Amiga Soledad

Douglas Echenique

Douglas Echenique, nace en Caracas - Venezuela. el 24 de enero de 1992.

Tras la publicación de sus tres primeros libros basados en sus experiencias personasles con el títu-lo de “My Life as Douglas”. trae este nuevo libro, Amiga Soledad.

La vida es dura, pero vale la pena luchas para ver el brillo de un nuevo día.

Amiga Soledad

Douglas Echenique

Dls’ Secrets

Douglas Echenique

Amiga Soledad

Titulo Original: Amiga Soledad© 2012, Douglas EcheniqueD.R © De esta edición. Dls’ Secrets Los Teques, Edo. Miranda. Venezuela. C.P 1201 Teléfono +58424.249.23.12 www.twitter.com/DouglasDls

Diseño de Cubierta: Douglas Echenique Fotografía: Karla BlancoDiseño de Interiores: Douglas Echenique

Primera Edición: Marzo, 2012.

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de repro-ducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de propiedad inte-lectual. La infracción de los derechos mencio-nados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual .

Prólogo.

Miro el reloj y marca las 17.30, el metro llego, al ingresar me llevo la sorpresa de que afortunadamente hay un puesto esperan-do por mi, menos mal dudo que con este animo que cargo pudiese aguantar una hora de viaje aguantando los empujones de la multi-tud impaciente por llegar a sus hogares a como de lugar, ¿hasta que punto la gente puede parecerse tanto a los animales?, ¿No se supone que nosotros somos los que razonamos?... bueno da igual. Hoy algo extraño pasa, siento que todas las miradas se posan sobre mi, pero, ¿Qué pasa?, ¿será que la tristeza se me nota a simple vista?, invo-luntariamente paso una mano sobre mi cara y descubro lo que ven, estoy llorando, vaya… ni siquiera me había percatado de ello, segu-ramente es por el hecho de estar tan acostumbrado a hacerlo.

Como desviar las miradas que se clavan como puñales sobre mí, la verdad ya no me importa, no me importa nada siendo sincero. Saco mi reproductor de música del bolso y le subo todo el volumen “Sobreviviré” de Mónica Naranjo, vaya jugada del destino, ¿sobrevi-vir? Ya para que. Si algo tiene razón la Naranjo es que dudo que exis-ta alguien en el mundo más frágil que yo en este preciso momento.

Cierro los ojos intento olvidar que existo por unos minutos por lo menos, trato de simplemente dejarme llevar por la música y trasladarme a otra dimensión, ¿sigo llorando?, no lo se, y tampoco me interesa.

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Capítulo I

Al parecer he salido victorioso, ya llegue a mi destino, ahora caminar a casa, esta lloviendo ¡Genial! Nadie me vera llorar, todos estarán pendientes de no mojarse y de sus propios asuntos. A mitad de camino veo un accidente, al parecer un carro atropello a una moto, solo veo el grupo de gente alrededor no logro apreciar mucho, ¿habrá muerto alguien? De ser así que afortunado es… largarse de este mundo de porquería a un lugar mejor, a un lu-gar donde según dicen ya no hay más dolor.

Llego a mi casa, al atravesar el umbral de la puerta lo primero que escucho es a mi madre gritando “Hijo ¿Ya llegaste?”, pienso, Cla-ro, quien más puede ser si mi padre nos abandono hace mucho, pero me limito a responder con un seco “Si” me dirijo a mi habitación lo más rápido que puedo, pero, ¡Demonios! Me atrapo casi al llegar.

-¿Cómo te fue hoy?

-Bien, - contesto lo más seco posible a ver si con eso me logro librar de mas preguntas

-¿Sólo bien? – bastante insistente.

-Si mamá solo bien.11

La esquivo y me encierro en mi cuarto, por fin estoy a salvo, por fin estoy en un lugar donde nadie me juzga, donde nadie me crítica y sobre todo, donde nadie se burla de mi. Aquí me encuentro en donde mi mejor amiga se llama Soledad, oh soledad, bendita seas entre todas las mujeres Soledad, siendo sincero, eres la única mujer que me gusta Soledad y eso es algo bastante bueno por lo menos se que tu no jugaras conmigo como lo han hecho hasta ahora.

Me veo en el espejo y entiendo claramente porque todo el mundo me observaba en el metro, estoy destruido, parezco muerto en vida, mira esos ojos hundidos de tanto llorar, las ojeras mucho más pronunciadas que de costumbre y hasta los pómulos se dejan ver sin esfuerzo, labios rotos de tanto mordérmelos, despeinado. ¿Esto es lo que soy ahora? Prácticamente nada, no soy ni la sombra de lo que llegue a ser algún día o ese chico guapo que mi madre esperaba que fuera.

Es tan patético verte en el espejo y odiar tu reflejo, ya no más. Cojo una toalla y cubro el espejo, por lo menos ya no me veré por unos cuantos días. El silencio a veces puede ser más doloroso que los comentarios de la gente, porque tu mente hace alucinar, es una guerra interminable la que lucho día a día contra mi subconsciente, miles de pensamientos autodestructivos llegan a mi cada día, y cada día pienso más en obedecer y acabar con esta farsa a la que le llamo vida, pero, ¿Cuál vida?

Vida la de las celebridades, que no tiene por que preocuparse mas que por hacer dinero y causar polémica, o la de los políticos que se mantienen a base de mentiras y de los sueños de las personas que votan por ellos, o inclusive la de los bailarines, que lo único que los motiva en la vida es bailar, pero la mía… la mía es una porquería.

La cena esta lista… pasta con queso, la verdad no tengo ham-bre, odio la cena, es el único momento en el que puedo entablar una conversación con mi madre y lo que hace es preguntar estupideces, pareciera que no se callara, ¿Cómo hace para hablar tanto sin siquie-ra respirar?, parece una maquina o esos robots de navidad de santa

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Claus que repiten una y otra vez el ¡Jo Jo Jo! Aunque no tengo ham-bre devoro la comida con tal de dejar de escuchar a mi mamá, termi-no la conversación con un “Estoy cansado, me voy a dormir”.

Vuelvo a mi habitación y apago las luces, a veces la oscuridad me relaja, siempre ando en compañía de mi amiga Soledad, es ella quien me conoce como la palma de su mano, es ella en la única que confió, ¿será por el hecho de que no existe?.

Nuevamente saco mi reproductor de música, “Lola Soledad” de Joaquín Sabina, que oportuna pienso, hasta le hacen canciones a mi amiga soledad, al parecer es muy conocida entonces. Quisiera que algún día alguien me dedicara una canción a mi, pero vamos, ¿Quién podría dedicarle una canción una persona tan insignificante como yo?

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Capítulo II

La alarma del despertador me ha despertado, al parecer que-de rendido en un sueño profundo, son las 9 al menos eso dice el reloj, anoche tuve un sueño un poco peculiar, soñaba con mi padre, o al menos eso creo. Era un hombre de su edad solo que no podía verle la cara, el punto esta en que estaba al final de un pasillo, llamándome esperaba por mi, pero por mas que caminaba y caminaba no lograba alcanzarle, el pasillo se tornaba interminable, y a medida que cami-naba veía colgado sobre las paredes unos cuadros sobre cosas que había visto en algún momento determinado de mi vida, eran como recuerdos muy fugaces de aquellos momentos tan tristes en mi vida, que si sacamos la cuenta son muchos, más de los que deberían ser, más de los que cualquier otra persona de mi edad puedan tener, me frustraba al ver que no llegaba y comencé a correr, pocos metros después me caí el piso se quebró, y comencé a caer en un vació, al mirar hacia arriba volví a ver a ese hombre, a mi padre, que se des-pedía de mi con su mano, creo que su expresión era algo parecido a una sonrisa, al llegar al fondo, me he despertado gracias al sonido del despertador. Este sueño me ha puesto un tanto nervioso, no se porque si es solo un sueño, ¿o no lo es? Rápidamente voy al baño a lavarme la cara con abundante agua, muchas personas dicen que el agua se lleva consigo los problemas, ¿Quién invento esa patraña? El agua nunca se ha llevado ninguno de mis problemas, solo me hace recordar que tan

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tonto soy cada vez que lo intento.

Buscando algo que colocarme veo entre mis cosas un bra-zalete, ¡Demonios! Pensé que me había desecho de el hace mucho tiempo, inmediatamente mi cabeza viaja mil años atrás, bueno, no seamos exagerados, unos 3 años atrás, y lo recuerdo a él, si al chico que me obsequio el brazalete, lo recuerdo claramente, 1.78 de altura, blanco, delgado, una sonrisa inmejorable, cabello cobrizo, que al ser movido por el viento me hacia perderme y volar a otra dimensión, siempre olía bien, era impresionante su aroma, y fácil de reconocer, era un olor que me embriagaba, ¿cómo vivir sin ese olor? Nunca imagine poder hacerlo, aunque lamentablemente tuve que acostum-brarme a eso.

Mi madre toco la puerta para asegurarse de que iba con buen tiempo a la universidad, me saco del trance en el que estaba, no se porque pero decidí colocarme el brazalete, quizás para volver al mis-mo en un momento u otro.

Camino a la universidad en el metro se monta un chico pa-recido a él, no lo podía creer, mi corazón comenzó a latir desbocada-mente, quizás es cierto eso de la fuerza de atracción, si esas patrañas que dicen que si lo piensas con todas tus fuerzas lo obtienes, algo así como el polvo de hadas de campanita, pero cuando volteo hacia mi me di cuenta que no era él, simplemente tenían cierto parecido, estúpida broma del destino, toco el brazalete y vuelvo al trance, atrás al día en el que nos conocimos, quien diría que un lugar tan estúpido como un centro comercial iba a unir a un par de extraños, yo iba ca-minando a comprar quien sabe que cosa, cuando me tocan el hom-bro y me dicen “Disculpa se te cayo esto” era él, con una sonrisa me entrega un papel y se va obsequiándome una gran sonrisa, esa fue la primera vez que vi esa sonrisa tan perfecta, se fue, sin prisa pero sin pausa desapareció rápidamente de mi campo visual, al ver el papel veo que dice, Fernando y un número telefónico, no lo podía creer, ¿me había dado su número?, o acaso me estaría jugando una broma pesada, daba igual, guarde la tarjeta en mi bolsillo y seguí mi camino. Al llegar a mi casa revise mis bolsillos y volví a ver esa tarjeta, lo dude

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al principio pero le escribí. Y vaya que escribí duramos casi tres ho-ras hablando de todo un poco y quedamos en vernos al día siguiente.Y nos vimos… fue, bastante agradable aunque la verdad un poco extraño, por cuestión de tabú y esas cosas, prejuicios que te imponen desde que eres solo un crío, eso de que los niños se enamoran de las niñas, y las niñas de los niños, pero, ¿qué pasa si eres un niño y no te gustan las niñas? Sencillo eres un fenómeno de la naturaleza, algo que simplemente no debería existir, o bueno, eso es lo que he escu-chado decir, a mi me gustan los niños, bueno corrijo no los niños, los chicos más o menos de mi edad, que me gustarán los niños si sería un poco extraño.

Me llevo un chocolate blanco, ¿A cuenta de que? No lo se, so-lamente era caballeroso supongo, y las mujeres se atreven a decir que los caballeros no existen, lo que no saben es que los que quedan van a por los chicos y no por las chicas, fuimos al cine a ver una película de acción, la verdad no se de que trataba me aburrí y pasé casi toda la película observándolo, hubo un momento en el que sentí mucho frío y paso su brazo por encima de mi para abrazarme, involuntaria-mente me estremecí, me pregunto que si me incomodaba eso podía retirar el brazo, ¡No! Fue mi respuesta, obviamente no quería que quitara su brazo de ahí es solo que… nunca nadie había hecho algo así…

Volví en mí al observar que toda la gente abandonaba el va-gón del metro, vamos, volvamos al mundo real, a la cruda realidad, ¿Es normal sentir que todo el mundo te observa? Esta vez estoy se-guro de que no estoy llorando sin embargo siento como lanzas los ojos de todos sobre mí. Supongo que es algo mental.

Llego a la universidad y como es costumbre me dirijo a mi esquina habitual, al ultimo escritorio en donde nadie se me acer-ca, supongo que es porque piensan que soy un bicho raro, pero, los raros son ellos, sonrientes todo el tiempo, me hacen recordar a los vendedores de Herbalife, parecen dopados todo les causa alegría, y vamos por favor, ¡nadie puede ser tan feliz en el mundo! Aunque a mi me vendría bien un poco de felicidad, para darle color a mis días

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grises. Recuerdo cuando mis días tenían color.

…Después del cine me invito a comer, a un restaurant esos de comida rápida, una hamburguesa para una primera cita… que menú tan exquisito vale, por muy caballeroso que sea es un poco básico ¿no? Da igual me hacia reír, jugaba con la comida, sobre todo con las papas fritas, se las metía en la nariz, creo que nunca me había reído tanto en mi vida, lo que más me gusto fue que con la salsa de tomate escribió en el mantel “¿Quieres volver a salir conmigo?”, que iba a responderle por favor obviamente ¡Si!

Volvimos a salir, una y otra y otra vez, en total 5, antes de que pasara algo grande, algo que no me esperaba aunque era algo obvio que pasaría tarde o temprano, un día después de haber pasado toda la tarde dando vueltas sin un rumbo fijo nos sentamos en unos ban-cos a contemplar el atardecer, la gama de colores derramada sobre el lienzo del cielo era casi mágico, las aves volaban hacia sus nidos, y de pronto saco una caja, cuadrada, pequeña, blanca, y me dice “ábrela” la tome entre mis manos, era súper bonita, la sencillez es algo que me mata, los pequeños detalles hacen que la vida tenga sentido, al menos era algo que él decía, al abrirla había un papel dentro, decía “¿Quieres ser mi novio?”, al leer eso quede sin palabras dirigí mi mi-rada hacia sus ojos y le pregunte que si era en serio, pero que más serio podía ser, no tenía nada que decir, solo podía decir que si, por supuesto quería ser su novio. Era algo lógico…

Veo la pizarra y la profesora hace ecuaciones, gráficas, nú-meros, al final todo se confunde en garabatos, no entiendo nada, o quizás no quiero entenderlo, porque ¿para que me va a servir apren-der una ecuación? Si yo lo que quiero ser es músico, bueno era lo que quería, ahora la único que quiero es desaparecer.

Tomo mis cosas y salgo del salón la verdad no se que hacia ahí si tengo la cabeza en otra parte, este ha sido mi problema desde hace tiempo, no logro concentrarme en algo en concreto, ¿déficit de atención?, los psicólogos cada día inventan más términos para aho-rrarse el trabajo de tratar a una persona, te dicen un nombre que solo

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ellos entienden y te mandan un tratamiento, la verdad ya nada fun-ciona en el mundo que vivimos, todo es anarquía, corrupción e in-eficiencia, cuando veamos te podrás graduar de médico viendo unas cuantas películas en tu casa. …seguimos saliendo, ahora como novios, inclusive me pre-sentaba a sus amistades con “Hey te presento a mi novio”, cada vez que escuchaba ese término flotaba más y más, ¿me estaba enamo-rando?, sin duda alguna estaba cayendo sin paracaídas con rumbo al amor, estar enamorado de verdad debería ser considerado una enfermedad, es impresionante lo tonto que puedes llegar a ser cuan-do alguien toca tu corazón, entregas todo, el cuerpo, el alma, todo lo que tengas, quedas desnudo y abierto a tanto, y si me vi yo, de la noche a la mañana estaba desnudo en su cama, vamos, supongo que el amor me dejo ciego, a todos nos pasa alguna vez, y a mi me paso, que más daba era la persona con la que quería pasar el resto de mis días, ya le había dado todo de mí excepto mi cuerpo y lo hice, y no me arrepentía, siempre escuchaba decir a las chicas que muchos de sus novios cambiaban al acostarse con ellas, no lograba entender por que, pero si de algo estaba seguro era de que eso a mi no me iba a suceder, vamos él es el chico perfecto, diferente al resto, eso me lo ha demostrado, no tenía nada que temer…

La barriga empieza a gruñir, eso que llaman hambre, ¿tan pronto?, que más da… me dirijo a la cafetería pero todo se ve tan re-pugnante, es como si la comida tuviese vida propia e intentara decir-te “Corre por tu vida” pero tengo mucha hambre creo que un yogurt es lo mas saludable, echo un vistazo sobre las personas sentadas acá, los nerds que lo único que parece importarles es estudiar o los video juegos, son admirables pero a la vez patéticos, los populares o farán-dula para ser mas descriptivos, ellos comparados con los nerds son aún más patéticos, intentan llenar algún vacio en sus vidas estando en cuanto evento social se les atraviese, cualquier sitio es el adecua-do para demostrar cuanto cerebro les hace falta, todos son iguales, siguen los mismos patrones, también veo las regaladas, chicas que a penas van vestidas, supongo que ellas tienen un vacío mas grande que los faranduleros e intentan llenarlo con sexo, sentirse deseadas

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por un momento, pero caen en estarse regalando a todo el que se le atraviese… este último grupo lo conozco mucho mejor que los ante-riores, pero quien soy yo para juzgar a todas estas personas, si yo soy inclusive más patético que todos ellos juntos.

…al final termine equivocándome, claro que cambio, ya no nos veíamos, a penas hablábamos, siempre era yo quien lo buscaba, al parecer había perdido el interés en mi, pero ¿Qué había pasado? ¿Acaso hice algo malo?, intentaba buscarlo a como de lugar, pero sin resultado alguno, el simplemente pasaba de mi, y yo debía llegar al fondo de esto, un día lo seguí, y me lleve una desagradable sorpresa, fue a verse con otro chico, y yo pensaba, “bueno pueden ser amigos ¿no?” pero fui dándome cuenta de que no eran solo amigos, se reían mucho, se pegaban más de lo que deberían y al final lo llevo a su casa, lo que haya pasado dentro de esas cuatro paredes la verdad no quería saberlo, ya suficiente era para mi con el hecho de haber sido despla-zado por un completo desconocido, pero, ¿Qué podía tener el que yo no tenga? Recordándolo bien, es un poco más musculoso, ¡eso era! Los músculos, debía sacar músculos y así volvería conmigo…

Paseando por las canchas me topo con los deportistas, los gorilas que intentan hacerse ver más hombre que los otros por el simple hecho de levantar más peso en las pesas, o por hacer más ab-dominales de los que su cuerpo puede soportar, pero supongo que es algo sobre la conducta del hombre, todos queremos ser mejores que el resto de una u otra forma, aunque eso nos haga quedar como unos completos idiotas, eso me hace recordar lo estúpido que fui al querer ser un chico musculoso.

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Capítulo III

…Fernando me había dejado por otro chico mucho más marcado que yo y eso no iba a quedarse así, quería músculos, pues yo le daría músculos, a la mañana siguiente me fui a inscribir al gim-nasio, primera vez en la vida que pisaba uno, y de una vez comencé los ejercicios, el entrenador me coloco una rutina un poco sencilla, más bien parecía de niña, veía como los otros levantaban mucho más peso que yo, pero si yo sufría con las pesas de juguete no quería ima-ginarme levantando todo el peso que los otros levantaban, sentía que los brazos se me iban a caer y que las piernas se me iban a desprender de un momento a otro, si, soy bastante exagerado pero juro por Dios que así me sentí, al terminar me fui al baño y comencé a verme en el espejo, me sentía hinchado pero me veía exactamente igual que al comienzo, vi entrar a otro chico como de tres años más que yo, esta-ba súper marcado, era bastante apuesto, mucho más que Fernando para ser sincero, cuando se quito la franela no pude evitar quedár-mele viendo fijamente, era más que obvio que estaba impresionado por su cuerpo, era como un rompecabezas donde cada pieza enca-jaba perfectamente con la otra dando como resultado una perfecta obra de arte, él se dio cuenta, se rio y me pregunto “¿pasa algo con mi cuerpo?”

Nervioso respondí como pude, que no pasaba nada, sim-plemente me había impresionado como estaba marcado, a lo que

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responde que “es solo entrenamiento, si haces bien tus ejercicios pronto tu también verás los resultados, eso y si quieres ayuda unas merengadas se convertirán en tus mejores amigas” ¿Merengadas? ¿A qué merengadas se refería? Al parecer noto que no entendía lo que decía y me dijo, “vamos prueba estas son las que yo bebo” y me paso su termo lo tome un poco nervioso y lo lleve a mi boca, sabia a… no se una mezcla de chocolate con remedio, pero si eso me iba a poner el cuerpo como aquel chico yo las tomaría, le pregunte que donde podía conseguirlas a lo que respondió muy agradablemente “si no estas apurado puedo acompañarte solo espera que me de una ducha me visto y nos vamos” afirme con la cabeza y me senté en uno de los bancos a esperar que aquel chico me llevara…

Hoy en día no se en que estaba pensando, es ilógico todo lo que llegas a hacer por tratar de aferrar a alguien a ti, alguien que si valiera la pena nunca se hubiese alejado en principio, pero así somos todos, masoquistas por excelencia, camino por las calles y veo una chica sentada en un banco esta embarazada, pero esta sola, ¿será que metió la pata y el tipo la ha dejado sola? Seguramente, no sería ex-traño en esta época donde los hombres son suficientemente hombres para follar con cualquiera pero cuando se les presentan inconvenien-tes como “mi amor tengo un atraso” desaparecen como gallinas y nunca mas vuelves a verlos de nuevo… por lo menos por ser hombre no corrí con el riesgo de salir embarazado, gracias a la naturaleza todavía no lo hacemos, aunque como va la tecnología quizás en unos cuantos años los hombres también empezarán a dar a luz.

Más adelante veo a unas chicas maquillando a otra, y se que la pobre no sabe en lo que esta cayendo, en el agujero de la perfec-ción, las mujeres piensan que entre más maquillaje lleven aplicado en sus rostros son mas bellas aunque es totalmente falso, entre mas se apliquen más se asemejan a los payasos del circo, no es que me atraigan las mujeres pero igual se apreciar la belleza, y para mi entre más sencillas sean más bellas son, aunque vamos que los ángeles de Victoria’s Secrets son las mujeres más sexys de este mundo no puedo negar que preferiría a una chica sin maquillaje, o por lo menos con lo básico, un brillito en los labios para darle un poco de vida al rostro

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creo que es mas que suficiente, pero estamos en un mundo en el que todos buscan la perfección a como de lugar, has visto que a parte de maquillarse las mujeres se operan los senos y se colocan extensiones en el cabello… ¿qué ganan con eso? Eso sin dejar de lado las uñas postizas y uno que otro trasero inyectado, al final todas terminan siendo iguales, cortadas por el mismo molde, ¿será que la mujer per-fecta es la Barbie y por ser gay no lo entiendo? Pero las entiendo, para mi la perfección era ser musculoso.

…El chico termino de arreglarse y nos dirigimos a la tienda donde vendían las benditas merengadas, afortunadamente quedaba relativamente cerca del gimnasio y no eran tan costosas, Luis, así se llamaba él se despidió tenia que ir a estudiar y me dijo que si quería podríamos entrenar al día siguiente así vería con mis propios ojos su rutina de ejercicios, afirme y nos despedimos, al llegar a mi casa lo primero que hice fue tomarme dos vasos de la merengada mágica que me haría colocar el cuerpo como Luis, un cuerpo de Dios grie-go al que Fernando y el resto del mundo admirara, el solo hecho de imaginármelo me ponía extremadamente feliz, al día siguiente luego del colegio directo al gimnasio y al llegar inmediatamente escanee el lugar con la mirada y ahí estaba Luis calentando, corrí a los vestido-res y me cambie lo más pronto posible para no perderme ni un se-gundo de la rutina de ejercicios de mi nuevo entrenador, ¿era por eso no?, lo salude como si nada para que no me viera tan entusiasmado, aunque supongo que desbordaba alegría, seguí paso a paso sus ejerci-cios, vamos eran peores que los del día anterior, cuatro series de 250 abdominales, ¿acaso intentaba matarme?, pesas, con pesas de verdad no con los juguetes que me habían dado ayer, mis brazos se caerían si o si, le pregunte que si no haríamos piernas y me respondió que así no se hacia, un día trabajas unos músculos y al día siguiente otros, no puedes trabajarlos todos el mismo día, se veía tan sabio explicán-dome todo, supongo que sabia lo que hacia no había nacido con ese cuerpo, en los vestidores se quito la ropa y quedo solo en toalla y me dijo “oye el sauna esta encendido ¿vienes conmigo?” yo no sabia para que servía el sauna y le pregunte, “sirve para quemar calorías y lim-piar los poros” fue su respuesta, me iba a quedar en bóxers y cuando me vio se hecho a reír, “¿es en serio? Quítatelos quédate en toalla sino

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los vas a sudar y te los tendrás que llevar mojados” creo que me sonroje al imaginarme desnudo en el mismo cuarto pequeño que el, pero obedecí, adentro hacia muchísimo calor, el se recostó de la pared llevo sus brazos a su cabeza y cerro los ojos, ¡Dios! Creo que yo empezaba a delirar al ver semejante cuerpo de adonis transpiran-do, en verdad era hermoso, creo que inclusive era lo más hermoso que mis ojos habían visto hasta entonces, trate de no verlo para no ser evidente, pensaba en otra cosa, ejercicios, el colegio, lo que fuera con tal de no pensar en ese Dios griego que se encontraba a pocos metros de mi desnudo, al salir me di una ducha helada, me vestí y luego me despedí y me fui a mi casa lo mas deprisa que mi cuerpo me permitía ir…

Entraba en un dilema, entrar al resto de mis clases o irme a mi casa, este día no tenia cabeza para prestar atención y preferiría estar en casa antes de seguir en la calle, todavía siento que la gente observa cada paso que doy, susurran a mis espaldas, se que inclusi-ve muchos se burlan de mi… y los entiendo si yo estuviese en sus zapatos quizás también me burlara de mi, pero nadie es más cruel conmigo que yo mismo ¿no?, de ser así el resto del mundo comienza a aproximarse mucho, y eso no es del todo bueno. Me voy a mi casa esta decidido, no hay nada bueno que pueda sacar de este día, es otro día más en la vida de un ser insignificante, tanto o más que una mos-ca, al menos las moscas tienen una misión en la vida, molestar a las personas tratando de pisar su comida, en cambio yo, ¿para que vine al mundo? Creo que para dar lastima.

Caminando hacia el metro creí verme a mi mismo en direc-ción contraria, es algo extraño, aunque no es la primera vez que me pasa, es una extraña sensación, quizás si me este volviendo un poco loco, o quizás no, quizás sea la única persona cuerda del mundo, o todos somos unos locos producto de la imaginación de algún dro-gadicto, pero… que carajos pienso… en momentos como este me asusto de ser yo. Con razón la gente se burla de mí si soy un loco.

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Hoy no corro con la misma suerte que ayer… hoy me toca irme de pie todo el recorrido, ¡que asco! No hay nada peor que sentir los empujones de la gente que a penas entra en el vagón del metro se transforma en bestias dejando de lado los modales y la cordura y empujan, pisan, golpean e insultan a quien se les cruce en el camino, el metro suele causar ese efecto sobre la gente de esta ciudad, y me pregunto ¿en otros países la gente será tan poco civilizada como en este?, me coloco cerca de la puerta que divide los vagones, al menos de acá no me podrán empujar más.

…Al verme en el espejo me encanta lo que veo Luis tenia razón las merengadas si ayudan y bueno tengo su ayuda para entre-nar, pensándolo bien el último mes ya no pienso en Fernando, eso es bueno, supongo, pero ahora me pasa algo muy extraño, no dejo de pensar en él, en su cuerpo de Dios griego, ¿Qué me pasa?, al verlo en el gimnasio automáticamente se dibuja una sonrisa en mi rostro, creo que es evidente que soy feliz a su lado, bueno mientras estoy con el quiero decir, al saludarme me ha dado un abrazo, el primero que me da para ser sincero y me gusta, no, me encanta pero ¿será que a él también le gustan los chicos?, es mejor no arriesgarme y dejar que las cosas fluyan por si solas, otra jornada de ejercicios, otro día más con él me hacen feliz…

Al llegar a casa mi madre todavía no ha llegado, es obvio to-davía son las 15.00hs, lo primero que me pide mi cuerpo es comida, ya el efecto del yogurt paso, ahora me pide comida de verdad, ¿qué habrá en la nevera?, al parecer nada preparado, me conformaré con una ensalada de frutas, picando las frutas me he cortado un dedo, vaya… cuanta sangre.

…Terminamos los ejercicios, vamos al baño, una merengada como es costumbre y al sauna… volveré a ver su cuerpo de reojo cla-ro para que no se de cuenta, válgame el cuarto del sauna esta oscuro Luis dice que es que alguien daño la luz, que acostumbran a hacerlo siempre, da igual entramos como de costumbre eso no iba a evitar que se nos limpiaran los poros, por mucho que intento distinguir su cuerpo no puedo es una oscuridad casi completa, solo veo su silueta

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gracias al brillo de los carbones, así que me dispongo a cerrar los ojos como lo hace el, pocos segundos después siento una respiración en mi oreja, es Luis, me dice “Se como me miras de reojo siempre, creo que te gusto ¿me equivoco?” me quedo inmóvil no se como reaccio-nar ante esto, como puedo saco fuerzas para responderle… no.. No como crees, se me acerca mucho más y dice “¿Seguro? No me con-vences y lo siguiente que siento son sus labios reposados sobre los míos, ¿esto realmente ocurría?, si, estaba pasando, luego se separo de mi riendo y logre escuchar “Lo sabía” se sentó nuevamente como es-taba antes, salimos del sauna a las duchas, cuando el agua recorre mi cuerpo recuerdo lo que acababa de hacer aquel chico que tanto había admirado todos estos días, pero algo llama mi atención, sangre, en el suelo… viene de mi… mi nariz, cierro la llave rápidamente y llamo a Luis, al verme se preocupa y me sienta en uno de los bancos, estaba botando chorros de sangre de mi nariz, pero, ¿por qué?...

Corro al baño a buscar una curita para mi dedo, no creo que sea tan grabe como para una sutura, seguro exagero como siempre, ya esta… como nuevo, es hora de quitarme este bendito brazalete ya bastantes recuerdos me trajo por el día de hoy… ¿recordar es vi-vir? No que va, recordar es dejarte claro que ya estas muerto… vaya mi cuarto esta bastante desordenado… recuerdo cuando mi madre me armaba escándalos porque según su criterio parecía un nido de perros, aunque pensándolo bien, ¿los perros no tienen nidos o si? Debería desechar algunas cosas, por ejemplo la ropa de hacer ejerci-cio, dudo que quiera volver a pisar un gimnasio en mi vida, ah esta camisa tampoco me la coloco, ¿en qué estaba pensando mi madre cuando compro una camisa con la cara de Bob Marley estampada? Pero que… ¿un libro?, ¿De donde habrá salido este?

…De pronto ando en una habitación, acostado en una cama helada al parecer hay algo conectado a mi cable, un liquido amari-llento se pasa gota a gota por una manguera hacia mis venas, ¿Qué me paso? Lo último que recuerdo es a Luis pegando gritos por mi nariz, ah claro mi nariz, creo que ya no derramo sangre, eso es bueno o al menos eso creo… pero ¿Qué hago aquí? Hace mas frió de lo que es necesario, ¿acaso creen que soy un pingüino o un oso polar? Se

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escuchan algunas voces afuera, quizás esa sea mi respuesta, veo en-trar a una chica de unos treinta años de edad, se ve demasiado son-riente, revisa la cosa amarilla, y se dirige hacia mí:

-¿Cómo te sientes? Miro a los lados, vamos a quien más le va a estar hablando si estas solo. –Bien Supongo, ¿Dónde estoy?

-En la clínica, menos mal que ese chico te trajo era más grave de lo que parecía. -¿chico? – Claro Luis, pero… -¿Dónde esta él?

-Se fue hace como 15 minutos, no son horas para estar en la calle, menos con la situación del país.

Genial, ¡estoy solo! –Pero ¿qué tengo?

-Las merengadas que estabas consumiendo fueron rechaza-das por tu organismo, cada día las personas compran más esas cosas sin saber lo que eso les hace a sus organismos, es triste pero cierto.

-¿Las merengadas me trajeron a la clínica?

La enfe0rmera se ríe, -No como crees, te trajo el chico.

-Claro claro pero, por culpa de las merengadas.

-Si, eso parece, tu cuerpo no las acepto, y tardo un tiempo en darte señales. Al menos no fue demasiado tarde. Si me disculpas tengo que chequear al resto de los pacientes, por cierto tu madre esta en el cafetín.

Sale de la habitación meneando sus caderas, ¿Es necesario que se bambolee tanto? Digo es hasta un poco antinatural menear tanto las

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las caderas cuando caminas, mujeres, les gusta exagerar todo…

“- Así el león se enamoró de la oveja - Que oveja tan estúpida... - Que león tan morboso y masoquista.”

Crepúsculo, tenía mucho tiempo sin leer este libro, ahora recuerdo el motivo por el cual me gustaba tanto, es impresionante como en el lugar menos esperado consigues al amor de tu vida, ese que aunque vaya en contra de la naturaleza sigue estando ahí para ti, prometiéndote estar a tu lado para siempre, aunque ese para siempre será solo el comienzo pues sus vidas duraran mucho más… al intro-ducirme a fondo en la lectura encuentro frases con tanta realidad en cada una de sus letras, son palabras que en mi estado actual me vienen como anillo al dedo, siento que el libro fue escrito para mi.

“La muerte es apacible, fácil… La vida es más difícil.”

Es obvio que la vida es mucho mas difícil, demasiado seamos sinceros, hay muchos momentos en los que simplemente desearía acabar con todo esto y ser feliz… feliz por no tener más que luchar en contra de la corriente, solamente cerrar mis ojos y dejarme llevar hasta introducirme en el mar profundo del inframundo en donde Hades me esperara sonriente por su nueva adquisición, así todo el dolor y el sufrimiento se habrá terminado, y por una vez en la vida, o bueno la muerte encontraría la paz… pero, vamos que soy hasta poca cosa para merecer el suicidio no tengo la fuerza para acabar con mi vida, soy… un miedoso, eso soy.

“Me dije a mi misma que el amor es irracional, cuanto más quieres a alguien, menos lógica tiene todo”

…Luis iba a visitarme a diario a la clínica durante esa semana que estuve interno, era bastante agradable sentir que era importante para él, o quizás era el sentimiento de culpa que invadía su consciencia, da igual, lo importante es que el estaba ahí, conmigo y para mi, una hora cuando mucho dos eran suficiente para mi, a penas atravesaba

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la puerta de la habitación se iluminaba mi mirada, se tatuaba una enorme sonrisa en mi rostro, todo era perfecto por así llamarlo, pero cuando me llevaron a mi casa las cosas cambiaron, al comienzo iba un día por medio, luego dos, al final ya casi no se asomaba por mi casa, tenia terminantemente prohibido volver a entrenar por lo me-nos seis meses, pero… nadie dijo que no podía ir al gimnasio ¿o si?, me decidí, vi que mi madre no estaba en la casa y opte por arriesgar-me, al llegar al gimnasio no pude evitar escuchar su risa, al menos estaba ahí, un punto a mi favor, cuando entro y lo localizo con la mirada estaba riéndose efectivamente pero en compañía de otro chi-co, rubio más o menos de su estatura y lo ayudaba a hacer ejercicios, tal como lo hacia conmigo, claro, esa es la respuesta a porque no había ido a visitarme, encontró a alguien más, nuevamente siento en carne propia el dicho de que cuando hay santos viejos los viejos no hacemos milagros, se canso de esperarme y decidió buscar a alguien más, ¿será que ya el sentimiento de culpa abandono su consciencia?, quizás ya ni piense en mi, me doy media vuelta y abandono las ins-talaciones, me devuelvo a mi casa, la verdad ya no tengo nada que hacer ahí, ¡Que suerte la mía!...

“Nunca me había detenido a pensar en como iba a morir...pero morir en lugar de alguien a quien se ama me parece una buena forma de acabar”

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Capítulo IV

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¿En qué pensaba Isabella en ese libro? Morir en vez de la persona que amas… no, ni pensarlo, según mis experiencias nadie estaría a morir por ti, mucho menos si es un hombre esa persona a la que ames, soy un hombre, lo sé, por lo mismo entiendo nuestra naturaleza, ya había escuchado una canción que dice algo de que todos nacimos infieles comprobado por la ciencia, cada día lo creo más, los hombres nos dejamos dominar en muchas oportunidades por el deseo y dejamos de lado la cabeza, bueno… pensamos con la otra cabeza, yo no soy la excepción, aunque quizás lo haya hecho por despecho.

“Tu eres exactamente mi marca de heroína.”

…Hoy se cumplen exactamente seis meses, ya podría regresar al gimnasio a entrenar, ya todo esta bien en mi cuerpo, al menos eso dice el doctor, pero… ¿Qué caso tendría? Luis se había convertido en el motivo de mis constantes entrenamientos, inclusive logro borrar de mi cabeza el recuerdo de Fernando, y… Un clavo saca otro clavo, al menos dice eso el dicho, puede de que eso también se aplique en mí, porque… ¿Qué tan diferente puedo llegar a ser al resto de los hombres?, no mucho, supongo que si es algo cierto de que todos so-mos cortados por el mismo molde, internet, es hora de que sirvas para algo, busco en una pagina de encuentros a ver si algún chico me llama la atención, y no tardo en fijarme en uno, su perfil habla de

de volar, llevarme a las nubes, al infinito y más allá, suena interesante, y lo es bastante alocado, nunca había tratado con alguien así habla de que la vida es una sola y mientras más alto llegues a volar más lo podrás disfrutar, ¿Por qué habla tanto de volar? Supongo que sueña con ser piloto algo por el estilo, quiere verme, ¿será buena idea?, por favor, eso es lo que quería, así que claro que si… nos veremos maña-na a medio día.

El lugar es un poco extraño, es oscuro, hay muchas luces, ¿acaso vive aquí? No tardo en encontrarle, su look me ayuda a dis-tinguirlo, cabello negro y largo puede que le tape la mitad del rostro si se lo peina hacia adelante, es mas o menos de mi tamaño, tiene un piercing en el labio inferior una argolla, al verme me invita a tomar asiento a su lado, conectamos desde el comienzo, aunque su perspec-tiva de la vida va mucho hacia los extremos, al poco tiempo me invita a volar, ¿Volar, me hablas en serio?, como no, saco dos pastillitas, una para él y otra pasa mi, esa diminuta capsula me iba a ser ver el infinito y el más allá, Drogas, de eso se trataba, ahora mi duda era ¿Volar o no volar?, algo así como Shakespiere con eso de ¿Ser o no ser?, ahí se encontraba mi dilema, la situación de los últimos meses no había sido del todo buena, solo esto me faltaba en realidad así que… no pierdo nada intentándolo, la tome entre mis manos y adentro.

Dos o tres horas iba a durar el efecto, al menos eso era lo que él me había dicho, por cierto su nombre es Carlos, la verdad no se cuanto tiempo duro exactamente, lo primero que sentí fue que los brazos me pesaban y que de un momento a otro se iban a desprender de mi cuerpo, el mundo me daba vueltas, y los colores eran mucho más brillantes más vivos, era un sueño hecho realidad, por alguna ex-traña razón todo me causaba risa, hasta verme en un espejo, que ¿me hacia ver mas gordo? Ya va… mi barriga me habla, una luz fuerte atraviesa mis pupilas, quiero morder algo, la ansiedad me consume, lo próximo que recuerdo fue estar arropado en una cama en compa-ñía de Carlos, ¿Qué hice anoche?...

Despierto de una repentina siesta, mi madre ya esta en casa, puedo oler el aroma de la pasta en la cocina, con razón esta tan gorda,

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¿cómo se le ocurre comer pasta de noche?, al menos ella no se preocupa por su apariencia, ¿será que ella no tiene ningún proble-ma? A parte de tenerme a mi como su hijo claro esta, la verdad nun-ca la he visto triste, ¿cómo sobrelleva el hecho de que mi padre nos abandonara cuando a penas yo era un crio?, ser madre soltera no es nada fácil, al menos eso dicen las mujeres en los programas de la televisión, esas que se quejan porque sus esposos fueron a comprar leche o cigarrillos y más nunca regresaron, mi madre nunca se queja, al menos nunca en frente de mi, pero vamos que… no soy perfecto y ella lo sabe, quizás lo haga para no hacerme sentir mal.

Al revisar mis apuntes noto que tengo un montón de tareas por hacer, ejercicios que resolver, resúmenes, análisis e inclusive montar una exposición, ¿todo para qué?, para perder el tiempo su-pongo, para que los profesores te critiquen y por mucho que te es-fuerces digan que no es lo que estaban esperando y que tu trabajo simplemente no sirve para nada, ese es el arte de ser docente, des-truir los sueños de tus estudiantes y hacerles ver que serán unos fra-casados por el resto de sus vidas, es un ciclo sin fin ellos solo se ven-gan con sus alumnos por lo que sus profesores hicieron con ellos en su debido momento, y apuesto que muchos jóvenes serán profesores solo para hacer sufrir a alguien mas, un ciclo que nunca terminara, no voy a estudiar, no tengo ánimos, prefiero pensar en algo más.

Me tumbo sobre la cama y veo las estrellas pegadas al techo, es increíble como unas simples estrellas te distraen tanto y te hacen viajar a otro lugar, con solo cerrar los ojos y dejar volar tu imagina-ción.

…No sabia que día era, ni la hora y la verdad, no tenía im-portancia lo único importante era que mis penas desvanecían cuan-do estaba volando, que el mundo realmente era color de rosa y que estos momentos tan agradables los pasaba en buena compañía, su compañía, las risas se convertían en nuestro himno el cual recitába-mos hasta el cansancio, y al despertar enrollados entre las sabanas, entre nuestras ropas o simplemente sobre nuestras pieles vernos a los ojos sonreír buscar algo de comer y volver a nuestro trance hacia las

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nubes que confundíamos con algodón de azúcar, los 80’s nunca tu-vieron tanto valor, sexo drogas y rock and roll, ¿quién no quisiera vivir así? Sin preocupaciones, sin temores, sin nadie que te diga “Eres un inmoral” y si te lo dicen al día siguiente ya no te acordaras, pase días, quizás semanas o meses sin pisar mi casa, mi hogar era Carlos, éramos perfectos nómadas caminábamos sin rumbo hasta donde nos agarrara la noche, donde sus brazos serían mi único cobijo, in-clusive llegamos a amanecer a orillas de la playa, esas eran las mejo-res noches, las mas románticas y apasionadas aunque que la arena se te meta entre los interiores o dentro de ti no es nada agradable. No me importaba nada, por un momento fui feliz era el chico más feliz del mundo…

“La noche es anestesia, me envuelve y me da amnesia, mi mente da mil vueltas, me tengo que olvidar de ti, hoy la noche es mi anestesia”

…Carlos era una de las personas más buenas que he conocido, si no es que es la más buena, siempre tiene una solución para algo, no se toma en serio la vida es demasiado relajado, todo se soluciona con sus pastillas milagrosas que nos hacen llegar a las nebulosas, donde somos libres, felices y donde solo nos hacemos falta el uno al otro… su risa es mi mejor alimento, sus manos recorriendo mi cuerpo sa-tisfacen mi sed, al unirnos en un solo cuerpo me siento completo, somos uno, nos deseamos e incluso siento que nos necesitamos, es algo así como esa media naranja de la que todos hablan y todos bus-can, quien diría que alguien tan imperfecto sería tan perfecto, no se puede juzgar un libro por su portada, pero de que hablo, siento que te amo.

Una mañana desperté y estaba a mi lado como siempre, aun-que algo no andaba bien, estaba frio, tieso, no sentía los latidos de su corazón, automáticamente el temor invadió mi cuerpo, ¿Qué puedo hacer?, intente abrir sus ojos, no funcionaban era como si no estu-viese aquí y de cierta manera ya no estaba, abandono este mundo terrenal y por fin salió volando hasta el mas allá, una sobredosis de seguro, la noche fue muy intensa, no recuerdo ni cuantas cosas mez-clamos, solo se, que me encuentro solo, solo y aterrorizado con un

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cuerpo sin frente a mi, ni siquiera puedo determinar el sitio donde me encuentro ni que día es, mucho menos la hora, veo un rio, tengo que actuar, no puedo dejar a Carlos acá, si encuentran el cuerpo pue-den dar conmigo y culparme por esto, lo tomo por las piernas casi a rastras, no puedo ni con mi alma y encima de eso debo cargar su cuerpo si vida hasta la orilla del rio, ahora o nunca, lo introduzco en el rio, no sin antes sacar de sus bolsillos el poco dinero que le queda-ba, y quitarle su chaqueta, igual ya no le hará falta, de alguna manera debo llegar a mi casa, lo veo sumergirse entre las aguas del rio, adiós Carlos, fue un placer haberte conocido, me doy media vuelta e in-tento buscar alguna parada, un terminal, algo que me devuelva a la gran ciudad…

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Capítulo V

La vida tiene un ritmo extraño el cual no se como explicar, a veces va muy de prisa a veces tan lento que es incluso hasta insopor-table, el cuerpo siente que el hielo se apodera de el como un eterno invierno, que nunca terminará.

Las calles se tornan de un tono gris se hacen cada vez más grandes, ese tono monocromático que solo es superado con el negro vacío que cada día aumenta representando las ausentes ganas de vi-vir.

Caminar por las calles sintiendo que todos te observan y al ver sus caras no poder encontrar nada familiar en ellas es como si todos fuesen iguales, aunque diferentes a todo lo que conoces, eres ajeno al mundo, desubicado, no encajas y sabes que nunca llegarás a encajar en este mundo, donde ser diferente simplemente esta mal.

Tu reflejo se burla de ti al verte en el espejo, te das cuenta que eres indeseado hasta para ti mismo, ¿Qué hacer entonces?, acabar con todo debe ser una buena solución, pero, ¿Cómo?

Eres demasiado débil para atentar contra ti mismo, cortarte las venas es demasiado dramático y a veces no funciona, lanzarte a las vías del metro… no eso es más dramático aún y si he de morir al menos que sea de una manera en la que reconozcan mi cadáver, las drogas, desde lo ocurrido con Carlos me vacune de ellas, veneno…

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suena un poco tentador pero, ¿tardare mucho en morir con veneno?, quiero algo que sea rápido y efectivo, que no sienta nada, que sea como cerrar los ojos y aparecer ante los ojos de San Pedro y me abra las puertas hacia el paraíso aunque… con mis referencias quizás me envíen al mismísimo infierno, todavía no se si el cielo acepte a las personas diferentes como yo.

Sea cual sea el resultado, el cielo o el infierno supongo que el dolor acabara, los recuerdos dejarán de atacarme como bombas nu-cleares a cada paso que doy, por fin descansare en paz, y abandonare de una vez por todas todo esto… que me hace ser tan infeliz.

…Llegar a casa después de mi todavía indeterminado tiempo de ausencia fue un alivio para mi madre, juraría haber visto lágrimas salir de sus ojos, aunque no se todavía si eran de alegría o de tristeza, el hecho fue que desde entonces ya no fue la misma, ya no era tan atenta, a penas cruzábamos palabras, ella quizás por miedo a saber la verdad y yo, por vergüenza de tener que verla a la cara, había he-cho miles de cosas de las cuales no me siento orgulloso y si ella se enterara de eso se terminaría de desilusionar de una vez por todas de su hijo, su única compañía, fue entonces que conocí a Soledad, mi compañera ideal.

Soledad nunca me criticaba, por mucho que le contará nunca se aburría de escucharme, no me juzgaba al verme llorar e incluso cuando despertaba en medio de una pesadilla ahí estaba ella, conso-lándome, sin duda alguna es la mujer ideal, aquella que todo hombre desearía tener.

Pero junto a Soledad llego algo más, un vacío que necesitaba ser llenado y no encontraba la manera de hacerlo, probé con casi todo hasta que conseguí la forma en la que ese hueco se llenaba por lo menos por unos instantes, el sexo.

Quizás no era del todo el sexo, quizás era el solo hecho de sentirme deseado por alguien, por un momento olvidaba todo y me

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sumergía en las caricias, en los besos, me dejaba llevar por mi ins-tinto animal y el placer se convertía en mi aliado, incluso producía una sensación superior a la que había experimentado con las drogas en compañía de Carlos, me sentí mas deseado que la primera vez con Fernando y tan protegido como cuando estaba con Luis, todo en uno, solo que con personas diferentes, me volví un perfecto espé-cimen de la promiscuidad no se cuantos hombres probaron mi piel, muchos de ellos nunca los volví a ver, otros por el contrario encon-traron en mi su perfecta compañía, policías, militares, profesores, tipos casados con familia e hijos, todos ellos probaron mi piel y todo iba bien hasta que una noche oscura después de haber hecho lo que veníamos a hacer un señor dejo entre mis manos un sobre lleno de dinero, por mis servicios prestados, ¿era posible? Conseguir dinero por algo tan exquisito y que me llenaba tanto.

Lo era, era más que posible, la lista de hombres cambio de una noche a la otra, ahora eran mucho mayores, la mayoría tenían hijos, creo que estuve con el padre de uno de mis compañeros del colegio, pero daba igual, no importaba quien fuera con tal de que me dieran mi compensación por los servicios prestados, dinero a cambio de sexo, mientras teníamos sexo me sentía lleno, y al acabar llenaba el vacío con compras de objetos que en gran parte no necesi-taba poco a poco me fui volviendo más costoso y aunque era fácil de entender era más deseado, creo que los hombres desean aquello que no pueden tener y al subir mi tarifa necesitaban encontrar la manera de encontrar el dinero, para ser sincero no me importaba de donde provenía el dinero siempre y cuando acabara en mis manos…

El vaso esta lleno es ahora o nunca, quieres acabar con esto, hazlo de una vez por todas, es tu camino hacia la felicidad… no hay nada que pensar bebe, bebe, no dejes nada.

Un par de gotas decían que era suficiente, aunque la verdad no siento nada diferente, ¡Que suerte la mía! Ni siquiera el suicidio funciona. Mejor me voy a acostar, mañana será otro día, será mucho mejor, al menos la esperanza es lo último que se pierde.

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Capítulo VI

Abro los ojos, el sol brilla más de lo normal, es hora de parar-se, me siento más ligero que lo normal, hoy ¿Qué cosas debo hacer?, la universidad claro, llevo días sin asistir, quizás me pierda de algo importante, aunque a quien quiero engañar si voy súper mal ni un milagro podría salvar mis calificaciones este semestre llevo días sin entrar a clases miles de trabajos sin entregar, pasar al menos una ma-teria sería un gran logro.

Algo extraño esta pasando, por primera vez en mucho tiem-po no siento que las miradas de todos se clavan en mi, es como si no me vieran, como si no existiera, que bueno esta esto, poder caminar sin tener esa extraña sensación de ser observado y juzgado por cada paso que das, podría acostumbrarme a esto, creo que por primera vez en mucho tiempo camino con la frente en alto, dando pasos fir-mes y decididos.

En la universidad nada cambia, todos siguen pendientes de sus propios asuntos al parecer nadie percato mi ausencia todos es-tos días, aunque tampoco es que hagan mucho por que este aquí, el mundo sigue su rumbo y yo sigo sin entender nada en clases, quizás es algo mental vengo predispuesto a no entender nada y al final ter-mino sin entender, nuevamente pienso en eso de la ley de la atrac-ción, es posible que si pienso que entiendo al final terminaría enten-diendo ¿no es así como funciona?.

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Es medio día y por alguna extraña razón no tengo hambre, definitivamente hoy ha sido un estupendo día, no tendré que pasar por el cafetín a ver que desagradables menús nos ofrecen, y no tendré que ver a las tribus urbanas haciendo alarde de sus cualidades y otros ocultando sus defectos en vez de eso puedo pasear por otras zonas de la universidad que no transito a menudo, por ejemplo la biblioteca, al entrar en ella el olor a libros viejos me invade, veo a todos los nerds metidos en sus libros y a los chicos que intentan entender lo que leen en los de ellos, aquí notas quienes leen por placer y quienes lo hacen porque necesitan aprobar un examen.

Llueve, amo la lluvia, me hace sentirme liberado y oculta mi tristeza, aunque hoy no tengo nada que ocultar si el resto del planeta no se percata de mi presencia, es como si hubiese dejado de existir para ellos. ¿Por qué no me había pasado algo tan maravilloso an-tes?, incluso casi me choca un carro, ¡Demonios! En serio se están tomando muy en serio eso de ignorarme, mejor me dirijo a mi casa a comer carbohidratos hechos por mi madre antes de que en verdad algo malo me pase en este día tan maravilloso.

La casa sigue vacía, un silencio sepulcral retumba en mis oí-dos, la casa parece estar mucho más oscura y solitaria que de cos-tumbre, al atravesar la vivienda ni siquiera se escuchan mis pisadas y cuesta encontrar mi reflejo en el espejo, sigo liviano, calmado, ausen-te todavía sin hambre a pasar de la hora, incluso el vacio recurrente en mi ya no es perceptible, estoy completo, al asomarme a la ventana veo las aves volar rumbo a sus nidos, después de un arduo día, a dor-mir en espera de un nuevo día.

Siento un poco de cansancio, me recuesto en el sofá a esperar que mi madre llegue y cocine como de costumbre, cierro los ojos y me sumerjo en un sueño profundo.

…El dinero así como llega se va, ya no era lo primordial ni siquiera estaba en segundo plano, no recuerdo ni lo que hice con el, incluso llegue a regalarle mis ganancias de algún cliente a los vaga-bundos con los que me topaba por las calles a altas horas de la noche,

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los clientes fueron disminuyendo uno a uno, debo admitir que era mi culpa empezaba a evitarlos, muchos dejaban de llenarme, otros no me parecían lo suficientemente buenos y así fue como quede solo nuevamente, solo me tenía a mi y por supuesto a mi amiga Soledad.Decidí enfocarme en mis estudios y así fue como lograba mantener mi mente ocupada, si bien no era lo más divertido del mundo logra-ba su cometido, no era el alumno estrella, ni siquiera un buen alum-no, era un perfecto “suma cum-10” pero eso era lo que necesitaba para aprobar.

Pase por tantas cosas, me dieron tantos besos de Judas, creí en el amor una y otra vez y termine convencido de que el amor no existe, mucho menos ese príncipe azul del que hablan en los cuentos de hadas, deja de besar sapos al final nada cambiara, seguirán siendo verdes y babosos como todas esas manos que recorrieron cada milí-metro de mi piel, las drogas me hicieron volar al infinito y más allá, pero acabaron con la vida de un compañero y al final era una ilusión mis problemas seguían ahí creciendo cada día más, solo que no los notaba, intente cambiar mi apariencia para sentirme mejor conmigo mismo y todo para terminar odiando mi propio reflejo en el espejo.

Malgaste tanto tiempo buscando la perfección, esa perfec-ción que todos buscan, pensé que mi vació sería llenado por el amor, pero ¿Qué amor? Si el amor no existe, es solo una etapa de nuestras vidas en las que pensamos que nuestra felicidad se debe a una perso-na insignificante con la que pasas mucho tiempo.

Es ilógico darme cuenta de todo esto justo ahora, ahora que… vaya que es esa luz que me da directamente en los ojos…

Mi madre ha llegado. Parece estar cansada,

-¡Hola mamá!

Mmm ninguna respuesta, interesante, ahora hasta mi madre me ignora, ¿para que va a mi habitación? Da igual voy a la cocina tengo sed, escucho a mi madre gritar, ¿Qué puede estar pasando?

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Seguro vio una cucaracha o algo así.

Me dirijo a mi habitación y ahí la veo tendida sobre mi cama llorando abrazando a… espera… ese soy yo, pero ¿Cómo es posible que este allá si estoy acá?, es inhumanamente posible.

Mi madre grita y llora desesperadamente mirando al cielo preguntando porque, obviamente no encontró ninguna respuesta, al tratar de tocarla mis manos la atravesaban, retrocedí para internar verme en el espejo pero ahí no hay nada, finalmente me volví nada, mamá me atraviesa corre a la sala, yo vuelvo a mi habitación y me veo, tan calmado, blanco, tan quieto, viéndome desde acá no soy tan feo como me veía en el espejo, incluso tengo hasta un poquito de en-canto, nunca me había visto así, incluso en mis labios se dibuja una mini sonrisa, conseguí lo que quería… morí.

Escucho a mi madre hablar con alguien, salgo a la sala y solo habla por teléfono, llama a una ambulancia por lo que logro enten-der, pero ¿Qué sentido tiene? Estoy muerto, ¿o no es así? Claro que si, sino como me veo a mi mismo postrado sobre mi cama.

Primera vez que veo a mi mamá romperse de esa manera, al final creo que si le importaba, sino porque se puso así es eso o solo le teme a quedarse sola de una vez por todas.

Siento algo extraño, estoy mucho mas liviano que antes, todo comienza a estar más brillante tanto que me cuesta mantener los ojos abiertos, por instinto los cierro y cuando vuelvo a abrirlos todo esta oscuro y solo veo una luz, una luz al final del túnel… vaya, algo que si era verdad, así debe ser el final de nuestras vidas, comienzo a caminar hacia la luz y hay algo que me inquieta, ¿será que en verdad estaré en un lugar mejor?

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Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia

…O quizás no…

Agradecimientos.

Primero que nada a todos aquellos que leen mis li-bros y me llenan de tan buenos comentarios haciéndome sentir que realmente hago algo bien que me sorprenden cada día más diciéndome cosas tan bonitas, gracias a uste-des son los mejores.

A Nimphie Knox, aunque muchos quizás no la co-nozcan es una excelente escritora de este género y vale la pena que todos busquen sus trabajos y los lean.

A mi mejor amiga Karla Krist joder, ¿Cuántos años no? mi hermana del alma… uno de los pilares fundamen-tales de mi vida, que siempre esta ahí para hacerme reír, es impresionante que no podemos estar juntos sin andar riéndonos, ella es sin duda alguna mi droga mas adictiva, mi marca personal. Por cierto le robe la foto que es la por-tada de este libro.

Gracias.

Recuerda también leer mis otros libros:

My Life as Douglas.

My Life as Douglas. “Bambino”.

My Life as Douglas. “Sapi”.

Amiga Soledad

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@DouglasDls

Amiga SoledadDouglas Echenique

Douglas Echenique 2012