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Una ventana abierta al mundo

Marzo 1972 (año XXV) - España : 26 pesetas

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Foto Embajada del Brasil, París

TESOROS

DEL ARTE

MUNDIAL

(J) Brasil

La Biblia de un mulato

Las esculturas monumentales de piedra policromada que el Aleijadinho ejecutó para las iglesiasdel Estado de Minas Gérais, en el Brasil, constituyen una de las expresiones más originales delbarroco latinoamericano. La fotografía muestra cuatro de los doce Profetas que se yerguen en laescalinata del atrio de la iglesia de Matosinhos, en Congonhas do Campo. El Aleijadinho, escultory arquitecto brasileño cuyo verdadero nombre era Antonio Francisco da Costa Lisboa (1730-1814), era hijo de padre portugués y de madre africana. El grupo de los Profetas, así como lasestaciones del Vía Crucis con todas sus capillas y sus 66 esculturas, fue ejecutado cuando elartista tenía 60 años de edad y sufría de las secuelas de una terrible enfermedad, lo que expli¬ca su sobrenombre cariñoso de Aleijadinho, es decir "el Baldadito". Su voluntad creadora eratan grande que, según cuenta la leyenda, hacía atarse con ligaduras el cincel y el martillo a losmuñones de los brazos.

El CorreoMARZO 1972

AÑO XXV

PUBLICADO EN 12 IDIOMAS

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Hebreo

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Publicación mensual de la UNESCO

(Organización de las Naciones Unidas parala Educación, la Ciencia y la Cultura).

Venta y distribuciónUnesco, Place de Fontenoy, París-7-,

Tarifa de suscripción anual : 17 francos.Bienal : 30 francos.

Número suelto : 1,70 francos; España :26 pesetas.

Los artículos y fotograflas de este número que llevan elsigno © (copyright) no pueden ser reproducidos. Todoslos demás textos e ilustraciones pueden reproducirse, siempreque se mencione- su origen de la siguiente manera : "DeEL CORREO DE LA UNESCO", y se agregue su fechade publicación. Al reproducir los artículos y las fotos deberáconstar el nombre del autor. Por lo que respecta a las foto¬grafías reproducibles, serán facilitadas por la Redacciónsiempre que el director de otra publicación las solicitepor escrito. Una vez utilizados estos materiales, deberánenviarse a la Redacción tres ejemplares del periódico o revistaque los publique. Los artículos firmados expresan la opiniónde sus autores y no representan forzosamente el punto devista de la Unesco o de la Redacción de la revista.

Redacción y AdministraciónUnesco, Place de Fontenoy, Parls-7»

Director y Jefe de RedacciónSandy Koffler

Subjefe de RedacciónRené Caloz

Asistente del Jefe de Redacción

Olga Rodel

Redactores PrincipalesEspañol : Francisco Fernández-SantosFrancés : Jane Albert Hesse

Inglés : Ronald FentonRuso : Georgi StetsenkoAlemán : Hans Rieben (Berna)Arabe : Abdel Moneim El Sawi (El Cairo)Japonés : Hitoshi Taniguchi (Tokio)Italiano : Maria Remiddi (Roma)Hindi : Kartar Singh Duggal (Delhi)Tamul : N.D. Sundaravadivelu (Madras)Hebreo : Alexander Peli (Jerusalén)Persa : Fereydun Ardalan (Teherán)Redactores

Español : Jorge Enrique AdoumInglés : Howard BrabynFrancés : Nino Frank

Documentación : Zoé Allix

Ilustración : Anne-Marie Maillard

Composición gráficaRobert Jacquemin

La correspondencia debe dirigirse al Director de la revista.

1972

Año

Internacional

del Libro

Página

4 TRAYECTORIA Y PRESENCIADE AMERICA LATINA

por César Fernández Moreno

10 LITERATURA Y SUBDESARROLLOEN AMERICA LATINA

por Antonio Candido

13 GRANDES TEMASDE LA CREACIÓN ARTÍSTICA

17 UN ARTE ORIGINAL ABIERTO AL MUNDO

por Jean Franco

18 LA CIUDAD EN EL PAISAJE

23 LOS BARROTES DE LA REALIDADEl artista en la sociedad latinoamericana

por Jorge Enrique Adoum

27 LA LITERATURA LATINOAMERICANACRISOL DE CULTURAS

por Rubén Bareiro Saguier

33 LATITUDES Y LONGITUDES

34 LOS LECTORES NOS ESCRIBEN

2 TESOROS DEL ARTE MUNDIALLa Biblia de un mulato (Brasil)

Cartel de Rulz Durand

Foto © Vauthler - Decool

Nuestra portada

Tupac Amaru, el jefe mestizo perua¬no del siglo XVIII, descendiente delúltimo inca, en un original cartel delPerú destinado a apoyar la actualreforma agraria: he aqui una imagenexpresiva de la América Latina dehoy, de su cultura en plena flora¬ción. Mestizaje histórico, aportesculturales y raciales múltiples, mo¬dernidad y viejas raices, desarrolloy subdesarrollo... son factores queindividualizan vigorosamente al vas¬to conjunto cultural latinoamericano.De algunos de sus aspectos másgenerales trata el presente númerode «El Correo de la Unesco». TúpacAmaru (José Gabriel Condorcanqui),-sabio señor, padre justo» como lellamó Pablo Neruda, se sublevó con¬

tra la dominación colonial española,siendo ejecutado en 1781.

Desde 1967, la Unesco lleva a cabo un vasto estudio de las culturas

de América Latina, en sus más variadas expresiones. El plan abarca

la literatura, la arquitectura y el urbanismo, las artes plásticas,la música, las artes del espectáculo y una historia de las ¡deas.

Bajo el título general de «América Latina en su cultura», la Orga¬nización va a iniciar próximamente, en colaboración con unaeditorial de la región, la publicación de sendos volúmenes, en cuyoplaneamiento y redacción participan numerosos expertos latino¬americanos. En su mayoría, los textos que integran este númerode «El Correo de la Unesco» aparecerán en forma más amplia yelaborada en varios de esos volúmenes. Se incluyen, además, citas

significativas de grandes escritores contemporáneos del continente.Con ello, «El Correo de la Unesco» trata de presentar a sus lectores

algunos aspectos importantes de la cultura del llamado «continentemestizo», cultura que, por la admirable síntesis de ideas y de razasque ofrece, por el vigor y la originalidad de sus realizaciones litera¬rias y artísticas, despierta creciente interés en el mundo entero.

En ningún pais latino¬americano se quierevivir más de presti¬gios fumigados por lahistoria. La actualidaduniversal nos envuel¬

ve dramáticamente ydramáticamente nos

exige una definicióninmediata : o el pasa¬do de servidumbre ola transformación de

las formas originalesde nuestra sociedaden una convivencia

digna, donde la dis¬tribución de los bie¬nes materiales no se

oponga a la libertad.Alfredo Pareja

Diezcanseco

(Ecuador)

TRAYECTORIA Y PRESENCIA

DE AMERICA LATINApor César Fernández Moreno

Sao Paulo, la ciudadbrasileña de los rascacielos

y uno de los másimportantes centrosindustriales de América

Latina. Su poblaciónse calcula en 6 millones

de habitantes.

«A,

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IMERICA es el país delporvenir. En tiempos futuros se mos¬trará su importancia histórica, acasoen la lucha entre América del Norte

y América del Sur... Es un país denostalgia para todos los que estánhastiados del museo histórico de la

Vieja Europa... Lo que hasta ahoraacontece no es más que el eco delViejo Mundo y el reflejo de ajenavida. Mas, como país del porvenir,

CESAR FERNANDEZ MORENO, ensayistay poeta argentino, ha escrito numerososensayos sobre cuestiones culturales, entrelos cuales cabe destacar Introducción a lapoesía (México, Fondo de Cultura Econó¬mica, 1962), La realidad y los papeles (Ma¬drid, Aguilar, 1967) y Argentina (Destino,Barcelona, de aparición inminente). Comopoeta su obra principal es Argentino hastala muerte (Editorial Sudamericana, BuenosAires, 1963; traducida al francés por ClaudeCouffon, Editorial P.-l. Oswald, París, 1969).Ha sido fundador y director de revistasy corresponsal de diarios y publicacionesperiódicas, además de colaborar en la radio,la televisión y ef c/ne como crítico y comoautor. Actualmente es miembro de la Secre¬taria de la Unesco, donde tiene a su cargodesde 1968 el programa de estudios que laOrganización está llevando a cabo sobre losdiversos aspectos de la cultura de AméricaLatina y al que nos referimos en la notaIntroductoria de arriba.

América no nos interesa, pues el filó¬sofo no hace profecías.»

Ha pasado siglo y medio desde queHegel hizo esta profecía sobre Amé¬rica, mientras estaba diciendo que senegaba a hacerla. Lo que para él eraporvenir, ya es presente para Amé¬rica; el continente que para él eranaturaleza, es historia ya. El hablabade América del Norte y América delSur: en la del norte se implanta ac¬tualmente la nación más fuerte del

mundo; la del sur, bajo su nombreactualizado de América Latina, repre¬senta una de las ideas más dinámicas

del mundo actual.

Una serie de factores la han pro¬movido al primer plano de la expecta¬ción pública. El primero es la explo¬sión demográfica; su crecimientocontinental es el mayor del mun¬do: 2,9% anual. Actualmente cuentacon más de 270 millones de habitan¬

tes, irregularmente distribuidos en21 millones de kilómetros cuadrados.

Esta explosión, que se produce en elcontexto económico llamado subdesa¬

rrollo, amenaza con transformarse, asu vez, en explosión política. Pero loque ahora nos interesa específica

mente es que, a partir de esta cadenade explosiones o explosión en cadena,América Latina va anticipando otra:la cultural.

Y, sin embargo, la expresión Amé¬rica Latina sigue siendo notoriamenteimprecisa. ¿Qué es la América Latina?En primer término ¿por qué latina?

Entre las naciones que realizaron eldescubrimiento, conquista y coloniza¬ción del nuevo continente, tres eranlingüísticamenta latinas: España, Por¬tugal y Francia. La más vasta concep¬ción histórica de la región, por lo tanto,debería englobar todas las tierrasdel nuevo continente que hubieran sidopobladas por esas potencias, opues¬tas en bloque a la América anglosa¬jona, concentrada en el norte.

Con respecto a la composición ac¬tual de la América Latina, el mexicanoJosé Luis Martínez puntualiza que «esalgo más compleja que el simple es¬quema que subsistía hasta mediadosdel siglo. El conjunto original de vein¬tiún países subsiste (Argentina, Boli¬via, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cu¬ba, Chile, República Dominicana,Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras,

SIGUE EN LA PAG. 6

Foto © tomada del libro .Buenos Aires», fotografías de Alicia D'Amlco y Sara Fado, texto de Julio Cortázar, Editorial Sudamericana, Buenos Aires

TRAYECTORIA Y PRESENCIA DE AMERICA LATINA (viene de la pág. 4)

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México, Nicaragua, Panamá, Paraguay,Perú, Puerto Rico, El Salvador, Uru¬guay y Venezuela). Sin embargo,Puerto Rico es un Estado Libre Aso¬

ciado a los Estados Unidos y lospuertorriqueños tienen la ciudadaníaestadounidense. Después de 1960 sehan creado cuatro nuevos países: Ja¬maica, Barbados, Trinidad y Tobago yGuyana, de lengua inglesa predomi¬nante, que forman parte del BritishCommonwealth of Nations.»

La Conquista del siglo XVI aniquilóprácticamente las grandes culturasmesoamericana y andina pero, al mis¬mo tiempo, les dio nueva vida dialéc¬tica en cuanto las transformó en el

terminus ante quem de un proceso deoccidentalización. Este proceso tam¬bién afectó a los restantes pobladoresde América, que detentaban en aquelmomento grados inferiores de evolu¬ción: los que genéricamente eran lla¬mados indios por los descubridores,inducidos por el gigantesco error geo¬gráfico que los llevaba a creer que ha¬bían llegado a Asia.

En el Interior de la actual América

Latina debe destacarse además la pre¬sencia de otro mundo radicalmente nolatino: el africano.

En la región del Caribe tuvo lugardurante los siglos XVI y XVII el des¬piadado fenómeno de la trata: la ins-trumentalización de los hombres de

un color por los hombres de otro co¬lor. Cien millones de negros fueron«cazados» y trasladados de Africa; sólouna tercera parte de ellos pudo llegara su destino americano. Sin embargo,este proceso tuvo el sorprendente re¬sultado que ahora podemos ver: quelos esclavos retribuyeron a sus amostransmitiéndoles todo lo que pudieronconservar.de su cultura, enseñádolesmuchas cosas: desde cantar y bailarhasta luchar por su libertad.

Esta América africana se hace sentirfuertemente no sólo en la zona Inter¬

media que es la región del Caribe, sinoen sus fronteras con las otras zonas,o sea, el norte de América del Sur y elsur de América del Norte. De tal

modo, esta interposición constituye ala vez una barrera y un camino, y entodos los casos un enriquecimiento.

Dentro de tal complejo de relacionesen América Latina, son casi infinitas lasposibilidades de acciones y reaccionesy, paralelamente, la tentación intelec¬tual de subsumir sus problemas enotros próximos o análogos.

El gran ensayista argentino EzequielMartínez Estrada, por ejemplo, tiendea asimilar los problemas latinoameri¬canos con los africanos y enfatiza los«factores de la vida nacional pertene¬cientes a un tipo de historia al queno convienen los patrones que había¬mos tomado antes del modelo, y sí delos países africanos donde la esclavi¬tud y la servidumbre le presentan alobservador perspicaz, con similitudesuniversales y típicas, formas de vivircomunes a los pueblos que aparente¬mente ejercen su soberanía».

La idea de la región se nos vuelveasí más problemática a medida que in¬tentamos adentrarnos en ella. El so¬

ciólogo Gino Germani señala dos con¬cepciones polares, «diametralmenteopuestas entre sí, pero coincidentesen acordar una existencia real a Amé¬

rica Latina». La primera «insiste sobreel carácter latino, o grecorromano,cristiano, hispánico o ibérico del sub-continente americano». En la segunda,«América Latina es vista como una

unidad no solamente en términos

culturales y sociales, sino también ysobre todo en términos políticos...El factor unificante se origina en unobjeto externo, antagónico y amena-

¿EL SIGLODEL PUEBLO?

Una visión esquemática dela leyenda de nuestros si-g/os /levaría a estas conclu¬siones: que el siglo XVI fueel siglo de los conquistado¬res, en que entró el pueblode España con sus capita¬nes a cubrir con una sola

bandera un continente de

esperanzas ; el XVII fue elde los progenitores, en quese formó un pueblo nuevopara gozar de esa tierra; elXVIII fue el de los precur¬sores, que anunciaron lalibertad; elXIX fue el de loscaudillos, que desprendie¬ron de España al mundoamericano y que enseñaronel poder de la muchedum¬bre puesto ba/o sus bande¬ras. Siguiendo ese ritmo dela escala, cabe preguntarahora : ¿ Será el XX el siglodel pueblo ?

Germán Arciniegas(Colombia)

A la izquierda, obreros de uncentro industrial de Buenos Aires.

A la derecha, un indio transportauna carga de ollas de barro enel mercado de Chichicastenango,República de Guatemala.

zante». Si bien en la primera de estashipótesis el factor central parece sercultural y en la segunda político, debeobservarse que ambas están limitadaspor otro que es geográfico: en la pri¬mera se habla del «subcontinente ame¬

ricano», en la segunda de un «objetoexterno».

Estas peticiones de principio soncasi inevitables en toda conceptua-lizaclón de América Latina. Tampocoserviría un criterio meramente racial,que opusiera los latinos a los anglo¬sajones. Y ésto, no sólo por la pre¬sencia de los indios, de los africanosy de los variados inmigrantes ulterio¬res, sino también por la ¡nescindiblemezcla de todas esas razas que se daejemplarmente en muchas islas de lasAntillas, donde se confunden bajo laamplísima denominación de latina lassangres indígena, hispánica y africana(un caso detonante es Haití, país demayoría negra y donde se habla fran¬cés). Y asimismo por la indudable pe¬netración racial y social de los lati¬nos en la zona sur de los Estados Uni¬

dos; en este caso, la América Latinava Invadiendo desde abajo a la anglo¬sajona, merced a una especie de capi-laridad demográfica que sube a travésde Puerto Rico, México, Cuba, y pare

cería que tiende a compensar, a basede fertilidad, los territorios latinos quefueron perdidos durante el periodo for-mativo de las nacionalidades.

Tampoco sería aceptable una con¬cepción puramente lingüística que pre¬dicara como América Latina la queforman aquellos países que hablanespañol o portugués. José Luis Martí¬nez recuerda que «de los 254,4 mi¬llones de habitantes que forman la po¬blación de América Latina (1968),164,2 millones, o sea el 64,5 %, hablanespañol; 85,6 millones hablan el por¬tugués en Brasil, o sea el 33,4 %, y elresto el francés y el inglés». Él resi¬dual 2,1 %, en efecto, habla francéso inglés y aún holandés (Curaçao, Su¬rinam). Y no sólo se opone a todasimplificación esta ensalada de len¬guas occidentales, sino también la su¬pervivencia de las lenguas precolom¬binas (hay países bilingües, como elParaguay).

Por análogas razones, debería re¬chazarse también una concepción reli¬giosa que opusiera el catolicismo deAmérica Latina al protestantismo delas colonias anglosajonas (aproxima¬damente la cuarta parte de EstadosUnidos es católica).

A pesar de esta intrincación concep¬tual, el mundo contemporáneo redes¬cubre con nuevo deslumbramiento este

complejo que insiste en llamarse Amé¬rica Latina, entidad todavía no definida,pero que presenta a simple vista laconsistencia de lo real.

Si profundizáramos en busca de lasraíces de esta ostensible unidad, suhistoria suministra esta primera nota: ,sucesiva dependencia del conjuntorespecto de una potencia exterior.Primero, de las monarquías ibéricas;cuando ellas caen, los ingleses al prin¬cipio y luego los norteamericanos eri¬girán a expensas de América Latinasus imperios sucesores, no ya en lopolítico, pero sí en lo económico.

Esta nota de dependencia sería, aca¬so, la primera a considerar para deter¬minar el fugitivo concepto de AméricaLatina. Y la segunda, su inmersión enla más fuerte polaridad histórica dela actualidad: el abismo que se abreentre los países ricos y los pobres;oposición más vasta que la anterior,pero no contradictoria con ella, ya quese ¡lustra en el conjunto de las Ameri¬cas, donde la anglosajona es la rica yla latina es la pobre.

Estos dos criterios se complemen-

SIGUE A LA VUELTA

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TRAYECTORIA Y PRESENCIA DE AMERICA LATINA (cont.)

Del asombro al arte: nacimiento de una cultura

tan y confirman con un tercero máselemental: el geográfico, en que seapoyan, expresa o tácitamente, todoslos que hasta ahora hemos compul¬sado. América Latina sería toda aquellatierra americana que queda al sur delrío Grande o Bravo (que marca ellímite de Estados Unidos con México).La habitualidad de esta expresión (alsur del río Grande, o Bravo) seríaprueba de su veracidad: al sur de esterío existe cierta homogeneidad cultu¬ral, política, racial, lingüística, religiosa.

Se han señalado repetidamente lostres incentivos que llevaron a los espa¬ñoles a colonizar América: el impulsoguerrero adquirido al reconquistar supropio territorio de manos árabes; elmisticismo misional católico; la codicia

(de oro, de esclavos, de mujeres).Entre estos móviles, cada historiador,cada ensayista destaca el que másimpresiona a su sensibilidad, pero nohay duda que el conjunto de los tresfactores aducidos es el que determinaese proceso que habría de integrar elmundo, prácticamente, con la mitadque de él faltaba.

Cristóbal Colón era, en cierto modo,un místico; pero ello no le impideadoptar toda una estrategia para sedu¬cir a los Reyes Católicos con el oro delcontinente que quería «venderles»... ypor cierto que lo consigue. «El oro esexcelentísimo escribe , de oro sehace tesoro, y con él, quien lo tienehace cuanto quiere en el mundo yllega a que echa las ánimas al Paraí¬so» Del oro al paraíso: así podríatitularse una biografía de Colón.

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ABRA que agregar ahoraun cuarto factor que es consecuenciade aquellos tres: el primer sentimientoque inundó el corazón de los descu¬bridores y conquistadores, o sea, elasombro. El de Colón ante Américalinda frecuentemente con el delirio:cuando se acerca a la desembocadura

del Orinoco piensa que ha descubiertouno de los ríos que provienen delparaíso.

Este asombro continúa en cada uno

de los españoles que lo siguieron. Losindios que fuman, por ejemplo, sondescritos por los conquistadores como«hombres y mujeres que pasean fumi¬gándose con un tizón encendido.»Un ambiente de novela de caballerías

ilumina la conquista de México. Laciudad de Tenochtitlán (México), diceel conquistador y cronista Díaz delCastillo, «parecía a las cosas de en¬cantamiento que cuentan en el libro deAmadís». El mismo Cortés descubre

más al norte las costas que llama deCalifornia, cuyo nombre proviene deuna novela de caballerías. Nadie podíacreer lo que le estaba pasando: nadieera dueño de su destino.

Los indios, por su parte, no enten¬dían ese animal centáurico compuestode hombre y caballo y se maravillabancuando un conquistador caía de su ca¬balgadura: jun ser que se divide endosl Los Incas creían que los caba¬llos comían metal (el freno que lleva¬ban en la boca); cuando los españo¬les piden pienso para sus animales,lies ofrecen orol

Pues bien, este asombro recíprocoes el huevo de donde saldrá la cul¬

tura latinoamericana, todo su arte crea¬tivo. El arte, en general, no es otracosa que la expresión del asombro,asombro que genera el impulso decompartir con los demás lo que el ar¬tista ha visto de extraordinario. En el

caso de América, éste es el impulsoque «saca» inesperados escritores delos mismos conquistadores, hasta demodestos soldados casi analfabetos:

simple pero maravillosamente, elloscuentan la sorprendente verdad quevieron o que imaginaron ver.

Las grandes civilizaciones precolom¬binas eran ricas en arquitectura, enescultura, en música (esta última hallegado casi intacta a nuestros días).La cultura europea aportó principal¬mente el lenguaje, la religión y diver¬sas técnicas allí desconocidas. Pero

a medida que transcurría la historia, elacervo cultural de América Latina iba

polarizándose como una estéril opciónque repetía la situación del conquista¬dor y el conquistado: ser europeo,ser americano. O sea:

a) por una parte, las supervivenciasculturales de las grandes civilizacionesque preexistían al descubrimiento y laconquista, tales como las que tienensu asiento en las actuales repúblicasde México y Perú;

b) por otra, la cultura europeatransportada por el descubridor y elconquistador como un producto másde la expansión occidental que ellosrepresentaban; o sea, como una acti¬vidad específicamente europea, aun¬que cumplida por los colonizadores enla nueva región conquistada.

Esta dicotomía provoca una oposi¬ción que durante mucho tiempo fal¬seará las relaciones de la cultura lati¬

noamericana con la europea, presen¬tando como lo único auténtico y originalde América Latina aquellas subsisten¬cias de las civilizaciones que no hu¬bieran sido afectadas por el impactode la conquista y la colonización. Enesta concepción, por lo tanto, se re¬chazaba la cultura europea como unamanifestación colonialista y puramentemimética.

En efecto, al ser vencidos militar¬mente, los primitivos habitantes deAmérica es decir, los verdaderosamericanos fueron despojados desus imperios y posesiones, recibiendoen cambio los beneficios, muy dis¬cutibles desde su proprio punto de

vista, de la cultura occidental en ex¬

pansión. Pero si bien fueron rechaza¬dos hacia las marcas de los imperiosy transformados en proletariados exter¬nos, ello no sucedió hasta el punto deque se borraran sin dejar huellas. Es¬tuvieron presentes siempre, y lo estántodavía, no ya como influencia, sinocomo real componente de este nuevomundo occidental en formación: han

volcado en él muchos de los caracte¬

res de sus distintas civilizaciones,caracteres que cuentan hoy mismo en¬tre los factores más salientes de la ori¬

ginalidad de América Latina.

hecho mismo del des¬

cubrimiento había nacido ipso factouna cultura mestiza, no sólo por laamplia simbiosis de razas a que obligóla ausencia de mujeres en las expe¬diciones españolas, sino por la inter¬penetración mental que la comprensiónrecíproca exigía. Los españoles debíanexplicar a los americanos qué eraEuropa, y qué era América a los euro¬peos. Los indios primero y los mesti¬zos después debieron modificar laconciencia que de sí mismos teníancomo americanos.

La solución a aquella falsa opciónentre lo americano y lo europeo con¬sistió en ser ambas cosas, es decir elhombre europeo modificado por Amé¬rica y viceversa. Triunfa así en la cul¬tura superior latinoamericana una con¬cepción sintética de sí misma, dondese reconocen no sólo los aportes delas culturas autóctonas, sino también

los de las culturas europeas descu¬bridoras, la fundamental aportaciónafricana que llega a América a travésde la esclavitud y, por último, el refres¬camiento de las fuentes universales

implícitas en los movimientos inmi¬gratorios del siglo XIX.

«El nuevo Mundo dice Paul Ri¬

vet ha sido, desde la época prehis¬tórica, un centro de convergencia derazas y pueblos... Es en verdad cu¬rioso que el período histórico de laevolución americana no sea sino re¬

petición de los sucesos étnicos quecondicionaron su poülamiento. Desdeque fue descubierta, América ha se¬guido siendo un foco de atracciónpara los pueblos y razas más diversos,igual que lo fue durante su larga pobla¬ción precolombina.»

De esta manera, la posible ascen¬dencia asiática y oceánica de todoslos pueblos americanos y la posibleintegración geográfica inmemorial deAmérica con Africa son datos quevendrían a completar la universalidadde América; algo así como un anticipodel mundo futuro, donde, más allá delas razas y de las culturas, el hombreserá uno.

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La Plaza de las Tres Culturas,en el barrio de Tlatelolco, Ciudad

de México. En la parte inferior, restosde una pirámide azteca; en el centro,una iglesia de estilo colonial españoldel siglo XVII; al fondo, un granedificio moderno.

UN PUENTE

ENTRE CULTURAS

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Partiendo de esta conciencia que de sí mismos van cobrando lospueblos iberoamericanos, van surgiendo las preguntas sobre el puestode los mismos en la historia, sobre su ser y sus posibilidades en ella...La América ibera va abandonando, asi, su absurdo empeño por serotra que la que es. Sus diferencias, en relación con el Occidente, noson ya diferencias que le hagan sentirse inferior, sino simple y pura¬mente distinta, personal... Iberoamérica encierra en su historia unadoble experiencia : la de la historia de los pueblos dominantes y lade los pueblos dominados. Una doble experiencia que, en general,falta a los hombres de otros pueblos de nuestros días, que sólo sabíande imponer dominio o sufrirlo. Esta experiencia, si ha de dar frutos,tendrá que llevar a la América ibera a una justa asimilación de losvalores de los mundos de que es puente.

Leopoldo Zea (México)

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LITERATURA Y

SUBDESARROLLO

EN AMERICA

LATINA

por Antonio Candido

A la derecha, un bosque degigantescos lápices en unacto de masas realizado en

la Plaza de la Revolución de

La Habana, con motivo dela Campaña Nacional de Alfa¬betización. Al iniciarse ésta

en 1961, había en Cuba980.000 analfabetos (el 23,6por ciento de la población).En un lapso de doce meses,35.000 maestros de escuela,100.000 estudiantes y 13.000obreros, constituidos en «Bri¬gadas de Alfabetización», en¬señaron a leer y escribir a708.000 adultos, quedando unresiduo de 3,9 % de analfa¬betos. Las campañas de alfa¬betización en América Latina

han reducido el indice de

analfabetismo del 32,5 porciento al 23,6 en el espaciode diez años.

Ensanchemos el campo espiritual: demos el alfabeto a todoslos hombres; demos a cada uno los instrumentos mejorespara trabajar en bien de todos; esforcémonos por acercar¬nos a la justicia social y a la libertad verdadera.

Pedro Henríquez Ureña (República Dominicana)

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CiL escritor brasileño MarioVieira de Mello, uno de los pocoslatinoamericanos que han tratado delas relaciones entre subdesarrollo ycultura, establece una distinción válidano sólo para su país sino también paratoda Latinoamérica. Dice él que en unmomento determinado se produjo uncambio marcado de perspectiva, pueshasta más o menos el decenio de 1930

predominaba entre nosotros la nociónde «país nuevo», es decir, un país queaun no ha podido realizarse pero quese atribuye a sí mismo graneles posi¬bilidades de progreso futuro.

Sin haberse producido un cambioesencial en la distancia que nos ale¬jaba y nos aleja de los países ricos,lo que predomina ahora es la nociónde «país subdesarrollado». Desde laprimera perspectiva, se ponía de relievela pujanza y, por lo tanto, la grandeza

ANTONIO CANDIDO (Antonio Candido deMello e Souza), crítico literario y ensayistabrasileño, es profesor de literatura brasileñade la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letrasde la Universidad de Sao Paulo (Brasil). Seha distinguido como profundo conocedor yestudioso de la literatura de su país y, engeneral, de América Latina. Entre sus obrasdestacan Ficçâo e confessäo (1956), O obser¬vador literario (1959J, Tese e antitese (1964)y, especialmente, Formacäo da literatura bra-sileira. Momentos decisivos (1959), en dosvolúmenes. En ^español ha publicado unaIntroducción a ia literatura del Brasil (MonteAvila Editores, Caracas, 1968, y Casa delas Americas, La Habana, 1971).

aún no realizada. Desde la segunda, sesubraya la pobreza actual, la atrofia:lo que falta y no lo que abunda.

Esta ¡dea es justa y ayuda a com¬prender ciertos aspectos fundamentalesde la creación literaria en Latino¬

américa. En efecto, la ¡dea de «paísnuevo» produce en la literatura algu¬nas actitudes fundamentales, derivadasde la sorpresa, del interés por lo exó¬tico, de un cierto respeto por lo gran¬dioso y de la esperanza en cuanto alas posibilidades. La idea de que Amé¬rica constituye un sitio privilegiado seexpresó en proyecciones utópicas,que influyeron en la fisonomía de laConquista.

Los intelectuales latinoamericanos

heredaron ese estado de entusiasmo

y lo transformaron en instrumento deafirmación nacional y de justificaciónideológica. La literatura se hizo len¬guaje de celebración y ternura, favo¬recida por el Romanticismo, recu¬rriendo a la hipérbole y convirtiendoel exotismo en estado de alma. Nues¬

tro cielo era más azul, nuestras floresmás lozanas, nuestro paisaje más ins¬pirador que el de otros países.

La idea de patria se vinculaba estre¬chamente a la de naturaleza y en parteextraía de ella su justificación. Ambasconducían a una literatura que com¬pensaba el retraso material y la debi¬lidad de las instituciones con la super¬valoraron de los aspectos «regio

nales», haciendo del exotismo unmotivo de optimismo social.

Pero también en la otra cara de la

medalla las visiones de desaliento

dependían del mismo orden de asocia¬ciones, como si la debilidad o la desor¬ganización de las instituciones consti¬tuyeran una paradoja inconcebible,frente a las grandiosas condicionesnaturales. («En América todo esgrande, sólo el hombre es pequeño.»)

Ahora bien, dada esta unión causal«tierra bella patria grande», no esdifícil ver la repercusión que iba atener la conciencia del subdesarrollo

como cambio de perspectiva queimpuso la realidad de la pobreza delos suelos, del arcaísmo de las técni¬cas, de la pasmosa miseria de laspoblaciones, de su incultura paraliza¬dora. La visión resulta pesimista encuanto al presente y problemática encuanto al futuro.

La conciencia del subdesarrollo es

posterior a la Segunda Guerra Mun¬dial y se manifestó claramente a partirde los años 50. Pero ya en el deceniode 1930 se había producido un cam¬bio de orientación, sobre todo en la

narración regionalista. Esta narraciónabandona su amenidad y su curiosi¬dad, presintiendo o percibiendo lo quehabía de enmascaramiento en la gra¬cia pintoresquista o en la caballe¬rosidad ornamental con que antes setrataba al hombre rústico. No es falso

decir que la novela adquirió, desdeeste punto de vista, una fuerza des-mistificadora que se anticipa a la tomade conciencia de los economistas ypolíticos.

En este ensayo vamos a hablaralternativa o comparativamente de lascaracterísticas literarias en la fase

de la conciencia amena de retraso,correspondiente a la Ideología de«país nuevo», y en la fase de laconciencia catastrófica de retraso,correspondiente a la noción de «paíssubdesarrollado».

Si nos fijamos en las condicionesmateriales de existencia de la litera¬

tura, el hecho básico quizá sea elanalfabetismo, que, en los paísesdonde existía una cultura precolombinaadelantada, resulta agravado por la plu¬ralidad lingüística todavía vigente.

Al analfabetismo se vinculan, enefecto, las manifestaciones de debili¬dad cultural: falta de medios de comu¬

nicación y difusión (editoriales, biblio¬tecas, revistas, periódicos); inexisten¬cia, dispersión y debilidad de lospúblicos disponibles para la literatura,resultado del pequeño número de lec¬tores reales (mucho menor que elnúmero reducido de alfabetizados);imposibilidad de que los escritoresse especialicen en sus tareas litera¬rias, en general realizadas como acti¬vidades marginales o aun por meraafición; falta de resistencia o discrimi

nación frente a influencias y presionesexternas.

El cuadro de esa debilidad se com¬

pleta con factores de orden econó¬mico y político, tales como los nivelesinsuficientes de remuneración y laanarquía financiera de ciertos "gobier¬nos, articulados con políticas educa¬cionales ineptas. Salvo en lo que serefiere a los tres países meridionalesque constituyen la «América Blanca»de los europeos, han sido necesariasrevoluciones para cambiar las condi¬ciones de analfabetismo predominante,como fue el caso lento de México y elcaso rápido de Cuba.

El analfabetismo no es, en algu¬nos casos, motivo suficiente paraexplicar la debilidad de otros sectores,aunque sea el rasgo básico del sub¬desarrollo en el terreno cultural. En

otro sector, un hecho como eldesarrollo editorial de los años 40 en

México y Argentina mostró que lafalta de libros no era consecuencia

únicamente del número reducido de

lectores y del bajo poder adquisitivo,pues toda América, incluso la dehabla portuguesa, absorbió sus tiradasa veces cuantiosas.

Quizá pueda concluirse que losmalos hábitos editoriales y la faltade comunicación agravaron todavíamás la inercia de los públicos,y que había una capacidad nosatisfecha de absorción. Este último

ejemplo nos hace recordar queen Latinoamérica el problema de lospúblicos presenta características ori¬ginales, pues es el único conjunto depaíses subdesarrollados que hablanidiomas europeos (a excepción de losgrupos indígenas) y que provienen cul-turalmente de metrópolis todavía hoydía semidesarrolladas o atrasadas. En

esas antiguas metrópolis (España yPortugal) la literatura fue y siguesiendo un producto de consumo res¬tringido, si se la compara con la delos países desarrollados.

Efectivamente, tanto en España y Por¬tugal como en nuestros países existeuna condición negativa previa, que esel número de los que pueden eventual-mente constituir los lectores de las

obras. Esto hace que los países latino¬americanos estén más próximos a lascondiciones virtuales de las antiguasmetrópolis que los países subde¬sarrollados de Africa o de Asia, quehablan Idiomas diversos de los de las

suyas y donde se plantea el graveproblema del idioma en que debemanifestarse la creación literaria.

Las posibilidades de comunicacióndel escritor latinoamericano, en elcuadro general del Tercer Mundo, sonmucho mayores, no obstante la situa¬ción actual que reduce en tan granmedida a sus públicos eventuales. Sinembargo, es también posible imaginarque el escritor latinoamericano está

SIGUE A LA VUELTA

11

LITERATURA Y SUBDESARROLLO (cont.)

12

condenado a ser siempre lo que hasido: un productor para minorías.En efecto, no hay que olvidar quelos modernos recursos audiovisuales

pueden producir tal cambio en losprocesos de creación y en los mediosde comunicación que, cuando lasgrandes masas lleguen finalmente a lainstrucción elemental, buscarán fueradel libro la satisfacción de las necesi¬

dades universales de ficción y poesía.

Mejor dicho: en la mayoría de nues¬tros países hay grandes masas que,sin haber alcanzado todavía el nivel

de la literatura erudita, se sumergen enun mundo folklórico de comunicación

oral cuando, alfabetizadas y absorbi¬das por el proceso de urbanización,pasan al dominio de la radio, de la tele¬visión, de las «tiras cómicas» yde las revistas de historietas queconstituyen la base de una culturade masas. De ahí que la alfabetizaciónno incremente proporcionalmentç elnúmero de lectores de literatura, comola entendemos aquí, sino que lance alos alfabetizados, al lado de los anal¬fabetos, directamente de la fase folkló¬rica a esa especie de folklore urbanoque es la cultura masificada.

Este problema es, además, uno delos más graves en los países subde¬sarrollados, por la interferencia gene¬ralizada de lo que podría llamarse elknow-how cultural y de los propiosmateriales ya elaborados de culturamasificada, provenientes de los paísesdesarrollados, que pueden por estemedio no tan sólo divulgar normal¬mente sus valores, sino tambiénactuar anormalmente a través de ellos

para orientar la opinión y la sensibi¬lidad de las poblaciones subdesarro¬lladas hacia sus intereses políticos.

El analfabetismo y la debilidad cul¬tural no influyen solamente en losaspectos exteriores que acaban demencionarse. Para el crítico, es másinteresante su interferencia en la con¬

ciencia del escritor y en la propianaturaleza de la creación.

En la época que llamamos de la«conciencia amena de retraso», el

escritor participaba en la ideología dela Ilustración, según la cual la instruc¬ción trae automáticamente consigo to¬dos los beneficios que permiten lahumanización del hombre y el progresode la sociedad. Al principio, instrucciónpreconizada para los ciudadanos, mi¬noría a la que pertenecían los quegozaban de las ventajas económicasy políticas; después, para el pueblo,entrevisto de lejos y vagamente menoscomo realidad que como un conceptoliberal. El Emperador Pedro II del Bra¬sil decía que habría preferido ser pro¬fesor, lo que denota una actitud equi¬valente al punto de vista del argentinoSarmiento, según el cual el predo¬minio de la civilización sobre la bar¬

barie tenía como presupuesto unaurbanización latente, basada en la ins¬trucción.

Un caso curioso es el del pensadorbrasileño Manuel Bonfim, que publicóen 1905 un libro de gran interés, AAmérica Latina. Bonfim analiza nuestro

retraso en función de la prolongacióndel estatuto colonial, traducido en lapersistencia de las oligarquías y delimperialismo extranjero. Al final,cuando todo llevaba a una teoría de la

transformación de las estructuras

sociales como condición necesaria,se produce una especie de estrangula¬ción del razonamiento, y Bonfim ter¬mina preconizando la instrucción comopanacea. Nos sentimos, ahí, en el cen¬tro de la ilusión ilustrada, ideologíade la fase de conciencia esperanzadade retraso, que, significativamente,hizo bien poco para implantar real¬mente tal instrucción.

Así, los Intelectuales construyeronuna visión igualmente deformada encuanto a su posición ante la inculturadominante. Al lamentar la ignoranciadel pueblo y desear que desapare¬ciera, a fin de que la patria se irguieraautomáticamente a sus altos destinos,se excluían a sí mismos del contexto yse consideraban un grupo aislado,realmente «fluctuante». Y, en efecto,flotaban, con o sin conciencia de

culpa, por encima de la incultura y elretraso, convencidos de que estos nopodían contaminarlos, ni afectar a lacalidad de lo que hacían.

En verdad, la Incultura general pro¬ducía y produce una debilidad muchomás aguda, que interfiere en la vidaintelectual y en la calidad misma delas obras.

La penuria cultural sujetaba nece¬sariamente al escritor a los modelos

metropolitanos y europeos en general,estableciendo un agrupamiento encierto modo aristocrático respecto alhombre inculto. En efecto, en la me¬dida en que no existía público localsuficiente, el escritor escribía comosi en Europa estuviera su públicoideal, y así se disociaba muchasveces de su tierra. Esto daba origena obras que los autores y los lectoresconsideraban altamente refinadas,porque asimilaban las formas y losvalores europeos.

Hay que recordar otro aspecto deeste aristocraticismo alienante, que enaquel tiempo parecía refinamiento elo¬giable: el uso de idiomas extranjerosen la creación. Ciertos ejemplos extre¬mados rayaban en la comicidad másparadójica, tal como el de un román¬tico brasileño tardío y de quinta cate¬goría, Pires de Almeida, que publicóa comienzos de siglo, en francés, unaobra teatral nativista: La Fête des

Crânes, drame de m indiennesen trois actes et douze tableaux...

Todo ello no existía sin ambivalen¬

cia, pues, por un lado, las élites imi¬taban lo bueno y lo malo de las suges¬tiones europeas, pero, por otro, aveces simultáneamente, afirmaban lamás intransigente independencia espi¬ritual, en un movimiento pendular entrela realidad y la utopía de carácterideológico. Y así vemos que analfabe¬tismo y refinamiento, cosmopolitismo yregionalismo, pueden tener sus raícesmezcladas en el suelo de la incultura ydel esfuerzo para superarla.

Un problema que resulta interesante

SIGUE EN LA PAG. 15

LA DIMENSIO

URBANA

Tras el auge de la novela realista y regio-nalista, cuya acción transcurría preferen¬temente en el campo, la creación literarialatinoamericana se ha enriquecido con elestudio psicológico de los tipos humanosde las ciudades, cuya complejidad serefleja en una literatura que, consideradaglobalmente, es una de las más originalesy vigorosas del mundo. Arriba, la calleFlorida de Buenos Aires, ciudad que, comotantas otras de América Latina, ha experi¬mentado en los últimos decenios un enor¬

me crecimiento.

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NATURALEZA

En contraste con este pai¬saje casi lunar de la Pata¬gonia chilena, se encuen¬tran en América Latina

impenetrables selvas vírge¬nes, inmensas llanuras y-sertones-, inexpugnablescordilleras y poderososríos. Esta grandiosidad dela naturaleza aparece vi¬gorosa y frecuentementeen la poesía, la novela ylas artes plásticas.

L,SW*J

GRANDES

TEMAS DE

LA CREACIÓN

ARTÍSTICA

LA REALIDAD MÍTICA

«Lo real maravilloso dice el cubano Alejo Carpentier es patrimonio de toda nuestraAmérica... América está lejos de haber agotado su caudal de mitologías». Esta presenciade la realidad mítica se manifiesta en numerosas creaciones literarias y artísticas delcontinente. Ejemplo, este óleo del pintor cubano Wilfredo Lam titulado «Los Abalochasdanzan por Changó», donde diversos espíritus de la mitología afrocubana (el de lafecundidad, el de la resurrección, el dios de la guerra) sugieren una selva tropical.

En cuanto a nosotros, escritores de la vasta extensión americana,escuchamos sin tregua el llamado de llenar ese espacio enorme conseres de carne y hueso. Somos conscientes de nuestra obligación depobladores y al mismo tiempo que nos resulta esencial el deber deuna comunicación crítica en un mundo deshabitado y no por deshabi¬tado menos lleno de injusticias, castigos y dolores sentimos tambiénel compromiso de recobrar los antiguos sueños que duermen en lasestatuas de piedra, en los antiguos monumentos destruidos, en losanchos silencios de pampas planetarias, de selvas espesas, de ríos quecantan como truenos. Necesitamos colmar de palabras ios confines deun continente mudo y nos embriaga esta tarea de tabular y de nombrar.

Pablo Neruda (Chile)

IGUE EN LA PAG. 14

oto Roberto Montandón - Universidad de Chile, Santiago

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GRANDES TEMAS DE

LA CREACIÓN ARTÍSTICA (cont.)

Detalle del interior de la iglesiade estilo colonial de San Martin

Tepotzotlán (México).

EL BARROCO

Nuestro arte siempre fue barroco :desde la espléndida esculturaprecolombina y el de los códices,hasta la mejor novelística actualde América, pasando por lascatedrales y monasterios colo¬niales de nuestro continente...

No temamos el barroquismo, na¬cido de árboles, de leños, de

retablos y altares, de tallas deca¬dentes y retratos caligráficos yhasta neoclásicos tardíos; barro¬

quismo nacido de la necesidad denombrar las cosas, aunque conello nos alejemos de las técnicasen boga.

Alejo Carpentier (Cuba)

EL INDIGENISMO

El indio no es sólo historia y arqueología, sino presente,vivo y viviente... No es justo ni razonable ni digno restarde nuestra tradición la parte de ella que vemos todoslos días en la canción, en la danza, en el libro, en la calle,en nuestras venas y en nuestro corazón de hombres.

Andrés Iduarte (México)

LITERATURA Y SUBDESARROLLO (viene de la pág. 12)

LA PRESENCIA

DEL NEGRO

La cultura africana en el Brasil

está lejos de ser una curiosidadetnográfica o una cosa de museo.Es una realidad viva y creadoraque no se detiene en el mero pin¬toresquismo... A lo largo de lahistoria del Brasil la contribución

de los negros a la formación de unespíritu nacional y de una culturabrasileña ha sido tan valiosa

como su aporte ai desarrollo eco¬nómico del país.

Gilberto Freyre (Brasil)

discutir desde el punto de vista de ladependencia originada por el retrasocultural es el de las influencias de

varios tipos, buenas o malas, inevita¬bles o innecesarias.

Nuestras literaturas (como tambiénlas de la América del Norte) son fun¬damentalmente ramas de las literaturas

metropolitanas. Y, si dejamos de ladolas susceptibilidades del orgullo na¬cional, vamos a ver que, no obstantela autonomía que fueron adquiriendoen relación con éstas, tienen todavíaun carácter marcadamente reflejo. Elproceso de autonomía consistió, enbuena parte, en transferir la dependen¬cia, de manera que otras literaturaseuropeas no metropolitanas, sobre todola francesa, fueron volviéndose el mo¬delo a partir del siglo XIX, lo queademás ocurría también en las antiguasmetrópolis. Actualmente, es necesariotener en cuenta la literatura norte¬

americana, que constituye un nuevofoco de atracción.

Esta es la que podría llamarse in¬fluencia inevitable, sociológicamentevinculada a nuestra dependencia,desde la propia Conquista, y al tras¬plante a veces brutalmente forzado deculturas.

Muchos consideran el «modernis¬

mo» hispanoamericano como una es¬pecie de rito de transición que señaló lamayoría de edad literaria a través de lacapacidad de contribución original. Sinembargo, si enmendamos las perspec¬tivas y definimos los campos, quizáveamos que esto es más verdaderocomo hecho psicosociológico quecomo realidad estética. Es cierto queRubén Darío, y eventualmente todo el

, movimiento, invirtiendo por vez pri¬mera la corriente y llevando la influen¬cia de América a España, represen¬taron una ruptura en la soberanía lite¬raria que ésta ejercía. Pero el hechoes que tal cosa no se hizo a partir derecursos expresivos originales, sinode la adaptación de procesos y actitu¬des franceses. Lo que los españolesrecibieron fue la influencia de Francia

ya filtrada por los latinoamericanos,que de este modo los substituyeroncomo mediadores culturales.

Una etapa fundamental en la supe¬ración de la dependencia es la capa¬cidad de producir obras de primer ran¬go, influidas, no por modelos ex¬tranjeros, sino por ejemplos nacionalesanteriores. Esto significa el estableci¬miento de una causalidad cultural in¬

terna, que hace incluso más fecun¬dos los préstamos tomados a otrasculturas. Así es posible decir que elargentino Jorge Luis Borges repre¬senta el primer caso de incontestableinfluencia original, ejercida de maneraamplia y reconocida sobre los paísesde origen por un modo nuevo de en¬tender la escritura.

Interesante es el caso de las van¬

guardias del decenio de 1920, que re¬presentaron una liberación extraordi¬naria de los procedimientos expresivosy nos prepararon para alterar sensible¬mente el tratamiento de los temas

planteados a la conciencia del escri

tor. El poeta chileno Vicente Huidobroestablece el «creacionismo» en París,inspirado en los franceses y los ita¬lianos; escribe en francés sus versos yexpone en francés sus principios, enrevistas como L'Esprit Nouveau. Direc¬tamente tributarios de los mismos orí¬

genes son el «ultraísmo» argentino y el«modernismo» brasileño. Y todo esono impidió que tales corrientes fueraninnovadoras, y sus propulsores, loscreadores por excelencia de la nuevaliteratura: además de Huidobro yBorges, los brasileños Mario de An-drade, Oswald de Andrade y ManuelBandeira.

Sabemos, pues, que somos parte deuna cultura más amplia, de la cualparticipamos como variedad cultural.

Es que, al contrario de lo que hansupuesto a veces candidamente nues¬tros abuelos, es una ilusión hablar desupresión de contactos e influencias.

En un momento en que la ley del mun¬do es la interrelación y 1a interacción,las utopías de la originalidad, han per¬dido su sentido patriótico, com¬prensible en una fase de formación

nacional reciente, que originaba unavisión provinciana y umbilical.

En la fase actual, de conciencia delsubdesarrollo, la cuestión se presentapor consiguiente más matizada. ¿Hayuna paradoja en esto? En efecto,cuanto más se entera de la realidad

trágica del subdesarrollo, más el hom¬bre libre que piensa se cree en la ne¬cesidad de rechazar el yugo econó¬mico exterior y de modificar las estruc¬turas Internas, que alimentan la situa¬ción de subdesarrollo.

Pero, al mismo tiempo, mira con másobjetividad el problema de las influen¬cias, considerándolas como vinculacióncultural y social. Tanto es así que el re¬conocimiento de la vinculación va aso¬

ciado al inicio de la capacidad deinnovar en el nivel de la expresión yal intento de luchar en el del desa¬

rrollo económico y político. En cambio,la afirmación tradicional de origi¬nalidad, con un sentido de parti¬cularismo elemental, llevaba y lleva,por un lado, a lo pintoresco y, porotro, al servilismo cultural, dos enfer¬medades del crecimiento, quizá inevitables pero en todo caso alienadoras.

A partir de los movimientos estéti¬cos del decenio de 1920 y de la Intensaconciencia estético-social de los años

más recientes, empezamos a sentir quela dependencia se encamina hacia unainterdependencia cultural. Esto no sóloles dará a los escritores de Latinoamé¬

rica la conciencia de su unidad en la

diversidad, sino que favorecerá ade¬más la eclosión de obras maduras ori¬

ginales, que serán lentamente asimi¬ladas por otros pueblos, incluso losde los países metropolitanos e imperia¬listas. El camino de la reflexión sobre

el subdesarrollo lleva, en el terreno dela cultura, al de la integración transna¬cional, puesto que lo que era imita¬ción va transformándose cada vez 1 Emás en asimilación recíproca. I Ü

Un ejemplo entre muchos. En la obradel peruano Mario Vargas Llosa, so-

sigue EN LA PAG. 31

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«La batalla de la Libertad»,

gigantesco mural de José ClementeOrozco (1883-1949), que dominala escalinata monumental del

Palacio de Gobierno de Guadalajara(México). La dramática figura quecampea en el murai es la delsacerdote y patriota mexicanoMiguel Hidalgo que, en 1810, lanzóel célebre «Grito de Dolores» con quedio comienzo la guerra deindependencia de México. Por suconcepción, por sus dimensiones,por la manera como se integra a laarquitectura, esta obra constituyeun ejemplo característico delmovimiento muralista mexicano, delcual Orozco es, junto con Diego Riveray David Alfaro Siqueiros, principalrepresentante.

UN ARTE ORIGINAL

ABIERTO AL MUNDO

por Jean Franco

JEAN FRANCO ha dedicado numerososestudios a la historia de la cultura de Amé¬

rica Latina en general y, particularmente,a su literatura y su arte. Es profesora deliteratura latinoamericana de la Universidad

de Essex (Gran Bretaña) y preside la So¬ciedad Británica de Estudios sobre América

Latina. Entre sus obras figuran The modernculture of Latin America (Penguin Books,Londres, 1970), An introduction to Spanishamerlcan littérature (1969) y una antologíade cuentos en español, lean Franco ha vividovarios años en América Latina.

áT%L hablar de arte en elmundo moderno, se ha vuelto cada vezmás difícil señalar diferencias nacio¬

nales o continentales, puesto que handesaparecido las fronteras nacionalesy predomina un estilo internacional.Por otra parte, es frecuente ver, porejemplo, un cuadro del francés Fer¬nand Léger en Caracas o uno delchileno Matta en París o uno del

colombiano Botero en Nueva York. Sin

embargo, a pesar de su crecienteinternacionalismo, el arte latinoameri¬cano es único en la medida en querepresenta la confluencia de estilosnativos, de Europa Occidental y deAmérica del Norte.

Los estilos autóctonos provienen dela escultura, la cerámica y la pinturade la época precolombina, y hanconstituido una poderosa fuente deinspiración para ciertos pintores yescultores contemporáneos. Al mismotiempo, el arte latinoamericano estáíntimamente relacionado con el de

Europa Occidental y América delNorte, del cual ha tomado estilos talescomo el impresionismo, el cubismo, elexpresionismo, el abstraccionismo, elsurrealismo y el arte Pop y Op. Inclusoun movimiento como el del muralismo

mexicano, que tuvo un fuerte elementonativista y popular, fue influido por losfrescos italianos del Renacimiento, porel cubismo, por el expresionismo yaun por el surrealismo.

Pero lo que quizá distingue másclaramente el arte latinoamericano son

los factores sociológicos, especial¬mente los que se refieren a las rela¬ciones del artista con su sociedad.

En muchos países el patrocinio guber¬namental ha llegado a ser más impor¬tante que el mecenazgo privado de lasartes. Tal fue sin lugar a dudas el casode México en el decenio de 1920; tales también el caso de la Cuba actual,donde el patrocinio privado ha desa¬parecido prácticamente. Pero aun enpaíses como Brasil o Venezuela,donde existe un importante apoyo pri¬vado a las actividades artísticas, o enpaíses tan pequeños como Guatemala,el gobierno ha encomendado a losartistas la decoración de edificios

públicos, la construcción de ciudades

universitarias e incluso de ciudades

enteras del futuro, como Brasilia.

El caso mexicano es de particularimportancia por haber sido México elprimer país latinoamericano que alentóla creación de un «arte nacional»

como parte de un plan consciente parainculcar al pueblo un sentido de iden¬tidad nacional en la época postrevolu-cionaria (es decir, después de 1917).Por otra parte, el patrocinio privadodel arte en Latinoamérica es un fenó¬

meno relativamente reciente. Igual quela literatura, el arte del siglo XIX erapredominantemente europeo o deinspiración europea. Los latinoameri¬canos acaudalados adquirían sus cua¬dros en París, y la realización de losmonumentos públicos se encomen¬daba a artistas europeos.

Las primeras academias de AméricaLatina, creadas después de la Inde¬pendencia, estaban dirigidas por pin¬tores franceses o italianos. Lo asom¬

broso es que unos pocos pintoresnativos dotados de talento, como elmexicano José María Velasco (1840-1912), fueron capaces de crear de unamanera original.

Esta imitación de los modelos

extranjeros, común a todas las artesde América Latina, fue la consecuenciainevitable de la condición semicolonial

del Continente. El gusto estético delos mecenas potenciales se formabaen París. De ahí que, antes del deceniode 1920, prestaran poca atención a lascreaciones de los artistas nativos. Sin

embargo, a su alrededor podíancontemplar extraordinarias muestrasde la riqueza artística indígena. Así,ciertos vestigios arqueológicos, comolos templos precolombinos de losAndes o de Mesoamérica; o bienla escultura y la pintura barrocas delperíodo colonial. En las zonas ruralespodían y pueden encontrarse los másdiversos y bellos ejemplos de un artepopulara menudo auténticamente mes¬tizo, ya que combina perfectamentemotivos indígenas e hispánicos.

Aun hoy día, los mercados rurales, | |especialmente en los países andinos,en México y en América Central,ofrecen magníficos ejemplos de pintura

SIGUE EN LA PAG. 20

DE LA ESPONTANEIDAD A LA PLANIFICACIÓN

En la isla lacustre de Mexcaltitán, México, se ha ido formando esta aldea circular de pescadores de cama¬rones (arriba a la izquierda), admirable ejemplo de aprovechamiento del espacio. Similar por su forma perode una concepción que corresponde al universo rigurosamente planificado de la industria moderna es laciudad-piloto de Jupia, en el Brasil (arriba), construida en las cercanías de una gran planta hidroeléctricapara albergar a 12 000 trabajadores.

FUTURISMO ACÚSTICO

En este interior de la sala de conciertos

de la Biblioteca Luis Angel Arango, enBogotá (derecha), obra del arquitectoGermán Samper, se han empleado lastécnicas arquitectónicas más avanzadasal servicio de la audición musical.

LA HERENCIA DE ESPAÑA

A lo largo y lo ancho de América Latina se encuentranbellas muestras de la arquitectura civil y religiosa que edificóEspaña en el período colonial, adaptándola a las dimensionesy a la topografía del Continente nuevo. En la foto de abajo,el atrio de la iglesia de San Francisco (siglo XVII) y la plazadel mismo nombre, en Quito (Ecuador).

CUPULAS TROPICALES

La fotografía inferior muestra la Escuela de Artes Plásticas de Cubanacán,en los alrededores de La Habana, obra del arquitecto cubano Ricardo Porro,construida entre 1962 y 1965. En ella se da una feliz conjunción de técnicasmodernas, de adaptación de elementos exóticos y de inspiración en el paisajecaracterístico de la isla.

Foto Paoío Gasparini - Unesco

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La ciudad

en el

paisajeTras la fase de creación arquitectónicaprecolombina, cuya huella grandiosa hallegado hasta nosotros en monumentostales como las pirámides aztecas ymayas, la fortaleza de Sachsahuamánen Cuzco o la misteriosa ciudad de

Machu-Picchu (Perú), vino el largoperiodo colonial en que los cánones dela arquitectura hispánica, aportadospor conquistadores y misioneros, dieronlugar a una riquísima y original flora¬ción de iglesias, palacios y plazas deestilo barroco. Hoy día, los arquitectosde Iberoamérica, que han asimiladocreadoramente las grandes leccionesde la arquitectura mundial de este siglo,hacen frente a menudo a los problemasde la urbanización y la arquitecturacon soluciones que, siendo de un futu¬rismo a veces extremado (caso deBrasilia), tratan también de integrar elpaisaje y la tradición propios del conti¬nente al lenguaje de las nuevas formas.En ellos la ruptura modernista seesfuerza a menudo por conservar,recreándola, la tradición.

La tradición moderna es la tradi¬

ción de la ruptura... Los ultrais-tas latinoamericanos niegan conviolencia el pasado inmediato. Elproceso es circular : la búsquedade un futuro termina siempre conla reconquista de un pasado... Latradición también es un invento

de la modernidad. O dicho de otro

modo: la modernidad construyesu pasado con la misma violenciacon que edifica su futuro.

Octavio Paz (México)

19

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UN ARTE ORIGINAL (viene de la peg. 17)

primitiva, de escultura en cerámica,de grabados en madera, de tejidos yde alfarería. Sin embargo, sólo despuésde la Revolución Mexicana los latino¬americanos comenzaron a desafiar

seriamente las normas del arte occi¬

dental y a reconocer el valor de suspropias tradiciones, ya sea que perte¬necieran al pasado, ya al arte popular.

El vigor de la tradición popular seadvierte de manera especial en losgrabados del mexicano José GuadalupePosada (1851-1913), cuyo estilo satíricoinfluyó directamente en el movimientomuralista mexicano y, desde luego, entoda una escuela moderna de grabado.Posada se inspiró en una tradiciónpopular auténtica: el humor macabrode las figurillas de esqueletos que sevenden en México, como mementi morísemicómicos, para conmemorar el Díade Difuntos. Posada atavió sus esque¬letos con los sombreros y ropas ele¬gantes de la clase alta mexicanaanterior a la Revolución, convirtiendoasí el motivo popular en una sátirasocial virulenta.

Pero fue la Revolución Mexicana

(1910-1917) la que verdaderamenteestimuló tanto el interés por el artepopular como las nuevas orientacionesde la pintura y la escultura. Artistascomo el Dr. Atl y Siqueíros no sola¬mente contribuyeron a introducir elconcepto revolucionario de la pinturamural sino que participaron activa¬mente en la revolución. Cuando

cesaron los combates, el Ministro de

Educación de uno de los gobiernospostrevolucionarios, el escritor JoséVasconcelos, encomendó a los artistasla realización de frescos en los muros

de la Escuela Nacional Preparatoria yotros edificios públicos.

El movimiento muralista, cuyosObjetivos eran éticos y didácticos,pronto sedujo a los tres grandescreadores de ese período: José Cle¬mente Orozco (1883-1949), DiegoRivera (1887-1957) y David AlfaroSiqueiros (1898). Resulta curioso, ytal vez irónico, dado el sentimientoantinorteamericano de la época, queestos tres pintores hayan sido tanpopulares en los Estados Unidoscomo en su propio país y que lostres pintaran allí murales. Orozco enel Pomona College, en la New Schoolfor Social Research y en el DartmouthCollege; Rivera en el San FranciscoStock Exchange, el Rockefeller Centery el Detroit Institute; Siqueiros en elPlaza Art Centre de Los Angeles.

Aunque a menudo se los consideraconjuntamente como las principalesfiguras del movimiento muralista, lostres pintores son muy diferentes entresí. Orozco dotó a su obra de una

energía y una violencia explosivas yjamás sacrificó la técnica al mensaje.Sin embargo, muchas de sus pinturasson alegóricas o satíricas y moraliza-doras en su ataque contra los ricoscorrompidos. Los murales que ejecutóen Guadalajara alrededor de 1930constituyen la cumbre de su creación;los que pintó en el Palacio de Gobierno

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están dotados de una poderosa fuerzasatírica, y los del Hospicio Cabanasson de carácter alegórico. Aquí seencuentra su obra maestra sobre el

tema de los cuatro elementos: tres

figuras reclinadas, que simbolizan laTierra, el Agua y el Aire, rodean alFuego. El mural abarca la superficieentera de la cúpula del edificio. Estaobra constituye un excelente ejemplodel estilo vigoroso, dramático y apa¬sionado de Orozco.

En cambio, los murales de Riverason de carácter lírico, particularmentelos que corresponden al decenio de1920, época en la cual decoró losmuros de la Escuela Nacional de Agri¬cultura con la historia del desarrollo

social del hombre. Sin embargo, unode sus murales más importantes esel que ejecutó en el Palacio Nacionalde la ciudad de México, sobre laconquista y la opresión del indio.Aunque se trata de un pintor cuyaslíneas y colores pueden ser tiernosy apacibles, frecuentemente optó porla caricatura para representar a losconquistadores españoles o a losricos ociosos (como en su famosomural del Hotel del Prado, en la ciudadde México, que durante muchos añospermaneció cubierto).

David Alfaro Siqueiros, el tercerodel trío de muralistas, ha declaradoen repetidas ocasiones que la pinturade caballete es secundaria en relación

con la pintura mural y que no consti¬tuye sino una experiencia para unaobra de mayor envergadura. Pese aello, ha pintado un número considera¬ble de lienzos, muchos de los cualesson de gran calidad. Su obra secaracteriza por sus proporciones mo¬numentales. El pintor emplea frecuen¬temente grandes formas y se com¬place en producir efectos de explo¬siones, desgarramientos o fuerza des¬comunal. Ha sido entre los muralistas

el que ha realizado mayores experi¬mentos en su búsqueda de nuevosmateriales. Consecuente con su teoría

de que la pintura es una forma deproducción, no ha vacilado en adoptartécnicas industriales tales como el

empleo del pistolete de pulverización.

El muralismo mexicano fue el primermovimiento artístico de América Latina

que ejerció una influencia más allá desus fronteras nacionales y contribuyó'a que organismos públicos encomen¬daran la ejecución de murales en otrospaíses, incluso en los Estados Unidosdurante el período del New Deal.Además, debido a la fuerte tendenciade «retorno a las raíces», fomentadapor el nacionalismo mexicano post¬revolucionario, prestó nuevo vigor ala pintura figurativa, con cierta incli¬nación a idealizar a los obreros y alos campesinos.

Por lo demás, se encuentran ten¬dencias similares incluso en países

que no han atravesado una situaciónrevolucionaría. En Ecuador, OswaldoGuayasamín continuó la tradición delmuralismo mexicano, aunque la mayorparte de su obra pertenece a lapintura de caballete. En el Brasil,Cándido Portinarl, que, a semejanzade Siqueiros, pintaba vigorosas figurasde trabajadores entregados a susfaenas diarias, fue en realidadinfluido por el arte europeo, en par¬ticular por el período «monumental»de Picasso.

La Revolución Cubana, al Igual quela mexicana, fomentó el desplaza¬miento del arte de la pintura decaballete hacia formas más fácilmente

accesibles al pueblo. Antes deltriunfo de la revolución de 1959, elarte cubano, aunque fuertementeinfluido por el arte europeo y espe¬cialmente por el francés, era uno delos mejores de América Latina. Enprimera línea figuraban Víctor Manuel,Amelia Peláez (cuyos retratos y dibujosa la manera de Matisse revelan un

extraordinario sentido del color), Por-tocarrero (en cuya obra se adviertela influencia del futurismo y del cons¬tructivismo) y Wilfredo Lam, pintorque utiliza en sus cuadros motivosde los cultos afrocubanos.

Tras la revolución, casi todos estos

pintores comenzaron a crear para unpúblico más vasto, sin alterar su estiloparticular, pintando grandes cuadrospara los edificios públicos, diseñandocajas de galletas o carteles. Sin lugara dudas, es a través de los cartelesy el diseño de libros como los pin¬tores y artistas cubanos han llegadoa las masas populares.

Un camino sumamente distinto es

el que siguieron los pintores y escul¬tores de la mayoría de los demáspaíses de América Latina, donde seatribuía mayor valor a la técnica ymenor importancia al hecho de llegara un público de masas. Los pionerosde esta tendencia fueron los brasi¬

leños que, en 1922, celebraron en SaoPaulo una Semana de Arte Moderno.

Esto estimuló a algunos pintoresinfluidos por el fauvlsmo y el futu¬rismo. Pero pronto aparecieron ten¬dencias absolutamente originales. ConTarsilo de Amaral (1894) se desarrollóel Ingenioso movimiento Antropofagia,una especie -de respuesta brasileñaa los mitos europeos sobre la Américatropical. La Semana de Arte Modernovalió a Sao Paulo figurar en el mapacultural del mundo e hizo de esta

ciudad la sede de la Bienal que llevasu nombre.

Otro vastago latinoamericano del

modernismo fue el constructivismo,cuyo principal exponente es el uru¬guayo Torres García para quien laesencia del arte consistía en «cons¬

truir de acuerdo con la ley de laslimitaciones».

Tal como sucedió con el movi¬

miento literario al que suele llamarse«realismo mágico», el surrealismo yotros movimientos europeos sirvieronpara alentar a los latinoamericanosa adquirir una nueva visión de supropio continente. Esto sucedió inclu¬sive en México donde, juntamente conel movimiento muralista, aparecieronpintores como Rufino Tamayo (1899),quien desarrolló un arte absolutamentepersonal, inicialmente influido porPicasso. Aunque vivió algunos añosen Nueva York y fue reconocido enlos Estados Unidos antes que en supaís, sus colores y elementos sontotalmente mexicanos, sin ser enmodo alguno realistas. Su Homenajea la raza, inmenso lienzo que seencuentra en el Museo de Bellas Artes

de la ciudad de México, es un ejemplode la manera en que Tamayo combinauna atmósfera onírica con colores

vibrantes, peculiares de México.

Totalmente distintos aunque igual¬mente apartados de la tradición delmuralismo mexicano, son los dibujos

SIGUE EN LA PAG. 32

ENTRE

LA GEOMETRÍA

Y LA

SÁTIRA SOCIAL

Dos ejemplos de tendenciasopuestas en la plástica latino¬americana contemporánea. A laizquierda, una construcción conmateriales sintéticos, titulada« Forma en contorsión », delargentino Julio Le Pare, triun¬fador de la Bienal de Venecia

de 1966, representante carac¬terizado del arte cinético

actual. A la derecha, «La fami¬lia presidencial», del colom¬biano Fernando Botero, criticaburlona de la sociedad, yaapartada de la representaciónrealista de los personajes.

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Foto c Fulvio Roiter, Venecia

«La Casa de Anáhuac», museo concebido por el gran pintor mexicano Diego Riverapara conservar las obras de 4.000 años de arte popular de su país, constituye untestimonio palpable de su apasionada concepción artística de un «retorno a las raíces».Anáhuac fue el nombre original de México, y con esta palabra azteca se designaactualmente la gran meseta central mexicana. El museo, construido en la aldeade San Pablo Tepetlapa, en los alrededores de la capital, perpetúa también, legítimamente,la memoria del pintor, a quien se ve en la fotografía suspendida del muro, comoa través de una ventana.

El artista en la sociedad latinoamericana

por

Jorge Enrique Adoum

LOSBARROTESDE LAREALIDAD

WUENTA Nabokov que «laprimera palpitación (de Lolita)... fuedasatada por la lectura de un artículode periódico que relataba que un cien¬tífico, después de varios meses de es¬fuerzo, había logrado hacer que ungran mono del Jardin des Plantes (deParís) esbozara un dibujo; ese boceto,el primero que haya sido ejecutadopor un animal, representaba los barro¬tes de la jaula de la pobre bestia».

Lo mismo sucede, al parecer, conlos hombres cada vez que se los tratacomo a monos a quienes hay que«enseñar» a crear: basta comparar lainagotable riqueza de invención delarte popular o del arte rebelde conlas obras de cualquier arte institucio¬nalizado. Ya Arnold von Salis obser¬

vaba, entre otros, la pobreza imagina¬tiva del arte griego que «no veía másallá de sus narices», es decir, más alláde sus barrotes.

En la América que aun no era «la¬tina», el artista, que estaba realmenteincorporado a su sociedad y cumplíadentro de ella una función insustitui¬

ble, dio muestras de una asombrosaimaginación creadora en los grandesmonumentos de piedra edificios oestatuas , la cerámica, los tapices yla orfebrería de las culturas maya, az¬teca, inca o aymará.

Con la conquista española, el pri¬mer colonialismo cultural de los queha sufrido el continente aprovechó lahabilidad artesanal indígena para pro-

JORGE ENRIQUE ADOUM, poeta y ensayistaecuatoriano, ha publicado una decena delibros, entre los cuales cabe destacar suciclo poético Los cuadernos de la tierra(1952-1962), en cuatro volúmenes, y su obracrítica Poesía del siglo XX (Í957J. En supaís fue Director Nacional de Cultura enel Ministerio de Educación, Director de lasediciones de la Casa de la Cultura Ecua¬

toriana y Secretario del Instituto de Teatroy Folklore. Actualmente participa en el pro¬grama de estudio de las culturas latino¬americanas, que está realizando la Unesco,y es miembro de la redacción española deEl Correo de la Unesco.

ducir «en serie», en talleres y escue¬las, las imágenes que se necesitabanpara poblar las iglesias que otrosindígenas construían según los planosllevados de España y Portugal y bajola dirección de arquitectos extranjeros.

Resultan a veces conmovedores los

esfuerzos de algunos críticos latino¬americanos por descubrir en el arte re¬ligioso de esa época algún rasgo de lapersonalidad aborigen: se ha llegadoa hablar de una «rebelión de la pie¬dra» para calificar los templos barro¬cos y platerescos de la Colonia. Conexcepciones raras, como la del Alei¬jadinho, cuyos asombrosos Profetas re¬velan una originalidad infinitamente su¬perior a los modelos peninsulares yflamencos, no se puede encontrar mu¬cho más que algún pájaro, animal oplanta tropicales metidos de contra¬bando en los bajorrelieves de los tem¬plos. La leyenda de Miguel de Santia¬go, que llena de asombro a los ecua¬torianos, no es sino la exacerbación dela copia de los barrotes : se dice quedio una puñalada a su modelo a finde poder «captar» los rasgos de laagonía para un lienzo de Cristo.

El arte oficial eso se sabe ex¬

presa el orden impuesto, y el artistacolonizado a pesar suyo se somete aambos; las «grandes figuras» del artecolonial latinoamericano eran pocomás que hábiles artesanos productoresde mercancías para un mercado queera al mismo tiempo un amo: la Co¬rona, la Corte, la Iglesia.

Mientras tanto, el verdadero crea¬dor de arte era el pueblo: aislados ensu isla, los indígenas de Puna seguíandecorando sus cuentas de barro con

una fabulosa fauna geométrica y losde Pascua se fabricaban gigantescosídolos que enclavaban en la arena; laestampa popular y anónima del Brasilrepresentaba los personajes de unaextraña mitología habitada por «lobi-sones«, lagartos de pie y demonioszoomórficos; poco después, Posadatrasladaba a sus grabados ese arte

popular mexicano que es funerario yfúnebre a la vez. Ellos fueron capacesde ver más allá de la realidad de lanaturaleza y del hombre.

La independencia respecto de Espa¬ña y Portugal no cambió fundamental¬mente las estructuras sociales, y tam¬poco hubo un cambio en la mentalidaddel artista colonizado: se puso a pintar,con la misma técnica que le impusieron,héroes militares en lugar de imágenes.Después vinieron los paisajes (la na¬turaleza bárbara de América era en

ellos tan plácida como la de Holanda),las escenas de la vida criolla (pintadasa veces por un político y abogadocomo el uruguayo Pedro Figari), loscuadros de costumbres, que contri¬buyeron a crear afuera la imagen deun «tipismo» que adentro se tomabapor originalidad, y que eran puroimpresionismo europeo.

eT^ partir de la década quecomienza en 1930 el arte encara la

realidad social, la prisión colectiva, lafosa común, lo real espantoso denuestros países, con una declaradavoluntad de contribuir a alterar el or¬

den de la injusticia, y el orden delarte oficial también. Entonces, en el«academicismo proletario» de la pin¬tura realista comenzaron a aparecernuestras poblaciones indias o negras,en actitud de trabajar o de ser asesi¬nadas, que allá con frecuencia da lomismo. Pero ni siquiera de esta ma¬nera y menos aun de la otra, la dequienes casi simultáneamente comen¬zaron a pintar su celda personal, aba¬rrotada de conflictos individuales ha

podido el artista volver a ocupar en susociedad el lugar que tenía el creadorde antes, ése que era él y pueblo almismo tiempo.

No se trata de un problema de te- /jmas o de técnicas. Yo he visto a unospeones de albañilería, procedentes delcampo, burlarse de un mural realista

SIGUE A LA VUELTA

DE LA RISA MACABRA

AL GRITO TRÁGICO

A la derecha, un lienzo de la serie «Mujeres llorando», del pintorecuatoriano Oswaldo Guayasamin (n. 1919), quien a través de sucuantiosa obra expresa constantemente, con gran vigor trágico, ladolorosa realidad del indio. El grabador mexicano José GuadalupePosada (1851-1913) es uno de los artistas latinoamericanos máspopulares en todos los sentidos del término: nacido del pueblo,su arte se nutre de las más arraigadas creencias y tradicionesde su pais para fustigar con crudeza a los opresores de toda laya.Esta «Calavera catrina» (izquierda) es sumamente representativade su arte, que tan a menudo se inspira en la tendencia popularmexicana a tratar con familiaridad y humor el tema de la muerte.

LOS BARROTES DE LA REALIDAD (cont.)

24

sobre las faenas agrícolas que contem¬plaban en el mismo edificio que cons¬truían El arte realista no es más «po¬pular» que el arte no figurativo, asícomo la novela sobre el indio no es

mucho más leída que los poemas van¬guardistas. Pero si la falta de públicopara la literatura puede explicarse par¬cialmente por el analfabetismo, el casodel arte nos pone frente a la compro¬bación de que, aunque parezca másfácil mirar un cuadro que leer un libro,la galería no atrae más público que labiblioteca.

El arte es hoy día un test de cultura:ni siquiera puede decirse que todo elque lee visita una exposición; ese otroanalfabetismo, aquel que colma suapetencia de lectura con la novelarosa o los relatos de vaqueros, satis¬face su necesidad de arte con los

calendarios o los «cromos» de paisa¬jes, perros, flores o desnudos queadornan los talleres de zapatería y loscorredores y cocinas de las casas.

^aw\ los organizadores de laencuesta de Toronto (véase El Correode la Unesco de marzo de 1971) com¬prueban, desconsolados, que entre lainnovación artística y su aceptacióngeneral por el público existe una dis¬tancia de por lo menos 50 años, de¬dúzcase cuánto tiempo deberá pasaren nuestros países, muchos de loscuales no tienen un museo de arte

moderno, en muchas de cuyas escue¬las de bellas artes jamás se ha vistouna buena reproducción y cuya ense¬ñanza de la historia de la pintura uni¬versal debe conformarse con esa

especie de «resumen del argumento»que son las reproducciones en blancoy negro de los libros menos costosos.

En cuanto a la obra de los artistas

latinoamericanos, durante la Coloniaiba a parar a las cortes de España yPortugal o a las cortes virreinales deAmérica o formaba parte de la arqui¬tectura religiosa, única manera quetenía de entrar en contacto con un

público que, fácil es suponerlo, laconsideraba más un objeto de cultoque de arte.

Hoy día está recluida en las conta¬das colecciones particulares o vuelve

a integrarse en la arquitectura civil yel urbanismo. Pero sólo rara vez se

ocupa el Estado de que vaya a adornaralgunos edificios públicos, y éstos ins¬piran a las clases populares un temoro desconfianza mayores que la gale¬ría o el museo, acaso porque a me¬nudo tienen una guardia en la puerta,o van a parar al despacho del Ministroo del Director General, a donde aque¬llas no tienen acceso.

La clientela del marchand d'art y delas galerías de arte está formada casiexclusivamente por coleccionistas ex¬tranjeros. Y por la ley de la oferta y lademanda, o a causa de las influenciasexteriores, o porque también en estecaso «el cliente tiene siempre la razón»,no son pocos los artistas que han te¬nido que someterse a las exigenciasvariables del mercado, que van desdela predilección por las tendencias euro¬peas en boga hasta la imposición deun tipismo cuyo abandono, según se¬ñalaba el Director del Museo Guggen¬heim, hace exclamar a muchos viaje¬ros norteamericanos: «They paint likeeverybody else. What a pitty.» (Pintancomo los demás. Qué lástima.)

Así, la observación de Schückingsobre los artistas que son demócra¬tas en lo político y aristócratas en locultural, en ningún lugar tiene mayorvalidez que en América Latina: deste¬rrados ellos y su obra de su so¬ciedad, llevados a un exilio forzoso

dentro de ella, no tanto por el rechazo,que es ya una actitud intelectual, sinopor la indiferencia o el desconoci¬miento, trabajan para una élite a laque no siempre pertenecen ni quie¬ren pertenecer.

Su clase es la clase media, cuyosdesgarramientos y privilegios com¬parten. Pero aun dentro de ella ocupanuna incómoda situación particular.Porque su arte está más cerca dela artesanía, del trabajo manual impreg¬nado de esa «indignidad social» quele atribuyó la sociedad de la Colonia,sufren el desdén de las capas máselevadas, para las cuales la literaturapuede ser de buen tono. Pero el valorque su obra tiene como mercancía lespermite dedicarse más enteramente aella y realizar de manera accesoriaotras actividades conexas, con lo cual

se ganan la indiferencia de las capasinferiores, de las cuales se alejan.

Rara vez reconoce oficialmente el

Estado la existencia del artista, amenos que resulte peligroso para el«orden»; entonces un gobierno puedeestar orgulloso de la obra de un pintory mantenerlo preso por sostener comociudadano las mismas ideas que en supintura; o bien las autoridades puedendecidir que se cubra o se borre elmural que le encomendaron. En estecaso, el cliente no sólo tiene la razónsino el poder.

ERO el drama del artista

de América Latina es mucho más

profundo y doloroso y no tiene paran¬gón en ningún otro lugar. El genocidiocultural de la conquista consistió encortar la prolongación de las raíces.Lo que pudo haber sido tradición noson sino reliquias de un pasado queno tuvo continuidad. Al artista latino¬

americano no le dejaron mucho queheredar: le pusieron un arte 'ajeno enel bolsillo y luego lo acusaron deladrón. Y su desamparo fue tangrande que comenzó a cultivar local-mente los modelos trasplantados defuera y a tratar de inventarse con ellosuna tradición, aun cuando no fuerasino un mestizaje artístico.

Su drama es el conflicto entre la

búsqueda de su identidad tomo miem¬bro de una sociedad «en proceso dedefinición» y la búsqueda de su auten¬ticidad como creador, o sea lo que,con otras palabras, se ha definidocomo el dilema entre la urgencia depertenecer y el instinto de explorar.

Esas dos tendencias, que no sopforzosamente opuestas, ya que RufinoTamayo y Wilfredo Lam, por ejemplo,han logrado conciliar la necesidad yla libertad, dieron origen a los dosúnicos movimientos artísticos sistemá¬

ticos y orgánicos de América Latina:el muralismo mexicano que aclimatóel realismo europeo para que expre¬sara la verdad histórico-social de

nuestros países, y el universalismoconstructivo del Rio de la Plata quese propuso hacer «una síntesis de loque tienen de positivo el neoplasticis-mo, el cubismo y el surrealismo».

Después de sus aciertos inicialesde actitud y de realización la bús¬queda del documento social y laexperimentación de las posibilidadesplásticas cada uno de los dos movi¬mientos condujo a excesos conocidos:por un lado, ese indigenismo pater¬nalista que recuerda en cierto modoel comportamiento de las sociedadesprotectoras de animales, y por el otro(ya bastante después del constructi¬vismo de Torres García), la pros¬pección de una originalidad individualque ignoraba voluntariamente las ma¬tanzas que se cometían a pocosmetros de la ventana del taller.

Hasta hace relativamente poco setomó el realismo por tradición latino¬americana y David Alfaro Siqueirosllegó a afirmar: «No hay más rutaque la nuestra». El realismo, que erala instantánea de una situación que,con excepción de Cuba, se ha mante¬nido más o menos estática, llegó aequivaler a un curriculum vitae oficialdel pintor, aun cuando la realidad fuerapresentada simplemente como la malasuerte o las calamidades naturales.

Pero, de todos modos, fue la pri¬mera denuncia de la vergonzosa reali¬dad social de nuestras «dolorosas

repúblicas» y su triunfo tuvo unatardía consagración en una Bienal deVenecia fue «el triunfo de un mundo

moral» pero de ninguna manera el deuna tendencia artística. Se trataba de

esa forma para ese tema.Nadie la habría considerado una

expresión particular de América si sehubiera tratado de naturalezas muertas .

o de representaciones realistas de laficción (como si no fuera el mismoGoya el de los Fusilamientos y el delos Caprichos). Y acaso su auge nohabría sido el mismo si la institucio-

nalización de la Revolución mexicanano hubiera fomentado el muralismo

histórico y anecdótico.

Mientras en los países del Pacíficoy especialmente en aquellos con po¬blación indígena se concebía general¬mente el arte como un compromiso,aunque a veces sustituía la realidadsocial por una idealización de laverdad histórica, en los del Atlántico,con un mayor grado de desarrolloeconómico y menores vestigios defeudalismo, se hacía hincapié en laverdad de los sentidos y la realidaddel arte como «cosa» en sí. El secta¬

rismo artístico acusaba al arte no figu¬rativo de halagar los gustos de laburguesía, pero esa misma burguesíaadquiría los cuadros realistas, por elsimple hecho de que también consti¬tuyen una Inversión o una mercancía.

En cuanto a lo que pudiera llamarseel público, el realismo lo dejaba conla conciencia tranquila: presentaba, enuna cara de la sociedad, las multitudesmartirizadas y haciendo la historia y,en la otra, los símbolos del poder eco¬nómico, político y religioso. Los demásse quedaban fuera del cuadro, en lacómoda posición del espectador. En loque respecta al arte abstracto, no sesentían aludidos.

Ahora ha surgido un arte nuevo,

SIGUE A LA VUELTA

25

LOS BARROTES DE LA REALIDAD (cont.)

De la influencia ajena a la autenticidad creadora

26

«fotografía de identidad de una socie¬dad que puede igualmente embarcarseen una guerra cruel o deleitarse enla pornografía de los espejismos enlugar de hacer frente a la realidad...y en cuyas imágenes nos reconoce¬mos a nosotros mismos y, alarmados,miramos ávidamente el espejo paraver cómo es realmente nuestra ima¬

gen» (Damián Carlos Bayón). Enton¬ces, para rechazarla, se vuelve a

exigir un arte para el pueblo. En elfondo, se quiere el realismo y no laverdad, que no es lo mismo.

Existe en muchos de nuestros

países, cualquiera que sea la intensi¬dad de su sentimiento nacionalista,

una actitud de inferioridad, aun cuando

no se trate sino de la reacción del

adolescente frente al adulto. El arte

lo expresa con un movimiento pen¬dular: o contempla la propia des¬

ventura con orgullo, casi una vanidosaexhibición de la llaga, o se pone depuntillas para igualar a Europa, comosi se tratara de un modelo insuperable,

y el síntoma más claro es ese gestoque parece expresar: «Nosotros tam¬bién podemos». Hay que resignarse aadmitir que América Latina no ha pro¬ducido ningún movimiento artístico ori¬ginal desde la época de las culturasaborígenes, aunque haya artistas ori¬ginales dentro de las diversas ten¬dencias.

\\ OR tanto, después de lapérdida de la tradición, no tenemospureza alguna que conservar, auncuando fuere por la fuerza, comosucede con la música de la India. Y no

se puede escapar al arte del resto delmundo, porque ya no hay islas libresde la contaminación de ese impersona¬

lismo frío y casi mecánico que es sucaracterística actual. Resulta absurdo

pretender preservar únicamente el artedentro de una cultura que ya ha adop¬tado otras manifestaciones extrañas a

ella, como la lengua, la religión, lascostumbres. Por lo general, lo únicoque se ha logrado con esos intentoses desenterrar un modo de expresión

que se ha conservado como existíaantes de las Invasiones, para volver a

cuidarlo como una pieza de museo,muerta.

Incorporados, pese a todas las con¬tradicciones, a la «civilización occiden¬

tal», no debe extrañar que algunosartistas latinoamericanos se encuen¬

tren expresados a sí mismos en cier¬

tos movimientos artísticos de Europay los Estados Unidos. Las influenciasson ahora más inevitables que nunca.

Lo que combatimos y nos subleva son

las exportaciones masivas de carga¬mentos de subproductos artísticos.

Es doloroso el caso de las artesa¬

nías populares cuya imitación del malmodelo extranjero acaso haya queexplicarse por los gustos del mercado:la «imaginería de Epinal» se convirtióen algo como el lenguaje plásticotípico de nuestras clases populares;las etiquetas de las cajas de cigarroshabanos retomaron quién sabe porqué camino la alegoría del neoclásicoitaliano; las estampas de la devocióncatólica muestran Vírgenes maquilla¬das como actrices de cine; el Pato

Donald ha aparecido en la cerámicaindígena; los tejedores de alfombrasdel Ecuador han reemplazado sus pro¬pios diseños por motivos florales toma¬

dos de catálogos extranjeros. Losotros, no populares, son casos de

estafa burda: en el corazón del trópicosudamericano existe una catedral «gó¬tica» de hormigón armado, y en unode los países de mayor tradición indí¬gena una catedral de estilo «bizan¬tino» con torres «chinescas ».

Antes, las corrientes artísticas euro¬

peas viajaban a través del Atlántico

como a lomo de muía y llegaban contal retraso a nuestro continente queallí eran novedad cuando en sus

países de origen ya habían sidosuperadas. Herbert Read se negó aincluir en su Historia de la pinturamoderna a los muralistas mexicanos

Siqueiros, Rivera y Orozco (tambiéna Utrillo, por lo demás).

Hoy día, la mayor frecuencia y posi¬bilidad de los viajes que obedecena la necesidad de saber qué pasaafuera tendencia no siempre repro¬chable si se tienen en cuenta la

indiferencia, cuando no la hostilidad

del medio, la falta de museos y deinformación, la escasez de una verda¬

dera crítica que no sea superficial eimprovisada y esa urgencia casi infan¬til de compararse para estar tranqui¬los han reducido el décalage horarioque, con respecto a otros continentes,existia en el arte latinoamericano.

Ahora, al mismo tiempo que enEuropa y los Estados Unidos, en Amé¬rica Latina se busca «la sucesión

contra el estatismo» (los argentinosPettoruti, Aízenberg, Fernández Muro),la reivindicación de las superficies (elbrasileño Camargo), el arte cinético(de la ilusión óptica del venezolanoSoto a las construcciones mecánicas

del argentino Le Parc); y el afán deque la obra «se convierta de objetoen espectáculo» está en las compo¬siciones con participación del espec¬tador del argentino Antonio Seguí oen la Universidad de Caracas con sus

aulas transportables y ensanchables.Esos viajes, que suelen reprocharse

con mayor insistencia a los escritores,tienen un papel de importancia capitalen la formación del artista latinoame¬

ricano: así no se siente aislado del

mundo y tampoco ha perdido su ciu¬dadanía.

La «desenfrenada creación de for¬

mas tropicales» del cubano WilfredoLam quizá no podría explicarse sin lasenseñanzas y la influencia personal dePicasso y André Breton. La pintura delchileno Roberto Matta y su «crítica dela vida cotidiana, comparable a la deDaumier» le debe mucho a Marcel

Duchamp. Kracjberg, en cuyas obras«no sólo es volcánica la ilusión sino

la materia», es un brasileño nacido

cerca de Varsovia, que ha vivido enMinsk, Vitebsk, Leningrado, Stuttgart,París, Sao Paulo y el Paraná. KazuyaSakai, en cuyo rigor geométrico «lapintura no significa sino que es»,nació en Buenos Aires, se educó en

Japón y residió en Nueva York yMéxico.

d N su prólogo a El reino deeste mundo afirma Alejo Carpentier que«por la virginidad del paisaje, por laformación, por la ontología, por la pre¬sencia fáustica del indio y del negro,por la Revelación que constituyó sureciente descubrimiento, por los fecun¬dos mestizajes que propició, Américaestá muy lejos de haber agotado sucaudal de mitologías». Por ello mismo,está muy lejos de haber descubiertotoda su realidad.

El arte nuevo está contribuyendo acompletar el retrato de ese continente,

que no es exclusivamente agrario, queno se ha quedado en la edad del maíz,que no quiere arrinconarse en un fol-

klorismo exótico para gozo de losturistas del arte y uso de los fotó¬grafos de la televisión extranjera. Por¬que así como nunca nos preguntaroncómo nos llamábamos y nosotros mis¬mos comenzamos a llamarnos con

los nombres que nos dieron TierraFirme, Hispanoamérica, Indoamérica,América Latina, Tercer Mundo, PaísesSubdesarrollados , es posible quehayamos estado creyendo durantemucho tiempo que somos lo que losdemás imaginan y viéndonos comoinsisten en vernos desde fuera.

Si el arte ha sido siempre uno delos medios de conocimiento del ser,habremos de continuar tratando de

encontrarnos precisamente en un arte

que intenta expresar ya no solamentelos trabajos que hacemos sino loesencial de lo que somos.

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La Universidad de Caracas es uno

de los ejemplos más destacadosde la moderna arquitectura deAmérica Latina. Los diversos edi¬

ficios de la ciudad universitaria,diseñados por el arquitecto vene¬zolano Raúl Villanueva, ocupanuna extension de 200 hectáreas yestán conectados entre si por pa¬sadizos cubiertos que forman unaintrincada red. Arriba, la rampacurva que conduce al aula magna.Y por todas partes, esculturas, mu¬rales de mosaico y otras obrasde famosos artistas modernos,como Hans Arp, Fernand Léger,Vasarely...

í

LA LITERATURA

LATINOAMERICANA

CRISOL

DE CULTURAS

por Rubén Bareiro Saguier

\af ULTURA mestiza por defi¬nición histórica, la latinoamericana esresultante de la inserción ibérica

inicial la suplantación progresivaluego en el tronco multiforme delas culturas amerindias, con elposterior agregado del elemento afri¬cano y de los aluviones inmigratorios.Dada la diversidad de componentes,un problema latinoamericano esencialha sido y sigue siendo encontrar suidentidad cultural, situación que reflejala literatura al buscar la apropiación

RUBEN BAREIRO SAGUIER, crítico, ensayistay narrador paraguayo, es profesor de litera¬tura latinoamericana de la Facultad de Letrasde la Universidad de Vincennes, en París.Ha escrito numerosos traba/os sobre su espe¬cialidad aparecidos en revistas de diversospaíses. Como narrador se le debe el librode relatos Ojo por diente (de próxima apari¬ción en Ediciones Marcha, de Montevideo).

de un lenguaje y la concreción de uncontenido en un idioma en cierta

medida prestado y dentro de un con¬texto político no unificado.

Lo que a partir de la Conquista seimpone en América es la «cultura occi¬dental», el conjunto de valores y pau¬tas llevados por los conquistadores.Ahora bien ¿de qué manera? A travésde un encuentro de culturas muy dife¬rentes, sin duda el mayor que se regis¬tra en la era cristiana, y el más dramá¬tico, porque un puñado de europeos,gracias a la superioridad técnica queles conferían las armas de fuego, larueda y los caballos, se impusierona cientos de miles de americanos,muchos de ellos organizados enEstados poderosos. Al mismo tiempo,era la cultura racionalista del Renaci¬

miento la que se ponía en contactocon el universo mágico de los indios.La complejidad de esta relación

parece explicar el carácter conflictivopropio con que fue vivida la expe¬riencia tendiente a la creación de unaidentidad cultural latinoamericana.

Resultante de la imposición de lacultura occidental y cristiana enel Nuevo Mundo, la utilización delcastellano-español o del portugués, ya lo más del «idioma nacional», enla expresión literaria conduce aplantear el problema de la autonomíade las letras latinoamericanas. ¿Hastadónde no se trata sino de prolonga¬ciones de la literatura metropolitana?¿Hasta qué punto la latinoamericanaexiste como una totalidad indepen¬diente? La duda surge, primero, porquenuestra literatura se expresa en unalengua que se define por la aposicióncalificativa de española, término quereviste un sentido histórico-políticoindudable. La tradición elemento

importante para la definición nos

SIGUE A LA VUELTA

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LOS TRES

PREMIOS NOBEL

DE LA LITERATURA

LATINOAMERICANA

GABRIELA MISTRAL

Poetisa chilena (1889-1957). Obtuvo el PremioNobel en 1945. Escribió «Desolación», «Ternura»,«Tala» y «Lagar».

MIGUEL ANGELASTURIAS

Novelista y poeta guatemalteco, nacidoen 1899. Recibió el Premio Nobel en1967. Entre sus obras narrativas des¬cuellan «Leyendas de Guatemala», «Elseñor Presidente», «Hombres de maíz»,«Viento fuerte», «El Papa verde», «Losojos de los enterrados», «Weekend enGuatemala», «Mulata de tal» y «Mala-drón». Sus libros de poesía más Im¬portantes son «Sien de alondra» y«Clarivigilia primaveral». Ha escritotambién algunas piezas de teatro.

28

CRISOL DE CULTURAS (cont.)

resulta ajena, como un préstamo. Estose agrava por la inexistencia de unaunidad hispanoamericana, es decir,un soporte nacional, que sí tiene laliteratura española.

A decir verdad, el sistema de lalengua, al relacionarse con un universoconcreto, va matizándose, de acuerdocon la «acomodación al mundo queexpresa». De esta manera ambaslenguas, la peninsular y la americana,son sólo matices del mismo sistema,pero matices que revelan experienciasdistintas y autónomas. De ahí vienela diversidad de ambas literaturas,unidas por el sistema común y sepa¬radas por el matiz, reflejo de universoshistóricos diferentes. Esta experienciaespacial y temporal es el contenido;el matiz, la expresión del mismo.

La quiebra de la «pureza» idiomáticapeninsular, tanto en los dominios deEspaña como en el Brasil rupturaen la que no sólo está presente elhabla indígena sino también la aporta¬ción negra tiene mucha importanciaen la evolución posterior de la litera¬tura latinoamericana y en gran partede su actual búsqueda.

La ruptura lingüística hace crisis yse convierte en programa inmediata¬mente después de la Independencia.En efecto, ya en 1825 se habla de«idioma brasileño» y, más tarde enHispanoamérica, de «idioma nacional»,especialmente en Argentina y México.

Es el movimiento «modernista» el

que habría de realizar, de maneraconsciente y dentro de una vía culta,la quiebra del purismo lingüístico enla literatura hispanoamericana. Si loscriollistas románticos renuevan intuiti¬

vamente el idioma, los modernistas lohacen en plan de elaboración, debúsqueda estética. Mientras queideológicamente el romanticismo fueantiespañol, el modernismo fue pro

francés, y su máximo representante,Rubén Darío, aceptó gustoso el califi¬cativo de «galicismo mental» que seaplicaba a la escuela.

España reconoció el valor de laexperiencia modernista con la «gene¬ración del 98», al prolongarla en lapenínsula. Era la primera vez que lasantiguas colonias imponían patronesculturales a la metrópoli; la direcciónde las influencias se había invertido.

La filiación americana de la renova¬

ción modernista no depende de ele¬mentos aborígenes, locales o indige¬nistas. Movimiento esencialmente cos¬

mopolita, refinado, el modernismorenegó de la realidad ambiente Daríolo expresó así: «detesto la vida y eltiempo en que me tocó nacer» , y sise apeló a esos elementos, fue conel mismo criterio exotista con que sehacía referencia al Oriente o a la

antigüedad grecolatina.

bN el Brasil, una fuenteimportante del lenguaje literario hasido el habla de las minorías étnicas

del país. Los modernistas volvieronlos ojos hacia las culturas indígena ynegra, para tomar de aquélla palabrasy expresiones, de ésta ritmos, es¬tructuras e imágenes, además del ele¬mento lexical.

La iniciación, en el Brasil, de lo quese conoce en literatura con el nombre

de negrismo coincide con la del equi¬valente antillano: Luis Palés Matos,Ramón Guirao, Emilio Ballagas, NicolásGuillen, José Taller. Refiriéndose al

negrismo, el escritor haitiano RenéDepestre lo define como «la utiliza¬ción de elementos rítmicos, de onoma-topeyas, de factores sensoriales pro¬pios de las literaturas orales de losnegros». Se trata de la introducción

del «tema negro» a manera de modaliteraria. Entre los citados se destaca

el cubano Nicolás Guillen, quien porel contenido de su obra, que revelasu condición mulata, va más allá delnegrismo.

El indigenismo literario que surgeen la novela hispanoamericana haciala década del 20 al 30 tuvo desde el

punto de vista de la expresión unaactitud más timorata y deslavada queel negrismo. En efecto, pese a laideología de reivindicación del indio,su lenguaje siguió siendo el del mo¬dernismo, con los matices de la evolu¬

ción operada por la presencia delrealismo-naturalismo. Se emplearonpalabras, se mechó la escritura conexpresiones más o menos indígenas,pero el criterio de selección en granmedida continuaba orientado por elexotismo modernista. La simpatía porel indio no sobrepasó el cuadro de uninterés superficial, desconocedor delos elementos constitutivos reales de

su cultura.

Ouien hace estallar la lenguanarrativa latinoamericana con la cargaexplosiva que tiene la palabra míticade los indios es Miguel Angel Asturias.Penetrando en la raíz de la cultura

maya-quiché, Asturias pone en eviden¬cia el valor mágico que tiene el verboen esa civilización. Es más, asumiendo'esa función sagrada, transponiéndolaal plano de la creación literaria, Astu¬rias exalta el poder del lenguaje, deun lenguaje que no obedece sino asus propias leyes. Es la creación pory en la palabra, tal como la concibenlas culturas amerindias. La obra de

Asturias y su momento culminante,Hombres de maíz es el ejemplo másevidente del aporte cultural indígenaa la lengua literaria hispanoamericana.

Otros dos escritores contempo¬ráneos acusaron el mismo impacto que

PABLO NERUDA

Poeta chileno, nacido en 1904. PremioNobel en 1971. En su vastísima obra

poética se destacan los libros «Veintepoemas de amor y una canción deses¬perada», «Residencia en la tierra», «Es¬paña en el corazón», «Canto general»,«Odas elementales», «Navegaciones yregresos», «Estravagario», «Cien so¬netos de amor», «Memorial de IslaNegra», «Cantos ceremoniales», «Ple¬nos poderes». Ha escrito también «Ful¬gor y muerte de Joaquin Murieta-(teatro).

Asturias, aunque de manera másdiscreta, más subterránea: José María

Arguedas y Augusto Roa Bastos.Peruano el primero, su idioma maternofue el quechua y en su obra, recrea¬dora del mundo maravilloso del indio

serrano, se expresa en un españoltrasvasado en moldes de la lenguaaborigen. Arguedas trata de defi¬nir así su instrumento expresivo:«...escribí en un tipo de castellano quees una especie no de mezcla pero síde estilo, en el cual el espíritu, lascaracterísticas del quechua estánbastante vibrantes, están muy clarasen el estilo castellano».

El profesor español Antonio Tovarha hecho un vaticinio sobre «las

lenguas que podrían nacer en Amé¬rica». Se funda en la «esperanza deque al menos en rincones actualmentemarginales, en esos profundos y riquí¬simos depósitos de viejas tradiciones,se mantenga libre y actuante estafecunda fusión de culturas y mezclade lenguas».

Otro fenómeno, la voluntad actualde realizar la síntesis de casi cinco

siglos de existencia cultural conflictivaen una expresión literaria, merecereflexión seria y un análisis que aunestá por hacer. Nunca la conciencia detal operación fue tan aguda como enla producción de la generación pre¬sente. «Vivimos en países donde todoestá por decirse, pero también dondeestá por descubrirse cómo decir esetodo (...). Si no hay una voluntad delenguaje en una novela ae AméricaLatina, para mí esa novela no existe»,declara el novelista mexicano Carlos

Fuentes. La vía parece ser el acerca¬miento entre la lengua escrita y elhabla viva, tarea dificultosa y lentaque ya cumplió en poesía, y de quéadmirable manera, el gran poeta deAmérica que es César Vallejo.

Los escritores actuales, surgidos

hacia 1945, hacen de la renovaciónlingüística el eje de la creación lite¬raria. Se trata de un proceso de apro¬piación progresiva por la literatura deun acervo cultural, en última instanciaya existente: la creación colectiva rea¬lizada por aportaciones constantes,injertos en el tronco de la lengua patri¬monial. La pretendida «degeneraciónde la lengua» viejo mito colonialista

se revela así semilla fecundante.

La lengua aun la literaria no esuna invención caprichosa sino un pro¬ducto histórico. En este sentido, losescritores últimos, al romper la linea-lidad del lenguaje, están dando cuentadel momento actual, caracterizado poruna mayor complejidad del mundo lati¬noamericano. Y esto es válido también

para el Brasil, donde, a partir de laradical renovación de los modernistas,la lengua literaria sufrió un procesosemejante al de Hispanoamérica.

La ruptura que en esos autores per¬mitió la incorporación del lenguajecotidiano y del regional explica la apa¬rición de un escritor como Joäo Gui-

maräes Rosa, que supo unlversalizarel habla del nordeste brasileño. El ser-

tón (sertäo) fue uno de los últimosreductos de las mezcolanzas del por¬tugués con las lenguas indígenas yafricanas. Al sustrato de esa lenguahablada apela Guimaräes Rosa paraconstruir el largo relato-monólogo deRiobaldo (más para oído que paraleído) en su Gran sertón, veredas. Ha¬bla popular, coloquial, sus posibles li¬mitaciones regionales son rescatadaspor la gran habilidad inventiva, porla fuerza poética del novelista, que usalas palabras más como estímulos, inci¬taciones en movimiento, que comonominaciones fijas.

Por lo que respecta al contenidoliterario, se convierte rápidamente enclave de la definición de lo americano

y, como se ha de ver, en programa deemancipación literaria.

Desde comienzos del siglo XIXhasta nuestros días muchos escritores

han enfocado el problema de la auto¬nomía literaria como un «descubri¬

miento» del continente, una descrip¬ción del medio geográfico y social. Porlo demás, cierta crítica ha puesto siem¬pre énfasis en la consideración delelemento telúrico en la definición de

nuestra literatura, privilegiando así elaspecto «contenidista» como sinónimode «autenticidad».

La visión de América Latina durante

la colonia era en general idílica, o entodo caso desinteresada. Con el adve¬

nimiento de la Independencia la visióncambia esencialmente, se vuelve inte¬resada. La promoción romántica latino¬americana especialmente AndrésBello en la. parte hispanohablante,Gonçalves de Magalháes en Brasilesboza un programa preciso: a unanueva realidad política debe corres¬ponder una literatura diferente. La in¬dependencia política tenía que repre¬sentar una superación de la colonia,también en el plano de la cultura.

El programa de los románticos: lite¬ratura de tema y contenido america¬nos, es una búsqueda de la identidadcontinental, con un sentido de futuro yuna concepción totalizadora de Amé¬rica Latina.

El programa de «independencia lite¬raria» de los románticos tiene una per¬fecta continuidad en la posición de losescritores que surgen en la segundadécada del siglo XX, a partir de lanovela de la Revolución mexicana.

Estos también asumen una posturaesencialmente ética y tratan, como losrománticos, de buscar la identidad

literaria americana por el camino deltema, del contenido. La analogía sedetiene en este punto, porque natural-

SIGUE A LA VUELTA

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CRISOL DE CULTURAS (cont.)

30

mente los tiempos habían cambiado ylas ideologías sufrido transformacio¬nes. Para aquellos las pautas deapoyo eran las del liberalismo políticoy económico, unidas a la concepciónpositivista del progreso. Cuando surgela generación de escritores que J.A.Portuondo llama de los «problemassociales », la Revolución mexicana es¬taba en pleno proceso; un tiempo des¬pués, se produce la Revolución rusa,y en Hispanoamérica se gesta la lla¬mada «reforma universitaria». Aconte¬

cimientos eminentemente políticos quemarcaron de manera profunda lasobras de ese periodo, determinando elinterés principal de los autores por lostemas sociales y especificando el. ca¬rácter comprometido de esa literatura.

Una parte de esta narrativa la lla¬mada «novela de la tierra» tiene sin

embargo una línea casi idéntica a ladel siglo XIX: la admiración ante lanaturaleza bravia, que por lo demáshay que reducir para hacerla produc¬tiva; el enfrentamiento del hombre conla fuerza arrolladura del medio físico;

la oposición de los conceptos de «civi¬lización» y «barbarie» (en RómuloGallegos, Alcides Arguedas, José Eus¬tasio Rivera, Mariano Azuela, HoracioQuiroga, para citar solamente algunosnombres de importancia). En todocaso, la mayor parte de esa literaturaes decididamente política, denuncia¬dora, reivindicatoría.

E.NTRE tanto, la situaciónhistórica había cambiado desde los

tiempos de la generación romántica.España había dejado de ser el blancode los escritores hispanoamericanos.La colonia estaba lejos. La época enque surge la generación de los « pro¬blemas sociales» coincide con la pene¬tración y las intervenciones armadasexteriores. Se escribe literatura anti¬

colonialista, denunciando las invasio¬nes o las condiciones miserables en

que viven los explotados en las minas,en las plantaciones bananeras, en laszonas del petróleo. El inquietante fres¬co de la explotación del continentemestizo ha sido pintado de prisa, conindignación, con figuras retorcidas,caricaturescas, grotescas, en las quese ha puesto más intención denuncia¬dora y redencionista que voluntad decrear un mundo novelesco.

Los novelistas brasileños de la dé¬cada del 30 cultivaron una narrativa en

todo equivalente a la de sus coetáneoshispanoamericanos. Los más importan¬tes son los llamados «novelistas delnordeste»: Graciliano Ramos, José

Lins do Regó, Jorge Amado.

Dentro de la corriente social es inte¬

resante destacar la tendencia indige¬nista, que concierne a nuestro tema demanera especial. La diferencia que lasepara de la posición idealizante ro¬mántica de los indianistas es el enfo¬

que que proyecta sobre los problemasreales del indio, como elemento margi¬nado en una sociedad clasista.

Ya se vio el resultado poco convin¬cente que el indigenismo dio en el

ALGUNOS LIBROS RECIENTES SOBRE

AMERICA LATINA Y SU CULTURA

Las venas abiertas de América Latina, por Eduardo Galeano, Casa de las Americas,La Habana, 1971

América en la historia, por Leopoldo Zea, Revista de Occidente, Madrid, 1970

El gran miedo de América Latina, por John Gerassi, Ediciones Península, Madrid, 1970

Historia contemporánea de América Latina, por Tulio Halperin Donghi, AlianzaEditorial, Madrid, 1969

Las Americas negras, por Roger Bastide, Alianza Editorial, Madrid, 1969

La expresión americana, por José Lezama Lima, Alianza Editorial, Madrid, 1969

Imaginación y violencia en América, por Ariel Dorfman, Editorial Universitaria,Santiago de Chile, 1970

Tres novelas ejemplares (-La vorágine», «Don Segundo Sombra» y «Doña Bárbara»),por varios autores, Casa de las Americas, La Habana, 1971

Historia de la novela hispanoamericana, por Fernando Alegría, Ed. de Andrea,México, 1966

El contenido social de la literatura iberoamericana, por Agustín Yáñez, Ed. Americana,Acapulco - México, 1967

La narrativa en Hispanoamérica, por Alberto Zum Felde, Ed. Aguilar, Madrid, 1964

Tientos y diferencias, por Alejo Carpentier, Ediciones Revolución, La Habana, 1963

Panorama de la actual literatura latinoamericana, por varios autores, Casa de lasAmericas, La Habana, 1969

Ideología y realidad de América, por Daniel Vidart, Montevideo, 1968

Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la conquista, por Miguel León-Portilla, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1971

Las Americas y la civilización (tres volúmenes), por Darcy Ribeiro, Buenos Aires, 1969

Historia de la nación latinoamericana, por Jorge Abelardo Ramos, Buenos Aires, 1968

Letras del continente mestizo, por Mario Benedetti, Arca, Montevideo, 1967

América Latina: anatomía de una revolución, por Enrique Ruiz García, AlianzaEditorial, Madrid, 1966

El drama de América Latina. El caso de México, por Fernando Carmona, México, 1964

Raices contemporáneas de América Latina, por Gustavo Beyhaut, Buenos Aires, 1964

Hacía una política cultural autónoma para América Latina, por varios autores,Montevideo, 1969

introducción a la cultura africana en América Latina. Este volumen comprende tres

trabajos que la Unesco considera primordiales como introducción al estudio de lasaportaciones culturales africanas en América Latina. Unesco, 1970Política cultural de Cuba. Colección «Políticas culturales: estudios y documentos»,

Unesco, 1971

Por su parte, El Correo de la Unesco ha dedicado ya un número entero a AméricaLatina (junio de 1961) y otro a Brasil (agosto-septiembre de 1952), así como unaparte del número de enero de 1953 a Chile, del de febrero de 1954 a Haití y delde febrero de 1955 a América Latina en general.

plano lingüístico. También como temaadoleció de fallas innegables: su mani-queismo caricaturesco; la posicióneminentemente humanitarista que in¬tentaba defender a los indios de la

explotación, condenando simultánea¬mente con el mismo gesto su cultura,por el proyecto de igualación y de inte¬gración en la sociedad «blanca» que elmismo entrañaba. El contrasentido era

previsible: el indigenismo se basabaen los criterios etnocentristas clásicosde Occidente. Los autores que supera¬ron estos esquemas Arguedas, Astu¬rias son los que ponen de manifiestolas pautas de la cultura indígena, me¬diante una valorización de la vigenciapropia que tienen las coordenadas deesas civilizaciones.

Otra ocasión en que el encuentrocultural problemático como tema semanifiesta en la literatura latinoameri¬

cana es cuando aparece la cuestiónnegra. Ya vimos el nacimiento delnegrismo como vehículo expresivode ritmos africanos. Posteriormente

surge «la negritud», que trata de expli

carse la raíz profunda del resultadode ese choque cultural. Esta nuevaactitud reprocha al negrismo no haberretenido sino el aspecto superficial yfolklórico de la condición de los negrosen América. Pregona una rebeldíacapaz de dar cuenta de una «búsquedade la identificación». Es la literatura

antillana sobre todo en lengua fran¬cesa la más lograda; en lengua espa¬ñola cabe citar a escritores como Nico¬

lás Guillen y Adalberto Ortiz. La posi¬ción ética de la negritud la ubica en lacorriente de los «problemas sociales»en las letras hispanoamericanas.

En síntesis, la búsqueda de la iden¬tidad literaria mediante el cultivo de

una novela social y comprometida re¬presenta una etapa importante en elproceso de identificación de la reali¬dad social misma. Pero fue una bús¬

queda en cierta medida falsa. El mismocriterio de «veracidad documental»

adoptado engañó, porque presentabauna superficie deformada por la inten¬ción redencionista que cada autorpuso. En este sentido, es dudoso tam-

bien el carácter de literatura «socioló¬

gica» que se le atribuyó.

José Carlos Mariátegui. ya habíapuesto en guardia sobre el peligro deun realismo que aleja de la realidad.Sin mencionar los abusos cuyas se¬cuelas nefastas persisten aún a quecondujo el intento de fundar la auten¬ticidad del escritor latinoamericano en

el factor telúrico y la protesta.

Esto nos lleva a considerar el as¬

pecto «contenido» en la concepción yen las obras de los novelistas quecomienzan a publicar hacia 1945. Losactuales escritores latinoamericanos

están realizando una síntesis, aprove¬chando los aportes culturales múlti¬ples, las tensiones resultantes de esosencuentros conflictivos, las experien¬cias anteriores y una voluntad de pro-fundización y de experimentación.

Borges caracterizó el tránsito de unaconcepción a la otra con una fraseirónica y lúcida-.«La realidad no escontinuamente criolla». Si estos escri¬

tores renuncian a la descripción lineal,superficial del medio socioculturel, ala intención ética explícita, es paraabordarlo en su mayor diversidad ycomplejidad, en la discontinuidad pro¬blemática, contradictoria que reviste elcontorno sociohistórico de un conti¬

nente subdesarrollado, oscilando entredos polos antagónicos: la revolución yla dependencia total.

' Por esto la realidad que se trasluceen las obras actuales es mítica, lúdica,

alegórica, legendaria o simplementecotidiana.

O como dice elocuentemente JulioCortázar: «La auténtica realidad es

mucho más que el contexto socio-histórico y político, (...) un dentista pe¬ruano y toda la población de Latino¬américa (...), cada hombre y los hom¬bres, el hombre agonista, el hombreen la espiral histórica, el homo sapiensy el homo faber y el homo ludens, elerotismo y la responsabilidad social,el trabajo fecundo y el ocio fecundo;y por eso una literatura que merezcasu nombre es aquella que incide en elhombre desde todos los ángulos (y nopor pertenecer al tercer mundo, sola¬mente o principalmente en el ángulosocio-político), que lo exalta, lo incita,lo cambia, lo saca de sus casillas, lohace más realidad, más hombre.»

El procedimiento aprovecha a me¬nudo los ingredientes culturales debase. Así la presencia temática, sub¬yacente y decantada, de los símbolosmitológicos indígenas puede ser detec¬tada en buen número de obras actua¬

les, especialmente entre los mexicanos(Fuentes, Rulfo, Arreóla, Yáñez) y enescritores de otros países, como Ar¬guedas y Roa Bastos.

Asi concebido el tema o contenido,dentro de la óptica expuesta, puedeser considerado legítimamente comoun elemento definitorio de la identidadlatinoamericana en la literatura, por¬

que es el resultado de las aportacionesculturales más diversas, resultadosiempre abierto a nuevas contribucio¬nes. '-«

LITERATURA Y SUBDESARROLLO

EN AMERICA LATINA (Viene de la pág. 15)

bre todo en La ciudad y los perros,aparece, extraordinariamente refinada,la tradición del monólogo interior, que,perteneciendo a Joyce, pertenecetambién a Dorothy Richardson yVirginia Woolf, a Döblin y Faulkner.Aquí, el novelista del país subdesarro¬llado utiliza ingredientes que le vie¬nen por préstamo cultural de los paí¬ses productores de formas literariasoriginales. Sin embargo, las ajusta enprofundidad a su designio, para repre¬sentar problemas de su país, y com¬pone una fórmula peculiar. En estecaso no hay imitación ni reproducciónmecánica. Hay participación en los re¬cursos que vienen a ser bien común através de la situación de dependencia,contribuyendo así a hacer de ésta unasituación de interdependencia.

Parece que uno de los rasgos posi¬tivos de la etapa de conciencia delsubdesarrollo es la superación de laactitud de recelo, que lleva a la acep¬tación indistinta o a la ilusión de origi¬nalidad exclusivamente a cuenta de los

temas locales. Quien lucha contra obs¬táculos reales, queda más tranquilo yreconoce la falacia de los obstáculos

ficticios. ¿Puede, en Cuba, hablarse deartificio o evasión en la impregnaciónsurrealista de Alejo Carpentier, en sucompleja visión transnacional, inclusotemática, tal como aparece en ElSiglo de la Luces? En el Brasil, el mo¬vimiento reciente de la poesía concretaadopta inspiraciones del norteameri¬cano Ezra Pound y principios estéti¬cos de Max Bense; no obstante, llevaa redéfinir el pasado nacional, permi¬tiendo leer de manera nueva a poetasignorados, o iluminando conveniente¬mente la revolución estilística de los

grandes «modernistas», Mario de An-drade y Oswald de Andrade.

WONSIDERADA como deri¬

vación del retraso y de la falta dedesarrollo económico, la dependenciapresenta otros aspectos, que mani¬fiestan su repercusión en la literatura.Atengámonos otra vez al fenómeno dela ambivalencia, manifestado por impul¬sos de copia y apartamiento, aparen¬temente contradictorios en sí mismos,

pero que pueden ser complementa¬rios, mirados desde ese ángulo.

Ese retraso estimula la copia ser¬vil de todo cuanto la moda de los

países adelantados ofrece, además deseducir a los escritores con la emi¬

gración, exterior e interior. Al mismotiempo propone lo que hay de más pe¬culiar en la realidad íocal, insinuando

un regionalismo que, siendo aparente¬mente una afirmación de la identidad

nacional, puede ser en verdad unmodo insospechado de ofrecer a lasensibilidad europea el exotismo queella deseaba, como distracción,

y que así se vuelve forma agudade dependencia en la indepen¬dencia. Desde la perspectiva actual.

parece que las dos tendencias sonsolidarias y nacen de la misma situa¬ción de retraso o subdesarrollo.

En su aspecto más grosero, la imita¬ción servil de los estilos, temas, acti¬tudes y usos literarios tiene un airerisible o estrecho de provincianismo,después de haber sido mero aristocra-ticismo compensatorio de país colonial.

Tal vez no sean menos groseras,en el lado opuesto, ciertas formas pri¬marias de nativismo y regionalismoliterario, que reducen los problemashumanos a elemento pintoresco, trans¬formando la pasión y el sufrimiento delhombre rural o de las poblaciones decolor en un equivalente de la pina tro¬pical y del mango. Esta actitudpuede no sólo equivaler a la primera,sino también combinarse con ella, unavez que redunda en servir a un lectorurbano europeo, o artificialmente euro¬peizado, la realidad casi turística que legustaría ver en América. Sin darsecuenta, el nativismo más sincero corre

el riesgo de convertirse en manifes¬tación ideológica del mismo colonia¬lismo cultural, que su cultor rechazaríaen el plano de la razón clara y quepone de relieve una situación de sub¬

desarrollo y consecuente dependencia.

Sin embargo, como consecuenciadel subdesarrollo, el regionalismo fuey sigue siendo todavía en Latinoamé¬rica una fuerza estimulante en la lite¬ratura. En la fase de conciencia de

país nuevo, correspondiente a la si¬tuación de retraso, da lugar sobre todoa un pintoresquismo decorativo y sus¬cita el descubrimiento y reconocimien¬to de la realidad del país y su incorpo¬ración a los temas de la literatura. En

la fase de subdesarrollo, funciona co¬mo presciencia y después como con¬ciencia de la crisis, orientándose hacialo documental y, con el sentimiento deurgencia, hacia el empeño político.

Es el caso de la región amazónica,que atrajo a los novelistas y cuentis¬tas brasileños desde el comienzo del

naturalismo, en los decenios de 1870y 1880, en plena fase pintoresquista;que es materia medio siglo despuésde La Vorágine, del colombiano JoséEustasio Rivera, situada entre lo pinto¬resco y la denuncia (más patrióticaque social); y que vino a ser elementoimportante en La Casa Verde, de Var¬gas Llosa, en la fase reciente de altaconciencia técnica, donde lo pinto¬resco y la denuncia son factores enretroceso, ante el impacto humano quese manifiesta con la inmanencia de las

obras universales.

No será necesario enumerar todas

las otras áreas literarias que corres¬ponden al panorama del retraso y delsubdesarrollo, como los altiplanos an¬dinos o el sertäo brasileño. O aun las _

situaciones y parajes del negro cuba- íllno, venezolano y brasileño, en los wpoemas del cubano Nicolás Guilleny del brasileño Jorge de Lima, en Ecué

SIGUE A LA VUELTA

LITERATURA Y SUBDESARROLLO (cont.)

Yamba-O, de Alejo Carpentier, Po¬bre Negro, del venezolano RómuloGallegos, o Jubiabá, del brasileño Jor¬ge Amado.

La realidad económica del subdesa¬

rrollo mantiene la dimensión regionalcomo algo vivo, aunque sea cada vezmás actuante la dimensión urbana.

Basta tener en cuenta que algunos en¬tre los buenos, e incluso entre losmejores, encuentran en aquella di¬mensión substancia para libros umver¬salmente válidos, como el peruanoJosé María Arguedas, el colombianoGabriel García Márquez, el paraguayoAugusto Roa Bastos y el brasileñoJoäo Guimaräes Rosa. Solamente en

los países con absoluto predominio dela cultura de las grandes ciudades,como la Argentina, Uruguay y quizásChile, la literatura regional se ha con¬vertido en un real anacronismo.

En la fase de conciencia exaltada de

país nuevo, caracterizada por la ideade retraso, tuvimos el regionalismopintoresquista, que en varios países setenía por la verdadera literatura Setrata de una modalidad hace mucho su¬

perada o rebajada al nivel de la infra-llteratura. Su manifestación más am¬

plia y tenaz en la fase áurea fue acasoel gauchismo rioplatense.

En la fase de preconciencia del sub¬desarrollo, por los años 30 y 40, tuvi¬mos el regionalismo problemático, quese llamó «novela social», «indigenis¬mo», «novela del nordeste», según lospaíses, y que, sin ser exclusivamenteregional, lo era en buena parte. Esteregionalismo nos interesa más porhaber sido un precursor de la concien¬cia del subdesarrollo, pero es justoseñalar que, mucho antes, escritorescomo el boliviano Alcides Arguedas yel mexicano Mariano Azuela ya se ha

bían guiado por un sentido más rea¬lista de las condiciones de vida y delos problemas humanos de los gruposdesamparados.

Entre los que entonces proponen convigor analítico y algunas veces con for¬ma artística de buena calidad la des¬

mistificación de la realidad americana,

figuran el guatemalteco Miguel AngelAsturias, el ecuatoriano Jorge Icaza,el peruano Ciro Alegría, los brasileñosJorge Amado y José Lins do Regó, yotros. Todos ellos, al menos en partede su obra, hacen una novela socialbastante relacionada con los aspec¬tos regionales, y frecuentemente conrestos de pintoresquismo negativo,que se combina con cierto esquema¬tismo humanitario.

A pesar de que muchos.de esos es¬critores se caracterizan por un len¬guaje espontáneo e irregular, el pesode la conciencia social actúa a veces

en el estilo como factor positivo y dalugar a la búsqueda de interesantessoluciones adaptadas a la representa¬ción de la desigualdad y de la injus¬ticia. Sin hablar del maestro consu¬

mado que es Asturias, también un no¬velista discursivo como Jorge Icazadebe su perdurabilidad menos a lavociferación indignada o a la acentua¬ción con la que caracterizó a los ex¬plotadores que a sus recursos de es¬tilo, utilizados para expresar la miseria.

Es el caso, en su novela Huasipungo,de cierto empleo del diminutivo, delritmo de llanto en el habla, de la re¬ducción al nivel de lo animal: todo

eso junto encarna una especie dedisminución del hombre, su reduccióna las funciones elementales, que seasocian al balbuceo lingüístico parasimbolizar la privación. En Vidas Se¬cas, el brasileño Graciliano Ramos

lleva al máximo su habitual contención

verbal, eleborando una expresión redu¬cida a la elipsis, al monosílabo y a lasfrases mínimas, para expresar la as¬fixia del vaquero, sometido a los nive¬les mínimos de supervivencia.

Lo que ahora vemos, desde estepunto de vista, es una floración nove¬lística marcada por el refinamiento téc¬nico, gracias al cual se transfiguranlas regiones y se subvierten sus con¬tornos humanos, haciendo que los ras¬gos, antes pintorescos, se descarneny adquieran universalidad.

Descartando el sentimentalismo y laretórica, nutriéndose de elementos norealistas, como el superrealismo, el ab¬surdo y la magia de las situaciones, ode técnicas antinaturalistas, como elmonólogo interior, la visión simultá¬nea, el escorzo, la elipsis, la novelís¬tica actual aprovecha lo que antes erala propia substancia del nativismo, delexotismo y de la documentación social.Esto nos llevaría a proponer la distin¬ción de una tercera fase, que se podríallamar superregionalista. Esta fasecorresponde a la conciencia laceradadel subdesarrollo y origina una supe¬ración del tipo de naturalismo que sebasaba en la referencia a una visión

empírica del mundo.

De este superregionalismo es tri¬butaria, en Brasil, la obra revoluciona¬ria de Joäo Guimaräes Rosa, sólida¬mente plantada en lo que podría lla¬marse universalidad de la región. Elhecho de haberse superado lo pinto¬resco y lo documental no hace menosviva la presencia de la región en obrascomo la del mexicano Juan Rulfo, seaen la realidad fragmentaria y obse¬siva de El llano en llamas, sea en lasobriedad fantasmal de Pedro Pá-

ramo.

Antonio Candido

UN ARTE ORIGINAL ABIERTO AL MUNDO (Viene de le peg. 21)

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geométricos del guatemalteco CarlosMérida, que se inspiran en el arte pre¬colombino. Otros pintores jóvenes,como los expresionistas abstractosVicente Rojo y José Luis Cuevas, sehan dedicado a la pintura, el dibujo yla ilustración sin seguir la tradiciónmuralista de su país.

Sin embargo, es en Brasil y Vene¬zuela donde el modernismo ha consti¬

tuido una política conscientementeaplicada por los poderes públicos.No hay duda de que Brasilia y laUniversidad de Caracas pueden exhi¬birse como ejemplos de modernismo.Brasilia, diseñada por Oscar Niemeyer,ofrece un marco espléndido para es¬cultores como Alfredo Ceschiati.

El edificio de la Universidad de

Caracas ha dispensado la misma aco¬gida que Brasilia a los artistas nacio¬nales y extranjeros. En Venezuela elabstraccionismo ha sido la tendencia

más destacada, sobre todo en lasobras de Soto y de Cruz-Diez.

En la Argentina, donde la pintura

abstracta ha florecido desde la expo¬sición de Emilio Pettoruti de 1924, hansurgido otros movimientos importantescomo los titulados Otra Figuración yMadí. Kósice (1924), nacido en Europa,es la figura descollante de este últimomovimiento con sus estructuras espa¬ciales hechas de plástico transparente,madera y metal. Un exponente desta¬cado del arte cinético, más reciente,es el también argentino Julio Le Pare.

Aparte de esos grandes países enlos que existe un patrocinio privadode las artes, en Chile, Perú y Colombiaha surgido un número extraordinariode pintores de categoría internacionalque, obviamente, dependen del mer¬cado extranjero. En Chile, RobertoMatta ha encabezado la ofensiva

contra el «arte oficial» y ha creado unapintura de la irrealidad, empleandosorprendentes formas viscerales. Estatendencia internacional está repre¬sentada en el Perú por Szyszlo y enColombia por Alejandro Obregón,entre otros. Pero Colombia ha produ¬cido también uno de los artistas latino

americanos más originales, Fer¬nando Botero, cuyos «monstruos»constituyen un extraño y satíricocomentario de la sociedad. Botero

comenzó a pintar en ese estilo con suHomenaje a Mantegna en -el que porprimera vez introdujo figuras humanascon cabezas hipertrofiadas de untamaño grotesco. Su Familia Presiden¬cial, con obispos, militares y niños, escomo una fotografía distorsionada enla cual las grandes cabezas ponen derelieve la vacuidad de los rostros.

Acaso estos ejemplos sean sufi-^cientes para demostrar la dificultadde una generalización. El arte latino¬americano llegó a su mayoría de edadcon el movimiento muralista mexicano,

pero en los últimos años, al abandonarel marco nacionalista, ha despertadoun interés internacional. El hecho de

que numerosos cuadros latinoamerica¬nos se exhiban actualmente en mu¬

seos y galerías de América del Nortey de Europa demuestra que las artesplásticas del continente han dejadomuy atrás el provincianismo.

Jean Franco

LA LITERATURA LATINO-

AMERICANA EN LA UNESCO

En la colección de Obras Represen¬tativas de la literrtura universal pu¬blicada por la Un-.sco figuran los si¬guientes autores latinoamericanos:

EN FRANCES: Alcides Arguedas(Bolivia), Machado de Assis (Brasil),Aluizio Azevedo (Brasil), Simón Bo¬lívar (Venezuela), Concolorcorvo

pseudónimo de Alonso Carrió dela Bandera (Perú), Rubén Darío(Nicaragua), Manuel de J. Galván(República Dominicana), José Her¬nández (Argentina), Jorge Isaacs (Co¬lombia), Monteiro Lobato (Brasil),José Marti (Cuba), Gabriel René Mo¬reno (Bolivia), José Enrique Rodó(Uruguay), Domingo Faustino Sar¬miento (Argentina), y Juan Zorrilla deSan Martín (Uruguay). Asimismo, seha publicado en dicha colección unaAntología de la poesía iberoameri¬cana (edición bilingüe) con se¬lección, prólogo y notas de Federicode Onís, y una Antología de la poe¬sía mexicana (bilingüe), según unaselección de Octavio Paz.

EN INGLES: Manuel Antonio de Al¬

meida (Brasil), Concolorcorvo, Ma¬nuel de J. Galván, Baldomero Lillo(Chile), Teresa de la Parra (Vene¬zuela), Florencio Sánchez (Uruguay),Domingo Faustino Sarmiento, JuanZorrilla de San Martin, y asimismo,en edición bilingüe, la Antología dela poesia mexicana ya citada.

»ni

Formación de técnicos

en Venezuela

El Gobierno de Venezuela y la Unescofirmaron el 14 de diciembre un plan detrabajo para desarrollar la formación detécnicos en ese país. De cuatro años de

duración, el plan costará más de nuevemillones de dólares (aproximadamente7.500.000 sufragados por el Gobierno vene¬zolano y 1.500.000 por el PNUD). LaUnesco asesorará a las autoridades de

Venezuela en el establecimiento de una

comisión nacional y una secretaria per¬manente de educación técnica.

Artes de Africa

La Unesco ha organizado una exposiciónambulante de artes de Africa. Reciente¬

mente se ha enviado a unos cien paísesveinte grupos de obras que integran lamencionada colección. Esta es la décima

exposición ambulante de reproducciones

de arte y fotografías que la Organizaciónenvía por el mundo entero. Las. exposi¬ciones anteriores se han realizado en

escuelas, fábricas, universidades y centrosculturales de 85 países y han tenido comotemas centrales los siguientes: Del impre¬sionismo a nuestros días, dibujos de Leo¬nardo de Vinci, grabados japoneses en

_blLmmmadera, 2.000 años de pintura china, minia¬turas persas, acuarelas, y pinturas anterio¬res a 1960.

Boletín cultural

de la Unesco

La Unesco acaba de publicar el primernúmero de un nuevo boletín mensual sobre

sus actividades. Su propósito es mantenerinformados a los periodistas y editoresque se ocupan de las cuestiones culturalesacerca de todo cuanto están realizando o

se proponen efectuar la Unesco y losorganismos a ella asociados. Este boletínsuministrará cada mes, en forma más

detallada, una información especial acercade los temas de mayor interés y actualidad.

¿Armamentos o educación?Según datos de la Oficina Internacional

de Educación, de Ginebra, el mundo gastaen armamentos una suma igual a la quese destina a educación y salud conjunta¬mente. En 1967, los gastos por conceptode armas y demás equipo militar ascen¬dieron a 173.000 millones de dólares. En

el mismo año se destinaron a la educación

120.000 millones y a la salud 59.000 millo¬nes. Cabe señalar que dede entonces los

gastos en armamentos han aumentadoconsiderablemente.

EL AÑO INTERNACIONAL DEL LIBRO

EN EL MUNDO ENTERO

En el presente mes de marzo se celebra la Feria Inter¬nacional del Libro Escolar en Bogotá, donde funciona el CentroRegional para el Fomento del Libro en América Latina, creadocon ayuda de la Unesco.

Durante la primera semana de abril, los editores y librerosde Tailandia venderán los libros a mitad de precio para conme¬morar la primera «Semana del Libro» en dicho país.

La «Asia Foundation» de Estados Unidos hará una donación

de un millón de libros y publicaciones especializadas a institu¬ciones e individuos del continente asiático en el curso de 1972.

Diversas instituciones brasileñas han adoptado importantesiniciativas para conmemorar el Año Internacional del Libro. LaFundación «Bienal de Sao Paulo», el Instituto Nacional del Libro,la Cámara Brasileña del Libro y el Sindicato Nacional de Editoresde Libros, han organizado la II Bienal Internacional del Libroque se celebrará en Sao Paulo del 17 al 25 de junio del añoen curso.

Además de la exposición bibliográfica, se realizarán una seriede actividades que comprenden debates televisados sobre lacreación literaria y los medios audiovisuales y sus relacionescon la cultura de masas, una demostración de cómo se editaun libro, la concesión del Premio de Literatura de las Americas,que asciende a 25.000 dólares, y espectáculos artísticos paraniños y adultos relacionados con el tema del libro.

El Instituto Nacional del Libro está gestionando la emisiónde un sello postal conmemorativo del Año Internacional, asícomo la realización de otros proyectos de gran interés. Entreellos figuran la creación de salas de lectura en los municipios

carentes de recursos, a cada uno de los cuales se dotaráanualmente con 150 volúmenes correspondientes a las materiasque se consideren más adecuadas a las características econó¬micas y culturales de la localidad; la creación de bibliotecas,mediante una donación inicial de 250 volúmenes, en todosaquellos municipios que se comprometan a realizar por su cuentaadquisiciones anuales de libros por un valor equivalente a diezsalarios mínimos de la región, requisito que les permitirá obtenercada año una nueva donación de 250 volúmenes; y la creaciónde una biblioteca en cada buque que se incorpore a la marinamercante brasileña durante el Año Internacional del Libro.

Por otra parte, el Instituto se propone conceder, dentro delmarco de la II Bienal del Libro de Sao Paulo, dos premiosliterarios de carácter nacional para obras narrativas.

*

Durante el Año Internacional del Libro, se celebrará enla Unión Soviética un curso para bibliotecarios de Asia y Africasobre el papel que desempeñan las bibliotecas públicas en eldesarrollo social, económico y cultural de los pueblos.

«Libros para todos» fue el lema de la cuarta Feria Interna¬cional del Libro que tuvo lugar el pasado mes de febrero enEl Cairo, donde en el curso de la primavera se celebrará unareunión auspiciada por la Unesco sobre el fomento del libroen los paises árabes.

La Unesco está preparando una bibliografía especial de librospara niños que contribuyan a fomentar la comprensión Inter¬nacional.

El Gobierno de Malta inaugurará este año una biblioteca de«Libros hablados para los ciegos».

33

Los lectores nos escriben

FABRICANTES DE UTOPIAS

EN VEZ DE FABRICANTES

DE ARMAS

Sin tener en cuenta el pintorescoconcepto antropoide que el Sr. Cha-brier tiene del hombre (véase «Loslectores nos escriben», en El Correo dela Unesco de enero de 1972), hay quereconocer que el ser humano nace tanpredispuesto a la defensa como cual¬quier otro organismo viviente; pero deeso a la ruinosa y suicida carrera dearmamentos hay un abismo tan enormeque sólo no lo ven los que padecende miopía mental aguda. Ninguna per¬sona sensata puede poner en duda loconveniente que sería poder cambiarlos fabricantes de armas por fabricantesde utopías.

Librémonos de los cavernícolas mi-

crocéfalos que, inexplicablemente, apesar de la evolución, aun aparecenentre nosotros y en cuya rudimentariamente encuentra acomodo la tenebrosa

Idea de que la guerra es algo consus¬tancial al hombre y, por lo tanto,«natural» e Inevitable.

El Sr. Chabrier ha tenido la osadía

de calificar de una forma descortés,

por no decir ofensiva, el trabajo delSr. Noel-Baker, Premio Nobel de laPaz. Sin embargo, yo no me atrevo acalificar esa especie de detritus men¬tal con que nos ha obsequiado elSr. Chabrier, de Colombes (Francia).No nos dice en su carta si, después dematarlos, podemos comernos a nuestrossemejantes o no; y es una lástima,puesto que hubiera servido para darle,al menos, una exacta clasificación entrelos habitantes de este maltrecho pla¬neta.

E. A. Santonja GranadosConstantina, España

EL SITIO ERA OTRO

En el número de El Correo de la

Unesco de octubre de 1971, dedicadoal Irán, en la página 10 y bajo eltitulo de «Bestiario persa» se publicala fotografía de un vaso ornado consiluetas de caprinos, del que se afirmaque proviene de Sialk. En realidad,dicho vaso fue encontrado en el solar

arqueológico de Hisar, nivel II A, ydata de comienzos del tercer milenioantes de nuestra era.

F. BagherzadehConsejero Técnico del Ministerio

de Cultura y ArtesTeherán, Irán

SOBRE LA VIDA

EN OTROS PLANETAS

Supongo que son muchas las perso¬nas que han hecho ya el elogio deEl Correo de la Unesco, pero pese aello quisiera expresarles mi felicitaciónpersonal. Tengo catorce años y desdehace algún tiempo advierto que losdiferentes temas de que trata larevista me interesan profundamente yalgunas veces me conciernen de mododirecto.

Cartago, Irán, la futurología, los ade

lantos del mundo moderno, son cues¬

tiones apasionantes que, a mi juicio,interesan a todos. Asimismo me gusta¬ría, de ser posible, tener la oportunidadde leer en jalguno de los próximosnúmeros un artículo sobre las hipótesisacerca de la posibilidad de que existaalguna forma de vida en otros planetas.

Aprovecho la oportunidad para expre¬sar mis mejores deseos de éxito alCorreo de la Unesco en sus veinticinco

años de vida y para hacer votos porque, cuando yo sea un abuelo jubilado,pueda seguir siempre mirando a travésde esa «ventana abierta al mundo».

Daniel PipernoValence, Francia

N.D.L.R. El Correo de la Unesco pu¬blicó en enero de 1966 un articulo titu¬

lado 'Mensaje a las estrellas*, cuyoautor, D.M.A. Mercer, del departamentode Física de la Universidad de Sou¬thampton (Gran Bretaña), se dedica aestudiar métodos de comunicación con

los seres extraterrestres dotados de

inteligencia que pudieran eventualmenteexistir.

CHINA EN LA UNESCO -

Por una extraña coincidencia, el

mismo día en que leía El Correo de laUnesco de noviembre de 1971, dedi¬

cado especialmente a la lucha contrael racismo, tuve conocimiento de uncomunicado de prensa en el que sedecía que la Unesco acababa de expul¬sar de su seno a la República de China.

No logro comprender cómo laUnesco, cuyo campo de acción selimita a las esferas de la educación,

la ciencia y la cultura, puede excluirde esta manera, por motivos que nopueden ser sino de orden político, aun pueblo que ha servido fielmente alas Naciones Unidas y a la Unescodesde su fundación. Y lo que es más,se me ha informado que la decisiónde expulsión fue adoptada por elConsejo Ejecutivo de la Unesco, en cir¬cunstancias en que, según se afirma,de acuerdo con sus estatutos competeexclusivamente a la Asamblea General

de la Organización adoptar una reso¬lución en ese sentido.

Les aseguro que soy de raza blancay que no estoy comprometido en modoalguno ni con la China de Formosa nicon la de Pekín; pero al igual queustedes, tengo «una ventana abierta al

que me permite observar,juzgar y comparar.

Georges TerlindenBruselas, Bélgica

N.D.L.R. El Consejo Ejecutivo de laUnesco decidió el 29 de octubre de

1971, por 25 votos contra 2 y 5 absten¬ciones, »que a partir de esta fecha elgobierno de la República Popular deChina es el único representante legí¬timo de China ante la Unesco*.

TEMAS PARA "EL CORREO"

Con un grupo de Jóvenes hemosentablado conversaciones sobre El

Correo de la Unesco y estamos de

acuerdo en que la revista es suma¬mente interesante e instructiva, pero a

la juventud de hoy le inquietan mayor¬mente las cuestiones sobre el adelanto

técnico y cultural, así como las artesplásticas, el cine y la música moderna,temas sobre los cuales no hemos

encontrado ningún artículo en los últi¬mos números.

Rosa Ivette RojasLa Habana, Cuba

PARA ENSEÑAR

"LO DIFERENTE"

Tengo a mi cargo el departamentode educación social de una escuela

inglesa que acoge principalmente aalumnos «inmigrados»: cerca del 50 porciento de los estudiantes proceden delas Indias Occidentales y un 20 porciento son originarios de la India. Du¬rante los dos últimos años hemos

tratado de elaborar un programa quereafirme entre nuestros alumnos el

acervo de «culturas» diferentes y deconciencia de grupo, pero que al mismotiempo les ayude a orientarse desdeahora hacia actividades que entren enel marco de la sociedad inglesa.

En la preparación del programa des¬tinado al primero de esos objetivos,encontré sumamente útil el número de

El Correo de la Unesco, de noviembrede 1971, «Respuestas al racismo». Mipropósito fundamental, al servirme dela revista, fue señalar la similitud delas tradiciones históricas y culturalesde Africa, las Indias Occidentales, laIndia y la Inglaterra europea, valién¬dome de un material visual y literariorelativo a los grandes figuras de esasculturas. En ese mismo número, el

articulo sobre Míklujo-Maklai, aunquese refiere más bien a la personalidadde este viajero que a la de los papúes,me fue útil para ilustrar las discusionesque tenemos en clase sobre seres«semejantes» y «diferentes».

Por otra parte, diversos educadoresinteresados en este tipo de estudioshan decidido constituir un grupo detrabajo, y me será grato servirme paraello de la documentación que suministrauna publicación como El Correo.

Robert C. Bennett

Escuela «William Murdoch»

Handsworth, BirminghamGran Bretaña

TAMBIÉN LOS NIÑOS

SE INTERESAN

En casa leemos con interés y placerla excelente revista que es El Correode la Unesco y me complace infor¬marles que pasa de mano en manopor toda la familia. En efecto, susmagníficas fotos y dibujos atraen enor¬memente a los niños. Stéphanie, quees la mayor y tiene doce años, losobserva con mucho interés, y me esgrato comunicárselo a ustedes. Desdeluego, se trata de una publicación paraadultos y pienso recomendársela a misamigos.

Jacques ArtusApt Vaucluse, Francia

Acaba de aparecer

Repertorio de la Unescoindispensable para conocerlas posibilidades que se ofrecenen el mundo para ampliar estudiosy viajar por el extranjero.

La presente edición, la vigésima,informa detalladamente sobre:

CURSOS BREVES

SEMINARIOS

ESCUELAS DE VERANO

BECAS Y SUBSIDIOS DE VIAJE

La obra se publica anualmente eninterés de los estudiantes, los educa¬

dores y cualesquiera otras personasque deseen estudiar o viajar por elextranjero durante sus vacaciones.Los datos en ella contenidos provie¬nen de más de 500 organizacionesde 60 países.

Vacation study abroad XXCours de vacances à l'étranger

Cursos de vacaciones en el extranjero

Vacation court«* and scholarshipsCoure «t bouree« de v;

Curaos y becas de

Trilingüe: inglés, francés, español

109 páginas 1,50 dólares - 6 francos franceses

Para renovar su suscripcióny pedir otras publicaciones de la Unesco

Pueden pedirse las publicationes de la Unesco

en todas las librerías o directamente al agente

general de ésta. Los nombres de los agentes que no

Figuren en esta lista se comunicarán al que los

pida por escrito. Los pagos pueden efectuarse en

la moneda de cada país, y los precios señalados

después de las direcciones de los agentes corres¬

ponden a una suscripción anual a «EL CORREODE LA UNESCO».

ANTILLAS HOLANDESAS. C.G.T. Van Dorp &

Co. (Ned. Ant.) N.V. Willemstad. Curaçao, N.A. (Fl. 5,25).ARGENTINA. Editorial Losada, S.A., Alsina 1131,

Buenos Aires. ALEMANIA. Todas las publicaciones:

Verlag Dokumentation Postfach 148, Jaiserstrasse 13,

8023 München-Pullach. Para «UNESCO KURIER»

(edición alemana) únicamente: Vertrieb Bahrenfelder-Chaussee 160, Hamburg-Bahrenfeld, C.C.P. 276650.

(DM 16). BOLIVIA. Librería Universitaria, Univer¬sidad San Francisco Xavier, apartado 212, Sucre.

BRASIL. Fundacao Getulio Vargas, Serviço de Publica-

cóes, caixa postal 21120, Praia de Botafogo 188, Rio

de Janeiro, GB (Crs.20). COLOMBIA. Librería Buch-

holz Galería, avenida Jiménez de Quesada8-40, apartado

aéreo 49-56, Bogota; Distrihbros Ltda.. Pío Alfonso Gar

cía, carrera 4a, Nos. 36-119 y 36-125, Cartagena;

J. Germán Rodríguez N., calle 17 - 6 - 59 apartado

nacional 83, Girardot, Cundmamarca ; Editorial

Losada, calle 18 A Nos. 7-37, apartado aéreo

5829, apartado nacional 931, Bogotá; y sucur¬

sales: Edificio La Ceiba, Oficina 804, Medellín; calle

37 Nos. 14-73, oficina 305, Bucaramanga; Edificio

Zaccour, oficina 736, Cali. COSTA RICA. Librería

Trejos S.A., Apartado 1 31 3, San José. CUBA. Distri¬

buidora Nacional de Publicaciones, Neptuno 674. La

Habana. CHILE. Editorial Universitaria S.A.. casilla

10 220, Santiago. ECUADOR. Casa de la Cultura

Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, Pedro Moncayo y 9

de Octubre, casilla de correo 3542. Guayaquil.

EL SALVADOR. Librería Cultural Salvadoreña, S.A.,

Edificio San Martín, 6a calle Oriente No. 118. San

Salvador. ESPAÑA. Todas las publicaciones incluso «El

Correo»: Ediciones Iberoamericanas, S.A.. calle deOñate

15, Madrid 20; Distribución de Publicaciones del Consejo

Superior de Investigaciones Científicas, Vitrubio 1 6,

Madrid 6; Librería del Consejo Superior de Investiga¬

ciones Científicas. Egipcíacas 15. Barcelona. Para «El

Correo» solamente: Ediciones Líber, apartado 1 7,

Ondárroa (Vizcaya) (260 ptas). ESTADOS UNIDOSDE AMERICA. Unesco Publications Center. P.O.

Box 433. Nueva York N.Y. 10016 (US »5.00). FILI¬

PINAS. The Modern Book Co., 926 Rizal Avenue,

P.O. Box 632 Manila. D-404. FRANCIA. Librairie de

l' Unesco, 7-9, Place de Fontenoy, 75-Paris 7*, C.C.P. Paris

1 2.598-48(1 7 F). GUATEMALA.Comisión Nacional de

la Unesco, 6a calle 9.27 Zona 1,Guatemala(Quetzal 3,20).

JAMAICA. Sangster's Book Stores Ltd., P.O. Box 366;

101, Water Lane, Kingston. MARRUECOS. Librairie

« Aux belles images », 281, avenue Mohammed V, Rabat.

«El Correo de la Unesco» para el personal docente:

Comisión Marroquí para la Unesco, 20, Zenkat Moura-

bitine, Rabat (CCP 324-45). MÉXICO. CILA (CentroInteramericano de Libros Académicos), Sullivan 31 -Bis

México 4 D. F. - MOZAMBIQUE. Salema & Carvalho

Ltda., caixa Postal 1 92, Beira. N ICARAGUA. Librería

Cultural Nicaragüense, calle 1 5 de Septiembre y avenida

Bolívar, apartado No 807, Managua.PARAGUAY. Mel¬

chor García, Eligió Ayala 1 650, Asunción. PERU. Unica¬

mente «El Correo»: Editorial Losada Peruana, apartado

472, Lima. Otras publicaciones : Distribuidora Inca S.A.

Emilio Althaus 470, Lince, casilla 3115, Lima. POR¬

TUGAL. Días & Andrade Ltda., Livraria Portugal, rua

doCarmo70,Lisboa(Esc.105). REINO UNIDO.H.M.

Stationery Office, P.O. Box 569, Londres S.E.I. (£1,30).

REPÚBLICA DOMINICANA. Librería Dominicana,

Mercedes 49, apartado de correos 656, Santo Domingo.

URUGUAY. Editorial Losada Uruguaya, S.A.Librería

Losada, Maldonado 1092, Colonia 1340, Montevideo.

VENEZUELA. Librería Historia, Monjas a Padre

Sierra, Edificio Oeste 2, No. 6 (frente al Capitolio),

apartado de correos 7320-101, Caracas (Bs. 20).

PLAZA

DE LAS TRES CULTURAS

(Véase la página 9)

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