Antología poética desde 1936

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Antología poética siglo XX (desde 1936) IEES SEVERO OCHOA. DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA TÁNGER

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Antología poética siglo XX (desde 1936)IEES SEVERO OCHOA. TÁNGER DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURALlamarle antología al presente librito es una pretensión imperdonable; por lo tanto, no pienso pedir perdón. Pase como una broma. En realidad no pasa de ser una mera recopilación, un muestreo, de la poesía que se ha hecho en España a lo largo del siglo XX, con algunas (muchas) matizaciones. La primera, se ha dejado fuera la que, a juicio de todo el mundo, es la mejor producción po

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Antología poética siglo XX (desde 1936)

IEES SEVERO OCHOA.

DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

TÁNGER

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Llamarle antología al presente librito es una pretensión imperdonable; por lo

tanto, no pienso pedir perdón. Pase como una broma.

En realidad no pasa de ser una mera recopilación, un muestreo, de la poesía

que se ha hecho en España a lo largo del siglo XX, con algunas (muchas) matiza-

ciones. La primera, se ha dejado fuera la que, a juicio de todo el mundo, es la mejor

producción poética del siglo XX en español, es decir, toda la Generación del 27. A

este grupo no se le puede despachar con muestreos como éste.

Por otro lado, se han quedado fuera los poetas más recientes, entre otras cosas,

porque muchos de ellos, aunque estén consagrados a través de los más variados

premios y concursos, están en plena producción y es temprano para intentar

representarlos con dos o tres poemas; aparte de que no me atrevo yo con los vivos

(otra broma, ¿o no?).

Por último, esto no pretende ser más que una provocación, a ver si os animáis a

leer y os engancháis. Está dirigido a vosotros, alumnos de secundaria, entre quienes

es común la idea de que la poesía es un ladrillo, mero material de estudio acerca del

cual habéis de sufrir un examen (durísimo examen) por lo que la mayoría se acerca a

la poesía como si fuera un@ novi@ impuest@. Por eso he intentado que la muestra

fuera de lo más variada, a ver si se podía acomodar a todos los gustos, con la

pretensión de que, con más o menos entusiasmo, le echéis un vistazo y comentemos

lo que os parezca oportuno. Y puestos a soñar (los sueños a veces se convierten en

realidad), si algunas o algunos de vosotros se atreven a comentar (en plan cotilleo,

¿eh?, sin ningún rigor academicista) algún poema que les llame la atención, tened por

seguro que ese día me llevaré un gran alegrón. Y hasta brindaré a vuestra salud.

Bueno, chiquillos – chiquillas, que esto sólo pretendía justificar lo de

antología... Vale ya de rollo.

Fco. Arroyo

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MIGUEL HERNÁNDEZOrihuela, Alicante, en 1910 – 1942

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos...

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,que son dos hormigueros solitarios,y son mis manos sin las tuyas variosintratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos,que me llenan de dulces campanarios,sin ti mis pensamientos son calvarioscriando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu vientoy la olvidada imagen de tu huella,que en ti principia, amor, y en mí termina.

Umbrío por la pena, casi bruno...

Umbrío por la pena, casi bruno,porque la pena tizna cuando estalla,donde yo no me hallo no se hallahombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,pena en mi paz y pena en mi batalla,perro que ni me deja ni se calla,siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,cardos y penas siembran sus leopardosy no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi personarodeada de penas y de cardos:¡cuánto penar para morirse uno!

Elegía a Ramón Sijé (En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como el rayo, Ramón Sijé, con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas,compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,y órganos mi dolor sin instrumentos,a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.Tanto dolor se agrupa en mi costado,que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida,un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.

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Temprano levantó la muerte el vuelo,temprano madrugó la madrugada,temprano está rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta,no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero mirar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calaveray desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera,por los altos andamios de las florespajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejasde los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejasy tu sangre se irá a cada lado, disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,llama a un campo de almendras espumosas,mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.

Nanas de la cebolla

La cebolla es escarcha cerrada y pobre.Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla,hielo negro y escarcha grande y redonda.

En la cuna del hambremi niño estaba.Con sangre de cebollase amamantaba.Pero tu sangre,escarchada de azúcar, cebolla y hambre.

Una mujer morena resuelta en lunase derrama hilo a hilo

sobre su cuna.Ríete, niño,que te tragas la lunacuando es preciso.Alondra de mi casa,ríete mucho.Es tu risa en los ojosla luz del mundo.Ríete tantoque en el alma, al oírte,bata el espacio.

Tu risa me hace libre,me pones alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela,corazón que en tus labiosrelampaguea.

Es tu risa la espadamás victoriosa,vencedor de las flores y las alondras.Rival del sol.Porvenir de mis huesos y de mi amor.La carne aleteante,súbito el párpado,y el niño como nuncacoloreado.¡Cuánto jilguerose remonta, aletea,desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño; nunca despiertes.Triste llevo la boca.

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Ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma.Ser de vuelo tan alto,tan extendido,que tu carne parececielo cernido.¡Si yo pudieraremontarme al origende tu carrera!

Al octavo mes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazminesadolescentes.

Frontera de los besosserán mañana,cuando en la dentadura sientas un arma.

Sientas un fuego correr dientes abajobuscando el centro.

Vuela niño en la dobleluna del pecho. Él, triste de cebolla.Tú, satisfecho.No te derrumbes. No sepas lo que pasani lo que ocurre.

Antes del odio

Beso soy, sombra con sombra.Beso, dolor con dolor,por haberme enamorado,corazón sin corazón,de las cosas, del alientosin sombra de la creación.Sed con agua en la distancia,pero sed alrededor.

Corazón en una copadonde me la bebo yo,y no se lo bebe nadie,nadie sabe su sabor.Odio, vida: ¡cuánto odiosólo por amor!

No es posible acariciartecon las manos que me dioel fuego de más deseo,el ansia de más ardor.Varias alas, varios vuelosabaten en ellas hoyhierros que cercan las venasy las muerden con rencor.Por amor, vida, abatido,pájaro sin remisión.Sólo por amor odiado,

sólo por amor.

Amor, tu bóveda arribay yo abajo siempre, amor,sin otra luz que estas ansias,sin otra iluminación.Mírame aquí encadenado,escupido, sin calora los pies de la tinieblamás súbita, más feroz,comiendo pan y cuchillocomo buen trabajadory a veces cuchillo solo,sólo por amor.

Todo lo que significagolondrinas, ascensión,claridad, anchura, aire,decidido espacio, sol,horizonte aleteante,sepultado en un rincón.Espesura, mar, desierto,sangre, monte rodador,libertades de mi almaclamorosas de pasión,desfilando por mi cuerpo,donde no se quedan, no,

pero donde se despliegan,sólo por amor.

Porque dentro de la tristeguirnalda del eslabón,del sabor a carceleroconstante y a paredón,y a precipicio en acecho,alto, alegre, libre soy.Alto, alegre, libre, libre,sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.No podrán atarme. no.Este mundo de cadenasme es pequeño y exterior.¿Quién encierra una sonrisa ?¿Quién amuralla una voz?A lo lejos tú, más solaque la muerte, la una y yo.A lo lejos tú, sintiendoen tus brazos mi prisión,en tus brazos donde latela libertad de los dos.Libre soy, siénteme libre.Sólo por amor.

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LEÓN FELIPE. ZAMORA 1884 – MÉXICO 1968

Romero solo

Ser en la vida romero, romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos. Ser en la vida romero, sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo. Ser en la vida romero, romero..., sólo romero. Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo, pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo, ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos para que nunca recemos como el sacristán los rezos, ni como el cómico viejo digamos siempre los versos. La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos, decía el príncipe Hamlet, viendo cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo un sepulturero. No sabiendo los oficios los haremos con respeto. Para enterrar a los muertos como debemos cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero. Un día todos sabemos hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo la hizo Sancho el escudero y el villano Pedro Crespo.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo. Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento y bajo todos los cielos, poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo ni la flor de un solo huerto. Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros.

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Como tú

Así es mi vida, piedra, como tú; como tú, piedra pequeña; como tú, piedra ligera; como tú, canto que ruedas por las calzadas y por las veredas; como tú, guijarro humilde de las carreteras;

como tú, que en días de tormentate hundes en el cieno de la tierra y luego centellas bajo los cascos y bajo las ruedas; como tú, que no has servido para ser ni piedra de una Lonja, ni piedra de una Audiencia,

ni piedra de un Palacio, ni piedra de una Iglesia; como tú, piedra aventurera; como tú, que, tal vez, estás hecha sólo para una honda, piedra pequeña y ligera …

Vencidos

Por la manchega llanurase vuelve a ver la figurade Don Quijote pasar...Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar...va cargado de amargura...que allá encontró sepulturasu amoroso batallar...va cargado de amargura...que allá «quedó su ventura»en la playa de Barcino, frente al mar...Por la manchega llanura

se vuelve a ver la figurade Don Quijote pasar...va cargado de amargura...va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanuraen horas de desaliento así te miro pasar...y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu monturay llévame a tu lugar;hazme un sitio en tu monturacaballero derrotado,

hazme un sitio en tu monturaque yo también voy cargadode amarguray no puedo batallar.Ponme a la grupa contigo,caballero del honor,ponme a la grupa contigoy llévame a ser contigo pastor.Por la manchega llanurase vuelve a ver la figurade Don Quijote pasar...

Versos del caminante

IDeshaced ese verso.Quitadle los caireles de la rima,el metro, la cadenciay hasta la idea misma.Aventad las palabras,y si después queda algo todavía,esoserá la poesía.

IIPoesía,tristeza honda y ambición del alma,cuándo te darás a todos... a todos,al príncipe y al paria,a todos...sin ritmo y sin palabras!IIISistema, poeta, sistema.

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Empieza por contar las piedras,luego contarás las estrellas.IVNi de tu corazón,ni de tu pensamiento,ni del horno divino de Vulcanohan salido tus alas.Entre todos los hombres las labrarony entre todos los hombres en los huesosde tus costillas las hincaron.La mano más humilde

te ha clavadoun ensueño...una pluma de amor en el costado. VNo andes errante...y busca tu camino.-Dejadme-.Ya vendrá un viento fuerteque me lleve a mi sitio.

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JUAN REJANO(1903-1976)

Amarga posesión

Tener amor, tenerlo por entero,es ya perder amor, verlo alejarse,porque amar y sentirse amado es darseal instante -al engaño- pasajero.

(Amó y no tuvo amor, y el verdadero,el que en vano esperó, más que apagarse,le fue creciendo dentro hasta encontrarseal amor en el pecho prisionero.)

No es ser dueño, al amor no se domina:cuando cubre la nube la colina,su sed la altura no mitiga, esconde.

Por un túnel de negras rosas vamosal amor, pero sólo lo encontramosal soñar –al vivir– sin saber dónde.

Agonía

La noche del olvido me está esperando, abierta, quiere acoger mi sombra como una inmensa tumba. Su aliento me aproxima no sé qué enervadora fragancia y siento el roce de su aterida forma cual si el borde de un ala monstruosa, invisible pasara desgarrando la piel de mis sentidos.

No sé cómo evadirme. No sé si abrir los brazos y aprisionar en ellos el mundo fugitivo, lo que ahora late y crece corriendo hacia las sombras, aquello que me brinda el hálito más tierno

antes de abrirse al polvo.

¿Dejaré que esta presa deslumbrante se pierda cual río que agoniza en las fauces de un túnel? ¿Tendré yo que entregarme, desnudo como un niño, a esa corriente impávida que no deja su orilla?

¡Ay, si esta inalterablesoledad que me ciñe pudiera ahondar su seno, ser como negra sima sin fin donde mi cuerpono se saciara nunca! Entonces, qué relámpago perpetuo en la memoria, qué cárcel venturosa de seres consagrados

para lo eterno mío. Nada hallaría su término. Cada imagen sería como una rosa en sueños sin crepúsculos fijos. Cada instante tendría todo el fluir del tiempo, tal si un espejo innúmero multiplicase el mundo.

Pero, mientras se agita la rebelde arboleda donde estoy delirando, la noche del olvido me espera, me reclama y yo busco asideros, desesperado náufrago, en el torrente humano que pasa y no me advierte.

Canción segunda

Van cuatro jinetes por la lejanía.

Largas capas negras, negras sombras íntimas.

(Si yo me alejara, ¿tú me olvidarías?)

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Se oscurece el campo bajo la llovizna.

Altas sierras negras, negras las encinas.

(Si estuviera ausente,

¿tú me olvidarías?)

Tañe la campana de una vieja ermita.

Campanadas negras, negra despedida.

(Si yo me muriera, ¿tú me olvidarías?)

... Los cuatro jinetes por el campo oscuro bajo la llovizna.

Compensación

Niebla fija, arboledade fundidos ramajes,vegetal nebulosaque en su vientre guardarala jubilada imagende todo el universo.Así tu forma vana,tu firme incertidumbre,medusa de mil sierpesflotando en las orillasdonde la nada empieza.

Nos robas, nos ocultas, te llevas lo soñado, la sangre y su ceniza quemada entre delirios, el esfuerzo, el milagro. Te llevas y devoras los soles que se apagan detrás de cada frente y luego les das vida de nuevo en tu regazo, secreta vida inútil que a nadie pertenece, tal si se derramara sobre un mundo de arena

la estremecida savia de cada ser creado.

Como una ciudad triste, como una derribada ciudad que perdurase en lo más hondo y yerto de un mar siempre enlutado, tu negra fortaleza se esparce, presentida en cada sien, por valles de soledad perpetua.

Por ti dejan de oírse los himnos matinales que a plenitud convocan, y ciegan tus pupilas los encendidos mármoles donde el deseo rige; se arrastran los inviernos, la espiga se calcina y los racimos trémulos en que el amor palpita se secan como ubres que la aridez maldice.

Pero por ti podemos también unir las horas que bajan al abismo y suben a lo inmenso. Por ti, de cada llanto brota una rosa niña y del laurel deshecho un fulgor de esperanzas.

Por ti puede esta llama que en las entrañas llevo, crecer o fatigarse, morir por un momento para nacer más alta, sin agotar el ritmo en que vacila y cree.

—Ven, acércate, llega...No, no, huye ...Te amoy te odio, lo mismo que tú alientas y escondes el pensamiento mío, sus ceñidas creaciones que al fin sólo son tuyas.

De: El oscuro límite. 1948

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JUAN GIL ALBERT (1904 - 1994)

La siesta

Si alguien me preguntara cuando un díallegue al confín secreto : ¿qué es la tierra?diría que un lugar en que hace fríoen el que el fuerte oprime, el débil llora,y en el que como sombra, la injusticia,va con su capa abierta recogiendoel óbolo del rico y la tragediadel desahuciado : un sitio abrupto.Pero también diría que otras veces,en claras situaciones alternantes,cuando llega el estío y los paísesparecen dispensar la somnolencia

de un no saber por qué se está cansado,mientras vibra en lo alto, alucinante,un cielo azul, los frutos se sucedensobre las mesas blancas, y entornadoslos ventanales, frescos de penumbra,buscamos un rincón donde rendirnosal dulce peso, entonces sí, diríaque la tierra es un bien irremplazable,un fluido feliz, un toque absorto.Como una tentación sin precedenteshecha a la vez de ardor y de renuncia.Una inmersión gustosa, un filtro lento.

Refinamiento del campo

Las piedras colocadas sobre piedrasy encima de ese muro primitivoalgún olivo blanco.No sé por qué será que ciertas cosasque apenas dicen nada,que bien analizadas no son cosasdignas de nada,causan sobre mi ánimo un influjode inextinguible paz.Se diría que siento mis raíces

dentro de esos contornos depuradosque no son nada, dentro de esa vejezde una humildad tan firmecual si una incitación muy familiarme retuviera allí.Algo como una voz que me dijerade dentro de mí mismo :esta fe encantadoraes la pobreza.

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DIONISIO RIDRUEJO (1912 - 1975)

A una estatua de mujer desnuda

Desnuda y vertical, pero ceñida,la línea de la tierra a la perezade una carne que cede, cuando empiezala perfección del sueño, su medida.

Materia sin amor, pero encendidapor el número fiel de la purezadonde la fría carne se aderezasin el gusto del tiempo y de la vida.

¡Oh, dócil a los ojos y apartadadel fuego de la sangre, muda gloriaen éxtasis de tierra levantada!

Antigua juventud fresca y gastadaque aflige la pasión de su memoriaen esta eternidad tan sosegada.

Asalto

Suave y firme tu mano. No tembló tu corazón; era un instante de calma y superficie en tu voz como plata con arena y en la húmeda pizarra de tus ojos.Ha sido ahora, ausente, cuando el tacto recuerda una caricia y sangre adentro va tu aroma alzando

el oleaje y quema tu piel de oro.Sufro extrañado en esta mano nueva con su emoción de almendro, que late y crea al recordar. La paso por los objetos de costumbre: el hierro, la madera, el cristal, la lana -tuyos- y una descarga eléctrica de rosas los hace carne viva.

Ya solo en mi corazón...

Ya solo en mi corazóndesiertamente he quedado;el alma es como una nieveextendida sobre el campo,la tierra desaparece,el cielo niega el espacio,las cosas que me rodeanrechazan la luz del hábito.

¿De qué me sirven los ojos?

¿De qué el aroma sin rastro?¿De qué la voz sin el nombreque se despoja del labio?El tiempo de mi esperanzaes como tiempo pasado.Ya solo en mi corazóndesiertamente he quedado.

De en marchaAnteayer dormí en el pradosobre el olor de la hierba,ayer entre los pinares,hoy en la tranquila selva,mañana, raso con raso,solo entre el cielo y la tierra.El alba de cada solnuevo campo me revela,

y el sueño de cada nochelas mismas hondas estrellas.En el día se recorrelo que en la noche se sueña:siempre la misma esperanzabajo distinta promesa,y en la noche se vigilatodo lo que el paso deja,

compañía militaren camino de la ausencia.¿Cuánto será lo que avanzay cuánto lo que regresa?Corazón aventurado:¿qué miras en lo que sueñas?La sangre, toda la sangre.La tierra, toda tu tierra.

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LEOPOLDO PANERO (1909 – 1962)

Canción de la belleza mejor

¿Tan alegre estás tú que te has quedado, corazón, sin palabras? ¿Ya no sabes decir? ¿Hablar no sabes como ayer? ¿Estás mudo para siempre y en paz? ¿No ves los ojos más dulces cada día que cantaste; la frente un poco triste, levantada. pálidamente hacia el cabello leve la cabeza de niña...?

¿No es mejor y más honda su belleza? ¿Tan alegre estás tú que te has quedado ciego como al andar sobre la nieve? ¿No ves ya su hermosura? ¿No la sabes decir? ¿Estás callado para mejor soñar lo que has vivido? ¿No queda primavera entre tus huesos? ¡Oh vida retirada en lo más dulce! ¡Oh límite en penumbra, casi el alma!

La melancolía

El hombre coge en sueños la mano que le tiendeun ángel, casi un ángel. Toca su carne fría,y hasta el fondo del alma. de rodillas, desciende.Es él. Es el que espera llevarnos cada día.Es el dulce fantasma del corazón, el duendede nuestras pobres almas, es la melancolía.¡Es el son de los bosques donde el viento se extiende

hablándonos lo mismo que Dios nos hablaría!Un ángel, casi un ángel. En nuestro pecho reza,en nuestros ojos mira y en nuestra mano toca;y todo es como niebla de una leve tristeza,y todo es como un beso cerca de nuestra boca,y todo es como un ángel cansado de belleza,¡que lleva a sus espaldas este peso de roca!

Madrigal lento

Te haces al deshacerte más hermosa, lo mismo que en la nieve derretida, bajo su tersa limpidez dormida, el tiempo, vuelto espíritu, reposa.

Te haces tan dulcemente tenebrosa, lago de mi montaña ensombrecida, que en tu quietud recoges hoy mi vida; mi ayer que a mi mañana se desposa.

Igual que ayer cantaba a mi montaña, hoy a ti, mi honda paz, mi nieve viva, mi muerte atesorada en la costumbre

canto, mientras tu tiempo te acompaña, oh, clara compañera fugitiva, hacia el desnudo mar desde la cumbre.

SonetoSeñor, el viejo tronco se desgaja, el recio amor nacido poco a poco, se rompe. El corazón, el pobre loco, está llorando a solas en voz baja,

del viejo tronco haciendo pobre caja mortal. Señor, la encina en huesos toco deshecha entre mis manos, y Te invoco

en la santa vejez que resquebraja

su noble fuerza. Cada rama, en nudo, era hermandad de savia y todas juntas daban sombra feliz, orillas buenas.

Señor, el hacha llama al tronco mudo, golpe a golpe, y se llena de preguntas el corazón del hombre donde suenas.

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LUIS FELIPE VIVANCO (1907 - 1975)

Corona firmeI¿En qué brisa ligera mis sueños arrebatados comulgan con la sombra encendida de tus ojos? ¿En qué dolor de pozo solitario el agua me acaricia como la palma silenciosa que se humilla a tu figura?¿En qué monte de aromas juveniles oigo palpitar tu sinrazón como una verdad ajena a la perseverancia de mi vida.

Yo sé que en la mañana de fuego excesivo,y en la tarde tranquila de chopos soñadores,y en la noche brillante que atraviesa mis dudascomo una cierva ligerísima, tú eres una sola flor que conserva en sus pétalos el nevado principio de la piel más suave y más profunda,todas las cosas son tu exigencia sencillay tus manos transparentan la precisión gozosa del mundo verdadero.Y a mí, que siento y canto tu blancura pequeña y tu excelencia breve,no me es posible otro gozo sino seguir inclinado sobre tus huellas.

IILas montañas se levantan dispuestas a unir nuestros dos corazones,la mañana dichosa es como el ambiente inefable de nuestras dos almas unidas,pero yo no me atrevo a pedirte que me mires,y no quiero suplicarte que reposen tus ojos sobre mi locura.

Sólo tu luz inaccesible me recogecon su ligera claridad que rinde los ecos de mi angustia,la angustia del hombre de la tierray de sus huesos duros que sufren por el ágil destino de los pájaros.

Pero en el dulce asilo de tu vigilia luminosami infancia crece como una aurora en fiesta de rocío,mi deseo se siente oprimido por el agua sonrientey mi sorpresa se eleva como brote divino.

Oh ensueño feliz que me obligas a suspirar en esta soledad conmovida!Oh brillo de ausencia que me conservas puro entre tus brazos luminosos!Tú eres la sombra tierna en el regazo de los vallesy la dorada lumbre que perfecciona el viento en las espigas.

Y yo me lanzo hacia las estrellas porque después del resplandor de tus ojos

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Sólo la transparencia de la noche puede albergar mi sangre enamorada,que prefiriendo siempre tu claridad alegrehace eterna mi vida en su gozo más hondo.

IIIMuchos versos he escrito desde que tenía quince añospero éstos que se encienden con tanta ilusión de puros amoresson un risueño escorial apartado, un residuo de purezaque ha resistido al fuego de mi anhelo más íntimo.

Tú has suprimido la tristeza que brotaba debajo de mis pies solitarios,tú me mantienes en una pura intensidad de nubes y de montañas,y mi corazón es como un ala marchitaque recoge el temprano morir de su esperanzasobre el tiempo seguro de tu unidad resplandeciente.

Por eso persevera mi asombro, y es mi vida nueva , y es mi luna romántica en su cuarto creciente de miradas fieles que envuelven tu figura con tus propios encantos.¡Qué dolor más alto me humilla a sus visiones! ¡Qué purísimo edificio levanto en tu blancura, cuando toda mi sangre enajenadaes el claro sonido de mi voz que pronuncia tu nombre.

De "Tiempo de dolor" 1940

Soneto 3Cálida voz despierta en tu dulzura,tierno temblor en tu quietud florece,y una experiencia virgen que se ofrececon el asombro de su nieve pura.

Donde tu cuerpo anuncia sombra oscurala claridad más viva resplandece,y su milagro recogido acrecetoda la fe que mi dolor apura.

Porque siempre detrás de tu miradareina la sombra, y misteriosa imperatu altiva convicción de ser amada.

¿Cómo soñar tu gracia verdaderasi estás en mi ilusión acompañadapor una oscuridad que no quisiera?

De "Cantos de primavera" 1936

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JOSÉ GARCÍA NIETO (1914 - 2001)

Al espejo retrovisor de un cocheTú eres el corazón con lo vivido,en ti está lo que atrás vamos dejando,lo que hemos ido con pasión amando,definitivamente ya perdido,en ti vemos las gracias que se han ido,los paisajes y el cielo del ayer,cuando las cosas que ahora sigues recordando

flotan sobre las aguas del olvido,pero vives y estás, claro y pequeño,miras aquellos prados, aquel sueño tan lejano,las rosas de aquel día,crees que puedes cambiar toda la suerte y,aunque vamos derechos a la muerte,vives de lo pasado todavía.

Barro de la palabra

Hoy he tomado el barro de la palabra en frío;su piel ya me conoce; poco a poco, tembladapor mi caricia, vibra, responde a la llamadade la costumbre. Toco. Me adueño de lo mío.

Penetro en la palabra. Las orillas del ríome acogen, me conducen, y se siente creadala mano creadora... ¿Vive la enamoradami amor, o me amenazan su ocaso y su

extravío...?

¡Qué torpe es el amante, qué ciega su porfía!No dice la palabra lo que ayer le decía.O sí: dice lo mismo, miente lo mismo, inventa

lo mismo... «¡Calla, calla...!», le increpa. Y luego llorasu soledad. Y vuelve. Y, arrastrándose, implora:«Quiero morir tocando tu barro, aunque me mienta».

Lastres

Canta el mar a mis pies, canta y resuena,y dice su mensaje apresuradohasta escalar la soledad del pradodonde otra playa de verdor se estrena.

Se ve en la hondura el oro de la arena,la sangre de la ola, en el tejado,ya allá, el azul del cielo, traspasadopor la niebla que al monte se encadena.

Amor del que nací, vuelve y empiezade nuevo donde surge la bellezay hace jugoso todo cuanto toca.

Corazón enredado, sal si puedes,o besa entre los hilos de estas redesla misma sal de aquella antigua boca.

Soneto a una muchacha enamoradaSi de algo supe fue de amor. Lo digocon miedo, con ternura, con futuropara rendir mi cuenta. Sí; lo juro:si de algo sé es de amor, y él es testigo.

El es a un tiempo apoyo y enemigo,él lo más miserable y lo más puro.a ti te acecha en tu desvelo oscuro,y yo, sólo, entre sueños, lo persigo.

Pero, aunque sé de amor y nadie sabetanto de amor, ni amor mismo, no cabeen otro amor mi tiempo y mi amargura.

Desde tu amor no sabes tu del mío.Ni yo del tuyo sé. No sabe el ríodel agua pura y niña de la altura.

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Toledo, la encarceladaCon los ojos cegados de oroy con los pies escondidos en agua,al balcón, con el sol de la tarde,sin querer, sin hablar, se asomaba.

La cigüeña, qué quieta en la torre,y, en lo rojo del monte, las águilasqué despacio cruzaban el aire...La ciudad, desde lejos, miraba.

No podía salvar tanto puente,tanto paso de muerte, entre tantanoche fría por los cigarralesdonde un día cantó la cigarra. Sólo el río podía, gozandolos más claros dominios del agua,perseguir lentamente la rosade la madrugada.

DEDICATORIA A mi hijo

Esto que tienes ante ti,hijo mío, es España.no podría decirte –y no puedo,al menos con palabras-cómo es su cuerpo duro,cómo es su cara trágica,cómo su azul cintura, extensamentehumedecida y agitada.Su pecho, recio y de varón, respirapor las altas montañas;la suave curvatura del regazo,femenina se ensanchahasta la soledad de las arenasmúltiples y doradas;los brazos de sus ríos acumulanvenas que acercan las gargantasoscuras o los verdes valles,arrancando la tierra, acariciándola. Esto que tienes, que tenemosahora mismo, es España.Es mía porque puedocelosamente amarla,tocar su piel y estremecerme,mirarme en ella fijo, cara a cara,sentirme antiguo, envejecer con ella,o nuevo cada día y estrenarla.Es tuya porque puedocon pasión entregártela,

porque me la he ganado sin fronteras;sin tener que acotarla,la he traído a mi voz cuando he querido,como a una oveja que paciente aguardael silbo del pastor. No hay quien le pongapuertas, y yo te invito a traspasarlas.Mira; aprende a mirar con ella, aprendea acompañarte de ella, acompañándola.Tierra de andar y comprobar despacio,huidiza de tan delgada,difícilmente bella de tan sobria,fina y calladamente regalada;tierra para escuchar como una música,para no echársela a la espalda.Cuando puedas, lo digo desde ahora,lo escribo desde ahora, por si faltaun día en tus oídosla fe de mi palabra,cuando puedas, y tengas el pie firme,y claro el corazón, y abierta el alma,sal al camino, cíñete la ropa,hijo mío, y ándala. El sol se pone para todos. Mira;ahora lo está ocultando el Guadarrama;el cielo es como un ópalo, como unaprecipitación nacarada;quedan azules, negras, las tranquilas

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honduras de estas navasque encienden sucesivamenteel racimo esperado de sus casas.Arriba, las estrellas aparecen“sin prisas y sin pausas”;se pierden, numerosos, los senderosy en la penumbra se unen las montañas.Gigantesca, se espuma “La Peñota”;suave, “El Montón de Trigo” se destaca;afila “Siete Picos” en la sombrasu aguda dentellada;quiebra “La Maliciosa” bruscamentesu plomiza atalaya,y allí, en su cascarón de ávida nieve,se hunde Navacerrada. Esto que ves, que tienes, que te entrego,hijo mío, es España.Digo y escribo, y puede más su nombreque la mano y la voz. Es como un aguaque desborda este vaso de mi versodonde quiero encerrarla.Bebe, hijo mío, bebe; el trago es tuyo,tuya es la herencia, tuya la privanza.Sobradamente te dará en los díassu variedad multiplicada.Tú podrás elegir, como el que hundesus manos en el cofre que guardaraun tesoro en el tiempo acumulado,la joya deseada. Deja un día a tus ojos que se pierdanen la redonda vega de Granada;junto al silencio de sus torres rojas,oye las fuentes de la Alhambra;

mira Toledo enamorando al Tajo,el fresco prado hacia la mar cantábrica,el cielo por los arcos de Segovia,Ávila en su quietud amurallada,Sevilla entre jazmines una noche,Burgos de piedra donde el Cid cabalga,Cádiz como una nieve mar adentro,balcón de Tarragona, luz de Málaga,cúpulas de la nave aragonesa,orillas de la Huelva aventurada,minera Asturias con el verde cuello,Córdoba entre arcangélica y romántica,Alicante con palmas hacia oriente,Valladolid con la oración tallada,coronado León entre los puertos,Zamora altiva, Huesca pirenaica,Galicia que la mano de Dios hizo,rosa sillar nacida en Salamanca,campos para la flor de Extremaduradonde la encina sin cesar batalla,Madrid desde el palacio a la pradera,Barcelona de las Atarazanas,Valencia de las puertas y los puentes,Alava señorial, Cuenca encantada,Bilbao de hierro, Soria junto al frío,Jaén del olivar, Murcia hortelana,lejanísimas islas de fortuna,islas de claridad mediterránea... ¿Ves, hijo mío? El vaso se desborda;deja a tus labios apurar la gracia.Esta es mi herencia; puedes hacer usode ella y proclamarla.Lo que te doy en buena horaque en buena hora lo repartas.

(Geografía es amor)

ESTAS MANOS

Estas manos que tienen aún memoria,que alojan la pasión y han provocadoun bosque, un fuego, un viento arrebatado¿que son sino temblor, cárcel y escoria...?

Una tierra adelantan, una orilla

del arrabal, del terraplén oscuro;arañan azucenas en un murode cal donde se asoma ya la arcilla.

Estas manos que alzaron la belleza,que hicieron del amor su fortaleza

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y eran la eternidad de un tiempo breve,

torpes, y abandonadas, y distantes,

pasan sobre la nieve, como antes,y ahora saben del frío de la nieve.

II

En la tarea fuiste Tú el primeroy me dijiste: "Mira, este es el hombre".Me diste la pasión y con su nombrela posibilidad del alfarero. Imagen era tuya y semejanzade Ti mismo. Creé como creaste;tomé del mismo barro que tomastey alcé una criatura a la esperanza.

Hace ya mucho tiempo. ¿Merecíala pena hacerse dios de cualquier modopara acabar en estos sueños vanos? ¡Qué hermoso fue crear cuando creía!En mis manos estuvo el amor todoy todo se me ha ido de las manos.

- - - - - - - - - - - - - -

Esta muchacha y su hermosura antiguay su ademán de enamorada calleque va con las ventanas de sus ojoshacia los arcos del amor triunfante, ¿ de qué lugar del suelo se ha escapado ?,¿ de qué reino en que estuve hace un instante ?Hace mil años ya, pero conozcode su piel encendida las señales. Pasa con sus navío por el agua;abre sus velas; sabe de cien mares:quieren dejarse hundir por su maderay hacer brillar cien veces sus metales. En la penumbra, un arenal sombríointenta recordar los cuerpos ágiles.Aquí estaban un día, pero el vientoborró la oscura huella de la sangre. la letra se refugia en la costumbre...! Adelante los nombres; adelante !¿ Quiénes sois? ¿ Dónde estáis, sílabas muertas ?Es memoria falaz la de la carne. Esos cabellos sueltos, esos brazos,esos pies que se hunden, leves, graves,

esa pierna que avanza irrepetible,ese velado pecho inalcanzable, ¿ qué tejados tendrán ?, ¿ qué fina lluviaharán caer en un pinar sin nadiedode algún corazón sienta sus pasosy estremezca los nidos al mojarse ? Señor, Tú eres el agua que ha anegadolos caminos de oro en esta tarde.Conocían mi huella entre los pinosque conduce la noche al acercarse. Tenía la belleza por fortuna;tenía un cielo azul por hospedaje,una plaza cuadrada con palomasy un palomar donde habitaba el aire. Arriba estabas Tú con la mañanallena de sol. Tu mano, dulce y grande,se apoyaba en los hombros de la tierra,bajaba a mis balcones a tocarme. Hoy se han oscurecido de repentelos troncos dibujados de los árbolesdonde a tientas persigo inútilmenteel testimonio de las iniciales.

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No ver. Y no tocar. ¿ Y oír ? ¿ Quién habla ?O ¿ quén calla ?. El silencio es tu mensaje.

Eres Tú quien escribe lo no escrito,Tú que jamás repites lo que sabes.

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Aledaños de escoria - no escoriales -la mano, férrea, inevitable, altiva,llamando en una puerta siempre-viva,siempre-muerta... ! Qué cerca las señales del Dueño que aminora los caudalesde aquél edén con flor que nadie liba,con agua escasa, y mísera, y cautivade los siete pecados capitales !

El arrabal se crece en su estrechura;toda ciudad y toda criaturase presentan prohibidas y distantes. Las banderas , rasgadas por el viento,no son en las almenas del lamentoni sombra ya de lo que fueron antes.

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LUIS ROSALES (1910 - 1992)

MEMORIA DE TRÁNSITO

Herido de amor huidoF. García Lorca

Abril, porque siento, creo, pon calma en los ojos míos, ¿los montes, mares y ríos, qué son sino devaneo?; mirando la nieve veo memoria de tu hermosura, y cuando vi en su blancura tu inmediata eternidad, ¿fuiste sino claridad, temblor, paciencia y dulzura?

Tu leve paso indolente deja en mis ojos su aroma, los ojos en donde toma revelación permanente; bienaventuradamente nacieron para el olvido, tu piel de asombro encendido, tus ojos de limpio viento, y esta ternura que siento «herido de amor huido».

Los sitios donde has estado en la memoria los llevo sólo para ver de nuevo el rastro que allí has dejado; la tierra que tú has pisado vuelvo a pisar; nada soy más que este sueño en que voy desde tu ausencia a la nada. me hizo vivir tu mirada: fiel al tránsito aquí estoy.

LARGA ES LA AUSENCIA La sombra siempre y luz sin la luz mía

HERRERA Tu soledad, Abril, todo lo llena.Colma de luz la espuma y la corriente. Aurora niña con la piel reciente. Todo en golpe de mar sobre la arena.

¿Qué sueño de varón te hizo serena isla de fiebre la mirada ausente? ¡Ay, búscame sin ti, convaleciente, revocando de cal fachada y pena!

Y ¡ay!, busca tú la sangre tierra adentro, y olvidarás la voz por el encanto, abierta a ti, mientras resbala el día.

Soledad sin abril será el encuentro, y en tu ofrenda de paz, cierva de llanto la sombra siempre y luz sin la luz mía.

LA ÚLTIMA LUZ

Eres de cielo hacia la tarde, tienes ya dorada la luz en las pupilas, como un poco de nieve atardeciendo que sabe que atardece. Y yo querría cegar del corazón, cegar de verte cayendo hacia ti misma como la tarde cae, como la noche ciega la luz del bosque en que camina de copa en copa cada vez más alta, hasta la rama isleña, sonreída por el último sol, ¡y sé que avanzas porque avanza la noche! y que iluminas tres hojas solas en el bosque, y pienso que la sombra te hará clara y distinta, que todo el sol del mundo en ti descansa, en ti, la retrasada, la encendida rama del corazón en la que aún tiembla la luz sin sol donde se cumple el día.

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BLAS DE OTERO (1916 - 1979)

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre...

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre aquel que amó, vivió, murió por dentro y un buen día bajó a la calle: entonces comprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una noche echando espuma por los ojos, ebrio de amor, huyendo sin saber adónde: a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones, eran sus brazos, como llama al viento; olas de sangre contra el pecho, enormes

olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces en vuelo horizontal cruzan el cielo; horribles peces de metal recorren las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso, mi última voluntad. Bilbao, a once de abril, cincuenta y uno. Blas de Otero

CrecidaCon la sangre hasta la cintura, algunas vecescon la sangre hasta el borde de la boca,voyavanzandolentamente, con la sangre hasta el borde de los labiosalgunas veces,voy avanzando sobre este viejo suelo, sobrela tierra hundida en sangre,voy avanzando lentamente, hundiendo los brazosen sangre,algunasveces tragando sangre,voy sobre Europacomo en la proa de un barco desmanteladoque hace sangre,voymirando, algunas veces,al cielobajo,que reflejala luz de la sangre roja derramada,avanzomuypenosamente, hundidos los brazos en espesa

sangre,escomo una esperma roja represada,mis piespisan sangre de hombres vivosmuertos,cortados de repente, heridos súbitos,niñoscon el pequeño corazón volcado, voysumido en sangresalida,algunas vecessube hasta los ojos y no me deja ver,noveo más que sangre,siempresangre,sobre Europa no hay más quesangre.

Traigo una rosa en sangre entre las manosensangrentadas. Porque es que no hay másque sangre,

y una horrorosa seddando gritos en medio de la sangre

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En el principio

Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada,

si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra.

Ímpetu

Mas no todo ha de ser ruina y vacío.No todo desescombro ni deshielo.Encima de este hombro llevo el cielo,y encima de este otro, un ancho río

de entusiasmo. Y, en medio, el cuerpo mío,árbol de luz gritando desde el suelo.Y, entre raíz mortal, fronda de anhelo,mi corazón en pie, rayo sombrío.

Sólo el ansia me vence. Pero avanzosin dudar, sobre abismos infinitos,con la mano tendida: si no alcanzo

con la mano, ¡ya alcanzaré con gritos!y sigo, siempre, en pie, y así, me lanzoal mar, desde una fronda de apetitos.

De "Ángel fieramente humano" 1950

Mademoiselle Isabel, rubia y francesa...

Mademoiselle Isabel, rubia y francesa,con un mirlo debajo de la piel,no sé si aquél o ésta, oh mademoiselleIsabel, canta en él o si él en esa.

Princesa de mi infancia; tú, princesapromesa, con dos senos de clavel;yo, le livre, le crayon, le...le..., oh Isabel,Isabel!e...., tu jardín tiembla en la mesa.

De noche, te alisabas los cabellos,yo me dormía, meditando en ellosy en tu cuerpo de rosa: mariposa

rosa y blanca, velada con un velo.Volada para siempre de mi rosa-mademoiselle Isabel- y de mi cielo.

Yo por ti, tú por mí...

Están multiplicando las niñas en alta voz,yo por ti, tú por mí, los dospor los que ya no pueden ni con el alma,cantan las niñas en alta voza ver si consiguen que de una vez las oiga Dios.

Yo por ti, tú por mí, todospor una tierra en paz y una patria mejor.Las niñas de las escuelas públicas ponen el grito en el cielo,pero parece que el cielo no quiere nada con los pobres,

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no lo puedo creer. Debe haber algún erroren el multiplicando o en el multiplicador.

Las que tengan trenzas, que se las suelten,las que traigan braguitas, que se las bajen rápidamente,y las que no tengan otra cosa que un pequeño caracol,que lo saquen al sol,y todas a la vez entonen en alta vozyo por ti, tú por mí, los dospor todos los que sufren en la tierra sin que le haga caso Dios.

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.Digo vivir, vivir como si nadahubiese de quedar de lo que escribo.

Porque escribir es viento fugitivo,y publicar, columna arrinconada.Digo vivir, vivir a pulso, airada-mente morir, citar desde el estribo.

Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,abominando cuanto he escrito: escombrodel hombre aquel que fui cuando callaba.

Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obramás inmortal: aquella fiesta bravadel vivir y el morir. Lo demás sobra.

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VICTORIANO CRÉMER (1906 - 2009)

Amor

¿Serás, amor, un largo adiós que no se acaba? Pedro SalinasExtenso mar, o renovado velo;cuna del sueño, en la que el ser madura;alondra vertical ganando alturaen la flotante música del vuelo.

Si látigo, te ciñes con anhelo.Si beso, resplandece tu blancuray la tierra redime su clausuraen la pradera extática del cielo.

De la raíz del hombre te alimentas,de sus juegos más nobles, y le dejascomo una negra tierra fecundada.

¡Mírame ciego, Amor, buscando a tientas,en un mundo de adioses y de rejas,la salvadora luz de tu mirada!

Los caminos del amor

Huele a soledad el campo tan breve, tan sin sentido,bajo un firmamento abiertode par en par. ¡Apetitode tierra sola, de tierradesterrada, de caminosque nunca llegan a Roma!

La carretera es un río

enjuto que no se acabay que no tiene principio.

Pero la esperanza enseñaa creer lo que no vimos;el aire, la luz, la música,la palabra...

Desistimosde andar mirando las cosas,descubriendo los registros

concretos.

El alto cielonos orienta con sus guiñosfulgurantes.

Levantamosla mirada y transcribimossu fausta telegrafía:

«¡Para el amor no hay caminos!»

Madrigal de paz

Por esta paz, esposa, que te ofrezco,ya madura en la sangre, hecha corteza,qué paciente tributo de tristezapagué día por día... No merezcotanto dolor. (El hombre, entre las manosa veces tiene un corazón y quieremorir con él intacto. pero muerelleno de soledad.)

Ecos lejanostraen mi voz antigua de metales;

mi fría voz de hielos transparentes.Que hasta tu nombre, esposa, fue en mis dientestallo de amargas hieles minerales...

Pero todo ya es campo sin orillas,lleno de paz. El sol se transfiguraen la ceniza gris de esta clausuray abandona sus llamas amarillas.

Yo soy para ti, esposa, como un vientoque humildemente llega y se deshacecontra tus ojos: un agua que renaceentre tus piedras, sin color ni acento.

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(1918 - 2005)

La extraña amiga

Cuando tú llegues no estaré yo, amigaextraña, no veré tus ojos tristes.Nunca podré, contra lo que se diga,levantar el tapiz con que te vistes.

Sé bien, amiga, que eres sólo inventode quienes siempre temen a tu nada.Voy a creerme una vez más el cuento de que eres una oscura enamorada.

Aún estando tan cerca no nos vemosy nunca besaré tu boca mudaporque tu tiempo no es el que yo vivo.

Te llamo amiga y no nos conocemos.Te pienso igual que a una mujer desnuda y te ofrezco la mano con que escribo.

La pareja

Tenerte cerca. Hablarte.Y besarte en silencio.Y sentir el contactocaliente de tu cuerpo.Sentir que vives, trémula,aquí, contra mi pecho.Que mis brazos abarcantus límites perfectos.Que tu piel electrizalas yemas de mis dedos.Que la vida se ahogaen el hilo de un beso.Que así, en la sombra, a tientas,bajo la noche, ciegos,topándonos a oscurasmientras todo es silencio,nos amamos y somoscasi dioses, rugiendo.Vuelvo a palpar tu carne,vuelvo a besarte, vuelvoa estrecharte en la sombraciega contra mi pecho.Vuelvo a sentir tu vidatrémulamente. Sientoque el desamparo ponesu soledad, su cerco,en torno de nosotros.El mundo está desierto.Mudo. Tú y yo arrojados

a un destino violento,aquí, sobre la tierra,abrazándonos ciegos.Y entonces te recojo,te amparo, te sujeto,pequeña, débil, mía,cobijada en mi aliento,sostenida en mis brazos,cubierta con mis besos.Pero mi pequeñezen seguida comprendo.Mi inútil protección,castillo sin cimientos,rueda deshecha frenteal enorme Universo.¡Qué poco puede el hombre!Y me refugio en mediode tanta soledaden tu caliente cuerpo,para que entre tus brazosme mezas con tu tiernoamor. Niño asustado,busco tu amor materno.Los dos en la tinieblaabrazados, pequeños,frente a la eternidad,lloramos en silencio.La noche continúamudamente cubriéndonos.

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Patria, mujer

Digo patria, y a veces me pareceque mujer digo y que su cuerpo beso,digo mujer y siento que me meceuna cuna de tierra desde el hueso.

Se me viene a la boca un nombre comoun sabor de tristeza y de esperanza.A la ventana de un amor me asomoy hacia él el corazón se me abalanza

Me parece que sois la misma cosa,la misma luz astral, la misma pena,

la misma soledad, la misma rosacortada, y esa música que suena

-patria, mujer- entre la oscura brindaque el viento herido de la tarde mueve,y esa nube que vagamente ronday por los campos y los ojos llueve.

Pequeño campo de batalla, miraguerra civil y rastro de amarguray un muerto no del todo que respira,que aun en tus besos su esperanza apura.

Una mujer en la escalera

Escalón a escalón, una cansadamujer asciende como si del centro de la tierra subiera. De allá adentrohonda sombra retiene la mirada.

Implacable le impone la escalerasu destino de tramos sucesivos.Muertos ahora parecen los que vivosdeseos fueron de la primavera.

Al mirarla subir tan abatida,me pareció la imagen de la vidaresignada, y haciéndose la fuerte.

Mas sin embargo esta mujer está subiendola escalera infinita, ahora comprendoque es la imagen segura de la muerte.

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EUGENIO DE NORA (1923 - )

Carmen de la riquezaYo, muchacho aldeano, regresandopor mis años de fresca y verde senda,traigo, para tu tiempo, la alegríade aquella inagotable primavera.

Para tu boca traigo la cariciade tantas flores de color que sueña;para tus ojos en los que oscurece,la estrella de la tarde triste y bella.

Traigo la voz del agua que ha pasadoen el silencio tibio de la hierba;te traigo el cielo, corazón sonorocon álamos de música y ribera.

Abre tu alma. Mira el valle inmenso.Nos ha correspondido esta riqueza.es todo tuyo. El borde de la dichava más allá del tiempo y de la tierra.

Carmen de unos recuerdos

Hermosa,sólo hermosa.Estrellas tibias en tu pelo sueltoque el aire combatía;prados floridos, cielosen el agua, curvadosanimales ligeros cuerpo abajo, laderaabajo; pechosgacelas; áureascaderas con caballos. Todo, fuegoen un río de espacio musical, cauce de astrosinfinito. Sí: bella,hermosa. Sonreíascomo cálida nieve; mirabas pasar ríos;concedías labialesclaveles oprimidos, aurorasvacilantes, luz negra,hiedras ardientes cuerpo adentro.

¡Oh rosahija del tiempo, aguadel tiempo, florecientelago de tiempo! Junto a tus orillashe soñado la vida, y he miradoanchos los cielos. Aunque todo pase,yo amaré siempre. Poso mi cabezasobre la roca, muevo el horizonte,y oh sollozado ramo de palabras, golpeoel agua clara. ¡Fuente,luz del ser, con tu imagen!¿Te soñaba? Teníauna estrella en el pecho.Y tú erashermosa, erashermosa; sonreías...

Canción triste

Mi tristeza decía:

¿Qué flor nueva iluminasen tu tierra de voz?Sangran viejas heridas,y llora el ruiseñorde ayer, al aire nuevo,su canción.

Y yo:

¡Ay, amor,que te fuiste y te vuelves;ay, amor!

Mi alegría decía:

No sé si el tiempo gira,

o si retorno yo,pero rosales de oromiro otra vez en flor,y en una fuente secajuega el agua y el sol.¡La primavera vuelve,corazón!

Mi corazón decía:

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¡Primavera otra vez!Cántale, ruiseñor,tu antigua y siempre nueva,siempre bella canción:«Cuánto te quiero, mi vida y

mi sol.¡Ya el nomeolvides tuyofloreció!»

Y yo decía, sólo,tu estribillo, canción:

¡Ay, amor,que te fuiste y te vuelves;¡ay, amor!

Futuro envejecido

Los niños, muchos niños, piden techo,lloran alma, tiritan sin rencor.Acaso está lloviendo, acaso hubola naranja que no alcanzó su mano,o el frío, o las muchísimas estampasque no vieron jamás. O los zapatosque están rotos...

La letra jota de jugar, jardín,las letras de alegría que arden solas,¿dónde yacen? Quisiéramos saber...

Los niños quieren recobrar su edad.

Una concha y un pan, un monigote,bastan, mas ¿dónde están? No veo el rostrode esos niños debajo de su cara:veo un disfraz registrador que sumatiempo, y tiempo de adultos, tiempo y duelo,dolor y hasta un final. ..que escaparíamos, oh Dios,

qué hacer, qué haríamos, estoes demasiado, esto no puede ser!Nosotros, antes, indudable, muchosya no tuvimos casi juventud; habíasin Instituto tanto que aprender,tanto que ver en serio, ojos redondos;y además qué más da, si era estupendovivir ya de verdad. ..Cumplidos hombresde doce años entonces... Nos mataronal muchacho. Fue triste, pero un niñoestá siempre en nosotros. Esto ahora...Qué extraña la vejez si no hubo vida.Qué edad terrible, adulta sin edad.¡Qué hacer, digo; qué hacer! Rebotan, vuelven,aun con rumor de guerra, tierno CésarVallejo, las palabras de aquel llanto:¡Ah! iDesgraciadamente, hombres humanos,hay, hermanos, muchísimo que hacer!Mucho, mucho, ¡así es!

"España, pasión de vida" 1945-1950

Honda es la herida del amor al verte...

Honda es la herida del amor al verteen mis ojos mortales reflejada;pero la daga más apasionadala hunde el recuerdo, España: poseerte

es mirarte en el alma, hecha ya suerteentrañada y total frente a la nada;pues en ti está mi vida sustentada,y en ti mi sangre ha de vencer la muerte.

En el recuerdo y en el pensamientocumpliendo voy mi vida y tu memoria.¡Roca inmortal, límite al mar y al viento:

hecha mi sangre verbo de tu gloria,arrástreme tu cauce violentohasta fundir mi sino con tu Historia!

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CARLOS BOUSOÑO (1923 - )

Alma solitaria

Mira los aires, alma solitaria, alma triste que sola vas gimiendo. Asciende, sube. Amor te espera. La cima es alta. Escaso, el aparejo.Aleteante, temblorosa y blanca, te veo subir con retenido esfuerzo. Hoy llega el sol donde hasta ayer la luna. Llega la luna donde ayer el cierzo.Al fin la vida con la luz se aclara. Al fin la muerte con la luz ya se muerto.

¡Cantan las cumbres y los valles! ¡Cantan los siempre vivos a los nunca muertos!Cara con cara junto a Dios, escuchas vibrar los aires y vivir los sueños. Vida con vida, luz con luz amada, y cielo, humano, en el amor, con Cielo.Bajar la luz de amor, la luz de vida lenta en los aires minuciosos siento. Fundida luz de Dios con luz del alma. Qué claridad de pronto. Qué silencio.

Desde lejos

Pasa la juventud, pasa la vida,pasa el amor, la muerte también pasa,el viento, la amargura que traspasala patria densa, inmóvil y dormida.Dormida, en sueño para siempre, olvida.Muertos y vivos en la misma masaduermen común destino y dicha escasa.Patria, profundidad, piedra perdida.Piedra perdida, hundida, vivos, muertos.España entera duerme ya su historia.Los campos tristes y los cielos yertos.Sobre el papel escrita está su gloria:querer edificar en los desiertos;aspirar a la luz más ilusoria.

El amante viejo

¡Amabas tanto...! Acasocon amargura, acaso con tristezalo dijiste. ¡Amabas tanto! En el espejoviste tu faz que se iba haciendo vieja,

y tornaste a decir: «...amor...» Soñabas,y en la alta noche silenciosa y queda,lejos se oía lento el rumor mansode un agua que pasaba mansa y lenta.

La tristeza

Tal vez el mundo sea bello,cuando el sol claro lo ilumina,pero yo sé que hay hombres tristescomo la lluvia gris y fría.

Yo sé que hay hombres sobre cuyas almaspasó de Dios quizá la sombra un día.Pasó, y hoy queda sólo ausenciaen donde la tristeza brilla.

Hombres tristes en todos los caminos

con la tristeza pensativa.

Tal vez la aurora sea pura,el aire delicado, claro el día.Mas muchos hombres hay como la lluviaoscura e infinita.

Escúchame, Señor. Mi voz hoy sólotiene palabras de melancolía.Sobre la tarde inmensa cae la lluviamonótona, fría.

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Palabras en la noche

Cecilia, dulce amiga. Hoy yo quisiera hablartecon la verdad que nace de un corazón pequeño.Decirte cómo un día yo quise condenarte.A ti que fuiste sólo la luz para mi sueño.

A ti que fuiste siempre la luz para mi vida,la luz parada en medio de mi existencia vana,la luz suave y callada, la luz dulce, esparcida,valiente en la tristeza, luciente en la mañana.

A ti, blanca presencia del día silencioso,escala de ternura, licor que yo he bebido.a ti, prado o colina que esparce su reposo.A ti a quien tantas veces mi amor ha entristecido.

Decirte, suavizarte, hablarte del rocío,hablarte de la noche que baja lenta a verte,cual baja ya tu vida, más dulce al pecho mío,que quiso un día amarte y vino a deshacerte...

Tú y yo

Tú y yo, los dos, bajo la luz del día,bajo la luz que dura en lo inocente,¡Oh, sí, los dos, bajo la luz rientequeremos ser! Queremos... Yo querría.

Contra la sombra o la melancolía,contra las injusticias del presente,quién te tuviera siempre, siempre... ¡Tenteamor pequeño, campo de alegría!

Y aquí los dos mirándonos. Sin vernos.Aquí los dos hablando. Sin oírnos.Buscándonos a tientas. Sin tenernos.

Y el tiempo ya empujándonos a un irnosinacabable. No podemos sernosjamás. Entrando siempre en el morirnos.

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GABRIEL CELAYA (1911 - 1991)

La poesía es un arma cargada de futuro

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.

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Page 34: Antología poética desde 1936

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

ESPAÑA EN MARCHA

Nosotros somos quien somos. ¡Basta de Historia y de cuentos! ¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.Ni vivimos del pasado, ni damos cuerda al recuerdo. Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.Somos el ser que se crece. Somos un río derecho. Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.Somos bárbaros, sencillos. Somos a muerte lo ibero que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.De cuanto fue nos nutrimos, transformándonos crecemos y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.¡A la calle! que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.No reniego de mi origen pero digo que seremos mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.

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Españoles con futuro y españoles que, por serlo, aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.Recuerdo nuestros errores con mala saña y buen viento. Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.Vuelvo a decirte quién eres. Vuelvo a pensarte, suspenso. Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo.No quiero justificarte como haría un leguleyo, Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.España mía, combate que atormentas mis adentros, para salvarme y salvarte, con amor te deletreo.

Salpicada de espuma, de salitre...

Salpicada de espuma, de salitre, desnuda, desde el mar, viene gritando:

La vida, sí, la vida misma: ¡Un delirio por los prados!

Desde mi ventana blanca, con los brazos extendidos, la estoy llamando con voces

de un ardor desmelenado.

Salpicada de espuma, de salitre, desnuda, por los campos, va gritando.

¡La vida, sí, la vida misma!

Pálido y alto, callado, la mira pasar llorando.

Perdido de amor

La fatiga, la inmensafatiga de los días repetidos.(Toda alegría suponealgo de heroísmo.)

Admirable enemiga,de ti nazco sufriendo.(Arder: Así me mientoun alma iluminada.)

Y vivo de la muerte que me das sonriendo,y muero en la dulzurade tu vago silencio.

Amada, amada mía,

alta llama en el tiempo,tú creas melodíascon pausas y secretos.

Y el hastío se alargade pronto en formas dulces,y los días se nombransegún un sentimiento.

Ni más ni menos

Son tus pechos pequeños,son tus ojos confusos,lo que no tiene nombrey no comprendo, adoro.

Son tus muslos largosy es tu cabello corto;lo que siempre me escapay no comprendo, adoro.

Tu cintura, tu risa,tus equívocos locos,tu mirada que burlay no comprendo, adoro.

¡Tú que estás tan cerca!¡Tú que estás tan lejos!Lo que beso, y no tengo,y no comprendo, adoro.

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En el fondo de la noche tiemblan las aguas de plata...

En el fondo de la noche tiemblan las aguas de plata. La luna es un grito muerto en los ojos delirantes. Con su nimbo de silencio pasan los sonámbulos de cabeza de cristal, pasan como quien suspira, pasan entre los hielos transparentes y verdes. Es el momento de las rosas encarnadas y los puñales de acero sobre los cuerpos blanquísimos del frío.

En el fondo de la noche tiembla el árbol del silencio; los hombres gritan tan alto que solo se oye la luna.

Es el momento en que los niños se desmayan sobre los pianos, el momento de las estatuas en el fondo transparente de las aguas, el momento en que por fin todo parece posible. En el fondo de la noche tiembla el árbol del silencio.

Decidme lo que habéis visto los que estabais con la cabeza vuelta. La quietud de esta hora es un silencio que escucha, el silencio es el sigilo de la muerte que se acerca. Decidme lo que habéis visto. En el fondo de la noche hay un escalofrío de cuerpos ateridos.

Cerca y lejos

Más allá del pecado,indecible, te adoro,y al buscar mis palabrassólo encuentro unos besos.

En el pecho, en la nuca,te quiero.

En el cáliz secreto,te quiero.

donde tu vientre es combo,fugitiva tu espalda,oloroso tu cuerpo,te quiero.

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JOSÉ HIERRO (1922 - 2002)

Alegría

Llegué por el dolor a la alegría.Supe por el dolor que el alma existe.Por el dolor, allá en mi reino triste,un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fríay el viento loco y cálido que embiste.( Alma que verdes primaveras vistemaravillosamente se rompía. )

Así la siento más. Al cielo apuntoy me responde cuando le preguntocon dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabezaruego por el que he sido en la tristezaa las divinidades de la vida.

De "Alegría" 1947

Como la rosa: nunca...

Como la rosa: nunca te empañe un pensamiento. No es para ti la vida que te nace de dentro. Hermosura que tenga su ayer en su momento. Que en sólo tu apariencia

se guarde tu secreto. Pasados no te brinden su inquietante misterio. Recuerdos no te nublen el cristal de tus sueños.

Cómo puede ser bella flor que tiene recuerdos.

De "Con las piedras, con el viento" 1950

Alma dormida

Me tendí sobre la hierba entre los troncosque hoja a hoja desnudaban su belleza.Dejé el alma que soñase:volvería a despertar en primavera.

Nuevamente nace el mundo, nuevamentenaces, alma (estabas muerta).Yo no sé lo que ha pasado en este tiempo:tú dormías, esperando ser eterna.

Y por mucho que te cante la alta músicade las nubes, y por mucho que te quieran

explicar las criaturas por qué evocanaquel tiempo negro y frío, aunque pretendas

hacer tuya tanta vida derramada(era vida, y tú dormías), ya no llegasa alcanzar la plenitud de su alegría:tú dormías cuando todo estaba en vela.

Tierra nuestra, vida nuestra, tiempo nuestro...(Alma mía, ¡quién te dijo que durmieras!)

De "Agenda" 1991

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CARMEN CONDE

Lo infinito

Tú vives en el alba.Los pájaros te aclaman.De túnicas de aves te viste la alegría.¡Qué aurora la que exaltas!¡Qué noble luz la tuya!Te escuchan las mañanas y las nochesporque eres como un cirio,porque eres como un corzo. Sentirte a ti que pasas

rozándome las rosas y los ayes...Doler en tus rodillas, estrujadapor riscos y malezas.

Y que un céfiro de alondras venga dulce,que tú llegues aventando mis heridas...Ser mujer y tuya, ¡qué inefablefundirse la conciencia entre tus brazos!

Entrega

Guardaré mi voz en un pozo de lumbre y será crepúsculo toda la vida.

Ya girarán más leves los cuchillosporque no encontrarán dónde herirme.Erguida de rocíos negros,para ti cantaré.

¡Que no me busquen los sin vista,que no me llamen los ahogados,que no me sientan los que huyo!

A mi soledad de reflejos,amor,sólo tú.

Ausencia del amante

He vuelto por el camino sin hierba.Voy al río en busca de mi sombra.Qué soledad sellada de luna fría.Qué soledad de agua sin sirenas rojas.Qué soledad de pinos ácidos errantes...Voy a recoger mis ojosabandonados en la orilla.

Amor Ofrecimiento.

Acércate.Junto a la noche te espero.Nádame.Fuentes profundas y fríasavivan mi corriente.

Mira qué puras son mis charcas.¡Qué gozo el de mi yelo!

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JOSÉ LUIS CANO

Dulce tumba

Junto a la orilla de este mar quisieraa la sombra morir de su hermosura,entreabiertos los labios, y esta duramelancolía hiriendo el sol de fuera.

Como otro pino más de la riberaquisiera allí soñar. Allí mi impurasangre desnudará su rama oscuray allí la tendrá el aire prisionera.

A flor de arena el cuerpo amortecido,allí el vívido azul de la bahíahermoseará su nombre y su latido.

Y el eco oiré, cual una melodía,de unos pies al pasar, ya en dulce olvidode tu hermosura, oh playa triste y mía.

Espumas

Este cuerpo de amor no necesitaquemar su luz en otra ardiente rama.La lava en que se quema y que derrama,por su propio volcán se precipita.

Tu hermosura sin voz sólo me incita,no un corazón ni el vuelo de una llama.Mi alimento es mi amor, y lo que amami sangre, es esa piel, que un astro imita.

¿Qué esconde esa belleza? Sólo espumas,Oh hermosa nada que a mi amor convoca,raudo cielo sin Dios, mar sin secreto.

Pero besar todas sus dulces plumases ya el único sino de esta boca,la única gloria ya de este esqueleto.

Estío

Una dura raigambre de alto helechohe elegido por tumba prematuraen esta soledad de arena oscuradonde gime la sangre de mi pecho.

Lejos está el amor. Aquí cosechoun bronco sol para mi sepultura.Aquí crece mejor la quemaduraque quiero para el fondo de mi pecho.

Todo ese inmenso mar no bastaríapara volver la vida y la miradaa esta osamenta gris, a este esqueleto.

Hace tiempo que amó. Ya no sabríadar su ofrenda al amor, su calcinadasangre, su corazón lejano y quieto.

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La tarde

Cada día toco con mis manos la dichala beso con mis labiosla dejo que se duerma dulcemente en mi pechoque se despierte luego estremecida como un hermoso sueño.Enfrente el cielo, los pájaros y tu boca entreabiertasobre la calle con acacias y niñosdelicada y trémula como una sonata.Y desde mi terraza, íntima como una cariciaávido sorbo la tarde y su hermosuracontemplo el avión rasgar sereno el aire puroy casi tocoacaricio con mis dedos la luna inmensaposada con ternura sobre un árbol cercano.Poca cosa es lo que hace falta a veces para sentir la dichauna luz, una flor, una brisa, una mano en la nuestrao esta tarde que parece de carnede suavísimo nácartarde entregada para un mirar lentísimopara entrarla despaciocomo un sueño en el almapara besarla pura, inmaterial y celeste.

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GLORIA FUERTES (1917 - 1998)

Al borde

Soy alta;en la guerrallegué a pesar cuarenta kilos.He estado al borde de la tuberculosis,al borde de la cárcel,al borde de la amistad,al borde del arte,al borde del suicidio,

al borde de la misericordia,al borde de la envidia,al borde de la fama,al borde del amor,al borde de la playa,y, poco a poco, me fue dando sueño,y aquí estoy durmiendo al borde,al borde de despertar.

Amor que libera

Ya no soy la niña amargaque tenía un mar de llantoy alta ortiga por el alma.Ya no soy la niña enfermaque al oír risas lloraba;ya salí del solitariobosque que me acorralaba.Ahora soy la niña verde,porque floreció mi calma.Ya no soy la loca triste,ya no soy la niña blanca,nuevo amor ha traspasadocon el nardo de su lanzami corazón, que ahora tieneun nombre de menta y ámbar.

¡Ay cuánta sonrisa notoque trepa por mis espaldas!¡Qué brillo tienen mis ojos-viudos de siete mil lágrimas-!La vida me sabe a versoy los besos a manzana.-El monte arregla sus pinos,por las rocas el mar baila-.El amor danza en mi pecho.¡Ya me quiere! ¡Ya me aguarda!Ya no soy la loca triste,que al oír risas gritaba;ahora soy la niña dulce,ya no soy mujer amarga.

No sabemos qué hacer

A veces el poetano sabe si coger la hoja de acero,sacar punta a su lápiz y hacerse un versoo sacarse una venay hacerse un muerto.

Geografía humana

Mirad mi continente contenidobrazos, piernas y tronco inmesurado,pequeños son mis pies, chicas mis manos,

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hondos mis ojos, bastante bien mis senos.Tengo un lago debajo de la frente,a veces se desborda y por las cuencas,donde se bañan las niñas de mis ojos,cuando el llanto me llega hasta las piernasy mis volcanes tiemblan en la danza.Por el norte limito con la duda,por el este limito con el otro,por el oeste Corazón Abiertoy por el sur con tierra castellana.Dentro del continente hay contenido,los estados unidos de mi cuerpo,el estado de pena por la noche,el estado de risa por el alma-estado de soltera todo el día-.Al mediodía tengo terremotossi el viento de una carta no me llega,el fuego se enfurece y va y me arrasalas cosechas de trigo de mi pecho.El bosque de mis pelos mal peinadosse eriza cuando el río de la sangrerecorre el continente,y por no haber pecado me perdona.El mar que me rodea es muy variable,se llama Mar Mayor o Mar de Gentea veces me sacude los costados,a veces me acaricia suavemente;depende de las brisas o del tiempo,del ciclo o del ciclón, tal vez depende,el caso es que mi caso es ser la islallamada a sumergirse o sumergerseen las aguas del océano humanoconocido por vulgo vulgarmente.Acabo mi lección de geografía.Mirad mi contenido continente.

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CARLOS EDMUNDO ORY (1923 - )

Denise

Cuando pongo mis manos de metalmis manos primitivas sin destrezaen tu pelo abundante donde empiezatu cuerpo que respira amor mortal.

Cuando tocan mis dedos tu totalaltura de los pies a la cabezasin que me tiemble el pulso, amo la piezamaravillosa de tu ser carnal.

Y entonces de quietud y roce purotu mirada me vence, llena de aguasy tu silencio femenino me arde.

De repente de acción me transfigurodesciendo mi contacto a tus enaguasy te desnudo y te amo y se hace tarde.

Descripción de mi esposa

Ella es mi escarabajo sagrado Ella es mi cripta de amatista Ella es mi ciudadela lacustre Ella es mi palomar de silencio Ella es mi tapia de jazmines Ella es mi langosta de oro Ella es mi kiosko de música Ella es mi lecho de malaquita Ella es mi medusa dorada Ella es mi caracol de seda

Ella es mi cuarto de ranúnculos Ella es mi topacio amarillo ella es mi Anadiómena marina Ella es mi Ageronia atlantis Ella es mi puerta de oricalco Ella es mi palanquín de hojas Ella es mi postre de ciruelas Ella es mi pentagrama de sangre Ella es mi oráculo de besos Ella es mi estrella boreal.

Eros tremendum

En la noche del sexo busco luzy encuentro más y más oscuridadmi cuerpo es sacro y sacrifica edadsin tiempo sobre el tuyo cruz con cruz.

Subo y bajo y gravito mi testuzcae sobre el muro de tu atroz ciudadsin puertas donde al fin me da mitadde entrada a la tiniebla un tragaluz.

Mantel mi espalda cubre los manjaresmis brazos y mis piernas son a parescon los tuyos en forma de escorpión.

Las dos manzanas mi contacto dejay duerme como un vaso en la bandejade tu vientre mi enorme corazón.

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RICARDO MOLINA (1917 - 1968)

Desnudo

Estoy desnudo, el sol con fuego dicecuanto diría el hombre enamorado.Basta el silencio a confesarlo todo,si tendido en la orilla de algún ríoel hombre calla y en su pecho, mudo,un sol como el del cielo resplandece.

Ya lo sabemos todo. Que son rojoslos labios que se besan en la orilla,

que la vida es un breve y dulce abrazoy que con la mañana una alegríasin nombre nos invade silenciosa.

Ya no necesitamos las palabras.Ya basta el sol que besa, basta el ríoque nos lleva en sus ondas lentamente,el viento que los ojos acaricia,la verde sombra que en la boca tiembla.

Invitación a la dicha

Es dulce ser amado pero amar, oh dioses, qué ventura...

Goethe

Ámame ahora que tengo los cabellos negrosy una corona de juncoy el perfume del agua y de la jaraen los brazos desnudos.

Ámame ahora que tengo en los ojosla suave llama de la tardey la gracia de la sonrisay la leve frescura de los manantiales.

Ámame ahora que tengo en los labiosel fuego deslumbrante del Mediodíay la serenidad del cielo en las mejillas.

Ámame ahora que tengo en el cuelloel resplandor de los lirios quemados.Ámame ahora que corre por mis hombrosel torrente divino del deseo.Ámame ahora que tengo el pecho ebriocomo una flor de vino.

Ahora y no luego, ahora y no mañana,ahora que besa mi alma todo tu cuerpo

confundiendo su aliento al de mis labios.

Bésame ahora que es primaveray el chamariz canta y vuela en un árbol,ahora, amor mío, que estamos en mayoy zumban en el aire las abejas,ahora que todo es hermoso y feliz,ahora y no mañana,ahora y no luego.

Bésame los labios, el cabello, los hombrosahora que en los huertos florecidoses tan dulce la flor primera del granado.

Dame todo tu amor ahora, amor mío,¿no ves que soy en la tierra dichosa,dulce como el árbol del paraíso?

Ahora que soy un manantial virgendonde cada onda es una caricia,una colina verdedonde cada florecilla es un labio encendido,un valle misterioso

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donde cada viento es un suspiro,un río de amorescuya música frágil es tu nombre.

¿No son nuestros estos días tan bellos?

¿No es hermosa la tierra bajo el sol y la luna?¿No habla todo de amor desde el alba a la tarde?

¡Ámame!¡Ahora y no mañana; ahora y no luego!

Vino antiguo

Loca sabiduría del corazón, ensueñoúnico de onda inmensa, voz profundade la armoniosa tierra mía, claro vino andaluz.

Los más hermosos labios tus jardinescambiantes de oro y música, tu ardienteruiseñor diluido en mudos cielos orientales,

bebieron, y los ojos su miradamisteriosamente abandonarona tu ola feliz de paz, de olvido inalterable,y los amantes su deseo ocultolatir sintieron en tus bellos labiosy sorbo a sorbo en ellos apuraronsu paraíso.

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JOSÉ ÁNGEL VALENTE (1929 - 2000)

Cerqué, cercaste....

Cerqué, cercaste,cercamos tu cuerpo, el mío, el tuyo,como si fueran sólo un solo cuerpo.Lo cercamos en la noche.

Alzose al alba la vozdel hombre que rezaba.

Tierra ajena y más nuestra, allende, en lo lejano.

Oí la voz.Bajé sobre tu cuerpo.Se abrió, almendra.

bajé a lo altode ti, subí a lo hondo.

Oí la voz en el nacerdel sol, en el acercamientoy en la inseparación, en el ejedel día y de la noche,de ti y de mí.Quedé, fui tú.Y tú quedastecomo eres tú, para siempreencendida.

El temblor

La lluvia como una lengua de prensiles musgos parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar, lamer el eje vertical, contar el número de vértebras que me separan de tu cuerpo ausente.

Busco ahora despacio con mi lengua la demorada huella de tu lengua hundida en mis salivas.

Bebo, te bebo en las mansiones líquidas del paladar y en la humedad radiante de tus ingles, mientras tu propia lengua me recorre y baja, retráctil y prensil, como la lengua oscura de la lluvia.

La raíz del temblor llena tu boca, tiembla, se vierte en ti y canta germinal en tu garganta.

Por debajo del agua...

Por debajo del aguate busco el pelo,por debajo del agua,pero no llego.

Por debajo del aguade tu cintura:tú me llamas arribapara que suba.

Para que suba al airede tu mirada;mi corazón me enciende,luego se apaga.

Te busco el pelopor debajo del agua,pero no llego.

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ÁNGEL GONZÁLEZ (1925 - 2008)

A veces

Escribir un poema se parece a un orgasmo:mancha la tinta tanto como el semen,empreña también más en ocasiones.Tardes hay, sin embargo,en las que manoseo las palabras,muerdo sus senos y sus piernas ágiles,les levanto las faldas con mis dedos,

las miro desde abajo,les hago lo de siemprey, pese a todo, ved:¡no pasa nada!Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:"Lo digo y no me corro".Pero él disimulaba.

Alga quisiera ser, alga enredada...

Alga quisiera ser, alga enredada,en lo más suave de tu pantorrilla.Soplo de brisa contra tu mejilla.Arena leve bajo tu pisada.

Agua quisiera ser, agua saladacuando corres desnuda hacia la orilla.Sol recortando en sombra tu sencillasilueta virgen de recién bañada.

Todo quisiera ser, indefinido,en torno a ti: paisaje, luz, ambiente,gaviota, cielo, nave, vela, viento…

Caracola que acercas a tu oído,para poder reunir, tímidamente,con el rumor del mar, mi sentimiento.

Cumpleaños

Yo lo noto: cómo me voy volviendomenos cierto, confuso,disolviéndome en el airecotidiano, burdojirón de mí, deshilachadoy roto por los puñosYo comprendo: he vividoun año más, y eso es muy duro.¡Mover el corazón todos los díascasi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesariomorirse muchas veces mucho.

Todos ustedes parecen felices...

...Y sonríen, a veces, cuando hablan.Y se dicen , incluso,palabrasde amor. Pero

se amande dos en dosparaodiar de milen mil. Y guardantoneladas de asco por cadamilímetro de dicha.Y parecen -nadamás que parecen- felices,y hablancon el fin de ocultar esa amargurainevitable, y cuántasveces no lo consiguen, comono puedo yo ocultarlapor más tiempo; estadesesperante, estéril, largaciega desolación por cualquier cosaque -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.

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Vals del atardecer

Los pianos golpean con sus colasenjambres de violines y de violas.Es el vals de las solasy solteras,el vals de las muchachas casaderas,que arrebata por rachassu corazón raído de muchachas.

A dónde llevará esa leve brisa,a qué jardín con luna esa sumisacorrienteque gira de repentedesatando en sus vueltasdoradas cabelleras, ahora sueltas,borrosas, imprecisasen el río de música y metrallaque es un vals cuando estallasus trompetas.

Todavía inquietas,vuelan las flautas hacia el cordelajede las arpas ancladas en la orilladonde los violoncelos se han dormido.

Los oboes apagan el paisaje.Las muchachas se apean en sus sillas,se arreglan el vestidocon manos presurosas y sencillas,y van a los lavabos, como después de un viaje.

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JOSÉ MARÍA VALVERDE (1926 - 1996)

Cuando vengas, cogiéndote la mano...

Cuando vengas, cogiéndote la mano,volveré a recorrer mi historia muerta;pasaremos la misteriosa puertaque guarda mi cadáver cotidiano.

Iremos por las viejas avenidasdel parque de mis sueños, por mi infanciade pasillos en sombra... Y tu fraganciacerrará allí sus prístinas heridas.

¡Cómo me besarás en el pasadocuando beses allí la pura frentedel fantasma de un niño pensativo!

Verás mi origen, para ti guardado,que me puedes curar, tú solamente,de todo lo que fue, el dolor aún vivo.

De "Nuevas elegías. Anticipo"

Elegía 2

Tú debes ser un ángelde un edén que he perdido y no recuerdo.Tienes la luz y aroma conocidosde un mundo que he vivido, no sé cuando,más allá de los bosques de mi infancia;de un mundo amigo y dulce,de una paz primitivaque siento perdurar en los demás humanos,y que a través de tu cristal aún miro,en la luz de tus ojos.

Por esa luz me llega a este destierromi nombre, pronunciando con la cadencia viejade cuando yo era niño y me llamaban...Son como las estrellas que mira un prisionero.Sobre tu labio tienes, blancamente,inminencia de vuelo de ala de mariposa....Ay, qué triste me pones;resucitas mis tardes con la luz que tuvieron,mis sueños por rincones,mis anhelos difuntos,aquel alma perdida.

De "Nuevas elegías. Anticipo"

Hoy vuelves como siempre, primavera...

Hoy vuelves como siempre, primavera,cuando a tu luz ya había renunciadoy el corazón está desconcertadopor este gozo nuevo que le altera.

Casi siente que le redimas... ¡Eratan bello su rincón iluminadoen que, triste, se había refugiadopara vivir tan sólo con su hoguera!

Mas sí, rebosaré por tu sendero,que, aunque tú vuelvas siempre, me iré un díay sin mí brotarán igual las flores.

Pero el gozo de estar lleno y enteroal subirme a la boca se me enfría...¡estar en primavera y sin amores!

De "Nuevas elegías. Anticipo"

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JAIME GIL DE BIEDMA (1929 - 1990)

Amor más poderoso que la vida

La misma calidad que el sol de tu país, saliendo entre las nubes: alegre y delicado matiz en unas hojas, fulgor de un cristal, modulación del apagado brillo de la lluvia.

La misma calidad que tu ciudad, tu ciudad de cristal innumerable idéntica y distinta, cambiada por el tiempo: calles que desconozco y plaza antigua de pájaros poblada, la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión, al cabo de los años, esta noche al mirarme: la misma calidad que tu expresión y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida, amor sin exigencias de futuro, presente del pasado, amor más poderoso que la vida: perdido y encontrado. Encontrado, perdido...

Contra Jaime Gil de Biedma

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso, dejar atrás un sótano más negro que mi reputación -y ya es decir-, poner visillos blancos y tomar criada, renunciar a la vida de bohemio, si vienes luego tú, pelmazo, embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes, zángano de colmena, inútil, cacaseno, con tus manos lavadas, a comer en mi plato y a ensuciar la casa?

Te acompañan las barras de los bares últimos de la noche, los chulos, las floristas, las calles muertas de la madrugada y los ascensores de luz amarilla cuando llegas, borracho, y te paras a verte en el espejo la cara destruida, con ojos todavía violentos que no quieres cerrar. Y si te increpo, te ríes, me recuerdas el pasado y dices que envejezco.

Podría recordarte que ya no tienes gracia. Que tu estilo casual y que tu desenfado resultan truculentos cuando se tienen más de treinta años, y que tu encantadora sonrisa de muchacho soñoliento -seguro de gustar- es un resto penoso, un intento patético. Mientras que tú me miras con tus ojos de verdadero huérfano, y me lloras y me prometes ya no hacerlo.

Si no fueses tan puta! Y si yo no supiese, hace ya tiempo, que tú eres fuerte cuando yo soy débil y que eres débil cuando me enfurezco... De tus regresos guardo una impresión confusa de pánico, de pena y descontento, y la desesperanza y la impaciencia y el resentimiento de volver a sufrir, otra vez más, la humillación imperdonable de la excesiva intimidad.

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A duras penas te llevaré a la cama, como quien va al infierno para dormir contigo. Muriendo a cada paso de impotencia, tropezando con muebles a tientas, cruzaremos el piso

torpemente abrazados, vacilando de alcohol y de sollozos reprimidos. Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, y la más innoble que es amarse a sí mismo!

Mañana de ayer, de hoy

Es la lluvia sobre el mar. En la abierta ventana, contemplándola, descansas la sien en el cristal.

Imagen de unos segundos, quieto en el contraluz

tu cuerpo distinto, aún de la noche desnudo.

Y te vuelves hacia mí, sonriéndome. Yo pienso en cómo ha pasado el tiempo, y te recuerdo así.

No volveré a ser joven

Que la vida iba en seriouno lo empieza a comprender más tarde-como todos los jóvenes, yo vinea llevarme la vida por delante.

Dejar huella queríay marcharme entre aplausos

-envejecer, morir, eran tan sólolas dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempoy la verdad desagradable asoma:envejecer, morir,es el único argumento de la obra.

"Poemas póstumos" 1968

Volver

Mi recuerdo eran imágenes, en el instante, de ti: esa expresión y un matiz de los ojos, algo suave

en la inflexión de la voz, y tus bostezos furtivos de lebrel que ha maldormido la noche en mi habitación.

Volver, pasados los años, hacia la felicidad -para verse y recordar que yo también he cambiado.

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FRANCISCO BRINES (1932 - )

Alocución pagana

¿Es que, acaso, estimáis que por creeren la inmortalidad,os tendrá que ser dada?Es obra de la fe, del egoísmoo la desolación.Y si existe, no importa no haber creído en ella:respuestas ignorantes son todas las humanassi a la muerte interroga.

Seguid con vuestros ritos fastuosos, ofrendas a los dioses,o grandes monumentos funerarios,las cálidas plegarias, vuestra esperanza ciega.O aceptad el vacío que vendrá,en donde ni siquiera soplará un viento estéril.Lo que habrá de venir será de todos,pues no hay merecimiento en el nacery nada justifica nuestra muerte.

"Aún no" 1971

Las últimas preguntas

En el acabamiento de la tarde,cuando hacía el camino, he llegado de pronto ¿a dónde?

La noche que ha caído, tan repentina y negra, me impide ver, y sólo sé que nadie me acompaña. ¿Qué ha sido este viaje?

Muy largo debió ser, por la fatiga, o acaso fue muy breve, si existió: De entre mis posesiones sólo guardo un pañuelo que oscurece en mis manos:

¿Para secar las lagrimas que no puedo verter? ¿O para despedirme, desde la prescripción, de las sombras que dejo?

Sin tiempo, me pregunto: ¿qué soy? ¿quién soy? ¿Y para qué partí? ¿Y qué sentido tiene haber llegado? Y qué poco me importa lo que, del lado del desuso, pueda pasar ahora, si nada entiendo. Dejo de ser mortal. Mas no soy inmortal. Como si nada hubiera sido.

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CLAUDIO RODRÍGUEZ (1934 - 1999)

Clávame con tus ojos esa nube...

Clávame con tus ojos esa nubey esta esperanza de hombre que me queda.¿Por dónde yo si estaba en la alamedade tus ojos mintiendo cuando estuve?

Disciplina de todo lo que sube.De lo que mira y ve, mientras se enredasu triste agilidad, como en la ruedade tus campos del cielo que no anduve.

Y es por seguir cegueras sin mancillapor lo que tanta bruma nos separay hace del resplandor su maravilla,

su clavel mudo. ¡Y qué ajenos al dañodespués, cuando tus ojos son la claralocura de no verme siempre extraño!

Como si nunca hubiera sido mía...

Como si nunca hubiera sido mía, dad al aire mi voz y que en el aire sea de todos y la sepan todos igual que una mañana o una tarde. Ni a la rama tan sólo abril acude ni el agua espera sólo el estiaje. ¿Quién podrá decir que es suyo el viento, suya la luz, el canto de las aves en el que esplende la estación, más cuando llega la noche y en los chopos arde tan peligrosamente retenida? ¡Que todo acabe aquí, que todo acabe de una vez para siempre! La flor vive tan bella porque vive poco tiempo

y, sin embargo, cómo se da, unánime, dejando de ser flor y convirtiéndose en ímpetu de entrega. Invierno, aunque no esté detrás la primavera, saca fuera de mí lo mío y hazme parte, inútil polen que se pierde en tierra pero ha sido de todos y de nadie. Sobre el abierto páramo, el relente es pinar en el pino, aire en el aire, relente sólo para mí sequía. Sobre la voz que va excavando un cauce qué sacrilegio éste del cuerpo, éste de no poder ser hostia para darse.

Espuma

Miro la espuma, su delicadezaque es tan distinta a la de la ceniza.Como quien mira una sonrisa, aquellapor la que da su vida y le es fatigay amparo, miro ahora la modestaespuma. Es el momento bronco y bellodel uso, el roce, el acto de la entregacreándola. El dolor encarceladodel mar, se salva en fibra tan ligera;bajo la quilla, frente al dique, dondeexiste amor surcado, como en tierrala flor, nace la espuma. y es en ella

donde rompe la muerte, en su madejadonde el mar cobra ser, como en la cimade su pasión el hombre es hombre, fuerade otros negocios: en su leche viva.A este pretil, brocal de la materiaque es manantial, no desembocadura,me asomo ahora, cuando la mareasube, y allí naufrago, allí me ahogomuy silenciosamente, con enteraaceptación, ileso, renovadoen las espumas imperecederas.

"Alianza y condena" 1965

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CARLOS BARRAL (1928 - 1989)

Noche

Clamo a tu vientre lívido de viento,al corazón estrecho de tus gallos,a sus látigos rojos, a los rayosque acribillan tu hueco firmamento.

Busco la arista del desdoblamiento,hurtarme fruto a mis normales tallos,libertarme en tus ácidos caballosy un ungir tus torres de mi advenimiento.

Si llegaras conmigo a la onduladaalta loma del ser, donde se mutala sangre viva en el símbolo de hielo...

Mas quién podrá parar la madrugadaalzando ya la concha de su rutasus rapaces de luz sobre tu vuelo.

(Laye, n° 14, junio-julio de 1951)

Pájaros para Yvonne

Tu cuerpo en qué alegría de revuelo,que inmediación de trinos, ¡oh agitadapasión de ti, de tórtola inspirada,de azul y pluma en claro azul! (Uccello)

Pájaro. Sal. Escribe por el sueloel gozo de tu jaula enamorada.Sea risueña alcándara la espadade gavilán blandida para el duelo.

Yo, tu fronda apartada. Permanenteárbol donde resuena tu destino,leeré tu trayectoria. Se adivina

tan bien lo que se espera... Del caminooblicuo, qué te importa, ¡oh diferentemirlo de luz si vienes a la encina!

(Alcalá, n° 20, 1952)

Porque conocía el nombre de los peces..

Porque conocía el nombre de los peces,aún de los más raros,y el de los caladeros, y las señasde las lejanas rocas submarinas,me dejaban revolver en las cestas,tocarlos uno a uno, sopesarlos,y comentaban conmigo abiertamentelas sutiles cuestiones del oficio.Porque entendía de nudos y de velasy del modo de armar los aparejos,me llevaban con ellos muchas veces;me regalaban el quehacer de un hombre.Sentía con orgulloenrojecérseme las manos al contacto del cáñamo,

impregnarmeun fuerte hedor a brea y a pescado.Sabía casi todo de aquella vida simple,de aquel azar diario y primitivo.

Sólo que aquella ciencia era lujosa.No supieron contarmeo no pude entender cómo era aquelloen los días peores, las amargassemanas de paciencia,cuando el viento del norteroe las entrañas y se harta la pupilade escudriñar los cielos,en los días confusos,

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cuando el mar de borrosos contornoses sólo como un cascote de vidriosemienterrado en el fango,

un desagradable incidente o una trampapara los que pasan corriendociegos bajo la lluvia.

Primer amor

No lo supimos la primera vez;lo extraño,que lo hacía distinto de los sueños,no estaba en ella, nien ser menos real,más pálida y ausente,humana donde el mórbido cuerpo imaginado.Tampoco en la premurade gestos que, al contrario,habíamos fiado a maravillani en las voces que nunca imaginamos-«De un pueblecillo cerca de Jaén»,decía, todavía en rosadaropa interior,como en un envoltorio de farmacia.Y luego de rodillas,cerca, sobre la camaesquemática: -«Ya ves,a mis hermanos,que están bien situados,esa empresa...» Y de pronto una partedel cuerpopróxima se imponía,mostraba su imprevista materiay hacía que nos olvidásemos de nosotros mismos,y, como en un relámpago,amásemos la realidady aquella dulce imperfección inmediata.

-«Mi madre con los años...»Había unas cortinas de bordes oxidadosy un percherocomo las mecedoras del verano. Pero un día

(aunque quizás el tiempo nos engañey sea sólo ahora) comprendimos,supimos de aquel vértigo más hondoque los minutos en secreto.Era en las escaleras o en la sala:aquel señor con aires oficiosos,el mecánico verde todavíade grasa, o el alumno,no estábamos seguros, del colegio,la gente que encontrábamos, los ojosque hacían que miraban otra cosa.Porque habíamos sidocuidadosamente guardados del contagio,meticulosamente preservados, y, un momento,tiraba de nosotros el instintomás fuerte, nos hacíaextrañamente solidarios.Ciudad arriba, luego, en el caminode forzoso regreso a la costumbre,sentía vagamente -me parece-algún alivio a mi respecto,más amigas las cosas, menos prietala atención a mí mismo,como si aquella sensación durase.Y eso era todo, creo, era muy corto.O tal vez algún díaescogía un camino sinuoso,buscaba los replieguesazules, las acerascurvas,donde los niños juegan a los naipesa la luz de un comercio de ortopedia;los cielos con alambrey la humedad afectuosade las plazuelas apartadas.

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JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD (1926 - )

A batallas de amor, campo de plumas

Ningún vestigio tan inconsolablecomo el que deja un cuerpoentre las sábanas y máscuando la lasitud de la memoriaocupa un espacio mayordel que razonablemente le corresponde.

Linda el amanecer con la almohaday algo jadea cerca, acaso un últimoestertor adheridoa la carne, la otra vez adversariaemanación del tedio estacionándoseentre los utensilios de la noche.

Despierta, ya es de día, mira

los restos del naufragiobruscamente esparcidosen la vidriosa linde del insomnio.

Sólo es un pacto a veces, una treguaungida de sudor, la extenuantereconstrucción del sitiodonde estuvo asediado el taciturnomaterial del deseo.

Rastroshostiles reptan entre un cúmulode trofeos y escorias, amortiguanla inerme acometida de los cuerpos.A batallas de amor campo de plumas.

Anterior a tu cuerpo es esta historia...

Anterior a tu cuerpo es esta historiaque hemos vivido juntosen la noche inconsciente.

Tercas simulaciones desocupan el espacio en que a tientas nos buscamos, dejan en las proximidadesde la luz un barrunto de sombras de preguntas nunca hechas.En vano recorremos la distancia que queda entre las últimassospechas de estar solos, ya convictos acaso de esa interina realidad que avala siempre el trámite del sueño. La botella vacía se parece a mi alma

Solícito el silencio se desliza por la mesa nocturna,

rebasa el irrisorio contenido del vaso. No beberé ya más hasta tan tarde.Otra vez soy el tiempo que me queda. Detrás de la penumbra yace un cuerpo desnudo y hay un chorro de música insidiosadisgregando las burbujas del vidrio. Tan distante como mi juventud , pernocta entre los muebles el amorfo, el tenaz y oxidado material del deseo. Qué aviso más penúltimo amagando en las puertas, los grifos, las cortinas. Qué terror de repente de los timbres. La botella vacía se parece a mi alma.Por las ventanas, por los ojosde cerraduras y raíces,por orificios y rendijasy por debajo de las puertas,entra la noche.

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Miedo

Mil veces he intentadodecirte que te quiero,mas la ardorosa confesión, mi vida,se ha vuelto de los labios a mi pecho.¿Por qué, niña? Lo ignoro,¿Por qué? Yo no lo entiendo,Son blandas tu sonrisa y tu mirada,dulce es tu voz, y al escucharla tiemblo.Ni al verte estoy tranquilo,ni al hablarte sereno,busco frases de amor y nos la hallo.No sé si he de ofenderte y tengo miedo.Callando, pues, me vivoy amándote en silencio,sin que jamás en tus dormidos ojossorprenda de pasión algún destello.Dime si me comprendes,si amarte no merezco.Di si una imagen en el alma llevas...Mas no... no me lo digas...¡tengo miedo!Pero si el labio calla,con frases de los cielosdeja, mi vida, que tus ojos digana mis húmedos ojos... ya os entiendo.Deja escapar el almalos rítmicos acentos

de esa vaga armonía, cuyas notastiene tan sólo el corazón por eco.Deja al que va cruzandopor áspero sendero,que si no halla la luz en la ventana,tenga la luz de la esperanza al menos.Callemos en buena horapues que al hablarte tiemblo,mas deja que las almas, uno a uno,se cuenten con los ojos sus secretos...Dejemos que se diganen ráfagas de fuegoconfidencias que escuche el infinitofrases mudas de encanto y de misterio.Dejemos, si lo quieren,que estallen en un beso,beso puro que engendren las miradasy suba sin rumor hasta los cielos. Dime así que me entiendes,que sientes lo que siento,que es el porvenir de luz y floresy que tan bello porvenir es nuestro. Di que verme a tus plantases de tu vida el sueño,dime así cuanto quieras.... cuanto quieras.De que me hables así... no tengo miedo.

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JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO (1928 - 1999)

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable.

Hija mía, es mejor vivir con la alegría de los hombres, que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada, te sentirás perdida o sola, tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto, que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

Un hombre sólo, una mujer así, tomados de uno en uno, son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti, cuando te escribo estas palabras, pienso también en otros hombres.

Tu destino está en los demás, tu futuro es tu propia vida,

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas, que les ayude tu alegría, tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás cómo a pesar de los pesares, tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio.

Perdóname, no sé decirte nada más, pero tú comprendeque yo aún estoy en el camino.

Y siempre, siempre, acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

Así...

Algunas veces llegopresuroso, rodeotus rodillas, tocotu pelo. ¡Ay Dios, quisieradecirte tantas cosas!Te compraré un pañuelo,

seré buen chico, haremosun viaje....No sé,no sé lo que me pasa.

Quiero morir así,así en tus brazos.

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Como la piel de un fruto, suave...

Como la piel de un fruto, suavea la amenaza de los dientes,iluminada, alegre casi,ibas camino de la muerte.

La vida estaba en todas partes:en tu cabello, sobre el césped,

sobre la tierra que añorabas,sobre los chopos, por tu frente...

Todo pasó, tal un verano,sobre tu carne pura y breve.Como la piel de un fruto, ¡erastan olorosa y atrayente!

Cuando todo suceda

Digo: comience el sendero a serpeardelante de la casa. Vuelva el díavivido a transportarmelejano entre los chopos.

Allí te esperaré.

Me anunciará tu paso el breve saltode un pájaro en ese instante fresco y huidizoque determina el vuelo,y la hierba otra vez como una orillacederá poco a poco a tu presencia.

Te volveré a mirar, a sonreírdesde el borde del agua.Sé lo que me dirás. Conozco el soplode tus labios mojados:tardabas en llegar. Y luego un besorepetido en el río.

De nuevo en pie siguiendo tu figuraregresaré a la casa lentamentecuando todo suceda.

El oficio del poeta

Contemplar las palabras sobre el papel escritas, medirlas, sopesar su cuerpo en el conjunto del poema, y después, igual que un artesano, separarse a mirar cómo la luz emerge de la sutil textura. Así es el viejo oficio del poeta, que comienza en la idea, en el soplo

sobre el polvo infinito de la memoria, sobre la experiencia vivida, la historia, los deseos, las pasiones del hombre.

La materia del canto nos lo ha ofrecido el pueblo con su voz. Devolvamos las palabras reunidas a su auténtico dueño.

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CARLOS SAHAGÚN (1938 - )

A imagen de la vida

Qué niño irá a caballo pensativohacia el mar insondablepara contarnos una dura historiade despojos guerreros y de hambre como aquel mediodía que reviveaún hoybajo los cascos sollozantes.Tal vez la vida sea para otrosasunto menos gravemúsica que escuchamos desplegadadulcemente en el aire

larga espera en la seguridadde que el tren llegará temprano o tarde.Mas para mí no puede ser sino dolorhecho a su imagen.Mi porvenir y mi principioson una misma escena inolvidableel mar que emerge eternamenteal fondo de una calley un niño y un caballo derribadostragados por el oleaje.

Canción de infancia

Para que sepas lo que fui de niñovoy a decirte toda la verdad.Para que sepas cómo fui, aún guardomi retrato de entonces junto al mar.

Playa de arena, corazón de arenahubiera yo querido en tu ciudad.Que te faltase como me faltaba-le llamaron post-guerra al hambre- el pan.

Tú con tu casa de muñecas vivasllenando los rincones de piedad.Yo, capitán con mi espada de palo,matando de mentira a los demás.

Si hubieras sido niña rodeadapor todas partes, ay, de soledad,yo te habría buscado hasta encontrarnos,hasta ponernos los dos a llorar.

Juntos los dos. Que tu madre nos digaaquel cuento que no tiene final.Despertar de la infancia no quisimosy no sé quién nos hizo despertar.

Pero hoy, que hemos crecido tanto, vamos,dame la mano y todo volverá.Somos dos niños que a la vida echaron.Muchacha -niña-, empieza a caminar.

Desembarco

Perdida la ocasión en las batallas,años después, hombres y niños esperábamosun desembarco salvador.

Se poblaban las playas de miradas,los sueños, de navíos.

Pero nadie venía a destruir

la tiranía del silencio.

Nada en el horizonte de color Normandía.

Sólo espuma en la orilla y tierra inhóspitabajo los pies descalzos, anhelantesy acobardados.

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Insomnio

Insaciable,entré en tu edad madura, en la maleza, busqué el tenso bambú, la carne cimbreante, con el designio de un tardío acoso, y como el sueño no era sino un viaje cuyo mayor dolor es el regreso, hacia la tapia fulgurante y ciega acompañé tu imagen, sufrí su maleficio, oh misteriosa y húmeda concavidad vacía, cuerpo más que la aurora vacilante, desolación para los que esperábamos, tras noches de ansiedad, siglos de entrega.

Para este otoño súbito

Ha muerto, está la losa confirmandosu descenso al infierno, un largo epílogo de ávidos bisturíes y transfusiones. Mas no bajan con él los días aciagos y un espejo prolonga su adversa simetría sobre el país inerme.

No ha acabado el eclipse. El dolor sigue, la noche sigue proponiendo al aire proyectos infinitos que ya apenas perturban porque se abandonaron: hoy devienenderrotada memoria de una herida que no defiende nadie.

Ahora, en la incertidumbre de esta muerte, contemplo a solas una luz difusa, cada vez más lejana. Hay en las playas pura lluvia sin fin, y en los caminos igual desesperanza, más árboles sin vida para este otoño súbito.

"Primer y último oficio" 1979

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FÉLIX DE AZÚA (1944 - )

Romance tecnócrata

Silbando su tonada hacia la izquierdacon el tren bajo las nalgas de melocotónel pecho atravesado todavía por una dentaduray desdén de la pierna por la media de nyloncamino de la ventilación de un asunto amorosose lanza al mar y pide dos horchatasbrindando con el aire "¡salud salud!"se acerca entonces el bruñido atleta"sé lo que pasa y que tu weltanschauungla voluntariedad, quiero decir;él en cambio -plagiando a Scott Fitzgerald-,es escolástico hasta en la compra de tabaco".Ella grita con júbilo y sonríe por la noche y en íntima fusión los dos orinescantan a dúo:-"Nada tan claro como las ciencias del espíritunada tan taylorista como la psiquiatría ".

Taparrabos

power

El oro tiene tantos significadoscuando tu mano pueblan los anilloso perforando el labioel largo clavo dobla las comisuras¿qué peso lo transforma?El color hace la piel más negraporque peso y color son para ti lo mismoun peso blando un color purohacen la máquina para los sacrificiosdan la orden de que se inicie el rito.Cargados de oro pueslamidos por serpientes, cubilete de los significadosconvertidos en sacerdotes de aquella religión.

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MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN (1939 - 2003)

Inútil escrutar tan alto cielo...

I

nútil escrutar tan alto cieloinútil cosmonauta el que no sabeel nombre de las cosas que le ignoranel color del dolor que no le mata

inútil cosmonautael que contempla estrellaspara no ver las ratas.

De "Pero el viajero que huye" 1990

Oh ciudad del terror...

Oh ciudad del terrorentre las avenidas lívidosárboles del otoño los invasoresfusilaban archivosborrachos de memoria bárbaroshartos de carne humillada

y ofendidael miedo era una presenciael silencio su mortajalas palabras escondidas en las cosaslas ideas en los ojos contemplabanla división entre el que muere y el que mata

Praga 1982

Y si la otra vida fuera

prolongar la conciencia hasta el instanteen que se pudre la última moléculaposibilidad de memoria y presenciaen el espectáculo obsceno de lo ajenoaunque el deseo sea recuerdo o viejas sombrasque los ojos aceptan en su terror de incógnitos

si la inmortalidad se pudrierasi se pudrierabienaventuradas entonces las momiasy desventurados los incineradosaunque nada se sepa a ciencia ciertasobre la voluntad de ser de la ceniza.

Ya sé que debería creerme...

Ya sé que debería creermelo que pienso cuando sientoo lo que siento cuando entroen tu cuerpo entreabierto

pero temo morir de fe o de esperanzay no constatar en el nuevo díala desolación del tacto y la mirada

ya sé que aburro la distanciaentre tus ojos y los míos manda que los cierre y piensaque no le miro por no verte y creer en ti.

Praga 1982

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PERE GIMFERRER (1945 - )

Arde el mar

Oh ser un capitán de quince añosviejo lobo marino las velas desplegadaslas sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazaslas pipas humeantes de los armadores pintados al óleolas huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el cielo de zinclos tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo en las aguas con sordo estampidoel humo en los cafetinesDick Tracy los cristales empañados la música zíngaralos relatos de pulpos serpientes y ballenasde oro enterrado y de filibusterosUn mascarón de proa el viejo dios NeptunoUna dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar bajo los cocoteros

Cuchillos en abril

Odio a los adolescentes.Es fácil tenerles piedad.Hay un clavel que se hiela en sus dientesy cómo nos miran al llorar.

Pero yo voy mucho más lejos.En su mirada un jardín distingo.La luz escupe en los azulejosel arpa rota del instinto.

Violentamente me acorralaesta pasión de soledadque los cuerpos jóvenes talay quema luego en un solo haz.

¿Habré de ser, pues, como éstos?(La vida se detiene aquí)Llamea un sauce en el silencio.Valía la pena ser feliz.

De Arde el mar

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GHUILLERMO CARNERO -VALENCIA (1947 - )

Óscar Wilde en París Si proyectáis turbar este brillante sueño impregnad de lavanda vuestro más fino pañuelo de seda o acariciad las taraceas de vuestros secreteres de sándalo, porque sólo el perfume, si el criado me tiende sobre plata una blanca tarjeta de visita, me podría evocar una humana presencia. Un bouquet de violetas de Parma o mejor aún, una corbeille de gardenias. Un hombre puede arriesgarse unas cuantas veces, sobre la mesa la eterna sonrisa de un amorcillo de estuco, nunca hubo en Inglaterra un boudoir más perfecto, mirad, hasta en los rincones una crátera de porcelana para que las damas dejen caer su guante. Oh, rien de plus beau que les printemps anglais, decidme cómo hemos podido disipar estos años, naturalmente, un par de guantes amarillos no se lleva dos veces, cómo ha podido esta sangrienta burla preservarnos del miedo y de la muerte. Un hombre puede, a lo sumo unas cuantas veces, arriesgar el silencio de su jardín cerrado. Pero decid, Milady, si no estabais maravillosa preparando el clam-bake con aquella guirnalda de hojas de fresa! Las porcelanas en los pedestales y tantísimas luces y brocados para crear una ilusión de vida. No, prefiero no veros, porque el aire nocturno, agitando las sedas, desordenando los pétalos caídos y haciendo resonar los cascabeles, me entregará el perfume de las flores, que renacen y mueren en la sombra, y el ansia y el deseo, y el probable dolor y la vergüenza no valen el sutil perfume de las rosas en esta habitación siempre cerrada.

De: Dibujo de la muerte (1967)

Música para fuegos de artificio

Hace muy pocos años yo decía palabras refulgentes como piedras preciosas y veía rodar, como un milagro abombado y azul, la gota tenue

por el cabello rubio hacia la espalda. No eran palabras frágiles, prendidas al azar de un evadido vuelo prescindible, sino plenas y grávidas victorias

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en las que ver el mundo y obtenerlo. La emoción de enunciar un orden justo cedía realidad al sonido y al tacto y quedaba en los labios la certeza de conocer en el sabor y el nombre. Pero la certidumbre de una mirada limpia es una ingenuidad no perdurable, y el viento arrastra en ráfagas de crespones y agujas el vicio de creer envuelto en polvo. Y si tras de la luz esplendorosa que pone en pie la vida en un haz de palmeras el miedo de dormir cierra los cálices susurrando promesas de una luz sucesiva, el fulgor de la fe lento se orienta al imán de la noche permanente en la que tacto, imagen y sonido flotan en la quietud de lo sinónimo, sin temor de mortales travesías

ni los dones que otorga la torpeza sino un fugaz vislumbre de medusas: inconsistentes ecos reiterados en un reino de paz y de pericia, apagado jardín de la memoria donde inertes se pudren sumergidos los oropeles del conocimiento y como resquebraja la alta torre la solidez de su asentado peso, de tan robusto, poderoso y grave se quiebra y pulveriza el albedrío. Así para las aves y la plácida irrepetible pulcritud del junco hay cada día olvido inaugural en la renovación de la mañana: quien hace oficio de nombrar el mundo forja al fin un fervor erosionado en la noche total definitiva.

De: Divisibilidad indefinida (1990)

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VICENTE MOLINA FOIX (1946 - )

Amante que escapa

He oído los cascos de un caballotemblar en la colina.No he hecho nada.

He comido raíces y el fruto de las bayasque crecen sin provechoentre las calaveras.

No me ha ocurrido nada.

He tocado la estela de tu cuerpo.He visto nuestras cartas húmedas y arrugadas.He pasado la lengua por los labiosque sólo a mí me cierras.No he sentido nada.

Publicado en la antología "Del goce y de la dicha"

Fragmento de una col

¿Eres col ome escuchas,oreja de los camposque el genio de la tierramás profundaha tenido el caprichode moldear así,como espiral de carneque respira?

Ya no puedo comerte,por respeto.Lo más probable esque tengas vida,

blanca col,col acaracolada,y si muerdo los nerviosde ese cuernode tu abundanciaoiga al fondola queja de las manosde los hombresque han tardadoun añoy algunos siglos másde raciocinioen darte forma.

Tren fantasma

Al final de la barra aparecistecomo un tren fantasmaque mueve campanillas.

Tu cara aún teníael susto del viajeroque, en vagón de madera,siente los escobazos, el hilo dela muerte, la calabaza hueca.

Querías compañía para entrar en el túnel.

No te la di, no puedo.He de ocupar mi sitiodetrás de las cortinas,para seguir aullandoy mordiendo a los niños.

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