Alt18 7 Vazquez

15
ALTERIDADES, 1999 9 (18): Págs. 85-99 Difusión diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz FELIPE VÁZQUEZ PALACIOS* * Investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Golfo. ** Este trabajo se presentó como disertación doctoral del trabajo: Difusión diferenciada de las agrupaciones religiosas y su impacto cultural en una localidad del centro de Veracruz, en la Universidad Iberoamericana, en diciembre de 1996. El artículo analiza el problema de la difusión de las agrupaciones religiosas en el ámbito local. Para lograr este propósito, el autor considera fundamentalmente tres aspectos: 1) la discusión sobre las minorías religiosas en Latinoamérica; 2) las condiciones generales en que circula el mensaje religioso; 3) un estudio de caso desde la localidad de Banderilla, Veracruz. La problemática La idea de investigar en torno al tema mencionado se me ocurrió una tarde calurosa del otoño de 1992, mientras regaba mi jardín.** Ese día me percaté del crecimiento tan desigual de unos cipreses, que tres meses antes había sembrado. Pese a que la calidad de la tierra, la luz, la sombra, el agua y los cuidados ha- bían sido los mismos para cada una de estas plantas, conforme el tiempo pasó algunas se desarrollaron muy rápidamente, otras también pero de manera más lenta, y varias más no crecieron; incluso, hubo las que al ser tapadas por las más altas se secaron. La observación de este hecho natural me dio pie a las siguientes interrogantes: - Si las agrupaciones religiosas establecidas en la localidad participan de una misma matriz socio- cultural, ¿por qué unas se han desarrollado más que otras? - ¿Cuáles son las condiciones que permiten la circulación o no circulación del mensaje de una agrupación religiosa? - ¿Es que acaso unas ofrecen un espacio más efi- caz de resistencia o adaptación a la modernidad, al progreso o bienestar social? - ¿Por qué los mismos intereses no provocan un desarrollo similar en todas, sino más bien una difusión diferenciada? - ¿Qué factores fortalecen y debilitan a las agru- paciones religiosas? - En síntesis, ¿por qué unas agrupaciones se han difundido con rapidez, otras con lentitud y otras más se han quedado a la zaga, en un mismo contexto social? Al partir de estas interrogantes, dejo atrás la concep- ción de que lo religioso es un manto uniforme tendido sobre la sociedad, y lo presento como un ensamblaje de diversos conceptos y pautas de comportamiento, de individuos en interacción constante con variadas con- diciones socioeconómicas, políticas y culturales, que se encuentran fundamentalmente en el contexto regio- nal y local. Asimismo, estudio la religión no sólo como un hecho colectivo (representaciones colectivas) o un

description

Difusión religiosa entre agrupaciones religiosas del centro de Veracruz, de Felipe Vázquez

Transcript of Alt18 7 Vazquez

  • ALTERIDADES, 19999 (18): Pgs. 85-99

    Difusin diferenciada de las agrupacionesreligiosas en el centro de Veracruz

    FELIPE VZQUEZ PALACIOS*

    * Investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social-Golfo.** Este trabajo se present como disertacin doctoral del trabajo: Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas y su

    impacto cultural en una localidad del centro de Veracruz, en la Universidad Iberoamericana, en diciembre de 1996.

    El artculo analiza el problema de la difusin de las agrupaciones religiosas en el mbito local. Para lograr estepropsito, el autor considera fundamentalmente tres aspectos: 1) la discusin sobre las minoras religiosas enLatinoamrica; 2) las condiciones generales en que circula el mensaje religioso; 3) un estudio de caso desde lalocalidad de Banderilla, Veracruz.

    La problemtica

    La idea de investigar en torno al tema mencionado seme ocurri una tarde calurosa del otoo de 1992,mientras regaba mi jardn.** Ese da me percat delcrecimiento tan desigual de unos cipreses, que tresmeses antes haba sembrado. Pese a que la calidad dela tierra, la luz, la sombra, el agua y los cuidados ha-ban sido los mismos para cada una de estas plantas,conforme el tiempo pas algunas se desarrollaronmuy rpidamente, otras tambin pero de manera mslenta, y varias ms no crecieron; incluso, hubo las queal ser tapadas por las ms altas se secaron.

    La observacin de este hecho natural me dio pie alas siguientes interrogantes:

    - Si las agrupaciones religiosas establecidas en lalocalidad participan de una misma matriz socio-cultural, por qu unas se han desarrollado msque otras?

    - Cules son las condiciones que permiten lacirculacin o no circulacin del mensaje de unaagrupacin religiosa?

    - Es que acaso unas ofrecen un espacio ms efi-caz de resistencia o adaptacin a la modernidad,al progreso o bienestar social?

    - Por qu los mismos intereses no provocan undesarrollo similar en todas, sino ms bien unadifusin diferenciada?

    - Qu factores fortalecen y debilitan a las agru-paciones religiosas?

    - En sntesis, por qu unas agrupaciones se handifundido con rapidez, otras con lentitud y otrasms se han quedado a la zaga, en un mismocontexto social?

    Al partir de estas interrogantes, dejo atrs la concep-cin de que lo religioso es un manto uniforme tendidosobre la sociedad, y lo presento como un ensamblajede diversos conceptos y pautas de comportamiento, deindividuos en interaccin constante con variadas con-diciones socioeconmicas, polticas y culturales, quese encuentran fundamentalmente en el contexto regio-nal y local. Asimismo, estudio la religin no slo comoun hecho colectivo (representaciones colectivas) o un

  • Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz

    86

    acto pblico o privado, o como un rito sagrado, o biencomo refugio de masas; menos an como algo funcionalque cumple una necesidad econmica o poltica. Mehe propuesto estudiarla como un conjunto de interac-ciones sociales diversas.

    La investigacin de campo est sustentada en 400encuestas aplicadas en todo el municipio, 150 historiasde vida que obtuve de miembros de las agrupacionesreligiosas, 53 entrevistas que hice a creyentes de lastres agrupaciones escogidas como muestra (Luz delMundo, adventistas del Sptimo Da y renovacin ca-rismtica en el Espritu Santo). De estas fuentesentresaqu algunos relatos de vida de los emisariosreligiosos ms representativos, mismos que trat deempalmar con los datos sobre la historia de sus agru-paciones y la localidad

    A medida que se fue acumulando la informacin yfui sistematizando los datos, aparecieron inquietudesy descubrimientos que me ayudaron a enriquecer ycentrar an ms el planteamiento inicial. Por ejemplo,el tratar de entender cmo un mensaje puede aden-trarse tanto en la vida de los individuos y convertirseen una exigencia imperiosa para el creyente el difun-dirlo. O bien, por qu los habitantes de Banderillaseleccionan, rechazan o combinan las diferentes alter-nativas religiosas. O encontrar la relacin entre algunasproblemticas que acompaan a la difusin religiosacomo la migracin, el proceso de urbanizacin, eldesempleo, el subempleo y los mltiples procesosoperativos, donde los individuos buscan que sus al-ternativas religiosas se correspondan con sus nece-sidades, intereses y estrategias de subsistencia. Porotra parte, descubr que la labor proselitista constituaun puntal de la dinmica desplegada por cada uno delos miembros de las agrupaciones establecidas en elrea de estudio. Por ello, me pareci fundamental cen-trar mi inters en este fenmeno activo y complejo deinteraccin social.

    rea de estudio

    La investigacin la llev a cabo en el municipio deBanderilla, uno de los 209 municipios que integran elestado de Veracruz. Est situado en la zona centraldel mismo, dentro del rea de influencia de la capital ve-racruzana, a escasos 8 kilmetros de sta. Cuenta conuna superficie de 22.21 km2 y con una poblacin de33,840 habitantes, de los cuales 11,580 viven en lacabecera municipal. El asentamiento poblacional secaracteriza por ser compacto y se extiende a lo largode la calle principal, a cuyos lados se reparten las casas,tiendas y edificios de diversas instituciones, as comolos accesos a otras calles.

    Segn los censos de poblacin, Banderilla presen-t un comportamiento poblacional estable de 1921 a1950. Sin embargo, de 1960 a la fecha se produjo unacelerado crecimiento, que ha hecho duplicarse a lapoblacin ocasionado una serie de cambios y transfor-maciones (vase Vzquez, 1996: 46-77). En cuanto alaspecto religioso, la primera diferenciacin religiosase registr en 1940: ocho personas declararon no sercatlicas. Sin embargo, en 1970 el 1.47%, y en 1990el 14.38% de la poblacin total de Banderilla, habaabandonado el catolicismo.

    Por su cercana con la capital del estado, podrapensarse que Banderilla tiene mayores ventajas encuanto a mercado de trabajo que otros municipios delcentro de Veracruz. Sin embargo, si se toma en cuentaque el grado de industrializacin de la capital del es-tado es relativamente bajo, y que las fuentes disponi-bles de empleo requieren de alguna preparacin, nosexplicaremos por qu los banderillenses, en su mayoramigrantes, tienen que conformarse con ser incluidosen actividades terciarias o de servicios, que estn de-masiado saturadas y mal pagadas. El 85% de la pobla-cin lo constituyen familias que viven en condicionesde pobreza extrema. La mayor parte de stas ha su-frido un proceso de migracin generado por un dese-quilibrio regional, consecuencia de la fluctuacin delos precios del caf y la caa, bsicamente, y del pro-ceso de urbanizacin de la capital del estado. Hay queagregar a este panorama que el 9% carece de estudios,slo el 29% pudo concluir los de educacin bsica yms del 52% no pudo terminarlos. Por otra parte, un11% de las familias estn incompletas; en ellas sloexiste un cnyuge (generalmente la madre). Un 32%son familias extensas; es decir, hermanos, tos, sobrinoso parientes de alguno de los cnyuges, que por razonesprincipalmente econmicas se allegan a la familia porun tiempo indeterminado, contribuyendo en el gastoy el trabajo familiar. Un 57% son familias nucleares,constituidas generalmente por parejas jvenes conuno o ms hijos. El 35% de la poblacin trabajadoralo constituyen empleados de diversos servicios, quetrabajan en Xalapa, 29% son albailes y trabajadorasdomsticas, 10% son campesinos, 6% pequeos co-merciantes y 4% profesionistas y hombres de negocios.

    La historia social de la localidad se podra resumira partir de cmo los habitantes han logrado enfren-tar: a) la inseguridad en la tenencia de la tierra, b) lainmigracin y c) la inestabilidad laboral. As lo refle-jan los tipos de colonias que se han ido conformando,donde se muestran los efectos de la urbanizacin, lasadquisiciones ilegales, el crecimiento anrquico, la faltade servicios, la pobreza, la violencia, la falta de empleoy la marginacin social.

  • Felipe Vzquez Palacios

    87

    Discusin y construccin de mi propuestaterico-metodolgica

    He caracterizado la difusin religiosa con base en tresniveles de acercamiento al tema, a saber: l) las prin-cipales obras ms recientes sobre el tema en Latinoa-mrica ; 2) las condiciones generales en que circula elmensaje religioso; 3) la conceptuacin que se ha gene-rado en las ciencias sociales.

    Veamos cada una de ellas.Construyo mi propuesta terica a partir del dilogo,

    confrontacin y anlisis de las obras de Martin (1990),Stoll (1990) y Bastian (1994), quienes abordan el temade la difusin religiosa en Latinoamrica, en especialla del protestantismo en su versin bsicamente pen-tecostal. Parto de cuatro preguntas sobre la difusinreligiosa:

    - Cmo conciben estos tericos la difusin religiosa?- Desde su punto de vista, qu fuerzas o factores

    la impulsan?- Qu problemticas la acompaan?- A qu se debe la mayor o menor difusin religiosa?

    Respecto a la primera interrogante, Martin concibela difusin religiosa como un proceso de cambio y ten-siones entre elementos propios de la cultura dominantey la cultura popular, de rompimiento de monopolios.Para Stoll, es un movimiento popular manipulado porel gobierno estadounidense, es una reorientacin delcatolicismo folk. Y Bastian entiende por difusin reli-giosa un proceso de larga duracin, en el que las disi-dencias religiosas se transforman mediante un carctersincrtico. La entiende como un proceso de continuidady reelaboracin de la cultura religiosa popular.

    Para m la difusin religiosa es una ms de las for-mas de interaccin social propiciadas por los actoressociales al enfrentarse a los cambios socioculturales yeconmicos, fundamentalmente locales y regionales,mas no un fenmeno propiciado por el control polticointernacional.

    En cuanto a las fuerzas que impulsan la difusinreligiosa, son de resaltar los elementos endgenos yexgenos que caracterizan los autores. Mientras quepara Stoll son fundamentalmente exgenos (la derechareligiosa norteamericana y la crisis econmica), paraMartin son tanto endgenos como exgenos (el mejora-miento personal, redes econmicas, tensiones centro-periferia). En cambio, para Bastian el elemento princi-pal es endgeno (redes y asociaciones regionales, sectoresen transicin). Para m, la difusin est fundamental-

    mente ligada a las estrategias de comunicacin e in-teraccin que los actores sociales desarrollan desde elinterior de la localidad, y que trascienden o no fuera desta segn sean las caractersticas especficas de losactores sociales que forman la agrupacin religiosa.

    Al analizar las problemticas que acompaan lalabor proselitista, encontr que Martin relaciona el os-cilar de los regmenes parlamentarios y militares, eldesarrollo desequilibrado del comercio y la industria,el impacto de la inflacin, el endeudamiento, el creci-miento de la poblacin, las megaciudades, la violen-cia y las caractersticas propias de las agrupacionesreligiosas.

    Stoll, por su parte, considera que las problemti-cas asociadas a la difusin religiosa son: movimientosradicales reprimidos, clericalismo catlico, denuncias,sospechas, crticas al liderazgo de las misiones evan-glicas, activistas polticos que combinan sus interesesreligiosos con los intereses de la hegemona norteame-ricana y la crisis econmica (Stoll, 1990: 4-5). Bastianencuentra que la difusin se da en un marco de crisiseconmica y social con su correspondiente anomia,as como de ruptura con el medio social de origen.

    La difusin religiosa puede variar dependiendode las condiciones polticas, econmicas e histrico-culturales de cada lugar. Sin embargo, hay constantesque Martin puntualiza, como por ejemplo la ayuda fi-nanciera externa, la combinacin de lo moderno conlo tradicional, las disparidades econmicas y el avanceeconmico. Para l, la difusin religiosa prospera enaquellos pases apolticos, relacionados con EstadosUnidos, donde se da la apertura del pas a las noveda-des extranjeras, a la urbanizacin, la industrializacin,la educacin, el evangelismo y la sanacin divina, ascomo por condiciones histricas. Por otra parte, men-ciona factores histricos, geogrficos, polticos y socia-les que frenan la difusin; en particular, focaliza ciu-dades de tradicin conservadora y estructuras agrariasinfluidas por la Iglesia catlica.

    Stoll observa que las caractersticas del proceso dedifusin y diferenciacin religiosa varan de acuerdoal dinero norteamericano, a la capacidad de adaptacin,y a si la difusin se desarrolla en contextos rurales ourbanos, regionales, tnicos o de clase. Acepta quehay lugares donde la labor proselitista se lleva a cabosin el apoyo financiero ni la asesora externos. Consi-dera las circunstancias de pobreza y las respuestasvitales que se ofrecen para su existencia.1

    Bastian, en cambio, sostiene que la propagacin delos cultos religiosos obedece a las disidencias que se

    1 Stoll sostiene que la opcin religiosa ms popular cumple un papel sobresaliente en la formacin de lderes carismticosy en la participacin difusiva, y demuestra la habilidad de estos lderes para impulsar el cambio social (1990: 113-149).

  • Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz

    88

    generan de la cultura religiosa popular, catlica y sha-mnica, y que tienden a responder ms a la enormemutacin del campo religioso actual que a la herenciareligiosa anterior. Considera que al ser asimilada ladifusin religiosa en Amrica Latina por la cultura re-ligiosa popular, corporativista y autoritaria, se estableceuna trabazn.

    Considero que la perspectiva de Bastian me ayudaa comprender la difusin dentro de un proceso acul-turativo en el sentido de la continuidad y la reela-boracin de la cultura popular y me centra en losprocesos de reproduccin de interacciones sociales,como el nudo en el que opera y se sustenta la difusinreligiosa. Por otra parte, Martin me hace reflexionarsobre la forma en que la difusin religiosa incluye ele-mentos propios de la cultura dominante y de la culturapopular. En especial, me indica el conjunto de procesosque acompaan a la difusin, de entre los cuales tomomuy en cuenta, como marco general, el desarrollo delcomercio, la industria, el crecimiento de la poblacin,la migracin y la crisis. Stoll me brinda elementos rela-cionados con el proceso de cambio social y de cambioreligioso que me permiten ver la difusin religiosacomo una nueva forma de interaccin social, donde losemisarios buscan constantemente conformar y deli-mitar su campo de accin.

    Si bien los tres investigadores aluden implcitamentea las redes sociales como puerta de entrada al estudiode la difusin religiosa, cuando se refieren a planos lo-cales ninguno desarrolla este aspecto. Es aqu dondeyo enriquezco el anlisis. Para ello, construyo mi pro-puesta terica con base en los elementos que conformany limitan las interacciones sociales, como punto centralen el que se sustenta la difusin religiosa. Consideroa las redes sociales el canal ms importante por dondecircula la difusin religiosa bajo tres aspectos: lasredes de parentesco, las redes vecinales y las redestemporales. Con base en estas construcciones abs-tractas, abordo el trabajo difusivo que los actores so-ciales realizan en relacin con el contexto social. Sitoa los emisores, receptores y amplificadores del mensa-je, analizo las fuerzas y factores que propician la dife-renciacin de esta actividad.

    Clasificacin de variables que influyenen la difusin religiosa

    Respecto al conjunto de condiciones generales propiciasa la circulacin del mensaje religioso, encontr varia-bles de tipo ambiental, econmico, poltico, cultural,social y multicausal.

    Los trabajos que enfatizan las variables de tipo am-biental estn interesados en proveer a los misionerosun marco de conocimientos que facilite su labor pro-selitista. En ellos se subraya el obstculo que puedenrepresentar las condiciones geogrficas, as como lautilidad de aprender a usar los elementos naturalespara la propagacin religiosa. En su mayora, estostrabajos ponen de manifiesto la validez universal de lareligin, pero tambin la necesidad de una prctica re-ligiosa diferente, derivada de la influencia de agentesnaturales (la montaa, el valle, el clima, etctera), quedeterminan la existencia de variaciones (Iribarren;2

    Berger, 1983; Healey, 19853).Tales estudios no consi-deran el desarrollo independiente del contexto materialen que se da la propagacin religiosa, ni su impactosocial. En este sentido, el factor ambiental debe ser to-mado como un factor circunstancial.

    El argumento caracterstico en los trabajos quehacen hincapi en el factor econmico, es el de creerque donde existe una nueva alternativa religiosa estndadas las condiciones econmicas para su existencia.Hanger (1975),4 Rigby (1981) y Muratorio (1980) figu-ran entre los autores que formulan sus conclusionesdesde esta perspectiva. Si bien el elemento econmicotiene un papel central en la difusin religiosa, hay quetener cuidado de no perderse al ver entre uno y otra slouna relacin mecnica. La gente no se adhiere a unaagrupacin religiosa nicamente para satisfacer susnecesidades econmicas.

    El factor poltico ha sido muy resaltado en estudiosreferentes a sistemas de cargos religiosos, fiestas dedi-cadas a los santos y mayordomas. La mayor parte deellos estn realizados por antroplogos y socilogos,quienes muestran la armona en que vive la comu-nidad indgena o campesina basada en la organizacincvica religiosa (Carrasco, 1976; Colegio de Etnlogos,

    2 Iribarren (1955: 21-61) seala que el comportamiento religioso es muy distinto dentro de una localidad ubicada en lamontaa o en climas fros donde las casas son pequeas, con ventanas y puertas estrechas, donde las personas se recogena horas tempranas y la moral, debido al clima, es ms conservadora en comparacin con lugares de clima clido, dondeel vestir es ms ligero, las personas se duermen ms tarde, y las ventanas y las puertas son ms amplias debido a la nece-sidad de ventilacin.

    3 En estos dos ltimos trabajos se resalta la importancia que tiene el medio y la posibilidad de los misioneros de mejorar lascondiciones tradicionales de vida de los habitantes africanos, con nuevos cultivos y herramientas propias del clima, y lamanera en que se genera ms fcilmente el cambio religioso.

    4 Hanger sostiene que cualquier religin est relacionada con el tipo de economa, y llega a concluir que hay una ntima re-lacin entre las actividades econmicas y el pensamiento religioso.

  • Felipe Vzquez Palacios

    89

    1979; Dehouve, 1976). Investigaciones recientes se-alan los conflictos a que da lugar el surgimiento ypropagacin de un nuevo credo en una estructura osistema religioso-poltico establecido, situacin queprovoca divisin entre los habitantes de la localidad.5

    (Muratorio, 1980; Garma, 1984; Vzquez, 1991; Lewis,19826). Destacar el factor poltico, como hacen los au-tores citados, puede crear la impresin de que las agru-

    paciones religiosas son un mero juguete de las fuerzaspolticas. Consecuentemente, la difusin religiosa puedemoldear las lealtades polticas y a su vez ser moldeadapor stas.

    De acuerdo con quienes hacen nfasis en el factorcultural, las sociedades no evolucionan de la mismamanera ni son aculturadas de la misma forma. Enconsecuencia, los cultos religiosos sern aceptados orechazados en la medida en que tengan en cuenta ele-mentos culturales y el grado de influencia de la cul-tura religiosa previa, como plano que orienta la interac-cin entre sus miembros. Dentro de este contexto seanalizan y se relacionan los aspectos teolgicos, ritualesy ceremoniales, siguiendo algunas veces la mismatendencia funcionalista de los anlisis de Malinowskio de Radcliffe Brown. El inters se centra en los efectosms que en las causas (vanse Kietzman, 1958; Gamio,1931; Marzal, 1988 y Aguirre Beltrn, 1986). Estos es-tudios nos permiten explicarnos el sincretismo exis-tente en ciertas prcticas, as como su asimilacin porparte de los creyentes en el seno de la vida religiosa.Algunos otros toman en cuenta cmo los elementosreligiosos han afectado y han sido afectados por lascondiciones culturales (Martin, 1990).

    Los trabajos que resaltan el factor social considerana ste una modalidad de interaccin, que se organizay estructura en redes de parentesco, amistad, compa-drazgo y laborales (vase Franco, 19927 y Vzquez,1991), o bien ven el factor social como relaciones so-lidarias que ayudan principalmente al migrante onuevo converso a evaluar las normas de comporta-miento y a configurar nuevas redes de relaciones queaportan diversos apoyos en torno suyo que propicianla cohesin entre sus miembros (vanse Lenski, 19888

    y Reina y Schwartz, 19749).Algunos estudios se fundamentan en Weber, ha-

    ciendo nfasis en la organizacin y actividades de lasagrupaciones religiosas y en su influencia en la socie-dad, contexto en el que las autoridades (sacerdotes,brujos, adivinos) tienen una importancia creciente o

    5 Existen otros trabajos en los que se muestra que el surgimiento y propagacin de los cultos no catlicos no ocasiona proble-mas, pues stos se mezclan y adaptan de manera muy sutil a la vida cotidiana de los habitantes (Vallado, 1989: Rappaport,1984). Este ltimo observa que el protestantismo refuerza la identidad tnica, al permitir la realizacin del culto sin inter-mediario no indgena, y al integrar sus creencias a los sistemas de pensamiento preexistentes.

    6 Para Lewis, las condiciones sociales y polticas favorecen el desarrollo del adventismo, el cual se convierte en una reaccincontra el orden establecido y en la bsqueda de un nuevo ideal que d salida a su gran energa, agresividad y afn de li-derazgo.

    7 Franco muestra que las redes de parentesco han sido los medios por los cuales se han propagado las agrupaciones evan-glicas en dos comunidades otomes del Valle del Mezquital.

    8 Lenski se pregunta cmo elige la poblacin entre varios grupos que compiten por su tiempo, energa y lealtad, cmo la reli-gin tiende a fortalecer los vnculos individuales en el hogar y afecta la personalidad de los nios y su habilidad paraconducirse en el mundo laboral.

    9 En este trabajo se analiza la relacin que se da entre la posicin social y la conversin religiosa; los autores se centran enla interrelacin entre status, comunidad y multicomunidad, en alusin al cambio religioso en tres comunidades del Petncentral, al norte de Guatemala.

  • Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz

    90

    decadente (Carrasco-Malhue, 1983 y Rodrigues, 1989).Otros trabajos son los inspirados en Durkheim y Mauss,los cuales centran su atencin en explicar cmo se es-tablecen las diversas relaciones sociales, a partir delas experiencias colectivas que la gente tiene con lasdeidades o espritus. Varios de estos anlisis derivanen estudios sobre organizacin social y no sobre difu-sin religiosa; otros trazan la distincin entre lo sagra-do y lo profano, delimitando as los dominios sobre loscuales el hombre puede actuar (Eliade, 1967).

    Un ltimo factor es el que he denominado multi-causal, el cual comprende un conjunto de factores quepermiten visualizar la difusin en el marco de un pro-ceso histrico ms amplio. Se resalta aqu la accin re-cproca sujeto-sociedad a travs de la religin (vanseCasillas, 1993; Vzquez, 1991; Daz de la Serna, 1985y Bastian, 1983, adems de Willems, 1967;10 Gimnez,1993 y Willaime, 1994). En los trabajos de estos auto-res se abordan tambin la confrontacin y respuestareligiosa frente a la modernizacin, la industrializa-cin y la urbanizacin (Stoll, 1990 y Martin, 1990). Esen este marco que inscribo mi trabajo. No es mi inten-cin contraponer cada una de las variables y sus in-terpretaciones, sino ubicarlas dentro de un procesohistrico que me permita una mayor comprensin yacercamiento al tema estudiado.

    Ahora bien, el hecho de dar prioridad al factor mul-ticausal no significa que no le doy un peso especial acada uno de los factores que coadyuvan a la difusinen el proceso histrico, o que no consider la impor-tancia de observar el impacto que esto produce. Sibien estoy consciente de que un solo factor no puedeexplicar en su totalidad la difusin, s creo que hayfactores ms activos que otros.

    Conceptualizaciones en tornoa la difusin religiosa

    La difusin religiosa en las ciencias sociales ha sidoanalizada en trminos de aculturacin, imperialismo,resistencia e impugnacin de la cultura dominante ycomo agente de modernizacin. Desde mi punto devista, hay que estudiarla como un proceso de interac-cin social. Brevemente demos un vistazo a cada unade las perspectivas mencionadas:

    Como medio de aculturacin

    Actualmente se ve a la difusin religiosa como parte deuna serie de elementos culturales insertos en las re-laciones sociales de la localidad; ya no slo como unelemento ajeno y perturbador de la armona tradi-cional, sino como un elemento adoptado, incorporadoy adaptado por la poblacin, que le sirve para manejaro resolver ciertos conflictos y necesidades inmediatas(Carrasco Malhue, 198311 y Cardiel, 198912). Bastian(1992: 16) observa que al expandirse las sociedadesprotestantes se da un proceso aculturativo en el quela difusin religiosa se ajusta y acopla a los diferentescontextos sociales, adems de generarse un procesode transicin de valores entre una cultura y otra, dondeno slo se trazan concepciones y prcticas explcitasque regulan la interaccin del hombre con sus condi-ciones sociales de existencia, sino tambin conceptosy actos de carcter implcito en que se proponen nue-vos conocimientos para poder hacer frente a las cir-cunstancias.

    Como accin imperialista

    Segn este enfoque, la difusin es parte de un procesohegemnico en donde el trabajo proselitista represen-ta una tctica de aculturacin imperialista. As, porejemplo, Stoll (1990) sugiere que los esfuerzos de laderecha religiosa por convertir a las misiones evan-glicas en instrumento de las polticas militaristasestadounidenses es un buen punto de partida paracomprender la difusin religiosa en Latinoamrica.Por su parte, Martin (1990) seala que la religin pro-veniente de Estados Unidos se ha establecido como uncentro autnomo de reproduccin cultural y se ha ex-pandido alterando el medio psquico y social de 10 mi-llones de latinoamericanos pobres.

    Como resistencia e impugnacin de la cultura dominante

    Desde este punto de vista, la difusin religiosa se ana-liza como fuerza competitiva y contrastante con la cul-tura dominante local. Garma (1987) seala que frentea las lites mestizas catlicas los dirigentes protestantesoptaron por prcticas sincrticas y reformularon as elpoder mestizo. Rappaport (1984) hace notar que el pro-

    10 Willems explicaba el crecimiento de los protestantismos por medio de la urbanizacin y la racionalizacin de la vidacotidiana.

    11 Carrasco muestra, por ejemplo, cmo la difusin del protestantismo es utilizada para hacer frente al frreo control caciquil.12 Cardiel encuentra que en una ciudad como Cancn, donde nadie tiene races profundas y las relaciones son necesarias

    para sobrevivir, la difusin religiosa puede constituir un proceso de aculturacin, ya que la religin es una respuesta a laanomia social y ofrece un espacio donde son posibles la seguridad, la amistad y la ayuda mutua.

  • Felipe Vzquez Palacios

    91

    testantismo refuerza la identidad tnica al permitir larealizacin del culto sin intermediario no indgena y alintegrar sus creencias a los sistemas de pensamientotradicionales. En fin, la difusin puede ser conside-rada como un mecanismo obstructor de la homo-genidad que intenta consolidar la cultura dominante,puesto que propicia la introduccin de esquemas al-ternativos de bsqueda espiritual.13

    Como agente modernizador

    La difusin religiosa ha sido interpretada como unaprdida de influencia de las instituciones religiosastradicionales que conlleva a una individualizacin delcomportamiento de los fieles, as como a una anomiareligiosa y a una cierta movilidad sociorreligiosa (verWillaime, 1994). Berger (1983: 441-442) habla de lallegada de los misioneros dentro de un conjunto decambios aparejados, donde las nuevas expresionesreligiosas se enfrentan con las tradicionales produ-ciendo diversos efectos en el plano de la interaccinsocial. Otros ejemplos se pueden encontrar en Mura-torio (1980) y Bastian (1985), donde se muestra que alsurgir nuevas agrupaciones religiosas en las localida-des se contribuye al pluralismo religioso. En fin, la di-fusin se puede apreciar como un mecanismo de mo-dernizacin que busca redefinir el papel de las religionesen un espacio pblico secularizado, mediante la reins-tauracin de los significados religiosos dentro de unmundo cambiante, donde es necesario ajustarlos. Alrespecto, encontr estudios que buscan darle sentidoa los ritos y las celebraciones, incorporar sincretismos,reinvenciones y revaloraciones (De la Rosa y Cam-pos, 1992).14 Tambin la difusin aparece interpreta-da como accin conscientizadora y de tipo educativo,o introducida en trminos de cooperacin y distribucinsocial (Carrasco Malhue, 1983 y Muratorio, 198015).

    Como proceso de interaccin social

    Aqu la difusin religiosa es vista como un fenmenosocial particular. Son acciones que realizan los miem-bros de una agrupacin con el fin de propagar su fe. En

    este sentido, es un proceso activo y complejo de in-teraccin social, que vara en el tiempo y en el espaciosegn las circunstancias y fuerzas sociales que lomoldean y estructuran, pero siempre con una tareacomn en el campo religioso: recoger los principaleselementos sociales y culturales, ordenarlos, jerarqui-zarlos, legitimarlos y convertirlos en interaccionessociales (redes sociales de parentesco, de vecindad ytemporales) que garanticen su funcionamiento y per-manencia. Sostengo que las agrupaciones religiosasse difunden en el rea de estudio mediante un procesode ajustes y adaptaciones con la cultura religiosa delcatolicismo popular. En este sentido, la difusin y ladiferenciacin religiosas en Banderilla son la expresinde la lgica asociativa que impone la misma localidad.En consecuencia, la difusin ser rpida, lenta o es-ttica en la medida en que se inserte en los procesosde composicin y recomposicin social.

    Dadas sus caractersticas, la difusin est constitui-da por dos aspectos esenciales: el cultural y el social.

    En relacin con el primer aspecto, baste decir quela difusin es un problema de aculturacin, donde elintercambio de conceptos, puntos de vista e informacinen general constituye un proceso incesante de comu-nicacin de elementos culturales, entre los que pre-domina el mensaje religioso.

    Con respecto al segundo, la difusin es un problemade interaccin social, donde cada uno de los miembroses emisor, receptor, amplificador y algunas veces mo-dificador de un mensaje religioso con el cual los acto-res sociales se confrontan y recrean una serie de expe-riencias, relaciones y actividades que realizan siempreen respuesta a las relaciones sociales, deberes y cono-cimientos naturales y sobrenaturales que deben guiarla relacin del hombre con el prjimo y con el universo.16

    Modelo explicativo

    Para comprender cmo se filtra la difusin religiosaa travs de los espacios de interaccin que se abren yse cierran en el tejido social abord el anlisis deredes,17 puesto que un mensaje como la difusin reli-

    13 Remito al lector a Lanternari (1963) y a Pereira de Queiroz (1968), que tienen una reflexin ms profunda a este respecto.14 De la Rosa y Campos sealan cmo los protestantes, y al parecer tambin los catlicos, conservan como trasfondo ciertas

    prcticas y creencias religiosas otomes, emplendolas en su nueva cosmovisin religiosa.15 Estos autores indican que los cambios en el plano econmico y poltico dan lugar a la apertura no slo de nuevos discursos

    o prcticas en abstracto sino que, simultneamente, facultan nuevos modos de interaccin social dentro del campo religioso.16 Parto de que la religin es uno de los componentes organizadores de la cultura de una sociedad, que comprende todo un

    proceso de internalizacin de propsitos, expresiones, sentimientos y smbolos, que se manifiestan en acciones realizadaspor los actores individuales y colectivos a travs de diversos procesos de interaccin social.

    17 Concibo a las redes como un conjunto de cadenas finitas de relaciones sociales, que se extienden desde un ego y se creancomo tales para un propsito particular (ver Mayer, 1966). En especial me interesan aquellas donde est implcito o explcitoel mensaje religioso.

  • Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz

    92

    giosa se construye socialmente, con base en la propiarelacin social que circunda a los creyentes. En estecontexto encontr redes de parentesco, vecinales y tem-porales. Las redes de parentesco se manifiestan atravs de interacciones que unen al individuo con otraspersonas por medio de lazos prescritos que ste tieneque reconocer, aunque no necesariamente apreciar.En el caso de las redes vecinales, son interacciones quegeneralmente se hallan entrecruzadas con las redesde amistad y de parentesco; se pueden definir como con-tactos que se dan entre personas basados en la corte-sa y en la convivencia al compartir el mismo escenario,los mismos problemas, los mismos representantes po-lticos y, generalmente, las mismas carencias y limi-taciones econmicas, similares crisis personales, emer-gencias y grandes acontecimientos colectivos (bodas,funerales, faenas, mtines). Las redes temporales pue-den darse pese a la distancia fsica, y la seleccin dela persona con quien se interacta es voluntaria yeventual; los vnculos pueden ser cada vez ms es-trechos y llegar de esta manera a una red de amistadque se vuelve duradera a pesar de la distancia (verKeller, 1975: 27).

    Una observacin que me permiti profundizar en elanlisis del tejido social es que existen dos procesosbsicos de vida cotidiana en la localidad. El primero seidentifica con la situacin de la mayora de los habi-tantes, la de quienes han emigrado desde 1970 a la

    fecha y que poco a poco se han ido integrando enla medida de sus interacciones sociales con vecinosy conocidos, construyendo sus propias redes. El segun-do proceso tiene que ver con la situacin de los habi-tantes originarios del lugar y con la de los inmigrantesde ms de 30 aos de antigedad, quienes cuentancon ms amplias redes de conocidos y familiares.

    El considerar este hecho me sirvi para elaborar unmodelo explicativo que ordena las interacciones y meayuda a comprender la actuacin de los creyentes, ascomo la particularidad de la circulacin del mensajede cada agrupacin religiosa. En este sentido, tenemosinterrelaciones:

    a) Heredadas. Son interacciones preestablecidas,es decir que han pasado por un proceso de adap-tacin a travs del tiempo y se encuentran nor-madas e, incluso, algunas, institucionalizadaspor la poblacin nativa.

    b) Innovadas. Son interacciones que se construyena partir de las necesidades, esperanzas y anhe-los que se van presentando. Son ms o menosrecientes; por lo general, se han desarrollado atravs de la oposicin dada en el contacto con elotro. A diferencia de las primeras, estas interac-ciones operan en pequeas unidades donde lasredes de amistad y de parentesco son esencia-les para su permanencia y desarrollo.

    INTERACCIN SOCIAL

    Aspecto cultural

    DIFUSINRELIGIOSA

    Aspecto social

    Emisor

    Receptor

    Amplificador

    Redes de parentesco

    Redes vecinales

    Redes laborales

    HEREDADAS

    INNOVADAS

    OCASIONALES

  • Felipe Vzquez Palacios

    93

    c) Ocasionales. Son interacciones sociales con lasque se busca establecer una relacin transito-ria que permita sobrevivir o empezar una in-terrelacin encaminada a conseguir niveles desocializacin ms amplios. Por lo regular, estasinteracciones sirven de prueba o ensayo a loscreyentes que sondean la manera ms adecuadade solucionar sus problemas inmediatos o nece-sidades particulares ms apremiantes.

    Etapas de la difusin religiosa

    Con base en esta distincin de redes me di a la tareade clasificar las diferentes etapas que se pueden apre-ciar claramente en el proceso difusivo: la formativa, lade propagacin y la de permanencia. En la primera losiniciadores establecen y recrean enlaces sociales ylogran conformar el grupo religioso. Al igual que unbigman incipiente (Sahlins, 1979: 273-277), los inicia-dores dependen necesariamente de un pequeo grupode seguidores, constituido sobre todo por su propia fa-milia y parientes ms cercanos, que al igual que ellosson inmigrantes carentes de recursos, con endeblesredes sociales y en busca de empleo y educacin parasus hijos.

    En lo individual o con sus familias, los emisoresllevan a cabo la labor difusiva. Generalmente el blancolo constituyen personas que tienen alguna necesidado carecen de un apoyo familiar o moral. Con una ac-titud comprensiva, los emisarios escuchan los proble-mas personales y familiares de los individuos y tratande ayudarlos participando en distintos grados de reci-procidad. Con ello, propician en los otros una actitudde agradecimiento y obligatoriedad hacia ellos, de talmanera que cuando los invitan a unirse al proyecto deconformacin del grupo lo aceptan generalmente sinninguna resistencia. Al principio, los iniciadores losinvolucran en el conocimiento general de la doctrina,as como en las actividades que el grupo desarrollaparalelamente, interactuando con ellos hasta que seles asignan responsabilidades. Generalmente, al cons-truirse una lealtad personal con el grupo, ste dominay controla.18

    Una constante en esta etapa formativa es que lasinteracciones emanadas de los iniciadores surgen conbase en un contexto de informalidad, donde el desem-pleo, la migracin, la crisis econmica y la carencia

    de servicios son las principales caractersticas. Entrems ineficiencias y privaciones existen en la locali-dad ms surgen y prosperan las diversas agrupacionesreligiosas, generando grupos de inters dentro de la lo-calidad bajo los principios que rigen el parentesco, laamistad y la interaccin social entre los vecinos.

    Etapa de propagacin

    Esta etapa se inicia cuando el receptor se convierte enamplificador del mensaje religioso. Los amplificadorescanalizan a otros al grupo para reforzar la interaccin,comunicacin e intercambio. Esto estimula al simpa-tizante y al mismo tiempo cohesiona a todos los demsmiembros. Generalmente, la agrupacin se le presentaal posible creyente como armnica y lo insta a asumirun papel en ella y a responsabilizarse del funciona-miento y mantenimiento de la misma, lo que aunadoal fuerte deseo de pertenencia e identidad de los su-jetos adherentes, provoca que las interacciones socialesse vuelvan profundas y pasen a ser relaciones estabili-zadoras que dan pie a la permanencia.

    Etapa de permanencia

    A medida que los iniciadores y amplificadores de lasagrupaciones logran cierta estabilidad econmica ysocial se propician interacciones ms solidarias y du-raderas con las personas que estn a su alrededorquienes, al igual que ellos, buscan consolidar sus re-laciones y hacer acopio de un mayor apoyo para obte-ner los servicios indispensables. Naturalmente que lapoca o mucha cooperacin brindada, la capacidad delos lderes para mantener el nimo e inters, la evan-gelizacin y el fomento del carisma influyen de maneradecisiva en la permanencia de estas agrupaciones.19

    Diferencia y comparacin de tresagrupaciones

    Las tres agrupaciones religiosas que compar corres-ponden al tipo carismtico que seala Weber (1981:172), independientemente de sus diferencias organiza-cionales. Por un lado, la Luz del Mundo y la Iglesia deDios del Sptimo Da como sectas clsicas, de protestaal exterior de la Iglesia catlica, y, por otro, la renovacin

    18 Zabludovsky (1993: 27), en su estudio sobre el patrimonialismo, nos hace ver cmo es el acto colectivo el que domina al in-dividuo a travs de la tradicin y la capacidad de los grupos dirigentes para presentarse como portadores de una tica caritativa.

    19 Hay que tener en cuenta que las interacciones sociales son tan endebles en esta fase que cualquier problema puede soca-var la unin entre los miembros y provocar la indiferencia ante las actividades de difusin o incluso hacer que desaparezcala agrupacin.

  • Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz

    94

    carismtica en el Espritu Santo, que constituye ungrupo de protesta dentro del catolicismo, pero a fin decuentas con el mismo imaginario que las otras dosagrupaciones: la oposicin implcita a las prcticassecularizadoras promovidas por el Estado; la incon-formidad y el sufrimiento ante los cambios socialesviolentos generados por la migracin, el proceso de ur-banizacin, la industrializacin incipiente, el desempleoy la pobreza; y la censura contra la racionalidad ins-trumental impuesta por una modernidad que no logrcuajar entre los sectores segregados que componen lamayor parte de la poblacin local. Parto de la distincinde tres subtipos dentro del tipo carismtico.

    Al primer subtipo ideal lo he denominado misioneroy lo relaciono con la Iglesia de la Luz del Mundo, queest organizada segn reglas bien definidas y cuya es-tructura descansa en la legalidad de ordenacionesestatuidas y en el establecimiento de los derechos demando de las personas por ella designadas para ejer-cer la autoridad. Su accin en pro de la solidaridad seorganiza en torno a la fe en Aarn o en Samuel, su hijo.La ayuda se brinda a miembros potenciales. La auto-ridad del encargado de la misin proviene de la fuerzainstitucional que le respalda y, por lo mismo, el caris-ma que ostenta es eminentemente institucional: su in-fluencia y accin derivan ms de la autoridad que leotorga y provee la institucin que de su capacidadfsica, carismtica, intelectual o material.

    El segundo subtipo, que denomino matriarcal, loencuentro representado en la Iglesia de Dios del Sp-timo Da. Su organizacin descansa fundamentalmenteen la obediencia a las tradiciones que han regido desdetiempos remotos, en la observancia de reglas alimenta-rias y en el conocimiento del ritual de las celebraciones.Acatar estas costumbres es lo que da legitimidad a losealado por esta institucin para ejercer la autoridad.Los miembros de la misma estn respaldados por unaiglesia de Xalapa, que les enva guas espirituales paraorientar y organizar la tradicin bblica. Sus accionessolidarias y sus relaciones de reciprocidad se basan enlos lazos de parentesco existentes entre una madre ysus hijos, nueras y nietos.

    El coordinador u organizador es el tercer subtipoideal ms comn en la localidad. Lo veo tipificado enla renovacin carismtica en el Espritu Santo, donde laautoridad descansa en la santidad atribuida a ungrupo de lderes y en la fe que en ellos se tiene; los po-deres sobrenaturales (de curacin, glosolalia, discer-nimiento de espritu), su herosmo y conductas ejem-plares son los que en este caso validan la autoridad.

    Las tres expresiones del tipo ideal carismtico ope-ran segn modalidades distintas, pero siempre conuna misma constante: construir el universo simblicodel pobre amenazado por la anomia y por los cambiossociales violentos en los que se ve envuelta la localidad.Para ello, inculcan esquemas de percepcin, de pensa-miento y de accin objetivamente acordes con las di-versas necesidades, intereses y estrategias de subsis-tencia del creyente. La organizacin interna de cadauna de las agrupaciones es el elemento que me da ideade su alcance social.

    Siguiendo la propuesta tipolgica de Weber, observque la Luz del Mundo acta dentro de un radio de ac-cin generalmente basado en la proximidad fsica y enlos lazos de parentesco o amistad. Sus acciones socialesms eficaces se desarrollan en el lugar donde viven losmiembros ms dinmicos de la agrupacin. La auto-ridad no est socializada en lo ms mnimo. El encar-gado es quien organiza, emprende, decide, intercede yconsulta con las autoridades xalapeas sobre las ac-tividades de esta agrupacin, y recibe un salario de laiglesia de Xalapa.

    La Iglesia de Dios del Sptimo Da se desempeacomo una familia extensa, compuesta por cinco fami-lias que centralizan las tareas de respuesta a las de-mandas de sus familiares. Logran reclutar nuevosadeptos gracias a la relacin familiar entre stos y lafundadora. La accin social, por cierto, gira en tornoal domicilio de ella, donde se realizan las reuniones.Ah llega un obrero o portador de la palabra, quienda respaldo moral y ayuda espiritual a la familia, conlo cual refuerza la obediencia y el respeto a la fundadora.

    La renovacin carismtica en el Espritu Santo de-sarrolla sus actividades en colonias y sectores msamplios. La accin social entre sus miembros no ne-cesariamente es tan ntima como en las otras dos;aqu la solidaridad puede ser impersonal y dependedel grado de recurrencia del intercambio. La autoridadpuede asumirla cualquier creyente que demuestre teneralgn don del Espritu Santo y ciertas capacidadespersonales, aunque entre en conflicto con la autoridadtradicional. Los lderes tienen su fuente de ingresos ensus propios empleos, que desatienden cuando la acti-vidad religiosa es intensa y que retoman cuando elcarisma se ha rutinizado.

    Aun cuando las acciones solidarias varen segnla agrupacin de que se trate, en todos los casos losmiembros reciben mucho ms de lo que dan.20 En lastres agrupaciones la durabilidad y frecuencia de es-

    20 Fafchamps (1992: 148) seala que la solidaridad es una forma de ayuda mutua, donde la persona recibe asistencia sin estarobligada a corresponder con algo equivalente. Lo que se espera de quien recibe la ayuda es simplemente que asista a otrosen alguna otra ocasin. La cantidad de ayuda que a su vez debe prestar el beneficiado no est determinada: depende de sus

  • Felipe Vzquez Palacios

    95

    tas acciones tiende a ajustarse a las muy particularescaractersticas de cada una de ellas y al marco nor-mativo a travs del cual se proyectan los ideales delindividuo.

    Los casos presentados muestran que las accionesde los tres grupos religiosos adoptan la forma de untrabajo social, que posibilita impulsar las capacida-des de los sujetos para ayudarlos a salir de su situa-cin de excluidos. El saberse capaces de ayudar, desolucionar, de dar consuelo, o el estar llenos delEspritu Santo, les infunde seguridad en s mis-mos y les permite acceder al conocimiento: losconvierte en personas respetables, con auto-ridad. Sus difciles condiciones de existencialos llevan a ensayar una serie de estrategiasen las redes familiares, de amistad y veci-nales que generan un intercambio de co-nocimientos y comunicacin de sus ne-cesidades y carencias. En medio de esteproceso se manifiestan la familiari-dad y la confianza, elementos im-portantes para la difusin religiosa.Incluso, la misma labor difusiva seconvierte en una estrategia ms,que encuadra muy bien en el rol dela emergencia, el inmediatismo o elvivir al da.21

    Los ciclos de empleo-desempleo,migracin-miseria o inseguridad-incertidumbre acrecientan la revalo-rizacin o la bsqueda de un sentidoreligioso, caracterizado por una fuerteinclinacin a creer en la sujecin delos individuos a poderes sobrenaturales.En este sentido, la difusin religiosapuede ser vista como un trabajo social, endonde los creyentes, segn su caso particular, tomano acentan aquellos elementos que parecen estar msde acuerdo con su experiencia pasada o que se adecuanmejor a su situacin actual, ejerciendo as un poderselectivo frente a nuevas alternativas religiosas, preten-diendo con ello integrarse mejor en la estructura social.

    La fe no es producto de una simple costumbre tra-dicional, como han querido verlo algunos colegas;tampoco es slo un proceso de socializacin donde lospadres introyectan en sus hijos los valores divinos, yno necesariamente implica adherirse a una institu-

    cin religiosa. Es la capacidad que tiene un individuode internalizar smbolos y conceptos y conectarlos consu experiencia social; es decir, un espacio social dondelos individuos estn unidos porque se representan de lamisma manera el mundo y sus relaciones con la rea-lidad social, y porque traducen esta representacin

    comn con prcticas no slo dentro de su congre-gacin religiosa sino tambin fuera de ella, en las

    diversas interacciones sociales que forman partede su vida diaria. No es extrao, entonces,

    que la vivencia religiosa sea realimentadapor ciertos momentos de pasaje o ciertos

    periodos crticos de la vida: el nacimien-to de un hijo, una enfermedad, una

    tragedia, el desempleo, la violencia,la muerte y toda clase de adver-

    sidades.En consecuencia, la bs-

    queda de alternativas reli-giosas no es slo un com-plemento de las estrategiasde subsistencia sino tam-bin un conjunto de accio-nes efectivas que se com-plementan y se entrelazan

    con economas solidarias ypolticas de convivencia social,

    que posibilitan hacerle frente ala incertidumbre y la desesperacin.

    La competencia por los secto-res emergentes en la localidad seorienta y organiza en relacin conlas necesidades concretas de losmismos congregantes. En estesentido, si bien la renovacin ca-

    rismtica (la que ha logrado mayordifusin) ofrece prcticamente lo

    mismo que la Luz del Mundo y la Iglesia de Dios delSptimo Da, la diferencia est en cmo, cundo y enqu momento se ofrecen los servicios o favores.

    Por otra parte, hay otras diferencias entre las tresagrupaciones religiosas que se pueden encontrar me-diante el anlisis. En cuanto a la mayor difusin de loscarismticos, se debe resaltar la utilizacin de interac-ciones sociales que se basan en redes heredadas, in-teracciones tradicionalmente organizadas a travs dedistintos mecanismos comunitarios locales, auspicia-

    posibilidades y de su generosidad y de las circunstancias en que se encuentre, as como de la situacin en la que sea so-licitada la ayuda.

    21 Parker (1993: 132) ve cmo la religiosidad de las masas urbanas se trasforma en una suerte de estrategia simblica desupervivencia, que contribuye a la reproduccin del sentido de la vida, reinstaurando por la va del cosmos protector yfavorable a la empresa de la supervivencia, el nomos (sentido de la vida), que aleja toda inseguridad y amenaza destructoradel orden significativo y de la propia vida, para estas clases marginadas.

  • Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz

    96

    dos por el catolicismo o por el conocimiento o trato dealgunos aos con otros individuos como compadres,vecinos o conocidos. A travs de estas interaccionesfijas y semifijas, se construye un tejido lo suficiente-mente amplio y duradero, donde los agentes religiososcarismticos pueden interactuar eficazmente, dentrode un marco de intercambio y reciprocidad, con per-sonas que tienen una realidad comn y experienciashomogneas. Como bien dice Foster: La cultura haceposible la interaccin razonablemente eficiente, en granmedida automtica, entre los miembros de una so-ciedad (1960: 34).

    Con respecto a la Luz del Mundo y la Iglesia de Diosdel Sptimo Da, encontr que ambas se difunden enel mismo tejido social, e incluso emplean muchasveces los mismos canales y redes del catolicismo, perocon la diferencia de que numerosas redes estn daa-das o fragmentadas, ya sea por la desintegracin fa-miliar consecuencia del alcoholismo, la violencia o laprecariedad de las condiciones econmicas, o porquedichas redes se acaban de construir. Uno, dos o msde estos factores provocan que la difusin transite enmedio de muchas rupturas no slo sociales sino tam-bin simblicas, en medio de un mundo de miseriadonde las prcticas religiosas son mediaciones adop-tadas con el fin de comprender y estructurar las redesque se dejan y las que acogen. Debido a la precariedaden que se encuentran estas redes, los lazos de paren-tesco resultan los canales ms seguros para lograr lapermanencia de la agrupacin.22

    De acuerdo con mi anlisis, el campo religiosoconstituye un espacio de contactos sociales, donde loscreyentes comparten una vida colectiva (econmica,afectiva, familiar, social) que generalmente busca sa-lir de la vecindad y trascender hacia otras colonias. Lomismo vale para la familia: es querer ir ms all de loslazos de parentesco, o bien tratar de seleccionar tantoa parientes como a amistades en un espacio aislado,restringido, pero de una gran realizacin. En conse-cuencia, al defender tal o cual verdad bblica el creyenteest defendiendo o conservando la interrelacin que lvive como vital, la red con sus parientes, vecinos oamigos. En este sentido, la difusin religiosa debe serconsiderada como una construccin social y comouna necesidad vital de encontrar nuevas interaccionesen donde los agentes y receptores se confrontan y re-crean una serie de experiencias, relaciones y actividades

    que se realizan bajo presiones y lmites especficos ycambiantes, siempre en respuesta a las relacionessociales. De ah que cada agrupacin tenga tantas ytan diferentes estrategias como niveles de difusin.

    Es importante anotar que la estrecha relacin entrelas agrupaciones religiosas, las estrategias de sobre-vivencia y los comportamientos colectivos que puedandarse no modifica las relaciones sociales ni conformatampoco movimientos sociales. Esto se debe, general-mente, a que este tipo de interacciones no busca trans-formar las relaciones sociales de dominacin que seejercen sobre los principales recursos culturales, eco-nmicos, polticos y religiosos. Dichas interaccionesse sitan casi siempre en las redes emergentes, fuera deprocedimientos institucionales, lo que difcilmenteda paso a movimientos polticos reivindicativos; susdemandas giran en torno a la sobrevivencia y a la ne-cesidad de exigir el cumplimiento de derechos irre-nunciables como los del trabajo, la alimentacin, lavivienda, los servicios y, en especial, la salud (vase:Touraine, 1987:124).

    Por otra parte, la labor proselitista es una de las ela-boraciones ms complejas y desarrolladas que los in-dividuos producen, al interactuar de manera real eimaginaria con seres humanos y suprahumanos, enpos de recapturar un orden social que les permitacomplementar la vida pasada y presente, lo tradicionaly lo moderno. Esto implica una asociacin de conoci-mientos y reflexiones sobre los individuos y su vida co-tidiana, as como reconciliarse con el mundo y consigomismo, sentirse bien y tener una orientacin racionaly adaptativa a lo cambiante.

    Modernidad y encantamiento

    En Banderilla, los sectores populares participan de unproceso doble: al tiempo que son incluidos simblica-mente en los modelos de consumo y estilos de vida mo-dernos, va los medios de comunicacin, son segregadosmaterialmente de este proceso a travs de mecanis-mos modernizadores. Esta partida doble no representaun caso de secularizacin en el sentido de ruptura decreencias sino ms bien una tendencia constante alencantamiento,23 que permite la reinvencin a escalaindividual, familiar y de pequeos grupos de variadasformas religiosas que constituyen otras tantas redessociales, mismas que operan en los sectores populares.

    22 Esto es lgico, si consideramos que el deterioro es menos susceptible en las redes de parentesco, o que stas son las primerasde las que parten los individuos para construir sus dems redes.

    23 Parker (1993: 78) muestra que hay un proceso de racionalizacin pero no secularismo. Se acentan aspectos ticos y pro-fticos y se superan rasgos mgicos y mticos pero en trminos globales el sentido religioso no desaparece, slo se transfor-ma y revitaliza.

  • Felipe Vzquez Palacios

    97

    Lo anterior permite darse cuenta de que en la mo-dernidad no hay nicamente un proceso de desencan-tamiento del mundo, sino tambin un proceso de en-cantamiento (vase Hervieu-Lger, 1991: 95) donde laanomia religiosa impulsa a la reconfesionalizacin.La precariedad moral secular puede ser compensadapor la religin; la desconfianza y la incontrolabilidaddel mundo moderno provocan que la gente se acerquea las agrupaciones religiosas, que hacen de la incer-tidumbre algo cierto, de lo no disponible y fuera delalcance algo cercano y puesto a su disposicin. Luegoentonces, estamos ante una sociedad compleja, super-ficialmente secularizada en lo formal y en lo jurdico,pero encantada de manera profunda en sus prcticasemergentes.

    Es de resaltarse la tendencia hacia una doble pen-tecostalizacin del campo religioso, tanto por parte delcatolicismo, con su variante de la renovacin carism-tica en el Espritu Santo, como por parte de las iglesiasno catlicas, con sus formas carismticas y de inter-pretacin neoescritural. A diferencia de Bastian, nome parece que el pentecostalismo sea una religin dis-tinta a la protestante; lo que s creo es que la tendenciapentecostalizante ofrece a las pequeas agrupacio-nes, colonias y periferias un espacio donde articularredes de parentesco, de reciprocidad y ayuda mutua,de superacin, de curacin y de entusiasmo. Pero todoesto no significa que se pueda hablar de un pluralismoreligioso. Ni tampoco que el impacto de la difusin re-ligiosa no catlica en Mxico tenga un efecto parecidoal de otros pases como Brasil, Chile y Guatemala.

    La difusin religiosa vista desde la periferia

    Segn los estudios de Willems (1967), Lalive dEpinay(1968), Marzal (1988) y Parker (1993), la labor prose-litista se manifiesta con ms fuerza en: a) el marco dela crisis econmica y social que vive Amrica Latina;b) la periferia de las ciudades y las zonas rurales; c) lasactividades de subsistencia a travs de las redes delcapitalismo marginal subalterno. Esto, debido a quela difusin religiosa es estimulada por nuevos y poten-tes lazos comunitarios, organizados en redes socialesque surgen en el interior mismo de la localidad, e inde-pendientemente de que tambin est relacionada conlos cambios econmicos y polticos de los centros dedifusin y hegemona del mundo.

    El incremento de alternativas religiosas en las pe-riferias confirma una vez ms que no hay una laiciza-cin de la vida cotidiana, sino ms bien una adaptacinde los actores sociales a las duras condiciones de lavida urbana, que revigorizan la imaginacin religiosay hacen florecer nuevas prcticas.

    A diferencia de Stoll y Martin, no creo en una com-petencia antagnica entre protestantes y catlicos, sinoms bien en una interdependencia de ambos, ya quesi no existiera esta diversidad religiosa se producirauna desintegracin del tejido social, misma que lasagrupaciones religiosas tratan de conservar, restablecery reconfigurar. En este sentido, la labor proselitista esuna fuerza social en movimiento, dentro de un vacode respuestas que no han sido encontradas en ins-tituciones tradicionales. Es una prctica religiosa quepuede asimilarse en el microcosmos (la historia lo-cal) en interaccin con el macrocosmos (la historiageneral), configurando modelos ideales de la vida dia-ria, donde el drama es el paso por el escenario de unpersonaje triunfante no slo en la vida sino inclusoms all de la muerte.

    Aportes y preguntas

    Investigar la difusin religiosa me ha llevado a encontrarms preguntas que respuestas. No obstante, quisieramencionar con humildad unos cuantos aportes y ter-minar esta exposicin con ciertas preguntas:

    - Uno de los aportes ha sido describir cmo se es-tructuran las relaciones sociales en una loca-lidad, en torno a un hecho especfico: la difusinreligiosa. En otras palabras, ver cmo se organizay se entiende el ser humano a travs de la religin.

    - Otro acierto es que la investigacin capta el mo-vimiento de la gente comn (invisible por logeneral), al mostrar diferentes interacciones,redes, relaciones y agrupaciones, al analizar elpapel del emisor, el receptor y el amplificadordel mensaje religioso.

    - Por otra parte, ms que hacer nfasis en el con-flicto, enfoca la tensin que organiza, promuevey estimula la difusin.

    - Asimismo explica el cambio, pero tambin lapermanencia y solidez de las interacciones, rela-ciones y agrupaciones.

    - Muestra la diferenciacin de la religin distin-guiendo grupos porosos, abiertos y cerrados.

    - A travs de la comparacin, el dilogo y la dis-cusin con diversos autores, hace hablar al hechosocial estudiado.

    Y dejo ah los aportes, para centrarme en las pre-guntas, que considero todo un desafo para las futu-ras investigaciones: Qu impacto puede tener unadifusin religiosa cuando la institucin que se pro-

  • Difusin diferenciada de las agrupaciones religiosas en el centro de Veracruz

    98

    mueve ya no es una garanta de lo sagrado? Haciadnde se desplazara esta actividad? Qu peligros sevislumbran ante la ausencia de significantes? Existiruna difusin en condiciones tan desesperanzadoras?Cal sera la fuente de motivacin? Conducira a unpluralismo religioso? Podr desprenderse la difusinreligiosa del tutelaje de las instituciones? Qu nue-vos obstculos tendr que sortear la difusin religio-sa en un Estado cada vez ms secular? Dnde es-tar concentrada? Cmo se distribuir? Qu nuevasdefiniciones del concepto de religin habr que for-mular? Seguiremos hablando de continuidades o derupturas?

    Estas slo son algunas de las numerosas preguntasque se me han ocurrido en el curso de esta investigacin.

    Bibliografa

    AGUIRRE BELTRN, GONZALO1986 Zongolica: encuentro de dioses y santos patro-

    nos, Universidad Veracruzana, Mxico.BASTIAN, JEAN PIERRE

    1983 Protestantismo y sociedad en Mxico, CasaUnida de Publicaciones, Mxico.

    1985 Disidencia religiosa en el campo mexicano, enReligin y poltica en Mxico, Siglo XXI, Mxico.

    1992 La mutacin de los protestantismos en Am-rica Latina, Instituto Mexicano de DoctrinaCristiana, Col. Dilogo y Autocrtica, nm. 30,Mxico.

    1994 Protestantismos y modernidad latinoamericana.Historia de unas minoras activas en AmricaLatina, Fondo de Cultura Ecnomica, Mxico.

    BERGER, PETER1983 El dosel sagrado, Amorrortu, Buenos Aires.

    BROWN, RADCLIFFE1974 Estructura y funcin en la sociedad primitiva,

    Ediciones Pennsula, Barcelona.CARDIEL CORONEL, J. CUAUHTMOC

    1989 Cancn: turismo, subdesarrollo social y expan-sin sectario-religiosa, Ediciones de la CasaChata, vol. VI, Serie Religin y Sociedad en elSureste de Mxico, nm. 166, Mxico.

    CARRASCO, PEDRO1976 El catolicismo popular de los tarascos, SEP-SETENTAS,

    nm. 298, Mxico.1988 Convertir para no transformar?, en Cristianis-

    mo y Sociedad, vol. XXVI/l, nm. 95, pp. 7-49(Mxico).

    CARRASCO MALHUE, PEDRO1983 Protestantismo y campo religioso en un pue-

    blo del estado de Oaxaca, tesis de licenciatura,Instituto Internacional de Estudios Superiores,Mxico.

    CASILLAS, RODOLFO1993 La religin y la migracin: dos procesos socia-

    les en la historia de Mxico, en Cuadernos deFLACSO, nm. 3, pp. 107-126 (Mxico).

    COLEGIO DE ETNLOGOS Y ANTROPLOGOS SOCIALES, A.C.1979 El ILV en Mxico, dominacin ideolgica y ciencia

    social, Nueva Lectura, Mxico.

    DEHOUVE, DANILE1976 El sistema de cargos: el tequio de los santos y la

    competencia entre los mercaderes, INI-SEP, nm.43, Mxico.

    DE LA ROSA MUOZ, MILCA Y ANA CECILIA CAMPOS CABRERA1992 Protestantismo en una comunidad otom, tesis

    de licenciatura, Universidad Autnoma de Pue-bla, Mxico.

    DAZ DE LA SERNA, MA. CRISTINA1985 El movimiento de la renovacin carismtica

    como un proceso de socializacin adulta. Cua-dernos Universitarios. nm. 22, UniversidadAutnoma Metropolitana-Iztapalapa, Mxico.

    DURKEIM, EMILE1968 Las formas elementales de la vida religiosa,

    Schapire, Buenos Aires.ELIADE, MIRCEA

    1967 Lo sagrado y lo profano, Labor, Barcelona.FAFCHAMPS, MARCEL

    1992 Solidarity Networks in preindustrial Socie-ties: Rational Peasants with a Moral Economy,en Economic Development and Cultural Change,University of Chicago Press, Chicago.

    FOSTER, GEORGE M.1960 Cultura y conquista, Universidad Veracruzana,

    Mxico.FRANCO PELLOTIER, VCTOR MANUEL

    1992 Grupo domstico y reproduccin social, CIESAS(Coleccin M. Othn de Mendizbal), Mxico.

    GAMIO, MANUEL1931 Mexican Inmigration to the United States. A

    study of Human Migration and Adjustment,University of Chicago Press, Chicago.

    GARMA NAVARRO, CARLOS1984 Liderazgo protestante en una lucha campesi-

    na en Mxico, en Amrica Indgena, vol. XLIV,nm. 1.

    1987 Protestantismo en una comunidad totonaca dePuebla, Instituto Nacional Indigenista, Mxico.

    GIMNEZ, GILBERTO1993 Cambios de identidad y cambios de profesin

    religiosa, en Guillermo Bonfil Batalla, Nuevasidentidades culturales en Mxico. Consejo Na-cional para la Cultura y las Artes, Mxico, pp.23-54.

    HANGER, WALTRUD1975 El pensamiento religioso, Universidad Veracru-

    zana, Xalapa.HEALEY, CHRISTOPHER

    1985 New Guinea Inland Trade: Transformation andresilience in the context of capitalism penetra-tion, en Makind, vol. 15, pp. 127-144.

    HERVIEU-LGER, DANILE1991 Secularizacin y modernidad religiosa. Una

    perspectiva a partir del caso francs, en VariosAutores, Secularizacin, modernidad y cambioreligioso, Cuadernos de Cultura y Religin, nm.1, Universidad Iberoamericana, pp.83-101.

    IRIBARREN, JESS1955 Introduccin a la sociologa religiosa, Siglo XXI,

    Madrid.KELLER, SUZANNE

    1975 El vecindario urbano, Siglo XXI, Mxico.KIETZMAN, DALE

    1958 Conversion and Culture Change, en PracticalAnthropology, nm. 5, pp. 203-210.

    LALIVE DEPINAY, CRISTIAN1968 El refugio de las masas, Edit. Del Pacfico, San-

    tiago de Chile.

  • Felipe Vzquez Palacios

    99

    LANTERNARI, VITTORIO1963 The religions of the oppressed, Macgibbon y

    Kee, Londres.LENSKI, GERARD

    1988 The religion factor, Manchester University Press,Manchester

    LEWIS, OSCAR1982 Pedro Martnez, Grijalbo, Mxico.

    MALINOWSKY, BRONISLAW1982 Magia, ciencia, religin, Ariel, Barcelona.

    MARTIN, DAVID1990 Tongues of Fire. The explosion of protestantism

    in Latin America, Basil Blackwell, Cambridge,Massachusetts.

    MARZAL, MANUEL1988 Los caminos religiosos de los inmigrantes en la

    Gran Lima: El caso del Agustino, Pontificia Uni-versidad Catlica del Per, Lima.

    MAUSS, MARCEL1970 Lo sagrado y lo profano, Barral Editores, Bar-

    celona.MURATORIO, BLANCA

    1980 Protestantism and Capitalism revisited, inthe rural Highlands of Ecuador, en Journal ofPeasant Studies, vol. 8 (1-4), octubre-julio.

    PARKER, CRISTIAN1993 Otra lgica en Amrica Latina. Religin popular

    y modernizacin capitalista, Fondo de CulturaEconmica, Mxico.

    PEREIRA DE QUEIROZ, MARA ISAURA1968 Historia y etnologa de los movimientos mesi-

    nicos, Siglo XXI, Mxico.RAPPAPORT, JOANNE

    1984 Las misiones protestantes y la resistencia in-dgena, en el sur de Colombia, en AmricaIndgena, vol. XLIV/I, pp. 11-128.

    REINA, E. RUBEN Y NORMAN B. SCHWARTZ1974 The structural context of religious conversion

    in Petn, Guatemala: status, community, andmulticommunity, en American Ethnologist, vol.1, nms. 1-2, febrero-mayo, pp.157-191.

    RIGBY, PETER1981 Pastors and pastoralists: The diferential pen-

    etration of cristianity among East African Cat-tle Herders, en Comparative Studies in Societyand History, nm. 23, pp. 96-129.

    RODRIGUES, BRANDAO1989 Creencia e identidad, campo religioso y cam-

    bio cultural, en Estudios sobre las culturaspopulares, vol. III, nm. 7, pp. 57 117, Universi-dad de Colima.

    SAHLINS, MARSHALL1979 Hombre pobre, hombre rico, gran hombre,

    jefe: Tipos polticos en Melanesia y Polinesia.en J. R. LLobera, comp., Antropologa Poltica,Anagrama, Barcelona, pp. 267-288.

    STOLL, DAVID1990 Amrica Latina se vuelve protestante, Cayambe,

    Quito.TOURAINE, ALAIN

    1987 Actores sociales y sistemas polticos en AmricaLatina, PREALC, Chile.

    VALLADO FAJARDO, IVN1989 Cambios en la religiosidad popular en Sudzal,

    Yucatn, Ediciones de la Casa Chata, vol. V,nm. 164, Mxico.

    VZQUEZ PALACIOS, FELIPE. R.1991 El protestantismo en Xalapa, Gobierno de Vera-

    cruz, Coleccin V Encuentro, Mxico.1996 Difusin diferenciada de las agrupaciones reli-

    giosas y su impacto cultural en una localidad delcentro de Veracruz, tesis doctoral, UniversidadIberoamericana.

    WEBER, MAX1981 Economa y sociedad, Fondo de Cultura Eco-

    nmica, Mxico.WILLAIME, JEAN PAUL

    1994 Dynamique religieuse et modernit, EcolePratique des Hautes Etudes. Socit droit etreligion en Europe, Stransburgo, Pars (meca-noescrito).

    WILLEMS, EMILE1967 Followers of the new faith, Vanderbilt Univer-

    sity Press, Nashville, Tenn.ZABLUDOVSKY KUPER, GINA

    1993 Patrimonialismo y modernizacin poder y do-minacin en la sociologa del Oriente de MaxWeber, Fondo de Cultura Econmica, Mxico.

    Fuentes orales

    - 150 historias de vida de informantes pertenecientes a lassiguientes agrupaciones religiosas: catlica, testigos deJehov, pentecostales (MIEPI), Centro Cristiano Banderilla,Luz del Mundo, Asambleas de Dios, Iglesia de Dios delSptimo Da, Grupo Gnesis, espiritistas, renovacin ca-rismtica en el Espritu Santo, la Vela Perpetua, AdoracinNocturna, Legin de Mara, Sagrado Corazn de Jess,Virgen del Carmen y josefinos. Todas ellas fueron recabadasentre julio de 1992 y diciembre de 1994. El 90% de stasfueron recabadas en los domicilios particulares y un 10%en las agrupaciones religiosas a las cuales asisten.

    - 53 entrevistas a informantes de Banderilla de las coloniasCentro, Ocotita, Temaxcalapa, 3 de Mayo, El Palenque,Rafael Murillo Vidal, Lomas Verdes, Roberto Smith, DazMirn, 21 de Marzo, Arroyo Zarco, Veracruz, Lomas de Se-deo y Rancho Viejo, as como algunas de reciente creacinque carecan de nombre. E igualmente, en congregacionescomo El Arenal, La Haciendita, Xaltepec, El Pueblito yPiletas, y en ciudades como Jilotepec y Xalapa.

    - 400 encuestas en todo el municipio, en especial en las co-lonias que conforman la cabecera municipal.

    Todo este material se encuentra concentrado en la base dedatos del seminario Cultura Regional y Formas Religiosas(CRFR), para su consulta en la Biblioteca Gonzalo Aguirre Bel-trn, CIESAS Golfo, Av. Encanto s/n, Col. Miradores, Xalapa,Veracruz, Mxico, C.P. 91170.

    Fuentes documentales

    Archivo General del Estado de Veracruz Archivo Municipal de la Ciudad de Xalapa Archivo de la Secretara de la Reforma Agraria Archivo de la Secretara de Agricultura y Recursos Hidrulicos Archivo de la Secretara de Desarrollo Urbano y Ecologa

    del Estado de Veracruz Archivo Municipal de Banderilla Censos de poblacin y vivienda de 1930 a 1993, Mxico.