Análisis Historiográfico del libro; Prehistoria de Puerto Rico

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La vida de los habitantes originales de la isla de Puerto Rico y sus relaciones con sus vecinos los Caribes antes de la Conquista..

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Análisis Historiográfico de:

Coll Y Toste, Cayetano: Prehistoria de Puerto Rico Bilbao Editorial Vasco Americana S.A. (1967)

Por Gustavo A. Quiñones Pérez

I. Sobre el Autor. Don Cayetano Coll Y Toste nació el 30 de Noviembre de 1850 en Arecibo, Puerto Rico. Se

dedicó al ejercicio de la medicina aunque además de ser galeno fue un excelente historiador,

escritor y poeta. Fue historiador durante treinta años de su vida. Fue presidente de la Sociedad

de la Historia; corresponsal de la Academia Nacional de la Historia tanto en la de Cuba como en

la de Venezuela; Director del Hospital de la Monserrate; Médico Forense de la Real Audiencia de

Puerto Rico; Vice-director de la Academia Antillana de la Lengua; Gobernador de Puerto

Rico;Sub Secretario de Agricultura, Industria y Comercio; Delegado a la Cámara Autonomista;

Secretario de Hacienda; Secretario Civil del Gobierno militar Americano; Comisionado del Interior,

entre otros. Fue autor de varios libros entre los cuales se encuentran “Colón En Puerto Rico”;

“Prehistoria de Puerto Rico”;”La instrucción pública en Puerto Rico hasta 1898”;”Repertorio

Histórico de Puerto Rico”;”Tratamiento de la Fiebre Amarilla” en fin, tenía una amplia obra de

diversos temas. Falleció en Madrid el día 19 de Noviembre de 1930.

En cuanto a las personas y teorías que influyeron en el Doctor Cayetano Coll y Toste, al menos

en su faceta de historiador encontramos que el autor defiende la Teoría de la Pangea citando a

autores como Snider, quien afirma que si se compara la forma de los distintos continentes

podemos ver que “la proyección formada por las islas británicas corresponde a la entrada de la

Bahía de Baffin, New Foundland con Bahía Vizcaya. La parte saliente de África desde cabo

verde hasta el sur de Liberia encaja con el mar Caribe y Brasil con el Golfo de Guinea en África”1.

También, cita a otros autores como Heer que hacen analogías sobre la flora de Estados Unidos

con las de Europa Central así como a varios zoólogos que establecen la similitud en la Fauna de

estas dos regiones. Coll y Toste niega la existencia de la Atlántida diciendo que esta era una

“creación Imaginaria de Platón”2. Sostiene el autor que las Antillas Mayores estuvieron alguna

vez unidas al continente Norteamericano. Y cree que con el tiempo se forme un nuevo

continente, el continente Antillano. Sigue la teoría de Humbold de que la tierra no fue formada de

1 La Creation et ses mysteres dévoilés.Snider. Paris. (1870). 2 Prehistoria de Puerto Rico, Coll Y Toste, Cayetano, Editorial Vasco Americana S.A. Bilbao, España (1967) pág. 6.

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una sola vez como sostiene el dogma cristiano sino que más bien es el resultado de una serie de

levantamientos subterráneos hasta formarla tal y como la conocemos hoy día.

En cuanto a su concepción de la división existente entre la Prehistoria y la Historia, alega

que la prehistoria consiste en los tiempos que no tienen anotaciones de los cronistas. Cuando se

está cerca de los tiempos modernos y hay documentación pero es nebulosa, se utiliza el término

proto-historia3. Acto, seguido el Autor explica que determinar cuando acabó la prehistoria no es

uno universal y uniforme. Se debe hacer individualmente de país en país. Aquí utiliza a España

a Francia y Alemania que como sabemos estaban ubicados en un mismo continente, el

continente Europeo. Así, pues la prehistoria francesa termina con los celtas; para los españoles

con los celtíberos y para los alemanes con la introducción del cristianismo en la época

Germánica4.

El autor explica la ley cronológica del desarrollo de la industria humana de Thomsem de

Copenhauge. La edad de piedra, la de bronce y la de hierro. La edad de piedra se subdivide en

eolítico (periodo terciario), paleolítico (cuaternario), neolítico (cuaternario reciente), Cayetano Coll

Toste. hace la salvedad de que en América, para utilizar la ley de Thomsem es necesario sustituir

la edad del bronce por la del cobre, toda vez que el cobre fue lo que vino a sustituir a la piedra5.

II. Sobre la Obra.

Prehistoria de Puerto Rico es un libro que se compone de doce capítulos que comienzan desde

una detallada descripción geográfica del Archipiélago antillano hasta un breve diccionario de la

lengua del indio boriqueño. Posee una estructura temática en la que el autor va describiendo, con

la ayuda de distintos enfoques interdisciplinarios, el surgimiento y desarrollo de los pueblos indio-

antillanos, particularmente de los aruacas y sobre todo de los boriqueños. Habla de las

costumbres, sociales, religiosas y económicas de los boriqueños. De las migraciones que según

él se dieron desde la hoy Venezuela. De hecho gran parte de la obra se basa en el autor

defendiendo su teoría de la migración de los aruacas y para ello se vale de estudios filológicos

del origen de y el parecido de sus palabras. También busca parecidos en los rasgos físicos de

los indios que el piensa fueron los predecesores de los aruacas. Todo ésto claro está, con la

ayuda de las bitácoras de los capitanes y de los diarios y estudios de los cronistas de la época.

III. Contenido El contenido de esta obra será analizado en un orden distinto a como el autor la dispone en el

texto original, pues creemos que para propósitos de realizar un análisis historiográfico en el

3 Ibíd pág 25 4 Ibíd pág 26 5 Ibíd pág 27

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contexto de una aproximación a las civilizaciones aborígenes en América el orden original haría

más dificultoso el trabajo del lector. De igual forma y por estas mismas razones fueron omitidas

varias partes de la obra por entender que no encajan, al menos en este trabajo, por tratarse de

pequeños diccionarios del vocabulario indo-antillano o de cómo rezar un padre nuestro en el

lenguaje de los boriqueños, en fin, cosas que no que no vienen al caso en este estudio.

IV. Ubicación geográfica de la isla de Puerto Rico. El Doctor Cayetano Coll y Toste comienza por describir la ubicación geográfica de la Isla de

Puerto Rico en el Archipiélago Antillano, su división geológica así como la situación geográfica y

las colindancias del Archipiélago antillano persé. Estas islas van desde el Sur de la península de

la Florida bajando en forma de semicírculo hasta llegar a las cercanías de las costas de

Venezuela.

V. Los indo-antillanos surgieron de Venezuela.

Y es precisamente de Venezuela según el autor de donde provenían tanto lo Aruacas como los

Caribes. El Dr. alega que las colonizaciones de los pueblos a través de la tierra están

íntimamente relacionadas con el curso de los Ríos. Para demostrarlo ofrece varios ejemplos

tales como “los profetas del Jordán, los sacrificadores del Nilo y los ribereños del Danubio y del

Rhin avanzan por los…ríos y se dilatan por las costas…”6. Según Coll lo mismo ocurrió con los

pobladores de las antillas, quienes poco a poco fueron trasladándose desde el centro de América

Meridional y paulatinamente siguiendo el curso de sus principales ríos, como el Orinoco llegaron

a las costas de Venezuela7 desde donde llegaron a las antillas.

Partiendo de la premisa de que los pueblos en realidad tienen la tendencia a encaminarse a las

costas siguiendo el curso rió abajo en vez de río arriba, esta teoría tiene buenos argumentos que

la sostienen. Claro que no se puede decir que se acostumbraron de golpe y porrazo a la vida en

la costa. Lo que digo es que si partieron del centro hacia fuera, obviamente la flora y la fauna de

la jungla no es la misma que aquella existente en las cercanías al mar. Debió haber un periodo

en que el aborigen se encontrara en una especie de estado “anfibio”, es decir que en un principio,

luego de descubiertas las costas, quizás se sorprendieron al verla, pero volvían a la jungla esta

vez a lugares más cercanos a la zona marítimo terrestre. Con el tiempo, los periodos que

pasaban entre jungla y costa fueron mitad aquí y mitad allá hasta que dominó la costa y

posteriormente se trasladaron a las antillas.

Sin embargo, esta migración la comenzaron primero los Aruacas puesto que Coll alega que

“[l]os indígenas del Archipiélago antillano, grandes y pequeñas islas, antes de la invasión

caribeña, eran todos aruacas8”. Y más adelante dice ”Nosotros opinamos que todo el suelo de

6 Ibíd pág 46. 77 Ibíd pág 45 8 Ibíd pág 54

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Venezuela y Colombia, antes del Periodo Colombino, estuvo ocupado por tribus Aruacas cuyos

dominios se extendieron hacia el Amazonas por un lado hasta el istmo de Panamá”9. No

obstante les fueron arrebatados por los Caribes.

Entonces ¿qué factores contribuyeron a que fueran los Aruacas, quienes alegadamente eran

menos aventureros10 que los Caribes, emigraran y conquistaran grandes de territorios? Quizás

los Aruacas tenían un fuerte espíritu expansivo. O será que de tanto huirle a sus archienemigos

los Caribes llegaron hasta lugares tan remotos para ellos como el istmo de panamá.

Con el fin de demostrar que tanto nuestros indios Aruacas como los Caribes procedían de la

parte Meridional del Continente Americano el autor narra la historia del General Diego de Ordaz

que era gobernador de Paria quien en una ocasión mientras se encontraba en un viaje con fines

de explorar el área se topó con una aldea llamada Aruacay. Esta aldea según Coll y Toste

radicaba en el actual San Rafael de Barranca, Venezuela. Muy cercana a una isla que los

aruacas llamaban Yaya y a la actual Tórtola, entonces conocida por Iguana de las que

hablaremos adelante. Según el cronista Oviedo, a pesar de lo malvado que fue Ordaz con los

indios de aquella aldehuela y de las crueldades que llevó a cabo para con ellos, éstos nunca se

rebelaron contra Ordaz y permanecían siempre en un estado de sumisión y mansedumbre11. Si

comparamos lo dicho por Oviedo con las anotaciones de Colón donde se refería a los Aruacas

como personas muy bondadosas, mansas y altruistas además de pacíficos, encontramos, según

Coll y Toste, otra prueba más de que los Aruacas indo-antillanos surgieron del continente

meridional y eran descendientes o parientes de aquellos a los que se refiere Oviedo en sus

crónicas12.

Aquí nos parece que el Dr. Coll se aventura a dar conclusiones apresuradas con pruebas muy

frágiles, toda vez que como veremos adelante, siempre parte de la premisa de que todo indio

bondadoso y manso era Aruaca como si no existieran otros indios con esas mismas

características o como si no hubieran Aruacas que no las compartieran.

Siguiendo con el relato, mientras Ordaz, continuaba su viaje por el Orinoco se topó con otro

grupo de indios los cuales pensó eran igual que los otros que no contraatacaban se fue contra

ellos y salió con varias bajas ya que éstos al parecer de nuestro autor no eran Aruacas sino

Caribes13.

Una vez más creemos que al autor se le va la mano en la interpretación de los hechos ya que

relata esta historia en blanco y negro pues todo lo malo se lo atribuye a los “indomables” Caribes

y lo bueno a los “mansos” Aruacas. Como mencionamos anteriormente, pudo haber en aquel

lugar otra tribu indígena que fuera reacia a los nuevos invasores europeos y cada vez que los 9 Ibíd pág 76 10 Ibíd pág 57 11 Ibíd pág 63 12 Ibíd pág 66 13 Ibíd pág 64

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veían los atacaban. No es menos cierto que pudieron ser los mismos Aruacas en venganza de la

brutal matanza que hiciera Diego de Ordaz en baratubarú donde luego de acribillar cientos de

ellos los quemó para asegurarse de que no quedara uno solo y todo por un pedazo de casabe.

Son muchas los posibles escenarios, las motivaciones y los autores.

Otra evidencia de que los indo-antillanos Aruacas provenían de los Aruacas continentales era

la composición política del poblado de Aruacay. Esta aldea se componía de 200 bohíos. Su

régulo de mayor jerarquía era Naricagua y le seguían en jerarquía otros nueve caciques que

tenían los mismos poderes entre ellos pero recibían órdenes de Naricagua. A si mismo la dieta

de los habitantes de Aruacas era muy similar a la de los antillanos cazaban y pescaban pero

nunca podía faltar el casabe de harina de yuca; y en cuanto a las bebidas consumían casabe o

maíz fermentado.

El indo-antillano boriqueño tenía una organización política similar que poseía un cacique

principal y otros que ejercían cargos parecidos pero no idénticos a los de un alcalde. En cuanto a

la dieta, consistía principalmente en la yuca aunque al igual que los del poblado de Aruacay

también cazaban y pescaban. De igual forma, confeccionaban bebidas alcohólicas fermentaban

la yuca y el maíz.

En el lenguaje de los indo-antillanos surge evidencia de una posible migración y de un

surgimiento de un origen común. Coll y Toste con la ayuda de la bitácora de Cristóbal Colón,

establece que los yucayos, haytianos y boriqueños hablaban el mismo lenguaje. Del mismo

modo, Jamaica y Cuba. Por lo que llega a la conclusión de que se puede decir que en el

Archipiélago antillano exceptuando las zonas controladas por los caribes, existía un idioma

general o común. Empero, existían pequeñas variaciones en el léxico indígena que se debían

quizás a fenómenos lingüísticos como por ejemplo los regionalismos14.

Para el Dr., el hecho de que tanto la palabra yaya como Iguana que mencionamos anteriormente

en el relato de Ordaz, aparecen en el repertorio lingüístico de los indo-antillanos aruacas

constituye una evidencia fehaciente y filológica que tuvieron que haber surgido de Venezuela.

Todas las páginas que este autor escribe sobre este tema son para reivindicarse a si mismo ya

que antes de escribir este libro defendítenía la teoría de que los primeros habitantes de las

Antillas provenían de Norte América, específicamente de la Florida.

Sin embargo, alega el autor, que si los primitivos habitantes antillanos hubiesen venido de la

Florida y fuesen descendientes de los semínolas hubieran quedado rastros de su estirpe tanto en

el lenguaje como en las costumbres de sus descendientes indo antillanos, y de esto no existe

evidencia alguna.

VI. Batallas entre Aruacas y Caribes.

14 Ibíd pág 139

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Los caribes se situaban en lugares estratégicos en el lado Este de la isla desde donde

atacaban a los indios de esta isla. Los españoles, como terceros invasores, se quedaban

sorprendidos al saber que mucho antes de su llegada ya habían guerras por las tierras que ahora

ellos que adueñarse de. Los españoles se quedaban perplejos con las costumbres de los

caribes. El cronista Marfir de Angleira se sorprendió al ver como los indios corrían espabilados

cuando advertían la presencia de los caribes mientras que el doctor Chanca presto mucha

atención a las costumbres de los Caribes particularmente a su conducta para con ellos mismos,

donde percibía una camaradería impresionante, mas con los otros se comportaban como bestias

salvajes.

A pesar de estas diferencias los indo-antillanos Caribe y los Aruacas provienen del mismo

grupo étnico, el Guaraní. En realidad el guaraní es la raza, la Arauca y caribe son dos sub-razas

“Fracciones de la Unidad” como dice Cayetano. Esas sub-razas también tenían su propia cultura

que como muy atinadamente señala el Dr. eran recíprocamente Antitética. Mientas los Caribes

eran carnívoros, se aventuraban a otras islas tenían un temperamento violento y hasta eran

caníbales, los aruacas se alimentaban de legumbres era mas sedentario, hospitalario y pacifico

VII. Trafico de indios.

El conquistador español Ojeda luego de comprobar la veracidad de lo dicho por los cronistas

de la época sobre la mansedumbre de los Aruacas se hizo amigo de los indios para luego

traicionarlos vendiéndolos como esclavos. Esta esclavitud se debía a que los empleados de

Puerto Rico y Santo Domingo15 como habían explotado tanto a los indígenas autóctonos para sus

actividades mineras, necesitaban esclavos para el laboreo y solicitaron permiso al Rey. Este les

concedió el permiso con la condición de que esclavizara solamente a los indomables caribes,

comedores de gente o en su defecto, a todos aquellos indios que no “quisieran recibir la paz de

los cristianos”.

Con el fin de establecer la diferencia entre Caribes y Aruacas para que de ese modo no

incurrieran en desacato de las órdenes del rey aquellos que traficaban indios, el licenciado

Rodrigo de Figueroa hizo un informe referente a la composición de la población India de las

antillas en donde declara que “todas las islas que no están pobladas de Cristianos excepto la de

Trinidad, Lacayos, [Curazao] e la Margarita las debo declarar e declaro ser de Caribes”16. En fin,

el documento tiene por objetivo tipificar lo que se podía y no se podía hacer en las islas y con

aquellos que las habitaban facilitándole de esa manera el trabajo a los traficantes de indígenas.

Empero, ya era demasiado tarde para clasificaciones puesto que los indios se comenzaron a

dar cuenta de que tanto candor fue pagado con esclavitud, a la muerte de Ordaz, cuando se le

da a Gerónimo de Ortal la gobernación de aquellos nuevos territorios, ya los Aruacas habían

15 Ibíd pág 62 16 Ibíd pág 74

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cambiado de ser entes pacíficos a gente que comenzaba a revelarse contra los abusos y

atropellos del recién llegado. Algún tiempo después, Herrera, que había sido teniente de Ordaz,

fue muerto por los caribes.

En el momento en que ambos grupos de indígenas se pusieron en abierta oposición a los

españoles, éstos utilizaban el nombre de sus respectivos caciques para nombrarlos, en lugar de

guaitiao (amigos) y caribes17.

VIII. Descripción y costumbres del indo-antillano boriqueño

Dice Cayetano Coll y Toste que el indio-antillano boriqueño era de estatura media,

bronceado, la cabeza mediana, los ojos grandes y negros de abundante cabellera y carecían de

barba. No conocía el rencor ni venganza, era buen flechero y bastante fuerte18. En cuanto a las

indias el Dr. las describe de agradecidas y guapas, tanto así que cuando los Caribes, invadían el

suelo boriqueño las convertían en sus mujeres y por eso le extrañaba a Fray Raymundo Breton

encontrar que en Dominica y Guadalupe las Indias hablaban un idioma diferente a los indios19.

El boriqueño llegaba hasta veinte contando y para ello usaba los dedos de las manos y de los

pies, mientras que sus, antecesores los guaranís, sólo sabían contar hasta el cuatro y después

de ese número decían “incontable”. Su concepto del tiempo se limitaba únicamente a la división

del día y de la noche, a diferencia de otros pueblos indígenas que diferenciaban las fases de la

luna y del sol20.

Según el autor, los indígenas puertorriqueños vivían bajo un régimen monárquico con su

soberano el cacique principal seguido de otros caciques de menor jerarquía que aquel pero de

similar investidura entre ellos y eran régulos de las aldehuelas que eran como una especie de

distritos. Algunas aldehuelas principales radicaban en Caguas junto al río turabo del cacique

Caguax; Mabo en Guaynabo; Majagua de Urayoán entre Mayagüez y Añasco entre otras. Luego

le seguía el gobierno paternal de los nitaynos y en la parte religiosa el bohíque, el naborí era el

ciudadano común21.

El nitayno era como una suerte de capataz o lugarteniente del cacique que se dividían según

sus respectivos oficios, a saber: el que se encargaba de velar por los limites del cacicazgo; el que

velaba los cultivos y la recolección de frutos; el que velaba por la caza; por la pesca; por la

confección del casabe, etc.

La casa de los régulos se diferenciaba en el hecho de que era cuadrilonga, tenía un pórtico

frente al batey, a diferencia de los demás indios cuyas casas eran bohíos circulares.

17 Ibíd pág 74 18 Ibíd pág 82 19 Ibíd pág 83 20 Ibíd pág 85 21 Ibíd pág 86

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8

La poligamia era practicada entre nuestros indios especialmente entre los caciques. La dote

consistía en un guanín. No tenían ceremonias para el casamiento. Los hijos de las hermanas

del cacique eran los que los sucedían en el gobierno.

Era el indio muy limpio y se bañaba regularmente varias veces al día y luego de eso se bañaba

con achiote para repeler los mosquitos y otros insectos.

Usualmente, hacían guerrillas para desquitarse de aquellos otros que venían a cazar o pescar

en territorio ajenos o por haber pedido la hija de un cacique y recibir una negativa.

En cuanto a la idea de la propiedad dice el autor que en la época colombina el indio ya tenia

idea de lo que era la propiedad y la división del trabajo. Y a pesar de que no tenia llaves ni

cerraduras… (pág. 94) jamás faltó un granillo de oro en las casas…

Tenían los indios unas plazoletas que eran utilizadas para juegos de pelota danzas y cantares y

para dirimir controversias.

En cuanto al hecho de que los indios usaban escasas ropas, el Dr. se lo atribuye al clima

tropical.

IX. Descripción de las prácticas cuasi-religiosas del indo-antillano.

La sociedad boriqueña tenía dos grandes líderes, el político o administrativo ejercido por el

cacique y el espiritual o religioso que viene a ser representado por la figura del bohique. El

primero era un facilitador el segundo un mediador entre la providencia y los indios. Para

reconocer la elevada posición jerárquica en que se encontraba, los indios ofrendaban al bohique

con frutos que recogían y los colocaban frente a su morada.

El bohíque era jefe religioso y a la vez médico22. Como bien establece Coll, el hombre primitivo

tenía la creencia de que las enfermedades provenían de un poder sobre natural y por ello la

necesidad de unir en una sola persona tanto las facultades médicas como las espirituales23. El

bohíque era esa persona. Antes de curar enfermos invocaba a los espíritus y luego los medicaba

con una semilla llamada de tautúa.

Dice el Dr. que en ocasiones los indios veían que un árbol se movía de manera inusual, corría

despavorido a donde el bohíque a contarle lo sucedido. El bohique según el autor, era un

embaucador que engañaba a los indios. Además su práctica religiosa era conforme a la política

del cacique

Los indios tenían ídolos para todo aquello que admiraban unos para las lluvias otro para las

cosechas etc. El Yunke, o monte Luquillo como lo prefiere llamar Cayetano, impresionaba de tal

manera al boriqueño que era entre sus dioses el de mayor jerarquía. Lo llamaban yucajú que

significaba yuca grande blanca, según el autor.

22 Ibíd pág 87 23 Ibíd pág 97.

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El espíritu maléfico de los boriqueños era Juracán. No es de extrañar que con falta de

tecnología para prevenirlos, viviendo en el caribe en chozas de paja, los huracanes debieron de

ser una pesadilla para los indios. Este término de Juracán es otra evidencia de que los indios

tenían un origen común Cayetano da ejemplos como el de los galibis que le llamaban Yuracán,

los Chamyas Yoroquián, en fin mucha coincidencia la similitud del nombre que se le daba al

fenómeno. A parte de Juracán, que como hemos dicho era el principal representante del mal

para los boriqueños, existían ciertas irradiaciones de este dios.

Éstos fantasmas que le robaban hortalizas a los indios eran conocidos por el nombre de

maboyas. Imaginamos que cada vez que “aparecía” uno el bohique no escatimaba en

aparecerse para terminar de atemorizar al pobre indio.

Los boriqueños carecían de iglesias. Mas, tenían unos pequeños bohíos destinados a la

adoración y a veces destinaban cuevas para este fin. Las ceremonias comenzaban con la

inhalación de la cojiba por parte del bohique, quien, luego de narcotizado comenzaba a realizarle

vaticinios a los indios.

En cuanto a la idea del más allá, el indígena no contemplaba la muerte como una culminación.

Creía en la inmortalidad del alma y en que luego de muertos su alma pasaría a ser parte de la

naturaleza. Enterraban a los cadáveres sentados junto a sus amuletos o dioses tutelares y a los

caciques en ocasiones se los enterraba junto a una de sus mujeres como si fuera a utilizarla en el

más allá.

Según el autor, a la llegada del descubrimiento los indios se encontraban en una fase de

transición que iba dirigida desde el animismo hasta el antropomorfismo religioso. Cayetano Coll

un poco compara la superioridad religiosa contemporánea con la inferioridad de la religión

indígena.

En nuestra opinión, esto es un gesto muy ignorante por parte de parte del autor. La religión

cristiana, a la que pertenecía Coll, es una de las más antiguas de las religiones monoteístas.

Durante siglos, miles de personas han optado por hacer voto de castidad por entregarse por

completo a un libro escrito hace unos miles de años atrás cuyo contenido ha sido estudiado

durante siglos.

Lo cierto es que de las interpretaciones de ese libro se puede justificar hasta el infanticidio y se

le puede culpar (a los interpretadores) por las muertes de cientos de miles de personas.

Tienen extensas liturgias, formalidades, su propio sistema de leyes y hasta un Estado, muy

poderoso en el escenario internacional. Y todo para fomentar la idea central de ese libro que es

el amor a uno mismo, al prójimo y a la divinidad como se le quiera llamar.

Pues entonces, los indios en vez de tener una inferioridad religiosa respecto a los cristiano en

particular a los católicos, lo que tenían era superioridad, pues su religión era más fácil de predicar

no tiene reglas ni formalidades era transportable, pues no requería de iglesias y de seguro, a fin

de cuentas, su idea central era la misma: el amor a uno mismo, al prójimo y a la divinidad.

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X. Técnicas de agricultura del indo-antillano boriqueño A la llegada de los españoles ya el boriqueño conocía la agricultura24. Pasó de la caza y la

pesca directamente a la agricultura saltándose la domesticación y el pastoreo pues no había en

la isla animales para este fin25.

El indio trabajaba la tierra con una suerte de azada que llamaban coa. La destreza de los

boriqueños en el arte de la agricultura era tal que según un estudio realizado en 1882 de un

profesor llamado Álvaro Reynoso, los boriqueños para el periodo de la conquista estaban más

adelantados que los Soneyes cubanos y más adelantados en el manejo de la piedra que lo

haytianos.

Los sembradíos de yuca eran de grandes dimensiones al punto de que los yucales podían ser

explotados hasta por tres años. Una vez cosechado el tubérculo, lo limpiaban y lo pasaban por

un guayo para de ahí obtener la preciada harina. Luego esa harina era puesta dentro de unos

sacos que servían de coladores. Acto seguido, hombres y mujeres utilizaban piedras y objetos

pesados para exprimir los sacos hasta sacar el jugo de naiboa agente químico que le daba las

facultades venenosas a la yuca26. Es entonces cuando se ponía la harina en unos cuencos de

barro y puestos al fuego hasta se cociera y es ahí cuando se obtenía el producto final, el casabe.

La veneración de los indios por la yuca según el autor era, aparte de que era su principal

fuente de alimentos, porque la yuca si bien es cierto que puede ser muy nutritiva no es menos

cierto que era de igual forma mortífera. El Dr. se pregunta cuántos tanteos y experimentos que

quizás resultaron funestos tuvieron que realizar los Indios hasta llegar a encontrar la forma de

volverla enteramente comestible.

Nada se perdía, pues con el veneno de la yuca luego de hervirlo y quitarle sus facultades

tóxicas obtenían vinagre. Y de las sobras del casabe las ponían a fermentar con saliva para

acelerar el proceso y de ahí obtenían una bebida embriagante27. También hacían cerveza de

maíz.

Sus huertos caseros consistían de tabaco, ají que era para adobar ya que no conocían el uso

de la sal, así como algunas plantas que se sembraban con fines curativos.

Otras plantas de las que los indios sacaban provecho eran el algodón del cual producían sus

ropas, hamacas, adornos, redes y cordeles de pesca.

XI. Tecnología del indo-antillano boriqueño.

24 Ibíd pág 121 25 Ibíd pág 122 26 Ibíd pág 123 27 Ibíd pág 124

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En cuanto a la piedra tenemos que un autor que cita aquí Cayetano de apellido Ratzel quien

alega que de todos los habitantes de las indias occidentales los boriqueños eran los más diestros

en el arte de pulir la roca28.

De estas rocas se hacían hachas que eran utilizadas según su tamaño y dimensiones ora como

arma ora como herramienta de trabajo. Con estas hachas se construían canoas que según los

cronistas de la época tenían una cabida que fluctuaba desde dos hasta ciento cincuenta

individuos.

Sabían hacer y utilizar las flechas y con ellas cazaban desde aves costeras hasta búcaros y

guaraguaos. Según el autor eran más diestros en el uso de la flecha que los quisqueyanos y

siboneyes.

Dice el autor refiriéndose a Pigafetta, que a diferencia de algunos los habitantes de las islas

Marianas los indios de Borinquen conocían el fuego allá para 1493 mientras los de las Marianas

en 1521 lo desconocían.

Bibliografía

Coll Y Toste, Cayetano: Prehistoria de Puerto Rico. . Bilbao Editorial Vasco Americana S.A, (1967)

28 Ibíd pág 130