ALGO PUEDE PASAR (Marcos J. Villalobo)
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16 Lunes 9 de marzo de 2015 LA MAANA DE CORDOBA
16Lunes 30 de marzo de 2015 LA MAANA DE CORDOBA
Divinidades en la madrugada de
una noche de insomnio; un viaje sin
rumbo y el encuentro con un dolo.
Y esas noches blancas que no
te dejan dormir. A Rolo le ha suce-
dido en ms de una oportunidad.
La ltima fue hace unas semanas,
un sbado. Un perro intrpido la-
drando sin cesar hasta que la gar-
ganta lo abati. Incluso un grillo lo
tuvo a maltraer por unas horas,
hasta que el vecino del lado se can-
s y le tir con una alpargata. Bue-
na puntera tiene don Luis. Esa
noche al Rolo le cost dormir, slo
un par de horas dialog con Mor-
feo; y a las 6.30 se cans de dar
vueltas entre las sbanas celestes
y se levant. Se lav la cara, cepi-
ll los dientes y sali. Camin has-
ta el garaje, se subi al Fiat azul y
emprendi rumbo incierto.
Aurora se presentaba, y Rolo en
las calles cordobesas. Puso la ra-
dio, la hermosa voz de Anna Ce-
ballos le deca que el trnsito era
normal y que se esperaba un da
con sol. Jugate, la vida es hoy!.
Qu bella, bellsima! Fue escu-
chando el programa, se ro con la
Quiero verme jugar!
Lamentablemente no
puedo conseguir videos
para verme y mostrarles
a mis hijos y a mis nietos
cmo lo haca. A m me
gustara ver un video
mo, pero no hay nada.
(Luis Antonio Luduea)
ALGO
PUEDE
PASARAutor: Marcos J. Villalobo
complicidad entre Anna y el Che-
lo Meloni, y cuando pas por la
Plaza Coln lo vio...
Estaba sentado, solo, pensativo.
Lo reconoci al instante. No lo
poda creer. Dobl con su auto por
Avellaneda y lo estacion al lado
del Carb. El Rolo fue hasta la pla-
za caminando, sin saber por qu
y a qu. Dubitativo. La larga no-
che no lo dejaba pensar con cer-
teza. Necesitaba un caf. Podra ir
hasta Baranoa, pero todava esta-
ba cerrado. Se sent en uno de los
bancos y lo observ...
S, el Hacha estaba sentado en
uno de los banquitos blancos de
la Plaza Coln.
El Rolo de adolescente sola ir
a la cancha con su to, y era admi-
rador de ese volante, de esa glo-
ria de Talleres, que ahora lo vea
ah sentado, meditabundo, en una
plaza desierta, a las siete y cuarto
de la maana de un da sbado de
final de verano. S, era el Hacha.
Aquel volante central, prcer del
ftbol nacional.
Se sent, y se qued mirndolo
durante varios minutos. En su
profesin, como periodista, nun-
ca le haba realizado una entre-
vista. Jams. Las oportunidades
no haban faltado, pero no se ani-
maba. No. El Hacha Luduea
junto al Loco Gatti eran sus do-
los. No se animaba. Y ahora... es-
taba sentado frente a l, en silen-
cio. En una nota en la revista El
Grfico, el hroe de Talleres supo
confesar que extraaba mucho
jugar al ftbol. Quizs estaba sen-
tado en esa plaza recordando sus
das de gloria, como aquellas jor-
nadas en Zaire, donde llegaron a
decir que este cordobs era me-
jor que Pel. Lo consagraron una
divinidad del ftbol.
El Hacha, nos ponemos de
pie para referenciar su juego! El
Hacha, volante goleador. S, vo-
lante goleador!
El Rolo lo mir durante varios
minutos. El sol ya estaba lcido en
un cielo celeste, el mozo de Bara-
noa abra las puertas, los autos
comenzaban a ser ms insisten-
tes en su andar, pasaron dos bici-
cletas y una moto chillona. Aura
(personificacin divina de la bri-
sa) cruz por la plaza, el Rolo dej
atrs a Fobos (dios mitolgico del
miedo), y no dud.
- Maestro, con todo respeto, me
permite invitarlo a tomar un caf?
Ma. Fernanda Torre