COMITÉ EJECUTIVO de COORDINACIÓN en PLAGAS y ENFERMEDADES FORESTALES (CECOPE)

Noviembre 2017

Avispa de la agalla en Eucalipto: Leptocybe invasa

Plaga emergente en Uruguay y la región

Leptocybe invasa (Fisher & LaSalle) Hymenoptera: Eulophidae Hospederos Es una especie que restringe sus hospederos al género Eucalyptus, atacando varias especies entre las que se destacan E. grandis, E. camaldulensis e híbridos de E. camaldulensis x E. grandis, E. botryoides, E. robusta, E. saligna, E. tereticornis y E. nitens, entre otros (Nieko et al., 2009; Jorge et al., 2016);. Distribución mundial Es nativa de Australia, desde el año 2013 se viene realizando estudios para conocer la situación de esta plaga en el país (Jorge et al., 2016). Desde su detección en Israel, L. invasa se ha propagado a varios países en todos los continentes donde el eucalipto es cultivado. Actualmente está presente en: África: Argelia, Etiopia, Kenya, Marruecos, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania, Túnez, Uganda y Zimbabue. Asia y Pacífico: China, India, Irán, Iraq, Israel, Jordania, Laos, Nueva Zelandia, Siria, Sri Lanka, Tailandia, Taiwan y Vietnam. Europa: España, Francia, Grecia, Italia, Malta, Portugal, y Turquía. América del Norte: USA (2008), México (2016). América del Sur: Argentina (2010), Brasil (2008), Bolivia (2016), Chile (2014), Paraguay (2012) y Uruguay (2011) (CABI, 2017). Situación de Leptocybe invasa en Uruguay Especie reportada oficialmente ante la DGF y DGSA en el 2013 por el Dr. Martín Bollazzi (Unidad de Entomología - FAGRO), la primera detección de Leptocybe invasa fue en el 2011 sobre Eucalyptus tereticornis en el departamento de Montevideo. En el mismo año fueron detectadas agallas y adultos sobre E. tereticornis, E. camaldulensis, E. grandis y E. dunnii en los departamentos de Montevideo, Paysandú, Río Negro y Soriano.

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En plantaciones forestales se ha detectado la presencia de L. invasa en trampas amarillas incluidas en la Red Nacional de Monitoreo de Thaumastocoris peregrinus, ejecutado por empresas pertenecientes a la Sociedad de Productores Forestales (SPF) y por el Programa Forestal del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) (Bollazzi, 2013). En base a registros de la presencia de agallas y de la revisión de trampas amarillas, hasta el año 2016 se confirmó la presencia de L. invasa en ocho departamentos del país: Artigas, Montevideo, Paysandú, Rio Negro, Salto, San José, Soriano, Tacuarembó (Jorge et al., 2016). Hasta la fecha no se han reportado de ataques severos de la plaga, a nivel de viveros así como tampoco en plantaciones forestales comerciales. Los mayores daños son observados en plantaciones antiguas de eucaliptos colorados (Eucalyptus tereticornis y Eucalyptus camaldulensis) en el norte del país, que no presentan manejo silvicultural, cuyo destino es sombra y abrigo en establecimientos ganaderos así como en cortinas situadas a los lados de las carreteras nacionales (Bollazzi, 2013). Descripción Los adultos son pequeñas avispas, las hembras miden entre 1,1 y 1,4 mm de largo y los machos de 0,8 a 1,2 mm (Mendel et al., 2004; Dogănlar, 2005). La cabeza y el cuerpo de coloración marrón oscuro con una tonalidad azul verdoso brillante (TPCP, 2005) (Figura 1) Las larvas son diminutas de 0,8 a 1 mm de largo, blancas y sin patas (FAO, 2012; Viggiani, 2015). Las hembras son el sexo más común de encontrar.

Figura 1. Vista frontal y lateral en detalle de L. invasa (Vanegas-Rico et al., 2015)

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Biología Presenta partenogénesis telítoca, las hembras dan origen a nuevas hembras, aunque existen machos son muy escasos. Hasta el momento se cuenta con registros de machos en Turquía (Doganlar, 2005), China (Chen, et al., 2009), Taiwán (Tung et al., 2010), Tailandia (Sangtongpraow et al., 2011), India (Akhtar et al., 2012), y Brasil (Souza, 2016). L. invasa deposita sus huevos sobre la nervadura central de las hojas, pecíolos de árboles jóvenes o maduros, también puede atacar ramas o tallos en mudas o plantas jóvenes (Botto et al., 2010). La planta reacciona produciendo agallas las que comienzan a observarse 1 a 2 semanas después de la ovisposición (FABI, 2005). Según Mendel et al. (2004), se pueden reconocer 5 estadios de desarrollo para las agallas inducidas por L. invasa, basados en cambios morfológicos y de color, los que a su vez se correlacionan con cambios en el desarrollo de las larvas dentro de las mismas. El desarrollo de la plaga transcurre en el interior de las agallas, dónde las larvas se alimentan de tejido vegetal hasta alcanzar el estado de pupa. Una vez que el insecto completa su desarrollo (se transforma en adulto), realiza un pequeño orificio para emerger de la agalla (Figura 2). Las agallas pueden presentar una coloración verdosa, castaña clara, rosa o rojiza dependiendo, de la especie de eucalipto atacada y del estadio de desarrollo del insecto dentro de las mismas (Mendel et al., 2004; Botto et al., 2010). El ciclo del insecto es relativamente largo para climas templados, aproximadamente 130 días desde la postura hasta la emergencia de adultos (Mendel et al., 2004). Sin embargo, en localidades más cálidas como Botucatu en San Pablo Brasil puede acortarse a 87 días en promedio (Souza, 2016) y tan solo de 46 días en climas tropicales como en Tailandia (Santongpraow, et al., 2011). Según lo mencionado anteriormente, la plaga dependiendo de las condiciones climáticas puede tener de dos a siete generaciones anuales (Kim et al., 2008; Santongpraow, etal., 2011). Además de la temperatura, la duración del ciclo se ve afectado por la especie de eucalipto o hibrido donde se encuentra. La longevidad de los adultos varía de 2 a 7 días (Figura 2) (Botto et al., 2010).

Figura 2. Desarrollo de Leptocybe invasa (Mendel et al., 2004)

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Dispersión Es limitada debido a su pequeño tamaño y la reducida capacidad de vuelo, siendo la principal vía el movimiento de plantines infestados con los que puede ser introducida en nuevas áreas (Wilcken, 2008). Por otro lado podría dispersarse pasivamente a través del tránsito de personas o vehículos en zonas de alta infestación, también el viento podría facilitar su dispersión debido a su pequeño tamaño (Jorge C., comunicación personal). Daños Este insecto produce agallas en las nervaduras centrales de las hojas, pecíolos y ramas jóvenes. Causa deformación de las hojas, puede llegar a producir defoliación y muerte de brotes apicales (Wilcken, 2008) (Figura 3).

Figura 3. Agallas producidas por Leptocybe invasa en Eucalyptus sp.

Cuando los ataques son muy intensos sobre plantaciones jóvenes, los brotes en crecimiento pueden verse afectados ocasionando modificaciones en la morfología de las ramas y tallo, aun no se conocen los efectos sobre árboles adultos (TPCP, 2005; Botto et al., 2010). Las agallas causan el bloqueo del flujo normal de savia. El debilitamiento y el retraso en el crecimiento de los árboles es uno de los efectos visibles del ataque de la avispa, cuando suceden en plantaciones jóvenes y/o en materiales muy susceptibles pueden ocasionar la muerte de las plantas.

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Formas de detección Dado el reducido tamaño de la avispa adulta, la forma más fácil de detectar la plaga es a través de la observación de las agallas o de las marcas de oviposición en las plantas. Se debe tener en cuenta que el daño es evidente sólo cuando la agalla es de mayor tamaño, aproximadamente entre 30 a 40 días después del ataque de la avispa (en nuestras condiciones climáticas). La inspección regular de los plantines en el vivero es la forma más eficiente para una detección temprana. Es posible realizar un monitoreo de la presencia de adultos con el uso de trampas amarillas pegajosas. Sin embargo, la identificación de los ejemplares es compleja, dado su pequeño tamaño y el tipo de caracteres morfológicos que se deben observar, demandando el uso de microscopía (lupa estereoscópica). Medidas de Manejo Fitosanitario Hasta el momento no se cuenta con medidas efectivas para mitigar el daño ocasionado por el ataque de esta especie. Dado que la principal forma de dispersión e introducción a nuevas zonas es mediante el movimiento de plantines infestados, las medidas fitosanitarias de manejo a nivel de viveros son de gran de importancia. En este sentido es fundamental el monitoreo para detección temprana de la presencia de marcas de oviposición o de agallas, procediendo a descartar y eliminar mediante quema o enterrar los plantines con síntomas (Wilcken et al., 2015). Por tanto, a fin de evitar el establecimiento y dispersión de L. invasa en aquellos establecimientos en donde no se encuentra presente, se debe restringir el movimiento de material de propagación de cualquier especie de Eucalyptus con sospecha de ataque de la avispa agalladora del eucalipto. Los rodales que contengan especies susceptibles a L. invasa y que se encuentren dentro de un radio aproximado de 1.000 m respecto del vivero, pueden llegar a representar un riesgo continuo de ataque de la plaga. En este sentido, es altamente recomendable evitar plantaciones de estas características dentro del radio señalado. En caso de que existan, eliminarlas y/o sustituirlas por especies resistentes u otros géneros. A nivel internacional se encuentran bajo evaluación varias alternativas para el manejo de la avispa de la agalla del eucalipto relacionadas con técnicas de mejoramiento genético, control biológico y control químico (Jorge et al., 2014; 2016). En la región se encuentran realizando pruebas de la eficiencia del parasitoide Selitrichodes neseri (Hymenoptera: Eulophidae) para su utilización en vivero y a campo. Dadas las características de las plantaciones forestales, con grandes extensiones ocupadas por una sola especie o por unas pocas especies del mismo género, en general de origen clonal, es necesario mantener una adecuada vigilancia fitosanitaria de las mismas, para evitar explosiones poblacionales de plagas y enfermedades. Determinar la distribución y nivel de daño de esta plaga en el país es vital para poder implementar medidas de control apropiadas. Es necesario aunar esfuerzos entre empresas, productores y sector público aportando información de la presencia y/o daños del insecto a la Dirección General Servicios Agrícolas o a la Dirección General Forestal del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.

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