Amélie Nothomb Denuncia La Crueldad- Ácido Sulfúrico

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Amélie Nothomb denuncia la crueldad: Acido sulfúrico Mª del Carmen Fernández Díaz Prof. Titular de Filología Francesa Facultad de Humanidades de Lugo Universidad de Santiago de Compostela [email protected] Localice en este documento Resumen: ¿Qué hacer en un mundo que ha confundido la realidad y la ficción? Eso es lo que Amélie Nothomb se plantea en Acido sulfúrico. Insensibles ante el sufrimiento ajeno, por exceso de imágenes que aturden, los telespectadores se sienten ávidos de novedades, cuanto más impactantes mejor. Y, habiendo perdido la consciencia de la línea que separa el bien del mal, no dudan en condenar a muerte a los “actores” que ante sus ojos luchan por sobrevivir. Denuncia cruel de la sociedad actual, deformada por los medios de masas, la novela encierra también otras reflexiones y un deseo de redención que sólo consigue a través del poderoso y primario instinto sexual, convertido finalmente en amor. Palabras clave: Amélie Nothomb, narrativa francesa, Amo- Esclavo, Salvación Acido sulfúrico, novela publicada por vez primera en el año dos mil cinco, es uno de esos libros que no dejan indiferente al lector. La descripción de la maldad humana, del morbo que

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Ácido sulfúrico

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Amlie Nothomb denuncia la crueldad:Acido sulfricoM del Carmen Fernndez DazProf. Titular de Filologa FrancesaFacultad de Humanidades de LugoUniversidad de Santiago de [email protected]

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Resumen:Qu hacer en un mundo que ha confundido la realidad y la ficcin? Eso es lo que Amlie Nothomb se plantea enAcido sulfrico. Insensibles ante el sufrimiento ajeno, por exceso de imgenes que aturden, los telespectadores se sienten vidos de novedades, cuanto ms impactantes mejor. Y, habiendo perdido la consciencia de la lnea que separa el bien del mal, no dudan en condenar a muerte a los actores que ante sus ojos luchan por sobrevivir.Denuncia cruel de la sociedad actual, deformada por los medios de masas, la novela encierra tambin otras reflexiones y un deseo de redencin que slo consigue a travs del poderoso y primario instinto sexual, convertido finalmente en amor.Palabras clave:Amlie Nothomb, narrativa francesa, Amo-Esclavo, SalvacinAcido sulfrico, novela publicada por vez primera en el ao dos mil cinco, es uno de esos libros que no dejan indiferente al lector. La descripcin de la maldad humana, del morbo que despierta en el espectador el sufrimiento ajeno, pocas veces ha sido escogido como argumento nico de una historia de ficcin, si exceptuamos aquellas basadas en el triste episodio del Holocausto. Y Amlie Nothomb confiesa en este libro ms de una vez que ha establecido un paralelismo entre la bochornosa historia de los campos de concentracin y de exterminio, y su propia novela. Una historia en la que la vida y la muerte son objeto de exhibicin y penden nicamente de un voto a distancia, de una simple tecla que parece, por su virtualidad, eximir al que la aprieta de cualquier cargo de conciencia.De igual modo, en una sociedad en la que prima la imagen y la apariencia, en la que la prdida de valores humanos se ha suplido con el omnipotente brillo del dinero o, en todo caso, con su oropel, la frustracin de una vida vaca se sustituye por la tele realidad, como en el caso de este libro.Se trata, evidentemente, de un espectculo efmero, que necesita ofrecer platos fuertes para atraer la atencin y, como el pblico ya lo conoce todo o casi todo, se siente asqueado y aburrido. Es preciso darle ms, atraerlo de manera poderosa y, para ello, dos resortes todava se muestran infalibles: el sexo y la muerte.El primero, instinto hasta cierto punto animal; instinto primario y ciego. El segundo, liberador de la agresividad y la violencia intrnsecas al ser humano. Ambos motores luchan por oponerse al sistema cvico establecido y, cuando se convierten en delictivos, en aberrantes, ante la imposibilidad de practicarlos sin castigo, se explayan y deleitan ante una pantalla de televisin, ante un programa, Concentracin, que muestra sin consecuencias las ms oscuras pulsiones, demasiado comunes, tal como relata la autora.Y, frente a todo ello, el bando contrario, el de las vctimas, que no por ser tales constituyen un grupo en el que nicamente predomina la bondad, como casi siempre sucede en la vida real.Segn algunas voces, sta no es la mejor novela de Nothomb. No nos atrevemos a afirmarlo de manera tan rotunda. Proclamamos no obstante que la autora conoce a la perfeccin el alma humana y resulta sorprendente que as sea, teniendo en cuenta que todava es una persona relativamente joven.[1]Da la impresin de que ha vivido demasiado de prisa y de que su consideracin sobre el comportamiento de sus congneres es francamente demoledora. Sin duda, no es ajena a su propia pertenencia al mismo grupo, y de ah su humor cido, que aparece tambin en muchos de sus otros libros, y que transmite una sonrisa socarrona que el lector no puede dejar de esbozar.Nothomb nos observa en la portada de esta novela con mirada inquisitiva y da la impresin de reflexionar sobre la condicin humana. En su rostro se dibuja un rictus un tanto amargo y su mirada denota la decepcin del que se ha percatado de la verdad de las cosas y ya no puede soar.Cierto es que en todas sus novelas, o casi, aparece en la portada, fotografiada, pero la pose adoptada enAcido sulfricoes preludio del contenido amargo y lcido, de la historia desgarradora que el lector sigue casi sin pestaear, obviando los silencios, las lagunas que la autora establece y siguiendo su ritmo rpido, conciso, conducente a un desenlace siempre dudoso.[2]La protagonista de la historia, como sus compaeros de suplicio, ha sido condenada a perder su identidad, ha perdido su nombre y se ha convertido en un nmero, como todos los dems. La kapo Zdena, que es su doble antagnico, no puede impedir sentirse atrada por su belleza y pronto sus emociones la conducen a un profundo enamoramiento. Se da as el par opuesto, la anttesis tantas veces explotada por los escritores; el bien y el mal, la belleza y la fealdad, tanto fsica como moral.Ahora bien, todo amor exige conocimiento, acercamiento, capacidad de nombrar aquello que uno ha erigido en absoluto. Desde el momento en que la bella prisionera se niega a facilitar su nombre a su torturadora, el binomio fuerte-dbil se ha invertido, ya que Zdena necesita saber y la ignorancia aumenta su dependencia:-Sin saber si esta pregunta estaba autorizada, Zdena se acerc a la joven con cierta discrecin en el momento de las obras del tnel y le susurr al odo :Cmo te llamas?Pannonique dirigi hacia ella un rostro estupefacto.Cul es tu nombre?-volvi a murmurar la kapo.CKZ 114 neg con la cabeza con una expresin definitiva. Y volvi a quitar las piedras y los escombros.Derrotada, Zdena agarr su baqueta y moli a golpes a la insolente. Cuando por fin se detuvo, al lmite de sus fuerzas, la vctima, pese al sufrimiento, le lanz una mirada divertida que pareca decir:Si crees que con estos mtodos vas a doblegarme...!Soy una imbcil, pens la kapo.Para conseguir lo que quiero, la destruyo.[3]En toda relacin desigual, el que se cree amo termina dependiendo emocionalmente de su esclavo. As sucede en la novela. Zdena lo arriesgar todo por la joven y lograr salvarla de la muerte. Sin apenas darse cuenta, su amor la ha redimido. Su amor, que ella crea simple deseo insatisfechoLos ltimos pasajes del libro nos las presentan juntas, una vez superada la aventura. Y de nuevo ser el nombre el que opere el milagro. Escucharlo en voz alta de labios del ser amado significa ser aceptado por l y especialmente valorado. Pronunciar el nombre idolatrado y ensalzado equivale a tener la aquiescencia de quien lo escucha. Intercambiarlos en la misma conversacin supone acercamiento definitivo, aunque slo sea a nivel afectivo. Y es entonces cuando el amor se despega del simple deseo y demuestra su inmenso poder. Sirva para demostrarlo el siguiente dilogo del libro:Tengo que expresarle la admiracin y la gratitud que siento por usted. Es una necesidad, Zdena. Necesito decirle que es la persona ms importante de toda mi vida.Espera. Cmo has dicho? .la persona ms importanteNo. Me has llamado por mi nombre.Pannonique sonri. La mir fijamente a los ojos y dijo :Nunca la olvidar, Zdena.Esta se estremeci de la cabeza los pies.Sigue sin llamarme por mi nombre, eso tambin es lo que quera decirle.Zdena inspir profundamente, clav sus ojos en los de la joven y, como quien se lanza al vaco, dijo:Me siento feliz de saber que existes, Pannonique.De lo que Zdena sinti en aquel instante, Pannonique slo vio la onda indescriptible que la atraves. Subi inmediatamente al tren y ste su puso en marcha.[4]En este libro se repite la estrategia narrativa de la autora consistente en creerse Dios por un momento. Cierto es que Pannonique parece constituirse en su sucedneo, teniendo en cuenta su belleza y su bondad. As la consideran tambin sus compaeros de cautiverio. Resulta lgico que ella misma llegue a pensarlo. Ahora bien, ser Dios no es fcil. Hay que tomar decisiones y no siempre son acertadas. Queriendo hacer el bien, Pannonique est a punto de acarrearle la muerte a su mejor amiga. Tambin, sin poder evitarlo, detesta a una de sus compaeras, porque es malvada y adems anciana :Pannonique reventaba de odio hacia aquella mujer y soaba con su muerte. Por ms que intentaba razonar, repetirse que no era ZHF 911 quien haba creado Concentracin senta sus uas transformarse en garras con slo verla. Y cuando de noche oa los gritos de la apestada, arda en deseos de estrangularla con sus propias manos.Qu fcil sera ser Dios si no existiera ZHF911!Se rea de lo absurdo de semejante reflexin : en efecto, sera fcil ser Dios si el mal no existiera, pero entonces tampoco habra ninguna necesidad de Dios.[5]Cuando faltan respuestas, el ser humano dirige su mirada hacia ese ideal de perfeccin que lleva inscrito en su interior, clama por salir a flote, apuesta por el lado luminoso, pero se da cuenta de que su propio interior tampoco es unvoco, de que no est exento de penumbras, y es entonces cuando aora aquello de lo que carece.Una vez ms, slo el amor es fuente de alegra y de salvacin. La autora lo sabe y lo recalca una y otra vez a lo largo del libro. La asimilacin de la protagonista con Jesucristo[6]en ms de una ocasin no deja de poner en tela de juicio la actitud de un salvador que se erige en vctima propiciatoria sin que sus congneres se lo hayan pedido.Tampoco sus compaeros se lo han pedido a Pannonique y constatan que ella misma, con su entrega, se pone en el disparadero y en el punto de mira de un juicio que tiende a considerarla como temeraria. Convertirse en Dios tambin lo es. Entonces, a la protagonista slo le resta la rebelin :Dios resulta tanto ms necesario cuanto ms evidente es su ausencia. Antes de Concentracin, Dios era para Pannonique lo mismo que para la mayora de la gente: una idea. Resultaba interesante examinarlo y apasionante pensar en los vrtigos que poda producirDesde su detencin, Pannonique senta una atroz necesidad de Dios. Tena deseos de insultarlo hasta hartarse. Si tan slo hubiera podido responsabilizar a una presencia superior de aquel infierno, habra experimentado el consuelo de poder odiarlo con todas sus fuerzas y colmarlo con las injurias ms violentas. Por desgracia, la indiscutible realidad del campo era la negacin de DiosLa ausencia de Dios era un hecho establecido[7]Descubrimos de este modo la autntica esencia de esta novela, que va ms all de la simple parodia de una sociedad vaca y vida de fuertes emociones. Vemos con claridad que el libro plantea el eterno dilema de la existencia del mal y la aparente indolencia divina; la eterna pregunta, el lamento sin fin del ser humano, que no entiende la perversidad del destino y vuelve sus ojos hacia la justicia divina, que parece ausente.Nothomb pone de relieve la ineficacia de dicha bsqueda, la inutilidad del lamento, y encara al lector con su propia condicin. Slo del hombre se puede esperar. Es ms; es posible que el propio ser humano corrija su conducta, aunque para ello tenga que verse sometido a sentimientos imprevistos, como un enamoramiento. Es el caso de Zdena.Tambin el amor domina al prisionero EPJ 327, siempre infatigable en su devocin por Pannonique; siempre admirndola y contentndose con las migajas de afecto que ella le devuelve, incluso al final de la historia, cuando Pannonique afirma :He decidido hacer feliz a los dems.Ah- dijo Pietro Livi ( EPJ 327 ), consternado ante la idea de ver a la sublime Pannonique entregndose a la beneficencia- Y cmo piensa hacerlo? Se va a convertir en dama de beneficencia?No. Estoy estudiando violonchelo.Ri de alivio.Violonchelo? Eso es magnfico. Y porqu el violonchelo?Porque es el instrumento que ms se parece a la voz humana.[8]Extrao desenlace para una historia crispante. Cmo suena el violonchelo?, cmo un lamento? Tal vez, pero su voz es en todo caso dulce y teraputica.Cuando las circunstancias son adversas, algunos individuos se arman de valor y las denuncian. Lo contrario significa seguir dcilmente al rebao. Pannonique no quiere doblegarse. Ser esa lucha interior la que al final triunfe, la que consiga la liberacin no slo de s misma, sino tambin del resto de sus compaeros.Haciendo frente al enemigo invisible, en este caso el espectador invisible, se pondr en el punto de mira. Su gesto temerario ser una apuesta al cincuenta por ciento. La primera vez, vencer. La segunda, ser condenada. Pannonique mira a la cmara y denuncia al espectador, ltimo responsable de que el programa siga en marcha. Por inesperado, su discurso incluso es aplaudido, se integra en el espectculo. Ahora bien, repetir la hazaa es lanzarse directamente al vaco, enojar a quien la mira, que ya conoce el truco; provocar que los deseos de venganza puedan ms que la admiracin. Y as sucede cuando Pannonique afirma :Creen estar en una situacin de fuerza porque nos ven y nosotros no les vemos a ustedes. Se equivocan, les veo! Veo a aquellos que nos miran estpidamente, tambin veo a los que creen mirarnos inteligentemente, a los que dicen :Miro para ver hasta dnde pueden llegar los que se rebajany que , al hacerlo , se rebajan todava ms que ellosVan a verme morir sabiendo que les estoy viendo! [9]En ese momento, Pannonique ha firmado su sentencia de muerte. La misma sociedad que la salv por ser hermosa, tambin por ser dscola y valiente, la condena ahora por las mismas causas. Como un monstruo vido, la sociedad fagocita a sus propios dolos; necesita variedad, se harta de lo mismo. En suma, recurre a superar su necesidad de emocin destruyendo lo que la produce. Es el paroxismo.La autora denuncia no solamente esto, sino tambin la insensibilidad que se ha apoderado de la masa, acostumbrada a que le sirvan su dosis de violencia y de crueldad diaria. Va ms all y se pregunta por el destino cruel de los que no se adaptan ni se doblegan. La similitud, la emulacin son patrones imperantes. El que transgrede esas normas es un excluido, un paria o, en el peor de los casos, un marginado. Por eso, una y otra vez en su novela, Nothomb recuerda los campos de exterminio, alude a esa historia reciente en la que se elimin con la excusa de la conservacin de una raza. Concentrarin, se titula el programa. En l ha de verse algo ms que una parodia de los medios de masas. Se trata tambin de una advertencia contra todo tipo de totalitarismo.Amlie Nothomb no es una autora menor. Sin grandes aspavientos retricos, transmite mensajes y lo hace adems con un lenguaje fresco, actual; con una prosa vivaz, que no fatiga al lector.Si un libro encierra la totalidad del mundo o al menos una parte de l, conviene preguntarnos porqu sus novelas atrapan de este modo a quien las lee. Tal vez porque ponen el dedo en muchas llagas y, a la vez, como tambin la literatura es magia y realidad virtual, no arremete directamente, aunque haga pensar. Al final, todo escritor que se precie es un moralista. Y hemos visto que, entre los mltiples perfiles de este libro, podemos reflexionar sobre temas que poco tienen que ver con la realidad de la pequea pantalla, aunque tambin. Al fin y al cabo, los medios de comunicacin son un reflejo de la vida circundante. Y la vida destaca por su belleza, pero tambin por su crueldad.Notas:[1] Amlie Nothomb naci en Kobe (Japn), en 1967. Hija de embajador, desde su primera novela, Higiene del asesino, es una de las autoras en lengua francesa ms ledas y con mayor xito internacional. Entre sus numerosas novelas, en las que ha creado un universo propio y sin duda singular, figuran Estupor y temblores, Gran Premio de la Academia Francesa, Metafsica de los tubos, premio Arcebispo San Clemente, otorgado en Santiago, El sabotaje amoroso, Cosmtica del enemigo y Biografa del hambre, por citar slo algunas de las ms conocidas. Acido sulfrico, objeto de este estudio, fue su decimocuarta obra. La novelista es infatigable y cada ao en el mes de septiembre ofrece a sus lectores una nueva obra.[2] Buscando audiencia, un equipo de televisin hace una redada por las calles parisinas y apresa a los participantes en el reality show. Si eleccin es al azar. Todos son susceptibles de caer en la redada, jvenes, ancianos e incluso nios. Trasladados al plat en vagones precintados, son internados en un campo en el que otros concursantes desempean el papel de kapos. Las cmaras los vigilan. Los prisioneros son golpeados y humillados. A travs del tele voto, cada semana los espectadores pueden ejecutar a uno de ellos. Pannonique, estudiante bella y joven, se convierte en el nmero CKZ 114. La hipocresa de los que protestan ante tal programa y no obstante lo siguen y lo votan resulta esclarecedora. Es la denuncia de una sociedad en la que incluso la denuncia airada se ha convertido en una parte del engranaje.[3] Cf. NOTHOMB, A.; (2007) ,Acido sulfrico, ed. Anagrama, Barcelona, pp. 29-30.[4] Cf. NOTHOMB, A., op.cit., pp. 161-162-[5] Idem, p. 67.[6] Amlie Nothomb reconoce ser una lectora asidua de la Biblia ( el Nuevo Testamento cuando era pequea- que lea como una historia de amor, el Antiguo desde los once y los doce aos )Adems considera a Cristo como un hermoso personaje novelesco. Esto explica en parte que su libros estn repletos de intertextualidad bblica, Vid. ZUMKIR, M., (2003)Amlie Nothomb de A Z,portrait dun monstre littraire, edit. Le Grand Miroir, p.21[7] NOTHOMB, A., op. cit., pp. 60-61.[8] Idem, pp. 165-166.[9] Cf. NOTHOMB, A., op. cit., p. 152.M del Carmen Fernndez Daz 2011Espculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de MadridEl URL de este documento es http://www.ucm.es/info/especulo/numero47/acidosu.html