Alicia en el país de las tecnologías

EL CONEJO BLANCO

Las nuevas tecnologías de la comunicación han llegado mientras dormíamos, tras una guerra mundial que había dado paso a una etapa de paz y desarrollo a buena parte del mundo, y se nos han presentado como el conejo blanco, asombrosas, pero rodeadas de naturalidad, por fases, pero con prisa para su incorporación, sin dejar tiempo para pensar adonde nos llevan.

Como Alicia tras el conejo, la sociedad ha corrido tras las tecnologías sin otra salida que correr cada cual con sus posibilidades, ya que el desarrollo, entendido en su mas amplio significado, se ha decidido basarlo en su utilización generalizada.

Mientras mas utilizamos la tecnología, ya que como decía no es aconsejable dejar de hacerlo, si debemos reflexionar sobre lo que esta utilización implica, adonde nos lleva, de forma que seamos conscientes de sus consecuencias y estemos preparados para ellas.

El conejo blanco acepta que ha de ir mas de prisa porque lo dice el reloj, la sociedad ha de ir mas de prisa porque lo dicen las tecnologías, prisa que en cierto modo al deberían de haber eliminado.

El tiempo ha sido una dimensión de gran interés social a lo largo de la historia de la humanidad. El control del tiempo como manifestación del poder religioso, económico o político, según las épocas y con el, lógicamente, su organización.

El espacio no solo es distancia, también el entorno que rodea a los humanos y que delimita una cultura determinada.

Las nuevas tecnologías de la comunicación están imponiendo unos espacios culturales en detrimento de otros que quedan relegados a espacios insignificantes que no a muy largo tiempo supondrán su desaparición. Solo existe el espacio cultural limitados por las redes, en tanto que el resto, lo que esta afuera, no tiene ninguna incidencia social.

Lo que la nueva tecnología desarrollara, lo que haga, va a depender, casi en su totalidad, de lo que decida al usuario, si bien tomada la decisión la tecnología pasa a ser autónoma, llegando a autor regularse sobre la base de los planes establecidos por su creador.

Las nuevas tecnologías nos exigen nos solo la implicación, la responsabilidad en la decisión ultima de su desarrollo, sino que, en tanto en cuanto que herramientas, la participación humana en la definición de que queremos que hagan y como queremos que ello ocurra.

Las maquinas y herramientas que se han ido incorporando al quehacer humano han sido fruto de demandas surgidas de problemas reales y su logro, consecuencia del reiterado y largo trabajo de artesanos que poco a poco han logrado el perfeccionamiento de instrumentos que facilitan su tarea.