Análisis de los factores que limitan la mejora económica ...
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Perú. Jurado Nacional de Elecciones
DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
Colección Cátedra Democracia Perú Domingo García Rada
Lima, primera edición
74 págs.
Democracia / Participación política / Mujeres / Elecciones / Partidos políticos
Reforma electoral / Ciencia política / Participación ciudadana / Cuotas electorales / Inclusión /
DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
JURADO NACIONAL DE ELECCIONES
De esta edición:
© Jurado Nacional de Elecciones
Escuela Electoral y de Gobernabilidad (ESEG)
Jr. Nazca 598, Jesús María, Lima
Teléfono: (511) 311-1700
www.jne.gob.pe
Primera edición
Dirección ejecutiva del proyecto editorial: Yuri Alejandro Chessman Olaechea
Director Escuela Electoral y de Gobernabilidad (ESEG) Cuidado de edición: Enrique Hulerig Villegas Fondo Editorial
Corrección de estilo: Enrique Hulerig Villegas Fondo Editorial y Antonio Crespo Fondo Editorial
Fondo Editorial
Coordinación del proyecto: Escuela Electoral y de Gobernabilidad
Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin la autorización escrita de los
titulares del copyright.
MIEMBROS DEL PLENO
Víctor Ticona Postigo
Presidente del JNE
Luis Carlos Arce Córdova
Raúl Roosevelt Chanamé Orbe
Ezequiel Baudelio Chávarry Correa
Jorge Armando Rodríguez Vélez
____________
Flor de María Concha Moscoso
Secretaria General
Pedro Tapia Alvarado
Director Central de Gestión Institucional
Yuri Alejandro Chessman Olaechea
Director de la Escuela Electoral y de Gobernabilidad
ÍNDICE
Presentación.........................................................................................................
Dedicatoria...........................................................................................................
Introducción.........................................................................................................
SOBRE LA DEMOCRACIA....................................................................................
1. Democracia: condiciones, dimensiones y mediciones.................................
2. Democracia en Perú........................................................................................
3. Marco empírico de nuestra democracia.......................................................
a) Apoyo a la democracia.......................................................................
b) Apoyo a la democracia en el Perú.....................................................
c) Conocimiento sobre la democracia...................................................
d) Funcionamiento de la democracia....................................................
e) Gobernabilidad del país......................................................................
f) Confianza en las instituciones...........................................................
SOBRE LA COYUNTURA DEL PERÚ EN 2019....................................................
1. La democracia en el Perú y proceso electoral
de Elecciones Congresales Extraordinarias...................................................
2. El candidato estándar en el Perú....................................................................
3. La igualdad de género como variable en el proceso electoral....................
SOBRE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER:
IGUALDAD ANTE TODO......................................................................................
1. Principio de igualdad en la participación electoral.......................................
2. La igualdad desde una perspectiva comparada............................................
3. La igualdad y no discriminación contra la mujer..........................................
4. La participación de la mujer en cifras.............................................................
5. La participación de la mujer de cara a las ECE 2020...................................
REFERENCIAS.......................................................................................................
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PRESENTACIÓN
Democracia y participación política de la mujer son términos que vinculan
no solo dos temas de investigación académica de gran relevancia,
sino que, además, aluden a dos aspectos de la realidad política y
social del Perú, cuyo estudio resulta impostergable, a fin de conformar un
conjunto de conocimientos construidos con rigor científico, que sustenten
los proyectos normativos de reforma, así como las prácticas ciudadanas y
estatales, a través de las cuales se haga realidad el fortalecimiento de la
democracia peruana mediante la plena participación de las mujeres en la
vida electoral y política del país.
Bajo esa perspectiva, presentamos la sexta entrega de la Cátedra
Democracia Perú “Domingo García Rada”, una colección originada en
2014, promovida por la Escuela Electoral y de Gobernabilidad (ESEG) del
Jurado Nacional de Elecciones, que en esta ocasión aborda el tema del
empoderamiento y la participación de la mujer en la vida democrática y
política de las sociedades latinoamericanas, un tópico fundamental tanto
para comprender las reformas electorales del contexto regional, sino
establecerlo como un principio democrático básico de igualdad política.
En efecto, con el propósito de comprender el alcance del proceso
de participación política de las mujeres en la democracia peruana y
latinoamericana, el autor de este volumen presenta, de manera sistemática,
los últimos desarrollos teóricos en relación con la incorporación plena de la
mujer en las diferentes democracias de América Latina. Del análisis de este
trabajo se desprende importante evidencia sobre la posibilidad concreta
de alcanzar una democracia de ciudadanos, conforme se promueve desde
el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), además de que
se reflexiona y se adopta una postura crítica frente a las dificultades que
aún limitan la participación de las mujeres en la vida electoral y política en
el Perú. Así, a través de estadísticas, el autor advierte la relación que existe
entre la percepción de la democracia y la participación de las mujeres en el
ámbito político electoral y, en particular, aporta información en torno al nivel
de participación de las mujeres en el proceso de Elecciones Congresales
Extraordinarias 2020. Las referencias estadísticas están acompañadas
de posturas reflexivas sobre los avances normativos adoptados en el
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ordenamiento legal peruano para promover y facilitar una mayor presencia
de mujeres en la política peruana.
En vista de ello, el Jurado Nacional de Elecciones presenta este sexto
número de la serie Cátedra Democracia Perú, el que será de suma utilidad en el
permanente proceso de perfeccionamiento de la democracia peruana y en la
materialización efectiva del principio de igualdad, sin el cual es inútil construir
concretar prácticas gubernamentales —en conjunto con la sociedad civil—
encaminadas a promover cada vez más la participación política.
VÍCTOR TICONA POSTIGO
Presidente del Jurado Nacional de Elecciones
Mi agradecimiento a mi familia, al valioso
equipo humano que me acompaña en mi día
a día y a los colegas y amigos de siempre,
que creen en las ganas y empeño que suelo
dedicarle a cualquiera de mis proyectos.
Sin duda, gracias al apoyo de todos ellos
puedo hacer que mis sueños de ayer sean la
feliz realidad del día de hoy.
INTRODUCCIÓN
L
a presente investigación se impulsa en marco de la ponencia preparada
para Cátedra Democracia Perú-Domingo García Rada, donde se
abordó el tema “Empoderamiento y participación de la mujer en la
vida democrática y política de las sociedades latinoamericana”, pues se
estima conveniente que desde la ciudadanía se promueva la igualdad en la
participación política, siendo de hecho nuestro objetivo seguir colaborando
con ahínco e interés por esta necesaria causa. La Escuela Electoral y de
Gobernabilidad (ESEG) del Jurado Nacional de Elecciones se ha abocado
a promover tales reformas, en busca de contribuir con la efectiva vigencia
del principio de igualdad en el Perú.
agradecemos a la ESEG del Jurado Nacional de Elecciones no solo
por tener la oportunidad de compartir unas breves reflexiones sobre la
democracia y la participación política de la mujer en el Perú —consciente de
nuestra realidad y con la firme esperanza de mejorar las condiciones dentro
de las organizaciones políticas, a fin de que modifiquen ciertos criterios
de elegibilidad de candidaturas y presenten listas íntegras, paritarias y
alternadas—, sino también contribuir a brindar mejores posibilidades a los
electores, quienes, por medio de las herramientas informáticas ofrecidas
por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la Oficina Nacional de Procesos
Electorales (ONPE), el Poder Ejecutivo, entre otras entidades públicas,
pueden así tomar la decisión, de manera responsable, sobre qué partido
político deben elegir y a qué candidatos específicamente debieran otorgar
su voto preferencial.
Es preciso señalar que las elecciones son el proceso democrático
por el cual la ciudadanía elige a sus autoridades y, en el proceso electoral
de 2020, a los congresistas de la república en particular; sin embargo, las
elecciones deben guiarse sobre la base de la información, transparencia
y un profundo respeto hacia el electorado. Por ello, se hace necesario
reconocer cuáles son las atribuciones del Congreso de la República,
establecidas en el artículo 102.° de la Constitución Política del Perú y cuáles
son las competencias que no tiene; además, debemos ser conscientes de
qué puede hacer un congresista y qué no. Un congresista, por ejemplo,
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no realiza obras (hospitales, centros educativos, carreteras, etc.), no
ejecuta presupuesto nacional, regional ni local; pero sí puede legislar (es
decir, formular y aprobar leyes que rigen a nivel nacional), fiscaliza a las
entidades e instituciones en el Estado y, principalmente, representa, tanto
a la nación como a sus diversos grupos sociales y sus intereses.
En ese sentido, debemos tener en cuenta que el 4 de abril de 2019 se
promulgó la Política Nacional de Género, a través del Decreto Supremo N°
008-2019-MIMP, el cual establece un análisis histórico de la discriminación
de las mujeres. Al respecto, agrupa cuatro puntos importantes: 1)
vulneración del derecho a una vida libre de violencia, 2) vulneración de los
derechos a la salud sexual y reproductiva, 3) vulneración del derecho al
acceso y participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones y 4)
vulneración de los derechos económicos y sociales. Por tanto, es necesario
aplicar una serie de medidas legales y operativas que permitan mejorar la
problemática actual en el país; en ese aspecto, no puede concebirse una
democracia plena con la existencia de brechas y deficiencias visibilizadas
por todos los actores sociales, económicos y políticos.
Por último, debemos precisar que el presente trabajo busca motivar
en la ciudadanía una opinión crítica y constructiva sobre la relevancia
no solo de la participación de la mujer, sino de contar con autoridades
electas mujeres. Como observaremos, más allá del constructo teórico (el
género) se busca la equidad en nuestra sociedad de manera fáctica. En
consecuencia, es un tema ineludible e impostergable del que debemos
tomar consciencia y abordarlo de manera responsable desde el espacio en
donde nos encontremos. La presente investigación se divide, para tal fin,
en tres momentos específicos: sobre la democracia, sobre la coyuntura del
Perú en 2019 y sobre la participación política de la mujer.
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a democracia tradicionalmente se ha conceptualizado desde su origen
etimológico, demos: pueblo y cratos: poder, entendiéndose como el
poder del pueblo; sin embargo, con la evolución de diversas ramas
del conocimiento social han existido un sinnúmero de investigaciones
y publicaciones sobre la democracia, ofreciendo abundante teoría al
respecto, y catalogándola con diversos adjetivos como representativa,
participativa, liberal, socialdemocracia, directa, delegativa, electoral, de
ciudadanía, entre otros.
Algunos estudiosos han decidido apartarse del concepto democracia
estándar y acuñar conceptos propios no sujetos a una naturaleza
concluyente, sino más bien abiertos a la posibilidad de perfeccionarse e
enriquecerse con aportes fácticos o cognitivos a lo largo del tiempo. Por
ejemplo, Dahl es uno de los estudiosos de la democracia más conocidos,
quien bajo una lógica sustentada en un enfoque poliárquico, resumió que
la democracia vendría a ser un “gobierno de muchos”, desde un esquema
de instituciones democráticas articuladas en aras de la gobernabilidad de
un pueblo o, mejor dicho, una sociedad llamada al orden. Al respecto, dice:
La democracia poliárquica es, pues, distinta de la democracia
representativa con sufragio restringido, como la del siglo XIX. Es
también diferente de las democracias y repúblicas más antiguas,
que no solo tenían sufragio restringido, sino que carecían de
muchas de las otras características cruciales de las democracias
poliárquicas, tales como partidos políticos, derecho a formar
organizaciones políticas para influir u oponerse a los gobiernos
existentes, grupos de interés organizados, etc. Es también distinta
de las prácticas democráticas propias de unidades tan pequeñas
que permiten el establecimiento de una asamblea directa de sus
miembros y su decisión (o recomendación) directa de las políticas
o leyes. (Dahl, 1989, p. 105).
SOBRE LA DEMOCRACIA
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
Por su parte, Carrol (2008) señala que, para Dahl, en su obra A Preface
to Democratic Theory (1956), “las democracias son poliarquías, es decir,
sistemas caracterizados por la multiplicidad de mandos y concretamente,
por la difusión del poder, que termina siendo una aproximación imperfecta
del sistema ideal” (p. 19).
Debemos advertir que esa difusión del poder termina quizás
evocando esa dinámica de balance y control de poderes, pilar fundamental
de cualquier ingeniería constitucional moderna que, en la literatura
constitucional anglosajona, es denominada Check and Balance. Al respecto,
debemos referir lo indicado sobre el particular por Chaux (2013):
La separación de poderes y el checks and balances son considerados
como elementos esenciales del Estado de derecho moderno,
presupuesto sin el cual no podemos siquiera considerar la
existencia de una Constitución. Pero en la actualidad no solo
le exigimos al Estado una abstención en su actuar, sino que
con frecuencia resulta necesaria una realización positiva del
establecimiento público, en virtud de la cual se dé la consecución
efectiva de los derechos. (p. 90).
Mientras Dahl evita mencionar a la democracia como concepto
cerrado, rígido o escrito en piedra (en latín set per lapis) —y esto ocurre
porque cuando hablamos de democracia no se limita a dichos términos—,
más bien, se robustece cada día con nuevas investigaciones y aportes, de
intensas e interminables discusiones e intercambios de ideas, variables,
posturas, enfoques, corrientes, entre otros.
Por su parte, O´Donnell (2000) define la democracia como una
dualidad entre el conjunto de condiciones para elegir y ser electo y la
manera de organizar a la sociedad con el objeto de asegurar y expandir
los derechos de los individuos en lo que denomina la “Democracia de
ciudadanía”, donde la representatividad juega un rol fundamental.
Desde otra perspectiva, Bobbio (1995) sostiene que la democracia
es un producto de la voluntad activa y la creatividad de los grupos
involucrados; un producto “artificial”, es decir, propiamente humano.
Para Sartori (1989) ello tiende a pasar desapercibido (olvidarse en la
“normalidad”) hasta la llegada de una época de crisis. Puede entenderse
también como “un sistema de gobierno donde los gobernantes son
responsables de sus acciones en el ámbito público ante los ciudadanos,
actuando indirectamente a través de la competencia y la cooperación de
sus representantes electos” (Schmitter y Karl, 1991, p. 76).
Si bien es cierto la democracia se asocia a un procedimiento
(democracia electoral) por el cual la ciudadanía elige a sus gobernantes y
autoridades que rigen con sus acciones la cosa pública e instituciones en
busca del bienestar común, este no implica que solo se reduzca a dicho
procedimiento ni, mucho menos, que el mismo procedimiento esté exento
de conflictos y luchas internas como externas que en algún momento
debe alcanzar una estabilidad o entendimiento que sea equilibrado. En ese
sentido, coincidimos con Romero (1998), quien en su libro La democracia y
sus instituciones define a la democracia:
como el conjunto de arreglos y entramados institucionales que
garantizan una estabilidad social, con reglas claras y generalmente
aceptadas, que permiten procesar los conflictos de interés
con un grado mínimo de violencia, y que conservan un nivel de
incertidumbre suficiente para el desarrollo de economías de
mercado avanzada y compleja. En esta medida, son regímenes
políticamente eficientes y pluralistas, pues deben incorporar la
mayor cantidad posible de intereses en pugna, a fin de lograr la
estabilidad. (p. 7).
En esa línea, Uribe (2006), en relación con la democracia, postula
lo siguiente:
se trata de que en la sociedad o grupo de interés haya un consenso
mínimo sobre formas de entendimiento —el espacio o campo
común donde existen, se presentan y confrontan las diferencias—
y, con base en este, inevitablemente se desarrollan las dinámicas
de profundización o limitación de la democratización. (p. 56).
El autor señala que la democracia posee ámbitos:
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
En tal sentido, incluye el concepto de “ciudadanía” como un “precepto
de igualdad básica asociada con la pertenencia a una comunidad, que en
términos modernos es equivalente a los derechos y obligaciones de los
que todos los individuos están dotados en virtud de su pertenencia a un
Estado nacional” (PNUD, 2004, p. 60). A su vez, vincula el concepto a las
formas de hacer política y a sus resultados, en aras de la participación de la
ciudadanía en las políticas públicas.
Bajo ese criterio, la ciudadanía posee tres conjuntos componentes:
Gráfico 2: Componentes de la ciudadanía
Gráfico 1: Ámbitos de la democracia
Fuente: Uribe (2006).
En ese sentido, corresponde analizar el nivel social (sociedad civil)
y el nivel de sociedad política. Ambos niveles se ligarán con el concepto
de ciudadanía, que en la actualidad implica ciertos criterios de igualdad y
libertad respecto de los derechos y su ejercicio.
En ese tenor, resulta interesante analizar la conceptualización dada
por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual
sostiene que en “un régimen democrático, el acceso a las principales
posiciones gubernamentales (con la excepción del Poder Judicial, las
Fuerzas Armadas y eventualmente los bancos centrales) se logra mediante
elecciones limpias e institucionalizadas” (2004, p. 57).
Posteriormente, en 2010, el PNUD establece que la democracia es:
una forma de organización del poder en la sociedad con el objetivo
de ampliar la ciudadanía, evitar o limitar la dominación de individuos
o grupos que impidan este objetivo y lograr la perdurabilidad de la
organización democrática. Regula las relaciones entre individuos,
organizaciones y Estado de acuerdo con normas emanadas de la
voluntad popular y procedimientos democráticos. En el ejercicio
de ese poder el Estado es una pieza vital. Una democracia con
un Estado anacrónico, ineficiente e ineficaz no puede resolver las
carencias que la debilitan. (p. 33).
Fuente: Elaboración propia a partir de PNUD (2010).
Ante ello, se busca distinguir la democracia de electores con la
democracia de ciudadanía, estableciendo las ventajas de esta última sobre
la primera, la cual:
• es una forma de organización del poder que implica la existencia y
buen funcionamiento del Estado;
• tiene en el régimen electoral un elemento fundamental, pero no se
reduce a las elecciones;
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
• implica el ejercicio de una ciudadanía integral, de acuerdo con las
distintas dimensiones que se detallan más adelante, y
• es una experiencia histórica particular en la región, que debe ser
entendida y valorada en su especificidad. (PNUD, 2010: pp. 32-33).
En consecuencia, la democracia de ciudadanía viene a ser un decidido
avance respecto de la democracia electoral, cuyo proceso y desarrollo se
limitó a equilibrar las luchas y conflictos históricos por el poder, a pesar
de esto, generó aceptación en la sociedad así como en los actores que
participan en ella.
La democracia de ciudadanía, según el PNUD (2004), implica una
serie de condiciones determinadas como:
Gráfico 3: Condiciones para la democracia
Fuente: Elaboración propia a partir de PNUD (2004).
Debemos resaltar que la búsqueda de mejora de la democracia
electoral coincide con las aspiraciones sociales e individuales (ciudadanía)
que se promueven en la actualidad, entendiéndose que la ciudadanía
de ser residual pasa a convertirse en eje del sistema político; por ello, la
democracia:
va mucho más allá de un referente exclusivamente electoral,
implica avanzar hacia sus otras dimensiones que abarcan: la
promoción de las libertades civiles; la promoción de los derechos
económicos, sociales y culturales de las personas, en su condición
de ciudadanos plenos (JNE, 2012: p. 11).
En otras palabras, no solo consiste en ir a sufragar, sino de alcanzar la
igualdad de derechos entre los diversos grupos sociales, donde las mujeres
son el grupo más grande e históricamente excluido en este sistema.
Al respecto, es pertinente mencionar que las mujeres recién alcanzan
el derecho al voto en el gobierno de Manuel A. Odría. Sin embargo, es
importante precisar que ya durante el gobierno de Luis Sánchez Cerro, se
promulgó la Constitución Política que incorporaba en sus artículos 84 y 86
lo siguiente:
Artículo 84°.- Son ciudadanos los peruanos varones mayores de
edad, los casados mayores de 18 años y los emancipados.
(…)
Artículo 86°.- Gozan del derecho de sufragio los ciudadanos que
sepan leer y escribir, y, en elecciones municipales, las mujeres
peruanas mayores de edad, las casadas o que hayan llegado a su
mayoría.
Sin embargo, no se llegó a cumplir y no fue sino hasta el 7 de setiembre
de 1955, que con la Ley N° 12391 se otorgó el derecho de sufragio a las
mujeres. Aunque se discriminó a los iletrados, se logró “incluir” al grupo
social más grande del país de aquel entonces. Al respecto, el Congreso de
la República señala en:
(…) el Ministerio de Gobierno y Policía, mediante Decreto
Supremo 3230 del 2 de noviembre de 1955, convoca a elecciones
presidenciales y congresales para el día domingo 3 de junio de
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1956 (Posteriormente fue postergado para el domingo 17 de
junio de 1956, por Decreto Supremo 3560 del 14 de mayo de
1956) propiciando la ocasión para que se registre en la historia
de la República del Perú la primera participación activa de la mujer
peruana en la vida política del país.
Para las Elecciones Generales de 1956 se contaba con un total de
1,575,738 electores, de los cuales prácticamente la tercera parte
eran mujeres que participaban por primera vez y que elegirían
para la renovación del Ejecutivo y Legislativo de entre tres listas
de candidatos liderados por Hernando de Lavalle, del Movimiento
de Unificación Nacional; Manuel Prado Ugarteche, del Movimiento
Democrático Pradista; y Fernando Belaunde Terry, del Frente de
Juventudes Democráticas (…). (“Voto femenino en el Perú”).
Esa primera participación legal en democracia de las mujeres conllevó
la elección de las primeras representantes mujeres en el Congreso de la
República, tal como se detalla en la siguiente lista:
• Irene Silva de Santolalla, senadora por el departamento de Cajamarca
• Manuela C. Billinghurst López, diputada por el departamento de Lima
• Alicia Blanco Montesinos, diputada por el departamento de Junín
• Lola Blanco Montesinos, diputada por el departamento de Áncash
• María Colina de Gotuzzo, diputada por el departamento de La Libertad
• Matilde Pérez Palacio Carranza, diputada por el departamento de Lima
• Carlota Ramos de Santolaya, diputada por el departamento de Piura
• María Eleonora Silva y Silva, diputada por el departamento de Junín
• Juana Ubilluz de Palacios, diputada por el departamento de Loreto
1. DEMOCRACIA: CONDICIONES, DIMENSIONES Y MEDICIONES
Los estudios sobre la democracia presentan una amplia diversidad teórica,
conceptual, metodológica, tipológica hasta operacional, lo que devela
diversos modos de abordaje dependiendo las características investigadas
y/o resaltables.
Por ejemplo, Sartori (1989) distingue tres aspectos que deben
considerarse al momento de definir la democracia: a) como principio
de legitimidad derivado del pueblo bajo el consenso de los ciudadanos,
apelando al concepto de la democracia participativa que involucra derechos
civiles (respeto al imperio de la ley, libertad de expresión, libertad de prensa,
entre otros) y políticos (elecciones limpias, sufragio universal, respeto
al sufragio, división de poderes, entre otros); b) como sistema político,
refiriéndose a una democracia representativa, donde existe la relación
entre titularidad del poder y el ejercicio del poder a través de mecanismos
representativos; c) como ideal, entendida “como debería ser”, más que
como lo es en la realidad, buscando el bienestar general, la igualdad, el
bien común, etc.
Por su lado, Dahl (1989) establece una serie de “criterios esenciales
de un orden político democrático”, los que son:
Gráfico 4. Criterios esenciales de la democracia
Fuente: Elaboración propia.
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
La consideración de condición básica demuestra lo sustantivo de
la democracia desde una óptica basada en el ciudadano, priorizando el
derecho a la libertad e igualdad, a fin de participar en los asuntos públicos;
cabe resaltar que, de las nueve garantías señaladas por Dahl (1989), cinco
de ellas (“libertad de voto”, “derecho de los líderes políticos a competir en
busca de apoyo”, “derecho de los líderes políticos a luchar por los votos”,
“elecciones libres e imparciales” e “instituciones que garanticen que la
política del gobierno dependa de los votos y demás formas de expresar las
preferencias”) se involucran con aspectos considerados en los procesos
electorales, destacando la importancia de tal procedimiento; no obstante,
no habría democracia con elecciones sin igualdad; por ello, adquiere real
importancia la incorporación de acciones afirmativas que busquen mejorar
esos criterios durante los procesos electorales.
Por otro lado, Collier y Levitsky (2000) presentan otra interesante
clasificación de características o atributos básicos que sirven para esbozar
una definición de democracia.
Gráfico 5. Características de la democracia
Fuente: Elaboración propia.
Lo planteado por Collier y Levitsky difiere de lo establecido por Dahl
(1989) en la gradualidad del concepto, que va desde ciertos requisitos
para considerarse una democracia mínima hasta una democracia máxima.
No obstante, a diferencia de lo planteado por Dahl, donde las elecciones
adquieren suma relevancia, para Collier y Levitsky, las elecciones son el
requisito básico y, a partir de ello, las libertades civiles, la participación y
la igualdad constituyen elementos para avanzar en dicha escala. Es decir,
nuestra democracia será fortalecida en la medida en que alcancemos, en
primera instancia, una participación plena de los diversos grupos excluidos
históricamente, así como igualdad de oportunidades.
2. DEMOCRACIA EN PERÚ
El PNUD, en 2004, realizó una clasificación de los regímenes
contemporáneos en América Latina, en cuatro tipos:
Gráfico 6. Clasificación de regímenes en países latinoamericanos
Fuente: Elaboración propia a partir de PNUD (2004).
Sin embargo, actualmente, algunos países latinoamericanos vienen
padeciendo crisis sociales que han llegado a cuestionar fuertemente el modelo
democrático. En otros países, la corrupción, la inseguridad ciudadana y la
insatisfacción de necesidades básicas conllevan al mismo cuestionamiento
de esa democracia que va más allá de lo electoral, nos hace repensar las
clasificaciones citadas anteriormente. Zovatto (2011) había avizorado, hace
ocho años, una realidad latente y constante en nuestra subregión. Decía:
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
No cabe ninguna duda de que el significativo avance logrado en
estos años en materia de elecciones libres y justas, así como en la
vigencia y respeto de los derechos humanos y la democratización,
es un activo que tenemos que reconocer y valorar. Sin embargo,
nuestras democracias acusan déficits importantes, así como
grados diversos de fragilidad y enormes desafíos, entre los que
destacan los problemas institucionales que afectan la estabilidad
política, la gobernabilidad y el Estado de derecho, la independencia
y la relación entre los poderes, el funcionamiento de los sistemas
electorales y del sistema de partidos políticos, así como los graves
problemas de inseguridad ciudadana que convierten a nuestra
región en una de las más violentas del mundo (p. 43).
El Perú no es ajeno a esa realidad latinoamericana, en absoluto, si
consideramos nuestra historia política reciente, donde la democracia ha
sido un sistema endeble y poco institucionalizado en diversos tramos
de nuestra vida republicana. Sobre ello, Sosa (2016) realiza un análisis
identificando cuatro impulsos en la historia de la democracia:
• Primer impulso: 1939-1948, ligados a términos electorales y liberales.
• Segundo impulso: 1956-1968, post-caída electoral del expresidente
Manual A. Odría, relacionada con elecciones y transición del régimen
militar a un civil y al reconocimiento del voto de las mujeres.
• Tercer impulso: 1980-1992, en marco de las elecciones de la
Asamblea Constituyente de 1979 y las elecciones de 1980.
• Cuarto impulso: 2001, tras la caída de Fujimori y el gobierno de
transición de Valentín Paniagua.
En este siglo XXI hemos asistido a nuestro cuarto proceso de
elecciones generales en el 2016. Elegimos un presidente que, luego de un
intento de vacancia (22 de diciembre 2017) dado por el Poder Legislativo,
renunció (21 de marzo de 2018) ante una serie de denuncias por
presuntos pagos de la constructora Odebrecht, la negociación del indulto
a Alberto Fujimori, los kenjivideos, entre otros temas. Posteriormente, esta
renuncia generó una crisis institucional y agravó el conflicto entre el Poder
Ejecutivo y Poder Legislativo, lo que devino en la disolución constitucional
del Congreso de la República (30 de setiembre de 2019), y se terminó
convocando a las Elecciones Congresales Extraordinarias (ECE) 2020.
Si bien es cierto, aún no somos una democracia institucionalizada,
plena o máxima; por el contrario, Levitsky (2016) diría que “este ha sido,
sin ninguna duda, el periodo más democrático de la historia peruana.
Después de todo, ha sido un periodo de éxito democrático electoral, con
algunas cosas muy positivas. Aunque las instituciones son muy débiles” (p.
28), es preciso reconocer que hemos avanzado, pese a que falta expandir
la ciudadanía en el país; “esto se debe a que la adquisición de la ciudadanía
en el Perú es más un proceso de lucha de grandes sectores de la población
contra el Estado, que un proceso de reconocimiento desde las propias
instituciones estatales” (Cruz y Román, 2016: p. 50).
Como señala Zovatto (2011), no estamos en la discusión entre
autoritarismo o democracia o en el tipo de democracia que buscamos.
Hemos pasado a una nueva etapa.
La discusión de nuestros días es sobre la calidad de la democracia,
de cómo construir más y mejor ciudadanía, de cómo pasar de una
democracia electoral a una de ciudadanos y de instituciones; de
cómo conciliar democracia con desarrollo en el marco de sociedades
con mayores niveles de cohesión social y mayor equidad de género;
de cómo buscar una relación más estratégica entre el mercado y
el Estado y una más funcional entre Estado y sociedad; de cómo
lograr que la democracia dé respuesta a nuevos tipos de demandas
provenientes de sociedades más complejas, más modernas, más
urbanas; de cómo hacer funcionar de manera eficaz la democracia
en un contexto internacional globalizado. Todos estos temas,
como podemos observar, constituyen problemas de la democracia
que deben discutirse en democracia y cuya solución debe ser
encontrada de manera democrática. (p. 43).
En esa línea de ideas, debemos pasar de la democracia electoral —
aunque todavía nos encontramos consolidando dicha democracia— a una
democracia de ciudadanos, donde puedan eliminarse las desigualdades
sociales, económicas y políticas existentes en nuestra sociedad. La
consecución de la paridad y alternancia mejora, en cierta medida, la calidad
de la democracia, al hacer efectiva la participación de grupos excluidos,
permitiendo cerrar brechas existentes.
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
3. MARCO EMPÍRICO DE NUESTRA DEMOCRACIA
La democracia y sus variables teóricas han develado de manera interesante
la forma en cómo podemos concebirlas; sin embargo, debemos establecer,
empíricamente, qué entiende o percibe el ciudadano de a pie sobre la
democracia así como el contexto socioeconómico, político, cultural y
coyuntural, ya que nuestro país se ha caracterizado, desde los años noventa,
por sus altos niveles de precariedad política, falencias democráticas,
caudillismos políticos y ciertos periodos de crisis institucionales, que ha
llevado a tomar ciertas actitudes y conductas en la ciudadanía peruana.
A continuación, veremos una serie de aspectos que van en la línea de
lo antes descrito y que dan luces sobre lo que podría darse en adelante.
a) Apoyo a la democracia
Para el Latinobarómetro (2018), el apoyo a la democracia se mide a través
de una serie de indicadores, relacionados principalmente a lo siguiente:
En primer lugar, el resultado de una evaluación de una adhesión más
explícita, apoyo a la democracia, que consta de tres alternativas:
una que apoya el régimen democrático, la segunda que favorece
el autoritarismo y la tercera que manifiesta la indiferencia respecto
al tipo de régimen. Por otra parte el indicador que mide el respaldo
es por defecto la célebre frase de Winston Churchill sobre la
democracia, que esta es el “peor régimen de gobierno excepto por
todos los otros”. (p. 13).
El estudio presenta un apoyo a la democracia en América Latina (que
oscila entre 63 y el 48%), frente al régimen autoritario (que va de un 2 a
13%); sin embargo, se debe resaltar, aunque el apoyo a la democracia es
superior, que la indiferencia hacia ella viene elevándose constantemente
desde el 2010 hasta la actualidad, como se observa en el siguiente gráfico.
Gráfico 7. Apoyo a la democracia
Fuente: Latinobarómetro (2018), p.15.
En palabras del Latinobarómetro (2018):
podemos constatar que los ciudadanos de la región que han
abandonado el apoyo al régimen democrático prefieren ser
indiferentes al tipo de régimen, alejándose de la política, la
democracia y sus instituciones. Este indicador nos muestra un
declive por indiferencia. Son estos indiferentes que votan los que
están produciendo los cambios políticos, sin lealtad ideológica ni
partidaria y con volatilidad. (p. 14).
El Latinobarómetro resalta la relación existente entre la democracia
y la economía, por ello considera relevante el analisis de la situación
económica.
José Tello
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Gráfico 9. Satisfacción con la economíaGráfico 8. Situación económica actual del país
Fuente: Latinobarómetro (2018), p. 8.
La percepción de la situación económica del país va en la siguiente
línea: 11% de percepción frente al 9% de satisfacción.
Fuente: Latinobarómetro (2018), p. 13.
José Tello
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b) Apoyo a la democracia en el Perú
En el Perú, el apoyo al régimen democrático ha venido decayendo de
manera tendencial desde el 2010, que se obtuvo 61%, y fue decreciendo
hasta el 43% para el 2018. La tendencia señalada se puede observar en el
siguiente gráfico:
Gráfico 10. Apoyo a la democracia en Perú 1995-2018
Fuente: Elaboración propia a partir de Latinobarómetro (2018).
Sin embargo, a pesar de ser relativamente bajo el nivel de apoyo a la
democracia en el Perú, esto se condice con la afección hacia la democracia
frente a otros tipos de regímenes, siendo preferible un gobierno democrático
por encima de otro. En esa línea, un 72,7% de los peruanos consideran que
en un gobierno democrático es siempre preferible, mientras que un 12,3%
señala que le da lo mismo que sea democrático o autoritario y tan solo
un 9,8% dice que, en algunas circunstancias, es preferible un gobierno
autoritario que uno democrático.
Cuadro 1. Grado de afección de los peruanos a la democracia en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 30).
Resulta importante resaltar que en los sectores urbanos la preferencia
de un gobierno democrático adquiere mayor apoyo en la población
masculina y en el nivel educativo universitario.
c) Conocimiento sobre la democracia
El 52% de los peruanos, a nivel nacional, señala que conoce la democracia,
este porcentaje se eleva en el área urbana hasta el 58,3% según el área de
residencia, mientras que el 47,9% no conoce nada al respecto.
José Tello
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Cuadro 2. Conocimiento de la democracia por área de residencia y características
sociodemográficas en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 23).
El conocimiento de la democracia, vista desde otros aspectos, nos
revela datos sumamente interesantes: respecto a la variable sexo, los
hombres señalan conocer la democracia en un 61,4%, y según el nivel
educativo, los peruanos con estudios universitarios acreditan, en un
83,6% conocerla.
Gráfico 11. Conocimiento de la democracia por área de residencia y características
sociodemográficas en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 23).
La democracia para los peruanos contiene una serie de características
que han servido para identificarla; las principales características observadas
se enfocaron sobre los derechos de todas las personas (33,3%), libertad de
expresar libremente las ideas (32,8%) y las elecciones periódicas, limpias y
transparentes (18,8%).
Sin embargo, no son las únicas como se observan en el siguiente cuadro:
Cuadro 3. Características más importantes de la democracia por área de residencia y
características sociodemográficas en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 24).
Lo interesante del gráfico radica en que, a diferencia del conocimiento
sobre la democracia, sus principales características son identificables en
niveles similares, sin importar las variables de área de residencia, sexo y
nivel educativo, frente a la media nacional.
Por otro lado, sobre las tres principales características de la democracia
identificadas por los peruanos, observamos un detalle interesante: la variable
de elecciones periódicas, limpias y transparentes es la única donde lo rural
es superior al sector urbano; en otras palabras, podríamos señalar que esta
característica tiene una mejor performance en zonas rurales del país.
Gráfico 12. Características más importantes de la democracia por área de residencia y
características sociodemográficas en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p.24).
José Tello
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
En cuanto a la utilidad de la democracia, se han identificado
principalmente cuatro respuestas: “Para elegir autoridades”, “Para que
los derechos de las personas sean respetados”, “Para ser representados”
y “Para lograr el bienestar familiar”; sobre ello, podemos inferir que
las respuestas 1 y 3 se relacionan de manera directa con la variable de
elecciones periódicas, limpias y transparentes.
Cuadro 4. Opinión sobre la utilidad de la democracia por área de residencia y
características sociodemográficas en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje)
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 25).
Las opciones “Para elegir autoridades” (59,4%), así como “Para que
los derechos de las personas sean respetados” (58,9%) son las más altas,
a nivel nacional.
d) Funcionamiento de la democracia
Sobre el funcionamiento de la democracia, la percepción obtenida
por los peruanos es negativa: un 56,2% dice que funciona “Mal o muy
mal”, mientras que para el 37,6% funciona “Bien o muy bien”.
Cuadro 5. Percepción sobre el funcionamiento de la democracia en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 28).
Esta percepción negativa sobre el funcionamiento de la democracia
se incrementa en la población urbana (60,1%), en los hombres (57,4%) y
en las personas con estudios universitarios (65,5%), como se aprecia en el
siguiente gráfico:
Gráfico 13. Percepción sobre el funcionamiento de la democracia en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 28).
Un 87,9% de peruanos dice que el mal o muy mal funcionamiento
de la democracia se debe los políticos, un 41,8% considera que es porque
las leyes son malas y un 29,8% cree que se debe a los mismos ciudadanos.
Estos datos nacionales varian levemente de acuerdo a las variables de área
de residencia, sexo y nivel educativo.
Cuadro 6. Razones por las cuales la democracia funciona mal o muy mal en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 29).
José Tello
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
En esa línea de ideas, existen ciertos aspectos que agravan la
percepción sobre el funcionamiento de la democracia, esto se relaciona
a la falta de respeto a “La igualdad frente a la ley” (84%), “Las elecciones
transparentes” (74,3%), “La libertad de expresión” (72,6 %) y “La libertad
política (poder elegir partidos y candidatos que uno quiera)” (61,5%).
Cuadro 7. Aspectos que se respetan de la democracia en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 31).
e) Gobernabilidad del país
La corrupción es el principal problema del país reconocido por la ciudadanía,
sin embargo, es resaltante su incremento exponencial entre la medición
efectuada de enero y junio del 2018 frente a la desarrolladas entre enero
y junio del 2019, pasando de 55,1% a 63,7%, es decir, un incremento de
más de 8 puntos.
La corrupción es un fenómeno que ha involucrado el rechazo masivo
de la ciudadanía a partir de diversa información del Caso Lava Jato, que
ha involucrado a un sinnúmero de autoridades, funcionarios y servidores
públicos en el Estado peruano. Su impacto en la ciudadanía ha sido
tan grande que es el principal foco de atención de la agenda nacional,
relegando a un segundo plano a temas como la delincuencia, pobreza y
falta de seguridad ciudadana.
A continuación, se presenta la evolución de la percepción ciudadana
sobre los principales problemas del país en dos etapas de medición:
Cuadro 8. Principales problemas del país*
* Semestre: Enero - Junio 2018 / Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Nota: Pregunta con alternativas de respuesta múltiple. Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo:
Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 3).
Asimismo, la corrupción es un mal que se percibe para el peruano
aunque no haya estado involucrado ni hay sido participe de tal acto. En ese
sentido, se preguntó: “¿A Ud. y/o algún miembro de su hogar le solicitaron,
se sintió obligado o dio voluntariamente regalos, propinas, sobornos,
coimas a un funcionario del Estado?”. La respuesta fue un “No” en el
96,7% de los casos.
Cuadro 9. Corrupción en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 5).
Este fenómeno se acentúa en zonas rurales, donde alcanza un 98,8%
frente al 96,1% de la zona urbana, sobre la pregunta anterior.
José Tello
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
Gráfico 14. Corrupción, según área de residencia en el Perú*
Si le solicitaron, se sintió obligado o dio voluntariamente regalos, propinas, sobornos, coimas a
un funcionario del Estado
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 5).
No obstante, a pesar de no habérsele pedido regalos, propinas,
sobornos o coimas a un funcionario del Estado, la otra cara de la monedad
son aquellos que sí tuvieron relación con ese acto, donde los ciudadanos
de la región Lima 2 (9,2%), provincia de Lima 1 (7,7%), Madre de Dios
(5,6%), Puno (5,0%) y Huancavelica (4,8%) fueron los que presentaron
mayores niveles.
Gráfico 15. Corrupción, según departamento en el Perú*
* Semestre: Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 6).
f) Confianza en las instituciones
A pesar de los inconvenientes que puedan verse frente a la democracia, esto
no merma en la confianza hacia las instituciones del Estado, principalmente
por su desempeño y/o cumplimiento de funciones.
De la encuesta realizada por INEI se puede ver que el Registro
Nacional de Identificación y Estado Civil (54,9%), la Iglesia católica
(48,5%), el Ministerio de Educación (37,7%), las Fuerzas Armadas (29,9%)
y la radio y televisión (24,4%). Cabe resaltar que, dentro de las primeras
cinco instituciones, dos de ellas no son propiedad del Estado, sin embargo,
tienen una relevancia enorme en la esfera pública.
José Tello
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
Cuadro 10. Nivel de confianza en las instituciones del país*
* Semestre: Enero - Junio 2018 / Enero - Junio 2019 (Porcentaje).
Fuente: Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia - INEI (2019, p. 7).
En relación con los organismos electorales, es importante resaltar
que el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil es la primera
institución confiable del Perú, detrás de ella se encuentra, en séptimo
lugar, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (19,5%) y, en décimo
lugar, el Jurado Nacional de Elecciones (15,9%).
En otras palabras, los organismos electorales generan confianza en
la ciudadanía peruana. En esa línea, sobre la labor desarrollada por el JNE
y la ONPE, en el libro Electorado y electores en el Perú: un análisis del perfil
electoral 2016 (2017: p. 60) sobre la puntuación máxima de 5, se evaluó el
desempeño de ambos organismos en el proceso electoral 2016, contando
con rangos superiores a 3 puntos en casi todo el Perú.
En el caso del JNE, la costa centro (3.5), sierra norte (3.2) y costa
norte (3.2) tienen mayor evaluación. Por el lado de la ONPE, el mejor
desempeño lo obtiene en la costa centro (3.4), costa norte (3.3) y Lima
Metropolitana (3.2).
Gráfico 15. Aprobación de la labor de los organismos electorales en las Elecciones
Generales del 2016, según regiones en el Perú
Fuente: Aragón, Encinas y Ramírez (2017, p. 62).
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SOBRE LA COYUNTURA DEL PERÚ EN EL 2019
N
uestro breve análisis sobre la coyuntura del Perú en el 2019 se basará
en tres elementos relevantes:
1. La democracia en el Perú y proceso electoral de Elecciones
Congresales Extraordinarias.
2. El candidato estándar en el Perú
3. La igualdad de género como variable en el proceso electoral.
A continuación, presentaremos, de manera sucinta, los elementos
señalados para el análisis de la coyuntura del 2019.
1. LA DEMOCRACIA EN EL PERÚ Y PROCESO ELECTORAL DE ELECCIONES CONGRESALES EXTRAORDINARIAS
La democracia en el país, empíricamente, ante la percepción de los
ciudadanos, se muestra débil, con graves deficiencias que evitan que
haya un mayor apoyo al sistema como a sus principales instituciones;
sin embargo, a pesar de esa percepción, se puede rescatar que existe
confianza en los organismos electorales y, en general, en la integridad
de los procesos electorales desarrollados por dichos organismos, lo cual
genera legitimidad en las autoridades y al sistema en sí mismo.
Tal atributo, principalmente, parte a raíz de procesos calendarizados,
no obstante, el 30 de setiembre de 2019, el presidente de la república
Martín Vizcarra disolvió el Congreso de la República y convocó a
Elecciones Congresales Extraordinarias para el 26 de enero de 2020, a
través del Decreto Supremo N° 165-2019-PCM. Dicho proceso electoral
no se encontraba calendarizado, sin embargo, goza de legitimidad social,
producto de una medida política aprobada socialmente en la coyuntura
dada. Según el Instituto de Estudios Peruanos (IEP)1
por medio de una
1
Huacasi, Wilber. “[Un] 84% respalda disolución constitucional del Congreso”, en diario La
República, (Lima), 6 de octubre de 2019. Cf.: https://larepublica.pe/politica/2019/10/06/cierre-del-
congreso-84-respalda-disolucion-constitucional-del-parlamento/
José Tello
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
encuesta señaló que el 84% de los peruanos se pronunció a favor de la
medida tomada por el presidente Martín Vizcarra, en referencia a la
disolución del Congreso.
Inmediatamente luego de la disolución y convocatoria a elecciones
se promulgó el Decreto de Urgencia N° 002-2019, que establece medidas
urgentes y excepcionales que permitan a los organismos electorales
garantizar el desarrollo del proceso electoral; del mismo modo, se publicó
la Resolución N° 0155-2019-JNE, que aprueba el cronograma electoral
para las Elecciones Congresales Extraordinarias (ECE) 2020. Con ello se
establecen los hitos del proceso electoral.
Gráfico 16. Cronograma de las Elecciones Congresales Extraordinarias ECE 2020
Fuente: Portal web del JNE.
Según el cronograma electoral, el 30 de setiembre de 2019 se cerró
el padrón electoral para las ECE 2020. Según el Observatorio para la
Gobernabilidad- INFOgob, en su Reporte N° 3, Serie ECE 2020, sobre el
padrón electoral, se observa la composición del electorado nacional de la
siguiente forma:
Gráfico 16. Perú: Número de electores nacionales según sexo y edad
Fuente: Reporte N° 3 de INFOgob (2019).
Como se observa en el gráfico, para las ECE 2020 hay más electoras
(11 958 035) que electores (11 867 119), así como el grupo generacional
con mayor presencia son los menores de 30 años (6 791 977).
Esta cifra no es una sorpresa si consideramos la evolución del
número de electores a nivel nacional, cuya tendencia es, casi de manera
permanente, en favor de las mujeres:
José Tello
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
Gráfico 17. Evolución del padrón electoral en Elecciones Congresales
Fuente: Reporte N° 1, Serie ECE 2020 - INFOgob, JNE.
Sin embargo, y a pesar de que el Perú presenta mayor presencia de
electoras, eso no se traduce ni en la cantidad paritaria de postulaciones
de candidatas en las listas al Congreso y mucho menos en candidatas que
fueron electas como autoridades en el país.
2. EL CANDIDATO ESTÁNDAR EN EL PERÚ
Según el INFOgob del Jurado Nacional de Elecciones en el país, sobre la base
de las listas de candidatos presentados por las organizaciones políticas,
se ha establecido el perfil del candidato promedio para el Congreso de la
República para las Elecciones Generales 2016:
Gráfico 18. Perfil de candidato al Congreso
Fuente: Reporte N° 3, Serie EG 2016 - INFOgob-JNE.
Por otro lado, en marco de las Elecciones Regionales y Municipales
2018, el promedio se basada en:
Gráfico 19. Perfil de candidato promedio
Fuente: Reporte N° 7, Serie ERM 2018 – INFOgob-JNE.
En ambos casos, se basa en un hombre mayor de 39 años para las
Elecciones Regionales y Municipales 2018, y 48 años para las Elecciones
Generales 2016; con estudios secundarios para las Elecciones Regionales
y Municipales 2018 y con estudios universitarios para las Elecciones
Generales 2016, abogado y sin experiencia en los cargos de elección
popular. Este promedio, cabe resaltar, no representa mínimamente la
realidad nacional, donde más de la mitad de la población electoral es mujer
y donde más del 30% del electorado es menor de 30 años de edad.
José Tello
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
¿Son los partidos políticos los responsable de presentar las listas de
candidato? Sí. Son los responsables de involucrar a la ciudadanía a fin de
que participen, asimismo, se encuentran obligados por ley a incorporar
en sus listas de candidatos como mínimo el 30% de la cuota de género,
medida normativa que algunos partidos la cumplen, más por obligación que
por incentivo real de mejorar la participación política electoral de la mujer.
Gráfico 20. Participación de la mujer en listas congresales
Fuente: votoinformado.jne.gob.pe
Según el portal web Voto Informado del Jurado Nacional de Elecciones,
de los partidos políticos que se presentan en las Elecciones Congresales
Extraordinarias 2020, solo existen dos partidos que han formulado listas
paritarias: por un lado, es relevante el caso del Partido Popular Cristiano
(PPC), partido que además ha presentado la alternancia dentro de su
lista; por otro lado, no menos relevante es la medida adoptada por
Alianza para el Progreso del Perú (APP), que presentó una lista paritaria.
Ambos partidos asumen un compromiso no solo con su electorado, sino
con la ciudadanía en general y, a su vez, establecen un desafío a la clase
política en el marco de este clima de competitividad. Cabe resaltar las
listas de candidatos presentadas por Fuerza Popular, el Frente Amplio
por Justicia, Vida y Libertad, y el Partido Morado, que cuentan con más
del 40% de candidatas.
En el otro lado de la moneda, tenemos a los partidos como Todos
por el Perú (ya excluido), Podemos por el Progreso del Perú (Podemos
Perú), Unión por el Perú, Perú Nación, Partido Contigo, Avanza País, Acción
Popular y Solidaridad Nacional, que han presentado su lista de candidatos
que supera por poco (30,6%) lo exigido por la ley como cuota de género
en desmedro de la participación de la mujer.
Resulta anecdótico que la encuesta presentada el 15 de diciembre
de 2019 por el Instituto de Estudios Peruanos,2
(IEP), sobre la intención
de voto, según un nivel de seguridad en el voto, que manifiesta la opinión
de los electores ante la pregunta: Si mañana fueran las elecciones para
elegir al Congreso para el periodo 2020-2021, ¿por qué lista parlamentaria
votaría usted?, los resultados fueron:
Gráfico 21. Intención de voto, según nivel de seguridad en el voto
Fuente: Informe del IEP (Diciembre, 2019).
El partido político Acción Popular, cuya lista de candidatos solo alberga
al 30,6% de candidatas, se encuentra ubicado primero en la intención de
voto, ante lo cual nos preguntamos ¿en qué medida el elector valora la
responsabilidad de los partidos políticos por mejorar la participación de
la mujer en la política? Considero que, dentro de la ciudadanía, estamos
recién tomando consciencia sobre la relevancia y el valor que tienen dichas
prácticas, calificándolas como positivas cuando son visibilizadas por los
medios de comunicación.
2
Instituto de Estudios Peruanos (15 de diciembre de 2019). Encuesta nacional urbano rural. En: In-
forme de Opinión, Diciembre. Cf. https://iep.org.pe/wp-content/uploads/2019/12/Informe-OP-Diciem-
bre-2019_4-domingo-1528901.pdf
José Tello
56 57
DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
En consecuencia, si solo nos quedamos con la primera imagen (del
primer lugar) podríamos errar, pues los siguientes en las preferencias:
Fuerza Popular, Alianza para el Progreso y el Partido Morado han sido
resaltados por tener una buena práctica respecto de la incorporación de
mejoras en la cuota de género.
Entonces, para completar la respuesta a la pregunta hecha (“¿Son los
partidos políticos los responsable de presentar las listas de candidato?”),
si bien es cierto, son responsables, también debemos admitir que existe
responsabilidad en la ciudadanía, quienes eligen por quién votar para que
acceda a un cargo de elección popular; por ende, está en nosotros (la
ciudadanía) demostrar que es tiempo de cambiar ese perfil por uno más
consecuente con la realidad nacional.
3. LA IGUALDAD DE GÉNERO COMO VARIABLE EN EL PROCESO ELECTORAL
El 4 de abril de 2019, se promulgó la Política Nacional de Género, a través
del Decreto Supremo N° 008-2019-MIMP, el cual precisa que en el país
se ha dado discriminación estructural respecto de la igualdad de género,
entendiéndose dicho proceso como:
el conjunto de prácticas reproducidas por patrones socioculturales
instalados en las personas, las instituciones y la sociedad en
general. Esta discriminación se expresa en prácticas y discursos
excluyentes y violentos que son avalados por el orden social,
donde hombres y mujeres se relacionan a nivel social, político,
económico y ético. Así también, esta discriminación se evidencia
en las diferentes oportunidades de desarrollo y de consecución de
planes de vida de las personas debido al hecho biológico de ser
hombres o mujeres.(Artículo 1.4.2.).
Esta discriminación estructural contra las mujeres ha producido
asimetrías y desigualdades a partir de ciertas causas,que además genera
efectos en la sociedad.
Gráfico 22. Causas y efectos de la discriminación estructural contra las mujeres
Fuente: MIMP - Decreto Supremo N° 008-2019-MIMP.
Por ello, resulta loable el trabajo realizado por la Comisión de Alto
Nivel para la Reforma Política, quienes, en su esquema de propuestas
enfocadas a mejorar el sistema político, establecieron la parida y
alternancia como medidas obligatorias dentro de la democracia interna
de las organizaciones políticas.
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SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER: IGUALDAD ANTE TODO
1. PRINCIPIO DE IGUALDAD EN LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL
Desde una perspectiva conceptual, debemos partir por definir qué es el
derecho a la igualdad en sí; por ende, entre las múltiples acepciones hay
que destacar una dada por Huerta (2005):
El derecho a la igualdad implica que todas las personas deben ser
tratadas en forma igual por parte del Estado. En consecuencia, todo
trato diferente está prohibido. Este trato desigual de los iguales se
conoce como discriminación.
Sin embargo, la realidad demuestra que existen una serie de
desigualdades en la sociedad, lo que obliga a adoptar medidas
orientadas a lograr que el derecho a la igualdad no se agote en su
reconocimiento formal (igualdad formal), sino que existan iguales
oportunidades para el ejercicio de los derechos fundamentales por
parte de todas las personas (igualdad material). Estas medidas
pueden implicar un trato desigual, lo que no es considerado como
una discriminación sino una diferenciación. (p. 308).
Lo dicho hasta aquí puede ser sintetizado de la siguiente manera:
1. El derecho a la igualdad implica el trato igual entre los iguales.
2. La discriminación implica un trato desigual entre los iguales.
3. La diferenciación implica un trato desigual entre los desiguales.
Resulta interesante que el citado autor señale, además, que el
derecho a la igualdad implica el mismo trato entre los iguales; entonces, se
entiende que de otro modo se hace más propenso la discriminación.
Para Eguiguren (1997), la igualdad como concepto, al ser analizado
desde una perspectiva constitucional, no puede ser abordado desde una
sola perspectiva. Al respecto, dice:
José Tello
60 61
DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
(...) la igualdad desde una perspectiva constitucional, conviene
empezar señalando que la conceptuamos en una doble dimensión:
de un lado, como un principio rector de todo el ordenamiento jurídico
del Estado democrático de derecho, siendo un valor fundamental
y una regla básica que este debe garantizar y preservar. Y, de otro
lado, como un derecho constitucional subjetivo, individualmente
exigible, que confiere a toda persona el derecho de ser tratado
con igualdad ante la ley y de no ser objeto de forma alguna de
discriminación (…). (p. 63).
El autor sostiene, además, que cuando se trata de definir el contenido
y los alcances del derecho de igualdad ante la ley, hay que tomar en
consideración dos elementos fundamentales:
• En primer lugar, debemos considerar a la igualdad de la ley o en
la ley, que impone un límite constitucional a la actuación del
legislador, un parámetro derivado del poder constituido que expresa
la Constitución Política en su ámbito dogmático o de desarrollo de
derechos fundamentales y que traduce esa necesidad de que el
legislador se someta rigurosamente a ese marco de acción. De esa
manera el legislador no podrá —como regla general— aprobar leyes
cuyo contenido contravenga el principio de igualdad de trato al que
tienen derecho todas las personas.
• En segundo lugar, debemos considerar a la igualdad en la aplicación
misma de la ley, algo que no es limitativo a los parlamentarios, el Poder
Ejecutivo por delegación de funciones o los colegiados deliberativos
electos en instancias regionales y municipales (consejos regionales
o concejos ediles), como sí lo es el elemento descrito en el párrafo
precedente; que impone una obligación a todos los órganos
públicos, con especial énfasis en los órganos jurisdiccionales, que
administran justicia en nombre de la república, generando el efecto
de cosa juzgada, o a los tribunales administrativos, que intervienen
en la solución de controversias generando cosa decidida, por la cual
estos no pueden aplicar la ley de una manera distinta a personas
que se encuentren en casos o situaciones similares al amparo de los
principios de predictibilidad, interdicción de la arbitrariedad y sobre
todo seguridad jurídica. (Eguiguren, 1997: p. 64).
Para Bermúdez (2018), cuando se hace referencia a dicho derecho
fundamental de la persona humana, que incluso ha escalado al nivel de
principio normativo, dice lo siguiente:
el derecho a la igualdad, al igual que todos los derechos humanos, ha
evolucionado a lo largo de la historia. La igualdad contenida en las
primeras constituciones occidentales se refería a la igualdad ante
la ley. En virtud de este alcance, “el legislador deberá abstenerse
de plasmar en normas, toda clase de privilegio, prerrogativa o
discriminación.
Asimismo, su titularidad estaba restringida al varón blanco y
propietario (Rey Martínez 1995: p. 1). Como se ha visto, la igualdad
en los términos planteados convivió, en gran parte de países del
mundo más allá de mediados del siglo XX, con “la discriminación
de las mujeres en materia de derechos políticos y de muchos
derechos civiles. (pp. 21-22).
A lo largo del desarrollo constitucional, la igualdad más que un
parámetro normativo y formula normativa de aplicación por parte de
los operadores sea posteriormente visto y entendido como un principio,
más que formal, adjetivo o procedimental, como un principio de fondo,
sustancial, o material.
Cuando pretendemos desarrollar el principio normativo de igualdad
desde una óptica material, advertimos que intervenimos en el aspecto
vivencial de norma misma, algo distante, en buena cuenta, de su aspecto
legalista o positivo. Estamos a razón de entendidos como Eguiguren
(1997), Carmona (1994), Häberle (2003), Fornella (2010) o Díaz Revorio
(2017), dentro de la esfera del aspecto condicionante, estimulante,
motivador de una conducta igualitaria en una sociedad.
Crear igualdad de condiciones y oportunidades para que las personas
puedan desarrollarse a plenitud por sus propios medios constituye el rol
primordial del Estado desde diferentes ópticas doctrinarias si lo queremos
entender a razón del colectivismo comunista o socialista, el ejercicio de
la libertad como garantía estatal para el desarrollo de la persona humana
desde una perspectiva liberal o la opción preferente desarrollada por los
socialcristianos.
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
Para Goyes (2013) la igualdad material es un producto de la
constatación de los límites de la igualdad formal, cuya inefectividad
se verificó en el poco acceso a los derechos por parte de varios grupos
sociales que, pese a tenerlos reconocidos, resultaban excluidos debido a la
abstracción que se hacía de las diferencias vividas por esos grupos, como
la diferencia sexual en el caso de las mujeres, lo que les ha impedido ejercer
sus derechos.
En resumen, cuando hablamos de igualdad material nos referimos
a la adopción de medidas positivas o afirmativas que deben conducir a la
creación de una mayor igualdad de oportunidades.
2. LA IGUALDAD DESDE UNA PERSPECTIVA COMPARADA
La igualdad es un derecho humano claramente reconocido por las
legislaciones nacionales e internacionales. Comprender su contenido
esencial exige analizar desde un enfoque sistémico las diversas
aproximaciones que existen respecto de sus alcances desde las diferentes
concepciones no solo políticas, sino que también socioculturales.
Para Rey Martínez, bajo un enfoque de proscripción a la
discriminación por motivo de sexo, analiza la Constitución española y
su concepción de la igualdad , advirtiendo que el mismo se estructura en
torno de tres dimensiones:
i) Liberal, el principio de igualdad conlleva la idea de igualdad en la
aplicación y en la creación del Derecho; ii) Democrática, expresada
en el derecho de todos los ciudadanos a participar en condiciones
de igualdad en el ejercicio del poder político y en el acceso a las
funciones y cargos públicos; y, iii) Social, al cumplir la función de
eliminar las desigualdades de hecho para conseguir la igualdad real
y efectiva de individuos y grupos. (1995: pp. 41-42).
Por su parte, Häberle (2003) al analizar el contenido esencial de
los derechos fundamentales contenidos en la parte dogmática de la Ley
Fundamental de Bonn, afirma que estos
“(…) presentan una dimensión” jurídico-individual; garantizan
a sus titulares un derecho público subjetivo; son “derechos
de la persona”. […] Por otro lado, están caracterizados por
una “dimensión institucional”. Implican la garantía jurídico-
constitucional de ámbitos vitales regulados y conformados con
arreglo a criterios de libertad (citado por Mercio, 2017, pág. 53).
Esto significa que, además de ser un derecho individual, la igualdad
es un principio normativo que exige de los Estados su cabal cumplimiento
y, por tanto, la adopción de las medidas necesarias para ello o para actuar
ante su vulneración.
3. LA IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER
Un concepto que se vincula con la igualdad es la no discriminación, que,
en sí, constituye la vulneración de este derecho y principio normativo. En
la segunda mitad del siglo XX la Convención sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación contra la Mujer de 1979 definió con claridad
los alcances de la discriminación por razón de sexo:
Artículo 1.°.- A los efectos de la presente Convención, la expresión
“discriminación contra la mujer” denotará toda distinción,
exclusión a restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por
resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio
por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base
de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos
y las libertades fundamentales en las esferas política, económica,
social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.
De acuerdo con esta definición, podemos extraer algunos elementos
claves a considerar cuando evaluamos una situación de discriminación en
contra de la mujer:
a) Las manifestaciones de la discriminación contra la mujer pueden
producirse a través de distinciones, exclusiones o restricciones
basadas en el sexo; es decir por el hecho de ser mujer.
b) El acto discriminatorio debe tener por objeto o por resultado
menoscabar o anular el goce o ejercicio de los derechos humanos
y las libertades fundamentales de las mujeres. Es decir, la
consecuencia del acto discriminatorio es la vulneración de sus
derechos y libertades en todo o en parte.
c) El acto discriminatorio puede producirse contra cualquier mujer,
independientemente de su estado civil; es decir, la discriminación
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
puede presentarse tanto en lo que se conoce como el ámbito
privado (familia) como público.
d) Esta violación de sus derechos y libertades puede producirse en
las diversas esferas de la vida de las mujeres. Ilustrativamente
se menciona la política, económica, social, cultural y civil y en
cualquier otra esfera. Es decir, deja una cláusula abierta para cubrir
la protección frente al acto discriminatorio contra la mujer donde
quiera que este se produzca.
Para el JNE (2012: p. 23), con relación a la discriminación y desigualdad
de género, tenemos la siguiente opinión:
“Como lo hemos venido analizando, las actitudes discriminatorias
y desiguales por motivos de género siguen arraigadas en nuestras
sociedades e impiden:
• El acceso pleno a los derechos civiles.
• El ejercicio real de los derechos políticos.
• El acceso al trabajo en igualdad de oportunidades y con igualdad
de remuneración.
• El disfrute pleno igualitario de los beneficios del desarrollo.
• La distribución equitativa de responsabilidades familiares.
La igualdad, según la teoría de los derechos humanos, exige
tratamiento no discriminatorio, este significa unas veces un
tratamiento idéntico a mujeres y a varones y otras veces requiere
un tratamiento distinto.
En atención a esto, se requiere ejecutar acciones que permitan
compensar estas desventajas posibilitando que mujeres y varones
puedan ejercer sus derechos en igualdad de oportunidades y
condiciones.
Una de estas acciones son las denominadas acciones afirmativas,
que constituyen mecanismos para corregir las exclusiones de
carácter social, otorgando ventajas temporales a los grupos
históricamente excluidos, como por ejemplo las mujeres, las y los
jóvenes, integrantes de comunidades nativas e indígenas, personas
con discapacidad, entre otros grupos.”
Se ha tomado una serie de acciones positivas entorno a la participación
política de la mujer. Estamos ante una materialización del derecho de
igualdad de la mujer frente al hombre, al generarse mayores oportunidades
electorales a través de dispositivos legales de naturaleza correctiva de una
mala costumbre sociopolítica como es la escasa participación política
femenina y su marginación histórica en este campo.
Sin perjuicio de lo antes dicho, en torno a la naturaleza correctiva de
la ley de cuotas y de su naturaleza progresista y democratizante, muchos
entendidos y, sobre todo políticos, argumentan que estamos ante afectación
de la libertad de postulación de candidatos, que asiste a las agrupaciones
políticas e, incluso, algunos señalan que restringe su autonomía privada
si es que cuentan con el reconocimiento de personas jurídicas de derecho
privado, como ocurre, por ejemplo, en la legislación peruana.
Lo mencionado in fine del párrafo anterior se sustenta en que se estarían
alterando las reglas básicas del principio representativo democrático y de la
libertad del sufragio. No obstante, este “cupo femenino” siempre quedará
librado a decisión del sufragio ciudadano, en caso de votación preferencial,
por ejemplo, de parlamentarios o en decisión de los militantes, cuando
se efectivice el hecho de que la votación preferencial se realice en los
procesos de democracia interna, respetando así el principio democrático
de la representación política ciudadana o representación popular.
4. LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN CIFRAS
La Defensoría del Pueblo (2019) ha elaborado un cuadro donde resume el
número de autoridades electas a nivel regional, provincial y distrital en los
procesos subnacionales, como se muestra a continuación:
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER EN EL PERÚ
Cuadro 11. Autoridades electas a nivel regional provincial y distrital
Fuente: Defensoría del Pueblo (2019).
Del estudio realizado por Defensoría del Pueblo podríamos resaltar
los siguientes hallazgos:
• El cargo de gobernador regional es, históricamente, un cargo
casi inaccesible para las mujeres; solo en las ERM 2014 se logró
alcanzar dicho cargo (Yamila Osorio Delgado, gobernadora
regional de Arequipa).
• El cargo de vicegobernadora ha ido en creciente desarrollo, pasando
de dos vicegobernadoras elegidas, en 2010, a cuatro (4), en 2014,
hasta tener las cinco autoridades en las ERM 2018.
• Las alcaldías provinciales son cargos donde se ha visto reducida
la presencia de autoridades mujeres electas, bajando de nueve
autoridades electas en las ERM 2010 a seis para 2014 y solo siete
alcaldesas provinciales en 2018.
• Las alcaldías distritales, a diferencia de las provinciales, son espacios
donde la presencia de mujeres se ha incrementado; hemos pasado
de 60 autoridades electas, en 2010, a 45, en 2014; para 2018
hemos logrado elegir 83 autoridades electas.
• El cargo de regidora distrital es el más accesible y con mayor
presencia de mujeres. Dicha tendencia es positiva, pasando de
28%, en las ERM 2010, a 29% en las ERM 2014, hasta llegar a 31%
en las ERM 2018.
5. LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER DE CARA A LAS ECE 2020
Como es de conocimiento público, la reforma política trajo consigo la
aprobación de cuatro leyes, de las cuales el Jurado Nacional de Elecciones
determinó inaplicar tres: lla Ley N° 30996, Ley que en su Artículo Único
modifica el Artículo 116.° de la Ley N° 26859, Ley Orgánica de Elecciones,
que establece:
Artículo 116.°.- Las listas de candidatos al Congreso de la República,
en elecciones generales, se determinan de la siguiente manera:
1. Postulación en elecciones internas o primarias.
En las elecciones internas o elecciones primarias, los candidatos
postulan de forma individual. El conjunto de candidatos está
integrado por no menos del cuarenta por ciento (40%) de mujeres
o de hombres, ubicados de forma intercalada: una mujer un hombre
o un hombre una mujer. El voto se emite a favor de candidato
individual.
2. Lista resultante de las elecciones internas o primarias.
La lista resultante de las elecciones internas o elecciones primarias
se ordena según el resultado de la votación y respetando la cuota
mínima de cuarenta por ciento (40 %) de mujeres o de hombres. Los
candidatos que obtengan la mayor votación ocupan los primeros
lugares, pero una vez cubierta la cantidad máxima de candidatos
de un mismo sexo se continúa con el candidato del sexo opuesto
que se requiera para cumplir con la cuota mínima.
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3. Lista de candidatos para las elecciones generales.
En la lista al Congreso de la República, para las elecciones generales,
se consideran los resultados de la democracia interna y se ubican
los candidatos en forma intercalada: una mujer, un hombre o un
hombre, una mujer.
Asimismo, contempla dentro de sus disposiciones complementarias
transitorias, la siguiente:
Tercera. Aplicación progresiva de la modificación del artículo 116.°
de la Ley 26859,Ley Orgánica de Elecciones. La medida afirmativa
indicada en el artículo 116.° se aplica de manera progresiva, de la
siguiente manera:
1. Elecciones Generales del año 2026.- Las listas de candidatos al
Congreso de la República deben incluir cuarenta y cinco por ciento
45% de mujeres o de varones, ubicados de manera intercalada: una
mujer un hombre o un hombre una mujer.
2. Elecciones Generales del año 2031.- Las listas de candidatos al
Congreso de la República deben incluir cincuenta por ciento 50%
de mujeres o de varones, ubicados de manera intercalada: una
mujer un hombre o un hombre una mujer.
Esto significa que la paridad y alternancia han sido postergadas una
vez más. Por ello, recobra suma importancia las decisiones tomadas por el
Partido Popular Cristiano, Alianza para el Progreso del Perú (APP), Fuerza
Popular, el Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad y el Partido Morado;
los primeros dos partidos con listas paritarias y el resto con listas con
participación de mujeres superior al 40%.
Como reflexión, queda en nosotros, como electores, evaluar
responsablemente a los partidos políticos, sus propuestas, la composición
de su lista y su accionar democrático en pos de mejorar la coyuntura
nacional, donde la incorporación de la mujer a espacios de toma de
decisión es un factor relevante que deberíamos considerar al momento de
emitir nuestro voto. Un elector informado es la mejor forma de combatir la
problemática nacional y, a su vez, es la mejor herramienta para construir el
futuro que deseamos.
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