Anthony Downs - Teoría Económica de La Acción Política en Una Democracia

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 4. TEORÍA ECONÓ MICA DE LA ACCIÓN POLÍTICA  EN UNA DEMOCRACIA' por A nthony  D owns I. A pesar de la enorm e importan cia de las decisiones gubem ame ntales en cada fase de la vida económica, los economistas teóricos nunca han conseguido integrar ade cuadamente el gobiemo con los agentes económicos privados en una teoría única del equilibrio general. En cambio, han tratado la acción gubemamental como una variable exógena, determinada por consideraciones políticas que son ajenas al campo de la eco nomía. Este punto de vista es, en realidad, una secuela del supuesto clásico de que el sec tor privado es un mecanismo autorregulado, y que cualquier acción gubemamental que avance más allá del mantenimiento de la ley y el orden es una «interferencia» sobre aquél más que una parte intrínseca del mismo. Sin embargo, al menos en dos campos de la teoría económica, el centralismo de la acción gubemamental ha llevado a los economistas a formular reglas que indican cómo «debería» tomar sus decisiones el gobiemo. Así, en el campo del gasto público, Hugh Dalton afirma: «Como consecuencia de las operaciones de gasto público, se producen va riaciones en la cuantía y naturaleza de la riqueza producida, y en su distribución entre in dividuos y clases. ¿Estos cambios son socialmente ventajosos en sus efectos agregados? Si es así, esos actos se justifican; si no lo es, no. El mejor sistema de gasto público es el que asegura las máximas ventajas sociales como resultado de su acción.»’ Un intento similar de diferenciar las actuaciones «propias» del gobiemo de las que son «propias» de los agentes privados ha sido realizado por Harvey W. Peck, que escri  be: «Si la ge sti ón bl ic a de un a em pr es a pr od uc e un a ut ilid ad so cia l ne ta ma yo r, los ser vicios proporcionados por esta empresa deberían pertenecer a la categoría de bienes pú  blic os.» Ad em ás, va rio s ec on om is ta s estu di osos de la ec on om ía del bi en es ta r ha n pl an teado principios generales para guiar la acción gubemamental en el terreno económico. 1. La argumentación presentad a en este artí culo (ed. original: «An Economic Theory of Polit ical Action in a De mocracy», en  Jo ur na l o f P ol iti ca l E co no my ,  1957) será desarrollada más extensamente en mi próximo libro,  A n Ec on om ic  Theory o f Democracy, que será publicado por Harper y Bros. (Versión española de Luis Adolfo Martín Merino. Editorial Aguilar, 1973.) 2. Véase Gerhard Colm,  Es sa ys in p ub lic fi n a nce an d F is ca l P oli cy , Oxford University Press, Nueva York, 1955,  pp. 6-8 . 3. Hugh Dalton, The principies o f public finance ,  George Routledge & Sons, Ltd, Londres, 1932, pp. 9-10. 4. Harvey W. Peck, Taxation a nd W elfare, Mac Millan, Nueva York, 1955, pp. 30-36. Citado en Harold M. Gro ves (ed.): Viewpoints in Public Dinance,  Henry Holt and Co., Nueva York, 1948, p. 551.

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  • 4. TEORA ECONM ICA DE LA ACCIN POLTICA EN U N A DEMOCRACIA'

    p or A n t h o n y D o w n s

    I. A pesar de la enorme importancia de las decisiones gubemamentales en cada fase de la vida econmica, los economistas tericos nunca han conseguido integrar ade cuadamente el gobiemo con los agentes econmicos privados en una teora nica del equilibrio general. En cambio, han tratado la accin gubemamental como una variable exgena, determinada por consideraciones polticas que son ajenas al campo de la eco noma. Este punto de vista es, en realidad, una secuela del supuesto clsico de que el sec tor privado es un mecanismo autorregulado, y que cualquier accin gubemamental que avance ms all del mantenimiento de la ley y el orden es una interferencia sobre aqul ms que una parte intrnseca del mismo.

    Sin embargo, al menos en dos campos de la teora econmica, el centralismo de la accin gubemamental ha llevado a los economistas a formular reglas que indican cmo debera tomar sus decisiones el gobiemo. As, en el campo del gasto pblico, Hugh Dalton afirma: Como consecuencia de las operaciones de gasto pblico, se producen va riaciones en la cuanta y naturaleza de la riqueza producida, y en su distribucin entre in dividuos y clases. Estos cambios son socialmente ventajosos en sus efectos agregados? Si es as, esos actos se justifican; si no lo es, no. El mejor sistema de gasto pblico es el que asegura las mximas ventajas sociales como resultado de su accin.

    Un intento similar de diferenciar las actuaciones propias del gobiemo de las que son propias de los agentes privados ha sido realizado por Harvey W. Peck, que escri be: Si la gestin pblica de una empresa produce una utilidad social neta mayor, los ser vicios proporcionados por esta empresa deberan pertenecer a la categora de bienes p blicos. Adems, varios economistas estudiosos de la economa del bienestar han plan teado principios generales para guiar la accin gubemamental en el terreno econmico.

    1. La argumentacin presentada en este artculo (ed. original: An Economic Theory o f Political Action in a De mocracy, en Journal o f Political Economy, 1957) ser desarrollada ms extensamente en mi prximo libro, An Economic Theory o f Democracy, que ser publicado por Harper y Bros. (Versin espaola de Luis Adolfo Martn Merino. Editorial Aguilar, 1973.)

    2. Vase Gerhard Colm, Essays in public finance and Fiscal Policy, Oxford University Press, Nueva York, 1955,pp. 6-8.

    3. Hugh Dalton, The principies o f public finance, George Routledge & Sons, Ltd, Londres, 1932, pp. 9-10.4. Harvey W. Peck, Taxation and Welfare, Mac Millan, Nueva York, 1955, pp. 30-36. Citado en Harold M. Gro

    ves (ed.): Viewpoints in Public Dinance, Henry Holt and Co., Nueva York, 1948, p. 551.

  • Por ejemplo, Abba P. Lemer establece indirectamente una regla cuando dice: Si se de sea maximizar la satisfaccin total de una sociedad, el procedimiento racional es dividir la renta sobre una base igualitaria/

    Esta lista de ejemplos no es muy larga, principalmente porque las afirmaciones cla ras sobre reglas de decisin que sirvan de gua a la accin gubemamental son muy raras en la teora econmica. Sin embargo, no sera una distorsin aventurada de la realidad afirmar que la mayora de los economistas que se ocupan de la teora del bienestar y mu chos tericos del gasto pblico suponen tcitamente que la funcin propia del gobier no es maximizar el bienestar social. Casi todos se adhieren a algn enfoque de esta regla normativa cuando enfrentan el problema de las decisiones del gobiemo.

    El uso de esta regla ha originado dos problemas principales. En primer lugar, no est claro qu significa el trmino bienestar social, ni hay algn acuerdo sobre cmo maximizarlo. De hecho, la larga controversia sobre la naturaleza del bienestar social en el contexto de la nueva economa del bienestar llev a Kenneth Arrow a la conclusin de que no existe mtodo racional para maximizar el bienestar social, a menos que se im pongan fuertes restricciones al orden de preferencias de los individuos en la sociedad.*^

    La complejidad de esta cuestin ha desviado la atencin del segundo problema, que aparece cuando se considera que la funcin del gobiemo es maximizar el bienestar social. Aunque se pudiese definir el bienestar social, y nos pusisemos de acuerdo sobre los m todos para maximizarlo, cul es la razn para creer que los hombres que dirigen el go biemo tendran motivaciones suficientes para intentar maximizarlo? Afirmar que debe ran hacerlo no significa que lo harn. Como seal Schumpeter, uno de los pocos eco nomistas que han abordado el problema:

    No parece que el significado social de cierto tipo de actividad provocar necesa riamente el impulso motivacional y, por consiguiente, la explicacin de este ltimo. Si esto no es as, una teora que se limita al anlisis de las finalidades sociales, o de las ne cesidades que se deben satisfacer, no puede aceptarse como una descripcin adecuada de las actividades que abarca.

    Schumpeter seala aqu una objecin cmcial a la mayora de los intentos por intro ducir el gobiemo en la teora econmica: en realidad, no lo consideran como una parte del proceso de divisin del trabajo, en el que cada agente tiene tanto un motivo privado como una funcin social. Por ejemplo, la funcin social de un minero del carbn es extraer el mismo de la tierra, puesto que esta actividad proporciona una utilidad para otros. Pero est motivado para cumplir esta funcin por su deseo de ganar un sueldo, y no de beneficiar a otros. De la misma manera, en la divisin del trabajo, cualquier otro agente realiza su fun cin social en primer lugar como medio para lograr sus propios fines privados: la obten cin de una renta, de prestigio o de poder. Gran parte de la teora econmica consiste, en esencia, en probar que los hombres que persiguen sus propios fines pueden, tambin, rea lizar su funcin social con gran eficiencia, al menos en ciertas condiciones.

    5. Abba P. Lem er, The Economics o f Control, Mac Millan Co., Nueva York, 1944, p. 32.6. Kenneth Arrow, Social choice and Individual Values, W illey y Sons., Nueva York, 1951.7. Joseph A. Schumpeter, Capitalism, Socialism and Democracy, Harper y Bros, Nueva York, 1950, p. 282.

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  • TEORA ECONMICA DE LA ACCIN POLTICA 95

    A la luz de este razonamiento, cualquier pretensin de formular una teora de la ac cin gubemamental que no discuta los motivos de quienes dirigen el gobiemo debe ser considerada incoherente con el cuerpo principal del anlisis econmico. Estos intentos no logran enfrentar el hecho de que los gobiemos son instituciones concretas, dirigidas por hombres, ya que trata de los motivos en un nivel puramente normativo. Como conse cuencia, estas tentativas nunca pueden llegar a integrar el gobiemo con otros agentes de- cisores en una teora del equilibrio general. Esta integracin exigira un enfoque positivo que explique cmo se estimula a los gobernantes a actuar por sus propios motivos egos tas. En las secciones que siguen presentar un modelo de toma de decisiones gubema mentales basado en este enfoque.

    II. Para constmir este modelo utilizar las siguientes definiciones;

    1. En la divisin del trabajo, el gobierno es el agente que tiene el poder de coer cin sobre todos los otros agentes de la sociedad; es el punto en que se concentra el po der ltimo en un rea determinada.

    2. Una democracia es un sistema poltico que tiene las siguientes caractersticas;a) Dos o ms partidos compiten por el control del aparato gubemamental en elec

    ciones peridicas.b) El partido (o coalicin de partidos) que obtiene la mayora de los votos gana el

    control del aparato gubemamental hasta la siguiente eleccin.c) Los partidos perdedores nunca intentan impedir que los ganadores tomen el po

    der, ni los ganadores utilizan el poder adquirido para impedir que los perdedores compi tan en la eleccin siguiente.

    d) Son ciudadanos todos los adultos sanos y cumplidores de la ley que son go bernados, y cada ciudadano tiene un voto, y slo uno, en cada eleccin.

    Aunque estas definiciones son algo ambiguas, bastarn para nuestros propsitos ac tuales.

    Establecer, a continuacin, los siguientes axiomas;

    1. Cada partido poltico es un equipo de hombres que slo desean sus cargos para gozar de la renta, el prestigio y el poder que supone la direccin del aparato gubema mental.

    2. El partido (o la coalicin) ganador tiene el control total de la accin gubema-

    8. Esta definicin proviene de Robert A. Dahl y Charles E, Lindblom, Politics Economics and Welfare. Sin em bargo, a travs de la mayor parte de mi anlisis de la palabra gobiemo, se refiere al partido en el gobiem o ms que a la institucin, tal como aqu se ha definido.

    9. Un equipo es una coalicin cuyos miembros tienen fines idnticos. Una coalicin es un grupo de perso nas que cooperan para lograr algn fin comn. Estas definiciones se han tomado de Jacob Marschak: Tovards an econo mic theory of organization and information, en R. M. Thrall, C. H. Coombs y R. L. Davis (eds.). Decision processes, John Willey & Sons, Nueva York, 1954, pp. 188-189. Utilizo la palabra equipo en vez de coalicin en mi definicin para eliminar las luchas de poder dentro de los partidos, aunque en trminos de Marschak los partidos son realmente coaliciones y no equipos.

  • 96 DIEZ TEXTOS BSICOS DE CIENCIA POLTICA

    mental hasta la eleccin siguiente. No existen votos de confianza entre elecciones, ni por parte de la legislatura ni por parte del electorado, por lo que el partido gobernante no pue de ser sustituido antes de la eleccin siguiente. Tampoco es desobedecida ninguna de sus rdenes, ni es saboteada por una burocracia intransigente.

    3. El poder econmico de los gobiernos es ilimitado. Pueden nacionalizar cual quier cosa, pasar cualquier cosa a manos privadas o adoptar cualquier medida intermedia entre estos dos extremos.

    4. El nico lmite al poder gubemamental es que el partido que lo ejerce no pue de restringir de ningn modo la libertad poltica de los partidos de la oposicin o de cada uno de los ciudadanos, a menos que busque ser derrocado por la fuerza.

    5. En el modelo, cada agente (sea un individuo, un partido, o una coalicin pri vada) se comporta racionalmente en todo momento; es decir, persigue sus fines con el m nimo empleo de recursos escasos y slo emprende acciones en las que el ingreso margi nal excede el coste marginal.

    A partir de estas definiciones y axiomas puede obtenerse una hiptesis central: En una democracia los partidos polticos formulan su poltica estrictamente como medio para obtener votos. No pretenden conseguir sus cargos para realizar determinadas polticas preconcebidas o de servir a los intereses de cualquier gmpo particular, sino que ejecutan polticas y sirven a grupos de intereses para conservar sus puestos. Por lo tanto, su fun cin social (que consiste en elaborar y realizar polticas mientras se encuentran en el po der) es un subproducto de sus motivaciones privadas (que buscan obtener la renta, el po der y el prestigio que supone gobemar).

    En una democracia, esta hiptesis supone que el gobiemo siempre acta para ma ximizar su caudal de votos; es un empresario que vende poltica a cambio de votos en lu gar de productos a cambio de dinero. Adems, debe competir con otros partidos para ob tener esos votos, igual que dos o ms oligopolios que compiten para vender en un mer cado. Que el gobiemo maximice o no el bienestar social (suponiendo que este proceso sea definible) depende de cmo la competencia influye sobre su comportamiento. No po demos suponer a priori que este comportamiento es socialmente ptimo, ni que una em presa determinada producir bienes socialmente ptimos.

    Examinar la naturaleza de las decisiones gubernamentales en dos contextos: 1) en un mundo en el que existe el conocimiento perfecto y la informacin no es costosa, y 2) en un mundo en el que el conocimiento es imperfecto y la informacin es costosa.

    III. Slo intento el anlisis del proceso de las decisiones gubemamentales en un mundo con informacin perfecta para ilustrar las relaciones bsicas entre un gobiemo democrtico y sus ciudadanos. Estas relaciones pueden resumirse en el siguiente conjun to de proposiciones:

    10. El trmino racional en este artculo es sinnimo de eficiente. Esta definicin econmica no debe con fundirse con la definicin lgica (es decir, referente a las proposiciones lgicas) ni con la definicin psicolgica (es decir, calculadora o no emocional).

  • 1. Las acciones de gobiemo son una funcin de la fomia en que espera que voten los ciudadanos y de las estrategias de sus opositores.

    2. El gobiemo confa en que los ciudadanos voten de acuerdo con: a) las varia ciones que la actividad gubemamental provoque en su utilidad o renta, y b) las estrate gias de los partidos de la oposicin.

    3. Los ciudadanos votan de acuerdo con; a) las variaciones que cause la actividad gubemamental en su utilidad o renta, y b) las alternativas ofrecidas por la opo sicin. '

    4. La utilidad o renta que los votantes reciben de la actividad gubemamental de pende de las acciones tomadas por el gobiemo durante su mandato.

    5. Las estrategias de los partidos de la oposicin dependen de su punto de vista sobre la utilidad o renta que los votantes obtienen de la actividad gubemamental y de las acciones realizadas por el partido en el poder.

    Estas proposiciones forman un conjunto de cinco ecuaciones con cinco incgnitas; los votos esperados, los votos reales, las estrategias de la oposicin, la accin gubema mental y las utilidades o rentas individuales que produce. En consecuencia, la estmctura poltica de una democracia puede ser considerada como si fuera un conjunto de ecuacio nes simultneas similar a los utilizados para analizar la estmctura econmica.

    Puesto que los ciudadanos de nuestro modelo de democracia son racionales, cada uno de ellos considera las elecciones estrictamente como medio para seleccionar el go biemo que ms los beneficia. Cada ciudadano estima la utilidad o renta que obtendra de las acciones que espera de cada partido si estuviera en el poder en el siguiente perodo electivo, es decir, primero evala la utilidad-renta que le proporcionara el partido A, des pus la que le proporcionara el partido B y as sucesivamente. Votar por el que consi dere que le proporcionar la mayor utilidad con su accin gubemamental. El primer fac tor que influye en la estimacin del comportamiento efectivo de cada partido no son las promesas sobre el futuro expresadas en su campaa, sino su comportamiento durante el perodo inmediatamente anterior. Por lo tanto, su decisin de voto se basa en una com paracin entre la utilidad realmente recibida durante este perodo a causa de las acciones del partido gobernante y la que cree que hubiese recibido si los partidos de la oposicin hubiesen estado en el poder (supongo que cada partido de oposicin ha tomado una po sicin verbal sobre cada cuestin tratada concretamente por el partido gobemante). Este procedimiento le permite apoyar en hechos su posicin, no en conjeturas. Evidentemen te, puesto que se trata de elegir un gobiemo futuro, modificar su anlisis del comporta miento pasado de cada partido, de acuerdo con las probables variaciones que estime que se producirn en ese comportamiento. De todos modos, la conducta real del partido en el poder sigue siendo el punto central de su evaluacin.

    El gobiemo tambin toma sus decisiones racionalmente, pero su actuacin no es f-

    U . En un mundo perfectamente informado, los votantes siempre votan exactamente en la forma que el gobiemo espera que lo hagan, de forma que las relaciones expresadas en los nimeros 2 y 3 sern idnticas. Pero en un mundo im perfectamente informado, el gobiemo no siempre sabe lo que harn los votantes; por consiguiente, los nmeros 2 y 3 pue den diferir.

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  • cil de analizar porque est comprometido en una guerra poltica con sus oponentes. Cada partido se parece a un jugador que participa en un juego de n personas o a un oligopolio que emprende una competencia agresiva. Sin embargo, el problema de las variaciones conjeturales se simplifica en alguna medida porque el partido gobernante siempre debe comprometerse en cada cuestin antes de que lo hagan los partidos de la oposicin. Pues to que est en el poder, debe actuar cada vez que se presente la ocasin; no hacerlo tam bin se considera una forma de accin. Pero la oposicin, que no es responsable del go biemo, puede esperar hasta que la presin de los acontecimientos ha forzado el compro miso del partido en el poder. En consecuencia, los partidos de la oposicin tienen una ventaja estratgica (que, incidentalmente, hace ms simple el anlisis de la guerra entre partidos de lo que sera si revelasen simultneamente sus estrategias).

    No analizar las estrategias de partido en un mundo perfectamente informado, por que casi todas las conclusiones a las que llegaramos seran aplicables al mundo imper fectamente informado en el que estamos principalmente interesados. Slo subrayar un punto; en un mundo en el que prevalece la informacin perfecta, el gobiemo concede a las preferencias de cada ciudadano exactamente la misma ponderacin que a las de cual quier otro ciudadano. Esto no significa que sus polticas favorezcan igualmente a todos los votantes, puesto que consideraciones estratgicas le pueden llevar a ignorar a algunos y beneficiar a otros, o a favorecer a unos con una poltica y a otros con otra. Pero nunca perder deliberadamente el voto del ciudadano A para obtener el del ciudadano B. Pues to que cada ciudadano tiene un voto y slo uno, no puede ganar intercambiando el voto de A por el de B. En resumen, la igualdad de derechos de los ciudadanos es un mecanis mo adecuado para distribuir igualitariamente el poder poltico entre los ciudadanos.

    La falta de informacin completa que fundamente las decisiones es una condicin tan bsica de la vida humana que influye en la estructura de casi todas las instituciones sociales. Sus efectos son profundos especialmente en la poltica. Por esa razn dedicar el resto de mi anlisis al impacto del conocimiento imperfecto sobre la accin poltica en una democracia.

    En este modelo el conocimiento imperfecto significa: 1) que los partidos no siem pre saben exactamente lo que los ciudadanos desean; 2) que los ciudadanos no siempre saben lo que el gobiemo o su oposicin ha hecho, est haciendo o debera estar hacien do para servir a sus intereses, y 3) que la informacin necesaria para superar la ignoran cia de los partidos y de los ciudadanos es costosa; en otras palabras, que deben utilizar se recursos escasos para obtenerla y asimilarla. Aun cuando estas condiciones tienen mu chos efectos sobre el funcionamiento del gobiemo, en el modelo me concentrar tan slo en tres de ellos; persuasin, ideologa e ignorancia racional.

    IV. Mientras mantengamos el supuesto del conocimiento perfecto ningn ciuda dano puede influir en el voto de otro. Cada uno sabe lo que ms le beneficiara, lo que el gobiemo est haciendo y lo que otros partidos haran si estuvieran en el poder; por lo tan to, la estmctura de preferencias polticas del ciudadano, que supongo fijas, le conduce di rectamente a una decisin no ambigua sobre cmo debera votar. Si se comporta racio nalmente, ningn tipo de persuasin puede hacerle cambiar de opinin.

    DIEZ TEXTOS BSICOS DE CIENCIA POLTICA

  • Pero, en cuanto aparece la ignorancia, el claro camino que conduce de la estructu ra de preferencias a la decisin de voto se oscurece por falta de conocimiento. Aunque algunos votantes desean que un partido especfico gane, porque sus polticas son clara mente las ms beneficiosas para ellos, otros se sienten muy indecisos acerca de qu par tido prefieren. No estn seguros de lo que les ocurre o de lo que les ocurrira si otro partido estuviese en el poder. Necesitan ms hechos para aclarar sus preferencias. Los persuasores pueden ser efectivos al proporcionar estos hechos.

    Los persuasores no estn interesados en ayudar a los indecisos a ser menos indeci sos; lo que desean es obtener una decisin que ayude a su causa. Por lo tanto, slo sea larn los hechos favorables al grupo que apoyan. Entonces, aun si suponemos que no existen datos falsos o errneos, unos hombres son capaces de influir sobre otros presen tndoles una seleccin de hechos parcial.

    Esta posibilidad tiene varias consecuencias extraordinariamente importantes para el funcionamiento del gobiemo. En primer lugar, significa que, polticamente, algunos hom bres son ms importantes que otros porque pueden influir sobre ms votos de los que con trolan directamente. Puesto que se necesitan escasos recursos para proporcionar informa cin a los ciudadanos dudosos, quienes poseen esos recursos pueden ejercer una influen cia poltica ms que proporcional, ceteris paribus. El gobiemo, que es racional, no puede ignorarlo al disear su poltica. En consecuencia, la igualdad de derechos entre los ciu dadanos ya no asegura la igualdad neta de influencia sobre la accin gubemamental. De hecho, si el conocimiento es imperfecto, es irracional que un gobiemo democrtico trate a sus ciudadanos con igual deferencia.

    En segundo lugar, el propio gobiemo ignora tambin lo que sus ciudadanos de sean que haga. Por lo tanto, puede enviar representantes: 1) que sondeen al electorado y descubran sus deseos; 2) los persuadan de que debera ser reelegido. En otras palabras, la falta de informacin transforma un gobiemo democrtico en un gobiemo representativo porque obliga al equipo planificador central del partido gobemante a apoyarse en agen tes repartidos entre el electorado. Esta dependencia supone una descentralizacin del po der gubemamental desde los organismos planificadores hacia los agentes.'^ El organismo central sigue descentralizando su poder hasta que la ganancia marginal de votos ms con formes con los deseos populares es igual a la prdida marginal de votos que produce la reducida capacidad de coordinar sus acciones.

    Este razonamiento significa que, mientras la comunicacin entre los votantes y los gobemantes sea imperfecta, un gobiemo democrtico, en un mundo racional, estar siem pre dirigido hacia una base cuasi representativa, cuasi descentralizada, independiente mente de su estmctura constitucional formal.

    La divisin del trabajo es otra fuerza poderosa que trabaja en la misma direccin. Para ser eficiente, una nacin debe producir especialistas que descubran, transmitan y ana licen la opinin popular, del mismo modo que produce especialistas en otros campos. Es-

    12. La descentralizacin puede ser geogrfica o por grupos sociales, dependiendo de la forma en que la sociedad est dividida en partes homogneas.

    TEORA ECONMICA DE LA ACCIN POLTICA g g

  • 100 DIEZ TEXTOS BSICOS DE CIENCIA POLITICA

    tos especialistas sern ms representativos y ejercern ms poder que el organismo plani ficador central cuanto menos eficientes sean los canales de comunicacin en la sociedad.

    La tercera consecuencia del conocimiento imperfecto, y la necesidad de persuasin resultante, es una combinacin de las dos primeras. Puesto que algunos votantes pueden ser influidos, aparecen los especialistas en influirlos. Y puesto que el gobiemo necesita intermediarios entre l y la gente, algunos de estos intermediarios se presentan como re presentativos de los ciudadanos. Por un lado, intentan convencer al gobiemo de que las polticas que defienden (y que los benefician directamente) son buenas y deseables para un amplio sector del electorado. Por otro lado, buscan convencer al electorado de que es tas polticas son deseables. Uno de sus mtodos para conseguir que el gobiemo crea que la opinin pblica les apoya es crear una opinin favorable por medio de la persuasin. Aunque un gobiemo racional no acepte sus pretensiones, tampoco puede ignorarlas por completo. Al plantear su poltica debe dar a estos influyentes intermediarios una ponde racin ms que proporcional, porque ellos pueden haber conseguido una opinin favora ble en las masas silenciosas de votantes y porque su clamor indica una elevada intensi dad de deseo. Claramente, es ms probable que basen sus votos en cierto tipo de poltica quienes tienen un fuerte inters en ella, que lo hagan quienes la consideran simplemente como una cuestin cualquiera; por consiguiente, el gobiemo debe prestar mayor atencin a los primeros que a los segundos. Hacerlo de otro modo sera irracional.

    Finalmente, el conocimiento imperfecto hace que el partido gobernante pueda ser sobomado. Para persuadir a los votantes de que sus polticas son buenas para ellos, ne cesita pocos recursos, tales como tiempo de televisin, dinero para propaganda, etc. Una forma de obtener esos recursos es vender favores polticos a quienes pueden pagarlos, sea por medio de contribuciones a la campaa, sea por medio de polticas editoriales favora bles o por influencia directa sobre otros. Los compradores de favores ni siquiera necesi tan aparecer como representativos de la gente. Simplemente intercambian su ayuda pol tica por favores polticos (una transaccin eminentemente racional, tanto para ellos como para el gobiemo).

    En esencia, dada la distribucin desigual de la riqueza y la renta en la sociedad, la desigualdad de influencia poltica es una consecuencia necesaria de la informacin im perfecta. Cuando el conocimiento es imperfecto, la accin poltica efectiva exige los re cursos econmicos necesarios para hacer frente a los costes de informacin. Por lo tanto, quienes poseen esos recursos pueden tener un peso mayor que su peso poltico propor cional. Este resultado no es consecuencia de la irracionalidad o la deshonestidad. Por el contrario, a falta de una informacin perfecta, es una respuesta bastante racional en una democracia, como lo es tambin la sumisin de los gobiemos a las exigencias de los gru pos de presin. Suponer otra cosa es ignorar la existencia de costes de informacin (es decir, es teorizar acerca de un mundo mtico en vez de un mundo real). El conocimiento imperfecto permite que, en un mundo donde se supone que reina la distribucin igual de los votos, la distribucin desigual de la renta, de la posicin y de la influencia (todas ellas inevitables en una economa caracterizada por una extensa divisin del trabajo) tengan una participacin en la soberana.

  • TEORA ECONMICA DE LA ACCIN POLTICA 101

    V. F*uesto que en este modelo los partidos no tienen inters per se en crear ningn tipo particular de sociedad, el predominio universal de ideologas en la poltica democrti ca parece contradecir mi hiptesis. Pero es una falsa apariencia; de hecho no slo la exis tencia de ideologas, sino tambin muchas de sus particulares caractersticas, pueden dedu cirse de la premisa de que los partidos buscan el poder solamente por la renta, la influencia y el prestigio que lo acompaan. De nuevo, el conocimiento imperfecto es el factor clave.

    En una sociedad compleja es abrumador el coste del tiempo que lleva comparar so lamente todas las formas en las que difieren las polticas de los partidos en competencia. Adems, los ciudadanos no siempre poseen informacin suficiente para valorar las dife rencias de las que son conscientes. Ni tampoco conocen de antemano con qu problemas se enfrentar probablemente el gobiemo en el perodo electivo siguiente.

    En estas condiciones, muchos votantes encuentran tiles las ideologas de partido, porque evitan la necesidad de relacionar cada cuestin con su propia opinin del bien social. Las ideologas le ayudan a centrar la atencin sobre las diferencias entre parti dos; por lo tanto, pueden utilizarse como muestra de todos los rasgos diferenciadores. Adems, si el votante descubre una correlacin entre las ideologas de cada partido y sus polticas, puede votar racionalmente comparando ideologas en vez de comparar polticas. En ambos casos puede reducir drsticamente su gasto en informacin poltica, informn dose solamente acerca de las ideologas en lugar de un amplio conjunto de cuestiones.

    De esta manera, la falta de informacin crea una demanda de ideologas en el elec torado. Puesto que los partidos polticos estn dispuestos a utilizar cualquier mtodo via ble para ganar votos, respondern creando una oferta. Cada partido inventa una ideologa para atraer los votos de aquellos ciudadanos que desean reducir sus costes votando ideo lgicamente."'

    Este razonamiento no significa que los partidos puedan variar sus ideologas como si fuesen disfraces, ponindose cualquier vestido adecuado a la situacin. Una vez que un partido ha colocado su ideologa en el mercado no puede abandonarla repentinamente o alterarla radicalmente sin provocar desconfianza en los votantes. Puesto que los votan tes son racionales, rehsan apoyar a partidos que no son de fiar; por consiguiente, ningn pallido puede permitirse una reputacin de deshonestidad. Adems, debe existir alguna correlacin persistente entre la ideologa de cada partido y sus actuaciones consiguientes; de otro modo, los votantes consideraran eventualmente que el voto ideolgico es irra cional. Finalmente, los partidos no pueden adoptar ideologas idnticas, porque deben crear diferencias suficientes para que su producto (la ideologa) se distinga del de sus ri vales y as atraer votantes a sus umas. Sin embargo, igual que en un producto del mer cado, cualquier ideologa que tenga un xito considerable es imitada muy pronto, y las diferencias se producen a niveles ms sutiles.

    13. Defino las ideologas como imgenes verbales de la sociedad deseable y de las principales polticas uti- lizables para crearla.

    14. En realidad, las ideologas de partido surgen, probablemente, en sus orgenes, de los intereses de aquellas per sonas que fundaron cada partido. Pero, una vez que un partido poltico ha sido creado, adquiere una existencia propia y eventualmente se convierte en relativamente independiente de cualquier grupo de inters particular. Cuando prevalece tal autonoma, mi anlisis de las ideologas es plenamente aplicable.

  • 102 DIEZ TEXTOS BASICOS DE CIENCIA POLITICA

    El anlisis de las ideologas polticas puede realizarse con ms detalle con una ana loga espacial de la accin poltica. Para construir esta analoga utilizar un aparato em pleado inicialmente por Harold Hotelling en su famoso artculo Stability in Competi- tion. Mi versin del mercado espacial de Hotelling consiste en una escala lineal que va de cero a cien en la forma habitual de izquierda a derecha. Para hacerla polticamente sig nificativa, har los siguientes supuestos:

    1. En una sociedad, los partidos polticos pueden ordenarse de izquierda a dere cha en forma reconocida por todos los votantes.

    2. Las preferencias de cada votante tienen su punto mximo en algn punto de la escala y una pendiente decreciente constante a cada lado del punto mximo (a menos que ste se encuentre en un extremo de la escala).

    3. La distribucin de la cantidad de votantes a lo largo de la escala es variable de una sociedad a otra, pero fija en cualquier sociedad concreta.'*

    4. Una vez colocado en la escala poltica, un partido puede moverse ideolgica mente bien a la izquierda o bien a la derecha, pero no puede ir ms all del partido ms cercano hacia el cual se est moviendo.

    5. En un sistema de dos partidos, si cualquiera de ellos se aleja del extremo ms cercano hacia el otro partido, los votantes extremistas del final de la escala pueden abs tenerse porque no ven diferencias significativas en la alternativa que se les ofrece.

    Segn estas condiciones la conclusin de Hotelling en un sistema de dos parti dos ambos convergern inevitablemente hacia el centro no se mantiene necesariamen te. Si los votantes se distribuyen a lo largo de la escala, como muestra la figura 4.1, en tonces Hotelling tiene razn. Suponiendo que el partido A empiece en la posicin 25 y el partido B en la posicin 75, ambos se mueven hacia el 50, puesto que cada uno gana ms votos en el centro de los que pierde en los extremos a causa de la abstencin. Pero, si la distribucin es como la que muestra la figura 4.2, los partidos se alejarn hacia los ex tremos en vez de converger hacia el centro. Cada uno obtiene ms votos movindose ha cia una posicin radical de los que pierde en el centro.

    Este razonamiento supone que un gobiemo estable, en una democracia de dos par tidos, requiere una distribucin de votantes en forma aproximada a la curva normal. Cuando existe tal distribucin, los dos partidos llegan a parecerse estrechamente el uno al otro. As, cuando uno reemplaza al otro en el gobiemo, no son previsibles variaciones drsticas de poltica y la mayora de los votantes se colocarn relativamente cerca de la

    15. Economic Journal, XXXIX, 1929, pp. 41-57.16. En realidad, esta distribucin puede variar en cualquier sociedad incluso a corto plazo, pero supondr que es

    fija para evitar la discusin sobre factores muy complejos, histricos, sociolgicos, psicolgicos, y otros, que la hacen variar.

    17. No puede ir ms all de los partidos adyacentes porque tal salto indicara carencia de fiabilidad ideolgica y generara rechazo en el electorado.

    18. Esto es equivalente a suponer una demanda elstica a lo largo de la escala, como hizo Smithies en su elabo racin del modelo de Hotelling (vase Smithies, Optimum Location and Spatial Competition, J.P.E., XLIX, 1941).

  • TEORIA ECONOMICA DE LA ACCION POLITICA 103

    Fig . 4.1. Fig . 4.2.

    posicin que tenan, independientemente de qu partido est en el poder. Pero, cuando el electorado est polarizado, como en la figura 4.2, un cambio de partidos produce un cam bio radical de la poltica. E, independientemente de qu partido gobierne, la mitad del electorado siente siempre que la otra mitad le est imponiendo su poltica, una poltica que le desagrada profundamente. En esta situacin si un partido es reelegido continua mente, probablemente los partidarios del otro partido se rebelarn; mientras que si los dos partidos gobiernan alternativamente, se producir el caos social porque las polticas gu bemamentales cambiarn una y otra vez de un extremo a otro. As pues, la democracia no llega a generar un gobiemo efectivo o estable cuando el electorado est polarizado. O bien la distribucin debe cambiar o la democracia ser reemplazada por la tirana, en la que un extremo impone sus deseos al otro.

    El modelo original de Hotelling se limitaba al caso de dos empresas (o dos parti dos) porque, cuando existan tres empresas, las dos de los extremos convergan sobre la del medio forzndola a saltar fuera para evitar la estrangulacin. Puesto que este proce so se repeta una y otra vez, no apareca un equilibrio estable. Pero en mi modelo este salto es imposible, porque cada partido ha de mantener la continuidad de su ideologa. Por consiguiente, este modelo puede aplicarse a los sistemas multipartidistas sin que se produzca un desequilibrio.

    Los sistemas multipartidistas existirn con mayor probabilidad cuando la distribu cin de votantes es multimodal, como en la figura 4.3. Cada partido independiente forma una modalidad y est motivado para permanecer en ella y diferenciarse lo ms posible de los partidos ms cercanos. Si se mueve hacia la izquierda para ganar votos, pierde los mismos votos en favor del partido a su derecha (o los pierde por la abstencin si es un partido extremista al final del extremo derecho) y viceversa. As pues, su comportamien to ptimo es permanecer donde est e impedir que otros partidos se le aproximen. En un sistema multipartidista, por tanto, encontramos las condiciones exactamente opuestas a las que hacen viable un sistema bipartidista. Mientras que en el primero cada partido se

    25 50 75 100

    Fig . 4.3.

  • 104 DIEZ TEXTOS BASICOS DE CIENCIA POLTICA

    ligaba a una posicin ideolgica definida y subrayaba sus diferencias respecto de los de ms partidos, en el ltimo ambos partidos se mueven hacia el centro poltico de forma que se asemejen el uno al otro tan estrechamente como sea posible.

    Esta conclusin supone que, en los sistemas multipartidistas, los votantes se en frentan a una gama ms amplia de posibilidades de eleccin que los votantes de los sis temas bipartidistas, y que cada eleccin dentro de la gama est ms decididamente liga da a alguna posicin ideolgica. Pareciera que el electorado ejerce una funcin ms sig nificativa en un sistema multipartidista que en un sistema bipartidista, porque solamente en el primero tiene importancia qu partido resulta elegido.

    Sin embargo, en poltica, las apariencias engaan porque, de hecho, es probable que en un sistema multipartidista el gobiemo tenga un programa menos definido, menos co herente y menos integrado que en un sistema bipartidista. Esta paradjica consecuencia surge de la necesidad, en la mayora de los sistemas multipartidistas, de formar gobier nos de coalicin. Puesto que los votantes estn repartidos en distintas modalidades, sola mente en raras ocasiones un partido obtiene el apoyo de la mayora de los votantes. Sin embargo, en la generalidad de las democracias, el gobiemo no puede funcionar sin el apo yo, al menos indirecto, de la mayora de los votantes. Incluso en los sistemas en los que el parlamento elige el gobiemo, una mayora de sus miembros debe apoyar la coalicin elegida para gobemar antes de que sta pueda tomar posesin de sus puestos. Si suponemos que la representacin en el parlamento es justa (que cada miembro re presenta el mismo nmero de ciudadanos) entonces incluso un gobiemo de coalicin debe recibir el apoyo indirecto de la mayora para gobemar.

    Ese apoyo slo puede mantenerse si el gobiemo cumple al menos algunas polticas ideolgicamente cercanas a cada conjunto de votantes cuyo apoyo necesita. Si una ma yora de votantes se concentra sobre una banda relativamente estrecha a la izquierda de la escala, entonces el gobiemo puede elegir todas sus polticas dentro de esta banda. Por consiguiente, sus polticas formarn un conjunto coherente que constituye el punto de vis ta ideolgico asociado con este rea de la escala. Este resultado es el tpico de un siste ma bipartidista.

    En un sistema multipartidista existen muchos gmpos repartidos a lo largo de la es cala. Por lo tanto, para agradar a la mayora de los votantes, el gobiemo debe ser una coalicin de partidos y debe incluir en su conjunto de polticas algunas apoyadas por cada partido de la coalicin. De esta forma el gobiemo remunera a los votantes de cada gm po por su apoyo. Pero, a la vez, resulta que, al abarcar su programa polticas que reflejan una amplia variedad de puntos de vista ideolgicos, no existe ninguna cohesin o inte gracin posible entre ellas. A este resultado se llega necesariamente cuando la distribu cin de votantes a lo largo de la escala est tan repartida que solamente una banda muy amplia puede reunir una mayora.

    En consecuencia, en cada eleccin, un sistema multipartidista ofrece a los votantes una opcin muy clara entre conjuntos de polticas definidas y bien integradas, pero slo raramente gobierna de hecho uno de estos conjuntos. Normalmente gobiema una coali cin y es probable que sus polticas sean menos definidas y menos integradas que las del gobiemo en un sistema bipartidista. Esto es cierto aunque los votantes de este ltimo sis

  • TEORA ECONMICA DE LA ACCIN POLTICA 105

    tema se enfrenten slo a dos alternativas relativamente poco integradas y que sin embar go se asemejan mucho. No es raro que la poltica parezca a menudo confusa.

    El que un sistema poltico tenga dos o ms partidos depende de la distribucin de votantes en la escala y de las normas electorales que rigen el sistema. Para demostrar esta dependencia dual utilizar el concepto equilibrio poltico. Decimos que existe un esta do de equilibrio poltico cuando no pueden formarse con xito nuevos partidos y cuando ningn partido est motivado para cambiar su posicin.

    El nmero de nuevos partidos que pueden formarse con xito vara segn su capa cidad de obtener la renta, el poder y el prestigio inherentes a los cargos del gobiemo; es decir, la capacidad de ser elegido (que es mi definicin del xito). Si la constitucin exi ge la eleccin de un parlamento con representacin proporcional y la posterior formacin del gobiemo por ste, entonces pueden formarse muchos partidos porque cualquiera de ellos puede conseguir, con el apoyo de una pequea proporcin de los ciudadanos, que al menos algunos de sus miembros sean elegidos. Una vez designados, estos miembros tie nen la posibilidad de participar en los ritos del poder unindose al gobiemo de coalicin. Por consiguiente, de mi hiptesis respecto de las motivaciones de partido, se deduce que es probable que existan muchos partidos en un sistema de representacin proporcional. Su nmero est limitado solamente por la cantidad de escaos en el parlamento y por la necesidad de formular ideologas suficientemente diferentes de las de los otros partidos para restarles votos. Seguirn formndose nuevos partidos hasta que la distribucin de votantes est saturada, hasta que no haya suficiente espacio ideolgico entre los par tidos existentes para permitir la aparicin de otros significativamente diferentes de ellos.

    En un sistema electoral en el que es necesaria una pluralidad para obtener la victo ria, el lmite para la formacin de nuevos partidos es mucho ms restringido. Puesto que la nica forma de imponerse a todos los oponentes es conseguir la mayora de los votos, los partidos pequeos tienden a combinarse hasta que quedan dos gigantes, cada uno de los cuales tiene posibilidades razonables de obtener la mayora en cualquier eleccin. Como explicamos anteriormente, depender de la distribucin de votantes el lugar donde se encuentren estos dos partidos en la escala ideolgica.

    En realidad, la posicin poltica y la estabilidad de los gobiemos en una democra cia son relativamente independientes del nmero de partidos; dependen princi|)almente de la naturaleza de la distribucin de votantes o de la escala izquierda-derecha.^ Si una ma yora de votantes se concentra en un estrecho espacio de la escala, es probable que un go biemo democrtico sea estable y efectivo, independientemente del nmero de partidos que exista. Como hemos sealado anteriormente, el gobiemo puede formular un conjun to de polticas que atraiga a la mayora de los votantes y, sin embargo, no incluyan pun tos de vista ampliamente dispares. Pero si el gobiemo puede obtener el apoyo de la ma yora adoptando solamente un conjunto de polticas elegidas entre una amplia gama de puntos de vista, estas polticas tienden a anularse, y la capacidad neta del gobiemo para

    19. El nmero de partidos suficientemente diferentes que el sistema puede soportar depende de la forma de dis tribucin de los votantes en la escala.

    20. Sin embargo, puesto que las preferencias de las nuevas generaciones estn influidas por las alternativas que se les ofrecen, el nmero de partidos es uno de los factores que determinan la forma de distribucin de los votantes.

  • 106 DIEZ TEXTOS BSICOS DE CIENCIA POLITICA

    resolver problemas sociales ser baja. As pues, la distribucin de votantes (que es, en s misma, una variable a largo plazo) determina si la democracia lleva o no a un gobiemo efectivo.

    VI. Cuando la informacin es costosa, ningn agente con capacidad de decisin est en condiciones de conocer todo lo que puede afectar a su decisin antes de tomarla. Debe seleccionar slo unos pocos datos de la amplia oferta existente y basar su decisin slo en ellos. Esto no es seguro aun si puede obtener datos sin pagarlos, puesto que asi milarlos exige tiempo y es, por lo tanto, costoso.

    La cantidad de informacin racional que adquiera un agente con capacidad deciso ria est determinada por el siguiente axioma econmico: cualquier acto es racional siem pre que su ingreso marginal sea mayor que su coste marginal. El coste marginal de un poquito de informacin es el aumento de utilidad que se obtiene porque la informacin permite al agente decisor mejorar su decisin. Normalmente, en un mundo imperfecta mente informado no se conoce de antemano con precisin ni el coste ni el ingreso; pero los agentes capaces de decidir pueden, de todos modos, emplear la norma enunciada con siderando los costes esperados y los ingresos esperados.

    Este razonamiento es tan aplicable a la poltica como a la economa. En lo que se refiere al ciudadano medio, existen dos decisiones polticas que exigen informacin. La primera es decidir a qu partido va a votar; la segunda es decidir en qu asuntos ejercer la influencia directa sobre la formacin de las polticas del gobiemo (es decir, cmo for mar gmpos de presin). Examinemos primero la decisin de voto.

    Antes de hacerlo, es necesario reconocer que en cada sociedad se est diseminando constantemente entre los ciudadanos un flujo de informacin gratuita. Aunque estos datos gratuitos necesitan tiempo para ser asimilados, este tiempo no es directamente atribuible a ningn tipo particular de toma de decisin, puesto que es un coste necesario de vivir en sociedad. Por ejemplo, las conversaciones con los colegas en los negocios, las charlas con amigos, la lectura de los peridicos en la barbera y la escucha de la radio mientras se conduce hacia el trabajo son todas ellas fuentes de informacin que el hom bre medio encuentra sin realizar ningn esfuerzo particular. Por lo tanto, podemos consi derarlas como parte del flujo de informacin gratuita, y excluirlas del problema de cunta informacin debera obtener un agente con capacidad decisoria, con el propsito especfico de mejorar sus decisiones.

    El ingreso marginal de la informacin adquirida en el terreno de los votos se mide por la ganancia esperada de votar correctamente en vez de hacerlo incorrectamente. En otras palabras, es la ganancia en utilidad que un votante cree que obtendr si apoya al partido que realmente le proporciona mayor utilidad, en lugar de apoyar a otro partido. Sin embargo, a menos que su voto realmente sea decisorio en la eleccin, no tendr el efecto de que el partido correcto sea elegido en vez de serlo el partido errneo; el que el partido correcto gane no depende de cmo vota cada votante. Por lo tanto, el vo tar correctamente no produce ninguna ganancia ni utilidad; igual pudiera haber votado incorrectamente.

    Esta situacin proviene de la insignificancia de cualquier votante particular entre un

  • amplio electorado. Puesto que el coste de votar es muy bajo, cientos, miles e incluso mi llones de ciudadanos pueden permitirse votar. Por lo tanto, la probabilidad de que el voto de cualquier ciudadano sea decisivo es realmente muy pequea. No es cero, y puede in cluso ser significativa si l cree que las elecciones estarn muy igualadas. Pero, en la ma yora de los casos, es tan nfima que hace infinitesimal el ingreso proveniente de votar correctamente. Esto es cierto independientemente de lo tremenda que pueda ser la pr dida en utilidad que el votante experimentara si fuese elegido el partido errneo. Y si esta prdida es, en s misma, pequea (como puede ocurrir cuando los partidos se pare cen estrechamente unos a otros, o tambin en las elecciones locales), entonces el incen tivo para informarse bien es prcticamente inexistente.

    Por lo tanto, alcanzamos la sorprendente conclusin de que es irracional que la ma yora de los ciudadanos adquieran informacin poltica con propsitos de voto. En la me dida en la que cada persona considera como dado el comportamiento de los dems, no vale la pena para l el adquirir informacin que su voto sea correcto. La probabilidad de que su voto determine qu partido va a gobemar es tan baja que incluso un coste tri vial de procurarse informacin sobrepasar su ingreso. Por consiguiente, la ignorancia en poltica no es consecuencia de una actitud aptica y poco patritica; es, ms bien, una res puesta completamente racional a los hechos de la vida poltica en una democracia amplia.

    Esta conclusin no significa que los ciudadanos que estn bien informados en pol tica sean irracionales. Un hombre racional puede informarse bien por cuatro razones: 1) puede disfmtar con la buena informacin en s misma, de forma que la informacin como tal le proporciona una utilidad; 2) puede creer que la eleccin va a ser tan igualada que la probabilidad de que el suyo sea un voto decisivo es relativamente alta; 3) puede nece sitar informacin para influir sobre los votos de los otros, de forma que pueda alterar el resultado de la eleccin o persuadir al gobiemo de que atribuya a sus preferencias una ponderacin mayor que a las de los otros; o bien 4) puede necesitar informacin para in fluir en la formacin de la poltica del gobiemo como miembro de un gmpo de presin. De todos modos, puesto que lo ms probable es que ninguna eleccin sea tan igualada como para hacer decisivo el voto de cualquier persona o los votos de todos aquellos a los que puede persuadir para que estn de acuerdo con l, el comportamiento racional para la mayora de los ciudadanos es seguir estando polticamente poco informados. En lo que se refiere a la votacin, cualquier intento de adquirir informacin, ms all del que proporciona el flujo de datos gratuitos, es para el votante un simple despilfarro de recursos.

    La disparidad entre esta conclusin y el concepto tradicional de buen ciudadano en una democracia es realmente sorprendente. Cmo podemos explicarla? La respuesta es que los beneficios que la mayora de los ciudadanos obtendra si viviesen en una socie dad con un electorado bien informado son, por naturaleza, indivisibles. Cuando la mayo ra de los miembros del electorado conocen qu polticas son las mejores para sus intere ses, el gobiemo se ve forzado a seguir aquellas polticas para evitar su fracaso (supo niendo que exista un consenso entre los bien informados). Esto explica por qu los defensores de la democracia piensan que los ciudadanos deberan estar bien informados.

    TEORA ECONMICA DE LA ACCIN POLTICA ^ 07

  • 108 DIEZ TEXTOS BASICOS DE CIENCIA POLITICA

    Pero los beneficios de estas polticas recaen sobre cada uno de los miembros de la ma yora a la que sirven, independientemente de si han contribuido o no a ponerlas en prc tica. En otras palabras, el individuo recibe estos beneficios, tanto si est bien informado como si no, siempre que la mayora de la gente est bien informada y que sus intereses sean similares a los de esa mayora. Por otro lado, cuando nadie est bien informado, el individuo no puede generar estos beneficios informndose bien l mismo, puesto que para lograrlo es necesario un esfuerzo colectivo.

    As pues, cuando los beneficios son indivisibles, cada individuo tiene siempre mo tivos para evadir su participacin en el coste de obtenerlos. Si supone que el comporta miento de los dems est dado, el que reciba o no beneficios no depender de su propio esfuerzo, pero el coste con que contribuye s que depende de su esfuerzo; por consi guiente, el comportamiento ms racional para l es minimizar este coste, es decir, per manecer polticamente desinformado. Puesto que todos los individuos razonan del mismo modo, ninguno contribuye al coste, y no se generan benficios.

    La forma usual de escapar a este dilema es que todos los individuos se pongan de acuerdo para obedecer a un agente central. Entonces, cada uno se ve forzado a pagar su parte de los costes, pero sabe que todos los dems estn tambin obligados a pagar. As, todos estn mejor de lo que estaran si no hubiesen incurrido en costes, porque todos re ciben los beneficios que (supondr aqu) compensan con creces su participacin en los costes. sta es la razn bsica para utilizar la coercin en la recaudacin de ingresos para la defensa nacional y para muchas otras actividades gubemamentales que producen be neficios indivisibles.

    Pero esta solucin no es factible en el caso de la informacin poltica. El gobiemo no puede obligar a los ciudadanos a estar bien informados, porque la buena informacin es difcil de medir, porque no existe ninguna regla sobre la que se est de acuerdo para decidir cunta informacin y de qu tipo debera tener cada ciudadano, y porque la in terferencia resultante en las vidas personales producira una prdida de utilidad que so brepasara probablemente los beneficios a obtener de un electorado bien informado. Lo ms que ha hecho un gobiemo democrtico para remediar esta situacin ha sido obligar a los jvenes en las escuelas a tener cursos de civismo, gobiemo e historia.

    En consecuencia, es racional, desde el punto de vista de cada individuo, el minimi zar su inversin en informacin poltica, a pesar de que la mayora de los ciudadanos po dran beneficiarse sustancialmente si todo el electorado estuviese bien informado. Como consecuencia, los sistemas polticos democrticos se ven abocados a operar a una efi ciencia menor que la mxima. El gobiemo no sirve a los intereses de la mayora tan bien como lo hara si sta estuviese bien informada. Pero nunca se informar bien, puesto que el hacerlo es colectivamente racional, pero individualmente irracional; y, en ausencia de cualquier mecanismo que asegure una accin colectiva, prevalece la raciona lidad individual.

    21. Vase Paul A. Samuelson, The pure Theory o f Pubhc Expenditures, Review o f Economics and Statistics, XXXVI, noviembre 1954, pp. 387-389.

  • VIL Cuando aplicamos el concepto econmico de racionalidad al segundo empleo poltico de la informacin, el origen de los gmpos de presin, los resultados tambin son incompatibles con la imagen tradicional de la democracia. Para ser miembro efectivo de un gmpo de presin, un ciudadano debe persuadir al partido gobemante de que las pol ticas que desea, o bien ya son deseadas por gran nmero de votantes o bien son tan be neficiosas para el resto del electorado como para que ste, en el peor de los casos, no las rechace. Para ser persuasivo, el miembro potencial de un gmpo de presin debe estar muy bien informado acerca de cada rea poltica en la que desee ejercer influencia. Debe ser capaz de disear una poltica que le beneficie ms que otras, de contrarrestar los argu mentos esgrimidos por los miembros de otros gmpos de presin opuestos, de formular o reconocer compromisos aceptables para l. Por lo tanto, para ser miembro de un gmpo de presin se requiere mucha ms informacin que para votar, puesto que los votantes, incluso los que estn bien informados, slo necesitan comparar alternativas formuladas por otros.

    Por esta razn, el coste de adquirir informacin suficiente para ejercer una presin efectiva es realmente elevado. El miembro de un gmpo de presin debe ser un experto en las reas polticas en las que trata de influir. Puesto que pocos ciudadanos pueden gastar el tiempo o el dinero necesarios para convertirse en expertos en ms de una o dos reas de la poltica (o contratar expertos), la mayora de los ciudadanos han de especiali zarse en unas pocas reas. Este comportamiento es racional, aun cuando las polticas que les afectan pertenezcan a muchas reas. Inversamente, slo unos pocos especialistas ejer cern presin activa sobre el gobiemo en cualquier rea poltica. En consecuencia, no es necesario que cada uno compare el impacto de su presin individual con el gran nmero de personas que influyen en la decisin, como lo hace cuando piensa en la fuerza de su voto. Por el contrario, para los pocos miembros de un gmpo de presin que se especiali zan en cualquier rea determinada, los ingresos potenciales provenientes de la informa cin poltica pueden ser muy elevados precisamente porque son tan pocos.

    Los que mejor pueden permitirse participar en un gmpo de presin en cualquier rea de la poltica son quienes reciben sus rentas de esa rea. Esto es verdad porque casi todos los ciudadanos obtienen su renta de una o dos fuentes; por consiguiente, cualquier poltica gubemamental que afecte a dichas fuentes es de vital inters para ellos. Por el contrario, cada persona gasta su renta en gran variedad de reas de la poltica, de mane ra que una variacin en cualquiera de ellas no le resulta demasiado significativa. Por lo tanto, es mucho ms probable que los individuos ejerzan influencia directa sobre la for macin de la poltica gubemamental en su papel de productores, que en su papel de con sumidores. En consecuencia, un gobiemo democrtico se inclina normalmente a favor de los intereses de los productores y en contra de los intereses de los consumidores, aun cuando los consumidores de un producto cualquiera son normalmente mucho ms nume rosos que sus productores. La legislacin sobre derechos de aduanas proporciona un no torio ejemplo de esta inclinacin.

    Hay que subrayar que esa explotacin sistemtica de los consumidores por parte de los productores, que actan a travs de las polticas gubemamentales, no es consecuencia de una insensata apata por parte de los consumidores. De hecho, ocurre justamente lo

    TEORA ECONMICA DE LA ACCIN POLTICA \ 0 9

  • 110 DIEZ TEXTOS BSICOS DE CIENCIA POLTICA

    contrario. El sesgo anticonsumidores del gobiemo se produce porque stos buscan ra cionalmente adquirir slo la informacin que les proporciona un ingreso mayor que su coste. Lo que el consumidor podra ahorrar informndose de cmo afecta la poltica gu bemamental a cualquier producto que adquiere, no le compensa del coste de informarse (especialmente cuando su influencia personal sobre la poltica del gobiemo es probable mente muy pequea). Como esto atae a casi todos los productos que adquiere, adoptar un comportamiento de ignorancia racional, exponindose as a una explotacin extensi va. Sin embargo, para l sera irracional actuar de otro modo. En otras palabras, los gm pos de presin son efectivos en una democracia porque todos los agentes afectados (los explotadores, los explotados y el gobiemo) se comportan racionalmente.

    VIH. Claramente, el comportamiento racional en una democracia no es lo que su pone la mayora de los tericos normativos. Los politlogos, en particular, han creado con frecuencia modelos de cmo deberan comportarse los ciudadanos en una democracia sin tener en cuenta la economa de la accin poltica. En consecuencia, gran parte de las pmebas citadas frecuentemente para demostrar que en una democracia la poltica est do minada por fuerzas irracionales (no lgicas) demuestra, de hecho, que los ciudadanos res ponden racionalmente (eficientemente) a las exigencias de la vida en un mundo imper fectamente informado.^^ La apata de los ciudadanos respecto de las elecciones, su igno rancia de los principales problemas, la tendencia de los partidos en un sistema bipartidista a parecerse uno al otro y el carcter anticonsumidor de la accin gubemamental pueden explicarse lgicamente como reacciones eficientes a la informacin imperfecta en una de mocracia amplia. Cualquier teora normativa que las considere signos de comportamien to no inteligente en poltica, muestra su incapacidad para afrontar que la informacin es costosa en el mundo real. As, la teora poltica se ha perjudicado porque no ha tenido en cuenta ciertas realidades econmicas.

    Por otro lado, la teora econmica ha sido afectada porque no ha tenido en cuenta las realidades polticas de la toma de decisiones gubemamentales. Los economistas se han contentado con discutir la accin gubemamental como si los gobiemos estuviesen di rigidos por altmistas perfectos cuya nica motivacin fuese maximizar el bienestar social. En consecuencia, los economistas han sido incapaces de incorporar el gobiemo al resto de teora econmica, que se basa en la premisa de que todos los hombres actan prima riamente en funcin de sus propios intereses. Adems, han concluido errneamente que las decisiones gubemamentales siguen los mismos principios en todas las sociedades, porque su finalidad es siempre la maximizacin del bienestar social. Si mi hiptesis es cierta, la finalidad del gobiemo es conseguir la renta, el poder y el prestigio que supone

    22. En esta frase la palabra irracional no es antnimo de la palabra racional, como muestra el sinnimo en tre parntesis. Por supuesto, este uso dual puede causar confusin. Sin embargo, a lo largo de este artculo he empleado la palabra racional en vez de su sinnimo eficiente porque deseo subrayar el hecho de que un ciudadano inteligente siem pre realizar cualquier acto cuyo ingreso marginal exceda su coste marginal. En otras palabras, a veces es racional (efi ciente) actuar irracionalmente (en forma no lgica), en cuyo caso un hombre inteligente contradice la racionalidad, en el sentido tradicional, con tal de alcanzarla en el sentido econmico. Esto es lo que realmente quiere decir la frase del texto a la que se refiere esta nota.

  • gobernar. Puesto que los mtodos para alcanzar este fin son muy diferentes en los Esta dos democrticos, en los totalitarios y los aristocrticos, no puede formularse una sola teora para explicar la toma de decisiones gubemamentales en todas las sociedades. Tam poco puede separarse de la poltica la teora de la toma de decisiones gubemamentales. La forma en que cada gobiemo decide en la realidad depende de la naturaleza de las relacio nes fundamentales de poder entre los gobernantes y los gobernados en la sociedad en cues tin; es decir, dependen de la constitucin poltica de la sociedad. Por lo tanto, a cada tipo distinto de constitucin corresponder una teora distinta de la actuacin poltica.

    Concluyo, pues, que una teora realmente til de la actuacin gubemamental en una democracia (o en cualquier otro tipo de sociedad) debe ser econmica y poltica. En este captulo he tratado de esbozar esa teora. El intento demuestra, al menos, hasta qu pun to los cientficos economistas y polticos dependen unos de otros para analizar la toma de decisiones gubemamentales, que constituye la fuerza econmica y poltica ms impor tante en el mundo de hoy.

    TEORA ECONMICA DE LA ACCIN POLTICA