Anti-racismo Como Práctica Social y Política

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Anti-racismo como práctica social y política Corresponsal / Gabriela Maldonado —————————-- “#RenunciaAlRacismoYa! Respeto a la movilización convocada por nosotros los pueblos indígenas y las comunidades campesinas. Nosotros hemos mantenido la indignación por años! Nosotros salimos a las calles desde el 14 de enero del 2012, porque este gobierno jamás nos ha representado. El Racismo y la Discriminación también son causantes de corrupción e impunidad.” ~Andrea Ixchíu “No tengamos miedo de imaginarnos los futuros posibles más radicales.” ~Angela Davis La transformación social que los guatemaltecos añoramos requiere más que un cambio político; también es necesario un cambio cultural, ya que las interacciones que suceden en el ámbito político surgen, se aceptan y se reproducen en el ámbito socio-cultural. En este año de manifestaciones y protestas, varios dirigentes indígenas han

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La transformación social que los guatemaltecos añoramos requiere más que un cambio político; también es necesario un cambio cultural, ya que las interacciones que suceden en el ámbito político surgen, se aceptan y se reproducen en el ámbito socio-cultural. En este año de manifestaciones y protestas, varios dirigentes indígenas han reconocido que el racismo y la discriminación están detrás de la corrupción e impunidad. Esto implica que transformar el país no solo requiere cambiar a los políticos, sino que también es necesario cambiar la base de las relaciones sociales en el país, erradicando así el racismo de la sociedad. Quiero hablar, entonces, del cambio cultural hacia el anti-racismo.

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Anti-racismo como práctica social y política

Corresponsal / Gabriela Maldonado

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“#RenunciaAlRacismoYa! Respeto a la movilización convocada por nosotros los pueblos indígenas y las comunidades campesinas. Nosotros hemos mantenido la indignación

por años! Nosotros salimos a las calles desde el 14 de enero del 2012, porque este gobierno jamás nos ha representado. El Racismo y la Discriminación también son

causantes de corrupción e impunidad.” ~Andrea Ixchíu

“No tengamos miedo de imaginarnos los futuros posibles más radicales.” ~Angela Davis

La transformación social que los guatemaltecos añoramos requiere más que un cambio político; también es necesario un cambio cultural, ya que las interacciones que suceden en el ámbito político surgen, se aceptan y se reproducen en el ámbito socio-cultural. En este año de manifestaciones y protestas, varios dirigentes indígenas han reconocido que el racismo y la discriminación están detrás de la corrupción e impunidad. Esto implica que transformar el país no solo requiere cambiar a los políticos, sino que también es necesario cambiar la base de las relaciones sociales en el país, erradicando así el racismo de la sociedad.

Quiero hablar, entonces, del cambio cultural hacia el anti-racismo.

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Hace unas semanas estaba traduciendo para un grupo de extranjeros y uno de ellos, un muchacho de Etiopía, me preguntó ¿Eres Maya?

Su pregunta me sorprendió pues nunca me la habían hecho. Creo que para los que viven en Guatemala la respuesta sería obvia -- mi ropa occidental, mi acento al hablar español, mi piel morena clara (así decía mi cédula) y mi pelo colocho hablan más que todo de un mestizaje o incluso de ser ladina. Además, sentía que responder "no" merecía una explicación más extensa que no estaba preparada para dar en ese momento.

Me decidí por la respuesta sencilla: No, a lo cual mi interlocutor contestó Ay, yo quería poner en facebook que había conocido una chica Maya -- cabe mencionar que la plática que traduje para los extranjeros era sobre las luchas de los pueblos indígenas. Sin pensarlo refuté, Pero soy guatemalteca, queriendo rescatar mi exotismo frente al visitante, y luego comencé a explicar que soy mestiza de sangre española e indígena... El muchacho rápidamente exclamó ¡Ay, qué lo siento! Imaginé que, como africano, él también entendía las dinámicas de la colonización y el mestizaje.

Al final el muchacho sí se tomó una foto conmigo que luego puso en facebook haciendo referencia a “la bufanda Maya” que había comprado. Sin embargo, sus comentarios me dejaron sintiéndome incómoda y confundida con mi respuesta respecto a mi etnicidad y el ser guatemalteca.

De regreso en mi casa y reflexionando sobre lo sucedido sentí la necesidad de seguir hablando del tema. Así que compartí el incidente en facebook y pedí la opinión de los lectores: cómo responden a la pregunta ¿eres Maya? ¿cómo entiende el ser guatemalteca o guatemalteco?

Varias personas contestaron mi pregunta diciendo que 1) la etnicidad no es importante porque todos somos guatemaltecos o 2) es una decisión personal pero que al final todos somos iguales. Me pareció interesante que para la mayoría fuera tan fácil obviar cuestiones de etnicidad. Mientras que para los demás, quienes se identificaron como indígenas, el poder llamarse Maya es una acto político de resistencia frente a un sistema que les ha discriminado y ha buscado borrar la memoria y legado de sus pueblos.

Tratando de hacer sentido de estas interrogantes busqué “etnicidad” en el diccionario, pero su definición parecía apuntar a la elección individual de la que se hablaba en facebook. Sin embargo, me parecía que hablar de etnicidad como una decisión individual era una acción irresponsable ya que vivimos en un país en el cual las oportunidades de vida y el acceso a recursos está marcado por la etnicidad.

Otras inquietudes surgieron dentro de mí, ¿cómo hablar de racismo en un país multiétnico? ¿Cómo entender que el racismo ha sido un elemento estructurador dentro país? ¿Cómo explicar que las personas no-indígenas hemos sido privilegiadas en ese sistema?

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“No tengamos miedo de imaginarnos los futuros posibles más radicales.” ~Angela Davis

Para ayudarme a entender estos temas tuve la oportunidad de leer el libro “Sexo y Raza: Analíticas de la blancura, el deseo y la sexualidad en Guatemala” publicado por AVANCSO este año. En el texto se explica que es en el ámbito académico en el que se empieza a utilizar la etnia en vez de raza desde los años 1990, logrando así que la conversación cambie a identidades asumidas (ontología de la identidad) en lugar de categorías impuestas (ontología de la raza). Es así que surge el actual discurso socialmente aceptado en el país del multiculturalismo y la multietnicidad.

Sin embargo, en el ensayo de Alejandro Flores se explica que, aunque hayamos cambiado nuestro lenguaje, las categorías y jerarquías raciales que se instauraron desde la colonia aún siguen rigiendo la mentalidad guatemalteca para entender los cuerpos.

La mentalidad colonial estaba basada en la supremacía blanca y la búsqueda del blanqueamiento. Así los cuerpos eran categorizados y jerarquizados basados en su cercanía a la blanquitud. “La noción de la raza adquiere la relevancia que tiene en la modernidad a partir del establecimiento de sistemas conceptuales binarios que atribuyen a los blancos/europeo ‘temperamentos’ tales como la inteligencia, la superioridad, la belleza, la técnica, etcétera. Mientras que al ‘otro’ existente en el ‘mundo salvaje’ se le consideraba como alguien predispuesto a la ‘inferioridad’, la ‘rusticidad’, la ‘brutalidad’, el servilismo, entre otras cosas”

En la Guatemala actual no se utilizan las categorías raciales de la Colonia, al contrario, se habla de la aceptación de todas las culturas y etnias, pero esto no quiere decir que la mentalidad colonial sobre la raza haya sido eliminada del pensamiento y actitudes guatemaltecas. “La ontología de la identidad solamente se sumó a la ontología de la raza, no la reemplazó,” explica Flores.

Es así como en la actualidad a las personas de baja estatura, piel oscura, ojos negros y rasgados, cabello negro y lacio y poco bello corporal (características biológicas que surgen por la adaptación de los cuerpos a un espacio geográfico), sin importar si se autoidentifican como indígenas o no, son considerados inferiores (menos civilizados, menos inteligentes, etc.) a las personas que exhiben características apegadas a la blanquitud (estatura alta, piel blanca, ojos claros, cabello rubio, etc.).

La raza no es igual a la etnicidad; la raza precede nuestras concepciones de etnicidad y aún opera dentro del imaginario de nación aunque de maneras sutiles. La raza estructura nuestras relaciones interpersonales y sociales, y sirve para justificar todo tipo de violencia cometidas en contra de aquellos cuerpos que son considerados inferiores. Dentro de este sistema yo y otros como yo, nos hemos visto privilegiados y exentos de tales opresiones.

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“Privilegio es cuando piensas que algo no es un problema porque no es un problema para ti personalmente”

~Autor desconocido

“Así como ahora los de la capital nos sentimos indignados y enojados al punto de salir a las calles entre semana para exigir nuestras demandas; así es cómo siempre se han sentido

muchas organizaciones indígenas y campesinas cada vez que decidían parar algunas carreteras.

Ojalá esto nos ayude a ser un poco más empáticos” ~Andrea Tock

“Me cuesta entender porqué es más fuerte la demanda de juzgar a Otto Pérez Molina por Ladrón y no por Asesino de Niños, Mujeres y Ancianos o por entregar nuestro territorio a las

transnacionales. Sí, que siga la lucha anti-corrupción, pero que jamás desplace a la lucha por la vida!”

~Andrea Ixchíu

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“La resistencia puede ser más que oposición, puede ser realmente creativa y transformadora”

~Sherry Ortner

Yo sueño con una sociedad basada en la justicia y el respeto mutuo. Justicia no sólo frente a la corrupción política, sino también frente a las acciones que atentan contra el bienestar emocional y material de las personas. Una sociedad en la que todas las personas sean libres de ser ellas mismas sin que los prejuicios y la discriminación afecten sus oportunidades de vida.

Para llegar a crear esa sociedad, el anti-racismo es fundamental para contrarrestar la violencia que ha afectado a miles de guatemaltecas y guatemaltecos a través de la historia. El anti-racismo como práctica cultural va más allá de la aclaración: Pero si yo no soy racista. Ser anti-racista requiere actuar conscientemente para desmantelar el sistema social-cultural que discrimina y oprime a ciertas personas, y que es base de políticas y políticos excluyentes.

El siguiente es un listado de actitudes antirracistas que podemos comenzar a realizar hoy y así ser parte de la transformación de nuestra sociedad:

1. Reconocer que en Guatemala somos socializados para ser racistas y confrontar activamente nuestros prejuicios y acciones discriminatorias;

a. ¿Qué forma toma el racismo en tu vida?

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i. ¿Qué estereotipos tenemos sobre personas que son distintas a nosotras?

ii. ¿Cómo les tratamos y cómo les hablamos y cómo se diferencia de la forma en que nos relacionamos con personas como nosotras?

b. ¿Qué forma toma el racismo en los movimientos sociales, en la sociedad guatemalteca, en la política, en la economía, en los libros de historia, etc.?

2. Relacionarnos con personas que nos puedan ayudar a entender nuestros privilegios raciales y a cuestionarlos;

3. Confrontar los comentarios o actitudes racistas de otras personas y presentar un lenguaje o entendimiento alternativo;

4. Educarnos respecto a la historia de Guatemala con énfasis en cómo las relaciones de raza han dado lugar al sistema actual;

5. Escuchar y seguir el liderazgo de personas indígenas; 6. Educarnos respecto a las luchas y resistencias de los pueblos indígenas; 7. Promover las voces e historias de personas indígenas;8. Participar en movimientos que promuevan una visión anti-racista;9. Animar a otras personas a unirse al movimiento anti-racista. 10. Recordar que el cambio social toma tiempo y que nuestra transformación individual está

íntimamente conectada con la transformación social.