Analisis Declaración Tema de Justicia
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Transcript of Analisis Declaración Tema de Justicia
Un pequeño ABC informal sobre la declaración conjunta Gobierno Colombiano-
FARC
Isa Rincón Martínez
Alejandro Atara
Esteban G. Ardila
1. ABSTRACT
Para comprender la dimensión y la relevancia de los acuerdos suscritos entre las
delegaciones de paz del gobierno y de las FARC-EP es preciso resaltar, en primera medida,
que conforme al derecho internacional las amnistías completas y absolutas, que eximan de
cualquier responsabilidad a quienes hayan cometido crímenes de lesa humanidad y de
guerra, y que excluyan la posibilidad de reparación para las víctimas, se encuentran
completamente prohibidas. Pese a ello, el derecho internacional a su vez ha contemplado la
posibilidad de establecer mecanismos de justicia que permitan superar los escenarios en los
cuales se han cometido graves y masivas violaciones a los derechos humanos, mecanismos
que pertenecen a lo que se ha denominado Justicia Transicional.
Este tipo de justicia permite entonces establecer medidas que se diferencian de la justicia
tradicional y ordinaria, con el fin de permitir un tránsito menos abrupto a espacios
democráticos y que, por ende, establecen mecanismos que al ojo común son de una
severidad menor. Es de resaltar que el hecho de que las sanciones que se imponen
pertenezcan a una órbita menos severa, no implica que no se persigan y sancionen las
conductas punibles que hayan tenido lugar; simplemente, en este modelo de justicia, se
privilegian otros aspectos que se definen como verdad, justicia, reparación y garantías de
no repetición.
Este marco general debe comprender los acuerdos alcanzados entre ambas delegaciones,
toda vez que se trata de un espacio de transición frente a un conflicto armado cuya
duración es mayor a 50 años. De allí que deban resolverse como interrogante fundamental
la cuestión de si el acuerdo alcanzado se encuentra en contraposición con las normas
internacionales en la materia.
La respuesta es negativa, pues en el proceso se planteó la creación de una jurisdicción
diferenciada, esto es, un marco de justicia diferenciado y aplicado de manera exclusiva a los
actores en conflicto, hecho que se enmarca claramente en el concepto de justicia
transicional. La cosa no acaba allí, dado que en los acuerdos se plantearon dos variables:
La diferenciación para ambas variables depende de un solo factor: Si la comisión y
aceptación del delito fue anterior o posterior al establecimiento de dicha Justicia que se ha
denominado “Justicia para la Paz”. En el primer caso (personas que confiesan y se acogen a
esta jurisdicción con posterioridad a su establecimiento) no existen penas privativas de la
libertad, sino medidas que se definieron como restaurativas. De esta manera, en caso de
que un guerrillero de las FARC-EP que NO HA SIDO CONDENADO antes de la instalación de
la Jurisdicción para la Paz, decide entregarse y reconocer sus crímenes, este guerrillero no
pagaría cárcel, pero se encontraría obligado a dos cosas: La primera de ellas, es que debe
colaborar plenamente con la justicia en el esclarecimiento de los crímenes que va a
confesar, esto es, que debe señalar responsables, medios, víctimas, entre otros. La segunda
de ellas, es que debe estar plenamente dispuesto a resarcir sus crímenes mediante penas
que aunque no son cárcel, sí significan la aplicación de límites a la libertad y coerción, por
ejemplo, servicio social, trabajo comunitario, etc.
Frente a la segunda hipótesis, es decir, aquellas personas que se acogen a la Justicia para la
Paz de manera tardía, esto es, que ya han sido condenadas por delitos relacionados con el
conflicto de manera anterior a la instalación de la jurisdicción referida, pero una vez
instalada, deciden colaborar activamente con esta nueva jurisdicción, se encuentran ante la
aplicación un beneficio de reducción en la pena a imponer, pena que oscilará entre mínimo 5
años y máximo 8 años. Nuevamente, será necesario que esta persona colabore activamente
con la jurisdicción, dado que se pretende alcanzar la verdad, justicia y reparación para las
víctimas de cada hecho delictivo.
2. EXPLICACIÓN DEL COMUNICADO DE PRENSA.
Comunicado conjunto # 60 sobre el Acuerdo de creación de una Jurisdicción
Especial para la Paz
La Habana, Cuba, 23 de septiembre de 2015
1. El Gobierno de la República de Colombia y las FARC-EP reafirman su
compromiso con los acuerdos logrados hasta la fecha: “Hacia un Nuevo Campo
Colombiano: Reforma Rural Integral”, “Participación política: Apertura
democrática para construir la paz” y “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas”.
Tanto Gobierno y FARC mantienen su compromiso de hacer cumplir los acuerdos previos
sobre el campo y la problemática de tierras, la participación en política de las FARC (que es
inevitable y que será regulada después) y la política anti-drogas del Estado, que está siendo
evaluada en este momento, respecto a la eficacia de la política pública. Puede haber un
cambio sustancial en cómo el Estado Colombiano conciba el problema de drogas Ej. La
discusión que se adelanta sobre la posible legalización de la marihuana para fines
medicinales (o recreativos).
2. A la vez, reafirman su compromiso con una fórmula de justicia que satisfaga los
derechos de las víctimas y contribuya a la construcción de una paz estable y
duradera. Con ese propósito estamos construyendo un Sistema Integral de
Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. En ese marco hemos acordado que
se creará una Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la
No Repetición y hemos logrado acuerdos importantes en materia de reparación de
las víctimas.
Un elemento básico de la justicia transicional (que es una justicia para pasar de un conflicto
a una etapa de paz) es la garantía del Derecho a la Verdad. Una de las formas de satisfacer
los derechos de las víctimas es que estas sepan qué fue lo que ocurrió durante el conflicto,
cómo fueron violados sus derechos, en qué modalidades (desplazamiento forzado, asesinato
de familiares, violencia sexual, entre otros.). La creación de la Memoria Histórica es un paso
importante no sólo para recordar lo ocurrido, sino para reconocer los errores cometidos por
todos los actores del conflicto (Estado, FARC e incluso otros intervinientes) y velar para que
tales hechos no se repitan, es decir, garantizar el conocimiento de la verdad, sienta las
bases para garantizar la No Repetición.
Como ha ocurrido con otros sucesos históricos en Colombia, se creará una Comisión
encargada de investigar, esclarecer y sistematizar la Memoria Histórica sobre las cosas que
han pasado durante el conflicto: masacres, atentados y hechos relacionados.
Para un ejemplo de lo que puede producir una Comisión de este tipo, pueden leer el informe
“Basta ya. Colombia. Memorias de guerra y dignidad.” hecho por el Grupo de Memoria
Histórica precisamente sobre el conflicto armado actual.
3. En cuanto al componente de justicia, hemos acordado crear una Jurisdicción
Especial para la Paz, que contará con Salas de Justicia y con un Tribunal para la
Paz. Las Salas y el Tribunal estarán integrados principalmente por magistrados
colombianos, y contarán con una participación minoritaria de extranjeros que
cumplan los más altos requisitos. La función esencial de las Salas y del Tribunal
para la Paz es acabar con la impunidad, obtener verdad, contribuir a la reparación
de las víctimas y juzgar e imponer sanciones a los responsables de los graves
delitos cometidos durante el conflicto armado, particularmente los más graves y
representativos, garantizando la no repetición.
Este punto revela muchos componentes que se deben ser analizados puntualmente. En
primera instancia, como se mencionó en el punto anterior, los procesos de transición
requieren de la implementación de planes de Justicia Transicional, en la que las estructuras
punitivas tradicionales del Estado se hacen un poco más flexibles con el fin crear un
ambiente favorable en el cual todas las partes en conflicto sientan que pueden
comprometerse, asumiendo responsabilidades, pero recibiendo tratamientos diferentes a los
tradicionales.
Así las cosas, en transiciones adelantadas en otros conflictos, se han implementado
Tribunales especiales encargados de investigar puntualmente los hechos relacionados con la
guerra. Esta experiencia, al parecer, ha sido adquirida por Colombia, donde el juzgamiento
se adelantaría en salas y tribunales para la paz. Tales tribunales tendrán reglas propias,
serán independientes de la justicia penal, por ejemplo. Las directrices que deberán seguir
tendrán como ejes transversales los derechos de las víctimas, es decir la Verdad, la Justicia,
la Reparación y las Garantías de No Repetición.
En cuanto a sus integrantes, se destaca que el anuncio deja la posibilidad de que los
tribunales sean integrados por magistrados No Colombianos, aunque principalmente serían
originarios del país. Ante esto, podrían llegar personas con experiencia en tribunales
internacionales en materia de Justicia Transicional.
Finalmente, al afirmar que se juzgará particularmente los delitos graves y representativos,
puede vislumbrarse una función política de la pena. Esto implica que serán los máximos
jefes quienes responderán y que los delitos que vayan en contra del Derecho Internacional
Humanitario, serán investigados.
4. El componente de justicia prevé que a la terminación de las hostilidades, de
acuerdo con el DIH, el Estado colombiano otorgará la amnistía más amplia posible
por delitos políticos y conexos. Una ley de amnistía precisará el alcance de la
conexidad. En todo caso no serán objeto de amnistía o indulto las conductas
tipificadas en la legislación nacional que se correspondan con los delitos de lesa
humanidad, el genocidio y los graves crímenes de guerra, entre otros delitos
graves como la toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, la tortura, el
desplazamiento forzado, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales y
la violencia sexual. Estos delitos serán objeto de investigación y juzgamiento por
parte de la Jurisdicción Especial para la Paz.
Debido a la magnitud y gravedad de los delitos en contra del Derecho Internacional
Humanitario, así como las consecuencias de éstos para las víctimas, sin contar con las
obligaciones que tiene el Estado Colombiano a nivel internacional (por ejemplo, el Estatuto
de Roma), no es posible que todos los delitos sean amnistiados. Se analiza que los llamados
“delitos políticos”, tienen una relación directa con el conflicto en la medida en que son la
manifestación de las inconformidades de quienes tomaron las armas en contra del Estado,
por no considerarlo legítimo.
Se destaca también que la conexidad de los delitos será delimitada. De este modo se tendrá
claro qué podrá entrar a la amnistía y qué no. Sin embargo, se reitera que los delitos en
contra del DIH no serán objeto de amnistía, lo que implica que no habrá impunidad sobre
los mismos.
5. La Jurisdicción Especial para la Paz tendrá competencia respecto de todos los
que de manera directa o indirecta hayan participado en el conflicto armado
interno, incluyendo a las FARC-EP y a los agentes del Estado, por los delitos
cometidos en el contexto y en razón del conflicto, en especial respecto de los
casos más graves y representativos.
Las acciones armadas dentro del conflicto no son de un sólo bando, la Jurisdicción Especial
podrá investigar y conocer sobre todos los sucesos violentos ocurridos durante los 50 años
de conflicto. Así, serán investigados tanto crímenes cometidos por las FARC (por ejemplo la
masacre de Bojayá), como crímenes cometidos por miembros de las FFMM que no tengan
que ver con el servicio (violaciones al DIH, falsos positivos y similares SÍ entran en la
lista).
Se busca que se reconozcan las responsabilidades por parte de todas las partes
intervinientes en el conflicto ya que si bien las acciones del Estado contra las FARC pueden
ser justificadas en el entendido de que buscan defender la soberanía nacional, tales
acciones tienen un límite el cual es el Derecho Internacional Humanitario.
Aquí queda un interrogante. Se dice que la Jurisdicción Especial para la Paz tendrá
competencia respecto de todos los hechos relacionados en el conflicto armado interno y
habla de actores, diciendo además que se incluirá a las FARC-EP y a los agentes del Estado,
eso podría significar que otros actores hagan uso de la jurisdicción especial, tal como el
ELN, en caso de que las exploraciones con ese grupo se conviertan en negociaciones que
tengan como resultado la firma del acuerdo. También podrían entrar grupos económicos y
hasta otros actores armados como Bacrim (reductos del paramilitarismo). Para resolver
estas dudas, es necesario analizar el documento oficial que sea publicado sobre el tema de
justicia.
6. La Jurisdicción Especial para la Paz contempla dos tipos de procedimientos: uno
para quienes reconocen verdad y responsabilidad, y otro para quienes no lo hacen
o lo hacen tardíamente. A los primeros se les impondrá una sentencia, fundada en
las conductas reconocidas después de haber sido contrastadas las investigaciones
de la Fiscalía General de la Nación, las sanciones impuestas por otros órganos del
Estado, las sentencias judiciales existentes, así como la información que provean
las organizaciones de víctimas y de derechos humanos. Los segundos enfrentarán
un juicio contradictorio ante el Tribunal.
Una de las características de la Justicia Transicional, es brindar incentivos que permitan
garantizar la mayor cantidad de Derechos, así como reconocer a los actores la voluntad que
tengan para contribuir con la reconciliación. Así las cosas, el tratamiento será diferente para
quienes ayuden a construir la Memoria Histórica, cuenten cuál fue su participación y asuman
la responsabilidad de sus actos. No obstante, no bastará con que den su versión de los
hechos, pues tales declaraciones serán contrastadas con la información que posea el Estado
sobre los hechos. Esto concluirá en una sentencia, por los hechos reconocidos y
contrastados, el trámite será más rápido.
Ahora bien, habrá quienes no reconozcan su responsabilidad, la reconozcan a medias o
pretendan evadir la justicia. En este caso, habrá un juicio con las particularidades que esto
significa. El tiempo que tomará será mayor y seguramente habrán penas más estrictas en
estos casos.
7. Las sanciones que imponga el Tribunal tendrán como finalidad esencial
satisfacer los derechos de las víctimas y consolidar la paz y deberán tener la
mayor función restaurativa y reparadora del daño causado. Para todos aquellos
que reconozcan responsabilidades por los delitos competencia del Sistema, la
sanción tendrá un componente de restricción de libertades y derechos que
garantice el cumplimiento de las funciones reparadoras y restauradoras de las
mismas mediante la realización de trabajos, obras y actividades y en general la
satisfacción de los derechos de las víctimas. Las sanciones para quienes
reconozcan delitos muy graves tendrán un mínimo de duración de cumplimiento
de 5 años y un máximo de 8 de restricción efectiva de la libertad, en condiciones
especiales. Las personas que hagan dicho reconocimiento de manera tardía ante el
Tribunal serán sancionadas con pena de prisión de 5 a 8 años, en condiciones
ordinarias. Para tener derecho a la pena alternativa, se requerirá que el
beneficiario se comprometa a contribuir con su resocialización a través del
trabajo, capacitación o estudio durante el tiempo que permanezca privado de la
libertad. Las personas que se nieguen a reconocer su responsabilidad por tales
delitos y resulten culpables serán condenadas a pena de prisión hasta de 20 años,
en condiciones ordinarias.
En primer lugar, este punto se refiere a la finalidad de las sanciones. Restaurar y reparar el
daño implica adoptar toda una serie de medidas que restituyan los Derechos de las
Víctimas, debe analizarse cuáles fueron las consecuencias de daño y qué elementos deben
ser tenidos en cuenta para que la víctima recupere los Derechos que la violencia le arrebató.
Por otro lado, las penas no serán solamente privativas de la libertad. Así, se abre espacio a
la posibilidad de las penas alternativas. Este tipo de sanciones buscan emplear acciones con
las que los perpetradores puedan manifestar su voluntad de cambio y contribuir a la
reconstrucción de la sociedad, por eso se habla de trabajo, capacitación o estudio.
Asimismo, se tiene que como parte de los tratamientos diferenciados que tiene la justicia
transicional, se darán penas más cortas a quienes efectivamente demuestren voluntad de
reconocer su responsabilidad (irán de 5 a 8 años). Esto puede beneficiar a las víctimas,
sobre todo a aquellas que hacen una mayor exigencia en cuanto al esclarecimiento de la
verdad (por ejemplo, las víctimas de desaparición forzada). No obstante, quienes pretendan
defraudar al sistema o se rehusen a participar en éste y sean hallados responsables,
tendrán una sanción considerablemente mayor (20 años), lo que se puede interpretar como
un reproche por obstaculizar el proceso de reconciliación.
8. Para acceder a cualquier tratamiento especial dentro de la Jurisdicción Especial
para la Paz es necesario aportar verdad plena, reparar a las víctimas y garantizar
la no repetición.
Es de anotar que el proceso actual no es la primera experiencia en materia de justicia
transicional que tiene el país. Esta es una clara lección aprendida del proceso que propició la
Ley de Justicia y Paz de 2005 entre el Estado y las AUC, en donde varios cabecillas y jefes
intermedios fueron eliminados de las listas de beneficios que la ley brindaba.
Dados los problemas presentados por la falta de reparación o de omisión a la verdad por
parte de los altos jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia (propiciada en parte por la
extradición de los mismos y la incautación de sus bienes), en este caso va a ser una
exigencia directa que se cumpla primero -y de manera clara y verificable- con reparar y
contar la verdad, como un presupuesto para poder acceder a la Jurisdicción Especial para la
Paz.
9. En el caso de las FARC-EP, la participación en el sistema integral estará sujeta a
la dejación de armas, que deberá comenzar a más tardar a los 60 días luego de la
firma del Acuerdo Final.
Esta exigencia es compartida por personas de todas las corrientes. Parte de la reintegración
de las FARC a la sociedad y del inicio de todo este sistema especial de justicia, tiene como
fundamento el hecho de que las FARC dejen de ser un elemento de conflicto. Este propósito
se logra principalmente mediante la dejación de las armas (que puede y probablemente
incluirá el proceso de desminado), es decir, una transformación de las FARC que elimine su
estatus de beligerancia y poder bélico.
Se destaca también que no habla de una entrega de armas, porque las partes entienden
que este proceso tiene como finalidad un acuerdo, es decir, que nadie venció, sino que
concretaron unos puntos específicos que al cumplirlos hacen viable terminar el conflicto. En
otros conflictos, las armas han sido entregadas a garantes internacionales, confinadas en
unos establecimientos especiales para almacenarlas o fundidas para realizar con el material
obras que contribuyan a la Memoria Histórica. Estas opciones podrían ser utilizadas en
Colombia, sin embargo se destaca que los actores no las conservan.
10. La transformación de las FARC-EP en un movimiento político legal es un
objetivo compartido, que contará con todo el apoyo del Gobierno en los términos
que se acuerden.
Como ha ocurrido con otros acuerdo (por ejemplo el del M-19) es necesario que los actores
encuentren medios a través de los cuales puedan seguir discutiendo los puntos donde
tienen discrepancias y que pueden devenir en un conflicto, por tal razón, es necesario que
las FARC tengan la posibilidad de participar en política, dado que este es un medio legítimo
para cuestionar la política Estatal. Esto contribuirá, además, al proceso de integración de
las FARC a la sociedad.
Hay que recordemos que, originalmente, las FARC fueron un movimiento de campesinos con
exigencias de carácter político, especialmente en temas agrarios y de tierras. Permitir que
puedan pelear por dichas aspiraciones políticas (sean las que sean) a través de las reglas
electorales del país, es algo esencial para que las FARC dejen de ser un elemento de
conflicto, de este modo, se pueden corregir errores del pasado y contribuir a la
(re)construcción de la sociedad colombiana más allá del conflicto.
3. MINI FAQ
¿Es éste el fin del proceso de paz?
No. Aún quedan elementos por negociar como el proceso de dejación de las armas y el
agrupamiento de las FARC en una zona especial, entre otros temas. Igualmente, no se
puede olvidar que este sería un acuerdo con uno de los actores en conflicto, sin embargo
otros persisten como el Ejército de Liberación Nacional y las Bandas Criminales.
¿Es éste todo el Acuerdo alcanzado?
No. Sólo constituye una descripción general de lo acordado en el ítem de Justicia
Transicional. Hay que recordar que existe consenso sobre drogas ilícitas, política de tierras y
participación política. Dichos documentos pueden ser consultados desde la página oficial del
proceso.
¿Cuándo empieza a funcionar la Jurisdicción Especial?
Después de firmado el Acuerdo Final, es decir, el que pone fin a todo el proceso de
negociación. El inicio de la implementación dependerá, en parte, de lo que se legisle en el
Congreso, así como de lo acordado en el punto 6 de la agenda (dejación de armas).
¿Y quienes van a encargarse de juzgar a las FARC?
El Tribunal de Paz y las Salas de Paz. El primero será un tribunal especial, que estará
encargado de juzgar a los altos mandos de las FARC por los hechos más graves. Las Salas
pueden hacer referencia a los altos medios o a delitos que aunque no tengan amnistía, no
representen una grave afrenta al DIH.
Por otro lado, se sabe que para ser juez del Tribunal Especial de Paz, se deberá contar con
experiencia en las Cortes del país, en las Cortes Internacionales y en temas relacionados
con justicia transicional. Existe, además, la posibilidad de que en el Tribunal haya personas
que pertenecen a la Academia. Pueden ser aplicables los criterios que se tienen para ser
magistrado de una de alta Corte (como la Corte Constitucional, el Consejo de Estado, la
Corte Suprema de Justicia) en donde se requieren más de 20 años de experiencia y
conocimiento específico del área. Tal y como se anunció, serán abogados de las mayores
calidades. Eso es lo que se espera.
Igualmente, lo ideal es que la elección de magistrados responda a criterios como la equidad
de género, el mérito, la diversidad étnica y cultural, entre otros. En el mismo sentido, el
proceso de selección se establecerá de común acuerdo entre el Estado y las FARC.
¿Y las decisiones de ese Tribunal para la Paz qué tanto poder tienen?
Dentro de la Jurisdicción Especial para la Paz, El Tribunal para la Paz es el órgano de cierre.
Va a conocer, analizar y decidir con poder de “última palabra” los recursos, revisiones,
apelaciones etc., se interpongan contra las decisiones de las Salas y Secciones de la nueva
jurisdicción.
Al parecer, lo que decida el Tribunal para la Paz no tiene control directo, es decir, sus
decisiones no pueden ser revisadas ni revocadas.
¿Al fin hay cárcel o no?
Sí habrá cárcel, pero no para todos, ni en los términos que la conocemos.
Quienes “confiesen” por anticipado delitos graves, tendrán una “restricción efectiva de la
libertad” durante un período que oscila entre los 5 y los 8 años. Si bien no es cárcel como
tal, constituye un método alternativo en el que la persona está recluida en un sitio especial
de reclusión (que estará sujeto a todas las normas carcelarias actuales) únicamente para
realizar labores que aporten a la reparación o a la verdad para las víctimas. Ej. Procesos de
desminado, sustitución de cultivos, audiencias o eventos públicos de perdón, diligencias
judiciales etc.
Quienes “confiesen” tarde o nieguen responsabilidad y la misma sea probada en los
procesos que llevará a cabo el Tribunal para la Paz y sus Salas, irán a la cárcel y las penas
serán más altas.
a. Para quienes “confiesen” tarde, la pena será entre 5 u 8 años.
b. Para quienes nieguen responsabilidad y sean declarados culpables, la pena (que se
determina según el grado de participación, el delito cometido y otras variables ) será
hasta de 20 años.
Lo anterior aplica para todos los niveles y todos los delitos, es decir, sean un soldado razo
por asesinato o sean altos jefes como Pablo Catatumbo, Timochenko por desplazamiento
forzado etc.
¿Qué le pasará a quienes incumplan las sanciones o reincidan en la comisión de
delitos?
Serán retirados de la Jurisdicción Especial y perderán TODO el tratamiento diferenciado que
esta trae consigo. El nuevo Tribunal para la Paz y sus salas se encargarán de vigilar el
cumplimiento de las sentencias que se emitan con sus respectivas sanciones. También se
apoyarán en órganos (por definir) de un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y
No Repetición.
¿Ésto le aplica al ELN?
El Acuerdo es entre el Gobierno y las FARC. Cualquier aplicación de elementos del Acuerdo
al ELN dependerá de que se siente a negociar su propio proceso de paz en el que mínimo se
comprometan a las mismas acciones a las que se están comprometiendo las FARC como
reincorporarse a la sociedad civil, dejar las armas y satisfacer los derechos de las víctimas:
verdad, justicia, reparación y no repetición. No obstante, con anterioridad se aclaró que
algunos puntos del acuerdo tienen tal extensión que podrían aplicar a este otro actor
armado.
¿Tendrán los miembros de las Fuerzas Armadas un tratamiento diferente?
Como ya se dijo en uno de los puntos del comunicado, los delitos cometidos por agentes del
Estado (soldados, policías, CTI etc.) sí serán conocidos por la Jurisdicción Especial. Como se
explicó, TODOS los participantes directos o indirectos dentro del conflicto y sus acciones (si
lo ameritan) tienen cabida dentro del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No
Repetición.
Que exista o no un tratamiento especial, depende de las normas que se creen para la
implementación del Acuerdo Final.