Antología de Juan Ramón Jiménez

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BREVE ANTOLOGÍA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Juan Ramón Jiménez hizo de su poesía su única razón para existir. A través de su obra quiso alcanzar la perfección, la universalidad y la eternidad. Quiso llegar a lo absoluto y lo consiguió. Creó un universo único e íntimo donde sólo estaban él y la poesía, por eso nos resulta imposible separar su vida de su obra: su existencia se explica en su poesía, su poesía no puede entenderse sin sus experiencias vitales. Vamos a ir de la mano de Juan Ramón Jiménez y recorreremos con él su obra desde sus comienzos hasta 1918. VINO PRIMERO PURA Vino primero pura, vestida de inocencia; y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes; y la fui odiando sin saberlo. Llegó a ser una reina fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de hiel y sin sentido! Más se fue desnudando y yo le sonreía. Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella. Y se quitó la túnica y apareció desnuda toda. ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre! Pertenece este poema al libro Eternidade s de 1918 y expone las distintas etapas poéticas por las que pasó hasta esa fecha. ETAPA SENSITIVA Vino primero pura vestida de inocencia. Y la amé como a un niño. Se refiere a los libros anteriores a 1907, en los que el sentimiento más frecuente es el de la melancolía y la tristeza. Lo vemos en el siguiente romance que pertenece a Arias tristes de 1903, en el que aparece un mundo lleno de jardines, hojas, música y ambientes crepusculares más soñados que reales. El tema es la soledad deseada y a la vez temida porque hunde al poeta en la incomunicación.

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Muy util para Bachillerato

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BREVE ANTOLOGÍA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Juan Ramón Jiménez hizo de su poesía su única razón para existir. A través de su obra quiso alcanzar la perfección, la universalidad y la eternidad. Quiso llegar a lo absoluto y lo consiguió. Creó un universo único e íntimo donde sólo estaban él y la poesía, por eso nos resulta imposible separar su vida de su obra: su existencia se explica en su poesía, su poesía no puede entenderse sin sus experiencias vitales. Vamos a ir de la mano de Juan Ramón Jiménez y recorreremos con él su obra desde sus comienzos hasta 1918.

VINO PRIMERO PURA

Vino primero pura,vestida de inocencia;y la amé como un niño.Luego se fue vistiendode no sé qué ropajes;y la fui odiando sin saberlo.Llegó a ser una reinafastuosa de tesoros...¡Qué iracundia de hiely sin sentido!Más se fue desnudandoy yo le sonreía.Se quedó con la túnicade su inocencia antigua.Creí de nuevo en ella.Y se quitó la túnica yapareció desnuda toda.¡Oh pasión de mi vida,poesía desnuda,mía para siempre!

Pertenece este poema al libro Eternidades de 1918 y expone las distintas etapas poéticas por las que pasó hasta esa fecha.

● ETAPA SENSITIVA

Vino primero puravestida de inocencia.Y la amé como a un niño.

Se refiere a los libros anteriores a 1907, en los que el sentimiento más frecuente es el de la melancolía y la tristeza. Lo vemos en el siguiente romance que pertenece a Arias tristes de 1903, en el que aparece un mundo lleno de jardines, hojas, música y ambientes crepusculares más soñados que reales. El tema es la soledad deseada y a la vez temida porque hunde al poeta en la incomunicación.

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MI ALMA ES HERMANA DEL CIELO

Mi alma es hermana del cielogris y de las hojas secas;sol enfermo del otoño,mátame con tu tristeza!

Los árboles del jardínestán cargados de niebla:mi corazón busca en ellosesa novia que no encuentra;

y en el sueño frío y húmedome esperan las hojas secas:si mi alma fuera una hojay se perdiera entre ellas!

El sol ha mandado un rayode oro viejo a la arboleda,un rayo flotante, dulceluz para las cosas muertas.

¡Qué ternura tiene el pobresol para las hojas secas!Una tristeza infinitavaga por todas las sendas,

lenta, antigua sinfoníade música y de esencias,algo que dora el jardínde ensueño de primavera.

Y esa luz de ensueño y oroque muere en las hojas secas,alumbra en mi corazónno sé qué vagas tristezas.

De esta primera época, del libro Jardines lejanos (1904) es también el romance que aparece a continuación. Encontramos aquí un tema que se va a repetir de forma obsesiva a lo largo de toda la obra de Juan Ramón, nos referimos al tema del “otro”, del extraño, del poeta en definitiva. Esta idea del doble está presente desde sus primeros textos y adopta distintas formas a lo largo del tiempo: el mendigo que observa oculto entre los árboles, el viejo enlutado que se confunde con el poeta, el otro yo, etc. Estos dobles son figuras próximas con las que el poeta nunca dialoga. En estos primeros libros estas figuras inquietan inquietan, producen temor, pero son presencias necesarias para que la poesía exista.

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¿SOY YO QUIEN ANDA, ESTA NOCHE,

¿Soy yo quien anda, esta noche,por mi cuarto, o el mendigoque rondaba mi jardín,al caer la tarde...? Miroen torno y hallo que todoes lo mismo y no es lo mismo…¿La ventana estaba abierta?¿Y no me había dormido?¿El jardín no estaba verdede luna...?… El cielo era limpioy azul… y hay nubes y vientoy el jardín está sombrío…

Creo que mi barba eranegra... Yo estaba vestidode gris… Y mi barba es blancay estoy enlutado… ¿Es míoeste andar? ¿Tiene esta voz,que ahora suena en mí, los ritmosde la voz que yo tenía?¿Soy yo, o soy el mendigoque rondaba mi jardín,al caer la tarde...?Miroen torno… Hay nubes y viento…El jardín está sombrío…

… Y voy y vengo… ¿Es que yono me había ya dormido?Mi barba está blanca… Y todoes lo mismo y no es lo mismo…

Tomado de «Jardines místicos », en Jardines lejanos, 1903-1904.

Luego se fue vistiendode no sé qué ropajes.Y la fui odiando, sin saberlo.

Llegó a ser una reina,fastuosa de tesoros...¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!

A partir de 1907 y hasta 1912 parece que Juan Ramón quiere salir del ambiente triste y enfermizo en el que se encuentra. Mira más hacia la naturaleza, hacia lo exterior y encuentra lo poético más allá de sus sentimientos íntimos.

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BALADA TRISTE DEL PÁJARO DE AGUA

Pájaro de agua,¿qué cantas, qué cantas?

Desde los rosalesde mi jardín, llamaa esas nubes grisescargadas de lágrimas…;quisiera, en las rosasver gotas de plata.

¡Pájaro de agua!

A la tarde rosadas una esperanzade música gris,de niebla dorada;el sol está tristesobre tu sonata.

¡Pájaro de agua!

Mi canto, tambiénes canto de lágrimas…En mi primavera,la nube gris bajahasta los rosalesde mis esperanzas.

¡Pájaro de agua!

Amo el canto errantey gris, que desgranasen las hojas verdes,en la fuente clara…¡No te vayas nunca,corazón con alas!

Pájaro de agua,¿qué cantas, qué cantas?

Este poema se incluye en Baladas de primavera. El tema es la poesía misma, un tema que se repite a lo largo de toda su producción continuamente. Se identifica aquí la poesía con un pájaro y aparece todavía ligado al sentimiento de tristeza y melancolía.

En esta época cambia también la métrica y pasa del octosílabo al alejandrino, y de la rima asonante a la consonante. El tema del siguiente poema sigue siendo del mismo que en el anterior: la poesía misma. Aquí la poesía se identifica con un balcón, a través del que el poeta descifra el secreto de la perfección poética y descubre sus huellas en el tiempo y en las cosas.

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HE ABIERTO MI BALCÓN Y ME HE ENCONTRADO AZUL

¡He abierto mi balcón y me he encontrado azulla tarde y el jardín!...¿Qué azul, Dios mío es este?Parece una penumbra velada por un tulque todo lo hace sueño con su vagar celeste.

La estrella está en la torre; y tú, alma mía, ahorairás -¿por qué camino?- buscándote un consuelo...¡Oh tibia, oh melancólica, florida y dulce horaen que el dolor enclava los ojos en el cielo!

Jardín, tú estás celeste, celeste tú, balcón,celeste el agua, el árbol, el corazón celeste; está todo celeste: la pena, la ilusión...¿Qué azul, Dios mío, es este? ¡Qué azul, Dios mío, es este!

La soledad sonora

En Poemas agrestes (1909-1910) se encuentra uno de los poemas más conocidos y caracterizadores de esta etapa poética. Nos referimos a “El viaje definitivo”, donde aparecen el tema de la muerte y de la poesía entremezclados y nos revela la verdadera finalidad del ansia poética del autor: después de la muerte lo único que quedará será su poesía.

EL VIAJE DEFINITIVO

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto con su verde árbol, y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón de aquel mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará, nostálgico.

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando.

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En el poema siguiente, el tema central es el del niño. También es un motivo que se repite insistentemente y de manera especial en estos años. Aparece de muchas formas: bebés dormidos al sol, niños enfermos, niños que cantan o juegan, pero los que más abundan son los niños pobres. Para Juan Ramón, la misma condición de niño se asocia con la pobreza, con el abandono, en contraposición con el poder del hombre adulto. La belleza siempre se sitúa del lado del niño secreto que el poeta guarda como un tesoro oculto.

EL NIÑO POBRE.

Le han puesto al niño un vestido absurdo, loco, ridículo; le está largo y corto; gritos de colores le han prendido por todas partes. Y el niño se mira, se toca, erguido. Todo le hace reír al mico, las manos en los bolsillos... La hermana le dice -pico de gorrión, tizos lindos los ojos, manos y rizos en el roto espejo-: «¡Hijo, pareces un niño rico!... » - Vibra el sol. Ronca, dormido, el pueblo en paz. Sólo el niño viene y va con su vestido... viene y va con su vestido... En la feria, están caídos los gallardetes. Pititos en zaguanes... Cuando el niño entra en casa, en un suspiro le chilla la madre: «¡Hijo» -y él la mira calladito, meciendo, hambriento y sumiso, los pies en la silla-, «hijo, pareces un niño rico!...» - Campanas. Las cinco. Lírico sol. Colgaduras y cirios, Viento fragante del río. La procesión. ¡Oh, qué idílico rumor de platas y vidrios! ¡Relicarios con el brillo de ocaso en su seno místico! ...El niño, entre el vocerío, se toca, se mira... «¡Hijo», le dice el padre bebido -una lágrima en el limo del ojuelo, flor de vicio-,

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«pareces un niño rico!...» - La tarde cae. Malvas de oro endulzan la torre. Pitos despiertos. Los farolillos, aun los cohetes con sol vivo, se mecen medio encendidos. Por la plaza, de las manos, bien lavados, trajes limpios, con dinero y con juguetes, vienen ya los niños ricos. El niño se les arrima, y, radiante y decidido, les dice en la cara: «¡Ea, yo parezco un niño rico!»

...Mas se fue desnudando.Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica de su inocencia antigua.Creí de nuevo en ella.

A partir de 1914 se nota un cambio en la poesía de Juan Ramón Jiménez que anuncia ya el giro que va a tomar a partir de de 1916. En el siguiente poema de Estío (1915) lo podemos comprobar.

TUVE AL AMOR, LO MISMO

Tuve al amor, lo mismoque una paloma, blanco,en la prisión enhiestade mi engreída mano.

Mi jesto era apacible;sonreían mis labios;mis ojos, sus dulzurasle daban al ocaso…

Dejé al amor volary él me dejó, volando…Quedó abierta la cárcelde mi elevada mano.

Apacible es mi jesto;se sonríen mis labios;estoy firme vacío

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y dulce abandonado.

Por estos años, en 1914, escribe su obra en prosa más conocida Platero y yo. Hay en esta obra un deseo cierto de comunicación con la naturaleza. A partir de este libro no se pueden establecer límites entre su poesía y su prosa. El propio poeta dijo entonces: “No hay prosa y verso. Todo es prosa y todo es verso. Para mí, sin duda, todo es verso, como para mí todo nuestro movernos es danza”.

● ETAPA INTELECTUAL

Y se quitó la túnica y apareció desnuda toda...¡Oh pasión de mi vida, poesíadesnuda, mía para siempre!

Comienza esta última etapa que nos describe en el poema con un libro importantísimo en su producción, nos referimos a Diario de un poeta recién casado (1916), escrito durante un viaje en barco a Nueva York. Aparece en él el verso libre y la mezcla de textos escritos en verso y en prosa. En él observamos que ya ha descubierto la realidad invisible , aquella que hay más allá de la realidad inmediata. El motivo central del libro es el mar, que es la plenitud del movimiento que nunca acaba, de lo diverso y de lo único, de lo eterno y de lo mudable. Inicia con este libro el camino hacia la poesía pura que aspira a expresar lo eterno, lo intemporal, a través de la palabra.

SOLEDAD

En ti estás todo, mar, y sin embargo, ¡qué sin ti estás, qué solo, qué lejos, siempre, de ti mismo!

Abierto en mil heridas, cada instante, cual mi frente, tus olas van, como mis pensamientos, y vienen, van y vienen, besándose, apartándose, en un eterno conocerse, mar, y desconocerse.

Eres tú, y no lo sabes, tu corazón te late y no lo siente...¡Qué plenitud de soledad, mar solo!

La búsqueda de la palabra que le permita nombrar la realidad intemporal es el tema del siguiente poema que pertenece a Eternidades de 1918

¡INTELIJENCIA, DAME¡Intelijencia, dameel nombre exacto de las cosas!… Que mi palabra seala cosa misma

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creada por mi alma nuevamente.Que por mí vayan todoslos que no las conocen, a las cosas;que por mí vayan todoslos que ya las olvidan, a las cosas;Que por mí vayan todosLos mismos que las aman, a las cosas…¡Intelijencia, dameel nombre exacto, y tuyoy suyo, y mío, de las cosas!

Sin embargo, Juan Ramón no dejará de utilizar los motivos que le han ido acompañando desde el principio de su carrera poética y nos volvemos a encontrar en este mismo libro al “otro”, al extraño, que lo acompaña como una sombra.

YO NO SOY YO.

Yo no soy yo.

Soy esteque va a mi lado sin yo verlo,que, a veces, voy a ver,y que, a veces olvido.El que calla, sereno, cuando hablo,el que perdona, dulce, cuando odio,el que pasea por donde no estoy,el que quedará en pie cuando yo muera.

● ETAPA SUFICIENTE O VERDADERA

A partir de 1923 la poesía de Juan Ramón Jiménez se hace cada vez más hermética y estilizada y por lo tanto más difícil de entender. En 1946 publica, ya fuera de España, Le estación total. En este y en los libros siguientes su poesía tendrá como rasgos característicos la conciencia de la propia ultimidad, la acentuación de la tendencia mística, el retorno a las formas tradicionales españolas, la nostalgia de España y el recuerdo de la infancia, y la conquista de la infinitud. En el poema que a continuación proponemos el poeta resume su poética del momento. Define la actividad poética como conciencia alerta que escucha la verdadera palabra, que llega de un todo, que a su vez constituye el alma del universo, compuesta por la suma de conciencias de los que se fueron.

POETA Y PALABRA

Cuando el aire, suprema compañía, ocupa el sitio de los que se fueron, disipa sus olores, sus jestos, sus sonidos y vuelve único a llenar el orden natural de su silencio, él, a cuyo infinito alrededor se ciñen

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la medianoche, el mediodía (horizontes de ausente plato o más allá de oro) se queda con el aire en su lugar, dulcemente apretado por la atmósfera de la azul propiedad eterna. Puede olvidar, callar, gritar entonces dentro la palabra que llega del redondo todo, redondo todo solo; que el centro escucha en círculo resuelto desde siempre y para siempre; que permanece leve y firme sobre todo; la vibrante palabra muda,la inmanente,única flor que no se dobla, única flor que no se estingue, única ola sin fracaso.

De todos los secretos blancos, negros, concurre a él en eco, enamorada, plena y alta de todos sus tesoros, la profunda, callada, verdadera palabra, que solo él ha oído, oye, oirá en su vijilancia. La carne, el alma unas de él, en su aire, son entonces palabra: principio y fin, presente sin más vuelta de cabeza, destino, llama, olor, piedra, ala, valederos,vida y muerte, nada o eternidad: palabras entonces.

Y él es el dios absorto en el principio, completo y sin haber hablado nada; el embriagado dios del suceder, inagotable en su nombrar preciso; el dios unánime en el fin, feliz de repetirlo cada día todo.

Ya en Animal de fondo consigue identificar la conciencia con dios. Así lo apreciamos en el siguiente poema. El nombre conseguido de los nombres en la voz de Juan Ramón Jiménez

EL NOMBRE CONSEGUIDO DE LOS NOMBRES

Si yo, por ti, he creado un mundo para ti, dios, tú tenías seguro que venir a él,y tú has venido a él, a mí seguro,porque mi mundo todo era mi esperanza.

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Yo he acumulado mi esperanzaen lengua, en nombre hablado, en nombre escrito;a todo yo le había puesto nombrey tú has tomado el puestode toda esta nombradía.

Ahora puedo yo detener ya mi movimiento,como la llama se detiene en ascua rojacon resplandor de aire inflamando azul,en el ascua de mi perpetuo estar y ser;ahora yo soy ya mi mar paralizado,el mar que yo decía, más no duro,paralizado en olas de conciencia en luzy vivas hacia arriba todas, hacia arriba.

Todos los nombres que yo puseal universo que por ti me recreaba yo,se me están convirtiendo en uno y en un dios.

El dios que es siempre y al fin,el dios creado y recreado y recreadopor gracia y sin esfuerzo.El Dios. El nombre conseguido de los nombres.