ANÁLISIS LUCKACSIANO DE DISTURBIO DE MIGUEL ÁNGEL MANRIQUE
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ANÁLISIS LUCKACSIANO DE DISTURBIO DE MIGUEL ÁNGEL MANRIQUE
En Disturbio, de Miguel Ángel Manrique su personaje central, Manuel Martínez,
estudia literatura en la Universidad Nacional. O mejor, padece la literatura y se
aburre -tanto como yo me aburría con el semiólogo- en las clases de crítica
literaria del profesor Samuel Rojas y en las de la profesora Victoria Trujillo,
elegante, culta, reprimida, escéptica, borracha y solterona. La sátira implacable a
ese mundo, qué duda cabe, está presente en cada una de sus páginas. El decano,
doctor Bejarano, es un cínico -y sátiro- que observa a las alumnas con unos
binóculos. Y Pierre Boulanger, el ilustre profesor de una universidad francesa,
invitado al Tercer Encuentro de Literatura -sobre el cual gira la trama principal-, se
inspira para su ponencia con una prepago que contrata. Y tiene sentido: el tema
del Encuentro es El erotismo en la narrativa colombiana. Desafortunadamente no
la conoceremos: un tremendo tropel -estamos en la Nacional, compañero- con
papas bomba y cocteles molotov va a impedirlo. Este es el resumen de la obra,
antes de analizarlo con la teoría de Luckacs para ver qué tipo de novela es,
además de su héroe problemático; analizaré su teoría, para esto he utilizado su
primer libro “Teoría de la novela”:
La novela no es sólo un contenido administrado por su tipología, pues la misma
tipología está siendo trabajada, por así decirlo, por aquel contenido que se
expande reflexivamente. Esta noción de expansión nos parece de la mayor
importancia para comprender la tipología de la forma novelesca que presenta
Lukács como algo más que una “camisa de fuerza”, para usar una de las
expresiones con la que posteriormente renegará de este texto. Como hemos
señalado, esquemáticamente la tipología comprende el “Idealismo abstracto”,
donde la novela muestra el conflicto entre lo que el individuo vive y lo que imagina
y desea. El mundo y la sociedad se le presentan utópicamente como un modelo
que exige ser realizado, exigencia imposible por su mismo carácter ideal. Por ello
se trata de una tentativa destinada al fracaso. La inadecuación se presenta aquí
entre el amplio mundo que aparece en el modelo utópico y la estrechez del
individuo, del alma extrañada de sí al no corresponderse con su mundo. Luego
encontramos el “Romanticismo de la desilusión”, donde por el contrario la
subjetividad individual es más amplia que el mundo, invirtiéndose la inadecuación.
Se trata de una interioridad rica en contenidos que ya no entra en conflicto con el
mundo, ya no sale en busca de aventuras para realizar el ideal. Se mantiene más
bien en una especie de pasividad para proteger esa interioridad que, sin embargo,
sólo adquiere efectividad en la acción a la que renuncia, en el trato social que la
extraña de sí, y por tanto su riqueza interior no consiste en los contenidos que la
llenan sino en el poder aniquilarlos. Su interioridad es la relación con ese vacío de
determinación. Al modo del “alma bella” hegeliana “no hay ninguna objetivación de
la vida social que no pierda importancia para el alma”. Todo se vuelve inesencial, y
el goce de esa libertad abstracta es al mismo tiempo la insatisfacción que “llena”
ese vacío.
Ahora bien, esta tipología propuesta para hacer legible el fenómeno de la novela
se constituye a partir de la lectura de ciertas novelas particulares que operan como
ejemplos ejemplares. En el “Idealismo abstracto” se inscribe y a la vez escapa el
Quijote, en el “Romanticismo de la desilusión” La educación sentimental es la
única novela que sortea sus peligros, y en “novela de formación” de Los años de
aprendizaje de Wilhelm Meister lo que encontramos es una tentativa fallida de
síntesis, como ocurrirá, en otro sentido, también con
Tolstoi. Si bien efectivamente esta tipología puede considerarse una pauta que se
impone artificialmente sobre la diversidad en que se manifiesta la novela, lo
interesante es que más que hacernos descansar en una taxonomía donde todos
los lugares están claramente identificados, incluso el nuestro, si la aceptamos por
su agudeza o la rechazamos por constituir una proyección violenta que encubre al
fenómeno; lo interesante, decíamos, es que esta tipología de novelas ejemplares –
únicas– más bien escenifica la imposibilidad de un lugar desde el cual efectuar
cualquier evaluación unívoca. Ateniéndonos a esta teoría, podemos concluir, que
la novela de Manrique es una novela de Romanticismo de desilusión, ya que la
subjetividad de Miguel Martínez es más amplia que la propia realidad, y trata de
imponerse sobre las demás; podemos poner como ejemplo los niveles sobre los
que trata de sobresalir la interioridad de Miguel Martínez; sobre los diferentes
grupos, ganando a la chica, y logrando escribir el ensayo final, etc.
Ahora veremos si Miguel es un héroe problemático, pero antes analizaremos el
pensamiento de Luckacs al respecto:
Por subjetividad referimos no tanto la interioridad individual que la Teoría de la
novela opone constantemente a la exterioridad del mundo moderno, mundo cuyo
carácter convencional rompe el acuerdo entre el yo y la obra que lo compromete y
lo realiza, sino más bien el corte mismo, el límite que abre todas las oposiciones
puestas en juego por el texto. En este sentido aquella interioridad que nace de la
separación entre alma y mundo comporta ya la escisión interna entre lo que
podríamos llamar el sí mismo –la incompletud y la no-coincidencia– y el yo –la
identidad diferenciada–. El “individuo problemático” es tal en cuanto que su ser se
resuelve en una desmedida exigencia infinita: es lo que debe-ser.
La subjetividad la encontraríamos en aquello que el texto nombra como la
disonancia que se hace sentir de modo inédito –con Hegel– en la “expansión de la
reflexividad”, que sería el lugar donde se extiende el “abismo” entre el yo y el
mundo concreto del orden social burgués en que la novela germina. De este modo
el suelo propicio de la forma novelesca sería el sin fondo de la no-adecuación. En
este sentido el lugar de la subjetividad resulta problemático desde un comienzo,
pues no es sólo su carácter reflexivo el que lo determina, sino ese rasgo decisivo
internamente ligado a la reflexividad y que el texto subraya: el de la expansión
(rasgo fundamental, decíamos, de la autoconciencia hegeliana, pero expuesta y
resuelta de otro modo). La expansión habría que entenderla más a la manera de
un exceso que de un desarrollo, pues remite a la inadecuación que desarma el
lugar como instancia de reunión. La expansión de la subjetividad vendría a ser la
disonancia del tiempo que pone al lugar fuera de quicio.
Manuel Martínez, "el héroe problemático" de esta historia, no resulta menos
paródico. Escuálido, feo, morocho, pobretón, abandonado por su padre, con
madre comunista, es objeto de burla tanto de los profesores como de sus
compañeros. No le perdonan sus gustos, heréticos para la Academia: las novelas
de Stephen King, Papillón y La guerra de las Galaxias, su película preferida. Aquí,
más implacables que los profesores, son los estudiantes llamados "intelectuales" –
otro nivel de la realidad según Luckacs- cuya cabeza visible es la pareja de Omar
Hernández y Sara Montenegro, el primero, de tendencias violentas y machistas, y
la segunda, la "burguesa" del curso. Más benigno es el grupo de estudiantes
llamados "los vagos", que terminará acogiendo a Martínez y que se identifica con
las diferentes tribus urbanas: Emos y Skinheads. El tercer grupo es
intrascendente, salvo por su significativo apodo: "los innombrables".
CONCLUSIONES
La novela Disturbio de Miguel Ángel Manrique es una novela de
Romanticismo de decepción ya que el héroe trata de imponer su
interioridad a los demás, y de alguna manera lo logra.
El héroe de Disturbio, Manuel Martínez es un héroe problemático,
principalmente porque su subjetividad, se enfrenta a la realidad; y esa es su
identidad y define su interioridad.
INTRODUCCIÓN
Miguel Ángel Manrique aunque de sangre costeña, vivió y se educó en Bogotá.
Estudió literatura en la Universidad Nacional de Colombia. En 1995, viajó a
España donde se estableció por un tiempo. Allí, se especializó en Ciencias de la
Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona. Años después, cursó
una maestría en Educación en la Universidad Externado de Colombia. Ha sido
profesor universitario y editor. Además, coordina el Taller de novela corta del
Fondo de Cultura Económica.
Es autor de Carlos Fuentes: una lección del tiempo y la circunstancia; La mirada
enferma, finalista en el Premio Nacional de Cuento del Ministerio de Cultura en
1998; Confesiones de un mutante, mención de honor en el Premio Nacional de
Cuento Ciudad de Bogotá en 2002; El Quijote de Shakespeare, entrevista al
historiador Roger Chartier; Sobre la escritura; y San Mateo y el ángel. En 2008,
obtuvo el Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura de Colombia
con Disturbio, publicada por Seix Barral en 2009. Ellas se están comiendo al
gatoes su primer libro de zombis. Esta última será objeto de mi análisis, según la
teoría de Georgy Luckacs en su libro “teoría de la novela”.
BIBLIOGRAFÍA
Manrique Miguel ángel. Disturbio. Seix Barral. 2da ed. Colombia. 2009.
Luckács Gyorgy. Teoría de la novela. Ediciones Godot. 1ra ed. Buenos Aires- Argentina. 2010.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE LITERATURA Y LINGÜÍSTICA
DOCENTE: ROSA NUÑEZ PACHECO
ASIGNATURA: TEORÍA LITERARIA II
TEMA: ANÁLISIS LUCKACSIANO A LA NOVELA DISTURBIO DE
MIGUEL ÁNGEL MANRIQUE
PERTENECE A: ALEXANDER RODRÍGUEZ GUZMÁN
2013