Althusser en Su Encrucijada

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    ALTHUSSER EN SU ENCRUCIJADAOsear del Barco

    El objetivo de este trabajo es analizar algunos temascentrales de la obra terica de Althusser considerados retrospectivamente a partir de la Autocrtica y de la Soute-nance d?Amiens. Ambos escritos invitan a realizar esta retrospectiva crtica de temas que se mantienen a lo largode sus obras y que, en lo sustancial, no son modificadosen dicha Autocrtica.El concepto fundamental, alrededor del cual se articulatoda la problemtica althusseriana, es el concepto de pract i c i s ) ; y su esfuerzo terico mayor consiste en situar laprctica revolucionaria del materialismo absoluto dentrodel enrejillado constituido por dichas prcticas, en reconocer la especificidad de las mismas y en analizar la prcticaterica y la prctica ideolgica. A pesar de lo que sostieneen su Autocrtica (nota de la p. 34) su obra se inscribe,as , dentro de los marcos estrictos de una epistemologa.Mientras el "marxismo" es el nombre de la prcticaesencialmente creativa y polimorfa del proletariado,1 laepistemologa, en un movimiento a-posteriori, trata de es-

    1 Es este sentido el proceso sin sujeto unario (sustancial), no puedede nomina rs e prctica, salvo en un sentido figurado. Es casi imposible pensar esta temtica sin los aportes de la lingstica, el psicoanlisis y la antropologa .7

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    tablecer las condiciones y la teora de dicho conocimiento,llegando en los casos de hipertrofia, como el de Althusser,a suplantar, por un proceso de inversin, el problema delcontenido del conocimiento por el problema de los meca-nismos del conocimiento.Como consecuencia tenemos la obsesin althusseriana porestablecer 'cortes", que varan de acuerdo con sus propiasvariaciones (que son muchas), destinados a fi jar la "ori-ginalidad" de los conceptos marxdstas. De esta manera losescritos fundamentales de la clase obrera son ubicados enun espacio puramente terico,, lo cual, entre otros efectos,produce la conversin del materialismo absoluto en una"obra" producto de un "autor", facili tando as su accesoal suelo universitario. Adems se produce un deslizamien-to hacia lo "escolstico", vale decir hacia una problem-tica al margen de la prctica poltica, que trae como con-secuencia la represin de lo poltico y el desplazamientode la investigacin concreta. Esta "desviacin teoricista",como la l lama el propio Althusser, le impide comprenderel fenmeno macroscpico, cultural, donde se juega el mar-xismo como acontecimiento histrico.A pesar de ser masivo Althusser no comprende este aspecto que hace a la esencia del marxismo, y no lo com-prende por cuanto en lugar de partir de la perspectivaabierta por la clase obrera en relacin al problema de lasprcticas. se instala en el borde de la problemtica burguesa. Dicho de otra manera: sus conceptos fundamentalesse sitan en el lmite de la problemtica "filosfica" burguesa, y no, como cree, en la problemtica del materialis-mo absoluto. Lo que Althusser no comprende es, en snte-sis, que su concepto de prctica y su clasificacin de lasprcticas pertenece al campo terico de la burguesa. Estaincomprensin lo lleva (a) a desconocer el significado dela prctica revolucionaria del materialismo absoluto, y (b)

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    a encerrar las prcticas abiertas del material ismo en elinterior de las prcticas clausuradas del sistema burgus..En su Autocrtica reconoce haber ignorado "la dimeivsin excepcional del papel de la lucha de clases en la filosofa de Marx". Pero un reconocimiento, como l mismo lo afirm reiteradas veces, no es un conocimiento. Valedecir que el hecho de reconocer la desviacin o el errorteoricista no equivale a conocer las causas reales que produjeron dicho error. Para Altlmsser su error, , o, como ldice, su "desviacin", es un error terico. En consecuencia, en el propio reconocimiento puramente terico de suerror terico sigue dominado por este error. Lo que equivale a decir que la crtica de un error terico slo rindecuenta de dicho error si se sita en un campo externo a laterico, en este caso en la poltica. Pero cabe preguntarsecmo pudo Althusser cometer un error terico que equivale a desconocer lo fundamental del marxismo, a ignorarla lucha de clases y la poltica? Segn l este desconocimiento fue producto de una causa terica, y al decir estacontina en el nivel de lo terico en un retroceso clausurado . Segn nuestro punto de vista el teoricismo de Althusser se debe a causas polticas y no a causas inmanentes alorden terico. Dicho de otra manera: su ignorancia de lapoltico (de la "lucha de clases") t iene una causa poltica.Al no reconocerlo as contina en el mismo error que pretende superar, es decir jen una represin no aleatoria delo poltico.

    Althusser parte de una definicin general de prctica.("Entenderemos por prctica en general todo proceso detransformacin de una materia prima dada determinada,transformacin efectuada por un trabajo humano determinado que uti l iza medios [de 'produccin'] determinados") ,para llegar luego a establecer las distintas prcticas: econm ica, poltica, ideolgica, terica (filo s fica /cie ntf ica ).

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    No nos interesa aqu analizar la relacin prctica-instancia,jii la articulacin de las instancias en un todo complejocon determinante y dominante. Lo que s nos interesa es.subrayar que la clasificacin de estas prcticas es el producto de una descripcin "fenomenolgica" y no crtica dela realidad: es evidente (y en la terminologa althusserianala evidencia es signo de lo ideolgico) que el mundo de-objetos producidos por el hombre es efecto de una accinque se ejerce sobre una materia para lograr un objetivoAe acuerdo con una finalidad dada; tambin es evidente queexisten distintas prcticas, y para comprobarlo es suficiente con una visin superficial de l que ocurre en nuestrasociedad, dominada por la proliferacin paranoica de infinidad de prcticas. Lo que no es evidente es la causa queproduce la existencia de tales prcticas y el papel socialque desempean, o, lo que es lo mismo, por qu determinadas prcticas son "propias" de determinadas clases sociales y otras prcticas de otras clases o sectores de clase?El concepto de prctica debe ser criticado no slo por lasrazones que da Althusser (porque tendra como correlatoTin soporte homogneo que sera el sujeto histrico de esaprctica) sino, fundamentalmente, porque dicho conceptosingular idealiza, mediante todas las bateras de lo ideolgico, la existencia de prcticas clausuradas que se hacen-aparecer como "naturales" cuando en realidad son la denominacin de una realidad histrico-social: el resultadodel proceso de divisin social del trabajo. Y este s es, lodecimos parafraseando a Althusser, un punto de gran "sensibi l idad" terica y pol t ica.

    El reconocimiento de la divisin de las prcticas slorefleja una realidad: la divisin social del trabajo. Esto

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    t icas escindidas, cerradas y obligatorias, las que aseguranel funcionamiento de la sociedad capitalista. Se trata, me-diante estas prcticas, de dominar las fuerzas sociales queaseguran la reproduccin del sistema.

    Segn mi criterio es en este punto donde se produce enAlthusser una confusin que constituye la clame de sus errores tericos: la no comprensin del paso de lo fenomeno-lgico a lo crtico. Pero esta confusin, decisiva en rela-cin a lo terico, tiene su causa fuera de la teora, en laprctica poltica, o, para ser ms preciso, en la ausenciade prctica poltica de Althusser, en la delegacin de laprctica estrictamente poltica en organismos que se encargan de hacer poltica en la instancia poltica. Pasar de lofenomenolgico a lo crtico implica instalarse en el puntode vista d la clase ob re ra , va le decir fuera de los distin-tos lugares que encierran a las prcticas. Si bien la burgue-sa no cre las prcticas fundamentales que encontramos enla descripcin fenomenolgica,, s las invisti de un carc-ter natural que le permite presentarlas como lo real. Peroadems de esta presentacin ideolgica cre los aparatosde fuerza necesarios para preservarlas, y no puede ser deotra manera puesto que en su conservacin o supresin sejuega su propia existencia.

    En consecuencia, y a manera de "provocacin" althusse-riana, podramos avanzar la siguiente tesis: el destino final de la burguesa no se decide en el contenido de lasdistintas instancias que son producto de prcticas determinadas, sino en la sobrevivencia o no de las instancias y susprcticas respectivas. Las prcticas estn encerradas, presas, en aparatos determinados (econmicos, polticos, ideo-lgicos, tericos) que aseguran la reproduccin de las instancias determinadas. La destruccin de tales aparatos yla liberacin de las prcticas es algo que la burguesa nopuede tolerar porque implica su desaparicin como clase.

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    Al atribuir a Althusser una descripcin fenomenologa delas prcticas, queremos decir una descripcin no crtica delo real dado, que es un real burgus: Althusser acepta, dehecho, el conjunto de prcticas tal como nos las presentala burguesa, como naturales y a-histricas. Pero las prcticas son realizadas por hombres, y aquellos que no puedenser, como Althusser, profesores de la universidad francesasino que ocupan el ptrido lugar de lo negativo, no se proponen mejorar esta sociedad sino destruirla de raz, consus prcticas e instancias incluidas.2

    Se me objetar: acaso fuera de esas prcticas determinadas a las que llamo burguesas existen otras prcticas?La prctica que existe fuera de esas prcticas es, precisamente, la prctica revolucionaria, la cual, siempre, es laprctica del afuera de las prcticas de la clausura burguesa. Y es esta prctica lo que debe pensarse y desdedonde debe pensarse, o, para ser ms preciso, es esta prctica la que piensa. Y aqu caben dos preguntas fundamen-2 En Althusser , en la medida en que conserva las prct icas burguesas , lasociedad comunista aparece como una correccin de la sociedad capi tal is ta .En sus textos s iempre encontramos una hipostat izacin de la sociedad burguesa. Mientras los textos de Marx estn cargados de odio, de sarcasmosy desprecio hacia el capital ismo, el texto de Althusser pretende ser puramente cientf ico. Althusser intenciona un Estado, un Par t i do , una filosofa,una ciencia, etc. Vale decir , en resumen, una sociedad represiva de nuevo

    t ipo, pues quin, en esa sociedad, podr apar tarse de ese Estado, Par t ido,Ciencia, Filosofa, sin caer bajo la calif icacin infamante y punible deanormal? qu dest ino le aguarda a quien no acepte semejante Ley?Althusser respondera que no intenciona ninguna sociedad, que l haceciencia y no utopa. Sin embargo a esta sociedad slo se la puede cri t icardesde el proyecto de otra sociedad (en el captulo sobre el fetichismo M a r xhabla de "asociacin de hombres l ibres") . Tal vez por la misma posiblerazn "cientfica" Althusser no piensa la experiencia del socialismo ennuestro s iglo; y en real idad no la piensa porque desde el lugar en queest s i tuado no puede pensar la s ino tan slo mentar la: ha f racasado elmarxismo? Lo otro, lo impensado de esta sociedad, es lo repr imido: la pobreza, el tercer mundo, la locura, la delincuencia, el suicidio, el proletariado como clase en-s (digamos que como clase para-s el proletariadoplantea muchos interrogantes que son fruto de la exper iencia his tr ica, enla medida en que se convierte en un nuevo Logos, una nueva Ley, mientrasque como clase en-s es una clase dominada por la muerte: las huelgassalvajes, las rebeliones, las formas de resistencia que hunden sus races en elodio y no en la teor a) .

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    tales: quin piensa? y desde dnde piensa? Estamosacostumbrados a reconocer que quien piensa es un individuo determinado, ya sean, por ejemplo, Marx, Lenin oMao, y desde cierto punto de vista esto es la evidenciamisma. Pero tambin aqu me permito avanzar otra tesisprovocativa: los nombres propios, en este caso los nombresde los grandes dirigentes revolucionarios, son el nombrede los rganos o instrumentos que utiliza la clase para pensarse. Si el materialismo critica como idealista la idea deun sujeto sustancial existente al margen de sus acciones,y afirma la sola existencia de sujetos constituidos, reconociendo como fundamental para esta crt ica la afirmacinde que el hombre es el conjunto de(sus)relaciones sociales, debe someterse, consecuentemente, a todos los nombrespropios a la desconstruccin implcita en la crtica. Quienpiensa es la clase obrera, y piensa, para responder a lasegunda pregunta, desde las "zonas de tempestad revolucionaria" como dice Mao. Y esto t iene consecuencias.Althusser podra responder que no tiene ningn inconveniente en decir "proletar iado" en lugar de decir "Marx".Es cierto. Pero el problema, como decimos, son las consecuencias. Decir Marx o decir "proletar iado" puede ser , enel orden del concepto, una nominacin distinta de lo mism o. Pero si se sale del concepto surge la distincin: decir"Marx" implica permanecer en la problemtica terica,implica un continuum terico donde se inscribe la "revolucin terica" como una mutacin dentro del espacio terico, es algo que sucede en el interior del propio espacioterico;3 hablar del "proletar iado" implica sal ir del espa-

    3 Al separar estos dos aspectos (como si fueran res-extensa y res-cogitan$) Althusser no puede, posteriormente , unir los , y explicarse coherentemente la "fus in" de la teora marxis ta y del movimiento obrero. Este problema escols t ico no se planteara s i reconociera que la teora marxis ta esla teora del prole tariado: en es te sentido Marx no exis te , o exis te comonombre.13

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    ci terico, abrirlo al proceso histrico. Se trata, por lotanto, de una transgresin que modifica el lugar y el estatus de la teora. Althusser habla, y este es su lmite y suLimitacin, de la lucha de clases en la teora, pero se mantiene en el enunciado sin determinarlo: el proletariado lucha en la teora porque la relacin de fuerzas lo obliga aluchar en el campo del enemigo, y lucha por destruir lateora del enemigo y el lugar de la teora (no slo luchacontra la filosofa idealista sino contra la filosofa comot a l ) , no para instalarse en ese lugar como teora del proletariado, como nuevo Saber, Logos o Ciencia.Vamos a analizar, en la obra de Althusser, el papel quedesempean las prcticas especficas, los espacios cerradosde la inma nencia, y, en pr im er lug ar, la prc tica Terica-En el texto de Amiens retoma una de sus viejas, tesis;apoyndose en una cita de Lenin afirma que la teora deMarx "no por ser verificada por sus xitos es verdadera*sino que por ser verdadera es verificable por sus xitos ysus fracasos". Por lo tanto todo se resuelve, en sentido estr icto, dentro del mbito terico: por ser tericamente verdadera la teora de Marx es verificable, a posteriori, porlos xitos en la realidad. Marx, en sus tesis sobre Feuer-bach, dijo exactamente todo lo contrario: "El problema desi al pensamiento humano se le puede atribuir una verdadobjetiva, no es un problema terico, sino un problema prc-co. Es en la prctica donde el hombre tiene que demostrarla verdad, es decir la realidad y el podero, la terrenali-dad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aisla de la prctica, es unproblema puramente escolstico" * En la misma obra que

    4 Segn Althusser los protocolos de verif icacin de toda c iencia seraninmanentes a tal ciencia. Althusser unifica las ciencias en la ciencia, sintener en cuenta que el investimiento social de determinadas ciencias sevuelve un factor interno de las mismas, y que, por consiguiente, lo que14

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    comentamos Althusser sostiene "el carcter revolucionario*del pensamiento de M arx [ , . . ] Revolucionario [p u e s jprovoca una transformacin en la filosofa" obligndola areacomodar "sus categoras para volverlas aptas a la ciencia nueva y sus efectos" y "dndole a la filosofa, mediante el conocimiento de su relacin real con la lucha de clases, con qu asumir y t ransformar su prct ica": en resumen, obligndola a cambiar, pero en su sitio, conservndolacomo "filosofa". Por eso, seala, Marx es revolucionario*"en la teora y en la prctica" (subrayo la conjuncin paramarcar la hiancia althusseriana, su no-ver lo que ocurre1bajo sus ojos: la destruccin ,de la prctica terica como-especificidad). Hay que convertir , en consecuencia, a Marxen un filsofo, pero como Marx nunca escribi su obra defilosofa, hay que afirmar, adhirindose a la metfora hecha por Lenin en otro contexto, que El Capital es la obradonde la fi losofa de Marx est en "estado prctico". Podemos enunciar una anti-tesis althusseriana: en El Capitalno hay una filosofa porque Marx, vale decir el proletariado, no tiene filosofa; o, dicho de otra manera, El Capital es un momento de la prctica polimorfa del proletar iado. Tal vez sin darse cuenta de ello, al conservar ladenomina protocolos de verificacin no pueden ser slo internos por cuanto^en lo interno, como consti tuyente , se encuentra un factor exgeno: la perspectiva o e l " inters" de c lase . Lo importante a es tablecer es de qu manera los in tereses de c lase excluyen la posibi l idad de modelos puramentecoherentes si tal coherencia se vuelve atentatoria contra dichos interesesrla belleza del modelo matemtico no tiene cabida cuando existe una lucha*a muerte por in tereses materia les . Rosa Luxemburgo lo seal con c laridad:". . .ya que la sociedad es t en real idad compuesta de c lases y es tas c lasest ienen intereses , aspiraciones y concepciones diametra lmente opuestas , unaciencia general humana en problemas socia les , un l ibera l ismo abstracto , .una mora lidad ab stracta , son en e l presente , i lus iones , u topa pu ra" . E n laconcepcin materia l is ta desaparece la idea c ls ica de "verdad" como adecuacin entre un suje to y un obje to , o como modelo "desinteresado", paradejar lugar a la idea de lucha, de poder. El marxismo t iene como obje t ivaconstruir una cultura y no una c iencia : vale decir real izar una transformacin epocal del mundo, donde se modificarn desde las costumbres has tala in te leccin, incluida la propia condicin de la c iencia , en una aperturamonumental de la his toria .

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    "filosofa" Althusser conserva el concepto de sujeto, puesno es suficiente negar tericamente al sujeto para hacerlodesaparecer como soporte ontolgico de las prcticas, yaque el sujeto unario se mantiene en los lugares de dondese cree haberlo suprimido realmente por el hecho de haberlo negado a nivel terico.Aqu se encadena otro aspecto del althusserianismo quese vincula con su "desviacin terica": el problema de larelacin de lo real con la teora, o del concepto con larealidad. Sigamos, por ser fundamental y por no haber sidoan sometido a "autocrtica", el curso de su pensamientoen Para leer El Capital. El objetivo de Althusser es criticar lo que denomina el " izquierdismo", el "humanismo"y el "historicismo" de algunos marxistas (Rosa Luxembur-go , Korsch, Lukcs y Gramsci, entre otros) que, para suslucubraciones tericas, habran encontrado base en los textos del propio Marx, por cuanto ste, segn Althusser "produjo en sus obras la distincin que lo separa de sus predecesores", pero, por otra parte, , "no pens y es la suertecomn a todos los inventores con toda la nitidez deseable, el concepto de esta distincin", vale decir que Marx,siempre segn Althusser, "no pens tericamente, en formaadecuada y desarrollada, el concepto y las implicacionesde su quehacer tericamente revolucionario"; adems, yesto es lo ms grave para Althusser, "pens, a falta dealgo mejor, con base en conceptos tomados, en parte, principalmente de los conceptos hegelianos, lo que introduceun efecto de desajuste entre el concepto semntico originario del cual son sacados estos conceptos y el campo de losobjetos conceptuales a los cuales se aplican" (p. 132). Latesis marxista respecto a la relacin entre realidad y categora es clara y constante, lo cual demuestra que no setrata de una tesis circunstancial sino de algo pensado; nose trata de que Marx, ocupado en la redaccin de su gran

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    obra terica, no haya tenido el tiempo necesario para corregir esta tesis, sino de que esta tesis es una tesis mar-xista. Vemoslo.En El Capital (i , 1, pp. 73-74) afirma que Aristtelesno poda llegar a descubrir que "bajo la forma de los va-lores mercantiles todos los trabajos se expresan como trabajo humano igual, y por tanto como equivalentes" "porque la sociedad griega se fundaba en el trabajo esclavo ypor consiguiente su base natural era la desigualdad de loshombres y de sus fuerzas de trabajo" Este "secreto" (elde la igua ldad de todos los trabajos) "slo poda ser descifrado cuando el concepto de la igualdad humana poseyera ya la firmeza de un prejuicio popular" lo cual "sloes posible en una sociedad donde la forma de mercancaes la forma general que adopta el producto del trabajo. . .""Slo la limitacin histrica de la sociedad en que vivale impidi [a Aristteles] averiguar en qu consista, 'enverdad ' , esa relacin de igualdad". En su conocida carta aAnnenkov, de 18 46 , dice que " . . . las categoras econmicas no son ms que abstracciones de esas relaciones real es . . . " (Cartas sobre El Capital, p. 26) ; en la mismacarta (pp. 28-29) agrega: "Y an menos ha comprendido[Proudhon] que los hombres, que producen las relacionessociales de conformidad con su productividad material,producen tambin las ideas, las categoras, es decir, lasexpresiones abstractas ideales de esas mismas relacionessociales", "En lugar del gran movimiento histrico quenace del conflicto entre las fuerzas productivas de los hom-b re s. . . y sus relaciones sociales qu e ya no corresponde na esas fuerzas productivas; en lugar de las terribles guerras que se estn preparando entre las diferentes clases deuna nacin y entre las diferentes naciones; en lugar de laaccin prc tica y violenta de las m as a s. . . el seor Pro ud hon coloca el detestable mo vimiento de su ca be za . . . De-

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    bido a que para l las categoras son las fuerzas motrices,no hay que cambiar la vida prctica para cambiar lascategoras. Al contrario: hay que cambiar las categoras yel cambio de la sociedad real ser su consecuencia". Lostextos ms conocidos donde Marx enuncia en trminos estrictamente materialistas esta relacin, y a los que por suparte Althusser califica de "ultra-hegeliano", son el "Prl o g o " a la Crtica de la economa poltica, donde Marxafirma que no es la conciencia de los hombres la que determina su ser sino que, por el contrario, es su ser socialel que determina su conciencia, y la "Introduccin" de1857 . Esta tesis marxista es negada radicalmente por Althusser,, y como para que no queden dudas al respecto transcr ibe in extenso las citas de Marx que deben ser suprimidas por anti-marxistas. Hegel haba sostenido que la filosofa es la "expresin de una poca de pensamientos"; 5 deall la crtica de Althusser a Marx sobre este punto: "lahistoria ha bra alcanz ado , de alguna m an er a. . . este pre sente especfico excepcional donde las abstracciones cientficas existen en estado de realidades empricas ..." (Althusser invierte el problema: no se trata de que las abstracciones cientficas existan como realidades empricas, sinoque de la realidad emprica se puedan abstraer conceptoscientficos, lo cual , po r supuesto, no es lo mism o) " . . .donde la ciencia, los conceptos cientficos, existen en forma de lo visible de la experiencia como otras tantas verdades a cielo despejado" (nuevo equvoco: Marx dice reite-

    5 Sin embargo la di ferencia entre Marx y Hegel es radical : cuando Hegel dice que la f i losofa es la expresin en pensamientos de una poca,cierra la posibi l idad de t ransformacin pues reduce la poca al desarrol lode la Idea; para Hegel la empir ia es el desenvolvimiento de la Idea, luegoel concepto lo es de ese empr ico que es Idea, vale decir que lo empr icoes inmovilizado: la f i losofa piensa con conceptos una poca que es un momento de la Idea. En Marx el concepto ref leja una realidad material ehistrica, el concepto est abierto a la historia como materialidad, comodiseminac in mater ia l no su je ta a nada t rascendenta l ( Idea) .

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    radamente que la ciencia no se da en la percepcin, puessi las relaciones que descubre la ciencia fueran perceptibles no existira la ciencia; una cosa es que exista unarealidad determinada que puede ser categorizada, y otraque las catego ras apare zcan a nivel sensible visiblecomo tales , lo cual ser a absurdo) . Por qu confundir lascosas?

    En realidad, en esta polmica, Althusser se aplica a defender el "campo terico" considerndolo como algo en s,que slo puede ser sometido a su propia legalidad y confrontado con su historia inmanente. Si las categoras existieran en la realidad, entonces a qu se reducira la "revolucin terica de Marx"? Althusser necesita justificar deuna u otra manera su tesis, y para hacerlo recurre al expediente de lo que llama lectura "sintomal", que consisteen demarcar la letra y el contenido verdadero, cientfico,del discurso marxista, el que en muchas ocasiones segnAlthusser no coincide con el primero: Marx no habrapensado su descubrimiento, o, en el mejor de los casos,habra dado cuenta de su descubrimiento mediante categoras no adecuadas al mismo. Este procedimiento de lectura,que en cierto sentido es vlido, a su vez puede convertirseen un procedimiento delirante de suplantacin de un discurso real por un discurso posible que, en realidad, es eldiscurso del crtico. Son tan numerosas las partes esenciales del marxismo excluidas por Althusser (acusndolas deeconomicismo, hegelianismo, historicismo, humanismo, iz-quierdismo, etc.) que al trmino de su anlisis en lugar deencontrarnos con Marx nos encontramos con el propio Althusser como representante del ML (marxismo-leninismo).Su mtodo de lectura "sintomal" le permite excluir noslo las tesis centrales del materialismo histrico a las quehicimos referencia, sino, como veremos enseguida, hasta la

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    primera seccin de El Capital, incluido el decisivo captulosobre el "fetichismo de la mercanca".El gran fantasma de Marx habra sido Hegel . A Hegelse deberan todas las desviaciones de Marx en relacin almarxismo 6 (salvo algunas ideas que, segn los ltimos escritos de Althusser, Marx habra tomado de Hegel: comoser la idea de "proceso sin sujeto" a la que nos referiremosms adelante). Segn nos dice Althusser la la. seccin deEl Capital fue redactada por Marx una docena de veces;sin embargo la dificultad de esta seccin derivara, segnexpresa Althusser textualmente, del "prejuicio hegeliano"que tena Marx y que lo llevaba a consdderar que "en todaciencia el comienzo es arduo". Vale decir que el prejuiciomarxista-hegeliano de que el comienzo de toda ciencia esarduo lo llev a redactar la primera seccin de El Capitalde manera ardua, difcil . En sus Escritos (pp. 32-37) Althusser sostiene que "Debemos sacar la conclusin de estehecho [Marx reconoce en una carta que ha coqueteado conla dialctica hegeliana], lo que supone, en ltimo extremo,reescribir la seccin i de El Capital, de modo que se convierta en un 'comienzo' no ya 'arduo' sino fcil y sencil l o " . Las tachaduras se suceden: "La misma influenciahegeliana salta a la vista en la imprudente (yo subrayo,O.d.B.) frmula del captulo XXXII de la seccin vni dellibro i , en que Marx, hablando de la 'expropiacin de losexpropiadores ' , af i rma: ' es la negacin de la negacin '" ; yluego esta lapidaria afirmacin: "Ultimo resto de la in-

    6 Marx piensa lo contrar io. En el segundo tomo de El Capital se l ee :"En una resencin acerca del pr imer tomo de El Capital, e l seor Dhr ingpone de relieve que en mi celosa devocin por el esquema de la lgica hegeliana, descubro hasta en la forma de la circulacin las f iguras hegelianasdel si logismo. Mi relacin con Hegel es muy sencil la. Soy discpulo de Hegel , y la vocingler a presuntuosa de los epgonos que creen haber enterradoa ese pensador eminente me parece f rancamente r idicula . No obstante , mehe tomado la l iber tad de adoptar para con mi maestro una act i tud cr t ica ,de desembarazar su dialctica de su misticismo y hacerle experimentar uncambio profundo, e tc ." (Tomo II , Vol . 5 , edic . s iglo xxi , p . 658).

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    fluencia hegeliana y esta vez flagrante y extremadamenteperjudicial [ . . . ] : la teor a del fe tichismo", con la quepromete arreglar cuentas alguna vez (p. 37). A continua-ein agrega "No es este el momento de extenderse sobreestos diferentes puntos, que exigiran una larga demostracin. Sin embargo debo indicarlos, puesto que, juntos conel m uy equvoco y (desgrac iadam ente) clebre 'P re fac io'a la Contribucin de la crtica de la econom a poltica( 1 8 5 9 ) , el hegelianismo y el evolucionismo . . . de que estn impregnados han causado muchos estragos en la histo-ria del Movimiento obrero marxista" (p. 38) .La necesidad planteada por Althusser de una re-escriturade la primera seccin de El Capital no es una provocacin(la provocacin desempea en su obra, como lo reconoceen el discurso de Am iens, un pape l "meto dolg ico") sinouna afirmacin terica althusseriana. En su trabajo acercade la relacin entre Lenin y Hegel, vuelve a afirm ar l a"necesidad" de re-escribir esa parte de El Capital'. "E nrealidad no puede comprenderse ni una lnea de la seccinI del libro i, a menos que se la despoje de su 'envoltura*hegeliana en un cien por cien, a menos que se efecte unalectura materialista, como Lenin lee a Hegel, de dicha seocin I del libro i, a menos que, perdn por esta pretensin,se la reescriba" (subrayado por Althusser) (Escritos, p .86). Marx, por su parte, opinaba algo diametralmenteopuesto, oomo se deduce de su carta a Lassalle del 11 demarzo de 1858: "El primer fascculo debera constituiren todo caso relativamente un todo, y, como las bases detodo el desarrollo estn contenidas en e l l a . . . " (yo subra-yo, O.d.B.); en su carta a Engels del 24 de agosto de 1867:"Lo mejor que hay en mi libro es: I. (y sobre eso descan-sa toda la inteligencia de los hechos) subrayar, desde elPRIMER cap tulo, EL DOBLE CARCTER DEL TRABAJO , segn se exprese en valor de uso o en valor de cam-

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    b i o . . . " . Al thusser pretende ganar para su "causa" a Le-nin retorciendo las apostillas de Lenin a la Lgica deHegel. En sus l lamados Cuadernos filosficos Lenin escribi un aforismo que Althusser comenta: "Es completamente imposible entender El Capital de Marx, y en especial suprimer captulo [Althusser agrega aqu* en mitad de lacita de Lenin, lo sigu iente : "l a espantosa puesto qu e todava es hegeliana, no slo en su terminologa, sino tambin en su orden de exposicin seccin I del l ibro I"]sin haber estudiado y entendido a fondo toda la Lgica deHege l . . . " (p . 172) . En l a misma pg ina , en r e l ac in a lproblema realidad-categora^ Lenin dice que "Hegel demostr realmente que las formas y las leyes lgicas no sonuna cascara vaca sino el reflejo del mundo objetivo". Yen la pgina 221 agrega Lenin esta frase significativa: "Latransicin de la idea lgica a la naturaleza le pone a unoel materialismo al alcance de la mano. Engels tena razncuando deca que el sistema de Hegel era materialismopuesto al revs". Y en la p. 170: "Marx aplic la dialctica de Hegel, en su forma racional, a la economa poltica".Vale decir que Lenin, quien, segn Althusser,, "no cedi niun solo instante a estas pginas hegeliano-evolucionistas"(se refiere al mencionado "Prlogo" de Marx), tambin habra cometido el pecado propio del marxismo: su hegelianismo. En la pgina 141 de sus Cuadernos, Lenin es terminante respecto a la inversin materialista de Hegel; yllega, en la pgina 180, a sostener: "El materialismo histrico como una de las aplicaciones y desarrollos de lasideas geniales simientes existentes en embrin en Hegel".Como culminacin de esta "inversin" tanto de Marx comode Lenin^ Althusser, que se encuentra con la frase dondeLenin afirma que quien no ha ledo la Lgica de Hegel nopuede entender El Capital, y con el hecho de que, segnl, Lenin escribi entre 1893 y 1905 "prodigiosos textos"

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    marxistas, debe realizar una verdadera pirueta terica yafirmar (no demostrar) que al haber ledo bien El Capital, Lenin haba ledo, sin necesidad de leerla, la Lgica,produciendo de esta manera un "milagro" pues segn Lenin (lo que habra que discutir es la afirmacin de Lenin)no puede entenderse El Capital sin leer y entender la Lgica. . . ggAqu se entrecruzan dos problemas, uno es el de la p r c - J |t ica revo lucion aria v otro el de la lectura sintom al. A l pr i- mero lo dejamos p ara m s ade lan te; del segundo bstenos J ag reg ar que esta lectura se ha convertido en una serie de - ^cortes interesados de los textos marxistas. Lo cierto es quelos textos marxis tas no entran en e l enrej i l lado apis temo-^lgico a que quiere reducirlo Althusser,, y este hecho, en r^ *lugar de llevarlo a cuestionar el enrejil lado, el esquema, '1J%lo hace cuestionar el texto. En lugar de cuestionarse sobre el estatuto del texto, sobre el "enigma" que este texto re- j jgpresenta para una lectura "fi losfica", y que, segn mi J |criterio, slo es comprensible desde fuera de la filosofa, "~se opta por podar el texto. Si Marx escribi la primeraseccin doce veces, y la escribi tal como est (pese a queEngels le pidi que tratara de hacerla ms sencil la) , esey no otro es el texto de la seccin primera. El hecho deque haya "coqueteado" o de que est, si lo estuviera, dominado por la conceptualizacin hegeliana, constituye elproblema a resolver: qu significa coquetear con la terminologa hegeliana? qu diferencia existe entre modode investigacin y modo de exposicin? qu papel desempea la conceptualizacin hegeliana en el texto marxista?Estos problemas no pueden resolverse pidiendo que se "rescriba" la primera seccin hasta volverla fci l y sencil la .Ms an si se tiene en cuenta que al escribir la primeraseccin Marx tena ya pensado todo El Capital: vale decirque esa redaccin no es aleatoria sino un monumento te-

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    rico que plantea problemas cuya resolucin no consiste enescribirlo de nuevo, tal como exige Althusser. La frase deLenin tambin est englobada en un modo de lectura que ,a la prctica burguesa de la lectura, le plantea enigmasirresolubles. Adems hay toda una serie de observacionesde Lenin a las que Althusser tacha por el simple hecho deque cuestionan su propia tesis. La afirmacin sobre elvnculo de inteleccin Lgica-Capital debe entenderse as ,en este contexto, no como una afirmacin apodctica sinocomo una insinuacin: Lenin puntuaba su lectura, peroconvertir esa frase en una condicin l leva, posteriormente,al absurdo en que cae Althusser. Se entra en un mundoescolstico donde los mentados problemas del "movimiento obrero internacional", como los l lama, quedan reducidos al orden formal de la teora.Segn Althusser un tpico problema de arrastre hegelia-no es el problema del "fetichismo". Con l se vinculan varias l neas de su pensamiento, y, en primer trmino, el delllamado "corte" epistemolgico. En la Autocrtica af i rmaque en la Ideologa alemana Marx ya posee la batera deconceptos propios y desligados, fundamentalmente, de laeconoma clsica, mientras que en los Manuscritos econmico-filosficos todava utiliza los conceptos de la economa clsica como si fueran la "ltima palabra" sobre economa. Sin embargo, segn Rosenberg, recin en la Miseria de la filosofa se encuentra "presente la 'base' de lateora de la plusvala"; y segn Vygodskij (II pensieroeconmico di Marx) recin en 1847 Marx modific su posicin negativa frente a la economa poltica clsica; diceMarx: "La teora del valor de Ricardo es la interpretacincientfica de la vida econmica actual". Su doctrina sobreel doble carcter del trabajo es "elaborada por Marx, porprim era vez, en el m anuscrito de 1857-1 858 [. . . ] dond ela teora del valor de Ricardo es definitivamente supera-

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    da" (Vygodskij, p. 17). Como puede verse, una cosa es lahistoria de la elaboracin de las categoras fundamentalesde la crtica de la economa poltica, y otra cosa es la necesidad que tiene Althusser de realizar un "corte epistemolgico" que le permita captar en estado puro la teoramarxista. Lo cual, sin querer detenernos en este tema, noslleva a problematizar dicho corte:7 el corte es un corte en

    7 Lo que l lamamos el pensamiento (de) Marx per tenece al gran movimiento de l der rumbe de Hegel (Trendelenburg , Feuerbach, Bauer , S t raussKMarx se instala ter icamente en la cr t ica "comunista" de la sociedad, cr t ica en marcha, que no inventa l ; en la descomposicin de la economa.clsica (Ricardo y sus discpulos de " izquierda"). Se t rata de un problemahistr ico: basta asomarse a lo que l lamamos el problema de la inter textua-l idad del pensamiento (de) Marx, para tener una idea muy general de loque es ese pensamiento sin dueo que es el pensamiento de la clase obrera-Par eso los "cortes ' ' epistemolgicos son tan difci les, por no decir imposibles y vanos, porque se trata de un proceso masivo, en diferentes niveles,capilar, social , individual, que arrastra a una cultura a la que destruye yque no puede reducirse a un nombre: lo fundamental es la apar icin dela clase obrera, explotada, somet ida, repr imida, que aparece como lo ot rode la burguesa, un fantasma, dira Marx. Este fantasma t iene por objetivo-construir una nueva sociedad, una cul tura, y no una nueva "ciencia" , y loque en este contexto se puede l lamar "ciencia" es un inst rumento de lucha:la explicacin del funcionamiento de una sociedad que oprime al mundo-y lo l leva a la catstrofe, pero una explicacin que se consti tuye en basea un "plan" de lucha a muerte . En otras palabras , se t ra ta del conocimiento del enemigo, conocimiento necesar io para dest rui r lo, y nada ms. Loque se debe ver no son los rboles sino el bosque, el movimiento "histr ico" del proletariado, la apuesta mortal de su lucha, y no poner el centroen la consti tucin de una nueva ciencia. Se trata de la consti tucin de unaclase como clase revolucionaria, .de la destruccin del mundo moderno y laposibi l idad de una nueva cul tura. En lugar de recurr i r a la epis temologahabra que recurrir a la arqueologa (en el sentido que le da al trmino-Foucaul t ) para estudiar e l nacimiento de la teor a revolucionar ia del proletar iado.En este contexto debe tambin analizarse el concepto de "inversin". Enrealidad Marx se instala en un suelo originario (y esta instalacin inaugura una nueva ipoca terica, como correlato de una nueva poca histrica)que est ms all del problema de la "inversin". La inversin perteneceal orden burgus y de la f i losofa dentro del orden burgus: por eso enpropiedad la inversin es realizada por Feuerbach, y Marx se instala tericamente en esa inversin para su anlisis f i losfico de Hegel, para descubrir , en relacin al Estado la inversin hegeliana del predicado en sujeto,.pero esta inversin es una inversin histrica; poster iormente Marx anal izala inversin especfica del capital : las relaciones sociales aparecen comorelaciones entre cosas. Pero para esta cr t ica Marx debe estar fuera de lainversin. La inversin conserva los lugares, invierte los lugares, el predicado se convierte en sujeto y luego el sujeto en predicado. Es esencialpara la inversin este mantenimiento de la estructura donde se produce la

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    la realidad, es una fractura epocal, y consiste en la aparicin histrica de la clase obrera. No se trata de un corteinmanente a la teora, sino de la ruptura terica producida por la ruptura social. Por otra parte aqu menos queen ningn otro lugar nos encontramos con un proceso Lineal. Se trata de una complejidad potenciada: hay muchoscortes, continuidades y rupturas, ensamblajes y repeticiones. La teora del corte epistemolgico de Althusser pretende reemplazar un movimiento complejo, las formas mediante las cuales la clase realiza a travs de sus intelectuales la batalla terica, por el surgimiento traslcido de unanueva teora en el campo de la teora burguesa. Althusserbusca confundir: no se trata de negar el nombre "cienciamarxista" o " teora marxista" , que, como siempre repiteAlthusser, "fueron empleadas miles de veces y consagradas por la historia del movimiento obrero", sino de precisar su contenido. No se trata de las palabras ("La conservacin o la desaparicin de estas palabras, su defensa oaniquilamiento, son la clave de autnticas luchas de carcter manifiestamente poltico e ideolgico") sino del significado de las mismas: lo que en realidad hace Althusseres desplazar el problema hacia los trminos para reprimirel contenido.

    En cuanto al problema del "fetichismo de la mercanca"podemos afirmar que para Althusser se trata (a) de algosobreaadido al discurso de El Capital, y (b) de un con-inversin por un cambio de lugar. Lo originario es un espacio donde sesuprimen los lugares , donde, en consecuencia , no t iene sentido la inversin.En l t ima instancia se t rata , para la revolucin, de suprimir todas las c lases^ de suprimir e l Estado, e tc . y no de conservar los cambiados de s igno,invertidos. Tambin en la teora Marx se instala fuera de la inversin( la inversin de la real idad social es real izada por la bu rgu esa) pa rapoder cri t icarla: pero la cr t ica no l leva a una nueva inversin sino a unasociedad or iginar ia . En una palabra: la inversin es un concepto que r indecuenta de una real idad, y s i rve, como concepto, para rendir cuenta del funcionamiento de esta realidad, pero su uti l izacin no es posit iva; no se tratade una inversin sino de un afuera.

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    cepto que representa al concepto hegeliano de alienacinen la crtica de la economa poltica marxista. En la problemtica idealista el concepto de alienacin rinde cuentadel extraamiento de la conciencia de s en una ascesis cuyaculminacin es la vuelta a s como Saber Absoluto, valedecir de una conciencia independiente de las condicionesreales de existencia que al extraarse constituye, en unmovimiento necesario, el mundo "humano". Tal es el i t inerario de la conciencia desde lo sensible hasta el SaberAbsoluto segn la descripcin hecha por Hegel en la Fenomenologa, Pero Marx defini al hombre como "conjuntode relaciones sociales", rechazando radicalmente la ideade una conciencia pura, lo que hace incomprensible la vinculacin que establece Althusser entre la problemtica social de Marx y la problemtica de la conciencia de Hegel. Por lo menos a partir de las tesis sobre Feuerbach, yno pretendo aqu fechar el enunciado, Marx define al hombre como conjunto de relaciones sociales, lo que vuelveimposible dicha identificacin con Hegel. Marx us constantemente el concepto de "alienacin" para rendir cuentade un proceso real de objetivacin de las relaciones sociales. No se trata slo de los Manuscritos de 1844 (tan criticados por Althusser) sino tambin de los Grundisse, deEl Capital (donde se enuncia, en el libro i, la teora delfetichismo de la mercanca; y en el libro in se dice que"En la exposicin de la cosificacin de las relaciones deproduccin y de su independizaoin frente a los agentesde la produccin, no entramos a considerar la forma cmolas relaciones, a travs del mercado mundial, sus coyunturas, el movimiento de los precios de mercado, los perodosdel crdito, los ciclos de la industria y del comercio, la alternacin de la prosperidad y la crisis, se les presentancomo leyes naturales prepotentes que los dominan pese aellos y se hacen valer frente a ellos como una ciega nece-

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    s idad") , del Captulo VI, de Teoras de la plusvala ( i ,3 3 0 ) , etc. El concepto de "fetichismo" usado en El Capita l rinde cuenta de un proceso que, lejos de pertenecer ala problemtica hegeliana y de constituir una remora idealista, es el concepto donde se articula su crtiqa a la economa poltica (los conceptos de valor, trabajo abstracto yconcreto, plusvala, fuerza de trabajo, etc. son conceptosdeterminados, mientras que el concepto de fetichismo esun concepto que determina al conjunto del modo de produccin capitalista).9

    8 E n El Capital, l ibro I , cap tulo VI ( indi to), edic . s iglo sxi , BuenosAires , pp . 19-20, M arx sostiene qu e "E l cap ital slo funciona en cu an tocaipdtal personificado, es el capi tal en cuanto persona; del mismo modoel obrero funciona nicamente como trabajo personificado, que a l le pertenece como suplicio, eomo esfuerzo, pero que pertenece al capital ista comosustancia creadora y acreedora de riqueza. Ese trabajo, en cuanto tal , sepresenta de hecho como un elemento incorporado al capital en el procesode produccin, como su factor vivo, variable. La dominacin del capital istasobre el obrero es por consiguiente la de la cosa sobre el hombre, la delt rabajo muerto sobre el t rabajo vivo, la del producto sobre el productor ,ya que en real idad las mercancas , que se convier ten en medios de dominac in sobre los ob reros [ . . . ] no son sino m eros resultad os del procesode produccin, los productos del mismo. En la produccin mater ial , en elverdad ero proceso de la vida social [ . . . ] se da e xactame nte la mismarelacin que en el terreno ideolgico se presenta en la religin.; la conversin del sujeto en el objeto y viceversa [ . . . ] Se tra ta del proceso de enajenacin^, y cont ina un anl is is que no puede dejar de recordar , pero invertido, el texto hegeliano de la lucha de conciencias de la Fenomenologa;"Aqu el obrero est desde un principio en un plano superior al delcapital ista, por cuanto este lt imo ha echado races en ese proceso de enajenacin y encuentra en l su satisfaccin absoluta ten Hegel la concienciaque arriesga su vida en la lucha a muerte por el reconocimiento cae posteriormente en la molicie y es desplazada por la conciencia esclava perocreadora de la cul tura mediante el t rabajo, e tc . O. d. B. l , mientras quepor el contrario el obrero, en su condicin de vctima del proceso, se hallade entrada en una s i tuacin de rebelda y lo s iente como un proceso deavasal lamiento" .9 Respecto al problema del fet ichismo de la mercanca, es un avezado ydis t inguido discpulo de Althusser quien desarrol la la cr t ica . Et ienne Bal ibar ,en su l ibro Cinq tudes du metrialisme historique, primero se encarga dedesprestigiar a los sostenedores de la validez del concepto (en este casoLukcStf dejando de lado por qu? a Rubin, Rosdolsky, Grossmann,etc.) oponindolos a Lenin, quien en su trabajo A propo sito de la dialcticahabla de la dialctica de la mercanca *'sin hacer alusin al fet ichismo".Pero en real idad a quien se cr i t ica es a Marx: en la p. 213 Bal ibar sepregunta: "en qu medida el anl is is del ' fe t ichismo' es esencial a l anl i sis que realiza Marx en El Capital?", y ms ade lante : "En tanto que teo-

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    Sin in tenc in de desa r ro l l a r aqu mis ideas a l r e spec toade lan to l a h ip tes i s de que Marx , en su t eor a de l f e t i ch i s m o , se r e f i e r e a un p roc e so p rog re s i v o po r me d i o de l c u a le l s i s t ema cap i t a l i s t a vue lve ob je to o cosa a l mundo huira [ ...] la explicacin de Marx [. ..] es verdaderamente materialista?Siempre podemos considerarla como ta l? Es compatible , s in ocas ionargraves contradicciones y crear verdaderos obstculos tericos, con la problemtica del materia l ismo his trico?" Y la respuesta de Balibar es contundente : "No lo creo" (p . 220) y agrega: "La pareja anti t t ica de las 'personas* y las 'cosas ' [ . . . ] es el ncleo mismo del derecho y de la ideologajburguesa".Balibar cri t ica la teora marxis ta del "fe t ichismo de la mercanca" porser ideolgica ("ideolgica burguesa ' , p . 220) y por cuanto, de es ta manera ,"obstaculiza, de hecho, una teora materialista de la ideologa y de la historia de las ideologas". Ms adelante agrega que "un efecto ideolgico . . . ] slo puede explicarse por una cau sa positiva, por la existencia y elfuncionamiento de verdaderas relaciones sociales ideolgicas ( jurdicas , mora les , religiosas, estticas, polticas, etc.) t... ] Relaciones sociales especficas, realmente distintas de las relaciones de produccin, aun cuando determinadas por s ta 'en l t ima ins tancia ' . 'Realmente dis t in tas ' s ignif icarealizadas, materializadas, en prcticas especficas, dependientes de aparatosideolgicos particulares". Se trata, como puede verse, de reivindicar la inmanencia, la especificidad, de la prctica ideolgica que acta medianteaparatos m ateria les ( los A. I . E .) , y no de e nco ntrar en otro lugar (en loq u e Balibar llam a " 'efecto de estru ctu ra ' de la circulacin de las mercanc a s" p. 222) la causa l t ima de la ideologa . Razona Balibar: durantem ucho t iempo los marx is tas ( ?) pensaron qu e bas taba subv ert ir las re lac iones socia les de produccin para que se inaugurara un mundo tras lcido,no-ideolgico, pero la prctica histrica (la experiencia de las revolucionessocialistas de nuestro siglo) demostr que la ideologa subsiste, y estoocurre as porque tiene niveles propios, realidad propia, al margen de dichas re laciones . Podemos preguntarnos: y es to qu t iene que ver con e lmarxismo? Marx seal con justeza que es en la estructura econmicadonde se produce el fenmeno de inversin que denomin fetichismo, y seproduce a travs de la conversin de la fuerza de trabajo en mercanca;su teora del fe t ichismo es t l igada esencia lmente a su idea de trabajoabstracto y a su teora del valor. Slo el proletariado lograr que su fuerzade trabajo deje de ser una mercanca, pues lo que hoy se sabe es que, yBalibar no dice nada al respecto, la supresin de los capitalistas no basta:las relaciones de produccin se reconstituyen con otros nombres. Es lo quehemos dicho: son los aparatos , las ins t i tuciones , las que generan su cuerpomaterial de ideas. Si la fbrica, si el Estado, si la escuela y la familiasubsisten como tales, en un plazo ms o menos breve tienden a reconstituirsu contenido. La revolucin cultural china apunta a resolver este problema:mientras no se puedan destruir las instancias, , las instituciones y los aparat o s , hay qu e ataca rlos , revolucionarlos, y esto slo se logr a si l a s clasesexplotadas son las que tienen el poder: la poltica al puesto de mando( M a o ) . Balibar confunde: si la clase obrera no tiene el poder en la fbricay en el estado, de na da le valdrn los A. I. E. L o qu e d ebe establecerse esquin es el sujeto de la revolucin: la clase o los "representantes" de la clase.

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    mano en su conjunto. Se trata de un proceso mundial ytransfaistrico, en la medida que incide en los pases "socialistas". Frente a esta fuerza de fetichizacin que tiendea lo absoluto se levanta la fuerza revolucionaria de lasclases explotadas. El enfrentamiento de estas dos fuerzasabsolutas se expresa, a nivel del concepto, por el fetichismo y la revolucin. De alguna manera, y de ser esto asen nuestra poca estara en juego el "destino" de la humanidad, Marx, al introducir el concepto de fetichismo dela mercanca, fija el eje central de la economa capitalista:nos encontramos frente a una mquina cuya accin creciente convierte el mundo del hombre en un mundo inerte;pero esta mquina, al mismo tiempo que t iende necesariamente a la fetichizacin absoluta del todo social, engen-

    Balibar no puede (por "discipl ina" part idaria) anal izar la Unin Sovitica y esto lo lleva a un callejn sin salida: no se trata de decir, o declarar , que se social izan las relaciones de produccin, se t rata del poder real ,total , que debe ser de la clase. Aqu se podra recurr ir a la dis t incinfreudiana ent re comunicarle al paciente las causas de su confl icto ( lo queno lo resuelve) y a que el propio paciente, mediante el proceso del anl is is ,las haka conscientes. Una cosa es decir le a la clase que es duea del poder ,explicar le en qu consiste el fet ichismo, y otra cosa es que la clase, apoderndose del poder , suprima en los hechos el fet ichismo. En este sent idono planteamos un "monismo"; al monismo lo const i tuye la burguesa. Estoes lo que no ve Tras en su l ibro Teora de las ideologas: la distincinentre una fenomenologa de las prct icas e instancias y una cr t ica revolucionaria que instaura una prct ica descentrada y pol imorfa. Aqu es t i lla distincin de Vloro (y la articulacin) entre lo gnoseologico y lo sociolgico. Tras , segn mi entender , confunde el problema pues reduce a ideologa todo proceso gnoseologico: todo desconocimiento ser a ideolgico;mientras que Vil loro siguiendo a Marx art icula al e lemento gnoseologico un factor "de dominio", lo que podemos l lamar un factor social declase (ver: Luis Vil loro, Sobre el concepto de ideologa), Althusser , a l convertir el mundo vivido (concepto husser i iano, pero "sobredeterminado" porel concepto durkheiniano de Representacin, como bien seala Marc Auge)en mundo ideolgico general, a-histrico, eterno, etc. , realiza una distincinirrelevante y que crea confusin. Su recurrencia poster ior a los AparatosIdeolgicos de Estado es casi obvia: a part i r de Gramsci y su concepto deguerra de posicin, de revolucin no como toma del poder s ino comoconstruccin del poder , y de toda la lucha ant - inst i tucional ( la problemt ica de los consejos de fbrica gramsciana, la lucha ant i-psiquitr ica, lasluchas en las escuelas y universidades, los movimientos ant i-autori tar ios,etc . ) e l planteamiento de Althusser resul ta excesivamente s imple. Por otraparte aprovecha, enuncindolas s in declarar las , todas estas temticas * 'con-tes ta tar ias" .

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    dra, por otra parte y tambin necesariamente, una fuerzade subversin que tiende a destruir la sociedad capitalista.La divisin de las prcticas en nuestras sociedades aparece como una consecuencia de este proceso de fetichizacin;son los lugares "naturales", "objetivos", donde deben ubicarse naturalmente todas las prcticas, incluso la prcticarevolucionaria de la clase obrera. Tambin encuentra suexplicacin en este proceso de fetichizacin un conceptoque Aithusser atribuye a Marx diciendo que es el conceptofundamental que Marx (esta vez s) toma de Hegel: el concepto de "proceso sin sujeto(s) ni f in(es)". Me atrevo asostener que en este concepto se produce la culminacinde la ideologa burguesa, y que expresa, en la teora, elproceso de fetichizacin que al llegar a lo absoluto (si llega) ser, en la realidad, proceso sin sujeto.1 0 La idea de"proceso sin sujeto" se inscribe en el terreno del fetichism o; la idea de sujetos constituidos, de sujetos "en proceso", se inscribe en el terreno de la subversin.Para demostrar su tesis sobre el "proceso sin sujeto"Aithusser s remite a un texto de la edicin francesa deEl Capital: "La palabra proceso, que empresa un desarrollo considerado en el conjunto de sus condiciones reales,pertenece desde hace mucho tiempo al lenguaje cientfico'de toda Europa. En Francia fue introducido primeramente, con mucha timidez, en su forma latina de processusPosteriormente ha ido introducindose, desprovista de estepedante disfraz, en los libros de qumica, psicologa, etc.,y en algunos textos metafscos. Acabar obteniendo sucarta de ciudadana. Obsrvese, de paso, que los alemanes-

    1 0 En rea l idad e l terico de es te proceso fue M ax W eber, mientra s qu eM arx fue su cr t ico. M ax W eber seal que "El futuro pertenece a laburocrac ia . . . Ah donde una vez manda e l moderno func ionar io capac i tado, su poder es vir tualm ente inde structible p orqu e to da la organizacinde las disposiciones m s esenciales de la vida se ajus ta con ven ient em entea su comportamiento" y "Todas las seales del c l ima econmico apuntan*hacia una decreciente l ibertad."3 1

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    y los franceses en su lenguaje ordinario emplean la palabra 'proceso' en su sentido jurdico" (citado en Escritos,p . 78). En esta cita, como se ve, Marx habla de procesoy no de "proceso sin sujeto". No obstante conviene que nosdetengamos en este punto. Primero para reafirmar la posicin materialista de crtica a todo sujeto trascendenteo unario; segundo para reafirmar, tambin, la idea de sujeto constituido, evitando as que bajo el concepto de proceso sin sujeto penetre la idea "teoricista", propia de unasociedad tecncrata y fetichizada hasta tal punto que lospropios capitalistas desaparecen reemplazados por cuerposde administradores annimos (capitalismo-sin-sujeto), quefunda el desarrollo de una sociedad m asificada (fas cista ) .En cuanto a la idea de "proceso",, conviene recordar quesu negacin constituy uno de los puntos centrales de lalucha de Althusser contra lo que llam desviaciones histo-ricistas del marxismo.

    Aqu, como en su crtica a la relacin realidad-categora, Althusser entabla una batalla que pretende ser decisiva contra lo qu e llam a desviacin " his tor icist a" del m arxism o, y, por razones que hacen a la estructura global delmaterialismo absoluto, conviene analizar el curso de supensamiento. En su libro Para leer El Capital Althusserafirma que "el reproche de fondo que Marx, desde Miseriade la filosofa a El Capital, dirige a toda la economa clsica, es de tener una concepcin ahistrica, eternitaria, fi-jista y abstracta de las categoras econmicas del capitalism o " (p. 102 y ss .) . Marx, en M iseria de la filosofa, diceque "Los economistas expresan las relaciones de la produccin burguesa.. . como categoras fi jas, eternas, inmutable s [ . . . ] Los econom istas nos explican cmo se pro du ce-en estas relaciones dadas, pero lo que no nos explican esmo estas relaciones se producen, es decir, el movimientoliistrico que las hace nacer [. .. ] Estas categoras son tan

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    poco eternas como las relaciones que expresan. Son productos histricos y transitorios." Esta crtica de Marx a loseconomistas clsieos no es ocasional sino expresiva de unode los principios bsicos de la dialctica, no obstante, se-gn Althusser,, "permanece superficial y equvoca, mien-tras su crt ica es infinitamente ms profunda. Pero sinduda no es una casualidad si Marx qued a menudo a *.m edio cam ino de su crtica re al en su crt ica dec larad a, g 5cuando centra toda [yo subrayo] su diferencia con los eco-Onomistas clsicos en la no-hdstorieidad de su concepcin.^Este juicio ha pesado mucho en la interpretacin que s e f j -ha hecho no solamente de El Capital y de la teora marxis- tf$ta de la economa po ltica, sino tam bin de la filosofa ^marxista. Estamos aqu en uno de los puntos estratgicos g |de l pensam iento de M arx , dira , incluso , en el pu nto estra- Qtgico nmero 1 del pensamiento de Marx, donde el inaca-C3bam ento terico de l juicio de M arx sobre s m ismo ha "T5prod ucid o los m s graves m alenten dido s [. . . ] Todos estos **Em alentendidos se puede n ag rup ar en torno a un m alenten- ^dido central acerca de la relacin terica del marxismocon la historia, acerca del pretendido historicismo radicald e l marxismo [ . . . ] S i toda [yo subrayo] la diferenciaque separa a Marx de los economistas clsicos s resumeen el carcter histrico de las categoras econmicas, hastaa M arx historizar es tas ca teg or as . . . " (p . 10 2 ) . Subraydos veces la palabra toda porque mediante su util izacinse produce un trastocamiento imperceptible del problema:Marx ha repetido en varias oportunidades cules son susdescubrimientos en economa (en El Capital, I , p . 51, dice"He sido el primero en exponer crt icamente esa naturale-za bifactica del trabajo contenido en la mercanca. Comoeste punto es el eje en torno al cual gira la comprensinde la economa po l t i ca . . . " ; en la p . 59 de la misma obradice que "De lo que se trata aqu, sin embargo, es de l le-

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    var a cabo una tarea que la economa burguesa ni siquieraintent, a saber, la de dilucidar la gnesis de esa formadinerar ia . . . " ; en su car ta a Engels de l 24 de agos to de1867 seala que lo mejor de El Capital es subrayar eldoble carcter del trabajo, el anlisis de la plusvala independientemente de sus formas particulares) como para queAlthusser, con absoluta ligereza, sostenga que segn Marxy sus epgonos "historicistas", toda la diferencia con loseconomistas clsicos est en la historizacin de las categor as . Se trata de otra cosa, de algo que Althusser tampocove, y es, precisamente, la idea de proceso que luego utiliza r coi* otros fines terico s. M arx desc ub re un conjuntode categoras que rinden cuenta del funcionamiento de laeconoma capitalista desde el punto de vista de la claseobrera; la idea de proceso es exterior a la economa burguesa, es su lmite, y slo puede ser enunciada desde elproletariado porque implica el reconocimiento de la muertede la sociedad capitalista: es, precisamente, el punto dearticulacin de la economa con la revolucin. Althusser,obsesionado por su teoricismo, por la inmanencia de loterico, no puede comprender esta transgresin, la introduccin en la problemtica puramente terica de un elemento exgeno (tambin Colletti se preguntar, perplejo,en su entrevista con la New Left Review, "Puede unateora puramente cientfica contener en su seno un discursoacerca de la alienacin? El problema an no ha sido resuelto") , pues qu quiere decir Marx al historizar las categoras, las que como vimos para l (no para Althusser)ison reflejo de la realidad, sino que la lucha de la claseobrera modificar, es decir historizar dichas categoras alsuprimir la real idad que les sirve de base material? Perocmo ver esta modificacin del suelo terico si se estfascinado por una concepcin fijista de las prcticas?Todo este texto es una deformacin y un ocultamiento sis-

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    temtico de la verdadera problemtica. Nadie ignora (ose pretende sorprender en su buena fe al lector desprevenido que quiere saber cmo debe leerse El Capital?) cules son los descubrimientos de Marx en economa, y elpapel que juega la historia, la gnesis, en el descubrimiento y articulacin de las categoras de El Capital,1 1 por esono deja de ser sorprendente que Althusser polemice (conquin? es evidente que, sin decirlo o dicindolo a medias,con quien polemiza es con Marx, con Lenin, con Gramsci)hacindole decir a su imaginario contrincante que toda l adiferencia entre Marx y Ricardo est en la historizacinmarxista de las categoras , o que Marx es un "Ricardopuesto en movimiento", y nada ms.Volvamos al concepto de "prct ica(s)" porque en l ,isegn mi criterio, se encuentra la clave de los "errores"tericos de Althusser; la causa, como dijimos, est en otraparte. Althusser reconoce, y describe, la existencia de prcticas. Aceptemos: existen prcticas determinadas constituyentes de instancias determinadas cuya articulacin jerrquica, lo que denomina determinante en ltima instanciay dominante, constituyen el todo social complejo. La preminencia de una u otra instancia se debe al proceso de desplazamiento y condensacin (conceptos psicoanalticos) quelas rigen; mientras que el concepto de sobredeterminacin,tambin psicoanalt ico, le sirve para marcar la incidenciaentre s de dichas prcticas. Todo esto tambin es conocido.Hay una practica terica, una prctica ideolgica, una prctica polt ica, una prctica econmica. Cada una conforma

    11 Al respecto existen trab ajos como los de O tto M or , R , Rosdolsky,Mario Dal Pra , J indr ich Ze leny , , Rodolfo Banfi , entre muchos otros , quehan tra tado e l problema de las "categoras" de El Capital con e l r igorexigido por el tema. Sobre el papel de lo histrico en el anlisis econmico ver las observaciones de M. Dobb en su libro Teora del valor y dela distribucin desde Adam Smith. La " lec tura" que Al thusse r hace de ElCapital no puede ocultar, bajo su autocalificacin de "filosfica", sus carencias. Lo que en realidad ocurre, como ya lo seal alguno de sus crticos, es que no puede haber una lectura f i losfica de El Capital-

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    un nivel social propio (la instancia) sometido a ritmos yescansiones temporales especficos, lo cual le sirve paracrit icar radicalmente la temporalidad hegeliana como temporalidad lineal, basada en el proceso de alienacin circular de la Idea, cuyo correlato es el todo hegeliano entendido c,omo todo ideal-homogneo. Las prcticas-instanciasestn all, se las ve, todos estamos apresados por y en ellas:son lugares que deben ser ocupados por los hombres, o,mejor dicho, no hay hombre fuera de esos lugares, se esmdico, se o obrero, se es fi lsofo: estamos en un mundode "esencias" que pueden enunciarse a partir de un deberser. Siempre se debe ser algo, ya sea un obrero o un filsofo o un profesor. Cmo imaginar lo contrario? Althus-ser, terico de las prcticas, nos dice ms o menos lo siguiente: hay que luchar en cada una de las prcticas enrepresentacin de la qlase obrera y apoderarse de cadainstancia como de un bastin enemigo. Y dice ms an:cada uno en su propia prctica, en su instancia, tiene quedar la batalla del proletariado. Marx realiza la revolucinterica, el partido la revolucin poltica, los estudiantes lalucha por un contenido cientfico de la enseanza, etc., perocada uno en su lugar. Lo trgico de todo este proyecto esque despus de la batalla ganada se dejan subsistir loslugares; y es trgico porque para el proletariado lo decisivo es destruir los lugares, mientras que para la burguesalo decisivo es conservarlos. Althusser ni siquiera mencionaeste problema. Para l se trata de una suplantacin de contenidos y no de una destruccin de lugares: en el lugarde la filosofa idealista hay que instalar el materialismohistrico y dialctico entendido como filosofa; en lugardel estado burgus el estado proletario, etc., y luego, comocorolario, convertir a Mane en un terico y a Lenin enfilsofo.

    Lo que Althusser no comprend es que, en ltima instan-3 6

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    cia, su concepcin convierte al marxismo en un reconocimiento de lo dado, y como ;se sabe, lo dado no es algonatural sino la estructuracin precisa del todo social a partir de la divisin social del trabajo. La clase dominanteimpone en la realidad este conjunto de instancias que luego son reconocidas tericamente como un hecho a-histrico.Althusser habla de la "revolucin terica" de Marx, y, sindarse cuenta, cae en la trampa ltima de la burguesapuesto que acepta el escenario que sta le propone a laprctica revolucionaria del materialismo. La revolucin deMarx consiste en haberse instalado en una prctica revolucionaria extra-terica. Si hubiera sido una prctica tericaen sentido estricto la burguesa la hubiera aceptado contranquil idad pues sera una prctica clausurada por la clausura que el sistema le impone a todas las prcticas fijndoles lmites determinados: el filsofo debe filosofar, elpoltico hacer po ltica. . . pe ro cada uno en el espacio correspondiente, en la especificidad propia. Por otro lado elobrero debe aceptar su propia especificidad y trabajar paraque el sistema se reproduzca,, el filsofo filosofe y el poltico haga poltica. Lo que desconcierta, lo que no le esfcilmente accesible a un terico, es esa salida, ese desco-locamiento de Marx, ese no estar donde debiera estar, enun lugar determinado, cualquiera que sea, pero determinado, fijo. Lo que desconcierta es la prctica errtica delmaterialismo absoluto, esa fuerza que se desplaza por todoslos niveles., que atraviesa todas las instancias, que corroey ataca, que es una fuerza afirmativa, la cual, como diraNietzsche, "danza", es "danzarina", y a la cual le repugnael mal olor de las instancias, esos museos habitados porprofesores o polticos, ajenos a los torbellinos del mundo, creyendo ingenuamente que son ellos quienes piensan,ellos en s quienes construyen los grandes "sistemas" destinados por la clase dominante a precluir la material idad.

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    Las consecuencias son graves. Cuando ocurren los acontecimientos de mayo de 1968, Althusser se asume comoprofesor: "La funcin pedaggica tiene por objeto la transmisin de un saber determinado a sujetos que no poseenese saber. Luego la situacin pedaggica reposa sobre lacondicin absoluta de una desigualdad entre un saber y unno-saber". Texto increble que defiende, contra los estudiantes que pretendan l levar " la imaginacin al poder" ,el "saber" de los profesores y el sistema de transmisindel saber de la universidad burguesa. Althusser, en mediode la lucha, apareci como el defensor de la especificidadde las instancias y lo que ellas representan: la divisen deltrabajo, y lo que ellas reprimen: la fuerza material quese insurge contra esa divisin. Con el seuelo de que parahablar hay que saber, dominar la jerga, someterse a losconcursos y las capillas, se reprime la rebelin. Sus citasde Mao no lo llevan a aceptar filosficamente el conceptoradical del materialismo .maosta: la rebelin. Rebelarsecontra las instancias, contra las prcticas clausuradas, contra la divisin del trabajo; reconocer que en la revolucinnadie est sujeto, o que la revolucin es la desujeccin,prcticas polimorfas en constante metstasis sobre el cuerpo social. Marx no fue un terico a la manera como lo entiende Althusser: como un profesor que sabe mucha economa y mucha filosofa. Saba s mucha economa y muchafilosofa, pero las critic, no acept el juego de quedarseen la economa y en la filosofa. Porque no tena lugar enel las , ni en ninguna parte, las pudo suprimir .Qu fue Marx? Un economista, un escritor, un filsofo, un poltico? Todo eso y nada de eso. Y esa es la prctica revolucionaria, la prctica del proletariado de la queMarx fue slo un momento. Althusser no entiende esto. Nove que la prctica revolucionaria es la subversin en actode las prcticas e instancias afirmadas frreamente por el

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    satisfacer la demanda de la burguesa: ubicar en algunade las instancias que conforman el todo social a esos instrumentos por medio de los cuales el proletariado se piensay piensa la sociedad, la historia y el futuro, para de acuerdo con ese pensamiento organizar la lucha por su transformacin.

    Si se acepta que la clase obrera abre en la materia, enla sociedad, esa visin monumental de la que Marx, Lenin,Rosa Luxemburgo o Gramsci, son slo instrumentos, entonces se debe empezar a pensar en otra, idea de lo que espensar : quien piensa es una clase, Y la clase obrera noes fsofa (la filosofa deca Marx en La Sagrada Fahmilia es el arte de transformar las cadenas reales encadenas ideales o economista, sino una fuerza explotada,sometida por otra fuerza dominante contra la cual se rebelaen una lucha a muerte (pero no una lucjha a muerte deconciencias, como describe Hegel en su famoso captulode la Fenomenologa, sino una lucha real, concreta: cuanti-fieable), "Lucha de clases" es el concepto de una realidadque est ms all de los claustros universitarios, en mediode la sangre y la muerte. La clase revolucionaria util izatodos los medios posibles para triunfar: construye y destruye sus propias organizaciones de acuerdo a la eficaciade las m ism as, uti l iza las categoras fi losficas, despo jadasdel aparente rigor del que estn investidas, como armas;su irrespetuosidad, su (irreverencia hacia todas las personalidades, su desdn por todo sistema, son tremendos. Si aese movimiento planetario, material , de la clase, se le l lama poltica, entonces no hay sino poltica. Y eso es lo quesostiene Mao cuando llama a que se coloque la poltica en"el puesto de mando". Pero no la polt ica como instancia,como "propiedad" de los que saben hacer poltica, sinoentendiendo la polnica como una fuerza perversa que penetra en todas las instancias y las subvierte. Cuando se rom-

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    pen los escenarios determinados, las instancias, las instituciones, en lugar del orden burgus surge el desorden radicaly absoluto de la materialidad. El desorden que estaba reprimido aparece en la superficie y es all donde y desdedonde debe pensarse, y no en los casil leros creados por laburguesa y santificados por sus idelogos: en las "zonas.de tempestad". Cmo Marx o Lenin iban a discutir en elmismo nivel, en el mismo encierro, con los profesores defilosofa o de economa, si el los eran la forma de pensardel proletariado, la clase del "horror de s" como la defini Marx? 0, dicho de otra manera: cmo el proletar iado puede aceptar el juego que le propone la burguesade jugar su juego, de disfrazarse para entrar en los templos de la Ciencia? Esto es lo que perturba a los "fi lsofos" cuando estudian a Marx y Lenin y los niegan comofilsofos "serios": es que se sienten, y no se equivocan,descolocados, transgredidos en sus discursos racionales, ensu "logos". La funcin de la filosofa fue la de reprimirla real idad ( la real idad es el t rabajo, las enfermedades, lamiseria, la locura, las crceles, la rebelin). Su tarea consisti en hipostasiar el mundo burgus convirtindolo enel mundo. Esto no quiere decir que los f i l.sofos hayantenido conciencia de esta represin, pero su empresa, como;vfuncionarios de la humanidad", fue la de tejer esas inmensas redes de pensamiento que inmovilizaban lo otradel pensamiento. Pero lo reprimido, como dice Freud,vuelve, insiste, y la "neurosis" de la clase dominante esese volver de la mater ia, ese emerger de los oprimidos;y esos oprimidos piensan, y su pensamiento se l lama Marx,Lenin, Gramsci o quien sea. Y all hay que pensar, desdelo reprimido, desde ese inconsciente social que como todo-inconsciente tiene, para lo consciente, una lgica contradictor ia, absurda.

    Tal prctica radical de la materialidad absoluta no t iene4 1

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    nombre porque no se ajusta a ninguno de los nombres conlos que se rinde cuenta de las prcticas de la burguesa.JEJl nico n om bre boy p osib le es e l d e poltic a revolucio naria. La prctica filosfica debe ser desconstruida y rede-finida en la perspectiva de la lucha. Esto no significa undesconocimiento de las corrientes que a travs de la historialaboraron, como expresin de clases y sectores de claseoprimidos, la necesidad de una prctica crtica descentrada(sofistas, escpticos, cnicos, moralistas, heterodoxos, nominalistas) . Tampoco se trata de una superacin, en sentidohegeliano. Es una prctica que no se fija y que no fija elfuturo en un deber-ser, que se acepta a s misma comonegacin, como prctica transgresora. Lo que se derrumba,y la mayor parte de los filsofos se dan cuenta de una uotra manera, es el l lamado episteme occidental. Se vivela poca del fin del logos: las ideas estallan, se vuelvenfragmentos, dispersin. Ya nada ni nadie las podr uniren un centro. Pero esta catstrofe conceptual que ocurre,aparentemente, en el mundo de las ideas, es una formade la catstrofe mundial de la burguesa. Lo que est envas de desaparecer es el mundo material al que expresanlos sistemas, y eso hace que stos se desperdiguen, se "desmigajen", no para dejar surgir un nuevo sistema, una nueva unidad, sino para que surja totalmente la falta de unidad. De esto no se puede deducir una especie de apologade la facilidad, sino una exigencia il imitada de rigor. Lasintervenciones, lejos de ser irresponsables,, por poner enjuego la vida y la muerte llevan el sello de una luctuosaresponsabilidad social. Los movimientos conceptuales adquieren soberana al desligarse del sometimiento a la claseburguesa: t ransgreden, destruyen, niegan, arrastran, conservan-, vuelven a empezar, avanzan, retroceden, giran, luchan. . . La teora, dijo Marx, no es la pasin del cerebro,sino el cerebro de la pasin.

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    Dos consecuencias fuertes se derivan de este desconocimiento: la primera se refiere a la relacin de Marx (Le-nin, Gramsci) con la filosofa en su conjunto; la segundaal concepto de ciencia (e ideologa). A partir de su Crticade la filosofa del E stado .de Hegel, Marx se separa definitivamente de Hegel. As lo sostiene no slo Mario Rossi(en su libro La gnesis del ma terialismo histrico, 2 , p .177, dice: " . . . d e forma que los estudiosos de M arx debieran convencerse de que no es preciso esperar al captulofinal de los Manuscritos del 44 para hallar una cr t ica deMarx a la dialctica hegeliana, ya que pueden buscarlaaqu, en el comienzo de la Crtica de la filosofa del Estadode Hegel, a no ser que se conformen con comprender deforma insuficiente la relacin Marx-hegel^ as como el pensamiento de Marx en general") , Galvano Della Volpe (enRousseau y Marx)? Mario Eal Pra (La dialctica enMarx), sino el propio Marx y Engels: en su "Eplogo ala segunda edicin" de El Capital, en 1873, Marx dice que"Hace casi treinta aos somet a crtica el aspecto mistificador de la dialct ica hegeliana. . ." y sintet iza su cr t ica:"Mi mtodo dialctico no slo difiere del de Hegel en cuanto a sus fundamentos sino que es su anttesis directa. ParaHegel el proceso del pensar, al que convierte incluso, bajoel nombre de idea, en un sujeto autnomo, es el demiurgode lo real; lo real no es ms que su manifestacin externa.Para m, a la inversa^ lo ideal no es sino lo material transpuesto y traducido en la mente humana"; y Engels: "elhecho de tomar Marx los motivos de la Filosofa del De-recho de Hegel, le permite llegar al conocimiento de queno es el Estado presentado por Hegel como 'corona deledif ic io ' sino que es la sociedad burguesa. . . e l mbitodonde debe buscarse la clave para entender el proceso deldesarrollo histrico de la humanidad". A part ir de estacrtica definitiva (vale decir de su ingreso al materialismo

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    absoluto) se abre la perspectiva de un nuevo tipo de pensamiento, no obstante la relacin con Hegel, que tanto lepreocupa a Althusser, sigue viva, latente, pero ya no esuna relacin de dependencia sino de destruccin-apropiacin: Marx lo vaca a Hegel, lo demuele, y el uso que hacedel mtodo dialctico (no slo de las categoras sino delprocedimiento, del movimiento expresivo, lo que es muchoms difcil y complejo de analizar), de los conceptos, etc.,es posterior a la destruccin global del sistema. Por esocarece de sentido el terror hegeliano de Althusser, quien,en lugar de estudiar cmo este nuevo pensamiento de clasese apropia de todos los elementos tiles para la lucha portransformar el mundo,, cree que la nueva Ciencia creadapor Marx corre peligro de ser corrompida, invalidada, porla infiltracin de los conceptos hegelianos. Un "misterio",que no podemos investigar aqu, es el hecho de la faltade inters de Althusser por la relacin Marx-Ricardo (basta leer el libro de Zeleny sobre La estructura lgica deEl Capital de Marx, para darse cuenta de la complejidadde esta relacin; no sin razn M. Dobb dice que 4rLa crticaa Ricardo fue su mtodo en su labor puramente terica"[Teora del valor y de la distribucin desde Adam Smith,p . 160]; pero en estos problemas, como en muchos otros,Althusser pasa por sobre la determinacin concreta pararefugiarse en un esquematismo hueco: nada sobre Ricardoy los postricardianos,, nada sobre el valor y el fetichismo,ni sobre la teora del derrumbe, ni sobre los problemassuscitados por El Capital; para l, olmpicamente, no existen Ghayanov, ni Rosental, ni Rubin, ni Srafa, ni Hilfer-"ding ni Grossman, ni Rosdolsky. etc. ; nada sobre elimperialismo y su discusin actual: todo est tratado amedias, por encima, como si l tuviera la clave de todoy dejara esa clave sobreentendida). Su teoricismo epistemolgico le produce una especie de estrabismo conceptual:

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    considera que un trmino hegeliano, o filosfico, implicatoda la problemtica propia de su contexto; y, consecuentemente, se dedica a expurgar a Marx de "conceptos" he-gelianos, hasta quedarse con los dos textos ya mencionados(glosas a W agner y crt ica al prog ram a de G oth a) . S iesto fuera as sera insuficiente su "caza de conceptos" yhabra que tachar todo Marx, as como a Lenin, Gramsci,etc. A part ir de la cr t ica radical a Hegel , Marx puedeutilizarlo, emplear sus conceptos en otro contexto, "coquetear" con su lenguaje, etc. No hay otra forma de ver estarelacin sino como un proceso de desmontaje, de utilizacin, de intertextualidad. De la misma manera Lenin seenfrenta con los empiriocriticistas, con los empiristas ingleses, con Hegel; y Gramsci con Croce: desde fuera. Talvez Althusser tendra razn si ellos fueran filsofos,, perono son filsofos; son voces de una clase cuyo designio estransformar el mundo.La segunda consecuencia se refiere al estatuto de la ciencia. En El Capital Marx dice que "En la medida en quees burguesa, esto es, en la medida en que se considera elorden capitalista no como fase de desarrollo histricamentetransitoria, sino, a la inversa, como figura absoluta y definitiva de la produccin social, la economa poltica slopuede seguir siendo una ciencia mientras la lucha de clasesse mantenga latente o se manifiesta slo episdicamente"(yo subrayo); ms adelante sost iene que cuando la burguesa conquist el poder poltico "la lucha de clases, tan-to en lo prcticjo como en lo terico,, revisti formas cadavez ms acentuadas y amenazadoras. Las campanas tocaron a muerto por la economa burguesa cientfica", y agrega "En la medida en que tal crtica [la crtica a la sociedadalemana que ya no poda hacer la economa 'burguesa ' ]representa, en general, a una clase, no puede representarsino a la clase cuya misin histrica consiste en trastocar

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    el modo de produccin capitalista y finalmente abolir lasclases: el proletariado".1 2 As Marx cuestiona radicalmenteel concepto de "ciencia", al introducir el concepto de "punto de vista", y al sostener que el ascenso de la lucha sealael momento de la muerte de la "ciencia burguesa". Marxse apodera masivamente de sus predecesores (basta conleer simplemente las "notas" de El Capital para asomarseal tremendo problema de la intertextualdad marxista),pero introduce el punto de vista,, la perspectiva de la clase,y entonces remodela ese todo terico en una mquina deguerra (refirindose a El Capital dice que le ha aplicadoa la burguesa un "golpe" terico del cual no se repondrj a m s ) ; pero este punto de vista niega, de hecho, la objetividad de la "ciencia". La ciencia intenqiona por definicin una Verdad, cmo podra aceptar, por lo tanto, laincorporacin a su coherencia absoluta de un "punto devista"? El espejismo del Saber, del conocimiento objetivo,tiene como modelo, en el conocimiento cientfico,, la idea(como seala Geymonat) de "mathesis universal is" . Enrealidad, pese al abandono moderno de la idea de verdad,siempre existe la pretensin (latente) de verdad. El problema no es tanto de las matemticas y de las cienciasnaturales, sino de las llamadas "ciencias sociales". Entendemos que a mayor abstraccin hay un grado mayor de"desinters": no existe una geometra proletaria, ni unafsica cuntica proletaria, ni una biologa proletaria (aunque a su debido tiempo Althusser acept la "ciencia" biolgica de Lysenko como "biologa proletaria") ; en estas"ciencias" el punto de vista de clases no es inmanente sino

    1 2 En su car ta a Engels del 30 de abr i l de 1868, despus de desarrol larsu teor a de la ganancia , concluye: "Finalmente, supuesto que esos t reselementos (salar io del t rabajo, renta del suelo, ganancia [ inters] son lasfuentes de las rentas de las t res clases , a saber la de los propietar ios terr ttonales, la de los capital istas y la de los obreros asalariados, l legamos a laconclusin de la LUCHA DE CLASES, en la que se descompone el movimiento y que es e l desenmascaramiento de toda esa mierda . . . "

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    que se expresa en la eleccin de prioridades, en la uti l izacin y en los beneficios. No ocurre lo mismo con algunasde las l lamadas ciencias sociales: estn ancladas tan profundamente ten la realidad social, ponen a prueba interesessociales de tal magnitud, que el punto de vista pasa a serconstitutivo. El problema que debe resolverse es si existeuna(s) ciencia(s) social proletar ia o s i e l proletar iadaes una crtica de la ciencia burguesa de la sociedad; si elproletariado, por medio de sus intelectuales, constituye unanueva ciencia (p or ejemplo la "ciencia de la his tor ia" ) asi es la crtica materialista absoluta de toda ciencia yhasta del lugar de la ciencia. En El Capital Marx no diceque ha construido una nueva economa poltica sino queha crit icado la economa polt ica ponindose en el puntade vista proletar io. El proletar iado sabe que no puede haber una ciencia (objetiva) de la sociedad, porque lo queexiste es su poderosa voluntad de transformacin revolucionaria que organiza los datos con miras a un fin, a partir de un inters que determina el todo. Ahora bien, a estose lo puede llamar ciencia? Desde mi punto de vista lanominacin es secundaria: lo importante es sealar la prctica revolucionaria como eje de constitucin de un mundoen proceso absoluto; esta prctica u-tpica es la que debeser tematizada para tratar de constituir un nuevo conceptodel conocimiento como necesidad de esa fuerza universalque, en la actualidad, est totalmente dirigida a vencer ensu lucha a m uerte contra la. bu rgu esa. P or lo tanto no podemos considerar la ciencia como una aproximacin a laverdad, sino como una organizacin de datos tendiente aun fin, como un intento poderoso de accin, de lucha, valedecir como verdad de una clase en su lucha mortal contraotra clase. La ciencia del proletariado deglute todo, es unamquina de devorar , de asimilar y expulsar: no t iene susede en la Universidad sino en la plenitud de la lucha;

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    no es un conocimiento por el conocimiento mismo sino laapropiacin conceptual de la realidad desde un punto devista y para la transformacin del mundo. Cmo catalogar a esta "ciencia" que le ha dado a una clase un instrumento de lucha mundial y que ha participado en esas"terribles guerras" y movimientos revolucionarios de quehahla Marx y que han dejado millones de muertos comotributo de la lucha por una nueva sociedad? La verdad,en sentido materialista, es un acto de fuerza, de poder (nopor decreto, sino capital y masivamente en el cuerpo soc i a l ) . Pensar la teora sin pensar el cuerpo de esa teoraes metafsica, aun cuando se hable de "teora marxista".Pensar el marxismo sin el proletariado, sin las revoluciones, sin la sangre y el dolor de la "clase universal", esconvertir al marxismo en una "ciencia universitaria". Tododiscurso terico est inscrito en el cuerpo social; toda teora es fuerza terica de una clase, y slo por hbito meta-fsico puede ser hipostasiada como Teora. El texto filosfico es un texto fantasmtico cuyo sentido est en otrolugar, en otra escena (vale decir que es un texto shi verdad) que lo justifica; tomado en s es, por lo tanto, untexto paranoico: pero, por otra parte, es expresin de unaclase (su fantasma) y slo puede ser desconstruido en lalucha de clases. Esto no significa plantear su ignoranciasino la travesa del texto filosfico, pero no para su aceptacin (teo