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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016 QUEJOSO: ********** MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA SECRETARIA: CARMINA CORTÉS RODRÍGUEZ SECRETARIO AUXILIAR: CARLOS GUSTAVO PONCE NÚÑEZ Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al ********* Visto Bueno Señor Ministro: V I S T O S para resolver los autos del amparo directo en revisión 3040/2016, interpuesto por **********, en contra de la sentencia dictada en el juicio de amparo directo ********** por el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Noveno Circuito. R E S U L T A N D O: Cotejó: PRIMERO. Hechos que dieron origen al presente asunto. El 4 de enero de 2015, aproximadamente a las 18:00 horas, ********** y ********** acudieron a la base de taxis que se ubica a la altura del mercado “ ********** ”, en la ciudad de **********, en donde le pidieron al señor ********** que los llevara a la localidad de **********. 1 1 Cuaderno de la Causa de Juicio Oral, fojas 169-209.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

QUEJOSO: **********

MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA

SECRETARIA: CARMINA CORTÉS RODRÍGUEZ

SECRETARIO AUXILIAR: CARLOS GUSTAVO PONCE NÚÑEZ

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte

de Justicia de la Nación, correspondiente al *********

Visto Bueno

Señor Ministro:

V I S T O S para resolver los autos del amparo directo en revisión

3040/2016, interpuesto por **********, en contra de la sentencia dictada en

el juicio de amparo directo ********** por el Segundo Tribunal Colegiado del

Vigésimo Noveno Circuito.

R E S U L T A N D O:

Cotejó:

PRIMERO. Hechos que dieron origen al presente asunto.

El 4 de enero de 2015, aproximadamente a las 18:00 horas,

********** y ********** acudieron a la base de taxis que se ubica a la altura

del mercado “**********”, en la ciudad de **********, en donde le pidieron al

señor ********** que los llevara a la localidad de **********.1

1 Cuaderno de la Causa de Juicio Oral, fojas 169-209.

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2

Minutos después, al llegar a la avenida **********, en la **********,

**********, ********** y ********** le indicaron al conductor que se bajarían ahí.

No obstante, antes de salir de automóvil, uno de ellos tomó a ********** por

el cuello mientras el otro se bajó y se pasó a la parte del copiloto, y

comenzaron a golpearlo.

Después de decirle que se trataba de un “atraco”, ********** y

********** amenazaron a ********** para que les entregara el dinero que

traía. Luego de revisarlo y desapoderarlo de cierta cantidad de efectivo, los

activos arrancaron el estéreo del vehículo con ayuda de un desarmador y

unas pinzas, quitaron las llaves del “switch” del automóvil y se retiraron del

lugar corriendo.2

En virtud de lo anterior, el señor ********** buscó ayuda en una de las

casas cercanas del lugar, en donde fue atendido por dos señoras, quienes

lo invitaron a pasar a su domicilio. Pasados unos minutos, a ese mismo

lugar llegaron sus agresores, quienes aparentemente vivían ahí. Sin

embargo, el señor ********** fingió no reconocerlos en ese momento, por

temor a que lo agredieran nuevamente.3

Aproximadamente a las 19:00 horas, agentes de la policía municipal

de la zona recibieron un reporte de radio en el que se les informó lo

sucedido. Al llegar al lugar, fueron abordados por **********quien les explicó

lo que pasó y señaló a dos personas que se encontraban a un lado de una

construcción como quienes lo habían asaltado y golpeado. Por lo anterior,

los policías aseguraron a ********** y **********.4

SEGUNDO. Juicio oral **********.

El 6 de julio de 2015, seguida la causa penal correspondiente, el

Tribunal de Enjuiciamiento del Circuito Judicial de Pachuca de Soto,

2 Ídem. 3 Ídem. 4 Ídem.

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3

Hidalgo declaró a ********** y ********** penalmente responsables de la

comisión de los delitos de asalto equiparado agravado, cometido en

agravio de ********** y robo cometido en agravio de **********.5

En consecuencia, le impuso a cada uno una pena de prisión de 9

años, 6 meses y multa de $9,303.00. Asimismo, les condenó al pago de

la reparación del daño y perjuicios, y les suspendió sus derechos político

electorales.6

TERCERO. Toca penal **********.

Inconforme con la anterior resolución, ********** y **********

interpusieron recurso de apelación. El 28 de agosto de 2015, la Primera

Sala Colegiada del Sistema Penal Acusatorio del Tribunal Superior de

Justicia del Estado de Hidalgo confirmó la sentencia condenatoria.7

CUARTO. Juicio de amparo **********.

Por escrito presentado el 11 de diciembre de 2015, ********** solicitó

el amparo y protección de la Justicia Federal en contra de la sentencia

dictada por la Primera Sala Colegiada del Sistema Penal Acusatorio del

Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo, en los autos del toca

penal **********.8

El 18 de enero de 2016, el Segundo Tribunal Colegiado del

Vigésimo Noveno Circuito admitió a trámite la demanda. Asimismo,

solicitó formar y registrar el amparo con el número de expediente

**********, y tuvo como tercero interesado al agente del Ministerio Público

de la Federación adscrito, quien formuló el pedimento número **********.9

5 Ibídem, foja 90. 6 Ibídem, foja 90. 7 Ibídem, foja 91. 8 Ibídem, foja 89. 9 Ibídem, fojas 92.

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4

El 28 de abril de 2016, el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo

Noveno Circuito dictó sentencia en la que determinó conceder el amparo

solicitado para el efecto de que la autoridad responsable dejara

insubsistente la sentencia reclamada y repusiera el procedimiento a partir

de la audiencia de juicio oral, tomando en cuenta las consideraciones de

la ejecutoria; hecho lo cual, seguidas las etapas procesales

correspondientes, el tribunal de enjuiciamiento emitiera la sentencia

correspondiente.10

QUINTO. Interposición y trámite del recurso de revisión.

Inconforme con la anterior resolución, por escrito presentado el 23

de mayo de 2016 ante la Oficina Común de los Tribunales Colegiados, el

quejoso interpuso recurso de revisión.11 Consecuentemente, por oficio

emitido el 30 de mayo del mismo año, el Presidente del Segundo Tribunal

Colegiado del Vigésimo Noveno Circuito remitió los autos a este Alto

Tribunal.12

Por acuerdo de 2 de junio de 2016, el Presidente de esta Suprema

Corte de Justicia de la Nación ordenó formar y registrar el expediente

bajo el número 3040/2016; admitió el recurso de revisión y ordenó turnar

el expediente para su estudio al Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.13

Finalmente, mediante proveído de 1 de julio de 2016, el Presidente

de esta Primera Sala tuvo por recibidos los autos, determinó que dicha

Sala se avocaría al conocimiento del asunto y envió los autos a la

Ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea a efecto de que

formulara el proyecto de resolución respectivo.14

10 Como se verá más adelante, el tribunal colegiado estimó que en la audiencia del juicio oral se cometió una violación al derecho fundamental de contradicción y defensa adecuada, debido a la manifiesta y sistemática incapacidad técnica del defensor. Ibídem, fojas 89 a 181. 11 Cuaderno de amparo directo en revisión, foja 3. 12 Ibídem, foja 2. 13 Ibídem, fojas 15 a 17. 14 Ibídem, foja 40.

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C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia.

Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es

legalmente competente para conocer del presente recurso de revisión,

en términos de lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de

Amparo; 21, fracción III, inciso a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial

de la Federación, y en relación con los puntos primero y tercero del

Acuerdo General número 5/2013, emitido por el Tribunal Pleno de este

Alto Tribunal, de 13 de mayo de 2013, publicado en el Diario Oficial de la

Federación el día 21 del mismo mes y año, en virtud de haberse

interpuesto en contra de una sentencia dictada por un Tribunal Colegiado

de Circuito.

SEGUNDO. Oportunidad.

El recurso de revisión es oportuno de conformidad con lo

dispuesto en el artículo 86 de la Ley de Amparo. De las constancias de

autos se advierte que la sentencia recurrida se notificó por lista el 6 de

mayo de 2016 (foja 181 vuelta del cuaderno de amparo), la cual surtió

efectos al día hábil siguiente. De este modo, el plazo de diez días para la

interposición del recurso transcurrió del martes 10 al lunes 23 de mayo

de dos mil dieseis; debiéndose descontar los días 7, 8, 14, 15, 21, y 22

de mayo, por ser inhábiles de conformidad con los artículos 19 de la Ley

de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

En consecuencia, si el recurso fue interpuesto el 23 de mayo (foja 3 del

cuaderno del recurso de revisión), es claro que el mismo fue presentado

en tiempo.

TERCERO. Cuestiones necesarias para resolver el asunto.

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En este apartado se resumen los conceptos de violación, las

consideraciones del Tribunal Colegiado y los agravios esgrimidos por el

quejoso.

I. Demanda de amparo. En su escrito de demanda el quejoso hizo valer

esencialmente lo siguiente:

i. En su primer concepto de violación el quejoso impugnó la

constitucionalidad del artículo 174, fracción II, del Código

Penal para el Estado de Hidalgo, el cual prevé el delito de asalto

equiparado cuando se cometa “encontrándose en un vehículo

particular o transporte público”.

ii. A juicio del quejoso, dicho precepto resulta violatorio de los

principios de legalidad en materia penal en su vertiente de

taxatividad y de plenitud hermética previstos en el artículo 14 de la

Constitución General, toda vez que es ambiguo y no precisa con

exactitud las conductas que se pretenden sancionar.

iii. En su opinión, la descripción típica resulta ambigua en tanto que

deja sin claridad las siguientes cuestiones: ¿el sujeto pasivo del

delito debe también encontrarse dentro de un vehículo?; ¿el sujeto

activo debe ser pasajero, conducirlo o solo permanecer dentro de

aquél?; ¿el vehículo debe ser terrestre, aéreo o marítimo?; ¿el

vehículo debe encontrarse en movimiento o debe permanecer

inmóvil?; y dado que el legislador distingue entre vehículo

particular o público ¿un vehículo particular no puede ser destinado

al transporte público?

iv. En este orden de ideas, sostiene que la conducta sancionada se

aparta del calificativo “limitada”, ya que, del estudio de sus

elementos, por ejemplo “vehículo”, se aprecia que existen una

cantidad casi ilimitada de cosas que pueden considerarse

comprendidos en ese término. Además, el tipo penal se aparta del

principio de plenitud hermética, ya que la redacción resulta vaga y

da lugar a que el juzgador pueda libremente resolver casos

utilizando la analogía y la mayoría de razón, en tanto que no

establece la situación específica que guarda el sujeto pasivo del

delito y el sujeto activo respecto al vehículo.

v. En su segundo concepto de violación, el quejoso argumentó que

en el caso concreto se actualizó la excluyente del delito prevista

en el artículo 25, apartado A, fracción II, del Código Penal para el

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Estado de Hidalgo. Lo anterior, ya que en la especie no quedó

acreditado el elemento típico consistente en que el activo se

hubiere encontrado en un “vehículo de transporte público”, pues

en el momento de los hechos el vehículo no estaba autorizado

para prestar el servicio público de transporte.

vi. En el tercer concepto de violación, el quejoso alegó que se vulneró

en su perjuicio el derecho fundamental a la libertad personal

previsto en el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, toda vez que en el caso concreto no se

actualizó ninguno de los elementos del supuesto de flagrancia

contenidos en el artículo 146, fracción II, inciso b), del Código

Nacional de Procedimientos Penales.

vii. En el cuarto concepto de violación, señaló que se vulneró su

derecho fundamental a ser puesto a disposición inmediata ante el

Ministerio Público, el cual se encuentra consagrado en el párrafo

cuarto del artículo 16 de la Constitución General. Al respecto, el

quejoso alegó que entre la detención y la puesta a disposición

transcurrió un lapso de cinco horas treinta y cuatro minutos, sin

que existieran impedimentos fácticos, reales, comprobables y

lícitos que justificaran dicha demora.

viii. En su quinto concepto de violación, argumentó que se vulneraron

las leyes del procedimiento, ya que a lo largo del procedimiento y,

en particular, en la audiencia de juicio oral y de continuación al

juicio oral, tuvo una defensa deficiente. Ello, debido a que su

abogado no contrainterrogó a ninguno de los peritos ofrecidos por

el Ministerio Público.

ix. En el sexto concepto de violación el quejoso señaló que se

vulneraron las leyes del procedimiento, toda vez que el tribunal de

enjuiciamiento le otorgó valor probatorio al testimonio de los

agentes de policía, sin tomar en consideración que en ellos se

hace referencia a una confesión material del inculpado, cuando

éste se encontraba privado de su libertad, incomunicado y sin

asistencia de su defensor.

x. En su séptimo concepto de violación el quejoso agregó que su

defensa, a lo largo del proceso penal, fue a todas luces deficiente,

carente de técnica y conocimientos del nuevo sistema de justicia

penal, lo que derivó en que el inculpado se encontrara en un

estado de indefensión ante el poder punitivo del Estado.

xi. Finalmente, en su octavo concepto de violación, señaló que la

autoridad responsable realizó una inadecuada valoración de las

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pruebas de cargo, ya que en el caso concretó no quedó

suficientemente acreditada su responsabilidad penal en la

comisión de los delitos por los cuales fue sentenciado.

II. Sentencia de amparo directo. El Tribunal Colegiado concedió el

amparo al quejoso a partir de las siguientes consideraciones:

i. En primer lugar, el Tribunal Colegiado consideró que los

argumentos del quejoso, mediante los cuales impugnó la

constitucionalidad del artículo 174, fracción II, del Código

Penal de la entidad, debían calificarse como inoperantes, toda

vez que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido

que “la inconstitucionalidad de las leyes no depende de los vicios

en la redacción e imprecisión de términos en que el legislador

ordinario pueda incurrir”.

ii. Para sustentar su determinación, el Tribunal Colegiado invocó la

tesis P. CIV/2000, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, de rubro: “LEYES. SU INCONSTITUCIONALIDAD NO

DEPENDE DE LOS VICIOS EN LA REDACCIÓN Y PRECISIÓN

DE TÉRMINOS EN QUE EL LEGISLADOR ORDINARIO PUEDA

INCURRIR”; la tesis 1a./J. 117/2007 de rubro “LEYES. SU

INCONSTITUCIONALIDAD NO DEPENDE DE LOS VICIOS EN

LA REDACCIÓN E IMPRECISIÓN DE TÉRMINOS EN QUE EL

LEGISLADOR ORDINARIO PUEDA INCURRIR”; así como la

tesis 1a./J. 83/2004 de rubro “LEYES. SU

INCONSTITUCIONALIDAD NO PUEDE DERIVAR

EXCLUSIVAMENTE DE LA FALTA DE DEFINICIÓN DE LOS

VOCABLOS O LOCUCIONES UTILIZADOS POR EL

LEGISLADOR”.

iii. En este sentido, el órgano de control concluyó que era incorrecto

y, por tanto, infundado el argumento del quejoso, pues de acuerdo

con tales criterios no puede considerarse inconstitucional la

fracción II, del ordinal 174, del Código Penal para el Estado de

Hidalgo, por el simple hecho de no definir el concepto

“encontrándose en un vehículo”. Lo anterior, en tanto que la

Constitución General no exige en ninguno de sus preceptos el

requisito de que la redacción del ordenamiento secundario sea la

correcta, según los lineamientos y expectativas de los

gobernados.

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iv. Por otro lado, el órgano de amparo determinó que debían

calificarse igualmente de inoperantes los conceptos de violación

encaminados a combatir las omisiones del Tribunal de

Enjuiciamiento, toda vez que la resolución emitida por esa

autoridad fue sustituida por la que pronunció la Primera Sala

Colegiada del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

v. Asimismo, después de hacer referencia a las consideraciones

contenidas en la tesis 1ª. CC/2014 de esta Primera Sala de la

Suprema Corte15, determinó que en el caso concreto la detención

del quejoso sí se dio bajo la figura de flagrancia. Ello, toda vez que

después de haberse cometido los ilícitos se dio parte a la policía

para que procediera a su búsqueda o localización, lo que culminó

al momento de llegar al lugar de los hechos, donde fue señalado

por la víctima. Lo anterior, máxime que se contaba con

información o indicios que hacían presumir fundadamente que él y

su cosentenciado participaron en los hechos denunciados.

vi. De igual modo, estimó que no se vulneraron los derechos del

quejoso, puesto que desde el momento de la detención fue

informado por el oficial de seguridad pública que el motivo de su

detención se debió a la imputación que le hizo el señor José

Hernández. Lo anterior, sostuvo el órgano de control, sin que se

hubiere desahogado prueba alguna tendiente a desvirtuar lo

afirmado por los policías aprehensores, en cuanto a que se le

hicieron saber sus derechos al momento de ser detenido. En

apoyo a lo anterior, el Tribunal Colegiado invocó la tesis 1ª.

CCCLIV/2015, de esta Primera Sala de rubro “DERECHO A SER

INFORMADO DE LOS MOTIVOS DE LA DETENCIÓN Y LOS

DERECHOS QUE LE ASISTEN A LA PERSONA DETENIDA.

DEBE HACERSE SIN DEMORA Y DESDE EL MOMENTO

MISMO DE LA DETENCIÓN”.

vii. Por otro lado, el Tribunal Colegiado señaló que la detención de

una persona y la inmediatez en la puesta a disposición ante el

Ministerio Público son dos actos diferentes. Por lo que ambos

tienen autonomía y debían ser analizados en ese contexto. Para

sustentar lo anterior, el órgano de amparo se apoyó en las

consideraciones sustentadas por esta Primera Sala en la tesis de

jurisprudencia 1ª. LIII/2014, de rubro “DERECHO

15 Tesis publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6, mayo de 2014, tomo I, de rubro: “FLAGRANCIA. LA DETENCIÓN DE UNA PERSONA SIN EL CUMPLIMIENTO IRRESTRICTO DEL MARCO CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL QUE REGULA AQUELLA FIGURA, DEBE CONSIDERARSE ARBITRARIA.”

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FUNDAMENTAL DEL DETENIDO A SER PUESTO SIN DEMORA

A DISPOSICIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO. ALCANCES Y

CONSECUENCIAS JURÍDICAS GENERADAS POR LA

VULNERACIÓN A TAL DERECHO”.

viii. Sentado lo anterior, el Tribunal Colegiado señaló que del análisis

de las constancias de autos se aprecia que el quejoso sí fue

puesto a disposición del Ministerio Público de manera inmediata,

toda vez que los agentes aprehensores lo retuvieron por el tiempo

estrictamente necesario para ello. Lo anterior, en tanto que éstos

estaban obligados a recolectar y resguardar los objetos

relacionados con la investigación de los delitos, preservando el

lugar del hallazgo del auto estéreo, con la finalidad de garantizar

la integridad de los indicios de conformidad con lo dispuesto por el

artículo 132, fracciones VIII y IX, del Código Nacional de

Procedimientos Penales.

ix. En este sentido, a criterio del Tribunal no existió una dilación

indebida en la puesta a disposición inmediata ante el Ministerio

Público, puesto que existieron motivos razonables que la

imposibilitaron, además de que tal dilación no tuvo la finalidad de

obtener su confesión o información realizada con la investigación.

Al respecto, el órgano de control invocó la tesis 1ª. CCXCV/2013,

de esta Primera Sala, de rubro “CADENA DE CUSTODIA. DEBE

RESPETARSE PARA QE LOS INDICIOS RECABADOS EN LA

ESCENA DEL CRIMEN GENEREN CONVICCIÓN EN EL

JUZGADOR”, así como la tesis 1ª. CLXXV/2013, de rubro

“DERECHO FUNDAMENTAL DEL DETENIDO A SER PUESTO A

DISPOSICIÓN INMEDIATA ANTE EL MINISTERIO PÚBLICO.

ELEMENTOS QUE DEBEN SER TOMADOS EN CUENTA POR

EL JUZGADOR A FIN DE DETERMINAR UNA DILACIÓN

INDEBIDA EN LA PUESTA A DISPOSICIÓN”.

x. En otro orden de ideas, el Tribunal Colegiado estimó que en el

caso concreto no se actualizó la violación al procedimiento

establecida en el artículo 173, fracción VIII, de la Ley de Amparo,

toda vez que al quejoso se le respetó su derecho a declarar o

guardar silencio, además de que su declaración no se obtuvo

mediante incomunicación, intimidación, tortura o sin presencia de

su abogado, ni se usó en su perjuicio el derecho a guardar

silencio. En este sentido, consideró que si bien era cierto que el

Tribunal responsable hizo referencia al dicho de los policías

aprehensores, ello no puede considerarse una confesión de los

hechos imputados; además de que ello no afectó las defensas del

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quejoso, pues no sirvió de sustento a la autoridad para tener por

acreditada su responsabilidad penal.

xi. Finalmente, el tribunal de amparo destacó que de acuerdo con el

artículo 20 constitucional y 4 del Código Nacional de

Procedimientos Penales, el sistema penal de corte acusatorio y

oral se rige, en otros principios, por el de contradicción. En este

punto, el Tribunal Colegiado hizo referencia a las consideraciones

sustentadas por esta Primera Sala en la tesis 1ª. CCL/2011, de

rubro “SISTEMA PROCESAL PENAL ACUSATORIO.

INTERPRETACIÓN DEL PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN CON

LA INSTITUCIÓN DE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA

DEFICIENTE”.

xii. Aunado a lo anterior, señaló que la exigencia de una defensa

adecuada requiere de una persona que tenga la capacidad técnica

para asesorar y apreciar lo que jurídicamente es conveniente para

el imputado, a fin de otorgar una real y efectiva asistencia legal,

que le permita estar en posibilidad de hacer frente a la imputación

formulada en su contra. Al respecto, el Tribunal Colegiado invocó

la tesis 1ª./J. 26/2015, de esta Primera Sala, de rubro: “DEFENSA

ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA FORMA DE

GARANTIZAR EL EJERCICIO EFICAZ DE ESTE DERECHO

HUMANO SE ACTUALIZA CUANDO EL IMPUTADO, EN TODAS

LAS ETAPAS PROCEDIMIENTALES EN LAS QUE INTERVIENE,

CUENTA CON LA ASISTENCIA JURÍDICA DE UN DEFENSOR

QUE ES PROFESIONISTA EN DERECHO”.

xiii. En esta misma línea, el Tribunal Colegiado señaló que los

artículos 17 y 121 del Código Nacional de Procedimientos Penales

establece que el órgano jurisdiccional velará por la defensa

adecuada y técnica del inculpado, de tal suerte que cuando

advierta una manifiesta y sistemática incapacidad técnica del

defensor, prevendrá al imputado para que designe otro.

xiv. A la luz de lo anterior, el órgano de amparo determinó que en el

caso bajo estudio, particularmente en la audiencia de juicio oral,

se cometió una violación al derecho fundamental de contradicción

y defensa adecuada, al quedar demostrado que el defensor

mostró una manifiesta y sistemática incapacidad técnica durante el

desahogo de los testimonios y contrainterrogatorios practicados en

audiencia oral. Situación que no fue debidamente considerada por

el tribunal de alzada, a pesar de estar obligado a ello, de

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conformidad con el artículo 461 del Código Nacional de

Procedimientos Penales.

xv. En virtud de lo anterior, el Tribunal Colegiado de Circuito estimó

innecesario atender el resto de conceptos de violación del quejoso

en relación con la actualización de una causa excluyente del

delito, así como en relación con la responsabilidad penal en los

delitos imputados, toda vez que lo procedente era conceder el

amparo solicitado para el efecto de que la autoridad responsable

repusiera el procedimiento, a fin de que el tribunal de

enjuiciamiento subsanara las violaciones advertidas y, con

posterioridad, dictara un nuevo fallo.

III. Recurso de revisión. En su escrito de agravios, el autorizado del

recurrente formuló un único agravio en el que medularmente hace valer lo

siguiente:

i. En su demanda de amparo, el quejoso impugnó la

constitucionalidad del artículo 174, fracción II, del Código Penal

para el Estado de Hidalgo, por contravenir el principio de

taxatividad y plenitud hermética previsto en el artículo 14 de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como

por infringir las disposiciones del artículo 9 de la Convención

Americana de Derechos Humanos.

ii. No obstante, el Tribunal Colegiado de Circuito dejó de estudiar

dicho concepto de violación, por lo que en el caso subsiste el

problema de constitucionalidad planteado en la demanda de

amparo. En este sentido, es claro que en el caso a estudio se

actualiza el primero de los presupuestos procesales requeridos

para la procedencia del recurso de revisión, el cual además,

entraña la fijación de un criterio de importancia y trascendencia.

CUARTO. Procedencia del recurso.

Por tratarse de una cuestión de estudio preferente, antes de

abordar el análisis de los argumentos hechos valer por la parte

recurrente, debe examinarse si el presente asunto reúne los requisitos

necesarios para estimar que el recurso es procedente.

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De la interpretación de los artículos 107, fracción IX, de la

Constitución General de la República; 81, fracción II y 83 de la Ley de

Amparo, y 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica

del Poder Judicial de la Federación, en relación con el Acuerdo 9/2015

del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, se obtiene que

la procedencia del recurso de revisión contra sentencias que en amparo

directo pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito se encuentra

condicionada a la concurrencia de los siguientes requisitos:

A. Que en la sentencia recurrida se formule un pronunciamiento

sobre la constitucionalidad de normas generales, o la interpretación

directa de un precepto constitucional; o de los derechos humanos

establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado

Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando

hubieren sido planteadas; y

B. Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un

criterio jurídico de importancia y trascendencia.

En relación con este último punto, el Pleno de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación precisó en el Acuerdo General 9/2015, que un

asunto se considerará importante y trascendente cuando se advierta que:

a) dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para el

orden jurídico nacional; b) lo decidido en la sentencia recurrida pueda

implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte

de Justicia de la Nación relacionado con alguna cuestión propiamente

constitucional, por haberse resuelto en contra de dicho criterio o se

hubiere omitido su aplicación.16

16 Punto segundo del Acuerdo General 9/2015 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establece las bases generales para la procedencia y tramitación de los recursos de revisión en amparo directo.

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Tomando en consideración lo anterior, esta Primera Sala estima

que en el caso concreto sí se encuentran reunidos los requisitos de

procedencia a los que se ha hecho alusión, por lo siguiente:

Como se reseñó en los antecedentes de esta resolución, desde su

demanda de amparo el quejoso planteó la inconstitucionalidad del

artículo 174, fracción II, del Código Penal para el Estado de Hidalgo,

al considerar que dicho precepto vulnera los principios de legalidad,

taxatividad y plenitud hermética, contenidos en el artículo 14 de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En respuesta, el Tribunal Colegiado consideró que tales

argumentos debían calificarse como inoperantes, toda vez que esta

Suprema Corte de Justicia de la Nación ha emitido diversos criterios en

los que se ha sostenido que “la inconstitucionalidad de las leyes no

depende de los vicios en la redacción e imprecisión de términos en que el

legislador ordinario pueda incurrir”.

En ese sentido, el órgano de amparo estimó que no era dable

considerar que la fracción II, del ordinal 174, del Código Penal para el

Estado de Hidalgo sea inconstitucional por el simple hecho de que no

defina el concepto “encontrándose en un vehículo”. Ello, puesto que la

Constitución General no exige en ninguno de sus preceptos el requisito

de que la redacción del ordenamiento secundario sea la correcta, según

los lineamientos y expectativas de los gobernados.

En contra de lo anterior, el recurrente argumenta en vía de

agravios que el Tribunal Colegiado dejó de dar respuesta a sus

conceptos de violación, por lo que, a su juicio, el recurso de revisión en

amparo directo debe estimarse procedente.

En ese contexto, es evidente que en el presente caso sí subsiste

una cuestión propiamente constitucional, toda vez que en el fondo del

asunto deberá determinarse si asiste la razón al recurrente al sostener

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que el Tribunal Colegiado no dio debida contestación a sus conceptos de

violación, en los cuales planteó la inconstitucionalidad del artículo 174,

fracción II, del Código Penal para el Estado de Hidalgo.17

Asimismo, esta Primera Sala estima que el caso bajo estudio

también reúne los requisitos de importancia y trascendencia, toda vez

que a la fecha no existe un pronunciamiento claro y expreso en el que se

dé respuesta frontalmente a la problemática constitucional planteada por

el quejoso en su demanda de amparo.

Finalmente, no pasa desapercibido que en la sentencia recurrida

el Tribunal Colegiado se pronunció sobre diversos derechos

fundamentales de fuente constitucional, tales como el derecho a la

libertad personal, la figura de flagrancia y la inmediatez en la puesta a

disposición del indiciado ante el Ministerio Público, así como el derecho

del inculpado a gozar de una defensa adecuada.

No obstante, esta Corte advierte que, para sustentar su

determinación, el órgano jurisdiccional no llevó a cabo en realidad una

interpretación constitucional directa y propia sobre los preceptos

constitucionales o los derechos humanos en cuestión, sino que se limitó a

aplicar diversos criterios de esta Primera Sala de la Suprema Corte en los

que se ha definido el contenido y alcance de los mismos.

En este sentido, esta Primera Sala estima que el análisis de

dichos temas de constitucionalidad no reviste los requisitos de

importancia y trascendencia a los que se ha hecho referencia, por lo que

los mismos no serán objeto de pronunciamiento en esta resolución.

QUINTO. Consideraciones y fundamentos.

17 Sirve de sustento a lo anterior, por analogía, la tesis de jurisprudencia P./J. 31/2004, emitida por el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE CUANDO EL TRIBUNAL COLEGIADO OMITE REALIZAR EL ANÁLISIS DE LA CUESTIÓN DE CONSTITUCIONALIDAD PLANTEADA EN LA DEMANDA. Tesis publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIX, mayo de 2004, página 43.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

16

Como ha quedado precisado, la materia del presente recurso de

revisión se circunscribe a determinar si son fundados los agravios del

recurrente, en los que aduce que el Tribunal Colegiado no dio

contestación a sus conceptos de violación, mediante los cuales cuestionó

la constitucionalidad del artículo 174, fracción II, del Código Penal para el

Estado de Hidalgo.

A juicio de esta Primera Sala, el agravio del recurrente es parcial

pero esencialmente fundado, toda vez que si bien es cierto que el órgano

de amparo pretendió dar contestación a los argumentos del quejoso,

también lo es que no lo hizo desde la perspectiva solicitada en la

demanda de amparo. Se explica:

Como se recordará, en su primer concepto violación, el quejoso

argumentó que el artículo 174, fracción II, del Código Penal para el

Estado de Hidalgo, que prevé el delito de asalto equiparado y por el cual

fue sentenciado, resulta violatorio de los principios de legalidad en

materia penal, en su vertiente de taxatividad y plenitud hermética,

previsto por el artículo 14 de la Constitución General y el artículo 9 de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos.

De acuerdo con el quejoso, la descripción típica en el precepto

contenida vulnera el principio de legalidad en materia penal, toda vez

que, por un lado, existe una cantidad “casi ilimitada” de cosas que

pueden ser comprendidas dentro del término “vehículo”. Por otro lado,

señaló que la redacción del precepto “resulta vaga y da lugar a que el

juzgador pueda libremente resolver casos utilizando la analogía y la

mayoría de razón”, puesto que no establece la situación específica que

guarda el sujeto pasivo y el sujeto activo respecto del vehículo.

En respuesta, el Tribunal Colegiado señaló que estos argumentos

debían calificarse como inoperantes e infundados, bajo el argumento de

que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que la

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

17

inconstitucionalidad de las leyes no depende de los vicios en la redacción

e imprecisión de términos en que el legislador ordinario pueda incurrir.

Ello, en tanto que la Constitución General de la República no exige que

aquél defina los vocablos o locuciones utilizados en las normas

generales, pues no condiciona su validez al hecho de que no sean claras

en su redacción y en los términos utilizados en su texto.

Para sustentar lo anterior, el Tribunal Colegiado invocó la tesis P.

CIV/2000, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de

rubro: “LEYES. SU INCONSTITUCIONALIDAD NO DEPENDE DE LOS

VICIOS EN LA REDACCIÓN Y PRECISIÓN DE TÉRMINOS EN QUE EL

LEGISLADOR ORDINARIO PUEDA INCURRIR”; la tesis 1ª.J. 117/2007,

de esta Primera Sala, de rubro “LEYES. SU INCONSTITUCIONALIDAD

NO DEPENDE DE LOS VICIOS EN LA REDACCIÓN E IMPRECISIÓN

DE TÉRMINOS EN QUE EL LEGISLADOR ORDINARIO PUEDA

INCURRIR”; así como la tesis 1ª./J. 83/2004 de rubro “LEYES. SU

INCONSTITUCIONALIDAD NO PUEDE DERIVAR EXCLUSIVAMENTE

DE LA FALTA DE DEFINICIÓN DE LOS VOCABLOS O LOCUCIONES

UTILIZADOS POR EL LEGISLADOR”.

Ahora bien, en primer lugar, esta Primera Sala advierte que los

precedentes en los cuales se apoyó el Tribunal de amparo para dar

contestación a los conceptos de violación expuestos por el quejoso, no

son exactamente aplicables al caso concreto, ya que en ellos no se

analiza el precepto impugnado a la luz del artículo 14 constitucional, ni se

desarrollan los principios de legalidad y taxatividad en materia penal, que

fue lo que solicitó el quejoso en su demanda de amparo. En ese sentido,

fue incorrecto que, bajo ese solo argumento, el Tribunal Colegiado

calificara de inoperantes sus conceptos de violación.

En segundo lugar, esta Corte advierte que el Tribunal Colegiado

pasó por alto que, de acuerdo con el artículo 14 constitucional y los

principios invocados por el quejoso (legalidad y taxatividad en materia

penal), el legislador sí tiene un deber constitucional de definir con

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

18

suficiente claridad los tipos penales a fin de evitar inseguridad jurídica y

arbitrariedades en su aplicación. En ese orden, el órgano de amparo

debió analizar los conceptos de violación del quejoso respecto a la

inconstitucionalidad del artículo 174, fracción II, del Código Penal para el

Estado de Hidalgo, pero a la luz de estos parámetros constitucionales.

Consecuentemente, dado que el Tribunal Colegiado no dio

contestación a los conceptos de violación del quejoso en los términos en

los que éstos fueron planteados, esta Primera Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación procederá a su estudio, de

conformidad con lo dispuesto por el artículo 93, fracción V, de la Ley

de Amparo en vigor.

Para ello, la presente sentencia se estructurará del siguiente modo:

(i) en primer lugar, se retomará la doctrina de esta Suprema Corte en

relación con el contenido y alcance del principio de legalidad contenido

en el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, así como de los mandatos de exacta aplicación y taxatividad

que del mismo se desprenden; precisado lo anterior (ii) analizaremos el

artículo 174, fracción II, del Código Penal para el Estado de Hidalgo a la

luz de los argumentos del recurrente.

i. Doctrina de esta Suprema Corte en relación con los principios

de legalidad y taxatividad en materia penal, previstos en el

artículo 14 constitucional.

El artículo 14 de la Constitución General, en la parte que interesa,

establece literalmente lo siguiente:

Artículo 14. […]

En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer,

por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena

alguna que no esté decretada por una ley exactamente

aplicable al delito de que se trata.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

19

Como lo señalado esta Suprema Corte en otras ocasiones, la

norma constitucional transcrita consagra la garantía de exacta aplicación

de la ley penal. Esta garantía en materia penal deriva de los principios

generales de legalidad en materia penal, “nullum crimen sine lege” y

“nulla poena sine lege”, traducibles en que no puede haber delito sin

pena, ni pena sin ley. Además, de acuerdo con estos postulados, la ley

penal debe ser previa, cierta, estricta y concreta para el hecho de que se

trate, a fin de dar seguridad jurídica a los gobernados y evitar

arbitrariedades gubernamentales.18

En esa línea, este Tribunal ha subrayado que la garantía de exacta

aplicación no se limita a ordenar a la autoridad jurisdiccional que se

abstenga de interpretar por simple analogía o mayoría de razón, sino que

es extensiva al creador de la norma. Así, al legislador le es exigible la

emisión de normas claras, precisas y exactas respecto de la conducta

reprochable y de la consecuencia jurídica por la comisión de un ilícito;

descripción que no es otra cosa que el tipo penal, el cual debe estar

claramente formulado.19

De lo anterior, deriva la importancia que la dogmática jurídico-penal

asigna al elemento del delito llamado tipicidad, entendido como la

constatación plena del encuadramiento exacto entre los componentes de

una hipótesis delictiva descrita en la ley y un hecho concreto acontecido y

probado en el mundo fáctico. La tipicidad es un presupuesto

indispensable del acreditamiento del injusto penal, y constituye la base

fundamental del principio de legalidad que rige, con todas sus

derivaciones, como pilar de un sistema de derecho penal en un estado

democrático de derecho.20

18 Amparo en revisión 448/2010. 13 de julio de 2011. Mayoría de cuatro votos. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González. 19 Ídem. 20 Amparo directo en revisión 3970/2013. 9 de abril de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

20

De este modo, esta Sala ha señalado que del principio de legalidad

es posible derivar un mandato de taxatividad o exigencia de un contenido

concreto y unívoco en la labor de tipificación de la ley. Es decir, para

garantizar el principio de plenitud hermética en cuanto a la prohibición de

analogía o mayoría de razón en la aplicación de la ley penal, la descripción

típica no debe ser de tal manera vaga, imprecisa, abierta o amplia, al grado

de permitir la arbitrariedad en su aplicación.21

Así, el mandato de taxatividad supone la exigencia de que el

grado de determinación de la conducta típica sea tal, que la conducta

objeto de prohibición pueda ser conocida por el destinatario de la

norma. En definitiva, como también lo ha señalado la doctrina, el principio

de taxatividad no es otra cosa que la exigencia de que los textos en los que

se recogen las normas sancionadoras describan con suficiente precisión

qué conductas están prohibidas y qué sanciones se impondrán a quienes

incurran en ellas, cuya finalidad es preservar los principios penales de

certeza jurídica e imparcialidad en la aplicación de la norma.22

En esta misma línea, al resolver la acción de inconstitucionalidad

95/2014, el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación

sostuvo que tratándose de la materia penal, nuestro ordenamiento

constitucional reconoce una exigencia de racionalidad lingüística, a la

cual se le conoce como principio de taxatividad. Este principio

constituye un importante límite al legislador penal en un Estado

democrático de Derecho en el que subyacen dos valores fundamentales:

la certeza jurídica y la imparcialidad en la aplicación del derecho.23

Así, el Tribunal Pleno señaló que el mandato de taxatividad se

traduce en un auténtico deber constitucional para el legislador, según el cual

está obligado a formular en términos precisos los supuestos de hecho de las

21 Ídem. 22 Véase al respecto, el estudio de Víctor Ferrares Comella. El principio de taxatividad en materia penal y el valor normativo de la jurisprudencia. Una perspectiva constitucional, Civitas, Madrid, 2002, p. 21 y ss. 23 Acción de inconstitucionalidad 95/2014. 7 de julio de 2015. Unanimidad de once votos. Ponente: Alberto Pérez Dayan. Secretario: Jorge Antonio Medina Gaona.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

21

normas penales.24 En ese orden, el principio de taxatividad puede definirse

como la exigencia de que los textos en los que se recogen las normas

sancionadoras describan con suficiente precisión qué conductas están

prohibidas y qué sanciones se impondrán a quienes incurran en ellas.25

Con todo, el Pleno de esta Suprema Corte también aclaró que la

precisión de las disposiciones es una cuestión de grado. En efecto, lo

que se busca con este tipo de análisis no es validar las normas si, y sólo si,

se detecta la certeza absoluta de los mensajes del legislador, puesto que

ello es lógicamente imposible. Más bien, lo que se pretende es que el grado

de imprecisión sea razonable, es decir, que el precepto sea lo

suficientemente claro como para reconocer su validez, en tanto se

considera que el mensaje legislativo cumplió esencialmente su cometido

dirigiéndose al núcleo esencial de casos regulados por la norma.26

24 Véase, Moreso, José Juan, “Principio de legalidad y causas de justificación (Sobre el alcance de la taxatividad)”, Doxa. Cuadernos de filosofía del Derecho, número 24, Universidad de Alicante, 2001, p. 527. 25 Véase, Ferreres Comellas, Víctor, El principio de taxatividad en materia penal… op. cit., p. 21. 26 En este mismo sentido la Primera Sala ha redefinido la taxatividad en el siguiente criterio jurisprudencial: “PRINCIPIO DE LEGALIDAD PENAL EN SU VERTIENTE DE TAXATIVIDAD. ANÁLISIS DEL CONTEXTO EN EL CUAL SE DESENVUELVEN LAS NORMAS PENALES, ASÍ COMO DE SUS POSIBLES DESTINATARIOS. El artículo 14, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consagra el derecho fundamental de exacta aplicación de la ley en materia penal al establecer que en los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata. Este derecho fundamental no se limita a ordenar a la autoridad jurisdiccional que se abstenga de interpretar por simple analogía o mayoría de razón, sino que es extensivo al creador de la norma. En ese orden, al legislador le es exigible la emisión de normas claras, precisas y exactas respecto de la conducta reprochable, así como de la consecuencia jurídica por la comisión de un ilícito; esta descripción no es otra cosa que el tipo penal, el cual debe estar claramente formulado. Para determinar la tipicidad de una conducta, el intérprete debe tener en cuenta, como derivación del principio de legalidad, al de taxatividad o exigencia de un contenido concreto y unívoco en la labor de tipificación de la ley. Es decir, la descripción típica no debe ser de tal manera vaga, imprecisa, abierta o amplia, al grado de permitir la arbitrariedad en su aplicación. Así, el mandato de taxatividad supone la exigencia de que el grado de determinación de la conducta típica sea tal, que lo que es objeto de prohibición pueda ser conocido por el destinatario de la norma. Sin embargo, lo anterior no implica que para salvaguardar el principio de exacta aplicación de la pena, el legislador deba definir cada vocablo o locución utilizada al redactar algún tipo penal, toda vez que ello tornaría imposible la función legislativa. Asimismo, a juicio de esta Primera Sala, es necesario señalar que en la aplicación del principio de taxatividad es imprescindible atender al contexto en el cual se desenvuelven las normas, así como sus posibles destinatarios. Es decir, la legislación debe ser precisa para quienes potencialmente pueden verse sujetos a ella. En este sentido, es posible que los tipos penales contengan conceptos jurídicos indeterminados, términos técnicos o vocablos propios de un sector o profesión, siempre y cuando los

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

22

En contraste, el otro extremo sería la imprecisión excesiva o

irrazonable, es decir, un grado de indeterminación tal que provoque en

los destinatarios confusión o incertidumbre por no saber cómo actuar

ante la norma jurídica. Como se ha visto, la certeza jurídica y la

imparcialidad en la aplicación del Derecho son los valores subyacentes al

principio de taxatividad.

En ese sentido, el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte aclaró que

el mandato de taxatividad sólo puede obligar al legislador penal a una

determinación suficiente y no a la mayor precisión imaginable. En otras

palabras, el legislador no está obligado a una determinación máxima.

Desde esa perspectiva, puede decirse que la taxatividad tiene un matiz

consistente en que los textos legales que contienen las normas penales

únicamente deben describir con suficiente precisión qué conductas están

prohibidas y qué sanciones se impondrán a quienes incurran en ellas; la

exigencia en cuanto a la claridad y precisión es gradual.27

En ese tenor, el Tribunal Pleno indicó que la tensión estructural que

se presenta en el mandato de taxatividad puede ser esclarecida del

siguiente modo: alcanzar el punto adecuado entre precisión (claridad) y

flexibilidad de una disposición normativa para que, en una sana

colaboración con las autoridades judiciales, pueda ser interpretada para

adquirir mejores contornos de determinación. Dado que la legislación penal

no puede renunciar a la utilización de expresiones, conceptos jurídicos,

destinatarios de la norma tengan un conocimiento específico de las pautas de conducta que, por estimarse ilegítimas, se hallan prohibidas por el ordenamiento. El principio de taxatividad no exige que en una sociedad compleja, plural y altamente especializada como la de hoy en día, los tipos penales se configuren de tal manera que todos los gobernados tengan una comprensión absoluta de los mismos, específicamente tratándose de aquellos respecto de los cuales no pueden ser sujetos activos, ya que están dirigidos a cierto sector cuyas pautas de conducta son muy específicas, como ocurre con los tipos penales dirigidos a los miembros de las Fuerzas Armadas.” (Décima Época, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 8, Julio de 2014, Tomo I, Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a./J. 54/2014 (10a.), Página: 131). 27 Véase al respecto, el estudio de Víctor Ferreres Comella. El principio de taxatividad en materia penal y el valor normativo de la jurisprudencia. Una perspectiva constitucional, Madrid, Civitas, 2002, pp. 21 y ss.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

23

términos técnicos, vocablos propios de un sector o profesión (y por ello

necesitados de concreción) entonces el legislador y las autoridades

judiciales se reparten el trabajo para alcanzar, de inicio, una suficiente

determinación y, posteriormente, una mayor concreción.

En ese sentido, el Tribunal Pleno señaló que, a fin de analizar el

grado de suficiencia en la claridad y precisión de una expresión normativa,

no debe tomarse en cuenta únicamente el texto de la ley, sino que se puede

acudir (i) tanto a la gramática, (ii) como en contraste (u observando) dicha

expresión en relación con otras expresiones contenidas en la misma (u otra)

disposición normativa. Además, como lo ha referido esta Primera Sala en su

jurisprudencia, para ello también debe atenderse (iii) al contexto en el cual

se desenvuelven las normas, (iv) y a sus posibles destinatarios.28

Cabe señalar que una aproximación similar ha sostenido la Corte

Interamericana de Derechos Humanos al interpretar el artículo 9 de la

Convención Americana. Así, en la sentencia recaída al caso Norín Catrimán

y otros vs. Chile29 el Tribunal Interamericano expresamente señaló lo

siguiente:

“161. El principio de legalidad, según el cual “[n]adie puede ser

condenado por acciones u omisiones que en el momento de cometerse

no fueran delictivos según el derecho aplicable” (artículo 9 de la

Convención Americana) constituye uno de los elementos centrales de la

persecución penal en una sociedad democrática. La calificación de un

hecho como ilícito y la fijación de sus efectos jurídicos deben ser

preexistentes a la conducta del sujeto al que se considera infractor pues,

de no ser así, las personas no podrían orientar su comportamiento

conforme a un orden jurídico vigente y cierto, en el que se expresan el

reproche social y las consecuencias de este.

162. La elaboración de tipos penales supone una clara definición de la

conducta incriminada, que fije sus elementos y permita deslindarla de

28 Véase la tesis de rubro “PRINCIPIO DE LEGALIDAD PENAL EN SU VERTIENTE DE TAXATIVIDAD. ANÁLISIS DEL CONTEXTO EN EL CUAL SE DESENVUELVEN LAS NORMAS PENALES, ASÍ COMO DE SUS POSIBLES DESTINATARIOS”, Décima Época, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 8, Julio de 2014, Tomo I, Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a./J. 54/2014 (10a.), Página: 131. 29 Corte IDH, Caso Norín Catrimán y otros (Dirigentes, Miembros Y Activista Del Pueblo

Indígena Mapuche), sentencia de 29 de mayo de 2014, Serie C No. 27, párrafos 161-162.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

24

comportamientos no punibles o conductas ilícitas sancionables con

medidas no penales. Es necesario que el ámbito de aplicación de cada

uno de los tipos esté delimitado de la manera más clara y precisa que sea

posible, en forma expresa, precisa, taxativa y previa.”

En suma, toda norma que prevea una pena o describa una

conducta que deba ser sancionada penalmente, resultará inconstitucional

por ser contraria al principio de taxatividad, cuando su grado de

imprecisión resulte excesivo o irrazonable. Es decir, en un grado de

indeterminación tal, que provoque en los destinatarios confusión o

incertidumbre por no saber cómo actuar ante la norma jurídica.30

ii. Análisis de la constitucionalidad del artículo 174, fracción II, del

Código Penal del Estado de Hidalgo.

Sentado lo anterior, corresponde ahora analizar si el artículo 174,

fracción II, del Código Penal para el Estado de Hidalgo, que prevé el tipo

penal de “asalto equiparado”, respeta los parámetros de taxatividad a los

que se ha hecho referencia. Este precepto se encuentra contenido en el

Capítulo V, Título Tercero, del Código Penal para el Estado de Hidalgo, el

cual regula el delito de “asalto” en los siguientes términos:

CAPITULO V

ASALTO

Artículo 173.- Al que haga uso de violencia sobre una o más personas

con el propósito de causarles un mal o exigir su asentimiento para

cualquier fin ilícito, en un lugar en que a determinada hora del día o de

la noche no fuere posible el auxilio oportuno, se le impondrá prisión de

6 a 12 años y multa de 60 a 140 días.

Artículo 174.- La misma punibilidad señalada en el Artículo que

antecede, se impondrá a quien haciendo uso de la violencia sobre una

o más personas, con el propósito de causarles un mal o exigir su

asentimiento para cualquier fin ilícito, lo acometa:

I.- En casa habitación o sus accesorios, comprendiendo también los

lugares de habitación móviles;

II.- Encontrándose en un vehículo particular o de transporte público; 30 Amparo Directo en Revisión 4436/2015. Aprobado por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en sesión de 23 de agosto de 2016.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

25

III.- En local comercial o cualquier tipo de oficinas abiertos al público o

IV.- En contra de una oficina recaudadora u otra en que se conserven

caudales o en contra de las personas que los custodian, manejan o

transportan.

La punibilidad señalada en este y en el anterior Artículo, se aumentará

en una mitad, cuando fueren dos o más los asaltantes o que por

cualquier causa el ofendido no tuviere la posibilidad de defenderse.

Además se aumentará el triple de la punibilidad prevista en el Artículo

anterior, cuando el o los agentes del delito, sean o hayan sido

miembros de alguna corporación policial o agencia privada de

seguridad o lo hubieran sido de las fuerzas armadas.

Las punibilidades a que se refiere este Capítulo, se aplicarán sin

perjuicio de las que correspondan por la comisión de otros delitos.

Como puede apreciarse, la definición del tipo penal de “asalto”, y la

pena correspondiente al mismo, se encuentra contenida en el artículo 173

del Código Penal de la entidad; mientras que el artículo 174 —que es el

que aquí se combate— establece un listado de circunstancias específicas

(lugar) bajo las cuales, la realización de la conducta deberá estimarse

igualmente constitutiva del delito de “asalto” y, por tanto, aplicables las

conductas correspondientes a ese delito.

En ese sentido, del análisis sistemático y literal del artículo 173 y

del dispositivo impugnado, se obtiene que los elementos que configuran

el delito de asalto equiparado previsto en el artículo 174, fracción II, del

Código Penal para Hidalgo (hipótesis bajo la cual fue sentenciado el

recurrente) son los siguientes:

Elementos objetivos:

La existencia de una conducta voluntaria, consistente hacer

uso de violencia sobre una o más personas.

El sujeto activo y uno o más sujetos pasivos, los cuales no

requieren una calificación específica.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

26

El objeto material del delito, el cual recae en el sujeto pasivo

del delito.

El bien jurídico tutelado, consistente en la libertad y la

seguridad de las personas.

Circunstancias específicas de modo, tiempo, lugar u ocasión:

en el caso de la fracción II, la acción debe realizarse

“encontrándose en un vehículo particular o de transporte

público”.

Elemento subjetivo específico:

La conducta debe realizarse con el propósito de causar un

mal o exigir el asentimiento del sujeto pasivo para cualquier

fin ilícito.31

Elementos normativos culturales o legales específicos:

Los términos “violencia”, “fin ilícito”, y, en el caso particular de

la fracción II, del artículo 174, la acción sea realizada en un

“vehículo particular” o de “transporte público”.

En el presente caso, como ya se ha mencionado, el quejoso

sostiene que el precepto en cuestión es contrario al principio de

taxatividad en materia penal esencialmente por dos razones: (i) en primer

31 Aunque no es el tema debatido en el presente asunto, cabe señalar que esta Primera Sala, al resolver el amparo directo en revisión 3970/2013, tuvo oportunidad de pronunciarse sobre la compatibilidad de las expresiones “asentimiento” y “fin ilícito” contenidas en el artículo 173 (reiteradas en el artículo 174), con el mandato de taxatividad. En dicho precedente, esta Primera Sala concluyó que dichas expresiones no resultan inconstitucionales, pues en el contexto en que se desenvuelve la norma y a quienes está dirigida, no sólo es factible obtener su significado sin confusión alguna (ya sea desde un lenguaje natural o, incluso, jurídico), sino en igual medida se clarifica su contenido al ser relacionado tanto con otra expresión, como con un párrafo localizado en la misma disposición normativa. Las consideraciones anteriores dieron origen a la tesis 1a. CCCXXX/2015, de esta Primera Sala de rubro y texto siguientes: ASALTO. LAS EXPRESIONES "ASENTIMIENTO" Y "FIN ILÍCITO", PREVISTAS EN EL ARTÍCULO 173 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE HIDALGO, NO VULNERAN EL PRINCIPIO DE TAXATIVIDAD DE LA NORMA, PREVISTO EN EL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. Amparo directo en revisión 3970/2013. 9 de abril de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su derecho para formular voto concurrente. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

27

lugar, toda vez que el término “vehículo” empleado por el legislador en la

fracción II del artículo 174 es “demasiado amplio”, puesto que comprende

una cantidad “casi ilimitada” de supuestos (por ejemplo, vehículos

terrestres, aéreos y marítimos, incluyendo una gran cantidad de géneros

y subgéneros); y, por otro lado, (ii) ya que el precepto no precisa la

relación que debe tener el sujeto activo y el pasivo respecto del vehículo.

Pues bien, a juicio de esta Primera Sala, los conceptos de violación

expuestos por el quejoso resultan infundados, en razón de lo siguiente:

En primer lugar, contrario a lo que alega el recurrente en su primer

argumento (i), este Tribunal Constitucional estima que el término

“vehículo”, en el contexto de la disposición normativa impugnada, no

genera confusión ni inseguridad jurídica en su aplicación, por lo que no

resulta contrario al principio de legalidad ni al mandato taxatividad en

materia penal.

En efecto, si bien es cierto —como refiere el quejoso— que el

vocablo en cuestión posee una extensión conceptual o semántica

relativamente amplia (en tanto que denota una cantidad más o menos

vasta de supuestos individuales de aplicación, como serían vehículos

terrestres, marítimos, aéreos y las subespecies de éstos), también lo es

que esta situación, por sí misma, no implica una transgresión al artículo

14 constitucional.

Como se ha señalado, el mandato de taxatividad no exige una

precisión total o absoluta en los términos empleados por el legislador, pues

tal empresa resultaría práctica y lógicamente imposible. Lo que este

postulado exige es que las normas penales sean redactadas con suficiente

precisión, de tal manera que los destinatarios de las mismas puedan

conocer con claridad cuáles son las conductas punibles y qué sanciones se

impondrán a quienes incurran en ellas. Ello, a fin de garantizar los principios

de certeza y seguridad jurídicas, así como evitar aplicaciones arbitrarias de

la norma por parte de la autoridad.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

28

En otras palabras, el factor determinante para verificar si una norma

es congruente con el mandato de taxatividad previsto en el artículo 14

constitucional, no radica en la extensión de los términos o vocablos

empleados en la norma, sino más bien en que, debido a una formulación

excesivamente vaga o ambigua del precepto legal, no sea posible

conocer con suficiente claridad y precisión cuál es la conducta prohibida

o las penas correspondientes al delito. Lo que no acontece en la especie.

En efecto, desde el punto de vista gramatical o del lenguaje ordinario,

el vocablo “vehículo” posee únicamente dos connotaciones. Por un lado,

indica cualquier “medio de transporte de personas o cosas” y, por otro,

“aquello que sirve para conducir o transmitir fácilmente algo, como el

sonido, la electricidad, las enfermedades contagiosas, etc.”32 No obstante,

en el caso del artículo 174, fracción II, del Código Penal local, no hay duda

de que el precepto se refiere a la primera de estas acepciones, en la medida

que tiene por objeto definir el “lugar” en el que debe tener lugar una

conducta.

De este modo, esta Primera Sala observa que el uso del término

“vehículo”, en el contexto de la norma impugnada, de ninguna manera

genera confusión o inseguridad jurídica. Lo anterior, puesto que

cualquier persona puede prever con suficiente claridad y precisión que en el

Estado de Hidalgo se considerará responsable de la comisión del delito de

“asalto” a toda persona que haga uso de la violencia sobre una o más

personas, con el propósito de causarles un mal o exigir su asentimiento

para cualquier fin ilícito, encontrándose en un “medio de transporte de

personas o cosas”, ya sea de uso particular o destinado al transporte

público.

32 Del lat. vehicŭlum. 1. m. Medio de transporte de personas o cosas. 2. m. Aquello que sirve para conducir o transmitir fácilmente algo, como el sonido, la electricidad, las enfermedades contagiosas, etc. Véase Diccionario de la Real Academia Española, http://www.rae.es/.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3040/2016

29

Por lo demás, debe señalarse que la falta de una definición legal por

parte del legislador respecto de los términos “vehículo particular” o de

“transporte público”, tampoco revela una desatención o una vulneración al

mandato de taxatividad, puesto que se trata de elementos normativos de

tipo cultural o legal que válidamente pueden ser perfeccionados por la

autoridad judicial al momento de su aplicación. Tal y como lo ha señalado

esta Sala en otras ocasiones, los denominados elementos normativos de

tipo cultural o legal son uno de los casos en los que puede apreciarse

una participación conjunta entre el legislador y el juzgador, para no sólo

tener suficientemente determinada una expresión, sino para

posteriormente buscar alcanzar una mayor concreción.33

Por otro lado, el recurrente sostiene en su segundo argumento (ii)

que la redacción del precepto “resulta vaga y da lugar a que el juzgador

pueda libremente resolver casos utilizando la analogía y la mayoría de

razón”, puesto que no establece la situación específica que guarda el

sujeto pasivo y el sujeto activo respecto del vehículo. Ello —sostiene— ya

que no se precisa si debe sancionarse una conducta realizada por “el

conductor de un vehículo hacia un transeúnte, por el conductor de un

vehículo hacia un pasajero, por el pasajero de un vehículo hacia el

conductor, o por un pasajero a hacia otro pasajero, o por un conductor

hacia otro conductor”.

A criterio de este Tribunal Constitucional, dicho argumento resulta

igualmente infundado. En opinión de esta Sala, si el legislador no

estableció una calidad específica de los sujetos activo y pasivo en

relación con el vehículo (chofer, conductor o pasajero) como elemento

33 De acuerdo con la doctrina de esta Primera Sala, dada la presunción de racionalidad del legislador, debe entenderse que “si éste no estableció una definición cuyos límites materiales estuvieran definidos por la ley, es porque consideró que los gobernados podían adecuar su conducta a las normas aplicables sin necesidad de acudir a una definición legal previamente establecida”. En este sentido se pronunció la Primera Sala en sesión del veintinueve de octubre de dos mil ocho en la contradicción de tesis 57/2008, bajo la ponencia del Ministro José Ramón Cossío Díaz. Véase, de igual forma, el criterio jurisprudencial 1a./J. 122/2008 de rubro y contenido: VIOLENCIA FÍSICA COMO MEDIO ESPECÍFICO DE COMISIÓN EN EL DELITO DE VIOLACIÓN. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIX, marzo de 2009, jurisprudencia, materia penal, p. 366.

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definitorio del tipo penal, fue porque lo consideró irrelevante para efectos

de la descripción de la conducta típica. Situación que tampoco genera

falta de certeza o inseguridad jurídica, ni que el juzgador esté autorizado

para resolver utilizando la analogía y la mayoría de razón, como

infundadamente aduce el recurrente.

Como se ha visto, la fracción II del artículo 174 del Código Penal

para el Estado de Hidalgo establece una circunstancia específica de

“lugar” en la cual la conducta punible (consistente en hacer uso de

violencia sobre una o más personas, con el propósito de causarles un mal

o exigir su asentimiento para cualquier fin ilícito) deberá estimarse

igualmente constitutiva del delito de “asalto”. Tal circunstancia específica

consiste en que el delito se acometa “encontrándose en un vehículo

particular o de transporte público”.

En esa línea, del análisis lingüístico o gramatical de la porción

normativa impugnada, se aprecia que el verbo pronominal

“encontrándose”34 se encuentra referido a su acepción “hallarse”, la cual,

a su vez, indica “estar presente” o “encontrarse en cierto estado”35. Por

su parte, la proposición “en”, indica “en qué lugar, tiempo o modo se

34 “Encontrar” (Der. del lat. vulg. in contra 'en contra'.) Conjug. c. contar. 1. tr. Dar con alguien o algo que se busca. 2. tr. Dar con alguien o algo sin buscarlo. U. t. c. prnl. 3. intr. Dicho de una persona: Tropezar con otra. U. t. c. prnl. 4. prnl. Oponerse a alguien, enemistarse con él. 5. prnl. Dicho de dos o más personas o cosas: Hallarse y concurrir juntas a un mismo lugar. 6. prnl. Hallarse en cierto estado. Encontrarse enfermo. 7. prnl. Opinar diferentemente, discordar de otros. 8. prnl. Conformar, convenir, coincidir. 9. prnl. Hallar algo que causa sorpresa. Se encontró CON aquella catástrofe. Véase Diccionario de la Real Academia Española, http://www.rae.es/. 35 “Hallar” (De fallar1.) 1. tr. Dar con alguien o algo que se busca. 2. tr. Dar con alguien o algo sin buscarlo. 3. tr. Descubrir con ingenio algo hasta entonces desconocido. 4. tr. Ver, observar, notar. 5. tr. Descubrir la verdad de algo. 6. tr. Dar con una tierra o país de que antes no había noticia. 7. tr. Conocer, entender después de una reflexión. 8. prnl. Estar presente. 9. prnl. Encontrarse en cierto estado. Hallarse atado, perdido, alegre, enfermo. Véase Diccionario de la Real Academia Española, http://www.rae.es/.

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realiza lo expresado por el verbo a que se refiere”36; pudiéndose entender

también como sinónimo de la preposición “sobre”.

De este modo, es claro que la intención del legislador fue la de

tipificar y sancionar la conducta punible —esto es, hacer uso de violencia

sobre una o más personas, con el propósito de causarles un mal o exigir su

asentimiento para cualquier fin ilícito conforme a las penas correspondientes

al delito de “asalto”— cuando ésta se acometa “hallándose en” o “tenga

lugar sobre” un vehículo particular o de transporte público. Lo anterior, con

independencia de la posición que los sujetos, activo y pasivo, guarden en

relación con el vehículo (chofer, conductor, pasajero u otro).

En ese sentido, esta Sala observa que la calidad de los sujetos no

es un elemento imprescindible para conocer con suficiente precisión y

claridad las conductas prohibidas por el legislador o las

circunstancias en las cuales deberán ser sancionadas, ni su ausencia

provoca confusión o falta de certeza sobre la aplicación de la norma.

Además, dado que la norma goza de un grado de determinación razonable

o suficiente, es evidente que la falta de ese elemento tampoco implica que,

para poder concretar su aplicación, el juzgador deba recurrir a la analogía o

a la mayoría de razón, como infundadamente alega el recurrente.

En conclusión, esta Primera Sala considera que el artículo 174,

fracción II, del Código Penal para el Estado de Hidalgo, al establecer que

cometerá el delito de asalto equiparado quien, haciendo uso de la violencia

sobre una o más personas, con el propósito de causarles un mal o exigir

36 “En” (Del lat. in.) 1. prep. Denota en qué lugar, tiempo o modo se realiza lo expresado por el verbo a que se refiere. Pedro está en Madrid. Esto sucedió en Pascua. Tener en adobo. 2. prep. sobre1. El rey le ha dado una pensión en la renta del tabaco. 3. prep. Denota aquello en que se ocupa o sobresale alguien. Trabajar en bioquímica. 4. prep. Denota situación de tránsito. En prensa. En proyecto. 5. prep. por. Lo conocí en la voz. 6. prep. Tan pronto como, después que. En poniendo el general los pies en la playa, dispara la artillería. 7. prep. Denota el término de algunos verbos de movimiento. Caer en un pozo. Entrar en casa. 8. prep. desus. con. Alegrarse en una nueva.

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su asentimiento para cualquier fin ilícito, lo acometa “encontrándose en

un vehículo particular o de transporte público”, no transgrede los

principios de legalidad y taxatividad en materia penal, consagrados en el

artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En las condiciones relatadas, al haber resultado infundados los

conceptos del quejoso y no advertirse queja deficiente que suplir, esta

Primera Sala estima que lo procedente es confirmar la sentencia

recurrida y conceder el amparo al quejoso en contra del acto

reclamado, para los efectos que fueron preciados por el Tribunal

Colegiado de Circuito recurrido.

Por lo anteriormente expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO.- En la materia de la revisión, competencia de esta

Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma

la sentencia recurrida.

SEGUNDO.- La Justicia de la Unión ampara y protege a **********

para los efectos precisados en la parte final del último considerando de

esta ejecutoria.

Notifíquese con testimonio de esta resolución, devuélvanse los

autos a su lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el toca como

asunto concluido.