Alimentos, Agua y energía, NO SON MERCANCÍA [Dossier agua&energia]

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Alimentos, Agua y Energía NO SON MERCANCÍA LA LUCHA DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS Y POPULARES EN DEFENSA DEL TERRITORIO, CONTRA LAS REPRESAS Y EL PODER DE LAS HIDROELÉCTRICAS Análisis, debates y conclusiones del seminario Internacional celebrado en Bilbao. Noviembre 2013.

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Alimentos, Agua y energía, NO SON MERCANCÍA La lucha de las comunidades campesinas y populares en defensa del territorio contra las represas y el poder de las hidroeléctricas...

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Alimentos, Agua y Energía

NO SON MERCANCÍALA LUCHA DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS Y POPULARES EN DEFENSA DEL TERRITORIO,

CONTRA LAS REPRESAS Y EL PODER DE LAS HIDROELÉCTRICAS

Análisis, debates y conclusiones del seminario Internacional celebrado en Bilbao. Noviembre 2013.

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05 Presentación.

06 El Poder de las Empresas Transnacionales.

10 La Mercantilización del Água. Relaciones entre Agua y Energia.

14 Los Bienes Comunes y el Bien Común.

17 Energia y Apropiación del Capital.

20 El Poder de las Transnacionales. Impactos de la Acción de BBVA e Iberdrola en Latinoamérica.

26 Anexo I. Carta de Bilbao.

26 Anexo II. Manifiesto Internacional. 14 de Marzo 2014. Día Internacional de Lucha Contra las Represas.

SUMARIO

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El Movimiento de Afectados por Represas, MAB, organizó junto a la Fundación Mundubat y Ekologistas en Marcha, unas Jornadas Interna-cionales en Euskal Herria, en concreto en la ciudad de Bilbao, entre el 28 y el 31 de octubre de 2013. Un ejemplo más de la solidaridad global que construimos.

El MAB nació en Brasil hace 22 años y ha procurado ampliar su movi-miento y base social desde entonces a partir de los cientos de grupos y comunidades afectadas por la política energética y la construcción de represas en Brasil. Desde hace varios años, los y las militantes de la organización han viajado presentando el movimiento y sus objetivos, para articular la solidaridad con otros movimientos y otros pueblos. Las empresas transnacionales o multinacionales drenan nuestros recursos naturales, expulsando personas y comunidades de la tierra, hiriendo o matando a un gran número de trabajadores y trabajadoras que desa-rrollan su trabajo en condiciones cada vez más precarias. No debemos quedarnos de brazos cruzados mientras el agua y la tierra continúan convirtiéndose en “commodities, meras mercancías. Debemos desafiar a las empresas para que paguen salarios dignos y para crear ambientes de trabajo. Las corporaciones multinacionales y transnacionales no de-ben ser autorizadas a violar nuestro derecho humano a la alimentación y al agua en nombre de la producción de energía para el lucro. Tenemos que construir redes internacionales de solidaridad y resistencia.

(Rob Robinson, Take Back the Land Leadership Committee, Estados Unidos. Panelista de las Jornadas Internacionales de Agua y Energía. Fundación Mundubat - Ekologistas en Marcha y MAB Brasil. Bilbao. 2013).

PRESENTACIÓN

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1El Poder de las empresas transnacionales

E n los últimos cien años, mientras ha ido avan-zando el capitalismo global y los Estados-na-ción han venido cediendo parte de su sobera-

nía en las decisiones socio-económicas, las empresas transnacionales han logrado ir consolidando y am-pliando su creciente dominio sobre la vida en el pla-neta. Y es que, aunque, en realidad, los antecedentes de lo que hoy son las compañías multinacionales pueden situarse varios siglos atrás, no es hasta finales del siglo XIX y principios del XX, cuando compañías estadounidenses como General Electric, United Fruit, Ford y Kodak comienzan a extender sus negocios fue-ra de su país de origen, y las grandes corporaciones empiezan a adquirir un papel de extraordinaria rele-vancia en el concierto internacional. Este proceso de expansión capitalista se ha potenciado especialmen-te en las tres últimas décadas del siglo XX y en lo que llevamos de este, ya que el avance de los procesos de globalización económica y la expansión a escala pla-netaria global de las políticas neoliberales han servi-do para construir un entramado político, económico, jurídico y cultural, del que las empresas transnacio-nales han resultado ser las principales beneficiarias.

Es evidente el poder que, en términos económi-cos, tienen las corporaciones transnacionales. Basta comprobar, por ejemplo, cómo la mayor empresa del mundo, Wal-Mart, maneja un volumen anual de ven-tas que supera la suma del Producto Interior Bruto de Colombia y Ecuador, mientras la petrolera Shell tiene unos ingresos superiores al PIB de los Emiratos Ára-

bes Unidos. Asimismo, las compañías multinacionales disponen de un innegable poder político, y es que las estrechas relaciones entre gobernantes y empresarios funcionan como puertas giratorias cuando los políti-cos acaban sus mandatos y las empresas deben pagar sus favores, y así, podemos citar algunos casos como los ex presidentes europeos González, Aznar, Blair y Schröder, han entrado en el directorio de corpora-ciones como Gas Natural Fenosa, Endesa, JP Morgan Chase y Gazprom, respectivamente; de la misma ma-nera que, en sentido contrario, Mario Draghi o Mario Monti pasaron de Goldman Sachs a las presidencias del Banco Central Europeo y del gobierno italiano.

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Igualmente, las empresas transnacionales po-seen una extraordinaria influencia sobre la sociedad tanto en el terreno cultural -las grandes compañías emplean la publicidad y las técnicas de marketing para consolidar su gran poder de comunicación y persuasión en la sociedad de consumo- como en el plano jurídico: los contratos y las inversiones de las multinacionales se protegen mediante una tupida red de convenios, tratados y acuerdos que conforman un nuevo Derecho Corporativo Global, la llamada lex mercatoria, con el que las grandes corporaciones ven cómo se protegen sus derechos a la vez que no existen contrapesos suficientes, ni mecanismos reales para el control de sus impactos sociales, laborales, culturales y ambientales.

Todo este poder que han acumulado las em-presas transnacionales se ha venido acrecentando desde los años setenta hasta hoy. Con la aplicación de las medidas económicas promovidas por Milton Friedman y la Escuela de Chicago, el neoliberalis-mo fue imponiendo su ideología por todo el globo aprovechando; los golpes militares, las guerras, las catástrofes naturales y las sucesivas crisis econó-micas, para introducir drásticas reformas sin ape-nas oposición popular en el marco de “la doctrina del shock”. En los últimos cuatro años, desde que estalló la crisis de las “hipotecas basura” en EEUU y se extendió a Europa en apenas un mes, se ha seguido la máxima de “privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”, las instituciones que nos gobiernan están aplicando en Europa las mismas políticas que se llevaron a cabo en los países perifé-ricos en las décadas de los 80 y 90: planes de ajuste que reducen gasto social y el área de intervención

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de lo público, reformas laborales que recortan de-rechos laborales básicos, modificación del sistema de jubilaciones para favorecer los planes de pen-siones privados, aumento de los impuestos indirec-tos y de la fiscalidad sobre las rentas del trabajo, reducción de la tributación de empresas y grandes fortunas, mercantilización de los servicios públicos que todavía quedan por privatizar, eliminación de la inversión pública en educación, sanidad, coope-ración, dependencia, etcétera.

De este modo, mientras se inyectan fondos pú-blicos millonarios a las mismas empresas que du-rante todos estos años se han beneficiado de la falta de regulación del sistema económico y financiero, la crisis es la excusa para avanzar con más fuerza en el desmantelamiento del Estado del Bienestar, la privatización de los bienes comunes y la apertura de puertas al capital transnacional para que pueda controlar más y más cuestiones que tienen que ver con los derechos fundamentales de la ciudadanía.

Las compañías multinacionales controlan los sectores estratégicos de la economía

mundial: la energía, las finanzas, las telecomunicaciones, la salud, la agricultura,

las infraestructuras, el agua, los medios de comunicación, las industrias del

armamento y de la alimentación.

Y la crisis capitalista no ha hecho sino refor-zar el papel económico y la capacidad de influen-cia política de las grandes corporaciones, que tan pronto hacen negocio con los recursos naturales, los servicios públicos y la especulación inmobilia-ria, como con los mercados de futuros de energía y

alimentos, las patentes sobre la vida o el acapara-miento de tierras.

Asistimos a una crisis sistémica que no es solo económica, sino también ecológica,

social y de cuidados, que está produciendo estragos en las condiciones de vida de la

mayoría de la población mundial.

En este complejo contexto, resulta imprescin-dible continuar con la investigación, el análisis, la denuncia y la movilización en contra de los abu-sos que cometen las empresas transnacionales en su expansión por todo el globo. Porque, lejos de debilitarse con la actual crisis económica y finan-ciera, el hecho es que las grandes corporaciones, continúan fortaleciendo su poder e influencia en nuestras sociedades, gracias a sus renovadas estra-tegias corporativas y a la constante aplicación de nuevos modelos de negocio. Por eso, a la vez que se profundizan las desigualdades y las mayorías so-ciales ven cómo sus derechos quedan relegados frente a la protección de los intereses comercia-les y los contratos de las compañías multinacio-nales, se hace más necesario que nunca fortalecer las luchas y resistencias en contra de las empresas transnacionales. Hemos de avanzar en la reflexión y la construcción de alternativas socioeconómicas que nos permitan mirar más allá del capitalismo, abriendo ventanas hacia esos otros modelos posi-bles, otras realidades que no pasen por situar a las grandes corporaciones en el centro de la actividad de la sociedad, sino que, justamente al contrario, las desplacen a un lado para colocar en su lugar a las personas y a los procesos que hacen posible la vida en nuestro planeta.

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Un mercado controlado por pocas empresas

¿Qué son las transnacionales? Una empresa transnacional (o multinacional) es aquella

empresa que está constituida por una sociedad matriz creada conforme a la legislación del país en que se encuentra insta-lada, que se implanta a su vez en otros países mediante inver-sión extranjera directa, sin crear empresas locales o mediante filiales, de acuerdo a las leyes del país de destino. Aunque tenga la apariencia jurídica de una pluralidad de sociedades, en lo esencial se constituye como una unidad económica con un centro único con poder de decisión.

El poder en pocas manosEn el año 2010, había 80.000 empresas transnacionales en

todo el mundo, que controlaban 810.000 compañías filiales. Eso sí, a pesar de que existen miles de transnacionales en el mercado global, apenas unos cientos de ellas controlan a las demás: 737 multinacionales monopolizan el valor accionarial del 80% del total de las grandes compañías del mundo, y solo 147 controlan el 40% de todas ellas.

(Juan Hernández Zubizarreta Profesor de la Universidad del País Vasco. Erika González y Pedro Ramiro Investigadores de OMAL, Ob-servatorio de Multinacionales en América Latina (Diagonal, nº 209, noviembre 2013) Panelista en las Jornadas de Agua y Energía. Funda-ción Mundubat - Ekologistas en Marcha y MAB Brasil. Bilbao 2013).

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2La Mercantilización del agua

E sta declaración describe de forma clara, la vi-sión que los grandes capitales tienen del recur-so agua y de cómo las grandes transnacionales

quieren apropiarse de ella, convirtiéndola en una mercancía más y alejándola de su consideración como derecho, y como bien público y común. Estas palabras son ya realidad en algunos países, como por ejemplo en Chile, donde se pueden comprar y ven-der “derechos de agua” (títulos de propiedad) de la misma manera que el negocio inmobiliario o de la compraventa de tierra. Es interesante ver como la ley de agua chilena que se llama “código de agua” fue aprobada durante la dictadura de Augusto Pinochet y nunca fue ni derogada, ni tampoco modificada por

los gobiernos que vinieron después de la dictadura. Todavía hoy, esta es la ley más privatizadora del mundo. El marco legal chileno del agua, explica bien cuál es la relación profunda entre agua y democracia. El plan de los banqueros es extender este modelo a nivel global. Esto significa ir un paso más allá de lo que ocurre actualmente cuando el capital controla el acceso al recurso a través de la privatización de los servicios conexos al agua, como son los sistemas de abastecimientos urbanos, o del desarrollo de infraes-tructuras hidráulicas, como es el caso de las represas para producción de energía hidroeléctrica y el abas-tecimiento de agua potable.

“Espero ver en un futuro próximo una expansión masiva de la inversión en el sector del agua, incluyendo la producción de agua potable y limpia desde otras fuentes (desalinización, depuración), el almacenamien-to, el embarque y el transporte del agua. Espero ver redes de tuberías que superen la capacidad actual del petróleo y de gas. Veo flotas de barcos de agua (¡con casco integral!) y estaciones de almacenamiento que dejaran pequeñas las que tenemos para el petróleo, el gas natural o el gas licuado. Veo sistemas de canales excavados para el transporte del agua, similares en ambición y escala a los que se están constru-yendo en la actualidad en China. Espero ver un mercado integrado globalmente para el agua potable en los próximos 25 o 30 años. Una vez que los mercados del agua se hallen integrados, mercados de futuro, y otros derivados financieros basados en el mercado del agua… seguirán. Habrá diferentes grados y tipos de agua potable, tal como hoy en día tenemos petróleo ligero y dulce o crudo pesado y agrio. El agua, como un tipo de bien comercial, en mi opinión, se convertirá eventualmente en el singular tipo de bien más importante basado en un producto físico, dejando atrás al petróleo, al cobre, a los productos agrícolas y a los metales preciosos”.

(Economista jefe del Citigroup Bank)

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Para ilustrar el primer caso, es interesante observar lo que está sucediendo en Europa. En los años noventa, la privatización del servicio de aguas fue aplicada en todas las capitales europeas. Movimientos sociales contra la pri-vatización se organizaron y extendieron su reivindicación en distintos países europeos construyendo una nueva cultura ciudadana sobre el asunto del agua, y al poco tiempo, los gobiernos de estas capitales europeas que comprobaron el aumento de las tarifas y las inversiones insuficientes para mantener la ca-lidad de las redes y servicios, empezaron en la primera década del siglo XXI a invertir esta tendencia. Es el caso de la ciudad de París, cuya municipalidad en el año 2010 no ha re-novado el contrato con Veolia y Suez creando una nueva corporación 100% publica “Eau de Paris” manejada por el consejo municipal. En dos años las tarifas bajaron un 8%. Distinto el caso de Berlín donde un plebiscito ciudadano votó la estatalización obligando al municipio a re-comprar la cuota privada de Veolia con un coste de un billón de euros cuando la conce-sión quince años antes le costó a la empresa apenas la mitad del dinero que ahora recibe. El caso de Berlín explica muy bien lo que se pue-de definir “enclosure” de los bienes comunes. La privatización no es solamente un hecho que pertenece a la gestión en el momento presen-te, sino que compromete y ata a los gobiernos en sus decisiones futuras a través de las cláu-sulas de negociación que incorporan en los contratos las empresas concesionarias.

Las transnacionales cada año capitalizan más el valor de la empresa lo que hace cada vez más inviable económicamente

su vuelta a manos públicas, especialmente hoy que existe una fuerte alianza entre el

capital y todos los gobiernos europeos que siguen cortando cada día recursos públicos

a municipios imponiendo la privatización como la única solución para garantizar los

servicios básicos.

En el caso de las infraestructuras hidráulicas, como las represas, estas representan un gran obs-táculo para el acceso al agua por parte de comuni-dades rurales, puesto que la empresa constructora, junto con los capitales inversores y la concesionaria de los servicios de energía, establecen tarifas para el acceso también al agua de riego. Estas tarifas son excesivamente altas para campesinos y campesinas pequeños pudiendo pagarlas tan solo, las empresas agrarias y los agricultores de un cierto tamaño in-dustrial. La financiación de las infraestructuras está atrayendo cada vez más el interés por parte de los actores financieros especulativos que ya han adqui-rido un papel central en el sector a nivel mundial. Infraestructura hídrica y centrales hidroeléctricas y la infraestructura energética asociada, son cada vez más, inversiones financiadas por bancos priva-dos y fondos en previsión de que la visión que nos relataba el directivo de Citygroup bank se llegue a cumplir. Un dato para ilustrar esta tendencia: China es el país que más invierte en infraestructura con cerca de 70 millones de Euros.

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El sector privado hoy invierte 10 veces más, aunque no lo hace solo, sino a través de subsidios, benefi-cios fiscales, mercados de capitales, regímenes reguladores y otros tipos de sistemas de ayuda, necesarios para transformar las “infraestruc-turas” en una clase de bien que produce beneficios extraordinarios. El caso de la construcción de repre-sas es uno de los más significativos.

Sin todos estos sistemas de beneficios indirectos,

las represas no son viables.

El mecanismo de “desarrollo limpio” es uno de estos mecanis-mos. La externalización de los gas-tos medioambientales y sociales que recaen en la sociedad, es otro de los mecanismos sin los cuales las represas no serían viables.

(Caterina Amicucci, Recommon, Itália. Panelista en las Jornadas de Agua y Energía. Fundación Mundubat - Ekolo-gistas en Marcha y MAB Brasil. Bilbao 2013.)

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3Los Bienes Comunes y el Bien Común

H ace ya tiempo que los movimientos sociales hemos dejado de hablar del agua, la tierra, las semillas e incluso los saberes campesinos,

como recursos naturales, pasando a llamarlos “bie-nes comunes”, por ser bienes considerados no apro-piables, y que gestionamos durante un tiempo pero hemos de dejar en igual o mejor estado del que los encontramos. Este término que para nosotras ya es familiar, en muchos casos puede confundirse con otro del que se ha apropiado el sistema neoliberal que es “el bien común” y es vital para nosotras, no confun-dir ambos. La principal diferencia es que cuando se habla de “bienes comunes” se está pensando en ges-tión colectiva, y en un uso que no prioriza intereses particulares ni mercantiles sobre los colectivos, muy distinto a lo que ocurre cuando escuchamos hablar del “bien común”. En este segundo caso, ocurre ade-más que se suelen mezclar en la misma frase palabras como democratización, accesibilidad y otras pareci-das. Términos que pueden sonar liberadores pero que en la práctica han demostrado ser opresores como pocos. Con el desarrollo capitalista y neoliberal, se ha interiorizado en el imaginario social que el estado es algo ajeno totalmente a las personas, confundien-do una estructura que debería estar construida por la ciudadanía, con un ente burocrático y controlador, pero totalmente alejado de sus necesidades reales. Esta construcción del imaginario colectivo ha sido clave para que el capitalismo introdujera la privati-zación de los bienes comunes, ya que ha conseguido generar la desconfianza hacia ese modelo de estado

y la “necesidad” de que algo externo a él y las propias comunidades las gestione, siendo las grandes em-presas transnacionales las beneficiarias de ello. Estas transnacionales únicamente funcionan basándose en criterios de mayor rentabilidad económica y de in-tereses de “mercado” lo que ha llevado a privatizar y mercantilizar los bienes comunes en lugar de ser utilizados para un uso social.

Esto nos lleva a que la alimentación pase de ser un derecho y una necesidad a un

negocio. Los alimentos recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestras

casas porque el negocio está en mover los alimentos a lo largo del mundo, especulando

con ellos y haciendo aumentar su valor de mercado con cada paso intermedio.

Este modelo se sirve y aumenta el control de las multinacionales sobre los bienes comunes entendi-dos estos como recursos. El monopolio por parte de 4 empresas del 80% de las semillas tiene consecuen-cias tanto en el campesinado como en las personas consumidoras a nivel mundial. Son conocidas las pri-vatizaciones Nestlé sobre el agua por todo el mundo, o la nueva colonización por parte de empresas como Endesa o Iberdrola en muchos países latinoamerica-nos. Sin embargo, el acaparamiento de tierras no es un fenómeno que afecte únicamente a países de Áfri-ca o Latinoamérica. Europa por ejemplo tiene cada

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día más casos de ello, y comenzando con las empre-sas mineras y las investigaciones en concesiones de Fracking, pasando por el acaparamiento por parte de grandes empresas para sembrar transgénicos o agro-combustibles que contaminan a las cosechas de alre-dedor ocupando de hecho sus cultivos, y terminando por las grandes inmobiliarias que se han hecho con hectáreas y hectáreas de tierra agrícola esperando una recalificación ahora parada, pero que mientras tanto, continúan siendo perceptoras de ayudas de la Política Agraria Común.

El modelo de ganadería intensivo que se está impulsando en diferentes regiones como

Europa, está forzando el acaparamiento de tierras en otras regiones de Latinoamérica,

ya que estos modelos industriales y dependientes, necesita de alimentos como la

soja para poder alimentar a sus animales.

Además del acaparamiento de la tierra agríco-la, se extiende a través de otros procesos negativos como son la recalificación y cambio de uso de la tierra, justificada por la necesidad de infraestructu-ras públicas y del bien social, y que arrebatan cada año miles y miles de hectáreas de tierra en Europa, en América Latina o en Asia, urbanizándolas o uti-lizándolas para construir grandes infraestructu-ras, carreteras, zonas industriales, viviendas, etc... En la mayoría de los casos, se ocupan las tierras con mayor capacidad agroecológica, hipotecan-do el futuro de los habitantes a no poder producir los alimentos en sus propios pueblos o comarcas.

Por todo ello, desde la Via Campesina, hacemos un doble llamamiento, uno para seguir luchando contra estas transnacionales y otro para seguir defendiendo y protegiendo nuestros bienes comunes, ya que ne-cesitamos tierra, agua y semillas para poder producir alimentos y así alimentar al mundo.

No queremos que los bienes comunes sean mer-cancía, queremos que sean un derecho, y que tenga-mos acceso a ellos, por eso, nuestra alternativa a la privatización, a la especulación y al neoliberalismo es la Soberanía Alimentaria. Una Soberanía Alimentaria como propuesta política que tenemos que construir día a día desde nuestros campos, pueblos y ciuda-des, defendiendo y protegiendo la tierra, haciendo un uso racional del agua, recuperando e intercambiando nuestras semillas campesinas, para que nuestros hi-jos e hijas en alianza con la sociedad civil, puedan construir un mundo con otros valores y puedan se-guir produciendo alimentos, de manera agroecológi-ca, respetando la tierra y a nuestra madre naturaleza.

(Unai Aranguren, EHNE Bizkaia y representante en la CCI de Via Campesina. Panelista de las Jornadas Internaciona-les Agua y Energía. Fundación Mundubat – Ekologistas en Marcha y MAB Brasil. Bilbao 2013)

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4La Energía y la apropiación del Capital

A nalizamos como el capital a nivel mun-dial se mueve, y desarrolla cuatro tipos de movimiento para intentar salir de su

crisis. Uno de ellos es apropiándose de la base más alta de productividad natural, es decir, de los mejores recursos naturales: ríos, petróleo, tierras para agro combustibles, etc. Esto está sucediendo con la apropiación privada directa por parte de las transnacionales a través de ad-quisiciones, subastas, licitaciones, privatizacio-nes, concesiones... En Brasil, por ejemplo, la gran mayoría de las centrales hidroeléctricas hoy, son propiedad de transnacionales, el petróleo está

siendo acaparado por transnacionales petroleras, las mejores tierras están siendo adquiridas por la Shell y otras empresas, y así sucesivamente. El segundo movimiento del capital es aumentar la explotación de los trabajadores, esto puede suceder de dos formas: reducción de los sala-rios, aumento e intensificación de las jornadas de trabajo, precarización de las condiciones de trabajo y otro tipo de medidas como; ceses, ju-bilaciones anticipadas o despidos. También es-tán atacando y negando los derechos a las pobla-ciones afectadas por las grandes obras a través de las cuales se apropian de los bienes comunes.

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Asociado a esto, el capital retoma sus tasas de lucro a través de las tarifas de energía, elevando los precios a niveles cada vez más altos para las residencias.

El tercer movimiento, es el que utiliza el ca-pital para apropiarse de las estructuras y de los recursos financieros del Estado, adueñándose del presupuesto general a través de la deuda, la apropiación de los recursos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social mediante financia-mientos ventajosos, acaparamiento de los lucros de las empresas estatales y la privatización.

Por fin, el cuarto movimiento que el capital está desarrollando, es el de crear nuevas tecno-logías y adueñarse de las más efectivas. Enten-demos que la tecnología tiene el objetivo de pro-ducir más con el menor número de trabajadores/as. En el caso concreto de la energía, la gran dis-puta gira en torno a la apropiación y el control de las hidroeléctricas, ya que éstas poseen un mayor rendimiento en la generación de electricidad que el resto de tecnologías.

El Movimiento de Afectados/as por Represas (MAB) analiza como la energía tiene un papel es-tratégico, ya que tiene una relación directa con la producción de valor por parte de los trabajado-res en la industria. Es decir, la energía aumenta la productividad del trabajo de los trabajadores, por tanto, permite también aumentar las tasas de lucro del capital. El caso de la energía hídrica es clave, ya que permite al capital extraer unas tasas de lucro extraordinarias sobre bienes naturales apropiados casi gratuitamente.

Así, las empresas que dominan las tecnologías de la energía y que posibilitan esta generación de lucros tan extraordinarios, consiguen sobrevivir mejor en los periodos de crisis mundial, evitando la quiebra.

Entendemos que, con el agravamiento de las condiciones de vida de los/as trabajadores/as y con la generación y concentración de riqueza cada vez mayor, está sobre-pasándose el límite, este es el origen de la crisis. Por otro lado, las altas tarifas y la reducción en la calidad de los servicios públicos están afectando a toda la población y eso es una gran contradicción, ya que los grandes empresarios quieren que el pueblo pague la cuenta.

La otra cuestión es el agravamiento de la situación ambiental. Las grandes corporaciones son las responsables por la destrucción, cada vez mayor, de nuestro planeta, y ahora quieren que el clima se vuelva una mercancía más, para que puedan privatizar los bosques, los ríos y todas las fuentes de energía.

La lucha contra la privatización y el retorno de aquello que ya fue privatizado a manos pú-blicas, es otra estrategia importante en la que debemos avanzar. El capital quiere adueñarse de toda la cadena de energía, quiere tener el control total.

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Por último, debemos organizar una estrategia mundial de resisten-cia, que debería estar pautada por el fortalecimiento de las organiza-ciones sociales. Entendemos que para que la lucha internacional se dé, debe de haber un intenso pro-ceso de organización de los pue-blos, en caso contrario, las luchas se vuelven espontáneas y con poco capacidad de acumulación de fuer-zas para continuar avanzando. En este sentido, precisamos fortalecer procesos de luchas nacionales en primer lugar, e internacionales en segundo lugar, articulados al uní-sono, contra nuestros enemigos principales. Es decir, necesitamos hacer jornadas de lucha unificadas mundialmente y contra enemigos comunes. Por fin, consideramos necesario también, desarrollar un intenso proceso de formación de nuestra militancia, para prepararla con un alto nivel de conocimiento e ideología.

(Movimiento dos Atingidos por Barra-gens - MAB, Brasil. Panelista de las Jor-nadas Agua y Energía. Fundación Mun-dubat – Ekologistas en Marcha y MAB Brasil. Bilbao. 2013)

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5El poder de las Transnacionales

L a producción eléctrica y la especulación en el sistema energético, prioriza, sobre todo, la for-mación de monopolios y el lucro de una élite,

en lugar de garantizar un bien y un derecho para la mayoría. De esta especulación se benefician grandes compañías como Iberdrola y como no, los grandes bancos como el BBVA que las financian y financian los proyectos de generación eléctrica. Así, el BBVA ha alcanzado el puesto número 91 entre todas las empresa más importantes del planeta. Amasa bene-ficio tras beneficio, año tras año, mientras fuera de sus muros de cristal, a todas las personas la crisis nos afecta de manera cada vez más profunda: 2.882 mi-llones de euros de beneficios en los primeros 6 me-ses del año 2013 y en todo el 2013, un 20% más que el año anterior. Así y haciéndose poco a poco con el control de los bancos más importantes de Lati-noamérica y del mundo (Turquía, China, Estados Uni-dos) aumenta su tasa de beneficios expandiendo su negocio cuando más destrucción genera. Pero es de Latinoamérica de donde ya proceden la mitad de sus beneficios. Riqueza a costa de economías más pobres, más endeudadas: expolio, recolonización. Riqueza gracias a las instituciones que le permiten actuar y hacer operaciones injustas e inmorales, especular

manteniendo 23 de sus sucursales en paraísos fisca-les. Beneficios en paraísos que esconde y lava dinero procedente de acciones delictivas y donde y desde donde, se transfieren millones de euros. Se beneficia de rescates como la compra de UNNIM por un sim-bólico 1€, tras ser reflotado con 953 millones de €.

La crisis que crearon financiando la burbuja inmobiliaria y la financiera se resuelve con

los recursos de todas las personas, y ahora se quedan con más viviendas,

desahuciando a sus habitantes, mientras no permiten acceder a hipotecas.

Se han revestido con un discurso de responsabili-dad y ética (Responsabilidad Social Corporativa, firma de tratados, etc.) empleando millones en propagan-da para seguir creciendo y con el banco los macro-sueldos de sus directivos. BBVA financia proyectos altamente contaminantes o responsables de defores-tación, destrucción, contaminación y cambio climá-tico, que se suman a los denunciados ya previamente (algunos de los cuales siguen produciendo beneficio al banco o continúan produciendo esos impactos).

Los impactos de las empresas BBVA e IBERDROLA en Latinoamérica

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Su financiación se ha realizado como accionista de algunas de estas empresas, o como financiador en so-litario o en colectivo (créditos sindicados) o a través de compra de bonos, deuda, etc. BBVA financió en el 2012 las grandes transnacionales energéticas, princi-pales responsables de impactos ecológicos no sólo a nivel español sino internacional, las principales res-ponsables de emisiones de gas de efecto invernadero, producción de energía nuclear, construcción de em-balses, etc.: Endesa, Iberdrola, Gas Natural, Enagás, Red Eléctrica de España, Siemens, EoN, Total y asesoró financieramente a Enagás. BBVA financió centrales de ciclo combinado y las infraestructuras asociadas (extracción de gas, platas de licuamiento, transporte, gasificadoras, etc.) responsables por grandes volúme-nes de gas de efecto invernadero así como los cau-sados en los lugares de extracción (deuda ecológica), grandes infraestructuras viales (autopistas) que por su construcción suponen destrucción ambiental pero que llevan asociadas los impactos de los materiales utilizados (hormigón, hierro, energía, etc.) y por tan-to potenció el uso del tráfico rodado e individual, el petróleo utilizado por los vehículos que harán uso de ellas, el transporte aéreo, uno de los principales res-ponsables de emisiones de gas de efecto invernadero (además de impactos asociados a su construcción), el Tren de Alta Velocidad en Nimes-Montpelier (Francia) un transporte altamente insostenible por la infraes-tructura que precisa y porque su consumo energético es proporcional a su velocidad, conllevando produc-ción energética de gran impacto ambiental así como tendidos eléctricos, minas a cielo abierto, grandes parques eólicos, entre ellos los de Oaxaca II y Oaxaca IV de propiedad de la empresa “Acciona” (otra em-presa financiada por el BBVA), además de financiar

a Iberdrola y Gamesa, grandes empresas cementeras responsables de grandes impactos por la extracción de calizas y las canteras asociadas, y por los gases emitidos en la cocción de éstas para ser transforma-das en cemento, empresas del acero cuyo procesa-miento precisa también gran cantidad de calor, de combustibles y en muchas ocasiones lleva asociada deforestación en el uso de madera como combustible, siendo un gran contribuidor al efecto invernadero, la industria petrolera (empresas, proyectos extractivos, oleoductos, refinerías, etc.).

Estas producen desastres en sus lugares de extracción así como polución y gases de

efecto invernadero en todas las fases de su actividad así como en su uso/consumo.

Oleoductos como Camisea o la mayor Empresa de oleoductos de los Estados Unidos, Kinder Mor-gan, los cuales han sufrido explosiones, derrames y causando desastres naturales. Grandes constructoras como FCC y ACS responsables de muchas de las in-fraestructuras que han tenido impactos tan terribles para el medio ambiente y la sociedad, responsables de la burbuja inmobiliaria y la sobre-construcción, responsables por impactos asociados a los materia-les usados (cemento, acero, petróleo, etc.), a su ac-tividad (petróleo) pero también responsables de la contaminación con su uso (trenes, coches). Y cómo no, algo que es central en la protesta de hoy, gran-des embalses como antes financió los de los ríos Pascua y Báker en la Patagonia chilena (actualmente paralizados), o el Cajón en México. Actualmente es responsable de la construcción del embalse de Ilisu a través de su subsidiaria turca GarantiBank, o a través

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de su financiación de FCC del em-balse de El Zapotillo en México y del de Cerro del Aguila el segundo mayor de Perú. En septiembre de 2012 se reinició la construcción en Ilisu, reconduciendo al río Tigris por tres túneles.

El compañero Erçan Ayboga de Initiative to Keep Hasankeyf Ali-ve (Iniciativa para mantener Ha-sankeyf viva, la ciudad de más de 12000 años cuna de civilizaciones en el Kurdistán). Hace poco se ce-lebró también una pre-audiencia como la que hemos celebrado hoy contra Iberdrola sobre la Devasta-ción Ambiental y Derechos de los Pueblos en la zona de El Zapotillo. BBVA también ha financiado a las empresas de la agroindustria como Bayer, o Bunge que tienen un gran impacto a partir de los fitosanita-rios (pesticidas, herbicidas, abonos, etc.) que fabrican, así como con las semillas de transgénicos que po-tencian, la industria papelera, etc. De todo ello nos podíamos exten-der, y todo ello sabemos que no es más que la punta del iceberg pues mucha información no es pública.

(Martin Manxto, Ekologistak Martxan, País Vasco).

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ANEXO I

Vivimos una sociedad capitalista, pa-triarcal, con un gran poder financiero, que se ha enriquecido a partir de la explotación de los bienes naturales y de los pueblos, amenazado la vida de la humanidad. Mas que una crisis es una fase de reorganiza-ción del capitalismo, donde la naturaleza y la vida son degradadas a la categoría de mercancía con la cual las grandes empre-sas pueden especular con total impunidad. La consecuencia es el acaparamiento y concentración de la riqueza en unas pocas empresas transnacionales, como las aso-ciadas a la explotación minera, energética, de agua y alimento entre las cuales hay una relación intrínseca cuya imposición desemboca en la violación de la soberanía y los derechos de los pueblos.

Ninguna región del mundo está libre de la acción del capitalismo a través de las transnacionales y de los mer-cados financieros en todo el mundo tanto en el Sur como en el Norte.

Este modelo ha implicado un retroceso en los derechos sociales y políticos conquistados históricamente por las luchas populares, atentando a la democracia y retoman-do prácticas como el racismo y el militarismo.

Las iniciativas de resistencia y rebeldía se siembran desde el Sur al Norte. Muchos son los pueblos se han or-ganizado para hacer frente a este sistema expoliador y por la defensa de sus territorios, a pesar de que las trans-nacionales se imponen brutalmente a través de métodos represivos que se practican con total impunidad y con el consentimiento de Estados, gobiernos y organismos in-ternacionales en todas las partes del mundo.

Carta de Bilbao: Alimento, Agua y Energía no son mercancías

Nosotros, organizaciones de 15 países reunidos en Bilbao entre 29 a 31 de octubre afirmamos:

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Nuestra total solidaridad a los compañeros y compañeras asesinados por las prácticas depre-dadoras del capital en todo el mundo. En especial, queremos honrar al compañero Carlão y a los seis compañeros mineros de León, todos muer-tos esta semana debido a la precarización de las condiciones laborales de la clase trabajadora, y a los defensores de derechos humanos asesinados durante este 2013 en Latinoamérica: Noé Vás-quez, Veracruz, México, Nelson Giraldo, Ituango Colombia y los niños de Cobán en Guatemala.

AfirmacionesLos recursos naturales no pueden ser mercancías. Rechazamos cualquier forma de mercantilización y especulación de los recursos naturales.

No podemos dejar impune a la acción del capital. Las luchas deben avanzar en todos los campos y todos cantos del mundo. Es necesario consolidar las nuevas formas de solidaridad internacional entre los excluidos de este sistema en una lucha unitaria. Nuestra tarea es organizar a las tra-bajadoras y los trabajadores, a las afectadas y afectados por proyectos impuestos así como a las consumidoras y consumidores del campo y de la ciudad en todos los niveles: local, nacional e in-ternacional.

Alimento, agua y energía no son mercancías!

Bilbao, 31 de octubre de 2013.

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ANEXO II

El Movimiento de Afectados por Represas (MAB) convoca y anima a todas las entidades, organizacio-nes, pastorales, redes, activistas y movimientos so-ciales a sumarse en las movilizaciones que marcarán el Día Internacional de Lucha Contra las Represas, por los Ríos, por el Agua y por la Vida, durante la jornada del día 14 de marzo de 2014.

El Movimiento de Afectados por Represas (MAB) convoca y anima a todas las entidades, organizacio-nes, pastorales, redes, activistas y movimientos socia-les a sumarse en las movilizaciones que marcarán el Día Internacional de Lucha Contra las Represas, por los Ríos, por el Agua y por la Vida, durante la jornada del día 14 de marzo de 2014.

A pesar de este momento de crisis del actual siste-ma, el capital continúa apropiándose de los recursos naturales y del trabajo de los trabajadores a través del sector eléctrico. Ciertamente, la energía se ha vuelto un elemento central en la lógica de la retomada de la producción y la apropiación capitalista. Actualmente, toda la cadena productiva de la energía (construcción de hidroeléctricas, generación, transmisión y distri-bución) se ha transformado en una fuente de elevada rentabilidad y de intensa disputa.

Las corporaciones internacionales están utilizan-do recursos públicos de forma cada vez más recu-rrente, colocando el estado a su servicio. Con esto, la nueva forma de privatización, vía asociación público-privada, está robando nuestros recursos naturales de base productiva abundante.

Durante este año, tendrán lugar las elecciones presidenciales en diversos países, incluido Brasil. Frente a este escenario, esas mismas corporaciones acaban definiendo, muchas veces, los resultados po-líticos o promoviendo golpes en nuestros países, con el objetivo de debilitar nuestra fuerza propia a través de la criminalización de las protestas y las luchas his-tóricas de resistencia.

Es por esto que debemos, más que nunca, mante-nernos firmes y organizados para dar continuidad a las luchas locales, nacionales e internacionales, orga-nizando a los afectados por represas, los trabajadores del sector energético, y a toda la clase trabajadora.

En el último periodo, venimos sintiendo el cre-cimiento y el aumento de las luchas nacionales en diversos países en la lucha contra la violación de los derechos humanos, principalmente en lo que se re-

Manifiesto 14 de Marzo, 2014 Día Internacional de Lucha contra las Represas

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fiere a los afectados por las presas. Perú, segundo país en potencial hídrico de América Latina, recibirá durante este año la vigésima Conferencia de la Organiza-ción de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático, que antecederá a la COP-21, en la cual los países definirán nuevas reglas para un acuerdo global so-bre el clima.

Para el capital este es un país con una grande extensión territorial para ser ex-plotada y, por ello, tenemos que estar pre-sentes y organizarnos para hacer nuestras denuncias y movilizaciones que llamen la atención de la sociedad mundial. El día 14 de marzo es el momento en que las po-blaciones afectadas por represas de todo el mundo denunciarán el modelo energé-tico que históricamente ha causado gra-ves consecuencias sociales, económicas, culturales y ambientales.

Está en nuestras manos la tarea de construir un nuevo proyecto energético popular, donde el agua y la energía no sean mercancías y la riqueza generada esté sobre el control popular.

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