, lbranos de las ataduras del pecado (ofrendas)

    Jueves

    1. El profeta nos ofrece una meditacin sapiencial muy parecida a la que oamos en labios deMoiss el jueves de la semana de ceniza. Quines son benditos y darn fruto? quines malditos yquedarn estriles?

    Es maldito quien pone su confianza en lo humano, en las fuerzas propias (en la carne). Lacomparacin es expresiva: su vida ser estril, como un cardo raqutico en tierra seca.

    Es bendito el que confa en Dios: se s dar fruto, como un rbol que crece junto al agua.

    La opcin sucede en lo ms profundo del corazn (un corazn que segn Jeremas es falso yenfermo). Los actos exteriores concretos son consecuencia de lo que hayamos decididointeriormente: si nos fiamos de nuestras fuerzas o de Dios.

    Esto lo dice Jeremas para el pueblo de Israel, siempre tentado de olvidar a Dios y poner suconfianza en alianzas humanas, militares, econmicas o polticas. Pero es un mensaje para todosnosotros, sobre todo en este tiempo en que el camino de la Pascua nos invita a reorientar nuestrasvidas.

    2. La parbola del rico Epuln (el que banquetea) y del pobre Lzaro nos sita, esta vez en labiosde Jess, ante la misma encrucijada: en qu ponemos nuestra confianza en esta vida?

    El rico la puso en sus riquezas y fall. En el momento de la verdad no le sirvieron de nada. El pobreno tuvo esas ventajas en vida. Pero se ve que s haba confiado en Dios y eso le llev a la felicidaddefinitiva.

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    El rico del que habla Jess no se dice que fuera injusto, ni que robara. Sencillamente, estabademasiado lleno de sus riquezas e ignoraba la existencia de Lzaro. Era insolidario y adems no sedio cuenta de que en la vida hay otros valores ms importantes que los que l apreciaba.

    3. a) La opcin que nos propona el profeta sigue siendo actual.

    Es tambin la que hemos rezado en el salmo de hoy, prolongacin -coherente como pocas veces- de

    la primera lectura: dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Seor... ser como rbolque da fruto en su sazn y no se marchitan sus hojas. No as los impos, no as: sern paja quearrebata el viento.

    La Cuaresma nos propone una gracia, un don de Dios. Pero se nos anuncia que es tambin juicio: alfinal quin es el que ha acertado y tiene razn en sus opciones de vida? Tendramos que aprenderlas lecciones que nos va dando la vida. Cuando hemos seguido el buen camino, somos mucho msfelices y nuestra vida es fecunda. Cuando hemos desviado nuestra atencin y nos hemos dejadoseducir por otros apoyos que no eran la voluntad de Dios, siempre hemos tenido que arrepentirnosdespus. Y luego nos extraamos de la falta de frutos en nuestra vida o en nuestro trabajo.

    b) Tambin la parbola de Jess nos interpela. No seremos seguramente de los que se enfrascan tan

    viciosamente en banquetes y bienes de este mundo como el Epuln. Pero todos tenemos ocasionesen que casi instintivamente buscamos el placer, el bienestar, los apoyos humanos. La escala devalores de Jess es mucho ms exigente que la que se suele aplicar en este mundo. A los que elmundo llama dichosos, no son precisamente a los que Jess alaba. Y viceversa. Tenemos quehacer la opcin.

    No es que Jess condene las riquezas. Pero no son la finalidad de la vida. Adems, estn hechaspara compartirlas. No podemos poner nuestra confianza en estos valores que el mundo ensalza. Noson los ltimos. Ms bien a veces nos cierran el corazn y no nos dejan ver la necesidad de losdems. Y cuando nos damos cuenta ya es tarde.

    Estamos apegados a cosas? tenemos tal instinto de posesin que nos cierra las entraas y nos

    impide compartirlas con los dems? No se trata slo de riquezas econmicas. Tenemos otros dones,tal vez en abundancia, que otros no tienen, de orden espiritual o cultural: somos capaces decomunicarlos a otros? Hay campaas como la del 0'7, en ayuda de los pases pobres, que nosdeberan interpelar. Y hay tambin situaciones ms cercanas y domsticas, en nuestra mismafamilia o comunidad, que piden que seamos ms generosos con los dems. Hay muchos Lzaros anuestra puerta. A lo mejor no necesitan dinero, sino atencin y cario.

    La Cuaresma nos invita a que la caridad para con los dems sea concreta. Que sea caridad solidaria.Para que podamos oir al final la palabra alentadora de Jess: tuve hambre y me diste de comer...cuando lo hiciste con uno de ellos, lo hiciste conmigo.

    Seor, mira si mi camino se desva, guame por el camino recto (entrada)

    Dichoso el que ha puesto su confianza en el Seor (salmo)

    Dichoso el que con vida intachable camina en la voluntad del Seor (comunin)

    Que el fruto de esta Eucarista se manifieste siempre en nuestras obras (poscomunin)

    Viernes

    1. Hoy, viernes, las lecturas nos presentan ms explcitamente el destino de cruz y muerte queespera a Jess al final de su camino.

    Y en el AT se ha buscado una figura entraable: Jos, traicionado por sus propios hermanos.

    La de Jos es una historia novelada, edificante, que expresa las infidelidades de Israel y sobretodo del estilo que tiene Dios de sacar bien del mal.

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    Sbado

    1. Una oracin humilde, llena de confianza en Dios, es la que nos ofrece Miqueas hoy.

    Los rasgos con que retrata a Dios son a cual ms expresivos:

    - es como el pastor que ir recogiendo a las ovejas de Israel que andan perdidas por la maleza;

    - volver a repetir lo que hizo entonces liberando a su pueblo de la esclavitud de Egipto;- y no los castigar: Dios es el que perdona; sa es la experiencia de toda la historia: se complaceen la misericordia, volver a compadecerse, ser compasivo con Abrahn, como juraste anuestros padres en tiempos remotos;

    - arrojar a lo hondo del mar nuestros delitos. Es una verdadera amnista la que se nos anunciahoy.

    El salmo 102, un hermoso canto a la misericordia de Dios, insiste: el Seor es compasivo ymisericordioso... no nos trata como merecen nuestros pecados. Es un salmo que hoy podramosrezar por nuestra cuenta despacio dicindolo en primera persona, desde nuestra historia concreta, aese Dios que nos invita a la conversin. Es una entraable meditacin cuaresmal y una buena

    preparacin para nuestra confesin pascual.2. La parbola del hijo prdigo es de las que mejor conocemos y que siempre nos interpela, sobretodo en la Cuaresma.

    Sus personajes se han hecho famosos.

    El padre aparece como persona liberal, que da margen de confianza al hijo que se quiere ir y luegole perdona y le acepta de vuelta. Este padre sale dos veces de su casa: la primera para acoger al hijoque vuelve y la segunda para tratar de convencer al hermano mayor de que tambin entre y participeen la fiesta.

    El hijo pequeo, bastante golfo l, es el protagonista de una historia de ida y vuelta, que aprende las

    duras lecciones que le da la vida, y al fin reacciona bien. Es capaz de volver a la casa paterna.El hermano mayor es el que Jess enfoca ms expresamente: en l retrata a los fariseos y letradosque murmuraban porque Jess acoge a los pecadores y come con ellos. A ellos les dedica estaparbola y describe su postura en la del hermano mayor.

    3. En Cuaresma nos acordamos ms de la bondad de Dios. Como Miqueas invita a su pueblo aconvertirse a Yahv, porque es misericordioso y los acoger amablemente, tambin nosotrosdebemos volvernos hacia Dios, llenos de confianza, porque l arrojar nuestros pecados a lo hondodel mar.

    Pero la parbola de Jess nos pone ante una alternativa: en cul de las tres figuras nos vemos

    reflejados?Actuamos como el padre? El respeta la decisin de su hijo, aunque seguramente no la entiende nila acepta. Y cuando le ve volver le hace fcil la entrada en casa. Sabemos acoger al que vuelve?le damos un margen de confianza, le facilitamos la rehabilitacin? o le recordaremos siempre loque ha hecho, pasndole factura de su fallo? El padre esgrimi, no la justicia o la necesidad de uncastigo pedaggico, sino la misericordia. Qu actitud adoptamos nosotros en nuestra relacin conlos dems?

    Actuamos como el hijo prdigo? Tal vez en algn periodo de nuestra vida tambin nos hemoslanzado a la aventura, no tan extrema como la del joven de la parbola, pero s aventura al fin y alcabo, desviados del camino que Dios nos peda que siguiramos.

    Cuando omos hablar o hablamos del hijo prdigo, nos acordamos slo de los dems, de lospecadores, o nos incluimos a nosotros mismos en esa historia del bien y del mal, que tambinexisten en nuestra vida? Nos hemos puesto ya, en esta Cuaresma, en actitud de conversin, de

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    reconocimiento humilde de nuestras faltas y de confianza en la bondad de Dios, dispuestos a volvera l y serle ms fieles desde ahora? sabemos pedir perdn? preparamos ya el sacramento de lareconciliacin, que parece descrito detalladamente en esta parbola en sus etapas dearrepentimiento, confesin, perdn y fiesta?

    O bien actuamos como el hermano mayor? l no acepta que al pequeo se le perdone tanfcilmente. Tal vez tiene razn en querer dar una leccin al aventurero. Pero Jess contrapone su

    postura con la del padre, mucho ms comprensivo. Jess mismo actu con los pecadores como lohace el padre de la parbola, no como el hermano mayor. ste es figura de una actitud farisaica.Somos intransigentes, intolerantes? sabemos perdonar o nos dejamos llevar por la envidia y elrencor? miramos por encima del hombro a los pecadores, sintindonos nosotros justos?

    La Cuaresma debera ser tiempo de abrazos y de reconciliaciones. No slo porque nos sentimosperdonados por Dios, sino tambin porque nosotros mismos decidimos conceder la amnista aalguna persona de la que estamos alejados.

    El Seor es clemente y misericordioso, lento a la clera y rico en piedad (entrada)

    Qu Dios hay como t, que perdonas el pecado y absuelves la culpa? (1 lectura)

    Me pondr en camino a donde est mi padre y le dir: padre, he pecado contra el cielo y contra ti(evangelio)

    Que la gracia de tus sacramentos llegue a lo ms hondo de nuestro corazn (poscomunin)

    Tercera Semana de cuaresma

    Lunes

    1. El bao purificador de Naamn en las aguas del Jordn trae a nuestro recuerdo el sacramento delBautismo, de gran actualidad en la Cuaresma y la Pascua. En esta semana tercera, se lee el

    evangelio de la samaritana en domingo, al menos del ciclo A. Por tanto, el tema del Bautismoparece ms coherente todava.

    Est bien tramada la historia del general extranjero que acude al rey de Israel y luego al profetaEliseo. Con los consiguientes malentendidos y finalmente su curacin. Todo termina con laprofesin de fe del pagano: ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra ms que el deIsrael. Esta profesin de fe, unida al rito del bao en agua, parecen como un anuncio del Bautismocristiano.

    El tema del agua aparece tambin en el salmo, pero esta vez no en forma de bao, sino de bebida:como busca la cierva corrientes de agua... mi alma tiene sed del Dios vivo

    2. La homila de la primera lectura la hace el mismo Jess en la sinagoga de su pueblo, Nazaret:achaca a los fariseos que no han sabido captar los signos de los tiempos. La viuda y el general,ambos paganos, favorecidos por los milagros de Elas y de Eliseo, s supieron reconocer laactuacin de Dios. Una vez ms, en labios de Jess, la salvacin se anuncia como universal, y sonprecisamente unos no judos los que saben reaccionar bien y convertirse a Dios, mientras que elpueblo elegido le hace odos sordos.

    No les gust nada a sus oyentes lo que les dijo Jess: lo empujaron fuera del pueblo con la intencinde despearlo por el barranco. La primera homila en su pueblo, que haba empezado conadmiracin y aplausos, acaba casi en tragedia. Ya se vislumbra el final del camino: la muerte en lacruz.

    a) Es bueno que en Cuaresma tengamos presente nuestro Bautismo y que preparemos su expresivorecuerdo de la noche de Pascua.

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    El Bautismo ha sido el sacramento por el que hemos entrado en comunin con Jess, por el que noshemos injertado en l, por el que ya hemos participado sacramentalmente de su muerte y de suresurreccin, como dice Pablo en Romanos 6, que escucharemos en la noche pascual. El Bautismonos ha introducido ya radicalmente en la Pascua. Aunque luego, toda la vida, hasta el momento dela muerte -que es el verdadero bautismo, la inmersin definitiva en la vida de Cristo-, tengamos queir creciendo en esa vida y luchando contra lo antipascual que nos amenaza.

    En la Vigilia Pascual, con los smbolos de la luz y del agua, pediremos a Dios que renueve ennosotros la gracia del Bautismo y renovaremos nosotros mismos las promesas y renunciasbautismales. Cada ao, la Pascua es experiencia renovada de nuestra identidad bautismal. Y laCuaresma, preparacin y camino catecumenal para participar mejor con Cristo en su paso a laexistencia de resucitado.

    b) Las lecturas de hoy tambin nos recuerdan que ya va siendo urgente que, casi a mitad de laCuaresma, hagamos caso de las insistentes llamadas de Dios a la conversin y al cambio en nuestrasvidas. Nos dejamos interpelar por la Palabra? se est notando que hacemos camino con Jesshacia la novedad de la Pascua?

    O tambin podra Jess quejarse de nosotros acusndonos de que otras personas mucho menosdotadas de conocimientos religiosos -el general pagano, la viuda pobre- estn respondiendo a Diosmejor que nosotros en sus vidas?

    Seor, purifica y protege a tu Iglesia con misericordia continua (oracin)

    Enva tu luz y tu verdad, que ellas me guen (salmo)

    Ojal escuchis hoy su voz: no endurezcis vuestro corazn (aclamacin) 64

    Que la comunin en tu sacramento, Seor, nos purifique de nuestras culpas (poscomunin)

    Martes

    1. Hoy hemos hecho nuestra esa hermosa oracin penitencial que el libro de Daniel pone en labiosde Azaras, uno de los tres jvenes condenados en Babilonia al horno de fuego por no querer adorara los dolos falsos y ser fieles a su fe. Es parecida a otras que ya hemos ledo, como la de Daniel y lade Ester.

    Azaras (qu bueno que la Biblia ponga una oracin as en boca de un joven que se sabe mantenercreyente en medio de un mundo ateo!) reconoce el pecado del pueblo: estamos humillados a causade nuestros pecados; expresa ante Dios el arrepentimiento: acepta nuestro corazn arrepentidocomo un holocausto de carneros y toros; y el propsito de cambio: ahora te seguimos de todocorazn, buscamos tu rostro.

    Sobre todo expresa su confianza en la bondad de Dios: no nos desampares, no rompas tu alianza,no apartes de nosotros tu misericordia... trtanos segn tu clemencia y tu abundante misericordia.Para ello no duda en buscar la intercesin (la recomendacin) de unas personas que si habangozado de la amistad de Dios: los patriarcas Abrahn, Isaac y Jacob (Israel).

    2. Una vez ms el evangelio da un paso adelante: si la primera lectura nos invitaba a pedir perdn aDios, ahora Jess nos presenta otra consigna, que sepamos perdonar nosotros a los dems.

    La pregunta de Pedro es razonable, segn nuestras medidas. Le parece que ya es mucho perdonarsiete veces. No es fcil perdonar una vez, pero siete veces es el colmo. Y recibe una respuesta queno se esperaba: hay que perdonar setenta veces siete, o sea, siempre.

    La parbola de Jess, como todas las suyas, expresa muy claramente el mensaje que quieretransmitir: una persona a la que le ha sido perdonada una cantidad enorme y luego, a su vez, no es

    capaz de perdonar una mucho ms pequea.a) En la Cuaresma nosotros podemos dirigirnos confiadamente a Dios, como los tres jvenes entiempos de crisis, reconociendo nuestro pecado personal y comunitario, y nuestro deseo de cambio

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    en la vida. O sea, preparando nuestra confesin pascual. As se juntan en este tiempo dos realidadesimportantes: nuestra pobreza y la generosidad de Dios, nuestro pecado y su amor perdonador.Tenemos ms motivos que los creyentes del AT para sentir confianza en el amor de Dios, que anosotros se nos ha manifestado plenamente en su Hijo Jess. En el camino de la Pascua, nos hacebien reconocernos pecadores y pronunciar ante Dios la palabra perdn.

    Podemos decir como oracin personal nuestra -por ejemplo, despus de la comunin- el salmo de

    hoy: Seor, recuerda tu misericordia, ensame tus caminos, haz que camine con lealtad.. . el Seores bueno y recto y ensea el camino a los pecadores.... Y como los jvenes del horno buscaban elapoyo de sus antepasados, nosotros, como hacemos en la oracin del yo confieso, podemosesperar la ayuda de los nuestros: por eso ruego a Santa Mara siempre Virgen, a los ngeles y lossantos, y a vosotros, hermanos, que intercedis por mi ante Dios Nuestro Seor.

    b) Pero tenemos que recordar tambin la segunda parte del programa: saber perdonar nosotros a losque nos hayan podido ofender. Perdnanos... como nosotros perdonamos, nos abrevemos a decircada da en el Padrenuestro. Para pedir perdn, debemos mostrar nuestra voluntad de imitar laactitud del Dios perdonador.

    Se ve que esto del perdn forma parte esencial del programa de Cuaresma, porque ya ha aparecidovarias veces en las lecturas. Somos misericordiosos? cunta paciencia y tolerancia almacenamosen nuestro corazn? tanta como Dios, que nos ha perdonado a nosotros diez mil talentos? podradecirse de nosotros que luego no somos capaces de perdonar cuatro duros al que nos los debe?somos capaces de pedir para los pueblos del tercer mundo la condonacin de sus deudas exteriores,mientras en nuestro nivel domstico no nos decidimos a perdonar esas pequeas deudas? Y no setrata precisamente de deudas pecuniarias.

    Cuaresma, tiempo de perdn. De reconciliacin en todas las direcciones, con Dios y con el prjimo.No echemos mano de excusas para no perdonar: la justicia, la pedagoga, la leccin que tienen queaprender los dems. Dios nos ha perdonado sin tantas distinciones. Como David perdon a Sal, yJos a sus hermanos, y Esteban a los que le apedreaban, y Jess a los que le clavaban en la cruz.

    El que tenga el corazn ms sano que d el primer paso y perdone, sin poner luego cara de haberperdonado, que a veces ofende ms. Sin pasar factura. Alejar de nosotros todo rencor. Perdonar conamor, sintindonos nosotros mismos perdonados por Dios.

    Acepta nuestro corazn contrito y nuestro espritu humilde (la lectura)

    Trtanos segn tu clemencia y tu abundante misericordia (la lectura)

    Ensame tus caminos, instryeme en tus sendas (salmo)

    No te digo que siete veces, sino setenta veces siete (evangelio)

    Mircoles

    1. Moiss exhorta a su pueblo, en vsperas de entrar en la tierra prometida, a que viva segn lavoluntad de Dios, que cumpla la parte que le toca en la Alianza que han firmado con Dios: tienenque vivir segn sus mandamientos. La Alianza se concreta en normas de vida.

    Se lo dice en tono positivo: qu afortunado es un pueblo como el de Israel, que tiene un Dios tancercano, un Dios que le dirige su palabra, que le orienta, que le ensea su sabidura! Eso no lo tieneningn otro pueblo. Siguiendo esos caminos que Dios les seala, caminos que son en verdad justosy sensatos, llegarn a la felicidad y a la vida.

    El salmo nos invita a alabar a Dios (glorifica al Seor, Jerusaln) por lo mismo, porque ha

    bendecido a su pueblo comunicndole su palabra: l enva su mensaje a la tierra y su palabra correveloz... anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel: con ninguna nacin obr as.

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    2. A veces Jess en el evangelio critica las interpretaciones exageradas que los maestros de su pocahacen de la disciplina. Pero hoy la defiende, diciendo que hay que cumplir los mandamientos deDios. El no ha venido a abolir la ley. En todo caso, a darle plenitud, a perfeccionarla.

    Invita a cumplir las normas que Dios ha dado, las grandes y las pequeas. A cumplirlas y a enseara cumplirlas.

    3. Si los israelitas estaban orgullosos de la palabra que Dios les diriga y de la sabidura que lesenseaba, nosotros los cristianos tenemos razones todava mayores para sentirnos contentos: Diosnos ha dirigido su palabra viviente, su propio Hijo, el verdadero Maestro que nos orienta en la vida.Nosotros s que podemos decir: con ninguna nacin obr as.

    La Cuaresma es el tiempo de una vuelta decidida a Dios, o sea, a sus enseanzas, a sus caminos, losque nos va mostrando cada da con su palabra. Sin seleccionar slo aquello que nos gusta. Y noquedndonos tampoco en palabras. Cuaresma es tiempo de obras, de cambio de vida.

    La ley bien entendida no es esclavitud. Puede ser signo de amor y de libertad interior. La ley -losmandamientos de Dios, las normas de la vida familiar de la comunidad religiosa, o de la Iglesia- sepuede cumplir slo por evitar el castigo, o por un sentido del deber, o por amor. El amor lo

    transforma todo. Tambin las cosas pequeas, los detalles. El amor de cada da est hecho dedetalles, no tanto de cosas solemnes y heroicas.

    Nosotros escuchamos con frecuencia la palabra de Dios. Cada da nos miramos al espejo para ver sivamos conservando la imagen que Dios nos pide. Cada da volvemos a la escuela, en la que elMaestro nos va ayudando en una formacin permanente que nunca acaba. Es una de las consignasde la Cuaresma: poner ms atencin a esa palabra, sobre todo en la primera parte de la Eucarista.Para contrarrestar otras muchas palabras que luego escuchamos en este mundo y que generalmenteno coinciden con lo que nos ha dicho Dios.

    En la Cuaresma nos hemos propuesto orientar nuestra conducta de cada da segn esa palabra. Quese note que algo cambia en nuestra vida porque nos preparamos a la Pascua, que es vida nueva con

    Cristo y como Cristo.Penetrados del sentido cristiano de la Cuaresma y alimentados con tu palabra (oracin)

    Yo os enseo unos mandatos y decretos: ellos son vuestra sabidura y vuestra prudencia (1lectura)

    Dichosos los que escuchan la palabra de Dios, la guardan y perseveran hasta dar fruto(aclamacin)

    Me ensears el sendero de la vida, me saciars de gozo en tu presencia (comunin)

    Jueves

    1. Escuchamos hoy una queja amarga de Dios, por medio del profeta. Una queja contra su puebloIsrael porque no cumple la alianza que haba pactado: no escucharon, caminaban segn sus ideas,me daban la espalda.

    Es intil que se sucedan los profetas enviados por Dios: ya puedes repetirles este discurso, que note escucharn... Ia sinceridad se ha perdido.

    Se trata de una acusacin que clama al cielo: aqu est la gente que no escuch la voz del Seor suDios.

    2. A Jess algunos tampoco le escuchan ni le hacen caso. Para no tener que prestar atencin a lo que

    dice, que es incmodo, buscan excusas. Hoy, una que es realmente poco razonable: que lanza losdemonios en connivencia con el mismo Satans.

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    Oseas aade por su cuenta que ser sabio el que siga este camino de conversin y prudente el quehaga caso de la invitacin de Dios.

    2. Gracias a la pregunta de este buen letrado sabemos a cul de las numerosas normas que tenan losjudos -ms de seiscientas- le daba ms importancia Jess.

    La respuesta es clara y sinttica: amars al Seor tu Dios... amars a tu prjimo como a ti mismo:

    no hay mandamiento mayor que estos.Los dos mandamientos no se pueden separar. Toda la ley se condensa en una actitud muy positiva:amar. Amar a Dios. Amar a los dems. Esta vez la medida del amor al prjimo es muy cercana ydifcil: como a ti mismo. Porque a nosotros s que nos queremos y nos toleramos. Pues as quiereJess que amemos a los dems.

    a) Es actual la tentacin de la idolatra? podriamos estar faltando al primero y ms importantemandamiento?

    S, tambin para nosotros se ha repetido hoy el salmo: yo soy el Seor, Dios tuyo... no tendrs undios extrao, no adorars un dios extranjero... ojal me escuchase mi pueblo y caminase por micamino. Tambin a nosotros nos dice Jess que el Seor nuestro Dios es el nico Seor y que

    hay que amarle con todo el corazn.En nuestro caso no sern dolos de madera o de piedra hechos por nuestras manos. Pero s puedenser otros valores que absolutizamos: el dinero, el xito, el placer, la comodidad, las estructuras,nuestra propia persona.

    Seguimos teniendo la tentacin de pactar con Asiria o montar a caballo: de poner nuestra confianzaen medios humanos, sin escarmentar por los fracasos que vamos teniendo ni por las veces quequedamos defraudados por haber recurrido a ellos. Cada uno sabr, en el examen ms exigente de laCuaresma, cules son los dolos en los que est poniendo demasiado inters, olvidndose de Dios.

    b) Haremos bien en escuchar las apasionadas palabras de Dios, asegurndonos que nos quiere curar,

    que est dispuesto a perdonarnos tambin este ao, que nos sigue amando a pesar de nuestrasdistracciones.

    Y en saber orientar nuestra vida segn lo que Jess nos ha dicho que es lo principal: el amor.Preguntmonos sinceramente si nuestra vida est organizada segn este mandamiento: amamos?amamos a Dios y al prjimo? o nos amamos slo a nosotros mismos?

    Tal vez hubiramos preferido que Jess contestase a aquel buen hombre dicindonos