ANTOLOGÍA DE LA POESÍA EN CUBA: (1800 - 1959) · PDF fileralela a la de los...

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  • Carlos Manuel Taracido

    ANTOLOGA DE LAPOESA EN CUBA:

    (1800 - 1959)

  • Portada de la 1 edicin: Madrid: Plaza Mayor, 1972

  • Antologa de la Poesa en Cuba:1800 - 1959

  • Dr. Carlos Manuel Taracido

  • Carlos Manuel Taracido

    ANTOLOGA DE LA POESA EN CUBA:1800 - 1959

    editorialColeccin ANTOLOGAS

  • Coleccin ANTOLOGAS

    Portada: Foto del Valle de Viales (Pinar del Ro, Cuba) tomada por el Dr. Carlos Manuel Taracido. Las fotos interiores tambin son de su autora.

    Carlos Manuel Taracido, 2016Editorial BetaniaApartado de Correos 50.76728080 Madrid, Espaa

    I.S.B.N.: 978-84-8017-373-5. Depsito legal: M-20297-2016.

    Imprime: SAFEKAT.

    Impreso en Espaa - Printed in Spain

  • PREFACIO

    Cuba, como la poesa, estaba llena de belleza y amor, por eso la mejormanera de conocerla es a travs de su lrica. La eterna primavera que baa su suelo influye en los seres que en ella habitan, produciendo un extremo deseo romntico. Este deseo se transforma en poesa, creando una corriente nica que, a pesar de seguir a veces ciertos estilos litera-rios, se sobrepone a ellos. Es mi intencin en esta antologa reunir lo mejor del parnaso cubano, de una manera breve, rpida, concisa. La poesa cubana no empez a florecer hasta principios del siglo XIX. Se desarroll ampliamente en ese siglo y se encamin hacia rumbos ms originales en el siglo veinte.

  • Ro Mayabeque, Gines

  • Adis, patria feliz, edn querido!Doquier que el hado en su furor me impela,tu dulce nombre halagar mi odo!

    Gertrudis Gmez de Avellaneda

  • Calle en Cienfuegos

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    INTRODUCCIN

    Toda literatura necesariamente refleja la contextura mental, el perfil espiritual y las circunstancias histricas del pueblo que la produce como medio expresivo y esttico. De aqu que las letras de la Amrica hispana, aunque procedentes de un origen comn, alcancen configuracin individualizada y fisonoma propia, segn las caractersticas psicolgicas y las condiciones ambientales de los diversos grupos lings-ticos y aun de los diferentes pases de habla espaola.

    Sobre esta pluralidad de causas que determinan la diver-sidad de los rasgos de vida y de las formas de expresin de Hispanoamrica, comenta acertadamente el crtico urugua-yo Alberto Zum Felde:

    Somos occidentales de Amrica, no de Europa. Ocupamos una posicin histrica especial; tenemos nuestras determinantes propias dentro del vasto siste-ma universal del occidentalismo. Existe un complejo de factores fsicos y anmicos que obran en nosotros, conformando modalidades del ser concreto, as como han obrado y obran en otras agrupaciones humanas los factores propios de su existencia en el espacio y en el tiempo que les fueron destinados (1).

    En la literatura cubana se cumple esta ley de autoctona dentro de la unidad. Esta repblica caribea, sometida hoy a tan adverso destino, ha custodiado su patrimonio lings-tico y acrecentado su produccin literaria como una de las fuentes ms dadivosas de su cultura, aportando as a la uni-versalidad hispana su contributo de individualidad fecunda.

    (1) Alberto Zum Felde, El problema de la cultura americana, Buenos Aires, 1943, pgina 79.

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    A lo largo de su devenir histrico, Cuba ha presenciado el confluir de diversas formas culturales. En su mbito fsi-co y humano se han confundido mltiples resonancias, que han seguido el ritmo de los vaivenes de la historia acen-tos inicialmente indgenas, espaoles y africanos, y, con posterioridad, franceses, norteamericanos y de otras varias procedencias. No obstante, el genuino espritu cubano se vivifica con el hlito de la hispanidad, que fluye por los cau-ces de la lengua, la religin, la sangre y la tradicin, tanto cultural como social.

    Tres son las caractersticas ms salientes de las letras cu-banas:

    En primer lugar, el reflejo del panorama tpico de la Isla sus lentos ros y altas montaas; su feraz y amena campi-a, donde seorea por su airosa altivez la palma real; el sol que se derrama en cascadas de luz resplandeciente; el mar de azul luminoso, que cie de olas y espuma el contorno de la tierra cubana y sus serenos horizontes que se diluyen en la lejana, limitados por el Ocano y el perenne verdor de la sabana. Todo coopera a imprimir en la poesa cubana un sello de plenitud telrica, de tropical emotividad y de perceptible gozo vital.

    En segundo trmino, la literatura cubana del siglo XIX posee un aspecto propio e inconfundible, que la diferencia de las letras de las restantes naciones de la Amrica espao-la. Mientras stas conquistaron su independencia de la me-trpoli en los albores del siglo, Cuba continu empeada en tenaz campaa libertaria hasta las postrimeras del mismo. Por esta razn, la casi totalidad de la produccin literaria cubana del XIX sin excluir la poesa se caracteriza por la presencia, a veces exacerbada, del sentimiento poltico y del ansia de libertad.

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    El tercer carcter fundamental reside en la exuberancia potica. Cuba es una de las tierras americanas ms prdi-gas en bardos, por lo que su parnaso ha sido uno de los ms selectos y ricos del Nuevo Mundo. Como prueba de la fecundidad del estro cubano, es suficiente recordar tres figuras que individualmente pudieran dar lustre a un siglo, y que han enriquecido en forma notoria el caudal literario es-paol: Heredia, la Avellaneda y Mart. Esta antologa ofrece la presente seleccin de la poesa cubana, que por breve no es menos representativa y valiosa. A los lectores menos familiarizados con la produccin potica cubana, esta obra proporcionar el conocimiento de, tal vez, insospechada ri-queza; en tanto que para los hijos de Cuba, dispersos hoy en los cuatro puntos cardinales, el presente manojo de pgi-nas ser portador y testigo del recuerdo y la grandeza de la patria, que va quedando ya tan lejana en el tiempo como lo est en la distancia.

  • Campia cubana, Provincia Mayabeque, cerca de Gines.

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    PERODO INICIAL

    Los iniciadores y precursores de la poesa cubana fue-ron Manuel Zequeira y Arango, que naci en 1764 y muri en 1846, y Manuel Justo Ruvalcaba, que naci en 1769 y muri en 1805. Estos poetas comenzaron a escribir a fines del siglo XVIII, con un estilo no completamente clsico. La poesa cubana no sigue nunca fielmente una lnea pa-ralela a la de los movimientos literarios internacionales (o de Espaa) . Todos los poetas del siglo XIX, aunque dentro del romanticismo, tienen peculiaridades. Estos dos poetas inician esa bsqueda de originalidad que caracteriza a la poesa cubana.

    MANUEL DE ZEQUEIRA Y ARANGO

    ODA A LA PIA

    Del seno frtil de la madre Vesta,en actitud erguida se levantala airosa pia de esplendor vestida,

    llenas de ricas galas.

    Desde que nace, liberal Pomonacon su muy verde tnica la ampara,hasta que Ceres borda su vestido

    con estrellas doradas.

    An antes de existir, su augusta madreel vegetal imperio le prepara,y por regio blasn la gran diadema

    le cie de esmeraldas.

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    ...................................................Salve divino fruto, y con el leo

    de tu esencia mis labios embalsama:haz que mi musa de tu elogio digna

    publique su fragancia.

    As el clemente, el poderoso Jove,jams permita que de nube pardaveloz centella que tronando vibre

    sobre tu copa caiga.

    As el cfiro blando en tu contornojams se canse de batir tus alas,de ti apartando el corruptor insecto

    y el aquiln que brama.

    Y as la aurora con divino alientobrotando perlas que en su seno cuajaconserve tu esplendor, para que seas

    la pompa de mi patria.

    Ntese que el poema, aunque de procedencia evidentemente clsica, enraza lo criollo en el tema: la pia.

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    MANUEL JUSTO RUVALCABA

    SONETOS

    Amo triste de m! amo y tomarano amar, Rosala cruel, que si as fueralos males que ahora temo, no temiera,las penas que ahora paso, no pasara.

    Libre de tus crueldades me apartara,y del tirano me riera,que si Menardo al fin no te quisierasegura de traiciones descansara;

    ms si no puede ser que yo te olvide,para qu me despojas del sosiegocuando toda mi gloria en ti reside?

    Piedad ninguna en fin halla mi ruegoen quien as traidora me despideaunque a cenizas me reduzca el fuego.

    ***

    No ves cmo el Hidrpico sedientose entrega al agua con presteza loca,y por ms que la bebe, gusta y tocale incita con antojo ms violento?

    An es poco del agua el elementopara templar el ansia de su boca,

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    pues bebiendo le enciende y le provocala interminable sed de su tormento.

    As Rosala cruel, de amor doliente,al Hidrpico insano fiel imitopretendiendo saciar mi ardor vehemente

    a tus labios me lleva el apetito,ms ay! que en ellos hallo sed ardientepor ms que el refrigerio solicito.

    ***

    Cuando risueo se levanta el daSe agrava con las horas mi tormentoY crece de continuo el sentimientoCuando cae la noche oscura y fra:

    Lejos de la quietud y la alegraDescanso busco, pero no lo siento.Porque si es que reposo algn momentoEs cuando me desmaya la agona.

    Vuelve otra vez el da congojosoY me encuentra del modo que me deja.Despierto sin alivio ni consuelo.

    Tu, Rosala, procura mi reposo,No renueves la causa de mi queja,Haz por que mude de semblante el cielo.

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    En el perodo inicial tenemos al primer gran poeta de Cuba, un verdadero genio potico: Jos Mara Heredia. Heredia naci en 1803 y muri en 1839. Forma clsica, fogosidad romntica, la Naturaleza lo envuelve, pero no dej de escribir sobre su cautiva patria.

    JOS MARA HEREDIA

    NIGARA

    Templad mi lira, ddmela, que sientoen mi alma estremecida y agitadaarder la inspiracin. Oh! cunto tiempoen tinieblas pas, sin que mi frentebrillase con su luz!... Nigara undoso tu sublime terror slo podra ornarme el don divin