Aniversario Mártires UCA · las cosas bien a pesar del mal ejemplo de los de arriba, sólo tiene...

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Transcript of Aniversario Mártires UCA · las cosas bien a pesar del mal ejemplo de los de arriba, sólo tiene...

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Centro Monseñor Romero, AÑO XXXI, No. 630-631, Oct. - Nov. de 2012

Mártires UCAAniversario

En el próximo número de Carta a las Iglesias publicaremos cómo fueron las celebraciones del XXIII Aniversario.

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La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristianaAdolfo Nicolás

Pág 9

Cincuenta años de inauguración del Concilio Vaticano IIJosé Ignacio González FausCristina LacroixCarlos Ayala

Pág 16

Invitados a la generosidadPadre Sariego

Pág 18

Crímenes del pasado y reconciliaciónJosé María Tojeira

Pág 20

Mi hermano es un mártir de la Teología de la LiberaciónCristina Martín Baró

Pág 22

Dean Brackley: Un legado de amor y de entregaElsy Mabel Rivera

Pág 19

Mensaje de la familia EllacuríaJosé Ellacuría sj

Pág 14

Escuelas de Teología PastoralSonia Suyapa Pérez Escapini

Pág. 2

La visión del poderosoJosé María Tojeira

En la última quincena hemos visto acciones, informes y opiniones que ofrecen la visión del poderoso en El Salvador. Es importante desenmascararla, porque de lo contrario puede quedar establecida como natural. La visión brutal del poderoso, cuando es medianamente inteligente, se suele repellar con consideraciones técnicas e incluso éticas. En este artículo avanzaremos desde las muestras más descarnadas de este pensamiento hasta las más sofisticadas.

Sin lugar a dudas, la más brutal de las opiniones que caracterizan al poderoso clasista y soberbio ha sido la expresada en el editorial de un matutino en el que se alababa, directamente y sin fisuras, la desigualdad. En el ámbito económico, equivale a la visión fascista de quienes piensan que las guerras son históricamente positivas porque han sido el motor del desarrollo científico. Desigualdad y guerra, dos modos de asesinar a los pobres, quedándose tranquilos quienes tienen dinero, seguridad o se van del país cuando los problema aprietan, mientras financian escuadrones de la muerte. Afortunadamente, la conciencia salvadoreña ya no tolera ese tipo de estupideces filonazis. Y las reacciones han sido lo suficientemente fuertes en las redes sociales como para que los mismos poderosos se preocupen por la salud mental de uno de sus más consentidos apologistas.

El desalojo de los vendedores que trabajan en nuestras calles, acusándolos de ser nido del crimen organizado y justificando la acción con el cumplimiento de la ley, es otra muestra, esta vez con invocaciones hipócritas a la legalidad, de la prepotencia de los poderosos. En un país donde casi la mitad de la población sobrevive en el comercio informal, la solución civilizada y pacífica no es golpear e insultar, sino buscar opciones racionales. Nada de eso parece caber en la cabeza del alcalde capitalino. El hecho de que el partido de los poderosos lo haya

La visión del poderosoJosé María Tojeira,

Director de Pastoral Universitaria

Haciendo la palma alusiva a Dean Brackley sj,para procesión de Los Farolitos 2012.

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Realidad Nacional

seleccionado para representarlo en la próxima elección marca en el fondo el modo clasista de pensar. La lucha de clases hoy es la que lleva a cabo el poderoso contra el débil, al que se victimiza cada vez más desde el poder económico y político.

La tercera muestra es la más sofisticada. Se ha dado a conocer en el país el informe de competitividad del Foro Económico Mundial. Institución que es el brazo permanente del que se conoce mundialmente como Foro de Davos. En otras palabras, el instrumento de análisis de los grandes millonarios del mundo. Y en este informe se nos dice que El Salvador ha bajado en competitividad, del puesto 56 al 101, en los últimos siete años. Ciertamente, se puede discutir si el país es hoy menos competitivo que ayer. Pero la pregunta clave es ¿competitividad al servicio de quién? Para los millonarios, por lo visto, El Salvador era más competitivo cuando se vendían las empresas del Estado al capital extranjero o cuando los propios ricos vendían sus activos a corporaciones transnacionales e invertían sus ganancias en construir centros comerciales o comprar tierras en Nicaragua. Por supuesto, Fusades y las asociaciones patronales no tardaron en usar este informe políticamente, olvidando sus errores permanentes y su propia irresponsabilidad social. Y es que es fácil mirar solo los errores del Gobierno actual —que los tiene— y silenciar los propios. Pero más allá de los errores o desaciertos gubernamentales, la hipocresía y la visión parcial de la realidad que expresan los ricos de nuestro país es escandalosa. Porque son precisamente ellos quienes tienen la mayor responsabilidad en los problemas de pobreza, falta de competitividad por bajos niveles educativos, desigualdad y violencia. ¿O no han sido ellos los que gobernaron el país durante más de cien años?

El informe está, además, plagado de errores, porque no se trata de un estudio científico, sino de simple percepción de los poderosos. Asegurar que las instituciones funcionaban mucho mejor en 2005 que en 2012 es olvidar la realidad del pasado. E incluso olvidan algunas de las aseveraciones que ellos mismos hacían entonces sobre una corrupción que, ciertamente, era muy superior a la actual. Hablar de una mayor fuga de cerebros cuando la migración ha descendido da un poco de risa. A no ser que estén considerando como fuga de cerebros la partida hacia Panamá del comentarista que alababa la desigualdad (aunque ese viaje más suena a fuga de capitales que de cerebros). Pero hay más. La cerrazón institucional a las víctimas de los abusos a los derechos humanos no tiene relación con la institucionalidad ni se contempla en el informe. Y aunque no se haya mejorado demasiado al respecto, es evidente que los derechos humanos no entran en la cabecita de esta gente al hablar de institucionalidad. Pensar que la salud y la educación estaban mejor en 2005 solo porque gobernaba el partido de los poderosos no es más que un sueño de personas que se recrean en su propia propaganda. Si a la Fuerza Armada le falta pedir perdón por los crímenes del pasado cometidos institucionalmente, los económicamente poderosos del país también tienen pendiente pedir perdón por su orgullo e hipócrita obstinación en creerse los salvadores de El Salvador. En realidad, este informe refleja únicamente la percepción de los ricos. Esos ricos que todavía no se han dado cuenta de que no son los únicos que tienen percepciones. Y de que la percepción de los pobres no solo es distinta a la de ellos, sino, en muchos aspectos, más atinada.

Desigualdad y guerra, dos modos de asesinar a los pobres, quedándose tranquilos quienes

tienen dinero, seguridad o se van del país cuando los problema aprietan, mientras

financian escuadrones de la muerte”.

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Realidad Nacional

La farándula nacionalCuando la política se toma a risa, algo funciona

mal. Es normal que todos veamos deficiencias en este arte de lo posible. O que en ocasiones descubramos en la política tintes trágicos. Pero cuando la política se vuelve objeto de burlas y de chistes, la situación suele ser desastrosa. La gente, la gran aguantadora de farsas e incluso crímenes, esa gente a la que llamamos pueblo o grandes mayorías, que sigue amando y tratando de hacer las cosas bien a pesar del mal ejemplo de los de arriba, sólo tiene en ocasiones como desahogo el humor. Y la creatividad se torna impresionante. Hasta llegar a decir jocosamente que el coronel Ochoa y Mauricio Funes tenían todo calculado desde el principio: Un plan de ataques mutuos para devolverle algo de fama al militar, que saliera así elegido por ARENA como diputado, y votara después agradecidamente por intereses de la coalición que gobierna la Asamblea. Las contradicciones en nuestra política son tan frecuentes que sólo con chistes descabellados se pueden comentar. Que el coronel Ochoa acuse de modos de actuación nazi a su actual partido, y defienda simultáneamente al coronel Monterrosa y sus tácticas en el Mozote es un ejemplo más de cómo la lógica tiene muy poco que ver con la política.

En estos ambientes de dimes y diretes con el coronel Ochoa, se ha manejado en la Asamblea el tema de los cambios de partido. Es difícil entender el griterío de los políticos al respecto, cuando el transfuguismo ha sido una realidad constante en todos los partidos. El FMLN ha tenido tránsfugas frecuentes, entre los que se han contado incluso dirigentes máximos de las más importantes fracciones en tiempo de la guerra civil. Entonces ARENA solía alabar a los que se salían del FMLN, y auguraba el fracaso próximo y la disolución del partido de izquierda.

Decía de los tránsfugas que su proceso era el signo de una conversión al realismo político y la democracia. Pero ARENA ha tenido también tránsfugas que entran y salen del propio partido como si éste fuera rueda de caballitos, incluidos fundadores y presidentes de Asamblea. Hoy pueden fundar un nuevo partido y mañana estar en el COENA. El propio coronel Ochoa fue primero diputado arenero, pasó posteriormente al PCN y vuelve a aparecer de nuevo como diputado de ARENA, gracias al apoyo que le dio con sus críticas el presidente Funes. Pensar que solo ahora se han tenido beneficios económicos con este sube y baja del instituto político correspondiente no es más que una falsa muestra de ingenuidad para la galería. La lotería le ha tocado a demasiados políticos en este país. También GANA, con su transfuguismo, ganó la lotería.

Aunque en todas partes se sancochan frijoles, la Asamblea ha capitalizado el colmo de la farsa. Sus maniobras en una supuesta defensa de la ética y la legalidad, y dirigidas contra los miembros de la Sala de lo Constitucional, pasarán a la historia como el esfuerzo de constituir una república “merinera”. En otras palabras, una versión criolla de las antiguas repúblicas bananeras, que tanto impacto tuvieron en países vecinos al nuestro. La costumbre de poner en las comisiones ético-jurídicas a los diputados con más tejado de vidrio y cola pateada, es tal vez la muestra más evidente de este tipo de república que da marcha atrás a algunos avances previos. Y mientras el ridículo campea en la Asamblea, la ley de partidos no sale. ¿La dificultad? La transparencia en dineros. El pueblo no tiene derecho a conocer de loterías ¿Relacionado con la república “merinera”? Decida Usted.

Las contradicciones en nuestra política son tan frecuentes que sólo con chistes descabellados se

pueden comentar”.

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Ponencia

“La Nueva Evangelización para la transmisiónde la fe cristiana”

Ponencia del padre Nicolás, 23 de octubre de 2012.

“No hemos incursionado con suficiente profundidad en las culturas en las que el Evangelio se proclamó de modo de ver esa parte del Reino de Dios que ya estaba ahí, enraizada y activa en los corazones y las relaciones de las personas. No tuvimos demasiadas ganas de encontrar el ‘factor sorpresa’ en la obra del Espíritu Santo, que hace crecer la semilla aun cuando el sembrador está dormido o el misionero ausente”, dijo en el momento de su intervención autocrítica en la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización el Prepósito General de la Compañía de Jesús, padre Adolfo Nicolás Pachón SJ.

“Viniendo de una orden misionera -comenzó diciendo el padre Pachón-, siento la obligación de reflexionar sobre nuestra historia. Difícilmente podemos pensar en una nueva evangelización a menos que estemos seguros de que hemos aprendido de la primera evangelización, tanto de nuestros aciertos como de nuestros errores, y de las insuficiencias que sufrimos en el deseo de comunicar el Evangelio.

“Vengo de una Tradición en la que fuimos alentados y entrenados en el propósito de encontrar a Dios en todas las cosas, en todos los acontecimientos y situaciones. San Ignacio tomó esta idea, sin duda, del Nuevo Testamento, donde, por ejemplo, San Pablo en su famoso discurso en el Areópago cita a uno de los poetas clásicos diciendo: “En Él (esto es, en Dios) vivimos, nos movemos y somos” (Hechos 17:27-28). Dios está presente y activo en cada comunidad humana, incluso si no somos

capaces de notar cómo o la profundidad de su presencia.

“Pues bien, temo que nosotros, los misioneros, no hemos buscado a Dios en todas las cosas con suficiente profundidad y por eso no hemos contribuido a la vida de la Iglesia con los descubrimientos que debimos hacer. No estoy culpando de ninguna forma a los misioneros en general, hablo solamente desde mi propia tradición, mi propia experiencia y mi propio grupo misionero. Estoy seguro de que muchos misioneros, incluso otros jesuitas lo han hecho mejor que yo.

“Ciertamente, hemos intentado ser positivos en nuestra visión de otras culturas y tradiciones. Pero me temo que lo que hemos visto han sido, en su mayoría, signos de fe y santidad occidentales (inclusive el Instrumentum Laboris, hablando de los frutos de la Fe, señala en los números 122 al 128 algunos signos, excelentes en sí mismos y fácilmente reconocibles por las Iglesias de Occidente). No hemos incursionado con suficiente profundidad en las culturas en las que el Evangelio se proclamó de modo de ver esa parte del Reino de Dios que ya estaba ahí, enraizada y activa en los corazones y las relaciones de las personas. No tuvimos demasiadas ganas de encontrar el ‘factor sorpresa’ en la obra del Espíritu Santo, que hace crecer la semilla aun cuando el sembrador está dormido o el misionero ausente.

“Estoy convencido de que esto se puede aplicar a la Missio ad Gentes así como a la Nueva Evangelización en el mundo moderno. Hasta donde sé, cada generación se queja de la siguiente, y considera que algo de la sabiduría del pasado se ha perdido. Y sin embargo, el

El 5 de octubre de 2012 se celebró en Roma un sínodo sobre evangelización con la presencia del papa y de doscientos sesenta y dos obispos. En El Salvador nos recuerda a Monseñor Romero, quien organizó un triduo para todos los sacerdotes de la arquidiócesis sobre la evangelización. Ofrecemos la ponencia, ligeramente editada, y un largo resumen de la entrevista que concedió el padre General de los Jesuitas, Adolfo Nicolás.

Adolfo Nicolás, Padre General de los Jesuitas, en el sínodo. Veraz, agudo, crítico y profético.

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Entrevista

Espíritu de Dios no ha estado ocioso, sino trabajando en los corazones de las personas y en las percepciones de los sabios. Toca a nosotros escuchar con mayor atención y una inmensa humildad para reconocer la voz de Dios donde no esperamos que pueda ser escuchada.

“Recuerdo que en mis años de seminarista me impresionó mucho un estudio sobre la Revelación en el Concilio de Trento, que publicaron los entonces profesores Karl Rahner y Joseph Ratzinger. Según ellos, cuando el Concilio de Trento hablaba de las Escrituras, se refería al Antiguo Testamento, mientras que cuando hablaba del Evangelio, consideraba que el Evangelio estaba presente en dos lugares: En los escritos del Nuevo Testamento y -aquí estaba la sorpresa- en los corazones de los fieles.

“Al no prestar suficiente atención a cómo Dios se manifiesta y ha estado trabajando en los pueblos que encontramos, nos perdimos pistas, intuiciones y descubrimientos importantes. Por eso, es ahora el momento de aprender de esta historia, de las carencias de la Primera Evangelización, y tiene que ser antes de pasar a la Nueva. Muchas cosas buenas han pasado, que vamos a querer mantener, desarrollar y celebrar. Al mismo tiempo somos conscientes de todos los errores cometidos, sobre todo cuando no se escuchó del todo a las personas, cuando juzgamos con enorme superficialidad los méritos de culturas y tradiciones ricas y antiguas, al imponer formas de culto que, en el mejor de los casos, no expresan las relaciones y sensibilidad de la gente cuando se volvían hacia Dios en oración y alabanza. “La plenitud en Cristo necesita de la contribución de todos los pueblos y todas las culturas. Hay muchas lecciones que podemos aprender del pasado, y que pueden ser de gran ayuda para la Nueva Evangelización. Permítanme solamente mencionar, brevemente, algunas antes de terminar:

Entrevista del 29 de octubre de 2012.

El Padre General concedió la siguiente entrevista.

Confieso haber tenido ciertas dudas acerca del Sínodo antes de que comenzara. Me preguntaba: ¿vamos a movernos en la acostumbrada dirección de “más de lo mismo”, o estamos dispuestos a mirar hacia adelante con valentía y creatividad?

La realidad del Sínodo ha sido compleja. Puedo indicar algunos puntos positivos, inspiradores y estimulantes (1), y otros que apuntan a ciertas áreas a las que la Iglesia, o al menos los Obispos y Padre Sinodales, incluyéndome a mí, no hemos llegado todavía (2).

1. Podemos integrar los puntos positivos en tres

categorías: a) Aportación geográfica. A esta categoría pertenecen

las presentaciones que nos proporcionaron una buena información de la situación, los problemas y, con frecuencia, los sufrimientos de algunos países -especialmente del Medio Oriente, África y Asia. El hecho de que Obispos de muchos países tengan la oportunidad de comunicar y cambiar impresiones, con entera libertad, acerca de sus experiencias y opiniones, es una de las características más atractivas del Sínodo.

La importancia de “las maneras de humildad” para comunicar el Evangelio. 2. La necesidad de afirmar “la verdad acerca de nuestra limitada e imperfecta humanidad” en todo lo que decimos y proclamamos, sin rasgos de triunfalismo. 3. La simplicidad del mensaje que tratamos de comunicar, sin complicaciones o racionalizaciones excesivas que lo vuelvan opaco e incomprensible. 4. Generosidad al reconocer la obra de Dios en la

vida y la historia de los pueblos, acompañada de sincera admiración, alegría y esperanza cada vez que encontremos en otros bondad y dedicación. 5. Que el mensaje más creíble es el que procede de nuestra vida, tomada totalmente y guiada por el Evangelio de Jesucristo. 6. Que el perdón y la reconciliación son los atajos más útiles al corazón del Evangelio. 7. Que el Mensaje de la Cruz es mejor comunicado a través de la muerte (de sí mismo y sus objetivos limitados) del misionero”.

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Entrevista

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b) Iniciativas interesantes en curso, especialmente las que se basan en proyectos de cooperación, redes o intercambios internacionales en los que toman parte laicos y movimientos laicales comprometidos. Esto se lleva a cabo no sólo en las sesiones plenarias sino, con más frecuencia, fuera de las sesiones en conversaciones informales que tocan esos puntos.

c) Reflexiones sobre los Fundamentos. El Significado y las Dimensiones de la Nueva Evangelización. En este punto hemos sido testigos de una gran unanimidad acerca de, entre otras, las siguientes cuestiones:*la importancia y necesidad de la experiencia religiosa (encuentro con Cristo);*la urgencia de una buena formación espiritual e intelectual de los Nuevos Evangelizadores;*la centralidad de la familia (la iglesia doméstica) como sitio privilegiado para el crecimiento en la Fe;*la importancia de la parroquia y sus estructuras que necesitan ser renovadas y abrirse más y más a una mayor participación del laicado y su ministerio;*la prioridad de la evangelización más bien que la expresión sacramental, como san Pablo decía de sí mismo: “enviado a evangelizar más que a bautizar”.*etc.

2. En cuanto a puntos “insuficientes” podría indicar los siguientes:

a) La voz del Pueblo de Dios no tiene ocasión de

expresarse. Es un Sínodo de Obispos y, por eso, no se cuenta con la participación activa del Laicado aun cuando un número de expertos y “observadores” (auditores) asisten como invitados. Me hizo recordar lo que dijo Steve Job: que él estaba más interesado en escuchar las voces de los clientes que las de los productores. Y en el Sínodo todos éramos “productores”.

b) Por eso era difícil evitar el sentimiento de que se

trataba de una reunión de “Hombres de Iglesia afirmando la Iglesia”, lo cual es ciertamente bueno pero no precisamente lo que necesitamos cuando estamos a la búsqueda de una Nueva Evangelización. Podemos caer en el peligro de buscar “más de lo mismo”.

c) Falta de reflexión sobre la Primera Evangelización

y por eso sabemos muy poco acerca de si y qué hemos aprendido de su larga historia y sus mejores momentos, y de lo que nos han enseñado nuestras propias equivocaciones. Esta omisión podría tener consecuencias

muy negativas.

d) La deficiente consciencia y conocimiento de la Historia de la Evangelización y el papel que los Religiosos, hombres y mujeres, han desempeñado en ella. En algunos momentos la Vida Religiosa fue ignorada; en otros momentos recibió una mención casual y perentoria. No es que nosotros, los Religiosos, necesitemos ulterior confirmación: pero querría expresar mi preocupación acerca de que la Iglesia se exponga a perder su propia memoria.

e) Quizás el punto más débil fue la metodología que

determinó la marcha del Sínodo, similar al viejo modo de organizar nuestras Congregaciones Generales. Espero, sin embargo, que la complejidad de la realidad y las necesidades del futuro ayudarán a la Iglesia en la tarea de ajustar sus procesos para conseguir mayores frutos apostólicos.

Obviamente fue un tiempo de mucha reflexión,

aprendizaje y desafíos. La invitación a profundizar en nuestra fe, propuesta por el Santo Padre, puede ayudarnos a la hora de confrontarnos con las más profundas dimensiones de la Nueva Evangelización. La realidad que nos rodea se ha hecho mucho más compleja de lo que nosotros podemos controlar individualmente, mientras que el reto original de nuestra Misión para servir a las almas y a la Iglesia, continúa y crece.Tengo la esperanza que los jesuitas responderán a los nuevos retos con la profundidad que viene de nuestra apropiación de la espiritualidad ignaciana y de uno estudio serio de nuestro tiempo.

Rezo para que las reflexiones en nuestras comunidades y apostolados en el Año de la fe nos ayudará a renovar nuestro espíritu y nuestra misión.

Respuesta a las preguntas.

P. Su intervención en el Sínodo versó sobre los “Signos Europeos de Santidad”. ¿Qué significa eso? ¿No son universales los signos de santidad?

R. Naturalmente. Los signos que buscamos en

un santo tienen valor universal y son expresiones de diferentes dimensiones de la vida de Dios tal como se hacen visibles entre nosotros. Hablamos aquí de caridad, compasión, servicio a los que sufren, a los que están en necesidad, solos y afligidos. Lo que yo quería decir es que nos hemos acostumbrado a estos signos sin

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Entrevista

pensar que podría haber otros signos. Si este fuera el caso, ¿no aparecería un Dios muy limitado, previsible, e incluso reducido a la capacidad europea de “ver” signos conocidos de su presencia y acción? Sin la menor sombra de duda, reconozco esos signos como buenos, creíbles y sólidos. Mi pregunta apuntaba a lo que podemos haber perdido por no descubrir otros signos; por no ser capaces de sorprendernos y asombrarnos delante de la acción creativa de Dios en “otros”; en personas que pertenecen a culturas, tradiciones y afinidades étnicas diferentes. Poco antes del Vaticano II, el P. Jean Danielou escribió un libro titulado “Santos Paganos”: un libro provocativo e inspirador al mismo tiempo. Pero quizás esos santos no fueron, después de todo, paganos.

P. ¿Puede Vd. ofrecernos algunos signos de lo que

considera santidad “asiática”? R. Con mucho gusto. De hecho, anticipando esta

pregunta, he consultado a expertos en la materia. Me complace decir que ha sido una consulta muy fructuosa. Déjeme darle algunos ejemplos de esos signos: piedad filial que en ocasiones alcanza niveles heroicos; la búsqueda totalmente absorbente del Absoluto, y el gran respeto que se tributa a los que se dedican a ella; la compasión como modo de vida que surge de una profunda conciencia de la fragilidad e impotencia humana; tolerancia, generosidad y aceptación de los otros; apertura de mente; reverencia, cortesía, atención a las necesidades de los otros...etc. Resumiendo: quizá pudiéramos decir que si nuestros ojos estuvieran abiertos a lo que Dios hace en las personas (¡y en los pueblos!) seríamos capaces de ver mucha más Santidad alrededor nuestro, y muchos de nosotros nos abriríamos al desafío de vivir la Vida de Dios de un modo nuevo que podría ser más adaptado a nuestro verdadero modo de ser...o al modo que Dios quiere que seamos.

P. ¿Cómo es posible que los misioneros, o la Iglesia,

no hayan sido capaces de “ver” esos maravillosos signos como obra de Dios?

R. A veces es muy difícil interpretar por qué no ocurre

algo. Uno tiene la tentación de acudir a explicaciones que podrían ser correctas pero también podrían ser teorías ajenas a la cuestión. Quizás no nos sentimos a gusto con un Dios de sorpresas; un Dios que no sigue necesariamente la lógica humana; un Dios que siempre

saca lo mejor del corazón humano sin violentar las raíces culturales, o la religiosidad de la gente sencilla. ¿Quién sabe? Nosotros afirmamos con entusiasmo la libertad de Dios, pero no le damos ocasión de influir en nuestras vidas...O quizás hemos “visto” esos signos con respeto e incluso con asombro, pero no estamos seguros de lo que significan...o quizás somos incapaces de desarrollar una razonable teoría acerca de ellos.

P. Lo que está Vd. diciendo es que hay “santidad”

fuera de la Iglesia. Pero si hay “santidad” ¿no deberíamos decir también que hay salvación?

R. ¡Por supuesto! Eso lo sabemos desde siempre. Es

parte de la libertad de Dios. Dios es libre para hacer lo que Dios quiere con su pueblo (hombres y mujeres) en cualquier situación y cualquier contexto. Jesús nunca tuvo dificultad en reconocer en un soldado pagano de Roma o en una mujer extranjera, una profundidad de fe que faltaba entre sus propios discípulos. ¡Pero yo no tengo una teoría propia de salvación! ¡Así le ahorro su siguiente pregunta! Mi preocupación más profunda es encontrar cómo Dios actúa en la gente, y así cooperar con el trabajo de Dios. De este modo no me puedo equivocar: si construyo una teoría ciertamente podría equivocarme.

P. A la luz de la Nueva Evangelización, ¿cómo cree Vd.

que debería presentarse la responsabilidad de la Iglesia en sus esfuerzos por llevar paz y armonía al violento mundo en que vivimos?

R. Estoy convencido de que todo lo que hacemos nace

en lo más profundo de nuestro “yo”, de lo interior. Es el fruto de nuestra fe, de nuestras relaciones (incluida la relación con Dios), nuestros amores y nuestras esperanzas. Si lo más profundo del “yo” está en comunión con el Dios de la Paz, Justicia y Compasión que creemos forma parte de nuestra fe, entonces viviremos, actuaremos y hablaremos Paz, Justicia y Compasión. Aunque el mundo a nuestro alrededor se haga más violento, eso no quiere decir que también nosotros nos hagamos violentos; al contrario, nuestro compromiso -nacido del corazón- con la paz y el diálogo se hace mucho más relevante y se convierte en una mejor proclamación del Evangelio en que creemos. Naturalmente esto toma diversas formas cuando pensamos en la Iglesia y muchas de las actividades e iniciativas que provienen de cristianos comprometidos.

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Concilio Vaticano II

Cincuenta años de inauguración del Concilio Vaticano II

Réquiem por un buen ConcilioJosé Ignacio González Faus

-¡Qué bonita es la primavera!

- Pero dura poco...Este diálogo de “El séptimo sello” de Ingmar Bergman reverdece hoy, 11 de octubre, a los cincuenta años del comienzo del Vaticano II y su fugaz primavera. Un florecer preparado por años de estudio lento, en los llamados movimientos bíblico, patrístico y litúrgico, más la adopción de filosofías distintas de la aristotélica (hegeliana y heideggeriana sobre todo), como instrumental filosófico para la reflexión sobre la fe, por el relieve dado a la historia y a la experiencia personal.

Veamos rápidamente las enseñanzas fundamentales de aquel Concilio.

1.- Lo que llamamos “revelación” no es un puñado de verdades inconexas sino una donación o comunicación personal de Dios. Por eso hay una jerarquía en las verdades reveladas, que deben formar todas entre si un conjunto orgánico.

La UCA sí ha hecho un esfuerzo por recordarlo. El 5 de septiembre hubo un panel con teólogos jesuitas de toda América Latina. Las últimas Carta a las iglesias lo han recordado. Y está por salir un número de la Colección Centro Monseñor Romero, de 163 páginas sobre el Concilio.

Ahora publicamos tres textos, muy verdaderos y por ello también críticos. En conjunto evalúan muy positivamente al concilio, pero son críticos del modo de mantenerlo en nuestros días.

2.- La Iglesia no es una sociedad de desiguales sino una comunidad de iguales. Debe llamarse pueblo, pero pueblo “de Dios”, reflejando así la comunión igualitaria que define al Dios “Unitrino” según la fe cristiana. La palabra comunión es una de las más frecuentes en los textos conciliares sobre la Iglesia.

3.- La autoridad eclesiástica no está por encima de la Palabra de Dios, sino para servir y obedecer a esa Palabra.

4.- La Iglesia no es la curia romana ni la llamada “jerarquía” sino ese pueblo de Dios: los laicos. La misión que define a la Iglesia (el apostolado) forma parte de la tarea del laicado. Los laicos no existen para que “la iglesia” (entendida ahora como jerarquía) tenga algún campo sobre el que ejercer su poder sagrado.

5.- Precisamente por eso, la Iglesia no es un “poder sobrenatural” superior a este mundo, sino una “señal eficaz” de esa comunión plena a la que también el mundo aspira. Ni pretende a ser escuchada apelando a una autoridad divina exterior a ella, sino por lo que ella misma significa.

6.- La Iglesia quiere actuar en la historia como colaboradora íntima de todo el género humano:

El silencio de la Iglesia institucional salvadoreña.

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Concilio Vaticano II

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sabiendo que no tiene respuesta para todo y que ha aprendido y puede aprender mucho de la historia humana (creyente o increyente). Pero también que tiene algo muy importante y decisivo que aportar a la humanidad.

7.- La liturgia como alma de la Iglesia ha de ser, por eso, más participativa y más asequible para el pueblo de Dios.

8.- Los derechos humanos no son una pretensión orgullosa contraria a los derechos de Dios, sino la forma como Dios quiere que se realicen sus derechos divinos.

9.- En su servicio al mundo la Iglesia sabe que éste aspira también a una comunión plena e igualitaria. Ello significa limitaciones importantes tanto en la concepción de la autoridad como en el llamado derecho de propiedad.

10.- Precisamente por eso, la libertad religiosa es verdad fundamental para el cristianismo: porque Dios quiere de los hombres la bondad; y no puede haber bondad si no brota de la libertad.

No todo es ahí perfecto. Faltan dos puntos importantes: que la Iglesia es “Iglesia de los pobres”, y la necesidad de una profunda reforma de la curia romana, que la asamblea conciliar se cansó de reclamar en vano.

Pero, sin ser perfecto, era una prometedora aurora, abortada por el último punto evocado: la curia romana se negó a reformarse. La pelea, fraterna y tácita, que atravesó todo el concilio entre el episcopado universal y la curia, se resolvió a favor de ésta: “los obispos se irán, la curia se queda” había dicho un monseñor cuando los debates conciliares iban desmontando, sistemática y respetuosamente, todo lo preparado por la curia.

Para esta infidelidad manifiesta sirvieron de excusa los años inmediatos al Concilio: las aguas tanto tiempo reprimidas se desbordaron por las brechas abiertas, rompiendo a veces la presa y provocando una breve inundación de descontrol. La sabiduría bíblica y la fe en el Espíritu Santo habrían reclamado de la autoridad eclesiástica un poco de calma: esperar que las aguas volvieran a sus cauces y acelerar la puesta en acto de las enseñanzas conciliares.

En vez de eso se culpó al Vaticano II de aquel desconcierto; el nuevo Código de Derecho Canónico enterró la colegialidad (concreción práctica de la comunión antes citada); y las reformas conciliares que habían comenzado a ponerse en marcha quedaron desleídas en meros retoques de fachada de eficacia dudosa (caso del sínodo de obispos, por ejemplo).

Cincuenta años después, el resultado es la profunda crisis actual de la Iglesia, principalmente en Europa, porque el Concilio había sido todavía demasiado eurocéntrico. “Si oís Su voz, no endurezcáis el corazón” rezaba el salmista, desobedecido en los cincuenta años siguientes.

Hacia 1969 comenzaron a oírse voces que denunciaban el peligro de una infidelidad o un “invierno eclesial” y una “marcha hacia el gueto” (K. Rahner). Y este mismo 2012 aparece un volumen- antología de textos de todo el mundo (desde 1969 a 2006), que avisaban sobre el rumbo anticonciliar que iba tomando la iglesia oficial y los peligros que esto podía suponer.

El libro (“Clamor contra el gueto”) lleva un apéndice redactado por los editores: “Crónica de una crisis anunciada”. Es todo cuanto se podía decir.

Ojalá pues volvamos a oír Su voz y no endurezcamos el corazón...

¿De veras se abrió la ventana?Cristina Lacroix, Hermanita del Evangelio

En la UCA se dio una charla sobre los aportes de Vaticano II y sus implicaciones en la vida eclesial de América Latina. Se habló del tema de la opción por los pobres, el cual no fue, en el Concilio, un tema prioritario. Me puse a pensar después acerca de lo novedoso que trajo este acontecimiento del Concilio para la vivencia católica post-conciliar.

Me parece que lo más relevante fue la nueva visión sobre la Iglesia apegada más al Evangelio y la nueva articulación entre sus miembros en vista al proyecto prioritario de Jesús: el Reino que Él hecho a andar. Lo que conlleva un nuevo papel del laicado llamado ha ser protagonista más activo y no “consumidor” de actos religiosos.

En los años de la apertura del Concilio, en la prensa, circulaba un dibujo tipo caricatura que presentaba el anciano Papa Juan XXIII, con una larga sonrisa de bonachón que abría una ventana. La cuña decía: “Abramos la ventana de la sacristía para que entre el

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Concilio Vaticano II

aire fresco de afuera. Aquí se huele a moho”. Mensaje claro que expresaba este desafío: la Iglesia ha de abrirse al mundo, al vasto mundo donde está inmersa. ¿Y quién hace parte de este mundo sino el inmenso pueblo de los seglares, más de 95% de las fuerzas vivas de la Iglesia? Aquí en América Latina son muchos los que profesan su fe católica y quieren trabajar por su Iglesia. Por lo tanto ¿a qué se debe que los principios cristianos no son motor de una praxis cristiana? Como lo subraya el Concilio (G.S.# 43) “La separación entre la fe y la vida diaria de muchos debe ser considera como uno de los mas graves errores de nuestra época”. Las iglesias están llenas, los movimientos religiosos de toda índole hoy en auge. Los hermanos separados proliferan con mucha visibilidad en el espacio público. Se puede decir que los laicos, muy solicitados por sus respectivas Iglesias, están al pie del cañón para comprometerse en “las cosas de la Iglesia”, como dicen. ¿Qué ponen atrás de esta expresión? Se empeñan en talleres, cursos, ministerios de alabanza, retiros, largas vigilias, múltiples actividades de venta para recoger fondos a favor de dicha Iglesia. Este gran celo para actuar en general propiciado por los pastores es ciertamente admirable. Además nuestros católicos se vuelven orgullosos de andar como los evangélicos la Biblia bajo el brazo. Hay una tremenda competencia entre grupos religiosos para ocupar el espacio público. Se abre la ventana de la sacristía y queremos que la gente venga donde nosotros y esta ventana vamos a cerrarla después. ¡Hay tantos peligros en el mundo de hoy! Es el movimiento contrario al movimiento que el Concilio quería proponer: ir hacia fuera para transformar la realidad de afuera y no tanto para mejorar la sacristía y que se la viera bonita.

Ciertos seglares muy generosos se ven tan comprometidos en “las cosas de Dios” que no hay noche que no se los jalen para una reunión de la Iglesia. ¡Qué tiempo les queda ( algunos incluso estudian y trabajan) para el sano esparcimiento con su familia, para convivir en el barrio, para participar en los eventos no-religiosos y sin embargo tan importantes para la vida ciudadana. Casi se culpabilizan si un día no pueden asistir a algo en la Iglesia porque tienen un asunto de familia o de salud. Siempre me ha impactado el hecho de que Jesús haya dedicado treinte años a no estar aparentemente en las cosas de su Padre (salvo en el Templo de Jerusalén que narra Lucas 2,49 “Tengo que preocuparme de los asuntos de mi Padre”). Es un largo tiempo “perdido” según los criterios que a veces se manejan hoy día en las parroquias. Sin embargo “Jesús quiso llevar la vida de un trabajador de su tiempo y de su región” (G. S. # 32). Vida común, sencilla que nos llama la atención. El estaba

en el mundo, fuera de la sacristía, aun se cumplía con los ritos normales de los judíos religiosos. Pero El, nunca perteneció al mundo de los sacerdotes, de los escribas y de los doctores de la ley…Era un seglar de Nazaret. Treinte años mezclado en la vida de sus compatriotas, en la sociedad civil donde quería dignificar a la persona humana. Con Jesús se terminaba lo de afuera y lo de adentro (con su muerte se rasgó la cortina del Templo).

Como buen seglar que era Jesús, amaba la vida, tenía amistades, comía con ellas, conversaba, sabía festejar los buenos momentos…etc. Nada de un religioso las 24 horas en la “sacristía”. Claro que Jesús en su parábola famosa nos invita a trabajar en su viña, a no quedarnos ociosos. Pero su viña tiene las dimensiones del mundo entero y todo trabajo haciendo el bien por amor, entra en los planes de Dios con tal de que este trabajo sea generador de vida y que se siga “dilatando el Reino”. Un padre o una madre de familia que “pierde” tiempo en escuchar a sus hijos en la casa, en orientarlos, está cumpliendo su tarea en la viña del Señor. ¡Cuántos hijos de seglares comprometidos en las parroquias se quejan que sus padres los descuidan! Esta desviación en lo prioritario de un compromiso seglar, Juan Pablo II la señala hablando de “las tentaciones a las que no siempre han sabido sustraerse los seglares, la tentación de reservar un interés tan marcado por los servicios y las tareas eclesiales de tal modo que frecuentemente se ha llegado a una practica dejación de sus responsabilidades especificas en el mundo profesional, social, económico, cultural y político; y la tentación de legitimar la indebida separación entre fe y vida, entre la acogida del Evangelio y la acción concreta en las más diversas realidades temporales y terrenas” (introducción a la exhortación de Juan Pablo II “Christi Fideles Laïci”). El compromiso del laicado es pues ante todo de “índole secular” como lo recalcaba con nitidez el documento del Concilio L.G.# 31. Además hay el riesgo que se corre en algunos lugares de ver a seglares tan entregados al compromiso parroquial que se convierten en “seudo-clérigos” acumulando los compromisos, estando en todo, sacrificando por lo tanto la vida intrafamiliar. El # 23 de C.F.L. estigmatiza esta desviación cuando habla de esta “tendencia a la clericalización de los fieles laicos y el riesgo de crear de hecho, una estructura eclesial de servicio paralela a la fundada en el sacramento del orden”. Es de notar que el liderazgo asumido con mucha generosidad en la Iglesia compensa, a veces, la ausencia del liderazgo que la sociedad civil ofrece a los pobres. Pero no puede estar la sociedad civil fuera del mundo de Dios, fuera del Reino. Evangeli Nunciandi de Pablo VI, posterior a los textos del

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Concilio martilla lo siguiente: “El campo propio de la actividad evangelizadora de los laicos es el dilatado y complejo mundo de la política, de la realidad social, de la economía así también de la cultura, de las ciencias y de las artes”- # 70. En Europa, los fundadores de la Unión Europea después de tantas guerras fratricidas fueron valientes cristianos. Son los retos del juicio final en Mateo 25 donde la praxis cristiana es “la fuerza de transformación del mundo tal un fermento que obra la verdadera santificación” (L.G. # 31).

En fin si el Concilio abría de par en par las puertas de la Iglesia para que entren los seglares “cada cual con su taburete”, no es para que ellos se conviertan en ovejas sumisas a la autoridad eclesial solamente aptas para ejecutar sin discutir lo que se les pide. Obedecer no es sumisión ciega. ¿Quién más que Jesús sabe escuchar, proponer y no imponer? El Espíritu Santo no debería estar secuestrado en la Iglesia (Ex.18,20), es propiedad de todos los bautizados que comparten la misma dignidad bautismal : “Para ustedes soy el obispo, con ustedes soy el cristiano” dice San Agustin. Cuando Jesús pidió a Pedro apacentar a sus ovejas, el requisito fue “¿me amas más que estos?”. No es un yugo que se añade a todos los yugos pesados que muchos pobres ya cargan sobre sus hombros. La Iglesia, como en la parábola de Jesús que habla de un árbol donde vienen anidar los pájaros, debe ser un lugar de respiro y vivencias de esperanza y alegría. A veces Jesús ha disuadido a algunos que querían seguirlo más de cerca “Vuélvete a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti”(Lc 8,38), dice el Señor al endemoniado curado por El. Los Prisca y Aquilas (Rm 16,3) que elogia Pablo cuando habla de “mis cooperadores en Cristo Jesús” son hoy día más que nunca indispensables. ¡Pero hay tantas maneras de obrar para que se haga realidad el Reino! Cooperar con todas las personas de buena voluntad se vuelve tarea “original, insustituible e indelegable para el bien de todos”, C.H.L:#28.

“¡Venga tu Reino Señor!”

¿Renovación o conversión?Carlos Ayala Ramírez

Es lugar común reconocer que la reunión marcó una época nueva en la vida de la Iglesia católica. Uno de los obispos conciliares, monseñor Léon Arthur Elchinger, lo planteó de forma magistral en una de las plenarias donde se discutía el primer esquema de la Constitución sobre la Iglesia (Lumen gentium).

“Ayer la Iglesia era considerada sobre todo como una institución; hoy la vemos muchos más claramente como comunión. Ayer se veía sobre todo al papa; hoy estamos en presencia del obispo unido al papa. Ayer se afirmaba el valor de la jerarquía; hoy se descubre el pueblo de Dios. Ayer la teología ponía en primera línea lo que separa; hoy lo que une. Ayer la teología de la Iglesia consideraba sobre todo su vida interna; hoy es la Iglesia vuelta hacia el exterior”.

Hablar de recepción del concilio es ponderar cómo se han procesado estos cambios en las distintas realidades eclesiales y sus respectivos contextos históricos. El teólogo Yves Congar define la recepción como el proceso mediante el cual un cuerpo eclesial hace verdaderamente suya una determinación que él no se ha dado a sí mismo, reconociendo en la medida promulgada una regla que conviene a su vida. No se trata, pues, de una actitud predominantemente pasiva de asimilación y obediencia, sino que implica un aporte propio de discernimiento y enriquecimiento de lo recibido. Leonardo Boff habla de la recepción creativa, en la que los destinatarios son coautores en la medida en que insertan el mensaje en los contextos vitales en que se encuentran.

Si ocurrió en América Latina: “El Vaticano II dejó perfectamente claro que no es el mundo el que está en la Iglesia, sino la Iglesia la que está en el mundo como signo sacramental de salvación y de unidad. En América Latina se ha hecho la siguiente pregunta: ¿cuál es el mundo en el que debe estar preferentemente la Iglesia como sacramento de salvación? Y la respuesta es: el mundo de los pobres (…) El Vaticano II habla muchas veces del misterio de salvación; y aquí se ha entendido concretamente la salvación como el proceso de liberación integral (…) El concilio habló de la pobreza en el mundo y de los pobres; y aquí, en América Latina, se

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ha dado contenido político a la pobreza, que no es algo inocente ni natural, sino algo producido por mecanismos económicos y políticos”.

Medellín representa uno de los mejores ejemplos de recepción creativa. No buscaba solo una aplicación, sino una relectura de los documentos del Vaticano II, desde la propia realidad latinoamericana. La recepción y puesta en práctica implicó no solo un proceso de adaptación y puesta al día, sino, sobre todo, un hondo proceso de conversión de toda la Iglesia en aspectos sustanciales de la vida eclesial. Citemos tres ejemplos.

Primero, frente a una Iglesia triunfalista, el Vaticano II proclamó una Iglesia servidora de la humanidad (Gaudium et spes, 40-43), que sigue el camino de Jesús pobre y humilde (Lumen gentium, 8). La Iglesia no es el Reino de Dios, sino solo su semilla en la tierra (LG, 5), atenta a los signos de los tiempos (GS, 4, 11, 44).

Segundo, frente a una Iglesia clerical, el Vaticano II introduce el concepto bíblico de pueblo de Dios, pueblo de bautizados que tienen la misma fe, una misma Escritura, se nutren de la eucaristía y poseen pluralidad de carismas del Espíritu (LG, 12). El hecho de poner en la Lumen gentium el capítulo sobre el pueblo de Dios antes de hablar sobre los distintos ministerios y carismas fue una gran revolución eclesiológica. La jerarquía se inscribe dentro del pueblo de Dios, no al margen ni por encima.

Tercero, frente a la concepción de la Iglesia juridicista, el Vaticano II destaca la dimensión de ministerio (LG, 1), Iglesia de la Trinidad que nace del Padre, está animada por el Espíritu (LG, 4) y refleja la luz de Cristo (LG, 1). El axioma clásico “fuera de la Iglesia no hay salvación” queda reformulado desde otra perspectiva: la Iglesia es el sacramento universal de salvación.

Sobre este punto —y desde nuestra propia realidad—, en la Segunda Carta Pastoral de monseñor Óscar Romero (“La Iglesia, Cuerpo de Cristo en la historia”) encontramos una recepción creativa e historizada de la Iglesia como “signo” (sacramento). La Iglesia, afirmaba monseñor Romero, está en el mundo para significar y realizar el amor liberador de Dios, manifestado en Cristo. Por eso, él siente preferencia por los pobres (LG, 8). Porque ellos son los que ponen a la Iglesia latinoamericana ante un desafío y una misión que no puede soslayar y al que debe responder con diligencia y audacia.

Monseñor Romero entendió la persecución de la Iglesia como una consecuencia que le sobreviene al pueblo de Dios, cuando por fidelidad al Evangelio busca transformar un mundo dominado por la injusticia, la mentira y la muerte. Él lo expresó en los siguientes términos: “Mientras la Iglesia predica una salvación eterna y sin compromisos en los problemas reales de nuestro mundo, la Iglesia es respetada y alabada, y hasta se le conceden privilegios. Pero si la Iglesia es fiel a la misión de denunciar el pecado que lleva a muchos a la miseria, y así anuncia la esperanza de un mundo más justo y humano, entonces se la persigue y calumnia”.

¿Cómo debemos celebrar los 50 años de este concilio? Ofrecemos dos pistas. El papa Pablo VI señaló en su momento que la tarea del concilio ecuménico no había quedado totalmente concluida con la promulgación de sus documentos. Estos representaban más un punto de partida que una meta alcanzada. En consecuencia, hay que releer, interpretar e historizar desde los propios desafíos. Por su parte, Juan Pablo II, en el marco de la celebración del jubileo del año 2000, planteó en la carta apostólica Tertio Millennio Adveniente, la necesidad de un examen de conciencia que evaluara la recepción del concilio. Y propuso algunas interrogantes.

¿En qué medida la Palabra de Dios ha llegado a ser plenamente el alma de la teología y la inspiradora de toda la existencia cristiana, como pedía la Dei Verbum? ¿Se vive la liturgia como “fuente y culmen” de la vida eclesial, según las enseñanzas de la Sacrosanctum concilium? ¿Se consolida, en la Iglesia universal y en las iglesias particulares, la eclesiología de comunión de la Lumen gentium, dando espacio a los carismas, los ministerios y las varias formas de participación del pueblo de Dios? ¿Se siguen las directrices conciliares —presentes en la Gaudium et spes— sobre el estilo de las relaciones entre la Iglesia y el mundo? ¿Son relaciones de diálogo abierto, respetuoso y cordial?

La celebración del quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II es una buena oportunidad para que los hombres y mujeres de la Iglesia respondan con honradez a estas y otras preguntas, a fin de retomar el camino de una fecunda vivencia de la fe cristiana. Esto significa no solo dar continuidad a la renovación, sino algo más de fondo: entrar en un proceso de conversión.

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Escuelas de Teología Pastoral

XIV encuentro de las Escuelas deTeología Pastoral

Sonia Suyapa Pérez Escapini Coordinadora Profesorado y Escuelas de Teología Pastoral

El Departamento de Teología de la UCA convoca cada año al alumnado del Diplomado en Teología a que se sumen al XXIII aniversario en el que conmemoramos a nuestros mártires de la UCA y del país. Celebramos este décimo cuarto encuentro en el Auditorium Ignacio Ellacuría el recién pasado sábado 3 de Noviembre participando más de 500 personas.

Se convocó al evento a través de nuestra red de doce

equipos locales a las ETP ubicadas en seis Departamentos de nuestro país, con los cuales la UCA vincula este proyecto con la Iglesia local. Los participantes provienen de los Departamentos de Chalatenango, Usulután, La Paz, La Libertad, Sonsonate y San Salvador. El tema que les invitamos a reflexionar en esta ocasión fue “La Teología de la Liberación”. La inauguración estuvo en las palabras del P. Rafael de Sivatte sj, Jefe del Departamento de Teología de la UCA, quien en ausencia del Rector P. Andreu Oliva, leyó un mensaje que envió especialmente para esta jornada animando a seguir adelante a la población inscrita en este programa de formación teológica.

Razón de ser del tema

Queríamos favorecer el diálogo generacional de los agentes de pastoral, con ese aporte poco conocido formalmente en la conciencia eclesial. Vimos necesario poner en perspectiva actual esta reflexión teológica tan difamada, ignorada y desconocida en su carácter sistemático en los ámbitos de formación pastoral e incluso en los discursos interdisciplinarios que abordan la realidad del país.

La Teología de la liberación recoge y anima a la consolidación de una inteligencia de la fe cristiana negada por sus detractores a sus sujetos y destinatarios históricos. Son algunos sectores que, privilegiando sus intereses de poder, la señalaron como amenaza y no como esperanza de los oprimidos en cualquiera de sus rostros. Hoy día, asumiendo que vivimos un proceso de asunción del modelo de Iglesia Pueblo de Dios, presentado en el Concilio Vaticano II, consideramos un gesto de honradez con lo real valorar ante las nuevas generaciones este modo de vivir y pensar la fe, este modo de dar razón de ella con la vida y con el pensamiento. Desde abajo y desde la esperanza que desata la memoria de nuestros mártires.

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Escuelas de Teología Pastoral

Al mismo tiempo, esta Teología Latinoamericana y liberadora es un legado unido entrañablemente a la memoria histórica del continente y del devenir nacional. Fue la inteligencia de la fe la que dio razón del profetismo cuando este fue más cuestionado y la única que abiertamente, y a pesar de las resistencias oficiales, ha sostenido la memoria martirial en el seno de nuestra historia de la Iglesia Salvadoreña, y en particular desde el quehacer universitario de la UCA.

Las ponencias y las líneas de debate

Este año el P. Josep Giménez, teólogo visitante del Departamento de Teología procedente de Barcelona, disertó sobre “Las intuiciones del Concilio Vaticano II para la Teología Latinoamericana de la Liberación” y el P. Jon Sobrino nos habló de la vigencia de una teología de la liberación en la actualidad.

Luego de las conferencias la gente participante en el evento se reunió en el campus de la UCA para reflexionar juntos sobre varios temas que se abordaron en su relación con la Teología de la Liberación hoy: Pobres, ecología, mujeres, Iglesia, población con discapacidad, pueblos

originarios, sociedad secularizada, jóvenes, orden económico. Se les pidió pensar juntos en posibilidades de salvación-liberación en ellas.

Esta dinámica fue conducida con la participación de estudiantes de teología de Licenciatura y Profesorado, que apoyan como facilitadores del debate en el evento. El lema que animó el espíritu del día fue “Liberación del ser humano, compromiso cristiano”.

Por la tarde tuvimos un acto cultural artístico, el plenario para poner en común las reflexiones de las 9 aulas del debate, y una oración final para fortalecer el compromiso cristiano que tenemos como seguidores y seguidoras de Jesús en la Iglesia y en el mundo.

Se hizo memoria de todos los mártires y de cómo su ejemplo de entrega generosa fortalece hoy la vocación de cada uno y cada una, en la misión del Reino de Dios que nos une e inspira para seguir hoy con la mayor fidelidad posible, a Jesús.

Representantes de las Escuelas de Teología Pastoral de los departamentos de Chalatenango, Usulután, La Paz, La Libertad, Sonsonate y San Salvador.

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Aniversario Mártires UCA

Queridas hermanas y hermanos:

Un año más nos reunimos en esta memorable cripta de Catedral para recordar junto a la tumba de Mons. Romero, la vida y el martirio de nuestros hermanos jesuitas y sus colaboradoras, asesinados todos el 16 de noviembre de 1989. La Universidad Centroamericana ha elegido como lema de este 23° aniversario, unas evocadoras palabras del P. Ellacuría “Una vuelta a los pobres por amor, es una vuelta al Evangelio”.

Las escenas de las lecturas de este domingo son ciertamente una vuelta a los pobres con amor y están todas ellas cargadas de provocadores contrastes. La grandeza de Elías frente a la pobreza de una viuda pobre, el sacerdocio de la antigua Alianza frente al sacerdocio de Cristo, la escena en fin de los escribas paseando orgullosos ante el Templo mientras una mujer pobre deposita su humilde limosna.

Elías fue el gran profeta venerado por el pueblo de Israel. Por un lado débil y humano sintió el peso de ser testigo de Dios en el mundo; de otra parte la Palabra de Dios no le permitió callar. Al final de su vida entregó su manto a Eliseo y la pasión profética por Yahvé.

Estos textos y este hombre nos evocan y recuerdan a nuestro querido Mons. Romero. Monseñor, como Elías anunció y denunció con valentía la inmoralidad injusta. Se opuso al despojo de las tierras y a la adoración de los baales o falsos dioses. Como Monseñor, Elías, en medio de las pruebas, siempre supo mantenerse fiel a su fe en el Dios a quien amaba apasionadamente. Por eso a lo largo de su historia, el pueblo de Israel siempre guardó una especial admiración hacia él.

Es imposible no descubrir en el relato sobre esta pobre mujer viuda que está recogiendo la leña, el rostro colectivo de nuestro pueblo salvadoreño al que Monseñor y nuestros mártires tanto amaron. Aquella mujer no hablaba, sólo trabajaba con sus medios sencillos para alistar alimento a un huésped. No tenía nada, pero como nuestro pueblo poseía la inmensa riqueza de la fe en Dios. Un pueblo religioso que sabe buscar a Dios y cuya fe nunca han podido apagar ni pobrezas, ni guerras, ni desastres naturales. Un pueblo que busca en su patrón, el Divino Salvador, su fuerza, luz y esperanza y expresa con creatividad propia esa fe. Un pueblo que enseñó a Monseñor, a los mártires de la UCA y a otros muchos a ser verdaderos sacerdotes. Este pueblo nos permitió, como prenda de la Pascua, acercarnos a él, como Elías y poder experimentar su solidaridad compasiva.

“Invitados a la generosidad”Misa en la Cripta de Catedral, 13 de noviembre.

Homilía del P. Sariego XXIII Aniversario de los mártires de la UCA

Celebramos este año el XXIII aniversario del martirio de Julia Elba y Celina, dos mujeres del pueblo; de los cinco jesuitas de la UCA, Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Nacho Martín-Baró, Juan Ramón Moreno y Amando López; y del Padre Joaquín López y López, fundador y director de Fe y Alegría. En el próximo número de Carta a las Iglesias publicaremos las actividades de la semana del aniversario. Ahora ofrecemos reflexiones del P. Jesús Sariego, provincial de los jesuitas, del P. Tojeira, del P. José Ellacuría, hermano de Ignacio, y de Cristina Martín-Baró, hermana de Nacho.

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Aniversario Mártires UCA

Una historia muy cercana se nos propone en el Evangelio de Marcos. Es la segunda escena de la liturgia de hoy. Muy probablemente relata algo que Jesús mismo observó a las puertas del Templo, cerca del pórtico de Salomón en medio de aquellas altas columnas donde estaba el Arca del tesoro. Por aquel inmenso pórtico se paseaban ufanos y triunfantes los escribas mientras que en una esquina una pobre viuda, ésta judía, se acercó a depositar las dos únicas monedas de cobre que poseía, en las arcas del tesoro. En las palabras de Jesús, Dios bendice y multiplica una vez más la generosidad de esta mujer que dio de lo que tenía.

En Sarepta y en Jerusalén se nos muestras personas aparentemente sin esperanza. Y sin embargo en ambos casos, más allá de la pobreza, el distintivo de estas mujeres es su generosidad, callada y humilde. Ellas son capaces de sentir misericordia y compasión y abren su vida a los otros.

La última escena de la liturgia de hoy somos nosotros. ¿Dónde estamos en la escena? ¿Dónde debemos ubicarnos? Escuchando las palabras de Jesús, toda la liturgia de hoy es una honda invitación a la generosidad, un llamado a dar más que a recibir, una invitación a

organizar nuestra vida en función del servicio a los demás más que a la búsqueda de los primeros puestos.

Algo de eso quiso ser la vida de nuestros mártires en

la UCA. Desde jóvenes abandonaron su patria, sus redes pescadoras, su familia y se fueron con Jesús a lejanas tierras. No porque amaran el sacrificio o el dolor; sino porque entendieron que sólo había un camino hacia la felicidad en este mundo: el que pasa por desposeerse, vaciarse, dar lo que uno tiene a los pobres y seguir a Jesús. Esa fue su pasión principal y por eso no les atemorizaba la persecución ni la muerte. Sabían desde el seminario que eran de Dios y que Él cuidaba de ellos. No quisieron aprovecharse del prestigio ni del poder para vivir a cuenta del pueblo, como los escribas y fariseos a los que Jesús recrimina; ellos entregaron sus horas, su inteligencia y su trabajo para levantar a este pueblo al que amaban hasta poder alcanzar la dignidad de hijos de Dios.

Somos invitados a la generosidad como los Mártires de la UCA, como Monseñor Romero a quien pedimos que su ejemplo y mensaje nos hagan más generosos y cercanos a los pobres.

Texto ligeramente editado

Fotografías: Dirección de Pastoral Universitaria, UCA.

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Aniversario Mártires UCA

Aunque no es el único factor ni quizás el más importante a estas alturas, la dificultad de reconciliarse con el pasado feroz que dominó El Salvador continúa siendo una causa de la falta de cohesión social. Y ello porque la reconciliación tiene una fuerza simbólica muy importante para lograr con mayor facilidad niveles de consenso para la solución de otros problemas. Decir la verdad sobre el pasado, saber valorarla en toda su dimensión, ofrece una enorme posibilidad de desarrollar confianza mutua. Un analista de peso de la realidad nacional, y no precisamente de izquierdas, me decía recientemente que si el Caso Jesuitas hubiera quedado en la impunidad absoluta y no se hubiera resuelto culpando a algunos militares, a él no le hubiera extrañado que miembros de la cúpula del Ejército de aquel entonces hubieran atentado contra la vida del propio expresidente Cristiani, pues el odio al diálogo iba demasiado lejos entre algunos de ellos. Más allá de la posibilidad de que eso hubiera podido ocurrir, hablar con esa libertad sobre el pasado ayuda no solo a entenderlo mejor, sino también a desarrollar esa condición básica e indispensable que es la confianza.

En este terreno, queda todavía mucho por hacer. La Fuerza Armada no ha sabido pedir perdón institucionalmente ni asumir su responsabilidad en una serie gravísima de atentados contra la vida humana. Es cierto que el presidente Funes ha pedido perdón por los crímenes del pasado. Pero el Ejército ha permanecido mudo. E incluso en algunos aspectos, como en la permanencia del nombre de Domingo Monterrosa en la brigada de infantería de San Miguel, hay una actitud de franca rebeldía. La mayor presencia militar en la vida pública, el crecimiento del número de soldados y del mismo presupuesto que se les asigna, hacen indispensable un reconocimiento del pasado. No hay que olvidar que tras su publicación, la Fuerza Armada se negó a reconocer el Informe de la Comisión de la Verdad y trató por todos los medios de desprestigiarlo. Asumir finalmente este documento y pedir públicamente perdón son actos que contribuirían decisivamente a la reconciliación. Porque esta solo puede ser sólida sobre la base de la verdad, y no a base de amnistías por decreto e interés particular.

Por otra parte, está pendiente en varios casos, en cuenta los de monseñor Romero y los jesuitas, la aplicación de las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Si bien es cierto que en este Gobierno, e incluso en el anterior, ha habido más apertura para conversar sobre el tema, las recomendaciones siguen

sin ser cumplidas. La administración Funes incluso ha tratado de presentar como una petición de perdón la distinción dada a los jesuitas al entregarles póstumamente la Orden Matías Delgado. Pero ahí no hubo petición de perdón; a lo sumo, un acto de compensación moral. Las peticiones de perdón, además, deben dialogarse previamente con las víctimas. Y deben aceptarse las condiciones básicas que las víctimas soliciten. En el Caso Jesuitas, es imposible un perdón en la esfera de lo público mientras no se reconozca la participación institucional de la Fuerza Armada en el asesinato. Y aun pidiendo perdón, los elementos principales de las recomendaciones de la Comisión Interamericana quedarían, como hasta ahora, clara y paladinamente sin cumplir, violando de ese modo tratados internacionales de protección de derechos humanos.

Si algo debería hacer el Gobierno en el orden de la reconciliación, es promover la devolución al país de ese archivo de la Comisión de la Verdad que duerme sepultado en unos sótanos de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Ahí permanecen las investigaciones realizadas por los más de sesenta expertos que durante más de seis meses trabajaron tratando de llevar verdad a más de veinte mil casos, entre ellos los más significativos y luctuosos del país. Este archivo es propiedad del pueblo salvadoreño, patrimonio que debe ser legado a las futuras generaciones y fuente importante para cualquier investigación histórica sobre nuestro pasado de guerra. Tener este archivo en El Salvador, administrado por algún tipo de fundación en la que las víctimas y el Estado tengan representación, no solo es necesario para el conocimiento de la verdad, sino para tener un verdadero acceso a la memoria que impida la repetición de cualquier tipo de barbarie semejante.

Al celebrar en esta semana el recuerdo de los jesuitas de la UCA, cuyo asesinato se dio dentro de esa oleada de violencia que puso bombas al grupo de Comadres (heroicas madres que velaban por los derechos de sus hijos asesinados, desaparecidos o torturados) y a la sede de Fenastras (donde segó 9 vidas e hirió a cuarenta personas), no podemos menos que insistir en la recuperación de la verdad. No para levantar o remover heridas, sino para asumir con seriedad nuestro pasado y construir un futuro donde la indiferencia ante las víctimas esté desterrada y la solidaridad sea la fuente de la construcción de un nuevo El Salvador. Solo sobre la verdad se construye país y reconciliación, y para eso hay que empezar por reconocer esa misma verdad.

Crímenes del pasado y reconciliación José María Tojeira

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Aniversario Mártires UCA

Mensaje de la familia Ellacuríanoviembre 2012

Como en todas las tradiciones, el origen del Zen está envuelto en mitos y leyendas. Parece que, en una ocasión, Buda Shakyamuni predicó a una gran multitud de gente. Al final cogió una flor y la mostró sin pronunciar palabra. Toda la audiencia se quedó muda, pensando en qué quería decirles Buda con esa acción tan inesperada.

El maestro cogió la flor y, en silencio, se la entregó al Venerable Kashyapa. Este había entendido el mensaje: Una flor que sonríe, evoca una sonrisa que florece. Esta flor de cinco pétalos, comenzó en la India y ha ido extendiéndose por los cinco continentes.

Hace un par de meses murió CARLO MARÍA MARTINI, un profeta en el sentido más genuino del término, un mensajero de Dios e intérprete de su Palabra y de su amor.

En su última charla antes de su partida, en el pasado mes de Agosto, dijo a los medios de comunicación que veía a la Iglesia Occidental cansada, atrapada por la burocracia y el bienestar, más preocupada por los signos externos que por abrir la Buena Nueva a los pobres... y la contraponía a la “otra” Iglesia, cercana al prójimo de monseñor Romero y LOS MARTIRES JESUITAS DE El SALVADOR. El Cardenal hacía una reflexión: mostraba preocupación por una institución eclesial excesivamente complaciente y poco ejemplar, en contraposición con la valentía de los mártires de la UCA.

El evangelio nos describe claramente un Jesucristo profeta, veía la realidad de su Pueblo, (hacerse cargo). Proponía una alternativa, (cargar con esa realidad). Y lo hacía con esperanza y misericordia, (encargarse de la realidad. Que el sufrimiento nos mueva a compasión).

Realmente, en vosotros, se aplica ese dicho Zen que mencionaba al principio. Sois esa sonrisa que florece y que se extiende por los cinco continentes.

Estamos con vosotros durante el novenario, pero sobre todo la noche del 15 y el día 16. Zorionak y que sigáis con vuestro buen hacer...

Querido P. Provincial: La familia me pide que estemos de alguna manera presentes en vuestras celebraciones. Y lo estamos más de lo que representa este afectuoso mensaje. Se lo envío también a Jon Sobrino por su proximidad con la familia, pero va dirigido a toda la Provincia y, naturalmente, en especial a los de la UCA. Felicidades. Un abrazo, Jose

José Ellacuría sj

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Aniversario Mártires UCA

“Mi hermano es un mártir de la Teología

de la Liberación”

Entrevista Cristina Martín Baró

“El Santoral precisa una buena purga de compromisos políticos, sociales y económicos”

Antonio Aradillas ofrece esta entrevista con Cristina Martín Baró, hermana de Ignacio Martín Baró, uno de los jesuitas que, con dos empleados más, fueron fusilados el día 16 de noviembre del 1989 en El Salvador. Al cumplirse 23 años de aquella trágica matanza, asegura que su hermano, al igual que todos sus compañeros, son “mártires de la Teología de la Liberación” y que, “precisamente por eso la jerarquía de la Iglesia no quiso saber más de ellos”. Y, por supuesto, “santos” sin canonizar, porque el santoral está lleno de “compromisos políticos y económicos”. La entrevista fue publicada el 16 de noviembre de 2012.

-¿Cómo definirías a tu hermano?

-De mi hermano es obligado asegurar que es mártir de la “Teología de la Liberación” y que, precisamente por eso, con excepción de los miembros de la Compañía de Jesús, la jerarquía eclesiástica no quiso saber más de ellos

-¿No es excesiva tu impresión acerca del comportamiento de los obispos

Sin perder la compostura, con dolor, piedad y misericordia, refuerza su juicio testificando que, por ejemplo, “Jon Sobrino y otros teólogos de la misma escuela de su hermano fueron oficialmente descalificados y relevados de sus cátedras”.

- Seguirán Nacho y sus compañeros idénticos pasos que los seguidos por el obispo Mons. Romero en lo que respecta a la no declaración oficial de beatos y de santos?

- Ni creo, ni tengo por qué creer en ese “negocio” por muy espiritual y piadoso que se nos presente y practique en la Iglesia. Pero la muerte de mi hermano y de sus compañeros sigue mereciendo el reconocimiento oficial de la Iglesia- institución. Si el “Santoral” es de verdad lección viva de teología y de catequesis, es incomprensible e injusta la marginación a la que están siendo sometidos los artífices y defensores de la predicación y práctica de la “Teología de la Liberación”. Se ve que eso de la “teología” y de la “liberación” no es del agrado de obispos, arzobispos y Papas, aun siendo ésta una de las asignaturas esenciales de la institución eclesiástica, de manera tal, que sin ella, o en versión incompleta, la Iglesia no es Iglesia de Cristo.

- ¿Rezas por tu hermano o le rezas a tu hermano?

- Le rezo a mi hermano y a la vez rezo por el Papa, por los obispos, por la jerarquía en general y por quienes hablan y actúan en su nombre. Los cristianos de a pie comprenden a la perfección lo que quiero decir. El “Santoral” precisa una buena purga de compromisos políticos, sociales y económicos y otras sinrazones. El sentido de la caridad y de la justicia lo encarna más el pueblo que su jerarquía

- ¿Inútil la muerte de tu hermano?

- Jamás una muerte, ni en humano ni en cristiano, podrá ser inútil. Siempre es fecunda y siempre es semilla de auténtica religión, de vida y de liberación.

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Suscripción de Carta a las Iglesias

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Aniversario Mártires UCA

Procesión por el padre Martín

Cristina recorre alguno de los capítulos de la vida de su hermano con devoción y recogimiento. Me relata que el cargo que ocupaba en la UCA (Universidad Centro América) era el de subdirector, siendo el Padre Ellacuría el director. Contaba con varios doctorados y libros publicados, y en la actualidad llevan su nombre cátedras de teología en universidades de Boston, Chicago y otras poblaciones. Varias tesis doctorales sobre él fueron ya publicadas.

Jerónimo, marido de Cristina, pone el acento además en la vocación, religiosidad y entrega a los pobres, compromiso con la Iglesia de verdad, estudio y simpatía desbordante, valores que fueron cultivados por Nacho ya desde el principio en Valladolid. Su cercanía a los niños, adolescentes y a los pobres en general le movió a practicar una de sus aficiones de ocio, consistente en la realización de actos de magia, tal y como el mismo Miguel Delibes refiere en uno de sus escritos

-¿Tu hermano y sus compañeros buscaron el martirio?

- No creo que lo buscasen, pero el martirio tenía que ser el destino del grupo. La “liberación” fue lo que les instó a

quienes decidieron matarlos y a quienes los mataron. De entre las poderosas familias salvadoreñas destacaba la de los “Catorcenos”, al dictado y consignas crueles como la de “lucha por su país y mata un jesuita”. Los esbirros estuvieron siempre protegidos por el ejército.

-¿Algún dolor de especial relevancia en el drama familiar, social, y además y sobre todo, religioso?

Cristina y Jerónimo, al unísono y emocionados, mencionan la desatención por parte de la jerarquía eclesiástica.

- Mi hermano fue y es testigo y testimonio de Iglesia, cuya tarea es -tiene que ser- la liberación integral del mundo, sobre todo de los pobres.

Un triste, tristísimo, episodio vivido dentro de la Iglesia, del que el pueblo, pero no la jerarquía, conserva su recuerdo con religiosidad y esperanza.

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Elsy Mabel Rivera / Noticias UCA

fotos de Dirección de Comunicaciones y Publicaciones , UCA

Dean Brackley: Un legado de amor y entrega

La mañana del 16 de octubre de 2011, el padre Dean Brackley entregó su vida a Dios, después de luchar durante varios meses contra un cáncer terminal. A un año de su fallecimiento, Dirección de Pastoral Universitaria, Coordinación de Asuntos Estudiantiles, Dirección de Desarrollo Estudiantil, Centro Monseñor Romero y Programa de Becas Mártires de la UCA organizaron diversas actividades para recordar su legado y mantener vivo su compromiso y amor solidario con los más necesitados de El Salvador.

Dean Brackley

La capilla de la Universidad fue el primer escenario donde se rindió homenaje a Dean, con una celebración eucarística para recordar su vida y obra a la luz de la palabra de Dios y la fe del pueblo salvadoreño. La misa fue oficiada por Andreu Oliva, rector de la UCA, y concelebrada por varios de sus compañeros jesuitas.

En la homilía, Oliva dijo que hablar de la vida de Dean es recordar y agradecer a Dios por un hombre bueno, alegre, noble y justo. Un hombre que se enamoró de El Salvador, de la gente más sencilla y humilde. “Él fácilmente se angustiaba por las necesidades y dificultades que pasa la gente. Le preocupaba, lo sentía y lo hacía suyo. Siempre trataba de ayudar”, rememoró.

Durante la eucaristía, Jon Sobrino, director del Centro Monseñor Romero, presentó, como ofrenda, el libro El padre Dean. Diario personal y otros escritos. Texto que se compone de tres partes: la primera reúne escritos personales que hizo en sus últimos días de vida; la segunda recoge algunas homilías, homenajes y testimonios de gente que lo conoció; y en la tercera, se publican algunos textos académicos de Brackley.

Concluida la misa, amigos, compañeros de trabajo, estudiantes de la Casa de la Solidaridad y jóvenes beneficiarios del Programa de Becas Mártires de la UCA partieron en peregrinación hacia la tumba donde descansan los restos del sacerdote, en el cementerio de Santa Tecla.

“Ahora, en este lugar santo, queremos decirte que no queremos olvidarnos de ti. Aunque no estés con nosotros en cuerpo, sí estás presente en nuestros corazones. Gracias por tu ayuda y esfuerzo”, dijo Ana Menjívar en nombre de todos los becados. La joven reconoció así que la lucha del padre Dean seguirá viva mientras se mantenga el compromiso de ser solidarios y generosos con los que más lo necesitan.

David Maradiaga, otro becario, también se animó a dedicar algunas palabras a quien él considera parte de su familia: “Dean fue una de las personas que sustituyó a mi papá cuando falleció. Llegó a mí cuando más lo necesitaba. Con su sonrisa y su alegría, me transmitió esa paz que tanto me hacía falta”. Entre más testimonios, cánticos y oraciones, transcurrió más de una hora de homenaje al hombre que se convirtió en amigo para todos los que lo conocieron.

Para concluir la jornada, en el Auditorio “Segundo Montes, S.J.” se llevó a cabo el foro “Dean Brackley: testigo de solidaridad”, que tuvo la participación de Andreu Oliva; Kevin y Trena Yonkers-Talz, representantes de la Casa de la Solidaridad en El Salvador; y Julio Pérez, coordinador del Programa Romero.

Pérez fue el primero en participar y su intervención estuvo enfocada en narrar diferentes experiencias de su convivencia con Brackley. El jesuita, durante muchos años, fue un pilar fundamental para la vida del joven y su familia.

Ofrenda al padre Dean

Fotografías: Dirección de Comunicaciones y Publicaciones, UCA.

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Dean Brackley

Luego, los esposos Yonkers-Talz compartieron con los asistentes la experiencia de la Casa de la Solidaridad, proyecto que fundó Dean hace 13 años y que ha permitido que más de 500 estudiantes estadounidenses conozcan y compartan la realidad e historia del pueblo salvadoreño. Esta iniciativa se extendió a Filipinas y, próximamente, lo hará a Argentina.

Por su parte, el Rector comentó cómo el Programa de Becas Mártires de la UCA fue asumido por la Universidad tras la muerte de Brackley. “Ahora, podemos ofrecer la posibilidad a los pobres para que puedan tener las herramientas y los instrumentos necesarios para contribuir al cambio social”.

A un año de su deceso, Dean Brackley está presente en la memoria de las personas que lo conocieron, y son ellas las que dan testimonio de su alegría, fe y gran amor por los más pobres.

A la salida de la capilla los jóvenes becarios le hicieron un homenaje.

Cantos y palabras de agradecimiento al padre Dean frente a su tumba.

“Hablar de Dean Brackley y de la magnitud de su obra, es un tanto dificil. Hablar de su partida lo es más”

La emoción y el deseo de llegar a San José los Sitios donde se conmemoraba el 1er aniversario del padre Dean y el XXIII del padre Nacho; de sus partidas físicas, quienes no han quedado solamente en nuestros corazones, sino que también en sus obras y acciones.

Todos estos sentimientos se volvieron pequeños al unirnos a la peregrinación, cantando, abrazándonos unos a otros, viviendo en solidaridad con todas las personas queridas por “nuestros jesuitas”.

Al final de la peregrinación llegamos a la iglesia donde celebramos la Eucaristía, ese “estamos juntos” y el amor se hicieron presentes, todos los sentimientos fueron superiores, por el Amor que nos unió.

El sentir al padre Dean “tan presente” en ese momento entre todos fue esperanzador, más cerca que nunca, llenó mi corazón y con seguridad el de todos los presentes ese día.

Por lo que con gran esperanza y seguridad digo: “Dean trascendió entre nosotros”.

May Figueroa, Parroquia Jesucristo Liberador

De una carta de Jane, hermana de Dean Brackley, sobre la celebración del primer

aniversario de Dean.

“Many thanks to everyone who remembered him so lovingly on that day in El Salvador. I was floored by the enormity of love. May Dean be with us in spirit always. Love, Jane”.

“Muchas gracias a todos y todas que le recuerdan con tanto amor en su aniversario. Me quedé abrumada por la inmensidad del amor. Que el espíritu de Dean nos acompañe siempre. Con cariño, Jane”.

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